Texto Descriptivo, características y ejemplos

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TEXTO DESCRIPTIVO

Sea como fuere y se aborde desde la perspectivaque se aborde, un texto es la unidad superior decomunicación que contiene y se apoya en trescaracterísticas: coherencia, cohesión y adecuación.

El texto se denomina descriptivo cuando consisteen explicar cómo es alguien, un sentimiento, unanimal o un objeto.

Mediante este tipo de texto pintamos conpalabras, definimos las características de aquelloque describimos.

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El texto descriptivo consiste en la representación verbalreal de un objeto, persona, paisaje, animal, emoción, yprácticamente todo lo que pueda ser puesto en palabras.

Este tipo de texto pretende que el lector obtenga unaimagen exacta de la realidad que estamos transmitiendoen palabras, una especie de “pintura verbal”.

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Para redactar un texto descriptivo debemos fijarnos en lossiguientes aspectos:

• Elegir un punto de vista. El lugar desde donde se observaalgo influye en la manera como lo describimos: no es lo mismodecir cómo es un coche si estamos en el asiento del conductorque si lo contemplamos desde un escaparate.

• Seleccionar los rasgos más importantes. La descripciónpuede ser minuciosa y exhaustiva ( con muchos detalles ), osuperficial, en la que lo fundamental es resaltar el rasgo mássignificativo.

• Ordenar las características de la descripción. Podemosdescribir de arriba abajo, de izquierda a derecha, de dentrohacia fuera, de lo general a lo particular..

• Elegir los recursos lingüísticos adecuados. Los recursoslingüísticos más indicados para describir son los adjetivosespecificativos y explicativos; las proposiciones subordinadasadjetivas y las estructuras comparativas y superlativas.

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Tengo muy presente la fisonomía del clérigo, a quien vi muchas vecespaseando por la Ronda de Valencia con los hijos de su sobrina, y algunascargado de una voluminosa y pesada capa pluvial en no recuerdo quéprocesiones.Era delgado y enjuto, como la fruta del algarrobo, la cara tan reseca y loscarril los tan vacíos, que cuando chupaba un cigarro parecía que losflácidos labios se le metían hasta la laringe; los ojos de ardil la, vivís imosy saltones, la estatura muy alta, con mucha energía física, ágil ydispuesto para todo; de trato llano y festivo, y costumbres tan purascomo pueden serlo las de un ángel.Sabía muchos cuentos y anécdotas mil, reales o inventadas, dicharachosde frailes, de soldados, de monjas, de cazadores, de navegantes, y detodo ello solía esmaltar su conversación, sin excluir el género picantesiempre que no lo fuera con exceso. Sabía tocar la guitarra, pero rarísimavez cogía en sus benditas manos el profano instrumento, como no fueraen un arranque de inocente jovial idad para dar gusto a sus sobrinascuando tenían convidados de confianza.Este hombre tan bueno revestía su ser comúnmente de formas tanestrafalarias en la conversación y en las maneras, que muchos no sabíandistinguir en él la verdad de la extravagancia, y le tenían por menosperfecto de lo que realmente era. Un santo chiflado llamábale su sobrino.

EJEMPLO