Tesis Gomez-Diaz 2010

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE BIOLOGÍA COMPARACIÓN FLORÍSTICA DE EPÍFITAS VASCULARES ENTRE UN BOSQUE MESÓFILO DE MONTAÑA Y UN ACAHUAL EN EL MUNICIPIO DE TLALNELHUAYOCAN, VER. TESIS TRABAJO DE EXPERIENCIA RECEPCIONAL QUE PRESENTA: JORGE ANTONIO GÓMEZ DÍAZ DR. THORSTEN KRÖMER XALAPA, VER. 2010

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

FACULTAD DE BIOLOGÍA

COMPARACIÓN FLORÍSTICA DE EPÍFITAS VASCULARES

ENTRE UN BOSQUE MESÓFILO DE MONTAÑA Y UN ACAHUAL EN EL

MUNICIPIO DE TLALNELHUAYOCAN, VER.

TESIS

TRABAJO DE EXPERIENCIA RECEPCIONAL

QUE PRESENTA:

JORGE ANTONIO GÓMEZ DÍAZ

DR. THORSTEN KRÖMER

XALAPA, VER. 2010

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RECONOCIMIENTOS

A la facultad de Biología de la Universidad Veracruzana por los momentos que viví en sus

aulas y haberme formado profesionalmente.

Al Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) por las facilidades brindadas para

realizar este estudio.

Al Dr. Thorsten Krömer por su apoyo, paciencia y dedicación como mí asesor de tesis.

A los maestros Roberto y Facundo Ortega por las sugerencias y revisiones que me hicieron

para mejorar este trabajo.

A la maestra María Chamorro, la Dra. Nuria Torrescano, mi abuela Alma Torres y mi tía

Luisa Torres por sus valiosas revisiones y correcciones que me ayudaron a mejorar la tesis.

Al los señores Alfonso, Roberto y las personas de la localidad de Los Capulines que me

ayudaron a localizar los sitios de estudio y me permitieron trabajar en el bosque de niebla.

A la maestra Mercedes Acosta por despertar en mí el deseo de estudiar una carrera

científica y por sus enseñanzas en botánica que fueron la base de mi preparación.

A Tania Tepetla, Nancy Méndez, José Salazar, Manuel Cuellar, Fernando Baz, Karina

Rodríguez, Daniela Vergara y Raquel Cabrera por el invaluable apoyo en campo, por los

días en que regresábamos con hambre y trabajábamos aunque nos comieran los mosquitos,

por darse el tiempo de disfrutar del monte conmigo.

A mis amigos, compañeros de generación y todas las personas que contribuyeron directa o

indirectamente para que este trabajo fuera posible.

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DEDICATORIA

Con mucho cariño para:

Mis padres José Gómez y Claudia Díaz, mis hermanos Jonatan y Tanya

Por todo el cariño, consejos y calor brindados durante toda mi vida. Además de apoyarme

siempre que lo necesité y estar conmigo dándome ánimos para salir adelante. Por la paciencia y

soporte que me ofrecieron en esta última etapa de mi carrera.

Mis abuelos Alma Torres, Jorge Gómez, Jesús Díaz, Francisca Córdoba, mis tías

Luisa, Graciela, Selene y Evelyn, mis tíos, primas y primos, y toda mi familia.

Por brindarme valiosos consejos, ayudarme en momentos difíciles y todo el amor que comparten

conmigo cada día. El saber que mi familia está conmigo es una motivación para seguir avanzando

cada día.

Manuel, Karina, Yankani, Odalis, Swany, Lalo, Carlitos, Calixto, Eren, Yuriko,

Meztli, Amira, Israel, Wendy, Fátima, Nefta, Víctor y mi otra familia (la de TKD).

Por todos los momentos de alegría que compartimos. Por los días en que estaba desanimado o

estresado y que encontraban la manera de subirme el ánimo. Por estar a mi lado siempre que los

necesite.

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ÍNDICE

Lista de figuras………….…………………………………………………..6

Lista de tablas……………………………………………………………….9

Anexos…………………………………………………………………..…10

Resumen……………………………………………………….………..…11

1. Introducción ………………………………………………..………….12

2. Generalidades……………………………………………….………….14

2.1. Bosque mesófilo de montaña (BMM)………………..………………………14

2.2. Las epífitas: definición, diversidad y distribución……..……………………..18

2.3. Alteración del BMM en el trópico……………………..…………………….25

2.4. Trabajos realizados en el neotrópico y México……..……………………..…31

2.5. Estudios previos realizados en Veracruz…….………..………...…..………..37

3. Hipótesis…………………………………………………….…………41

4. Objetivos…………………………………………………….…………42

4.1. General………………………………………………...……………………..42

4.2. Particulares…………………………………….………..……………………42

5. Materiales y métodos………………………………………..………….43

5.1. Área y sitios de estudio……………………….………...……………………43

5.1.1. Descripción general de área (descripción de la comunidad)…….…………43

5.1.2. Descripción de los sitios de estudio………….…………………...………..49

5.1.2.1. Bosque conservado……………………………...……………………49

5.1.2.2. Bosque secundario o acahual…………………..…………………….51

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5.2. Métodos de colecta, muestreo, descripción y análisis…...………….……….54

5.2.1. Revisión bibliográfica y recursos………………………………………….54

5.2.2. Identificación de sitios de estudio………………………………...……….54

5.2.3. Muestreos florísticos………………………………….………….………..55

5.2.4. Procesamiento de ejemplares………………………….…………………..57

5.2.5. Listado florístico……………………………………….………...………..57

5.2.6. Análisis de datos………………………………………………....………..58

6. Resultados…………………….…………………………….……….…60

6.1. Riqueza de especies total………………………………….…..…….……….60

6.2. Composición florística de los dos sitios de estudio………………….…….…61

6.3. Curvas de acumulación de especies……………………...………….……….65

6.4. Coeficiente de similitud de Sørensen……………………...………….……...68

6.5. Frecuencia de especies……………………………………...………….…….69

6.6. Comparación entre sitios……………………………………..………………72

7. Discusión…………………….…………………………….……….….76

7.1. Riqueza de epífitas………………………………………….....……….…….76

7.2. Composición florística………………………………………...……….…….82

7.3. Curvas de acumulación de especies por parcela……………….……….……85

7.4. Coeficiente de similitud de Sørensen……...……………………………...….86

7.5. Frecuencia de especies…………………………………………………....….87

7.6. Comparación entre sitios……………………………………….………....….90

7.7. Especies de epífitas como bioindicadoras…………………………………....91

8. Conclusiones.......................................................................................….93

9. Literatura citada……………………………………………………..….96

10. Anexos……………………….……………………………………...…109

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LISTA DE FIGURAS

2. Generalidades

Figura 1. Tipos de vegetación en el centro y sur de Veracruz……………………..…15

Figura 2. Mapa de la región del BMM en el centro de Veracruz…………………….19

Figura 3. Subdivisión de un árbol en las zonas verticales según Johansson (1974)

y ter Steege y Conelissen (1989)……………………..……………………23

Figura 4. Patrones elevacionales desde el punto de vista de diversidad, medidos

como la media del número de especies por parcelas de vegetación de 400 m2,

para Acanthaceae, Araceae, Bromeliaceae, Melastomataceae, Palmae y

Pteridophyta a lo largo de un transecto…………………………...……..…...24

Figura 5. Índice de urbanización por municipio en el centro y sur

de Veracruz………………………………………………………...……...….28

5. Materiales y métodos

Figura 6. Ubicación de Tlalnelhuayocan en el estado de Veracruz………………….44

Figura 7. Ubicación de Tlalnelhuayocan y sus municipios colindantes……………..44

Figura 8. Vista de la topografía del municipio de Tlalnelhuayocan rumbo al

Cofre del Perote…………………………………………………...……....45

Figura 9. Ubicación de las unidades climáticas en Tlalnelhuayocan………………...45

Figura 10. Fotografía satelital y aérea de Tlalnelhuayocan, donde se

pueden observar los manchones de BMM………………………………...47

Figura 11. Cambio en ha de bosque mesófilo de montaña y tierras dedicadas a

la agricultura……………………………………………………...………..48

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Figura 12. Ubicación de los sitios de estudio en el sur del municipio

de Tlalnelhuayocan………………………………………………..……….49

Figura 13. Ubicación de los cuatro sitios de estudio donde se realizó el trabajo……50

6. Resultados

Figura 14. Composición florística total…..……..…………………………………...61

Figura 15. Comparación de la riqueza de especies entre los dos sitios de estudio y

el total………………………………………………………………..………61

Figura 16. Porcentaje de composición florística en los dos sitios de estudio….…….62

Figura 17. Número de especies totales, exclusivas y compartidas del

bosque conservado y acahual………………………………………...….…...63

Figura 18. Comparación del número de especies por grupo estudiado, entre los

dos sitios y el total……………………………………………………...…….64

Figuras 19 y 20. Curvas de acumulación de especies para el bosque conservado y

el bosque secundario…………………………………………………...….....68

Figura 21. Comparación del índice de Sørensen entre parcelas, entre el BC

y AC…………………………………………………………………….…...69

Figura 22. Frecuencia de las especies de los grupos estudiados en el trabajo…….…70

Figura 23. Comparación de la frecuencia relativa de especies entre BC y AC…..….70

Figura 24. Frecuencia de especies de los grupos de estudio por parcelas entre BC

y AC……………………………………………………………………..…..71

Figura 25. Comparación de la relación entre el perímetro y número de epífitas

por árbol del BC y AC…………………………………………………...….71

Figura 26. Comparación entre el bosque conservado y el acahual del total

de especies encontradas en las parcelas………………………………...……72

Figura 27. Comparación entre el bosque conservado y el acahual del número

de epífitas encontradas en las parcelas………………………………...…….73

Figura 28. Comparación entre el bosque conservado y el acahual del número

de especies terrestres encontradas en las parcelas…………………...…........74

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Figura 29. Comparación entre el Bosque conservado y el acahual del número

de epífitas encontradas en los árboles muestreados………………....…….74

Figura 30. Comparación entre el sitio uno y dos del bosque conservado con el sitio

uno y dos del acahual………………………………….………………….75

7. Discusión

Figura 31. Ubicación de los diferentes estudios de epífitas vasculares realizados en

el centro de Veracruz…………………………………………………….......79

10. Anexos

Figura 32. Elaphoglossum peltatum (Sw.) Urb. ………………...…………………114

Figura 33. Tillandsia macropetala Wawra………………………………………....114

Figura 34. Psilochilus aff. machrophyllus (Lindl.) Ames……….……………….…114

Figura 35. Philodendron advena Schott………………………...………….…….…114

Figura 36. Pelexia sp………………………………………………………………..115

Figura 37. Pontieva brenesii Schltr……………....………………...…………...…..115

Figura 38. Peperomia quadrifolia (L.) Kunth…………………….…….………......115

Figura 39. Hymenophyllum cf. peltatum……….………………….….………..…..115

Figura 40. Hupezia taxifolia (Sw.) Trevis…………………………....………….….116

Figura 41. Vittaria gramminifolia Kaulf……………………………..………….….116

Figura 42. Peperomia leptophylla Miq…………………………………….…….…116

Figura 43. Campyloneuron sp……………………………………………………...116

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LISTA DE TABLAS

2. Generalidades

Tabla 1. Resumen de los diferentes factores que forman al bosque

mesófilo de montaña (BMM)…………...........................................................................16

5. Materiales y métodos

Tabla 2. Distancia en km entre los sitios muestreados y las localidades

más cercanas…………….……………...….………………………..….....…………….51

Tabla 3. Resumen de las características encontradas en los diferentes sitios donde

se realizó el muestreo…………………..…………………………………………….….53

Tabla 4.Criterios para escoger los dos sitios de estudio……...…….………................................ 55

Tabla 5. Criterios de inclusión y exclusión para el muestreo de las epífitas

vasculares...…………………………..………..……………………………………...…56

6. Resultados

Tabla 6. Comparación de la riqueza por grupo estudiado, entre el

bosque conservado y acahual con el total de especies del estudio;

y el acahual con bosque conservado…..……..………………………………………….65

Tabla 7. Riqueza del bosque conservado y del acahual ordenados por familias,

además de mostrar su habito…..……..………………...…......……………....................66

Tabla 8. Coeficientes de similitud de Sørensen de los principales grupos

de este estudio…………………………………….………………………..……….…..68

7. Discusión

Tabla 9. Comparación de los tres listados de epífitas para el municipio de

Tlalnelhuayocan, donde se observan el incremento de nuevos registros

en cada estudio………............................................………….……..……………..……77

Tabla 10. Número de especies de plantas vasculares por forma de vida, que han sido

reportadas para el municipio de Tlalnelhuayocan con las adiciones derivadas

con trabajos específicos con epífitas………..……………………………………..…..78

Tabla 11. Comparación de la composición florística en diferentes estudios de

bosque mesófilo……..……………………………………………………………..…..83

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ANEXOS

10. Anexos

Anexo 1. Listado florístico general ordenado por División, Familia y Taxon……...…..109

Anexo 2. Tabla con las coordenadas de las parcelas, además de la altitud y

el nombre del sitio………………………………………………………...….113

Anexo 3. Fotografías de algunas especies encontradas dentro de

este estudio………………………………………………………………...…114

Anexo 4. Listado de las especies de epífitas vasculares propuestas

como bioindicadoras de calidad ambiental………………………………..…117

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RESUMEN

Las plantas epífitas son un componente importante de los bosques húmedos tropicales,

son embargo se encuentran bajo presión por la pérdida del hábitat donde se desarrollan. Este

estudio intenta analizar y comprender la perdida en riqueza y composición epifítica cuando un

bosque conservado es transformado en bosque secundario o acahual. El trabajo se desarrolló en

16 parcelas de 20 x 20 m en bosque mesófilo de montaña y acahual viejo de 20-30 años ubicados

en el municipio de Tlalnelhuayocan, Veracruz. Usando garrocha y técnicas de ascenso al dosel,

se muestrearon a las epífitas vasculares y a los parientes terrestres de sus principales familias. La

riqueza encontrada fueron 123 especies representados en 65 géneros y 25 familias, de las cuales

95 especies son epífitas, lo que representa alrededor del 24% de la flora epifítica del centro de

Veracruz. El bosque conservado tiene la mayor riqueza florística con 111 especies, de las cuales

89 son epífitas. Además, dentro de este se encontraron poblaciones de seis especies protegidas

bajo la NOM. En el bosque secundario se encontraron 54 especies de las cuales 40 son epífitas.

El índice de Sørensen muestra una similitud florística del 50%. En ambos sitios el patrón de

composición florística fue casi similar, con el grupo Pteridophyta como el mejor representado,

seguido por las familias Orchidaceae, Bromeliaceae y Piperaceae. Mientras que las menos

representadas fueron Araceae y otras familias en conjunto. Los resultados de este trabajo sugieren

que la fragmentación y destrucción del bosque mesófilo de montaña reduce la disponibilidad de

ambientes adecuados, lo cual explica la baja riqueza de epífitas en los acahuales. Además de que

en acahuales se pierden familias enteras de epífitas como Grammitidaceae e Hymenophyllaceae.

La conservación de las epífitas del bosque mesófilo de montaña requiere de la conservación de

sus fragmentos aun pequeños, ya que estos pueden albergar una alta riqueza y gran composición

florística.

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1. INTRODUCCIÓN

Las plantas epífitas son un componente florísticamente importante y característico de los

bosques húmedos tropicales (Gentry y Dodson 1987; Krömer et al. 2005), por lo que han sido

motivo de estudios desde hace más de 100 años (Schimper 1888). El bosque de niebla o bosque

mesófilo de montaña (en adelante BMM) es muy abundante y rico en epífitas, esto hace que este

tipo de ecosistema tenga una alta biomasa, así como una alta diversidad de especies (Zotz y

Andrade 2002). Las epífitas son un gremio muy importante de plantas vasculares (aprox. el 10%

son epífitas), las cuales crecen sobre otras plantas. Sin embargo, las epífitas solamente usan al

hospedero como sustrato, ya que no pueden tomar nutrientes de éste, como lo harían las parásitas

(Nieder et al. 2001; Zotz 2002a). Las epífitas también proveen de hábitat y comida para una gran

variedad de insectos y aves, creando algunas veces ecosistemas dentro de ellas, como en el caso

de las bromelias tipo tanque (Benzing 2000).

Otro aspecto importante y poco estudiado, es el aprovechamiento de las epífitas por

algunas comunidades humanas, aunque se han reportado casos donde estas son usadas con fines

ornamentales, medicinales, comestibles, de forraje y navideños, como el caso del “heno o paxtle”

(Tillandsia usneoides) para adornar los nacimientos y Tillandsia imperialis para la creación de

arcos florales ceremoniales, ambos de la familia Bromeliaceae (Bennett 1992; 2000; Haeckel

2008). Recientemente algunos estudios han sugerido que las epífitas pueden ser utilizadas como

bioindicadores de cambios climáticos. También pueden ser utilizadas como bioindicadores de

polución y daño ecológico, esto se debe a que tienen tejidos que pueden asimilar de forma rápida

los contaminantes atmosféricos, además de que forman mini-ecosistemas muy sensibles a

cambios en pH, concentración de sales, etc., derivados de la contaminación ambiental (Richter

1991; Lugo y Scatena 1992; Burgess et al. 2002; Nadkarni y Solano 2002).

El BMM en la actualidad, se encuentra sujeto a una alta explotación forestal y a un

cambio en el uso de suelo, esto ha tenido serias consecuencias para la diversidad de plantas

(Williams-Linera 2007). Dado que las tasas de deforestación son mayores en los países

tropicales, los grandes y contiguos bosques primarios serán raros y aislados en un par de décadas.

Se sabe que la diversidad de epífitas, riqueza y la composición de las comunidades son

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significativamente menores y diferentes en bosques secundarios (en adelante acahual) que en

vegetación primaria (Barthlott et al. 2001; Krömer et al. 2007a; Köster et al. 2009), y aun menor

si el acahual se encuentra cerca de una zona urbana, ya que las personas, muchas veces

sobreexplotan a las epífitas con valor comercial como en el caso de las orquídeas (Flores-Palacios

y Valencia-Díaz 2007; Viccon 2009).

En la actualidad se comienzan a notar los efectos que tienen la fragmentación de bosques

sobre la biodiversidad en general (Fahrig 2003; Williams-Linera 2007) y las epífitas en especifico

(Flores-Palacios 2003). La pregunta central que intenta aclarar este estudio es; ¿Cómo cambia la

composición florística y diversidad de las epífitas vasculares entre un BMM y un acahual?

Partiendo de la hipótesis de que un BMM tiene una mayor diversidad de epífitas que el acahual,

además de una composición diferente. Ya que en el acahual se pierden numerosas especies, las

cuales no son resistentes a los cambios ambientales bruscos propios de este hábitat. Con esto se

intenta conocer cómo afecta la perturbación antropogénica a las epífitas del BMM del municipio

de Tlalnelhuayocan. La importancia de este trabajo radica en que actualmente estas se encuentran

en riesgo de desaparecer por varios factores como: el elevado índice de urbanización de la zona y

las altas tasas de deforestación que se tienen.

Si consideramos que el crecimiento de la mancha urbana, ha provocado la tala de

numerosas hectáreas de BMM para convertirlas en tierras de cultivo. Si a esto se suman las

extensiones convertidas en pastizales para ganadería o en algunos casos asentamientos humanos.

Las epífitas de esta zona podrían desaparecer sin haber sido estudiadas aún. Por lo tanto con los

datos aquí obtenidos se podrá argumentar de manera tangible cómo el hombre está dañando a la

riqueza biológica de la zona, reportando a su vez la velocidad a la que el BMM se está

degradando. Posteriormente de éste podrían derivarse programas de educación ambiental,

ecoturismo y conservación, ya que como queda demostrado, los pequeños fragmentos de BMM

sirven de refugio a escala local para la riqueza florística de la zona.

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2. GENERALIDADES

2.1 Bosque mesófilo de montaña (BMM)

Para propósitos de este trabajo se utilizará la clasificación de los tipos de vegetación dada

por Rzedowski (1978), en su trabajo Vegetación de México. Rzedowski reconoció que cada tipo

de vegetación se diferencia en que son comunidades bióticas estables en función con los factores

del medio físico donde viven, es decir son comunidades en clímax (González 2004). Un bosque

está definido como una comunidad dominado por árboles con pocas especies dominantes, con

frecuencia una o dos. Puede existir una simorfia (conjunto de plantas que tienen la misma forma

de vida) de herbáceas y arbustos. Los bosques se desarrollan principalmente en las regiones

montañosas, templadas y frías, en donde hay humedad suficiente para mantener una comunidad

arbórea (Gómez-Pompa y Castillo-Campos 2010).

El BMM es uno de los 10 tipos de vegetación que Rzedowski reconoció en su obra, este

tipo de bosque recibe diferentes nombres según la clasificación propuesta por otros autores. Así

que según Miranda y Hernández X. (1963) y Flores et al. (1971) este se llamaría bosque

caducifolio; según el mismo Rzedowski (1966) se denominaría bosque deciduo templado. La

diferencia fundamental entre el BMM y el bosque caducifolio consiste en que mientras en uno

predomina la condición siempre verde en el otro prevalecen árboles de hoja decidua (Rzedowski

1978). Este ecosistema contiene el 10% de la riqueza florística de México en tan solo el 1% de su

superficie, es decir que se considera como el tipo de vegetación más diverso por unidad de

superficie del país (Rzedowski 1996).

Para el centro de Veracruz el BMM (Figura 1) posee características propias originadas por

la unión de factores abióticos y bióticos (Tabla 1). Para comenzar éste tuvo su origen en el

Sureste del estado, en el Plioceno Medio, por lo que predominan como se verá más adelante una

mezcla de plantas de origen templado y tropical (Viccon 2009). El BMM se desarrolla dentro de

la Sierra volcánica transversal o Eje Neovolcánico, el cual se distribuye en la porción central del

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país más o menos en el paralelo 19° N. Esta provincia se extiende de oeste a este desde el océano

Pacifico hasta el Golfo de México y se considera como una enorme masa de rocas volcánicas,

derrames de lava y otras manifestaciones ígneas de la era Cenozoica. El BMM se desarrolla en

regiones de relieve accidentado y las laderas de pendiente pronunciada constituyen su hábitat más

frecuente. En muchas áreas se halla restringido a cañadas protegidas del viento y de la fuerte

insolación. Desciende a menudo hasta orillas de arroyos, pero no se le ha observado en suelos

con drenaje deficiente (Rzedowski y Palacios-Chávez 1977).

Figura 1. Tipos de vegetación en el centro y sur de Veracruz. (Tomado de: INE 2009)

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Tabla 1. Resumen de los diferentes factores que forman al Bosque mesófilo de montaña (BMM).

FACTOR PARTICULAR

Geológico Sierra volcánica transversal (Eje Neovolcánico)

Climático Clima C (templado lluvioso)

Suelo Andosol y luviosol

Vegetación Tropical y subtropical húmedo

El siguiente factor importante para que se desarrolle este tipo de vegetación, es el

climático En el centro de Veracruz donde este bosque crece, se tiene un tipo de clima Cf de la

clasificación de Köppen (1948), lo que corresponde a un clima templado lluvioso, con

temperatura media de mes más frio entre 5°C y 18°C y la del mes más caliente mayor de 17°C.

La precipitación media anual probablemente nunca es inferior a 1,000 mm, comúnmente pasa de

1,500 mm y en algunas zonas excede de 3,000 mm. El número de meses secos varía de cero a

cuatro. El denominador común de casi todos los sitios en que se desarrolla este tipo de vegetación

son las frecuentes neblinas y la consiguiente alta humedad atmosférica. Por esta razón,

comúnmente se les ha denominado “bosques de niebla”.

Tal humedad suple las deficiencias de la lluvia en el periodo seco del año y en muchas

partes su incidencia parece ser decisiva para la existencia de esta comunidad vegetal. Es

importante recalcar que este tipo de clima se encuentra en las zonas montañosas con una altitud

mayor a 800-1,000 msnm. El límite inferior de este tipo de bosque se encuentra a los 400msnm,

en cuanto a su límite altitudinal superior a menudo no depende tanto de la temperatura, como de

la distribución altitudinal de la humedad en cada región determinado. Sin embargo, en México

hay muy pocos sitios donde se pueda encontrar a altitudes superiores a 2,700 msnm (Rzedowski

1994).

Otro factor que caracteriza a este tipo de vegetación es el suelo, por lo general aquí se

puede encontrar al suelo andosol (del japonés an: oscuro y do: tierra. Tierra negra), el cual es

derivado de cenizas volcánicas, con una capa superficial oscura, aunque el subsuelo es más claro;

presenta altos contenidos de material amorgo, lo cual les permite retener mucho el fosforo. Es

muy susceptible a la erosión. También es frecuente encontrar al tipo de suelo luviosol (del latín

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luvi, luo: lavar. Suelo lavado) el cual contiene muchas bases que van de medianas a altas. El

subsuelo tiene acumulación de arcillas, como resultante del lavado y la formación in situ. En la

zona templada este cambia a amarillento; es muy susceptible a la erosión (González 2004).

El BMM tiene unidades de vegetación muy características, las cuales se encuentran

determinadas por el factor clima. La vegetación que crece dentro del BMM está clasificada como

del clima tropical y subtropical (sin heladas), y a su vez dentro de la subclasificación trópico

húmedo (González 2004). Tiene vínculos con especies del este de Estados Unidos y Canadá o

bien poseen una especie estrechamente emparentada en esa área. La mayor parte de los elementos

son árboles, pero también hay algunas plantas vasculares herbáceas. Hay evidencia de que el

BMM también tiene cierta afinidad florística a nivel de géneros de plantas leñosas, con el sureste

de Asia, Indonesia y Nueva Guinea (Acosta 2004). Sin embargo, es más común el elemento

meridional, que consiste en tener géneros y especies comunes con los andes de Sudamérica, en

este tipo de bosque los endemismos no son muy frecuentes (Miranda 1960).

Fisionómicamente el BMM es un bosque denso, por lo general de 15 a 35 m de alto,

aunque la talla de los árboles puede variar dependiendo de los límites, y algunos árboles llegan a

medir 60 m de altura. Los diámetros de los troncos son también variables, y pueden alcanzar 2m

o más, en promedio se mantienen entre los 30 y 50 cm. Con frecuencia la comunidad incluye

tanto árboles perennifolios como de hoja caduca, en algunas regiones predominan estos últimos,

pero el bosque clímax nunca se ve totalmente defoliado. Cuando hay más pérdidas de follaje es

en los pocos meses fríos. Algunos géneros de los árboles más comunes en BMM de Veracruz

son: Alnus, Carpinus, Clethra, Dendropanax, Fagus, Fraxinus, Juglans, Liquidambar, Meliosma,

Platanus, Oreopanax, Ostrya, Prunus y Quercus (Viccon 2009).

Por lo común existen varios estratos arbóreos, además de uno o dos arbustivos. El

herbáceo no tiene gran desarrollo en bosques conservados, pero en perturbados suele ser

exuberante y diverso con muchas Pteridophytas. Las epífitas por lo general están muy bien

representadas, por lo general se encuentran líquenes, musgos y pteridofitas (Vgr. especies de los

géneros Polypodium y Elaphoglossum), como también fanerógamas, de las familias Piperaceae

(Vgr. especies del género Peperomia), Bromeliaceae (Vgr. especies del género Tillandsia) y

Orchidaceae (Vgr. especies de los géneros Encyclia y Epidendrum), así como otras familias con

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arbustos y árboles con una o pocas especies epifitas como algunas especies de los géneros:

Oreopanax, Topobea, Fuchsia, Clusia, Juanulloa, Solandra, varios géneros de Ericaceae,

Compositae, etc. (Rzedowski y Palacios-Chávez 1977; Williams-Linera 2007). Desde el punto de

vista de composición florística, probablemente la familia Orchidaceae es la mejor representada de

todas las angiospermas, seguida en importancia por las Compositae, las Rubiaceae, las

Melostomataceae y Leguminosae.

El BMM de Veracruz tiene una extensión de 1.82 km2 (INE 2009) y comparte cierta

afinidad florística con otros BMM de diferentes regiones, como es el caso del que se encuentra en

Pluma Hidalgo, Oaxaca (Acosta 2004). Actualmente en Veracruz, el BMM ocupa un 11.6% de la

superficie del estado (Viccon 2009), con un grado de perturbación muy alto. Solamente quedan

algunos relictos confinados a las zona montañosa, sobre todo en la zona central del estado, donde

convergen el Eje Neovolcánico y la Sierra madre oriental. Es decir sobre las regiones de

Zongolica, Huatusco, Chiconquiaco, Orizaba, Xalapa y Tlalnelhuayocan, creciendo entre los

1,200 y 1,600 msnm (Figura 2). Además existen también remanentes del BMM en el sur de

Veracruz en el conjunto montañoso de Los Tuxtlas.

Figura 2. Mapa de la región del BMM en el centro de Veracruz (Tomado de: Williams-Linera 2007).

Page 19: Tesis Gomez-Diaz 2010

19

2.2 Las epífitas: definición, diversidad y distribución

Las epífitas (del griego epi=sobre y phyton=planta) son aquellas plantas que crecen sobre

otro vegetal utilizándolo solamente como soporte al cual se le da el nombre de forofito, pero que

no lo parasitan, sino que realizan fotosíntesis, toman todos sus nutrientes por la acumulación de

materia orgánica sobre su anfitrión, también pueden tomar agua por este medio en algunos casos

tienen adaptaciones especiales que les permiten hacerlo del ambiente directamente (Zotz 2002b).

Las epífitas se adhieren a su anfitrión por medio de raíces especializadas para la sujeción

solamente, en algunos casos estas pueden tener función fotosintética, de almacén, o de

reproducción vegetativa.

Las epífitas son un gremio ecológico y una de las seis subdivisiones del sistema de

Raunkiær (clasificación según la forma de desarrollo o forma biológica de las plantas), creado

por Christen C. Raunkiær (1934). Este gremio se caracteriza por tener una ventaja más evidente

respecto a otras hierbas restringidas a la tierra, ya que reciben más luz en los umbríos ecosistemas

boscosos y se mantienen lejos de los herbívoros. Sin embargo, pueden desarrollarse tan

apretadamente que llegan a dañar a otras epífitas aledañas (Zotz et al. 2005) o incluso al forofito

(Zotz 2002b; Aguilar-Rodríguez et al. 2007).

Las epífitas más conocidas incluyen plantas no vasculares como musgos y líquenes, así

como plantas vasculares como orquídeas, helechos y bromelias (Vgr. el género Tillandsia),

aunque se pueden encontrar en muchas familias diferentes del reino vegetal. Mientras que

líquenes como musgos se encuentran en cualquier entorno con árboles, las grandes

acumulaciones de epífitas vasculares se concentran en las selvas húmedas tropicales y bosques

templados lluviosos, como en el caso de Ecuador donde el 25.8% de su flora vascular

corresponde a holoepífitas, Java con aproximadamente el 12%, Panamá 13%, Perú 11%, el Oeste

de Malasia 11% (Nieder et al. 2001). El primer trabajo monográfico importante sobre la ecología

de las epifitas fue escrito por Schimper (1888).

Page 20: Tesis Gomez-Diaz 2010

20

Desde la primera publicación sobre epífitas, numerosos trabajos se han realizado con

respecto a este gremio, pero estas han recibido mucha más atención en las últimas tres décadas,

en parte por la importancia que tienen en la diversidad biológica y en parte por el desarrollo de

técnicas adecuadas para estudiarlas en su hábitat. En este trabajo se usa una definición estricta de

epífitas, modificada de Kress (1986), que incluye a las epífitas verdaderas (holoepífitas), así

como a las hemiepífitas, mientras que las casuales, accidentales, y parasitas serán excluidas. Las

epífitas verdaderas son plantas que pasan toda su vida sobre otra planta sin tomar nutrientes de

esta (V gr. especies del género Lepanthes); las hemiepífitas como muchas especies de la familia

Araceae (Jácome et al. 2004) son plantas que germinan en el dosel y después toman contacto con

el suelo (hemiepífitas primarias, como los Ficus), o que germinan en el suelo y después trepan

por un árbol (hemiepífitas secundarias, Philodendron advena). Estos dos grupos comparten su

dependencia del árbol para vivir y disponen de mecanismos de dispersión que les ayudan a

colonizarlos (Madison 1977; Kress 1986; Benzing 1990).

Un grupo muy similar a las hemiepífitas secundarias por su forma de crecimiento y con

las que se crea alguna confusión a la hora de categorizarlas, son las lianas. Las lianas al igual que

las hemiepífitas crecen sobre otras plantas pero siempre teniendo contacto con el suelo. Por esta

razón bajo un argumento estrictamente etimológico, son clasificadas como epífitas; pero en

realidad son dos gremios totalmente diferentes. Las lianas y bejucos (Adelobotrys o Smilax, por

ejemplo) en realidad son plantas que trepan con raíces adventicias absorbentes, las cuales deben

mantener contacto directo con el suelo siempre ya que si no mueren, por lo que su inclusión

dentro de las epífitas es discutible (Romero-Saltos 1999). Además, las hemiepífitas secundarias

pertenecen a familias no típicas de lianas como Marcgraviaceae, Ericaceae, Moraceae o

Araliaceae (Kress 1986). Para este estudio todas las plantas trepadoras que deban mantener un

contacto con el suelo para no morir, no serán incluidas como epífitas, pero en caso dado como

parientes terrestres (Vgr. Piper xanthostachyum).

Se ha estimado que las especies de plantas epífitas de todos los tipos abarcan el 10% de

todas las plantas vasculares (30,000 spp.), y están presentes en al menos 84 familias de plantas

(Madison 1977; Kress 1986; Benzing 1990). Esto sugiere que el hábito epífito ha evolucionado

varias veces de forma independiente; por ejemplo, el 29% de la división Pteridophyta, dentro de

estas el 75% de la familia Polypodiaceae (Tejero-Díez 2009), y dentro de esta familia el 23% del

Page 21: Tesis Gomez-Diaz 2010

21

género Asplenium son epífitas. Se estima que el 3% de las especies de la clase Magnoliopsida,

dentro de estas el 10% de la familia Cactaceae (Orden Caryofillales), el 23% de la familia

Piperaceae (Orden Piperales) y dentro de estas el género Peperomia que tiene 70% de sus

especies como epífitas. Dentro de la clase Liliopsida el 31% de las especies son epífitas, al igual

que el 73% de la familia Orchidaceae (Liliopsida: Orchidales), dentro de ésta el género

Pleurothallis con el 100%, el 46% de la familia Bromeliaceae (Liliopsida: Bromeliales), con el

género Tillandsia que tiene el 89% de especies epífitas y la familia Araceae con el 46% de sus

especies como epífitas (Orden Alistamales), incluyendo al género Anthurium con el 75% (Kress

1986; Gentry y Dodson 1987).

Las diferentes combinaciones de luz, nutrientes y disponibilidad de agua son explotadas

por los conjuntos de epífitas, formando gremios de especies para diferentes zonas en el dosel; las

diferencias interespecíficas de las distribuciones espaciales están determinadas muy claramente

en la ontogenia (Acebey y Krömer 2001; Zotz 2002b). Estas también han sido reportadas que

participan en la dinámica de nutrimentos y del agua en el bosque (Zotz y Andrade 2002), pues los

nutrimentos y el agua retenida en el dosel son incorporados al resto del bosque a través del

escurrimiento de agua o por la caída y muerte de epífitas desde el dosel (Flores-Palacios 2003).

Además, pueden ser utilizadas como indicadoras del nivel de salud de los ecosistemas en general,

ya que son muy susceptibles a las actividades humanas (Barthlott et al. 2001; Krömer et al.

2007a).

La vegetación epífita proporciona importantes recursos y hábitat para la riqueza de

microorganismos y animales como insectos, vertebrados insectívoros, nectarívoros y frugívoros,

especialmente murciélagos y aves (Benzing 1990). Las epífitas pueden ser de gran importancia

ecológica para la fauna de artrópodos del dosel, ya que proveen de protección ante los extremos

eventos climáticos. En días calurosos y sin nubes, estas proveen de micrositios con menores

temperaturas y menos pérdida de agua a través de la evapotranspiración, al contrario de aquellos

espacios sin epífitas dentro de la misma copa del árbol. Se ha encontrado una menor

evapotranspiración en copas de árboles con epífitas que en árboles sin estas, en cursos de días y

semanas, sugiriendo que las epífitas pueden funcionar como una especie de “aire acondicionado”

en el dosel de los árboles y el ecosistema (Stuntz et al. 2002).

Page 22: Tesis Gomez-Diaz 2010

22

En el caso de los murciélagos y aves juegan un papel importante en el flujo de genes entre

los fragmentos de bosques y los parches de estos en regeneración. Generalmente las aves y los

murciélagos se resisten a entrar o cruzar en paisajes abiertos a menos que esas áreas les ofrezcan

una importante recompensa (Werner et al. 2005), como lo son las flores atractivas de muchas

epífitas. Dentro de estas las más destacadas son las bromelias y las orquídeas (Flores-Palacios y

García-Franco 2003), las cuales permiten que los polinizadores puedan visitar una mayor

densidad de flores en poco tiempo (aumentando el total de la disposición floral, con muchas

flores juntas).

Para realizar estudios de distribución vertical de epífitas, se ha subdividido a los árboles

en cinco zonas verticales de acuerdo con Johansson (1974) (Figura 3):

Zona 1. Parte basal del tronco (0-2 m de altura);

Zona 2. El tronco hasta la primera ramificación y excluyendo las ramas aisladas que se

originen en la zona del tronco. De acuerdo con Logman y Jenik (1987) y otros (V. gr. ter Seege y

Cornelissen 1989, Ek et al. 1997, Engwald 1999; Gradstein et al. 2003), la zona 2 esta

subdividida en una parte húmeda del tronco (zona 2a) y una seca más arriba (zona 2b);

Zona 3. Parte basal de las ramas grandes, hasta la segunda ramificación (aprox. un tercio

de la longitud total de la rama);

Zona 4. Segundo tercio de la longitud de las ramas; y

Zona 5. El tercio exterior de la longitud de las ramas.

El esquema está basado en la estructura de un árbol, y las diferencias conspicuas en la

composición de las comunidades de pifitas, aunque cada zona de Johansson puede no coincidir

con algunas comunidades de epífitas distinguibles. Las tres principales comunidades de epífitas

vasculares en el bosque lluvioso ocurren en las zonas 1-2, zona 3, y zonas 4-5. Esas comunidades

difieren en riqueza de especies (baja en 1-2, alta en 3-5), biomasa (baja en 1-2 y 4-5, alta en 3), y

frecuencia de suculencia (baja en 1-3, alta en 4-5) (Kelly 1985; ter Steege y Cornelissen 1989;

Gradstein et al. 2003).

Page 23: Tesis Gomez-Diaz 2010

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Figura 3. Subdivisión de un árbol en las zonas verticales después de Johansson (1974) y ter Steege y

Conelissen (1989) (Tomado de: Gradstein et al. 2003).

Las epífitas tienen un patrón de diversidad en forma de campana alcanzando su mayor

riqueza en el neotrópico a altitudes intermedias (1000-2000 msnm). A estas altitudes se

encuentran zonas de clima templado-húmedo y casi sin estacionalidad donde se desarrollan los

bosques de montaña (Gentry y Dodson 1987; Kessler 2000, 2001a; Küper et al. 2004; Krömer et

al. 2005; Cardelus et al. 2006). El límite de distribución de las epífitas hacia el sur se ubica

aproximadamente a los 30° de latitud sur (Giongo y Waechter 2004). Se ha hipotetizado que la

gran riqueza de epífitas en el neotrópico es ocasionada por la gran cantidad de ambientes con

condiciones adecuadas. Además, de la habilidad de las epífitas para dispersarse a gran distancia,

fundar poblaciones pequeñas, aisladas, y especialmente por la radiación de clados neotropicales

que han aprovechado estas condiciones.

En el centro de Veracruz el BMM brinda condiciones favorables para el desarrollo de una

flora epifítica rica. Por la precipitación alta y la humedad constante, es posible que los espacios

para la existencia de muchas especies se diversifiquen; es decir, se logre una partición fina de

nichos y una diversidad α alta. Sin embargo, en este ambiente según los trabajos de Krömer et al.

Page 24: Tesis Gomez-Diaz 2010

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(2005) y Cardelús et al. (2006), los diferentes grupos de epífitas como Araceae, Bromeliaceae,

Orchidaceae, Piperaceae y Pteridophyta muestran curvas algo variables. Mientras que las aráceas

tienen una mayor diversidad en tierras bajas que disminuye con altitud por razones que se

mencionaran más adelante. También se han encontrado diferentes patrones de diversidad entre

los grupos de epífitas y sus parientes terrestres en BMM (Kessler 2000, 2001a; Viccon 2009).

Para tener una idea más completa de la forma en que los grupos principales de epífitas

cambian su riqueza a lo largo de un gradiente elevacional, es importante comparar los patrones de

riqueza de las epífitas con sus parientes terrestres, ya que muestran patrones de diversidad

diferente. Esto queda demostrado en los estudios de Kessler (2001a) y Viccon (2009) (Figura 4).

Es importante recalcar que el incluir parientes terrestres en estudios florísticos epifíticos, ayuda a

incrementar el conocimiento que se obtiene de los principales grupos de plantas epífitas.

Figura 4. Patrones elevacionales desde el punto de vista de diversidad, medidos como la media del

número de especies por parcelas de vegetación de 400 m2 , para Acanthacae (ACAN), Araceae (ARAC),

Bromeliaceae (BROM), Melastomataceae (MELA), Palmae (PALM) y Pteridophyta (PTER) a lo largo de

un transecto. Para Bromeliaceae y Pteridophyta los círculos negros y los blancos denotan especies epífitas

y terrestres, respectivamente (Tomado de: Kessler 2001a).

Page 25: Tesis Gomez-Diaz 2010

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Hablando del BMM en especifico, Viccon (2009) reportó en su estudio de epífitas y sus

parientes terrestres que el 86% de la flora muestreada corresponde a especies epífitas. Dentro de

las cuales sobresalen las pteridofitas y orquídeas. Mientras que en los parientes terrestres el grupo

que mas sobresale es el de los helechos, mientras que hay muy pocos representantes de las

orquídeas, aráceas y bromelias. Hay pocos estudios que han comparado la diversidad de especies

epifíticas y sus parientes terrestres, para lograr comprender sus patrones de riqueza. Solo se tiene

conocimiento de los patrones de algunos grupos como los helechos, los cuales tienen su máximo

pico de riqueza a los 1,800 msnm. Además, se sabe que las especies epífitas de helechos

requieren más humedad que las terrestres, por lo que tienen patrones de riqueza ligeramente

diferentes, dependiendo del incremento en la altitud (Kessler 2000; 2001a). Por eso, mientras que

en el BMM las especies epífitas de helechos son mucho más diversas que las terrestres (Viccon

2009), existe una mayor riqueza a altitudes mayores de helechos terrestres que de epífitos.

Posiblemente, los taxa epifíticos son más susceptibles a las temperaturas bajas en mayores

altitudes (Kessler 2001a).

Por otro lado, las bromelias tienen también un patrón de riqueza diferente entre epífitas y

terrestres. Las especies epífitas tienen su pico de riqueza a 1,700 m, mientras que las bromelias

terrestres a 3,000 m (Kessler 2000). Según el trabajo de Viccon (2009) realizado en dos BMM en

altitudes entre 1,000 y 1,500 msnm, encontró 20 especies de bromelias epífitas, mientras que el

número de especies terrestres fue de cuatro especies. Se ha encontrado que las Bromeliaceae

terrestres muestran una curva en forma de campana invertida, la cual se debe probablemente a la

dependencia de esos grupos a las altas condiciones luminosas en el sotobosque (Kessler 2000).

Finalmente, las aráceas muestran un patrón diferente, ya que estas dependen de la alta

temperatura y humedad, es decir que tienen mayor riqueza a altitudes bajas (Krömer et al. 2005;

Acebey y Krömer 2008). Por otro lado Viccon (2009) encontró once especies de aráceas epífitas

y solamente dos especies de terrestres en BMM, mientras que Perez-Peña (2007) encontró 17

especies de aráceas epífitas en tierras bajas de Los Tuxtlas entre 150 a 650 msnm.

Page 26: Tesis Gomez-Diaz 2010

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2.3 Alteración del BMM en el trópico

Debido a las condiciones climáticas favorables y a pesar de lo abrupto del terreno, muchas

de las áreas cubiertas por el BMM en México han estado densamente habitadas y sometidas a una

intensa explotación desde hace siglos. La vegetación original se ha ido eliminando de grandes

extensiones de terreno y en regiones enteras ya no existe. En muchas partes se practica una

agricultura seminómada que ha dado por resultado un mosaico de comunidades secundarias con

diferentes edades. El maíz (Zea mays) y el frijol (Phaseolus vulgaris) son las especies de cultivo

más usuales en estas áreas.

En altitudes inferiores a 1,000 m y en algunas partes de hasta 1,500msnm se planta el café

y en las comarcas particularmente favorables para tal cultivo, este llega a desplazar por completo

cualquier otro aprovechamiento de la tierra y en grandes extensiones solo se ven árboles de

jinicuil (Inga vera), bajo los cuales prosperan los cafetos (Cofea arabica). Con mucho menos

frecuencia se utilizan como árboles de sombra los propios del bosque natural y entonces, a

distancia, se tiene la impresión de que la vegetación no ha sido muy perturbada, pero al penetrar

se encuentra que el ecosistema ha cambiado para ser un cafetal (Rzedowski 1977).

En muchas partes el ecosistema ha sido destruido para dar lugar a pastizales, que rara vez

dan sustento a una ganadería prospera. Muchos de los árboles del BMM (Quercus, Juglans,

Dalbergia, Podocarpus, Liquidambar, etc.) tienen madera de buena calidad, que se emplea

localmente para diversos fines, estos árboles que son aprovechados por lo general son los más

grandes, lo que tiene serias repercusiones en las comunidades epífitas, ya que estas se encuentran

en mayores cantidades sobre estos (Zotz y Bader 2009). Aunado a esto, no existen explotaciones

forestales en forma, así que con los desmontes y las quemas se desperdician grandes volúmenes

de madera (Rzedowski 1977).

La creciente presión humana sobre los ecosistemas es actualmente una de las más

importantes amenazas para la diversidad (Figura 5), especialmente en los trópicos (Williams-

Linera 2007; Zotz y Bader 2009). Con el incremento de las perturbaciones antropogénicas, la

riqueza de epífitas declina y la composición de sus comunidades cambia, ya que estas plantas

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ocupan los estratos altos de los bosques, por lo que son unas de las primeras formas de vida en

ser afectadas por la deforestación. Por ejemplo, en los bosques de montaña lluviosos andinos,

donde se ha reportado la máxima diversidad global de epífitas. Los estudios realizados por

Barthlott y colaboradores (2001) y Krömer y colaboradores (2007a) han encontrado que la

diversidad de epífitas en la vegetación secundaria es de solo la mitad que en un bosque no

perturbado. Los impactos negativos de las actividades humanas en la diversidad de epífitas

también han sido observados en los bosques tropicales perennifolios en Singapur (Turner et al.

1994) y la Republica Dominicana (Martin et al. 2004). Para el centro de Veracruz, se tiene un

estudio muy completo realizado por Flores-Palacios y Valencia-Díaz (2007), en el cual reportan

el tráfico ilegal de epífitas, en especial de orquídeas, las cuales son comercializadas en grandes

cantidades, aumentando así la presión sobre las poblaciones de éstas.

Considerando las elevadas tasas de deforestación actuales en la mayoría de los países

tropicales, los grandes y contiguos bosques primarios serán raros y aislados en un par de décadas

(FAO 2006; Köster et al. 2009). Por lo tanto, la pregunta central en la conservación de plantas

tropicales es, si los hábitats antropogénicos resultantes pueden proveer refugios adecuados para la

diversidad de epífitas. Comparado con los bosques naturales, la diversidad de epífitas es reducida

en la mayoría de los hábitats antropogénicos estudiados, esto puede deberse a que los hábitats

antropogénicos tienen un microclima muy diferente al de un bosque natural. Ya que en el bosque

el aire se condensa en forma de nubes, y el aire seco es reciclado de nuevo en lo alto del bosque,

considerando la importancia que la humedad tiene para las epífitas podrían existir cambios en la

diversidad de epífitas con la ubicación del sitio de estudio y el tipo de transformación del hábitat

(Zotz y Bader 2009).

Los estudios de impacto antropogénico deben de incluir diferentes tipos de hábitat

transformados, para poder medir de una manera más evidente el impacto que este tiene (Barthlott

et al. 2001; Köster et al. 2009; Pérez-Peña y Krömer, en prensa). Los diferentes hábitats que

deben ser estudiados son: bosques perturbados por una parcial tala forestal, bosques secundarios

abandonados después de haber sido totalmente talados, plantaciones, árboles remanentes aislados

en pastizales, y fragmentos de bosques primarios. Numerosos estudios se han hecho con un solo

taxa, como las orquídeas o bromelias, los parámetros espaciales y temporales de transformación

de hábitat han sido tratados en solo unos pocos estudios (Köster et al. 2009).

Page 28: Tesis Gomez-Diaz 2010

28

Figura 5. Índice de urbanización por municipio en el centro y sur de Veracruz (Tomado de: INE 2009).

Al analizar la riqueza que se encuentra en los diferentes hábitats se ha encontrado que los

bosques secundarios jóvenes son los que albergan menor riqueza. Seguidos por los acahuales con

árboles viejos, esto sugiere que mantener árboles remanentes del bosque primario en acahuales,

ayuda aumentar la riqueza de epífitas del sitio (Werner et al. 2005; Köster et al. 2009). En

muchos sistemas agroforestales, la diversidad de epífitas es a veces sustancial (Pérez-Peña 2007;

Haro-Carrión 2009). En plantaciones de café con árboles viejos, se han reportado riquezas de

epífitas similares a los bosques naturales de los alrededores (Hietz 2005). Estudios de

comunidades animales, en diferentes ambientes han reportado una notable preservación de varias

especies de aves, murciélagos, e insectos, donde las epífitas juegan un papel importante como

proveedoras de recursos y refugio (Sazima et al. 1999; Cruz-Angón y Greenberg 2005; Krömer et

al. 2006).

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La mayoría de las perturbaciones antropogénicas reducen el tamaño promedio y la

diversidad de los árboles hospederos (forofitos), lo cual disminuye la diversidad de epífitas. Así

mismo las condiciones de menor humedad y mayor insolación, pueden influir en el declive de la

diversidad de epífitas (Krömer et al. 2007a; Köster et al. 2009). Esto se debe a que la humedad es

muy importante para las epífitas, especialmente para los taxa hidrófilos. Los cuales requieren

sombra y alta humedad, por ejemplo muchos pertenecientes a las familias Grammitidaceae e

Hymenophyllaceae (Barthlott et al. 2001; Zotz y Bader 2009).

La fragmentación de los bosques tiene un rápido y fuerte efecto en reducir la riqueza de

especies nativas (Benson 1991; Flores-Palacios y García-Franco 2008) porque modifica las

diversidades alfa y beta, debido a que implica el establecimiento de nuevas condiciones, nuevos

ensambles e incluso la desaparición de otros. Los procesos de fragmentación reducen

rápidamente la diversidad de helechos, mientras que la comunidad de árboles es afectada más

lentamente. Esto puede observarse en la mayoría de los bosques de la región en el centro de

Veracruz, que generalmente tienen un estrato arbóreo con especies propias de BMM, pero los

helechos encontrados en el sotobosque son en su mayoría invasores o propios de ambientes

abiertos (Hernández 2010).

Por el contrario, se ha demostrado que la perturbación puede causar el incremento de

algunas especies en los bosques secundarios en el Neotrópico, algunas veces en riqueza o en

abundancia (Cascante-Marín et al. 2006). Las razones del porque se da este incremento aun está

sujeto a especulaciones. Una posible razón es que en el caso de algunas bromelias,

principalmente del género Tillandsia, pueden soportar ambientes xéricos, e incluso desarrollarse

positivamente. Esto se debe a que un buen número de especies de esta familia, tiene el

mecanismo fotosintético CAM (Zotz 2002a).

Otros ejemplos de especies que son favorecidas por la perturbación incluyen a algunas

aráceas hemiepífitas, así como algunos helechos epífitos de las familias Aspleniaceae y

Polypodiaceae (Krömer y Gradstein 2003). Los helechos terrestres pueden adaptarse a

perturbaciones antropogénicas de diferentes maneras, por ejemplo Pteridium aquilinum puede

dominar áreas donde el bosque ha sido deforestado solo recientemente, esto ocurre también para

especies del género Lygodium y Blecnhum (Barradas-Paciencia y Prado 2005). Por otro lado

Page 30: Tesis Gomez-Diaz 2010

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existen también helechos que son tolerantes a los hábitats quemados (V. gr. Dicranopteris

linearis) (Mehltreter et al. 2010). Kessler (2001b) notó que la riqueza de helechos (al igual que

en otros grupos) disminuye desde un bosque maduro a uno perturbado, secundario, árboles

pequeños y pastizales.

Generalmente hay unas pocas especies de helechos terrestres que incrementan después de

una perturbación, mientras que las especies de helechos epífitos disminuyen (Barthlott et al.

2001; Krömer y Gradstein 2003; Köster et al. 2009). Por otro lado, la diversidad de especies

arbóreas y los cambios sucesionales de la vegetación incrementan la disponibilidad de nichos en

diferentes estratos verticales con la mayor madurez del bosque (Moreno et al. 2009). Esto se ha

observado en cafetales donde la comunidad de helechos cambia totalmente a la de los bosques

conservados cercanos.

Las especies más comunes en cafetales son especies heliófilas que se desarrollan en claros

(Hernández 2010), mientras que en bosques conservados se encuentran muchas especies

terrestres y epífitas adaptadas a la sombra (Mehltreter 2008). Hernández (2010) encontró en

bosques conservados del centro de Veracruz un menor promedio de diversidad taxonómica

porque la mayoría de los taxa observados fueron epífitas de amplia distribución pertenecientes a

las familias Dryopteridaceae y Polypodiaceae. Además, de que la alta riqueza de helechos

encontrados en su estudio estuvo representada por especies que crecen en bosque conservado

(aprox. el 95%). Sin embargo, en bosques perturbados encontró mayor individuos de especies

indicadoras de disturbio como Selaginella spp. y Blechnum appendiculatum. Mientras que no

encontró especies de áreas perturbadas reportadas en estudios de la misma región como son:

Dennstaedtia cicutaria, Macrothelypteris torresiana, Pteridium spp., Thelypteris dentata

(Carreño 2006), Hypolepis nigrescens, Lycopodium clavatum y L. thyoides (Williams-Linera et

al. 2005).

En conclusión, las perturbaciones antropogénicas actuales en los bosques, afectan a las

epífitas de manera multifacéticas, desde destrucciones físicas focalizadas, a efectos graves en su

crecimiento y supervivencia poblacionales, relacionados con el tráfico ilegal de especies (Flores-

Palacios y Valencia-Díaz 2007; Zotz y Bader 2009). El correcto manejo de los ecosistemas

antropogénicos puede reducir la presión en los bosques primarios. De cualquier manera, un mejor

Page 31: Tesis Gomez-Diaz 2010

31

entendimiento de la ecología de los ecosistemas modificados por el hombre es necesario para

implementar medidas de conservación a nivel de paisaje.

2.4 Trabajos realizados en el neotrópico y México

Aguirre-León (1992), integró un análisis cuantitativo de las epífitas vasculares presentes

en México, como un punto de partida para posteriores estudios. La información fue reunida con

base en fuentes bibliográficas, datos contenidos en especímenes de siete herbarios mexicanos

(MEXU, CHAPA, AMO, IZTA, ENCB, XAL, UAMI), de colectas, de material cultivado y de

comunicaciones personales con especialistas. De estos datos se elaboró un listado de 1,207

especies de epífitas, correspondientes a 37 familias y 174 géneros.

Ibisch (1996), presentó un estudio sobre la diversidad de epífitas en Bolivia. Investigó la

flora y la vegetación epifítica a nivel local, analizando la importancia relativa de las epífitas en

relación a la fitodiversidad total y además la dinámica de la vegetación epifítica. Estimó un

aproximado de 1, 500 especies de epífitas para Bolivia.

Engwald (1999), estudió la vegetación epifítica de un bosque montano (La Carbonera con

2,300 m de altitud) y un bosque de tierras bajas (Río Suromoni con 100 m de altitud) en

Venezuela. Elaboró un análisis comparativo de la diversidad, ecología y distribución espacial de

las comunidades de epífitas vasculares en ambos tipos de bosque. Registró 53 especies en bosque

de tierras bajas pertenecientes a 10 familias y 120 especies pertenecientes a 18 familias en el

bosque montano.

Nieder et al. (1999), compararon la diversidad de epífitas vasculares de varios estudios

con diferentes niveles de elevación y precipitación realizados en los últimos 20 años, en cuatro

sitios de bosques tropicales montanos: Sehuencas (Bolivia); Otonga y Rió Guajalito (Ecuador) y

La Carbonera (Venezuela). Analizaron las composiciones florísticas, los patrones verticales y

horizontales de la distribución de epífitas en los sitios, sus estudios muestran que las orquídeas

Page 32: Tesis Gomez-Diaz 2010

32

son la familia con más riqueza de especies, pero que en tierras bajas aráceas es particularmente

diversa.

Kessler (2000), analizó la distribución de varios grupos entre ellos Cactaceae, Araceae,

Bromeliaceae y Pteridophyta en 62 cuadrantes de 400 m2, a lo largo de un transecto entre los 500

msnm y los 2,450 msnm. En una zona al oeste del departamento de Santa Cruz, Bolivia. Escogió

estos grupos por su facilidad de muestreo y su variedad de formas de vida. Encontrando que los

patrones de riqueza de especies elevacionales fueron específicos para cada grupo y están

relacionados probablemente con las características ecofisiológicas de cada grupo. Además dentro

de la misma familia de Pteridophyta, Bromeliaceae y Cactaceae las especies epífitas y terrestres

presentaban diferentes patrones de riqueza a lo largo del transecto. También que el endemismo es

mayor en los taxa terrestres que en los epifíticos, y fue menor entre Pteridophyta comparado con

los demás grupos.

Acebey y Krömer (2001), hicieron un estudio de la diversidad y distribución vertical de

epífitas en bosque (250-500 msnm) en Bolivia. Usaron una metodología uniforme para todas las

parcelas y los diferentes sitios, la cual consistió en hacer parcelas 20x20 m, en donde se

inventariaron a las epífitas y hemiepífitas del sotobosque y un árbol maduro. Encontraron 147

especies en total, en los relevamientos alrededor del campamento se encontraron 89 especies. Se

encontró un patrón de composición florística donde las orquídeas, pteridofitas y aráceas fueron

los grupos más importantes. También encontraron que las epífitas pueden mostrar ciertas

preferencias en la distribución vertical, relacionándolo con factores como el microclima y la

estructura del forofito.

Barthlott et al. (2001), compararon la diversidad de epífitas en áreas primarias y

secundarias de bosque en La Carbonera, en los Andes de Venezuela, para ver el efecto de los

disturbios antropogénicos sobre la diversidad de epífitas. Además, compararon la diversidad de

epífitas entre un bosque primario (lluvioso, siempre verde) y tres tipos de vegetación expuesta a

diferentes niveles de disturbio antropogénico (vegetación con disturbio, relicto de bosque y una

plantación de Cedrela sp. y Pinus sp.). En vegetación primaria registraron 191 especies

pertenecientes a 20 familias, en vegetación con disturbio 81 especies, en relicto de bosque 42

especies y en plantaciones 13 especies.

Page 33: Tesis Gomez-Diaz 2010

33

Córdova y Del Castillo (2001), examinaron la cobertura de epífitas en árboles de bosques

secundarios con una secuencia cronológica de 15, 45, 75 y mayores a 90 años, cubiertos

anteriormente por un bosque de niebla y un bosque primario adyacente en el sur del Estado de

Oaxaca, México. El coeficiente más alto de incremento de epífitas estuvo entre árboles de 15 y

45 años. La abundancia de musgo tiene una correlación positiva con las epífitas vasculares.

Kessler (2001b), comparó el endemismo de cuatro grupos de estudio (Araceae,

Bromeliaceae, Palmae y Pteridophyta) a lo largo de gradientes con perturbación antropogénica de

bosque (bosque sin perturbar, bosque perturbado, bosque secundario, arbustos secundarios y

pasturas) en los Andes bolivianos. Encontrando que el endemismo fue significativamente más

alto en bosques perturbados comparados con bosques mauros, pero declinó en hábitats

fuertemente perturbados. Finalmente propuso que las especies endémicas son de alguna manera

competitivamente inferiores a otros taxa que también se encuentran. Dentro de sus rangos, las

especies endémicas dependen de las perturbaciones de hábitats naturales para prevenir su

exclusión competitiva por otras especies, por lo tanto se beneficiarían de un cierto nivel de

perturbación antropogénica. Concluyendo que la conservación de una parte de la flora endémica

puede realizarse en zonas sujetas a uso forestal sostenible, sin necesidad de erradicar

completamente las actividades humanas.

Wolf y Flamenco (2003), establecieron la riqueza y los patrones de distribución de

epífitas vasculares en distintas regiones de Chiapas. Estas diferían en altitud y en cantidad de

precipitación pluvial. El objetivo era discernir los problemas que se presentan al comparar

distintos inventarios de epifitas, revisando inventarios recientes (de superficie o de árboles

individuales muestreados). 12,276 registros fueron georeferenciados y compilados en una base de

datos que fue analizada mediante un sistema de información geográfica. En total encontraron

1,173 especies de epifitas vasculares (39 familias), reportadas para el estado de Chiapas,

representando el 14% de la flora total, aproximadamente la mitad de las especies eran orquídeas

(568 spp.), seguidas por helechos (244 spp.) y bromelias (101 spp.).

Barradas-Paciencia y Prado (2005) investigaron el impacto de la fragmentación forestal

en las comunidades de pteridofitas de la región Bahía, Brasil. El estudio lo hicieron comparando

riqueza y composición florística entre fragmentos grandes y pequeños de bosque primario

Page 34: Tesis Gomez-Diaz 2010

34

además de bosques secundarios. Se inventariaron las pteridofitas hasta un m de altura en los

diferentes tipos de vegetación. Los resultados que obtuvieron sugieren que la fragmentación tiene

un impacto negativo en la riqueza de pteridofitas en los bosques secundarios. Sin embargo, los

fragmentos pequeños de bosque tienen riqueza de pteridofitas y tasas de diversidad similares a

aquellos encontrados en los fragmentos grandes. Por lo que deberían ser considerados como

lugares que pueden ayudar a la conservación de las especies de los bosques de la región.

Krömer et al. (2005), estudiaron la diversidad de epífitas vasculares a lo largo de un

gradiente altitudinal en bosques húmedos en los Andes al norte de Bolivia, en un gradiente

altitudinal que se extiende de 350–4,000 m sobre el nivel del mar, muestrearon el sotobosque

además de un árbol en 90 parcelas de 400 m2, registrando cerca de 800 especies. El pico máximo

de diversidad de epífitas vasculares fue registrado a altitudes intermedias alrededor de 1,500 m y

declinó un 65% a 350 m y un 99% a 4,000 m.

Werner et al. (2005), tuvieron como objetivo describir la diversidad y abundancia de

epífitas vasculares en 15 árboles remanentes en pastizales y seis de bosque, en los Andes

ecuatorianos. Se tomaron en cuenta la altura del árbol, DBH, localización, elevación y tiempo

pasado desde la aislación, y se muestrearon las epífitas en las cinco zonas Johansson (JZ).

Encontraron en total 253 especies de epífitas vasculares, se encontró una riqueza

significativamente menor en los árboles remanentes que en los de bosque. El empobrecimiento

fue mayor en las bases del tronco y copas externas. Esto se explicó por la diferencia en el

microclima, relacionado con el aumento de la evaporación e insolación. Concluyeron que los

árboles remanentes pueden ser refugios para las epífitas en la mayoría de los climas húmedos y

áridos, contribuyendo a preservar la riqueza.

Wolf (2005), estudió el efecto del disturbio antropogénico en bosque de pino-encino, en

tierras altas de estado de Chiapas. Se estimó la riqueza y la biomasa de epífitas, en 16 sitios con

disturbio antropogénico con 35 árboles cada uno, con elevaciones similares. Registró 74 especies

en los 560 árboles muestreados. El género Polypodium fue el que dominó en cuanto riqueza de

especies, pero en todos los sitios las bromelias eran más visibles abarcando el 97.5% de la

biomasa total de las epífitas.

Page 35: Tesis Gomez-Diaz 2010

35

Benavides et al. (2006), midieron la riqueza, número de plantas y composición de

especies holo y hemiepífitas en 56 parcelas de 0.04 ha, distribuidos sobre acahuales de 2 a 30

años de abandono, y bosques maduros en las partes bajas del Amazonas (Parque Nacional

Amacayacu, Colombia). Se encontraron 160 especies en 4,277 forofitos. Encontraron 77 especies

como holoepífitas y 85 especies como hemiepífitas, el grupo más diverso fue el de las aráceas (58

spp.). La riqueza de especies, densidad y biomasa de hemi y holoepífitas se incrementaba

significativamente desde los acahuales jóvenes hasta los bosques maduros. La edad del bosque no

tuvo relación con la composición de holoepífitas sin embargo, para las hemiepífitas esta si fue

significante, lo que sugiere que el intercambio de especies se realiza con el envejecimiento de los

acahuales.

Cascante-Marín et al. (2006), analizaron las diferencias entre riqueza, composición

florística, estructura poblacional y localización dentro árboles, de bromelias epífitas. En bosques

secundarios y bosques maduros en Costa Rica. La diversidad en el bosque maduro fue la más

alta, además las composiciones florísticas y especies dominantes diferían en los diferentes sitios.

Guzmania monostachia y Catopsis nutans dominaron en los bosques secundarios, mientras que

Tillandsia fasciculata y T. tricolor fueron las más abundantes en el bosque maduro. Los patrones

espaciales fueron similares entre hábitats, las bromelias tendían a agregarse en pocos forofitos

relativamente grandes. Encontraron que las diferencias en la composición florística y las tasas de

reclutamiento de semillas entre el bosque secundario y el maduro, pueden deberse a diferencias

ecofisiológicas, así las composiciones de epífitas pueden ser explicadas cuando se conocen las

condiciones del hábitat, la disponibilidad de propágulos, características y requerimientos para el

establecimiento de semillas.

Krömer et al. (2007a), para estudiar el impacto de la deforestación en la diversidad de

epífitas vasculares, compararon la riqueza de especies en bosque primario y acahuales adyacentes

de 15 años de edad, en dos diferentes sitios en Los Yungas, Bolivia, incluyendo bosque

submontano (500 – 1,200 m) y bosque montano (1,500 – 2,500 m). Casi 500 especies de epífitas

(25 familias y 110 géneros) fueron registradas. Los acahuales tenían 60–70% menos especies que

el bosque natural vecino. La reducción de la diversidad de epífitas se puede explicar por las

características estructurales de los árboles en los acahuales, la carencia de una cubierta densa en

musgo y un microclima más seco.

Page 36: Tesis Gomez-Diaz 2010

36

Köster et al. (2009), hicieron un estudio muy completo en la reserva Otonga de Ecuador,

ya que incluyeron todos los tipos relevantes de hábitats transformados en un área (bosque

primario continuo, fragmentos de bosque primario, bosques secundarios y árboles remanentes en

pastizales). En total encontraron 383 especies de epífitas vasculares, 286 especies en los

cuadrantes del bosque primario, 281 especies en los fragmentos del bosque, 237 especies en los

árboles aislados y 194 especies en el bosque secundario. La diversidad de epífitas incrementó

considerablemente con la edad de los bosques secundarios, pero los ensambles de especies en

árboles remanentes aislados empobrecieron notablemente con el tiempo desde su aislamiento. Por

lo tanto, los árboles aislados pueden servir para la recolonización de bosques secundarios, pero

solo por un período de tiempo relativamente corto.

2.5 Estudios previos realizados en Veracruz

Valdivia (1977), realizó un estudio de las epífitas vasculares de la región del río

Uxpanapa, Veracruz. Esta región fue escogida por que esta área se colonizó y estas especies

fueron eliminadas por desmonte, muestreando durante un año árboles tirados, con el fin de

aportar datos básicos para la posible conservación y utilización de estos recursos. Se colectaron y

registraron 153 especies correspondientes a 54 géneros, las familias más abundantes fueron:

Orchidaceae, Araceae, Bromeliaceae, Cactaceae, Piperaceae y Polypodiaceae.

Hietz y Hietz-Seifert (1994), elaboraron una guía de campo, que suministra información

básica taxonómica y ecológica, complementada con dibujos y esquemas de las epífitas vasculares

de dos regiones del estado de Veracruz: la región central, que comprende los alrededores de

Xalapa y la región sur del estado, en Los Tuxtlas, especialmente en los alrededores de la Estación

de Biología Tropical “Los Tuxtlas” de la UNAM, describiendo más de 330 especies de epífitas

vasculares para las regiones de Xalapa y Los Tuxtlas.

Williams-Linera et al. (1995), estudiaron remanentes de bosque de niebla en Veracruz,

para determinar el destino de algunas especies de orquídeas epífitas y la importancia de los

Page 37: Tesis Gomez-Diaz 2010

37

elementos del paisaje en la conservación de la biodiversidad regional. Los sitios remanentes

incluyeron fragmentos de bosque y árboles aislados en potreros usados como sombra para

cafetales. Un total de 61 especies de orquídeas se encontraron en los elementos del paisaje

considerados, nueve especies que se registraron en árboles aislados no se encontraron en

fragmentos de bosque.

Carmona (1996), presenta un inventario de las orquídeas que se encuentran en la reserva

ecológica Parque de Flora y Fauna Silvestre Tropical, adscrito al Instituto de Neuroetología de la

Universidad Veracruzana, en Catemaco, Veracruz. En el reporta 177 especies comprendidas a 63

géneros, incluyendo dos nuevos registros para el estado de Veracruz.

Hietz-Seifert et al. (1996), compararon la diversidad de epífitas vasculares al sur de

Veracruz en terrenos alrededor de la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas”, UNAM. Las

epífitas en árboles forestales remanentes aislados y un corredor del bosque a lo largo de un arroyo

en un sitio de pastizal registrado hace 28 años, fue comparado con árboles plantados en el mismo

pastizal (Cedrela sp. y Citrus sp.) y dos parcelas de bosque no perturbado, muestreando un total

de 283 árboles con diámetro a la altura del pecho mayor a 10 cm, registrando un total de 83

especies de epífitas y hemiepífitas, los grupos más dominantes fueron orquídeas con 26 especies,

aráceas 17 y los helechos con 11 especies.

González-Soriano et al. (1997), dentro del libro de Historia Natural de los Tuxtlas,

incluyeron un listado de familias y especies nativas para el área de la Estación de Biología

Tropical “Los Tuxtlas” UNAM, con datos de estudios anteriores realizados por Ibarra-Manríquez

y Sinaca en 1987. Los datos incluyen las principales familias de epífitas vasculares como

Orchidaceae, Bromeliaceae, Araceae, Cactaceae y Piperaceae. También dentro del mismo libro se

hace una contribución por Riba y Pérez-García de datos recopilados, referentes a esta zona, en

herbarios así como trabajo de campo, presentado un listado de helechos el cual incluye varias

familias de epífitas.

Zamora-Crescencio y Castillo-Campos (1997), realizaron el estudio de la flora vascular

del municipio de Tlalnelhuayocan, encontrando que el tipo de vegetación primaria que existe en

ese municipio es el BMM, y que ocupaba una superficie de 1,024 ha (32.7% del municipio),

mientras que la vegetación secundaria ocupaba el 6.5% del municipio. Para el municipio reportó

Page 38: Tesis Gomez-Diaz 2010

38

412 especies dentro de las cuales 76 especies son epífitas, además da un listado de 89 especies de

árboles, arbustos y hierbas del BMM susceptibles de introducción en parques y jardines de la

zona urbana.

Flores-Palacios (2003), estudió el efecto de la fragmentación sobre la diversidad y

estructura de la comunidad de epífitas vasculares, en un paisaje de casi 45 ha., en el municipio de

Tlalnelhuayocan, Veracruz, integrado por vegetación riparia, árboles aislados en potrero y un

fragmento de BMM. Encontró una riqueza de 118 especies, concluyendo que la fragmentación

del BMM reduce la heterogeneidad de ambientes y que esa heterogeneidad explica la riqueza de

epífitas en este bosque.

Franco (2004), estudio la flórula epífita, en un remanente de bosque tropical, en Las

Choapas, Veracruz, registró 77 especies de epífitas vasculares, pertenecientes a 20 familias,

incluyendo cuatro nuevos registros para la flora de Veracruz.

Hietz (2005), evaluó el impacto del cultivo de café sobre la diversidad de plantas epífitas,

examino epífitas vasculares sobre árboles de sombra en nueve plantaciones de café diferentes y

comparó los registros con los de cuatro bosques naturales en el centro del Estado de Veracruz,

México. En plantaciones de café ocurrieron 89 especies y 104 en bosque natural. Sin embargo,

las comunidades de epífitas fueron más homogéneas en plantaciones de café que en los bosques,

posiblemente por un microclima más seco y la escasez de árboles longevos.

Hietz et al. (2006), estudiaron el efecto del disturbio del bosque y compararon la

abundancia y distribución de tres especies de orquídeas y cinco especies de bromelias en un área

de bosque perturbado y un adyacente bosque de montaña, situado a 2.5 kilómetros del sur de

Xalapa. Cinco de las ocho especies eran menos comunes en vegetación con disturbio, incluso una

especie de orquídea desapareció, pero tres especies de bromelias eran substancialmente más

abundantes en el área con disturbio, lo que hacía que la densidad total de todas especies

investigadas fuera casi tres veces más grande en el área con disturbio.

Pérez-Peña (2007), estudio la riqueza y composición florística de epífitas vasculares, en

terrenos cercanos a la estación de biología “Los Tuxtlas”. Hizo 21 parcelas de 20 x 20 m en tres

diferentes sitios (Bosque tropical perennifolio, Acahuales y plantaciones de cítricos viejos), con

Page 39: Tesis Gomez-Diaz 2010

39

diferentes grados de perturbación antropogénicas. En total encontró 81 especies, donde la familia

Orchidaceae fue la mejor representada, seguida por Pteridophyta, Araceae, Bromeliaceae y

Piperaceae. En el bosque tropical perennifolio en seis parcelas encontró 58 especies. Mientras

que en acahuales en siete parcelas encontró 42 especies, por ultimo en las plantaciones de cítricos

en ocho parcelas encontró 51 especies. Con estos datos el destaca la importancia de mantener

árboles viejos en sitios donde se pierde la vegetación original para ayudar a la conservación de la

riqueza de epífitas.

Cortés (2009), realizó un estudio sobre las especies de la familia Bromeliaceae en los

relictos de vegetación de bosque de pino, bosque de encinos, bosque de pino-encino, BMM, selva

mediana subperennifolia, selva baja caducifolia y manglar de las cuencas de los ríos Nautla,

Misantla y Colipa del centro de Veracruz. En este estudio encontró 47 especies de las cuales

nueve eran terrestres, el tipo de vegetación que más riqueza presenta fue el bosque de encinos (34

spp.), seguido por el BMM (28 spp.), después la selva mediana (26 spp.), la selva baja (24 spp.),

el bosque de pino-encino (20 spp.), el bosque de pino (10 spp.) y en último lugar el manglar (2

spp.).

Morales (2009), realizó un estudio de la diversidad de orquídeas encontradas en cuatro

ambientes de selva baja, dentro del ejido Rancho Viejo-Palmarejo, del municipio Emiliano

Zapata. En estos cuatro ambientes encontró un total de 70 orquídeas de las cuales seis eran

terrestres, al final incluye un catalogo fotográfico de las especies, y las épocas de floración.

Viccon (2009), comparó la diversidad de epífitas vasculares y sus parientes terrestres en

Atzalan y Zongolica. Utilizó ocho parcelas de 20 x 20 m en cada sitio, además un árbol en cada

parcela. Después comparó ambas localidades utilizando el índice de Sørensen, obteniendo un

28% de similitud, que fueron 156 especies. En Atzalan encontró 102 especies y 101 especies en

Zongolica. Encontrando un patrón de composición florística donde dominaban las Pteridophyta,

seguidas por Orchidaceae, Bromeliaceae, Araceae y Piperaceae. En el dosel encontró 82 especies,

con una mayor riqueza cuando se encontraba en la zona intermedia del árbol, ahí dominaron las

orquídeas, mientras que en la base del tronco dominaron las aráceas y los helechos.

Salazar (2010), realizó el listado florístico de las holoepífitas vasculares del BMM en el

municipio de Acajete, Veracruz. Registrando 114 especies, por lo que se considera que la riqueza

Page 40: Tesis Gomez-Diaz 2010

40

de este sitio de estudio es de las mayores en cuanto a trabajos de epífitas de la región. La familia

Orchidaceae fue la más rica a nivel de género y especie (22 géneros y 36 spp.), seguida por

Polypodiaceae (17 spp.), Piperaceae (16 spp.), Bromeliaceae (15 spp.). Mientras que los géneros

con mayor número de especies fueron Peperomia (16 spp.), Tillandsia (10 spp.), Asplenium (8

spp.) y Polypodium (7 spp.). Además registró ocho especies dentro de la NOM-059.

Page 41: Tesis Gomez-Diaz 2010

41

3. HIPÓTESIS

La pregunta central que intenta aclarar esta investigación es:

¿Cómo cambia la composición y diversidad florística de las epífitas vasculares y

parientes terrestres de las principales familias de éstas, en diferentes fragmentos de

BMM y acahuales?

La hipótesis central de este trabajo es la siguiente: “Si la influencia antropogénica no tiene

un efecto en la composición y diversidad florística de la comunidad epifítica vascular entonces, la

comunidad de éstas será similar entre el BMM y el acahual, además serán fisionómicamente

iguales”.

Para intentar responder la pregunta central y comprobar si la hipótesis es cierta, se

buscaron dos fragmentos de BMM y se compararon con dos acahuales derivados de este para

describir cómo son la composición y diversidad florística de epífitas vasculares en estos

ambientes con influencia humana.

Page 42: Tesis Gomez-Diaz 2010

42

4. OBJETIVOS

4.1 General

Comparar la composición y diversidad florística de epífitas vasculares, además de los

parientes terrestres de los principales grupos de éstas (aráceas, bromelias, piperáceas,

orquídeas y helechos) entre fragmentos de BMM conservados y acahuales derivados de

éste en el municipio de Tlalnelhuayocan, Ver.

4.2 Particulares

Determinar la composición florística y riqueza de las especies de epífitas vasculares y los

parientes terrestres de los principales grupos de éstas en fragmentos conservados de BMM

y acahuales derivados de este.

Elaborar un listado florístico, incluyendo el tipo de vegetación donde se encontraron las

especies registradas, así como su frecuencia.

Analizar y determinar el efecto de la influencia antropogénica sobre la composición y

diversidad florística de las epífitas vasculares y los parientes terrestres.

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43

5. MATERIALES Y MÉTODOS

5.1 Área y sitios de estudio

5.1.1 Descripción general del área (descripción de la comunidad)

El trabajo de campo comenzó en noviembre del 2009 concluyendo en junio del 2010 en el

municipio de Tlalnelhuayocan, Veracruz, México (Figuras 6 y 7). El nombre del municipio

proviene del Náhuatl Tlalnéhual–yoch-can que significa “Lugar donde hay raíces” ó “lugar lleno

de raíces”, esto debido al exuberante bosque donde el paisaje verde no permite que se perciban

los cambios estacionales (Zamora y Castillo-Campos 1997). Históricamente fue un pueblo

prehispánico, pero en el siglo XVI sus habitantes se congregaron en el pueblo de Jilotepec, y más

adelante el lugar fue repoblado por hablantes del náhuatl. En 1932 por un decreto se suprime el

nombre de San Andrés Tlalnelhuayocan, el cual sigue utilizándose hasta la fecha por costumbre,

aunque el oficial es únicamente Tlalnelhuayocan (Secretaria de Gobierno 2005). Este territorio ha

sido fuente de importantes recursos maderables como son encino, ocozote, fresno, sauce y álamo

a las localidades aledañas, gracias a su ubicación geográfica privilegiada.

El municipio tiene altitudes elevadas ya que se encuentra ubicado al este del Cofre de

Perote (N 19° 34’, O 96° 58’), estas pueden ir desde los 1,500 a los 1,700 msnm (Figura 8). Su

superficie abarca 29.61 (0.04% del total del estado), dentro de la cual corren diferentes

arroyos tributarios (Figura 7) del rio Huitzilapan (Pescados) como: Sedeño, Amoyolapan, Río

Sordo, Agüita Fría, Pixquiac y Xocoyolapan (Secretaria de Gobierno 2005). La unión de la

altitud y las diferentes fuentes de humedad, le dan a este municipio características climáticas muy

importantes para los tipos de vegetación que ahí se desarrollan.

El clima de la región es templado-húmedo (Figura 9) con lluvias uniformemente

repartidas durante todo el año (García 1964). La precipitación media anual es de 1,324.5 mm, con

43.1 mm de precipitación mínima en diciembre y 272.2 mm de precipitación máxima en junio.

La temperatura media anual es de 16°C con poca oscilación durante el año (García 1964;

Williams-Linera 2002). En el área estudiada hay tres temporadas climáticas marcadas, una seca-

Page 44: Tesis Gomez-Diaz 2010

44

fría (noviembre-marzo), una seca-cálida (abril-mayo) y una húmeda-cálida (junio-octubre)

(Williams-Linera 1997).

Figura 6. Ubicación de Tlalnelhuayocan en el estado de Veracruz (Tomado de: Gobierno del Estado de Veracruz

2010)

Figura 7. Ubicación de Tlalnelhuayocan y sus municipios colindantes (Tomado de: INEGI 2010; escala 1:3,235m).

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Figura 8. Vista de la topografía del municipio de Tlalnelhuayocan rumbo al Cofre de Perote (Tomado de: Google

2010).

Figura 9. Ubicación de las unidades climáticas en Tlalnelhuayocan (Tomado de: INEGI 2010).

Page 46: Tesis Gomez-Diaz 2010

46

El BMM (Figura 10) del sitio estudiado está dominado por árboles caducifolios (Quercus

spp. y Liquidambar macrophylla Oerst.). El comportamiento de pérdida de hojas y rebrotamiento

sigue un patrón predecible (sensu Colwell 1974); cada año, durante la época seca-fría

(noviembre-marzo) e independientemente de las condiciones climáticas, los árboles dominantes

abren el dosel con la pérdida de sus hojas y lo cierran cinco meses después, con el rebrote de las

mismas. Estos cinco meses son una época de alta irradiación para el sotobosque en general y en

particular para las epífitas (Williams-Linera 1997; Théry 2001; Williams-Linera 2003).

Para el año 1990 se estimaba que el BMM cubría aún el 39.9% de la superficie del

municipio (1,064 ha), lo cual lo convertía en una de las áreas mejor conservadas de BMM en el

centro de Veracruz. Mientras que el área destinada a la agricultura correspondía al 60% del

municipio (1948 ha). Sin embargo, esto ha ido cambiando y para 1995 el BMM cubría el 18% de

la superficie del municipio (595 ha). Mientras que la superficie destinada para la agricultura era

el 82% del municipio (2658.21 ha) (Zamora-Crescencio y Castillo-Campos 1997). Ya para el año

2000 el BMM cubría solo el 15% del municipio (488 ha), mientras que la superficie agrícola era

del 85% (2765 ha). Finalmente los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía

(INEGI) que son del 2005 reportan que el BMM solo cubre el 9% del municipio (344.5 ha)

mientras que la superficie agrícola cubre el 85% del municipio (3106 ha). En la figura once se

muestran los cambios de superficie del BMM y del destinado a la agricultura.

La población total del municipio de acuerdo a los resultados del censo 2000, era de

11,463 habitantes. Finalmente los resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda

del 2005, el municipio cuenta con un total de 13,855 habitantes (Secretaría de Gobierno 2005).

Las actividades económicas más importantes dentro del área de estudio son agropecuarias (79%),

como son: la piscicultura especialmente la cría de trucha arcoíris, la ganadería bovina, así como

la siembra de papa y calabaza. Existe también extracción de recursos maderables de manera

selectiva, en la actualidad hay un programa de caminatas como recreación ecoturística por la

zona. Se puede decir que existe un moderado impacto ambiental en las zonas más alejadas de las

granjas de truchas, y son principalmente por la creación de veredas para que las vacas puedan

pastar.

Page 47: Tesis Gomez-Diaz 2010

47

Figura 10. Fotografía satelital (Tomada de: Google 2010) y aérea (Tomada de: INEGI 2010, 1:10 km) de

Tlalnelhuayocan, donde se pueden observar los manchones de BMM.

Page 48: Tesis Gomez-Diaz 2010

48

Figura 11. Cambio en ha de Bosque mesófilo de montaña y tierras dedicadas a la agricultura.

El grado de impacto es más evidente mientras más se aleja del sitio de estudio, ya que se

puede encontrar una alteración completa del ecosistema original, para dar lugar a potreros los

cuales no albergan casi especies del ecosistema original. Este BMM se encuentra sujeto a una

gran presión, en gran parte al cambio de uso de suelo que se da para albergar al ganado bovino o

a los cultivos. Los problemas potenciales a los que se ve expuesta esta comunidad, son la erosión

del suelo, la pérdida de biodiversidad, y la pérdida de nutrientes esenciales para el desarrollo de

las redes tróficas ahí establecidas.

En cuanto al aspecto biológico se puede afirmar que no se le da una prioridad en cuanto a

decisiones a tomar para el desarrollo social de la zona, ya que se ha perdido y fragmentado la

gran parte del BMM original, para dar origen a potreros, y algunos acahuales sin mucha

diversidad biológica.

0

500

1000

1500

2000

2500

3000

3500

1990 1995 2000 2005

He

ctar

eas

Agricultura

Bosque

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49

5.1.2 Descripción de los sitios de estudio

5.1.2.1 Bosque conservado

El tipo de comunidad que se encuentra presente en el sitio es el de BMM, dominado por

árboles de los géneros Liquidambar y Quercus (encinos). La especie más abundante de este sitio

es Liquidambar macrophylla, junto con Quercus laurina y Ostrya virginiana. Este sitio se

encuentra ubicado hacia el Oeste de la comunidad de Los Capulines, en el sur del Municipio de

Tlalnelhuayocan (Figura 12), alejado de la carretera que conduce hacia la comunidad de El

Tecojotal. Según datos del INEGI (2010) la población que habita en esta comunidad son 132

personas.

Figura 12. Ubicación de los sitios de estudio en el sur del municipio de Tlalnelhuayocan (Tomado de: Google 2010).

Page 50: Tesis Gomez-Diaz 2010

50

En esta comunidad se ubicaron dos sitios en diferentes laderas, pero no muy alejadas entre

sí (Tabla 2), esto se debió a que el primer fragmento de BMM no tenía el tamaño suficiente para

albergar las ocho parcelas de 20 x 20 m (Figura 13). Las parcelas numero uno a la seis se

encontraban entre las coordenadas 19°00’15.8’’ de latitud norte y 97°00'15.8'' de longitud oeste,

con una altitud de 1638 msnm y una exposición hacia el suroeste; las parcelas número siete y

ocho se encontraban en las coordenadas 19°31’0.28’’ de latitud norte y 97°00'32.5'' de longitud

oeste, con una altitud de 1670 msnm y una exposición hacia el suroeste, en el rancho propiedad

del Sr. Alfonso junto con otras personas en forma ejidal (Anexo 2).

Figura 13. Ubicación de los cuatro sitios de estudio donde se realizó el trabajo. BC (bosque conservado) y AC

(acahual).

Page 51: Tesis Gomez-Diaz 2010

51

Los sitios se encontraban cerca de un criadero de truchas llamado “La Trucha Arcoíris”,

el cual se dedica a la reproducción y cría de trucha arcoíris (Oncorhynchus mikiss), la cual

después de estar cierto tiempo y alcanzar el tamaño ideal para su comercialización, se lleva al

restaurante que es propiedad del dueño. En las tierras aledañas al lugar se encontraban algunos

cultivos de papa, y calabaza, así como numerosos potreros para la cría de ganado bovino

principalmente; en los alrededores del sitio también se encuentran algunas veredas hechas para

caminar por este lugar.

Tabla 2. Distancia en km entre los sitios muestreados (BC1= primer bosque conservado, BC2= segundo bosque

conservado, AC1= primer acahual y AC2= segundo acahual) y las localidades más cercanas (LC= Los Capulines y

RV= Rancho Viejo).

Distancia (km) BC1 BC2 AC1 AC2 LC RV

BC1 0

BC2 0.48 0

AC1 0.28 0.71 0

AC2 1.62 2.08 1.4 0

LC 0.88 1.22 0.61 1.5 0

RV 2.69 3.15 2.5 1.09 2.56 0

La topografía era un poco accidentada (Figura 13) con una pendiente de entre 30° y 40° y

estaba orientado hacia el Suroeste, es decir que no tenia influencia solar directa, el suelo era de

color negruzco con numerosa materia orgánica y muchas hojas caídas de liquidámbar en el suelo.

Los descomponedores más importantes de estos sitios son los hongos. Es importante recalcar que

las parcelas se encuentran en una ladera arriba de un arroyo de agua (aproximadamente a 30-50

m), pero recibe una mayor insolación durante ciertas horas del día, lo que propicia un microclima

un poco más seco que su zona baja.

Page 52: Tesis Gomez-Diaz 2010

52

5.1.2.2 Bosque secundario o acahual

La vegetación secundaria comienza su desarrollo después de que se tumba un área de

bosque o si se abandonan campos de cultivo; las primeras especies en aparecer son hierbas

anuales con una gran capacidad de dispersión y un crecimiento muy rápido. Posteriormente se

desarrolla una secuencia de especies herbáceas perennes, arbustos y árboles. Estas especies

crecen con mayor lentitud y suelen tener menor eficacia fotosintética, por lo que parece que

nunca podrán desplazar a las invasoras iniciales. Sin embargo, las plantas tardías de la sucesión

suelen ser más tolerantes a la sombra y requieren niveles más bajos de nutrientes para sobrevivir.

Por lo tanto acaban imponiéndose lentamente en la sucesión por sus habilidades competitivas

(Galicia 2000).

Esto sucede con mayor frecuencia en lugares cuyos terrenos son accesibles para cualquier

actividad que el hombre pueda realizar (Zamora y Castillo-Campos 1997). En esta localidad las

diversas actividades agrícolas y forestales han extendido las superficies ocupadas por

comunidades secundarias, como en los lugares donde se ubicaron las diferentes parcelas. Para

realizar el muestreo de acahual se tuvo que efectuar en dos sitios no muy lejanos entre sí (Tabla

2), debido que el primer sitio no tenía el espacio suficiente para colocar las ocho parcelas.

El primer sitio de acahual donde se ubicaron las parcelas numero uno a tres se encuentra

en las coordenadas 19°30’0.6’’ de latitud norte y 97°00’07.6’’ de longitud oeste (Figura 13), con

una altitud de 1640 msnm sobre una planicie sin exposición. Arriba y muy cerca a donde se

realizó el primer inventario del bosque conservado. Este lugar se encuentra dominado por

Liquidambar macrophylla, hay también muy pocos ejemplares remanentes de Quercus laurina.

Cuando se concluyo el muestreo en Mayo de 2010, se encontraron árboles cortados

presumiblemente para la extracción de madera. Se cree que tiene una edad aproximada de 30

años por el tamaño de los árboles, ya que tenían una altura de 12 a 16 m, con fustes rectos,

diámetros con un promedio de 48 cm y perímetros con un promedio de 1.4 m.

En este acahual se notó una moderada influencia del ganado bovino, ya que se

encontraron numerosas pisadas, excretas y señales de herbivoría. Además de que a los costados

hay pastizales, los cuales en su mayoría están cubiertos por el helecho Sticherus palmatus. El

microclima es mucho más seco que en el bosque conservado, debido a la exposición directa de

Page 53: Tesis Gomez-Diaz 2010

53

los rayos de sol, además de la poca cobertura del dosel. Por último se encuentran numerosas

veredas para transitar por el lugar, y prácticamente el sotobosque está compuesto por herbáceas,

casi ningún arbusto. Su topografía era muy plana, el suelo es de un color rojizo, sin mucha

materia orgánica.

El segundo sitio de acahual donde se ubicaron las parcelas número cuatro a ocho se

encuentra en las coordenadas 19°31’13.95’’ de latitud norte y 96°59’20.98’’ de longitud oeste

(Figura 13), con una altitud de 1490 msnm sobre una planicie sin exposición. Cerca a donde se

realizó el primer inventario de acahual (aprox. a 1.4 km), y del rancho Agüitas Frías, de la

comunidad de Rancho Viejo. Este lugar se encuentra dominado por Liquidambar macrophylla y

Quercus sartorii. Se presume que tiene una edad aproximada de 20 años por el tamaño de los

árboles, ya que tenían una altura de 10 a 12 m, con fustes rectos y diámetros más delgados que en

el primer sitio. En este acahual no existe una influencia de ganado bovino tan obvio como en el

primero. Al igual que en el anterior en los costados había pastizales, y numerosos caminos muy

transitados, los cuales en su mayoría están cubiertos por el helecho Sticherus palmatus. El

microclima es más húmedo que en el primero, debido a la exposición no tan directa de los rayos

de sol, además de una mayor cobertura del dosel. El sotobosque está compuesto por mayor

densidad de arbustos. Su topografía es muy plana, el suelo es de un color negro, con materia

orgánica.

Tabla 3. Resumen de las características encontradas en los diferentes sitios donde se realizó el muestreo (BC=

bosque conservado y AC= acahual)

Criterios BC1 BC2 AC1 AC2

Altitud 1638 1670 1640 1490

Inclinación 35° 40° 15° 20°

Orientación Suroeste Suroeste Sureste Suroeste

Suelo Andosol Andosol Luviosol Andosol

Distancia a población más cercana (km) 0.88 1.22 0.61 1.09

Page 54: Tesis Gomez-Diaz 2010

54

5.2 Métodos de colecta, muestreo, descripción y análisis

5.2.1 Revisión bibliográfica y recursos

Se realizó una revisión exhaustiva de los trabajos que se relacionan con el tema de

estudio, así como aquellos que mencionen aspectos vinculados con temas similares. Para tal fin,

se consultaron las bibliotecas de la Facultad de Biología, del Centro de Investigaciones

Tropicales (CITRO), la Unidad de Servicios Bibliográficos y de Información (USBI) de la

Universidad Veracruzana, el Instituto de Ecología, A.C. (INECOL). Así como libros y artículos

científicos proporcionados por el Dr. Thorsten Krömer. Además, se participó en la Experiencia

Educativa “Diversidad y ecología de epífitas”, curso para Maestría y Doctorado del Programa de

posgrado-CONACYT en “Ecología Tropical” del CITRO, Universidad Veracruzana.

Para la realización de este estudio se contó con los recursos necesarios: para el caso del

trabajo de campo, se contó con equipo especializado para trepar árboles del dosel, así como una

garrocha para obtener ejemplares de epífitas vasculares dentro del sotobosque, también con un

geoposicionador global (GPS), así como el material necesario para colectar los ejemplares y

prensarlos en el campo como son: la prensa, material secante (periódicos), cartones, y un costal

para transportar los ejemplares grandes como los de la familia Bromeliaceae.

Además se contó con el herbario XALU de la Facultad de Biología, y el laboratorio de

plantas del CITRO, donde todos los ejemplares colectados se procesaron siguiendo la

metodología que más adelante se describe.

5.2.2 Identificación de sitios de estudio

Se buscaron dos sitios de estudios dentro del municipio de Tlalnelhuayocan, Ver. Uno lo

más conservado posible, alejado de poblaciones humanas. El otro es un bosque secundario o

acahual. Para identificar los sitios se realizaron varias exploraciones previas de la zona de

estudio, y se realizaron entrevistas a los pobladores de la zona, para establecer con certeza el

Page 55: Tesis Gomez-Diaz 2010

55

tiempo en que los hábitats fueron modificados, además se procuró que estos sitios cuenten con

ciertos criterios deseables (Tabla 4).

Tabla 4. Criterios para escoger los dos sitios de estudio.

SITIO CRITERIOS DE INCLUSIÓN

Bosque natural Lo menos alterado posible por influencia antropogénica.

Homogeneidad fisionómica

Sin aberturas de dosel, ni mayor influencia de cuerpos de agua.

Bosque secundario No se incluyeron árboles remanentes de bosque natural

Uso de sus recursos pero sin cambiar el suelo.

Antigüedad mayor de 20 años.

5.2.3 Muestreos florísticos

Una vez seleccionados los sitios de estudio se procedió a georeferenciarlos, para

posteriormente comenzar a muestrear en cada uno a todas las epífitas vasculares presentes. Para

esto en cada sitio se realizaron ocho parcelas no permanentes de 20 x 20 m ( ), que fueron

seleccionadas en disposición de sus posibilidades de acceso. El total de parcelas para este estudio

fue de 16 (ocho parcelas por dos sitios de estudio). Para el trabajo de campo se utilizó el método

propuesto por Gradstein y colaboradores (2003), para muestreo de epífitas vasculares en

vegetación primaria y secundaria.

Las parcelas tuvieron mayormente forma cuadrada, el tamaño de 20 x 20 m corresponde

al área mínima para parcelas florísticamente representativas y al mismo tiempo es

suficientemente pequeño, para mantener las parcelas ecológica y fisionómicamente homogéneas

(Kessler y Bach 1999). Para obtener un inventario completo de epífitas vasculares en el BMM,

adicionalmente, se muestreó uno de los árboles de dosel en cada parcela, en total fueron

muestreados cuatro árboles por sitio de estudio, es decir un total de ocho árboles para este

estudio.

Page 56: Tesis Gomez-Diaz 2010

56

Se muestrearon según el método Gradstein y colaboradores (2003) desde la base hasta la

parte superior de la copa, mediante el uso de cuerdas y equipo modificado de alpinismo (Single

Rope Technique; Perry 1978), el cual consiste en pasar una cuerda delgada por una bifurcación

del árbol para que posteriormente sea sustituida por una cuerda gruesa capaz de resistir el peso de

una persona; consecutivamente estas cuerdas se aseguran con perfección de la base del mismo u

otro árbol, y en seguida se refuerzan con arnés. Esto permite ascender de manera segura y sin

dañar al árbol, para obtener un inventario casi completo de la diversidad de epífitas del dosel en

el bosque (Flores-Palacios y García-Franco 2001).

En cada parcela se registraron todas las especies de epífitas, así como los parientes

terrestres de los principales grupos de epífitas (Orchidaceae, Pteridophyta, Bromeliaceae,

Piperaceae y Araceae). Se anotaron tomando en cuenta la presencia/ausencia y se colectaron

ejemplares de herbario (Tabla 5). En caso de encontrarse a una altura mayor para colectarlas de

manera manual se utilizó una garrocha. Además, se registraron datos de altitud, tipo de suelo,

forma biológica, vegetación, fenología, abundancia, etc., según el formato utilizado por el

laboratorio de plantas del CITRO. Los datos que se obtengan en el campo se incluyeron en una

base de datos enlistando las especies en cada parcela por presencia/ausencia.

Tabla 5. Criterios de inclusión y exclusión para el muestreo de las epífitas vasculares.

•Holoepífitas (Kress 1986)

•Hemiepífitas: primarias y secundarias

•Parientes terrestres de principales grupos (pteridofitas, orquideas, peperomias, araceas y bromelias).

INCLUIDAS

•Casuales y bejucos.

•Accidentales y lianas.

•Parásitas y trepádoras.EXCLUIDAS

Page 57: Tesis Gomez-Diaz 2010

57

5.2.4 Procesamiento de ejemplares

Todas las plantas colectadas se procesaron siguiendo lo descrito por Acosta (2002)

modificado de Lot y Chiang (1986). El procesamiento de los ejemplares de herbario incluyó las

siguientes fases: a) prensado: se empleó papel secante, cartones corrugados, prensa de madera y

mecate; b) secado: el material prensado se colocó en una secadora eléctrica por espacio de 3 a 8

días, dependiendo de la suculencia de los ejemplares; c) desinfectado: para ello se utilizó una

cámara frigorífica cuya temperatura se encontró a -10°C, los ejemplares permanecieron allí por

espacio de cinco días. Posteriormente, se efectuó su determinación taxonómica en las

instalaciones del herbario XAL del INECOL en Xalapa, mediante el uso de claves y con la ayuda

del microscopio de disección; también fueron determinados por comparación con ejemplares

depositados en la colección del CITRO.

5.2.5 Listado florístico

Con base en la información del material recolectado y la consulta a la Flora de Veracruz,

del Instituto de Ecología, A.C. (INECOL) y otros tratados taxonómicos de los grupos de estudio,

se elaboró un listado florístico, en el cual se presentan ordenados alfabéticamente por familias,

géneros y especies (Gómez-Pompa 1994). Los nombres científicos y los autores del listado, están

basados en la nomenclatura de la base de datos computarizada TROPICOS del Missouri

Botanical Garden (2010).

De acuerdo con la información contenida en el listado florístico, se contabilizará el

número de especies por familia, forma biológica, tipo de epífita y tipo de vegetación donde se

encontró. Además, se señalaran las especies con alguna categoría de protección según la NOM-

059-SEMARNAT-2001 (2002) y al listado de Flora de Veracruz (Sosa y Gómez-Pompa 1994).

También se generó un listado de las especies que podrían ser utilizadas como bioindicadoras de

calidad ambiental, las cuales se seleccionaron tomando en cuenta los siguientes criterios:

Deben ser especies estenoicas (con estrechos límites de tolerancia) muy sensibles

al medio donde viven.

Page 58: Tesis Gomez-Diaz 2010

58

Deben ser raras en el BMM, esto se comprobará con otros estudios realizados en la

zona, donde se mencionen cuales son las especies raras. Además de aquellas que

estén incluidas en la NOM, ya que por lo general son especies muy sensibles y

raras.

Fáciles y rápidas de identificar.

Con poca distribución (ser exclusivas de algún sitio).

5.2.6 Análisis de datos

Con los datos obtenidos se creó una matriz con la finalidad de ingresar la información

obtenida. Para un mejor análisis de las especies se agruparon en epífitas y terrestres, aunque

algunas piperáceas y helechos se mostraron tanto terrestres como epífitas, por lo que fue

necesario recurrir a la literatura para estructurar los grupos. Se hizo un análisis de datos tipo

descriptivo, el cual consistió en elaborar graficas de barras para representar la riqueza,

composición florística y la comparación entre datos de los dos sitios, además de un análisis

estadístico usando el paquete estadístico EstimateS; el índice de Sørensen, así como la prueba de

Análisis de la Varianza de un factor (ANOVA).

Las matrices generadas se procesaron para obtener la representatividad del muestreo por

medio de un estimador del número potencial de especies, para todas las parcelas en cada tipo de

vegetación. La riqueza potencial de especies (diversidad α), se estimó mediante la fórmula ICE,

incluida en el paquete estadístico EstimateS (shareware © R. Colwell) (Colwell 2009). Con este

número potencial de especies se realizaron curvas de acumulación de especies para los dos

ambientes, para comprobar la representatividad del muestreo.

La composición florística en los datos que se obtuvieron del BMM y acahual, se

compararon mediante el índice de Sørensen para similitud entre comunidades.

Índice de Sørensen:

Donde:

C = Número de especies compartidas entre la comunidad A y B.

Page 59: Tesis Gomez-Diaz 2010

59

A = Número de especies en la comunidad A.

B = Número de especies en la comunidad B.

El rango va de 0 a 1.0, donde 0 significa disimilitud total y 1.0 completamente similares.

También se elaboraron gráficos de cajas y alambres (box-plots) para hacer una

comparación entre los dos sitios en cuanto al número de especies por parcela, aquí se podrá

analizar si existe o no una diferencia significativa entre estos dos sitios. Para comprobar si esta

diferencia fue estadísticamente significativa o no, se utilizó la prueba de Análisis de la Varianza

de un factor (ANOVA). Para lograr determinar estadísticamente si existían o no diferencias

significativas se recurrió a los valores de probabilidad (P), los cuales fueron calculados por el

programa estadístico. El nivel de significancia (α) que se utilizó es el de 0.05, es decir que se

aceptó la hipótesis (H0) de que los dos sitios comparados son iguales, si el resultado de los

valores de probabilidad (P) eran igual o mayor a 0.05. Pero si el resultado de P es menor que

0.05, entonces se aceptó la hipótesis de que los dos sitios comparados son significativamente

diferentes (H1).

La frecuencia de especies se realizó tomando en cuenta el número de veces que cada

especie fue registrada en las parcelas (ocho) y los árboles (cuatro). Se clasificaron las especies de

la siguiente manera: Frecuentes (F) aquellas que tenían de 24 a 19 registros, Regulares (RG)

aquellas que tenían de 18 a 13 registros, Escasas (E) aquellas que tuvieron de 12 a siete registros

y por último las Raras (R) aquellas que tuvieron de seis a un registro.

Page 60: Tesis Gomez-Diaz 2010

60

6 RESULTADOS

6.1 Riqueza de especies total

Se muestreó un total de 16 parcelas de , lo que en total da una superficie

muestreada de , incluyendo a los dos ambientes (bosque conservado y acahual). Se

encontraron un total de 123 especies, dentro de las cuales 95 son epífitas y 28 terrestres,

distribuidas en 65 géneros y 25 familias (Anexo 1). Seis especies están protegidas por la Norma

059-ECOL-2001, Acineta barkerii y Psilotum complanatum bajo la categoría de amenazadas, y

Cyathea sp. 1, C. sp. 2, Marattia laxa y Prosthechea vitellina bajo la categoría de protección

especial.

Los grupos mejor representados fueron: la división Pteridophyta o helechos y plantas

afines (aquí se agruparon todas las familias de esta división, debido a su similitud taxonómica

entre ellas) con 55 especies en total (el 45% del total), con 34 epífitas y 11 terrestres. Seguida por

la familia Orchidaceae con 37 especies (30%), de las cuales 32 son epífitas y 5 terrestres.

Después la familia Bromeliaceae con 14 especies las cuales todas menos una son epífitas (11%).

Posterior está la familia Piperaceae con 11 especies (9%), 10 epífitas y una especie terrestre, de

forma trepador no hemiepífitico. En penúltimo lugar la familia Araceae con 3 especies las cuales

todas son hemiepífitas (3%) y por ultimo otras tres familias con un total de tres especies epífitas

en conjunto (2%) (Figura 14).

En el bosque conservado se encontraron un total de 111 especies (que corresponden al

90% del total de especies registradas en este estudio), dentro de las cuales 89 son epífitas y 22

terrestres, distribuidas en 57 géneros, y 22 familias. Mientras que en el bosque secundario se

encontraron 54 especies (que representan el 44% del total), de las cuales 40 son epífitas y 14

terrestres, distribuidas en 36 géneros y 18 familias (Figura 15).

Page 61: Tesis Gomez-Diaz 2010

61

Figura 14. Composición florística total.

Figura 15. Comparación de la riqueza de especies entre los dos sitios de estudio y el total.

Pteridophyta45%

Orchidaceae30%

Bromeliaceae11%

Piperaceae9%

Araceae3%

Otros2%

0

20

40

60

80

100

120

140

Spp. Géneros Familias Epífitas Terrestres

Total

BC

AC

Page 62: Tesis Gomez-Diaz 2010

62

6.2 Composición florística de los dos sitios de estudio

El grupo Pteridophyta, así como las familias Orchidaceae, Bromeliaceae y Piperaceae

fueron las mejor representadas en ambos sitios de estudio. Mientras que las menos representadas

fueron las pertenecientes de la familia Araceae y otras familias en conjunto (Figura 16). En el

bosque conservado de las 111 especies registradas, Pteridophyta fue el grupo mejor representado,

ya que tuvo el 47% del total, seguido por Orchidaceae (26%), Bromeliaceae (13%), Piperaceae

(10%), Araceae (3%) y por ultimo otras dos familias con el 2% en conjunto. En el acahual de las

54 especies se observo una composición florística muy similar al bosque conservado con el grupo

Pteridophyta como la mejor representada con el 39% del total, seguida por Orchidaceae (26%),

Bromeliaceae (19%), Piperaceae (9%), Araceae (6%) y por ultimo una familia (Cactaceae) con el

2%.

Figura 16. Porcentaje de composición florística en los dos sitios de estudio.

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

BC AC

Otras

Araceae

Piperaceae

Bromeliaceae

Orchidaceae

Pteridophyta

Page 63: Tesis Gomez-Diaz 2010

63

De las 111 especies registradas para bosque conservado un total de 70 especies fueron

exclusivas de este, es decir el 63% de su riqueza, teniendo otras 40 especies en común (el 37% de

su riqueza) con el acahual (Figura 17). En el caso del acahual de las 54 especies que se

registraron, solamente 13 especies eran exclusivas de este tipo de vegetación, es decir el 24% de

su riqueza.

Figura 17. Número de especies totales, exclusivas y compartidas del bosque conservado y acahual

Los grupos mejor representados en los dos tipos de vegetación fueron: las Pteridophytas

que son las que tienen el mayor número de especies en el bosque conservado (52), y en el acahual

(21); le siguen la familia Orchidaceae con 29 especies en el bosque conservado, y 14 en el

acahual; Bromeliaceae con 14 especies en el bosque conservado y diez en el acahual; Piperaceae

con 11 especies en el bosque conservado y cinco especies en el acahual; Araceae con tres

especies en ambos sitios; en ultimo se encuentran las otras familias las cuales tienen dos especies

en el bosque, y una especie en el acahual (Figura 18).

Page 64: Tesis Gomez-Diaz 2010

64

Figura 18. Comparación del número de especies por grupo estudiado, entre los dos sitios y el total.

Comparando el número de especies con el total encontradas en este estudio (Tabla 6), se

tiene que en el bosque conservado se reportaron el 93% de las Pteridophytas, el 78% de las

especies de la familia Orchidaceae, el 100% de Bromeliaceae, Piperaceae y Araceae; y el 67% de

las especies agrupadas en otras familia, en promedio se podría decir que el bosque tiene el 90%

de la riqueza encontrada en este estudio. En cambio en el acahual se encontraron el 38% de las

Pteridophytas y las Orquídeas reportadas para este estudio; el 77% de especies de la familia

Bromeliaceae; el 50% de Piperaceae; el 100% de Araceae y el 33% de las especies agrupadas en

otras familias, en promedio el acahual tiene el 56% de la riqueza total reportada en este estudio.

Por ultimo si se compara al acahual con el bosque conservado y se toma en cuenta que la

riqueza de este último es el 100%, se tiene que el acahual tiene el 38% de las Pteridophytas, el

48% de especies de la familia Orchidaceae, el 71% de Bromeliaceae, el 45% de Piperaceae, el

100% de Araceae y el 50% de las especies agrupadas en otras familias, es decir en promedio

tiene el 59% de la riqueza del bosque conservado.

0

10

20

30

40

50

60

Pteridophyta Orchidaceae Bromeliaceae Piperaceae Araceae Otros

Total

BC

AC

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65

Tabla 6. Comparación de la riqueza por grupo estudiado, entre el bosque conservado (BC) y acahual (AC) con el

total de especies del estudio; y el acahual con bosque conservado.

CON EL TOTAL

CON BC

BC AC AC

Pteridophyta 95% 36% 38%

Orchidaceae 78% 38% 48%

Bromeliaceae 100% 71% 71%

Piperaceae 100% 45% 45%

Araceae 100% 100% 100%

Otros 67% 33% 50%

Promedio 90% 54% 59%

A nivel familias (con el grupo Pteridophyta ya separado), en el bosque conservado la

mayor riqueza (Tabla 7) se encuentra en las familias Orchidaceae (26%), Polypodiaceae (14%),

Bromeliaceae (13%) y Piperaceae (10%). En el acahual las familias mejor representadas son

Orchidaceae (26%), Bromeliaceae (19%), Polypodiaceae (11%) y Piperaceae (9%). Comparado

con el bosque conservado, la riqueza de especies en el acahual fue mayormente reducido en las

familias Psilotaceae, Hymenophyllaceae, Araliaceae, Crassulaceae, Grammitidaceae,

Woodsiaceae y Dicksoniaceae (todas con una pérdida del 100% en riqueza), en cambio las que

menos perdieron riqueza fueron Bromeliaceae (29%), Thelypteridaceae, Cyatheaceae y

Selaginellaceae (todas estas con una pérdida del 50% de especies), Orchidaceae (52%) y

Piperaceae con el 55% de sus especies perdidas. Las familias que se mantuvieron igual en ambos

sitios fueron Araceae, Gleicheniaceae, Lycopodiaceae, Marattiaceae, Vittariaceae y

Dennstaedtiaceae (aunque en esta última hubo un cambio de la especie). Por último el bosque

secundario aumentó su número de especies en las familias Blechnaceae, Cactaceae y

Lomariopsidaceae (en un 100%).

De las 26 familias encontradas en todo el estudio, diez son exclusivamente epífitas y diez

son exclusivamente terrestres, las seis restantes presentan ambos tipos. Las familias

exclusivamente epífitas son: Araceae, Araliaceae, Aspleniaceae, Cactaceae, Crassulaceae,

Grammitidaceae, Hymenophyllaceae, Lycopodiaceae, Psilotaceae y Vittaraceae. Las familias

terrestres son: Blechnaceae, Cyatheaceae, Dennstaedtiaceae, Dicksoniaceae, Gleicheniaceae,

Lomariopsidaceae, Marattiaceae, Selaginellaceae, Thelypteridaceae y Woodsiaceae. Las seis

Page 66: Tesis Gomez-Diaz 2010

66

familias que tienen especies tanto epífitas como terrestres son: Bromeliaceae, Dryopteridaceae,

Orchidaceae, Piperaceae, Polypodiaceae y Pteridaceae.

Tabla 7. Riqueza del bosque conservado (BC) y del acahual (AC) ordenados por familias, además de mostrar su

habito (E=epífita y T=terrestre).

Riqueza (no. spp.)

Total Relativo

Hábito BC AC Suma BC AC

Orchidaceae E y T 29 14 37 26% 26%

Polypodiaceae E y T 16 6 16 14% 11%

Bromeliaceae E y T 14 10 14 13% 19%

Piperaceae E y T 11 5 11 10% 9%

Dryopteridaceae E y T 7 3 7 6% 6%

Pteridaceae E y T 5 1 5 5% 2%

Aspleniaceae E 4 1 4 4% 2%

Hymenophyllaceae E 4 - 4 4% -

Araceae E 3 3 3 3% 6%

Cyatheaceae T 2 1 2 2% 2%

Selaginellaceae T 2 1 2 2% 2%

Thelyperidaceae T 2 1 2 2% 2%

Grammitidaceae E 2 - 2 2% -

Araliaceae E 1 - 1 1% -

Crassulaceae E 1 - 1 1% -

Dennstaedtiaceae T 1 1 2 1% 2%

Gleicheniaceae T 1 1 1 1% 2%

Dicksoniaceae T 1 - 1 1% -

Lycopodiaceae E 1 1 1 1% 2%

Marattiaceae T 1 1 1 1% 2%

Psilotaceae E 1 - 1 1% -

Vittariaceae E 1 1 1 1% 2%

Woodsiaceae T 1 - 1 1% -

Blechnaceae T - 1 1 - 2%

Lomariopsidaceae T - 1 1 - 2%

Cactaceae E - 1 1 - 2%

Total 111 54 123

Page 67: Tesis Gomez-Diaz 2010

67

6.3 Curvas de acumulación de especies

En las figuras 19 y 20 se muestran las curvas de acumulación de especies del bosque

conservado y del acahual. En el bosque conservado el estimador ICE arrojó que potencialmente

podría haber 146 especies, mientras lo observado fueron 111 especies, es decir se observaron el

76% de las especies estimadas. Mientras que para el bosque secundario el número de especies

estimadas es de 77, las especies observadas fueron 54, es decir se registraron el 70% de las

especies estimadas.

En cuanto a epífitas, en el bosque conservado se registraron 89 especies, mientras que el

estimador calculó que existen 119 especies, es decir se alcanzó el 75%. Para el acahual, se

registraron 40 especies, mientras que el estimador calculó 60 especies, es decir se registró el 67%

de especies. Por último, en cuanto a especies terrestres en el bosque conservado fueron

registradas 22 especies, y el estimador calculó que existen 26 especies, es decir se alcanzó el

85%. En el acahual se registraron 14 especies, de las 17 que el estimador calculó, es decir se

encontraron el 80% de las especies.

0

20

40

60

80

100

120

140

160

0 1 2 3 4 5 6 7 8 Est (ICE)

No

. Sp

p.

BC

Total

Epífitas

Terrestres

Page 68: Tesis Gomez-Diaz 2010

68

Figuras 19 y 20. Curvas de acumulación de especies para el bosque conservado y el bosque secundario.

6.4 Coeficiente de similitud de Sørensen

Al comparar el bosque conservado con el acahual se obtuvo un coeficiente de similitud de

0.5 para los taxa entre ambos bosques. En la tabla ocho se muestran los diferentes coeficientes

obtenidos según los principales grupos de estudio en los dos ambientes. Se observa que las

aráceas son las que tienen la mayor similitud (1), es decir el 100% de sus especies son

compartidas. Seguidas por las bromelias, las piperáceas, las pteridofitas, y en último lugar los

grupos que menos comparten especies, son las orquídeas (0.279) y las otras familias (0).

Tabla 8. Coeficientes de similitud de Sørensen de los principales grupos de este estudio.

Familia Sørensen

Araceae 1

Bromeliaceae 0.83

Piperaceae 0.63

Pteridophyta 0.47

Orchidaceae 0.28

Otras 0

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

0 1 2 3 4 5 6 7 8 Est (ICE)

No

. Sp

p.

AC

Total

Epífitas

Terrestres

Page 69: Tesis Gomez-Diaz 2010

69

Al comparar las parcelas del bosque conservado entre sí con el índice de Sørensen, se

obtuvo un valor de la mediana de 0.63 en un rango de 0.53 hasta 0.76. Mientras que para el

acahual se obtuvo un valor de la mediana de 0.54 en un rango que va desde 0.43 hasta 0.68. Los

resultados obtenidos por medio de este índice se analizaron utilizando la prueba ANOVA

resultando una probabilidad de p = 0.00001, es decir que si existe una diferencia significativa

entre las parcelas del bosque conservado y el acahual (Figura 21).

Figura 21. Comparación del índice de Sørensen entre sitios, entre el BC y AC.

6.5 Frecuencia de especies

En total se encontraron 90 especies raras, la mayoría con un solo registro, pertenecientes

en gran parte al grupo de los helechos y las orquídeas. También se encontraron 21 especies

escasas, en su mayoría pertenecientes al grupo de los helechos. Además, se encontraron seis

regulares en su mayoría bromelias, y seis frecuentes, la mitad de estas eran helechos y la otra eran

bromelias (Figura 22). La frecuencia de la especies en los dos sitios fue muy variada (Figura 23),

en el bosque conservado se registraron 12 especies frecuentes (11%), 15 regulares (14%), 18

escasas (16%) y 66 raras (60%). Mientras que en el acahual se encontraron seis especies

frecuentes (11%), cuatro regulares (7%), seis escasas (11%) y 38 raras (70%).

0.00

0.10

0.20

0.30

0.40

0.50

0.60

0.70

0.80

1 2

Page 70: Tesis Gomez-Diaz 2010

70

Figura 22. Frecuencia de las especies de los grupos estudiados en el trabajo

Figura 23. Comparación de la frecuencia relativa de especies entre bosque conservado y acahual.

La frecuencia sobre las parcelas (Figura 24) muestra que las especies raras (R) en el

bosque conservado son principalmente helechos (29 spp.) y orquídeas (24 spp.), en acahual son

principalmente orquídeas (14 spp.) y helechos (13 spp.). Las especies escasas (E) en el bosque

conservado son principalmente helechos (15 spp.) y bromelias (3 spp.), en acahual ocurre un caso

similar pero con cuatro especies para las primeras y dos especies para las segundas. Las especies

regulares (RG) en el bosque conservado son principalmente helechos (8 spp.) y orquídeas (3

spp.), mientras que en el acahual son bromelias (3 spp.) y helechos (1 sp.). Por último las

especies frecuentes (F) en el bosque conservado son principalmente bromelias (6 spp.) y helechos

(4 spp.), mientras que en el acahual son principalmente helechos (3 spp.) y bromelias (3 spp.).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Raras Escasas Regulares Frecuentres

Otras

Araceae

Piperaceae

Bromeliacae

Orchidaceae

Pteridophyta

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Bosque Conservado Acahual

Frecuentres

Regulares

Escasas

Raras

Page 71: Tesis Gomez-Diaz 2010

71

Figura 24. Frecuencia de especies de los grupos de estudio por sitios entre BC (bosque conservado) y AC (acahual).

En la figura 25 se observa la relación que existe entre el número de epífitas en cada árbol

trepado en el bosque conservado y el perímetro (m). Al incrementar el perímetro del árbol,

aumenta también el numero de epífitas, esta relación es fuerte (84.7% de los datos explicados).

En cambio en el acahual, no existe alguna relación entre el número de epífitas y el perímetro, ya

que el grafico muestra una correlación débil (12%).

Figura 25.Comparacion de la relación entre el perímetro y número de epífitas por árbol del BC (bosque conservado)

y AC (acahual).

0

10

20

30

40

50

60

70

R BC R AC E BC E AC RG BC RG AC F BC F AC

Otras

Araceae

Piperaceae

Bromeliacae

Orchidaceae

Pteridophyta

y = 12x + 0.5R² = 0.8471

0

5

10

15

20

25

0 0.5 1 1.5 2

No

. De

ep

ífit

as

Perímetro (m) y = 1.3158x + 7.8947R² = 0.1228

8.8

9

9.2

9.4

9.6

9.8

10

10.2

0 0.5 1 1.5 2

No

. de

ep

ífit

as

Perímetro (m)

Page 72: Tesis Gomez-Diaz 2010

72

6.6 Comparación entre sitios

En cuanto al número total de especies encontradas en cada una de las ocho parcelas del

bosque conservado, el número mínimo fue de 39 especies y el máximo de 53 especies, teniendo

una mediana de 44 especies. En el caso de las parcelas del acahual, se encuentra un valor mínimo

de 11 especies y un máximo de 29, con una mediana de 19 especies. (Figura 26). Estos datos

indican que existe una diferencia significativa entre las parcelas de los dos sitios (ANOVA,

p=0.00000005)

Figura 26. Comparación entre el bosque conservado (1) y el acahual (2) del total de especies encontradas en los

sitios.

El número mínimo de especies epífitas en las parcelas del bosque conservado fue de 35

especies y el máximo de 44 especies, teniendo una mediana de 37 especies. En el caso de las

parcelas del acahual el valor mínimo fue de 10 especies y el máximo de 21, con una mediana de

14 especies (Figura 27). Del mismo modo existe una diferencia significativa entre las parcelas de

los dos sitios (ANOVA, p = 0.00000000075).

0

10

20

30

40

50

60

1 2

Page 73: Tesis Gomez-Diaz 2010

73

Figura 27. Comparación entre el bosque conservado (1) y el acahual (2) del número de epífitas encontradas en los

sitios.

Teniendo en cuenta el número de especies terrestres en las parcelas del bosque

conservado, el valor mínimo fue de cuatro especies y el máximo de 13 especies, teniendo una

mediana de nueve especies. Para el acahual, el valor mínimo fue de una especie y el máximo de

ocho, con una mediana de cinco especies (Figura 28). A primera impresión parece que las

parcelas entre ambos sitios son similares, pero al aplicar la prueba estadística se observa que si

hay diferencias significativas (ANOVA, p = 0.005).

En cuanto al número de epífitas por árbol en el bosque conservado, se tiene que el mínimo

fue de 16 especies y el máximo de 21 especies, con una mediana de 19 especies. Para el acahual

se tienen valores muy homogéneos, ya que el valor mínimo es nueve especies y el máximo 10,

con una mediana de 10 especies (Figura 29). Al analizar estos datos estadísticamente resulta que

existen diferencias significativas entre ambos sitios (ANOVA, p = 0.0004).

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

1 2

Page 74: Tesis Gomez-Diaz 2010

74

Figura 28. Comparación entre el bosque conservado (1) y el acahual (2) del número de especies terrestres

encontradas en los sitios.

Figura 29. Comparación entre el Bosque conservado (1) y el acahual (2) del número de epífitas encontradas en los

árboles muestreados.

0

2

4

6

8

10

12

14

1 2

0

5

10

15

20

25

1 2

Page 75: Tesis Gomez-Diaz 2010

75

Por ultimo al comparar las parcelas encontradas en el sitio uno y dos del bosque

conservado con el sitio uno y dos del acahual, se observa que las parcelas del sitio dos son las que

más riqueza presentan (Figura 30). Por el contrario las parcelas que menos riqueza presentan son

las que se encuentran en el sitio dos del acahual. En el sitio uno del bosque conservado se

muestrearon seis parcelas, registrando un total de 82 especies. La parcela con mayor riqueza tuvo

48 especies mientras que la de menor riqueza fue de 39 especies. En el sitio dos del bosque

conservado se muestrearon dos parcelas, registrando un total de 75 especies. La parcela con

mayor riqueza tuvo 53 especies mientras que la parcela con menor riqueza tenía 51 especies. En

el sitio uno del acahual se muestrearon tres parcelas, encontrando un total de 36 especies. La

parcela con mayor riqueza tenía 28 especies, mientras que la de menor riqueza fue de 19

especies. En el sitio dos de acahual se realizaron cinco parcelas, registrando un total de 37

especies. La parcela de mayor riqueza tenía 21 especies, mientras que la de menor tenía 11

especies.

Figura 30. Comparación entre el sitio uno (1) y dos (2) del bosque conservado con el sitio uno (3) y dos (4) del

acahual.

0

10

20

30

40

50

60

1 2 3 4

Page 76: Tesis Gomez-Diaz 2010

76

7 DISCUSIÓN

7.1 Riqueza de epífitas

El número de epífitas vasculares (holo y hemiepífitas) registradas en los dos tipos de

vegetación, bosque conservado y acahual de este estudio es muy alto (97 especies en 4.6 ha). En

comparación con las 76 especies que Zamora-Crescencio y Castillo-Campos (1997) reportaron

para todo el municipio de Tlalnelhuayocan y las 109 especies en cerca de 45 ha que Flores-

Palacios (2003) encontró dentro de este municipio. Tomando en cuenta las listas de estos tres

trabajos unidos, se tiene que en el municipio de Tlalnelhuayocan hay 201 especies de plantas

creciendo como epífitas.

Es decir en los dos sitios estudiados en este trabajo se encontró el 48% de las epífitas

reportadas para el municipio. Este estudio aporta 53 registros nuevos (Tabla 9), entre las que

destacan las pteridofitas (20 spp.) y orquídeas (18 spp.). Esto se debe principalmente al número

de especies pequeñas pertenecientes a géneros como Asplenium, Melpomene o Lepanthes, que se

encontraban en los troncos de varios individuos de helechos arborescentes del género Cyathea o

en el dosel de los árboles trepados. Pero no en todos los estudios se toman en cuenta, lo que

concuerda con lo propuesto por Nieder et al. (2001), que las epífitas pueden desarrollar una alta

diversidad en un espacio pequeño, debido a su tamaño reducido y su distribución vertical.

Además, se encontró un mayor número de registros nuevos de especies del género Peperomia,

debido al conocimiento mejor por la reciente revisión de dicho género para el estado de Veracruz

(Vergara-Rodríguez 2009).

Page 77: Tesis Gomez-Diaz 2010

77

Tabla 9. Comparación de los tres listados de epífitas para el municipio de Tlalnelhuayocan, donde se observan el

incremento de nuevos registros en cada estudio.

Taxon Zamora y Castillo-Campos (1997)

Flores-Palacios (2003)

Este estudio

Total

Especies 76 72 53 201

Pter 11 33 20 64

Orch 45 15 18 78

Brom 7 17 3 27

Ara 7 2 0 9

Pip 2 1 10 13

Otr 4 4 2 10

Cuando se realizan trabajos florísticos específicos con epífitas, por lo general se elevan

los niveles de riqueza de las floras relevantes. Ya que es muy común que trabajos previos de

florística hayan subestimado a este gremio (Flores-Palacios 2003). Para el municipio estudiado su

flora fue publicada en 1997 por Zamora-Crescencio y Castillo-Campos, en donde se reportaban

412 especies de plantas vasculares, de las cuales 76 eran epífitas (18%). Después, en el 2003

Flores-Palacios realizó otro estudio dentro del mismo municipio, en donde con colectas y

trabajando con otros investigadores aumentó la lista de especies de plantas vasculares del

municipio a 500 especies, de las cuales 162 eran epífitas (32.4%). Finalmente, aumentando el

número de especies encontradas en esta tesis, lista de especies de plantas vasculares de este

municipio aumenta a 577 especies. Dentro de estas 213 especies son epífitas (incluyendo

casuales, accidentales y parásitas). Con esto, el cociente epifítico es del 37% (Tabla 10).

Otros estudios florísticos realizados en rangos de altitud similar (1400 - 1920 msnm)

reportan que las epífitas alcanzan del 29.4% al 31.6% del total de la flora vascular (Wolf y

Flamenco 2003). Nieder et al. (2001) reportan que el coeficiente epifítico en alturas que van

desde los 100 msnm en selvas de Venezuela hasta los 2300 msnm en Bolivia, alcanzan valores en

un rango que va del 28% al 45%, aunque Kelly et al. (1994) reportan aun más del 50% para un

bosque en Venezuela. Comparado con lo anterior, se podría decir que la flora epifítica de

Tlalnelhuayocan se encuentra en la media de las estudiadas en el neotrópico.

Por otro lado, si se consideran las listas de especies de Hietz y Hietz-Seifert (1995),

García-Franco (1996), Zamora-Crescencio y Castillo-Campos (1997), Flores-Palacios (2003),

Page 78: Tesis Gomez-Diaz 2010

78

Cortés (2009), Morales (2009), Viccon (2009) y este trabajo (Figura 31) existen cuando menos

399 especies de epífitas vasculares reportadas para el centro de Veracruz. Es decir en los sitios

estudiados se encuentra el 24% (97 spp.) de la flora epifítica de toda la región central (50-3000

msnm), además de encontrarse poblaciones de seis especies protegidas por la legislación

nacional.

Tabla 10. Número de especies de plantas vasculares por forma de vida, que han sido reportadas para el municipio de

Tlalnelhuayocan (modificado de Zamora-Crescencio y Castillo-Campos 1997) con las adiciones derivadas con

trabajos específicos con epífitas como la de Flores-Palacios 2003 (1) y esta tesis (2).

Flora de Tlalnelhuayocan

Forma de Vida No. de spp. % Adiciones Total %

1 2

Epífitas (sensu Kress 1986)

Verdaderas 49 12% 72 44 165 29%

Casuales 11 3% 0 0 11 2%

Accidentales 2 0% 11 0 13 2%

Hemiepífitas 9 2% 0 9 18 3%

Parásitos 5 1% 1 0 6 1%

Todas las epífitas 76 18% 84 53 213 37%

Árboles 90 22% 2 0 92 16%

Arbustos 70 17% 0 0 70 12%

Hierbas 143 35% 2 24 169 29%

Bejucos 27 7% 0 0 27 5%

No-determinada 6 1% 0 0 4 1%

Total de la flora vascular 412 100% 88 77 577 100%

En los casos de Hietz y Hietz-Seifert (1995) y García-Franco (1996), se utilizaron

tamaños muestrales similares o mayores al usado en este trabajo. Pero solo muestrearon una

parcela por localidad, en cambio Flores-Palacios (2003) y Viccon (2009) usaron un tamaño de

parcela más similar y realizaron un mayor número de éstas (6 a 8). La riqueza encontrada en cada

sitio en este trabajo refleja el esfuerzo del muestreo, si se hubiese aumentado el número de

parcelas y así la superficie, es claro que la riqueza hubiese aumentado, lo que se refleja en las

curvas de acumulación de especies.

Page 79: Tesis Gomez-Diaz 2010

79

Figura 31. Ubicación de los diferentes estudios de epífitas vasculares realizados en el centro de Veracruz: Este

trabajo (1), Hietz y Hietz-Seifert (2a, 2b, 2c, 2d, 2e y 2f), García-Franco (3), Zamora-Crescencio y Castillo-Campos

(4), Viccon (5a y 5b), Flores-Palacios (6), Morales (7) y Cortés (8a, 8b y 8c).

El BMM es una comunidad rica en especies de epífitas (Rzedowski 1977; Acebey y

Krömer 2001; Zotz 2002b; Krömer et al. 2005, 2007a y b; Williams-Linera 2007). Además como

lo proponen Gentry y Dodson (1987) los datos de este estudio corroboran que la mayor riqueza

de epífitas está asociada a la diversidad de microambientes, los cuales se encuentran a altitudes

entre los 1,000 y 2,000 msnm (Williams-Linera 2007). Estos últimos determinados por los

factores abióticos de las parcelas (insolación, orientación, terreno, suelo, humedad y temperatura)

o bióticos (riqueza, estructura y tamaño de forofitos).

Cabe recalcar que el dosel ofrece a las epífitas más luz comparado con el sotobosque, el

cual es más umbroso. Pero un numero de limitaciones dificultan el establecimiento de epífitas en

el primero: por ejemplo la escasez de nutrientes debido al limitado suelo suspendido en el dosel

comparado con el suelo del bosque (no necesariamente con una relación menor de nutrientes), la

inestabilidad del sustrato, y el estrés hídrico. Esto explica porque las epífitas vasculares son

encontradas en su mayoría en los ambientes húmedos-templados con condiciones estables y sin

tantas variaciones como el bosque conservado de este estudio (Nieder et al. 2001).

Page 80: Tesis Gomez-Diaz 2010

80

Un ejemplo claro de esto se observa al comparar las seis parcelas del primer fragmento de

bosque conservado con las dos parcelas del segundo fragmento. Ya que en solo dos parcelas se

registraron en total 75 especies, de las cuales 60 eran epífitas y 15 terrestres. Mientras que en el

primer fragmento se alcanzaron en total 82 especies con seis parcelas, de las cuales 69 eran

epífitas y 13 terrestres. También en el segundo fragmento de bosque conservado se encontró la

parcela con mayor riqueza de todo el estudio (parcela no. 7 con 53 spp.). Esta mayor riqueza del

segundo fragmento puede deberse a un ligero incremento de los helechos terrestres, esto debido

al terreno mucho más inclinado y rocoso. Lo que proporcionaba un mayor número de

microhábitats.

En otros trabajos se han encontrado patrones donde en una misma localidad con diferentes

microhábitats, se ha aumentado la riqueza del sitio. Por ejemplo en el estudio de Flores-Palacios

(2003), donde se muestrearon seis diferentes tipos de microhábitats en un fragmento de BMM. Se

encontró que la diversidad alfa entre cada micrositios cambia mucho. Además, existe un patrón

donde mientras más cercano se encuentre la parcela al rio, la riqueza de epífitas aumenta (Hietz-

Seifert et al. 1996; Flores-Palacios 2003; Krömer y Gradstein 2003; Hietz et al. 2006; Pérez-Peña

2007).

La baja riqueza de especies de los grupos estudiados en los dos fragmentos de acahual (51

spp. en ambos) también se puede atribuir a los factores ambientales. Ya que los fragmentos eran

más abiertos, recibiendo una mayor cantidad de insolación. Además de que no existe ninguna

influencia de humedad de algún rio. También hay una mayor desecación por viento y las únicas

fuentes de humedad son la lluvia y la neblina. La colonización de epífitas en estos lugares es

lenta, ya que las pocas plántulas que logran establecerse tienen que enfrentarse a factores

ambientales más extremos, tal como ha sido hipotetizado por diferentes autores (Griffiths y Smith

1983; Andrade y Nobel 1997; Krömer y Gradstein 2003; Cardelús 2006)

El sitio con menor riqueza de epífitas es el segundo acahual, ya que con cinco parcelas

realizadas solamente se encontraron 37 especies. Además de que tiene la parcela con menos

especies de todo el estudio (parcela no. siete con 11 spp.). En este acahual no hay especies de la

familia Hymenophyllaceae, la cual se caracteriza por tener especies con muy baja tolerancia a la

desecación. Esto se debe a que tienen laminas foliares muy delgadas, de unas cuantas células de

Page 81: Tesis Gomez-Diaz 2010

81

espesor (Krömer y Kessler 2006), por lo cual esta familia podría ser utilizada como indicadora de

perturbación y degradación del hábitat en estudios posteriores (Richter 1991).

Como mencionan Barthlott et al. (2001), la riqueza y diversidad de epífitas se ve muy

reducida en sitios con vegetación secundaria. Ya que en su estudio realizado en La Carbonera,

Venezuela, en donde compararon un bosque primario con diferentes tipos de vegetación

secundaria derivados de este. Encontraron que el bosque primario albergaba 178 especies,

mientras que el bosque perturbado solo tiene 48 especies, 63 especies en los transectos alrededor

de un camino y siete especies en un pastizal. Al compararlo con este estudio, el patrón es similar,

ya que también se encontró que el acahual tiene aproximadamente el 50% de la riqueza del

bosque conservado.

Otro estudio comparable fue realizado por Krömer y Gradstein (2003) en dos localidades

de Bolivia. En el primer sitio llamado Sapecho (550-625 msnm) encontraron que dos fragmentos

de bosque conservado tienen una riqueza mayor (101 spp. y 127 spp.) que un fragmento de

acahual adyacente (44 spp.). En el segundo sitio llamado Cotapata (1600-2150 msnm), se volvió

a encontrar este patrón, ya que los tres fragmentos de bosque conservado tenían una riqueza

mayor (175 spp., 146 spp. y 152 spp.) que los dos acahuales (49 spp. y 37 spp.). Además, se

determinó que la reducción de riqueza en Sapecho de bosque conservado a acahual fue del 60%,

y la de Cotapata fue del 70%. Resultando las especies de la familia Orchidaceae y Bromeliaceae

las más afectadas de esta reducción, con una reducción del 88% y del 75% respectivamente. En

este estudio la familia fue una de las que Orchidaceae se vio más reducida en un 52%, al

contrario de la familia Bromeliaceae que fue una de las menos reducidas con el 23%.

Otro estudio en el que se presenta este patrón fue el realizado por Köster et al. (2009), en

donde compararon la riqueza de epífitas en siete diferentes tipos de vegetación (un bosque

primario y seis diferentes hábitats secundarios derivados del primero), con un gradiente de

perturbación antropogénica interesante. El lugar con mayor riqueza fue el bosque natural (286

spp.), seguido por fragmentos de bosque (281 spp.), después el acahual con árboles viejos (237

spp.) y por último el bosque secundario joven (195 spp.). Teniendo en cuenta que el número de

especies tiende a incrementarse gradualmente conforme el aumento del área muestreada, según lo

expresado por Nieder et al. (1999) y Pérez-Peña (2007), el número de especies en este estudio

Page 82: Tesis Gomez-Diaz 2010

82

podría ser aun más alto en comparación con el acahual, si se aumentase el número de parcelas en

bosque conservado y acahual.

7.2 Composición florística

Los grupos más ricos en especies totales en ambos ambientes fueron Pteridophyta,

Orchidaceae y Bromeliaceae. Mientras que los grupos más pobres en ambos sitios fueron

Piperaceae, Araceae y otras familias. Los resultados de otros estudios realizados solamente en

fragmentos BMM (Tabla 11) muestran un patrón aproximadamente similar al que se encontró en

este trabajo (Flores-Palacios 2003; Viccon 2009; Salazar 2010). El primer lugar lo ocupan los

helechos (en el 83% de los trabajos), el segundo lugar lo ocupan las orquídeas (83%), el tercer

lugar lo ocupan las bromelias (83%), el cuarto lugar lo ocupan las piperáceas (50%), el quinto

lugar lo ocupan las aráceas (50%), y el último lugar lo ocupan las otras familias (50%). Esto

indica que en promedio los bosques tienen más de la mitad de similitud (67%), en cuanto los

patrones que presentan.

Al comparar estos patrones, con los encontrados en estudios realizados en Sudamérica

(Nieder et al. 1999; Krömer y Gradstein 2003), se observa que el patrón cambia levemente. Ya

que las orquídeas ocupan el primer lugar, seguidas por los helechos, las aráceas, otras familias,

bromelias y en último lugar las piperáceas. Esto se debe, a que en los bosques húmedos tropicales

de los Andes, las aráceas son componentes importantes de la riqueza florística, como se verá más

adelante. Cabe mencionar que los estudios aquí mencionados solo fueron realizados en parcelas

de bosque conservado.

Para el caso de la familia Araceae, en tierras de altitudes medias (1000-2000 msnm) suele

tener una diversidad mucho menor a las Pteridophytas, y orquídeas. Sin embargo, a medida que

la altitud disminuye la diversidad de Araceae aumenta, mientras que la riqueza de especies de

Orchidaceae y Pteridofitas disminuye (Ibisch 1996; Acebey y Krömer 2001; Küper et al. 2004;

Krömer et al. 2005; Pérez-Peña 2007; Acebey y Krömer 2008). La razón que Araceae se

encuentre de manera escaza y con baja diversidad en altitudes medias se debe a su condición

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netamente tropical, ya que no solo dependen de la abundante disponibilidad de agua y humedad

atmosférica, sino que no están adaptadas estructuralmente ni fisiológicamente a condiciones frías,

y por esto tienen su mayor riqueza en la selva alta (Acebey y Krömer 2008).

Tabla 11. Comparación de la composición florística en diferentes estudios de bosque mesófilo: Flores-Palacios

(2003); Viccon (2009): 1BC (Atzalan), 2BC (Zongolica); Salazar (2010); BC y AC (este estudio); Krömer y

Gradstein (2003); Nieder et al. (1999).

Taxon Flores-Palacios BC

Viccon 1BC

Viccon 2BC

Salazar BC

Este estudio

BC

Este estudio

AC

Krömer y Gradstein

BC

Nieder et al.

BC

Nieder et al. BC

Pter 34% 51% 38% 36% 48% 38% 37% 21% 22%

Orch 35% 26% 36% 32% 27% 26% 38% 42% 25%

Brom 18% 10% 11% 13% 12% 19% 5% 8% 5%

Pipe 4% 3% 6% 14% 9% 9% 6% 5% 4%

Ara 3% 6% 5% 1% 3% 6% 6% 15% 18%

Otr 6% 4% 4% 4% 2% 2% 8% 9% 26%

Las bromeliáceas y piperáceas normalmente alcanzan valores de alrededor del 10% cada

uno en estudios epífiticos. Siendo esto comprobado en este estudio y coincide con lo reportado

por Nieder et al. (1999), Acebey y Krömer (2001), Krömer y Gradstein (2003), Küper et al.

(2004) y Pérez-Peña (2007) para bosques Neotropicales. Mientras que para el BMM en Veracruz

los helechos suelen alcanzar valores altos, cercanos al 40% de la composición florística.

Las orquídeas siguen un patrón en el cual alcanzan su máximo valor alrededor en tierras

de altitudes medias, y conforme se va incrementando la altura su riqueza va disminuyendo. Esto

se ve reflejado en los estudios de BMM, ya que en estos las orquídeas alcanzan valores cercanos

al 30%. En la mayoría de estudios elaborados en Sudamérica, las orquídeas tienen un porcentaje

mayor que los helechos, incluso en tierras altas las orquídeas llegan a sobrepasar a los helechos

en casi un 20% (Krömer et al. 2007a). Finalmente, las aráceas y otras familias alcanzan valores

alrededor del 5% cada uno (Flores-Palacios 2003; Viccon 2009; Salazar 2010).

La cantidad de lluvia es un buen indicador de la riqueza de epífitas, pero es importante

también como se distribuye ésta, ya que de dos a tres meses secos pueden disminuir la riqueza de

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epífitas, es decir la precipitación debe ser constante durante todo el año para que la riqueza de

epífitas encuentre su nivel optimo (Kreft et al. 2004). Por ejemplo en La Carbonera, Venezuela

su lluvia es baja (1500 mm/año-1) pero la riqueza de epífitas es muy alta (192 spp. en 800 m2).

Por otro lado, la selva en Surumoni, Venezuela tiene menos especies (53) en 1.5 ha, mientras que

su lluvia es mayor 2,800 mm/año-1. Pero en el bosque húmedo montano de La Carbonera llueve

durante todo el año y siempre hay una alta humedad atmosférica, ya que las nubes se encuentran

permanentemente, mientras que en Surumoni hay de 3 a 4 meses de sequia, lo que explica la

menor cantidad de epífitas (Nieder et al. 2001).

En este estudio la importancia de una alta y constante humedad atmosférica se ve

reflejada en la composición de epífitas entre ambos sitios. En el bosque conservado aparecen

especies hidrófilas, mientras que en el acahual aparecen solo aquellas especies tolerantes a cierto

grado de sequia. En este sentido las especies de la familia Bromeliaceae que se encuentran en el

acahual, deben ser tolerantes a condiciones de insolación. Esto se puede deber a que tienen el

mecanismo fotosintético CAM (Zotz 2002a), hay pocos estudios que corroboren esto, pero podría

ser una explicación de por qué estas bromelias, pueden vivir tanto en el bosque conservado como

el acahual, donde incluso suelen ser las especies más abundantes.

Otros factores que afectan a la distribución y a la composición florística de las epífitas y

que deben de tomarse en cuenta son la intensidad luminosa, el sustrato y los síndromes de

dispersión. Ya que las epífitas han evolucionado en lugares de alta desecación, han desarrollado

raíces especiales que capturan y retienen el agua, además de tener cutículas gruesas y el

mecanismo acido de las crasuláceas. Aparentemente las epífitas CAM son más numerosas que las

especies CAM terrestres, y se ha demostrado que las epífitas CAM pueden ocupar lugares más

expuestos de los árboles que aquellas que no lo son (Andrade y Nobel 1997). Las especies

epífitas que en este trabajo se encontraron en el bosque conservado y el acahual, pudieran

pertenecer a las que tienen el mecanismo CAM. En otros estudios (Johansson 1974; ter Steege y

Cornelissen 1989; Freiberg 1997; Cardelús y Chazdon 2005) se ha comprobado que el dosel de

un árbol tiene distintas zonas ambientales, conforme se va acercando al tronco. La zona de la

copa interna (JZ3), es húmeda y umbrosa, mientras que la copa externa (JZ5) es seca y luminosa.

Pittendrigh (1948) dividió los microambientes de la copa del árbol en términos del tipo de

bromelias epífitas que se encuentren, por ejemplo: a las bromelias que les gusta la sombra, se

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encuentran en la parte húmeda y oscura de la corona, contrariamente a las especies adaptadas a la

insolación, encontradas en la parte externa de la corona. Una distribución vertical similar de

epífitas con diferentes adaptaciones morfo y ecofisiológicas fueron encontradas por Cardelús

(2007) y Krömer et al. (2007b).

7.3 Curvas de acumulación de especies por parcela

El número estimado por ICE mostró que el bosque conservado podría incrementar un

25% más en cuanto al número de especies. Se presume que este valor se podría referir a especies

que viven preferentemente en las ramas de los árboles grandes, en su mayoría orquídeas, las

cuales en ocasiones tienden a pasar desapercibidas por su escasa presencia y su pequeño tamaño.

El valor estimado por ICE para el acahual podría ser también resultado de las especies con escasa

distribución, además de orquídeas que se encuentren muy dispersas.

El alcanzar porcentajes entre 70% y 80% en las curvas de acumulación de especies, es un

patrón que se repite en otros trabajos que utilizan la misma metodología (Pérez-Peña 2007;

Viccon 2009). Según Colwell y Coddington (1995), el alcanzar porcentajes del 80% en BMM

quiere decir que se realizo un esfuerzo suficiente de muestreo. Esto es un indicador de con la

metodología usada, se alcanza un buen porcentaje de la epífitas de un sitio. Además debe tomarse

en cuenta que las epífitas se distribuyen de manera dispersa horizontalmente de un bosque a otro

y verticalmente en un árbol. Lo que resulta prácticamente imposible muestrear a todas las epífitas

que se encuentren en un sitio.

En Sehuencas, Bolivia el coeficiente epifítico disminuyó de 54% (0.0001 km2) a 38%

(0.0008 km2) cuando aumentaba el área de muestreo, incluyendo un decremento del número de

epífitas contra las terrestres. En Rio Palenque, Ecuador se redujo de 35% a 22%, cambiando el

tamaño de cuadrante (1,000 m2) a 1.7 km

2. Mientras que a larga escala el coeficiente epifítico es

menor, por ejemplo países como México, Panamá y Perú igual que el mundo muestran valores

entre 10-13% (Nieder et al. 2001). En este estudio ocurrió que el área muestreada era el

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suficiente para abarcar un aceptable número de epífitas considerando que el BMM es el tipo de

vegetación más rico en epífitas. Sin embargo, aun así quedaban fuera numerosas especies, sobre

todo de orquídeas, como puede observarse en las curvas de acumulación obtenidas para bosque

conservado y acahual, donde solo se alcanzó el 61% y el 44% de las especies presentes

respectivamente.

En cambio en otros grupos como bromelias y helechos se obtuvieron porcentajes más

altos de muestreo. Para bromelias en el bosque conservado se encontraron el 97% y en acahual el

100% de las especies estimadas. En el caso de helechos, en bosque conservado se alcanzo el 76%

y en acahual el 80% de las especies estimadas. Esta diferencia entre el número de especies

registradas, se debe a que las bromelias y los helechos, son mucho más fácil de muestrear que las

orquídeas, por su mayor tamaño, abundancia, y estrato de crecimiento frecuentemente en el

sotobosque y terrestres.

7.4 Coeficiente de similitud de Sørensen

La similitud florística entre los dos tipos de vegetación es del 50%, esta similitud es

menor que la encontrada por Pérez-Peña (2007). Él comparó una selva alta con un acahual

derivado de éste, encontrando un valor del 66% de similitud. Los acahuales que se muestrearon

en su estudio eran un poco más jóvenes que los de este estudio. La similitud un poco mayor que

la encontrada en este estudio, puede deberse a que las especies epífitas de la selva alta ya están de

por si adaptadas a sequias. Así que les resulta mucho más fácil colonizar el acahual, cuyo

microclima no es tan diferente al del ambiente primario. Además, en general en selva alta hay

menos especies de epífitas, mientras que en BMM hay mucho mas especies. También las

condiciones ambientales entre bosque conservado y acahual son muy diferentes, por lo cual el

acahual es colonizado principalmente con especies resistentes a la sequia, las cuales no se

encuentran en el bosque conservado.

Page 87: Tesis Gomez-Diaz 2010

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Krömer y Gradstein (2003) afirman que la reducción de epífitas vasculares es mucho más

severa que para otros grupos de plantas. En los acahuales de 15 años en Sapecho y Cotapata, la

reducción de riqueza fue de un 60% y 70%, respectivamente. La familia Bromeliaceae y Araceae,

al igual que en este estudio, conservan especies en común al modificarse el hábitat. Esto se debe a

las adaptaciones fisiológicas que les permiten establecerse en los dos ambientes.

En un estudio realizado en dos BMM del centro de Veracruz, en localidades alejadas por

aproximadamente 126 km, se encontró un valor de similitud florística del 43% (Viccon 2009).

Comparándolo con los resultados de este estudio, se puede establecer que a mayor distancia se

encuentren los bosques comparados, menor será su número de especies compartidas, debido a la

alta diversidad beta de las epífitas. Ya que los fragmentos de bosque conservado y acahual

estaban en promedio a una distancia de 1.2 km entre sí. Por ejemplo, Nieder et al. (2001)

encontraron que el Rio Guajalito y Otonga en el oeste de Ecuador, tenían solamente 35% de

similitud. Cabe señalar que esos bosques estaban separados por 30 km, con factores ambientales

similares.

Las parcelas de bosque conservado son un poco mas homogéneas, ya que tienen especies

de amplia distribución lo que les otorga una mediana del índice de Sørensen mayor (md IS=0.63)

que las del acahual (md IS=0.54). Esto puede deberse a que el bosque conservado tiene unas

condiciones mucho más estables, sin tantos extremos como en el acahual en el cual las parcelas

eran estructuralmente mas heterogéneas, lo que no permite un establecimiento tan rápido de

epífitas (Hietz-Seifert et al. 1996; Pérez-Peña 2007).

7.5 Frecuencia de especies

De todas las especies de epífitas registradas, un bajo número de 34 se encontraron en

ambos ambientes. Al contrario, 62 especies de epífitas solo ocurren en alguno de los dos tipos de

vegetación (55 especies del bosque conservado y siete especies del acahual). Es obvio que el

bosque conservado tiene un mayor número de especies epífitas exclusivas de ese ambiente. La

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preferencia por este tipo de vegetación de tantas especies puede deberse a sus necesidades

ecológicas, ya que desde la base de hasta las ramas externas de un árbol, se incrementan

velocidad del viento, la radiación, la oscilación de temperatura y el déficit de la presión del vapor,

lo que contribuye al incremento de la evaporación y la transpiración. Adicionalmente, la mayoría

de la materia orgánica y las briofitas, las cuales almacenan agua y nutrientes, se encuentran más

en las ramas internas que en las externas (Hietz y Briones 1998).

Por lo general, los helechos delgados (Hymenophyllaceae) se encuentran en las locaciones

más húmedas, en este y en otros bosques (Hietz y Hietz-Seifert 1995). Solamente en los bosques

más húmedos, estas plantas pueden encontrarse en las zonas del dosel (Krömer y Kessler 2006).

Las adaptaciones de las especies, a estas variaciones de los microhábitats son muchas. Por

ejemplo algunas especies son extremadamente hidrófilas, como el caso de varias especies del

género Hymenophyllum, las cuales se encontraron en este estudio. Sin embargo, este tipo de

especies puede resistir una pérdida de agua del 94%, además de que estos helechos no tienen

estomas, por cual su transpiración no es controlada (Hietz y Briones 1998).

Las especies epífitas “raras” son aquellas que solo se encontraron una vez en el bosque

conservado, las cuales en su mayoría son orquídeas (12 spp.). Por ejemplo: Coelia cf.

macrostachia, Epidendrum cf. pseudoramosum y E. cf. racemosum. Las especies epífitas “raras”

del acahual al igual que en el anterior son en su mayoría orquídeas (4 spp.). Por ejemplo:

Lepanthes avis y Maxillaria densa. Es necesario recordar que las epífitas se establecen por sus

adaptaciones ecomorfológicas, en donde las condiciones sean las apropiadas. Un factor

importante que determina la distribución de epífitas son principalmente microclimáticos, como el

gradiente de temperatura. En este caso está reportado que en regiones templadas, así como en

alturas mayores el frio mata a las epífitas vasculares (Nieder et al. 2001). En este sentido, las

especies mejor adaptadas a los extremos de temperatura, como la mayoría de las especies de la

familia Bromeliaceae (10 spp.) o Polypodiaceae (6 spp.), pueden ser consideradas generalistas

(Vgr. Tillandsia kirchhoffiana y Polypodium plebeium).

Para este estudio estas especies son las que mayor número de registros poseen, lo que

indica su gran adaptabilidad ecológica. En cambio, las especies menos tolerantes a estos cambios

bruscos de temperatura, serán las que se encontraran en ambientes más estables, como los que

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89

ofrece el bosque conservado (Freiberg 2001; Cardelús y Chazdon 2005; Tejero-Diez 2009). La

mayoría de estas especies pertenecen al grupo de los helechos y son las que serian más aptas para

un uso como bioindicadoras de perturbación (Vgr. Hymenophyllum pulchelum y Melpomene

xiphopteroides).

La familia Bromeliaceae tiene un comportamiento interesante, ya que esta tiene diferentes

adaptaciones que le confieren la capacidad de soportar cambios en el ambiente. Según Pittendrigh

(1948), se clasifican de acuerdo a la cantidad de luz que soportan, en tres tipos: el primero que

soporta los lugares con exposición moderada de luz, el segundo que soporta el sol directo y el

último que puede sobrevivir en lugares con sombra. En esta investigación se observó que las

bromelias encontradas principalmente en el acahual, son aquellas que requieren de mayor luz y

sol. Como la mayoría de las especies del género Tillandsia, además es de notar que las especies

que no se encontraron en el acahual, coinciden con aquellas clasificada por Pittendrigh como las

que no soportan sol directo.

La distribución horizontal de especies de epífitas tiene consecuencias en los protocolos de

muestreo, donde las epífitas son ricas en especies, incluso parcelas pequeñas pueden ser

suficientes para cubrir una proporción considerable de vegetación epifítica en un área. En la isla

de Barro Colorado, muestreando solo cinco árboles de Annona glabra, se obtuvo el 10% de todos

los individuos de epífitas y el 82% de todas las especies presentes en 1,000 árboles (Zotz y

Ziegler 1997; Nieder et al. 2001). Esto significa que en este estudio aunque se hubiese aumentado

el tamaño de las parcelas, no se hubiese incrementado de manera significativa el número de

especies de epífitas encontradas, pero si su frecuencia.

La mayoría de las epífitas encontradas en este estudio se hallaron en el sotobosque, es

decir sobre troncos, arbustos y árboles jóvenes a una altura no mayor de 6 m. Esta zona según

reportan Krömer et al. (2007b) en muchos estudios de epífitas no se considera, ya que estos se

limitan a muestrear árboles del dosel. Sin embargo, como demuestra este estudio, para poder

incluir el mayor número de especies, es necesario no olvidar las epífitas del sotobosque.

Page 90: Tesis Gomez-Diaz 2010

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7.6 Comparación entre sitios

Algo que es relevante para la diversidad de epífitas dentro de los dos acahuales fue, que

en el primer sitio se conservaban algunos árboles viejos al lado de las parcelas muestreadas, los

cuales eran tal vez relictos del bosque primario. Estos árboles, igual como los árboles del bosque

conservado adyacente, podrían servir como refugio de epífitas y banco de semillas, además de

permitir el restablecimiento de aquellas que se encontraban en el bosque primario (Werner et al.

2005). Sin embargo, la mayoría de estos árboles se encontraban marcados con números, lo que

sugiere que tal vez serán utilizados para la extracción de madera en un futuro. El segundo

acahual, el cual era más joven que el primero, no había habido tanto tiempo para la colonización

de epífitas, esto se veía reflejado también en el tamaño de los árboles jóvenes, los cuales no

podían albergar muchas epífitas. Por la falta de lugares para establecerse, así como la poca

cantidad de materia orgánica y briofitas en sus troncos (Krömer et al. 2007a).

Una explicación del porque en el municipio se encuentran muy pocos árboles viejos y

fragmentos de bosque conservado, es que el principal uso de los bosques es la tala para

extracción de madera. Ya que según datos del censo agrícola 2007 (INEGI 2010), en el municipio

no se hace uso de los productos forestales no maderables (PFNM). Los sitios estudiados se

encontraban a una distancia no mayor de 3 km, es decir que el recambio de especies entre sitio

puede ser alta. Pero lo que está influyendo de manera significativa y que podría aislar a las

poblaciones de epífitas, es que se encuentran muchos pastizales y cultivos sin cobertura arbórea,

o algunos acahuales o fragmentos de bosque conservado, que tienen una presión constante y

significativa de las poblaciones humanas, la cuales no están muy alejadas tampoco.

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7.7 Especies de epífitas como bioindicadoras

La utilización de seres vivos como bioindicadores se basa en que las alteraciones de la

calidad ambiental se puede comprobar observando a organismos especialmente sensibles a estos

cambios. Numerosos estudios han tratado de identificar diferentes plantas y animales como

grupos indicadores en diferentes regiones. Estos organismos deben estar adaptados en menor o

mayor grado a un ambiente especifico y cuando se altera la mínima condición de ese ambiente

generaran una determinada respuesta, ya sea cambiando sus funciones vitales o incluso

reduciendo o aumentando su población. La correlación que existe entre los dos grupos de mayor

importancia en plantas vasculares, helechos y fanerógamas, ha tenido implicaciones importantes

para el monitoreo de la diversidad, y el establecimiento de regiones prioritarias de una región.

Otros estudios han sido diseñados para encontrar tanto la densidad y diversidad de plantas

vasculares que se traslapan con otros grupos taxonómicos de organismos (Williams-Linera et al.

2005).

Dada la alta diversidad de epífitas en el BMM, estas podrían ser excelentes indicadores de

calidad ambiental. En general estas son abundantes en el dosel, porque necesitan de sombra densa

y una alta humedad la cual se provee en este estrato (Challenger 1998; Hietz y Briones 1998).

Además, podrían ser usadas para estudiar la riqueza en un sitio, y comparar la diversidad entre

sitios. En segundo lugar, dada la especificidad de algunas epífitas para ciertos ambientes, se

podría utilizar este grupo ya sea con su presencia o ausencia, como un buen indicador para definir

un área como conservada o perturbada.

Williams-Linera et al. (2005) encontraron en siete fragmentos de BMM en el centro de

Veracruz 37 especies epífitas de Pteridophyta. Dentro de su estudio ellos encontraron algunas

especies raras, y que de la misma manera fueron encontradas en este estudio. Estas son:

Asplenium cuspidatum (sin adaptación para sequia), Melpomene leptostoma (endémica de

México y Guatemala) y Pecluma consimilis. También ellos proponen que algunas especies deben

recibir atención, ya que no son raras pero cuentan con pocos individuos, dentro de estas se

encuentra Trichomanes reptans. Además, ellos encontraron que la riqueza de epífitas fue positiva

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con la abundancia de árboles, esto se debe a que los árboles proveen de una mayor

heterogeneidad de microhábitats a los bosques (Hietz y Briones 1998).

Algunas especies son sensibles a los cambios climáticos como el cambio en el patrón de

lluvias, sequias, y la proporción entre años secos y lluviosos. Estos cambios afectan a

poblaciones epífitas porque no tienen acceso al agua que se acumula en el suelo. Dentro de estas

las bromelias pueden ser utilizadas como bioindicadoras, ya que se tiene conocimiento de que

algunas de sus especies tienen menos elementos para sobreponerse al cambio en el patrón de

lluvias y otros factores ambientales (Pittendrigh 1948; Andrade et al. 2007). Se ha reportado que

algunas especies como Tillandsia brachycaulos tienen una disminución poblacional durante los

años secos, en comparación con los años lluviosos en el mismo ambiente (Mondragón et al.

2004).

Por último, dado que la distribución de algunas especies epífitas están confinadas a zonas

climáticas particulares y a un tipo de bosque. A su vez dentro del bosque su distribución depende

del microhábitat dado por la estructura y porosidad de la corteza del forofito. La distribución y

composición de epífitas vasculares pueden ser parámetros indicadores del estado de regeneración

de algún bosque. En un estudio realizado en tres acahuales abandonados de diferentes edades (12,

18 y 22 años) de abandono en Colombia se muestrearon las epífitas, utilizando la riqueza,

abundancia y cobertura de estas como criterios para la comparación entre los bosques (Triana-

Moreno et al. 2003). Encontrando que los factores evaluados son útiles para la caracterización de

los acahuales en diferentes etapas de regeneración. En especial la composición mostró que cerca

de la mitad de especies de cada acahual eran exclusivas, ya que en los estados de regeneración

más avanzados hay un menor establecimiento de epífitas en los estratos bajos, y un mayor

establecimiento en el dosel, por los cambios en las condiciones del entorno. Es decir el encontrar

las especies indicadoras puede ayudar a comparar los estados de sucesión o conservación de los

hábitats.

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8 CONCLUSIONES

El bosque conservado tiene una mayor riqueza de epífitas que el acahual, además de que

su composición florística es mucho más variada. En ambos tipos de vegetación la riqueza de

epífitas fue mayor sobre los grupos terrestres estudiados. Así mismo sus composiciones

florísticas son similares, con las Pteridophytas en primer lugar, seguidos por las orquídeas, las

bromelias, las piperáceas, las aráceas y por último las otras familias (Araliaceae, Cactaceae y

Crassulaceae).

Todos los grupos estudiados alcanzaron valores de especies observados por encima del

70%, lo que indica que el muestreo resultó suficiente para este tipo de vegetación, aunque

pudiese realizarse un esfuerzo mayor para incrementar este valor porcentual. La riqueza de

epífitas esta correlacionada con el perímetro de los árboles hospederos en el bosque conservado,

mientras que en el acahual, esta correlación no existe.

Queda demostrado entonces en este estudio, que aun pequeños fragmentos de bosque

conservado pueden ser refugio para una alta riqueza de especies. En los fragmentos de bosque

conservado se encontraron inclusive poblaciones de especies incluidas en la NOM, las cuales

podrían ser estudiadas para en un futuro pensar en su recuperación. Por eso estas localidades

necesitan estrategias prioritarias que protejan cada uno de los sitios, ya que poseen

composiciones florísticas únicas, incluso podría haber nuevos registros para el estado o el país.

Es importante el realizar inventarios florísticos en lugares conservados poco explorados, o

en los que se tienen listados anteriores. Además, es importante explorar los grupos epifíticos,

realizando estudios del dosel, ya que como se observo en este estudio, pueden incrementar al

conocimiento de la flora local y regional en gran medida.

En algunas especies de estos grupos al no ser muy notables y abundantes, como el caso de

varias orquídeas y helechos pequeños, que no han sido muy colectados y por ende estudiados. Se

encontró que hubo especies de las cuales solo se registró una vez en todo el trabajo, por lo que

estas podrían requerir mayor atención para observarlas.

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Los acahuales albergan muy pocas especies exclusivas, pero aun asi son importantes, sin

embargo existe una riqueza mucho menor que los bosques conservados. Las cuales pueden

preparar en un futuro la sucesión de especies poco tolerantes a condiciones extremas. Por eso es

importante tomar en cuenta que los acahuales pueden ser refugios de biodiversidad, si se manejan

adecuadamente y se impide que se sigan sobreexplotando. También, es muy importante tomar en

cuenta que al realizar algún tipo de manejo en los acahuales es pertinente dejar árboles maduros,

ya que contienen epífitas que ayudaran a la propagación y sucesión del área. Estos árboles

pueden servir como refugio y como semilleros para las especies de epífitas encontradas en el

área.

Una alternativa que pudiese ayudar a conservar los bosques, y a la vez permitir a los

pobladores obtener algún beneficio económico de conservar es el ecoturismo. En la actualidad

existe una rama de la economía dedicada a estudiar las relaciones entre la calidad del medio

ambiente y el comportamiento económico. Esta disciplina es conocida como economía ambiental,

y trabaja por medio de incentivos. Como en el caso de pago por servicios ambientales, puede ser

el incentivo que aliente a seguir protegiendo el bosque, este pago lo podrá realizar alguna

empresa o el mismo gobierno, en consideración de que las personas conserven el bosque.

La metodología propone hacer una evaluación completa del ecosistema, y dentro de esto

el listado florístico aquí presentado, ayudará mucho a saber qué tipo de especies de epífitas son

las indicadas para medir la calidad ambiental en el BMM. Además se debe incluir un análisis

completo de costo-beneficio, en el cual se propone un panorama en donde si un bosque

desapareciese que costo total tendría para la población. Por ello este estudio puede ser utilizado

como una perspectiva a futuro si el bosque fuese transformado.

Dentro del municipio de Tlalnelhuayocan en la actualidad, se están llevando a cabo

proyectos de ecoturismo, para beneficio de la población. Los cuales están orientados a la

observación y conocimiento de los paisajes del BMM que se encuentran dentro de éste. Uno de

los lugares que está llamando la atención para conservar aún fragmentos grandes de BMM, es la

localidad de Los Capulines, cerca de donde se realizó este estudio.

Este estudio presenta el listado de las diferentes especies encontradas en el trabajo de

campo dentro de este municipio, que les podrán servir a los habitantes de esta zona y a los

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95

visitantes de ecoturismo, para logar un conocimiento de la flora local. De manera que los

tomadores de decisiones, investigadores o gente de la localidad, tenga un sustento solido para

conservar y proteger estos fragmentos de BMM. Ya que por medio de este estudio se tiene la

certeza de que estos fragmentos albergan una alta riqueza de especies importantes para el

funcionamiento y calidad de los servicios ambientales que ofrece el BMM.

Por último este trabajo propone como bioindicadoras de calidad ambiental del BMM a

varias especies de epífitas vasculares (Anexo 4). Estas fueron elegidas por su baja tolerancia a

cambios climáticos bruscos, producto de perturbaciones antropogénicos o naturales. Esta puede

ser una línea importante de investigación, ya que en un futuro, los ambientes con una buena

calidad ambiental, serán cada vez más raros. Y deberá ser muy importante identificarlos, para

poder establecer estrategias que los protejan de futuras perturbaciones antropogénicas.

Page 96: Tesis Gomez-Diaz 2010

96

9 LITERATURA CITADA

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Heidelberg.

Page 109: Tesis Gomez-Diaz 2010

109

10 ANEXOS

Anexo 1. Listado florístico general ordenado por División (Pteridophyta y

Angiospermae), Familia y Taxón. Además se incluye el numero de colecta, el habito (HÁB, E=

epífita, ET= epífita y terrestre, H=hemiepífita, T= terrestre), el lugar donde se encontró (BC=

bosque conservado, AC= acahual), si se encuentra en la Norma Oficial Mexicana (NOM, PE=

protección especial, A= amenazada). Además de la frecuencia (FRE) con que se encontró en el

estudio (R= rara de uno a seis registros, E= escasa de siete a 12 registros, RG= regular de 13 a 18

registros, F= frecuente de 19 a 24 registros).

N° de

colecta

HÁB FAMILIA TAXON BC

1

BC

2

AC

1

AC

2

NOM FRE

PTERIDOPHYTA

JGD114,

THO3953

ET Aspleniaceae Asplenium cf. pteropus X X X R

THO3933,

THO3950

E Aspleniaceae Asplenium cuspidatum Lam. X X R

JGD113,

THO3935

ET Aspleniaceae Asplenium harpeodes Kunze X X R

THO3934 ET Aspleniaceae Asplenium miradorense Liebm. X R

JGD126 T Blechnaceae Blechnum appendiculatum Willd. X R

T Cyatheaceae Cyathea sp.1 X X PE R

T Cyatheaceae Cyathea sp.2 X X X X PE E

JGD70 T Dennstaedtiaceae Hypolepis nigrescens Hook. X R

JGD125 T Dennstaedtiaceae Hypolepis sp. X R

JGD105 T Dicksoniaceae Lophosoria quadripinnata (J.F. Gmel.)

C. Chr.

X R

THO3937 T Dryopteridaceae Ctenitis equestris (Kunze) Ching var.

equestris

X R

JGD120,

THO3946

E Dryopteridaceae Elaphoglossum cf.sartorii X X X X E

JGD100,

THO3951

E Dryopteridaceae Elaphoglossum lonchophyllum (Fée) T.

Moore

X X R

JGD149,

THO

E Dryopteridaceae Elaphoglossum muscosum (Sw.) T.

Moore

R

JGD98 E Dryopteridaceae Elaphoglossum peltatum (Sw.) Urb. X X E

JGD101 E Dryopteridaceae Elaphoglossum vestitum (Schltdl. &

Cham.) T. Moore

X X X E

THO3925 T Dryopteridaceae Phanerophlebia remotispora E. Fourn. X R

JGD134 T Gleicheniaceae Sticherus palmatus (W. Schaffn. ex E. X X X X E

Page 110: Tesis Gomez-Diaz 2010

110

Fourn.) Copel.

JGD88,

THO3929,

THO3949

E Grammitidaceae Melpomene leptostoma (Fée) A.R. Sm. &

R.C. Moran

X X E

THO3938 E Grammitidaceae Melpomene xiphopteroides (Liebm.) A.R.

Sm. & R.C. Moran

X R

E Hymenophyllaceae Hymenophyllum cf. peltatum X R

JGD148 E Hymenophyllaceae Hymenophyllum pulchellum Schltdl. &

Cham.

X R

JGD83 E Hymenophyllaceae Trichomanes capillaceum L. X X E

JGD90,

THO3930

E Hymenophyllaceae Trichomanes reptans Sw. X X R

JGD139 T Lomariopsidaceae Lomariopsis recurvata Fée X R

JGD122 E Lycopodiaceae Hupertzia taxifolia (Sw.) Trevis. X R

JGD106 T Marattiaceae Marattia laxa Kunze X X X X PE E

E Polypodiaceae Campyloneurum sp. X R

JGD115 E Polypodiaceae Pecluma consimilis (Mett.) M.G. Price X X X R

JGD84,

THO3932

E Polypodiaceae Pecluma sursumcurrens (Copel.) M.G.

Price

X R

JGD69 E Polypodiaceae Phlebodium areolatum (Humb. & Bonpl.

ex Willd.) J. Sm.

X X X X F

JGD102 E Polypodiaceae Pleopeltis angusta Humb. & Bonpl. ex

Willd.

X X X X RG

JGD118 EC Polypodiaceae Pleopeltis crassinervata (Fée) T. Moore X X X X F

E Polypodiaceae Pleopeltis polylepis (Roem. ex Kunze) T.

Moore

X R

E Polypodiaceae Polypodium arcanum Maxon X R

JGD107,

THO3913

E Polypodiaceae Polypodium conterminans Liebm. X X R

THO3924 ET Polypodiaceae Polypodium falcaria Kunze X X R

JGD123 E Polypodiaceae Polypodium furfuraceum Schltdl. &

Cham.

X X X R

E Polypodiaceae Polypodium longepinnulatum E. Fourn. X R

JGD91,

THO3944

E Polypodiaceae Polypodium plebeium Schltdl. & Cham. X X X X F

EC Polypodiaceae Polypodium remotum Desv. X R

JGD150,

THO3923

E Polypodiaceae Polypodium rhodopleurom Kunze X X R

JGD111 T Polypodiaceae Polypodium subpetiolatum Hook. X R

JGD87 E Psilotaceae Psilotum complanatum Sw. X A R

THO3943 T Pteridaceae Adiantum andicola Liebm. X R

T Pteridaceae Pteris denticulata Sw. X R

THO3940 T Pteridaceae Pteris muricata Hook. X R

JGD104,

THO3942

T Pteridaceae Pteris orizabae M. Martens & Galeotti X X X R

THO3916 E Pteridaceae Scoliosorus ensiformis (Hook.) T. Moore X R

JGD128,

THO3912

T Selaginellaceae Selaginella martensii Spring X R

JGD117,

THO3948

T Selaginellaceae Selaginella stellata Spring X X X X RG

JGD94 T Thelyperidaceae Thelypteris pilosohispida (Hook.) Alston X X E

Page 111: Tesis Gomez-Diaz 2010

111

JGD96,

THO3952

T Thelypteridaceae Thelypteris rudis (Kunze) Proctor X X X R

JGD77 E Vittariaceae Vittaria graminifolia Kaulf. X X X E

THO3941 T Woodsiaceae Diplazium cf. franconis X R

ANGIOSPERMAE

JGD71 H Araceae Anthurium scandens (Aubl.) Engl. X X X X E

JGD119 H Araceae Philodendron advena Schott X X X R

THO3936 H Araceae Syngonium sagittatum G.S. Bunting X X X E

E Araliaceae Oreopanax sp. X R

JGD74 E Bromeliaceae Catopsis nitida (Hook.) Griseb. X X X X RG

JGD110 E Bromeliaceae Catopsis sessiliflora (Ruiz & Pav.) Mez X X X X RG

T Bromeliaceae Pitcairnia sp. X R

JGD75,

THO3958

E Bromeliaceae Racinaea adscendens (L.B. Sm.) M.A.

Spencer & L.B. Sm.

X X X E

JGD137 E Bromeliaceae Racinaea ghiesbreghtii (Baker) M.A.

Spencer & L.B. Sm.

X X R

JGD78 E Bromeliaceae Tillandsia butzii Mez X X X X F

E Bromeliaceae Tillandsia gymnobotrya Baker X R

E Bromeliaceae Tillandsia ionantha Planch. X R

JGD76 E Bromeliaceae Tillandsia kirchhoffiana Wittm. X X X X F

THO3959 E Bromeliaceae Tillandsia macropetala Wawra X X X E

JGD72 E Bromeliaceae Tillandsia multicaulis Steud. X X X X F

JGD73 E Bromeliaceae Tillandsia punctulata Schltdl. & Cham. X X X RG

JGD133 E Bromeliaceae Tillandsia schiedeana Steud. X X E

E Bromeliaceae Tillandsia viridiflora (Beer) Baker X X X X E

JGD138 E Cactaceae Rhipsalis baccifera (J.S. Muell.)Stearn X R

THO3939 E Crassulaceae Sedum botterii Hemsl. X R

EC Orchidaceae Acineta barkeri (Bateman) Lindl. X A R

EC Orchidaceae Brassia verucosa Lindl. X R

E Orchidaceae Coelia cf. macrostachya X R

JGD121 E Orchidaceae Dichaea muricatoides Hamer & Garay X X X R

E Orchidaceae Dichaea aff. suaveolens Kraenzl. X E

JGD95 E Orchidaceae Dichaea glauca (Sw.) Lindl. X X X R

THO3957 E Orchidaceae Dichaea neglecta Schltr. X R

E Orchidaceae Dichaea sp. X X R

E Orchidaceae Eleanthus sp. X R

E Orchidaceae Epidendrum cf. pseudoramosum X R

E Orchidaceae Epidendrum cf. racemosum X R

E Orchidaceae Gongora galeata (Lindl.) Rchb. f. X R

E Orchidaceae Gongora sp. X R

T Orchidaceae Habenaria sp. X R

JGD116 E Orchidaceae Isochilus major Schltdl. & Cham. X X R

JGD99 E Orchidaceae Jacquiniella equitantifolia (Ames)

Dressler

X R

EC Orchidaceae Leochilus sp. X R

JGD131 E Orchidaceae Lepanthes avis Rchb. F. X R

EC Orchidaceae Lycaste deppei (Lodd.) Lindl. X R

E Orchidaceae Malaxis sp. X R

Page 112: Tesis Gomez-Diaz 2010

112

E Orchidaceae Maxillaria cuculata Lindl. X R

E Orchidaceae Maxillaria densa Lindl. X R

E Orchidaceae Maxillaria sp. 1 X R

E Orchidaceae Maxillaria sp. 2 X R

E Orchidaceae Nidema boothii (Lindl.) Schltr. X R

E Orchidaceae Oncidium sp. X X X R

E Orchidaceae Oncidium pergamineum Lindl. X X R

JGD132 T Orchidaceae Pelexia sp. X R

E Orchidaceae Pleurotalis sp. X R

E Orchidaceae Ponera sp. X R

E Orchidaceae Pontieva brenesii Schltr. X R

T Orchidaceae Prescottia stachyodes (Sw.) Lindl. X X R

E Orchidaceae Prosthechea vitellina (Lindl.) W.E.

Higgins

PE R

JGD79 T Orchidaceae Psilochilus aff. machrophyllus (Lindl.)

Ames

X X R

T Orchidaceae Sp. 2 X R

E Orchidaceae Stelis cf. pachyglossa X X E

E Orchidaceae Stelis cf. platystelis X X E

JGD89,

THO3947,

THO3905

E Piperaceae Peperomia dendrophila Schltdl. & Cham. X X X X RG

JGD81,

THO3909

ET Piperaceae Peperomia donaguiana C. DC. X X X R

THO3928 E Piperaceae Peperomia glabella (Sw.) A. Dietr. X R

JGD82 EC Piperaceae Peperomia leptophylla Miq. X R

JGD142,

THO3910

ET Piperaceae Peperomia obtusifolia (L.) A. Dietr. X X R

JGD146 E Piperaceae Peperomia peltilimba C. DC. ex Trel. X R

JGD93,

THO3906

E Piperaceae Peperomia quadrifolia (L.) Kunth X X X X E

E Piperaceae Peperomia rotundifolia (L.) Kunth X R

JGD80,

THO3903

E Piperaceae Peperomia tenerrima Schltdl. & Cham. X X X E

THO3927 ET Piperaceae Peperomia tetraphylla (G. Forst.) Hook.

& Arn.

X X R

T Piperaceae Piper xantostachyum C.DC. X R

Page 113: Tesis Gomez-Diaz 2010

113

Anexo 2. Tabla con las coordenadas de las parcelas, además de la altitud y el nombre del sitio.

(BC= Bosque conservado, AC= acahual).

Parcela Latitud Longitud Altitud (m)

Nombre

1BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

2BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

3BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

4BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

5BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

6BC 19°00'15.8'' 97°00'15.8'' 1638 La Trucha Feliz, Los Capulines

7BC 19°31'0.28'' 97°00'32.5'' 1670 Rancho Don Alfonso, Los Capulines

8BC 19°31'0.28'' 97°00'32.5'' 1670 Rancho Don Alfonso, Los Capulines

1AC 19°30'59.3'' 97°00'07.6" 1640 Bosque Liquidámbar, La Trucha Feliz, Los Capulines

2AC 19°30'59.3'' 97°00'07.6" 1640 Bosque Liquidámbar, La Trucha Feliz, Los Capulines

3AC 19°30'59.3'' 97°00'07.6" 1640 Bosque Liquidámbar, La Trucha Feliz, Los Capulines

4AC 19°31’13.95’’ 96°59’20.98’’ 1490 Junto a Agüitas Frías, Rancho Viejo

5AC 19°31’13.95’’ 96°59’20.98’’ 1490 Junto a Agüitas Frías, Rancho Viejo

6AC 19°31’13.95’’ 96°59’20.98’’ 1490 Junto a Agüitas Frías, Rancho Viejo

7AC 19°31’13.95’’ 96°59’20.98’’ 1490 Junto a Agüitas Frías, Rancho Viejo

8AC 19°31’13.95’’ 96°59’20.98’’ 1490 Junto a Agüitas Frías, Rancho Viejo

Page 114: Tesis Gomez-Diaz 2010

114

Anexo 3. Fotografías de algunas especies encontradas dentro de este estudio.

Figura 32. Elaphoglossum peltatum (Sw.) Urb. Figura 33. Tillandsia macropetala Wawra

Figura 34. Psilochilus aff. machrophyllus (Lindl.) Ames Figura 35. Philodendron advena Schott

Page 115: Tesis Gomez-Diaz 2010

115

Figura 36. Pelexia sp. Figura 37. Pontieva brenesii Schltr.

Figura 38. Peperomia quadrifolia (L.) Kunth Figura 39. Hymenophyllum cf. peltatum

Page 116: Tesis Gomez-Diaz 2010

116

Figura 40. Hupezia taxifolia (Sw.) Trevis. Figura 41. Vittaria gramminifolia Kaulf.

Figura 42. Peperomia leptophylla Miq. Figura 43. Campyloneuron sp.

Page 117: Tesis Gomez-Diaz 2010

117

Anexo 4. Listado de las especies de epífitas vasculares propuestas como bioindicadoras de

calidad ambiental. Todas fueron encontradas en los fragmentos de bosque conservado, se

incluyen la parcela donde se encontraron (1BC=1, 2, 3, 4, 5,6 y 2BC=7 y 8).

Habito Familia Taxon Parcelas

PTERIDOPHYTA

E Aspleniaceae Asplenium cuspidatum Lam. 1,5,6,7

ET Aspleniaceae Asplenium harpeodes Kunze 2,6

ET Aspleniaceae Asplenium miradorense Liebm. 7

E Dryopteridaceae Elaphoglossum lonchophyllum (Fée) T. Moore 1,3,5,8

E Dryopteridaceae Elaphoglossum muscosum (Sw.) T. Moore 6,7,8

E Hymenophyllaceae Hymenophyllum cf. peltatum 8

E Hymenophyllaceae Hymenophyllum pulchellum Schltdl. & Cham. 8

E Hymenophyllaceae Trichomanes reptans Sw. 1,4,5,6,7,8

E Polypodiaceae Campyloneurum sp. 2

E Polypodiaceae Melpomene xiphopteroides (Liebm.) A.R. Sm. & R.C. Moran

7

E Polypodiaceae Pleopeltis polylepis (Roem. ex Kunze) T. Moore 3

E Polypodiaceae Polypodium arcanum Maxon 8

E Polypodiaceae Polypodium conterminans Liebm. 1,3,7,8

ET Polypodiaceae Polypodium falcaria Kunze 1,7

E Polypodiaceae Polypodium longepinnulatum E. Fourn. 8

EC Polypodiaceae Polypodium remotum Desv. 4

E Psilotaceae Psilotum complanatum Sw. 1,4,6

E Pteridaceae Scoliosorus ensiformis (Hook.) T. Moore 7

ANGIOSPERMAE

EC Orchidaceae Brassia verucosa Lindl. 5

E Orchidaceae Gongora galeata (Lindl.) Rchb. f. 8

E Orchidaceae Isochylus major Schltdl. & Cham. 6,7

EC Orchidaceae Lycaste deppei (Lodd.) Lindl. 7

E Orchidaceae Oncidium pergamineum Lindl. 4,6

E Orchidaceae Pontieva brenesii Schltr. 8

E Orchidaceae Prostechea vitelina (Lindl.) W.E. Higgins 7,8

E Piperaceae Peperomia glabella (Sw.) A. Dietr. 7

ET Piperaceae Peperomia obtusifolia (L.) A. Dietr. 1,7,8

E Piperaceae Peperomia peltilimba C. DC. ex Trel. 8

E Piperaceae Peperomia rotundifolia (L.) Kunth 3