Terminología en microbiología y parasitología - UNMSM
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Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Facultad de Ciencias Biológicas
E.A.P Microbiología y Parasitología
Terminología
de
Microbiología y Parasitología
Alumno: Josue Enrique Ventura Rodríguez
Código: 14100143
Curso: Lenguaje y Redacción
Profesor: Walter Chalco Arangoitia
Aula: 408
Fecha de entrega: 30 de marzo del 2015.
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Introducción
El desarrollo de este tema va enfocado a una de las disciplinas que en los últimos años ha adquirido más
importancia e interés en su estudio. Su relación con la ciencia y las técnicas ha limitado su conceptualización y
es que esta disciplina va más allá de solo una recopilación de términos especializados. La terminología se basa
en tres significados distintos: disciplina, práctica y producto generado por esa práctica. En tanto que disciplina
cuyo objeto es el estudio y la recopilación de términos especializados, no es una materia reciente, ya que la
elaboración de vocabularios y glosarios terminológicos es bastante anterior. Si retrocedemos una par de siglos
veremos que la terminología era muy englobada a la ciencia y lo sigue siendo, ahora con mucha más
profundidad. Algunos ejemplos son los trabajos que en el siglo XVIII realizan Lavoisier y Berthold en química, o
Linneo en botánica y zoología, con la intención de fijas las denominaciones de los conceptos científicos que
usaban los especialistas. La terminología asociada a la ciencia ha alcanzado el estatus de disciplina científica
pues ha sido objeto de reflexión de sus principios, bases y métodos. En este tema relacionaremos la terminología
con una de las ciencias más pronunciadas en estos tiempos, cuyo avance y desarrollo ha llegado a la cúspide
de científico. Esta rama de las ciencias médicas denominada microbiología que trabaja en relación con la
parasitología se encarga del estudio de microorganismos o agente biológicos que viven a expensas del hombre
y producen alteraciones en él. Esta especialidad muy detallada se caracteriza por el estudio minucioso de
organismos patógenos, organismos antimicrobianos, etc. La terminología de esta especialidad es bastante
amplia y compleja debido al constante uso de palabras generalmente derivadas del griego y latín, a parte de su
compleja pronunciación y modo de uso. La recopilación de términos usados en la microbiología y parasitología
conlleva a la terminología a desempeñar un rol especializado, detallado y preciso.
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1. La terminología
En el diccionario lo encontramos como el conjunto de términos o vocablos propios de determinada profesión,
ciencia o materia. Actualmente se entiende la terminología como una disciplina con unas bases y unos
fundamentos teóricos y un objeto de estudios delimitado, que se define en relación con otras materias de las
que toma prestados un conjunto específico de conceptos, y posteriormente elabora su propis objeto y campo de
estudio.
2. La terminología científica
El gran desarrollo de la ciencia en los últimos decenios ha planteado la necesidad de utilizar una terminología
científica clara e inequívoca que facilite el entendimiento entre investigadores y especialistas de las distintas
ramas de la ciencia y de la técnica. Esta terminología científica es cada vez más amplia y compleja lo que obliga
al científico a realizar un esfuerzo constante de actualización.
En las últimas décadas, los avances científicos más notables han sido publicados usualmente en inglés en
revistas científicas editadas en diferentes países, tanto de habla inglesa como de habla no inglesa. Se puede
afirmar, sin el menor riesgo de error, que el inglés se ha convertido en el idioma universal usado para el
entendimiento entre científicos de diferentes países y que es normalmente el idioma oficial de los congresos y
reuniones de carácter internacional, de las diferentes ramas de la ciencia.
Otras de las necesidades por la que la terminología está presente es la diversidad de seres vivos que existen
en el planeta, los nombres de estos suelen cambiar entre las distintas regiones de un mismo país y, además un
mismo nombre puede referirse a distintas especies en distintos lugares, presentándose problemas insoslayables
cuando la comunicación se establece entre personas de distinta lengua materna.
La terminología científica se define como el conjunto de términos empleados por los profesionales de la ciencia
cuando hablan o escriben sobre su trabajo. Cada rama de la ciencia tiene su propio vocabulario, por lo que se
puede hablar con precisión de Terminologías de las ciencias de la salud. Esta se refiere al conjunto de vocablos
y expresiones propias de médicos, enfermeros, farmacéuticos, psicólogos, etc. Para hacerse una idea de la
importancia de los términos específicos de las ciencias de la salud basta señalar que un diccionario médico
medio contiene alrededor de 75.000 vocablos.
En cada país el lenguaje sanitario utiliza la ortografía, fonética y sintaxis propia de su idioma, pero como ya
habíamos visto anteriormente el vocabulario tienes unas raíces internacionales comunes. La existencia de
términos sanitarios es necesaria para referirse fenómenos o elementos propios de las ciencias de la salud, que
serían prácticamente imposibles de expresar con palabras pertenecientes al lenguaje común. En fin si los
términos científicos no existieran, la hipertensión arterial se tendría que describir como “elevación de la tensión
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a que la sangre somete a las paredes de los vasos sanguíneos que la transporta desde el corazón al resto del
organismo, por encima de los valores considerados como normales”.
Desde un punto de vista lingüístico, los términos científicos se caracterizan de las palabras comunes por su
precisión y por su neutralidad emocional. Los términos científicos son precisos pues su significado es claro y no
da lugar a confusión. La neutralidad emocional se refiere a que los vocablos científicos deben estar desprovistos
de cargas ofensivas o positivas.
3. Generalidades y Terminología de Microbiología y Parasitología
A. Parasitología
Es la ciencia que tiene por objeto el estudio de todos aquellos seres vivos, animales y vegetales, capaces de
vivir a expensas de otros de organización más desarrollada.
Tales seres reciben el nombre de parásitos. Implícitamente, un ser menos desarrollado, supuestamente más
pequeño y débil vive a expensas, de otro más desarrollado, más grande y poderoso. Uno de los miembros, el
parásito, vive a expensas del otro, el hospedador (huésped), al que menoscaba en mayor a menor grado. La
parasitología se encuentra dividida en ramas:
Protozología (Protozoarios)
Helmintología (Helmintos – gusanos)
Entomología sanitaria (artrópodos de interés sanitario)
A.1. Terminología de Parasitología
Simbiosis: es una interacción más o menos permanente entre dos o más organismos de diferentes
especies. Por lo tanto es la asociación íntima de dos seres vivos, en la cual ambos reciben
beneficios, existiendo dependencia necesaria para la supervivencia de los participantes
(simbiontes).
Inquilinismo: Es la acción de un ser vivo de usar como casa las estructuras o albergues de otro ser
vivo, sin tomar de él ningún alimento ni ofrecerle ninguna ventaja.
Mutualismo: Cuando la interacción de las dos especies es mutuamente ventajosa; ambos reciben
beneficios pero no existen dependencia necesaria para la supervivencia de los participantes
(mutualista).
Comensalismo: Es la asociación que beneficia a una especie y es indiferente a la otra, esta
asociación es más íntima, ya que una especie funciona como huésped sin recibir daño ni beneficio
y la otra funciona como comensal y obtiene alimento y alojamiento, pero sin producir daño.
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Depredatismo: Es la relación entre dos especies, en la cual el depredador vive a expensas de la
presa, matándola e ingiriéndola.
Parasitismo: Es una asociación en la cual un organismo vivo, denominado parásito, vive sobre otra
especie, denominada huésped u hospedador, la utiliza para su nutrición y le ocasiona una acción
patógena que provoca mecanismos de defensa.
Endoparásitos: Habitan en el interior del huésped.
Ectoparásitos: Habitan en el exterior del huésped.
B. Microbiología
La microbiología etimológicamente, el término tiene un amplio alcance, pero suele utilizarse en estricto para
designar determinadas formas microscópicas de vida. Esta ciencia se encarga del estudio de los organismos
microscópicos (no perceptibles a simple vista), microorganismos o simplemente microbios. La microbiología no
solo se ocupa de la clasificación de los microorganismos (taxonomía) sino que tambien estudia el papel que
estos desempeñan como causantes de enfermedades, los cambios que producen en el ambiente y los productos
que elaboran. Los científicos dividen los microorganismos en:
Virus: Microorganismos patógenos más pequeños que se conocen, no visibles por el microscopio
óptico. Tienen un solo tipo de ácido nucleico ADN o ARN, pero no los dos. Sus dimensiones oscilan
entre 20 y 300 nanómetros.
Bacterias: Son más grandes y complejas que los virus. Normalmente son visibles por el microscopio
óptico. Poseen ambos tipos de ácidos nucleicos ADN y ARN, sus dimensiones oscilan entre 0.2 y 2
micras.
Hongos: Son mayores que las bacterias, son eucariotas, ya que su material genético está separado
del resto del citoplasma por una membrana nuclear.
Parásitos: Término que se utiliza para referirse a diversos microrganismos protozoos y organismos
pluricelulares (principalmente gusanos) capaces de producir enfermedades.
La microbiología médica humana estudia los agentes que afectan a la salud del hombre. Estrechamente y ligada
con la microbiología y considerada como parte de ella, figura la inmunología que es el estado de resistencia que
un organismo presenta a la infección, así como los fundamentos de ciertos procesos patológicos que en ella
tienen sus bases.
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B.1. Conceptos básicos y definiciones
Las palabras germen, microrganismo y microbio se utilizan frecuentemente como sinónimos.
Patógenos: Microrganismos o parásitos que dañan al hombre directamente, por invasión y lesión, o
produciendo sustancias tóxicas (toxinas).
Infección: Establecimiento y proliferación de un microrganismo patógeno en un huésped. Habitualmente
se produce enfermedad y una respuesta del huésped.
Enfermedad infecciosa: Enfermedad producida por un microrganismo.
Agente etiológico: Microrganismo que produce una enfermedad infecciosa.
Huésped u hospedador: Persona, animal o planta en el que se aloja un microrganismo patógeno o un
parásito.
Comensales o saprófitos: Microrganismos que colonizan (es decir, que se encuentran en las superficies
corporales) sin causar daño.
Virulencia: Describe el grado de patogenicidad de un microrganismo: cuanto más virulento sea un
microrganismo, más fácil es que produzca enfermedad.
Infección subclínica: Enfermedad infecciosa cuya sintomatología es muy leve y puede pasar inadvertida.
Toxinas: Sustancias toxicas (dañinas) producidas por los microrganismos. Tienen acción destructiva y
lesionan diferentes tejidos y órganos del huésped, lo que contribuye a la virulencia de los gérmenes
patógenos.
Defensas del huésped: Mecanismos (de diversa naturaleza) que impiden la entrada de microrganismos
a zonas del huésped en que normalmente no existen microrganismos patógenos y que además
dificultan su diseminación, si los gérmenes llegan a penetrar en el huésped.
Diagnóstico: Las investigaciones microbiológicas (para determinar la causa de una infección) dependen
de una buena toma de muestras y de la correcta interpretación de los resultados obtenidos en el
laboratorio.
Tratamiento: Las enfermedades infecciosas y, fundamentalmente, las infecciones bacterianas son un
grupo de enfermedades para las que, en general, existen tratamientos específicos y altamente efectivos.
Patogenia: Modo en que un microrganismo produce enfermedad en el hombre.
Contaminación: Presencia de un microrganismo en un huésped por contacto accidental. No hay
proliferación, no se produce enfermedad y no hay respuesta del huésped.
Colonización: Establecimiento y proliferación de un microrganismo en un huésped. No se produce
enfermedad y no hay respuesta del huésped.
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Primoinfección: Primer episodio de infección por un microrganismo determinado. Este término se utiliza
frecuentemente en relación con infecciones que pueden repetirse dos o más veces a lo largo de la vida.
En muchas infecciones, si el huésped (una vez curado de la primoinfección) vuelve a infectarse con el
mismo microrganismo, la infección transcurre (cursa) de manera distinta a la primera vez que se infectó.
Coinfección: Infección simultánea por dos o más microrganismos.
Superinfección o sobreinfección: Infección que se produce en una persona como complicación de una
infección existente o antes de haberse curado completamente un proceso infeccioso anterior.
Período de incubación: Tiempo que transcurre entre que una persona adquiere un microrganismo
patógeno y desarrolla la enfermedad (es muy variable; según el huésped y el microrganismo, puede
variar desde horas a decenas de años). Las enfermedades infecciosas pueden clasificarse de muchas
formas. Fundamentalmente existen dos enfoques.
1).- Clasificación clínica, que estudia agrupadas las distintas infecciones que producen un mismo cuadro
clínico, como meningitis, uretritis, neumonías, etc.
2).- Clasificación etiológica, que agrupa las enfermedades infecciosas por el agente causal, aunque se
produzcan cuadros clínicos muy distintos, como infecciones por estafilococos (incluyendo desde la
endocarditis estafilocócica a la toxinfección alimentaria por Staphylococcus aureus).
B.2. Técnicas de la microbiología
I. Cultivos:
Un método fundamental para estudiar las bacterias es cultivarlas en un medio líquido o en la superficie de un
medio sólido de agar. Los medios de cultivo contienen distintos nutrientes que van, desde azúcares simples
hasta sustancias complejas como la sangre o el extracto de caldo de carne. Para aislar o purificar una especie
bacteriana a partir de una muestra formada por muchos tipos de bacterias, se siembra en un medio de cultivo
sólido donde las células que se multiplican no cambian de localización; tras muchos ciclos reproductivos, cada
bacteria individual genera por escisión binaria una colonia macroscópica compuesta por decenas de millones
de células similares a la original. Si esta colonia individual se siembra a su vez en un nuevo medio crecerá como
cultivo puro de un solo tipo de bacteria.
Muchas especies bacterianas son tan parecidas morfológicamente que es imposible diferenciarlas sólo con el
uso del microscopio; en este caso, para identificar cada tipo de bacteria, se estudian sus características
bioquímicas sembrándolas en medios de cultivo especiales. Así, algunos medios contienen un producto que
inhibe el crecimiento de la mayoría de las especies bacterianas, pero no la de un tipo que deseamos averiguar
si está presente. Otras veces el medio de cultivo contiene determinados azúcares especiales que sólo pueden
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utilizar algunas bacterias. En algunos medios se añaden indicadores de pH que cambian de color cuando uno
de los nutrientes del medio es fermentado y se generan catabolitos ácidos. Si las bacterias son capaces de
producir fermentación, generan gases que pueden ser apreciados cuando el cultivo se realiza en un tubo
cerrado.
Con otros medios de cultivo se identifica si las bacterias producen determinadas enzimas que digieren los
nutrientes: así, algunas bacterias con enzimas hemolíticas (capaces de romper los glóbulos rojos) producen
hemólisis y cambios apreciables macroscópicamente en las placas de agar-sangre. Los diferentes medios y
técnicas de cultivo son esenciales en el laboratorio de microbiología de un hospital, pues sirven para identificar
las bacterias causantes de las enfermedades infecciosas y los antibióticos a los que son sensibles esas
bacterias.
II. Esterilización:
La esterilización es un proceso esencial para el funcionamiento de un hospital, en el cual se deben utilizar todos
los instrumentos quirúrgicos, implantes y muchos otros dispositivos absolutamente esterilizados. La desecación
y la congelación eliminan muchas especies de bacterias, pero otras simplemente permanecen en estado
vegetativo. El calor seco o húmedo elimina todas las bacterias combinando adecuadamente factores como la
temperatura a la que se someten y el tiempo de exposición. Se puede esterilizar por calor seco en estufas a
más de 160 °C durante media hora, o por calor húmedo en autoclaves a 120 °C durante 20 minutos y a presión
superior a la atmosférica. La ebullición a 100 °C no elimina todos los gérmenes patógenos (entre los que no
sólo están incluidas las bacterias sino también virus y levaduras). Otro medio habitual de esterilización, utilizado
para objetos no resistentes al calor, son los medios químicos: el ácido fénico, iniciador de la era de la antisepsia
(véase Fenol), el ácido cianhídrico, el óxido de etileno, la clorhexidina, los derivados mercuriales, los derivados
del yodo (especialmente la povidona yodada) y muchas otras sustancias. El alcohol etílico no produce
esterilización completa. Otro medio de esterilización actual son las radiaciones ionizantes (beta, gamma).
III. Pasteurización:
Pasteurización, proceso de calentamiento de un líquido, en particular de la leche, hasta una temperatura que
oscila entre 55 y 70 °C para destruir las bacterias perjudiciales, sin producir cambios materiales en la
composición, en el sabor, o en el valor nutritivo del líquido. El proceso se llama así en honor del químico francés
Louis Pasteur, quien lo ideó en 1865 con el fin de inhibir la fermentación del vino y de la leche. La leche se
pasteuriza al calentarla a 63 °C durante 30 minutos, luego se enfría con rapidez, y se envasa a una temperatura
de 10 °C. La cerveza y el vino se pasteurizan al ser calentados a unos 60 °C durante unos 20 minutos; también
se hace, según un método más reciente, calentando a 70 °C durante 30 segundos y envasando en condiciones
estériles.
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IV. Desinfectantes:
Son sustancias usadas por sus propiedades antisépticas, es decir, por su facultad de matar microbios o
gérmenes nocivos a los animales y a las plantas, las enfermedades contagiosas, las pestes y las infecciones se
producen por la acción de algunos microbios que en medicina son llamados gérmenes patógenos, estos
gérmenes se encuentran en el aire, en el polvo y en los objetos. Las sustancias desinfectantes realizan una
función destructora de estos seres no vivos y por esta razón la desinfección es una medida higiénica y preventiva
que debe realizarse periódicamente para prevenir enfermedades.
Los desinfectantes son una arma clave para protegernos de los microorganismos ya que estos se encuentran
en casi todas partes por eso los desinfectantes van destruyendo los microorganismos o impidiendo su desarrollo
y asimismo protegen el área donde actúan durante un lapso de tiempo.
Basado en los hallazgos del fisiólogo alemán Theodor Schwann y del bioquímico francés Louis Pasteur, Lister
desinfectaba las heridas quirúrgicas y accidentales con una solución de ácido carbólico, y en cinco años redujo
la tasa de mortalidad de las amputaciones importantes de un 45 por ciento a un 12 por ciento. Los desinfectantes
cumplen un papel muy importante en el campo de la salud ya que si no fuera por estos por una simple herida
podrían amputar cualquiera de nuestros miembros.
V. Antisépticos:
Sustancias antimicrobianas que se aplican a un tejido vivo o sobre la piel. Agentes físicos o químicos que evitan
la putrefacción, infección o cambios similares, de los alimentos y tejidos vivos, destruyendo los microorganismos
o impidiendo su desarrollo. En tanto, hay que distinguir a los antisépticos de los antibióticos y de los
desinfectantes, aunque comúnmente se los vincula debido a su acción parecida pues los antibióticos destruyen
microorganismos en el cuerpo y los desinfectantes destruyen microorganismos pero en aquellos objetos no
vivos. Desde la antigüedad los alimentos se han conservado gracias al empleo de agentes antisépticos como el
calor durante la cocción, la sal y el vinagre en la salazón y adobo, y el humo de la madera (que contiene creosota,
un compuesto similar al ácido carbólico) en el ahumado de las carnes. En la actualidad, los principales agentes
antisépticos en la conservación de los alimentos son el calor y el frío utilizados en procesos como el enlatado,
la pasteurización y la refrigeración. La irradiación es otro medio de conservación de los alimentos.
El uso de antisépticos en el cuidado y tratamiento de las heridas fue introducido por el cirujano inglés Joseph
Lister en 1865. Basado en los hallazgos del fisiólogo alemán Theodor Schwann y del bioquímico francés Louis
Pasteur, Lister desinfectaba las heridas quirúrgicas y accidentales con una solución de ácido carbólico, y en
cinco años redujo la tasa de mortalidad de las amputaciones importantes de un 45 por ciento a un 12 por ciento.
Se han introducido otros muchos antisépticos, entre los cuales los más importantes son el bicloruro de mercurio,
el yodo, el ácido bórico, los hipocloritos, el mercurocromo y el mertiolato. El cloro se utiliza en la esterilización
del agua, en especial en los sistemas públicos de suministro de agua y en las piscinas.
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VI. Tinción:
Tinción de Gram, método de identificación de bacterias mediante una tinción específica. Desarrollado por el
médico danés Hans Christian Joachim Gram, es un procedimiento utilizado universalmente. En un primer
momento las bacterias se tiñen con violeta de genciana (derivado metilado anilínico) y después se tratan con la
solución de Gram (1 parte de yodo, 2 partes de yoduro potásico y 300 partes de agua); por último se lavan con
alcohol etílico, y unas bacterias retienen el fuerte color azul de la violeta de genciana y otras se decoloran por
completo. A veces se añade una contra tinción con fucsina o eosina para teñir las bacterias decoloradas de color
rojo y hacerlas más visibles.
Se denominan bacterias Gram positivas a aquellas que retienen la tinción azul y bacterias Gram negativas a las
que quedan decoloradas. Algunas bacterias presentan capacidad variable de tinción de Gram y se llaman Gram
variables. Bacterias Gram positivas típicas son los estafilococos que producen forúnculos; Gram negativas
representativas son la Escherichia coli de la flora intestinal o los bacilos de la tos ferina; Gram variables son los
bacilos de Koch de la tuberculosis.
B3. Clasificación de los microorganismos
I. Virus:
Los virus son entidades no celulares de muy pequeño tamaño (normalmente inferior al del más pequeño
procariota), por lo que debe de recurrirse al microscopio electrónico para su visualización. Son agentes infectivos
de naturaleza obligadamente parasitaria intracelular, que necesitan su incorporación al protoplasma vivo para
que su material genético sea replicado por medio de su asociación más o menos completa con las actividades
celulares normales, y que pueden transmitirse de una célula a otra. Cada tipo de virus consta de una sola clase
de ácido nucleico (ADN o ARN, nunca ambos), con capacidad para codificar varias proteínas, algunas de las
cuales pueden tener funciones enzimáticas, mientras que otras son estructurales, disponiéndose éstas en cada
partícula virásica (virión) alrededor del material genético formando una estructura regular (cápsida); en algunos
virus existe, además, una envuelta externa de tipo membranoso, derivada en parte de la célula en la que se
desarrolló el virión (bicapa lipídica procedente de membranas celulares) y en parte de origen virásico (proteínas).
I.1. Replicación:
Ciclos, lítico y lisogénico de un bacteriófago. Todos los bacteriófagos (virus que parasitan bacterias) tienen un
ciclo lítico, o infeccioso, en el que el virus, incapaz de replicarse por sí mismo, inyecta su material genético
dentro de una bacteria. Utilizando las enzimas y los mecanismos de síntesis de proteínas del huésped, el virus
puede reproducirse y volverse a encapsular, fabricando unas 100 nuevas copias antes de que la bacteria se
destruya y estalle. Algunos bacteriófagos, sin embargo, se comportan de diferente forma cuando infectan a una
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bacteria. El material genético que inyectan se integra dentro del ADN del huésped; se replica de manera pasiva
con éste, y lo hereda la progenie bacteriana. En una de cada 100.000 de estas células lisogénicas, el ADN viral
se activa de forma espontánea y comienza un nuevo ciclo lítico.
Los virus, al carecer de las enzimas y precursores metabólicos necesarios para su propia replicación, tienen que
obtenerlos de la célula huésped que infectan. La replicación viral es un proceso que incluye varias síntesis
separadas y el ensamblaje posterior de todos los componentes, para dar origen a nuevas partículas infecciosas.
La replicación se inicia cuando el virus entra en la célula: las enzimas celulares eliminan la cubierta y el ADN o
ARN viral se pone en contacto con los ribosomas, dirigiendo la síntesis de proteínas. El ácido nucleico del virus
se autoduplica y, una vez que se sintetizan las subunidades proteicas que constituyen la cápsida, los
componentes se ensamblan dando lugar a nuevos virus. Una única partícula viral puede originar una progenie
de miles. Determinados virus se liberan destruyendo la célula infectada, y otros, sin embargo, salen de la célula
sin destruirla por un proceso de exocitosis que aprovecha las propias membranas celulares. En algunos casos
las infecciones son "silenciosas", es decir, los virus se replican en el interior de la célula sin causar daño evidente.
I.2. Clases:
Pueden clasificarse en tres grandes grupos, atendiendo al tipo de organismos que afectan: fitófagos, cuando
atacan a las plantas, las que determinan multitud de enfermedades: Zoófagos, cuando atacan a los animales,
distinguiéndose entre estos los dermatropos, que afectan a la piel (viruela, herpes, sarampión), neurotropos,
que afectan a las vías respiratorias (gripe, neumonitis), viscerotropos, que atacan a diversas vísceras (hepatitis
víricas, etc.), etc. y los bacteriófagos, cuando atacan a los cultivos bacterianos, esta última categoría reviste
gran interés, ya que ha permitido llevar a cabo una serie de experimentos que han conducido a dilucidar algunas
de las muchas incógnitas en el campo de la genética molecular.
II. Bacterias:
Anatomía de una bacteria sencilla. Una bacteria simplificada está formada por tres capas externas que
envuelven las estructuras internas; la capa pegajosa protege la pared celular rígida, que a su vez cubre la
membrana celular semipermeable. El flagelo es un medio de locomoción y los pelos que se extienden por fuera
de la cápsula ayudan a la bacteria a sujetarse a las superficies. El material genético está contenido en el ADN
que forma el nucleoide. Los ribosomas que flotan en el citoplasma intervienen en la síntesis de proteínas.
El material genético de la célula bacteriana está formado por una hebra doble de ADN circular (véase Ácidos
nucleicos).Muchas bacterias poseen también pequeñas moléculas de ADN circulares llamados plásmidos, que
llevan información genética, pero, la mayoría de las veces, no resultan esenciales en la reproducción. Muchos
de estos plásmidos pueden transferirse de una bacteria a otra mediante un mecanismo de intercambio genético
denominado conjugación. Otros mecanismos por los cuales la bacteria puede intercambiar información genética
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son la transducción, en la que se transfiere ADN por virus bacterianos (véase Bacteriófago), y la transformación,
en la que el ADN pasa al interior de la célula bacteriana directamente desde el medio.
Las células bacterianas se dividen por fisión; el material genético se duplica y la bacteria se alarga, se estrecha
por la mitad y tiene lugar la división completa formándose dos células hijas idénticas a la célula madre. Así, al
igual que ocurre en los organismos superiores, una especie de bacteria origina al reproducirse sólo células de
la misma especie. Algunas bacterias se dividen cada cierto tiempo (entre 20 y 40 minutos). En condiciones
favorables, si se dividen una vez cada 30 minutos, transcurridas 15 horas, una sola célula habrá dado lugar a
unos mil millones de descendientes. Estas agrupaciones, llamadas colonias, son observables a simple vista. En
condiciones adversas, algunas bacterias pueden formar esporas, que son formas en estado latente de la célula
que permiten a ésta resistir las condiciones extremas de temperatura y humedad.
II.1. Clasificación:
La clasificación taxonómica más utilizada divide a las bacterias en cuatro grandes grupos según las
características de la pared celular. La división Gracilicutes incluye a las bacterias con pared celular delgada del
tipo Gram negativas; las bacterias de la división Firmicutes tienen paredes celulares gruesas del tipo Gram
positivas; las de la Tenericutes carecen de pared celular y las de la cuarta división Mendosicutes tienen paredes
celulares poco comunes, formadas por materiales distintos a los típicos peptidoglucanos bacterianos. Entre las
Mendosicutes se encuentran las Arqueobacterias, un grupo de organismos poco comunes, que incluyen a las
bacterias metanogénicas, anaerobias estrictas, que producen metano a partir de dióxido de carbono e
hidrógeno; las halobacterias, que necesitan para su crecimiento concentraciones elevadas de sal, y
las termoacidófilas, que necesitan azufre y son muy termófilas. Se ha discutido sobre la conveniencia de que
las Arquebacterias se incluyeran en un reino aparte, ya que estudios bioquímicos recientes han mostrado que
son tan diferentes de las otras bacterias como de los organismos eucariotas (con núcleo diferenciado englobado
en una membrana). Estos cuatro grandes grupos de bacterias se subdividen además en unas 30 secciones
numeradas, alguna de las cuales se dividen a su vez en órdenes, familias y géneros.
III. Hongos:
III.1. Estructura:
La mayoría de los hongos están constituidos por finas fibras que contienen protoplasma, llamadas hifas. Éstas
a menudo están divididas por tabiques llamados septos. En cada hifa hay uno o dos núcleos y el protoplasma
se mueve a través de un diminuto poro que ostenta el centro de cada septo. No obstante, hay un filo de hongos,
que se asemejan a algas, cuyas hifas generalmente no tienen septos y los numerosos núcleos están esparcidos
por todo el protoplasma. Las hifas crecen por alargamiento de las puntas y también por ramificación. La
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proliferación de hifas, resultante de este crecimiento, se llama micelio. Cuando el micelio se desarrolla puede
llegar a formar grandes cuerpos fructíferos, tales como las setas y los pedos o cuescos de lobo. Otros tipos de
enormes estructuras de hifas permiten a algunos hongos sobrevivir en condiciones difíciles o ampliar sus fuentes
nutricionales. Las fibras, a modo de cuerdas, del micelio de la armilaria color de miel (Armillaria mellea), facilitan
la propagación de esta especie de un árbol a otro. Ciertos hongos forman masas de micelio resistentes, con
forma más o menos esférica, llamadas esclerocios. Éstos pueden ser pequeños como granos de arena, o
grandes como melones.
III.2. Reproducción:
La mayoría de los hongos se reproducen por esporas, diminutas partículas de protoplasma rodeado de pared
celular. El champiñón silvestre puede formar doce mil millones de esporas en su cuerpo fructífero; así mismo,
el pedo o cuesco de lobo gigante puede producir varios billones.
Las esporas se forman de dos maneras. En el primer proceso, las esporas se originan después de la unión de
dos o más núcleos, lo que ocurre dentro de una o de varias células especializadas. Estas esporas, que tienen
características diferentes, heredadas de las distintas combinaciones de genes de sus progenitores, suelen
germinar en el interior de las hifas. Los cuatro tipos de esporas que se producen de esta manera (oosporas,
zigosporas, ascosporas y basiodiosporas) definen los cuatro grupos principales de hongos. Las oosporas se
forman por la unión de una célula macho y otra hembra; las zigosporas se forman al combinarse dos células
sexuales similares entre sí. Las ascosporas, que suelen disponerse en grupos de ocho unidades, están
contenidas en unas bolsas llamadas ascas. Las basiodiosporas, por su parte, se reúnen en conjuntos de cuatro
unidades, dentro de unas estructuras con forma de maza llamadas basidios.
III.3. Clasificación:
A pesar de que en muchos textos se emplean sistemas de clasificación relativamente complicados, los
micólogos utilizan por lo común un sistema sencillo, que tiene la ventaja de ser cómodo de usar. Según este
sistema, los cuatro filos principales son: Oomicetes (Oomycota), Zigomicetes (Zygomycota), Ascomicetes
(Ascomycota) y Basidiomicetes (Basidiomycota) y sus respectivos individuos forman oosporas, zigosporas,
ascosporas y basidiosporas. Una gran variedad de especies se colocan, de forma arbitraria, en un quinto filo:
Deuteromicetes (Deuteromycota), también llamados hongos imperfectos. Se incluyen en este grupo aquellos
hongos en los que sólo se conocen procesos de multiplicación vegetativa. Sin embargo, la mayoría de esas
especies están emparentadas con los ascomicetes.
IV. Protozoos:
Los protozoos se incluyen en el reino Protistas, junto con otros organismos unicelulares cuyo núcleo celular está
rodeado de una membrana. Los protozoos no tienen estructuras internas especializadas a modo de órganos o,
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si las tienen, están muy poco diferenciadas. Entre los protozoos se suelen admitir varios grupos: los flagelados
del grupo de los Zoomastiginos, con muchas especies que viven como parásitos de plantas y de animales; los
ameboides del grupo Sarcodinos, que incluyen a los Foraminíferos y Radiolarios, y que son componentes
importantes del plancton; los Cilióforos, que son ciliados, con diversos representantes que poseen estructuras
especializadas que recuerdan a la boca y al ano de los organismos superiores; los Cnidosporidios, parásitos de
invertebrados, de peces y de algunos reptiles y anfibios, y los Esporozoos, con diversas especies parásitas de
animales y también de seres humanos. Se conocen más de veinte mil especies de protozoos, que incluyen
organismos tan conocidos como los paramecios y las amebas.
Muchas especies viven en hábitats acuáticos como océanos, lagos, ríos y charcas. Su tamaño varía desde 2
hasta 70 micrómetros. Los protozoos se alimentan de bacterias, productos de desecho de otros organismos,
algas y otros protozoos. Muchas especies son capaces de moverse utilizando diversos mecanismos: flagelos,
estructuras propulsoras con forma de látigo; cilios de aspecto piloso, o por medio de un movimiento ameboide,
un tipo de locomoción que implica la formación de pseudópodos (extensiones a modo de pie).
B4. Enfermedades producidas por microorganismos
VIRUS
Virus patógenos para el hombre.
Los virus causan muchas enfermedades humanas comunes, como resfriados, gripes, diarreas, varicela,
sarampión y paperas. Algunas enfermedades víricas, como la rabia, la fiebre hemorrágica, la encefalitis, la
poliomielitis, la fiebre amarilla o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, son mortales. La rubéola y el
citomegalovirus pueden provocar anomalías graves o la muerte en el feto.
Se estima que hay entre 1.000 y 1.500 tipos de virus, de los que aproximadamente 250 son patógenos para el
hombre. Algunos tipos de virus son:
Adenovirus
Bunyavirus
Calicivirus
Coronavirus
Filovirus
Hepadnavirus
Herpesvirus
Citomegalovirus
Ortomixovirus
Papovavirus
Picornavirus
Coxsackievirus
Echovirus
Poliovirus
Rinovirus
Paramixovirus
Parvovirus
Ortopoxvirus
Reovirus
Rotavirus
Retrovirus
Rhabdovirus
Togavirus
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HONGOS
Características de las infecciones producidas por hongos.
Las micosis varían considerablemente en sus manifestaciones, pero tienden a ser enfermedades subagudas o
crónicas de curso indolente y recurrente. Los hongos rara vez causan infecciones agudas como las producidas
por muchos virus y bacterias.
La mayoría de las infecciones fúngicas en el hombre no son contagiosas, aparecen tras un contacto con un
reservorio ambiental o a partir de la flora de hongos del propio paciente. Atendiendo al lugar y grado de
afectación las micosis pueden ser divididas para su estudio en tres grandes grupos: micosis profundas, micosis
subcutáneas y micosis superficiales.
En la mayoría de la gente sana, las infecciones por hongos son leves, afectan sólo a la piel, el cabello, las uñas,
u otras zonas superficiales, y se resuelven espontáneamente. Comprenden la tiña y el pie de atleta. Sin
embargo, en las personas con un sistema inmunológico deteriorado, este tipo de infecciones, denominadas
dermatofitosis, pueden persistir durante largo tiempo. Los organismos responsables de las dermatofitosis
pertenecen al género Microsporum, Epidermophyton y Trichophyton. Las enfermedades causadas por hongos
son muy comunes en pacientes que tienen muy dañado su sistema de defensa o inmunológico como es el caso
de los enfermos de SIDA, o que han estado ingiriendo fármacos, antitumorales, o radiación. También aparecen
en pacientes tratados con hormonas esteroideas, como el cortisol, en sujetos con diabetes y en quienes han
seguido tratamiento antibiótico durante mucho tiempo. A estas micosis se les conoce como "Oportunistas". Los
hongos que pertenecen al género Candida, en especial Candida albicans (el cual produce candidiasis), pueden
infectar los órganos internos y las membranas mucosas de la boca, garganta y tracto genital. En las personas
con inmunidad deteriorada, este organismo puede originar una infección crónica.
Hay muchos fármacos para tratar las infecciones por hongos, entre los que se incluyen medicamentos orales e
intravenosos, así como muchos agentes de aplicación tópica (local). Los individuos con una infección crónica
por Candida, Histoplasma o Cryptococcus pueden necesitar tratamiento a largo plazo con un fármaco oral o
intravenoso.
PROTOZOOS
Estos organismos microscópicos unicelulares están muy extendidos por la naturaleza, su hábitat más frecuente
es la tierra y el agua. Algunos de ellos pueden vivir durante muchos años de forma inactiva protegidos por una
cubierta en forma de quistes. Al ser humano pasan a través del agua, alimentos, picaduras de insectos
portadores y mediante relaciones sexuales. Una de las enfermedades producida por protozoos, y muy extendida
por todo el mundo, es la malaria, transmitida a los humanos por picadura de un mosquito del género anopheles.
Otra enfermedad muy frecuente es la disentería amebiana, transmitida por la ingesta de aguas contaminadas.
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Entre las infecciones que se transmiten por contagio sexual destaca la tricomoniasis muy frecuente en nuestro
medio.
Tratamiento farmacológico
Los fármacos que se usan en el tratamiento de estas infecciones son los antiparasitarios como la cloroquina,
quinina, pirantel, metronidazol, etc. Algunos fármacos antiparasitarios no están comercializados en España y se
importan para casos especiales como medicamento extranjero, ya que muchas de las enfermedades producidas
por protozoos son muy raras en nuestro medio.
BACTERIAS
Bacterias que causan enfermedades humanas.
Sólo una pequeña parte de los miles de especies de bacterias causan enfermedades humanas conocidas. Las
infecciones bacterianas se evitan destruyendo las bacterias con calor, como se hace en las técnicas de
esterilización y pasteurización. Cuando se producen las enfermedades bacterianas se tratan con antibióticos.
Pero el abuso de estos compuestos en los últimos años ha favorecido el desarrollo de cepas de bacterias
resistentes a su acción, como Mycobacterium tuberculosis, que causa la tuberculosis. Algunas bacterias son:
Bacilo
Bacillus anthracis
Bacillus cereus
Clostridium botulinum
Clostridium perfringens
Clostridium tetani
Escherichia coli
Klebsiella pneumoniae
Legionella pneumophila
Mycobacterium leprae
Mycobacterium
tuberculosis
Salmonella sp.
Salmonella typhi
Salmonella typhimurium
Shigella dysenteriae
Shigella sp.
Yersinia enterocolitica
Yersinia pestis
Yersinia
pseudotuberculosis
Bacillus cereus
Chlamydia trachomatis
Cocobacilo
Bordetella pertussis
Brucella sp.
Haemophilus influenzae
Haemophilus pertussis
Neisseria gonorrhoeae
Neisseria meningitidis
Staphylococcus aureus
Streptococcus pyogenes
Streptococcus sp.
Rickettsia
Rickettsia prowazekii
Rickettsia rickettsii
Rickettsia typhi
Spirillum minor
Treponema pallidum
Vibrio
Vibrio cholerae 01
Vibrio cholerae no-01
Vibrio parahemolyticus
Vibrio vulnificus.
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Cuando hablamos del uso del organismo para controlar la proliferación excesiva de otros organismos que
producen enfermedades a las plantas, animales y hombres, nos estamos refiriendo al control biológico. Este
tipo de control pretende disminuir la severidad de la enfermedad que este causando el patógeno al otro
organismo denominado huésped u hospedero. El organismo encargado de controlar el patógeno se conoce
como antagonista, y su acción depende del ambiente. Se han usado causales de la malaria y la uroca del
café, entre otros.
Vacunas
Preparado de antígenos procedentes de microorganismos patógenos (microbios muertos de cepas
virulentas o vivos de cepas atenuadas), cuya finalidad es la creación de anticuerpos que reconozcan y
ataquen a la infección y, por lo tanto, produzcan la inmunidad del organismo inoculado. Véase Inmunización;
Inmunología.
La vacuna suele consistir en dosis muy pequeñas del propio agente (forma inactiva o atenuada) que origina
la enfermedad, por lo que provoca la creación de anticuerpos que permanecen en el organismo y lo protegen
en el caso de futuros contagios. La técnica de administración depende del tipo de vacuna; la más común es
la inoculación, pero en algunos casos es la ingestión o el spray nasal.
La primera vacuna fue descubierta por el médico inglés Edward Jenner en 1798, cuando observó que los
humanos quedaban inmunizados frente al virus de la viruela humana si se les inoculaba con un preparado
del virus de la viruela vacuna. El término vacuna procede del latín vacca, y Jenner denominó al proceso
descrito vacunación.
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Conclusiones
Los diferentes términos que se usan hoy en día para definir un tipo, un ser vivo, una especie, una clasificación,
etc. Han tenido que primero organizarse y definirse precisamente para su correcto uso y entendimiento y todas
estas funciones la realiza la terminología, es por ellos que es necesaria esta disciplina no tan solo en la ciencia
sino en todas las áreas profesionales debido a que cada una de ellas está conformada profundamente por miles
de términos.
La terminología de microbiología y parasitología tiene un ilimitado número de expresiones, debido a que
conforme pasa el tiempo, nuevas investigaciones se dan a conocer y nuevos términos se dan a usarse. La
ciencia parece no tener límites sin embargo la tiene.
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Bibliografía
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Definiciones virus http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=virus.
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(2014, 06). La terminología científica. Robertexto.com. Recuperado 06, 2014, de
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