Telar 57

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1 Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 17 - Nº 57- Diciembre 2013 - Febrero 2014 - Colaboración voluntaria. Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias 2014: ¿Efervescencia social… cristiana?

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Revista Telar para la Familia Claretiana

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Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 17 - Nº 57- Diciembre 2013 - Febrero 2014 - Colaboración voluntaria.

Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias

2014: ¿Efervescencia social…cristiana?

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¿Avalando a lesbianas y transexuales?

Misioneros Claretianos editores de TELAR:He conocido aquí, por un amigo de su congregación, esta revista editada por Uds.

en Chile. Quiero compartirles mi opinión sobre el artículo “El mundo tiene corazón de mujer”, de la edición 55, dirigiéndome a la autora:

Ana Ortiz Pardo, no sé quién sos, pero veo que pusiste corazón precisamente en qué signfica mundo, corazón y mujer, para que deduzcamos si el mundo tiene o no corazón de mujer.

Pero considero muy impropio de una revista religiosa, que para refrendar tus ideas hayas escogido los versos “Mujer” de un tal Daniel Arzola, quien, entre otras lindezas, dice que para ser mujer “hace falta más que un par de tetas”; que “poco tiene que ver con pan-

taletas”; que “no es mujer esa que pela el culo bailando” o “esa que no es más que un coito insinuado”. Pero, lo peor, sostiene que “se puede ser mujer eligiendo a otra; incluso nacer hombre y ser mujer…”

Entonces, ¿estás vos de acuerdo con las relaciones de lesbianas, o con vivir y actuar como transexual? No se me ocurre que éstas sean posiciones realmente cristianas y católicas. Lo digo en forma positiva y cariñosa.

Graciela A. RissottiRosario de Santa Fe. Argentina

Cartas

Telar

Es una publicación de los Misioneros Claretianos Director: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editor general: Alfredo Barahona ZuletaDiseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones ClaretianasZenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - ChileF. (56-2) 2695 34 15, Fx. (56-2) 2695 34 07E-mail: [email protected] · www.eccla.cl

2 CARtAS

Lazos que siguen vivos

Recordado Alfredo: Aunque nuestra comunicación se interrumpió desde que

cambié mi dirección de correo, has seguido enviándome TELAR. Quiero agradecértelo y te pido que, si no te es moles-to, me sigas enviando la revista, pues la sigo leyendo con mucho agrado. Siento que los lazos de unión y amistad con ustedes siguen vivos, y me interesa conocer los nuevos rum-bos y avatares de esa zona congregacional ahora ya multipli-cada en extensión y Nº de hermanos. Son mi Familia, y siem-pre me agrada mantener esa relación y cariño mutuo.

He seguido con interés el tema elecciones en Chile. Por acá se daba por segura la victoria de Bachelet. Ojalá  pueda cumplir todos los buenos propósitos y proyectos de su pro-grama. Por aquí todos hablan de que Chile ya es un país desarrollado y pionero, pero sabemos lo desigual que es el reparto de tanta riqueza y oportunidades.

Que pases unas Navidades y Año Nuevo muy felices, y sigas con esos ánimos y colaboración.

Jesús Ros L, cmfSalvatierra, España.

Agradece recepción puntual de TELAR

Querido y siempre recordado Alfredo:tengo que agradecer tu bondad en seguirme enviando

TELAR, cuyos dos últimos números, o sea el 55 y 56, he reci-bido puntualmente. ¡Para que veas la clase de carteros que tenemos en Costa Rica!

Me impresionó profundamente la portada del 56, con ese primer plano de Francisco sufriente, creo que hasta las lágri-mas, por el genocidio espantoso de Siria, todo bien argumen-tado y justificado por tu valiente editorial “El poder de la fuer-za moral”, sin pelos en la lengua y llamando a las cosas por su nombre. también hay otros artículos bastante interesantes, a pesar de ser más dirigidos a otros países integrantes de la ahora multinacional Provincia Claretiana de San José del Sur.

Un tremendo abrazo fraternal de Navidad y Año Nuevo, de tu fiel amigo,

Jaime Labra RojasSan José de Costa Rica

Su opinión nos interesaEsta página está abierta para que los lectores puedan opinar: ya sea sobre

la revista, sus artículos o temas, o sobre otros asuntos de interés acordes con el objetivo de TELAR: tejer la Buena Noticia en medio de la realidad del mundo, donde la familia claretiana y todos los cristianos estamos llamados a ser luz y sal.

Los aportes pueden dirigirse, a nombre del Editor general de TELAR, a: [email protected] , o bien, por fax, al Nª (56-2) 2695 34 07. Por correo convencional, a Casilla 2989, Santiago-21, Chile.

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3EDitORiAL

Movidas vienen las aguas, en el Cono Sur de América

Al cierre de 2013, una segunda vuelta eleccionaria ha llevado a la Pre-sidencia de Chile a la doctora en medi-cina Michelle Bachelet como la prime-ra mujer que accede por segunda vez a la conducción máxima de la nación. En 2006 había roto en ese cargo un historial machista de dos siglos.

No es dato irrelevante que la mayor superficie del Cono Sur de América sea así administrada por mujeres: la eco-nomista Dilma Rousseff en el Brasil, la abogada Cristina Fernández en la Argentina, y desde marzo próximo la doctora Bachelet en Chile.

Pero tamaño ámbito de poder femenino, inimaginable en el conti-nente de medio siglo atrás, no implica tarea fácil para las tres mandatarias del extremo sur de América.

Por más de cien años sufrió Latinoa-mérica el baldón y las consecuencias de ser “el patio trasero de los Estados Uni-dos” del norte. Lanzados como carne de cañón a las sucesivas guerras de USA, los “latinos” fueron peones utilitarios en el ajedrez mundial del tío Sam; sus mate-rias primas, explotadas bajo la “ley del embudo”, contribuyeron a catapultar la economía yanqui al predominio mun-dial, mientras Latinoamérica languidecía en altos nives de pobreza sempiterna.

tal situación ha cambiado en las dos últimas décadas. La economía lati-noamericana ha crecido en forma con-trastante con las zozobras del gigan-

te norteamericano y la profunda crisis europea; han disminuido en forma des-tacable sus índices de pobreza, aunque bordean un escandaloso 30%, se ha acrecentado fuertemente la desigual-dad entre ricos y pobres, y se adue-ñó de Latinoamérica un neoliberalis-mo arrasador del trabajo humano y de los derechos sociales básicos; el Esta-do moderador y solidario fue reduci-do a una mínima expresión, y un delirio depredador de los recursos naturales pareciera tener como consigna el “des-pués de mí el diluvio”, interesado sólo en lucrar a cualquier costo, en beneficio primordial de los grupos de poder más estrechos y opulentos de la historia.

Pero si algo ha cambiado muy pro-fundamente en nuestro ámbito socioe-conómico, ha sido la conciencia social de nuestros pueblos. tras la experien-cia traumatizante de las dictaduras que a sangre y fuego se adueñaron de gran parte del continente hacia el fin de la Guerra Fría, una fuerza social renovada y masiva pareciera haber redescubier-to su derecho y capacidad para exigir de las élites gobernantes ser escucha-da, respetada y tenida en cuenta en las decisiones que la afectan.

No asombra así que no hayan sido tranquilas las aguas del poder para Dilma y Cristina. El descontento social puso peligrosamente en jaque a la brasileña ante los gastos del próximo Mundial de Fútbol, en tanto la argenti-

na se enfrentaba a numerosos conflic-tos públicos que al parecer terminaron comprometiendo seriamente su salud.

No menos encrespadas pueden venir las olas para la próxima timonel chilena. Si bien ha gozado por años de un apoyo popular insólito que la alza de nuevo a la Presidencia con el 62% de la última votación, asumirá el poder con los clásicos zapatos chinos de haber comprometido una nueva Cons-titución que sustituya a la que impuso la dictadura militar en 1980 y ha teni-do en cepo a la democracia por más de 30 años; deberá reformar a fondo la educación, exigencia que ha copa-do las calles por ocho años; tendrá que realizar profundas reformas tributaria, laboral y de la salud, en uno de los paí-ses más injustamente distributivos del mundo, cuyo encono contra la clase política y la institucionalidad vigente evidenció un 58% de abstención en la reciente elección presidencial.

Aguas nada tranquilas augura 2014 para el trío femenino del Cono Sur. La exigencia de satisfacer demandas sociales que hoy tascan el freno en pre-cario compás de espera, parece dejar en claro que el tiempo de las demago-gias banales, los populismos anodinos y el engaño sistemático de malabaris-tas políticos a nuestros pueblos “de a pie”, está enfrentando discos “¡pare!” en cada esquina de Latinoamérica.

Alfredo Barahona Zuleta

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4 FELiZ NAViDAD

¡Feliz Navidad y un fructífero Año Nuevo!

TELAR agradece e invita a colaborar

Nos complace destacar y agradecer a las perso-

nas e instituciones, hermanas en la Familia Claretia-na, cuyo aporte generoso a lo largo del último año ha sido de importancia vital para el funcionamien-to de TELAR. Gracias a él la revista no sólo ha podi-do sustentar los costos crecientes de edición y dis-tribución, sino también ampliar en forma destacable su presencia en ámbitos de interés para su mensaje evangelizador afincado en las realidades del mundo. Nuestro agradecimiento especial a:

Gobierno provincial y comunidades claretianas de San José del SurABS AbogadosAcont AdministracionesLa Chinduja Club de CampoFundación Cristo AyudaSociedad San Judas tadeoColegio Corazón de María de AntofagastaSantuario Nuestra Señora de Andacolloinstituto Claret de temuco

Agradecemos de igual modo a los suscriptores que no han olvidado renovar su compromiso hacién-donos llegar sus aportes. A los que no lo han hecho, los invitamos a sumarse para el nuevo año a esta cola-boración, de primera necesidad para nuestro mante-nimiento y desarrollo. Y a todos quienes, aun apre-ciando nuestro objetivo evangelizador, no han con-tribuido hasta ahora con su aporte, los invitamos también a hacerlo. Es evidente que ningún medio de comunicación puede subsistir sin un sustento econó-mico, ya sea publicitario, de suscripción o patrocinio.

Un aporte básico por el año sería de 30 dólares norteamericanos, los que se pueden hacer llegar a Ediciones y Comunicaciones Claretianas, ECCLA, de Santiago de Chile (ver sus datos en página 2), en alguna forma adecuada según la realidad de cada país. Para Chile, un aporte básico sería de $ 15.000. Para transferencias bancarias, ECCLA se identifica por el Rut 75.504.700-7.

A quienes puedan colaborarnos mediante la colocación de avisos, les agradeceremos contactarse con ECCLA para conocer los precios y detalles.

La Dirección y equipo editorial de TELAR augu-ran una muy feliz Navidad a toda la Familia Clare-tiana, y en especial a la que se agrupa en el extre-mo sur de América en torno a la provincia claretia-na de San José del Sur.

Acojamos con gozo y esperanza al Dios que se ha hecho hombre, a su estrella anunciadora y al coro angélico de paz en Belén. Que ellos abran las puertas a un Año 2014 pleno de bendiciones para nuestros países, Latinoamérica y el mundo; un año en que nuestro testimonio evangelizador aporte con eficacia lo mejor de sí a la construcción de la justicia y la verdad, fundamentos cabales de la solidaridad, el amor fraterno y la paz, anhelos supremos de la humanidad.

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El papa Francisco, personaje del año

La Iglesia ha encontrado un líder. ¿Y el mundo político?

La iglesia ha sido más rápida que el mundo polí-tico. Ambos estaban hasta ayer en profunda crisis de identidad. La iglesia, hundida en sus escánda-los vaticanos y convertida en un “fósil”, en expresión dura del teólogo brasile-ño Leonardo Boff, con sus iglesias vendidas para con-vertirlas en salas de fiestas nocturnas, y los confesio-narios en muebles-bar. Y el mundo político se encuen-tra perdido en una profun-da crisis, no sólo económi-ca sino también de valores, huérfano de liderazgo, en plena revuelta civilizatoria, sin saber por dónde tirar.

Ambas instituciones, la religiosa y la laica, se arras-tran sin horizontes para sus jóvenes generaciones, dando palos de ciego. En ese panorama, la iglesia, con sus dos mil años de historia, sus santos y demonios, sus inquisiciones y sus mártires de la caridad, ha consegui-do encontrar un líder mundial cuando empezaba a resbalar por el barranco de la desesperanza.

Y lo hizo a través de un puñado de cardenales que se die-ron cuenta de que el eje del mundo ha cambiado; ya no es Europa, sino que se ha trasladado a los países emergentes.

La iglesia acabó viéndolo, y se fue a buscar el nuevo líder a las Américas. “Me buscaron muy lejos”, subrayó significati-vamente el papa Francisco al aparecer en el balcón la tarde de su elección.

El papa Francisco, que sigue llamándose sacerdote y

obispo, no papa, se convir-tó, en menos de un mes al mando de la nave iglesia, en el personaje más visto del planeta, como un día lo fueron un Gandhi o un Luther King.

¿Y el mundo político qué está esperando?

Una vez Stalin pregun-tó cuantos ejércitos tenía el papa de Roma. Hablaba de armas, pero la iglesia es un ejército con otras armas en sus manos, que empe-zaban a oxidársele.

Es una institución, a pesar del peso de errores que arrastra, de las mejor organizadas del mundo, que cuenta con la friolera de 1.200 millones de fieles; un ejército de más de un millón de sacerdotes y reli-giosos; con 114.736 insti-

tuciones asistenciales en el mundo; 5.246 hospitales; 74.000 dispensarios y leproserías; 15.208 residencias de ancianos incurables; 1.046 universidades; 205.000 colegios; 70.000 asilos-nidos con 7 millones de alumnos; 687.282 centros sociales, y 131 centros de personas con sida en 41 países.

Una vez el líder comunista italiano Enrico Berlinguer, que no era creyente pero acompañaba los domingo a misa a su mujer e hijos y los esperaba en la puerta de la iglesia, solía decir: “Si nosotros los comunistas tuviésemos a un millón de mujeres y hombres como las monjas y religiosos católi-cos, con voto de obediencia y dispuestos a cualquier sacrificio, haríamos una verdadera revolución social”.

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6 ORiENtACiONES

Más que líder de Iglesia

Y es esa revolución social la que el nuevo papa Francisco ha empezado a llevar a cabo en la iglesia, y que el mundo político parece incapaz de hacer-la, sumergido en sus recetas de sacrificios y recortes a los más débiles, mientras se multiplica como una cizaña maligna la corrupción de políticos y banqueros.

Si al mundo de hoy le falta un gran líder, capaz de devolver esperanza y abrir nuevos horizontes a una sociedad des-encantada y en ruinas, la iglesia parece haberlo encontrado.

Y no un líder místico, encerrado en sus rezos, con una visión arcaica y autoritaria de la fe, sino alguien que ha pedi-do a los soldados de ese ejército hoy bajo su mando, que dejen de ser “coleccionadores de antigüedades” y cultivado-res de “teologías narcisistas”, y se vayan a manchar los pies con el barro “de las periferias del mundo”, donde se encuen-tran los más explotados por el poder.

Sus antecedentes como arzobispo y cardenal de Buenos Aires, y sus primeros gestos de desapego a las apariencias y símbolos del poder vaticano, para poner su énfasis en una igle-sia que debe ser “pobre y para los pobres”, lo están ya convir-tiendo también en una referencia política y social del mundo.

Los poderosos comienzan a entender

Es justamente el mundo el que está entendiendo que el papa Francisco no es sólo un religioso que se contentará con lavar los pies a los pobres y visitar favelas.

Los poderosos han empezado a entender que apostar por los desheredados de la tierra, por la escoria del mundo, por los desahuciados, no sólo para consolarlos, sino también para ele-varles social y culturalmente, para despertar en ellos la fuerza de su dignidad como personas, sus derechos y su espíritu críti-co, equivale a una nueva revolución mundial. Y que su mentor puede acabar siendo más que un mero líder espiritual.

El papa Francisco le dice al rabino judío-argentino Skorka, en su libro Entre el cielo y la tierra, que a él “le gusta la política”, concebida como “la fuerza responsable del bienestar de la gente”.

Le cuenta que cuando se encuentra con agnósticos y ateos “no les habla de Dios”, sino que les pregunta si están dis-puestos a empeñarse en la lucha contra las injusticias perpe-tradas contra los más desamparados del sistema, ya que eso le basta. “Sólo les hablo de Dios si ellos me hablan”, comenta.

A una madre que, desesperada, se le quejaba en Buenos Aires de que su hijo joven había abandonado la fe, el enton-

ces cardenal Bergoglio le preguntó: “¿sigue su hijo siendo una buena persona que se interesa por los demás?” La mujer le dijo que sí. “Entonces quédese tranquila. Su hijo sigue cre-yendo en lo que debe creer”, la consoló.

Un líder así puede crear esperanza en unos y temores en otros, ya que  está pidiendo a una iglesia anquilosada y en buena parte aburguesada, que salga de la retaguardia para ir a combatir a la primera línea del frente; puede acabar con-virtiéndose en una referencia mundial de lo que el teólogo Boff llama “un liderazgo no autoritario, de valores universa-les, en el que lo importante no es ya la institución Iglesia, sino la humanidad y la civilización que hoy pueden ser destruidas”.

…Si lo dejan actuar en paz

Como un día surgieron líderes capaces de sacudir al mundo tales como Gandhi, Luther King o Mandela, entre otros, es posible que a esa lista de líderes contra la violen-cia y contra las discriminaciones de los diferentes haya que añadir pronto al papa Francisco.

Eso, si le dejan actuar en paz, sin blindarlo en los pala-cios vaticanos que por ahora ha descartado impidiéndole acercarse y escuchar demasiado a la gente.

No será fácil, sin embargo, blindar del todo a un papa que ha pedido a los sacerdotes del mundo entero que no tengan miedo de “perder la propia vida”, si su empeño social y religioso se lo exigiera.

Jesús fue crucificado con poco más de 30 años. Los primeros cristianos, apóstoles, obispos y papas acabaron todos mártires de su fe y de su desobediencia al poder que les pedía que se arrodillasen ante él.

Los cobardes, al final, son ya vivos muertos, como decía Gandhi.

Juan AriasCorresponsal internacional

Brasil

Con Oreste Tornani, el “hombre sin rostro” por causa de un disparo, al que Francisco saludó cariñosamente en una de sus audiencias.

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7REFLExiONES

Mujeres al frente:liderar un país, servicio en y para la comunidad

Las fábulas, alegorías, cuentos, refra-nes, metáforas, son una bella expresión de la comunicación. Los invito a leer esta fábula, que viene muy bien a nues-tra reflexión:

En aquel reino los asuntos iban de mal en peor. El dinero, en un proceso irre-versible, como cadáver que se corrompe. Como si fueran conejos, los súbditos se multiplicaban llenando de hijos misera-bles el suelo agotado. El hambre aumen-taba a la par que el descontento, y crecía la violencia. Las autoridades, incapaces de ayudar al pueblo -en esos momen-tos de naufragio ¿quién iba a ayudar a otra cosa que no fuera su propio bolsi-llo?- , aumentaban las fuerzas represi-vas, lo que ayudaba a convertir al reino en una caldera con paredes que tenían que ser engrosadas continuamente para que pudieran retener la explosión de un vapor de agua en continuo crecimiento.

Pero un día, sobre una montaña, en el cielo se formó un inmenso seno de

mujer. ¡En el pezón brilló una gota de leche! Los súbditos, esqueléticos, trepa-ron hasta la cumbre y, uno por uno, bebieron el líquido bendito. Cada cual tragó hasta que otro, a empujones, lo sacó de ahí para a su vez acaparar el pre-cioso alimento. Pero apenas estallaron reyertas, la leche cesó de manar.

Cuando los ánimos se calmaron, vol-vió el seno a ofrecer su don. Los sedien-tos, formados en fila, limitaron el tiem-po de succión a un minuto. La fila era tan larga que la mayoría, para obtener su sorbo, hubiera tenido que esperar meses… Y el seno sólo daba su néctar a una boca; si se pretendía ordeñarlo por otros medios, la fuente cesaba.

Decidieron que si todos no lo podían hacer, nadie bebiera. Antes habían vivi-do tranquilos aceptando su suerte, pero ahora, frente a la abundancia inalcan-zable, la vida les pareció tan amarga que descuidaron lo poco que tenían.   Vino la hambruna. Los niños, desesperados,

comieron arena hasta reventar. De pronto, una mujer humilde subió

a la montaña y, prendiéndose del pezón cósmico, succionó dejando que la leche le llenara la boca, y luego, sin tragarla, que escurriera de sus labios y se despa-rramara por el suelo. Pronto, riachuelos de leche bajaron por las laderas.

Como la pobre no dejaba de chu-par, un río inundó la comarca. Las tierras resecas bebieron con ansia y se transfor-maron en vergeles. El país se hizo un jar-dín. Los habitantes cosecharon los frutos, y abundaron el alimento y la felicidad. Ahí, sentada, con la boca abierta, murió la mujer, pero la leche no cesó de manar.

Amar es obtener para repartir. No hay nada que sea para uno si no es para los demás. Si atesoras conocimientos, dinero, poder, y no enseñas, compar-tes y sirves, no puedes llamarte sabio, ni mucho menos dirigir un país.

Las mujeres tenemos códigos, formas de expresarnos y de “leer”

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intuitivas, con las que la naturaleza generosamente nos ha beneficiado. Ello nos facilita administrar la paciencia y la tolerancia, pero también nos faculta para percibir segundas intenciones o verdades a medias.

Las palabras tienen para nosotras un valor especial, más que por un sen-tido etimológico, por la intención de quienes las emiten. Por ello, hablar de “poder”, definitivamente tiene una connotación negativa. Las frases “asumió el poder”, “tiene el poder”, “adquirir el poder”, “el poder de Dios”, “el poder del dinero”, el “poder de la salud” y, la peor de todas, “el poder del Amor”, esas frases aplastan, no edifi-can. En nuestro mundo actual necesi-tamos palabras que construyan, den vida, esperanza y, sobre todo, den tes-timonio de quien las expresa.

El deseo y la esperanza

Si es una mujer quien dirige un país, deseamos que lo realice con la convic-ción de que es un servicio para todos los ciudadanos que habitan ese terri-torio, de manera comunitaria, no pira-midal, promotora de los más débiles y

REFLExiONES

desposeídos, firme y clara con quienes se desvían por el camino de la corrup-ción, valiente para decir la verdad aun-que duela, líder solidaria y comprome-tida, activista de los derechos huma-nos, cooperadora en la paz e integri-dad de la naturaleza, y al mismo tiem-po compasiva, tolerante, educadora de valores universales, manteniendo relaciones armoniosas con sus vecinos, buscando siempre el bien común.

Dirigir un país no es fácil. Se nece-sita una persona con mucha forta-leza y convicción. Si es una mujer quien accede a dicho cargo, la dificul-tad aumenta, pues en nuestro mundo aún machista se necesita demostrar el doble de todo lo que se pide al varón para conseguir un reconocimiento.

A menudo no se valora la inmensa energía con que mujeres como Laura Chinchilla, en Costa Rica; Cristina Fer-nández, Argentina; Dilma Rousseff, Brasil; Michelle Bachelet, Chile; Dalia Grybauskait, Lituania; Angela Merkel, canciller de Alemania; Johanna Sigur-dardóttir, primera ministra de islandia; Yingluck Shinawatra, primera minis-tra de tailandia y Julia Gillard, primera ministra de Australia, han realizado y

siguen desempeñando sus funciones. Si los pueblos enteros entendieran lo que significa para una mujer ser presi-denta de un país, la apoyarían más, la criticarían constructivamente, recono-cerían sus aciertos. Porque una mujer presidenta debe ser como lo que nos relata esta fábula:

Un rey quiere conocer al hombre más fuerte de su país. Convoca a los campeones. Llegan gigantes que pue-den levantar una carreta con sus bueyes, desgajar árboles, reventar de un solo golpe sacos rellenos de piedras. Luego aparece el campeón de campeones, que vence a todos. El emperador lo interro-ga: “si estos colosos, más débiles que tú, han hecho tales demostraciones, ¿qué puedes hacer más difícil?” El forzudo res-ponde: ¡Puedo alzar una mariposa por las alas sin dañarla!”.

¿Cómo contribuimos cada uno de nosotros para que una mujer presi-denta pueda vencer todos los obs-táculos con decisión y valor, pero al mismo tiempo sea capaz de hacerlo con la delicadeza de quien puede alzar una mariposa por las alas sin dañarla?

Ana Ortiz Pardo

Laura Chinchilla Julia Gillard Dilma Rousseff Angela Merkel Michelle Bachelet

Johanna Sigurdardóttir Yingluck Shinawatra Dalia Grybauskait Cristina Fernández

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Alfredo Barahona Zuleta

Como “San Romero de América” ha bautizado espontá-neamente el pueblo cristiano al arzobispo de San Salvador Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por defender a los oprimidos y oponerse a la acción criminal de represo-res y agentes paramilitares. Aunque su proceso de beatifi-cación ha permanecido semiestancado en las oficinas vati-canas desde 2005.

Según diversos analistas, ello se debe a que el testimo-nio de su vida pastoral y de su muerte choca de modo fron-tal con el concepto típico de la santidad, confundiéndose más bien con un accionar político en defensa de las vícti-mas de un sistema enormemente injusto y represivo, cuyo enfrentamiento “imprudente” habría terminado por llevarlo violentamente a la muerte.

Para quienes así razonan, Oscar Arnulfo Romero no fue un mártir, porque ser asesinado por motivos sociales no sería un auténtico martiro. Según ellos, fe y política nada tendrían que ver.

Pero el papa Francisco, conocedor como pocos de la vida y martirio de su hermano en el episcopado latinoa-mericano, a cortos meses de haber asumido su pontifica-do ordenó desbloquear el proceso. Luego el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, confirmó que se han superado los exámenes doctri-nales para la beatificación del arzobispo mártir.

Romero, de la “Familia Claretiana”

Oscar Arnulfo nació en El Salvador el 15 de agosto de 1917. Su familia lo recuerda como un niño de gran devoción eucarística y al Corazón inmaculado de María. tal vez por ello ingresó a los 13 años al seminario menor de San Miguel, que dirigían los misioneros claretianos. En 1937 ascendía al seminario mayor y viajaba a Roma. Allí estudió teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue consagrado sacer-dote el 4 de abril de 1942, a los 24 años.

De regreso en El Salvador al año siguiente, fue párro-co y cumplió varios encargos episcopales. El 21 de abril de 1970 Pablo Vi lo designaba obispo auxiliar de San Salvador. Fue luego obispo diocesano en Santiago de María, y el 3

de febrero de 1977 el mismo papa lo nombró arzobispo de San Salvador.

La iglesia salvadoreña vivía entonces un proceso que derivó en una crisis profunda entre quienes propugnaban un compromiso vital con la “opción preferencial por los pobres” a la luz de la famosa Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), y quienes veían en ello un peligro de politización y aprovechamiento por parte de fuertes movimientos revolucionarios marxistas.

En este marco, la designación de Romero como arzobis-po decepcionó a quienes lo consideraban el “candidato de los sectores conservadores”.

tal vez recordaban que en sus tiempos parroquiales en San Miguel había sido muy cercano a militares, damas de alcurnia y grandes terratenientes, que le pedían misas espe-ciales en sus fincas y le regalaban limosnas. Pero sus más cercanos no olvidaban su modo de vida pobre y sencillo.

Romero, profeta y mártir de América

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Un pueblo martirizado

El Salvador, el país al que el arzobispo Romero entrega-ría su testimonio profético y su vida, sufrió desde su inde-pendencia en 1821 los avatares de inestabilidad y violen-cia de otros pueblos latinoamericanos, mediante una larga pugna entre políticos liberales y conservadores.

Los primeros triunfaron en 1871 dando origen a una sucesión de gobiernos de terratenientes llamada “Repú-blica Cafetalera”. Ella abolió las propiedades comunita-rias ancestrales y originó una enorme concentración en la tenencia de la tierra, que con el tiempo sería asunto crucial de la guerra civil. El 0.7% de los propietarios llegó a poseer el 40% de todas las tierras del país, las de mejor calidad.

Entre 1931 y 1979 el país sufrió el control férreo de suce-sivos gobiernos militares y sangrientas represiones. En 1932 un levantamiento campesino e indígena fue aplastado con a lo menos 20.000 muertos.

En los años ’70 el país era un hervidero social. A la repre-sión, la falta de libertades políticas y las enormes desigual-dades sociales se sumaron las tensiones internacionales de la “Guerra Fría” entre los sistemas capitalista y comunista. En el curso del proceso surgirían en El Salvador dos grandes movimientos de corte revolucionario marxista: las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí”, FPL, y el Ejérci-to Revolucionario del Pueblo, ERP. Ambos respondieron a la represión oficial sangrienta con su propia violencia armada.

Represión criminal de alto nivel

En ese contexto las tensiones se agudizaron al máximo. Situación similar se vivía en el resto de Latinoamérica. Ante ello los Estados Unidos de Norteamérica movilizaron todos los recursos a su alcance para evitar que el modelo marxis-ta instalara en el continente “una segunda Cuba”. Las fuer-zas armadas continentales fueron entrenadas en “la guerra antisubversiva” hasta con recursos criminales.

triste fama logró al respecto la Escuela de las Américas, EDA –“Escuela de Asesinos”, para sus detractores–, instalada por USA en territorio del Canal de Panamá, entonces bajo su dominio. Por ella pasó gran parte de los altos oficiales que encabezarían después sendos golpes de estado en casi todos nuestros países. Aplicaron entonces métodos idénticos de represión sangrienta bajo el principio de la “seguridad nacio-nal”. Está comprobado que en la EDA se enseñaron técnicas de torturas refinadas; en forma “académica” y práctica. Se usó para ello como conejillos de indias a mendigos callejeros.

En medio de este complejo y turbio ambiente llegó como arzobispo a San Salvador don Oscar Romero.

El Pastor y la jauría

Al asumir Romero el arzobispado, la represión del gobierno se había extremado. Fueron torturados cuatro curas, y a otros cuatro los expulsaron del país.

Llevaba cinco días en el cargo cuando una acusación de fraude en la elección presidencial del general Carlos Hum-berto Romero -no emparentado con el arzobispo-, causó un centenar de muertos. A los pocos días fue acribillado el jesui-ta Rutilio Grande, comprometido con los campesinos e indí-genas más pobres. Se intentó asesinar a otros tres sacerdotes.

Quién diría cómo iba a cambiar ante ello la mentalidad, e incluso la personalidad de ese obispo etiquetado como ultraconservador, aburguesado, pacato, tímido y depresivo.

Romero reaccionó públicamente en forma increíble: “¡El que toca a uno de mis sacerdotes, a mí me toca!”. instó al presidente saliente, coronel Arturo Armando Molina, a investigar el crimen del jesuita, y amenazó con cerrar las escuelas y excluir a la iglesia de actos oficiales.

Fue el inicio de un cambio diametral en la persona del arzobispo.Y también de la radicalización en la barbarie ins-titucional. A los pocos días llovieron volantes que incitaban: “Haga patria, mate un cura”.

Organización oficial del crimen

Una organización siniestra “hizo patria”: los “escuadrones de la muerte”; un grupo paramilitar supuestamente ilegal, pero de hecho organizado y protegido por el aparato militar.

Líder comprobado de los escuadrones y vocero de la cam-paña mortal contra los sacerdotes de avanzada fue Roberto d’Aubouisson, un ex-mayor de ejécito formado en la nortea-mericana Escuela de las Américas, EDA. Expulsado del ejérci-to por sus posiciones extremistas, fundó un movimiento anti-comunista que derivó en la Alianza Republicana Nacionalista, Arena, y con igual fanatismo atacó a organizaciones comuni-

ORiENtACiONES

El excapitán Rafael Alvaro Saravia, el asesino material del arzobispo Romero,

vaga aún con el signo de Caín escapando de la justicia.

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tarias, sindicatos, grupos eclesiales o curas de avanzada. D’Aubouisson mostraba por televisión las fotos de futu-

ras víctimas diciendo: “conózcanlo: ¡es un comunista que se viste de cura!”. Según su propia hermana Marissa, “a casi todos los sacerdotes a los que él sacó por televisión los fueron matando después”.

El arzobispo entre dos fuegos

Puesto en la línea de fuego entre dos bandos radicaliza-dos que ya iniciaban la guerra civil, el arzobispo se metió de lleno entre los campesinos e indígenas. Se le abrieron así los ojos frente a los abusos y crímenes que sufrían sus feligreses más pobres y desamparados.

El antiguo obispo timorato estaba ahora poseído por una rara fuerza profética que se hizo oír en homilías domi-nicales por radio y televisión que pronto nadie se per-día. Denunció así las violaciones de los derechos humanos y solidarizó con las víctimas de la violencia política. Según un teólogo actual, “con Romero emerge una iglesia entrega-da a la justicia social, a la defensa de los derechos humanos, a la paz y la igualdad desde la perspectiva del más necesitado”.

Consecuencia de este cambio, los sectores que antes lo agasajaban como a uno ”de los suyos” lo califican ahora de “traidor”, si no aliado, al menos “tonto útil” del comunismo.

En 1978 Romero recibe el doctorado honoris causa por la Universidad de Georgetown, EE.UU; en 1979 se le nomina al Premio Nóbel de la Paz, y en febrero de 1980 es investido doctor honoris causa por la Universidad de Lovaina, Bélgi-ca. Visita entonces a Juan Pablo ii y le informa de la terrible situación que vive su país. Entre enero y marzo de ese año más de 900 salvadoreños –incluso él mismo- serían asesi-nados por fuerzas de seguridad, unidades armadas o gru-pos paramilitares.

Todo profeta muere asesinado

El gobierno del general Romero perdió el control de la situación y fue derrocado en 1979 con apoyo de los Estados Unidos, preocupados por el avance de los grupos armados de izquierda.

El golpe derivó en una junta cívico-militar de gobierno, la ligazón de los militares con los escuadrones de la muer-te, el rechazo de los grupos más radicales de izquierda a la junta, y una represión armada que en una semana causó un centenar de muertos. Romero llamó “gran represor” al ministro de Defensa en su propia cara.

El arzobispo se convenció de que sería asesinado. Para evitar que otros compartieran su suerte, dejó de ir acompa-ñado en su modesto “carro”.

El domingo 23 de marzo de 1980, Romero dijo cosas tre-mendas. Les habló a los guardias nacionales, a los policías y a todos los cuerpos de seguridad. Les dijo que la ley de Dios prohíbe matar, y que prevalece sobre cualquier otra ley; que no debían obedecer una orden de matar ni a sus her-manos campesinos ni a nadie. “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo, les suplico, les ruego, ¡les ordeno, en nombre de Dios: cese la represión!”.

Al día siguiente, 24 de marzo, mientras oficiaba misa en la capilla del hospital Divina Providencia, el arzobispo Romero caía acribillado por un escuadrón de la muerte.

A partir de su asesinato y hasta 1992, el país sufriría una de las guerras civiles más sangrientas de Latinoaméri-ca, que cobró 75.000 vidas. Una investigación de la Comi-sión de la Verdad para El Salvador dictaminó al término de la guerra: “existe plena evidencia de que el ex-mayor Rober-to d’Aubuisson dio la orden de asesinar al arzobispo e instruc-ciones a su entorno de seguridad de organizar y supervisar el asesinato”.

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El Pastor y la jauría

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12 ORiENtACiONES

Evangelio, religión e Iglesia Esta es otra reflexión esclarecedora del teólogo popular belga

José Comblin, fallecido en Brasil el 27 de marzo de 2011. Enraizado en

Latinoamérica como misionero, Comblin vivió en los convulsos años ’70 su

expulsión por las dictaduras de Chile y Brasil, pero desplazándose entre

ambos países siguió animando el fortalecimiento teológico-bíblico en

comunidades eclesiales y seminarios, e impulsando la acción de los

laicos por una iglesia auténtica transformadora del mundo.

El Evangelio viene de Jesucristo; la religión no. El Evangelio no es reli-gioso. Jesús no fundó religión algu-na. No fundó ritos; no enseñó doctri-nas; no organizó un sistema de gobier-no… Se dedicó a anunciar, a promo-ver el reino de Dios; un cambio radi-cal de toda la humanidad en todos sus aspectos. Un cambio cuyos auto-res serán los pobres. Se dirige a los pobres pensando que solamente ellos son capaces de actuar con cabal since-ridad y autenticidad para promover un mundo nuevo.

Jesús no fundó una religión, pero sus discípulos la han creado a partir de él. Porque la religión es algo indispen-sable. El ser humano no puede vivir sin religión, aunque se aparte de las gran-des religiones tradicionales.

La religión es una creación huma-na. Entre la religión cristiana y las demás religiones, la estructura es igual. Es una mitología. tal como hay una mitología cristiana, hay una hin-duista, sintoísta, confucionista… La humanidad necesita interpretar todo lo incomprensible para ella mediante la intervención de seres con entidades sobrenaturales, fuera de este mundo, que estarían dirigiendo esta realidad.

En segundo lugar, una religión tiene ritos para apartar las amenazas y acercarse a los beneficios. todas las religiones tienen ritos. Y todas tienen gente separada, preparada para admi-nistrar los ritos y enseñar la mitología.

Esto es común a todas. Entonces, debía suceder con los cristianos también.

¿Cómo empezó  nuestra religión?

Ha de haber comenzado cuan-do Jesús se transformó en objeto de culto, lo que sucedió bastante tem-prano, sobre todo entre los discípulos que no lo habían conocido. Al transfor-marse en objeto de culto, Jesús se des-humanizó progresivamente. El culto de Jesús va remplazando a su segui-miento. Jesús nunca había pedido a los discípulos un acto de culto, que le ofrecieran un rito; nunca. Lo que que-ría era el seguimiento..

Pero con el desarrollo de la religión cristiana, la tentación de culto reapa-reció. Nació un comienzo de doctri-na: el símbolo de los Apóstoles!. Allí se dice que Jesús nació y murió, como si lo demás no tuviera importancia; como si la revelación de Dios no fuera justamente la misma vida de Jesús, sus actos, sus proyectos, todo su destino terrestre…

El Concilio de Calcedonia (año 451) define que Jesús tiene una naturale-za divina y otra humana. Pero, ¿qué es una naturaleza? Un ser humano no es una naturaleza. Un ser humano es una vida, es un proyecto, es un desafío, es una lucha, es una convivencia en medio de muchos otros. Eso es lo fun-damental si queremos hacer el segui-miento de Jesús.

Lo sagrado y lo profano 

A partir de los primeros concilios aparece progresivamente un distancia-miento entre la religión que se forma y el proyecto inicial. Con Nicea y Cons-tantinopla (años 325 y 381) hay ya un núcleo de enseñanza y de teología, y la iglesia va a dedicarse a defender, pro-mover y aumentar esa teología.

Ya se han organizando grandes liturgias, de Basilio o de otros; y se ha organizado un clero.

El clero como clase separada es una invención del emperador Cons-tantino (años ¿272?-337). Hasta él no había distinción entre personas sagra-das y profanas. todos eran laicos. Por-que Jesús apartó a la clase sacerdotal y no previó, de manera alguna, que apareciera otra. Porque para él todos son iguales; no hay personas sagradas y no sagradas; no hay diferencia entre sagrado y profano. todo es sagrado o todo es profano. Ahora hay en la reli-gión una distinción básica entre sagra-do y profano.

En todas las religiones hay un clero que se dedica a lo que es sagrado, y los demás, los profanos, son recepto-res. No son actores; no tienen un papel

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activo. Para tener un papel activo hay que ser consagrado. Eso comienza con Constantino.  

Evangelio versus religión

A partir de lo dicho van a apare-cer dos líneas en la historia cristiana: el “polo Evangelio” está en lucha con el “polo religión”, y viceversa.

El Evangelio se vive en la vida con-creta, material, social. La religión vive en un mundo simbólico. todo para ella es simbólico: doctrina, ritos, sacerdo-tes… todas son entidades simbólicas que no entran en la realidad material.

El Evangelio es universal porque

no trae consigo ni está asociado a nin-guna cultura, a ninguna religión. Las religiones, en cambio, están siempre asociadas a una cultura. Por ejemplo, la religión católica actual está ligada a la subcultura clerical romana que la modernidad ha marginalizado; que está en plena decadencia porque sus miembros no quisieron entrar en la cultura moderna.

El Evangelio es renuncia al poder, y a todos los poderes que existen en la sociedad. La religión, en cambio, busca el poder y el apoyo del poder, en todas las formas de poder… ¡Y estas realidades son tan visibles! 

Origen de la Iglesia

Entonces, ¿cómo nació la iglesia, esa realidad

histórica, concreta, de la que tenemos

experiencia? Para el pue-

blo en gene-

ral, la iglesia es el papa, los obispos, los “padres”, las religiosas, religiosos…, todo ese conjunto institucional.

Jesús no fundó iglesia alguna. El mismo Jesús se consideraba como un judío; era el pueblo de israel renovado, y los primeros discípulos también. Los doce apóstoles son los patriarcas de la iglesia del israel renovado.

La primera conciencia era que los discípulos de Jesús conformaban la continuación de israel; su perfección y corrección. Pero una vez que el Evan-gelio penetró en el mundo griego, allí israel no significaba mucho. Y enton-ces Pablo inventa otro nombre: da a las comunidades que funda en las diver-sas ciudades el nombre de “ekklesía”, lo que se tradujo por “iglesia”.

El único sentido que “ekklesía” tiene en griego es “la asamblea del pueblo reunido que gobierna la ciudad”; en la práctica, era la gente más poderosa; pero el fin es que en la ciudad griega el pueblo se gobierna a sí mismo, y lo hace en reuniones que son “ecclesías”.

Pablo no da un nombre religioso a las comunidades; las ve como gru-pos destinados a ser la animación, el mensaje de transformación de todas las ciudades. De tal manera que están constituyendo el comienzo de una humanidad nueva: y es una humani-dad donde todos son iguales; todos gobiernan a todos. Después viene la carta a los Efesios, en la que se habla de iglesia como traducción del “kahal” de los judíos; o sea, es el nuevo israel. Y la ecclesía es ahí también el nuevo israel; todos los discípulos de Jesús unidos en muchas comunidades, pero no institucionalizados, sino uni-dos por la misma fe. todos constitu-yen la “ecclesía”, la gran iglesia que es el cuerpo de Cristo. todavía no existen instituciones.  (Continuará).

José Comblin

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1414 DE LO NUEStRO

Romance de cumbre y valle

i

Bajo su poncho de nieveAnda perdido un inviernoQue, allá por las altas cumbres,En vano busca senderos.Cuando la noche se apeaA la vera de los cerros,Ya comienzan a quejarseLos pajonales al vientoCon acordes de violinesRescatados del recuerdo.Hasta el agua está calladaCon el silencio del hielo.Para quien sabe cantar¡qué duro es este silencio!

ii

Hace unos días que al cerroDe Los Gigantes llegaronUnos doce hombres rendidosDe temor y sobresalto.Vienen huyendo quién sabeDe qué pesquisa y la manoEsconden que obró maldades en la sierra y en el campo.Estos son de los matrerosQue con Guayama y el ChachoLas regiones del OesteCon sus robos devastaron.

Ahora los apatrullael Gaucho Seco, el más bravode aquellos que en las provinciascontra el gobierno se alzaron.Anduvieron por los cerrosDe San Luis y por los llanosDe La Rioja; y se resguardanAhora por estos pagos.“Estaremos el invierno-les dice el jefe- aguardandoa que pasen estos fríospara volver al asalto.Por ahora ya tenemosProvisiones para rato”.De su llegada se supoMuy pronto por todo el pagoY los miedos y fantasmasPor los fogones viajaronRobando, de casa en casa,El sueño de los paisanos.

iii

Por la cuesta del oestetrote parejo de mula…¿Quién anda con este inviernoy en esta noche sin luna?El alba comienza lejosDel lado del Pan de Azúcar,A conducir poco a poco

Su rebaño hacia la altura.Con el primer resplandorSe ve, como en partitura,Que extraviados ruiseñoresPrueban compases de música.

Por las cuestas del Oestetrote parejo de mula…De pronto allá se detieneLa mansa cabalgaduraEn lo hondo de una quebradaembozada entre la bruma.Y se apea el caballero:Viste poncho de vicuña,Ancho sombrero, pañueloRojo al cuello, a la cinturaUna correa que le ataAmplia sotana frailuna.¿Cómo puede andar de nochepor la sierra, señor cura?Cuentas tendrá que arreglarquien amanece en su mulacon este invierno tan reciopor quebradas tan profundas…Sus ojos resplandecientesDestellan en la penumbraMientras se escalda las manosY una plegaria murmura.Parece que está esperando,Como el soldado, la lucha.

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1515DE LO NUEStRO

iV

Ya no quedan a la nocheBaluartes de la alta sierra:El noble cielo de CórdobaDe azul y rosa clarea.Sobre el páramo de AchalaLa neblina se destrenzaY la cumbre de los montesBlanca y coqueta se arregla.

Se mueve ya el caballero:La oración y el labio cierraCon un beso en el rosario,Su única arma de pelea.Se santigua muy despacioY, delante de su bestia,Recomienza la subidaDe la sierra, cuesta a cuesta.Busca un alma el señor curaEn los riscos de la sierra:Por aquí anda el Gaucho SecoCon su gente pendenciera.Bien lo sabe el buen pastorQue va buscando esta ovejaPor pedregales helados,Por la sierra, cuesta a cuesta.Y sus ojos vigilantesLargos páramos otean.

Allá lejos por el cerroDe Los Gigantes flameaMansamente el viento norteGris y pálida humaredaQue sobre el azul del cieloSu mensaje deletrea.Mas alegre el pobre curaSu firme paso acelera;Luego aboca a una quebradaQue a las altas cumbres lleva.Solo el blanco de la nieveY el silencio en las laderas…Sube a paso decididoCon su mula de la riendaY comienza a divisarEl resplandor de la hoguera.A su amor matan el fríoUnos doce hombres en rueda,Mientras circula el cantor,

Entre ponchos y escopetas,El caliente mate amargoQue a esta hora los congrega.

A través de la enramadaUno ha visto que alguien llega.Y han temblado al mismo tiempoLos bravos de la docena.Se levanta el Gaucho SecoQue ya tiene el arma presta,Y un relámpago pareceSu facón sobre la hoguera.“¿Quién vive?”, grita el valientecon un bramido que aterra.“Yo soy el señor Brochero”,dice el bulto que se acercasin un solo titubeo.Un insulto es la respuestaQue la mansa voz del curaEn aquella turba encuentra.Y sale el jefe a la lisaPara un triunfo que descuentanSus pistolas y su dagaQue han obrado mil proezas.Cuando el Gaucho grita el “¡alto!”Y apuntan las escopetas,El cura muestra serenoSu humilde cruz de maderaY con su sorna serranaAl Gaucho Seco se enfrenta:“¡Dale a Éste si tenéstanto brío en esas venas!¡Dale, no más, si más sangreLe querés sacar de aquellaQue le has sacao en la vidaCon tus robos y pendencias!Este ha sido el que te ha andaoBuscando en toda la sierra.Si andás sembrando estos odiosVas a recoger tormentas.¡Juntémonos como hermanosy acabemos la violencia!”

El Gaucho y su compañíaEsconden las herramientas“¿Qué se le ofrece, señor?”dice al fin la mansa oveja.“Cebemén unos amargosy charlaremos en rueda”,

responde el cura Brocheromientras va atando su bestia.El noble cielo de CórdobaEs una sonrisa inmensa.Se agita el viento del norte.Brilla el blanco de la sierra.

V

Está acabándose agosto.Como en preludios ensayaEl lindo valle de tránsitoSu primavera temprana.Los apacibles ciruelosSon escolares que en largasFilas salen del inviernoCon su blusa inmaculada.Los duraznos y aromitos,Los sauces del río ya hablanDe la hermosa primaveraQue al valle este año nos baja.

Y por todos los caminosY por todas las quebradasVienen las gentes sencillasPara las últimas tandasDe los Santos EjerciciosQue harán en la Santa Casa.Primavera de las flores.Primavera de las almas.

Por el río de los sauces,Que desciende desde Achala,Salpicando aguas alegresSilenciosa caravanaComo de doce jinetesAl tranco, hacia el pueblo baja.¡El Gaucho Seco y su gente!Al tranco a la Santa Casa.

Está acabándose agosto.Como preludiando, cantaEl lindo valle de tránsitoSu primavera temprana.

Gustavo Alonso, cmf.Córdoba, 1954

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16 ORiENtACiONES

Luther King, soñador de la justicia y la paz

Alfredo Barahona Zuleta

El 4 de abril de 1968 caía asesinado en los Estados Uni-dos de Norteamérica el Dr. Martin Luther King, en uno de los magnicidios más impactantes del siglo xx. Cuarenta y cinco años despúes su gran “sueño” aún no hecho rea-lidad sigue siendo una gran utopía de quienes sostienen que “otro mundo es posible”. El sacrificio de su vida no fue en vano.

Nieto de esclavos, ante él se habían inclinado las cabe-zas reales de Noruega al entregarle en 1964 el Premio Nobel de la Paz, en reconocimiento mundial a su lucha por la igualdad racial en USA y la dignidad de todo ser humano por sobre la injusticia y la discriminación.

Una lucha en la que el Dr. King no disparó un tiro, jamás blandió un puñal o garrote ni quiso tener un arma. Ni siquiera alzó sus grandes puños negros para amenazar mientras clamaba por justicia y libertad ante millares de enfervorizados seguidores. Por el contrario, mantuvo incó-lume su principio básico: “sólo con la noviolencia activa ganaremos nuestra lucha”.

El ideal mancillado

Puede parecer increíble a las nuevas generaciones la realidad politicosocial que sólo medio siglo atrás vivía la nación norteamericana. La misma que engendrara con su lucha libertaria George Washington dos siglos antes, y por la que fuera asesinado más tarde Abraham Lincoln tras una guerra encarnizada en cuya base se enfrentaron la prepo-tencia racial esclavista y la igual dignidad de todos los seres humanos.

Pero aunque las huestes fieles a Lincoln triunfaron final-mente, las perdedoras de los Estados Confederados del sur nunca plegaron sus banderas esclavistas; aquellas bajo las cuales una muchedumbre de negros había sido marcada a fuego, azotada sin piedad, uncida a las máquinas de la naciente revolución industrial, muerta y sepultada en cali-dad de bestias.

No es sorprendente asi que en los estados sureños prevalecieran no sólo criterios, legislaciones y normas discriminatorias de corte esclavista, sino que se llegara a la

persecución y el asesinato racial. Protagonista extremo de ello sería el Ku Klux Klan, conjunto de organizaciones crimi-nales que desde el fin de la Secesión y por casi un siglo mar-caron con terror, torturas y asesinatos sus incursiones racis-tas, homofóbicas, antisemitas, anticomunistas y xenofóbicas.

Histórico punto de inflexión

Hasta que el 1 de diciembre de 1955 la ciudadana “afro” Rosa Parks fue arrestada en Montgomery, estado de Alaba-ma, por negarse a cumplir la ley que obligaba a los negros a ceder su asiento en el ómnibus o su lugar en la fila de espe-ra si un blanco se lo exigía.

Como consecuencia, los líderes de organizaciones “negras” llamaron a sus hermanos a boicotear los autobu-ses separatistas e iniciar un movimiento contra toda forma de segregación y discriminación. Así surgió a la luz del pue-blo norteamericano y luego a la del mundo la figura de Mar-tin Luther King.

Nacido en 1929 en Atlanta, capital del estado sureño de Georgia, King había vivido desde niño en carne propia la discriminación y los abusos racistas; y desde muy joven asu-mió un activismo pacífico en favor de la igualdad racial. tras graduarse en sociología en una universidad para negros, llegó a doctorarse en teología y filosofía, se convirtió en pastor bautista, y en virtud de los principios cristianos abra-zó la defensa del derecho a voto, la igualdad politicosocial y otros derechos civiles negados a los negros.

En los estados sureños la segregación no sólo existía en los medios de transporte. Era norma en los sitios de recrea-ción, cines, hoteles y restaurantes, y hasta había muy cristia-nas iglesias sólo para blancos, y otras para negros. Los abu-sos laborales, la negación de derechos civiles y la discrimi-nación eran habituales en todo el país; segregaciones veci-nales impedían a los negros vivir en barrios de blancos.

La lucha noviolenta

El histórico episodio protagonizado por Rosa Parks fue el detonante de un movimiento reivindicatorio de los dis-

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17ORiENtACiONES

Continúa >>

criminados que pronto consagró el liderazgo del Dr. King y se fue extendiendo por el país norteamericano. A lo largo y ancho de él la voz de King habría de resonar como el true-no con que los profetas de israel habían sacudido a la bes-tia de Babilonia.

Asumía así una lucha inspirada en el método con que el Mahatma Gandhi –aquel ridículo viejecillo semidesnu-do, rapado, miope y patipelado– hiciera independiente a la india subyugada a sangre y fuego por el imperio británico.

Como los pacifistas indios animados por el  Mahatma, King y sus seguidores, incluso los niños, fueron reprimidos violentamente, con chorros de alta presión, con perros y gol-pizas tan sangrientas que remecieron a los Estados Unidos. El pastor fue detenido innumerables veces, sufrió condenas de cárcel, atentados personales, su casa e iglesias afines a su movimiento fueron incendiadas... Organos oficiales de tan siniestro historial como la CiA y el FBi lo espiaron, le tendie-ron trampas, lo calumniaron, trataron de chantajearlo… Qui-zás llegaron más allá, pero hasta hoy no se sabe. Como en muchos otros casos, finalmente “lo asesinó un fanático”.

No luchó en vano

tras una lucha inclaudicable cuyos contratiempos hubieran amilanado a cualquiera, el Dr. King pudo ver en vida logros trascendentales.

El 13 de noviembre de 1956 la Suprema Corte de los Estados Unidos ordenó a las autoridades de Montgomery disponer la integración racial, declarando ilegal la segrega-

ción en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos. Fue una de las primeras grandes victorias de King.

A  partir de entonces no pararía en organizar marchas contra la segregación, por el derecho al voto, en favor del trabajo y otros derechos humanos conculcados. La mayor parte de sus postulados terminó siendo reconocida legal-mente por el Acta de los Derechos Civiles, en 1964, y el Acta de los Derechos Electorales, en 1965. tras la muerte de King otra norma prohibió la discriminación en la venta y alquiler de viviendas.

Los ecos de sus campañas masivas en Albany, estado de Georgia, y Birmingham, Alabama, se extendieron por el mundo y lo animaron a emprender la mayor de sus cruza-das: la marcha sobre Washington, capital e ícono máximo del poder político norteamericano, iniciativa levantada por la igualdad, los derechos civiles en todo el país y el fin de la ominosa guerra de Vietnam.

Mensaje supremo

La marcha a Washington ha pasado a la historia como la culminación de la gesta profética de King.

El 28 de agosto de 1963, 250.000 personas de diferentes razas convergieron frente al Capitolio, sede el Congreso, tras la mayor marcha cívica jamás vista en Norteamérica.

En el que sería el momento supremo no sólo de su cru-zada sino de su vida, el profeta negro lanzó entonces su dis-curso “Y have a dream”, “tengo un sueño”, registrado como uno de los mejores en la historia norteamericana.

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“Tengo un sueño”, el testamento de King

Ante 250.000 seguidores congregados el 28 de agosto de

1963 en Washington frente al Memorial de Abraham Lincoln,

Martin Luther King expresó su gran utopía en el que ha

perdurado como uno de los discursos más impactantes de la

historia norteamericana. Estos fueron los principales conceptos de ese su gran testamento, que

bien podríamos dedicar hoy a los marginados y discriminados de

nuestros propios países:

Pero debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos correspon-de. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violen-cia física.

Hoy les digo, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño, profundamen-te arraigado en el “sueño americano”.

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero signifi-cado de su credo: “Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”.

Sueño que un día, en las rojas coli-nas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos due-ños de esclavos se puedan sentar jun-tos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día mis cuatro hijos no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos; los sitios más escarpados serán nivelados, y los torcidos serán endere-zados; la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.

Esta es nuestra esperanza. Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos ace-lerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, pue-dan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipoten-te, ¡somos libres al fin!”

Un año después, el 14 de octubre de 1964, el Dr. King era ungido por el rey de Noruega como el más joven de los galardonados con el Premio Nobel de la Paz, a sus 35 años.

Fue el mayor reconocimiento público que pudo recibir en vida, aunque siguió bregando por sus ideales hasta el último día. No logró comprobar cómo su ejemplo animaría al otro lado del mundo a otro luchador negro tan increíble como él, llamado Nelson Mandela. Este, con sus mismas armas noviolentas y tras 27 años de cruel encarcelamien-to, echaría abajo otra de las mayores vergüenzas de la era moderna: el “Apartheid” sudafricano, por el que otra pode-rosa minoría blanca pisoteó durante siglos a la inmensa mayoría negra.

Si bien esa enorme con-quista de su raza negra era parte de su “sueño” épico, ni en un delirio febril pudo vis-lumbrar quizás que a sólo 40 años de su muerte un afroa-mericano asumiría la Presi-dencia de su propia nación.

Otro profeta crucificado

El 22 de noviembre de 1963 fue asesinado en Dallas, texas, el Presiden-te de los Estados Unidos John F. Ken-nedy, quien había otorgado su apoyo inequívoco a la magna cruzada de Luther King. tras tamaño crimen, King predijo que sufriría la misma suerte. Pero rehusó protegerse y portar un arma.

El 4 de abril de 1968, en Memphis, tennessee, el líder máximo de la reivindicación negra en Norteamérica caía abatido por una bala asesina.

James Earl Ray, un pistolero blanco de 40 años, delin-cuente habitual con 20 años de cárcel a cuestas, se declaró culpable del magnicidio y fue condenado a 99 años de prisión. Pese a retractarse más tarde y a la avalancha de dudas que provocó el fallo, hasta su muer-te en 1998 el caso no fue revisado. La fami-lia del pastor victimado nunca creyó que el pistolero tuviera que ver con el asesinato.

No habrá ni descanso ni tranquili-dad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía.

James Earl Ray, oficialmente el asesino de King.

Al otro lado del mundo, también un “afro” iluminado,llamado Nelson Mandela, asumió el ejemplo de King.

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1919DE LO NUEStRO

Cuando aún resuenan los ecos del affaire Pluna -la colapsada línea aérea nacional que tiene sus aviones ancla-dos en el aeropuerto y es piedra en el zapato para el gobier-no del presidente José “Pepe” Mujica-, la marihuana parece emprender vuelo. Un proyecto recién aprobado por el Par-lamento regula su mercado y pretende erradicar la crimi-nalidad que rodea al tráfico de drogas. Pero no es fácil con-vencer de esto a la gente, mientras el tema ha puesto a este pequeño país de poco más de 3 millones de habitantes en el foco de la atención internacional.

No es éste el único proyecto audaz que ha visto la luz durante la actual administración de izquierda. iniciativas como la despenalización del aborto, el matrimonio igualita-rio, la ampliación de licencia por maternidad -y ahora tam-bién por paternidad-, un puerto de aguas profundas y la explotación minera de gran porte han cosechado aplausos o abucheos, según el cristal con que se miren.

Pronto Uruguay llamará a su pueblo a las urnas, y todo esto podría tener un costo político para el Frente Amplio gobernante. En este sentido “el Pepe se la juega”, mien-tras el próximo y principal candidato, tabaré Vázquez -ene-migo del cigarrillo y del aborto-, procura acomodarse a este panorama de cambios revolucionarios en un país tan

Uruguay: Salió humo blanco

pequeño como calmo. La gran carta del gobierno es que la oposición uruguaya es muy cauta -por no decir ingenua-; los únicos escollos que ha debido enfrentar la fuerza de izquierda han sido sus propios goles en contra.

¿Pierde el juicio, o el narcotráfico?

“Como toda sustancia, los daños de la marihuana depen-den de la dosis”. Lo afirma el doctor Elmer Huerta, médico peruano radicado en Estados Unidos, quien asegura que “donde puede ocasionar muchos problemas es en el sistema nervioso, en el intelecto de la persona. La marihuana daña el lóbulo frontal, la parte del cerebro que nos diferencia de los pri-mates. Allí radica el juicio, el raciocinio, y se encuentra la proyec-ción hacia el futuro. Quienes abusan de la marihuana carecen del estímulo para salir adelante; son gente que se conforma”.

Según Diego Cánepa, prosecretario de la Presidencia, la ley apunta a quitarle al narcotráfico la mayor parte del mer-cado de las drogas en el país, porque es más fácil contro-lar un mercado legalizado que uno clandestino. Aclara que Uruguay no legalizó la marihuana; que con la ley se crea un mercado estrictamente regulado por el Estado; que quie-nes produzcan o comercialicen la droga fuera de ese con-trol caerán en ilegalidad.

“Será mucho más fácil que fiscalizar un mercado ilegal; cuando éste es invisible, es mucho más difícil controlarlo. Vamos a dividir el mercado para quitarle el poder al narcotraficante. La marihuana es la primera droga antes prohibida que se

Continúa >>

José “Pepe” Mujica”, el “singular” Mandatario uruguayo.

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20 DE LO NUEStRO

controla en nuestro país; sólo con eso le quitaremos un mercado enorme al narcotráfico. Los mecanismos estarán en la reglamentación, en las licencias para producir, distribuir y comercializar. La venta se hará sólo en farmacias, donde ya existe el control; sólo se agregará un producto más. Para productores y distribuidores, aún se analiza. Sobre la edad, se establece lo mismo que para el alcohol y tabaco, cuyo expendio está prohibido a menores de 18 años” De Evo y su coca, a café con macoña

El Prosecretario reco-noce que ha habido muchos obstáculos “y habrá muchos más. El principal fue la ‘guerra de las drogas’ desatada en Estados Unidos por el dis-curso de Richard Nixon en 1971, nefasta para Améri-ca latina durante 40 años. Se creyó que el prohibicio-nismo era la única solu-ción, y no ha sido así; al contrario. Se ha estigma-tizado a culturas como la de la coca en Bolivia, que gracias al trabajo del pre-

sidente Evo Morales logró su reconocimiento internacional. Creemos que el nuestro es el mejor camino dentro de la rea-lidad uruguaya; no pretendemos ser modelo para nadie. El adicto es un enfermo y no un delincuente; debemos ayudar-lo a recuperarse”.

Respecto de que olas de turistas llegarían a fumar mari-huana en Uruguay, el secretario general de la Junta Nacio-nal de Drogas, Julio Calzada, replica que “la ley no promove-rá el ‘turismo cannábico’. El consumo queda regulado en Uru-guay; la adquisición sólo se habilita a los residentes”.

En países como Holanda, la legalidad de la marihuana es de larga data. Puede fumarse en pequeñas cantidades y distribuirse a través de los llamados “coffee shops”. Fumar un pito, cuete, porro, macoña, joint, huiro, zepelín, aguja o como se le llame, es habitual. Diversos estudios aseguran que el número de consumidores no es superior al de países donde la marihuana es ilegal.

Emisarios uruguayos han hecho varios vuelos: para conocer la experiencia en Colorado y Washington. Los esta-dos norteamericanos que han regulado el consumo de marihuana lo limitan sólo a fines médicos. En Washing-

ton DC, las personas autorizadas sólo pueden tener en su poder 2 onzas de marihuana; los dispensarios pueden culti-var hasta 95 plantas por local.

Huerta orgánica en casa

Antes que se pronunciara el Parlamento, muchos uru-guayos tenían ya su propia plantación de marihuana, por-que se dice que ir hasta las bocas de venta “está bravo”; los barrios donde se mueve droga están asociados al delito, los “barras bravas”, la prostitución, el alcohol.

Según la nueva ley, en Uruguay un cultivador de marihua-na podrá tener hasta 6 plantitas. Se podrán constituir “clubes de cannabis” con hasta 45 miembros y 99 plantas. Pero si no cuenta con plantas -o nunca en su vida plantó siquiera un tomate-, el usuario dispondrá de 40 gramos mensuales para el consumo propio, que deberá adquirir en farmacias.

Pero no todo es miel sobre hojuelas para la experiencia uruguaya. Mientras algunos países han destacado su audacia, algunos organismos internacionales muestran preocupación o franca oposición a la “permisividad” del gobierno de Mujica.

Algunos, de hecho, aguardan con indisimulada expecta-tiva la llegada del próximo presidente. todo indica que vuel-ve tabaré Vázquez, quien aplastó los cigarrillos de un plu-mazo y se espera que revierta la situación.

Un verano brumoso

Pero la postura de Vázquez parece estar también envuel-ta en esta columna de humo que no quiere disiparse a pesar del verano y las vacaciones. Porque el tema volverá a la mesa de discusión cuando los “gurises” retornen a clases. Y ésa es la cuestión: qué hacemos con los más chicos. Por-que la nueva norma continúa prohibiendo a los menores el acceso a la yerba. De ahí el temor de los padres. “Los chiqui-lines que ya consumen van a seguir buscando en el mercado negro como han hecho hasta ahora”, aseguran unos cuantos.

Para algunos suspicaces se trató de un “cuestionario inclina-do”, pero lo cierto es que sorprendieron los resultados de una encuesta realizada en Montevideo a fines de 2013. Cuando se esperaba que la mayoría de los jóvenes –sobre todo militantes del Frente Amplio- apoyaran la iniciativa, la cosa no fue tan así: un 63% de la población consultada se opuso a la legalización.

Parece que la campaña del gobierno ha sido débil o ha informado poco sobre uno de los argumentos más sólidos y audaces de la nueva ley: erradicar la criminalidad que rodea al tráfico de drogas.

Marcelo ZuritaDesde Montevideo

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Leyendas

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Una leyenda isleña busca, entre la bruma del tiempo, la explicación de las figuras llamadas Akauaku, unos seres esqueléticos tallados en tron-cos de toromiro que son la antítesis de los solemnes, enigmáticos y gruesos Mohais de piedra que vigilan la histo-ria y los secretos de la isla.

Una tarde calurosa, unos diablos se despojaron de sus ropas para entregar-se al sueño. Pero aconteció que pasó un joven de apuesta figura y pudo obser-var con gran admiración que sus cuer-pos carecían de carne y se les podía ver y contar las costillas. A takuihu —que así se llamaba el joven— se le quedó fuertemente grabado en la memoria tan extraño espectáculo.

El misterio de los Akauaku en Rapa Nui (Isla de Pascua)

Había una vez un señor que tenía una hija muy hermosa y muy buena; era su alegría y toda su esperanza. Para cuidarla mejor y alejarla de todos los peligros de la vida fue con su esposa y la joven a vivir en medio de una gran selva, cerca de los Saltos del Guairá. Allí el hombre cultivaba maíz, mandioca, zapallo y otras plantas para el sustento diario. Eran pobres, pero libres y felices.

Si el tiempo era favorable, había abundante cosecha y lo pasaban bien; pero había temporadas en que la cosecha era muy escasa; entonces se alimentaban con frutas y miel que encontraban en el monte.

Un día fue llegando al rancho una persona de presencia agradable. Con suaves palabras pidió al dueño de casa

que le permitiera pasar la noche con ellos, que al día siguiente, al salir el sol, seguiría su camino. Aceptó el dueño de casa, y le dió el mejor trato posible al forastero.

Al amanecer, tomó el viajero su bas-tón y su alforja para proseguir su cami-no, pero antes le dijo al dueño de casa:

- Yo soy un enviado del cielo, y he venido a enseñar y premiar a los bue-nos. Me llaman en estas tierras Pa’i Zume. Como sabía que estabas vivien-do en la soledad para salvar a tu que-rida hija de toda clase de peligros, he llegado hasta aquí, donde encontré el más gene-

roso hospedaje; me has ofrecido la única gallina que tenías, y me has dado tu cama. En premio a lo que he recibido de ti, haré que tu hija no muera jamás; la convertiré en planta. Los hombres cor-tarán sus ramas y le arrancarán las hojas, pero ella volverá a brotar más lozana.

El personaje se despidió y siguió andando su camino. Se fue hacia el lado del alba, a otros remotos luga-res, quien sabe adónde, llevado por la mano de Dios. Y la hermosa joven se convirtió en la planta del Ka’a.

Desde entonces, las ramas y las hojas cortadas de la yerba mate son tostadas y molidas para que, después de cebadas ya sea con agua caliente o fría, sirvan al hombre de bebida repa-radora y estimulante.

Otro diablo por ahí cercano había estado observando la escena y prorrum-pió en grandes gritos, hasta despertar a sus colegas, y les refirió que takuihu los había sorprendido durmiendo.

Los diablos, por temor al ridículo en que caerían entre los isleños si takuihu contaba algo sobre su curiosa contextu-ra, resolvieron salirle al encuentro, jurán-dose darle muerte si les decía que los había visto desnudos.

interrogado el joven, que no tenía un pelo de tonto, negó con todo aplomo. Juró en tal forma, que los diablos lo creyeron sin-cero. Lo acompañaron hasta su casa, y no dejaron de vigilar-lo y escuchar sus conversacio-nes, por si hacía comentarios

sobre sus escuálidos cuerpos. Durante dos días estuvieron escuchando, pero el joven les había espiado y guardaba la más absoluta reserva.

Después de este tiempo los diablos se retiraron, seguros de que el secreto de sus ridículos cuerpos no era cono-cido por ningún mortal. Pero cuando takuihu se vio libre de los diablos, cogió

un trozo de toromiro y talló en él la figura descarnada que tenía en su memoria.

tal fue la razón de las prime-ras imágenes de Akauaku que

se tallaron en Pascua, y éste el medio de comunicación que encontró el nativo, sin recurrir al lenguaje, para contar lo que había visto.

La leyenda de la yerba mate - Versión paraguaya

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Leyendas

y sangrando por la herida, pero, ante las muchachas paralizadas, una nueva flecha le atravesó el pecho.

En medio de la agonía del yaguare-té, el indio creyó advertir a dos muje-res que escapaban; pero cuando final-mente el animal se quedó quieto, no vio más que los árboles y más allá la oscuridad de la espesura.

Esa noche, acostado en su hama-ca, el viejo tuvo un sueño extraordina-rio. Volvía a ver al yaguareté agazapa-do, y a sí mismo tensando el arco; allí

Yaci, la luna, alum-braba desde el cielo de Misiones las copas de los árboles y les platea-ba el agua a las cata-ratas del iguazú. Era todo lo que conocía de la selva: los enormes torrentes y el colchón verde e ininterrumpi-do del follaje, que ape-nas deja pasar la luz. De repente podía colar-se en algún claro para espiar las orquídeas dormidas o el tra-bajo silencioso de las arañas. Pero Yací era curiosa, y quiso ver por sí misma las maravillas que le habían contado el sol y las nubes: el tornasol de los pica-flores, el encaje de los helechos y los picos brillantes de los tucanes.

Así, un día bajó a la tierra acom-pañada de Araí, la nube, y converti-das en muchachas, se pusieron a recorrer la selva. Era el mediodía, y el rumor de la selva las invadió; por eso no escucharon los pasos sigilosos del yaguareté, que se acercaba aga-zapado, listo para sor-prenderlas y atacar. Pero en ese mismo ins-tante una flecha dispa-rada por un viejo caza-dor guaraní que venía siguiendo al tigre, fue a clavarse en el costado del animal. La bestia rugió furiosa y se volvió hacia el lado del tirador, que se acercaba. Enfu-recida, saltó sobre él abriendo su boca

estaba el pequeño claro, y en él dos mujeres de piel blanquísima y lar-guísima cabellera. Pare-cían estar esperándolo, y cuando estuvo a su lado, una de ellas lo llamó por su nombre y le dijo:

- Yo soy Yací, y ella, mi amiga Araí. Quere-mos agradecerte por sal-var nuestras vidas. Fuiste muy valiente; por eso voy a entregarte un premio

y un secreto. Mañana, cuando des-piertes, vas a encontrar ante tu puer-ta una planta nueva, lamada caá. Con sus hojas, tostadas y molidas se prepa-ra una deliciosa infusión que acerca los corazones y ahuyenta la soledad. Es mi regalo para vos, tus hijos y los hijos de tus hijos...

Al día siguiente, al salir de la gran casa común que alberga a las familias guaraníes a ambos lados del Paraná, lo primero que vieron el viejo y los otros miembros de su tevy fue una planta nueva de hojas brillantes y ova-ladas, que se erguía aquí y allá. El cazador siguió las instrucciones de Yací: no se olvidó de tostar las hojas, y una vez molidas, las colocó dentro de una calabacita hueca. Buscó una caña fina, vertió agua

y probó la nueva bebida. El recipiente fue pasando de mano en mano, como hasta el día de hoy.

Viene de la pág. anterior >>

Así nació la yerba mate - Versión argentina

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De la ancestral sabiduría india*Rabindranath Tagore

• La verdadera amistad es como la fosforescencia; res-plandece mejor cuando todo se ha oscurecido.

• Llevo dentro de mí mismo un peso agobiante: el de las riquezas que no he dado a los demás.

• La patria no es la tierra; sin embargo, los hombres que la tierra nutre son la patria.

• Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.

• Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te deja-rán ver las estrellas.

• El amor es el significado último de todo lo que nos rodea. No es un simple sentimiento; es la verdad, es la alegría que está en el origen de toda creación.

• Un entendimiento de pura lógica es como un cuchillo sólo con hoja; terminará hiriendo la mano de su dueño.

• ¡He perdido mi gotita de rocío!, dice la flor al cielo del amanecer, que ha perdido todas sus estrellas.

• Conviertan un árbol en leña, y podrá arder para ustedes; pero ya no producirá flores ni frutos.

• No hay más que una historia: la historia del hombre. todas las historias nacionales no son más que capítu-los de la mayor.

• Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté, y vi que la vida no era más que ser-vir..., y el servir era alegría.

*Rabindranath Tagore (1861 - 1941), intelectual indio de alto prestigio univer-sal, descolló como poeta, novelista, dramaturgo, artista y músico. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1913, convirtiéndose en el primer no europeo en obtener este reconocimiento.

tuvo nacionalidad tanto india como bengalí. Revolucionó en especial la literatura del actual Bangladesh, con obras tales como El hogar y el mundo y Gitanjali. Difundió el arte ben-galí mediante numerosos poemas, historias cortas, cartas, ensayos y pinturas. Como reformador cultural modernizó el arte de ese país, desafiando las duras cortapisas que bajo el dominio colonial lo reservaban sólo a formas clasicistas. Dos de sus canciones son ahora los himnos nacionales de Bangladesh e india: el “Amar Shonar Bangla” y el “Jana-Gana-Mana”.

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Cielo y tierra del sur de ChileEsta es una selección de fotos de Adam Bartyzol, misionero claretiano en Niebla, cerca de Valdivia, la "ciudad de los ríos".