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1 Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 16 - Nº 53 - Diciembre 2012 - Colaboración voluntaria. Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias Un rey nos ha nacido, en una pesebrera

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Un vínculo afectivo con la familia claretiana - Año 16 - Nº 53 - Diciembre 2012 - Colaboración voluntaria.

Porque Claret tejió telas, y luego las Buenas Noticias

Un rey nos ha nacido, en una pesebrera

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“Remanente de edición cincentenaria”

Querido Alfredo:Tantos años disfrutando de la com-

pañía periódica de TELAR, y no sé cómo pude olvidar felicitarte a tiempo por

el importante hito que cumplió nuestra querida revista con sus 50 edicio-nes en 15 años de esfor-zada, paciente y fecun-da tarea. Una tarea en que este querido órga-no de difusión claretia-na nos ha ido iluminan-do metas, fortalecien-

CARTAS

Cartas

Telar Es una publicación de los Misioneros Claretianos Director: José Agustín Cabré Rufatt, cmf. Editor general: Alfredo Barahona ZuletaDiseño: ECCLA, Ediciones y Comunicaciones ClaretianasZenteno 764 - Casilla 2989 Santiago-21. Santiago - ChileF. (56-2) 695 34 15, Fx. (56-2) 695 34 07E-mail: [email protected] · www.eccla.cl

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Que la Iglesia otorgue su debido lugar a la mujer

Señor Editor:Creo contarme entre quienes piensan

que la Iglesia, en casi todos sus 20 siglos, ha conformado una de las grandes estruc-turas de dominación, discriminación y aplastamiento de la mujer en su digni-dad y derechos, ya sea como ser humano o –peor aun- como parte mayoritaria del Cuerpo mismo de Cristo.

Por ello me ha llamado positivamente la atención el estupendo artículo –podría-mos decir estudio– que la autora Ana Ortiz Pardo hizo en esa revista claretia-na TELAR, Nº 51: “una visión de lo feme-nino a la luz de la historia y la fe”. Junto con revindicar el papel primordial que la mujer jugó en las diversas culturas anti-guas como fuente de vida y trasmisora

Desea seguir recibiendo TELAR

Estimado Alfredo:En una reunión precapitular, un

compañero de mi antigua comu-nidad de Vallecas llegó con cua-tro ejemplares de TELAR que me habían ido llegando a ella. Allí esta-ban reservados. ¡Gracias! Habrás pensado hasta ahora que no soy agradecido. Lo siento. Lo que pasa es que desde setiembre de 2011 estoy en una nueva fundación de la Provincia claretiana de Santiago, cuya dirección te indico. Me agra-daría seguir recibiéndo aquí TELAR. Desde ya gracias. Saludos, buen tra-bajo y que el Señor te bendiga. Jesús Pastor Gil, cmf.

Elda, Alicante. España

¡Feliz Navidad!Es éste el cordial anhelo de la Dirección y equipo editorial de TELAR para toda

la Familia Claretiana, y en especial para la que se aglutina en el Cono Sur america-no en torno a la provincia claretiana de San José del Sur.

Acojamos con gozo y esperanza al Dios hecho hombre, su estrella anunciado-ra y el coro angélico de paz en Belén. Y que ellos anticipen un Año Nuevo lleno de bendiciones para nuestros países, Latinoamérica y el mundo; un año en el que nuestro testimonio evangelizador contribuya eficazmente a la construcción de la justicia y la verdad, fundamentos cabales de la solidaridad, el amor fraterno y la paz, anhelo supremo de la humanidad.

de los valores y tradiciones, sitúa en su lugar la “imagen femenina por excelen-cia” que María, la madre de Jesús, ocupa en la religión católica. Y la humaniza al nivel de la mujer de pueblo que fue y las virtudes que como tal practicó, en vez de lucirla coronada de estrellas como una semidiosa.

Gracias por una reflexión tan pro-funda como sencilla, aterrizada y rei-vindicadora de la mujer. Ojalá la Igle-sia asuma esta visión, y en vez de seguir arrinconando a la mujer como “segundona”, la incorpore de una vez, en igualdad de condiciones, a las fun-ciones jerárquicas que sólo ha reserva-do para los hombres.

Víctor Joaquín ArriagadaAgente pastoral, Arq. de Buenos Aires

Argentina

do valores, alentando la esperanza en días mejores para la Iglesia, para nues-tra querida Patria, para la construcción del Reino del Señor como liberador auténtico del ser humano.

Es lo que nos ha inculcado TELAR, número tras número, edición por edi-ción, año tras año. Aunque estas líneas sean un remanente de esa señera edi-ción cincuentenaria, te ruego las reci-bas como testimonio de una gratitud que espero se prolongue por muchos años más.

Con todo mi cariño, en la herman-dad claretiana. Ana María Guzmán V.

Copiapó, Chile

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3EDITORIAL

Editorial

Navidad: un “rey” en la pesebrera

El misterio de la Navidad nos lleva a una pesebrera en las afueras de un poblado, según cuenta el poema cate-quético del nacimiento de Cristo. Allí nace un rey. Mejor dicho, allí nace EL REY. Porque este niño, a quien se le pondrá por nombre “Emmanuel”, es el verdadero rey, “el que será grande y será llamado hijo de Dios altísimo y reinará por los siglos de los siglos”.

La figura del “rey” es puramente lite-raria, para significar a aquel en quien residen el honor, el poder y la gloria, atri-butos divinos. Todos los otros “reyes” de la historia son transitorios y serán más o menos buenos o malos gobernantes. Este niño, a quien los ángeles saludan con cánticos de proclamación real, es distinto: no ocupará la potencia de las armas, ni los argumentos de la sabiduría, ni el prestigio de la cultura, ni las aureo-las y ropajes de los santones religiosos.

Jesús nace como un hombre pobre y humillado, tomando así el camino anun-ciado por los profetas. Para restituir al ser humano en su dignidad, Jesús quie-re pasar primero por la miseria de los hombres: toma la condición del hom-bre pecador, porque la miseria es conse-cuencia del pecado social.

La situación en que los hombres nacen no es voluntad de Dios. La mise-ria y la pobreza no son voluntad de Dios, como tampoco lo es la desigual-dad social. No fue Dios quien quiso que a José y María, matrimonio proletario, les negaran hospedaje, sino que el hijo que ella lleva en su vientre, al asumir la condición humana, experimenta todos los riesgos de los seres humanos; entra en el mundo dominado por el abuso

que hace a unos pocos explotadores de los otros. Es lo que san Pablo llama la “kenosis” (la renuncia de sus atribu-tos divinos de poder y gloria) de Cris-to. Queda expuesto a los riesgos sin emplear los medios que la gente adop-ta para salvarse: la riqueza, la violencia, la cultura, el arribismo, el poder político, la adulación...

Jesús asume en su pleno sentido el ser “proletario”, como llama Marx al que es explotado y no es explotador de otros. Los cristianos creemos que ese ser “proletario” es obra no solo de siste-mas ecónomicos, sino que es la condi-ción del ser humano expuesto al pilla-je de los más fuertes; de aquel que per-tenece a un mundo egoista que quiere levantar una sociedad a su medida, sin contar con la sabiduría y la fuerza “que viene de lo alto”.

Siguiendo este mismo camino, la Iglesia necesita experimentar la humi-llación y renunciar a los medios que dan poder, prestigio y fuerza en esta sociedad. En la medida que participe de la condición del ser humano que debe enfrentar las consecuencias del pecado personal y social, será más libre para buscar los caminos de la liberación sin alianzas corruptoras ni seguridades económicas.

Así tendrá también realeza. No la que impresiona por los oropeles, las vestiduras, las coronas y las ceremo-nias, sino la que se experimenta cuan-do alguien -persona o grupo social- cumple con su tarea de ser verdade-ramente humano y al servicio de las nobles causas humanas, aunque sea desde una pesebrera.

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Oración de fin de año Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad:

tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias

por todo aquello que recibí de ti.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor,

por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año: el trabajo que pude realizar,

las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé,

las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos,

los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo,

el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero malgastado,

por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho,

y perdón por vivir sin entusiasmo.

En los próximos días iniciaremos un nuevo año. Detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar, y te presento estos días

que sólo Tú sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mi pueblo y para mí la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia,

la claridad y la sabiduría. Danos un año feliz, y enséñanos a repartir felicidad . Amén.

Teresita Falcon

Patrocinadores de TELAR, año 2012ABS Abogados

AcontLa Chinduja

Fundación Cristo AyudaSociedad San Judas TadeoColegio Corazón de María de Antofagasta.

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5ORIENTACIONESContinúa >>

Navidad: misterios y realidades de una fiesta singular

Ninguna celebración penetra tan profundamente como Navidad en los sentimientos personales y colectivos de nuestra civilización cristiana. Aun-que se la haya deformado y paganiza-do en aras del comercio, el consumis-mo sin freno y la celebración carente de alma y sentido. Pero el hecho no es nuevo. Porque la celebración navideña estuvo entrelazada desde sus comien-zos con la fiesta pagana desenfrenada y escandalosa. Y a lo largo de los siglos cada pueblo y cultura fue sumándole rasgos de su propio folclor, sentimien-tos y mitos.

Historia escurridiza

A lo dicho contribuye la escasez de información sobre el nacimiento del Salvador. Hoy por hoy, escépticos y des-creídos no dudan de la existencia histó-rica de Jesucristo. Pero sobre cuándo y cómo nació no abundan las certezas.

Los datos cristianos se asientan en los evangelios “canónicos” o reconoci-dos por la Iglesia como base de la fe. A ellos se suman los llamados “apócrifos” (“escondidos, ocultos”), muy popula-res entre los primeros fieles, pero no aceptados por la Iglesia como patri-monio de fe, debido a su origen o autenticidad dudosos, o a la fantasía oriental de su redacción. Pero ellos consignan los nombres de los Reyes

Magos, el burro y el buey del Pesebre, detalles curiosos sobre la infancia de Jesús y una fuerte base de los dogmas y culto a la Virgen María.

Los evangelios no son crónicas his-tóricas, sino testimonios de los hechos fundamentales y la doctrina del Mesías. Aun así, sólo los de Mateo y Lucas se refieren a su nacimiento. Y lo sitúan en Belén de Judá, como lo anuncia-ra el profeta Miqueas. Según Lucas, allí María dió a luz a su hijo “y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la hospedería”.

Cuándo y cómo fue Navidad

Sobre la fecha del nacimiento no dan datos precisos los evangelios. El monje, teólogo y astrónomo Dioni-sio el Exiguo, el año 533, calculó el comienzo de la era cristiana y lo situó en el 753 de la fundación de Roma. Pero el dato resultó atrasado entre 4 y 11 años. Por tanto, estamos a lo menos en el año 2016 y no en el 2012 desde la Navidad.

Que ésta haya ocurrido el 25 de diciembre no tiene asidero histórico. En los primeros siglos del cristianismo no se celebró esta festividad. El papa san Telésforo la instituyó hacia el año 130, pero se venía celebrando desde el 98 en diferentes fechas. La Iglesia de Oriente lo hacía el 6 de enero, des-

pués dedicado a la Epifanía o “manifes-tación pública” a través de los Magos.

El año 336, el papa san Julio I fijó el 25 de diciembre como la fecha navi-deña con más tradición. Para estable-cerla, la Iglesia se había basado en un hecho netamente pagano. El 24 de diciembre culminaban las celebracio-nes del nacimiento de Mitra, el dios de la luz o “Sol Invicto”. Su base era el solsticio (“el sol se detiene”) de invier-no del hemisferio norte, que ocurre el 21 de diciembre. Entonces dejan de acortarse las horas de luz solar, y el astro rey inicia su repunte. Es como el triunfo de la luz sobre las tinieblas que adormecían la tierra por la escasa luminosidad.

Desde y hacia el paganismo

El 24 de diciembre culminaban también las fiestas solsticiales en honor a Saturno, dios de la fecundi-dad. En las Saturnales se suspendían los trabajos, se demostraba buena voluntad y afecto incluso a los escla-vos, y se repartían regalos. Pero tam-bién se daba rienda suelta al desenfre-no y las bacanales.

Por eso la Iglesia decidió proclamar ese día el nacimiento del verdadero Dios, luz, salvación y vida del mundo, y desterrar los escándalos paganos de la celebración.

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6 ORIENTACIONES

Así comenzó definitivamente nues-tra Navidad. Hoy pareciéramos ir de vuelta al paganismo. La fiesta masiva gira en torno al gran negocio, el consu-mismo desatado y no pocos desenfre-nos. Como en las mejores Saturnales.

¿Dónde estuvo el Pesebre?

El evangelista Lucas menciona tres veces el pesebre donde María recos-tó al Niño, pero no agrega detalles. A mediados del siglo II, algunos estudio-sos lo situaron en una cueva, asumien-do talvez versiones de los evangelios apócrifos o un concepto pagano muy acendrado. Las cuevas o cavernas evo-caban un sentimiento religioso pro-fundo. Se las relacionaba con el centro de la tierra o el vientre materno, fuen-te de vida, y en ellas se celebraban ritos ancestrales. De algunas se asegu-ró que permitían transitar entre la tie-rra y el cielo, y a diversos dioses se les supuso nacidos en cavernas.

San Eusebio de Cesarea, primer historiador eclesiástico (+ 339), señaló cuál sería la cueva precisa de la Navi-dad, y sobre ella se levantó un hermo-so templo.

Pero según san Mateo, la estre-lla navideña señaló a los Magos que el Niño se encontraba en una casa de Belén, donde entraron, lo adoraron y le entregaron sus ofrendas.

Según el contexto, entre el naci-miento y la adoración medió un tiem-po largo. Algunos investigadores creen que aquél pudo ocurrir en una de las cuevas que entonces se utilizaban como hospederías mediante algunas comodidades acordes a la época. Ello explicaría que José haya llevado hasta allí a su esposa parturienta para tener cierta privacidad, ya que en el tráfago y promiscuidad de los alojamientos nor-males hasta los camellos dormían con sus amos. Por eso no habría “lugar para ellos en la hospedería”.

Los pobres fueron privilegiados

Los únicos testigos ajenos a los protagonistas que vieron al Niño la noche misma de Navidad, fueron, al parecer, unos pastores.

Según san Lucas, informados por un coro de ángeles que entonaron “Gloria a Dios en las alturas....”, los afortunados, que custodiaban sus rebaños y dor-mían a la interperie, corrieron hasta el pesebre y veneraron al Salvador.

Fue talvez una opción divina por los pobres. El trascendental acontecimien-to se manifestaría mucho después a los Magos y a otros privilegiados.

¿Eran tres, reyes y magos?

Los evangelios apócrifos dan nom-

bre a Melchor, Gaspar y Baltasar, pero san Lucas, el único de los canónicos que menciona la Epifanía, no dice que fueran tres ni reyes. Lo de “magos” alude a su sabiduría en ciencias ances-trales como la astronomía y la astrolo-gía; no a prácticas de hechicería.

Según san Mateo, llegaron pregun-tando dónde había nacido el Rey de los Judíos, porque habían visto su estre-lla en el Oriente y venían a adorarlo. La conmoción pública del caso los llevó hasta el perverso rey Herodes. Este los orientó hacia Belén, encomendándo-les que “de vuelta le avisaran para ir también a adorarlo”. Lo que en realidad planeaba era liquidarlo. Guiados por la estrella, los Magos encontraron al Niño, pero, avisados en sueños por un angel, volvieron a su tierra por otro camino.

Viéndose burlado, Herodes hizo matar a todos los menores de dos años, en Belén y alrededores. Esto indicaría que los Magos habían visto la estre-lla mucho antes, y que tardaron lar-gos meses en llegar a Belén. En ningún caso habrían arribado la noche de Navi-dad. Parecería también que la Sagrada Familia permaneció un buen tiempo en Belén, viviendo en una casa, no en el establo o cueva del Nacimiento.

¿Que fue la estrella de Belén?

Peritos en ciencias astrales, los

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Magos habrían descubierto una estrella singular, mensajera de que había naci-do aquel gran rey sobre quien segura-mente conocían datos asombrosos.

Armaron un gran viaje para ir a adorarlo, y fueron guidos por la estre-lla hasta la casa del Mesías. Todo ello según el evangelista Mateo.

¿En que consistió una estrella tan especial? Expertos en astronomía supo-nen que pudo tratarse de una “nova” -gigantesta explosión de materias cós-micas-, o de un cometa de luminosidad excepcional. O bien, pudo ser la coinci-dencia de varios planetas colocados en línea, que sumaron así sus brillos. Jus-tamente hay datos de una conjunción entre Marte, Jupiter y Saturno ocurri-da el año 6 de nuestra era. Y recorde-mos que esta última quedó desfasada entre 4 y 11 años por el cálculo de Dio-nisio el Exiguo.

Viejos apuntes chinos y coreanos dan cuenta de una desintegración cós-mica de gran magnitud -una nova-, ocurrida, según la antigua dinastía Han, entre el 10 de marzo y el 7 de abril de nuestro actual año 5 antes de Cristo (aC), que talvez pudo ser el año 1 si Dionisio hubiera calculado mejor; una superestrella lució así en el firma-mento por unos 70 días.

Según los conocimientos actua-les, pudo tratarse también del famo-so cometa Halley, que por 29a. vez

comprobada estuvo de visita en nues-tros cielos en 1986 y lo hace cada 76 años. Es sugerente que, según cálculos de astrónomos norteamericanos, haya venido el año 11 aC (recordemos una vez más a Dionisio), siendo especial-mente brillante en el Medio Oriente.

Pero la estrella bíblica desaparecía, volvía a aparecer, y habría descendido a ras de la casa precisa. ¿Como expli-car esto? Hay quienes ven en ello lisa y llanamente la presencia de un ovni o disco volador, tipo de fenómeno hasta hoy no clarificado. Aunque biblistas actuales sostienen que los desplaza-mientos del astro navideño, más que un hecho real, son un hermoso símbo-lo de la inspiración divina de los Magos.

Y si de conjunciones astrales se trata, no faltan quienes anuncian una para estos mismos días navideños de 2012, la que traería para el mundo consecuencias trascendentales.

La invasión de Papá Noel

El personaje mítico que cruza sobre un trineo los cielos navideños trayen-do regalos a los niños, tiene un origen real. Proviene de San Nicolás, obispo de Bari llamado “el Grande” (+ 324).

Este amaba de preferencia a los más pequeños, y los colmaba de golosinas y regalos en Navidad. Aún hoy sigue siendo patrono bondadoso de los estu-diantes. Su fiesta, el 6 de diciembre, es en los países germánicos tan solemne como la de Reyes; de hecho, en Alema-nia la Navidad comienza la víspera de San Nicolás.

De su roja vestimenta episcopal proviene el atuendo de Papá Noel o Santa Claus, personaje cuya nacio-nalidad se disputan Finlandia, Islan-dia y Noruega. Sea como fuere, “Santa Claus” es el apócope de Sant Niklaus, Sinterklaas o San Nicolás, según el idioma. Y Noel, su diminutivo.

Holandeses emigrantes lo llevaron a Norteamerica. La sociedad del mer-

cado, y en especial la Coca-Cola, hicie-ron el resto. Hoy, el rechoncho persona-je que al ritmo de su risueño “¡jo, jo, jo!” amplifica el supernegocio en que se ha convertido la Navidad, la ha profanado al punto que para muchos ha llegado a sustituir al niño divino de Belén, ver-dadero motivo de la celebración. Con sarcasmo y humor negro, algún cari-caturista crítico ha ilustrado la Navidad colocando a Noel sobre el Pesebre.

Los “belenes” y el árbol navideño

La tierna representación del Naci-miento en nuestros tradicionales “bele-nes” se debe a san Francisco de Asís, quien la realizó por primera vez el año 1223 en la ciudad italiana de Greccio.

El árbol de Navidad cuajado de luces tiene su origen más remoto en las ya explicadas fiestas solsticiales paganas de la luz. Entre sus ritos, se encendía fuego con un leño para ayu-dar al Sol a recuperar su energía tras el invierno.

Se dice que el reformador Martín Lutero llevó a casa el hoy infaltable pino navideño, y le puso cirios y una estrella en la punta para deleite espiri-tual de sus hijos. Como fuere, en Alsa-cia, al este de Francia, esta tradición aparece ya en el siglo XV. En 1521 se la detalla en las cuentas de la ciudad alsa-ciana de Selestat, y hay un documento más antiguo en la alemana de Friburgo. El 17 de diciembre de 1555 los conceja-les de Selestat -como ecologistas pio-neros- tuvieron que prohibir bajo cas-tigo la tala navideña de pinos, que cau-saba estragos en los bosques. El pino verde, llamado mai, mayen o meyen, era signo de la regeneración vegetal y, por tanto, de la vida. Un excelente sím-bolo de Navidad.

Alfredo Barahona Zuleta

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8 VIDA CLARETIANA

Andacollo:

Un santuario secular, sobre un reino de metal

Andacollo, sufrida localidad minera de unos 10.000 habitantes, se ubica 54 kilómetros al sureste de la ciudad costera de La Serena –situada unos 480 km al norte de San-tiago, la capital chilena- y a más de 1.000 metros sobre los contrafuertes de la precordillera andina. Famosa por su his-torial de ricos “lavaderos “ de oro a la llegada de los conquis-tadores españoles, con el tiempo su riqueza fue arrasada por empresarios y aventureros de diversa laya. Hoy sobrevi-ve, con graves problemas sociales, sobre la base de media-nas y pequeñas explotaciones de cobre y oro, a la sombra de dos empresas mayores que han contaminado severa-mente el entorno.

Se cree que los fundadores del pueblo fueron emisarios de los incas peruanos, quienes en 1420 se apoderaron de sus riquezas y lo transformaron en una colonia minera. De ahí precisamente el nombre de origen quechua Anta–Coya, que significa “reina del metal”.

Hacia 1570, un habitante del lugar que cortaba yaretas y espinales para hacer fuego encontró una imagen peque-ña de María, la madre de Jesús. Al parecer, algún español que huía de un ataque aborigen arrasador contra La Sere-na la dejó escondida en unos matorrales. Los sublevados habían recuperado su tierra destruyendo la ciudad y matan-do a casi todos los invasores. La estampida de los pocos que salvaron con vida fue colosal. Y entre las consecuencias, la pequeña imagen de madera que representaba a María apa-reció en las alturas de Andacollo entre unas matas de cha-guar. El afortunado descubridor y sus vecinos iniciaron su culto en una humilde choza.

Una devoción de cuatro siglos

Con el tiempo, la imagen mariana pasó de la choza a una capilla con techo de coirones; después a otra más grande; más tarde a un templo de adobes y frontis de piedra, y final-mente a la actual basílica –nominada tal en 1998- con capa-cidad para diez mil personas. Allí el pueblo de Andacollo y miles de peregrinos siguen venerando a quien llaman cari-ñosamente “la Chinita”, por su rostro de rasgos aborígenes.

Los misioneros claretianos llevan más de un siglo al ser-vicio del santuario y la Chinita. Llegaron en 1900, y esta fue su primera parroquia en el mundo.

Aunque los peregrinos y visitantes suben hasta Anda-collo todos los días, dos son las grandes fechas que reúnen cada año a cientos de miles de devotos: el primer domingo de octubre, en la llamada Fiesta Chica, y el 26 de diciembre, en la Fiesta Grande.

Este año, TELAR participó en las celebraciones del mes de octubre. He aquí algunos testimonios.

Una Chinita entre la niebla

Una densa neblina, un frio intenso y una llovizna per-sistente, inusuales en primavera, marcaron el pasado 7 de octubre la Fiesta Chica de “la Chinita”.

Aunque se denomine “chica”, la celebración del primer domingo de octubre atrae cada año unos cien mil peregri-nos e incontables grupos de bailes religiosos. Algunos de ellos se quejaban, no precisamente del clima, sino por la

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9VIDA CLARETIANA

incomodidad de bailar en las calles de Andacollo, cuya prin-cipal arteria, Urmeneta, era sometida por esos días a cam-bios importantes para convertirla en un paseo peatonal. El rector y párroco, P. Eduardo Huerta, hijo de Andacollo, con-sidera que la obra será “un regalo para el pueblo”, por lo que llamó a tener paciencia por las incomodidades.

Y aunque la controversia crecía entre los que agrade-cían la llovizna y quienes sentían que la niebla y el frío opa-caron la festividad, los eufóricos bailarines de hermosos y coloridos atuendos continuaron danzando el día entero en torno a la imagen de María y en el amplio perímetro de la plaza del pueblo.

Miembros de la Cruz Roja dijeron que esta vez hubo pocos casos de danzantes extenuados y sin aliento, que otros años llegan a buscar auxilio por insolación o deshidratación.

Los bailes seculares

No se puede hablar de la devoción a “la Chinita” sin refe-Continúa >>

rirse a un elemento esencial: los bailes religiosos. Son un rasgo típico de celebración que proviene de las culturas aborígenes atacameñas. Se los encuentra tanto en las boli-vianas como en las del norte de Chile y de Argentina.

La Virgen andacollina heredó esta tradición ancestral, y es destacable que el primer baile religioso, llamado “Chino”, haya sido fundado en 1584. No en vano Andacollo es el san-tuario mariano más antiguo de América después del mexi-cano de Guadalupe. Es también la más antigua advocación mariana netamente chilena.

De la antigua raíz del baile “chino”, que según los entendi-dos no alude a súbditos de China sino a una raíz incaica que significa “servidor”, surgieron con el tiempo numerosos gru-pos, que se clasifican en Chinos, Danzantes, Turbantes y de Per-cusión Gruesa. Mantienen incólume su objetivo religioso de veneración a la Virgen, dentro de una notable y bien estruc-turada organización. En ambas fiestas, miles de danzantes se turnan para ofrecer esta manifestación de amor a su Madre durante todo el día.

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10 VIDA CLARETIANA

Símbolos nuevos

Lo nuevo de la Fiesta Chica fue esta vez la apertura del “Año de la Fe”, que el arzobispo de La Serena, don Manuel Donoso, aprovechó para pro-clamar ese día. “El papa Benedicto XVI ha instituido un año entre octubre de 2012-2013, como un desafío para reflexionar sobre cómo vivimos la fe”, explicó el rector del santuario.

La Chinita lució en su celebración una corona de oro hecha con dona-ciones de los mineros andacollinos. Por eso, “esta corona tiene muchos motivos mineros: lamparitas, palas, morteros, mazos...; es realmente una joyita”, precisó el rector. Se recobraron además viejas tradiciones: la sagrada imagen lució una luneta de condeco-raciones que se utilizó hasta 1980 y que ahora se busca res-catar. Tiene las insignias institucionales de las fuerzas arma-das, y al centro una cruz de Malta. “Eso le da a la Virgen María un rango nacional como Reina de Chile y un sentido univer-salista, ya que la Cruz de Malta es símbolo de la evangeliza-ción universal, adoptado por los religiosos franciscanos que custodian Tierra Santa”.

Este año se instituyeron además las llamadas “vísperas solemnes” como inicio de la festividad: repicaron campanas, se cantaron himnos, hubo recitación de salmos y textos bíbli-cos, y se incensó la imagen de María; todo ello según preci-sos cánones litúrgicos.

Educar en materia litúrgica es todo un desafío -dice el rec-tor-; no se quiere que la gente llegue a rezar en forma indi-vidual, a hacer aclamaciones y gestos de piedad sin el verda-dero enfoque hacia la fe en Cristo. “Hay en esto un gran vacío que es propio del pueblo, pero lentamente se va educando la fe y se la llena de contenidos más ricos, sobre todo en tiem-pos de ecumenismo, donde la piedad mariana no debe des-plazar la figura de Cristo”.

Los regalos del pueblo

Entre los obsequios más usuales que recibe la Chinita están decenas de largas trenzas de jóvenes que se las cortan frente a su imagen como muestra de cariño o para cumplir una promesa. Esos cabellos, explica el párroco, son llevados a Santiago, donde una casa especializada confecciona hermo-sas pelucas que luce la sagrada imagen en sus fiestas.

Algunos exageran la nota –cuenta el P. Huerta-; como un

peregrino que insistió en que le corta-ra él mismo una enorme y rizada mele-na, para que con ella le hicieran una almohada a la Virgen. “No hubo caso; tuve que hacerlo, porque recalcó que su ”manda” o compromiso con la Virgen era que el propio párroco debía cortár-sela; asi que, máquina en mano y frente de todos, procedí a raparlo”.

Entre las donaciones y exvotos por favores que se agradecen a la Chinita hay numerosas joyas, diplomas de títu-los profesionales recién logrados, foto-grafías de niños ofrecidos a la Madre de Jesús, muletas y bastones de enfermos que volvieron a caminar, peluches, cas-cos mineros y miles de otras ofrendas que el santuario conserva con gran cui-dado en un interesante museo.

Realidades dolorosas

La homilía del arzobispo Donoso, en la celebración mayor de la jornada, se centró en situaciones de escándalo que últi-mamente han remecido a la iglesia chilena. Señaló que un pastor no puede dañar a sus ovejas, en clara alusión a actos de inmoralidad de algunos clérigos y religiosos que han impactado profundamente al pueblo cristiano. “Fue muy directo sobre los escándalos que han ocurrido en ese plano” comentó el párroco.

El arzobispo denunció también la mala distribución de la riqueza y el crecimiento económico sin una distribución equitativa de los bienes. “Eso muestra -subrayó- la brecha escandalosa que tenemos en nuestro país y en el resto de Latinoamérica”.

Bajo una suave llovizna se organizó la tradicional proce-sión con que culmina cada fiesta. La imagen de María –cuida-dosamente restaurada hace poco- fue cubierta con un plás-tico protector trasparente, y como madre amorosa recorrió algunas calles del pueblo en andas cargadas por hombros endurecidos de mineros. Miles de peregrinos la aplaudían y aclamaban en forma bulliciosa. Los testimonios de fe, amor, esperanza en tiempos mejores o compromiso de una vida cristiana más consecuente, darían para largas páginas elo-cuentes del fervor popular.

Tras la fiesta mariana miles de peregrinos retomaron sus caminos de regreso, bajando de la montaña con la alegría dibujada en sus rostros.

Silvia Yermani ValenzuelaAlfredo Barahona Zuleta

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11VIDA CLARETIANA

Andacollo, acosado por contaminaciones y venenos

El pueblo de la “Chinita” sufre los embates de las empresas mineras insta-ladas en la zona muy cerca del área urba-na, que explotan el oro y el cobre. Las dos principales son Dayton y Carmen.

Hace cinco años, con ocasión de

la fiesta religiosa, los vecinos coloca-ron un lienzo gigante con una leyenda clara: “¡basta de contaminación!” Fue la primera denuncia pública de la comu-nidad local para mostrar esta preocu-pante realidad a los peregrinos. Bajo el nombre de Agrupación para el Con-trol del Medioambiente y Desarrollo Comunal de Andacollo, CMA, el movi-miento social en la zona no se ha dete-nido desde entonces; ha denunciado como principales problemas la mala calidad del aire; el abuso de los recur-sos hídricos por las empresas mine-ras, y el daño que provoca su consu-mo; la contaminación acústica a raíz de las constantes explosiones en los procesos extractivos, y la instalación de empresas metalúrgicas en el sector poblacional de El Manzano.

Plan de descontaminación

“Como pueblo hemos sido muy críti-

cos frente a las dos empresas mineras, por el problema de la contaminación del aire. En abril de 2012 realizamos una marcha en que estuve en la pri-mera fila”, cuenta el párroco, P. Eduar-do Huerta. Su preocupación por los efectos que ello provoca en la salud de los habitantes de su ciudad lo ha llevado a estar muy presente en accio-nes ciudadanas contra la contamina-ción. Explica que luego de la protes-ta, se estableció una mesa de diálogo entre autoridades de la municipalidad, grupos ambientalistas, organizaciones comunitarias y las propias empresas mineras.

El alcalde subrogante, Wilson Nuñez, señaló a TELAR que la grave-dad de la contaminación se ha mitiga-do gracias a ese plan, que encabeza el municipio local.

“Las mineras están ubicadas a metros del sector urbano, y toda su actividad, por mínima que sea, afecta a los habitantes. Hemos sufrido situacio-nes muy críticas, llegando a ser consi-derados ‘zona saturada’, por sobrepa-sar de manera permanente los lími-tes ambientales aceptables”, precisa el edil. La conciencia ciudadana elevó la alarma. Las protestas masivas surtie-

ron efecto, y se instaló una mesa de trabajo permanente.

“En los últimos años, los índices que a través de estaciones de moni-toreo miden el material particulado en suspensión, han bajado ostensible-mente; lo que no significa que tenga-mos un aire limpio y descontaminado”.

El párroco tiene confianza en lo que se está haciendo:

-Creo que el ambiente está mejo-rando gracias a esa mesa de negocia-ción. Ahora, cuando el viento sopla hacia el área urbana, las empresas mineras no pueden producir “trona-duras” o explosiones removedoras de material. Primero se estudia hacia dónde va el viento, y dependiendo de su dirección se hace o no la trona-dura, para que el polvo no llegue a la ciudad”.

Tortas de relave

Otro grave problema que afecta a los habitantes es la presencia de numerosas “tortas de relave” o montañas de desechos que producen las faenas de extracción minera. Son depósitos de material estéril que pasan a ser fuente de contaminación

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ambiental permanente, ya que su diseminación por el viento ingresa a los pulmones de los vecinos o contamina con elementos tóxicos las napas de aguas subterráneas.

En 2010 el incisivo Centro de Inves-tigación Periodística, CIPER –famoso por sus fundadas denuncias de pro-blemas, abusos y corrupciones-, publi-có un reportaje sobre los efectos en la salud de la población que generan en Andacollo estos verdaderos basurales cancerígenos:

“Hemos encontrado un alto nivel de enfermedades neurológicas y neu-rosicológicas en las personas mayor-mente expuestas a fuentes contami-nantes de metales pesados…”

Estas “tortas de relave” contienen toneladas de mercurio, explica el doc-tor Daniel Moraga, de la Universidad Católica del Norte, quien ha dedicado años de su vida a estudiar los efectos en la salud de las personas que trabajan o viven cerca de una mina y sus dese-chos. Precisa que aún no se ha logra-do dimensionar totalmente el costo que esto ha causado en la salud de los

andacollinos, pero hay estadísticas pre-ocupantes. Como la que indica que en 2004 la tasa de muertes por enferme-dades pulmonares en Andacollo marcó el doble que la del resto de Chile.

Se estima que hay tortas de relaves con décadas de antigüedad; algunas podrían tener entre 150 y 200 años. Hay planes para erradicarlas del cen-tro urbano de la comuna minera, ya que muchas se encuentran cerca de viviendas, plazas de juego y escuelas. Cubiertas maliciosamente con tierras de relleno cuando se urbanizaron esos terrenos, constituyen hoy verdaderas fuentes de venenos bajo el suelo.

¿Y el agua, qué?

Otro grave problema que sufren los vecinos de Andacollo es la escasez de agua. El alcalde subrogante Nuñez explica que el agua no se extrae de Andacollo, sino que viene de la cuen-ca de Pan de Azúcar en la comuna por-tuaria de Coquimbo. Aunque se sostie-ne que la calidad del agua en Andaco-llo se halla dentro de normas interna-

cionales, sus niveles están en el límite de lo permitido -explica-. “La escasez actual de lluvias hace que la calidad del agua empeore”.

El municipio ha debido abastecer con camiones aljibes los sectores de secano, es decir, donde la agricultura depende sólo de las aguaslluvias. La situación se ha tornado crítica debido a una persistente sequía que afecta al norte agrícola chileno. Se suman a ello los problemas de salud que han surgido en la zona. El párroco Huerta afirma que la mala calidad del agua en la zona pro-voca problemas gástricos a la población.

“Un dato no menor es que las pro-pias empresas mineras entregan a sus ejecutivos y trabajadores agua embo-tellada para beber. Ellos no consumen el agua potable del pueblo, porque saben que contiene minerales peligro-sos. Nosotros, en la parroquia, hemos adoptado igual medida. El agua de cañerías la usamos para la ducha y otras necesidades, pero jamás para beber”.

S.Y.V.-A.B.Z.

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Tortas de relave de Andacollo. Plan de descontaminación de relaves en Andacollo.

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13VIDA CLARETIANA

El trémulo rostro de la pobreza se ilumina cuando junto a los misioneros Rubén Infantino y Carlos Calgaro, de la parroquia San Jorge de Florencio Varela, TELAR visita a las familias que viven en extrema pobreza en esa localidad ubi-cada unos 38 kilómetros al sur de Buenos Aires.

En medio de la calles polvorientas de la villa Sol de Humahuaca, los niños corren descalzos a nuestro encuen-tro. Los saludos se multiplican, las sonrisas se hacen amplias, los curas conocen a cada poblador por sus nombres. Hay una complicidad implícita en las miradas, los gestos, las palabras, los abrazos... No podría ser de otro modo. ¿Cómo borrar de la memoria ese frío amanecer del día en que jun-tos participaron en la “toma” de esos terrenos?

Fue la madrugada del 23 de agosto de 2011 cuando, con palos, estacas, lienzas y mapas del sector, más de 40 fami-lias participaron en la titánica tarea de ganarse un pedazo de tierra y apropiarse de escasos metros cuadrados donde construir un techo para ellos y sus hijos.

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Florencio Varela, Argentina:

Una valiente lucha de los más pobres, por un techo y su dignidad

Silbina, junto a su hijo Aarón y el P. Carlos Calgaro. La misión humanitaria de los claretianos en la toma de terrenos de Villa Sol de Humahuaca, es altamente

valorada por los pobladores.

En las precarias viviendas construidas de material ligero en Villa Esperanza, sus habitantes deben luchar a diario contra vecinos que en ocasiones cometen robos cuando no hay un morador.

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14 VIDA CLARETIANA

Silbina, 27 años, dos hijos -Aarón de 4, Sofía de 6 y y un bebé en camino-, recuerda:

-Supe que venía esta toma y me anoté. Hubo que tur-narse para dormir en una carpa durante siete meses. Vein-tiuno cabíamos en ella, así que un día veníamos unos, otros días, otros. Lo más difícil era carecer de un baño y estar sin agua; y cómo hacés para traerla, para comer… De dónde vas a sacar, con quién vas a juntarte para compartir... Uno es grande. Yo tomo unos mates, tengo un poco de agua y ¡ya está! Pero los niños no; ellos necesitan comida, pañales, remedios, y si no vas a trabajar, no tenés para comprar. Yo tuve que dejar de trabajar para poder estar en la toma. Tenía un puesto de calzados en la feria, pero ahora sólo trabaja mi esposo en metalurgia.

La presencia de los misioneros claretianos, que acaban de cumplir 25 años en ese populoso sector, ha jugado un papel muy importante en el destino de cientos de familias que han sentido su acompañamiento y su modo de hacer iglesia vinculándose con las necesidades y procesos de lucha de esta zona ubicada en los márgenes de la gran urbe que es Buenos Aires. Allí las familias, en su mayoría parejas muy jóvenes con tres o cuatro hijos menores, logran afano-samente levantar sus precarias viviendas, las que, aun des-pués de un año y tres meses, siguen luciendo los cartones, nylon y latas con que llegaron para cubrirse. Otras han podi-do comprar una casilla (mediagua), y los más afortunados avanzan construyendo en material concreto.

“ Nunca vi aquí una sotana” La vulnerabilidad está presente en cada momento:

cuando el clima cambia, se deja caer una lluvia torrencial o un temporal hace brincar los cielos bonaerenses; cuando el camión municipal demora 15 días en traer el agua, o cuan-do la ambulancia se niega a ingresar por esas calles panta-

nosas, o la electricidad se corta. Aun así se les ve contentos y agradecidos. La misión

humanitaria de los claretianos ha profundizado la amistad y los afectos. Gustavo Masías (40 años), un corajudo delega-do comunal, no logra encontrar las palabras cuando le pre-guntamos qué significa para él y su familia la misión que realizan allí los misioneros de la parroquia San Jorge. Nos mira fijo, y sus ojos se humedecen. Luego de un largo silen-cio, se recobra y lanza precisa su observación:

-Ellos no tienen necesidad; podrían quedarse hacien-do una misa, ¡y ya! Pero no; los he visto dormir con noso-tros, amontonados todos arriba de una camioneta, pasan-do frío para que nos den bola las autoridades. Carlos ( el P. Carlos Calgaro) se aguantó miles, y también salimos a putiar a los políticos, porque no tenemos otra... ¿Sabés?, yo digo: la sotana no la veo nunca, pero veo el corazón que ellos tie-nen con nosotros.

El respeto ganado por esos claretianos se comparte, como la misión, con un equipo laico que integra la trabaja-dora social Flavia Cambell, con el apoyo de ONGs y organis-mos de derechos humanos que dan apoyo jurídico. El dele-gado vecinal lo destaca: “vos no sabés el respeto que les tenemos. Ellos nos han acompañado en todo, y siempre tie-nen una respuesta para nosotros”.

Gustavo, cuya locuacidad es abrumadora, asegura que esta entrevista le resulta terapéutica, porque puede contar lo que han soportado los pobres de los asentamientos en Florencio Varela: “fue toda una lucha. Hubo mucha gente que pasó frío, lluvias, se han enfermado los niños, todos en medio de la mugre, con ratas… Y te digo, esperamos que el gobierno nos apoye, pero no queremos regalos. A veces dicen que el argentino es ventajero. Hay algunos, claro, pero quisiéramos poder comprar estos lotes. Son pequeños, de 8 por 20 metros; no estamos agarrando 40 por 100 metros. Es sólo para vivir dignamente”, subraya.

Los misioneros Rubén y Carlos comparten las alegrías de las jóvenes parejas que ya se sienten satisfechas sólo con haber

logrado un pedazo de tierra que dejarles a sus hijos.Tarde de juegos y alegria infantil en Villa sol de Humahuaca.

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15VIDA CLARETIANAContinúa >>

“El Estado argentino aquí no existe”

En otra de la tomas a la que accedimos, en el barrio Luján, la situación es aun más precaria. Sólo a mediados de este año se inició ese proceso, donde la mayoría de las fami-lias está compuesta por inmigrantes paraguayos o del inte-rior de Argentina. El hermano Marcos Niclis, quien integra el equipo claretiano de la parroquia San Jorge de Floren-cio Varela, explica que ha sido un duro trabajo organizar a la gente. “El Estado argentino acá no existe, no responde a nada; entonces yo digo: o dejamos este caos, o tratamos de ordenar un poquito, en la medida posible”.

La toma de terrenos en el asentamiento de Luján se hizo sin ninguna organización previa, por lo que Marcos agre-ga: “debimos apoyar, y comenzamos a diseñar los planos, los lotes, las listas de familias, las manzanas, y ubicar a cada familia en un lote”.

Luego señala: “Es una situación muy compleja, difícil de explicar en pocas palabras. Acá entra la corrupción políti-ca, llegan bandas que negocian con la policía para tratar de sacar a la gente. Existe otra cantidad de inescrupulosos que toman un terreno y luego lo venden a otras familias, lucran-do con la necesidad de la gente”.

En el caso de la toma en Luján, se produjo mucha vio-lencia y la gente estaba armada, cuenta el Hno. Marcos. Nos presenta a Cristina Rodriguez, una valiente luchado-ra a quien le costó golpes y la prisión el haber ayudado en la toma de Luján por defender a sus compatriotas paragua-yos. “Ese 11 de julio, temblaba de frío, creí que me queda-

ría dura. Pero dije: tengo que aguantar. No perdí nunca la fe en Dios, y allí me estuve, hasta que me agarró un policía y me dijo: paraguaya de mierda, te voy a destruir. Te habla un argentino”.

Por cierto, admite el Hno. Marcos, esto ha traído un gran costo en la salud síquica de todos, porque una vivencia lími-te así trae aparejado un fuerte estrés, que irremediablemen-te también les ha tocado experimentar.

Felices de servir a Jesús entre los pobres

Los misioneros Rubén, Marcos y Carlos, y la trabajado-ra social Flavia Cambell, no cambiarían por nada el destino

El hermano Marcos Niclis, coordina acciones con los delegados vecinales de Villa Luján. Los problemas de delincuencia, drogas, presencia de ratas, necesidad de alumbrado y detectar a los que negocian con los lotes, son los temas que allí se discuten.

Gustavo, junto a su esposa, Susana, y dos de sus siete hijos.

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16 VIDA CLARETIANA

misionero elegido. Todos coinciden en que ha sido tiempo de gracia y aprendizaje para ellos. Marcos, con cinco años de vida misionera en Florencio Varela, siente que sintoniza con este proyecto de la parroquia San Jorge, ocupada de la problemática de la tierra. “Como equipo nos complementa-mos, pero a veces no es fácil. Tenemos el desafío de acom-pañar al que sufre y brindarle estrategias para que avance en su dignidad, más allá de los logros que se alcancen”.

En la mirada azul de Flavia se advierte un profundo ánimo de ayudar a crecer a los más humildes:

-Cada vez que llego a Varela me siento contenta; me genera alegría saber que puedo aportar con un granito de arena, y eso tiene sentido. Aquí crece mi vocación: he aprendido mucho, tanto en lo profesional como en cono-cer la enorme humanidad de los más humildes, que buscan trascender a través de sus hijos. Siempre te dicen: esto es lo que les vamos a dejar a nuestros hijos. Es algo tan concreto y sencillo, pero es un valor importante para ellos.

Carlos Calgaro, quien lleva dos años misionando en San Jorge, asegura que estar entre los pobres es donde un cla-retiano afirma su vocación y su carisma.

-Siento que ven a un Dios en carne y hueso y que está presente entre ellos. Es importante ayudar a que ellos tomen conciencia de que solos no pueden lograr una vida más digna; que hace falta la organización. Para mí la oración es el encuentro con la gente, con los pobres y en las zonas marginales. Aquí se hace sacerdocio. Siempre digo que el mundo de hoy necesita el anuncio de Jesucristo, y aquí se hace explicito. No hay manera de ser cristiano si no defien-des al pobre.

El párroco Rubén Infantino, quien cumplió siete años entre esa gente sencilla, dice: “vivir entre los pobres será siempre un lugar de aprendizaje, porque es estar donde eli-gió Jesús para anunciar la Buena Noticia. Para mí ha sido una experiencia de fe, quizás las más profunda que me ha tocado vivir. Si no pudiera estar entre ellos, me secaría por dentro. Trabajar en medio de los pobres me convoca y es lo que hoy entendemos como evangelizar, porque ya no se trata de hacerlo siempre dentro del templo. Hoy debe hacerse con la gente, y que ellos se sientan acompañados en su lucha por una mayor dignidad”.

Valga señalar que la tenencia de un pedazo de tierra a través de una conquista colectiva es quizás una de las for-mas más legítimas de alcanzar ese derecho cuando el Esta-do da la espalda y sólo se cuenta con esta acción solidaria que viene expresamente de la mano de Dios.

Silvia Yermani V.

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Una hermosa niña luce como una flor en medio de la pobreza allí reinante.

Las carretas tiradas con caballos son el medio de transporte más común entre los pobladores de los asentamientos de Florencio Varela.

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17REFLEXIONES

Vaticano II respondió a los interro-gantes de la sociedad occidental en 1962. En 1968 comenzaba abrupta-mente una revolución total que atin-gía todos los dogmas y toda la moral tradicional así como todas las estruc-turas institucionales de la sociedad. Vaticano II respondió a los problemas de 1962, pero no tenía nada para dar respuestas a los desafíos de 1968.

Las manifestaciones de la revolu-ción de los estudiantes eran el comien-zo de una era nueva que todavía está en pleno desarrollo hoy día. El cambio de toda la política, la educación, los valores morales, la organización de la vida y la economía.

a. 1968 significó una crítica radical de las instituciones establecidas y de los sistemas de autoridad. Era una crí-tica a todas las autoridades establecidas que mandan por la fuerza de las estruc-turas y hacen de todos los ciudadanos los prisioneros de las instituciones. Claro está que la Iglesia católica está incluida en esa crítica. La Iglesia era el modelo típico de un sistema institucional radicalmente autoritario. Ella fue inmediatamente ata-cada y denunciada con vigor. Los cam-bios conciliares, tan tímidos, no podían convencer a la nueva generación.

 b.  1968 inició una lucha contra

todos los sistemas de pensamiento.

Los sistemas son expresiones de domi-nación intelectual. No se acepta, pues, ningún sistema que tenga la preten-sión de ser “la verdad”. Con eso sufren los dogmas y el código moral de la Iglesia, y toda su pretensión de “magis-terio”. Ahora la nueva generación con-testa todo el sistema doctrinal, porque ese sistema no permite el libre ejerci-cio del pensamiento.

 c.  Simultáneamente hubo la

explosión de la revolución feminis-ta. El descubrimiento de la píldora que permite evitar la fecundación y, por lo tanto, facilita la limitación de la natali-dad, despertó un entusiasmo universal

El Concilio Vaticano II realizó sus sesiones entre 1962 y 1965. Su vigencia real fue también de tres años: de 1965 a 1968. A partir

de este último año cambió el mundo, y la Iglesia católica quedó de nuevo desfasada dando respuestas a preguntas que ya nadie

se hacía. En 1968, con la revolución de los estudiantes en Francia, comenzó un nuevo código de valores y una nueva lectura de los

procesos sociales y de la misma vida humana. En un escrito póstumo del destacado teólogo popular Joseph Comblin, fallecido en Brasil en

marzo de 2011, se analiza con sentido crítico esta realidad. He aquí sus principales reflexiones.

El Vaticano II duró 3 años, y ... ¿después qué?

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Joseph Comblin

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18 REFLEXIONES

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entre las mujeres que tomaron conoci-miento de la novedad. Era un elemen-to básico en la liberación de las muje-res,  que dejaban de ser totalmente dependientes de maternidades repe-tidas. Era una novedad para la Igle-sia también. Nada había en la Biblia sobre esa tecnología. Los episcopados de los países más desarrollados social-mente, los teólogos consultados por el Papa manifestaron que no había nada en la moral cristiana que pudiera condenar el uso de la píldora. Pero el Papa se dejó impresionar por el sector más conservador aunque minoritario, y publicó la encíclica Humanae Vitae, que fue como una bomba. Fue una revuelta inmensa entre las mujeres católicas. Estas  no aplicaron la prohi-bición papal y aprendieron la desobe-diencia. De esa fecha viene la huida de las mujeres. Ahora bien, las muje-res son  las que trasmiten la religión. Cuando las mujeres dejaron de ense-ñar la religión a sus hijos, aparecieron generaciones que lo ignoran todo del cristianismo.

 d.  1968 y  la sociedad de consu-

mo. Hasta entonces el consumo estaba orientado por las costumbres. Había un consumo moderado y limitado. A partir de la década de los 60, el trabajo dejó de ser el centro de la vida. En adelante, en el centro está la busca del dinero y el consumo festivo. La mismas estruc-turas sociales estimulan el consumo, y los que no pueden consumir se sien-ten rechazados por la sociedad. Desde entonces la gente gasta lo que no tiene y paga en 12, 48, 70 meses sus compras. Se puede consumir sin poder pagar inmediatamente.

 

e. El capitalismo descontrolado. La supresión de todas las leyes que controlan los movimientos de capitales estimula la carrera hacia la riqueza. Una nueva moral cualifica a la gente por el dinero que acumula y por la ostenta-ción de su riqueza. En adelante los due-ños del capital hacen lo que quieren y como quieren, con el riesgo de provo-car crisis financieras de las que las vícti-mas son los pequeños. En América lati-na, la Iglesia reacciona muy tímidamen-te a la conquista económica por los grandes centros capitalistas mundia-les. En la práctica, la Iglesia va a olvidar-se de Gaudium et Spes y aceptar la evo-lución del capitalismo descontrolado. La doctrina social de la Iglesia perdió todo significado profético, porque en la práctica nada se aplicó a casos concre-tos. En la práctica, el magisterio aceptó el nuevo capitalismo.

Nada de eso fue provocado por el Concilio. No se puede atribuir a Vati-cano II todo lo que sucedió como con-secuencia de la gran revolución cultu-ral del Occidente. Pues esa revolución tuvo inmediatamente repercusiones en la juventud de la Iglesia. Todos sin-tieron que la institución de la Iglesia estaba profundamente cuestionada y desprestigiada. Ese desprestigio no vino de Vaticano II sino de la gran cri-sis cultural. El efecto más visible fue la crisis sacerdotal. Unos 80.000 sacerdo-tes dejaron el ministerio. Casi todos los seminaristas abandonaron los semina-rios. Esto fue atribuido al Concilio por todos sus adversarios.

La reacción de la Iglesia fue lo que se podía temer

Los Papas y muchos obispos acep-taron el argumento de los conserva-dores de que los problemas de la Igle-sia venían del Vaticano II. Varios teólo-gos que habían sido defensores de los documentos conciliares, cambiaron y adoptaron la tesis de los conservado-res, entre ellos el mismo Papa actual. Decían que el Concilio “fue mal inter-pretado”. Por eso, el Papa convocó un sínodo extraordinario en 1985 por ocasión de los 20 años de la conclu-sión del Concilio, para luchar contra las falsas interpretaciones y dar una inter-pretación correcta.

En la práctica, la nueva interpreta-ción, la “correcta”, consistía en supri-mir todo lo que había de nuevo en los documentos de Vaticano II. Una señal muy simbólica fue la condena-ción de la expresión “pueblo de Dios“. Se acabó la época de las experiencias, decía Juan Pablo II.  Prácticamente, lo que se hizo fue cerrar las puertas y las ventanas para cortar la comunicación con el mundo exterior, y reforzar la dis-ciplina para evitar las huidas. Pero no se logró evitar las huídas. El problema es que la Iglesia ya no tiene un inmen-so campesinado pobre. En América lati-na los pobres se van a los evangélicos.

Desde entonces, en el lenguaje ofi-cial se hace referencia al Concilio, pero

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19REFLEXIONES

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su mensaje permanece ignorado. La juventud, incluso los nuevos sacerdo-tes, no saben lo que fue ese Concilio Vaticano II, que para ellos no ofrece ningún interés. Están más interesados en el catolicismo anterior al Vaticano II, con su seguridad, sus bellezas litúrgicas y la justificación de un autoritarismo clerical que les salva de los problemas.

La reacción de la Iglesia fue la vuel-ta a la disciplina anterior. El símbo-lo de esa reacción fue el nuevo códi-go de derecho canónico, en el que se mantiene toda la estructura eclesiásti-ca del código de 1917 con un lengua-je menos autoritario y más florido. El nuevo código cerró las puertas a todos los cambios que se podrían inspirar en Vaticano II. Hizo a Vaticano II histórica-mente inoperante.

En el mundo, la prioridad dada a la lucha contra el comunismo – un comu-nismo ya en plena decadencia – hizo que la Iglesia aceptara con silencio el capitalismo desenfrenado que se ins-taló en la década de los 70. En Amé-rica latina el Vaticano apoyó las dicta-duras militares y condenó todos los movimientos de transformación social a nombre de la lucha contra el comu-

nismo. Desde el gobierno de Reagan, la alianza con los Estados Unidos fue fiel hasta la guerra de Iraq, que al fin abrió los ojos del Papa por un momento.

En América latina, la reacción de la Iglesia a la revolución cultural que empezó en el mundo desarrollado fue muy dolorosa. Destruyó algo nuevo que estaba naciendo. Pues, en Améri-ca latina, Vaticano II significó un cam-bio real. Pablo VI convocó la asamblea de Medellín, que cambió los rumbos de la Iglesia porque sacó del Conci-lio conclusiones prácticas. Decidió la opción por los pobres y el compromi-so por un cambio social radical, legi-timó las comunidades eclesiales de base y la formación de los laicos por la Biblia, por la acción política. Las CEBs fueron una estructura nueva en la que los laicos tenían una real iniciativa y un real poder aunque limitado.     Lo que queda de Vaticano II

Hoy en día, las reformas logradas por Vaticano II nos parecen muy tími-

das y totalmente inadecuadas por su insuficiencia. Habrá que ir mucho más lejos, porque el mundo ha cambiado más en los últimos 50 años que en los 2.000 años anteriores.

De Vaticano II destacamos lo siguiente que debe permanecer como una base para las reformas futuras:

-El retorno a la Biblia como referencia permanente de la vida eclesial por encima de todas las elaboraciones doctrinales ulteriores, por encima de los dogmas y de las teologías.

-La afirmación del pueblo de Dios como participante activo en la vida de la Iglesia.

-La afirmación de la Iglesia de los pobres.

-La afirmación de la Iglesia como servicio al mundo y sin busca del poder.

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20 REFLEXIONES

-La afirmación de un ecumenismo de participación más íntima entre las iglesias cristianas.

-La afirmación del encuentro entre todas las religiones o pensamien-tos no religiosos.

-Una reforma litúrgica que use sím-bolos y palabras comprensibles para los hombres y las mujeres contemporáneos. Las comisiones formadas después de Vaticano II dejaron muchas palabras y símbo-los totalmente sin significado para los cristianos de hoy y son obstácu-lo para la misión.

Dónde enfocar la mirada

a.- La religiónNuestros contemporáneos dejan

los actos litúrgicos oficiales de la Igle-sia, porque los encuentran aburridos. La misa habitual es aburrida, salvo en algunas circunstancias muy especiales en las que aparecen miles de personas. La repetición de  “domingos del año” durante tantas semanas es algo abu-rrido. El lenguaje litúrgico es peor, por-que se hace en lengua popular. Cuan-do la liturgia era en latín, era mejor porque no se entendía. Una vez que se entiende, se nota que el estilo es insoportable. Usa un  lenguaje pom-poso, formalista : “humildemente pedi-mos…” Nadie habla así. “Asociamos nuestra voz a la voz de los ángeles…” Fórmula convencional que no respon-de a nada en la vida. Hay cientos de fórmulas semejantes. Los carismáticos salvan la situación, pero su liturgia está lejos de ser una introducción al miste-rio de Jesús.

b.- La moralNuestros contemporáneos no

aceptan códigos de moral y que se les impongan o prohíban conductas porque están en el código. Quieren entender el valor de los preceptos o de las prohibiciones. O sea, están des-

cubriendo la conciencia moral que hace descubrir el valor de los actos. Antes, la base de la moral cristiana era la obediencia a la autoridad. Había que hacerlo o no hacerlo porque la Iglesia lo mandaba o lo prohibía. Por eso, tan-tas veces los laicos preguntaban: ¿esto se puede hacer? Si el sacerdote decía que sí, el problema moral estaba solu-cionado. Ahora bien, esto pertenece al pasado.

c.- La comunidadEl cristianismo es comunitario. Pero

las formas tradicionales de comuni-dad tienden a debilitarse. La misma familia perdió mucho de su importan-cia, porque los miembros de la fami-lia se encuentran menos. La parroquia actual perdió el sentido de comunidad. Están apareciendo muchas nuevas for-mas de pequeñas comunidades basa-das en la libre elección. Esas comunida-des tendrán la capacidad de celebrar la eucaristía, lo que supone una persona apta para presidir la eucaristía en cada grupo de unas 50 personas. No hay nin-guna dificultad de doctrina, porque en los primeros siglos la situación era esa

y no hubo problema. Esto es funda-mental, porque una comunidad que no se une en la eucaristía no es realmen-te comunidad cristiana. Los sacerdotes a tiempo completo estarán alrededor del obispo de cada ciudad importante para evangelizar todos los sectores de la sociedad urbana.

Claro está que no sabemos cuándo o cómo se llegará a eso. Es poco proba-ble que un Concilio que reúna única-mente obispos pueda descubrir las res-puestas a los desafíos del tiempo. Las respuestas no vendrán de la jerarquía, ni del clero, sino de laicos que viven el evangelio en medio del mundo que entienden. Por eso tenemos que esti-mular la formación de grupos de laicos comprometidos al mismo tiempo con el evangelio y con la sociedad humana en la que trabajan.

Vaticano II quedará en la histo-ria como una tentativa de reformar la Iglesia al final de una época históri-ca de 15 siglos. Su único defecto fue que vino demasiado tarde. Tres años después de su clausura estaba cayen-do en la mayor revolución cultural del Occidente.

Sus detractores lo acusaron de todos los problemas surgidos de esa revolución cultural, y con eso lo mataron. Pero Vaticano II permanece como  una señal profética. En medio de una Iglesia prisionera de un pasa-do que no sabe superar, es una voz evangélica. No pudo reformar  la Igle-sia como quería, pero fue un llamado a mirar hacia el porvenir. Aún hay movi-mientos poderosos que predican la vuelta al pasado. Tenemos que protes-tar. Cuando personas que nada entien-den de la evolución del mundo con-temporáneo quieren refugiarse en un pasado sin apertura hacia el futuro, tenemos que denunciar. El Vaticano II y Medellín, para nuestro continen-te, permanecen como el farol que nos muestra el camino.

Joseph Comblint

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21REFLEXIONES

La fe, hoy: ¿de qué estamos hablando?

El 11 de octubre del año que concluye, el Papa convocó a todos los católicos a vivir el “Año de la Fe”, que concluirá el 24 de noviembre de 2013, domingo de Cristo Rey.

¿Qué significa esto para nosotros, los creyentes? Fácilmen-te puede pasar inadvertido para quienes nos confesamos cris-tianos porque decimos “yo tengo fe”, y en nuestros países, entre católicos y evangélicos, somos un 85 % de creyentes en Jesucristo. Pero la Palabra de Jesús influye poco en nosotros y en el desarrollo de nuestra sociedad. Esto quiere decir que nuestra fe, aunque está en lo hondo de cada uno, se muestra poco e influye menos.

Por tanto, ¿qué es tener fe verdadera?Algunos creen que, al menos desde un punto de vista

racional, se necesita un ser que sea el principio de todo lo que existe, al que se llama “Dios”. Pero este es sólo un concepto intelectual; no es propiamente fe.

La fe es algo más que creer en la existencia de Dios; la fe toma todo el ser del creyente: su inteligencia, su voluntad con el uso de la libertad, sus sentimientos y su amor; y es así por-que fe es sentir y adherirse a un Dios que ama a todos y cada uno de los seres humanos; y en virtud de ello la persona de fe sale de sí misma respondiendo con su amor. La fe es “creer amando”.

Por tanto, la persona de fe viva es alguien que ama a Dios y las obras de Dios, porque en ellas está El. Lo descubre en cada situación, en cada acción positiva de los demás y en los valores de la creación, y se muestra positiva frente a todo ello.

Necesidad de la fe, hoy

Si en nuestros países el 85 % que decimos ser creyentes tuviéramos esa “fe viva”, muy distinto sería el desarrollo de nuestras patrias. Habría más justicia y más equilibrio en medio de las diferencias.

Hoy tenemos grandes avances en tecnología, y eso nos hace soberbios, porque creemos que podremos conocerlo todo, alcanzarlo todo y manejar la vida.

Hoy tenemos la satisfacción de los sentidos al alcance de la mano, y fácilmente la extendemos para lograr nuestros anhelos.

El dinero se nos presenta así como el gran recurso que res-ponderá a cuanto anhelemos; y lo ponemos como fin de nues-tra vida.

Todo esto nos conduce al egoísmo, que es la antítesis del amor, porque con él sólo nos buscamos a nosotros mismos. Los medios de comunicación, la publicidad y propagandas nos saturan con un supuesto “amor”; pero es un falso amor, de satisfacción personal, egoísta. El verdadero amor es el que sale de uno mismo en bien de la persona amada; como ama Dios, que no se busca a sí mismo, sino que da: nos hace a su imagen y semejanza y nos da la vida, su gracia, su amor, la creación con cuanto ella contiene…

Recordemos la fe de nuestros hermanos creyentes en las primeras comunidades cristianas. Su fe era verdadera; por eso muchos fueron capaces de dar su vida en el martirio. Y como esa fe fue coronada por el amor, fueron cambiando las socie-dades paganas mediante la preocupación por los enfermos y los más necesitados; ya que fueron los cristianos quienes con-cibieron los hospitales, los asilos para ancianos, los hogares para niños abandonados y tantos otros servicios asistenciales.

Ciertamente, todos estos servicios son ahora responsabi-lidad de los estados; pero en nuestro mundo egoísta quedan aún muchas lagunas de injusticia y dolor, que crecerán en la medida que el egoísmo actual vaya aumentando y la fe se vaya haciendo más débil.

Por eso el Papa nos dice en su carta convocatoria al Año de la Fe: “Deseamos que este año suscite en todo creyente la aspira-ción a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con con-fianza y esperanza”. Mario Calvo G., cmf

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El fin del mundo se acerca… otra vez

Corría 1666, y muchos de los entonces cristianos europeos asegura-ban que sería el año del fin del mundo, asociándolo con el 666 descrito en la Biblia como el número de la Bestia. Si a eso se sumaba que en el año anterior Londres había sido azotada por una plaga de peste bubónica que cobró cerca de 100.000 vidas, era como para creer que el fin estaba cerca.

Cada 76 años avista nuestro plane-ta el cometa Halley, y cada una de sus visitas ha sido históricamente consi-derada presagio de desastres. Por más que algunos optimistas lo identifiquen con la Estrella navideña que les ilumi-nó corazón y vida a los Reyes Magos.

En 1910 desató histeria apocalíptica en los Estados Unidos y Europa la creencia de que la cola de Halley con-tenía un gas que terminaría con toda la vida en la Tierra.

No pasaron muchos años, y una secta religiosa desligada del cristianis-mo y oriunda de los EE.UU. dijo que el año 1914 sería el fin de toda la huma-nidad. Luego sus gurúes se retracta-ron, y lo corrigieron por 1925.

A estas historias podemos agre-gar casos como el de Richard Noone, quien vaticinó el fin del mundo para el 5 de mayo de 2000, o el del pas-tor televisivo Pat Robertson,  quien lo predijo para la década de los '80. O

el locutor de radio cristiana estadou-nidense Harold Egbert, quien asegu-ró que el “Día del Juicio Final” sería el 21 de mayo de 2011. Luego se corri-gió y lo pospuso para el 21 de octubre del mismo año. Podemos agregar una historia con desenlace mucho más trá-gico: el suicidio colectivo incitado por David Koresh, líder de los fanáticos Davidianos, por cuya inducción murie-ron en 1993, calcinados en un ran-cho, el propio Koresh, 54 adultos y 21 niños, convencidos de que así se anti-cipaban al fin del mundo.

De más está decir que tras todos estos casos hay dos elementos en común: creencias sin sentido ni aside-

REFLEXIONES

Si no hubo un principio ni habrá un término,si nos aguarda una infinita suma

de blancos días y de negras noches,ya somos el pasado que seremos.

Jorge Luis Borges, “Elegía de un parque”

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ro real, y, claro, que el mundo no se ha acabado aún.

21/12/2012… y los Mayas

Hace un tiempo comenzó a pro-palarse que miembros de la respeta-da civilización Maya habrían consig-nado en un calendario que el fin del mundo tendrá lugar el 21 de diciem-bre del presente año. De ser así, esta sería la última edición de TELAR que usted pueda leer.

La cosa es más o menos así: los Mayas fueron una cultura muy evolu-cionada para su época. Tenían orga-nización social, funcionarios públicos, religión, “profesionales” de los estu-dios, etc. Dentro de sus áreas de estu-dios destacaron las matemáticas y la astronomía, las que vincularon y fue-ron capaces de proyectar sus cono-cimientos a las diversas áreas de la vida diaria. Así, crearon varios calenda-rios, para medir el tiempo, las estacio-nes del año, los cultivos, etc. Y como todo calendario tiene un final, luego se arma o compra otro, y así continúa el conteo del tiempo posterior.

Es cierto que los Mayas fueron muy avanzados para su época. Estudiaron los astros celestes quizás con mayor pericia que muchas otras culturas, y

lograron interpretar signos que para nosotros no tendrían mayor significa-do. Esto es una realidad, pero no tiene relación alguna con que el fin del mundo tenga un día predetermina-do que alguien pueda conocer y pro-fetizar.

Si queremos creerle a la interpreta-ción que algunos han hecho sobre el mentado calendario, podríamos afir-mar que cualquier predicción basada en un material de dudosa proceden-cia puede ser tan verídica como falsa.

¿Por qué creer en el fin del mundo?

El fin del mundo ha sido una “inquietud” permanente a lo largo de la historia, despertando la curiosidad de muchos. Esto ha llevado a que algu-nos personajes de cuestionable repu-tación estudien el tema, lo que ha generado teorías conspirativas, libros, estudios y hasta películas con tan lla-mativa temática; la más actual, “2012”, cinta basada en una interpretación de las supuestas profecías mayas.

Desde tiempos inmemoriales se ha dicho, por diversos motivos, que el fin del mundo está por llegar. Nos han lanzado advertencias de carácter apo-calíptico en innúmeras oportunida-

des, y bien sabemos cómo han termi-nado tales amenazas. Ejemplos como los expuestos en estas líneas sobran.

Existe la premisa de que “todo llega a su fin”, y si bien es cierto que todo acto humano termina en algún momento, ello no implica que el mero azar o la adivinación profética de un personaje puedan predestinar el futu-ro de la humanidad. En algún momen-to quizá llegue el tan bullado fin de los tiempos, pero no hay modo de saber cuándo ni cómo.

El ser humano es, por su propia naturaleza, finito. En algún momen-to morirá. Esta característica obvia es común a todo ser vivo, y nuestro pla-neta lo es también. Por ello debemos cuidarlo. Analizando el actual estado de la naturaleza, del medio ambien-te, de los recursos naturales, es qui-zás más factible imaginar una ima-gen apocalíptica generada por los pro-pios seres humanos, más bien que algún final relacionado con grandes cataclismos o invasiones extraterres-tres. La contaminación de las aguas, el calentamiento global, el exterminio de los bosques…, debieran ser, para los humanos realmente racionales, más predictivos que cualquier profetismo sin sentido.

Francisco Lazo Medina

REFLEXIONES

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“Pachakuti”, la profecíadel mundo andino

Para nuestros sabios aborígenes argentino-chileno-perubolivianos, algo SÍ ocurrirá este 21 de diciembre. Y será trascendental.

*Leo Wetli

El 21 de diciembre de este año se cumplirá una de las más hermosas profecías del mundo andino.

Los aymaras hablan del inicio de un gran “pachakuti”. Es una palabra aymara compartida con el quechua.

Como no se puede traducir un término de la cosmovisón andina expresado en una lengua dinámica como aque-lla a una palabra equivalente en una lengua estática como son las nuestras occidentales, sólo es posi-ble aproximarse a la idea, y expresar-la como “vuelta, cambio, transfor-mación” “(pacha” = espacio/tiem-po; “kutiña/kutiy” = volver). Sin embargo, no se trata sim-plemente del “regreso”, de una “vuelta hacia atrás”, como a veces se quie-re entender. Más bien se refiere a un “nuevo orde-namiento”, una “profunda reflexión y reorientación”. En último término, un cam-bio radical en nuestro pen-sar, actuar y convivir entre los seres humanos, los animales y toda la vida del planeta y del uni-verso.

Algo extarordinario en los cielos

Lo astronómicamente medible de este acontecimien-to será una constelación cósmica que muy raras veces ocu-rre. Ese día sucederá una alineación planetaria del sistema solar: Mercurio, Venus, Marte, Saturno y Plutón se alinearán con el Sol. Pero al mismo tiempo, todo el sistema solar se alineará con el centro de la Galaxia.

Ocurrirán, entonces, dos alineaciones simultáneas. La del sistema solar sólo ocurre cada 5.125 años. La del sistema solar con el centro de la Galaxia sucede cada 25.625 años.

Últimamente se ha considerado al respecto solo el calendario maya, que, según como se ha interpretado, habría llegado a su fin, en señal de un supuesto inminen-te fin del mundo.

No obstante, fue el propio presidente de Bolivia, Evo Morales, quien en su inter-

vención en la 67ª Asamblea de la ONU, en octubre último, puso las

cosas en su lugar. Al final de su discurso sorprendió al mundo

con un aviso y una invitación poco habitual en este tipo de reuniones.

“Quiero –dijo- aprove-char esta oportunidad para informar una convocatoria, una invitación al encuen-

tro internacional para el 21 de diciembre de este año.

De acuerdo con el calendario maya, el 21 de diciembre es el fin

del “no tiempo”, y comienza el “tiem-po”; es el fin de la “Macha” y comienzo

de la “Pacha”; es el fin del egoísmo y comien-zo de la igualdad. Fin del individualismo y comienzo del

colectivismo”.“Es el fin del antropocentrismo y comienzo del biocen-

trismo; fin del odio y comienzo del amor; fin de la mentira y comienzo de la verdad; fin de la tristeza y comienzo de la felicidad; fin de la división y comienzo de la unidad”, explicó el jefe del Estado Plurinacional de Bolivia.

*Leo Wetli, sacerdote suizo dedicado desde hace décadas a un trabajo silencioso inculturado entre sectores marginales de Chile; actualmente con las culturas aborígenes del extremo norte.

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¿Una nueva era para la humanidad?

Hay un comité organizador que está preparando ese encuentro, el que tendrá lugar en Tiwanaku, a ori-llas del Lago Titicaca. Desde ya se invita a toda perso-na de buena voluntad a participar en las reflexiones y debates previos.

Se abordarán temas como la crisis global del capi-talismo; socialismo comunitario; cultura de la vida; crisis climática; relación del ser humano con la natu-raleza; energía comunal; energía del cambio; concien-cia sobre la Madre Tierra; recuperación de sabidurías, usos y costumbres ancestrales.

También se debatirá sobre la soberanía alimenta-ria, integración y hermandad, derecho a la comuni-cación, aprendizaje comunitario, el nuevo ser huma-no integral, “despatriarcalización”, autoconocimien-to y salud.

Uno de los ejes temáticos es el “suma qamaña”, el “vivir bien”, anclado actualmente incluso en la nueva Constitución Política del Estado boliviano, Art.8, I:

“El Estado asume y promueve como principios éti-co-morales de la sociedad plural: “ama qhilla, ama llu-lla, ama suwa” (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), “suma qamaña” (vivir bien), “ñandereko” (vida armónica), “teko kavi” (vida buena), “ivi maraei” (tierra sin mal) y “qhapaj ñan” (camino  o vida noble)”.

Una verdadera “mejor vida”

Vivir bien, en el concepto de los pueblos andinos, no es lo mismo que vivir mejor. Vivir mejor, muchas veces se identifica con el concepto de desarrollo o de un dudoso progreso, a menu-do a costa de la justicia y la calidad de vida, aun con los apellidos eufemísticos con que se adorna el término: “desarrollo  sustenta-ble”, “desarrollo sostenible”, “desarrollo armónico”, “desarrollo con identidad”, etc.

Para los pueblos andinos, en cambio, el vivir bien va unido a la Madre Tierra.

Ya antes de nacer somos hijos de la Tierra. Nunca somos due-ños de la Tierra, porque somos parte de ella; a ella pertenecemos.

“Vivir”, en primer lugar, es saber escuchar, saber escucharnos entre nosotros, a la Madre Tierra, al río, a nuestras aves; escuchar sobre todo a los más humildes. El que escucha, aprende; el que escucha, cambia, está preparado para servir al pueblo.

En la lengua aymara, por ejemplo, la misma raíz verbal está presente en las palabras “silencio”, “pensamiento”, “reflexión”. Sólo desde el silencio, desde la escucha activa, pueden nacer el pensa-miento y la proyección creadora de la realidad.

Esta transcendencia de la relación con la Madre Tierra que viven los pueblos andinos profundamente, a menudo nos parece muy idílica, hasta un tanto esotérica, alejada del mundo que nos exige cada día el máximo de eficiencia  productiva. Pero para los nativos es precisamente una fuente inagotable de fuerza y energía. t

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26 ORIENTACIONES

Obispo Angelelli: la justicia se acerca

Disfruto un querido recuerdo de mis años alzados: en 1961 tuve el gusto de asistir, en la catedral de Cór-doba, Argentina, a la ordenación de Enrique Angelelli como obispo auxiliar de ese arzobispado. Días después vino a visitarnos al seminario claretiano. Como en ocasiones anteriores departi-mos con él, tomamos mate hasta que-dar verdes, estuvimos en la cancha de fútbol sacándonos fotos (esta vez él no jugó). El nuevo obispo con la sotana de botones violetas pisando la pelota, y nosotros agrupados junto a él. Enri-que era un “pelado” (a sus 37 años ya ostentaba una calva reluciente) muy simpático y amistoso. Tenía títulos de universidades romanas, pero conser-vaba la sencillez de sus padres, aldea-nos italianos radicados en Córdoba tras la Primera Guerra Mundial.

Después yo volví a Chile. Supe que tras su participación en el Vaticano II y su lucha por un nuevo rostro de la Igle-sia había sido apartado de sus respon-sabilidades de obispo auxiliar y desti-nado a ser capellán de monjas.

Tiempo después dejó Córdoba para asumir como obispo titular (1968) de la diócesis más pobre y necesitada del país: La Rioja, feudo político de los Menem y compañía.

En La Rioja, Enrique Angelelli fue

un pastor que aterrizaba el Evangelio a las situaciones de cada día; especial-mente aquellas necesitadas de espe-ranza, de justicia y de solidaridad. Así colaboró en la organización sindical, cooperativas de trabajo, reparto de la tierra para los que la trabajaban.

Carlos Menem era el gobernador omnipotente de la provincia. Sus fami-lias –la natural y la política- estaban molestas con el obispo. En 1973, en Anillaco, un hermano del goberna-dor, sus hijos, algunos terratenientes y comerciantes, ingresaron a viva fuer-za al templo parroquial donde Ange-lelli celebraba la eucaristía, y al salir de la parroquia persiguieron al obis-po a pedradas. Carlos Menem lo acusó de ser agitador social; el obispo sus-pendió todos los cultos en la región, y declaró interdicto al gobernador.

El Vaticano envió un par de visita-dores -el arzobispo Vicente Zaspe y el superior general de los jesuitas, P. Pedro Arrupe- quienes apoyaron al obispo. Sin embargo, el presidente del Episco-pado y el nuncio papal enviaban cru-cifijos de regalo a Menem y compañía.

Tras el golpe militar que puso a las fuerzas armadas a la cabeza del gobier-no, Angelelli pasó a ser un peligro para una “Argentina militar y católica”.

El 4 de agosto de 1976, en una ver-

dadera emboscada carretera, el obis-po Enrique fue asesinado.

Copio una nota aparecida reciente-mente en el diario argentino Página 12:

Tres generales y un obispo muerto

Es la primera causa que involucra al entonces ministro del Interior, Albano Harguindeguy. El juez concluyó que el entonces obispo de La Rioja fue asesina-do para acallar sus denuncias sobre vio-laciones a los derechos humanos.

El dictador Jorge Rafael Videla, su ex ministro Albano Harguindeguy y el ex comandante del Tercer Cuerpo de Ejérci-to, Luciano Benjamín Menéndez, fueron procesados con prisión preventiva por el homicidio del ex obispo riojano Enrique Angelelli en 1976.

El juez federal de La Rioja, Daniel Herrera Piedrabuena, consideró pro-bado que el siniestro que le costó la vida a Angelelli fue un “acciden-te automovilístico provocado”, en res-puesta a las denuncias por los ase-sinatos de religiosos en la localidad de Chamical. El religioso tenía en su poder al momento del asesinato docu-mentación sobre crímenes de la dicta-dura que terminó en el despacho de Harguindeguy, entonces ministro del

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27ORIENTACIONES

Interior, quien a diferencia de Videla y Menéndez todavía no fue condenado en ninguna causa.

La decisión del juez federal de La Rioja incluyó además al ex segundo jefe del escuadrón de tropas en Cha-mical, Luis Estrella, y al ex comisario y por entonces jefe del Servicio de Infor-maciones de la policía riojana, Juan Carlos “la Bruja” Romero. Por los car-gos jerárquicos que ocupaban en la estructura represiva ilegal, los cinco procesados fueron considerados auto-res mediatos de homicidio calificado y asociación ilícita agravada.

El magistrado consideró proba-do que la dictadura hizo inteligen-cia sobre sacerdotes que trabajaban con sectores pobres y con campesi-nos que luchaban por sus tierras, y que el crimen de Angelelli se enmarcó “en un intento por evitar que las denun-cias por violaciones a los derechos humanos y asesinatos tomaran esta-do público, sobre todo en el exterior, ya que el religioso cordobés tenía lle-gada a altas jerarquías de la Iglesia en distintos lugares del mundo”.

“Previo a la muerte de Enrique Angelelli existía un cuadro de perse-cución a ciertos sectores de la Iglesia Católica, que se exteriorizaban desde años anteriores al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, lo que es corro-borado por distintos testimonios y, como se señalara anteriormente, con-cluyeron en los homicidios de Lon-

gueville, Murias, Pedernera y de mon-señor Angelelli”, advirtió el juez en una extensa resolución de 120 carillas, dictada a 35 años de los hechos. Los sacerdotes Gabriel Longueville y Car-los de Dios Murias habían sido asesina-dos en Chamical el 18 de julio de 1976 junto con el laico Wenceslao Peder-nera. Angelelli intentaba desentrañar los crímenes y llevaba “una carpeta con información que había recopila-do”, escribió el juez, y agregó que el obispo “temía por su vida” porque “era perseguido por la policía provincial”.

El accidente provocado en el que murió Angelelli ocurrió el 4 de agos-to de 1976. El vehículo, una camioneta Fiat 125 que manejaba el propio obis-po, fue siniestrado cerca de la locali-dad de Punta de los Llanos. Su acom-pañante, el ex sacerdote Arturo Pinto, resultó herido, pero sobrevivió. En el mismo año, el primero de la dictadu-ra, la Justicia local cerró el caso en la interpretación de que se trató de un accidente. El expediente se reabrió tras el retorno de la democracia en 1984, cuando comenzó a investigarse el homicidio, pero volvió a ser archiva-do a raíz de la sanción de las leyes de punto final y obediencia debida.

Herrera Piedrabuena consideró probado, en base al testimonio de Pinto, entre otros, que la camioneta Fiat 125 fue arrinconada por otro vehí-culo. Testigos que acudieron al lugar confirmaron la presencia de policías y

personal civil de inteligencia del Ejérci-to, que estaba bajo la órbita del proce-sado Menéndez, que “apuntaban con Itakas” para que los pobladores se ale-jaran. Partieron a las 14:30 por la Ruta Nacional 38 y tomaron por un “camino viejo de la ruta” para evitar ser “hosti-gados”. Según el relato de Pinto, un vehículo blanco se acercó en la misma dirección que el que conducía Ange-lelli y realizó una maniobra “intencio-nalmente brusca por el lado izquierdo, provocando que volcara”.

El procesamiento de Videla, Menén-dez y Harguindeguy incluye una reconstrucción de la obra pastoral de Angelelli, con citas de sus sermones y testimonios sobre el trabajo que reali-zaban los sacerdotes para evitar que los campesinos fueran expropiados de sus tierras por grandes empresas.

Angelelli había viajado en abril de 1976 para entrevistarse con Harguin-deguy en Buenos Aires y pedir la liber-tad del párroco de la localidad de Olta, Eduardo Ruiz, y mantenía reunio-nes con altas jerarquías de la Iglesia, ante quienes planteaba una y otra vez sus denuncias, tal como surge de la correspondencia con monseñor Vicen-te Zazpe. “Era clara la amenaza de que la represión que se estaba llevando a cabo en la Argentina alcanzara tras-cendencia internacional”, concluyó el juez para explicar el móvil del crimen”.

Agustín Cabré [email protected]

Jorge Rafael Videla Albano Harguindeguy Luciano Benjamín Menéndez

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28 DE LO NUESTRO

Mitos y leyendas de nuestra tierra

El rico bagaje de mitos y leyendas de nuestros pueblos del Cono Sur constituye un valioso tesoro cultural.

Hurgando un poco en él podemos ofrecer esta vez algunas pequeñas muestras.

El Pombero, un enemigo que puede ser amigo

En tierras del Paraguay, el Pombero puede ser un aliado o un tormento. Dicen que es un hombre pequeñito, feo, de piel oscura, con manos y pies pelu-dos (por eso no se sienten sus pisadas cuando llega), y que protege a las aves de la selva. Porque vive en los bosques y sale a vagar por las noches.

Entra entonces en casa de mujeres solas, y pide cigarrillos, vino y miel. Si no le dan, con sólo tocar con su mano el vientre de una mujer, la deja embarazada. Así se explica la cantidad de hijos sin padre que nacen en los campos y los arrabales de las ciudades. Puede ser un valioso aliado en las siembras campesinas, si se pone de acuerdo con los que trabajan la tierra. Se mimetiza con facilidad y logra hacerse casi invisible. Tiene la cualidad de pasar por los ojos de las cerraduras, correr a gran velocidad en cuatro patas, y puede imitar a la perfección el canto y silbido de los pájaros y las víboras.

Añañuca, la flor que fue muchacha

En los vallecitos del llamado Norte Chico de Chile crece la añañuca, la flor que antes fue mujer.

Afirma la leyenda que en la localidad de Monte Patria -que antes de la inde-pendencia se llamaba Monte Rey-, vivía la muchacha morena llamada Añañu-

ca que encandiló un buen día a un minero en busca de vetas por esos parajes. Entre ellos floreció el romance, y cuando el minero se marchó en busca

del oro perdido que un duende le había mostrado mientras dormía, Añañu-ca quedó llorando su soledad. Al minero se lo tragó el espejismo de la pampa, y Añañuca murió por esa extraña enfermedad sin alivio posible que se llama mal de amor.

La enterraron una tarde de lluvia en el valle. Al día siguiente alumbró el sol, y la tierra se cubrió de flores rojas. Así se quedó Añañuca para siempre, florecida

en lágrimas de sangre.Esto pasó hace muchísimos años, cuando Monte Patria se llamaba Monte Rey.

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29DE LO NUESTRO

El Gauchito Gil

Unas banderas coloradas indican que en cualquier cruce de caminos anda rondando el alma del Gauchito Gil.

Nadie sabe cómo lo mataron las fuerzas del gobierno que lo tenían como un gaucho asaltante de predios ricos para distribuir bienes a los pobres. Unos dicen que cuando lo quisieron fusilar, todas las balas rebotaron sin entrarle al corazón, porque el Gauchito era devoto de San La Muer-te; entonces el sargento a cargo del pelotón ordenó col-garlo de los pies, y lo degolló. Otros dicen que ciertamen-

te lo mató la bala de fusil. Desde ese momento, Antonio Mamerto Gil Núñez pasó a ser una leyenda, primero en las

cercanías de la ciudad de Mercedes, en Corrientes, y después la devoción popular extendió su fama por toda la Argentina.

Había nacido en 1845, y desde niño dio pruebas de coraje. Ya a los nueve años había salvado a su propia madre de morir entre las garras y dientes de un puma, al que hizo huir acome-tiéndolo con un garrote encendido en el brasero.

Estuvo en la guerra contra Paraguay, enarbolando un fusil, maniobrando un facón y llevando al pecho un crucifijo. Termi-nada la guerra volvió a su tierra, y al comprobar la pobreza de la gente juró a la Virgen de las Mercedes no descansar hasta ter-minar con los terratenientes abusadores. Así se hizo montone-ro, asaltando estancias, liberando ganado, repartiendo bienes entre los empobrecidos y llevando una vida casi de anacoreta. A sus compañeros de aventuras les leía cada atardecer la vida del santo del día, según un antiguo libro que llevaba siempre consi-go. Y como su prometida, Estrella Díaz, había muerto de tuber-culosis a los 17 años, hizo voto de castidad perpetua.

A fines de 1877 cayó en la trampa de una amnistía decretada por el gobierno, entregó las armas y fue asesi-

nado en un bosquecillo de algarrobos. Una familia piado-sa levantó un monolito en ese lugar, y pronto comenzó la veneración popular.

Cuentan las lenguas del poblado que el dueño de la hacienda, al ver que el lugar era visitado por tanta gente, temió le incendiaran su campo y trasladó el oratorio al cementerio de Mercedes. De inmediato empezaron las desgracias en la vida del hacendado. Perdió su fortuna, vio morir a su hijo, se secaron sus campos, y el hombre cayó enfermo de gravedad. Desesperado, al fin le hizo caso a la curandera que había llama-do, la que le aseguró que todo se resolvería cuando regresara al predio el altar del santito. El estanciero construyó un verda-dero mausoleo, los devotos regresaron, y el hombre salvó su vida y sus bienes.

Pocos años después, al trazar una nueva ruta que pasaría por encima del mausoleo, las máquinas se negaron a avanzar, y los obreros desertaron de la empresa. Sólo cuando el cami-no se construyó en curva para respetar el oratorio, se logró el objetivo.

Así fue creciendo la fama milagrera del Gauchito. Su color es el rojo, y su distintivo una pequeña cinta atada en la muñe-ca del devoto o en algún lugar especial de la casa.

En la primera semana de cada enero, los acordeones y las guitarras que alegran las noches con el chamamé ven llegar a miles de peregrinos que arman sus carpas en la localidad cer-cana a Mercedes. El párroco de esa ciudad celebra una misa por el alma del querido “bandolero” convertido en santo por el pueblo.

En la provincia de Formosa, donde existen oratorios muy cercanos, los automovilistas tocan sus bocinas al pasar. Si esto no hiciesen, no contarían con la protección del santo en el resto del viaje, y podría ocurrirles una desgracia.

La Sirena del río Uruguay

La llaman Sirena, pero no tiene ni la cabellera sedosa, ni el rostro hermoso, ni los pechos erguidos, ni la cintura cimbreante. Tam-poco entona cantos de agua como engaño para perder a los marineros.

No es bella la Sirena que han visto navegantes, vigías guarda-vidas, oficiales de la Prefectura, lancheros, pescadores y los devotos de Lemanjá, la diosa del mar, allá por las arenas y rocas de la ciudad de Salto.

Mas bien es fea: al parecer tiene aletas con garras, unas crines como espinas, ojos saltones

y una piel oscura que le ayuda a camuflarse en las aguas achocolatadas del río.

Pero es un monstruo amable. No hace daño. Es un extraño pez solitario que sube y baja por las aguas gredosas del Uruguay; un animal curioso que se acerca a las embarcaciones, pero huye al menor indicio de ser contemplado.

Un extraño pez que aparece y des-aparece dejando siempre la sensación

de que todos lo han visto, pero nadie sabe cómo es en realidad.

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Hitos, encuentros y celebraciones familiares

Dentro del acontecer reciente de la provincia de San José del Sur, organismo que a partir de 2012

agrupa en un solo equipo a los misioneros claretianos de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, han

destacado los acontecimientos familiares que aquí se resumen.

Nuevo sacerdote claretiano, en Paraguay

La parroquia Virgen del Rosario de Yhu, Para-

guay, se vistió de fiesta el 8 de sep-tiembre, junto a la familia clare-tiana, para unir-se a la alegría del

hasta entonces seminarista claretia-

no Petronillo Chávez Ferreira, quien ese día reci-

bió la ordenación sacerdotal de manos de don Juan Bautista Gavilán, obispo de Coronel Oviedo.

La celebración contó con la presencia de un buen número de misioneros de distintas comu-nidades, así como la participación de familiares y amigos de Petronillo, quienes siguieron con alegría y emoción los distintos momentos de la consagra-ción del nuevo sacerdote.

Finalizada la misa, un almuerzo alegremente compartido y amenizado con música y bailes para-guayos refrendó la felicidad de todos.

Joven seminarista indio se consagra como misionero

En el santuario chileno El Carmen de Curicó, el semi-narista indio Shijan Thomas formuló el 22 de septiem-bre su consagración defi-nitiva como misionero en la congregación claretiana, mediante la llamada profe-sión perpetua.

Shijan culminó así lar-gos años de preparación y discernimiento, y prometió solemnemente dedicar su vida a procla-mar el Evangelio en pobreza, castidad y obediencia, formando parte de la congregación fundada por san Antonio Mª Claret y asumiendo el servicio misionero dondequiera que ésta lo necesite.

Bien sabe, justamente, Shijan de esta disponibilidad, ya que, enviado por la congregación, dejó hace algunos años su India natal para venir a Sudamérica, donde aprendió el castellano, ha cursado los últimos años de la carrera sacerdotal y se ha inculturado plenamente.

La celebración consagratoria fue presidida por el superior pro-vincial claretiano, P. Mario Gutiérrez, y contó con la asistencia de misioneros de las diversas comunidades de San José del Sur, y numerosos amigos que a Shijan le han granjeado su cordialidad y espíritu alegre.

Cincuentenario de parroquia cordimariana en ArgentinaCincuenta años de camino al servicio del pueblo de Dios

celebró la parroquia Corazón de María de Chascomús, ciu-dad ubicada poco más de 100 km al sur de Buenos Aires, donde los claretianos iniciaron su misión en 1932 y asumie-ron 30 años después la parroquia.

Medio siglo de historia que el pasado 28 de octubre la comunidad parroquial recorrió peregrinando en distintas estaciones que permitieron revivir el significativo tiempo transcurrido.

El Pan de la Educación, de la Salud y del Trabajo fueron momentos de reflexión en la procesión que antecedió a la eucaristía, presidida por el párroco, P. Eduardo Rickert, y que contó con la presencia del superior provincial, P. Mario Gutiérrez, y la del P. Florentín Brussa, quien en años anterio-res dejó en la parroquia ilusiones, esfuerzos y buenas reali-zaciones.

Un almuerzo festivo, con música y baile, culminó la cele-bración en un ambiente de fraternidad y agradecimiento.

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Colegio Claret de Bahía Blanca celebró cincuenta años

Fundado a comienzos de la década de los ‘60 como un pequeño jardín infantil parroquial, el actual Colegio Cla-ret de Bahía Blanca –principal ciudad portuaria marítima argentina, al sur de la provincia de Buenos Aires– ha desa-rrollado a partir de entonces una vasta labor educativa, for-mando personas de fe y de fuerte compromiso ciudadano, tan necesarios en el mundo de hoy.

La celebración de los cincuenta años, a fines de octubre, permitió reseñar importantes logros y festejarlos con par-ticipación de toda la comunidad educativa. Actividades de esparcimiento para los estudiantes, una eucaristía con gran concurrencia, presidida por el Arzobispo y concelebrada por varios claretianos, más una cena “a la canasta” donde se congregó toda la comunidad, fueron reflejo de la alegría y unidad que caracterizan al colegio.

La familia claretiana local se unió a la fiesta, dando gra-cias a Dios por un lapso tan significativo de labor educacio-nal con el carisma de Claret.

Superiores claretianos se reunieron en Buenos Aires

Veintiséis superiores de comunidades de los cuatro países que conforman San José del Sur se dieron cita en su sede provincial, en la capital argentina, entre el 7 y 9 de noviem-bre, para analizar diversos temas relativos a la organización de la joven provincia interna-cional y proyectar el trabajo conjunto para los cinco años venideros.

Los superiores locales conforman una “junta permanente”, grupo consultivo llama-do precisamente a asesorar al equipo central de gobierno de la provincia en el desarrollo del trabajo misionero para el amplio territo-rio de los cuatro países.

Los misioneros abordaron, entre otros temas, aspectos de la formación y especiali-zación de estudios, vida apostólica, el queha-cer misionero en parroquias, colegios, medios de comunicación, publicaciones, santuarios y misión solidaria.

Nace organización de todos los claretianos de América

En San José de Costa Rica tuvo lugar a fines de noviembre la primera asamblea de la Confedera-ción de Claretianos de América, instancia que dio origen oficial a esta nueva organización conjunta de todos los claretianos del continente y las Anti-llas, la que será conocida en adelante como Misio-neros Claretianos de América, MICLA.

Hasta ahora la misión claretiana en el conti-nente estaba organizada en dos confederaciones, que agrupaban, respectivamente, a los organismos misioneros de Norte-américa (NACLA) y a los de América latina (CICLA).

A la asamblea constitutiva del nuevo organismo conjunto asistieron el superior general de la congregación, P. Josep Abella, los superiores provin-ciales y delegados de todas las comunidades claretianas del continente. Por San José del Sur lo hicieron su superior, P. Mario Gutiérrez, y el vicario, P. Francisco San Martín, elegido en votación especial.

La asamblea concluyó el 30 de noviembre, tras elegir como Presidente de la Junta Directiva que coordinará las tareas de MICLA al propio P. Mario Gutiérrez. Junto a él conforman la mesa directiva el P. Rosendo Urrabazo, superior provincial de USA, como Vicepresidente; el P. Rodolfo Morales, provincial de Centroamérica, como Vocal, y el P. José Fernando Tobón, de la provincia de Colombia-Venezuela, como Secretario Ejecutivo.

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Como TELAR recordaba en su ante-rior edición, la uruguaya Juana de Ibar-bourou (1892-1979), junto a la argen-tina Alfonsina Storni (1892-1938) y la chilena Gabriela Mistral (1889-1957) conforma un trío que a mediados del siglo XX llevó la literatura hispana de cuño femenino a uno de sus más altos sitiales en el concierto literario mundial.

Apellidada de soltera Fernández Morales, se hizo conocida como Juana de Ibarbourou tras asumir como litera-ta el apellido de su marido, el capitán Lucas Ibarbourou, con quien se casó a los veinte años.

Nacida en la ciudad de Melo –cuna de numerosas personalides de la cultu-ra, el arte y la política uruguaya-, vivó en ella hasta los 18 años, cuando se tras-ladó a Montevideo, donde al comien-zo rechazaba vivir, pero terminó adop-tándola como “su ciudad” tras disfrutar en ella el éxito al que la llevó su notable vena poética y prosaica.

Ella la encumbraría a tan altos hono-res como recibir en 1929 el título de “Juana de América”, que le fue conferi-do en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, en una fiesta presidí-da por Juan Zorrila de San Martín, uno de los más altos valores de las letras uru-guayas.

Su estilo inicial, apasionado y sen-sual dentro del ámbito modernista, deri-vó después al vanguardismo. Se sos-tiene que su verso ganó con el paso del tiempo en serenidad y melancolía, con tonos que le merecieron el Premio Nacional de Literatura en 1959. En 1947 había sido elegida para ocupar un sillón en la Academia Nacional de Letras, y en 1950 se la designó presidenta de la Sociedad Uruguaya de Escritores. Cinco años más tarde su obra sería premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.

A su muerte en 1979 fue sepulta-da con honores de Ministro de Estado, siendo la primera mujer en la historia de Uruguay a quien se otorgó tal distinción.

La higuera Juana de Ibarbourou

Porque es áspera y fea, porque todas sus ramas son grises,

yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos: ciruelos redondos, limoneros rectos

y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras, todos ellos se cubren de flores

en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste con sus gajos torcidos que nunca de apretados capullos se visten...

Por eso,

cada vez que yo paso a su lado, digo, procurando

hacer dulce y alegre mi acento: -Es la higuera el más bello

de los árboles en el huerto.

Si ella escucha, si comprende el idioma en que hablo,

¡qué dulzura tan honda hará nido en su alma sensible de árbol!

Y tal vez a la noche,

cuando el viento abanique su copa, embriagada de gozo, le cuente: -Hoy a mí me dijeron hermosa.

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