Taller divina revelacion
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Primer Día: 22 de mayo
En la vida de la Iglesia han existido variadas formas de
entender y estudiar la Biblia.
a)La aceptación de la Biblia al pie de la letra, como si
todo lo que ahí está escrito fuera verdad absoluta hasta
en el campo científico. Esa corriente hoy se llama
“creacionismo”.
Introducción
b) La corriente que diferencia entre revelación e
inspiración. Toda la Biblia es inspirada pero no todo lo
que está en la biblia es verdad revelada, sino que el
autor humano trasmite la verdad revelada envuelta en
las formas culturales, psicología y modo de ser del autor.
Dios no anula al autor y su ambiente en el que vive. La
Biblia no es un libro de ciencia, sino palabra de Dios,
revelación de Dios en aquello que Dios quiere revelar
para la salvación del hombre..
1.- Historia de la Constitución
“Dei Verbum” (Palabra de
Dios)
La proclamó el Papa Paulo VI el 18 de noviembre
de 1965, en la octava sesión del Concilio Vat II. Es
uno de los documentos más breves del Concilio.
Tuvo una larga gestación de tres años desde el
primer esquema hasta su redacción final.
Recoge una larga historia de estudio y reflexiones
sobre la divina revelación y la relación con las
Sagradas escrituras. Lo que propone es la doctrina
auténtica sobre la revelación y su trasmisión: Para
que todo el mundo, con el anuncio de la salvación,
oyendo crea, y creyendo espere, y esperando ame.
Ideas que se presentan y
desarrollan: La
Revelación es la
principal. Luego los
conceptos ligados a ella:
Tradición, inspiración,
verdad, salvación…
Fue aprobada por 2344
Padres conciliares y solo
6 en contra.
Tema fundamental de esta Constitución es la
Revelación y su Trasmisión.
Revelación: el cap. I presenta la revelación en si
misma.
Trasmisión: El cap. II aborda el tema de su
trasmisión a través de la Sagrada Escritura y de
la Sagrada Tradición.
Desde el cap. III hasta el sexto, trata de la
Sagrada Escritura, siempre enmarcada dentro del
tema de la revelación de Dios.
2.- Contenido de la Constitución
“Palabra de Dios”
La reflexión sobre la
Sagrada Escritura se
realiza en relación con la
Tradición y el Magisterio.
En esta reflexión se
invita a un conocimiento
y estudio profundo de la
Sagrada Escritura.
Incluso se dice que
quien no conoce la
escritura no conoce a
Cristo (DV.25).
Revelar: Es la manifestación de Dios al hombre. Es acción gratuita
de Dios. El contenido de la Revelación se expresa con dos verbos
distintos: a) Revelar es “manifestarse a sí mismo” y es propio de
Dios que se revela al hombre. B) Dar a conocer el misterio de su
voluntad.
Lo importante de la revelación no está en la serie de verdades o
de hechos, sino en ALGUIEN que se auto-manifiesta para entrar en
comunión. Dios, a través de la revelación, establece una relación
personal con los hombres. Movido por amor, habla a los seres
humanos como amigos para invitarlos y recibirlos en su compañía.
2.1.- Naturaleza de la revelación
Otro aspecto importante en esta
enseñanza conciliar: La
perspectiva trinitaria. Dios se ha
manifestado a sí mismo, en su
unidad y trinidad. El Padre envió a
su “Hijo, la Palabra eterna que
alumbra a todos los hombres,
para que habitara entre los
hombres y les contara la
intimidad de Dios”. Por Cristo, la
Palabra hecha carne, y con el
Espíritu Santo, pueden los
hombres llegar hasta el Padre y
participar de la naturaleza divina.
Es el Dios Trino, comunidad de
amor, que sale al encuentro del
hombre.
En los dos primeros capítulos de la constitución se destacan los
aspectos salvífico y antropológico. Dios se revela para salvar al
hombre, para hacerlo participar de su amistad y compañía. En el
aspecto antropológico se ve que la revelación es presentada de
manera progresiva. La historia no se presenta como una simple serie
y sucesión de acontecimientos sino como una economía de la
salvación. Se reveló a nuestros primeros padres, después de pecar
los levantó a la esperanza de la salvación, con la promesa de la
redención. Y así fue manifestándose a los hombres, a Abraham para
hacerlo padre de un gran pueblo.
A este pueblo luego lo instruyó
por medio de profetas y por
Moisés para que lo reconociera
como Dios único, vivo y
verdadero, Padre providente y
justo juez, y para que esperaran
al Salvador prometido y así fue
preparando el camino del
evangelio.Cristo es el culmen de la
revelación. Ilumina a todos los
hombres, el Verbo hecho carne,
hombre enviado a los hombres,
habla palabra de Dios y lleva a
cabo la salvación.
La revelación tiene un carácter
cristológico. Por revelación en Cristo, se
nos ha manifestado la verdad íntima de
Dios y la verdad de la salvación
humana. Cristo es el mediador de toda
la revelación ya que él se une la
revelación y lo revelado y la plenitud de
la revelación. Dios nos ha hablado en
esta etapa final por su Hijo. No hay que
esperar otra revelación pública antes
de la gloriosa manifestación de
Jesucristo. El lleva a plenitud la
revelación con su presencia y
manifestación: Palabras y obras, signos
y milagros, su muerte y gloriosa
resurrección, con el envío del Espíritu
Santo.
La Revelación hay que recibirla con fe.
Cuando Dios revela hay que prestarle
“la obediencia de la fe” por la que el
hombre se entrega libremente a Dios,
prestando homenaje a Dios revelador.
Para tener esta fe necesitamos la gracia
de Dios. El Espíritu Santo viene en ayuda
nuestra para entender y aceptar la
Palabra de Dios.
El documento dedica unas líneas de oro
para decir que aunque el hombre puede
descubrir y conocer con profundidad por
la sola luz natural de la razón la
existencia de Dios. (Ro.1,20) Hay que
atribuir a la revelación que esta
posibilidad de conocer a Dios sea más
firme y sin error para todos los hombres.
Es el II Capítulo de la Constitución
“Dei Verbum”. Fue el más discutido
por un motivo especial. El
problema era que la Iglesia
hablaba de dos fuentes de la
revelación: La Palabra Escrita y la
Tradición. Mientras por otro lado,
sobre todo el mundo protestante,
habla de “La suficiencia material
de la Escritura”.
2.2 La trasmisión
de la Revelación.
¿Qué dice el Documento?
a) La trasmisión de la revelación se
realiza por los apóstoles. Ellos
recibieron la revelación total por
parte de Jesús y por la iluminación
del Espíritu Santo.
b) Unos la predicaron y la trasmitieron
verbalmente, otros escribieron el
mensaje salvador revelado por
inspiración del Espíritu Santo.
c) Para que el Evangelio se conservara
íntegro y vivo en la Iglesia, los
Apóstoles dejaron como sucesores
suyos a los obispos, entregándoles
su propio cargo de magisterio.
Se deja de lado el lenguaje de “las dos
fuentes” y se resalta la unidad del
depósito de la revelación con sus dos
modalidades. La Tradición y la Escritura
forman el “Único depósito de la
Revelación.
La Constitución dice que la Palabra de Dios es Jesucristo, para señalar
que: La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios en cuanto escrita por
inspiración del Espíritu Santo. La Sagrada Tradición recibe la Palabra de
Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles y la
trasmite a sus sucesores. Aquí se destaca el papel del magisterio: “No
está por encima de la Palabra de Dios sino a su servicio para enseñar
puramente lo trasmitido”. El magisterio interpreta el sentido auténtico de
la Palabra de Dios escrita o trasmitida.
Tradición, Escritura y Magisterio, según los designios de Dios, están
entrelazados y unidos y así contribuyen eficazmente a la salvación de las
almas.
El documento del Concilio trata
sobre la divina revelación que es
manifestación de Dios mismo al
hombre y establece una relación
personal de Dios con el hombre.
La revelación se expresa por dos
formas: La Tradición y la Escritura.
Ambas forman el solo depósito de
la Revelación.
La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios en cuanto escrita
por inspiración del Espíritu Santo. La Sagrada Tradición recibe
la Palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo
a los Apóstoles y éstos la trasmiten a sus sucesores.
Tenemos tres elementos: Tradición, Escritura y Magisterio
expresan la revelación contribuyendo a la salvación de las
almas.
Resumen de la 1ª parte
Inspiración y verdad de la Sagrada EscrituraLa Iglesia por medio de su Magisterio tiene por santos y
canónicos los libros enteros del A. Testamento y del N.
Testamento.
Las verdades reveladas por Dios se contienen y
manifiestan en la Sagrada Escritura por inspiración del
Espíritu Santo.
Dios y el hombre son
autores de los libros
sagrados. Dios es autor
de la inspiración. El
hombre, elegido por
Dios, actúa usando su
propias facultades y
fuerzas, escriben todo y
solo lo que Dios quería.
La segunda parte del nº 11 aborda el tema de la verdad en la Sagrada
Escritura. La Iglesia siempre ha creído y cree en la verdad de la Sagrada
Escritura. En el siglo pasado había tensión en torno a este tema de la
verdad en la Biblia. Se afirmaba que la Escritura se equivoca en las
afirmaciones científicas. Otros querían hacer concordar las verdades de la
ciencia con la Biblia. El punto es “Averiguar qué es lo que Dios quiere
revelar al hombre”. No revela conclusiones científicas que debe trabajar el
hombre. Se trata de “aquella verdad que Dios hizo consignar en dichos
libros para salvación nuestra”
Es un tema central de la constitución “Dei
Verbum” la interpretación católica de la
Escritura. Había que dar respuesta a los
temas urgentes que planteaba el
racionalismo. Presenta la Dei Verbum una
visión coherente de la revelación en sus
diversos alcances, así trata la interpretación
de la Biblia.
Si la Biblia es un texto divino-humano que
contiene sin yerro la verdad para nuestra
salvación, el intérprete, para conocer esa
verdad, debe aproximarse de manera
adecuada a la singular naturaleza del escrito
portador de esa verdad, con métodos
proporcionales a la naturaleza de la
Escritura.
La interpretación de la Sagrada Escritura
El Concilio plantea un doble trabajo
para el estudioso de la Biblia:
a) Sentido literal-histórico que
muestre la intención del autor
humano
b) Sentido espiritual, que manifiesta
la revelación de Dios.
“Dios habla en la Escritura por medio de hombres
y en lenguaje humano; por lo tanto el intérprete de
la Escritura, para conocer lo que Dios quiso
comunicarnos, debe estudiar con atención lo que
los autores querían decir y Dios quería dar a
conocer con dichas palabras” (DV12).
Para a) Hay que tener en cuenta los géneros literarios, las
condiciones del tiempo y cultura del autor, los modos de pensar, de
expresar, de narrar usados en aquel tiempo y también las
expresiones que se usaban entonces en la conversación ordinaria.
Para b) La escritura debe leerse e interpretarse con el mismo
espíritu con que fue escrita (DV12). Para esto
c) Hay que tener en cuenta el contenido y unidad de toda la Escritura
Hay que leerla en la Tradición de toda la Iglesia. Relación Escritura,
Tradición y Magisterio.
Hay que estar siempre atento a la “Analogía de la fe”. Por analogía de
la fe entendemos “la cohesión de las verdades de la fe entre sí y con
el proyecto total de la revelación”. Interrelación de las enseñanzas de
la fe de la Iglesia.
Total: Así como el Verbo se hace
hombre en todo igual a nosotros
los hombres hasta en nuestras
debilidades humanas, así la
Palabra de Dios se trasmite a
través de medios con
debilidades y limitaciones propias
del saber humano.
El documento trata sobre la presencia de la historia de la
salvación en los libros del A. Testamento, la importancia de la
economía de la salvación antigua con respecto a la venida de
Cristo y finalmente la relación que hay entre el Antiguo y el
Nuevo testamento.
El Antiguo Testamento
A) La economía de la salvación,
anunciada, contada y explicada
por los escritores sagrados, se
encuentra, hecha palabra de Dios
en los libros del A. Testamento.
b) Los libros del A. T. muestran a todos
el conocimiento de Dios y del hombre
y el modo como Dios, justo y
misericordioso, trata con los hombres.
Estos libros, con sus elementos
imperfectos y pasajeros, nos enseñan
la pedagogía divina.
c) Nos expresa el principio
tradicional de la unidad de
ambos Testamentos. El A.T
tiene su valor principal que
es preparación con respecto
a la venida de Cristo.
El cap. V presenta una reflexión
sobre el N.T. en cuatro puntos:
1) La excelencia de todo el N.
Testamento, en donde la Palabra
de Dios se encuentra y despliega
su fuerza de modo privilegiado.
(DV,17)
2) Considera cómo dentro del N.T.
sobresalen singularmente los
Evangelios, por ser el testimonio
principal de la vida y doctrina dela
Verbo Eterno hecho hombre.
El Nuevo testamento
4) Señala que el canon del N.T., además
de los cuatro evangelios, comprende las
cartas de Pablo y otros escritos
apostólicos inspirados por el Espíritu
santo. (DV,20). Confirman de divinidad
de Cristo, explican su doctrina auténtica,
cuentan los comienzos de la Iglesia, etc.
3) Toca el problema que ha causado muchas
desviaciones desde principios de siglo XX: La
cuestión de la historicidad de los evangelios. La
Iglesia defiende con energía la historicidad de
los evangelios que narran fielmente lo que
Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los
hombre, hizo y enseñó realmente para la eterna
salvación de los mismos hasta el día de la
ascensión. (DV,19). La persona de Jesús,
nuestro Señor, no es una persona distinta de la
que confesamos en el Credo y anunciamos en
la Iglesia, desde los orígenes.
El último capítulo del texto conciliar enumera unas cuantas maneras
prácticas de hacer uso de la Sagrada Escritura en la vida de la
Iglesia:
1. Veneración eclesial de la Sagrada Escritura
2. Recomendación de traducciones cuidadosas. Ya vemos que se
han realizado!
La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia
3. El deber apostólico de los
cristianos sabios y doctos: Nos
anima a todos los agentes
pastorales a estudiar con la
mayor profundidad posible las
Sagrada Escrituras. También
estudiando cómo ha sido su
estudio sobre todo en los Santos
Padres y en momentos especiales
de la evangelización de los
pueblos.
4. La Sagrada Escritura y los estudios teológicos: Antes del
Vaticano II, la teología era más estudio sobre la Teodicea
(estudio racional de la religión y de Dios). Se ha dado un
paso muy grande en el estudio de la teología a partir de la
Revelación Bíblica y la Tradición eclesial.
5. Recomendación de la lectura
constante de la Biblia. Hoy se ha hecho
popular la lectura de la Biblia. Con todo
hay que dirigir bien al pueblo de Dios a
no perderse en el bosque de las
narraciones históricas de guerras,
asaltos y mil acciones más. Hay que ir
más a descubrir que nos ha querido Dios
revelar en esas narraciones. No
debemos dejar en el olvido el
conocimiento de la Historia Sagrada que
antes se estudiaba y que ayudaba
mucho a tener una visión muy amplia del
A. Testamento. Hay que sacar las
narraciones más grandes y profundas
para tener ante los ojos la acción de Dios
para su pueblo y el mundo entero.