CAPÍTULO 2 SIEGRAIN: EL ASESINO

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Índice de Episodios

Introducción -----------------------------------------------------------------------------------------------pág3

Korone, Hechicero del hielo -------------------------------------------------------------------------pág4

Asesino en Masa -----------------------------------------------------------------------------------------pág8

Promesa Cumplida ------------------------------------------------------------------------------------pág13

Emisario de la vida y la muerte -------------------------------------------------------------------pág17

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Capítulo 2

Siegrain: El Asesino

Spam, según la antigua leyenda era el nombre dado a un grupo de poderosos

guerreros. Estos guerreros enfrentaron a una poderosa bruja llamada Momohime,

quien mantuvo una era de precariedad en toda Safael, y estos guerreros se alzaron

contra dicha bruja.

Se dice que fue una guerra que duró 1 año, la bruja tenia poderosos súbditos, pero

los guerreros no se dieron por vencidos, lucharon a tal punto de perder casi a todos

sus miembros.

Pelearon hasta el final, un día todos los que quedaron se sacrificaron, otorgándole

un poder enorme a su líder y en un choque de poder, ambos bandos perecieron y

su historia quedó escrita en tablas por muchos años.

- A diferencia del antiguo Spam, nosotros no pereceremos- Anunció Lillium con

optimismo - ¡Vamos a la colonia más próxima que esta al sur! No podemos

quedarnos aquí… todos nos están buscando y tarde o temprano nos

encontrarán- recalcó la chica

- Pues vámonos- dijo con entusiasmo Tomahawk al mismo tiempo que la veía

con una enorme sonrisa.

Parecía estar siempre muy de acuerdo con todo lo que Lillium decía, esto la hacía

sonrojar un poco, pero siempre trataba de permanecer serena y relajada

Sin esperar mucho tiempo partieron rumbo a la colonia del Sur, no sabían que les

aguardaba, pero estaban preparados para enfrentar lo que sea.

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Korone, Hechicero del hielo

Los cinco jóvenes, Areks, Saturn, Usuyk, Tomahawk y Lillium ya se aproximaban a la

colonia del sur, tras varias horas de viaje

- Veo construcciones, creo que llegamos- Dijo Usuyk

- Si, efectivamente acá es- acotó Lillium

La ciudad parecía desierta, totalmente vacía como si hubiera pasado un huracán

que arrasó con todo

- Algo no está bien aquí- decía Areks

- Mucho silencio- dijo Saturn

- ¿¡HOLA HAY ALGUIEN!?- Gritó Usuyk, al mismo tiempo Tomahawk le golpeaba

en la cabeza

- ¡No grites idiota! ¿O no te enteras que estamos siendo buscados? –

- Jejeje - una risa con un deje de tristeza fue arrojada por Usuyk

Lillium miraba a todos lados, de pronto empezó a correr y dijo:

– ¡Síganme!- entraron al subterráneo, corrieron y corrieron por muchos túneles

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- Estoy cansada de correr- exclamó Saturn

- Aquí es, sobre nosotros está el salón imperial donde reside el líder de esta

colonia- dijo Lillium

- ¿Lo vamos a matar también?- Casi alegre preguntaba Tomahawk

- No, lo tomaremos como rehén y sacaremos información sobre las otras

colonias, del supuesto rey y de cualquier cosa que nos sea útil – Le respondía

Lillium al mismo tiempo que todos miraban a Tomahawk

Usuyk con su espada rompió el trecho que lo separaba del salón de arriba,

rápidamente subieron, todos en posición de ataque volteando a ver por todos

lados.

Pero todo estaba vacío, era un salón grande, hermoso, con grandes columnas, una

alfombra roja muy hermosa y las paredes decoradas con una tela similar, casi

parecía un tributo a la vanidad.

- Qué frío hace aquí- dijo Saturn, mientras una ventisca fría se sentía por todo el

salón.

- Pero si estamos en un salón cerrado, ¿de dónde viene este frio?- Preguntó

Usuyk.

Todos se miraron a las caras con asombro a manera de suspenso, intentaron correr

pero no pudieron, al ver al suelo sus cuerpos estaban siendo cubiertos por hielo, el

cual iba subiendo desde sus piernas, hasta el tronco, y cubriendo sus brazos y

manos.

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- No esperaba visitas hoy, ni mucho menos que rompieran el hermoso piso de

mi salón- Exclamó con rudeza una voz que salía de las sombras.

- ¡Sal de las sombras!- gritó Lillium

Pronto se dejó ver la silueta de un hombre, era de estatura mediana que vestía con

ropa muy elegante de color blanco

- Que rabia tener que levantarme de mis aposentos para lidiar con turistas,

interrumpen mi sueño de belleza. Yo soy Korone, líder de la colonia Sur, me ha

llegado reporte de ustedes y los detendré en nombre del rey –

Avanzó hacia ellos, pero de pronto se detuvo.

– Un momento, según el reporte son cinco jóvenes, solo hay cuatro aquí- Se

decía a si mismo Korone.

Inmediatamente alzó su vista hacia el techo, allí se encontraba Areks mirándole

fijamente, y sin dudar se lanzó hacia él.

Korone se sobresaltó al verlo venir rápidamente, levantó sus manos y generó una

barrera de hielo frente a él para protegerse.

Areks quien venía a una gran velocidad, se estrelló contra esa barrera de hielo pero

la hizo pedazos, sin embargo como esta tenía abundante volumen no pudo tocar

a Korone, el impacto ocasionó que los dos se retiraran hacia atrás unos pocos

metros.

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Al momento que Areks se lanzaba sobre Korone nuevamente, pero una estalagmita

de hielo salió del suelo y casi le atraviesa el cuello.

- Bien ahora sí, todos quietos - dijo vanidosamente Korone secándose el sudor

de su frente – Explíquenme. ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué vienen por mí ahora?

-

- ¡No venimos por ti idiota! Necesitamos información, necesito saber dónde está

Siegrain – respondió Lillium

- Mmm… Acaso ¿No están ustedes trabajando junto a él? –Preguntaba Korone

- Es mucha coincidencia que en su colonia asesinen al líder y que el mismo

día fuera exterminado todo mi ejército.

- ¡Sabía que estaría aquí!– dijo al instante Lillium

Todos miraron con asombro a Lillium, Korone estaba sorprendido.

– Ambos buscamos lo mismo que es acabar con este régimen, que tiene a la

multitud engañada- Contestó Lillium casi sonriente.

- ¿Quién es ese tal Siegrain? – Preguntó inquieto Tomahawk

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Asesino en Masa

Siegrain, conocido y temido por todas las autoridades de Safael, un personaje muy

buscado y la razón por la cual los líderes de las colonias tienen ejércitos armados y

guardianes guardaespaldas. Al igual que Lillium, tiene una habilidad especial

usando armas de fuego, a diferencia que Siegrain utiliza dos armas más pequeñas

pero muy potentes.

Se dice que una vez fue forzado a trabajar para su colonia, ya que había sido

encontrado violando las reglas.

Los testigos afirman que tiene un estado de humor cambiante, le encantan sus

armas de fuego, pero hubo una vez que un guardia se las decomisó, pues según

estatutos la comunidad no puede estar armada.

Pero eso no fue lo que lo llevó a que lo detuvieran. Más tarde ese mismo día fue a

casa del guardia que le quitó sus armas pero como no las encontró, lo mató y robó

las del guardia.

No contento con esas ya que decía que eran muy baratas y de mala calidad,

decidió encontrar las suyas a como diera lugar, y pasó por encima de mucha gente

para conseguirlas.

Posteriormente fue apresado, pero el líder de esa colonia admiraba sus habilidades,

aquella manera de usar las armas, de ser sigiloso y peligroso, así que simplemente le

ofreció trabajar para él y no para su colonia expresamente

Siegrain se convirtió entonces en un asesino a sueldo, cuando la colonia no lograba

robar los bienes de otra, entonces este entraba en acción y si era necesario

acababa con la vida de los líderes de aquellas colonias.

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Un día por la noche, el grupo donde se encontraba Lillium, irrumpió en la colonia

donde residía Siegrain, entraron a robar y saquear todo.

El grupo de Lillium era superior, estaban masacrando a todos y Siegrain entró en

acción. Era muy veloz, prácticamente intocable, acabó con casi toda la tropa que

los fue a saquear esa noche.

Lillium lo miraba desde arriba fijamente, luego descendió frente a él.

Inmediatamente Siegrain reaccionó colocando sus armas en la frente a Lillium.

- Por ser mujer te daré oportunidad de correr, pero si te vuelvo a ver ¡Morirás sin

piedad- dijo Siegrain

- Eso habrá que negociarlo – contestó Lillium de forma muy tranquila y serena.

Siegrain sin darse cuenta, tenía el rifle de Lillium directo sobre su corazón, no supo en

qué momento sucedió y su cara reflejaba gran asombro.

- Disculpa por no aparecer antes, es que admiraba como matabas a los

patanes que siguen ciegamente las órdenes de un pelele. –insinuó Lillium

- ¿Quién eres y qué es lo que quieres de mí? –Preguntó impresionado Siegrain

Lillium en una señal de paz, quitó su arma para demostrar que no le haría daño, y

casi inmediatamente Siegrain también las quitó.

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- Tú y yo no somos muy diferentes, se habla mucho de ti y de tu capacidad con

las armas de fuego - murmuró Lillium

- - ¿Por qué estamos matando gente inocente, destruyendo aldeas solo para

complacer caprichos de estos supuestos líderes y de un supuesto Rey? ¿Qué

clase de paz y armonía es esta en la que una multitud debe perecer para que

unos pocos estén bien¿ - dijo Lillium con calma.

- Muchas veces vino ese pensamiento a mi mente – interrumpió Siegrain

mientras escuchaba a la chica en silencio.

- No somos animales ni esclavos de nadie, yo organizaré una rebelión muy

pronto, y si tienes el valor para liberarte, te buscaré en la colonia del sur que

es la más cercana, así ambos podremos hacer muchas cosas y ponerle fin a

esta era- dijo Lillium con voz tajante.

En ese momento, Lillium se dio la vuelta y se fue.

Siegrain se mostró pensativo durante un rato, estiró sus músculos, suspiró y miró el

cielo mientras sonreía.

A los pocos minutos llegaron los refuerzos del líder.

- ¿Qué pasó aquí? – Preguntaron agitados los guardias.

Siegrain lentamente bajó su cabeza, lanzó una pequeña mirada hacia atrás y sonrió

nuevamente.

Apuntó sus armas al ejército quienes lo miraban con desconcierto.

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Saltó y una lluvia de disparos comenzó, aquello empezó a ser una carnicería todos

caían muertos a manos de Siegrain, veloz, ágil, poderoso… No había nadie que lo

detuviera, ni siquiera quien lo tocara.

Gritos desesperados se escucharon esa noche. Acabó con todo el ejército él solo,

apenas se tomó tiempo para respirar cuando corrió hacia la torre donde se

encontraba su líder.

Llegó a los aposentos del líder, el cual parecía que lo estaba esperando.

- Me imaginé que un día podría pasar esto contigo, eres muy hábil para ser

controlado, sin embargo fuiste ingenuo mucho tiempo - dijo el líder.

- ¡Me convertiste en un asesino cualquiera! – Añadía Siegrain, con ira mientras

empuñaba sus armas con fuerza.

- ¡Jajaja! Querido Siegrain, tú ya eras un asesino – respondía el líder con maldad

y con tono burlón

- No te encontré sentado en un parque, fuiste apresado por matar a mis

guardias, yo... ¡Yo sólo exploté tu potencial! – reía con locura

- – Ya mandé una alerta con tu nombre, te buscarán todas las colonias como

la rata– decía con enfado- ¡Te acorralarán y te asesinarán! – exclamaba con

fuerza.

- Los esperaré y así como maté a todo tu ejército, los aniquilaré- respondió con

un leve suspiro.

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Inmediatamente empuñó sus armas y disparó al pecho del líder.

Su cuerpo caía sin vida con una sonrisa triste sobre su rostro. No tardaron en sonar

las alarmas que activaron los pocos guardianes que quedaban.

Siegrain decidió huir puesto que él solo no podría enfrentar a la camada del Rey, se

fue recordando las palabras de aquella chica que hizo cambiar su manera de

pensar y que por alguna razón tenía la certeza de que la volvería a ver.

Noches más tarde se enteró del asesinato del líder de la colonia de la cual residía

Lillium, no podía negar la emoción que sentía, lo que aquella chica le había dicho

era verdad, decidió así emprender su viaje a la colonia del sur.

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Promesa Cumplida

Lillium le explicaba brevemente a sus compañeros la historia de Siegrain, tras

escucharla el hielo en sus cuerpos empezó a descender, la estalagmita que

acechaba a Areks retrocedió.

Todos dirigieron su mirada de asombro a Korone.

- Lo que dices es cierto, tienes tanta razón, yo siendo líder de una colonia he

sido manipulado, he mandado gente a matar y a destruir para beneficiar a

un pueblo – decía Korone con voz triste.

- ¿Un pueblo dices? ¡Mira este salón, las alfombras, tu vestimenta! Seguramente

solo te hacías rico para ti mismo – dijo Areks con enfado.

Korone lo miraba de reojo

- Me tuve que ocultar en mi salón, en una cámara secreta para no ser

encontrado por Siegrain, todo mi ejército fue asesinado y la población entera

también – continuaba Korone.

- No maté a tu gente, simplemente huyeron hacia las afueras con unos cuantos

miembros de tú ejército, y aquellos que no quisieron mediar con palabras,

tuvieron que perecer, eran ellos o yo. –decía una voz mientras unos pasos

resonaban cerca de donde estaban ellos.

Lillium lo reconoció de inmediato, era Siegrain quién había llegado al salón.

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- Así que seguiste mi consejo y viniste acá como te lo pedí –dijo Lillium un poco

sorprendida.

- me hiciste darme cuenta de la realidad, y por cierto veo que traes a más

compañeros – dijo Siegrain con una sonrisa orgullosa.

Todos se acercaron a Siegrain mientras que Korone se sentaba en el suelo de aquel

salón con la mirada perdida.

- Mucho gusto soy Saturn sacerdotisa – decía con tono amable.

- Yo soy Areks, experto en artes marciales –

- Mi nombre es Usuyk, especialista en armas pesadas.

- Y yo soy Tomahawk, arquero –Sin quitarle la vista a Siegrain

- Mucho gusto, yo soy Siegrain, experto en municiones y con fama de ser un

asesino en masa – dijo orgullosamente mientras observaba a cada uno de

ellos.

Luego de saludarse voltearon todos a ver a Korone, quien seguía sentado sin

prestarles tanta atención.

- Y ¿Por qué razón decidiste que nos reuniéramos aquí en la colonia sur?-

pregunto Siegrain dirigiéndose a Lillium

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- Por la razón de que ésta colonia tiene como líder a un poderoso hechicero, y

un poderoso hechicero conoce a otros de su clase, y necesitamos toda la

gente hábil posible.

Korone se dispuso a mirar fijamente a ese grupo

- Así que podríamos tomarlo como rehén y sacarle información por las buenas

o por las malas - sugirió Tomahawk

- Yo quiero ir con ustedes, quiero reivindicarme, he sido usado como un peón

en un juego de ajedrez – dijo de pronto Korone al mismo tiempo que se

levantaba.

- Más bien como a una reina diría yo – dijo Siegrain mirando a Korone con un

tono burlón.

Se escucharon algunas risas y Korone lo miraba con algo de desprecio.

Interrumpió Korone- - tienes razón, tengo información valiosa -

Todos lo miraron con ansia y con gran asombro.

- Pero seguramente el rey se ha enterado de la masacre de las colonias, así

que pronto enviará a alguno de sus súbditos para investigar – continuó Korone

- Tienen que tener cuidado, el rey no es tonto y tiene súbditos muy poderosos

y seguramente ya están tras ustedes.

- Tras nosotros querrás decir – decía Saturn mientras le extendía su mano.

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- Huyamos de acá rápido, al no verme, asumirán que Siegrain me asesinó,

colocarán a otro líder, así que la gente no quedará desamparada – dijo

Korone.

- Y ¿Hacia dónde vamos?- preguntó inquietante Siegrain

- Más allá del oeste casi al final del inmenso continente, se dice que es el hogar

de dos reyes muy poderosos, pero que acogen a los fugitivos. No tengo idea

donde queda pero tengo fe que podremos encontrarlos- dijo Korone con

entusiasmo.

- Necesitamos encontrar hechiceros, ¿Qué datos nos aportas sobre eso? -

preguntó Lillium.

- En el camino te contaré todo, además antes de llegar al castillo de los Jueces,

haremos unas paradas –respondió.

Todos salieron inmediatamente por el camino subterráneo que habían tomado

para no ser vistos por nadie. Se dirigían hacia el oeste, esperando ansiosamente

la información que Korone tenía que darles.

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Emisario de la vida y la muerte.

Muy arriba en el cielo, detrás de las espesas nubes de Safael yacía un castillo volador

muy inmenso, casi nadie había visto nunca al menos de cerca, según lo que decían

los líderes de las colonias.

“Arriba en el cielo, en el castillo que nadie ve se postra el Rey y en este mundo

asienta sus pies”

Dentro del castillo había un gran cuarto oscuro, muy inmenso que daba a una vista

gigantesca de toda Safael

Se podía apreciar una tierra con tan grande magnitud que no se sabía dónde

empezaba y donde terminaba.

En el centro de ese cuarto había un enorme asiento que estaba elevado a lo alto

para poder divisar mejor el panorama, en el se encontraba una persona sentada,

de pronto se escucharon pasos dentro del gran cuarto.

- Señor, ¿Quería verme? –preguntó una persona que estaba fuera de la sala al

mismo tiempo que presionaba un botón.

No hubo respuesta del otro lado, las puertas se abrieron y esta persona pasó, a

simple vista parecía ser joven, alto, muy serio, al entrar éste agachó su cabeza y dijo:

- He acudido a su llamado Señor, ¿En qué puedo serle útil?

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- Mi buen súbdito Sugar, hay algo que me inquieta y no puedo pensar en

alguien más que no seas tú para encargarse de eso –respondía con voz grave,

como de una persona mayor aquella persona que se encontraba en el

asiento ubicado a lo alto de la habitación.

- Dígame ¿Qué cosa le preocupa tanto como para ser yo quien deba

encargarse? – preguntó aquel joven llamado Sugar quien lentamente

levantaba la mirada.

- ¡Jajaja! –elevó su tono de voz el hombre que se encontraba sentado- como

siempre, me encanta tu estilo – exclamó con firmeza.

- … Pasó algo en una Colonia ubicada al este, me han llegado noticias de que

han asesinado a Kitan –continuó.

- Pero ¿Cómo es que asesinaron a ese patán? Si tenía un ejército custodiándole

las espaldas – dijo Sugar tratando de burlase pero con un tono preocupado.

- Precisamente eso es lo que me inquieta, y me llama mucho la atención de

que según los informes fue un grupo de 5 personas, entre ellos; 2 chicas y 3

chicos… Es bastante interesante pensar que solo 5 evadieron la seguridad,

asesinaran a tantos guardias y luego al líder de su colonia, desafiando mis

leyes - Dijo en tono impetuoso aquel hombre postrado en el asiento.

Sugar pese a la ligera impresión que le causó la noticia que hayan asesinado a

un líder de colonia con un ejército de guardaespaldas, no se mostró temeroso ni

abrumado.

- Esto me da un mal presentimiento – continuó

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- podríamos estar en presencia de rebeldes que quieren causar escándalos allá

abajo – miraba fijamente la magnitud de Safael

– alterarán el orden, y pronto la gente querrá pensar por sí misma, además tengo

noticias de que la aldea del Sur fue devastada y de que no hay señales de Korone,

así que probablemente se encuentre muerto también.

El hombre dirigió la mirada a Sugar

- Quiero que bajes, e investigues bien qué es lo que quieren, pero no los

mates, seguramente te guiarán a otros rebeldes, y cuando sean muchos,

entonces extermínalos a todos – dijo aquel hombre con malhumor sin

quitarle la vista de los ojos a Sugar

– No cometeré los mismos errores de Momohime–

- Jajaja, entendido señor le enviaré reportes – respondía Sugar con una risa

malévola en su rostro.

- Confío en ti, no me defraudes… Ah! Y otra cosa, tengo el presentimiento

de que Siegrain está con ellos.

Sugar, aquella persona quien al parecer es peligrosa y poderosa, mejor conocido

por quitar la vida y darla a su gusto, salió inmediatamente de la sala, y se dispuso a

bajar a la colonia para reunir un grupo de personas para que lo ayudaran con la

tarea que le había sido encomendada.

Pasaron unos cuantos minutos cuando…

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- ¡Sasuke ven acá! –ordenó Sugar mientras llegaba al primer piso del castillo

preparándose para descender a Safael y metía las manos en sus bolsillos.

Casi inmediatamente apareció lo que a simple vista parecía un niño… Era un joven

brujo de los pocos que quedaban capaces de usar magia antigua y dominar el

“Salto dimensional”, cuya habilidad es permitir aparecer y desaparecer de

cualquier lugar que conozcan.

- ¡Ohhh pero si es Sugar! – respondió con voz de asombro el joven muchacho-

¿En qué puedo servirle señor?

- Necesito de tu habilidad, quiero que vayas al Norte y le des esta carta a Gabo

– dijo Sugar al mirar al joven con repugnancia, era notorio que no le caía bien.

En esos momentos, le entregó una carta sellada a Sasuke

Sasuke abrió sus ojos lo más que pudo y con voz temblorosa preguntó:

- ¿A… a... Gabo? ¿Al amo y señor del fuego? – tartamudeaba.

- ¡Solo vete ya! – le gritó Sugar con desprecio.

El joven desapareció.

- Tengo un mal presentimiento de esto – pensaba Sugar mientras observaba

hacia el horizonte.