UNIVERSIDAD DE CALDAS

DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

MAESTRÍA EN FILOSOFÍA

Seminario Metaética

Profesor: Pablo Arango.

Sobre la moral

Por: Valentina González

El ser humano es muy complejo, aún no se sabe con certeza cómo funciona el cerebro, pero

si tenemos claro que las hormonas y los químicos tienen gran importancia en como

percibimos el mundo y cómo interactuamos en él. Por ejemplo una mujer después de dar a

luz puede rechazar a su propio hijo, debido un trastorno hormonal, muchas veces esas

madres son vistas como una amenaza para sus hijos, situación que marca sus vidas de

manera negativa y genera muchos conflictos a nivel familiar.

Por otra parte estudios científicos muestran que las decisiones son tomadas segundos antes

de que la corteza pre frontal del cerebro, donde se desarrolla el raciocinio, sea activada, lo

que implica que esas decisiones no son controladas por la razón como normalmente

pensamos. La función de la parte racional es justificar las decisiones tomadas con

anterioridad. Lo que pone en evidencia el poco control racional que tenemos al momento de

tomar las decisiones y actuar de acuerdo a ellas.

Otros factores que intervienen en la formación de la personalidad son la educación y la

sociedad en la que vivimos. Las relaciones sociales moldean a las personas de muchas

maneras. No sabemos con exactitud cómo se relacionan los componentes biológicos y los

componentes sociales en la formación de la personalidad. Pero, podemos suponer que las

personas más sensibles se ven afectadas en mayor medida por sus vivencias. Por ejemplo

muchos de los asesinatos en masa que se han producido en las escuelas de Estados Unidos

muestran que los autores sufrieron de abuso físico y psicológico por parte de sus

compañeros durante muchos años, sin embargo esto no significa que todos los niños que

sufren esos abusos se conviertan en asesinos, lo que indica que muchos otros factores

intervienen en el comportamiento humano. ¿Hasta qué punto la misma sociedad es

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responsable de las acciones dañinas que comenten los individuos? ¿Cómo sabemos si un

agente es moralmente responsable? ¿Cuánto control tenemos realmente de nuestras

decisiones y acciones morales? Son cuestiones que deberían ser resueltas por la filosofía

moral.

Cuando hablamos de moral generalmente pensamos en un sistema de normas que nos

permite saber cómo actuar correctamente en determinadas circunstancias. Estos sistemas

morales habitualmente han sido desarrollados dando mucha importancia a la parte racional

del hombre, presumiendo de las virtudes intelectuales frente a las otras facultades físicas y

sensoriales. Esta escisión hace que los sistemas no tengan la amplitud que pretenden, pues

no se ve al hombre en su totalidad y por lo tanto dejan de lado muchas cuestiones

importantes. Las pretensiones de control y seguridad en la razón desestiman la importancia

de otros factores que intervienen en el ámbito del comportamiento, como lo es la fortuna, el

azar y los elementos biológicos y químicos. No se llega nunca a un sistema moral que

satisfaga los requisitos para que sea aceptado por todos, incluso llegamos a cuestionar si es

posible hablar de moral en términos universales, o si es una cuestión meramente de gustos.

Sin embargo en la base de la moralidad encontramos algunos sentimientos que son

compartidos por todos los hombres.

La justicia es un sentimiento moral que podríamos considerar universal, se desarrolla a

tempranas edades en los humanos, y si seguimos el argumento de Frans De Waal, incluso

está presente en otras especies animales, este sentimiento está enraizado en sentimientos

primitivos como los de venganza y empatía, podríamos decir que es por su aplicación que

se puede sostener la cohesión en las sociedades, pero lo anterior no implica que haya una

definición clara de lo que entendemos por justicia, en general queremos que los

responsables por acciones malas sean castigados y que quienes actúan bien sean

recompensados, aquí el problema se remite a los conceptos de bien y mal que normalmente

pueden referirse a las necesidades de subsistencia de la misma sociedad. En el ejemplo de

los asesinos de las escuelas de Estados Unidos podemos ver que ellos estaban buscando

justicia, y sus capacidades –mentales, biológicas, desarrollo social - no les permitieron ver

otras opciones.

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