Síntesis Fenómeno de la Vida

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I

ORGANISMO

Lo Vivo__________________________________________________________________________________________________

Qu es la vida?Definiendo la vida y la transicin de la vida(pp. 21-40)1. INTRODUCCIN

Fue hace ms de cincuenta aos don Erwin Shrdinger quien por primera vez escribi un trabajo con este ttulo. Definir la vida no es una empresa fcil pero s de gran utilidad, esto por dos razones fundamentales: al hacerlo i) lograremos diferencias a los humanos, animales y plantas de las rocas y galaxias, como tambin ii) permitir un avance en la creacin de vida artificial e identificacin de vida extraterrestre. Si bien muchos se han ocupado de investigar el origen de la vida, es extrao que nadie lo haya hecho por definir qu es la vida. Tal vez la primera pregunta que deberamos hacernos es cul es la unidad viva mnima que existe?

Hasta el momento son dos las corrientes principales que han tratado de responder a stas preguntas, y desde pticas absolutamente diferentes. Uno de ellos son los genetistas, quienes buscan rescatar el carcter histrico como fenmeno de poblacin, los otros son los cibernticos, quienes investigan el aqu y ahora de un individuo particular. Lo primero que haremos es definir la vida m-nima, luego la de un individuo, pero respecto del sentido comn, es decir, sin la necesidad de ins-trumentos cientficos y mucha tecnologa.

2. EL NIVEL MACROSPICO: CONVERSACIN CON UN EXTRATERRESTE

A continuacin se presenta la metfora de Oparin: llega un extraterrestre de marte y le pregunta a un granjero cules son las cosas vivas de su planeta, a lo que el granjero seala, rpidamente, los rboles, animales, insectos y humanos; destacando que no lo estn los artefactos electrnicos y los planetas. Entonces el visitante pregunta cul es la caracterstica comn de todos aquellos que dice que poseen vida a lo que el granjero responde (que) se mueven, crecen, reaccionan, se reprodu-cen!, pero el extraterrestre le hace entender que todos los que seal como no vivos tambin po-seen algunas de dichas cualidades. El granjero, pensativo, tarda unos minutos pero responde que todos los seres vivos son capaces de producirse a s mismos mediante mecanismos que albergan dentro de su propio organismo. Entonces el visitante queda feliz con la respuesta.

Sin duda que es una notable caracterstica ma-croscpica de los seres vivos la capacidad de auto-man-tencin y auto-generacin. La siguiente figura ilustra la conclusin recin expuesta: la identidad del organismo transforma A en S, formando ste parte de s mismo, y luego S en P en el caso de aquellas cuestiones que deben ser desechadas (descomposicin). Si el organismo recibe suficiente A, por lo que forma mucho S, entonces ste estar en condiciones de auto-reproducir su identidad en dos; pero esto no es requisito para la definicin de vida.

3. EL NIVEL CELULAR: INGRESA LA AUTOPOIESIS

Nuestro cometido ahora es definir la vida a nivel microscpico. Lo primero es escapar de la tautolo-ga actual que reina en el mundo cientfico: la vida es celular porque no conocemos vida sin clulas. Para lograr esto debemos analizar no de qu est compuesta la misma, sino cmo est organizada. ste fue el salto conceptual que dimos con Maturana en los aos 70 introduciendo el neologismo de la autopoiesis (auto-produccin): con ste trmino buscamos sealar el patrn bsico mnimo de la vida. Un sistema autopitico est organizado como una red de produccin (sntesis y destruccin) de componentes, de forma tal que los componentes i) regeneran continuamente (e integran) la red de transformaciones que los produjo y adems ii) constituyen una unidad distinguible frente al todo (forman un s mismo). La figura adjunta contempla un ejemplo de sistema mnimo celular.

La conclusin ms interesante que podemos sacar de sta definicin es que la vida corres-ponde a un carcter emergente que no necesariamente est ligado a una u otra estructura: la vida tal y como la conocemos se regula por el ADN y/o ARN, pero esto no necesariamente debe ser as siempre; esto es un gran salto para la vida artificial.

Pero cmo podemos saber cundo hay vida y cundo no exactamente? cules son los cri-terios? Pues estos son tres (que debe poseer..):

1) Borde Semi-Permeable: Han de existir l-mites que permitan discernir entre interior y exterior.2) Red de Reacciones: Lo componentes de dicho borde deben haberse producido me-diante una red de reacciones desempeada dentro del mismo organismo.3) Inter-Dependencia: No puede existir 1) sin 2) ni 2) sin 1); deben depender uno del otro.

Vale la pena sealar que no necesariamente el conjunto de unidades autopoiticas es capaz de gene-rar una unidad autopoitica mayor; as como un grupo de seres humanos no crea en efecto un ser humano ms grande, como tal. El concepto de autopoiesis se refiere a la vida mnima.

4. LA VIDA A NIVEL DE LAS MOLCULAS VIVAS

Sin lugar a dudas la definicin segn la biologa molecular, centrada ms en lo estructural, sealan-do que necesariamente lo vivo se reproduce y autoproduce ya que est compuesto o por ARN o por ADN especficamente, difiere mucho de la nocin autopoitica recin propuesta. El sistema auto-poitico vivo se centra en la organizacin de los organismos ms que en su composicin (su mate-rializacin).

Qu es la vida artificial?(pp. 41-48)La vida artificial corresponde a una imitacin que pretende suplir las hiptesis sobre las cualidades de vida de los organismos naturales. Por ejemplo, si sabemos lo que es y cmo funciona el sistema neuronal, entonces podemos crear algo que logre su misma dinmica. Pero en que momento la imi-tacin se vuelve real? Trabajaremos entonces sobre las caractersticas biolgicas de la vida.

1. LA COMPARTIMENTACIN

Dos posturas se oponen actualmente respecto de qu es lo que caracteriza lo vivo. La primera es la de aquellos que afirman que todo lo que posee ARN (como sintetizador y constructor) necesaria-mente est vivo: yo considero que esto no necesariamente es as; es preciso que exista una frontera que separe al organismo del resto de la sopa molecular en la que se encuentra. Por lo tanto formo parte del segundo grupo, es decir, de quienes piensan que no basta con una molcula especfica, sino que debe haber algo ms. En este caso, y en todos, es que debe cumplirse el requisito de la autopoiesis: debe existir autoproduccin que genere su propio lmite dentro del medio. No necesa-riamente esto debe ser producido por el ARN: pueden ser otras molculas.

2. ROBOT EXPERTO O BEBE EXPERTO?

Cuando queremos caracterizar lo vivo el hroe no es el campen de ajedrez, no lo es la lgica o ca-pacidad de deduccin y memoria, sino el bebe, es decir, aquello que nos muestra un cuerpo (un l-mite; una frontera) que responde en movimiento frente a los estmulos inesperados del entorno en el cual se ve rodeado; sta es su autonoma. Siguiendo sta idea, una simulacin difcilmente respon-der a lo inesperado; difcilmente seraa autertonom a lo inesperado.rodeado.lo que nos muestra un cuerpo que responde en movimiento frente a los est. rs debe ser autnomo.

3. LA REPRODUCCIN ES UNA CONSECUENCIA

Considero que es un error epistemolgico considerar que todo aquello que se reproduce necesaria-mente est vivo. En el caso de las bacterias, vemos como turbulencias potentes bastan para que se produzca una fisin y stas se partan en dos: lo realmente complejo es que un organismo autogene-re su propio lmite e identidad dentro del medio.

4. LA CONSTITUCIN DE LA IDENTIDAD

Todo organismo vivo multicelular posee tanto en lo macromolecular como en lo nervioso identidad y por tanto un cuerpo, el cual da paso a la distincin del s mismo del no-s mismo. A la identidad del primero le denominamos somtica y la del segundo cognitiva. A veces se puede ver afectado una sin que necesariamente la otra sufra dao alguno. Para las plantas est el sistema somtico y otros identitarios, que no son cognitivos; ya que las plantas no se desplazan. En general lo impor-tante es destacar que el organismo es la unin de entidades que forman un sistema vivo. El cerebro est esencialmente ligado a la movilidad: desde el momento en que uno se mueve desarrolla un cerebro (p.46).

5. EL JUGADOR DE AJEDREZ NO ES NADA

Lo sorprendente es descubrir que el secreto de la capacidad cognitiva y adaptativa no est en las lgicas, no est en lo abstracto, no est en la simple manipulacin: es la capacidad de desenvolver-se en el mundo, de buscar, de orientarse (p.47).

Desde hace ya muchos aos la guerra se efecta entre cognitivistas, que son quienes creen que la cognicin se basa en la representacin de un mundo fijo y predecible, y los situacioncitas, quienes piensan que todo conocimiento de adaptacin se enfoca en la actividad misma. Para los primeros el hroe es el jugador de ajedrez, para el segundo lo es el beb.

Interacciones suficientemente complejas (no lineales) hacen emerger un estado global del cerebro que est en el origen de las performances superiores: la imaginacin y la comunicacin (p.48). Por primera vez en la historia de la ciencia se estudia el comportamiento local con vista ha comprender el funcionamiento armonioso total del cuerpo.

PATRONES DE VIDAEntrelazando identidad y cognicin(pp. 49-73)1. CONTEXTO

La vocacin de la vida Artificial (VA) es contribuir a una mejor teora cientfica de la vida y de los organismos vivos (p.49). Son dos la motivaciones que preceden a la VA: i) demostrar que no slo la prediccin debe poder validar sino adems la interpretacin y ii) servir como propuesta tecnolgica y prctica en general. A continuacin se bosquejarn las principales posturas epistemolgicas que se pueden identificar en la VA a lo largo de los ltimos veinte aos.

2. EL PUNTO DE VISTA DE LA AUTONOMA

La nica forma de lograr entendimiento sobre los organismos vivos es resaltando su autonoma, lo cual quiere decir que debemos tomar las dos siguientes proposiciones, interconectadas, y ponerlas en el centro de las investigaciones:

1) Los organismos son fundamentalmente un proceso de constitucin de una identidad. No se necesita de un controlador central ya que el mismo cierre operacional (Varela, 1979) que lo constituye permite su propia auto-organizacin y futura auto-produccin y re-produccin. Su descripcin no es estructural esttica sino coherente como proceso dinmico.2) La identidad emergente del organismo proporciona, lgica y mecnicamente, el punto de referencia para un dominio de interacciones. La naturaleza intrnseca de la emergencia es interactiva. Son las interacciones las que lo definen (somatica oteracciones las que lo definen identitariamente (somons: ciones, interconectadas, y ponerlas en el centro de las investica y cognitivamente) como ser autnomo que crea significacin hacia el medio ambiente.

La siguiente figura ilustra la circularidad dinmica general de un sistema vivo:

Campo de InteraccionesVnculo

Identidad

Causas de Emergencia

Enlace Intencional

Seales Celulares Percepciones Acciones Reconocimiento Somtico

Autopoiesis Lazos Senso-Motores Redes InmunesCierre OperacionalSignificado Informacin

En definitiva reconocemos dos cuestiones importantes a tener en cuenta: a) jams podremos enten-der adecuadamente la vida a menos que tangamos en claro cul es su identidad (no basta con su funcionalidad), y, en definitiva, b) sta est definida tanto por su corporeidad como por su historia; no corresponde meramente a una existencia abstracta.

3. IDENTIDAD CELULAR

Si bien la unidad celular no es el nico aspecto que debemos comprender, s es fundamental: y ser el que trataremos a continuacin:

3.1 Autopoiesis: Proceso de la unidad celular

Cul es el proceso bsico que describe, de forma no material sino organizativa, a los sistemas vi-vientes mnimos? La autopoiesis (Maturana & Varela, 1973) (del griego: auto-producido): ste es aquel que produce continuamente los componentes que lo especifican, los cuales al mismo tiempo hacen efectivo (el sistema) como una unidad concreta en el espacio y el tiempo, que a su vez hace posible la red de produccin de componentes. La identidad implica una coherencia autogenerada. (p.54). La siguiente figura ilustra la circularidad del mecanismo:permite sus dinmicas acotadas de

Red MetablicaLmites (Frontera)

Desde una perspectiva fenomenolgica slo existen dos puntos que esta definicin (la de una autopoiesis) no aborda en profundidad: uno es i) cmo sta forma de organizacin permite que un sistema vivo se haga ms complejo a travs de los mecanismos de reproduccin a lo largo de su historia, y el segundo es que ii) la reproduccin no consiste en requisito esencial de la vida; la con-sideraremos a sta una complejidad adicional sobre la dinmica bsica. Una unidad slo puede re-producirse cuando existe una identidad: sta posee prioridad lgica y ontolgica sobre la misma, aunque no una precedencia histrica. (p.56). Materia, Flujo de Energaproduce metabolismo que constituye

3.2 La identidad de lo vivo y su mundo

Con respecto a la relacin de la unidad mnima autopoitica autnoma y su entorno podemos decir que debe diferenciarse de su medio ambiente y al mismo tiempo debe mantener su vinculacin con l; ste vnculo no puede deshacerse ya que el organismo emerge desde el medio ambiente pero a la vez se debe a l mismo (p.59).

Es en sta relacin dialctica entre la unidad y su medio ambiente es que se crea un exce-dente de significacin en su entorno, ya que est constantemente produciendo una significacin que est perdida, nunca pre-dada o pre-existente (p.61), diferencindose no slo l sino aquello que lo provee de la identidad que permite su autonoma: llamaremos al sistema externo total de vida un medio ambiente, pero en cambio al entorno circundante, co-definido con la unidad que lo define, lo denominaremos su mundo.

4. IDENTIDAD COGNITIVA

4.1 La percepcin-accin como una neuro-lgica bsica

Cul es el lugar especfico del sistema nervioso en la operacin corporal de un multicelular? Toda vez que el movimiento es una parte integral del estilo de vida de un multicelular hay un desa-rrollo del sistema nervioso que relaciona los efectores (msculos, secrecin) y las superficies sen-soras (rganos sensoriales, terminaciones nerviosas) (p.64). Lo interesante a destacar de sta rela-cin planteada es que, al igual que la unidad mnima autopoitica, sta es circular (el denominado cierre operacional); tal como muestra la imagen a continuacin:

Perturbaciones

Modula sus dinmicas

Enlaces senso-motoresRed inter-neural

Genera conjuntos neuronales subyacentes

Efectos

Cabe destacar que el estado general de los sensores depende mucho de la actividad del or-ganismo, de su neuro-lgica en-situacin, de modo que la conducta corresponde a la regulacin de dicha percepcin; existe una co-determinacin. Pero en ste caso el proceso cognitivo no es alcan-zado mediante lmites, como en las unidades minio en las unidedades manzado mediante lres depende mucho de la actividad del organismo, de su situacicreta en el espacinimas, sino a travs de las conductas. Finalmente, como enlace comn, podemos decir que el ser cognitivo es la manera en que el organismo, median-te su actividad auto-producida, llega a ser una entidad distinta (coherente) en el espacio (p.66); aunque, por supuesto, jams independiente. En el caso del sistema nervioso, el mundo corresponde-ra a todo aquello significado por la percepcin-accin; movimiento-y-espacio.

4.2 Ser cognitivo y mundo perceptual

Frente al podero histrico de la visin computacional (procesamiento de la informacin) de la cog-nicin aqu se propone algo novedoso: no existe un eje central controlador de las dinmicas, es la misma propiedad emergente de las interacciones, casi azarosas, de los elementos locales (los agen-tes) lo que se presenta como un todo coherente frente a nosotros (los observadores). El ser cognitivo es su propia implementacin: su historia y su accin son una sola cosa (p.67) por lo que no existe ninguna potencialidad inherente que nos relacione objetivamente con el medio ambiente; pasando por alto locaciones y disposiciones (recordemos aqu la diferencia entre medio ambiente y mun-do). No hay ni representacin central ni sistema central: slo hay historia.

5. LA GALAXIA DE CIERRE

Distinguimos, epistemolgicamente, tres corrientes principales que hoy definen tendencias en las investigaciones sobre VA e IA:

1) Funcionalismo: Se centran en la duplicacin de funciones o propiedades.2) Fisicalismo: Se confan de ciertas descripciones fsico- moleculares emergentes.3) Anti-naturalistas (Vitalistas): Debido a que todo lo vivo es historia, proponen que es imposible lograr una imitacin verdadera de algn organismo vivo.

Organismo__________________________________________________________________________________________________

EL ORGANISMO, UNA TRAMPADE IDENTIDADES SIN CENTRO(pp.77-115)1. INTRODUCCIN

En este documento cuando se habla de dialctica nos referimos a cmo un sistema viviente se es-tructura a s mismo como una entidad distinta a su medioambiente mediante un proceso que gene-ra, a travs de ese mismo proceso, un mundo adecuado para l (p.77): sin duda que el organismo puede, y debe, mantenerse autnomo pero jams independiente; la paradoja es que se diferencia enormemente de su entorno pero (que) a su vez necesita de l para poder operar.

Todo sistema vivo, en tanto crea un s mismo (un fantasmal yo), se presenta como propie-dad que emerge (como identidad de movimiento y no de sustancia) de las interacciones locales. Particularmente trataremos los siguientes puntos: a) la unidad mnima celular, b) ser corpreo en su base inmunolgica, c) un s mismo percepto/motor (conducta animal), d) un yo socio/lingstico de subjetividad y e) un colectivo social.

2. EL S MISMO COMO SISTEMA VIVO

2.1 Autopoiesis como esqueleto bio-lgico

Como ya se mencion anteriormente, la autopoiesis es muy til cuando queremos determinar qu es vida y qu no es vida (p.80), esto claro si el organismo es capaz de defenderse de las perturbaciones que ofrece el medio ambiente en general.

La pregunta que nos hacemos ahora es puede existir una estructura molecular ms simple que la bacteria como organizacin autopoitica mnima? Al igual que Conway (1971), en el juego de la vida, o Wolfram (1986), en generacin de patrones espacio temporales, una simulacin ade-cuada que presentar nada ms que catalizadores, monmeros y sustratos, y una membrana con cierta permeabilidad especfica, tender, en la medida que se organice de la forma adecuada, a auto-regularse en el tiempo. En el ltimo tiempo Luisi y Varela (1989) han investigado encapsulacin de macromolculas mediante vesculas lipdicas: sta es la principal candidata para ser catalogada como la posible primera clula.

2.2 La identidad de la vida y su mundo

Hasta el momento, y como es debido, hemos tratado el tema de la vida segn patrones ontolgicos de organizacin e identidad y no respecto de ningn tipo de material de composicin en particular: no nos interesa de qu est hecho sino cmo se comporta.

Hasta el momento la discusin respecto de la biologa elemental de vida a sido llevada a cabo entre los Vitalistas/Holsticos (slo hay globalidad y emergencia; no es posible identificar co-herencias locales) y los Mecanicistas/Reduccionistas (slo hay localidad elemental y no existen los fenmenos emergentes). Desde el punto de vista de la autopoiesis esto no es ms que un falso pro-blema. Como ya se vio, ambas posturas se complementan a travs de una causalidad recproca: lo emergente afecta topolgicamente las condiciones para que lo local acte y lo local a su vez deter-mina las reglas que demarcan los mrgenes de interaccin de lo que emerge; la causalidad los en-treteje explcitamente de modo dialctico.

Por otro lado est la paradoja sobre la relacin entre el sistema autopoitico y el medio am-biente que lo rodea: el sistema debe distinguirse de su medio, mientras que al mismo tiempo debe mantenerse ligado a l (p.85). Pese a que el organismo es parte de todo el medio ambiente, l, de forma selectiva, posee una perspectiva adecuada, definida anteriormente por el excedente de signi-ficacin que brota por las necesidades (como aquello que les hace falta y) impuestas por su propia identidad desde ex nihilo: hay una interpretacin del entorno que le rodea. sta accin inexorable de buscar lo que falta corresponde a la actividad cognitiva del sistema (p.88), y es lo que crea, como ya lo sealamos anteriormente, la diferencia entre el medio ambiente y el mundo.

EL S MISMO COMO SISTEMA COGNITIVO BSICO

3.1 La percepcin accin como una neuro-lgica bsica

Desde un punto de vista neuro-lgico hay dos cosas que vale la pena sealar, y que han sido descu-biertas slo ltimamente. Primero tenemos que, como forma de conexin entre las neuronas sensiti-vas y las motoras, existe una red de inter-neuronas (extendidas de manera uniforme) que se confi-guran de diversas formas coherentes dependiendo de las circunstancias contextuales en la que se encuentre el organismo; ya no podemos hablar de que existe una sola forma, neuro-lgicamente ha-blando, de responder a un mimo estmulo aparente. Por otro lado est lo que se ha denominado la ley de reciprocidad. Antiguamente se pensaba que las seales nerviosas eran unidireccionales, desde A a B por ejemplo, pero lo que se afirma con sta ley es que tambin existe trnsito desde B hasta A: incluso hay experimentos (Synger, 1977) que sealan que hay mayor flujo desde B hacia A que viceversa.

Probablemente si antes pensbamos que slo exista un nico paso abstracto de informacin por las redes neuronales es porque los experimentos no se hacan en un contexto natural (cotidiano): se anestesiaban animales y se bloqueaban sus respuestas sensorium, no as las motorium, de modo que el cerebro jams tuvo que crear vas anexas de configuracin por que la presin del contexto jams existi. Esta percepcin de la neurociencia reciente es fundamental por cuanto nos libera de la tirana de buscar una cualidad homuncular, centralizada, para el comportamiento de un agente cognitivo normal (p.96).

3.2 Ser cognitivo y mundo perceptual

Todo ser cognitivo tiende a auto-regularse descentradamente (mediante un coordinador virtual) con el fin de mantener su identidad intacta frente a los cambios que pueda ofrecer el medio. Un gran ejemplo de esto es el experimento llevado a cabo por Fresnau y Lachaud (1985) sobre colonias de hormigas: sometiendo diferentes colonias a diversos estados sociotmicos se evidencia cmo, de manera no sustancial, los grupos de insectos tienden a modificar su conducta, y memoria, habitual como conjunto. Vale estacar que si bien se distingue claramente cada individuo, no ocurre as res-pecto de un centro localizado (que regule los actos de la colonia).

Para comprender correctamente ste punto de vista de la cognicin debemos renunciar a la creencia de que pertenecemos a un mundo pre-definido y objetivo: esto porque la realidad, como construccin, se presenta frente a nosotros dependiendo de nuestra historia y componentes constitu-tivos. Por ejemplo, a nivel neuro-lgico, la luz y su reflejo producirn cierta gama de colores depen-diendo de nuestras propias estructuras somticas (y sus respectivos procesos emergentes). Es de-mostrable que el color no es una propiedad que se pueda recuperar de la informacin medio-ambiental de una manera precisa. El color es una dimensin que se muestra slo en el dilogo filo-gentico entre un medioambiente y la historia de un ser autnomo activo (p.101); el cual, a su vez, crea contantemente su propio mundo.

ste mundo depende directamente de nuestro estado-en-situacin particular, como lo mues-tra el experimento de Scott Fisher (1990). En l se colocan guantes y un casco que crean imgenes perceptuo-motoras a travs de la estimulacin producida por una computadora. Luego de 15 min, aprox, el cuerpo comienza ha habitar sta nueva realidad, logrando evidencias neuro-lgicas tan veraces como cualquier movimiento usual de la corporalidad. En sntesis, el sistema nervioso es un sintetizador de regularidades tan magnfico que cualquier material bsico le es suficiente como me-dioambiente para crear un mundo extraordinario (p.102).

4. ORGANISMO: UN TRENZADO DE SERES VIRTUALES

4.1 El s mismo como persona

Debemos recalcar la idea de que le ser humano puede entenderse como conexin virtual que no posee una localizacin cntrica que permita su control. Posee una dimensin local, mecanismos dis-tributivos particulares, y una dimensin global, como coherencias constitutivas. Podramos decir que poseemos un lado corpreo, que se relaciona con todos los animales que poseen sistema nervio-so, y un lado lingstico, que se relaciona con todo fenmeno social, y que desemboca en la auto-referencia interpretativa sobre el yo personal (personal self): por ste motivo el yo no es solamente pblico ni solamente privado, sino que son ambas cosas a la vez (p.106).

Como nos ensea Merleau-Ponty, necesitamos entender nuestro cuerpo como tal pero ade-ms como algo que est ah (Dasein) y que posee identidad. Esto nos recalca la necesidad de ver al yo como una continuidad entre ambas dimensiones; algo auto-producido constantemente como proceso de interaccin local, global, social y, finalmente, personal; crea una persona.

4.2 La dialctica doble de los organismos

Todo organismo es rico en composicin de una variada gama de s mismos, quienes si bien no se es-pecifican de la misma forma s comparten una lgica comn: a sta la llamamos la dialctica com-partida, donde el nico punto central (pero no localizado) es su mutua co-definicin constante, y posee, en cada uno de ellos, dos dimensiones:

Dialctica de Identidad [o relacin con s mismo]: Aqu se establece el denominado agente autnomo, una identidad para s (por sui). sta, a su vez, se compone de dos trminos que se co-definen constantemente (uno):

i. Dinmico: Conjuncin de componentes locales de actan en red y desarrollan las ulteriores propiedades emergentes (en sentido ascendente); mallas metablicas, redes de anticuerpos, conjunciones neuronales o recursividad lingstica.ii. Global: Son las propiedades ya emergentes que condicionan (en sentido descenden-te) el comportamiento local que trabajan en red; membranas celulares, cuerpos sen-soriales, discriminacin ser/no-ser: personal self.

Dialctica de Conocimiento [o relacin con el mundo]: Aqu se crea un mundo de significa-cin cognitiva para esta identidad (p.109) ya creada en el proceso dialctico anterior. El cuerpo crea su propio campo tanto de problemas como de forma acciones que permitan so-lucionar dichos problemas. Nuevamente se nos presenta la composicin de dicha conjun-cin en dos dimensiones (de):i. Significacin: Produce la emergencia de un excedente de significacin (meaning); semntica celular, percepcin/accin conductual, ser/no-ser como asertos somti-cos: identidad personal.ii. Enlace: Generacin de dependencia con respecto a un mundo (parte del medioam-biente) que le proveer de los elementos de entrada al sistema; leyes celulares, inte-raccin molecular, comportamiento cognitivo e intercambio socio-lingstico.

Recordemos que el medioambiente no ofrece una pista de aterrizajes pre-determinada para los or-ganismos, esperando que ellos se representen algo que est dado, sino ms bien hay una co-defini-cin y co-determinacin entre el sistema vivo y su medio, lo cual crea una historia de interacciones entre ambos. Se ha creado entonces una doble paradoja: autoproduccin por acontecimiento depen-diente y autonoma de conocimiento a travs del enganche con el medio ambiente (p.110). Final-mente, el organismo no slo est constantemente informado en dnde est, sino adems respecto de dnde proviene.

EL CUERPO EVOCADORUna relectura de la inmunidad(pp. 117-144)El enlace entre el ser y la existencia es nuestro cuerpo (p.118). sta corporalidad primordial (biol-gicamente encarnada) se presenta mediante dos dimensiones entrelazadas e inseparables, a saber, que se habilitan una a la otra mutuamente: a) una naturaleza de raz animal (Krper: ser) y b) una socio/histrica de construccin lingstica (Leib: existencia). Ambas dimensiones forman lo que Marleau-Ponty (1964) denomin el cuerpo vivido (Krper/Leib); aquello a partir de lo cual evo-camos el cuerpo.

Evidentemente son dos los errores que podemos cometer a la hora de intentar comprender el carcter global de la corporalidad. Sera una lstima pensar que slo hay naturaleza biolgica inde-pendiente a la experiencia; tambin lo sera creer que slo existe comprensin sobre la experiencia y no as por parte de un cuerpo biolgico natural. Lo que se propone a continuacin es un ejemplo, y no ms que eso, de una identidad fundamental vista desde la perspectiva corporal que hemos tra-tado hasta el momento: filo de navaja entre el Vitalismo y el Racionalismo.

1. DECONSTRUCCIN DE LA INMUNIDAD COMO DEFENSA

Dentro de la identidad total de nuestro cuerpo, uno de sus pilares fundamentales de constitucin es la inmunidad. ste corresponde a uno de varios mecanismos autnomos de discriminacin yo/no-yo. Pero, lamentablemente, hasta el momento el discurso inmunolgico gira en torno a metforas militares, as como en las ciencias que estudian el cerebro giraban (o incluso an lo hacen) en torno a metforas informticas (p.121).

Pero el problema no es la metfora; s lo es la orientacin que se le da a sta: debemos cam-biarla, en coherencia con la autopoiesis, por una de cognicin y auto-organizacin de procesos. Hasta el momento, como herencia de las teoras de procesamiento de la informacin, se piensa bajo un enfoque estrictamente heternomo, ya que se afirma que el cuerpo slo es dirigido y responde ante informacin encontrada en un medio externo; sin oponer resistencia, sin presencia de identidad ante la reaccin. Pero han olvidado algo importante: a diferencia del sistema nervioso, el sistema inmune no posee rganos sensoriales ubicados en el espacio que puedan reconocer las amenazas que provienen de el exterior. Es ms, es probable que tengan mayor contacto con el interior del cuerpo, no as con lo externo. Debemos entonces re-construir la nocin actual que poseemos sobre el reconocimiento. Consideremos que el sistema inmunitario, y todo sistema que posea propieda-des tpicamente cognitivas, debe as ser capaz de: 1) reconocer (perfiles moleculares antignicos), 2) aprender (modos de defensa frente a los mismos) y 3) memorizar (recuerdo de formas ya encon-tradas).

Sin ir ms a fondo, decir que un anticuerpo reconoce un antgeno significa que se une a l qumicamente y al hacerlo, lo neutraliza (p.124). La pregunta que nos hacemos ahora es qu es un antgeno?, es decir, cmo sabe nuestro sistema inmune qu corresponde al yo y qu al no-yo? La teora que ms ha prevalecido hasta el momento es la de Seleccin Clonal de jerne y Burnet. All se plantea, en pocas palabras, que el organismo aprende la discriminacin yo/no-yo durante la ontogenia (p.127), pero jams trabajando en conjunto (o interconectados), sino cada particularidad clonal separada de las dems: enfocadas nicamente en la defensa alienada que especifica su fun-cin. Pero , por otro lado, experimentos actuales demuestran que no slo el embrin, sino adems adultos, han logrado aprendizajes que le permiten lograr tolerancia. Adems, el repertorio propuesto en sta teora excluye determinantes del yo: y exclusin tan inocente es incluso demonaca (p.128). Con los aos sta teora, y perspectiva heternoma general, ha perdido fuerza.

2. LA RED INMUNITARIA COMO AFIRMACIN DEL YO

El descubrimiento ms impresionante del ltimo tiempo es, sin duda, que los anticuerpos estn rela-cionados (interconectados) entre s: algunos de uno en uno y otros segn grupos asociados (idiotpi-cos). Segn el modelo antiguo (heternomo), para cada antgeno E existe un anti-E que se debe crear en el organismo como motivo de defensa. Pero segn la nueva postura de Dinmica de Redes (autnoma) lo que se crea respecto de E no es un anti-E (particular), sino una inter-conexin entre todos los anticuerpos, singulares e idiotpicos, lo cual permite el desarrollo de imgenes internas (perfiles moleculares especficos), como parte de una identidad flexible, que permiten com-batir la amenaza frente al yo por parte de los no-yo.

En consecuencia el antgeno deja de ser un determinante y se transforma en una pertur-bacin leve en una red de movimiento perpetuo (p.130), es decir, nuestra respuesta ya no se definir por la pura presencia o ausencia de algn anti-E especfico (local), sino ms bien por el estado conjunto (global) de conexin de la red inmune; como un sistema que forma parte de una corporali-dad. Si bien frente a inyecciones de grandes cantidades de antgeno el cuerpo parece responder de forma heternoma, se considera que sta situacin no es real, es artificial (es la llamada respuesta reflejo) en el sentido de que jams recibimos tal cantidad; adems, es aquella en que slo reaccio-namos en la periferia del sistema y no su identidad dinmica general.

La danza mutua entre sistema inmunitario y el cuerpo es la clave del punto de vista pro-puesto aqu, puesto que es esta danza la que permite al cuerpo poseer una identidad cambiante y plstica a lo largo de su existencia y sus mltiples interacciones (p.132). Por lo tanto lo que hemos de destacar es que, antes que todo, el sistema inmune es una empresa creativa y positiva; luego, en segundo lugar, una modulacin unitaria ontognica (antignica).

Finalmente la solucin para la paradoja tpica del asunto se encuentra en el lugar donde en-contramos la de cualquier otra paradoja: saliendo del ambiente dentro del cual sta se vuelve vlida. No se desea descartar las propiedades defensivas del sistema: s se busca rescatar el carcter hist-rico e identitario; dinmico y global.

3. LAS IDENTIDADES DEL CUERPO: LA EMERGENCIA Y LA AUTONOMA

Como hemos visto, y no ocurre slo en el sistema inmune, existe una coherencia global que brota desde una, aparentemente, azarosa actividad local de la organizacin: llamamos a esto el fenmeno de la emergencia. Siguiendo sta idea de la emergencia, los fenmenos de lo viviente ocupan un lugar nico debido a su modo especfico de surgimiento que les permite auto-individualizarse (p.135), esto a travs de un lograr, cognitivamente, la creacin de un mundo (la diferenciacin co-dependiente, y recprocamente determinada, de un medio dentro y fuera de ellos) no mediante una entrada-y-salida de informacin, segn dinmicas computacionales, sino a travs del denominado cierre operacional, que responde a una globalidad sistmica de coherencia: esboza diferenciacin pero jams independencia. Pero lo interesante ha destacar, y que ya lo hemos mencionado, es que todos estos procesos no son guiados por algn eje central distinguible (topogrficamente), sino que encuentran en su propia relacin catica (que se presenta a los ojos del observador) una totalidad coherente. En resumen, un sistema vivo no slo posee globalidad emergente por parte de las redes locales, sino adems autonoma generada por la creacin de un mundo y una identidad.

La conclusin que extraemos de ste anlisis es ms que novedosa: de ahora en adelante, al momento de buscar entender los sistemas vivos, hemos de comprender que estos en lugar de repre-sentar un mundo independiente, hacen surgir un mundo como un mbito de distinciones insepara-bles de la estructura misma del sistema cognitivo (p.138). No existe un mundo pre-determinado, pre-dado, pre-definido: somos nosotros quienes lo creamos; momento a momento.

4. EL CUERPO EVOCADOR: LA FALTA EN LA RAIZ

Volvamos entonces al problema inicial: la intimidad del habitculo de nuestra carne. Para profundi-zar en esto primeramente debemos hacer la distincin entre tres tipos de cuerpo:

Primordial [Fundamental]: Corresponde a la dimensin bio-lgica y pre-ontolgica, vista como interseccin de segmentos. All encontramos la comprensin previa al significado del ser, y lleva consigo la clave de constitucin de la unidad corporal. Formativo: Este nace en el curso de los primeros aos y sirve de articulacin entre el cuer-po primordial y aquello que ingresa como parte del advenimiento biolgico. Constituido [ego-self body]: Esta es la identidad determinada social y lingsticamente, y coexiste, fenomenolgicamente, al cuerpo propio.

Cada uno de estos cuerpos es una identidad emergente que constantemente se destruye y se sintetiza ya que la condicin de todo sistema vivo es un movimiento animado por la falta de algo en s mis-mo: la identidad no se encuentra en ninguna parte, salvo en su condicin autnoma, en sus propios procesos circulares que se autoafirman (p.140). Es mediante el entrelazado de los cuerpos forma-tivo (dimensin bio-lgica) y constitutivo (praxis de un sujeto que habita) que logramos dar origen al cuerpo primordial, el cual, a su vez, una vez creado se entrelaza junto a los mismos: aqu, la topo-loga definida por la indeterminacin de ambos polos es la nica forma de considerar el cuerpo primordial en toda su riqueza; sin sepralo ni de su intimidad ni de su vida.

II

MENTE

Cognicin__________________________________________________________________________________________________

FORMAS VIVAS DE DAR SENTIDOA LAS COSASUna va intermedia para la neurociencia(pp. 149-165)En los seres vivos el orden es indispensable para el desarrollo de la cognicin y la creacin del co-nocimiento que permite la apropiacin de un mundo. El siguiente documento trata sobre esto: la bsqueda constante por parte de la ciencia del origen de ese orden; en tanto tambin de los actos cognitivos y el sentido.

1. EL COLOR

La historia de la ciencia clsica nos ensea que hay una relacin directa entre ondas espectrales de luz y una respectiva longitud particular de la misma: de modo que todos los colores no son ms que un cmulo de luz con longitudes de onda particulares: por lo que nuestro sistema nervioso se remi-te, en su funcionalidad, a ser quien descifra esos cdigos lumnicos presentes en el exterior pre-dado (objetivo; pre-definido). Pero si observamos ms detenidamente nos daremos cuenta que no existe una relacin de uno y otro entre los flujos de luz en distintas longitudes de onda y los colores aso-ciados con los objetos (p.150), es ms, estudios con varios proyectores, que han descrito el denomi-nado fenmeno de sombra de color (Guericke, 1672), nos muestran que los colores no varan en conjunto con la variacin de la luminosidad.

Dentro de la superficie de la retina encontramos tres mosaicos de conos entremezclados: uno rojo (sensibilidad mxima de 590 nm), uno verde (s. m. de 540 nm) y uno azul (s. m. de 450 nm). All es donde golpea la luz, es en dicha actividad local donde encontramos la llegada de las perturbaciones externas que nos permiten crear los colores: pero estos tubos no actan solos, ya que responden a una globalidad al estar interconectados con todo el resto de la retina. Dicho de otra manera, el color que producimos no depende de una propiedad fija en un objeto dado, sino de la forma en la que reaccionamos ante las perturbaciones del medio (luz y reflactancia): como globa-lidad, como identidad, como ser autnomo que no descubre sino que crea un mundo.

2. EL PROGRAMA REPRESENTACIONISTA

Aquella postura que se ha criticado hasta el momento, es decir, aquella que postula (drsticamente) a que el sistema nervioso captura caractersticas del entorno (fijas) y construye representaciones del mundo (sobre algo que nos presenta como lo objetivo) en el que se vive con el fin de utilizarlas como acciones de adaptacin al organismo (p.154), es llamado el programa Representacionista. Nosotros consideramos que esto s ocurre, pero slo cuando nos vemos en la necesidad de ajustar la sensibilidad del animal a un nuevo nivel de estmulos del medio ambiente; por lo tanto, es irre-levante la mayor parte del tiempo (p.156).

3. UNA VA INTERMEDIA PARA LA NEUROCIENCIA

Es evidente que podramos caer en el extremo opuesto de lo descrito en el ttulo anterior: pensar que todo es arbitrario, que todo lo construimos a destajo de nuestra propia voluntad y que no hay mrge-nes dentro de los cuales nos debemos mover; una especie de cerebro Kantiano. Llamamos a esto la perspectiva Solipsista. Est claro que como sistemas vivos autnomos creamos un mundo, pero esto no quita que hay una realidad all afuera. En el caso de los colores, sabemos que es la coherencia interna del cierre dinmico del sistema nervioso lo que identifica lo que denominamos el color, pero a su vez hemos de reconocer que todo esto slo puede efectuarse como proceso que responde ante la perturbacin de luz, directa o en reflactancia, por parte de un medio exterior.

Una forma de esta falta de cuidado es simplemente el no tomar en serio la arquitectura del sistema nervioso y lo que implica para su operacin (p.157). Nosotros apelaos a favor de una va dialctica intermedia. Deseamos recorrer el filo de navaja que hay entre el Caribdis del solipsismo y el Scila del representacionismo, plantndonos firmemente al medio (p.159). Para nosotros, el hecho de mirar la coherencia internamente generada del cierre es el hilo de Ariadna que conduce al interior del problema (p.160). En este proceso, cualquier va de remedio surgir del proceso de deriva natural. La clave para este proceso es que las consecuencias de cualquier interaccin han de encontrarse, no en la naturaleza de la perturbacin que las gatill , sino en la manera en que la estructura compensa dichas interacciones de acuerdo con su paisaje dinmico; el resultado es el cambio en la estructura en un mantenimiento continuo de la integridad del sistema en su medium (p.161).

4. CONEXIONES

Encontramos en trabajos de otros pensadores de esta poca, como Rorty (1979), Malcolm, Gould (1977) y Lewontin (1979), entre otros, cuestiones cada vez menos pluralistas, heternomas o realis-tas, y ms referidos a aquello que hace resonancia en todas las temticas: la auto-organizacin. Pero debemos recalcar que ste abandono de las presentaciones no slo debe correr para el estudio de animales, sino adems para la cognicin en los seres humanos: debemos llevar sta lgica hasta sus ltimas consecuencias. Nuestro mundo es un mundo en el cual ya no quedan puntos fijos de refe-rencia (p.165); las ciencias modernas deben partir de sta base.

LA VISIN DEL COLORUn caso de estudio acerca de las bases de la ciencia cognitiva(pp. 167-180)En este breve documento lo que buscaremos es demostrar que el color no existe antes de que orga-nismos y medio se renan: pertenece a una dimensin que se produce durante la reunin misma (p.167).

1. ONTOLOGA ACTUAL DEL COLOR

Desde Newton (Optics, 1732) se nos ensea que el color se produce por sensaciones que responden a longitudes de onda especficas de la luz. Pero esto ofrece dos problemticas complejas y muy coti-dianas: una es que i) no explica cmo el color permanece invariable frente a cambios de luz (fen-meno de constancia) y el otro es que tampoco ii) logra explicar cmo diferentes composiciones es-pectrales pueden reflejar el mimo color (fenmeno de induccin). Como respuesta a esto los neo-objetivistas proponen la teora de la reflectancia espectral, all proponen que todo espectro es la pro-porcin entre la luz que llega y que se refleja en alguna superficie. Si bien soluciona las dos proble-mticas anteriores, nada nos garantiza, respecto ha como lo buscan los partidarios de dicho movi-miento, que logramos ver los colores objetivos: tal vez slo vemos tipos de colores definidos an-tropocntricamente y no los colores mismos.

Hemos de considerar, para un correcto estudio del color como fenmeno, tres carcteres im-portantes: uno es la baja dimensionalidad (la reflectancia slo puede describirse dentro de un espa-cio de pocas dimensiones), otro la computacin global (no debemos analizar al fotoreceptor local sino a la actividad global que transforma la luminiscencia en luminosidad) y adems la segmenta-cin (segmentacin de segmentos de superficie). Slo uniendo estos tres puntos, y no estableciendo jerarqua de uno sobre otro, es que lograremos una adecuada visin del color. El problema de la ontologa actual del color, los neo-objetivistas, es que no asumen que las tres propiedades se han creado juntas: piensan que la evolucin les ha entregado caractersticas a cada uno independiente de las dems.

2. EL PUNTO DE VISTA COMPARATIVO

Con todo lo que acabamos de ver en el ttulo anterior, es fcil perder de vista el fenmeno del color en su contexto ms amplio (p.172). Debemos llegar ms a fondo, hasta la fenomenologa de lo que el color es como experiencia en notros.

Todo color est definido por un espacio de color que le precede, y que le define tanto en sa-turacin como en luminosidad; y ste ltimo de forma nica (puros: verde, azul) o binaria (com-puestos; naranja, caf). Pero ste espacio es definido por lo que denominados el dominio crom-tico el cual, a su vez, encuentra la definicin de sus canales centrales (acromtico, tritanptico y deuteranptico) en una dimensin especfica (en nuestro caso como seres tricromticos) que se gua por la funcin especfica de receptores. La conclusin que sacamos de esto, devolvindonos por la hilera de efectos recin sealada, es que el receptor, algo netamente encarnado en nosotros, regula los espacios de color: por lo tanto cada color como fenmeno. Pero pese a todo esto, no debemos caer ahora en el Caribdis del subjetivismo, ya que el receptor, en tanto que se encarna en nosotros, no puede separarse de su camino evolutivo y nicho ecolgico; en general de su entorno.

De este modo llegamos a la conclusin de nuestro argumento comparativo: el color es siempre relativo a la estructura e historia de un receptor encarnado ecolgicamente. Para explicar el color, debemos generalizar sobre la base de receptores ecolgicamente insertos (p.177).

3. UNA VISIN ENCATIVA DEL COLOR

La visin entonces no es una recuperacin de caractersticas dadas previamente, sino el ordena-miento de un mundo posible. Un mundo visual no es encontrado ni inventado, sino ordenado (p.178).

Y volviendo al inicio del primer ttulo, podemos afirmar que la reflactancia, bajo ningn caso, debe considerarse como algo dado en la naturaleza: dicha distincin slo resulta relevante para nuestro propio sistema visual. Pese a todo, el punto no es que las superficies/colores/dimensio-nes sean subjetivas, sino que los objetos/colores/bordes suponen simultneamente la existencia de un perceptor para quien algo cuenta como una sola cosa, y estos vienen en distintas variedades (p.179).

Nuestra conclusin final entonces es que una visin enactiva de la creacin del fenmeno del color nos permite evitar los dos extremos viciosos descritos anteriormente:

La cognicin como aquello que representa un mundo pre-dado; incluso considerando los procesamiento internos de los organismos. La cognicin como variante constructivista que propone la creacin de un mundo en des-medro de la incrustacin ecolgica y evolutiva de los organismos.

DE DNDE VIENE EL SIGNIFICADOPERCEPTUAL?Cartografa de conceptos actuales(pp. 181-217)1. INTRODUCCIN

Aclaraciones

El presente artculo fue escrito con el propsito de proporcionar una base mnima comn de discu-sin (p.181) de forma de lograr abarcar tanto un mbito de grupos interdisciplinarios como de espe-cialistas. Por ste motivo es que slo haremos alusin a las habilidades cognitivas de bajo nivel , esto es, a temas ms cercanos a la percepcin, movimiento y el simpe aprendizaje (pp. 181, 182) no as a cuestiones ms complicadas como el razonamiento y el lenguaje.

Resea

Las ciencias cognitivas slo tiene poco ms de cuarenta aos de existencia y no posee un objetivo claro de estudio, ni un grupo grande de investigadores que la avalen. Pero el progreso en este cam-po se basa en apuestas conceptuales audaces (algo parecido a tratar de colocar al hombre en la luna sin saber dnde est la luna) (p.182).

Creemos que sta ciencia se compone de cinco disciplinas especficas: i) neurociencia, ii) I.A., iii) psicologa cognitiva, iv) lingstica y v) epistemologa. Por lo tanto el objeto de este escrito es proporcionar una informacin radiogrfica del estado actual (alrededor del ao 2000) de la cien-cia cognitiva en relacin con la percepcin y el origen del significado.

2. UNA MIRADA A LOS AOS FUNDACIONALES

Esta mirada se centra en la poca de entre los aos 1943 y 1953. En esos aos encontramos a los fundadores que originaron las primeras propuestas sobre el tema de la cognicin; en esos aos de-nominados, como ciencia, la ciberntica. Exploraremos entonces desde lo borroso a lo cristalino.

Los frutos del movimiento ciberntico

A continuacin se presenta una lista con los principales aportes de la ciberntica a la ciencia; algu-nas cosas pueden parecer obvias, pero no lo eran antes de este tiempo:

Uso de la lgica matemtica para la comprensin del sistema nervioso. Invencin de mquinas procesadoras de datos. Establecimiento de la metadisciplina de la teora de los sistemas. La teora de la informacin como teora estadsticas de seales y comunicacin. Primeros ejemplos de sistemas auto-organizativos.

La lgica y la ciencia de la mente

La ciberntica trat de arrebatar a filsofos y psiclogos la autora en estudios de la mente, y trata-ron de crear mecanismos explcitos y frmulas (matemticas) que los explicaran. Un gran ejemplo de esto es el de McCulloch (1943) quien propuso que, primero, la lgica deba ser usada para el es-tudio del cerebro ya que, en segundo lugar, ste mismo encarna principios lgicos como dispositivo encarnado. Estos planteamientos fueron muy importantes para la invencin de computadoras digi-tales y dieron origen a lo que ms adelante se llamara el paradigma cognitivista.

El fin de una era

Ya los autores de la mayora de las teoras lgicas de la mente estaban muriendo pero an as los es-tudios continuaron, alcanzando su auge en la dcada de lo 70. La principal pregunta era ser suf-ciente la lgica para comprender el cerebro?

3. SMBOLOS: LAS HIPTESIS COGNITIVAS

Ya en 1956 se da el segundo gran salto (siendo el primero, como ya lo vimos, en 1943) de las C.C. ya que en una reunin celebrada en Cambridge la nuevas voces proponen que la idea de la inteli-gencia (incluyendo la I.A.) se asemeja de tal manera a la computadora en sus caractersticas esen-ciales que la cognicin puede definirse como las computaciones de representaciones simblicas (pp. 186,187). Llamamos a sta orientacin el cognitivismo: sin lugar a dudas la hiptesis perfecta para la informacin recopilada en las dcadas anteriores.

Resumen de la doctrina (pp. 187,188)

Qu es la cognicin? Procesamiento de la informacin: manipulacin de smbolos en base a normas.

Cmo funciona? A travs de cualquier dispositivo que pueda sustentar y manipular elementos fsicos. El siste-ma interacta slo con la forma de los smbolos (lo fsico), no con su significado.

Cmo s cuando un sistema cognitivo est actuando adecuadamente? Cuando los smbolos representan apropiadamente algn aspecto del mundo real y el procesa-miento de la informacin conduce a resolver con xito el problema que enfrenta el sistema.

Lo que ha forjado el cognitivismo: Inteligencia Artificial

A la luz de lo que hemos sealado recientemente, podemos concluir que la I.A. es sin lugar a dudas la interpretacin lgica (exacta) de la hiptesis cognitivista (p.188).

Psicologa cognitiva

Como biologa implementada segn hiptesis cognitivista, las imgenes mentales se consideran como eventos de un sistema formal y es la actividad de la mente lo que da a estas representaciones su gama de actitudes: creencias, deseos, planes y as sucesivamente (p.189), es decir, la nica dife-rencia con la I.A. como tal, es que en los seres humanos, particularmente, surge el inters (la inten-cin): son sobre algo para el sistema.

Procesamiento de la informacin en el cerebro

El cognitivismo infect la neurobiologa, y a todo su corpus, con tanta fuerza que el modelo de in-formacin ni siquiera era cuestionado. Tal es el caso de estudios sobre la vista, y la indicacin de los detectores de caractersticas, o la clula de Barlow.

Breve resumen de las posturas disidentes

Hoy en da el compromiso social est con el cognitivismo como postura cognitiva: es dentro de di-cho paradigma que encontramos variadas publicaciones, instituciones prestigiosas y contingencia tecnolgica. Pero con el tiempo lleg la crtica y sta a su vez adopt, principalmente, dos formas:

A la computacin simblica en tanto portador apropiada de las representaciones. En general, a las representaciones como punto de Arqumedes de la ciencia cognitiva.

4. EMERGENCIA: ALTERNATIVAS A LOS SMBOLOS

Orgenes de las ideas de auto-organizacin

Son dos experimentos expuestos en conferencias que marcaron en nuevo rumbo de la cognicin:

1) Macy propuso que el cerebro no posee lgica instaurada a priori, ya que realmente sus in-terconexiones son tan masivas y se acoplan a la experiencia vivida.2) F. Rosenblatt y W. R. Ashby (1962) estudiaron la dinmica de sistemas a nivel azaroso de distribuciones locales, y demostraron que surgen desde all patrones globales coherentes.

Lamentablemente estos puntos de vista fueron marginados a favor de las ideas del paradigma domi-nante. Pero el inters creci nuevamente cuando las matemticas se interesaron por la no-lineali-dad y los fsicos por la auto-organizacin.

Motivacin para buscar una alternativa

Son dos las limitaciones del cognitivismo que permitieron dar una segunda mirada a la cognicin:

Estudios demuestran que el algoritmo computacional, que propone slo normas lineales de secuencia, no da a vasto cuando se necesita estudiar grandes cantidades de operaciones se-cuenciales (imgenes naturales o prediccin del clima). Al parecer movimientos en paralelo resultan ser una idea mucho ms atractiva. El paradigma computacional funciona mediante un procesamiento simblico local, de mo-do que la falla mnima causa estragos en el sistema. La nueva propuesta plantea mayor inmunidad a la mutilacin (y mayor equipotencialidad) a travs de un trabajo distribuido.

Como vemos en ambas fallas, toda la arquitectura y mecanismos creados estn muy lejos de la bio-loga. Hasta el trabajo visual del ms mnimo insecto presenta un secuencia fsicamente imposible de seguir en su simulacin.

Qu es la emergencia?

La emergencia es aquello que ocurre cuando cada componente opera solamente en su entorno local, pero debido a la estructura de red del sistema complejo, existe una cooperacin global que emerge espontneamente cuando los estados de todos los componentes alcanzan un estado mutuamente sa-tisfactorio, sin necesidad de una unidad de procesamiento central que gue la operacin completa (p.193). Hoy en da se denomina a este mecanismo de actuar como globalidad, dinmicas de redes o sinergia.

Un cambio de perspectiva respecto al cerebro

Investigaciones recientes han producido evidencia detallada acerca de cmo las propiedades emer-gentes estn en el ncleo del funcionamiento del cerebro (p.194). La nica razn por la cual se pu-do pensar que existe un estereotipo de comportamiento neural para respuestas a caractersticas especficas que entrega el medio es porque siempre se trabaj con animales anestesiados en un entorno que no es el cotidiano. Cuando se permite un entorno sensorial normal, donde el animal, por ejemplo, puede comportarse como habitualmente lo hace, vemos cmo las respuestas neurales se vuelven altamente sensibles al contexto.

Por esto se ha vuelto cada vez ms necesario estudiar neuronas como miembro de grandes conjuntos que constantemente desaparecen y surgen a travs de interacciones cooperativas en donde cada neurona tiene mltiples y cambiantes grados de respuesta a los estmulos visuales (p.194).

La estrategia (neo)conexionista

En lugar de partir de descripciones simblicas abstractas, uno parte (ahora) por toda una gama de componentes absurdos, los cuales, apropiadamente interconectados, pueden tener interesantes pro-piedades a nivel global (p.195). Vemos entonces como, desde un estado inicial bastante arbitrario, son las conexiones (su cambio gradual) las que ejercen el mayor peso en la construccin de la glo-balidad emergente: y estas son, sin duda, las capacidades que buscamos explorar. A continuacin sealaremos tres sucesos que permiten al paradigma (neo)conexionista tomar fuerza en contra de los dems (ortodoxos y dogmticos) de la poca:

Estudios demuestran (Hebb) cmo un par de neuronas tienden a trabajar mejor juntas (entre ellas) que con otras: vemos cmo la conectividad eficaz del sistema se vuelve inseparable de su propia historia de transformacin y conexiones; las cuales, a su vez, se relacionan con tareas especficas que se propone el organismo. Por otro lado, algn lneas de seguimiento de redes muestran que el sistema tiende a generar una suerte de energa global que asegura la convergencia, luego de una breve etapa de a-prendizaje, de las uniones de elementos locales: incluso frente a posible mutilaciones y rui-dos adicionales en el contexto. Cambios en las conexiones neuronales al interior de la red (unidades ocultas) permiten mi-nimizar la diferencia entre respuesta de la red y lo que se espera de ella.

Resumen de la doctrina (pp. 197,198)

Qu es la cognicin? La emergencia de estados globales en una red de componentes simples.

Cmo funciona? A travs de normas locales para el funcionamiento individual y normas para los cambios en la conectividad entre los elementos.

Cmo s cuando un sistema cognitivo est actuando adecuadamente? Cuando puede verse que las propiedades emergentes (y la estructura resultante), pueden co-rresponder a una propiedad cognitiva especfica: el xito en la solucin para una tarea reque-rida.

Abandono de los smbolos

Este enfoque alternativo recin propuesto nos muestra cmo en los smbolos quedan deslegitimados de lo que antes se crea una unin forma/significado invariable: a partir de ahora, el significado est vinculado a desempeo general y el observador proporciona la correspondencia entre el estado global del sistema y el mundo al que se maneja (p.199), de modo que ya ninguna forma puede, de manera pre-determinada, significar algo a priori: es el organismo quien agrega el significado. 5. VINCULACIN DE SMBOLOS Y EMERGENCIA

Probablemente, parece hasta obvio que, se podra decir que la relacin ms interesante entre las descripciones emergentes y simblicas es una de inclusin, esto es ver a los smbolos como un nivel superior de descripcin de las propiedades insertas en el sistema distribuido adyacente (p.199). De este modo cambiamos nuestra manera de ver las teoras: la competencia de stas puede describirse (entonces) como la realizacin de inferencias basadas en leyes simblicas, pero su desempeo se ubica en diferentes niveles y nunca se alcanza por referencia a un intrprete simblico (p.200).

6. ENACCIN: ALTERNATIVAS A LAS REPRESENTACIONES

Bases adicionales para la insatisfaccin

Proponemos que incluso teniendo en cuenta los enfoques anteriores de smbolos y propiedades e-mergentes an faltaran algunas dimensiones esenciales por incursionar: esto es lo que veremos a continuacin.

Insistencia en el sentido comn

La nica manera de salir del reduccionismo representacionista en el cual nos han encasillado los paradigmas cognitivista y conexionistas (en su praxis) es mediante el sentido comn. Todos sa-bemos, o nos percatamos, que lo que la ciencia cognitiva nos entrega es muy poco para explicar las cosas que pasan en el da a da. Propongo que la habilidad de toda cognicin es, dentro de lmites amplios, proponer los temas relevantes que han de abordarse en cada momento de nuestras vidas (p.203). Jams son pre-dados, o pre-definidos, ms bien son trados a primer plano por nosotros mismos de manera contextual y encarnada. Recordemos que slo podemos representar algo que ya se ha presentado (que ya est dado desde antes; a priori). As como nos ensean algunos filsofos continentales (Heidegger, Merleau-Ponty y Foucault) debemos abandonar las re-presentaciones y entrar en la dimensin enactiva del conocimiento.

El problema con la resolucin de problemas

Hasta ahora el dominio dentro del cual se ha enmarcado su estudio la ciencia cognitiva es en el de los problemas. El problema con esto, es que dicho dominio no puede ser traducido como conoci-miento a otras instancia, como la I.A., ya que la forma en la que nos movemos dentro de su espacio es con el uso del sentido comn, entendiendo a ste como una facilidad o un saber basado en la experiencia vivida y un vasto nmero de casos, lo cual involucra la encarnacin de una historia. Un mundo vivido, natural, no tiene fronteras ntidas y, por lo tanto, esperamos que una re-presen-tacin simblica con normas no sea capaz de captar la cognicin fundada en el sentido comn (p.205). Contexto y sentido comn no son elementos residuales que puedan eliminarse de manera progresiva mediante el descubrimiento de normas ms sofisticadas. Son de hecho la esencia misma de la cognicin creativa (p.206).

Las representaciones abandonan el escenario

Hemos llegado a un punto en el cual estamos poniendo en tela de discusin el supuesto base arrai-gado ms importante de la tradicin cientfica: que el mundo como lo experimentamos es indepen-diente del conocedor (u observador). Pero si le damos mayor protagonismo a la historia corporal y social vemos cmo el conocedor y lo conocido, el sujeto y el objeto, estn en una relacin de mutua especificacin: surgen conjuntamente (p.207). Nos vemos encontrados con el clsico problema qu es primero el huevo o la gallina?:

Postura de la Gallina: El mundo fuera de nosotros tiene leyes fijas y nos precede, sea cro-nolgica u ontolgicamente, con imgenes que son proyectadas hacia el sistema cognitivo. Postura del Huevo: El S.C. crea su propio mundo; todo es creado por una reflexin en la que priman las leyes internas del organismo.

La respuesta que propone el paradigma enactivo del S.C. es que debemos ir ms all de ambos ex- tremos, dndonos cuenta que huevo y gallina se definen juntos y son correlativos. Es el permanente proceso de vivir lo que ha formado a nuestro mundo en el ir y venir entre lo que describimos como restricciones externa, dese nuestro punto de vista perceptual, y la actividad generada internamente (p.207). Ms alla dividad generada internamente nto de vista perceptualonuestro mundo en el ir y brimiento de normas ma I.A., ya que la f de todo constructivismo (Watzlawick, 1985) o neo-kantismo biolgico (Lorenz, 1979) est la co-determinacin: el punto intermedio.

Color y olor como ejemplos

Debido a que la percepcin es aplicable desde la perspectiva de la encarnacin a todo nivel, en su carcter estrictamente filogentico, es que se presentan a continuacin dos ejemplos importantes:

El primeo tiene que ver con el color. Antes se pensaba que el color tena relacin directa -nicamente con la longitud de onda de la luz que los reflejaba, hoy los experimentos muestran que es definido, luego de una estimulacin externa de luz, por un complejo espacio perceptual cromtico (tri-cromtico, tetra-cromtico, etctera) el cual responde al trabajo colaborativo de mltiples com-plejos neuronales. Ante distintos dominios (espacios) cromticos se desarrollan, evolutivamente, distintos mundos. El color aparece no como un correlato de las propiedades del mundo, sino como regularidades que son co-definidas con una modalidad de ser particular (p.209).

Por otro lado tenemos el olor. Experimentos hechos por el profesor W. Freeman (1975) sobre conejos han mostrado que no existe un patrn claro de actividad global en el bulbo, de mane-ra que el olor no se presenta como una cartografa de las caractersticas externas, sino como el di-mensionamiento creativo del significado sobre la base de la historia (p.210).

Un resumen de la doctrina (pp. 211-212)

Qu es la cognicin? Accin efectiva: una historia de acoplamientos estructurales que escenifica (genera) un mundo.

Cmo funciona? A travs de una red de elementos interconectados capaces de (generar) cambios estructurales que experimentan una historia ininterrumpida.

Cmo s cuando un sistema cognitivo est actuando adecuadamente? Cuando se vuelve parte de un mundo de significados existente y continuo (en la ontogenia) o forma uno nuevo (en la filogenia).

Trabajar sin representaciones

Como bsqueda de un divorcio definitivo en el uso de las representaciones como mtodo de investi-gacin en ciencia cognitiva slo se est en los tiempos ms tempranos. El punto base que debemos respetar, si deseamos continuar con la hiptesis de la enaccin cognitiva, es no presentar un mundo como definido, sino buscar una manera de crear uno: darle nosotros un significado.

7. VINCULACIN DE LA EMERGENCIA Y LA ENACCIN

Encontraremos un vnculo directo entre las propiedades emergentes y la enaccin en la medida que seamos capaces de alejarnos de la visin representacionista, estricta y finalista que propone la inge-niara y los modelos computacionales y logremos abrirnos a un campo de procesos donde la clave no es la interiorizacin, sino la co-determinacin y la interpretacin. Finalmente debemos orientarnos, desde el punto de vista enactivo, en la direccin de una situacin en la que lo endgeno y lo exgeno fueran mutuamente definitorios a travs de una prolongada historia que requerir nicamente un acoplamiento viable, renunciando a cualquier forma de calca ptimo (p.213).

Evidentemente en la I.A., donde las investigaciones son a muy corto plazo, nada de todo esto parece tener sentido. Pese a todo, el argumento (en defensa de nuestra postura) es que las pro-piedades cognitivas emergieron en los sistemas vivos sin esas consideraciones de optimalidad (p.214) (que ellos sealan). Las regularidades que podamos percibir, de cualquier tipo, no corres-ponden a un supuesto referente nico sino a la creacin propia de una historia de compensaciones viables.

8. CONCLUSIONES

Teniendo en cuenta que cada postura es til dentro de su propio contexto, podremos visualizar, a ni-vel general pero meridiano, el centro de la epistemologa de algunos investigadores a travs de tres conceptos claves: cognitivismo, emergencia y enaccin. Pero hemos de recordar que la manera en la que nos presentamos, en cuando a nuestro creer, frente a la preguntas existe una realidad indepen-diente de quien la observa? ser aquello que definir el hilo de Ariadna que guiar nuestros pasos a lo largo de todas nuestras investigaciones.

EL REENCANTAMIENTO CON LO CONCRETO(pp. 219-235)

1. EL DESENCANTAMIENTO DE LO ABSTRACTO

Virajes en las ciencias cognitivas

Las ciencias cognitivas han comenzado al revs: primero con una perspectiva cartesiana (objetiva, formal, natural, abstracta) y ahora, parcialmente, luego de varias dcadas de investigacin, volve-mos a lo concreto, lo encarnado (e incorporado), lo que se vive en el presente inmediato. Hoy en da toda ciencia de estudio cognitivo est en proceso de un urgente viraje epistmico de orientacin.

En los inicios de la historia cientfica continental se pensaba que la vida cotidiana, la histo-ria, lo concreto, el contexto en general, era difano y superfluo dentro (en aporte) de toda investiga-cin, y su respectiva elaboracin en su constructo terico-formal. Pero, con el tiempo, las cosas han cambiado: hoy sabemos que esto no es ruido que oscurece la pureza de un esquema que ha de ser captado (supuestamente) en su verdadera esencia, una configuracin abstracta, como tampoco es un paso hacia otra cosa: es cmo llegamos y dnde permanecemos (p.220); es, pensamos, lo ms importante.

Acerca de los agentes cognitivos des-unidos

Existe, sin lugar a dudas, suficiente evidencia acerca de que los cerebros no son mquinas lgicas, sino redes sumamente cooperativas, no homogneas y distribuidas (p.221). No existen modelos uni-ficados ni optimalidad sino una historia llena de transformaciones que forman un verdadero mosaico de subredes.

Un ejemplo claro de ste pensamiento es la teora propuesta por el investigador Marvin Minsky en The Society of Mind (1986). All se plantea que la mente (como fenmeno cognitivo e-mergente) estara formado por una sociedad de agentes de trabajo a pequea escala (sencillos) que, bajo acoplamiento distributivo, seran capaces de unirse en grupos ms grandes denominados las agencias, las cuales estaran preparadas para abordar problemas de mayor nivel. Recordemos que nos referimos a la mente y no al cerebro: hablamos entonces no de materialidad sino de pura abs-traccin. Minsky seala que es de suma importancia, para el correcto funcionamiento de sta mente, no slo la virtud distributiva sino adems la insulativa: esto es la capacidad de los procesos de no slo trabajar juntos (distribucin) sino adems de mantenerse diferenciados entre s; vale la pena que las agencias limiten un poco su conexin, ya que de dicha forma mantienen su habilidad de combinar operaciones en forma productiva.

Por lo tanto la mente no es una entidad homognea y unificada, y ni siquiera un conjunto de entidades, sino un conjunto heterogneo de procesos desunificados (p.223) los cuales, a su vez, sern examinados dependiendo la perspectiva de anlisis; lo que en su momento puede ser considerado una agencia puede verse desde un nivel macro y entonces constituir un agente que forma parte de una agencia mayor, y viceversa.

2. EL ESTAR AH: DURANTE LOS QUIEBRES

Disposicin a la accin en el presente

Qu implicancias tiene sta recin planteada des-unidad en el agente cognitivo global? cmo debe-mos entender lo que pasa o est ah en cada momento especfico de nuestra vida? Primero que todo, nos caracterizamos por formarnos como seres de transparencia (Fernando Flores, 1990) en nuestro know-how diario: y all no hay lugar para la deliberacin, ya que tenemos una disposicin a la ac-cin propia de cada situacin especfica en que vivimos (p.224). Nos movemos a diario a travs de mini-quiebres continuos que sirven de enlace entre los micro-mundos en que nos disponemos con cada una de nuestras micro-identidades. Por lo tanto, la forma en cmo nos presentamos no puede disociarse de la forma en que las cosas y los dems se presentan ante nosotros (pp. 224-225).

Pero, incluso, desde una perspectiva fenomenolgica no se trata de clasificar, o categorizar, lo micro-mundos sino de reconocer su nivel de recurrencia. La cognicin, la inteligencia y la mente tienen estrecha relacin con la accin efectiva que se lleva a cabo de manera encarnada en las transi-ciones recurrentes entre un micro-mundo y otro. Pero, sin duda, de modo que las micro-identidades y los micro-mundos son constituciones histricas, es comprensible que en situaciones nuevas no con-temos con el conocimiento recurrente necesario para explayarse con el know-how al cual estamos acostumbrados. Por otro lado, la clave de la autonoma en sta transiciones mltiples, consiste en que un sistema viviente transcurre hasta el momento siguiente mediante una accin efectiva que surge de sus propios recursos (p.226). Por lo tanto las bisagras que articular estos traslados (propios de sentido comn) son el origen de la cognicin y el carcter creativo (y autnomo) en los seres vivos.

El conocimiento como enaccin

Cuando nos referimos a encarnado hablamos de una dependencia de doble dimensin (que es auto-organizante): por un lado de la experiencia de i) un cuerpo senso-motriz (s.m.) de habilidades y, por otro, un todo corpreo que aloja ii) un contexto cultural y biolgico (ms amplio). En general, todo enfoque enactivo de la cognicin ha de poseer dos principios fundamentales:

Accin perceptualmente guiada: No existe un mundo pre-determinado, todo se crea y gua mediante acciones localmente situadas, pero s existe una estructura s.m. y sta es la encar-gada de determinar las posibles acciones: el mundo relevante que contamos es inseparable de la estructura con la cual lo percibimos, as como lo muestra el experimento de Held y Hein (1958) sobre los gatos.El objetivo de ste principio es determinar elementos comunes o las vinculaciones entre el sistema sensorial y el motor que explican cmo la accin puede ser perceptualmen-te guiada en un mundo dependiente del que percibe (p.227). Esquemas sensomotrices: Desde un trasfondo aparentemente catico (incluso arbitrario) nace una globalidad coherente que, al repetirse de forma dinmica como fenmeno recu-rrente, parece afectar la tonalidad emocional y las expectativas cognitivas al punto de dar origen a la formacin de esquemas de identidad que forman micro-universos. Dentro de esta dinmica de cooperacin y competencia recprocas entre distintos tipos de agentes que son activados por la situacin en curso nace, finalmente, un conjunto neuronal que se vuelve ms predominante y se convierte en el modo de conducta para al siguiente momento cognitivo. Entonces, del quiebre que se produce antes que surja un micro-mundo, hay toda una gama disponible de posibilidades hasta que, de las exigencias de la situacin y la recurrencia de la historia, se selecciona una sola (p.232): sta es la constitucin autnoma de un agente cognitivo en un momento dado.

De la fina estructura temporal a la accin cognitiva

Dentro de la emergencia de un micro-mundo creado como ejecucin cognitiva, que nace de la reso-nancia de agentes en reciprocidad, hemos de destacar dos niveles de dominio: uno que se caracteri-za por i) el sentir-actuar y otro que consiste en la ii) accin guiada perceptualmente.

El experimento de Lakoff (1983) y el de Johnson (1989) sirven, particular y especficamen-te, para orientarnos en sta temtica. Como ellos plantean, las estructuras conceptuales significativas surgen de dos fuentes: de la a) naturaleza de la existencia corporal y de b) la experiencia corporal e interaccional basada en estructuras conceptuales. La idea fundamental es que las estructuras encar-nadas (sensomotrices) son el meollo de la experiencia, y que las estructuras experienciales (princi-palmente el afecto) motivan la comprensin conceptual y el pensamiento racional (p.233). Final-mente podemos concluir que es natural (despus de todo lo que hemos sealado) postular que las estructuras cognitivas surgen de esquemas recurrentes de actividad sensomotriz (pp. 233, 234).

Conciencia__________________________________________________________________________________________________

CUATRO PAUTAS PARA EL FUTURO DE LASCIANCIAS COGNITIVAS(pp. 239- 256)A continuacin se presentan cuatro pautas, un tanto envasadas, que consideramos son claves para la definicin del futuro conocimiento. En ellos estn reunidos, de la manera ms responsable posible, cincuenta aos de investigacin en ciencias cognitivas.

1. EL PUNTO CLAVE DE LA ENCARNACIN

Como forma de reemplazar la metfora computacional, donde la mente es un software y el cuerpo un hardware, proponemos la perspectiva de la encarnacin, donde ya no existe un mundo que se crea slo con la cabeza (o con el cerebro) sino es ms bien toda la corporalidad la que crea nuestra mente en interaccin constante con su mundo. Entindase por mente todo fenmeno relacionado con la cog-nicin: por lo tanto con la experiencia vivida.

No existe all afuera un mondo pre-definido independiente al observador: no es as. La mente crea su propio mundo; pero no de manera independiente tampoco, sino a travs de constante manipulaciones sensomotrices e interacciones con el medio ambiente; tanto el objeto como la per-sona estn co-emergiendo, co-surgiendo (p.241). Por lo tanto la cognicin es enactiva con respecto a su misma encarnacin, esto es, que sta se crea al mismo tiempo que su inter-dependencia con la corporalidad le permite surgir como producto de las manipulaciones de su entorno: ; lo que est all afuera y lo que hago por estar en ese mundo son inseparables (p.242). Ni el interior ni el exterior surgen uno antes que el otro, sino ambos al mismo tiempo, siempre considerando el organismo como un todo inseparable.

IEl Punto-Clave de la Encarnacin

La mente no est en la cabeza________________________

La cognicin est enactivamente encarnada Co-determinacin de lo interno/externo

2. EL PUNTO CLAVE DE LA EMERGENCIA

Al estudiar el cerebro vemos claramente que se involucran, como orgenes de los fenmenos, la par-ticipacin local de pares o poblaciones de neuronas. Lo que no estaba tan claro es que la forma en la que stas interactan no tiene nada que ver con la linealidad clsica de las explicaciones computacio-nales (input, output y feedback) sino que ms bien presentan un enlace dinmico y rpido, casi arbi-trario, del cual surge (ante los ojos del observador), de forma un tanto desordenada, una coherencia global sorprendente. El status ontolgico que caracteriza sta nueva globalidad va ms all del com-portamiento local del sistema pero a su vez no puede independizarse de ellas: es la creacin de una unidad integrada. sta nueva visin es elemental en el estudio fenomenolgico de toda ciencia, ya que nos muestra una renovada manera de caracterizar qu es una cosa.

La cognicin entonces es enactiva no slo respecto de su encarnacin en la corporalidad general sino respecto de la globalidad que nace de las dinmicas locales: es enactiva a la emergencia (el trnsito de lo local a lo global). Pero hemos de destacar que no debemos caer en un reduccionis-mo: la emergencia es una calle de dos direcciones ya que tanto lo global puede afectar a lo local como viceversa. Todo fenmeno cognitivo es, en definitiva, el fruto de una co-determinacin que se desprende de las actividades locales y globales de un organismo. Podemos pensar entonces que la imaginacin y la fantasa son fundamentales en la creacin de una mente.

Si entendemos el organismo como una totalidad corporal integrada y global entonces no de-beramos establecer diferencias de camino entre el afecto y la racionalidad. Ambos se entretejen jun-tos y, particularmente, es la razn la que se siembra sobre la inmensa base de la tonalidad emocional: el pensamiento racional es el pico de la montaa (y no ms que eso). Es por esto que la experiencia fenomenolgica es tan difcil ponerla en pi de pgina, ya que una parte tan considerable de su base es pre-reflexiva, afectiva, no-conceptual, prenotica. Es difcil ponerla en palabras justamente por que precede a las palabras (p.248).

IIEl Punto-Clave de la Emergencia

La mente ni existe ni no existe________________________

La cognicin es enactivamente emergente Co-determinacin de los elementosneurales (locales) y el sujeto cognitivo

3. EL PUNTO CLAVE DE LA INTERSUBJETIVIDAD

La base de este punto es la comprensin, necesaria, de que individualidad e inter-subjetividad son complementarias; y no se oponen en ningn caso. Ya sealamos que el origen de la cognicin es emocional-afectivo, pues ahora sealamos que el gnesis de la actividad de la mente es un fenmeno afectivo-emptico. El afecto entonces es primordial, ya que definitivamente soy (auto)afectado mucho antes de que surja un yo que conoce: esto es lo que hace primordial la presencia del otro.

Estudios recientes nos muestran, de forma no tan evidente, que la creacin de una mente en el mundo no se relaciona tanto con la encrucijada lenguaje/no-lenguaje, como s con la capacidad de interpretar la mente del otro. La construccin de un yo y un tu son efectos concomitantes. El punto central entonces es siempre el mismo: la cognicin es generativamente enactiva en su co-de-terminacin Yo/Otro. Vale destacar que para la comprensin adecuada de la importancia del Otro, como fenme-no emptico de conocimiento inter-subjetivo, est su importancia como alter ego que posee corpo-ralidad. Primero lo veo como semejante orgnico (por su Krper) y ms tarde como Otro que es como Yo en tanto vida y experiencia (por su Leib): el Otro se transforma en presencia encarnada y medio de mi propio campo experiencial fenomenolgico.

IIIEl Punto-Clave de la Intersubjetividad

La mente es esa mente________________________

La cognicin es generativamente enactiva Co-determinacin Yo/Otro

4. EL PUNTO CLAVE DE LA CIRCULACIN

Todo estudio sobre la cognicin es un interiorizarnos en la mente, y todo hurgar en la mente requiere un examen detallado de la experiencias de vida. El cuerpo vivido, en toda su complejidad, siempre revelar ante todo examen fenomenolgico una regin determinada por una reciprocidad ontolgica entre lo que est dado y lo que es mo; lo que est dentro y lo que parece inmanente. Ejemplos de estos fenmenos lo son la experiencia del tiempo y el rigen de la imagen del yo.

Si compartimos el estilo tradicional espiritual entonces estaremos dispuestos a reconocer que la que experiencia humana jams debe sr tomada en su valor nominal: ms bien debe ser exami-nada de una u otra forma. Pero aqu, en este paso de la metodologa, no debemos ni caer en el reduc-cionismo neural ni en el solipsista: hemos de buscar en ambos un nivel de determinacin mutua que permita un adecuada comprensin de la conciencia. El mtodo que proponemos para esto es la neuro-fenomenologa. All nos encontramos con el ms espinoso problema: encontrar en eficaz m-todo de pragmtica fenomenolgica que nos permita acceder adecuadamente, en primera persona, a los fenmenos que experimenta el cuerpo vivido: llamamos a ste mtodo la reduccin fenomeno-lgica.

Claro est entonces que la reciprocidad Krper/Leib no estar disponible en toda su enor-me importancia mientras conservemos una actitud de experiencia no examinada, esto es, una acti-tud natural. Si queremos llegar ms lejos, habr que cultivar la actitud reductiva (p.255). Como renovacin filosfica llega el mtodo neuro-fenomenolgico, una manera de examinar la conciencia en base a anlisis de la mente cognitiva y la mente fenomenolgica que busca llegar ms all del simple misterio usual. Nuestro examen debe estar constituido en tres partes:

1. Formal: Idealidad que busca describir contenidos mentales de manera comn para todos.2. Natural: Puente que interconecta la emergencia global y los mecanismos locales; involucra todo lo neural y corporal.3. Pragmtico: Transicin final del Krper/Leib, esto es una posicin no-dual que s nos per-mita unir la experiencia vivida y el propio cuerpo.

IVEl Punto-Clave de la Circulacin

La mente es un asunto pblico________________________

La conciencia es ontolgicamente compleja Co-determinacin de descripciones

NEUROFENOMENOLOGAUn remedio metodolgico para el difcil problema(pp. 257- 294)La unin de ambos conceptos neurologa y fenomenologa- es una provocacin y propuesta meto-dolgica que busca dar solucin al, como dira David Chalmers, difcil problema de la conciencia: que es irreductible. sta propuesta disciplinar busca crear una verdadera ciencia (de la conciencia) que estudie el vnculo directo entre la conciencia y la mente a travs de las estructuras de la expe-riencia humana misma.

1. UNA CARTOGRAFA DE ENFOQUES

El enigma de la experiencia

El difcil problema de Chalmers comienza con la siguiente pregunta: qu relacin existe entre la mente (fenmenos cognitivos) y la experiencia?. Muchos cientficos hacen caso omiso a la experien-cia como causa de los fenmenos de la conciencia, y otros la reconocen pero no dentro de toda su qualia, es decir, la definen de forma lineal mediante procesos computacionales clsicos. La mente posee una conciencia (o contenido semntico) y proponemos que la nica manera de llegar a ella es mediante la experiencia vivida: de esto trata nuestra futura argumentacin.

El esquema de cuatro vas

Respecto de las ltima publicaciones en extenso, y no como sntesis aventurada de la tradicin com-pleta de las ciencias cognitivas, presentamos los siguientes ejes como descripciones de las posturas ms radicales (vase la figura adjunta):

Eje de discusin Filosfica:

i. Neuro-reduccionismo: Investigan mediante la eliminacin del polo experiencial en favor de una explicacin nicamente neuro-biolgica. Como dira Crick: uno no es ms que un paquete de neuronas (1994, p.2).ii. Neuro-Fenomenologa: Aqu damos un enfoque privilegiado y central (explcito) a los in-formes en primera persona y a la naturaleza irreductible de la experiencia misma.

Eje de discusin Cientfica:

i. Funcionalismo: Reemplazamos el vnculo cognicin-conciencia por el denominado cog-nicin-intencin; en el mejor de los casos la experiencia queda reducida a su papel de fun-cin conductual particular de un estado mental (tambin particular) que es determinado siempre por un externo (tercera persona).ii. Misterianismo: Proponen que el difcil problema no tiene solucin, ya que poseemos li-mitaciones intrnsecas que nos impiden adquirir el correcto conocimiento mental.

Funcionalistas

Neuro-fenomenologaNeuro-reduccionismo

Misterianistas

2. UN ENFOQUE FENOMENOLGICO

La irreductibilidad: lo fundamental

El enfoque fenomenolgico comienza a partir de la naturaleza irreductible de la experiencia con-sciente (su reconocimiento). La experiencia vivida es desde donde empezamos y con lo que todos volvemos a relacionarnos, como un hilo conductor Desde un punto de vista fenomenolgico, la experiencia consciente discrepa bastante de la experiencia del contenido mental (p.264). Definiti-vamente la subjetividad que nace en la introspeccin en primera persona no es algo debatible, lo que s lo es puede ser el mtodo que usemos para la investigacin de dicha experiencia: ste necesita de una rigurosa restructuracin disciplinar (ms que slo confianza).

Mtodo: tomar la delantera

Necesitamos examinar, ms all del fantasma de la subjetividad, las posibilidades concretas de un examen disciplinado de la experiencia que se encuentra en el ncleo mismo de la inspiracin fen-menolgica (p.266) y, adems, se puede describir la fenomenologa como un tipo especial de refle-xin o actitud acerca de nuestra capacidad de estar conscientes (p.268). Si nosotros adoptramos slo una actitud comn (ingenua) frente a los fenmenos entonces objetivaramos errneamente, como tercera persona, un montn de afirmaciones naturales recibidas que no revelaran el carcter del mundo experimentado en su inmediatez sentida. De all la mxima de Husserl: de vuelta a las cosas mismas!. Debemos suspender los exmenes comunes y catalizar exmenes completamente nuevos: porque as como todo conocimiento emerge desde la experiencia vivida, es que sta merece ser estudiada de manera rigurosa y responsable.

Sabemos que la experiencia se compone de un cmulo gigantesco de comprensiones previas que son de carcter espontneo de modo que el establecimiento de teoras que hablen sobre ellas resultan un tanto aventuradas: de todas formas hemos de hacerlo, de no ser as la experiencia jams podr ser liberada de su estatus de creencia comn. Pero no hablamos de bsqueda emprica de co-rrelato mentales sino de traer, a primer plano, el fundamento de todo conocimiento.

La fenomenologa establece su forma especfica de reflexin a travs del mtodo de reduc-cin fenomenolgica (RF): una bsqueda de relacionarnos con los cambios habituales de nuestro mundo vivido. Pero esto no se trata de imaginarnos otro mundo, sino el presente (actual) como otro. Lo que tenemos, finalmente, es un cambio de actitud radical y drstico: de lo natural hacia lo feno-menolgico; de un mundo a otro; de algo dado a algo que necesita ser explorado. Proponemos que la conciencia puede ser analizada mediante los siguientes aspectos entrelazados:

1. Actitud: reduccin

Cuando hablamos de reduccin nos referimos a aquella duda instaurada en nosotros que permite una suspensin repentina y momentnea de las creencias acerca de lo que est siendo examinado, un poner en desuso nuestro discurso habitual acerca de algo, un poner entre parntesis la estructura pre-programada que constituye el contexto omnipresente de la vida diaria (p.270). En otra palabras, apelamos en re-direccionar el pensamiento a travs del ejercicio de la reflexin.

2. Intimidad: intuicin

Aqu apelamos a la importancia de la intimidad (o inmediatez) como precursor de variaciones ima-ginarias que permiten una visin mltiple del fenmeno a medida que este aparece. A partir de esto se aade a nosotros una nueva fase de comprensin, la que nos permite aadir nuevas evidencias frente al cultivo de las convicciones. Ejemplos de esto son la perspectiva fsica de la tridimensiona-lidad, la empata o la estructura temporal del ahora.3. Descripcin: invariantes

Si detuviramos la investigacin luego de la reduccin y la intuicin condenaramos el resultado a una esencia privada del fenmeno. Debemos, necesariamente, traducir aquello que hemos encontra-do de manera variable a artculos comunicables de carcter invariable, tales como smbolos o diver-sos mtodos de lenguaje. No es muy distinto a lo que los matemticos han hecho por siglos: la nove-dad es aplicarlo a los contenidos de la conciencia (p.271).

4. Formacin: estabilidad

Debemos cultivar las habilidades que nos permitan estabilizar, y profundizar, la capacidad de intu-cin y de poner entre parntesis las variables; de otro modo nuestra RF se volver frgil y no lo-grar elaborar una pragmtica adecuada.

Evitar algunas trampas

A. El anlisis fenomenolgico no slo es introspeccionismo

Toda introspeccin busca el acceso a nuestra experiencia como campo visual interno que se refleja desde lo que se supone como algn yo: sujeto narrador que se identifica. Pero el problema no est all sino en cmo nos presentamos (abordamos) ante las te