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MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

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• MUÑOZ FERNÁNDEZ, Ángela (1995), Acciones e intenciones de mujeres en la vida religiosa de los siglos XV y XVI, Madrid,

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Texto original: Ruben Espada, marzo 2010 Adaptación del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión)

NIPO: 551-09-006-X

SEPULCROde Constanza de Castilla

situar su propio sepulcro en el coro dela iglesia por ser éste un lugar reservadoa dignidades muy vinculadas a la comu-nidad.

Este monasterio de dominicas, de losmás antiguos de España, fue fundadosegún la tradición por el mismo santoDomingo de Guzmán en Madrid, en lacuesta que lleva su nombre, hacia 1218.Aunque en un primer momento fue

destinado a una orden religiosa mascu-lina, al año siguiente fue entregado a lasmonjas dominicas bajo la dirección deMamerto, hermano de Santo Domingode Guzmán. Siempre conservó la con-dición de real patronato y gozó deestrechos vínculos con la Monarquía,facilitados por su proximidad alAlcázar; además, fue la explotación máspoderosa de Madrid hasta la llegada dela orden de los Jerónimos en el XV.

Edad Media

Tesoro a tesoro: descúbrelos

Una vida de clausura “dedicada” a DiosDoña Constanza (ca. 1405-1478) fuepriora durante 49 años del monasteriode Santo Domingo el Real hasta sumuerte. Había ingresado en él muyjoven gracias a la mediación de Catalinade Lancaster, nieta de Pedro I y Maríade Padilla y esposa de Enrique IIITrastámara. Doña Constanza prestó ungran servicio a la comunidad durante supriorato, pues gracias a las excelentesrelaciones que mantuvo con la Corona ya su influencia en la Corte obtuvo gran-des beneficios y donaciones para elmonasterio.

Según los panegiristas de la época, fueejemplo de virtud para su congregaciónal llevar una vida consagrada a Dios, a laoración y a la rectitud. Culta e instrui-da, escribió un devocionario en el querecogía sus oraciones y plegarias,actualmente conservado en la BibliotecaNacional. Sin embargo, a pesar de estarsometida a una regla de observancia,administró libremente sus bienes parti-culares y fue eximida de ciertas obliga-ciones como, por ejemplo, la de respe-tar la clausura y vestir hábito. Tambiénpudo disponer de dinero propio y tenercriadas a su servicio en su propia casa,donde podía recibir visitas. 

El monasterio de Santo Domingo,panteón realDoña Constanza consiguió, tras obte-ner permiso del rey Juan II de Castilla,trasladar los restos de su abuelo Pedro Iy de su padre D. Juan al monasterio deSanto Domingo el Real con la inten-ción de convertirlo en panteón real dela dinastía destronada de los Castilla,lugar más apropiado para enterrarlos yhonrarlos con las ceremonias que lescorrespondían por su alcurnia y que nohabían tenido en su momento. Decidióenterrarlos en un mausoleo situado enla capilla mayor, lugar especialmenteprivilegiado, así como también decidió

Por su parte, el programa iconográficode índole política se plasma, por unlado, en el relieve central, donde dosángeles tenantes sostienen el escudo dearmas del apellido Castilla. Esta posi-ción central del escudo, encuadradopor estos seres inmateriales, tiene comoobjetivo la exaltación del linaje de lapriora, nieta de Pedro I de Castilla yesta exaltación, que será habitual en lossepulcros de la época y en los delRenacimiento, adquiere en este caso uncarácter reivindicativo del origen nobi-liario de la priora, ya que con los cam-bios ocurridos con Enrique II deTrastámara, asesino de Pedro I y usur-pador del trono, su familia había que-dado al margen. Y por otro lado, seplasma en la inscripción que figurabaen el arcosolio que alojaba el sepulcro yen la cual la priora exalta de nuevo sulinaje al presentarse como hija delinfante don Juan y nieta del rey donPedro: AQUI YACE SEPULTADA / LAMUI NOBLE Y MUI RELIGIOSASEÑORA / DOÑA CONSTANZA DECASTILLA / HIJA DEL INFANTEDON JUAN / NIETA DEL REY DONPEDRO / FUE MONJA PROFESA DEESTA CASA / I PRIORA EN ELLAMUCHOS AÑOS / I MURIO AÑO DECUATROCIENTOS Y SETENTA YOCHO.

Por tanto, en el sepulcro se exaltantanto las virtudes de doña Constanzacomo el prestigio y la posición socialadquiridas en su vida terrena. Por estaúltima razón, también dispuso susepulcro de una privilegiada ubicaciónen el centro del coro de la iglesia delconvento, en el que sería depositado elcuerpo de la difunta durante los ritua-les fúnebres  destinados tanto a marcarsu vinculación con la comunidad y sumerecido descanso eterno, como suprestigio social.

libro cerrado que, para algunos autores,sería El libro de las Constituciones de la Orden y,para otros, el Devocionario escrito por lapropia doña Constanza.

En la cabecera y a los pies de la yacente,se aprecian sendas figurillas femeninasen actitud orante, sin velo, por lo quepodría tratarse de educandas de la con-gregación (para algunos autores, sobri-nas de doña Constanza) que habríaningresado en el convento siendo niñas.

En la peana, dos ángeles tenantes,situados en el centro, sostienen el escu-do de armas de los Castilla y, a amboslados, dos figura femeninas representana cuatro de las Virtudes: Prudencia(actitud reposada e inscripción identi-ficativa), Fe (cruz e inscripción),Esperanza (actitud expectante) yTemplanza (figura trasvasando líquidode una vasija a otra).

El Sepulcro: su lenguaje religioso y político El programa iconográfico del sepulcrotiene dos vertientes, religiosa y política.La primera, que se desarrolla en elfrente del sepulcro, cumple una doblefunción: por un lado sirve de panegíri-co de las virtudes que adornaron a lapriora y por otro, como recordatorioconstante de la conducta que ha de regirla vida de la comunidad, ya que de laautoridad moral del buen ejemplo detoda priora dependía la buena marchade su monasterio. Esa intención, la deservir de recordatorio de la conducta aseguir, es tanto más significativa cuantoque a la muerte de doña Constanzasiguió un relajamiento de la disciplina ydel voto de pobreza. La altura moral dela yacente y el ideal de perfección de laorden son definidos mediante la repre-sentación de las cuatro virtudes men-cionadas: dos teologales al frente (Fe yEsperanza) y dos cardinales en lasesquinas (Prudencia y Templanza).

El Sepulcro de doña Constanza de Castilla, nietadel rey Pedro I, está realizado en unmaterial noble, alabastro, y es un ejem-plo notable del arte funerario hispano-flamenco del siglo XV. Su autor, desco-nocido, estuvo relacionado con el focoartístico toledano de la época. Lo con-cibió como monumento exento y desti-nado a ubicarse bajo un arcosolio en elcoro de la iglesia del monasterio deSanto Domingo el Real (Madrid), lugarde privilegio reservado para dignidadesmuy vinculadas con la comunidad.

Un sepulcro exento para mayor gloriade la difuntaEste Sepulcro de alabastro labrado, dora-do y policromado fue, posiblemente,encargado en vida de doña Constanza.Estilísticamente reproduce un modelohabitual en el arte funerario del sigloXV, conocido como lecho de parada (litde parade), que consta de dos partes: lacama y la peana.

En la primera, yace la figura de doñaConstanza dispuesta para celebrar lasceremonias del funeral. Se presenta atamaño algo mayor que el natural, conlas manos unidas sobre el pecho en acti-tud de oración, la cabeza apoyada sobreun rico almohadón, los ojos cerrados yun rostro idealizado que no se corres-ponde con la edad que tendría al morirni con los rasgos de la muerte, ya quepretende representar el sueño de ladifunta en espera de su juicio y resurrec-ción. Este retrato sereno y ausente depatetismo, expresa su carácter virtuoso ysu confianza en alcanzar la unión con ladivinidad. Está vestida con un hábitodominico que, según el teólogo francésArnulfo d�Homblières, estaba cargado degran simbolismo; así, el velo simbolizaríala humildad y obediencia; la capa deestameña, la penitencia y mortificación yel hábito blanco, la virginidad y honesti-dad. Porta al cuello el rosario instituidopor los dominicos, y sobre el pecho, un