Semana del 24 al 30 de Agosto 2015 - ayudatj.comayudatj.com/sites/default/files/Semana del 24 al 30...
-
Upload
nguyentram -
Category
Documents
-
view
214 -
download
0
Transcript of Semana del 24 al 30 de Agosto 2015 - ayudatj.comayudatj.com/sites/default/files/Semana del 24 al 30...
Semana del 24 al 30 de Agosto 2015
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
Recuerda que haciendo clic en alguno de los anuncios donde descargaste este archivo, aportas al mantenimiento económico del servidor y hosting de la página y de futuros proyectos.
www.ayudatj.com o www.epubteo.blogspot.com
GRACIAS!!
[Canción 21][E. Libro] [Inicio]
[ 11 ][ 12 ][ 13 ][ 14 ][ 15 ]
cl cap. 29 párrs. 11-15
11, 12. a) ¿Qué trato recibían los leprosos en
tiempos bíblicos, y cómo reaccionó Jesús cuando
se le acercó un hombre “lleno de lepra”? b) ¿Qué
efecto pudo tener en el leproso que Jesús lo
tocara, y cómo ilustra este hecho la experiencia
de un médico?
[ 11 ] [Textos] La compasión lo movió a aliviar el
sufrimiento. Quienes estaban aquejados de diversas
dolencias se sentían atraídos a Jesús porque
percibían que era compasivo. Este hecho fue evidente
cuando un hombre “lleno de lepra” se le acercó en un
momento en el que las multitudes lo seguían (Lucas
5:12). En tiempos bíblicos se ponía en cuarentena a
los leprosos para que no contaminaran a la gente
(Números 5:1-4). Pero los guías rabínicos terminaron
adoptando un criterio implacable ante la lepra e
impusieron reglas opresivas.* Nota: Ahora bien,
observemos cómo reaccionó Jesús ante aquel
enfermo: “También vino a él un leproso, y le suplicó
hasta de rodillas, diciéndole: ‘Si tan solo quieres,
puedes limpiarme’. Con esto, él se enterneció, y
extendió la mano y lo tocó, y le dijo: ‘Quiero. Sé
limpio’. E inmediatamente la lepra desapareció de él”
(Marcos 1:40-42). Cristo sabía muy bien que era
ilícito hasta que el leproso estuviera allí. Sin embargo,
en vez de echarlo, se conmovió tanto que hizo lo
impensable: lo tocó.
Nota: * Los preceptos rabínicos estipulaban que había que apartarse de los leprosos como mínimo cuatro codos (unos 180 centímetros), o cien codos (unos 45 metros) si soplaba viento. El Midrás Rabbah habla de un rabí que se escondía de ellos y de otro que los ahuyentaba tirándoles piedras. Por lo tanto, estos enfermos sabían muy bien lo que dolía ser rechazados, así como sentirse despreciados y no queridos.
“Extendió la mano y lo tocó”
[ 12 ] [Textos] ¿Podemos hacernos una idea de lo
que significó para aquel enfermo de lepra que Cristo
lo tocara? Ilustrémoslo con una experiencia. Paul
Brand, especialista en esta afección, nos cuenta el
caso de un joven leproso al que trató en la India.
Cuando lo examinó, le puso la mano en el hombro y le
explicó mediante una intérprete qué tratamiento
seguiría. El paciente rompió a llorar, de modo que el
médico inquirió: “¿He dicho algo malo?”. La
intérprete le preguntó al hombre en su idioma y
luego respondió: “No, doctor. Dice que llora porque le
ha puesto la mano en el hombro. Antes de venir aquí,
llevaba años sin que nadie lo tocara”. Para el leproso
que se acercó a Jesús, ese gesto fue aún más
importante, pues tras ello desapareció el mal que lo
había marginado.
13, 14. a) ¿Con qué comitiva se encontró Jesús al
aproximarse a la ciudad de Naín, y por qué era
una situación particularmente trágica? b) ¿Qué
acción compasiva tomó Jesús a favor de la viuda
de Naín?
[ 13 ] [Textos] La compasión lo movió a eliminar la
aflicción. Jesús se conmovía hondamente ante el
dolor ajeno. Tomemos como ejemplo el relato de
Lucas 7:11-15. A mitad de su ministerio, cuando se
aproximaba a la ciudad galilea de Naín, Cristo se
encontró cerca de la puerta con un cortejo fúnebre.
Las circunstancias eran particularmente trágicas.
Había muerto un joven, hijo único de una viuda. Es
probable que ella ya hubiera estado antes en una
comitiva semejante: la de su esposo. En ese momento
se trataba de su hijo, tal vez su único apoyo. Aquella
mujer quizás fuera acompañada de los lamentos de
las plañideras y de las tristes melodías que tocaban
los músicos (Jeremías 9:17, 18; Mateo 9:23). Sea
como fuere, Jesús posó la vista en la adolorida madre,
que seguramente caminaba cerca del féretro.
[ 14 ] [Textos] Cristo “se enterneció” al ver a la
desconsolada madre, a la que dijo en tono
tranquilizador: “Deja de llorar”. Espontáneamente, se
acercó al féretro y lo tocó, con lo que los portadores, y
quizás el resto del acompañamiento, se detuvieron.
Luego, con voz de autoridad, dirigió la palabra al
cuerpo sin vida: “Joven, yo te digo: ¡Levántate!”. ¿Qué
sucedió? “El muerto se incorporó y comenzó a
hablar”, como si lo hubieran despertado de un sueño
profundo. El pasaje agrega un detalle muy
conmovedor: “Y [Jesús] lo dio a su madre”.
15. a) ¿Qué relación hay entre compasión y acción
en los relatos donde Jesús se enternece? b) ¿Cómo
imitamos a Jesús en este particular?
[ 15 ] [Textos] ¿Qué nos enseñan los anteriores
relatos? Notemos la relación que existe en cada caso
entre compasión y acción. Jesús no podía contemplar
las desdichas del prójimo sin apiadarse, lo que a su
vez lo impulsaba siempre a obrar en consecuencia.
¿Cómo imitamos su ejemplo? Los cristianos tenemos
el deber de predicar las buenas nuevas y hacer
discípulos. Aunque nuestro motivo principal para
hacerlo es el amor a Dios, no olvidemos que también
debe movernos la compasión. Al enternecernos como
Cristo, el corazón nos impelerá a esforzarnos al
máximo por anunciar las buenas nuevas (Mateo
22:37-39). ¿Cómo mostramos compasión a los
hermanos en la fe que sufren o están de duelo? Cierto
es que no podemos efectuar curaciones milagrosas ni
resurrecciones, pero debemos tomar la iniciativa
expresándoles nuestra preocupación o ayudándoles
en lo que necesiten (Efesios 4:32).
[E.M.T] [Inicio]
[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: 2 Reyes 5 a 8 | Puntos
Sobresalientes
[Nº1] Núm. 1: 2 Reyes 6:20-31 (3 min. o menos)
20 Y aconteció que, tan pronto como llegaron a
Samaria, Eliseo entonces dijo: “Oh Jehová, abre los ojos de estos para que vean”. Inmediatamente Jehová les abrió los ojos, y llegaron a ver; y aquí estaban en medio de Samaria.
21 El rey de Israel ahora dijo a Eliseo, luego
que los vio: “¿[Los] derribo, [los] derribo, padre mío?”. 22
Pero él dijo: “No debes derribar[los]. ¿Es a los que has hecho cautivos con tu espada y con tu arco a quienes vas a derribar? Coloca pan y agua delante de ellos para que coman y beban y se vayan a su señor”. 23
Por lo tanto, les hizo un gran banquete; y se pusieron a comer y beber, después de lo cual los envió, y ellos se fueron a su señor. Y ni una sola vez volvieron a entrar las partidas merodeadoras de los sirios en la tierra de Israel.
24 Y después de esto aconteció que Ben-hadad el rey
de Siria procedió a juntar todo su campamento y a subir y sitiar a Samaria.
25 Con el tiempo surgió una gran
hambre en Samaria, y, ¡mire!, estuvieron sitiándola hasta que la cabeza de un asno llegó a valer ochenta piezas de plata, y el cuarto de una medida de cab de estiércol de paloma valía cinco piezas de plata.
26 Y
aconteció que, al ir pasando el rey de Israel sobre el muro, cierta mujer le gritó, y dijo: “¡Salva, sí, oh mi señor el rey!”.
27 A lo que él dijo: “Si Jehová no te salva, ¿de
qué [fuente] te salvaré yo?, ¿de la era, o del lagar de
vino o de aceite?”. 28
Y el rey siguió diciéndole: “¿Qué te pasa?”. A lo que dijo ella: “Esta mujer misma me dijo: „Da tu hijo para que nos lo comamos hoy, y a mi propio hijo nos lo comeremos mañana‟.
29 Por lo tanto cocimos
a mi hijo y nos lo comimos. Entonces le dije yo al día siguiente: „Da tu hijo para que nos lo comamos‟. Pero ella escondió a su hijo”.
30 Y aconteció que, en cuanto el rey oyó las palabras
de la mujer, al instante rasgó sus prendas de vestir; y al ir pasando él sobre el muro, el pueblo llegó a ver, y, ¡mire!, había saco debajo, sobre su carne.
31 Y él pasó a
decir: “¡Así me haga Dios, y así añada a ello, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat permanece sobre él hoy!”.
[Nº2] Núm. 2: ¿De qué tratan los libros de las
Escrituras Hebreas? (igw pág. 30) (5 min.)
PREGUNTA 19 ¿De qué tratan los libros de la Biblia? LAS ESCRITURAS HEBREOARAMEAS, O ANTIGUO TESTAMENTO EL PENTATEUCO (5 LIBROS): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio Desde la creación del mundo hasta el nacimiento de la nación de Israel LOS LIBROS HISTÓRICOS (12 LIBROS): Josué, Jueces y Rut La llegada de Israel a la Tierra Prometida y algunos hechos posteriores 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, y 1 y 2 Crónicas La historia de la nación de Israel hasta la destrucción de Jerusalén Esdras, Nehemías y Ester La historia de los judíos tras volver del destierro en Babilonia
[Nº3] Núm. 3: Doeg. Tema: Cuidado con los que
aman el mal (it-1 pág. 716) (5 min.)
DOEG
(posiblemente: Ansioso; Asustado).
Edomita que servía de mayoral de los pastores del rey Saúl, un puesto de supervisor que exigía responsabilidad (1Sa 21:7; 22:9); debió ser un prosélito. Debido a ser “detenido delante de Jehová” en Nob —posiblemente a causa de un voto, alguna inmundicia o sospecha de lepra—, Doeg presenció cómo el sumo sacerdote Ahimélec le daba a David el pan de la proposición y la espada de Goliat. Más tarde, cuando Saúl se dirigió a sus siervos y los acusó de estar conspirando contra él, Doeg reveló lo que había visto en Nob. Después de convocar al sumo sacerdote Ahimélec, así como a los otros sacerdotes de Nob, e interrogarle,
Saúl ordenó a los corredores que dieran muerte a los sacerdotes. Cuando estos rehusaron, Doeg, por mandato de Saúl, dio muerte sin vacilar a un total de ochenta y cinco sacerdotes. Después de esta acción inicua, Doeg dio a Nob por entero a la destrucción, matando a todos sus habitantes, tanto jóvenes como viejos, así como al ganado. (1Sa 22:6-20.)
Como se indica en el encabezamiento del Salmo 52, David escribió concerniente a Doeg: “Adversidades trama tu lengua, afilada como una navaja, y obra engañosamente. Has amado lo malo más que lo bueno; la falsedad, más que el hablar justicia. Has amado todas las palabras devoradoras, oh lengua engañosa”. (Sl 52:2-4.)
[R. Servicio] [Inicio]
Reunión de Servicio
Tema del mes: “En cuanto a mí y a mi casa,
nosotros serviremos a Jehová” (Josué 24:15).
Canción 40
15 min. Necesidades de la congregación.
15 min. Ideas para enriquecer la Noche de
Adoración en Familia. Análisis con el auditorio
basado en Nuestro Ministerio del Reino de enero de
2011, página 6. Llame la atención a las ideas para la
adoración en familia que aparecen en jw.org
(ENSEÑANZAS BÍBLICAS>NIÑOS). Subraye que cada
familia debe adaptar la noche de adoración a sus
necesidades y que debe tener como objetivo
fortalecer la fe en Jehová y en sus promesas.
La Noche de Adoración en Familia no debe ser una
ocasión solemne, fría y aburrida, sino que debe
reflejar al Dios feliz a quien adoramos
[Recuadro de la página 6]
TÉNGALO A MANO
Ideas para la Noche de Adoración en Familia
Biblia:
• Leer una parte de la lectura semanal de la Biblia. Si
el relato se presta, un miembro de la familia puede
leer la narración, y otros, las palabras de los distintos
personajes.
• Poner en escena cierto pasaje de la lectura bíblica.
• Leer todos de antemano los capítulos asignados de
la Biblia, y cada uno escribir una o dos preguntas
sobre el relato. Luego, investigar juntos las
respuestas.
• Hacer cada semana una tarjeta con un texto bíblico
y tratar de memorizarlo y explicarlo. Ir juntando una
colección de tarjetas y repasarlas semanalmente para
ver cuántos textos recuerdan.
• Escuchar una grabación de la lectura de la Biblia y
seguirla en la Biblia.
Reuniones:
• Preparar juntos una parte de las reuniones.
• Ensayar los cánticos del Reino programados para la
semana siguiente.
• Si alguien tiene parte en la Escuela del Ministerio
Teocrático o una demostración en la Reunión de
Servicio, proponer ideas de cómo presentarla, o
ensayarla ante la familia.
Necesidades de la familia:
• Incluir información de los libros Los jóvenes
preguntan o Aprendamos del Gran Maestro.
• Tener sesiones de práctica sobre cómo manejar una
situación que pudiera surgir en la escuela.
• Tener sesiones de práctica donde los padres y los
hijos invierten papeles. Los hijos investigan un tema y
hacen razonar a los padres.
Ministerio del campo:
• Tener sesiones de práctica de las presentaciones
que usarán durante el fin de semana.
• Analizar metas realistas para la familia a fin de
aumentar su participación en el ministerio durante la
temporada de la Conmemoración o en las vacaciones.
• Apartar unos minutos para que cada miembro de la
familia investigue respuestas a preguntas que
pudieran surgir en el servicio, y luego ensayarlas.
Otras sugerencias:
• Leer juntos un artículo de las revistas más recientes.
• Que cada miembro de la familia lea de antemano un
artículo que le interese de las revistas actuales, y
luego, que presente un informe.
• Invitar de vez en cuando a otro publicador o
matrimonio a su adoración en familia, y quizás
entrevistarlos.
• Ver y analizar alguno de nuestros videos.
• Analizar juntos la sección “Los jóvenes preguntan” o
“Actividades para la familia” de la revista ¡Despertad!
• Analizar juntos la sección “De padres a hijos” o “El
rincón del joven” de la revista La Atalaya.
• Leer y analizar una sección del Anuario del año en
curso o alguna publicación presentada en la última
asamblea de distrito.
• Tras asistir a un día especial o una asamblea de
circuito o distrito, repasar los puntos principales.
• Observar en vivo la creación de Jehová y luego
hablar de lo que nos enseña del Creador.
• Trabajar juntos en un proyecto, como una maqueta,
un mapa o un gráfico.
Canción 130 y oración
Canción 22 [Atalaya] [Inicio]
[ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12
][ 13 ][ 14 ][ 15 ][ 16 ][ 17 ][ 18 ]
Qué lecciones nos enseña el padrenuestro
(segunda parte)
“Su Padre sabe qué cosas necesitan.” (MAT. 6:8)
Canción 68
¿LO RECUERDA? Cuando pedimos el pan nuestro de cada día, ¿qué estamos pidiendo? ¿Qué tenemos que hacer para que Dios perdone nuestras deudas? ¿Cómo responde Jehová nuestra petición de que no nos deje caer en tentación? 1-3. ¿Por qué está tan segura Lana de que Jehová
conoce nuestras necesidades?
[ 1 ] [Textos] LANA nunca olvidará lo que le sucedió
a mediados de 2012 en Alemania. Ella está
convencida de que dos oraciones muy específicas que
hizo fueron contestadas. La primera la hizo mientras
iba en el tren de camino al aeropuerto: le pidió a
Jehová que la ayudara a encontrar alguien a quien
predicarle. La segunda la hizo cuando llegó y le
dijeron que su vuelo se había pospuesto al día
siguiente: le pidió ayuda a Dios, pues se había
quedado prácticamente sin un euro y no tenía dónde
pasar la noche.
[ 2 ] [Textos] No había terminado su segunda
oración cuando escuchó a alguien decirle: “Lana, ¿qué
haces aquí?”. Se trataba de un antiguo compañero de
clases que se marchaba a Sudáfrica. Estaba con su
madre y su abuela, quienes habían ido a despedirlo.
Cuando Elke, la madre del joven, se enteró de la
situación de Lana, le ofreció su casa. Elke y su madre
fueron muy hospitalarias y le hicieron muchas
preguntas sobre sus creencias y su labor de
evangelización.
[ 3 ] [Textos] A la mañana siguiente, después de un
abundante desayuno, Lana les contestó más
preguntas a sus anfitrionas, y ellas le dieron sus datos
para que alguien las visitara. La joven volvió a casa
sana y salva y sigue siendo precursora regular. Está
segura de que Jehová, quien siempre escucha
nuestras oraciones, intervino en aquella ocasión (Sal.
65:2).
4. ¿De qué tipo de necesidades hablaremos
ahora?
[ 4 ] [Textos] Cuando surge un problema inesperado,
no dudamos en pedir ayuda a Jehová, y a él le gusta
escuchar esas oraciones (Sal. 34:15; Prov. 15:8). Pero
el padrenuestro nos enseña que tenemos necesidades
más importantes que no debemos pasar por alto. En
este artículo hablaremos de las últimas cuatro
peticiones de la oración modelo. Tres de ellas
destacan las necesidades espirituales y la otra, “danos
hoy nuestro pan para este día”, nos enseña
importantes lecciones que nos ayudarán a vivir en
armonía con esa oración (lea Mateo 6:11-13).
“DANOS HOY NUESTRO PAN PARA ESTE DÍA”
5, 6. ¿Por qué debemos pedir el pan nuestro de
cada día aunque tengamos suficiente?
[ 5 ] [Textos] Es interesante notar que el
padrenuestro no dice “mi pan”, sino “nuestro pan”.
Victor, un superintendente de circuito de África,
comenta: “Le doy gracias a Jehová porque mi esposa y
yo no tenemos que preocuparnos por tener algo que
comer ni por pagar el alquiler de la casa. Nuestros
queridos hermanos nos ayudan con esas cosas. Pero
le pido a Dios que ayude a los hermanos a seguir
adelante a pesar de los problemas económicos de
este mundo”.
[ 6 ] [Textos] Si nosotros tenemos comida para
muchos días, pidamos por nuestros hermanos pobres
o por los que han sufrido los efectos de algún
desastre natural. Pero luego no nos quedemos de
brazos cruzados: ayudémoslos. Tal vez podríamos
compartir con ellos lo que tenemos. También
podemos apoyar regularmente la obra mundial con
nuestras donaciones, pues sabemos que nuestro
dinero será bien usado (1 Juan 3:17).
7. ¿Qué ilustración usó Jesús para explicar que no
debemos angustiarnos por lo que traerá el “día
siguiente”?
[ 7 ] [Textos] Al parecer, Jesús habló del pan para
referirse a las necesidades básicas en general. De
hecho, enseguida explicó que Dios viste a las flores
del campo y preguntó: “¿No los vestirá a ustedes con
mucha más razón, hombres de poca fe? Por eso,
nunca se inquieten y digan: [...] ‘¿Qué hemos de
ponernos?’”. Al final dio este consejo: “Nunca se
inquieten acerca del día siguiente” (Mat. 6:30-34).
Estas palabras nos enseñan a no ser materialistas,
sino a contentarnos con tener cubiertas nuestras
necesidades del día: una vivienda digna, la sabiduría
para hacer frente a las enfermedades y un empleo,
entre otras cosas. Ahora bien, si solo le pidiéramos a
Dios que cubriera nuestras necesidades físicas,
estaríamos demostrando que no tenemos claras
nuestras prioridades. Hay necesidades espirituales
que son mucho más importantes.
8. ¿En qué debería hacernos pensar la frase
“danos hoy nuestro pan para este día”? (Vea la
ilustración del principio.)
[ 8 ] [Textos] La frase “danos hoy nuestro pan para
este día” debería hacernos pensar en que también
necesitamos alimento espiritual. ¿Por qué? Porque
Jesús dijo: “No de pan solamente debe vivir el
hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de
Jehová” (Mat. 4:4). De modo que debemos pedirle
siempre a Jehová que nos dé ese alimento al tiempo
debido.
“PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS”
9. ¿Por qué se puede decir que los pecados son
deudas?
[ 9 ] [Textos] ¿Por qué dijo aquí “deudas” Jesús si en
una ocasión posterior dijo “pecados”? (Mat. 6:12; Luc.
11:4.) Hace sesenta años, esta revista explicó la
razón: “Un pecado de transgresión contra la ley de
Dios nos pone en deuda con él. [...] En pago de
nuestro pecado Dios podía exigir y tomar nuestra
vida; [...] podía retirar su paz de nosotros, rompiendo
todas las relaciones pacíficas que tiene con nosotros.
[...] Le debemos nuestro amor, expresado en
obediencia; y cuando pecamos dejamos de pagarle
nuestra deuda de amor, porque el pecado es falta de
amor hacia Dios” (1 Juan 5:3).
10. a) ¿Por qué puede perdonar Jehová nuestros
pecados? b) ¿Qué deberíamos hacer para
corresponder al amor de Jehová?
[ 10 ] [Textos] El hecho de que necesitemos pedir
perdón todos los días nos recuerda que, legalmente,
la única manera en la que Dios puede perdonar
nuestras deudas es mediante el sacrificio de rescate
de Jesús. Aunque ese rescate se pagó hace casi dos
mil años, deberíamos valorarlo tanto como si se
hubiera pagado hoy. En realidad, el pago que se hizo
por nuestra vida era tan elevado que ningún ser
humano imperfecto hubiera podido cubrirlo (lea
Salmo 49:7-9 y 1 Pedro 1:18, 19). Es un regalo que
debemos agradecer siempre a Jehová. Por otro lado,
el padrenuestro dice “nuestros pecados”, no “mis
pecados”, lo cual nos recuerda que todos los
cristianos necesitamos la compasión de Dios. Jehová
desea que nos preocupemos no solo por nuestra
salud espiritual, sino también por la de quienes nos
rodean, incluidos los que han cometido un pecado
contra nosotros. Ese tipo de pecados —que por lo
general no son graves— nos dan la oportunidad de
demostrar que de verdad queremos a nuestros
hermanos y que estamos dispuestos a perdonarlos,
tal como Dios nos perdona a nosotros (Col. 3:13).
11. ¿Por qué es necesario ser perdonador?
[ 11 ] [Textos] Lamentablemente somos imperfectos,
por lo que a veces es difícil perdonar a nuestros
hermanos (Lev. 19:18). Si hacemos público el
problema, puede que algunos se pongan de nuestra
parte y se divida la congregación. Si no resolviéramos
el conflicto, estaríamos demostrando falta de
agradecimiento por la compasión de Dios y por el
rescate. Él no nos perdonará mientras no seamos
perdonadores (Mat. 18:35). Jesús habló de este punto
justo después de enseñar a sus discípulos a orar (lea
Mateo 6:14, 15). Por otro lado, para recibir el perdón
de Dios, debemos esforzarnos por no cometer
pecados graves, lo cual nos lleva a la siguiente
petición (1 Juan 3:4, 6).
“NO NOS METAS EN TENTACIÓN”
12, 13. a) ¿Qué le pasó a Jesús poco después de su
bautismo? b) Si caemos en una tentación, ¿por
qué debemos aceptar nuestra responsabilidad? c)
¿Qué demostró Jesús con su lealtad hasta la
muerte?
[ 12 ] [Textos] El siguiente episodio de la vida de Jesús
nos ayudará a comprender mejor por qué debemos
pedir: “No nos metas en tentación”. Poco después de su
bautismo, Jesús fue llevado al desierto por el espíritu de
Dios. ¿Para qué? “Para ser tentado por el Diablo.” (Mat.
4:1; 6:13.) ¿Debería sorprendernos? No si entendemos
la razón principal por la que Dios envió a su Hijo a la
Tierra. Lo envió para aclarar de una vez por todas las
dudas que surgieron cuando Adán y Eva rechazaron su
autoridad. En el jardín de Edén surgieron preguntas
como: ¿creó Jehová al ser humano con defectos?
¿Puede un ser humano perfecto mantenerse del lado de
Dios a pesar de las presiones del Diablo? ¿Les iría mejor
a los hombres si se gobernaran ellos mismos? (Gén. 3:4,
5.) Aunque se necesitaría tiempo para dar respuesta a
esas preguntas, al final quedaría bien claro para todos
los seres humanos y los ángeles que la manera de
gobernar de Jehová es la mejor.
[ 13 ] [Textos] Jehová es santo; él no tienta a nadie
para ver si hace cosas malas. “El Tentador” es el
Diablo; él crea situaciones que nos ponen a prueba
(Mat. 4:3). Sin embargo, tenemos el poder de decidir
si vamos a caer en la tentación o no (lea Santiago
1:13-15). Jesús rechazó de inmediato cada una de las
tentaciones del Diablo citando de la Palabra de Dios, y
así defendió el derecho de Dios a gobernar a su
creación. Como es obvio, Satanás no se rindió; esperó
a que se diera “otro tiempo conveniente” (Luc. 4:13).
Aun así, Jesús resistió vez tras vez sus ataques.
Demostró que Dios gobierna de manera justa y que
un ser humano perfecto puede ser fiel a pesar de las
pruebas más duras. Pero no olvidemos que, hasta el
día de hoy, el Diablo sigue tentando a los discípulos
de Jesús, incluido usted.
14. ¿Qué debemos hacer para no caer en la
tentación?
[ 14 ] [Textos] Las acusaciones que lanzó el Diablo
aún no se han aclarado por completo. Por eso, Jehová
sigue permitiéndole que use el mundo para ponernos
a prueba. Lejos de “meternos en tentación”, Dios
confía en nosotros y quiere ayudarnos a resistir. Por
supuesto, él no impide a toda costa que caigamos en
la tentación. Nos ha dado la libertad para elegir y
respeta esa libertad. De modo que debemos
mantener fuerte nuestra espiritualidad y orar en todo
momento. Ahora bien, ¿cómo contesta Jehová
nuestras oraciones?
15, 16. a) Mencione algunas tentaciones comunes
hoy día. b) Si un cristiano cayera en la tentación,
¿quién sería el responsable?
[ 15 ] [Textos] Jehová nos ofrece su poderoso
espíritu, el cual nos da fuerzas para resistir las
tentaciones. Y mediante su Palabra y la congregación
nos advierte sobre peligros como malgastar tiempo,
dinero y energías en cosas que no son indispensables.
Espen y Janne viven en un país rico de Europa.
Durante años fueron precursores regulares en una
zona de su país donde se necesitaba ayuda. No
obstante, tuvieron que dejar el precursorado al nacer
su primer hijo. Luego tuvieron una niña. Espen dice:
“Le pedimos a menudo a Jehová que nos ayude a no
caer en tentaciones ahora que ya no podemos
participar tanto en las actividades cristianas. Le
pedimos que nos ayude a mantener fuerte nuestra
amistad con él y a seguir predicando con
entusiasmo”.
[ 16 ] [Textos] Otra tentación que se ha hecho muy
popular es la de ver pornografía. Si caemos en esa
trampa, no podemos echarle la culpa al Diablo. ¿Por
qué? Porque ni él ni su mundo pueden obligarnos a
hacer nada que no queramos hacer. La realidad es
que hay quienes han caído porque han pensado en
cosas que no debían. Miles de nuestros hermanos han
dicho “no” a la pornografía. Nosotros también
podemos (1 Cor. 10:12, 13).
“LÍBRANOS DEL INICUO”
17. a) ¿Qué debemos hacer para vivir en armonía
con la petición “líbranos del inicuo”? b) ¿Qué
alivio sentiremos pronto?
[ 17 ] [Textos] Para vivir en armonía con la petición
“líbranos del inicuo”, debemos esforzarnos por no ser
“parte del mundo” de Satanás y no amar “ni al mundo
ni las cosas que están en el mundo” (Juan 15:19; 1
Juan 2:15-17). Esta es una lucha de todos los días,
pero pronto Jehová responderá nuestra petición y
borrará del mapa al Diablo y a su mundo. Mientras
tanto, no podemos olvidar que cuando Satanás fue
echado del cielo sabía que tenía los días contados. Por
eso está furioso e intenta por todos los medios que
seamos desleales. Tenemos que seguir pidiendo a
Dios que nos libre de él (Rev. 12:12, 17).
18. Si quiere vivir para siempre, ¿qué debe seguir
haciendo?
[ 18 ] [Textos] Si quiere vivir para siempre, no deje
de pedirle a Dios que venga su Reino, que su nombre
sea santificado y que se haga su voluntad en la Tierra.
Pídale que cubra sus necesidades físicas y
espirituales. Pero sobre todo, siga las lecciones que
nos enseña el padrenuestro y viva en armonía con esa
oración.
Textos del Libro
Párrafo 11
(Lucas 5:12) En otra ocasión, mientras él estaba en una de las ciudades, ¡mira!, ¡un varón lleno de lepra! Cuando alcanzó a ver a Jesús, este cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: “Señor, si tan solo quieres, puedes limpiarme”.
(Números 5:1-4) Y Jehová habló nuevamente a Moisés, y dijo:
2 “Manda a los hijos de Israel que envíen fuera del
campamento a toda persona leprosa y a todo el que tenga flujo y a todo el que se haya hecho inmundo por un alma difunta.
3 Sea varón o hembra, ustedes deben
enviarlos afuera. Deben enviarlos fuera del campamento, para que no contaminen los campamentos de aquellos en medio de quienes estoy residiendo”.
4 Y los hijos de Israel procedieron a hacerlo
así, aun a enviarlos fuera del campamento. Tal como Jehová había hablado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.
(Marcos 1:40-42) También vino a él un leproso, y le suplicó hasta de rodillas, diciéndole: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme”.
41 Con esto, él se enterneció, y
extendió la mano y lo tocó, y le dijo: “Quiero. Sé limpio”. 42
E inmediatamente la lepra desapareció de él, y quedó limpio.
Párrafo 12
Párrafo 13
(Lucas 7:11-15) Poco después de esto viajó a una ciudad llamada Naín, y sus discípulos y una gran muchedumbre viajaban con él.
12 Al acercarse él a la
puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto, el hijo unigénito de su madre. Además, ella era viuda. También estaba con ella una muchedumbre bastante numerosa de la ciudad.
13 Y cuando el Señor alcanzó a
verla, se enterneció por ella, y le dijo: “Deja de llorar”. 14
En seguida se acercó y tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron, y él dijo: “Joven, yo te digo:
¡Levántate!”. 15
Y el muerto se incorporó y comenzó a hablar, y él lo dio a su madre.
(Jeremías 9:17, 18) ”Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: „Pórtense con entendimiento, y llamen a las mujeres que salmodian endechas, para que vengan; y envíen [aviso] aun a las mujeres diestras, para que vengan,
18 y para que se apresuren y levanten sobre
nosotros una lamentación. Y que nuestros ojos dejen rodar lágrimas y nuestros propios ojos radiantes destilen aguas.
(Mateo 9:23) Ahora bien, cuando entró en la casa del gobernante y vio a los flautistas y a la muchedumbre en ruidosa confusión,
Párrafo 14
Párrafo 15
(Mateo 22:37-39) Él le dijo: “„Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente‟.
38 Este es el más grande y el primer
mandamiento. 39
El segundo, semejante a él, es este: „Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo‟.
(Efesios 4:32) Más bien háganse bondadosos unos con otros, tiernamente compasivos, y perdónense liberalmente unos a otros, así como Dios también por Cristo liberalmente los perdonó a ustedes.
Textos Atalaya
Párrafo 1
Párrafo 2
Párrafo 3
(Salmos 65:2) 2 Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá
gente de toda carne.
Párrafo 4
(Salmos 34:15) 15 Los ojos de Jehová están hacia los
justos, y sus oídos están hacia su clamor por ayuda.
(Proverbios 15:8) 8 El sacrificio de los inicuos es cosa
detestable a Jehová, pero la oración de los rectos le es
un placer.
(Mateo 6:11-13) 11 Danos hoy nuestro pan para este
día; 12 y perdónanos nuestras deudas, como nosotros
también hemos perdonado a nuestros deudores. 13 Y
no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo’.
Párrafo 5
Párrafo 6
(1 Juan 3:17) 17 Pero cualquiera que tiene los medios
de este mundo para el sostén de la vida, y contempla a
su hermano pasar necesidad, y sin embargo le cierra la
puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera
permanece el amor de Dios en él?
Párrafo 7
(Mateo 6:30-34) 30 Pues bien, si Dios viste así a la
vegetación del campo, que hoy está aquí y mañana se
echa al horno, ¿no los vestirá a ustedes con mucha más
razón, hombres de poca fe? 31 Por eso, nunca se
inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’, o ‘¿qué
hemos de beber?’, o ‘¿qué hemos de ponernos?’. 32
Porque todas estas son las cosas en pos de las cuales las
naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe
que ustedes necesitan todas estas cosas. 33 ”Sigan,
pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y
todas estas [otras] cosas les serán añadidas. 34 Por lo
tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente,
porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes.
Suficiente para cada día es su propia maldad.
Párrafo 8
(Mateo 4:4) 4 Pero en respuesta él dijo: “Está escrito:
‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de
toda expresión que sale de la boca de Jehová’”.
Párrafo 9
(Mateo 6:12) 12 y perdónanos nuestras deudas, como
nosotros también hemos perdonado a nuestros
deudores.
(Lucas 11:4) 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque
nosotros mismos también perdonamos a todo el que
nos debe; y no nos metas en tentación’”.
(1 Juan 5:3) 3 Pues esto es lo que el amor de Dios
significa: que observemos sus mandamientos; y, sin
embargo, sus mandamientos no son gravosos,
Párrafo 10
(Salmos 49:7-9) 7 ni uno de ellos puede de manera
alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un
rescate por él 8 (y el precio de redención del alma de
ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo
indefinido); 9 para que todavía viva para siempre [y] no
vea el hoyo.
(1 Pedro 1:18-19) 18 Porque ustedes saben que no fue
con cosas corruptibles, con plata u oro, con lo que
fueron librados de su forma de conducta infructuosa
recibida por tradición de sus antepasados. 19 Más bien,
fue con sangre preciosa, como la de un cordero sin
tacha e inmaculado, sí, la de Cristo.
(Colosenses 3:13) 13 Continúen soportándose unos a
otros y perdonándose liberalmente unos a otros si
alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová
los perdonó liberalmente a ustedes, así también
háganlo ustedes.
(Levítico 19:18) 18 ”’No debes tomar venganza ni tener
rencor contra los hijos de tu pueblo; y tienes que amar a
tu prójimo como a ti mismo. Yo soy Jehová.
(Mateo 18:35) 35 Del mismo modo también tratará mi
Padre celestial con ustedes si no perdonan de corazón
cada uno a su hermano”.
(Mateo 6:14-15) 14 ”Porque si perdonan a los hombres
sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a
ustedes; 15 mientras que si no perdonan a los hombres
sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de
ustedes.
(1 Juan 3:4) 4 Todo el que practica pecado también está
practicando desafuero, de modo que el pecado es
desafuero.
(1 Juan 3:6) 6 Todo el que permanece en unión con él
no practica el pecado; nadie que practica el pecado lo
ha visto ni ha llegado a conocerlo.
Párrafo 11
Párrafo 12
(Mateo 4:1) 4 Entonces Jesús fue conducido por el
espíritu al desierto para ser tentado por el Diablo.
(Mateo 6:13) 13 Y no nos metas en tentación, sino
líbranos del inicuo’.
(Génesis 3:4-5) 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer:
“Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en
el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los
ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno
y lo malo”.
Párrafo 13
(Mateo 4:3) 3 También, el Tentador vino y le dijo: “Si
eres hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en
panes”.
(Santiago 1:13-15) 13 Al estar bajo prueba, que nadie
diga: “Dios me somete a prueba”. Porque con cosas
malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete
a prueba él mismo a nadie. 14 Más bien, cada uno es
probado al ser provocado y cautivado por su propio
deseo. 15 Entonces el deseo, cuando se ha hecho
fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando
se ha realizado, produce la muerte.
(Lucas 4:13) 13 De modo que el Diablo, habiendo
concluido toda la tentación, se retiró de él hasta otro
tiempo conveniente.
Párrafo 14
Párrafo 15
Párrafo 16
(1 Corintios 10:12-13) 12 Por consiguiente, el que
piensa que está en pie, cuídese de no caer. 13 Ninguna
tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es
común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que
sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino
que junto con la tentación también dispondrá la salida
para que puedan aguantarla.
Párrafo 17
(Juan 15:19) 19 Si ustedes fueran parte del mundo, el
mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien,
porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los
he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los
odia.
(1 Juan 2:15-17) 15 No estén amando ni al mundo ni las
cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo,
el amor del Padre no está en él; 16 porque todo [lo que
hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de
los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de
uno— no se origina del Padre, sino que se origina del
mundo. 17 Además, el mundo va pasando, y también
su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
(Revelación 12:12) 12 A causa de esto, ¡alégrense,
cielos, y los que residen en ellos! ¡Ay de la tierra y del
mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes,
teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto
espacio de tiempo”.
(Revelación 12:17) 17 Y el dragón se airó contra la
mujer, y se fue para hacer guerra contra los restantes
de la descendencia de ella, los cuales observan los
mandamientos de Dios y tienen la obra de dar
testimonio de Jesús.
Párrafo 18
Cántico 21
Feliz el misericordioso
(Mateo 5:7)
1. Aquel que muestra compasión
alegra el corazón de Dios.
Jamás se cansa de contar
que Él muy grande es en bondad,
que a su Unigénito mandó
a rescatarnos por amor
y que, cual Padre tierno y fiel,
se apiada del que polvo es.
2. Feliz es quien, igual que Dios,
demuestra honda compasión;
sus faltas perdonadas son,
pues Cristo aboga en su favor.
El misericordioso va
diciendo a todos la verdad,
que el Reino de Dios ya nació,
que cerca está la salvación.
3. Al manso se le tratará
con gran clemencia, con piedad;
de otros se compadeció,
de él tendrá Dios compasión.
A diario, pues, hay que mostrar
misericordia a los demás.
Si practicamos tal virtud,
copiamos a Jehová y Jesús.
(Véanse también Luc. 6:36; Rom. 12:8; Sant. 2:13.)
volver
Cántico 40
Busca primero el Reino
(Mateo 6:33)
1. ¡Qué preciado es para el Padre!
¡Qué placer a él le da!
Es el Reino de su Hijo,
que traerá felicidad.
(ESTRIBILLO)
Busca el Reino y Su justicia,
dales el primer lugar.
A Jehová, tu Dios, alaba,
sírvele con lealtad.
2. No te inquietes por la ropa
ni por lo que has de comer;
te dará Dios estas cosas
si en el Reino pones fe.
(ESTRIBILLO)
Busca el Reino y Su justicia,
dales el primer lugar.
A Jehová, tu Dios, alaba,
sírvele con lealtad.
3. Ve y proclama las noticias
del gobierno celestial,
que es la única esperanza
para la humanidad.
(ESTRIBILLO)
Busca el Reino y Su justicia,
dales el primer lugar.
A Jehová, tu Dios, alaba,
sírvele con lealtad.
(Véanse también Sal. 27:14; Mat. 6:34; 10:11, 13; 1
Ped. 1:21.) volver
Cántico 130
El milagro de la vida
(Salmo 36:9)
1. Nace un bebé; brota una flor;
cae la lluvia; sale el Sol: ¡qué bendición!
El Creador nos da aire, tierra y mar;
cada día es un hermoso don de Jehová.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Le daré mi obediencia y mi corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
2. En la vida habrá quien se cansará,
quien dirá: “Maldice a Dios y muere ya”.
Como Job seré; no me rendiré
y las gracias por la vida siempre daré.
(ESTRIBILLO)
Y ¿cómo pagaré la bondad de Dios?
Amaré al semejante con el corazón.
Vivir es un placer, es un privilegio,
regalo del Señor, milagro de Jehová.
(Véanse también Job 2:9; Sal. 34:12; Ecl. 8:15; Mat.
22:37-40; Rom. 6:23.) volver
Cántico 22
“Jehová es mi Pastor”
(Salmo 23)
1. Mi Buen Pastor es Jehová Dios,
ningún mal yo temeré;
pastor tan tierno como él no hay,
sabrá protegerme bien.
A frescas aguas me guía,
a mi alma sustento da;
por los senderos de rectitud
mis pasos conducirá.
Por los senderos de rectitud
mis pasos conducirá.
2. Si voy por un valle oscuro,
sin miedo caminaré;
mi Gran Pastor anda junto a mí,
su vara mi amparo es.
Con fino aceite me unta,
mi copa hace rebosar;
agradecido por su bondad,
en su casa he de morar.
Agradecido por su bondad,
en su casa he de morar.
3. Oh mi Pastor bueno y sabio,
te alabo de corazón;
tu incomparable ternura es
el tema de mi canción.
Tu ley es mi gran tesoro,
muy dentro la guardaré;
a todos les hablaré de ti,
mi amado Pastor y Rey.
A todos les hablaré de ti,
mi amado Pastor y Rey.
(Véanse también Sal. 28:9; 80:1.) volver
Cántico 68
Oración del abatido
(Salmo 4:1)
1. Jehová, te lo suplico,
no rechaces mi oración.
Mis cargas pesan tanto,
me consumo de dolor.
Angustias y gemidos
han plagado mi existir,
por eso humilde vierto
mis lamentos ante ti.
(ESTRIBILLO)
Susténtame en mi penar.
Ayúdame a ser leal.
Acudo a ti en mi aflicción.
Confírmame tu aprobación.
2. Ha sido tu Palabra
mi consuelo y mi luz,
mis propios sentimientos
plasma con exactitud.
La fe que infunden tus promesas,
dámela, Señor;
enséñame que tu amor
supera al corazón.
(ESTRIBILLO)
Susténtame en mi penar.
Ayúdame a ser leal.
Acudo a ti en mi aflicción.
Confírmame tu aprobación.
(Véanse también Sal. 42:6; 119:28; 2 Cor. 4:16; 1 Juan
3:20.) volver
(2 Reyes 5:1-8:29)
5 Ahora bien, cierto Naamán, el jefe del ejército del rey de Siria, había llegado a ser hombre grande delante de su señor y a ser tenido en estima, porque por medio de él Jehová había dado salvación a Siria; y el hombre mismo había resultado ser hombre valiente y poderoso, aunque leproso.
2 Y los sirios, por su parte, habían
salido como partidas merodeadoras, y llegaron a tomar cautiva de la tierra de Israel a una muchachita, y esta llegó a estar delante de la esposa de Naamán.
3 Con el
tiempo ella dijo a su ama: “¡Si solo mi señor estuviera delante del profeta que hay en Samaria! En ese caso él le daría recobro de su lepra”.
4 Posteriormente, alguien
vino y se lo informó a su señor, y dijo: “Así y así fue como habló la muchacha que es de la tierra de Israel”.
5 Entonces el rey de Siria dijo: “¡Anda! Ven, y déjame
enviar una carta al rey de Israel”. De manera que él procedió a ir y tomar en su mano diez talentos de plata y seis mil piezas de oro y diez mudas de prendas de vestir.
6 Y vino trayendo al rey de Israel la carta que
decía: “Y ahora bien, al mismo tiempo que te llegue esta carta, aquí realmente te envío a Naamán mi siervo, para que le des recobro de su lepra”.
7 Y aconteció que, en
cuanto el rey de Israel leyó la carta, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir y dijo: “¿Soy yo Dios, para dar muerte y conservar vivo? Pues esta persona envía a
mí para que dé recobro de su lepra a un hombre; porque nada más fíjense, por favor, y vean cómo anda buscando una riña conmigo”.
8 Y aconteció que, tan pronto como Eliseo el hombre
del Dios [verdadero] oyó que el rey de Israel había rasgado sus prendas de vestir, en seguida envió a decir al rey: “¿Por qué rasgaste tus prendas de vestir? Permite que venga a mí, por favor, para que él sepa que existe profeta en Israel”.
9 De manera que Naamán fue
con sus caballos y sus carros de guerra y se paró a la entrada de la casa de Eliseo.
10 Sin embargo, Eliseo le
envió un mensajero, que dijo: “Yendo allá, tienes que bañarte siete veces en el Jordán para que vuelva a ti tu carne; y sé limpio”.
11 Ante esto, Naamán se indignó y
empezó a irse y a decir: “Mira que yo [me] había dicho: „Saldrá a mí hasta afuera, y ciertamente estará de pie e invocará el nombre de Jehová su Dios, y moverá su mano de acá para allá sobre el lugar, y realmente dará recobro al leproso‟.
12 ¿No son el Abaná y el Farpar, los
ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y ciertamente ser limpio?”. Con eso se volvió y se fue furioso.
13 Sus siervos ahora se acercaron y le hablaron y
dijeron: “Padre mío, si hubiera sido una cosa grande la que te hubiera hablado el profeta mismo, ¿no la harías? ¿Cuánto más, pues, dado que te dijo: „Báñate y sé limpio‟?”.
14 Por lo cual él bajó y empezó a sumergirse
en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre del Dios [verdadero]; después de lo cual su carne se volvió como la carne de un muchachito, y quedó limpio.
15 Entonces se volvió al hombre del Dios [verdadero],
él con todo su campamento, y vino y estuvo de pie delante de él y dijo: “Mira aquí, sé con certeza que no hay Dios en ninguna parte de la tierra sino en Israel. Y ahora acepta, por favor, un regalo de bendición de parte de tu siervo”.
16 Sin embargo, él dijo: “Tan ciertamente
como que vive Jehová delante de quien en verdad estoy de pie, yo ciertamente no lo aceptaré”. Y él se puso a instarlo a que lo aceptara, pero él siguió rehusando. 17
Por fin Naamán dijo: “Si no, por favor, que se dé a tu siervo un poco de tierra, la carga de un par de mulos; porque tu siervo ya no ofrecerá ofrenda quemada o sacrificio a otros dioses sino a Jehová.
18 En esta cosa
que Jehová perdone a tu siervo: Cuando mi señor entre en la casa de Rimón para inclinarse allí, y él esté apoyándose sobre mi mano, y tenga yo que inclinarme en la casa de Rimón, cuando me incline en la casa de Rimón, que Jehová, por favor, perdone a tu siervo en cuanto a esto”.
19 Ante esto, él le dijo: “Vete en paz”. Por
lo tanto, se alejó de él por un buen trecho de tierra.
20 Entonces Guehazí el servidor de Eliseo el hombre
del Dios [verdadero] dijo: “Mira que mi amo le ha perdonado [gastos] a este sirio Naamán al no aceptar de su mano lo que trajo. Tan ciertamente como que vive Jehová, yo ciertamente correré tras él y tomaré algo de él”.
21 Y Guehazí se fue corriendo tras Naamán. Cuando
Naamán vio que alguien corría tras él, en seguida bajó de su carro para ir a su encuentro, y entonces dijo: “¿Va todo bien?”.
22 A lo que dijo él: “Todo va bien. Mi amo
mismo me ha enviado, diciendo: „¡Mira! Ahora mismo acaban de venir a mí dos jóvenes de la región montañosa de Efraín, de los hijos de los profetas. Dales, sí, por favor, un talento de plata y dos mudas de prendas de vestir‟”.
23 Ante eso, Naamán dijo: “Anda,
toma dos talentos”. Y siguió instándolo, y por fin ató dos talentos de plata en dos talegas, con dos mudas de prendas de vestir, y dio esto a dos de sus servidores, para que lo llevaran delante de él.
24 Cuando él llegó a Ofel, en seguida lo tomó de la
mano de ellos, y lo depositó en la casa, y despidió a los hombres. De manera que ellos se fueron.
25 Y él mismo
entró y entonces estuvo de pie junto a su amo. Eliseo ahora le dijo: “¿De dónde [vienes], Guehazí?”. Pero él dijo: “Tu siervo no fue a ninguna parte”.
26 Ante esto, él
le dijo: “¿No te acompañó mi corazón mismo al momento que se volvió el hombre [para bajar] de su carro para recibirte? ¿Es tiempo de aceptar plata o de aceptar prendas de vestir u olivares o viñas u ovejas o ganado o siervos o siervas?
27 De manera que la lepra
de Naamán se te pegará a ti y a tu prole hasta tiempo indefinido”. Inmediatamente salió de delante de él, leproso, blanco como la nieve.
6 Y los hijos de los profetas empezaron a decir a Eliseo: “¡Mira esto! El lugar donde estamos morando delante de ti es demasiado estrecho para nosotros. 2 Permítenos ir, por favor, hasta el Jordán y tomar de allí
cada uno una viga y hacernos allí un lugar donde morar”. De modo que él dijo: “Vayan”.
3 Y uno pasó a
decir: “Decídete, por favor, y ven con tus siervos”. A lo que él dijo: “Yo mismo iré”.
4 Por consiguiente, fue con
ellos, y por fin llegaron al Jordán y empezaron a cortar los árboles.
5 Y aconteció que uno estaba talando su
viga, y la cabeza misma del hacha cayó en el agua. Y él se puso a clamar y decir: “¡Ay, amo mío, porque era prestada!”.
6 Entonces el hombre del Dios [verdadero]
dijo: “¿Dónde cayó?”. De modo que le mostró el lugar. Inmediatamente él cortó un pedazo de madera y lo tiró allí e hizo flotar la cabeza del hacha.
7 Ahora dijo: “Álzala
para ti”. En seguida él alargó la mano y la tomó.
8 Y el rey de Siria, por su parte, llegó a estar envuelto
en guerra contra Israel. Por lo tanto entró en consejo con sus siervos, y dijo: “En tal y tal lugar ustedes acamparán conmigo”.
9 Entonces el hombre del Dios
[verdadero] envió a decir al rey de Israel: “Guárdate de pasar por este lugar, porque es allí adonde están bajando los sirios”.
10 De manera que el rey de Israel
envió al lugar que le había dicho el hombre del Dios [verdadero]. Y él le advirtió, y él se mantuvo alejado de allí, no una vez ni dos.
11 En consecuencia, el corazón del rey de Siria se
enfureció por este asunto, de manera que llamó a sus siervos y les dijo: “¿No me declararán quién de los que nos pertenecen está a favor del rey de Israel?”. 12
Entonces uno de sus siervos dijo: “Ninguno, mi señor el rey, sino que Eliseo el profeta que está en Israel informa al rey de Israel las cosas que hablas en tu alcoba interior”.
13 Por lo tanto él dijo: “Vayan y vean
dónde está, para que yo envíe y lo tome”. Más tarde se le hizo el informe, diciendo: “Allí está en Dotán”.
14 Inmediatamente él envió allá caballos y carros de
guerra y una pesada fuerza militar; y procedieron a venir de noche y a rodear la ciudad.
15 Cuando el ministro del hombre del Dios
[verdadero] madrugó para levantarse, y salió afuera, pues, allí estaba una fuerza militar que cercaba a la ciudad con caballos y carros de guerra. En seguida su servidor le dijo: “¡Ay, amo mío! ¿Qué haremos?”.
16 Pero
él dijo: “No tengas miedo, porque hay más que están con nosotros que los que están con ellos”.
17 Y Eliseo se
puso a orar y decir: “Oh Jehová, ábrele los ojos, por favor, para que vea”. Inmediatamente Jehová abrió los ojos al servidor, de manera que él vio; y, ¡mire!, la región montañosa estaba llena de caballos y carros de guerra de fuego todo en derredor de Eliseo.
18 Cuando empezaron a bajar a él, Eliseo se puso a
orar a Jehová y decir: “Por favor, hiere a esta nación con ceguera”. De modo que él los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
19 Eliseo ahora les dijo:
“Este no es el camino, y esta no es la ciudad. Síganme, y permítanme conducirlos al hombre que ustedes buscan”. Sin embargo, los condujo a Samaria.
20 Y aconteció que, tan pronto como llegaron a
Samaria, Eliseo entonces dijo: “Oh Jehová, abre los ojos de estos para que vean”. Inmediatamente Jehová les abrió los ojos, y llegaron a ver; y aquí estaban en medio de Samaria.
21 El rey de Israel ahora dijo a Eliseo, luego
que los vio: “¿[Los] derribo, [los] derribo, padre mío?”. 22
Pero él dijo: “No debes derribar[los]. ¿Es a los que has hecho cautivos con tu espada y con tu arco a quienes vas a derribar? Coloca pan y agua delante de ellos para que coman y beban y se vayan a su señor”. 23
Por lo tanto, les hizo un gran banquete; y se pusieron a comer y beber, después de lo cual los envió, y ellos se fueron a su señor. Y ni una sola vez volvieron a entrar las partidas merodeadoras de los sirios en la tierra de Israel.
24 Y después de esto aconteció que Ben-hadad el rey
de Siria procedió a juntar todo su campamento y a subir y sitiar a Samaria.
25 Con el tiempo surgió una gran
hambre en Samaria, y, ¡mire!, estuvieron sitiándola hasta que la cabeza de un asno llegó a valer ochenta piezas de plata, y el cuarto de una medida de cab de estiércol de paloma valía cinco piezas de plata.
26 Y
aconteció que, al ir pasando el rey de Israel sobre el muro, cierta mujer le gritó, y dijo: “¡Salva, sí, oh mi señor el rey!”.
27 A lo que él dijo: “Si Jehová no te salva, ¿de
qué [fuente] te salvaré yo?, ¿de la era, o del lagar de vino o de aceite?”.
28 Y el rey siguió diciéndole: “¿Qué te
pasa?”. A lo que dijo ella: “Esta mujer misma me dijo: „Da tu hijo para que nos lo comamos hoy, y a mi propio hijo nos lo comeremos mañana‟.
29 Por lo tanto cocimos
a mi hijo y nos lo comimos. Entonces le dije yo al día siguiente: „Da tu hijo para que nos lo comamos‟. Pero ella escondió a su hijo”.
30 Y aconteció que, en cuanto el rey oyó las palabras
de la mujer, al instante rasgó sus prendas de vestir; y al ir pasando él sobre el muro, el pueblo llegó a ver, y, ¡mire!, había saco debajo, sobre su carne.
31 Y él pasó a
decir: “¡Así me haga Dios, y así añada a ello, si la
cabeza de Eliseo hijo de Safat permanece sobre él hoy!”.
32 Y Eliseo estaba sentado en su propia casa, y los
ancianos estaban sentados con él, cuando él envió a un hombre de delante de sí. Antes que el mensajero pudiera entrar a donde él, él mismo dijo a los ancianos: “¿Han visto ustedes cómo este hijo de un asesino ha enviado a quitarme la cabeza? Vean: tan pronto como llegue el mensajero, cierren la puerta, y tienen que aguantarlo con la puerta. ¿No se oye el sonido de los pies de su señor detrás de él?”.
33 Mientras todavía
estaba hablando con ellos, aquí venía el mensajero bajando a él, y [el rey] procedió a decir: “Mira, esta es la calamidad procedente de Jehová. ¿Por qué debo esperar más a Jehová?”.
7 Eliseo ahora dijo: “Escuchen la palabra de Jehová. Esto es lo que ha dicho Jehová: „Mañana como a esta hora una medida de sea de flor de harina valdrá un siclo, y dos medidas de sea de cebada valdrán un siclo en el paso de entrada de Samaria‟”.
2 Ante eso, el
adjutor sobre cuya mano estaba apoyándose el rey contestó al hombre del Dios [verdadero] y dijo: “Si Jehová estuviera haciendo compuertas en los cielos, ¿pudiera suceder esta cosa?”. A lo que dijo él: “Mira que lo vas a ver con tus propios ojos, pero de ello no comerás”.
3 Y había cuatro hombres, leprosos, que se hallaban
en la entrada de la puerta; y empezaron a decirse el uno al otro: “¿Por qué nos quedamos sentados aquí hasta que hayamos muerto?
4 Si hubiéramos dicho: „Entremos
en la ciudad‟, cuando el hambre está en la ciudad, entonces tendríamos que morir allí. Y si en efecto nos sentamos aquí, también tendremos que morir. Ahora, pues, vengan e invadamos el campamento de los sirios. Si nos conservan vivos, viviremos; pero si nos dan muerte, entonces tendremos que morir”.
5 Por lo tanto,
se levantaron en la oscuridad vespertina para penetrar en el campamento de los sirios; y lograron llegar hasta las afueras del campamento de los sirios, y, ¡mire!, no había nadie allí.
6 Y Jehová mismo había hecho que el campamento
de los sirios oyera el sonido de carros de guerra, el sonido de caballos, el sonido de una gran fuerza militar, de manera que se dijeron unos a otros: “¡Miren! ¡El rey de Israel ha alquilado contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de Egipto para que vengan contra nosotros!”.
7 Inmediatamente se levantaron y echaron a
huir en la oscuridad vespertina, dejando sus tiendas y sus caballos y sus asnos —el campamento tal como estaba— y siguieron huyendo por su alma.
8 Cuando estos leprosos llegaron hasta las afueras
del campamento, entonces entraron en una tienda y se pusieron a comer y a beber y a llevarse de allí plata y oro y prendas de vestir, y a marcharse y esconderlos. Después de eso volvieron y entraron en otra tienda y se llevaron cosas de allí y se marcharon y las escondieron.
9 Por fin empezaron a decirse el uno al otro: “No es
recto lo que estamos haciendo. ¡Este día es un día de buenas noticias! Si titubeamos, y realmente esperamos
hasta la luz de la mañana, entonces tendrá que alcanzarnos la culpa. Vamos ahora, pues, y entremos y demos informe a la casa del rey”.
10 De manera que
fueron y llamaron a los porteros de la ciudad y se lo informaron, diciendo: “Entramos en el campamento de los sirios, y, ¡miren!, no había nadie allí, ni sonido de hombre, sino solo los caballos atados y los asnos atados y las tiendas tal como estaban”.
11 En seguida los
porteros gritaron y se lo informaron a la casa del rey adentro.
12 El rey se levantó inmediatamente de noche y dijo a
sus siervos: “Permítanme declararles, por favor, lo que nos han hecho los sirios. Bien saben ellos que tenemos hambre; y por eso salieron del campamento para esconderse en el campo, diciendo: „Saldrán de la ciudad y los prenderemos vivos, y entraremos en la ciudad‟”. 13
Entonces uno de sus siervos contestó y dijo: “Permite que tomen, por favor, cinco de los caballos restantes que han quedado en la ciudad. ¡Mira! Son lo mismo que toda la multitud de Israel que ha quedado en ella. ¡Mira! Son lo mismo que toda la multitud de Israel que ha perecido. Y enviemos y veamos”.
14 Por consiguiente,
tomaron dos carros con caballos y el rey los envió tras el campamento de los sirios, diciendo: “Vayan y vean”. 15
Con eso, ellos los siguieron hasta el Jordán; y, ¡mire!, todo el camino estaba lleno de prendas de vestir y utensilios que los sirios habían arrojado al irse precipitadamente. Entonces los mensajeros volvieron y se lo informaron al rey.
16 Y el pueblo procedió a salir y a saquear el
campamento de los sirios; y así una medida de sea de flor de harina vino a valer un siclo, y dos medidas de sea de cebada a valer un siclo, conforme a la palabra de Jehová.
17 Y el rey mismo había nombrado al adjutor
sobre cuya mano estaba apoyándose a que tuviera a su cargo el paso de entrada; y el pueblo siguió atropellándolo en el paso de entrada, de modo que murió, tal como había hablado el hombre del Dios [verdadero], cuando habló al tiempo en que el rey bajó a él.
18 Así aconteció tal como había hablado el hombre
del Dios [verdadero] al rey, cuando dijo: “Dos medidas de sea de cebada al valor de un siclo y una medida de sea de flor de harina al valor de un siclo llegará a haber mañana, a esta hora, en el paso de entrada de Samaria”.
19 Pero el adjutor contestó al hombre del Dios
[verdadero] y dijo: “Aunque Jehová estuviera haciendo compuertas en los cielos, ¿pudiera suceder conforme a esta palabra?”. A lo que él dijo: “Mira que lo vas a ver con tus propios ojos, pero de ello no comerás”.
20 Así
sucedió, pues, cuando el pueblo siguió atropellándolo en el paso de entrada, de modo que murió.
8 Y Eliseo mismo había hablado a la mujer a cuyo hijo había revivificado, diciendo: “Levántate y vete, tú con tu casa, y reside como forastera dondequiera que puedas residir como forastera; porque Jehová ha llamado un hambre, y, además, tendrá que venir sobre el país por siete años”.
2 De manera que la mujer se
levantó e hizo conforme a la palabra del hombre del Dios [verdadero] y se fue, ella con su casa, y se quedó residiendo como forastera en la tierra de los filisteos por siete años.
3 Y aconteció que, al cabo de siete años, la mujer
procedió a regresar de la tierra de los filisteos y a salir a clamar al rey por su casa y por su campo.
4 Ahora bien,
el rey estaba hablando a Guehazí el servidor del hombre del Dios [verdadero], diciendo: “Cuéntame, por favor, todas las cosas grandes que ha hecho Eliseo”.
5 Y
aconteció que, al contar él al rey cómo había revivificado al muerto, pues, aquí estaba la mujer a cuyo hijo había revivificado, clamando al rey por su casa y por su campo. En seguida dijo Guehazí: “Mi señor el rey, esta es la mujer, y este es su hijo a quien Eliseo revivificó”. 6 Ante eso, el rey preguntó a la mujer, y ella se puso a
contarle el relato. Entonces el rey le dio un oficial de la corte, y dijo: “Devuélvele todo lo que le pertenece y todos los productos del campo desde el día en que dejó la tierra hasta ahora”.
7 Y Eliseo procedió a ir a Damasco; y Ben-hadad el
rey de Siria estaba enfermo. Por lo tanto, se le dio informe a este, diciendo: “El hombre del Dios [verdadero] ha llegado hasta aquí”.
8 Ante eso, el rey dijo
a Hazael: “Toma un regalo en tu mano y ve al encuentro del hombre del Dios [verdadero], y tienes que inquirir de Jehová por medio de él, y decir: „¿Reviviré de esta enfermedad?‟”.
9 Hazael, pues, se fue a su encuentro y
tomó un regalo en la mano, aun toda suerte de cosa buena de Damasco, la carga de cuarenta camellos, y llegó y se paró delante de él y dijo: “Tu hijo, Ben-hadad, el rey de Siria, me ha enviado a ti a decir: „¿Reviviré de esta enfermedad?‟”.
10 Entonces Eliseo le dijo: “Ve, dile:
„Positivamente revivirás‟, y Jehová me ha mostrado que positivamente morirá”.
11 Y mantuvo una mirada fija y la
mantuvo inmóvil al grado de causar bochorno. Entonces el hombre del Dios [verdadero] rompió a llorar.
12 Por
esto Hazael dijo: “¿Por qué llora mi señor?”. A lo que él dijo: “Porque bien sé qué daño harás a los hijos de Israel. Sus lugares fortificados entregarás al fuego, y a sus hombres selectos matarás a espada, y a sus hijos estrellarás, y a sus mujeres encintas rajarás”.
13 Ante
eso, Hazael dijo: “¿Qué es tu siervo, [que es meramente un] perro, para que pueda hacer esta cosa grande?”. Pero Eliseo dijo: “Jehová me ha mostrado a ti como rey sobre Siria”.
14 Después de eso él se fue de Eliseo y llegó a su
propio señor, que entonces le dijo: “¿Qué te dijo Eliseo?”. A lo que él dijo: “Me dijo: „Positivamente revivirás‟”.
15 Y aconteció que al día siguiente procedió a
tomar una sobrecama y a meterla en agua y a tenderla sobre el rostro de él, de manera que murió. Y Hazael empezó a reinar en lugar de él.
16 Y en el año quinto de Jehoram hijo de Acab el rey
de Israel, mientras Jehosafat era rey de Judá, Jehoram hijo de Jehosafat el rey de Judá llegó a ser rey. 17
Treinta y dos años de edad tenía cuando llegó a ser rey, y por ocho años reinó en Jerusalén.
18 Y se puso a
andar en el camino de los reyes de Israel, así como habían hecho los de la casa de Acab; porque la hija de Acab llegó a ser su esposa, y él siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová.
19 Y Jehová no quiso
arruinar a Judá, por causa de David su siervo, tal como le había prometido que daría una lámpara a él [y] a sus hijos siempre.
20 En sus días Edom se sublevó de debajo de la
mano de Judá, y entonces hicieron reinar sobre sí un rey.
21 En consecuencia, Jehoram pasó a Zaír, como lo
hicieron todos los carros con él. Y aconteció que él mismo se levantó de noche y logró derribar a los edomitas que los tenían cercados a él y a los jefes de los carros; y la gente se puso a huir a sus tiendas. 22
Pero Edom siguió su sublevación de debajo de la mano de Judá hasta el día de hoy. Entonces fue cuando Libná empezó a sublevarse en aquel tiempo.
23 Y el resto de los asuntos de Jehoram y todo lo que
hizo, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá?
24 Por fin Jehoram yació con
sus antepasados, y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David. Y Ocozías su hijo empezó a reinar en lugar de él.
25 En el año doce de Jehoram hijo de Acab el rey de
Israel, Ocozías hijo de Jehoram el rey de Judá llegó a ser rey.
26 Veintidós años de edad tenía Ocozías cuando
empezó a reinar, y por un año reinó en Jerusalén. Y el nombre de su madre era Atalía la nieta de Omrí el rey de Israel.
27 Y él se puso a andar en el camino de la
casa de Acab y siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová, como la casa de Acab, pues era pariente de la casa de Acab por vía de casamiento. 28
Por consiguiente, él fue con Jehoram hijo de Acab a la guerra contra Hazael el rey de Siria en Ramot-galaad, pero los sirios derribaron a Jehoram.
29 De manera que
Jehoram el rey se volvió para sanarse en Jezreel de las heridas que los sirios habían logrado infligirle en Ramá cuando peleó contra Hazael el rey de Siria. En cuanto a Ocozías hijo de Jehoram el rey de Judá, él bajó a ver a Jehoram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo.
volver