Santa Juana Jugan, todos los hombres han costado la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo.

San Juan Eudes fue un convencido de la dignidad de todas las personas, ella reside en el hecho de la entrega de Jesucristo por toda la humanidad, esto implica a todos los seres humanos, como lo ha dicho el Papa Francisco, incluso a esos que creemos que descartables, entre ellos tenemos a los jóvenes y a los ancianos. Los primeros son descartados al no escuchar su voz en medio de fuertes problemáticas; los segundos son descartados porque se convierten en una carga, a veces pesada, ya no producen ingresos solo gastos.

A lo lejos, en la historia, encontramos a Juana Jugan, era el año 1839, a sus 47 años, esta enfermera encontró en una solitaria y penumbrosa calle a una anciana ciega y enferma, acaso resonó en su corazón aquello que aprendió en la Orden del Corazón de la Madre Admirable fundada por san Juan Eudes: No tener más que una vida, un corazón, un alma, una voluntad con Jesús. De inmediato tomó a esta anciana y la llevó a su casa, la instaló en su propia cama, forjando lo que sería un nuevo brote de gracia y misericordia en la Iglesia. Con ayuda de 3 amigas más continuaron esta obra de atender a ancianos que estaban desamparados, esos que hoy como ayer son descartados, a tal punto que hacia el año 1841 ya tenía un local para atender a doce ancianas y un año más tarde ya tenía un convento comprado a trabajo de limosnas para atender a sus ancianos. Oh gran ternura de esta hija del Corazón de nuestra madre, ella estaba haciendo Lío, ese que nos ha pedido el Papa insistentemente.

En 1850 ya tenían varias casas en Francia, otros países de Europa, América y África, después de su muerte llegarían a Asia y Oceanía. Todo esto lo hizo haciéndose ella misma una “descartada”, salía a la calle como una mendiga, como una de esas personas a las que se les descarta cuando no se les escucha, iba de puerta en puerta con un pequeño canasto pidiendo limosna para su obra, para sus ancianitos. Se cuenta que en una ocasión un señor la insultó y abofeteó por estar pidiendo limosna, al final ella solo insistió: eso es para mí, ahora deme algo para los pobres. Esta respuesta conmovió a aquel hombre de modo que se convirtió en su benefactor.

Con todos sus esfuerzos, la santa nacida en Cancale-Francia el 25 de octubre de 1792, nuevamente fue descartada, el padre que fue nombrado Superior de la Congregación la envío a la casa madre a vivir con las novicias, como una más entre ellas, pasó de ser fundadora a ser servidora de las que querían servir a los descartados, ella misma fue descartada, solo cuando se abre su proceso de canonización en 1902 se descubre que la fundadora permaneció en silencio entre las novicias, sin revelarles su historia como fundadora. Pero el Señor no se deja ganar en generosidad y misericordia pues esto sirvió para que ella transmitiera lo que hoy llamamos “el carisma original” a aquellas que iniciaban su enamoramiento por el Señor en los ancianos. Entre aquellas murió el 29 de agosto de 1879 y fue canonizada el 11 de octubre de 2009, celebrando su fiesta el 29 de agosto de cada año.

Al igual que santa Juana Jugan muchos son descartados, silenciados, qué gran tarea tenemos los cristianos de enamorarnos de Cristo y verlo en el prójimo, en ser misericordiosos. Hoy las Hermanitas de los Pobres de santa Juana Jugan tienen casas en los 5 continentes haciendo vida aquellas palabras de san Juan Eudes: todos los hombres han costado la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo.