Rodríguez Juliá, Edgardo. El Entierro de Cortijo

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El entierro de Cortijo

Transcript of Rodríguez Juliá, Edgardo. El Entierro de Cortijo

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    Si el enderro es el fin de la vida -en eol se rumple la distanda definitiva entre el muerro y

    deudos- el velorio es el reino de las emociones confiictivas, el espacio donde el desordenado tiempo 'interior no se decide' entre aeatar la muerte 0 negaria, ello por la engafiosa estad!a de ese muerto que Bun no Se ha convertido en reruerdo; un cadaver de cuerpo presente es una presencia inquietante, precisamente por el hecho de que'la ausenda no aeaba de rumplirse del todo. Desperte del suefio de la metaflska ruando taxi me dej6 en la entrada, ,0 sera salida?, del Casedo Llorens Torres; esa tierra de nadie que se llama Calle Providenda abajo, yque tiene dos fcomeras al sur, la de Baldoriory y la de Eduardo Conde, toca en su extremo norte la calle Lolza; ide Sunoco a Ia Lolza!, de la ViIla Palmeras proleteria que sabe a ano 1934 pasamos a una LOI2:a con sabor aun mas antiguo -se me antoja que sabe a 1927- y pienso que la Baldoriory cruza estas dos coordenadas del todavla mas venerable Cangrejos para destaear que eI desarrollismo muiiocista pas6 pOI' este pals. La Providencia abajo es calle de caserlo, via de falansterio munocista; La Providencia arriba, hada Villa Paltneras, es calle de barrio

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    proletario; ya se perfila que esta cr6nica sera el encuentro de muchos cruces hist6ricos. Pero bajandome del taxi simplemente me enCOntre, de frente, con una temible extensi6n mitica: LA luz de la Provideneia, 'ehaeho, ahf no me para yo ni pa' las guardias. Los cuentos son terribles : la Providencia de Llorens es ambitO de eso que los marxistas clasifican bajo el signo de lumpen; mi madre pequeiio-burguesa hablarla de tfteres; no es 10 mismo, pero, para todos los efectos del miedo al otro, saben igual. EI prejuicio de c1ases reduce hasta eIlimite paranoico: Por algo vine en taxi; (d6nde demonios dejo el carro ahi en Llorens? Traspasar este corredor mftico de violencia es casi asegurarse una eaiiana a manos de algun teea de bejueo desesperado. Mi pana, Ese lenguaje,es como la cifra de una distancia insalvable entre mi condici6n y la de elias. Mano, esto de la lucha de c1ases sf que va en serio. Con mi perfil decimon6nico mallorquin y mis corsos bigotes de punta al ojo entre al superantrd, al easerfo que s610 recientemente ha sido superado -por Manuel A. Perez y MonaciIlos- como signo mftico de toda la criminalidad sobre la faz de Borinquen Bella. EI nombre de un poeta de segunda aunque versificador genial ha sufrido un ir6nico desplazamiento: EI caserio, esa antiutopla creada por el welfare state muiiocista, comparee con el mito b virtud de la connotaci6n a la vez borrosa y perfecta. jAs! tambien es el prejuicio!,

    19J 00 :) aterrador en su concreci6n (mira aquel por donde va con la peineta espetada en el afro.. .) ya la vez difuso (apresuro el paso, se trata de llegar vivo al velorio de Cortijo). Pero no crean, tambien yo sere sometido a la mismlsima reducci6n: Un blanquitO de cara mofletuda, bigotes de punta al ojo y espejuelos es una presencia penurbadora en Llorens; tambien ellar son capaces de leerme, ya me tienen lefdo: ese tiene eara de mamao... Mera, dame diez ehavos... Puse voz de negrero maHorqufn y Ie grite, eso sf, entre dientes... Na tengo... Joder, como se dirla en la Madre Patria, y pensar que todo ello es por algo mas que un nombre de poeta: Si nos salimos de los cursos de Literatura Puertorriqueiia y del manual de Manrique Cabrera, Llorens Torres significa teea, tumbe, Marvin Santiago que re la patea, eanona, euqueo, grilla, perieo y las terribles marcas de los alaeranes. jSanto Dios!, Virgen Pura, el sirio sf que tiene mala lama, como dirla mi madre. Pero algo mas que la mala fama se nos revela aqui: Vfvete la ironia; el blanquito picaro ha bautizado todas las connoraciones de la titereda; pero el se ha esfumado un poco en la transacci6n Iingiiisrica: el signo, Ese significante (Llorens Torres) preiiado de significados terribles, casi ha logrado borrar, cual burl6n palimpsesto, todos los vesrigios que evocan la vida rumbosa, prototlpica y original del primero de esos cursilones abogados independen[istas que luego concibieron, y conciben, la poesia

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    como el perfecto baja bloomers, 0, como didan en Llorens, baja panties. Llorens Torres, senor a todo dril, cautiva mas por su personalidad que por sus versos. Como poeta me parece al mismo t1empo mediocre y genial. De su obra prefiero la gracia de su picaresca rimada: el versificador fadl y sonoro corrompe la sacrosanca poesla dedicandoles versos, a diestra y siniestra, 10 mismo a sabrosonas jibaritas que a blanquidsimas y tutuIsimas reinas del Casino, jhijas de los Martinez Nadal y los Tous Sotos! Llorens vale como barroco Don Juan 'jodedor de la poes!a; mas parece personaje de ficci6n que figura hist6rica. Hayen Llorens la gracia de no tOmarse tan en. serio; su concepci6n de la poes!a es casi cortesana, como la de un Quevedo 0 un G6ngora. Antes de la poesIa concebida unicamence como signo desgarrador de la interioridad, rein6 el poeta de ocasi6n, ese buf6n de cone que rescataba algo para la sinceridad mientras compromeda su verso, mas por costumbre obligada que por convicci6n, con la frivolidad de los poderosos ... Mera, mano, una

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    peseta... Sm duda habla lIegado a Llorens, el segundo cafioneo, esta vez con los ojos inyectados de sangre vidriosa (Vaya mi pana, alcoholado en los ojos...) y la nota aldsima, Vaya inteligente, tli bien, cuando repetl el No tengo patricio. ~Por que no 10 podIa creer?; 10 de inteligente era por los espejuelos y los bigotes de punta al ojo, y nadie se lIame a engafio: para este galan, intelectual es

    ] 9J OtH; .sin6nimo de pendejo. Apresure el paso, Cortijo muerto me espera como tabla salvadora alla en el centrO comunal, ese edificio estilo fondos federales que ya se ve a mitad de camino entre la Lolza y la Baldorioty; esta en la entrada, ya me 10 advirti6 el taxista, un poco sorprendido de que un espejuelado inteligente descendiera al a verno de Llorens para tOcar el cadaver del conguero-timbalero mayor, el gran Cordjo, hijo predilecto de la grey cangrejera.Hay un tap6n tremendo, mejor 10 dejo aqu{y camina, queda cerquita... iMe habra dejado en la entrada imitando la costumbre de esos taxistas timoratos de Nueva York que no se arriesgan a transi tar las caJles del South Bronx 0 el Harlem moreno? Anda al cad, el ghetto de la pobreza niuyorkina quizas ha establecido su presencia aterradora. No entres el carro, mejor dejalo en el parking del Ultimo Trolley y camina... Puro y jodido prejuicio pequefio-burgues, didn esos marxistas de Peugeot, Volvo y Mercedes Benz que jamas conocieron, como yo conod, la formaci6n sentimental de la 65 de Infancerla, aquel terricorio apache del dest:rrollismo munocista donde mis fronteras vitales fueron Capetillo y Buen Consejo, L6pez Sicard6 y la Republica de Colombia, Saban a Llana, la barriada Bul6n y el Barrio Colo, sin olvidarme de las parcelas FaM y las ejecutOrias de Rata Maldonado, P. G. Davila y la perfecdsima vocaci6n perdedora de P.J. Vifiales ... La calle esta dura... Me eduque en el Colegio San Jose, pero

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    much as de mis panas eran de la Republica de Colombia, induyendo aquel notorio Paniagua que me adopt6 como el espejuelado residence de su rumb6n de esquina de, los viernes por la noche... jSanto Cielo! icQue dirla mi madre?!..'. Victima inocence del desclasamiento resultante de la movilidad implantada por el desarrollismo mufiocista (iQue horror, tanta palabreda sodol6gica para decir que nos mudamos de un caser6n

    '. de 1a plaza de Aguas Buenas a la 65 de Infanteria!) alga buena saque de todo ella: un individualismo feroz y una vocaci6n soliraria que trata a codas las tribus con igual ironia; ese desclasamiemo me oblig6 a imaginar y observar; he ahila semilla de mi vocaci6n literaria ...

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    Lo tenia de freme, absolutamente de rente, . , . pero qUlse pregumar, no quen3 eqUlvocarme ...

    Oiga, ,liste es el centro comunat?... Uncordial moreno cangrejero me confirma la arroz ci6n: los fondos federales obligan a esas esrructuras a mirad de camino entre los planteles elememales de asbestOs y los cuarreles neobunkers de la polida esrataL Chevere... Entre a un patio rodeado par esas verjas al ras de barrores que algun inventor de Paris Illinois disefl6,. sin saberlo, claro, para las acrobadas increfbles del caco puertorriqueno. Los de Llorens tambien

    saben 10 que hay, mi pana, Y vlvete esas reias colocadas en lado interior de las ventanas, jsabiduda popular!, que los de aquf sl que conocen la movida, la pobreza mordiendose el cabo, y ahara no re siemas culpable, liberal impenitenre, de haber dejado el carro alia por el (arajo, en la calle del Grand, freme a la casa Orvil Miller. (hevere, tranquilo varon, que en Llorens ramblen lIegaron las rejas de los remores middle class. .. Morenos, morenos par rodos lados y s610 una Mom Blanc para escribir ... No, el ofido de eronista diedochesco me 10 prohfbe: ni siquiera una libreta, ni una grabadora, tampoco una camara MinoK. Prefiero escribir la cr6nica pa5andola 5610 por e! ojo y el oido, SOy rercamenre subde5arroHado, basta con escribir al orro dla, cuando la memoria aun conserva frescos los detalles. EI filtro del cronisra es la memoria, la personal y la colecciva, tambien los prejuicios, cpor que no? Saivese que pueda salvarse entre el momento vivido Y la cronica escrita. perdera casi rodo, claro, pero permanecenin las imagenes, los deta lies mas empednados, esos que no pueden renundar al recuerdo a pesar de la traid6n de la memoria... El centro comunal es pequeno. Me recuerda anfiteatro de mi escuela superior; es un salon donde se apretujan alrededor de rresciemas personas. Arriba, en el pequeno escenario, rodeado coronas, esd. fererro, defendido del ",enrio par un muchach6n de dieciseis afios ves

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    tido can el uniforme de la Defensa Civil. Una de la misma agencia gubernamental esta

    blece frente al ataud su autaridad inutil; se intenta organizar el dolor, como si este fuera una repentina inundad6n. Ya veremos la inutllidad tales gestos, la profeda cumplida sed el reverso del orden pretendido... Tambien han puestO una soga para marcar la fila que deberan respetar las personas que desfilen frente al ataud. Me uno a la fila, ya voy situandome en el sistema de los presentes; ala izquierda, frente al escenario, donde estaria el foso de la orquesta, se ha improvisado un pequeno redoto, tambien protegido par sagas, para los deudos mas cercanos; alcanzo a ver, con el rabillo del ojo, la presencia matriarcal de Ruth Fermindez... ~C6mo definir este pueblo? Definirlo es facil, pero jque dlffdl es describirlo! Es pueblo pueblo, mi pueblo puertorriqueiio en su divers/dad mas comradictoria: la jipata senora de mofio calza tenis para los juaneter de Juana; las perl,itas

    su grasoso sudor me recuerdan aquellas abnegadas planchadoras y codneras que pasaban los sabados por la calle mi infancia, all:!. dirigiendose al proletario culm evangc!lico ... Ese mulato de camisa Truman comprada en La Avalancha parece ensimismado en esa mueca de fatalidad bajo e1 bigote, si, se nos fU,e Cordia, ique nos va quedando? La camisa palmeras usada por fuera apenas disimula la severidad de sus musculos de muellero; la exaltaci6n tropical color chinita

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    crepuscular casi el oficio de su torso enorme; perc en la pobreza la moda no es siempre emblema de condici6n sodal. ,0 es se compr6 ese camis6n de palmeras y playas crepusculares para vestirse con la arcadia ut6pica de su Borinquen Bella? ... EI tit(!1'e de champions y overoles exalta la emblematica del rumb6n callejero. Usa esas gafas oscuras que en mi adolescencia eran signa segura del mota, de estar moteao. Sobre su camiseta roja y musculosa aparece el amasijo collares, los detentes de la santeria cocola, que a ObataIa encomienclo mi esplritu y 5i todas las ochas permanecen conmigo entonces no habra jodiendas, galan ... Bajo la corta visera de esa gorra maleva que evoca los palafreneros del hi p6dromo Casas alIa por el ana 1938, tada su negritud de anchas narices y negro bemb6n se encandila en paso sinuoso que tambien evoca algo del achulado brinquito jodedor de los men de mi epoca; las senas del nard5ismo y el vacil6n arrabalero permanecen aun cuando revelan un cambio... Mera que estas adolescentes cocolas van y vienen por todo el sa16n formando una tropilla conspirativa, como si el vela rio del gran Coniio se tratara un bailecito salsoso en eI Centro Cornunal, jetGmgue auspiciado por los ciudadanos para el meioramiento del caserlo .. , Oye mija, baja ese radio, respeta... se 10 dljo 1a DofiaJuana de juanetes... La pizpireta mulatita que destaca sabrosura de 5U cuNto ;;ontento con esos mahones

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    cuya costura trasera Chard6n abre los gajos de la nies. mira a la dofla como si no emendiera, pew a la vez baja el volumen del radio; es ella la capitana de la tropilla; nadda en el 1964 canace 5610 la fama de Cortijo, que cuando yo nadMaelo estaba guardao, en chirota, en fa nevera". De Ismael Rivera dene el vago recuerdo de Los Cachimbos. Para ella Cordjo quids solo fue el do de Fe. Su Panasonic Ie Otorga capitanCa... Ya esMn transmi tiendo, Z93 esta transmitiendo, estan aIM ,/uera", Y se van como lIegaron, atropelhlndose con prisa juvenil entre la genre, casi formando un solo cuecpo con voluntad (mica... Esta generad6n Marvin Santiago mediad;:a su experiencia del emierre pegandole la oreja al Radio-Cassette Panasonic Stereo... No en balde esta generaci6n Walk Man recibi6, en justo reconocimiento para las febri les con tradicdones de esta sociedad, el primer premio del concurso nacional Pac Man en la personita de iuna nina de nueve anos del Casedo Llorens Torres! ... E! movimiemo demro del centro comunal es pausado y a la vez sonoro; se trata de un cansado velorio que ya entra en su crepusculo, los murmullos de las conversaciones con. forman el sonido inequlvoco de la noveler/a." Lo sacan a las diez,ya !leva tres dias... Se ve to maS bien... La cosmetica de! cadaver esta bien, de ta!

    valorad6n se encarga la sensibilidad femenina. Pero tambien asusta esa cita a Jas diez con la sepultura. L1eva tees dlas de muerto 'I no 10 entie

    191 :1 WI nan; la muerte es la ultima prisa del vivir, la sepultura es la penul dma cira con e! o!vido. Una vez convertidos en cadaveres comenzamos a apes tar la memoria. iExcepto los inmortales como Cordjo? No se, quiz as 10 que lIamamos inmortali dad es el modo terrenal del infierno: jamas salir

    la necesidad es poco consuelo para el olvido. Permanecer entre los mortales mediante la fama p6stuma es tan arriesgado como componer versos floridos para blanquitas de cutis Camay 0 Palmolive. Llorens termin6 crucificado por el equivoco, 10 mismo apunta hacla las cafionas de la calle Providencia que hada eI sonero italiano, iQue horror! A 10 mejor alguna Leticia del Rosado furura, de aquC a veime alios, establezca un rearre Rafael Cortijo para ser administrado por el hijo de Gonzalez Oliver, cumpliendose aSI una grOtesca justicia poetica de dases. Si Llorens Torres pas6 del Casino de Puerto Rico y Zoraida Tropical Mardnez Nadal a la Caile Providencia abajo, es porque escribio el machista 'I c1asista "Reina del Pueblo": ('Los obreros quieren reina? .. / (Los obreroJ socialistas, comunistas, anar . / ..rema,).., i uleren "/qutstas, qUleren Q' rema....

    ahora mamos, ahora humildes, en San Juan de Puerto Rico, / quieren reina, ;quieren reina/... Pero ,que frivolidad 0 duplicidad se puede concebir en "EI Negro Bemb6n", en "EI chivo de la campana", en "Con la punta del pie" 0 "Dejalo que suba"? Mi conguero-timbalero mayor sin

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    duda tendra avatares mas justos y menos jusdcieros... El olor de un pueblo corigregado en espado can reducido, y en una feraz manana calurosa de octubre, oscila entre el sud~r y la cacao No somos nada, es verdad, Cordjo 10 prueba alIa arriba, y yo avanzo en la fila para saludar por ultima vez a mi plenero mayor. Las donas, mas nove/eras que Ilorosas, no dejan eI bembeceo, que si el cancer del pancreas, que si fue de momento, que si else veLa 10 mas bien ... Mucho mono seguidor de Yiye Avila, para sorpresa mfa, que el mulataje ciene aquf cienos ejem plares que apuntan mas hacia la ruralla que hacia eIlitoral, mas hacia la decima que hacia la plen~Segurameme estas donas jipatas son las descendiemes de aquellos jibaros acusados en el dieciocho de cener parientes en fa costa... Pero por momentos prevaleeen los craseros eoeolos, se impone el mamichulismo que acompana siempre la presencia de los musieos ... Alia arriba estli Cordjo ... Orvil Miller me tOea por la espalda... Eje, que pas6 ... -Mira, conoce a Cheo Feliciano, Cheo, te presento a Rodriguez Julia, un amigo escritor... - Vaya, mucho gusto ... Cheo, el Cheo Feliciano, esa voz (mica, privilegiada, genial en el soneo y magistral en el bolero, como un Maelo perfectamente convertible ... EI Cheo del sexteto de Joe Cuba me estreeha la mana con su mirada franca e interroga6te ... iQue hago aqui? .. EI Cheo quitao, alejado de las drogas y la jodedera, bien casao, tranquilo y hasta un poco patriarcal,

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    respira ese 505iego 5610 dable a los hombres que han ido al infierno con pasaje de regreso ... Gafas oscuras como corresponde a un velorio, la guayahera blanca y sencilla, nada de amariconados bordados penepes, ese cuello triguenito, de wlleras, plagado de cadenitas de oro de dieciocho quilates, tu sae, estoy quitao, pero hay que estar en algo mi gente, es la vanidad", no es as!?, Cheo bolerista sentimental y sonero principaHsimo despues del gran Maelo. .. SI, chevere, vaya mi compio... Antes de entrar se rumoraba que Cheo cantarfa en el enderro... Las mas jovencicas no recuerdan a Cordjo, pero 51 sahen de la voz meliflua y a la vez vaciladora de Cheo ... Han venido al des file de artiscas faranduleros... Mira, ahl lleg6 Orvil Miller... No soy aficionado a los ataudes abiertos; hay algo siniestramente embarazoso en ese yacer de los cadaveres. ~O es que mi timidez perduraria mas alia de la vida? En ello reniego del barroco his panico y cat6lico; prefiero la pUritana, pratescante, quizas yanqui, solemnidad abstracta del ataud cerrado. Prefiero el pudor de esos gatos que se esconden para morir. Me cautiva eI pudor postrero. Morir es tropezar con esa suprema desnudez de la carne que preferirla olvidar. Las celulas muertas nos obligan a una condici6n excesivamente patetica. Exhibir el cadaver es, claro esca, el memento mor; por excelencia. La comunidad husmea el cadAver s610 para permanecer con un conocimiemo de la muerte excesivameme imper

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    fecto. Pero es decisivo para el barroco hispanico el testimonio de la materia al fin derrotada... iNO somos nada! Carrona. Vanidad de Vanidades!... Polvo eresyen polvo te convertirds... Me pasa con los cadiveres 10 mismo que me ocurre con el milagro 'de Lourdes... Todo ello me parece una teologia degenerada, una escatologia decadente, espectacular y novelera... Sin duda, semejante inclinaci6n perversa se la debemos a la truculencia jesuitica; ese barroco espectacular y contrarreformista me vuelca dos veces el est6mago, prefiero un ingrediente gn6stico en mi catolicismo: si no 'somos nada, ipor que usar los malos trucos de la materia para conmover el alma? Y el espiritismo me parece la mas repugnante de tales perversiones. Un espiritu siempre someddo a una espectacularidad de feria por los caprichos burlones de la materia degenerada me pareceria el fraude maximo, la mas cruel condena. Pero nad en este Caribe hispanico y barroco, novelero e impresionable: La muerte exhibe en estas latitudes todos sus caris'mas. Ese escorial permanente que es la cultura hispanica y barroca se concreta aqul en el cuerpo yacente de mi plenero mayor. Conijo, Cordio, un Cortijo silencioso que casi prefiero no mirar. Y es que la muerte de un mus ico, ese silencio perf~cto, resulta dos veces mas aterradora. La vida como sonido queda b\:lClada del modo mas ejemplar. Pero ya veremos c6mo la comunidad Ie busca la vuelta a esre asunto

    J9HH I tan espinoso, el perfectlsimo silencio de mi Cordio.. . Barroco, barroco por todos lados y s610 una Mont Blanc para escribir: La caja es de un gris algo mas que funebre; iPor que insistir con el traje tambien gris en la nota morruoria? Un velo cubre todo el cadaver. EI velo no nos deja olvidar que entre las celulas muertas y nosotros permanece el espiriru. Acatamos la febril descomposici6n de las celulas; pero nos consuela pensar que el esplriru al fin liberado debe ser algo asf, algo parecido a la textura vaporosa del rul. Como todo mueno es un fantasma potencial, el velo nos sugiere la inc6moda Iigereza del esplriru... Menos mal que ya no duermo con mosquitero... "EI bomb6n de Elena", aqueHa pur/sima concreci6n, ahl queda reducido a la delicadeza un tantO cursi del velo, esa empobrecida imitaci6n de las andguas mortajas. Pero Coniio, segun las donas, se ve de 10 mas bien, la cosmetica se ha realizado a la perfecci6n; la funeraria de la Lolza, tan distante de los yank6filos y ascepticos cuidos de la Ehret, ha cumplido bien su comeddo, el convencernos un poco de esa i1usi6n que nos repite un pronunciamiento imposible: Cortijo no ha muerto, ahl, en la caia, s610 esra dormido. OrviI Miller me comenta: Se ve sereno, muri6 tranquilo, contento... Yo prefiero ni mirar, jamas he disfrutado de ese hu~meo; ladeo la cara, como si esa presencia ahl fuera la del perfectlsimo otro. Sf, porque morir es convertirse en el otro perfecto, el inalcanzable. Detras de tal

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    quietud. Pero sf que rieoen un rosario, ultima oraci60 exaltada de maoos tan encalleddas par el canto a las ochas de Africa. Y las manos de Menu-

    al morlt no tendrao tamos callos. Le corresponde al conguero el privilegio de evidendar aun mas, en esos callos, 1a concreci60 de su musica proletaria. 8610 un instrumento que Ie sirve de consuela al trabajo -primero de la esclavirud, luego el artesaoal y finalmeote el proletario- es capaz de culdvar callos 10 mismo que repiques. Y bien que 10 dijo Orvil: Conljo muri6 sereno, quizas comemo, nada de aquella histeria eo eljoseo que culmin6 can la muerte en Harlem de Chano Pozo. Aquel cooguero cubano, que Ie enseM a Dizzy Gillespie los secretes de la slncopa afrocaribena, muri6 de una puflalJ en alguo bar de mata muerte del febril Harlem moreno, garateando par la calidad de una matigna can un pusher impaciente. No, Coreljo ha muerro traoquilo, quitao, en CaS!! de la hermana aqui en Llorens, lejos del vacil6n autodestrucdvo. Siestoy muertoes par las cetu!as esas det pancreas parece dedrnos con su rosario cueotas perladas ... Aver estas flores de los panas: Una de Pete EI Conde Roddguez, el sonera favorito de Johnny Pacheco. Ad. una del sonera mayor, el Maelo, dase aparte de verdad, un genio salido del rumb6n de esquina. Y alla la de Willie Rosario, el mu.sico favorito de los bailesjiras de fa Gabriela una vez peg6 su De Barrio Obrero ala Quince un paso es... Y me pregunto sl

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    esto de enviar flores no resulra algoincongruente. y hasta gallego cuando se trata del ambiente musical de los caserlos, mi genre, que enviarle flores muefeO es, como el dla de madres, otra cursile

    mas a que nos obliga el testimonio de amor que slempre reclama la comunidad, la familia,la iglesia oel parentesco. Es posible que Willie Rosario, con su cara de haber pas ado par ellado oscuro infierno que es el South Bronx, Ie regale a su mama un bizcocho can forma de coraz6n en el Dfa de las Madres, todo envuelto en cellophane raja y con un lazo digno del mejor rococ6 de secretaria, Es posible, (par que no? lQue hay malo en ella? lNo adoraba Pepe el Taro a su madrecita muerta? Pero hay algo mas perturbador, y me refiero a uno de aquellos tics permanentes de mi neurosis, uno de esos inicuos detalles aterradores que para el resto de la geme pasan por inocuos. Se trata de las mangas de los cadheres. A los muertos las mangas siempre les quedan un poco largas. Ese detalle Ie aiiade gravedad a la solemnidad, es como si no hubiera forma de evitar la eleganda un poco aguacatona y gatlega de los muertos vestidos con flus. En fin, abandona tu neurosis y observa, que est:l.s freme a las coronas enviadas los salseros mayo res como senorita de la Espafia franquista que hace guardia I'll lado del ataud de Trotsky. Si rienes el extraiio privilegio de observar y husmear JUSta lado del cadaver, dejate de pendejadas y mira ... Esca senora coo mofio de

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    arrabal, se convierte en musica del caserlo. Para esa nueva musica surge un nuevo medio: latelevisi6n se convierte en el foeo de luz que destaca no 5610 una nueva fisonomla musical, sino tambien una amenazante presencia social. E1 blanquitismo de los grandes clubes sociales y los salones de baile tiene que haber temblado ante esta nueva agrupaci6n formada casi exclusivamente por negros. Y ademas, la combinaci6n de musica y baile, ique cafrerla! Y 10 pe~r, no usan papeles para tocar, no se ajustan a la formalidad musical de la orquesta de sal6n. iQue horror! Y para colma ese carisma del baile y el showmanship es justamente 10 que la televisi6n necesita. La pr6xima revoluci6n musical boricua habra que buscarla, diecisiete afios despues, en el ultimo polo de la movilidad mufiocista, y me refiero, claro esta, ala salsa niuyorkina. Dice mi amigo Radames Sanchez que el primer combo de Cordjo fue la perfecta combinaci6n de talento y lideraro, fen6meno parecido al Wild Bunch dirigido por Sam Peckinpah, con William Holden, Edmond O'Brien, Warren Oates, Ernest Borgnine, Robert Ryan, Jaime Sanchez y el Indio Fernandez hacienda de mejicano cabr6n. Cantidad y calidad, de eso se trata el genio, y en ello la combinaci6n de Cortijo como IJder, Kito Velez de arreglista y el Ismael Rivera sonero jamas h~ sido superada en 1a mu.sica popular puerrorriquefia. Pero ah! no termina e1 asombro, la monstruosidad del talento '

    T J 91 () J5 sigue: El simpatico y arresmiilao M~rtfn era el eje central de la epoca Taberna India; vacilaba su pinta de negrazo bemb6n, cual Louis Armstrong boricua, en aquella festiva negrirud pre 1sabelo Zen6n. Conocfamos a cad a uno de ellos por una soberana y definiriva peculiaridad. Antes de 1smael Rivera conocimos a Roy Rosario, el negriro del papazo, maraquero y sonero c1asico de guaracheras que juntO al Sammy Ayala del giiiro completaba la pareja de bailarines. Corrijo era eJ centro inamovible de la percusi6n, tanto en la cascara de timbal como en el repique del cencerro. Miguel Cruz, con una altanera sonrisa de bajista enorme, sostenia la retaguardia rftmica. Kito Velez sobresalia por los arreglos y el timbre de su trompeta, y porque era, junto al saxofonista HeCtor Sanros, uno de los dos blancos solitarios del combo. Maelo, en aquella epoca simplemente 1smael Rivera, lleg6 de la Panamericana para sonear y completar el trio de bailarines, jsaoco!, jsacude, zapato viejo! Rafael Ithier nos ofrecia su contundente pero siempre discrero ritmo de teclas. Luego dei cora Sammy acentuaba el mambo con la chillerla de sus gritiros. Y Eddie Perez, la vocecita, era la vida del coro, quizas el trademark de Corrijo con su sabros6n movimiento de hombros, convulso esguince segun el lenguaje de Don Ram6n Menendez Pidal. Ahi permanecen, intacros en la memoria, tan perfectos en su individualidad y comunidad musical

  • 34 35 como Pedro Infante, Chachita, EI Pichi, Mante. quilla, Nelly Montiel y Katy Jurado en esa crilogfa de la demagogia populista que tambien form6 parte de nuestro aprendizaje del mundo, y me refiero a "Nosotros los Pobres", "Ustedes los Ricos" y "Pepe el Taro". Pero ademas de televi. siva la plena de Cortijo fue furiosamente discografica. Los exaltados fiebrus de esta muska identifican las epocas de aquel combo por las car:hulas de los discos que se sucedian vertiginosamente al poco tiempo de pegar en 45 los hits que no paredan cesar: "Dejalo que suba", "EI negro bemb6n", "EI satelite", "EI chivo de la campana", "Con la punta del pie Teresa", "QuItate de la vIa Perko". CaUdad y cantidad, comunidad sonora e individualidad carismarica, he ahllas senas definitorias del primer combo de Cortijo ... Las mujeres se detienen mas que los hombres ante el cadaver. Casi codas los hombres ladean la cabeza y siguen, percatandose de la terrible presencia s610 de reoio. La mujer, en cambio, se cuadra frente a frente, confrontala muerte con la misma vocaci6n carnal que Ie posibilita la trucu. lencia de parir. Es la mujer la gran sacerdotisa del nacer y del morir. De ahl que si es cuesti6n de parir venga la comadrona, si se crata de ayudar a bien morir vengan esas enfermeras que saben casi todo 10 que hay que saber ~obre el gran momento: Negrita,pero si ella esta COmo muerta, es que no quiere dejarse ir, hahlen/e, recenle, diganle que ha

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    mUsicos parecen profesores de contabilidad de la Imeramencana, es decir, respetables aunque aguacatones; en el segundo la salsa parece haber sido hecha con el sofrito del Harlem moreno, los musicos comienzan a asumir las barbas, el pelo, la excentricidad maleva del musico negro de jazz. EI pnmer disco es de mediados de los sesenta, el segundo del 1971; no ha pas ado tanto tiempo; pero aquf se marca ya el triinsito del mambo-jazz de Tito Puente y Tito Rodriguez, de la sonoridad nueva de los trombones de Eddie Palmieri con su orquesta La Perfecta, al lum penoide jaleo agresivo del guaguanc6 salsero. EI Ismael Rivera del "Chivo de la Campana" da paso al Maelo barbudo, patriarca mandinga, de Los Cachimbos... Este buen senor mulato, con los brazos de un artifice del banda, mueve la cabeza lamentandose, aprieta los labios mas por miedo que pordesconsuelo, ~A quien Ie gusta morir? Este otro pasa casi apresurando el paso, pero aquel ouo se planta ante el ataud y coloca las manos en la caja. Mira a Cortijo, quiere, 10 mismo que Cheo Feliciano, lograr la ilusa y fragi! paz interior de haberlo visto por ultima vez, de haberle dedicado algun tierno pensamiento. Cuando term ina asienta con los ojos cerrados y sigue su camino. Una pareja, ella de veintiocho, el de treinta y ues, alzan a la parejita

    Ide tres y cuatro anos para que vean una mueree que apenas significa algo para sus ojos inocentes, Esos ninos crecenin y quizas jamas escuchen al

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    J 91 or; gran Coreijo. (No has dicho que Coreijo es inmortal? Pero ocurre que este pals tambien ech6 su memoria en el zafac6n de las vireudes que nunca tuvo. EI otro dia hablaba con un joven entusiasta del baloncesto. Me preguntaba: iQuien fue ese Pachin Vicens? .. Aqul no se trata de Pachin Marin, sino de Pach in Vicens ... Pero tu vivinis Coreijo; aunque ya nadie te escuche ahl estara tu obra monumental, paciente aunque silenciosa, siempre dispuesta a resucitar. Ser inmoreal no es continuar viviendo, sino, mas bien, tener la certeza de la resurrecci6n. Para los salseros coco los Coreijo es 10 que fue para mi Canario, un saIto arriesgado de dos decadas; pero no te preocupes mi Coreijito, ya veras, no te negaremos del todo, a pesar de esta jodida memoria hist6rica que s610 se remonta al olvido... Los padres de los ninos se fueron contentos. Algun dia les recordanln a esos hijos que ellos tambien fueron cuanda chiquitas al entierro del gran Coreijo. EI gesto de asomarlos a la muerte sirve para reafirmarse en la valia de los propios recuerdos. iQUe extrano este laberinto que suefia con hi inmortalidad! Son miles los disfraces de la misma anoranza, .. Mas muecas de fatalidad, mas miradas apresuradas con el rabillo del ojo, esta dona Ie deja esa flor con una serena complicidad: sube el tul , coloca la flor y vuelve a taparlo con premura, como si estuviera repitiendo por millonesima vez una operaci6n de ensamblaje en alguna fabrica de radios, Enconces,

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    38 sin que nadie me 10 avisara 0 yo 10 presintiera, apareci6 Ismael Rivera, el gran Maelo, el sonero mayor, el enorme com padre del soneo y el bembe, Maelo es de estatura mediana, fibroso, con esos musculos de arrabal 0 case do que 10 mismo Ie deben al titerismo infantil que al regimen dietetico a que obligan las substancias contro/adas, Un poco menDs enjuto que el c1:isko enjil110 puertorriqueno, su pecho parece un poco hundido por esa tendencia a la joroba delvaya mi pana jodedor de caserto jque nota tienes! lumpen puertorrique no, La barba canosa Ie ha otorgado, por fin, una serenidad de sabio caraball, condici6n parecida a la de Charles Mingus durante sus Ultimos anos cancerosos, Lis canas del afro ni se diga, como para convencer de las virtudes de la salsa a esas chicas universitarias cuyos Hmites musicales son Daniel Viglietti y Atahualpa Yupanqui. Estoy segura que si les ensefio una foto del Ismael Rivera del primer combo me dinin: Pero si Mae/o esta mejor ahora; antes no estaba tan bueno, Es que las barbas abandonaron a mediados de .los anos setenta la emblematica independentistasocialista-fidelista para insertarse en eI ambiente de los jodedores de barrios, casedos y urbanizaciones mas alIa de la frontera que es la A venida Campo Rico, Estos jodedores quiz:is empezaron a resperar las barbas cuando Eddie Palmieri se dej6 una alIa para el ano 1971. Pues 51, el Maelo 51 que luce bien con ~u barba canosa de sabio congo, Pero

    ] 9 1 ~,J!0' J ,(', ) :, iI este no es el que cantaba "Qultate de la Via" y tantos otros hits alIa por los cincuenta y principios de los sesema, Tampoco es aquel camame de la Pan americana que Cortijo trajo al primer combo revestido con la gloria del "Charlatan", "La vieja en camisa" y "La saz6n de abuela", Emonces usaba un papazo perma-strate casi a ralz, peinao que luego se convertirla en el recorre a navaja Tiro Rodriguez, Para aq\lel emonces Ismael Rivera tenia, segun las valoraciones de la gente decente, una de las caras mas frescas que ha dado Puerto Rico en toda su historia cafre; aquella sonrisa y la parejerfa del semblante eran puro p/antaje Avenida Puerto Rico de Villa Palmeras, Maelo ha cobrado gravedad con ros afios, la barba claro que Ie queda bien, con ella podda pasar por soci610go de literatura caribefia a 10 Bob Marquez", Primero toc6 el tul y Ie dedic6 una mirada tierna; pero ya no pudo mas y,volvi6 a 1I0rar sin compostura ni consuelo, Maelo, como todo autenrico artista, tiene la sensibilidad a flor de piel; sus emociones pueden,mas que eI pudor; bien que se inc1ina a dejarse lIevar por el dolor, quiere abandonarse a la pena 10 mismo que a su testimonio, Por eso levantael tul y toea la cara de Cortijo, y cuando ya no puede mas rerira el vaporoso velo del espiritu y quiere probar la carne, Se echa a lIorar, frente con freme, sobre el com padre muerto; Ie besa la freme, Ie toea los cachetes tiesos, quiere comerselo a dentelladas secas y .

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    40 19J01!J calientes, quiere llevarse en el tactO, en la piel misma del desconsuelo, algo de su perfecdsimo amigo, algo que el tiempo jamas Ie podd. arrebatar. Maelo no se consuela con la memoria. Quiere tOcar la materia de su dolor; no pretende conseguir la tranquilidad que logr6 Cheo Feliciano cuando devolvi6 el diminuto crucifijo a su sitio. No, no, Maelo nunca ha sido tan fuene : ha sucumbide a la droga, al alcohol, al desarreglo tOtal mi pana. y ahora tambien quiere abandonarse, como un Dionisio carabali. a la experiencia del dolor perfectO. Pero no grita: Gime con ese dolor asordinado que no se atreve a proclamarse del rodo so pena de asustar a la mismisima desesperaci6n. Las mujeres de la familia Cortijo Ie ruegan No, Maelo, no. Ello quiere decir: No, Maelo, no, no te abandones a ese dolor, asl no puede ser, tienes que controlarte, muchacho... Pero Maelo insiste, y ahora sube la mirada al crucifijo del ataud y reza una oraci6n ininteligible ... Eso que dice ... iQue Ie did? Estoy frente por frente a Maelo. 10 estoy mirando en esta cercania que casi me vuelve invisible. pero no entiendo nada de 10 que dice; es como una jerigonza privada a una sola voz entre los dos capitanes del mandinga soneo mayor, quizas alguna consigna en canga del Siglo XVIII, 0 un lenguaje intimo y personal cuya clave s610 ellos conodan. Ahora se ha quedado solo el gran Maeio, con la mitad silenciosa de esos entendidos durmiendo la mas larga espera. Esta impaciente

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    el Maelo, vuelve a toea rio. tambien tantea el araud; es como sl nocreyera del todo 10 que ve. Entonces comienza a mover convulsivamentelos hombros, gesto que evoca eI sabros6n jaleo del saxofonis ta Eddie Perez alIa par los a1l05 del primer combo. EI movimienro de hom bros es el signo mas personal de este lura desaforado. Hay algo subterraneamente atavico en ese alboroto de hombros que sabe a negros y sabrosura de barrio. ,Hay narcislsmo? Pues claro que sl. En todo dolor comunitario hay una plzca de nardsismo: 51 no 10 creen preg1.intenle a la tragedia griega 0 a la' rasgadura de vestidos bihlica. a al plamo medieval. Nada de compostura y sufrimiento interior para e! Maelo, e5te dolor hay que tesdmoniarlo, y sus hlgrimas han bastado para arrancarJe el 5011ozo a un alto 'I gordfsimo m1lslco joven con gorra de marinero griego que conmigo forma, alla al otto lado del feretro, Is guardia de honor del gran Cordjo ... Que Ie da, que Ie da... La prima de Cordjo ya sahe que Maelo esta a punto del !lanto hi5terico. Como una madre comprensiva que defiende a su hljo de alguna debilidad peligrosa, ella se acerca ...Estdbien, Maelo, efta bien, no, no, no puedes seguir as!... Pas6 de la rernura a la severidad cuando Maelo insisti6 en permanecer alII, en seguir tocando 'I, besando a su amigo muerto... En ertar Cosas lar mujeres somo! mas jueftes que lo! hombrer ... Alguien, alguien que me repita eso ... Y de abajo se oyen todas las VOCes

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    191 (i':W femeninas que aconsejan! Calma, Maelo, calma. C6gelo con calma, hijo. SJquento ajueraa que coja aire, que coja aire, que coja aire, dejenlo parar... Y iii Maelo se 10 lIevan como Estela Pab6n se lIev6 a Pepe el Taro al rescatado de aquel dolor empednado y narcisistil que 10 sedujo despues de la muerre del hijiro en "Ustedes los Ricos". A estos hombres tan sensibles hay que rescatarlos de su propia debilidad, de sus proplos excesos, no vayan a desaforarse hasta la locura, negra, que as(Jon, , [ae, no tienen la juerza de nOiotras para eftas cosas... Y alia se 10 lIevaron las viejas, al samiguo 'I al consuelo, cual si fuera un heroe ml.gico 5610 sostenido par el rumor del coro y la sinceridad equlvoca del planto. Cheo Feliciano se vira para decide a alguien que devuelva el tul II su sido: Mira, arreglale era, que se Ie cay6 la cubierta. Es que EI Cheo se perfila como el maestrO de ceremanias del baquine. Aquella serenidad alcanzada Ie sirve, 10 sostiene para adminisrrar todo 10 relativo a la organizaci6n del dolor. Esta ahl plamado, freme a valla de la Defensa Civil, de cara al publico. Alguien lIeg6, Cheo se dirige a los suyos: Familia, atenci6n... Entonces se vuelve para ultimar detalles con alguien que Ie habJa al oido. La atencion del publico permanece en suspenso, par un momenta pense que esrabamos en el Cheetah, en Nueva York, aHa por el ana 1971, en aqueJ concierto donde se fund61a nueva condenda salsera, Can Familia, atencMn Cheo quiso decir: 1\1i

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    gente, pa' los mios, la gente de los casertos: De nuevo, es ellenguaje de los entendidos exc1uyentes, de los gestos casi secretos; ese modo de dirigirse al publico de los conciertos aqui Ie servirfa para conseguir toda la atenci6n posibk: EI calor arrecia, y quien ha llegado es nada menDs que el Cardenal Aponte Martinez: Alia voy, y entonces me entusiasma aun mas la presencia de Ruth Fernandez en el palco improvisado frente al escenario: Ruth y EI Cardenal, jde nuevo!, jque pais chiquito y redundante! Me acerco, quiero parar la oreja, aver si pesco algo de 10 dicho en ese molote que rodea al CardenaL Abajo Ruth espera con la serenidad de haberle ganado la Otra batalla, y hoy no estoy pa' buscarme problemas: Alguien Ie asegura al Cardenal amadfsimos hermanos en Cristo que no hay micr6fono, ni sistema de amplificaci6n, perc que ewln mirando aver si Z93 nos presta unas bocinaL: Padre, las estamos buscando, Ie dice ese triguefio de afro conservativo y perfil Harry Belafonte, moreno lava/to que con su traje gris, y el pafiuelo de seda en el gaban, ya asume el papel de maximo camarlengo de las pompas funebres,,: Adivino una sorda impaciencia de parte y parte, el Cardenal estaba citado para las nueve, y llego al estacionamiento del centro comunal con esa prisa de ~rimer Ministro que arriba tarde a reuni6n de emergencia de su gabinete: EI padre democratizante tiene que haberle sentado mal al boato cardenalicio,,: Pero por fin se

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    19102 r cuadra la rumba, Cheo Feliciano acaba de presentar al Cardenal Aponte Martinez, y es'te secuestra la palabra con ese paternalismo exasperante de cura pueblerino: Que si hay que hacer silencio porque igua/ que ayer no tenemos micr6fono: (Aquf nore un velado rep roche a los que en tOdo un dfa no se dieron a la tarea de conseguirle el sistema de sonido a Su Excelencia): Que si no celebraremos misa sino un responso, ello justificado por la incomodidad y el calor, que si esto que si 10 ocro,,: Pero entonces el Cardenal tropieza con la verdad: Habla de la necesidad de que los puertOrriquefios rindan sus homenajes a los hombres como Rafael Cortijo antes de estos morir; no hay que esperar su muerte para entonces agradecerles el servicio que nos han prestado: Esta palabra casi me indigna; su parentesco inevitable con la Frase servicio publico provoc6 que en mi sensibilidad se confundiera Cortijo con Bruno Vega, Cheo Feliciano con Teodorc Moscoso: Dice Aponte Martinez que todo arte es un servicio: Me reafirmo en mi terca intuici6n: Este Cardenal es un intelecto de cuarta y una sensibilidad de tercera en una dignidad de primerisima categorfa: jC6mo va a ser el arte un servicio! jQue horror! jQue Ie ha ocurrido al principado demi Santa Madre Iglesia Cat61ica Apost6lica y Romana! Pero no bien se confirm6 el prejuicio, nuestro cardenal se reinstal6 en los verdadercs valores a considerar en el sepelio de Rafa Cortijo: Sefia16 que todo servicio

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    es arnot, y que este es el I'mico mandamiento. La musica de Cordjo 51 tiene que vee con el amor. El servicio es un modo del deber, la musica es un modo de la generosidad implldta en todo arte. Toda obra ardstica es una forma compartida al menos como propuesta. Asl restauradas las categodas pertinemes, el Cardenal reafirma su vocaci6n puertorriquenista: Reconoce el orgullo de sec puertorriqueno cuando se trata de com partir la nacionalidad con hombres de !a talla de Coreijo. Relata el orgullo que sinti6 cuando al presentarse en Pittsburgh como obispo puertorriqueno la gente 10 estim6 como compatriota del gran Roberto Clemente. Sin duda el Cardenal prerende, con esta homilla puertorriquefiisra, rehacer su imagen ante todos los que criticamos su barrabasada 00 el entierro de Munoz Marln. Aquellamentable incidente 10 persigue. Hasra el final de sus d1as cargad. can aquella prohibici6n catedralicia del Lamento Borincano. Su valoraci6n de! boato romano como valor supremo result6 en la negaci6n de un lamemo que nos idemifica como pueblo. Pero rodos somas redimi bles, es verdad, Su Excelenda; siempre estamos a tiempo para restaurarle al pueblo la justicia de sus sfmbolos. Y Ruth Fernandez escucha la homilla con la satisfacd6n del deber cumplido. La garata de Catedral S1 que vali6 la pena; a ella Ie correspende, en justida, esta victoria de la comunidad viva sabre la forma muerta del boa to. La presen

    19J02:! cia del Cardenal aqui en Llorens se me antoja como obra secreta del alma de Puerto Rico hecha cancion. EI 'Cardenal emonces permite que el parroco de la comunidad sea el lectOr del responso, porque et estuvo en los ultimos momenta! can Rafael y fue quien Ie administro los santos oleos... Un cura chaparro con pinta de parroco espano! de villorrio me oblig6 a haeer la senal de la cruz; con voz pausada y esperanza luminosa ley6 una orad6n dirigida a la comunidad de vivos y difuntos, congregad6n que Ie da forma al cuerpo mlstico de la Iglesia, esperanza de que ni la muerte ni la soledad prevaleceran ... Perc Maelo vuelv_e al oscuro objeto su di:ilogo: vez se coloca detds de Sammy Ayala, elsegundo bailarln del combo original. Ah! estan, frente al cadaver. Maelo comienza a Uorar; can un gestO de absoluta derrota Ie echa a Sammy los brazos por el cuello. Sammy corresponde con un abrazo singular y se contagia con el llamo de Maelo; coloca su mana izquierda en el antebrazo de Ismael; pero resiste tentaci6n de consolar eillanto sordo del ~onero

    mayor. Son dos hombres que se abandonan al dolor. hermanados frente a esa enormidad que tebasa sus fuerzas. En este abrazo hay desamparo y a la vez una franca sensualidad funebre. Par un momenta queda neg ado el machismo que me impide expresarle a orro hombre mi teroura. E! abrazo los une tiernamenre en los recuerdos; pew tambien los reafirma en la realidad dolor

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    compareido. Es un acatamiento sensual a la vez que un testimonio historico: EI silencio entre ellos es elocuente. Aqut estan dos de los tres que esruvieron al Jrente del combo, y ellos Horan el silencio de esos timbales que agitaron sus pies, que alia repiquetean en la retaguardia de sonoridad tan le;ana ... El entierro est;! a puntO de salir. La genre esra por aht, excesivamente distratda en conversaciones y enredos. Coreijo casi se ha quedado solo. Ya son muy pocos los que se ocupan de el, mas atentos esran al entierro, ;Dios mlo, Dios mlo, que JOlos se quedan los muertosl Y Maelo vuelve, esta vez el dialogo tendd. pocos testigos. Ya no se trata de un lenguaje secretO, tampoco de la temura expresada al amigo que comparee la enormidad del desamparo. EI desasosiego cobra aqut un signo trascendental. Maelo sabc que el entierro es inminente, que ya no 10 vera mas, que pronto 10 raparan para siempre, que ahora s610 cabe la despedida. Se ace rca al feretro, pero apenas mira a Cortijo; esta vez une las manos para rezarle al crucifijo colgado clewis del ataud; cual nazareno de Portobelo, Ismael Rivera se convieree en promesa ardiente. Alcanzamos una regi6n donde la culpa quizas obligue mas que el dolor. iHabra algun recuerdo que 10 empuje a asumir las senas de la expiaci6n? Las manos oran-

    I tes frente al crucifijo quizas cleclaren algun dialogo con la penitencia. Ismael Rivera se transforma en penitente y Santitos Col6n mira la es

    J9102] cena con una tristeza algo distante. Las arrugas del bolerista de Tito Puente, tambie'n las patas de gallo justicieras, pretenden reivindicar su perdida juventud con la cadena de oro al cuello. Santitos mira, pero no entiende; y el quisiera alcanzar de algun modo el gestO de Maelo. La clave nos resulta prohibida, Santitos; es una conversacion entre el sonero mayor y su Cristo de Portobelo. Este cristianismo truculentO, emocional y quid.s aguijoneado por la culpa, establece su presencia perturbadora. Ismael, el exalbanil, el boxeador de la calle Calma, ahora esta dispuestO a purgar su conciencia, a conseguir una paz terrible. Toda amistad, como tOdo amor, contiene la semilla de la culpa mas dolorosa, porque se trata de jamas haberte Jallado, mi hermano, y tantas veces no hemos correspondido, 0 nos hemos ausentado, 0 hemos probado la realidad del pecado, ese dolor que nuestra debilidad siembra en el coraz6n de algun ser querido. El pecado, como el dolor, es furiosamente comunitario. Pero Maelo aprovecha este momento solitario, en que el velorio ya esta a punto de cohvereirse en entierro, para vestirse de penitente, y que el Cristo de Portobelo me ayude a cargar est a Cruz ... Perd6name cuando te fatle, mano, perd6name... ('Por que, por que te moriste el dfa de mi cumpleafios?... Ante los seres queridos muertos, esa busqueda de la paz interior que parece impostergable ... Se trata de saldar las deudas ya imposibles de pagar, aunque ya sea s610

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    qued6, ya no se ocupa mas, parte de su personalidad consisre en esa inc1inaci6n a los emblemas de la antigua malevolencia arrabalera. Despues de casarse rarde y divorciarse pronto ha vuel ro a vivir con la madre, que como la madre no hay nadie, galdn. Su vocaci6n de anticuario, de hisroriador de los esrilos arrabaleros, es soliraria y a la vez alranera; vino al enrierro de Cordjo porque el si vivi61a 21. Y el gendo se muesrra mas inquiero que anres, como si la inminente salida del araud incendiara un regusro por la noveleda. EI emierro de Cortijo se convierteen expecrariva sonora: Por ahi, frente al cami6n Z93 que hace sonar can t remendas bocinas "EI bomb6n de Elena", viene un mular6n lavao de mosracho feliz y cadenira de oro al cuello que por fin identifico como el represenrante P.N.P. Luis Ambrosio de Jesus Corrijo. Ya esra firmemenre planrado en la dignidad de principalisimo camarlengo del enrierro; Ie pregunro por Orvil Miller y me asegura que esra adentro; Ambrosio fue quien convers6 con el Cardenal cuando esre reclam6 el sound system; pero hasra hace unos momemos, mas me pareci6 primer rrompera de la orquesra de Bab6Jimenez que excelso polirico loizeno de 10 que a satta voce se llama en esre pais la negrada republicana. Por ad los muchachos de la prensf ya abordaron camara en mano el pick up que les ofrecera una perspecriva privilegiada, aunque imporenre para caprar en roda su plenirud la diversidad humana del

    191025 53 enrierro. Las romas panoramicas niegan las individualidades con que EI Bosco y Brueghel componian sus mulritudes, mala cosa esa". Alia, en orro pick up, el rumb6n de case rio afina sus cueros, esre sed un entierro donde la musica callejera pretended. negar el silencio que tan despiadadamente nos ha dejado la muerre de Cortijo. Aquf, frente al centro comunal, los guardias pretenden conseguir, en este gendo que ya se mueve a empe1I0nes, hombro con hombro y novelerla con noveleda, un pequeno espacio para que al salir el ataud encuemre via franca. EI guardia Ie comunica inutilmente a su publico indomable que se echen para atras, que no pasen de la griera ahi en el pisode la Calle Providencia. Y los mas jodedores de la calle inrentan cogerlo de suruma, pregunrandole con esa inocencia fingida capaz de enloquecer al mas ecuanime como e, c6mo e, mera, no podemos pasar de la raya esa". Y el guardia prefiere jugar con la macana a contesrar, empuja suavemenre hacia arras, bien sabe que su auroridad goza de antipada general por esros rumbos. De freme me encuemro con un ' 'negrazo enorme y corpulemo vestido rodo de blanco y engalanado con panama, uno de esos sombreros que los pleneros, gal/eros y peseperos han ado prado como emblema de su criollisima condki6n. Este madamo esra con los panas del barrio en el vacil6n del jangueo. Su formal guayabera de manga larga jamas se consideraria rei'iida con el rerozo de esquina que ha

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    empujar amls los cuerpos apretujados ya lograban una voluntad unica, como la que me impuls6 hada afuera por el port6n del Centro Comunal cuando salla el ataud... Quiero colocarme en el interior de la cadena, serra necesario para la eroniea tener la cerean!a del Mado y la familia ... Pero una y ocra vez me empujan a la acera; por aqui, frente ami, pasa ese tecato de ojos a punto de estallar, Ia camisa par fuera Ie serviria para arroparse; seguramente la compr6 en Donato de la Loiza, que el camis6n tiene la pinta de cansada mercanda de baratillo, y sus zapatos me enterneeen aun mas ... Son unos zapatos ados tonos de crema y violeta trenzados en rejilla y con tarones tipo zapatacon; el sorprendente decalle rural en este joven teeo de Llorens es la cantidad de fango que tienen sus zapatos ... Los deudos de Cortijo hermano Gilberto y los sobrinos, alguna hermana- caminan entre la multitud protegidos por una cadena que al formar un estrecho pasillo dudoso amenaza can asfixiar a alguien. La ha desaparecido, que busquen los de

    su propio orden, que nosolrOJ nos vamos. en cadena es propiciar aun mas la hisre

    se crata de (oorener 10 incontenible, el Iibre f1ujo los menos amenazante;

    esa ahl conviertc a los deudos de Cordjo en la familia Luis XVI que camina par fragi! pasillo entre la pear chusma jacobina, que en del hermano Gilberto a!canzo aver

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    19102'/ derta distracci6n: Ya no es el dolor 10 que mas 10 ocupa, sino ese gentlo que amenaza can venirseles encima... Y vuelvo a mi teeo de zapatos aguacatones: JEI desgaste! JEI desgaste! jThe horror! iThe horror!, como dida Conrad. No debe tener mas de veimicinco afios; su cuerpo ya cs un organismo irrecuperable para la vitalidad. Hay un cansancio en esos hues os que ya no tienen cura... Y seguramente me dida, plantado en todos los subsidios imaginables de Ia sociedad cuponera: Estoy estudiando relrigeraci6n, tu sae, que no liS un trabajo de ocho horM, porque es que yo no soy muyluerte, tengo una... tu sae, soy muy debi/... Pero este teeato me enternece, en verdad as digo que como el hay muchos en el entierro, y algunos intentan imponer el orden... Como este mula to can mostach6n de mejicano desesperado en pelkula de Sam Peckinpah ... Va espechugao, y no (esa de vociferar las 6rdenes que los orras repiten con la misma regularidad demencial. Pero ellos pretenden que el entierro del plenero mayor quede Lucido; no se diga que los de Llorens no pudieron enterrar con dignidad a uno de sus idolos. Hay que meter mano, hay que ponerle el hombro, hay que fajarse con los mismos nuestros para que no Ie jodan, tu sal! mano, ese paso postrero a la ultima morada... Ya estamos a punto de salir a la Baldoriory; veo a Ismael Rivera; camina muy lentamente justa por el centro del pasillo que forma la cadena. Viene can la cabeza baja, Ie echan fresco,

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    tal parece que esta a punto del desmayo; pero 10 asombroso es que nadie hace nada por aguantarlo. Le echan fresco, pew respetan su condici6n de penitente, no se Ie puede ayudar, esta expiando ... Enconces me doy cuenta de que la inclinaci6n de su caheza se debe a que carga el ataud; es el quien preside el martirio de cargar con ese peso mundial del Cortijo difunto. Tiene los brazos estirados por detnis de la espalda para asl sujetar mejor la gravedad de su pana muerto. Baja la cabeza por el peso, y porque es 10 que mejor Ie cor res ponde al penitente. Tiene agarrada el asa del ataud con el mismo esfuerzo inviolable que sufri6 el nazare no al cargar la cruz... Mera, fa cadena, fa cadena... De nuevo la cadena se volvla fragil, habla que asegu

    . rar aquella confusa frontera entre el dolor y la noveleda... Eso es, aguanten bien ahi, c6janse esos brazos, bien fuerte ... Esto 10 dice un hombre de cincuenta afios que espond.neamente tambien ha secuestrado la direcci6n del entierro. Su cabellera cana, cuidadosamente peinada por estilista, como la de un cincuent6n galan mejicano de telenovela, contrasta con su camisa violeta estilo chemise, y me han asegurado que Rosa Cortijo, Ia hermana de Rafa, invent6 aqul en Llorens, pa' Bobby Cap6 na menos, ese estilo 1958 de camisa por fuera ... Y el teco de los zapatos enfangados vuelve a ocupar mi curiosidad; el bigote ca~o.los ojos saltones, el pelo cubio kinky, tantoS detalles, 10 devuelven irremediable mente a la evocaci6n de las barria

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    das rurales que conod en mi infancia... Orvil viene por ahi y aprovechare para saltarme la cadena y situarme en el desfiladero de los deudos... ;Orvili... Entendi6 al vuelo la senal, inmediatamente uno de los bouncers recibi6 6rdenes para que me dejara pasar. Y justo cuando alguien gritaba que al entrar a la Providencia de Villa Palmeras la calle serla mas estrecha, anticipando una terrible catastrofe, me percate del hecho ins61ito de arribar a la Baldorioty de Castro. EI entierro lentlsimo, casi tOrtuoso, imitaci6n de un cuadro plastieo dedicado a la histeria, habfa recorrido poca calle, pero el esfuerzo de su paso ya se notaba en las caras y el humor: Willie Rosario viene para ad. y Ie pide a Orvil que vaya a cargar un rato el fererro .. . Mete mano, mana hay que ponerle el hombro, ya hay mucha gente cansa... Y Orvil fue para alla con toda premura mientras yo decidfa permanecer en el pasillo, eso sf, hacia el frente, 10 mas alejado de la rumba histerica que los bouncers se rraen con la gente que pretende violar la cadena sacrosanta... Ya vamos a caerle en La Providencia arriba, ~que haces? Prefiero salirme de este azaroso pasillo, asl tendre mayor movilidad, jamas quedare pillado entre el Maelo penitente y el cami6n de Z93. Miro hacia atras y la familia Cortijo parece mas, asediada que nunca... Esperate, ya es hora de salirse de aqui, de echar, y aquel dijo que la verdadera catastrofe vendria cuando la Proyidencia se estrechara allende de la

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    Baldorioty, luego de cruzar la coordenada del desarrollismo munocista... Me escurri por debajo de la cadena. Entramos al ambito de La Providencia que sube hacia la Eduardo Conde. La antillania de esta calle evoca el perfil urbano de un barrio proletario alla por la tercera decada del siglo. La encendida calle antillana de Pales MatOs cobra aqui su definici6n mas justa, como si esas casas de madera remendadas con cemento y los patios repletos de arboles de pana perrenecieran a una antiguedad custOdiada por la pobreza. Y si la memoria insiste en recuperar un pasado aun mas lej ano, tendrfamos que evocar como los ingleses subieron esta ladera de Cangrejos en el ataque del 1797, para establecer en las altur'as de San Mateo su cuartel de campana. Pero entonces la memoria hist6rica se vuelve aun mas ambiciosa, casi coquetea con el mitO cuando Miguel Enriquez suena en el recuerdo. Este mularo zapatero casi gobernaba la isla de Puerto Rico con los privilegios ganado!; en la pa:~nte de corso. Aquellos pardos, negros libres y esclavos de Cangrejos que tan her6icamente lucharon Contra los ingleses en el 1797, de jaron sus apellidos regados por esros wlares, desde Piiiones hasta Loiza, desde Sunoco hasta la notoria Revuelta del Diablo. Los Falu, los Cepeda, los Cordjo, los Verdejo si que son los puertorrique nos mas antiguos, su tradici6n se remonta hasta los albores mismos de aquella antillania puerrorriquena forjada por el contrabando y la '

  • 63 pirateda, la esdavitud y la cooida

    .los impedos ~

    europeos.ty a enrrabamos a La Providencia y la canistrofe anunciada no habla ocurrido cuando me asalt6 una imagen perturbadora: Z93 segula ronandome con los exitos de Cordjo, voltindole los .resos a este exaltado y apasionadisimo Cortijo funebre; acentuado el silencio del conguero can e1 rumb6n que los muchachos de Llorens tralan en eI pickup que segula al fererro, vi aqueUos zapatos two tone al lado de la cama, las chanc1etas de Chefa ramblen ciradas sobre la esterilla que cubre ahl el entablado, justa al bajar los pies inquietos sabre eI colch6n...

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    de antillanla; pew Ja cabeza baja es un esfuerzo par concebir la humildad del N azareno; eSa cruz invisible que carga es una bendici6n. Allado de Ismael vienen Peruchrn Cepeda y Cheo Feliciano. El gran Peruchln, el slugger por excelencia, el Novato del Ario y el Jugador Mas Valioso, tambien tiene fama de pegarle bueno a las tumbadoras. Cal Tjader, aquellatino por adopcion de San Francisco con apelJido de trabalenguas sueco, Ie dedic6 el mambo-jazz" jViva Cepeda!" alia par los anos en que el hijo de Perucho era el Baby Bull, el bate mas caliente de los Gigantes de San Francisco despues del tambien cangrejero Willie Mays. Peruchln conserva la corpulencia de hombros que Ie permida masacrar la bola rapida, sus antebralOS casi son mas gordos que los muslos Mae10; fama aparte, Peruchln es un prodigioso mulate que tambien marca el paso en la lealtad al plenero mayor. Pero emonces, el incidente del aeropuerto, la mariguana, el Mercedes Benz incautado, los pocos alios de prisi6n; el hijo de Perucho Cepeda recorda as! la fama, desde 10 nOtable hasta 10 notorio, su tropez6n can la maligna tamblen es una cruz que arrastrara hasta el final de sus dias. Y la inocencia reclamada en aquel incidence apenas sirve para nada en una sociedad que requiere ejemplaridad de sus peloteros y baloncelistas,

    1 tporgue mente sana en cuerpo sano, son eJemp os para nuestra juventud, para nuestros cludadanos del manana, como ditia eJ verbo feliz y

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    siempre auroparodico de ese cubanazo con vOcacion de anundador de circo que se llama Ramiro Martinez. Perc Peruchfn, tu tranquilo, estamos concigo mi pans, mira que s610 has probado que la

    es mas compleja que una CUtva 0 un slider, y, despues de todo, no olvides que el Bambino era aficionado al palo de bourbon, a las chillas correcostas y a las comelatas pantagruelicas. Y Cheo, d, Cheo Feliciano, eres el nino embtema de todos

    qt.ilaos sobre la faz de tierra, ya esras [ranquilo, 10 ves, sin agiee de aquellos anos en que un poco desaparedas de ti mismo. Quiero, manrente ahi, no sucumbas por na del mundo ... Cheo, Peruchln yMaelo, ahi vienen, ya son tres pararrayos de las substancias controladas; en esos pocos pies cuadrados frente al feretro la notoriedad enorme de la droga apenas ha opacado la abundancia del talenco, 0 la admiraci6n los mias, O"'HII. que ya na soy medico a abogado, lampoco ingeniero, pero tengo un swing... La gente salido a los ba!cones a curiosear, algunos se muestran solemnes, orros sostienen esa altaneria de por que mon/ar tan/a bulla con enlierro de Cortijo. Esos indiferentes se pasan par donde les da sombra tanto lutQ, tama bullanga funebre y cangrejera. Uno de ellos es el veterano que convierte el bale6n en tribuna de su ocio febril, ese Don Prudo de sill6n mananero y vocacion lengliiluga ya habra prodamado para que 10 oiga lada la calle, dos manzanas mas abajo: Mire, y que lirarse

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    70 41a calle POf' el Cortijo eIhe, chorro'e lambeojoI, e que este pals eshta del carajo, mire, y que celehr4f'le el entierro como si fuera un hombre ilustre a un negro tecato, que esho era, un jodfo negro tecato, ni que fuera Martinez Nadal 0 Garcias Mendez, 0 A/biJhus Campos, que 10 cogieron con el otro, can el otro, c6mo se llama, e/ Ishmael Rivera ese, 011'0 tecato degenerao, es hte pals se jodi6... hace r4aato... -Prudo, Prudo, echa pa' dentro, ya estd bien, echa pa' dentro ... Prudo... Vuelven a alzar el ataud, mas vltores, el acto de aupar el peso inmortal de Cortijo acentua la virilidad, machismo impenitence de estOs hombres que se han el amigo Iiteralmente a cuestas, en hombros, como exigen Ill. leal tad y el carino. EI gentlo celebra este tan bonito como 51 fuera un tdunfo sabre la muerte, hay en ella ciena ve!ada burla de Ill. pe/ona, venga "EI bomb6n de Elena" y como deda Neruda, que se vaya al diablo 14 muerte. Y justo cuando alzan el fererro comiem:a a sonar e5a atra Elena, la que se hizo mas inocente con el bomb6n, la que un poco desestim6 la truculencia tragica de la caricortd, HEI bomb6n de Elena", eomposici6n del Viejo Cepeda, era el tema Cortijo y su Combo, el eslab6n femenino con la musica del Gran Manuel Jimenez. La Elena proletaria de Canado, aquel paradigma de la plena antigua cuya concreci6n siempre parte de una anecdota y algunos detalles feliees, aquf se ha convertido en saneo vago, qui

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    ]91034 zas mas sugerente, definitivamente mas ir6nico; la plena abandona el contOrno proletario y se acerca a los Hmites imprecisos de un lenguaje en dave, para inidados, jerga del exdusivismo lumpen del arrabal y el (aserlo. Toda la musica de Cordjo es as!, rica en connotaciones malevas y pabre en denotaciones realist as. La wncreci6n hist6rica, (!lsi periodfstica, de "Tintorera del mar" y otras plenas r:le la epoea de Canario se transforma en un "Qultate de la vfa Perko" cuya anecdota parece intrascendental, puro motiva para el soneo, relato sin orro referente que su propia gracia. Porque ia que connotad6n socio-cultural se refiere el "Quftate de la via Perko"? Yesa cana que chupaba Perico, dime, ,que eono es? A nadie Ie interesa; la clave, 0 la ausenda de esta, forma todo el significado, 0 (asi todo; la anecdota ha perdido su valor de cr6nica, se ha resquebrajado el mundo proletacio, ya apunta en esta plena el c6digo de las composiciones salseras niuyorkinas, ese jaleo inseguro entre la evocacion de un para[so caribefio que ya no es, que nunca fue, y la clave oculta en la picaresca de lej6n, Dame un cachito pa' huele Eddie Palmieri, que cubano Arsenio Rodriguez en el1946 quiso decir mas de la cuenta con ese erotico pase de perico. Coctijo siempre reneg6 de la salsa; pero en el saoeo melD mete ya se prefigura la hicotea de Marvin Santiago y su en la lata haifa el chorizo. Y no olvidemos que algunos exiros de Cordia fueron inspiraciones que

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    Dona Margot, la madre de MaeJo, recibi6 de los espfrirus, disparates, jitanjMoras arrabaleras que la dona de espejuelos copiaba tal y como las ala cuando balc6n afuera en mananas caribenas todo el aire de la calle, aun el de sus chancletas y cora de dormir, se poblaba de secreteos en Jengua espiritista, quiz:3.s jerigonza naniga 0 susurro canga.Asi lleg6 hasta nosotros ese grado cero de la plena como genero que se drula ..Maquinolandera..... La ambulanda por fin entra al entierro, se an.ricipan al son de sirena los desmayos y araques de histeria cuando Cortijo ya nos abandone... Y aquf a mi derecha, en esa casita de madera que muy bien podria convertirse en el nido de amor que 1a querida Cheta Ie ofreda a Don Benicio Fernandez Julia, reconozco eI rostro currido en el salseo y la jodedera, se trata de Pellin Rodriguez. La edad de Pel lin es un chiste, pero no sus arrugas. Espera el cortejo funebre con un semblante de preocupaci6n; Ese ceno fruncido, la frente arada por las Ifneas de toda una vida dedicada al trasnocheo, no saben si ocuparse del dolor del amigo muerto 0 de algun levisimo presentimiento que anuncia su fatalidad cercana. Todos tenemos que morir, derto es, Pellin, pero no te preocupes, que aun hay viralidad para mas vacilones. EI dolor asumido como obligaci6n compnitaria a veces resulta cursi; la solemnidad se vuelve falsa. As! de equivocos son los testimonios que nos exige la comunidad; 10 mismo anoran la sinceridad que cumplen

    ] 81 0~ ~i con las senas del rito... Pel lin es de LaProvidenda, dene que ser, esa es su cas a... Y al lado de el, salrandome los collares de santeria que 10 protegen de sus celulas sesenronas, no to ese vasito plastico desechable que acercan a los labios de una mujer atacada. PelHn se muestra impasible, como si aquello no /uera con el; pero las lagrimas de la dona se convierten en jipios y la rna no puesta sobre el pecha, cual emblema de una Ver6nica 1Ioros3, apenas apacigua esa ansiedad q.Je la asfixia. La cabeza un poco echada aWlS, el lIanto jadeante y un rostro transido de embarazosa impotencia ante los nervios completan las senas del duelo. Esta 1I0rosa vecina de la Calle Providencia nos prueba que la comunidad exige un dolor a la vez sincero y convencional, unas senas que al mismo tiempo sean ardientes y obligadas por el rito. Entonces, sin que nadie 10 amicipara, un jaleo en la parce delfrente, ahi donde Maelo sigue can la cruz a cuestas ... Tanta histeria, tanto arrebata, necesariamente tenian que provocar una pelea. El tirijala de brazos se interrumpe cuando Peruchln interviene con sus hombros de slugger, aparentemente ese muchach6n exaltado quiere cargar, Ie! tam bien!, el feretro... Reaparece el coquipe!ao por debajo de los empujones, tambien el establece la paz, su rostro ahora revela, hacia los labios, esa piel estirada por algunaancestral desgracia... Cheo tambien interviene ... No hay craneo, mano, 6yeme, pe1'O oyeme mana ... Y el que

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    ~.l!'",~, ...-~",;., ...........~,..~I "74 fue identificado par las muchachas de Ia escuela como gevo arrebatao 10 que end pasando es una nota- ya se como eI causante a apaci. guador de tantos empujones, porque desde aqul es imposible saberlo, que la muchedumbre es tan espesa que 5610 se penetrar hasta alIa con mirada, casi se trata ver a distanda una pelfcula muda que transcurre ante mis ojas con el fitmo del "Negro Bemb6n" como soundtrack. Yes que los ritmos de este endereo son instantaneamente traducidos a musica par el cami6n de Z93, cuyo sistema de amplificaci6n con volumen a t6' trapo es capaz de valade los sesos al mas culeao, vaya mi pana, nue nota! Enfoco en el coquipelao, el resta ya promo sed pura anecdota: la pie! rensa, curtida por el desgaste, su semblante sanguineo al borde de la apoplejfa, es como si su notable apariencia pelona 10 convirdera en duende custodio de muerte que anda suelta... jHay que ver c6mo asume el orden del entierro! ... jA elle toea!, a el toea organizar tanta rumbosa tragedia antilfu.na, que los tristes tr6picos arden ahi en sus labios am argos. Y ahora, casi a mi lado, la melena manu mental de Pete el Conde Roddguez, la tristeza de Mho de Willie Rosario; ellos cargan el ataud como quien toea algun talisman supremo 5610 permitido a los pe pronto un eeme Haze filial; ahi mi hermano, 51, es el, 10 lIamo pero no me oye; hemos coincidido de un modo misterioso, como si se tratara de restablecer la

    19103() silenciosa correspondencia de la carne. AHa hacia el 1949, nos fotografiaron frente al Capitolio; trepado sobre el bonete del viejo Dodge banda blanca sonre! aun sin saber; y el lucia aquellos pantalones cortas de su primera comuni6n... EI entierro empieza a subir la cuesta hacia la Eduardo Conde cuando atisbo tres chicas funky groovy del subdesarrollo. Elias Ie siguen eI paso al Mae!o penitente con la devod6n de goliardos medievales transidos por la peregrinaci6n a Com postela; pero no se atreven a echarle fresco, bien saben que el Maelo va ahora custodiado por un

    . general mamichulismo bastante ajeno a sus faldas 'I' . areyto de hippies trasnochadas. Es que ell as saHe-I . ron esta mariana del pasillo de Humanidades, es ; que elias Ilegaron en la epoea posterior a la

    fundaci6n de Los ruando Maelo ya era barbudo patriarca babalao carabaH lector de prinelplto mi negra, es no puede ser, y vlvete esos collares talnos que retan la plenaria santeria mandinga que Peilln luce por e1 pescuezo. Las tres hippies se recogen a la acera, es que sf, ahora Maelo esta mejor que antes, pero ffjense que para la primera epoca de Los Cachimbos ustedes estaban todavla con las orejas pegaditas a los Rolling Swnes, y hay que pagar un precio negrita, historia siempre su predo, lIegafon tarde, cuando ya todo en ruinas y la muerte mordido la oreja Gran Cordja ... Sf que ha pas ado tiempo; el Gran Combo, aquel despren

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    dimiento para algunos desleal que sobrevino cuando Maelo fue a chirola por posesi6n de coca ina, se confunde en memoria de algunos con el valor paradigmatico prlmedsimo Cordjo y su Combo. Peilin Rodriguez mantiene respecto de Roy Rosario menos distanda que Andy Montanez respecro de Marvin Santiago. Hasta el Gran Combo ya se ha vueltO venerable; pasa el tiemp6, y al recordar Taberna India del 1954 se nos escapa unubi sunt mas desgarrador que justiciero. lD6nde eSta Roy Rosario? No 10 he visto en el entierro, tiene que estar aqui, ,0 sera que el dempo Ie habra mudado eI traje al negritO del papazo sahadn y guarachero?

    ......

    Casi hemos llegado a la Eduardo Conde. A Mae10 10 abanican con canones, este ultimo ere, cho que remonta la ladera de Abercromby tiene que ser el ultimo sorbo de su expiaci6n nazarena ... Dente aire, denle aire... Hay que hacer para que acuda aMado el ultimo neuma necesario para su Via Crucis. Maelo necesita aire, necesita sorber de un espacio donde 5610 quepa su alJento cho. Pero no importa: Maelo se ha propuesto imposibJe, remOntar la cueSta de los ingleses para bouar rodo vestigio de egc\lsmo. Y este sacrificio seda capaz de transformarlo, como Ie ocurrio en Panama. Semejame emrega nos convierte en

    191 ():: ': testigos de un momento privilegiado, aquel en que Ismad Rivera, el sonero mayor, logr6 que la

    alcanzara una dimension epica. Entre expiacion y la vanidad, bien que floreda el testimonio Wigico, ins6lito, monumental. Emonces me adelame un poco. Pase la H.brica de Botones y la Farmacia Archilla, llegue frente al cememerio, reronoe! a Ruben Blades y quise esperar la lIegada de la comitiva, me interesaba la coma frontal, panoramica que me entregaria una perspectiva emblemarica emierro, alga asl como una fOto de caseta 0 fkha de preso. Ahora quiero un golpe de vista que sea capaz de resumir toda est a complejidad. Pero ocurre que la multitud resulta incapaz de posar. Una multirud jamas asume pose, a menos que se trace de los rallies nazis de Nuremberga, y aqu! en Villa Palmeras estamos tan lejos de los alemanes como distantes estuvieron ellos de las plenas acunadas por el Gran Canario hacia

    No, es imposible, tendre que volver a los rostws, a los individuos, para que esto signifique algo: Por aqul vieFlen Orvil Miller, Ruth Fernandez y Cheo Felida'no. Orvil pertenece a eso que el mismo llama el quimo piso, la generaci6n baby boom colonial que nado del romanticismo americano-boricua de la postguerra. Cdado en la Calle Rosario de Samurce, Orvil Miller tuvo el privilegio de ver, en aquellos anos de fa veintiuna, al Beny More ruando hada rumb6n de esquina con la tropilla de Conljo. Ruth Ie sonde a

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    su pueblo can el carino maternal 5610 dable a una super madama babalao dulce coco; con los anos la dignidad que Ruth Fernandez siempre tuvo se ha vuelto monumental, juStO como su voz, la que cant6 Cecilia Valdes en Cuba alla por el ano 1947; la negra de Ponce asume para la historia musical de su pueblo el rol de Gran Protectora; retirada del escenario su voz es como una formidable reserva de ternura mandinga. Y Cheo viene al lado de Ruth, sus gafas oscuras apenas Ie otorgan un airecillo siniestro; en la pielde Cheo vive la ternura rabrorona; no hay que hurgar mucho, 5610 hay que escuchar su voz en "Amada MIa", para darnos cuenca de cuan cerca de la utopia del amor perfecto boricua, eche pa'ca mi negrona, mi puchunga rabrorona, ha acampado la voz aterciopelada del Cheo Feliciano. Me encuentrO con Manolo Febres, companero profesor de raza mandinga, uno de los tres academicor -los otros son Chuco Quintero y Anibal Quijano- que se han dignado a evocar con su presencia aquella segunda gran epoca de la plena... Ave Marla, yo rabla que ttl tenlar que venir a erto ... Y a mi lado Gabriel Mezquida nos comenta Lar tribulacioner de lonar: Chico, con ellibro de erie hombre no rabla ri relrme 0 enco~onarme ...

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    JUSto cuando entnibamos al cementerio una

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    muchacha se acerca a Orvil Miller para pedirle el aut6grafo. Can mucha cortesIa, can cuidada elegancia, Orville explica a la jovencita que no es el momento para aut6grafos. Pero tampoco la puede dejar ir sin nada en las manos. Le besa la mejilla y la jovencita queda por un momenta tlmida y suspirosamente agradecida. Un poco mas arriba el compositor de danzas de Villa Palmeras, delgado negro de los de'nanter, vestido con traje gris comprado en los dempos de la Coalici6n, Ie entrega a Orvil, envuelta en un papel de peri6dicos, su danza inedita "Felicidad". Enternece el gesto de aprovechar el enderro de Cortijo para colocar su danza. Orville agradece la composici6n, Graciar, maertro ... Me imagino al maestro en alguna casita de Villa Palmeras, sentado al piano y soi'iando con la gloria de Morel Campos, que este negro fino cultiva su arte desde esa terca vocaci6n que no se arredra ante la ausencia de la fama. A ,cada quien su suei'lo, basta un rinc6n para cultivarlo, 0 desesperar ... De pronto me percato de su presencia sei'iorial. Vestido con una guayabera blanca comme il faut, Hernandez Col6n camina des de la parte trasera del cementerio, busca esas miradas de reconocimiento y a cada una Ie otorga su tlmido saluda. ,Que hace el blanquito de Ponce en el entierro de Cortijo? Posiblemente su concepci6n de Cordjo y su Combo sea un tanto borrosa; p'or aquellos ai'ios cincuenra segurarnenre estudiaba en algun '

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    college de los Estados U nidos, consegufa los instrumenros lingiiisticos y valorativos necesarios para servir de traducror colonial entre los due nos y su pueblo. A 10 mejor confunde a Cortijo con el Gran Combo, a Ismael Rivera con Pellin Rodriguez. 0 quizas es un neoentusiasta de la salsa, uno de esos blanquitos de adolescencia rockera y madurez cocola. Su timidez es notable; pero tambien se siente un poco intimidado por los alrede

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    dores: la faja desde Cangrejos hasta LOlza pasando por Piiiones es de ancestral vocaci6n republicana, al mulataje Ie sent6 bien el asimilismo, si no 10 creen miren a Barbosa, que la Madre Patrias610 nos dej6 una lengua extrafia y el recuerdo del carimbo. Hernandez Col6n asume aquf, mas que ventajeria polftica 0 velaguirismo, la responsabilidad de estar presente, de identificarse con su pueblo. Todo ella 10 digo dandole, claro esra, el beneficio de la duda; su estrategia esta manana supongo que sera compenetrarse con el rumboso dolor pueblerino sin asumir un papel prorag6nico en la despedida de duelo. Pero uno nunca sabe 10 que se trae1l etltre memos estos politicos; en esra epoca de crisis para una cJase dirigente acostumbrada al poder casi absoluro, la presencia puede ser interprerada como una proposici6n electorera. Pero

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    Palmas, para aquel entonces recinto de una clase media fronteriza. Un cementerio que ya ha pasado su mejor momento es un espacio rristemente redundante, nos evoca la muerte por partida doble. Trato de acercarme al toldo y no puedo, por momentos me aterra la posibilidad de morir asfixiado en el entierro de Cortijo. Vago entre las tumbas como en un laberinto, buscando paso hacia el sido donde se despedinl. ya para siempre al plenero mayor. Tambien me encuentro con orros noveleros que.anhelan el toldo de la Funeraria La Cruz como Perceval dese6 el Grial; hay que estar cerca del dolor ardiente, pero, por 10 vis to, esroy destinado a permanecer vagando por un cementerio congestionado de muertos excesivamente silenciosos y vivos ruidosamente apenados. Entonces me dedico a mirar las tumbas, ya se me antoja la necrofilia como ultimo escape a ese sol antillano que ahora se ha convertido en olor a berrenchln, en fum6n de sud~r multitudinario, que los fuetazos ya abandonaron el sabor a cebollfn podrido para a1canzar una condici6n casi metafisica. Este Sefior Guardiola que muri6 en el 1937 tiene apellido de duefio de panaderia. Sus antepasados seguramente llegaron a mediados del XIX; pero el Verdejo, ese segundo apellido de Rafael Coreijo, se remOnta con a final al Siglo XVIII, es el apellido del exc~lentlsimo Obispo de mis novelas dieciochescas, DonJose de Trespalacios y Verdeja. Como ocurri6 con los siervos, los

    191 0 4(} esc1avos dificilmente asumian el prestigio de los apellidos que 'heredaron. EI Conde Falu - si existi6- ha terminado en un inexplicable secuestro hist6rico: las parcelas que llevan 5u nombre son un laberinto de casas a medio hacer y hojalaterlas a tutiplen ... Debl subir, cual remora cronfstica, pegado a la camisa de flores de Orvil Miller 0 ala falda babalao de Ruth Fernandez... Pero ya no hay remedio. Aqul me acereo 10 mas que puedo y s610 consigo orear el gallo de Orvil Miller. Ahf desmontan el toldo, quizas para que este gendo que empuja por rodos lados pierda de vista un blanco seguro. Aqu(, justo a mi lado, se hunde una tumba, griros y desmayos, correrla y vaciI6n... Mana, tu vites esa, la tapa Ie cort6 la suela al maestro ese, mana, se la cart6 como una yen... Ahora entran por la derecha; dando empujones y vociferando se abren paso los hombres que cargan el ataud... Mera, vamas a caoperar, mera, que tu haces ahf, quitate de ahfmana... Peruchfn, con sus hombros de cuarto bate, Ie despeja el paso al ataud, se ha convertido en el organizador de la carga heroica hacia la rumba. Y ahora aparece esa soga que ha servido, durante todo el entierro, mas como emblema de un orden pretendido que como POrtatil valla de contenci6n. Hernandez Col6n esra detras de m(, hace rorno para subir hasta alia... Podrla cogerpon con el... Pero noro que los guardaespaldas lucen impacientes, a 10 peor no me den el chiste de.meterme en ese trencito de

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    empujones que preparan para el asalto final. La soga ha cumplido parte de su destino, el ataud Sl que pasa hacia alia arriba, aunque la solemnidad no se pueda disringuir de la violencia. Para poder enrerrar a Cortijo se necesira hacer fuerza, empujar, amenazar, intimidar, hay que servirse de los hombros de un campe6n jonronero de la Liga Nacional. lD6nde esta Maelo? No 10 Yeo, ahl

    '.: estara perdido en el m olote de cuerpos y volunrades eneonrradas, en ese frangollo hisrerico que ha eonvertido la noveleria en valor unieo ysupremo. lPor que no 10 dejan pasar? Aquf falta una Melo. lQue dirla El!as Canetti sobre esta muehedumbre? Ya es notable: este entierro esta desenfoeado, haee tiempo que la curiosidad ha vencido a la pena, la rumba se ha impuesto, quizas sea eSta la ultima volunrad del difunro. Peruchln, sudoroso y con los ojos saltOnes, casi earga a una de las

    J mujeres de la familia Cortijo. En ese ultimoi momento en que ha sido necesario hasta pelear

    i I co n la gente para subir el ataud a la tumba, la

    ansiedad Ie ha sofocado la res piraci6n, ella es ta al borde de un desmayo, un ataque de histeria 0 algo peor, Peruchln la soeorre abriendose camino s610 con los anrebrazos y una fama inrocable. La genre ayuda a que pase la senora.. . Abran, abran paso, mera, iechense pa'tras!, ibenditot, iechense pa' tras! Delen aire, delen air/. -Mera quitate de ahl, averiguao, no ves, si no tiene aire se muere . mana, no seas averiguao, chacho, ique averiguao

    191041 I tt eresf.. ,[Puro vaeil6n lumpen Avenida PuertO Rico. Hay que inventar nuevas categodas para describir estO. EI plebey ism o que inrenta analizar Jose Luis Gonzalez es un mero decir, un mero decir... Por aquJ, a mi lado, este blanquitO de gafas oscuras, gorra de palafrenero y barba rojiza, sostiene bajo el sobaco la pandereta emblematica de plenero; criado con los Beatles luego se inreres6 en el cine, y papi pag61a inut il carrera en Mex ico; entonces comenz6 a los veinrieinco un voyage philosophique por toda Europa euyo destino ultimo serra trabajar como apunrador en alguna pellcula de Fellini; al quedarse ante los portones de la Tierra Prometida Cinecitta decidi6 abandonar para siempre el celuloide, y entonces, de regreso a Puerto Rico, a su ardiente Caribe,descubri6 el rumb6n de esquina, la malevolencia chic de VictOr Campolo, las panderetas de plenero, "Maquinolandera", y ya no fue el mismo, su vida dio un saitO decisivo en el proceso existencial, comenz6 a bregar con su cabeza mano ydescubri6 su verdadera vocaci6n de conguero, alia Ie caya como blanquitO residente en el rumban de esquina, man, y ahora vive casi en armonia con su paciente y pudiente papacitO pequeno-burgues mientras tiene su vida planificada hasta los cuarenta anos como si esta fuera un incesante calendario de Actividades Culturales... Un esponianeo ha decidido capear la tOrmenta, darle unos cuancos jabs a la muchedumbre ind6mita, aver si se

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    86 callan y nos dejan enterrar a Cortijo, .. EI mula to bigotudo de algunos treinra y cinco anos toma p~r asalto la atend6n de este gendo sacado de un cuadro de BruegheL Con voz iracunda que ha optado por no alcanzar la histeria, repite muy lentamente, como se repite una sentencia de Plar6n para un esrudiante de quinto grado, esre

    '. damor de su bien intencionado sentido del decoro: Esto no es un pari. Esto no es un pari, ,Me escucharon? Esto no es un pari, Aquella declaraci6n que encomr6 su perfecdsimo lugar en la confusi6n reinan te no se decidia entre el regano 0 el axioma; el fulano permaneci6 aila arriba -no se 51 sostenido por una tu~ba 0 por que

    '-,., demoni05- como esperando que alguien contradijera su sentencia, una vez acarada la repri

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    88 compositor de danzas con el traje coalicionista, que sin dud a el, cual Teseo nacido en 1908, tendda las facultades para sacarme, entre los angostos pasillos de la muerte, de este embrollo caribe. Me viro y tropiezo con el semblante sorprendido de mi hermano Adj6 Edgar, ique pas6!, yo no esperaba encontrarte aqui. .. Entonces permanecimos, aunque llamados por el mismo gusto musical, en la perplejidad mutua. que mi hermano rubion con cadenita de oro al cuello era ante mis ojos un hecho feliz y a la vez inseIito.la justiciera poetica de clases habfa reunido en sepulcral vigilia pIenera ja los dos hijos de Dona Acacia! Y el calor visionario ya se ha convertido en ahogo, me muerde el esternen un sofoco rabioso, que ya me resigno, cual cronista de guerra, a morir con los Florsheim puestos. iLa trompeta de Elias! iLa trompeta de Elias! Aun pretenden los musi!=os enlutados terminar el entierro con un rumbon sobre la tumba; al trompetista Elias lopes, del alumni del Gran Combo, se Ie ha perdido la trompeta, la solicita sobre los empujones y los gritos, ino se la habnin tumbao?, un bembe con el sonero mayor pleneando sobre la tumba sf que dada el palo . Y Elias se resigna a no tener su trompeta. (Se rumora ya que al Cardenal Ie enchivaron su cartera en el Centro ComUlpl de Llorens.) Elias acata este desorden con una sonrisa que mas Ie debe al espanto que a la resignac