Rezago Indígena en México y Jalisco
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EDUCOMI
EDUCACIÓN EN COMUNIDADES INDÍGENAS
(EDUCACIÓN, TRABAJO, NUTRICIÓN Y POBREZA INDÍGENA)
Por: José de Jesús Loza Sánchez
MARCO TEORICO
"Las naciones marchan hacia su grandeza
al mismo paso que avanza su educación."
Simón Bolívar
Para la ejecución del proyecto EDUCOMI hemos realizado un marco teórico con
base a conceptos relacionados de manera integral al del Respeto a la Dignidad,
principio fundamental en la calidad de vida de las personas, las familias y las
comunidades de una sociedad. Concibiendo a la educación como dinamo de la
dignidad, y al desarrollo como manifestación del respeto a la dignidad.
Partimos de que quienes ejercen el poder en una sociedad al no respetar la
dignidad tanto en lo individual como en lo colectivo de la ciudadanía generan
pobreza. Dicha carencia-deficiencia repercute y vulnera más a las comunidades
indígenas quienes se encuentran en los límites de la pobreza extrema, pero
también esta empobreciendo a la clase media, específicamente a su estrato
medio bajo y medio medio.
Por lo que se requiere aplicar la autogestión comunitaria y la investigación acción
para impulsar un desarrollo digno a través de la educación, con base en la
Pedagogía de la Esperanza, en el método de Comunidad de Dialogo y en el
Modelo Educativo para la Vida y el Trabajo, a jóvenes y adultos indígenas en
situación de rezago educativo. Este sector es estratégico para promover lo que
hemos llamado el Desarrollo Humano Social Sustentable Comunitario; pues
creando y acercando espacios y acceso a la educación en una comunidad a
personas que se han rezagado y/o han sido excluidos de este Derecho Natural
Humano y Garantía Constitucional Mexicana permitirá que adquieran las
herramientas de concientización para la liberación y capacitación para la
competitividad, con el fin de dignificar su calidad de vida en colectivo, mejorando
los índices de desarrollo, principalmente en educación, trabajo y alimentación de
la comunidad a la que pertenecen. Ámbitos estos en que se concentra el
proyecto EDUCOMI.
En este sentido para ponerlo en práctica, aplicamos las siguientes definiciones de
los conceptos de:
DIGNIDAD
El significado del concepto Dignidad, es diferente en los ámbitos político-social,
religioso y ético-moral. Desde nuestra perspectiva de Desarrollo Humano Social
Sustentable Comunitario, la conceptualizamos a partir del ámbito político-social;
Como el fundamento sine qua non de los derechos naturales del ser humano,
una condición colectiva, perteneciente a todos; mas que un deber es un derecho
político-social ciudadano, que el Estado ha de procurar, para que todos vivan con
dignidad.
Como diferencial entre el ser natural y ser social de la especie humana; de lo
socio-cultural con lo natural del ser humano; la dignidad es lo que nos hace
persona y ciudadano. Y el Estado ha de proveer y respetar los derechos
naturales humanos al ciudadano proporcionalmente con el nivel del desarrollo
contemporáneo de la sociedad. Un ejemplo cotidiano desapercibido; Todos
tenemos derecho a la alimentación, es un Derecho Natural Humano, bien se
puede entender que, una persona, una familia y/o una comunidad marginada o
indígena de este siglo, coman a diario por lo general, los mismos dos o tres
platillos al año y que los cocinen en leña o en estufa de petróleo, sea indicador de
que se aplica el derecho a la alimentación, pero no es así, no se alimentan con
dignidad, a la altura del desarrollo sociocultural y del ser humano contemporáneo;
con utensilios y aparatos domésticos con tecnología actualizada (socializada) y
una alimentación nutritiva y balanceada adecuada a la edad. De la otra forma, se
esta en niveles ínfimos del limite diferencial entre lo natural y lo sociocultural del
ser humano.
Por lo tanto, la Dignidad, además de estar vinculada con los Derechos Humanos,
esta relacionada con el Desarrollo Humano y Social.
Lo que hace digno al ser humano y a la sociedad es el ejercicio pleno de los tres
elementos de la dignidad: Conciencia, Voluntad y Libertad para Elegir y Hacer.
En el artículo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos así
se manifiesta:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.”
La Dignidad es la diferencia entre “Vivir para Trabajar y Trabajar para Vivir”, entre
pobreza y desarrollo.
POBREZA
Definir la pobreza exige un análisis previo de la situación socioeconómica
general, de los patrones culturales manifiestos del estilo de vida hegemónico de
cada sociedad, región y comunidad que se estudie o se intervenga para contribuir
a mejorar el nivel de vida de sus habitantes.
Por lo que se le considera que es relativa y que se mide de diferentes formas, sin
embargo, existen características y factores globales-consensuales que permiten
conceptualizarla como la carencia de recursos necesarios para satisfacer
necesidades de una población o grupo de personas especificas, y además sin
acceso a las capacidades y oportunidades del como producir dichos recursos
necesarios.
DESARROLLO HUMANO
En todos los niveles del desarrollo, existen capacidades y opciones esenciales
que permiten que todas las personas participen en la sociedad, contribuyan a ella
y se desarrollen plenamente. Tales capacidades y opciones esenciales son:
mantenerse vivo gozando de salud y de una vida larga; obtener conocimientos,
comunicarse, participar en la vida de la comunidad y contar con los recursos
necesarios para llevar una vida digna; así como la libertad política, económica,
social y cultural; la disponibilidad de oportunidades con fines productivos o de
creación; el respeto por sí mismo; el ejercicio pleno de los derechos humanos; y
la conciencia de pertenecer a una comunidad. Al carecer de estas capacidades y
opciones esenciales, muchas otras oportunidades se vuelven inaccesibles; se
queda en situación de pobreza.
COMUNIDAD
Al concepto Comunidad le damos una connotación socio-territorial sistémica, por
que se compone de un conjunto de subsistemas en interacción dinámica entre sí
y con su medio ambiente, cuya finalidad es la satisfacción de las necesidades, no
solo de las personas que viven y/o trabajan en la misma, sino de las necesidades
e intereses de los diferentes subsistemas que forman parte del sistema
comunitario. Y que cuando a esta se le concibe, planea, o promueve, ya sea
desde lo institucional y/o autogestivo es un ámbito de proceso en curso de
Desarrollo Humano Social Sustentable Comunitario.
“Una reflexión al concepto de desarrollo sustentable desde la óptica económica de Carlos Rafael Rodríguez en el ámbito de la globalización neoliberal”. Autora: Msc. Lidia Inés Díaz Gispert. Publicado en Documentos en desarrollo sustentable Vinculando.org.
EDUCACION
A la educación la concebimos como el dinamo de la dignidad; herramienta de
maduración de la conciencia y de la transformación del hábitat y del entorno
biosicosocial de la persona. Es un proceso autogestivo y de liberación. Es causa y
efecto del Desarrollo Humano Social Sustentable Comunitario.
Ante la carencia-deficiencia de una digna educación la vulnerabilidad frente al
hambre, la pobreza y la enfermedad se agudiza.
Rezago educativo y analfabetismo limitan las oportunidades y la propia realización
de las personas. Quien no sabe leer ni escribir o que sabiéndolo no lo ejerce, tiene
problemas para encontrar un trabajo, ganar un salario justo, y para actualizar sus
aptitudes y desarrollarlas; es uno de los factores que a familias y comunidades las
estancan en la pobreza.
La educación, la orientación nutricional, la capacitación para el trabajo y la
productividad en las comunidades marginadas e indígenas llevan consigo el
crecimiento económico y la distribución de la riqueza, permite la participación de
las personas en la vida pública y a defender sus derechos, ayuda a controlar la
natalidad y a mejorar la salud. Es decir vivir con dignidad, “Trabajar para Vivir”.
Ana Muñoz. Centro de Colaboraciones Solidarias.7 de octubre de 2005. UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay
DESARROLLO HUMANO SOCIAL SUSTENTABLE COMUNITARIO
Nuestro objetivo es contribuir a dignificar la vida de las personas (desarrollo
humano), de todas las personas (desarrollo social) tanto de las que están vivas
como de las que vendrán mañana (desarrollo sostenible), a través de una
estrategia de colaboración-acción con grupos específicos de la población
(desarrollo comunitario), con una línea de acción enfocada a contrarrestar el
rezago educativo en jóvenes y adultos indígenas, sin descuidar al resto de la
ciudadanía que se encuentran en tal situación en el estado de Jalisco. En si, es
impulsar lo que hemos definido como Desarrollo Humano Social Sustentable
Comunitario.
COMUNIDAD INDIGENA
La población indígena vive en condiciones más precarias que el resto de los
mexicanos.
Se estima que más del 40% de los mexicanos no satisface sus necesidades
esenciales y, de ellos, cuando menos, el 17% se encuentra en una situación de
pobreza extrema. Gran parte de éstos son habitantes del campo y de
comunidades indígenas
En el país existen 12.7 millones de indígenas, el 90% se concentran en 12
entidades; el 10% de ellos en el resto de los estados.
Prevalecen 62 pueblos indígenas reconocidos por la presencia de más de 62
lenguas y sus variantes. Si bien la lengua es uno de los elementos de la identidad
indígena debemos considerar que hay pueblos que se reivindican como
indígenas, no obstante de no practicar su lengua.
La exclusión sistemática de los hombres y mujeres indígenas respecto a los
indicadores sociales de salud, alimentación, vivienda, educación, entre otros, son
reflejo de la paulatina desintegración de los pueblos indígenas, cuya entrada
inicial fue el despojo de sus tierras y territorios, y hoy, al igual que muchos
mexicanos, están vaciando sus pueblos para buscar en otras tierras los medios
de sobrevivencia.
En general sus viviendas se encuentran en condiciones insalubres y de
inseguridad ante eventualidades del medio ambiente; la mitad carecen de todo
tipo de instalación de agua, el acceso y uso del servicio de energía, solo el 83%
cuenta con electricidad y el 62% cocina con leña o carbón, más del 40%
presentan techos de materiales perecederos endebles ante fenómenos naturales
(vientos, sismos e inundaciones), además de tener piso de tierra, (lo que suele
contribuir a la incidencia de enfermedades gastrointestinales, especialmente en
menores de cinco años).
DESNUTRICIÓN
Una de las principales causas de muerte en la población están asociadas a
infecciones; el problema de salud entre la población infantil es la desnutrición
crónica que entre la población indígena llega al 44%. A nivel nacional es del
17.7%.
En zona rural, uno de cada seis niños padece desnutrición activa en alguno de
sus grados, lo que afecta su crecimiento y maduración, desventaja para el
aprendizaje escolar, este es un problema que esta ligado a la pobreza y sigue el
mapa de la miseria que se genera en el país, el llamado desarrollo desigual
permite crear tres zonas donde la intermedia y la del sur presenten los mayores
problemas. Mientras en Sonora cerca de 87% de los niños registra un
crecimiento normal, en Guerrero –sobre todo en la montaña- 63% esta desnutrido
y 10%, padece de desnutrición en tercer grado, que es la más grave. Si se toma
el promedio nacional, la desnutrición infantil alcanza 42.8% en la categoría de
primer grado. Un millón de niños de entre cero y cinco años de edad su
crecimiento en estatura es insatisfactorio.
La desnutrición es el resultado de múltiples deficiencias, la más importante de
ellas es la cantidad insuficiente de energía que consume la persona para realizar
sus actividades cotidianas, a la que se agrega deficiencia de proteínas, hierro,
vitamina A, entre otras.
4 de cada 10 niños viven en condiciones de pobreza
TRABAJO INDIGENA
En México 92.2% de la población indígena ocupada recibe menos de dos salarios
mínimos. El 56% de los hogares indígenas perciben menos de un salario mínimo;
en contraste el 9.3% es de 5 o mas salarios mínimos. Únicamente 7.5% de la
población indígena ocupada gana más de dos salarios mínimos.
En cuanto al ingreso por producto del trabajo declarado por los ocupados
indígenas, pocos son los que tienen una situación mínima aceptable, compatible
con el acceso pleno a satisfactores fundamentales: 25 indígenas ocupados de
cada 100 no recibe ingreso; 56 reciben de cada 100 hasta dos salarios mínimos
mensuales, y solo 19.4% recibe más de dos.
El 75.2% de las localidades rurales en México se consideran de alta marginación;
Persisten las tiendas de raya, donde los productos sufren un incremento de un
30% y los préstamos a los jornaleros representan hasta 70% de su salario, que
va de los 10 a los 40 pesos diarios.
El 95% son pobres y de estos 85% se encuentra en pobreza extrema. Sólo uno
de cada 15 tiene acceso a la seguridad social. El campo mexicano se encuentra
al borde del colapso. Su tasa de crecimiento anual escasamente llega a 2.4% y
su participación en la economía nacional es de apenas 9%. Los campesinos
huyen en desbandada de las tierras desoladas. Excluidos por las políticas
públicas y explotados por las grandes empresas agrícolas, mexicanas y
trasnacionales.
Las importaciones agrícolas que han sustituido a la producción nacional, han
ocasionado que pasemos de 40 a 80 productos importados. Nuestra
dependencia alimenticia es de 95% en oleaginosas, 50% en arroz, 40% en carne
roja y 30% en maíz.
Toda esta situación se vincula con el proceso de pérdida de los territorios
indígenas, la mayor parte por despojos, aunado al impacto de la
descapitalización en el campo, entre otros factores, ha tornado más difícil la
alternativa de las economías de autoconsumo. Como resultado de ello, la
migración se ha convertido en el signo de los tiempos actuales, los pueblos
indígenas no son ajenos a esa dinámica impuesta por la necesidad de
sobrevivencia. Así tenemos que los pueblos originarios se encuentran en
regiones indígenas tradicionales, regiones de desarrollo agroindustrial y su
periferia, ciudades grandes, medianas y pequeñas de México, campos y
ciudades de Estados Unidos y Canadá, incluidos territorios tan alejados como
Alaska.
No es gratuito, por tanto, que el campo mexicano exporte miles de campesinos
muertos de hambre; el 45% de los ejidatarios tienen al menos un integrante de la
familia que ha emigrado. Existe en el país un éxodo rural de alrededor de 15
millones de mexicanos. Cada año se pierden 11.7 millones de hectáreas
cultivables por la falta de financiamiento, lo que obliga a que los campesinos
emigren hacia Estados Unidos para convertirse en fuentes de divisas o bien
emigren a zonas urbanas del país y/o se dediquen al narcocultivo.
EDUCACIÓN INDÍGENA
En el 2005 había 1.3 millones de indígenas entre seis y 14 años de edad. De
ellos, 16.43% no asiste a la escuela, aunque hay estados más rezagados, como
Chihuahua y Sinaloa, donde 40 y 61% de los niños no estudian la primaria,
respectivamente. Uno de cada dos adultos indígenas tiene hasta el cuarto grado
de primaria aprobado.
Para el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) es grave el
hecho de que el 57% de los estudiantes indígenas estén en el nivel de
competencia más bajo, porque eso no sólo les impide aprender español sino
también el resto de las asignaturas. Estos alumnos tienen una comprensión muy
literal de lo que leen, por lo que suelen tener problemas para abstraer ideas
principales. Sólo un 12% de los alumnos de alguna etnia alcanza un nivel
aceptable de lectura en relación con el promedio nacional de 17%, en los
planteles indígenas apenas 0.67% del alumnado alcanza el nivel de competencia
más alto, mientras que en el ámbito nacional esta cifra es de 3.18%.
Dichos resultados, se relacionan directamente con el grado de marginalidad de
las poblaciones indígenas. El mismo estudio del INEE señala que la región
corahuichol-tepehuana de Durango, Nayarit y Jalisco es la más pobre de
México: 85% de los planteles indígenas están en un contexto sociocultural
desfavorable.
Los bajos resultados están relacionados con aspectos como el nivel educativo
materno, ingreso en el hogar, condiciones de hacinamiento y características de la
vivienda, así como disponibilidad de libros en el hogar.
Alrededor del 20% de las escuelas indígenas no ofrecen los seis grados de
primaria, y 28% tienen un solo profesor atendiendo los diferentes grados con que
cuenta la escuela.
Aunado a esto en un informe de la FAO-UNESCO, se dice que en nuestro país
se da una enseñanza en el medio rural, pero no una educación dirigida a la
población rural creada para y con las comunidades campesinas e indígenas.
Juan Carlos Tedesco (IIPE-UNESCO. 2004) afirma que el 80% de los resultados del
aprendizaje, corresponden a las condiciones de vida de las familias, es decir que
las condiciones del fracaso escolar son en alto porcentaje de las condiciones
sociales y económicas de las familias. Ante la desnutrición, la violencia o la
desintegración familiar, el proceso educativo es mucho más complejo. La nueva
pobreza es más que bajos salarios, es una exclusión de la sociedad que no
permite que los menores puedan adquirir un proyecto de vida. (Luis Vega)
La educación, en el caso indígena presenta dos facetas preocupantes: la
cobertura y los contenidos. Saber leer y escribir constituye una herramienta base
de la interacción entre individuo y sociedad, de la cual carece 25% de la
población indígena de 15 años y más. Esta situación afecta en mayor medida a
las mujeres, 32 de cada 100 no saben leer ni escribir. El analfabetismo es mayor
entre las mujeres que hablan lengua indígena (43.3%), que entre quienes no la
hablan (10.4%).
Más grave aún es que la oferta educativa para pueblos indígenas no ha tomado
en consideración de manera suficiente la existencia de culturas, historias,
conocimientos y saberes; considerándose como un mecanismo de aculturación
para los pueblos. Pese a algunos esfuerzos por establecer educación intercultural
sigue predominando la simple idea de traducir a lengua indígena contenidos de la
cultura occidental.
“La Pobreza en México” Mtro. Luis Vega Martínez Facultad de Estudios Superiores Zaragoza, UNAM, pagina web: Observatorio de la Economía Latinoamericana http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2005/lvm-pobreza.htm#_ftn6#_ftn6
LA CUESTION EN LA POBALCION INDIGENA DEL
ESTADO DE JALISCO
Si bien las estadísticas nacionales ubican a la población indígena de Jalisco en
mejor posición de quienes viven en el sur del país, no dejan de estar dentro del
margen de pobreza extrema, de marginación, de exclusión y de discriminación en
comparación al resto de la población jalisciense y mexicana.
De acuerdo al estudio “Indicadores Socioeconómicos de los Pueblos Indígenas
de México, 2002” del Instituto Nacional Indigenista (INDI), Jalisco tiene una
población indígena de alrededor de los 46,678 habitantes, de los cuales 22,437
son hombres y 24,241 son mujeres.
Sin embargo en el mismo documento en el apartado de la población indígena por
municipio, indica que la población total es de 75,123, el 1.2% de la población total
del estado.
Los municipios donde se concentra la mayor población indígena en Jalisco son
Zapopan 14,946
Guadalajara13, 636
Mezquitic 9,747
Tlaquepaque 8,045
Puerto Vallarta 4,248
Tonalá 2,999
Bolaños 2,700
Tlajomulco 1,095
El Salto 884
Tepatitlán 718
Zapotlán 594
Lagos de Moreno 566
Zapotlanejo 410
Jocotepec 251
INEQUIDAD
En Jalisco el crecimiento, además de escaso, no ha tenido equidad.
En el más reciente Conteo de Población y Vivienda de 2005 INEGI, en
comparación al Censo Poblacional del año 2000, en el contexto nacional, el
municipio Cuautitlan de García Barragán pasó del sitio nacional 547 al 524;
Cuquío del 1151 al 1145; Chimaltitán del 413 al 409; Santa María del Oro del 537
al 492; y Villa Guerrero del 1072 al 1071.
Pero el caso más dramático de la inequidad, en el más ínfimo desarrollo
económico que se ha vivido en Jalisco durante el último sexenio, es el huichol.
Baste mencionar los casos de Mezquitic y Bolaños, que aglutinan a las
comunidades indígenas huicholas del norte de la entidad, donde se empeoró
dentro del ranking nacional, pues Mezquitic, el primero de mayor marginación en
Jalisco, en el 2000 estaba en el lugar 80, en el 2005 paso al 19; Bolaños, el
segundo a nivel local, estaba en el 507 y se ubico en el 242.
En Mezquitic el 70.45% viven en casas sin drenaje, 68.3% carecen de energía
eléctrica, 48.07% no tienen agua entubada, 55.99% habitan en hacinamiento,
74.84% ocupan viviendas con piso de tierra y 61% de la población que trabaja,
percibe cuando mucho, dos s.m.
En Bolaños, 48.69% de las personas viven en viviendas sin drenaje ni servicio
sanitario, 49.14% con piso de tierra, 40.59% carecen de energía eléctrica,
50.24% de agua entubada, 56.9% viven en hacinamiento, y el 40.49% de la
población trabaja gana menos de dos s.m.
Algunos de estos indicadores no son los más altos en lo particular, por ejemplo,
En Cabo Corrientes 41.97% de la población no tiene agua entubada. Atemajac
de Brizuela y Tomatlán están en el primer lugar, con más de 67% de su PEA que
trabaja gana, a lo más, dos salarios mínimos.
En contraste, la inequidad se manifiesta con gran preferencia hacia los núcleos
más poblados en Jalisco, datos de CONAPO revelan que Guadalajara, el
municipio de menor marginación en la entidad, en el año 2000 ocupaba el sitio 2
mil 430 a nivel nacional, y en el 2007 el 2 mil 441, mejoró 11 lugares; Zapopan de
ser el 2 mil 420, paso al 2 mil 429; Tlaquepaque del 2 mil 306, subió al 2 mil 339;
Tonalá del 2 mil 268 al 2 mil 297; y Puerto Vallarta mejoró de su sitio 2 mil 382 al
2 mil 392.
MIGRACION
Marginación y migración están íntimamente ligadas. Los municipios con mayor
índice de pobreza están también entre los que obligan a que mayor número de
personas emigren al país del norte, en busca de dinero para ellos y sus familias.
Cuautitlan de García Barragán y Villa Guerrero son los principales exponentes de
esta categoría.
En las comunidades indígenas de Jalisco, los últimos 12 años se han recrudecido
sus flujos migratorios y se consolida en el segundo lugar a nivel nacional en este
rubro, después de Guanajuato y por encima de Michoacán.
24 de los 125 municipios de Jalisco están catalogados como de “muy alto” grado
en su intensidad migratoria a Estados Unidos, y otros 56 municipios como de
“alta”, es decir, un total de 80, casi dos terceras partes de los municipios en la
entidad que van en busca de más recursos económicos
TRABAJO INDIGENA
La población indígena económicamente activa es de 31,679 personas de los
cuales el 62.5% (11,175) esta ocupada en el sector terciario, el 32.4% (5,743) en
el secundario y el 5.2% (923) en el primario, el índice de desempleo es de
12,883personas
De la población ocupada que es un total de 17.241, sin ingresos fijos son el
12.7% (2,194), quienes perciben menos de un salario mínimo (s.m.) es el 8.2%
(1,421), de uno a 2 s.m. es el 32% (5,607) y mas de dos s.m. es el 46.5% (8,019)
REZAGO EDUCATIVO INDÍGENA
En Jalisco la población indígena mayor de 15 años de edad son 28,358
personas, 13,312 son hombres y 15,048 son mujeres; en este mismo rango de
edad 4,628 son analfabetas, 5,108 iniciaron la educación primaria pero no la
concluyeron, y 5,108 la completaron, y 12,135 tienen posprimaria, es decir que
menos de la mitad, el 45%, tienen estudios de secundaria y mas. Dicho conteo no
nos indica cuantos del 45% solo tienen secundaria y cuantos educación media superior, por lo
que, apoyándonos con base al nivel de exclusión de oportunidades en educación que padecen,
suponemos que un 85% o 95% de ese 45% terminaron secundaria, lo cual los ubica en el ámbito
del rezago educativo
Los datos del Conteo de Población y Vivienda 2005 del INEGI indican que: en
Mezquitic 32.77% de la población de 15 años o más es analfabeta –el índice más
alto en Jalisco–, 58.82 de los mayores de 15 años no ha completado la primaria
En Bolaños, 22.07% de la población mayor de 15 años es analfabeta, 51.17 de la
población mayor de esa edad no ha concluido la primaria,
El municipio jalisciense con mayor índice de personas mayores de 15 años de
edad que no han terminado la primaria es Santa María del Oro, con 59% de sus
pobladores.
Sin embargo no podemos quedarnos sólo con las cifras estadísticas, ellas por sí
mismas no permiten explicar la fortaleza de las culturas de las comunidades
indígenas y de la misma clase media, por lo que se hace imperante reforzar
desde la Universidad de Guadalajara programas de educación comunitaria para
contribuir a recobrar la dignidad social y humana de estas comunidades.