Revista psicologica
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YO SOY YO Y MI
CIRCUNSTANCIA
Diferencias
Individuales
Empatía
Habilidad
Asertivida
d Inteligencias
Personales
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YO SOY YO Y MI
CIRCUNSTANCIA José Ortega y Gasset
No cabe duda de que esta frase es una contradicción en si
misma y nos hace pensar que cualquier cambio no está en
nuestras manos, ya que no todo depende de nosotros, más
bien son nuestras circunstancias, externas y fuera de
nuestro control las que nos condicionan.
Sin ánimo de entrar en discusiones filosóficas al respecto,
tanto en lo que somos como en lo que hacemos y nos ocurre,
influyen factores que a veces se escapan a nuestro control,
sin embargo todavía hay mucho que podemos hacer para
superar las situaciones que nos hacen infelices, ya sean
limitaciones personales, problemas de relación, etc.
Me gustaría poder compartir con vosotros algunos artículos
sobre temas que nos afectan a muchos y que para algunos
representan un problema, en mayor o menor medida. En
algunos casos un problema puede llegar a limitar la vida y a
producir sufrimiento propio y de los que nos rodean.
Recuerda que:
La felicidad humana generalmente no se logra con
grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces,
sino con pequeñas cosas que ocurren todos los
días. Benjamin Franklin
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DIFERENCIAS
INDIVIDUALES PERSONALIDAD, TEMPERAMENTO, CARÁCTER
Gloria Martínez Ayala
Desde tiempos remotos ha habido un
gran interés en las diferencias
individuales, tanto por lo fascinante que
resulta saber sobre la variabilidad
humana como porque las distintas
habilidades y comportamientos que nos
diferencian ayudan a establecer
nuestra propia individualidad y a
predecir el comportamiento ajeno. Este
conocimiento tiene importantes
repercusiones en nuestro
desenvolvimiento personal, profesional
o académico. Si nos asomamos a la
historia podemos comprobar algunas de
las clasificaciones que se han hecho
sobre aptitudes, características y
peculiaridades personales.
El temperamento como la base
biológica del carácter, estable en gran
parte y hereditario que influye en la
conducta, sería como el
armazón/esqueleto de la personalidad.
El carácter, se refiere a la forma
individual que el componente afectivo-
dinámico del comportamiento adopta en
el hombre, implica rasgos tanto
heredados como adquiridos.
La personalidad que aúna tanto el
temperamento como el carácter, es
relativamente estable, aunque puede
experimentar algunos cambios en base
al aprendizaje y la experiencia, refleja
el carácter único del individuo y
manifiesta en la conducta las fuerzas o
disposiciones que residen en la persona.
Cada individuo es único y todas y cada
una de las personalidades son únicas,
resulta por tanto imposible comparar
una persona-como-un-todo con otra
persona-como-un-todo. Sin embargo,
hay una serie de características y
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rasgos que pueden resultar comunes,
que han originado una serie de modelos
explicativos.
Más cerca en el tiempo, resulta
interesante el modelo PEN de Eysenck,
que tiene su origen en las tipologías
temperamentales de la medicina griega
antes mencionado, según este modelo
tendríamos las siguientes dimensiones
dobles, con polos opuestos:
Extraversión/Introversión: dentro de
la que estarían rasgos primarios
relativos al grado de sociabilidad,
actividad, vitalidad, dominancia,
asertividad, búsqueda de sensaciones y
despreocupación, entre otros.
Neuroticismo/Estabilidad: esta
dimensión tiene que ver con los niveles
de activación y labilidad emocional
(estabilidad/inestabilidad), cuyos
rasgos serían la ansiedad, estado de
ánimo deprimido, baja autoestima,
tensión, timidez, sentimiento de culpa
en el polo negativo.
Psicoticismo/Control de Impulsos: esta
dimensión se centra en los rasgos
relativos a la agresividad que
manifiestan los individuos,
egocentrismo, falta de empatía,
carácter antisocial, impulsividad,
frialdad en los afectos en su polo
negativo.
En otro lado, encontramos El
Eneagrama de la Personalidad,
propuesta de clasificación de
personalidad resultado de una
elaboración histórica occidental a
partir de ideas místicas orientales,
según este sistema habría nueve tipos
de personalidad distintos,
representados como vértices de un
eneagrama, se clasificarían en función
de su abordamiento del mundo en:
antipáticas (contra el mundo o
contracorriente), apáticas (alejadas del
mundo, en posición de observador) y
empáticas (con el mundo), y de su
sensación,(superiores al mundo) o
(iguales al mundo) o (inferiores). De
estos dos factores con tres valores
cada uno se obtienen las nueves
combinaciones/eneatipos posibles.
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Eneatipo1: perfecc
ionistas, detallistas,
ordenados, juiciosos
y comprometidos.
En su mejor aspecto
son tolerantes y
éticos.
Eneatipo 2: su atención está puesta en
los demás, en ayudar, esperan
agradecimiento a cambio. En su mejor
aspecto son altruistas.
Eneatipo 3: están
pendientes de su
imagen y del éxito,
muy trabajadores,
efectivos e
individualistaspued
en resultar
vanidosos, en su
estado más sano
son sinceros y
productivos.
Eneatipo 4: tienen intereses artísticos
profundos, gran sensibilidad, se
consideran distintos a los demás,
necesitan destacar, pueden ser
envidiosos, en su mejor faceta son
empáticos y creativos.
Eneatipo 5: personas con intereses
científicos, ascetas, bastante
objetivos, observadores, suelen ser
avariciosos, autosuficientes, no suelen
hablar de sus sentimientos, en su mejor
faceta son generosos.
Eneatipo 6: suelen ser excelentes
amigos, fieles, con gran respecto a las
normas y la moral. Necesitan de la
autoridad aunque a veces huyen de ella.
Suelen ser miedosos, en su mejor
aspecto resultan valientes y buenos
compañeros.
Eneatipo 7: les atrae el placer, llenos
de alegría y ganas de disfrutar, muy
entretenidos, con muchos planes.
Pueden huir del presente y no cumplir
con compromisos a largo plazo, no
suelen profundizar. En su mejor
vertiente son capaces de disfrutar el
presente de manera plena.
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Eneatipo 8: justicieros, pueden caer en
los excesos y autoritarismo, lideres
natos. Tienen una fuerte personalidad.
En su estado más favorable son
protectores y ayudan de forma
bondadosa.
Eneatipo 9: son pacificadores y
mediadores, pueden ser perezosos,
tranquilos, serenos. En su mejor
aspecto resultan buenos mediadores,
calmando los extremismos.
Seguramente, al leer este artículo, te habrás visto reflejado en alguna o varias de las
clasificaciones citadas, casi todos tenemos rasgos de varias de las dimensiones citadas, situar a un
individuo en una dimensión u otra es una labor delicada que exige un trabajo cuidadoso por parte de
un especialista. Sin embargo no está de más, que a título personal cada uno meditemos en cómo
somos, qué cosas nos atraen, en qué somos mejores, en lo qué tenemos que mejorar… ese
autoconocimiento nos resultará muy útil en nuestra vida diaria y nos haré crecer como personas.
¿Iguales o diferentes? A pesar de las afinidades y coincidencias, cada uno de nosotros posee
peculiaridades, habilidades y conocimientos singulares que le hacen único, exclusivo y no replicable.
Estas diferencias sazonan las relaciones humanas y aumentan el interés por conocernos unos a
otros.
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La empatía es la habilidad para percibir y comprender los sentimientos, pensamientos y
emociones de otras personas. Supone el saber ponerse en lugar del otro para entender su
punto de vista. Las personas con gran autoestima y asertividad tienen mucha empatía, y son
también las de más éxito social.
Para mejorar nuestro nivel de empatía
conviene tener en cuenta los siguientes
puntos:
1.- Confiar en los propios sentimientos. Es
el punto de partida para poder intuir los
sentimientos de los demás.
2.- Desarrollar la asertividad (la capacidad
para defender nuestros derechos sin
menoscabar los derechos de otros).
3.- Comprometerse con la sinceridad. No
ocultar las emociones ni sentimientos, dejar que
se manifiesten, pero con asertividad.
4.- Desconectar el "piloto automático". Evitar
los prejuicios y posiciones fijas de antemano.
Aumentar la receptividad no estancándose en
perspectivas egocéntricas.
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5.- Construir un clima de comprensión. Hay que saber prestar atención e interés en las
situaciones sociales.
6.- Pensar verdaderamente en la otra persona, para tratar de averiguar como se siente.
7.- No provocar interrupciones bruscas en las conversaciones.
Al incrementar la empatía aumentamos también la inteligencia emocional.
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¿QUÉ ES HABILIDAD? Vía Definición ABC
La habilidad es la aptitud innata, talento, destreza o
capacidad que ostenta una persona para llevar a cabo y
por supuesto con éxito, determinada actividad, trabajo
u oficio.
Casi todos los seres humanos, incluso aquellos que
observan algún problema motriz o discapacidad
intelectual, entre otros, se distinguen por algún tipo de
aptitud.
En tanto y de acuerdo con que no todos
los individuos somos iguales, venimos del
mismo lado o
nos gusta lo
mismo, no todos
los seres
humanos
observan la
misma destreza
para las mismas
cosas y por suerte, gracias a esto es que
existe la diversificación de tareas y
trabajos. Es así que hay personas que
poseen y demuestran una propensión a
desarrollar habilidades físicas, ya sea
porque cuentan con una formidable
genética, capacidad de recuperación que
se los permite y lo más importante en
este sentido, un determinado talento
especial, por ejemplo, un futbolista que
vive con una pelota en los pies o como
suele decirse figuradamente, “atada a los
pies”, “haciendo jueguito”. A este tipo de
habilidades físicas, generalmente, se las
denomina destrezas. Para los modelos
actuales de
análisis neural,
se postula que
esta habilidad
física
habitualmente
innata
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requiere de la potenciación mediante la
práctica frecuente para dar lugar a la
explotación de una forma de inteligencia
que difiere del concepto convencional de
esa expresión.
Luego están aquellos que, por ejemplo,
carecen de estas destrezas físicas que
caracterizan a la práctica de actividades
deportivas, pero presentan una increíble
capacidad para los números; a modo de
ejemplo, se trata de aquellos individuos
que estiman con facilidad cuántas pelotas
entran en una bolsa, pero no cómo patear
tan sólo una de ellas al arco. A este tipo
de habilidad con los números y que
requieren la intervención de la
inteligencia formal, se las conoce como
aptitudes. Esta potencia intelectual, al
igual que las destrezas físicas, requiere
de su potenciación e incremento por
medio de la puesta en práctica y el
entrenamiento. Muchos sujetos presentan
un formidable potencial para alguna de
estas áreas, pero la insuficiente puesta
en práctica reduce el rendimiento de un
modo destacado.
También la habilidad o talento puede
estar en las manos de una persona, por
ejemplo, la costura es un talento. En
tanto, los talentos pueden ser heredados:
la mamá de Ana es una excelente
costurera, entonces, Ana tendrá muchas
chances de heredar la habilidad de coser.
También es posible aprender un talento,
aunque claro está que, en este caso y a
diferencia de lo que ocurre con las
personas que innatamente poseen uno,
quien aprende a hacer algo deberá
siempre practicarlo, porque la ausencia de
práctica en el tiempo provoca un olvido.
Vale señalar que ciertas habilidades sólo
se adquieren mediante el aprendizaje.
Este caso está representado por lo que se
denomina programa motor o, en términos
técnicas, engrama motor. El ejemplo más
característico lo constituye la capacidad
para conducir un vehículo. Con este
objetivo, se requiere la prolija
coordinación de los cuatro miembros, la
visión, el oído, el equilibrio, la inteligencia
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y el control de las emociones. Estas
tareas, a su vez, deben amalgamarse en la
dosis adecuada y en el momento
apropiado.
Tras las prácticas iniciales de quien
comienza a conducir, la habilidad para
manejar un vehículo de motor se “graba”
en forma de circuitos neurales que dan
practicidad y automatismo a los
movimientos. Por lo tanto, la conducción
de un vehículo es una habilidad que no
representa estrictamente una destreza,
un talento o una aptitud, sino una
conjunción de variables en la que todos
estos elementos aportan en mayor o
menor grado. Es por ello que algunos
individuos nunca logran manejar, mientras
que otros adquieren la habilidad
suficiente para conducir un trasporte de
pasajeros o un móvil de competición.
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La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una
manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que
queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento".
Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y
la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que
queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos
descalificamos nosotros mismos.
Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para
poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando
nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y
recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
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REGLAS BÁSICAS PARA EJERCER LA ASERTIVIDAD
Existen técnicas y reglas que aprendidas
y aplicadas nos permiten ejercer la
asertividad de forma eficiente. Para ello
hay que prepararse a negociar y hay que
cumplir las reglas que implican una
negociación eficiente. Existen también
técnicas simples como el banco de niebla
o asentir en principio, y el disco rayado,
que nos facilitan su ejercicio concreto y
cotidiano.
Para poder ejercitar la asertividad
tenemos que tener capacidad de
negociación. En la negociación se intenta
conseguir lo que se quiere con el
beneplácito del otro, que lógicamente
también va a tener algunos beneficios.
La realización de una negociación
comprende varias fases. La primera, es la
de preparación. En ella tenemos que
pensar la estrategia que tenemos que
seguir en el encuentro con el otro en el
que se va a plantear los problemas y se va
a hacer la negociación propiamente dicha.
SITUACIÓN:
Un amigo acaba llega a cenar, pero una
hora más tarde de lo que había dicho.
No ha llamado para avisar que se
retrasaría. Estás irritado por la
tardanza. Tienes estas alternativas:
1. CONDUCTA PASIVA. Saludarle
como si tal cosa y decirle “Entra la cena
está en la mesa”.
2. CONDUCTA ASERTIVA. He estado
esperando durante una hora sin saber lo
que pasaba (hechos). Me has puesto
nervioso e irritado (sentimientos), si otra
vez te retrasas avísame (conducta
concreta) harás la espera más agradable
(consecuencias).
3. CONDUCTA AGRESIVA. Me has
puesto muy nervioso llegando tarde. Es la
última vez que te invito.
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INTELIGENCIAS PERSONALES
La definición de Salovey subsume a las inteligencias personales de Gardner y las organiza
hasta llegar a abarcar cinco competencias principales:
1. El conocimiento de las propias emociones. El
conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de
reconocer un sentimiento en el mismo momento en que
aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia
emocional. .
Por otro lado, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos
sentimientos nos deja completamente a su merced. Las
personas que tienen una mayor certeza de sus emociones suelen
dirigir mejor sus vidas, ya que tienen un conocimiento seguro de
cuáles son sus sentimientos reales, por ejemplo, a la hora de
decidir con quién casarse o qué profesión elegir.
2. La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una
habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al
momento.
3. La capacidad de motivarse uno mismo, el control de la vida emocional y su
subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la
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motivación y la creatividad. El autocontrol emocional —la capacidad de demorar la
gratificación y sofocar la impulsividad— constituye un imponderable que subyace a
todo logro. Y si somos capaces de sumergimos en el estado de «flujo» estaremos más
capacitados para lograr resultados sobresalientes en cualquier área Daniel Goleman.
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EDICIÓN
DIAGRAMACIÓN
ELABORACIÓN DE LOS CONTENIDOS
Wilson José Montenegro Araujo
Estudiante de psicología
UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR