Revista Mirada Critica. Año 2, Numero 2, Noviembre 2011

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ISSN: 0718-9834

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Director Jury García Ancamil Editora General Andrea Valenzuela Araya Comité Editorial Nelson Aramburú Oscar Carriel Concha Carlos Jeria Arados Marcelo Sánchez Abarca La Revista Mirada Crítica Es una publicación trimestral de la Mancomunal del Pensamiento Crítico Su dirección postal es Madrid 992, Villa Alemana, V región/ Chile Las opiniones expresados por los autores son de su responsabilidad y no representan necesariamente la posición de la Mancomunal del Pensamiento Crítico Diseño de la Portada Carlos Jeria Arados Diagramación y Composición Nelson Aramburú Oscar Carriel Concha Marcelo Sánchez Abarca Impreso por: Ediciones Mancomunadas Madrid 992, Villa Alemana, V región/ Chile Aportes y/o sugerencias a: [email protected] ISSN: 0718-9

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Índice

Editorial …………………………………………………………………………………2 Movimiento político mapuche: El surgimiento de una nueva forma de hacer política

Fernando Pairicán …………………………………………………………………………3 Nuevas retóricas para la acreditación de formas de gubernamentalidad y las infancias localizadas en la periferia: politización y despolitización en los discursos psi y los de la construcción social comunitaria

Georg Unger ………………………………………………………………………………16 Comunicación para la transformación social: la experiencia de Radio Placeres

Radio Placeres ……………………………………………………………………………… 22 El origen histórico del Pensamiento Crítico

Gabriel Salazar …………………………………………………………………………………27 Carencias, movilización y consenso. Entre el reformismo y la revolución

Marcelo Sánchez…………………………………………………………………………………35 Desde abajo y a la izquierda Surge la Coordinadora Contra la Represión en Valparaíso

Nelson Aramburu ………………………………………………………………………………44 El racismo chileno anti- mapuche: algunos antecedentes históricos

Jury García ………………………………………………………………………………48

REENCUENTRO Y REFLEXIÓN CRÍTICA

a ha pasado cerca de un año desde el lanzamiento de la primera edición de nuestra revista “Mirada Critica” y si bien el objetivo editorial de ésta fue dar a conocer nuestra declaración de principios a través de una variopinta gama

de artículos proporcionados tanto por miembros activos de nuestro movimiento mancomunado, como también de simpatizantes de nuestras ideas, este segundo número se compone por algunas de las ponencias presentadas en el segundo “Encuentro de Pensamiento Crítico” que organizamos de manera conjunta con CEPAC (Centro de estudios pensamiento y acción crítica), el cual tuvo lugar en Valparaíso y congregó a diferentes movimientos, actores sociales, culturales y de estudiantes de la zona, quienes tuvimos la oportunidad de presenciar y debatir acerca de ideas y temáticas que daban cuenta de una efervescencia social encubierta por los medios oficialistas hasta ese momento y que hoy es tema de discusión a nivel internacional, debido al destape publico de la crisis del modelo educativo liderado por los estudiantes de nuestro país, quienes han demostrado la tenacidad y la fuerza de un movimiento popular que busca cambios estructurales en el sistema social chileno.

Temáticas tales como el conflicto mapuche, la crisis energética, la necesidad del rearme de la cultura popular a través de sus organizaciones sociales y la importancia de la historia como eje para la construcción de un país consciente y ciudadanamente responsable, se convirtieron en la piedra angular de nuestra jornada de reflexión, la cual terminó por confirmarnos que nuestra lucha e ideales están más vigentes que nunca en una sociedad fragmentada y en permanente crisis, debido a la constante negación de las libertades individuales y colectivas que el ciudadano común debe enfrentar en su diario vivir de parte de los gobiernos de turno amparados en el binominalismo.

A través de la lectura de los artículos que se presentan a continuación confiamos sensibilizar aun más a ese ciudadano y compañero que pretende conquistar espacios de autonomía y que tiene la profunda convicción de que la única alternativa para alcanzar este objetivo, es venciendo el desinterés, la abulia cívica y la anomia social que por muchos años se ha instalado en el imaginario colectivo, para así generar cambios desde y para el mundo popular, que se ha visto segregado y excluido por las políticas neoliberales imperantes en nuestro país, las que han aumentado aun más la brecha económica y cultural entre los sectores acomodados y aquellos desprovistos de reales oportunidades para superar sus condiciones de existencia.

Es de esperar que con todo este “empoderamiento social” que hemos presenciando en los últimos meses producto del movimiento ciudadano por la educación, sea el punto de partida para pensar colectivamente el proyecto país que queremos construir, en donde la condición socioeconómica no sea un impedimento para que las personas logren acceder a los irrenunciables derechos de educación, salud, trabajo, vivienda, medioambiente protegido, etc. Los que son claves a la hora de insertarse en una sociedad que esperamos sea más justa e inclusiva.

Equipo de redacción de MC.

Valparaíso, Noviembre de 2011

Y

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MOVIMIENTO POLÍTICO MAPUCHE: EL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA

FORMA DE HACER POLÍTICA.

Fernando Pairicán Padilla

1. Introducción El 1 de diciembre de 1997 son

incendiados en la comuna de Lumaco tres camiones de forestal Arauco, lo que marcó una ruptura en el desenvolvimiento de la actuación Mapuche hasta ese tiempo. Estábamos ante un salto cuantitativo como cualitativo que comenzó a poner los cimientos de una nueva forma de hacer política al unir un desarrollo teórico que se concretizaron en diversas actuaciones de transgresión social, entre ellas la violencia política.

No obstante, la ruptura de 1997, no era más que una maduración política subjetiva que se vino fraguando en plena transición a la democracia, cuando desde Ad-Mapu nació el Consejo de Todas las Tierras, planteando toda una transformación en la autoestima Mapuche que luego fue tomado y profundizada por una nueva organización que emergió a principios de 1999 que se conoce como la Coordinadora Arauco Malleco. Desde ese momento, el mundo Mapuche giró y sus modificaciones se siente hasta hoy en lo que algunos llaman el “Conflicto Mapuche” y otros están denominado la “Cuestión Mapuche”.

En este artículo, se pretende plantear un desarrollo histórico y político del Movimiento Mapuche emergido en 1990 hasta principios de 2002 cuando maduro un Movimiento Político Mapuche.

2. Entre quiebres y brotes nuevos: la transición a la maduración de una

nueva forma de hacer política en el pueblo Mapuche, 1990-1999.

El optimismo fue evidente en las organizaciones Mapuche para fines de 1999. En poco tiempo habían logrado desarrollar un alto nivel de conflictividad, ser recepcionados positivamente por parte del pueblo Mapuche y desarrollar un avance notable en los aspectos ideológicos centrado en la autonomía en post de la Liberación Nacional, edificando a su vez un Movimiento Político Mapuche (MPM).1 Para Alihuen Antileo, uno de los tres voceros de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), durante dicho año el “movimiento mapuche” había recibido “un tratamiento de shock”, logrando generar “una paulatina toma de conciencia de los mapuches que empieza a encontrar su referente en las organizaciones propias más que en la institucionalidad del Estado”.2

Aucán Huilcamán, líder indiscutible del Consejo de Todas las Tierras (CTT), al igual que Antileo evaluó que el triunfo fue “mantener el tema como uno de carácter nacional, como un problema de Estado, creando conciencia de que se requiere soluciones más

1 Levil, Rodrigo: “Actores políticos de la

sociedad mapuche contemporánea. Representaciones sociales de dirigentes mapuche en torno a los procesos políticos de la sociedad mapuche actual”. Tesis para optar al grado de Licenciado en Sociología. Universidad de La Frontera, Facultad de Educación y Humanidades. Marzo 2005. p 163.

2 El Mercurio: “Movilizaciones mapuches seguirán en futuro Gobierno”. 20/12/1999. p A1

profundas, como puede ser la autodeterminación”.3 Y es qué, como vertió José Huenchunao, otro de los reconocidos voceros de la CAM, el conflicto se estaba ampliando y que extendiéndose en número de comunidades, “la razón es que la gente, pese a la represión, va comprendiendo que no hay otra forma de que se escuchen sus demandas por sus legítimos derechos”, pero por sobre todo, “la gente ya está entendiendo políticamente la situación” dijo.4

El año 1999 terminó por consagrar la política Mapuche entorno a la recuperación de tierra iniciada a fines de 1997 cuando futuros miembros de la CAM incendiaron tres camiones de Forestal Arauco en la comuna de Lumaco. También dio paso al surgimiento de las organizaciones Mapuche que fueron el motor del MPM, al ya reconocido Consejo de Todas las Tierras, se vislumbró con mayor notoriedad la Asociación Ñancucheo de Lumaco. Nació la Identidad Territorial Lafquenche en la comuna de Tirúa que entre movilizaciones y el triunfo de Adolfo Millabur en la alcaldía dieron sustento a su programa político y por supuesto, la Coordinadora Arauco Malleco, el motor de combustión en esta etapa, al mismo tiempo que comenzó el declive de Ad-Mapu. Así terminó de redondearse una actuación política fertilizada desde principios de la década

3 El Siglo: “La represión no detendrá la

recuperación de tierras”. Nº 961: del 10 al 16 de diciembre de 1999. p 20.

4 El Siglo: “La represión no detendrá la recuperación de tierras”. Nº 961: del 10 al 16 de diciembre de 1999. p 20

del noventa, cuando el CTT comenzó todo un trabajo de siembra ideológica en los campos Mapuche, que luego fueron tomados, profundizados y operativizados por una nueva gama de militantes indígena a mediados de 1996.

Durante la primera mitad del siglo XX, las organizaciones Mapuche estuvieron lideradas principalmente por indígenas ilustrados, los que pocas veces vivían en comunidades, pero que sin embargo se acogían el derecho sobre

estas para decidir y pensar su futuro. Se explica lo anterior, por la poca capacidad desde las comunidades de aglutinarse como un todo, que a su vez pudiera ser representativa y competitiva en una escena de disputa política, sobre todo entendiendo la particularidad subalterna que cohabitó el pueblo

Mapuche desde la Ocupación de La Araucanía.

Dicho eje comenzó a variar desde la década de los noventa, principalmente

en un ala que se escindió de Ad‐Mapu y que a partir de 1990 se conoció como Consejo de Todas las Tierras. Como señala Christian Martínez, esta orgánica fue una “rebelión” de parte de las comunidades territoriales a un tipo de organización sin representatividad comunitaria. Aunque la primacía cultural Mapuche entorno a la dominación de un Lonco generó históricamente una verticalidad social, fue sólo en la década de los sesenta con la Reforma Agraria dónde dicha diferenciación mermó como una consecuencia no prevista de este proceso. El efecto perdurable de esta democratización al interior de la comunidad fue lo que la elite política

“Durante la primera mitad del siglo XX, las

organizaciones Mapuche estuvieron lideradas principalmente por

indígenas ilustrados, los que pocas veces vivían en comunidades, pero que sin

embargo se acogían el derecho sobre estas para

decidir y pensar su futuro”

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Mapuche comenzó a visionar a finales de los ochenta, es decir, la “producción de una política étnica a partir de las comunidades”.5

Buscando reconstruir el mundo Mapuche, la primera medida tomada por el CTT fue la utilización del Mapudungüm tanto en sus discursos públicos como en lo constructivo de su organización. Precisamente, un ejemplo notorio puede ser visto en el mismo nombre de la orgánica, Aukiñ Wallmapu Ngulam, que españolizado se traduce como Consejo de Todas las Tierras. Además, esta organización creó el primer emblema de la Nación Mapuche (la bandera nacional) e inició un proceso de

autoafirmación indígena, re‐utilizando las mantas indígenas y trarilonco. Mientras que la mujer Mapuche, comenzó también a utilizar su küpa, ükulla y trariwe bajo un sentido político. Todo ambientado en una expresión romántica, donde el caballo cabalgando con jinetes y lanzas acompañaba las marchas o los meeting. Asimismo como los comuneros acompañados con sus wiños y wexuwes irrumpían en dichas actividades.

Estas autoafirmaciones generarían una suerte de politización subjetiva en los Mapuche de la década del noventa que explicaría una variable del ascenso de la

5Martínez, Christian: “Comunidades y

redes de participación Mapuche en el siglo XX.

Nuevos actores étnicos, doble contingencia y esfera

pública. En Las disputas por la etnicidad en

América Latina: Movilización indígena en Chiapas

y Araucanía. Ediciones Catalonia, 2009. Pág. 148.

conflictividad a partir de 1997. No obstante, se debe mencionar que el CTT recogió toda una discusión política de fines de los ochenta en el interior de Ad-Mapu, nos referimos a la idea de autonomía y autodeterminación. Seguido de lo anterior, el Consejo realizó, cargado de nuevas ideas, toda una jornada de protesta para la conmemoración de los 500 años de la conquista de América, que mezclada con una serie de

reivindicaciones de tierras, causó revuelo en la opinión política de Chile, instalando a lo que a futuro se llamó como

“recuperaciones simbólicas”.

El 1 de enero de 1994 América Latina se ve sacudida

por el alzamiento de un ejército indígena en la provincia de Chiapas en México. La insurrección del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) generó todo un ambiente pro indigenista en el continente donde los Mapuche no fueron la excepción. En conjunto con esto, el ascenso político de la Confederación de Nacionalidades del Ecuador y el inicio más notorio del movimiento indígena en Bolivia con el intento insurreccional del Ejercito Guerrillero Tupak Katari (EGTK) liderado por Felipe Quispe y Álvaro García Linera en 1992, insinuaban que lo políticamente correcto para la década del noventa eran las reivindicaciones de los pueblos indígenas. Tal vez el símbolo de esta nueva era, haya sido el Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, indígena maya de Guatemala. En otras palabras, las reivindicaciones de los pueblos indígenas ya no eran algo aislado y se inscribirían en el marco de lo que algunos llamaron los

“nuevos movimientos sociales”.6Que a su vez, generó “un tercer enfoque que se basa en el principio del derecho de los pueblos a la libre determinación, que constituye uno de los pilares fundamentales de las Naciones Unidas”.7

Dentro de este contexto, más la politización subjetiva iniciada por el Consejo de Todas las Tierras durante primera mitad de la década del noventa es que comenzó a fraguarse una nueva forma de hacer política para el pueblo Mapuche que se consolidó con el surgimiento de la Coordinadora Arauco Malleco, dando inicio a lo que hemos denominado La Nueva Guerra de Arauco, que no es más que el ascenso de la movimientalidad Mapuche desde 1997 en adelante con su propio proceso ecléctico y proyectual.8

Es en este marco de intensa

politización en que distintas procedencias de Mapuche convergieron en el surgimiento de una de las organizaciones indígenas más importantes del último tiempo y pieza clave para entender los últimos diez años de política Mapuche, nos referimos a la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (CAM).

3. El surgimiento de la Coordinadora

Arauco Malleco y el primer ascenso del MPM: 1997-1999.

6 Stavenhagen, Rodolfo: “pueblo

indígenas: entre clase y nación”. Artículo en Los desafío de la interculturalidad: identidad, política y derecho. Ediciones LOM, 2004. p 20.

7 Ibíd. 8 Pairicán, Fernando: “La Nueva guerra

de Arauco. La Coordinadora Arauco Malleco en el Chile de la Concertación, 1997-2002. Tomo I”.Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Santiago, 2009.

Para entender el surgimiento de la CAM, se debe comprender la maduración del neoliberalismo en las zonas Mapuche, sobre todo en actividades que fueron un símbolo como las empresas forestales, la construcción de la represa hidroeléctrica Ralco, el ducto de Celco en la zona de Mehuin el avance del turismo sobre toda en la zona del Lago Lleu-Lleu en la provincia de Arauco. Estos hechos, demostraron que para el Gobierno de Chile los aspectos económicos estaban sobre los intereses de los Mapuche o sencillamente que “los derechos de los pueblos indígenas estaban supeditados al desarrollo productivo vinculado a la economía mundial”.9

En la vida cotidiana, lo antes expuesto significó la contaminación de aguas, erosión de la tierra, cambio en el clima de la región y la pérdida de tierras por el avance forestal. Esto, más el impacto sociocultural que significó la construcción de Ralco, con la destrucción de cementerios, rükas y el traslado de su gente hacia otras zonas (permutas) comenzó a ser una nueva variable de rencor que politizó a los Mapuche de mitad de la década del noventa.

Ante esta realidad objetiva, los futuros militantes de la Coordinadora Arauco Malleco se vieron en la disyuntiva de crear una alternativa a lo que ellos analizaron como el exterminio de su forma de ser ante la expansión del capital. Con este análisis, dentro de un proceso indígena latinoamericano en ascenso desde inicio de la década del noventa, más los aspectos subjetivos de politización comenzada por el CTT, se

9 Aylwin, José y Yañez, Nancy (editores):

El Gobierno de Lagos, los pueblos indígenas y el „nuevo trato‟. Las paradojas de la democracia chilena. Ediciones LOM, 2007. p 19.

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inició una metamorfosis endógena que dio a luz una nueva forma de hacer política. Así, incendio de casas patronales, maquinaria y camiones forestales; corte de cercos y enfrentamiento con policías dentro de una perspectiva anticapitalista, mostraron la decisión de utilizar la violencia política para concretizar el desarrollo ideológico y por lo tanto proyectual del mundo Mapuche.

Estratégicamente y producto del análisis de su propia realidad, la CAM planteó que su actuación se enmarcaba dentro de un proceso de Liberación Nacional Mapuche. El primer paso para dicho eje, fueron las Recuperaciones Efectivas como manera de sobrepasar las recuperaciones simbólicas efectuadas por el CTT, el objetivo era ir generando una amplitud de reivindicaciones para acumular una fuerza necesaria que le daría paso a una segunda etapa que llamaron Control Territorial. Este es, el inicio de la autonomía de facto como ejercicio directo de la libre determinación como pueblo. El Control Territorial se inicia con la recuperación de tierra efectiva, ello quiere decir, ingresar a un predio y tener la disposición de defender dicho predio con todas las armas disponibles, sea cortando un cerco, incendiando las cosechas o disputando las inversiones del capital forestal a través de sabotaje económico. En las tierras en disputa se siembra papa, lechugas, tomates, trigo o maíz. Es decir, lo que la CAM llamó la “Siembra Productiva”, apuntando a la generación de contradicción sociopolítica para avanzar en la autodeterminación. La multiplicación de Controles Territoriales según la CAM, generaría nuevos pasos políticos en post de la Liberación Nacional.10No obstante, la

10 CAM: “Planteamiento político-

estratégico de la Coordinadora Arauco Malleco”. Marzo 2000.

respuesta del Estado, quiebres internos, persecusión política, detenciones y el paso a la clandestinidad desde el año 2002 provocó un reacomodo de fuerzas al interior de la organización que ha dificultado poder avanzar hacia nuevas etapas políticas.

Con todo, para fines de 1998 en un tercer encuentro en Tranaquepe en la comuna de Tirúa, entre rupturas con organizaciones Mapuche y el ingreso de las comunidades Loncomahuida, Choiñ Lafquenche y Aylla Varela vociferadas por Víctor Ancalaf en la zona de Collipulli, “en un momento de la reunión, surge la idea de formar la Coordinadora, los lonko, werken, personas y organizaciones que habían demostrado su compromiso con la lucha, asintieron al unísono, diciendo: ¡formemos la coordinadora!” donde finalmente “la llamaron Coordinadora Mapuche de Comunidades en Conflicto Arauco Malleco”.11

Fuera del incendio a los camiones de Lumaco, la actuación Mapuche durante esta etapa (1997-1999) se mantuvo suscrita a la recuperación de predios de forestales y hostigamiento en menor medida a los agricultores. La conflictividad siguió estando enfocada contra los “grandes enemigos”12, siendo las comunidades ubicadas en Temulemu, Pantano y Didaico las que agudizaron las recuperaciones de tierras contra Forestal Mininco en Traiguén. También se volvieron a inaugurar los trabajos de construcción en el Alto Bío Bío de la

11 Weftun: “Kuifike dugu. Segunda parte

de la historia sobre la conformación de la Coordinadora”. Publicación oficial Coordinadora Arauco Malleco. Año 1, número 2, enero 2002. p 3.

12 La CAM denominó de esta forma a las empresas forestales e hidroeléctricas. Mientras que los agricultores fueron denominado, “nuestros enemigos históricos”. Para mayor detalle ver, CAM: “Planteamiento político-estratégico de la Coordinadora Arauco Malleco”. Marzo 2000.

Central Hidroeléctrica Ralco, a cargo de Endesa-España, generando una respuesta inmediata de la Gente del Pehuén. Mientras que en las comunidades ubicadas en la zona de Arauco continuaron con las recuperaciones y por ende con su protesta política y social. Pero fue el incendio a la Hacienda Lleu-Lleu en Tirúa el que abrió una nueva arista, ¿cuán lejos podrían estar los agricultores de no sufrir la concretización de la nueva forma de hacer política desde los Mapuche el post de la Liberación Nacional como comenzaron a plantearlo?

4. Los

“enemigos históricos” ante el fuego Mapuche: el segundo ascenso de la CAM, 2000-2002.

La sensación subjetiva de la Coordinadora luego de su actuación entre 1997 y 1999 era el haber generado un conflicto real contra la elite, un ascenso del pueblo Mapuche y ser un movimiento social con perspectivas políticas. Para la CAM, las crecientes movilizaciones desde 1997, habían generado “una mayor conciencia en los aspectos históricos, políticos y culturales”, “pasando al manejo de conceptos y su aplicación”. En los aspectos cuantitativos, el avance se evidencia claramente en los “mayores grados de organización en base a un sólido proyecto de articulación de las comunidades en conflicto”, que permitiría “constituir un proyecto de liberación propio”.13

13 CAM: “Planteamiento político-

estratégico de la Coordinadora Arauco Malleco”. Marzo 2000.

Como se observa, luego de dos años de ser los ejecutores de una nueva forma de hacer política al interior del pueblo Mapuche, radicalizando y creando un conflicto, con heridos, allanamientos y detenciones. Persecusión abierta y selectiva, la Coordinadora Arauco-Malleco se sintió con la fuerza suficiente para impulsar aún más su programa político bajo la administración de Ricardo Lagos. Lo cual es coherente con sus

planteamientos, sin embargo, no

necesariamente pueden coincidir con la realidad objetiva y subjetiva de una “coyuntura” de seis años que cambió el contexto sociopolítico para el pueblo

Mapuche, resolvió algunas demandas sociales, dividió al MPM, logró cooptar o negociar con comunidades adscritas a la CAM y terminó finalmente reprimiéndola a la magnitud de forzarla pasar a la clandestinidad política.

Con todo, la Coordinadora Arauco Malleco inició durante el año 2000 una politización en las bases que dio a luz durante el año siguiente a un nuevo ascenso político, mucho más radical en su actuación y perfeccionado en su forma de operar. Era la irrupción del Weichafe, militante indígena ideologizado dentro de los planteamientos de la organización y fogueado en las recuperaciones de tierras. Así, a la tradicional disputa por predios forestales con wexuwe ingresaron tímidamente las armas hechizas. Regresaron y se expandieron los incendios a retroexcavadoras y camiones forestales. En el caso de los agricultores, corte de cercos, incendio a sus cosechas y la quema de sus casas fueron los hechos que agudizaron las

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contradicciones en La Araucanía, llevando al Gobierno presionado por el poder económico afectado por la operativización de la política indígena a reprimir a la CAM.

Desde el año 2000 se comenzó a fraguar el salto cualitativo en la lucha anticapitalista de la CAM. Además de ingresar nuevas comunidades a la conflictividad -que muestra en parte la recepción positiva de esta nueva forma de hacer política-, antiguas comunidades ligadas al CTT comenzaron a desprenderse de esta organización y a imitar la actuación política de la CAM, como fue el caso emblemático de la comunidad Temucuicui en Ercilla y Malla-Malla en el Alto Bío-Bío. En conjunto con esto, se dio una radicalidad en la conflictividad con los agricultores, que la CAM los denominó “nuestros enemigos históricos”.14

Incendiando las casas de los agricultores en conjunto con casas de veranero de símbolos del poder político económico como Fernando Léniz en Panguipulli o Juan Agustín Figueroa en Traiguén15, se golpeó la historicidad de La Araucanía, retrocediendo a la etapa de La Frontera, reviviendo una cultura de la

14 CAM: “Planteamiento… 15 Fernando Léniz, uno de los primeros

funcionarios civiles en ser parte del Régimen Militar (1973-1990), fue Presidente de CORMA durante 1997 a 1999, para luego ser Consejero Nacional de la SNA en el 2000. Reconocido como uno de los “duros” frente a la reivindicación Mapuche, su casa de veranero fue incendiada a fines de febrero marcando un hito que justificó el endurecimiento empresarial. Más detalle. La Tercera: “Incendian casa de Fernando Léniz”. 01/3/2001. Mientras que Juan Agustín Figueroa, militante del PRSD. Fue Ministro de Agricultura del Gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994) y para la fecha que fue afectado con el incendio de su hacienda el 13 de diciembre de 2001, era miembro del Tribunal Constitucional. Mayor detalle El Mercurio: “Zaldívar, partidario de la ley antiterrorista”. 14/12/2001.

violencia gestada en la historia social regional producto de una cultura política brotada del proceso de construcción histórica de La Araucanía. Por esto, cuando el agricultor dio pie a su autodefensa, desempolvó la rabia que utilizó frente a la Reforma Agraria, en el tiempo que para ellos el “campo fue tierra de hastío”.16Por ende, la respuesta del agricultor no fue algo nuevo, era parte de su politización endógena propia de su historia regional. Sus padres lo habían utilizado bajo la Unidad Popular y sus abuelos ante el cuatrerismo que asoló esas tierras en tiempos de difícil asentamiento.

Mientras los agricultores se politizaron, los empresarios hablaron del socavamiento del Estado de Derecho por hechos de terrorismo, la SNA presionó desde su mundo gremial la represión al “terrorismo rural”, fortalecido cuando Ricardo Ariztía fue nombrado presidente de la Corporación de la Producción y el Comercio (CPC) a principios del 2001, la instancia más alta e importante del mundo empresarial. Así se desechó una salida social a la conflictividad, brotada en algo concreto: la pobreza del mundo Mapuche que terminó por convertirse en un proyecto político.

No obstante, la violencia política siguió preocupando al empresariado y así se lo hicieron sentir al mandatario en la XXII versión de Enade, en la que Eliodoro Matte, pidió un “golpe de timón” para superar el estado de “pesimismo”. Aunque el tema de fondo era la exigencia al Gobierno para superar la crisis económica

16 El Campesino: “Cuando el campo fue

tierra de hastío”. Junio, agosto y septiembre de 2001. p 20.

en boga,17ello no era más que la culminación de una molestia que ya había sentido Lagos cuando en el aniversario de la CMPC en marzo tuvo que prometer frente al mundo empresarial resolver el “tema más difícil y complejo de abordar” en referencia al conflicto Mapuche.. Así, Ricardo Lagos buscaba revertir justamente el título de Enade 2000: “confianza”.

Pero mientras el mundo empresarial buscó restablecer la confianza, en las sombras del fundo El Carmen en la comuna de Chol-Chol, desde diciembre la Coordinadora Arauco Malleco vino fraguando un trabajo político que gatillo durante el siguiente año un segundo ascenso y una profundización en la radicalidad contra el mundo empresarial y agrícola sobre todo en La Araucanía. Mientras que desde El Mercurio se observó como un “firme rechazo al diálogo”18no se tuvo la capacidad para comprender que se estaba ante un salto cualitativo al interior de la CAM, en que se dio una profundización ideológica pero también miliciana, mostrando la transición desde un comunero a un weichafe, que clarificó la emergencia de un nuevo tipo de militante político: el militante Mapuche.

Como se ha dicho con antelación, en el año 2001 se produjo un nuevo ascenso de la conflictividad producto de del ingreso de nuevas comunidades a la disputa política que ya venían dando algunas desde 1997.19Paralelamente a

17 El Mercurio: “Empresarios advierten

pérdida de confianza y “estancamiento”. 9/11/2000. p B1.

18 El Mercurio: “Indígenas radicalizados reanudan ocupaciones”. 16/12/2000. p C15.

19 Según nuestro registro, durante 2001 ingresaron a la movilización Mapuche la siguientes comunidades: Yeupeko en Vilcún; Agustín Chihuicura, Nalcahue, Conoco Chico, Ñienco y Llapeleo en Chol-Chol. Tranagol en Tirúay José

este hecho, las acciones de violencia política propiciadas por la CAM se trasladaron más notoriamente a La Araucanía, donde agricultores observaron cómo sus casas y cosechas se volvieron cenizas mientras que los cercos cayeron al suelo demarcando simbólicamente el fin de la propiedad en sus manos. Algunos empresarios sencillamente renunciaron y decidieron irse como fue el caso de Osvaldo Carvajal en la Hacienda Lleu-Lleu, otros como René Urban y Jorge Luchsinger se convirtieron desde ese año en los símbolos de este ascenso político. Mientras que en la CAM, a pesar del desprendimiento de las comunidades ubicadas en Collipulli y la salida de Víctor Ancalaf20, denotó un perfeccionamiento en su interior pero a la vez un declive como organización. En resumen, mientras los Weichafe se perfeccionaron en su forma de hacer política, el mundo empresarial denominó -con algo de asertividad- como “la Intifada Mapuche” al duro año que les tocó, decidiendo afrontar más seguro que

Loncolf, en Carahue. Todas vinculadas en un momento a la CAM. Pero también iniciaron con notoriedad Ignacio Queipul o Temucuicui, en Ercilla. Hilcaleo, Peñepil, Triftico, Malche, Rincón, Coipuco, Nahuelpí, Quintriqueo y Antinao en Cautin.

20 Una de las razones de la salida de Víctor Ancalaf, quedó suscrita a la negociación entre el Gobierno y las comunidades para la devolución de tierras, esto se tradujo para fines del 2001 en la expulsión de este miembro de la CAM. Pero más profundo aún, graficó los primeros desencuentros internos en la CAM, entre postulados, liderazgos y estrategia a seguir. Para mayor detalle ver el tomo II de la tesis La Nueva Guerra de Arauco. La Coordinadora Arauco Malleco en el Chile de la Concertación, 1997-2002. Universidad de Santiago, 2009. Y también Comunidades en Conflicto de Collipulli: “Planteamiento de nuestra organización frente al quiebre de la Coordinadora y el proceso de negociación de predios en conflicto desarrollado con el gobierno”. 25/01/2002. p 1. Debemos agradecer a Pedro Cayuqueo, director de Azkintuwe el envió de dicho documento.

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nunca la agudización de la protesta Mapuche .21

En efecto, mientras los Mapuche agudizaron su protesta en el incendio de casas patronales y de empresarios símbolos como lo fue Fernando Léniz, esto respondieron de igual forma, tanto en su autodefensa como presionando al Ejecutivo. Desde mitad del 2001 se comenzó a detener a miembros de la CAM, José Alejandro Bernales, como encargado de la IX Zona de Carabineros, en su estrategia por resolver tal vez uno de los conflictos sociales más importantes del fin de siglo, militarizó las comunidades en conflicto, colocando policías y permitiendo allanamientos constantes. Protegió a las empresas forestales y a los agricultores instalando campamentos de Fuerzas Especiales en su interior, al mismo tiempo que terminó por recabar la información de inteligencia suficiente para golpear a la CAM en lo que se llamó Operación Paciencia, que provocó el paso a la clandestinidad durante noviembre del 2002, todo enmarcado dentro de la protección del Estado de Derecho como lo llamaron.22

Pero fue el incendio a la casa de Juan Agustín Figueroa, ex Ministro de Agricultura, miembro del Tribunal Constitucional y militante del Partido Radical Social Demócrata (PRSD) el que giró la balanza final hacia una salida autoritaria contra está nueva forma de hacer política y su protesta contra el capitalismo en las tierras Mapuche. El hecho ocurrido el 13 de diciembre repercutió en el mundo político, desde ese momento el PDC que mantuvo una oposición crítica frente al desarrolló del

21 El Mercurio: “La Intifada Mapuche. Se

agravad el levantamiento indígena”. 04/2/2001. p C10.

22 The Clinic: “Los años secretos de José Bernales”. N°250, 2008. p 8

Ejecutivo en materia indígena, pasó a la oposición y en voz del presidente del Senado Andrés Zaldivar, dio la venia la aplicación de la Ley por Conductas Terroristas.23 El PRSD solidarizó de inmediato con su miembro, señalando su disconformidad también, mientras que la oposición pasó a la ofensiva en dicha materia, persiguiendo la aplicación de una mano dura contra los “terroristas”, “terroristas rurales” o “delincuentes terroristas” como se les calificó.

A inicios del año 2002 se profundizaron las detenciones a miembros de la CAM tanto en la región del Bío Bío como en La Araucanía, hasta que la muerte de Alex Lemún apuró el intento de desarticulación de la CAM y ésta pasó a la clandestinidad política. A su vez, Ricardo Lagos presionado por el mundo empresarial, la oposición política y en su misma alianza política removió a los símbolos de su proyecto de nuevo trato. Así durante los meses de enero a marzo, la Ministra de MIDEPLAN, Alejandra Krauss, fue removida de su cargo asumiendo hasta el final del Gobierno de Ricardo Lagos, Cecilia Pérez, independiente pero cercana al PDC. La siguió la Intendenta de la Novena Región, Berta Belmar, cuyo cupo fue llenado por Ramiro Pizarro.24 Finalmente, el Director de CONADI, Edgardo Lienlaf, cargo que fue asumido por el militante del Partido Radical Social Demócrata, Aroldo Cayún.

23 El Mercurio: “Zaldívar, partidario de la

ley antiterrorista”. 14/12/2001. 24 Una nota de prensa del Austral de

Temuco del 2003 planteó como “sorpresiva” la salida de este Intendente, pues se le reconoció el fuerte “respaldo que había logrado desde amplios sectores del mundo privado, la mitigación mediática del tema indígena”. Esto nos permite observar el objetivo de las modificaciones de Lagos en el tema indígena. Fue claro que puso término una estrategia y a la vez una etapa de esta misma, iniciándose el camino de una nueva, en que el acercamiento a los postulados empresariales fueron evidentes. 27/4/2003.

En otras palabras, el “ala progresista” de la Concertación fue removida del tema indígena, ejemplificando el giro hacia la derecha en esta materia del Gobierno de Lagos.

Para junio de ese año, José Huenchunao uno de los reconocidos líderes de la CAM aclaró la situación de la organización, “estamos en la clandestinidad y protegidos para seguir luchando por la liberación de nuestro pueblo”. Al mismo tiempo que se publicó un listado de 17 integrantes de la organización buscado por las policía.25 Con un contexto político que legitimó la represión hacia los integrantes de la CAM, se iniciaron agudos allanamientos siendo detenidos Loncos y miembros de esta organización en una oleada represiva no vista hasta ese momento contra el pueblo Mapuche luego de la contrarreforma agraria, se aplicó la Ley por Conductas Terroristas y El Mercurio lo celebró en su portada señalando “Desarticulada Coordinadora Mapuche”.26

La Coordinadora Arauco Malleco pasó a la clandestinidad en los años que vinieron, su trabajo político se vio mermado comenzando desprendimientos internos, tanto por rencillas internas como la dificultad propia de vivir en la ilegalidad. Aunque el juicio por Asociación Ilícita Terrorista no pudo perdurar, el hecho objetivo es que los empresarios, partidos políticos y gobiernos coincidieron en la necesidad de dar un golpe de timón como lo pidió Eliodoro Matte en Enade 2000. Así, el 21 de agosto de 2004, el Gobierno reconoció que habían preparado una “exitosa y sistemática labor de inteligencia policial denominada „Operación

25 El Mercurio: “Un red de protección

oculta 17 mapuches”. 30/6/2002. P C1. 26 El Mercurio: “Desarticulada

coordinadora Mapuche”. 5/12/2002. C1

Paciencia‟”.27Con lo cual dieron un vuelco al conflicto Mapuche, pudieron descender en un corto plazo la violencia política pero no pudieron resolver éste conflicto político.

5. Conclusión: Consolidando una

identidad política. La Coordinadora Arauco Malleco

que nació oficialmente a principios de 1999 es muy distinta a la que se consolidó durante el año 2001 y que se autoafirmó luego del intento de descabezamiento que sufrió desde el Estado con el nombre de Operación Paciencia. Aunque ha sido catalogada de terrorista, la actuación política de esta organización está muy lejos de lo planteado, no obstante, ha tenido que sufrir el encarcelamiento de dirigentes y militantes acusados de realizar acciones bajo dicha tipología.

Si la CAM emergió con tanta rapidez en los campos Mapuche se debe a una siembra ideológica que inició con mayor profundidad el Consejo de Todas las Tierras desde principios de la década del noventa, reforzada por la poca capacidad de respuesta que tuvo el Estado de Chile para solucionar el estado de pobreza del pueblo Mapuche, generando un vacío social que fue llenado por los postulados rebeldes del CTT y la CAM muy propio de una América Latina indianizada en la época.

Aunque el Gobierno de Lagos intentó dar una solución político-social a la conflictividad, intentando atraer a todos los sectores involucrados en post de dar un nuevo trato, la realidad al hacer política mostró las dificultades para concretizarlo. La falta de capacidad visionaria de parte de la elite económica y política o la descolonización de mentalidad suficiente

27 El Mercurio: “Gobierno avala condena

a mapuches”. 22/8/2004. P C14.

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9 http://mancomunalvalpo.wordpress.com

fueron un duro obstáculo, terminando por preferir una solución autoritaria y represiva al pueblo Mapuche, que aunque efectiva a corto plazo, a largo ha tenido como consecuencia la regeneración de una rabia social que explosiona cada cierto tiempo en La Araucanía.

La violencia política propiciada desde la CAM buscó descomponer y revertir la violencia de la desigualdad apoyada en principios ideológicos que profundizaron y legitimaron los actos de trasgresión, es decir, una “acción racional” como “un medio” para hacer prevalecer un punto de vista propio, en este caso, de un movimiento político “sobre los adversarios”.28Así, los militantes de la CAM generaron una acción simbólica, con objetivos y significado, pariendo una violencia fundadora para un nuevo orden.29

Lo antes expuesto se tradujo en un reacomodo de fuerzas políticas al interior de Chile en relación a la temática Mapuche. Los actores políticos han tenido que pronunciarse frente a los hechos de violencia política, tomar posiciones e intentar dar soluciones que aunque siguen en los aspectos asistencialistas, muestran la relevancia que adquirió tal vez una de las primeras protestas anticapitalistas del Chile neoliberal. Sin embargo, si no se discute el tema de fondo como los derechos políticos suscritos en la libre determinación, La nueva guerra de Arauco tiene aún episodios por ser construidos que hasta la fecha ha generado tres Mapuche muerto, presos políticos, militarización de las comunidades,

28 Braud, Phlippe: Violencias políticas.

Ediciones Alianza Editorial, 2004. P 144. 29 González Calleja, Eduardo: La

violencia en la política. Ediciones CSIC. P 24.

constantes allanamientos y amedrentamiento a dirigentes y militantes.

A pesar de esto, la nueva forma de hacer política que ingenió el CTT y que fue perfeccionada, profundizada y consolidada por la CAM dio un interesante suspiro al término subalterno del pueblo Mapuche. Desde 1997 comenzó a fraguarse un nuevo tipo de militante que maduró durante el 2001. Este militante se perfecciona en el deporte, alimentos saludables, estudio y trabajo. No fuma ni toma alcohol, el pelo corto es ley y hacer política es su deber. En sencillas palabras estamos hablando de la disciplina como eje de revertir la destrucción del pueblo Mapuche a causa del neoliberalismo en post de la Liberación Nacional.

La reconstrucción identitaria que inició el CTT desde 1990, fue madurado con el retorno del Weichafe de la CAM que impulsó un salto subjetivo desde el 2001 como se observó. El hecho más simbólico sean los mismo nombres de los niños que emergen en territorio indígena, ya no se denominan ni Juan, José, Víctor, Ramón, Luis o Héctor, sino Lefküruf, Mirallay, Neyén, Mañil, Nahuel, Licán etc. Es decir, se comenzó a revertir la asimilación que preocupó a la elite política Mapuche desde principios de la década cuando fueron ingresados a la fuerza luego de la Ocupación de La Araucanía.

El ascenso político de un sector Mapuche en post de terminar el estado subalterno de su pueblo, provocó una respuesta política dentro de una resolución autoritaria y represiva. Esto no fue algo nuevo, es propio de una región que fue construida en base a la conquista e intento de exterminio de sus viejos y ancestrales habitantes obligados a beber el mate del rencor a orillas del fogón de su rüka en las reducciones indígenas. Con

cambios y continuidades se fortaleció una cultura de la violencia en La Araucanía que cristalizó con la resistencia a la Reforma Agraria a fines del sesenta. Así, la actuación política de todos los actores sociales se entiende sólo al comprender la historia social de una región frustrada en su proyecto de ser el Granero de Chile y símbolo de la modernidad del capital de fines del siglo decimonónico.

El mundo empresarial y el Gobierno no comprendieron que el brote de la nueva guerra de Arauco era más amplio que una reivindicación económica o asistencial, era una cuestión ideológica apuntando a disputar el poder a la democracia de los acuerdos sellada a principios de los noventa. No obstante, aunque lo hubieran comprendido, para estos era impensable dar una solución desde la perspectiva de la autodeterminación. Para los empresarios la solución era la educación, la venta de tierras y la capacitación dentro de la lógica del capital, es decir, “civilizarlos”. Por ende, cuando la Coordinadora Arauco Malleco declaró su anticapitalismo y operativizó dicha política, los empresarios entendieron que se encontraban ante un pequeño enemigo que debía ser neutralizado antes que se ramificara por los campos indígenas. Desde ese aspecto, generaron todo un ambiente propicio para acorralar al Gobierno en post de reprimir a esta organización política como finalmente ocurrió.

Con todo, en la encuesta CEP del año 2006, la CAM se anotó un apoyo de confianza de un 18%, siendo reconocida por un 33% de los Mapuche encuestados y siendo abiertamente reivindicada por un

22%.30 Cifras importantes para una organización que sobrevive en el centro de la palestra, que maduró una nueva forma de hacer política y que ha sufrido los rigores del Estado para detener este asenso político, social y cultural.

En ese ámbito, los tres primeros años del Gobierno de Lagos son claves en la política Mapuche. Las promesas de su nuevo trato quedaron destruidas ante la profundización de la represión política que hizo pasar a la clandestinidad a la CAM, que de ese momento, tuvo que vivir literalmente entre la prisión y las sombras. Mientras la clandestinidad política dificultó aún más el trabajo político, las cárceles profundizaron divisiones internas, asustaron y foguearon en su rebeldía a otro número de miembros, provocando nuevos desprendimiento al interior de la organización. No obstante, también regeneró la mística del weichafe, que tuvo que aprehender desde ese momento a vivir entre chequeos, contrachequeos, leyendas, chapas y a moverse en la oscuridad de la noche en las comunidades Mapuche con el fin de seguir impulsando la autonomía política como lo ha mostrado la historia post Operación Paciencia.

Imágenes disponibles en:

1- http://www.puntofinal.cl/000811/41.j

pg

2- http://revista-amauta.org/wp-

content/uploads/2009/10/resistencia

-cam.jpg

3- http://www.rnw.nl/data/files/afp/espa

nol/photo_1274402464552-1-0.jpg

30 CEP: “Los mapuches rurales y

urbanos hoy. Datos de una encuesta”. Texto en www.cepchile.cl. Año 2006, p 13-15.

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10

NUEVAS RETÓRICAS PARA LA ACREDITACIÓN DE FORMAS DE GUBERNAMENTALIDAD Y LAS

INFANCIAS LOCALIZADAS EN LA PERIFERIA: POLITIZACIÓN Y DESPOLITIZACIÓN EN LOS

DISCURSOS PSI Y LOS DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL

COMUNITARIA

Georg Unger Vergara Master en Psicología Social -

Universidad Autónoma de Barcelona. Académico Universidad Central de

Chile I. EL ESTADO DE BIENESTAR Y

SU DERIVA

asado (1986) plantea que desde los años ochenta se ha desarrollado una

amplia y persistente campaña de „acondicionamiento mental‟ cuyo propósito fue y es el de desmantelar el Estado Protector. (p.11)

Si atendemos a su origen histórico y a la voluntad política de promoverlo, el Estado Providencia fue pensado como una alternativa a la pauperización o a la revolución. En Latinoamérica a este intento de cobijar a la sociedad contra las fuerzas del mercado se le puso un freno temprano y cuando pudo avanzar, la inversión social fue limitada y a medio hacer. (Casado, 1986)

Con el transcurso del tiempo, las estrategias de desarrollo fortalecieron el desmantelamiento de las bases del

Estado social y generaron nuevas formas de dependencia porque lo separaron definitivamente de la sociedad. Se clausuró la nación, el contrato social nacional, jurídico-económico, sustituyéndose - por presión externa o de las burguesías locales - por las leyes del mercado. (Rama G. & Faletto 1985)

Los proyectos neocoloniales de Reagan y Thatcher fueron administrados en nuestros países por las dictaduras militares y las derechas, y gracias a ellos, se practicaron fuertes ajustes fiscales, privatizaciones, nuevas formas de trabajo y se persiguió incansablemente el asociacionismo de base.

Esto no implicó solo unas prácticas performativas, vale decir, acciones e instituciones para cubrir desde el punto de vista discursivo y georeferencial las nuevas formas de gobierno del capitalcentrismo, sino la corrosión sistemática de uno de los mecanismos ideológicos y materiales de la sociedad capitalista, el de la seguridad.

Con mayor intensidad desde los ochenta hasta el presente, fuerzas destructivas han socavado instituciones, colectivos, bases económicas y psicológicas al tiempo que la acción pública

socioasistencial desagregada se ha ido centralizando, pues la red periférica, en la teoría y la práctica, se convirtió en un fin institucional en

concomitancia con las apuestas de los neoliberales de la Escuela de Chicago que atienden a las posibilidades que el Estado representa para los intereses asociados al desarrollo de la sociedad capitalista.

Para acondicionar a la población y promover una ciudadanía instrumental - batallando con el sociocentrismo - se ha privilegiado un lenguaje socioburocrático, más cercano a las orientaciones aspiracionales de ciertas clases medias. (Casado, 1986)

La estigmatización de la democracia de base ha tenido por objeto limitar la capacidad de las organizaciones intermedias para marcar la agenda pública, introducir la ideología meritocrática individualista y más cerca de la época actual, promover el imperio de formas de producción de „opinión pública‟ que son manipuladas por centros políticos, académicos y religiosos hegemónicos en concomitancia con medios de masas que forman parte de sus redes de influencia.

Como problema, por lo tanto, el bienestar social se articuló y se seguirá articulando con los objetos y medios de la democratización a través de la puesta en juego de diversos capitales sociales y simbólicos y no solo del problema de la inversión social.

II. LOS NUEVOS INTERESES EN

LA INTERVENCIÓN SOCIAL Todas las referencias

contradictorias al fatalismo del latinoamericano, su alienación, carácter social y otras similares, han ido dejando lugares a la construcción de formas de subjetivación y managment correlativos a las nuevas formas de intervencionismo del Estado Neoliberal.

Aquello que era secundario al pensamiento capitalcentrista se volvió materia prioritaria de análisis y recibió sus principales fundamentos académicos en el trabajo de los ordoliberales alemanes y los economistas de la Universidad de Chicago. (Lemke, 2001)

En este contexto, las derechas han comenzado a localizarse decididamente en el terreno de la intervención social.

Con el concepto de „emprendimiento‟ practicaron un borramiento de los dominios sociales,

culturales y políticos y al mismo tiempo construyeron unos códigos de la subjetividad y la existencia social, trasportando a ellos una racionalidad económica. (Lemke, 2001)

Se ha producido un vaciamiento cultural, político y crítico de los actores sociales para relocalizarlos en modos de gestión y “calculo” funcionales a un

nuevo totalitarismo y a sus formas subjetivación: la dictadura de la ´falta de alternativas‟ (Mangabeira, 2010)

III.GUBERNAMENTALIZACIÓN DEL ESTADO, CIENCIAS PSI, GESTIÓN DE LAS INFANCIAS RESIDUALES

En sus últimos cursos en el

College de France (1970 – 1984), Foucault analizó las formas de gobierno, objetivación y subjetivación que construye el capitalismo neoliberal en su proceso de

C

“La estigmatización de la democracia de base ha tenido

por objeto limitar la capacidad de las organizaciones

intermedias para marcar la agenda pública, introducir la

ideología meritocrática individualista y más cerca de la época actual, promover el

imperio de formas de producción de „opinión

pública‟ que son manipuladas por centros políticos”

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expansión (Rose, O‟Malley & Valverde, 2009; Lemke, 2001)

Introduce el concepto de gubernamentalidad para caracterizar las técnicas y procedimientos para dirigir la conducta humana, desde el Estado hasta el sí mimo.

Atiende al liberalismo no como una ideología sino como una racionalidad política, que a diferencia de la razón de Estado, parte de la asunción de que la conducta humana puede ser gobernada por otros intereses sociales, a través de una amplia variedad de autoridades, en distintos lugares y con distintos objetivos. (Rose, O‟Malley & Valverde, 2009)

Se aleja de una teoría del poder, la autoridad o la gobernanza para atender a los modos disciplinarios que van cubriendo el territorio denso de relaciones entre personas, personas y cosas y personas y acontecimientos.

Para ello, las „autoridades‟ deben localizarse ellas mismas en un „saber‟ que les permita regular temas particulares, como la salud comunitaria, el trabajo social o el de los niños infractores de la ley.

Asistimos de ahora en más a la gubernamentalización del Estado y a la dispersión del gobierno o el gobierno a distancia. El gobierno “en nombre de lo social” ha ido cediendo lugar a tecnologías que se sirven de nuevas disciplinas y “conocimientos”, acreditando variados sujetos y autoridades para la gestión de ellos en ciertos sistemas delimitados y sometidos al cálculo racional.

En Gran Bretaña, Rose, Miller y otros, han atendido, por ejemplo, a la función de desarrollo de las ciencias que parten con el prefijo psi para formar redes que más que solo disciplinar a las personas tienen como correlato político,

económico y cultural, el de obligarlas a ser libres en formas específicas a través de las „intervenciones‟, los manuales y los procedimientos instituidos en los servicios sociales.

En la misma línea Ewald y otros atienden a las tecnologías de riesgo como nuevas formas de gubernamentalidad. A través de lógicas probabilísticas y con indiferencia de las implicancias políticas y morales que esto conlleva, un amplio número de eventos se enlazan en distribuciones que sirven como medio para reducir daños.

Esta racionalidad se ha practicado intensivamente en el campo de la niñez y la juventud que sobrevive en los campos de exclusión social. “La intervención del Estado e los contextos de vulnerabilidad en los que se desarrollan algunas experiencias juveniles tiene en su centro una operación técnica de transformación del conocimiento médico, psicológico y social en un objeto de intervención; esto implica ofrecer a los sujetos lugares de reconocimiento, de subjetivación, asociados a la representación de sus prácticas como problemas subjetivos, riesgos sociales y necesidades de modificación conductual para la reinserción social” (Molina, 2010. p.135)

Los que son incluidos en esta racionalidad política y social, dejan de ser una comunidad social para transformarse en los sujetos impersonales de un régimen estadístico y de formas de gobierno estatal.

Noceti (2005) sostiene que el concepto de riesgo puede ser usado ideológicamente para desviar la mirada desde la exclusión social a ciertos sujetos sociales y explicar desde allí la deviación. También puede ser usado para fundamentar, como en la Argentina, según

es su parecer, la existencia de dos tipos de Política Social Estatal. Uno genera políticas de seguridad social y el otro, políticas de asistencia pública. Las segundas definen una población de segunda mano al tiempo que unos principios neoliberales organizadores de la sociedad (Noceti, 2005, en Donovan et als, 2008)

Adicionalmente, en ciertos contextos o momentos políticos, el concepto puede servir a la gestión social de un Estado Policial disperso, a partir de una formulación híbrida de lenguajes médico – protectores, ecológico participativos y policiales como documentan Deukmedjian y Gradock (2008) al atender a las formas de gobierno que interconectan agencias policiales con agencias de protección infantil en Reino Unido y Cánada y que suponen un nuevo ethos a la base de los ´servicios comunitarios´.

IV. NIÑECES Y JUVENTUDES:

¿PERIFERIA O GOBIERNO? En lo que atañe al gobierno de

las niñeces y de las juventudes en la periferia, tal como ha demostrado Wacquant (1999 / 2008) el tránsito de los programas articulados con la lógica del Estadio de Bienestar a los que ilustran la preeminencia de un Estado Policial se ha servido tanto de las tecnologías psi como de las del riesgo. Para ello, los neoliberales de la escuela de Chicago se ocuparon de construir una noción original del excluido como alguien que debe desarrollar una racionalidad económica en todas sus relaciones sociales y elecciones entendidas como inversiones y consecutivamente como riesgos de los cuales ellos deben responsabilizarse.

Si uno atiende a las nuevas formas de judicialización y medicalización de los problemas sociales, en general, „el futuro‟ ya no está rodando en el campo de la construcción social como utopía colectiva.

La disimulación de la clausura de la crítica de la violencia estructural y política como condiciones que afectan la existencia de las mayorías latinoamericanas, representa un proceso de sometimiento de lo que Foucault denomina los saberes locales; en muchos otros casos captura y resemantización funcional (como las retóricas comunitarias o psicosociales de gobierno).

Para un análisis de contexto resulta útil atender al trabajo de Arditi (2008) en la medida en que atiende a las contradicciones performativas de las prácticas discursivas de las izquierdas en su retorno al poder.

Ciertas izquierdas partidistas – un caso saliente es Chile – se alejaron de narrativas históricas y movimientos sociales, para alcanzar hegemonía en cuerpos legislativos y ejecutivos como gobernanza, defendidos por autores como O‟Donell o Garretón.

Quedaron en cuestión las alternativas no electoralistas, fuerzas de resistencia, oposición y cambio que interesan a estudios subalternos, como los practicados por Negri o Laclau. (Ardite, 2008)

V. SÍNTESIS La pregunta por las niñeces y las

juventudes es la pregunta por las capacidades de participación y no solo de integración que ofrece una colectividad.

La adjetivación „comunitaria‟, „psicosocial‟ o biopsicosocial‟ con que muchas disciplinas formales y no formales

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parecían dejar atrás su aventura política individualista y patologizante, ha servido como nueva retórica de programas y tecnologías de gobierno y subjetivación, localizando a personas y colectivos en espacios de gestión social.

Por ejemplo en Chile, según Paley, la „democracia participativa de los grupos de base‟ fue desautorizada para introducir sistemáticamente un discutible programa de “participación” al servicio de estrategias que continuaron con políticas de ajuste y privatizaciones y que presionaron, adicionalmente a organizaciones por fuera del poder del Estado a suministrar servicios sociales. (Paley, 2001)

En este contexto, los movimientos sociales no tuvieron arriba, lugares de resonancia para sus propuestas. Desde un punto de vista cultural, las nuevas izquierdas electoralistas construyeron una narrativa de la participación y el empoderamiento acoplada a acciones limitadas a tareas tales como limpiar los depósitos de basura de la vecindad o prevenir la drogodependencia y pusieron así en juego el valor de la representación política. (Paley, 2001)

De ahí el efecto aparentemente asombroso a los ojos del mundo, de la “(…) desmovilización de los movimientos sociales chilenos”. (Paley, 2001; p. 6)

Hoy „ir a la comunidad‟ es, en realidad, pertenecer a un dispositivo del gobierno que ha girado del socio al estadocentrismo. La democracia es el mito fundacional de este estado de cosas, mientras en el horizonte aparece lejana la democratización.

Según Rose (1996/2007), las

referencias a la comunidad no representarían un mero cambio de jerga profesional, porque aparecen en lugares que moldean las estrategias y los programas de intervención de las cuestiones que problematizan, en los territorios imaginados sobre los que actúan, con base a las experticias fragmentarias que acreditan. Esto supone un giro político, desde el momento en que el término comunidad deja de ser social, para volverse técnico.

Si atendemos al problema de las niñeces latinoamericanas no desde una perspectiva carencialista sino desde las construcciones críticas que comporta la identidad popular o étnica, tal como afirma Escobar (2000), el capitalcentrismo espacializa lugares, los reterritorializa a

través de unos trazos que quieren ocultar formas alternativas de pensar y modalidades locales de configurar el mundo, y en este sentido la construcción de problemas comunitarios por autoridades expertas

es primariamente una forma de colonialismo cultural.

Autogestión, empoderamiento, redes sociales, son significantes acoplados a prácticas muy diversas.

Pero, en general, a través de ellos, hoy son gobernados los habitantes de la „infraclase‟, fragmentándolos y administrándolos por una variedad creciente de especialistas y programas que suponen que fuera de los incluidos, miles de millones de personas “(…) se rehúsan o son incapaces de emprender sus vidas y administrar sus riesgos… o

bien sin adscripción comunitaria alguna o adscriptos a una comunidad de antimoralidad” (Rose, 1996 / 2007. p. 138

He pretendido ir por detrás del escenario donde este espectáculo está montándose para distraernos de nuestras funciones como cientistas sociales críticos.

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Imágenes disponibles en: 1- http://www.iesoa.pangea.org/IM

G/jpg/globalizacion1.jpg

2- http://1.bp.blogspot.com/_GLe_o

WFFIuw/SXJWvHv8fbI/AAAAAA

AAAaQ/7P1DAgUUu84/s320/ber

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Page 13: Revista Mirada Critica. Año 2, Numero 2, Noviembre 2011

Año 2- Número 2

13 http://mancomunalvalpo.wordpress.com

COMUNICACIÓN PARA LA

TRANSFORMACIÓN SOCIAL: LA EXPERIENCIA DE RADIO PLACERES

“Importante papel de los medios

de comunicación, que tienen una capacidad

creciente de fabricación de la realidad social”.

Fátima Cruz Souza El contexto en el que se

desenvuelve la comunicación

oy en día, los grandes monopolios de la infor

mación que concentran el avisaje privado y público, promueven la situación actual del país como un modelo de progreso exitoso, basado en la libertad que tiene el individuo para emprender, como en la disposición del empresariado para invertir incluso en áreas estratégicas de desarrollo de un país. Hoy en día los medios de comunicación tienen la capacidad de fabricar la realidad social

Pasados 21 años desde la recuperación de la “democracia”, las radios comunitarias continúan rigiéndose bajo la Ley General de Telecomunicaciones de 1982, fecha en la que fue redactada con la finalidad de obstaculizar y silenciar a las radios disidentes al gobierno de facto de Pinochet. La jurisprudencia de dicha ley, permite en la actualidad perseguir experiencias de comunicación comunitaria

y alternativa, aún cuando se contemple en el Artículos 19, número 12 de la Constitución Política de Chile, “la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio”.

Lo mencionado, es el contexto actual en el que se desenvuelven las múltiples experiencias de organización social que desde un espacio radial, buscan la consolidación de objetivos relacionados con:

- Pretender construir espacios propios y alternativos que rescaten las agendas particulares de los pueblos y los

trabajadores - Contrainf

ormar desnudando las falencias de la administración del Estado y la acción desregulada del empresariado.

- Motivar acciones educativas no formales que apunten a la toma de conciencia, y con ello, a la movilización de la población en aras de su propio beneficio.

Las radios comunitarias como Radio Placeres de Valparaíso, quienes adquieren un compromiso político en el contexto social en el que se desenvuelven, asumen desde su práctica cotidiana, un rol de construcción que resiste a la homogenización mercantilista desde las culturas locales diversas que se pueden encontrar en los territorios, cimentación que es colocada al servicio de las variadas organizaciones culturales, deportivas, sindicales, vecinales, que entre otras, dan legitimidad social a estos

medios de comunicación que propician desde su actuar, un tejido social que participa activamente en el ejercicio pleno de la defensa de los derechos de las personas y en la generación de poder popular.

La experiencia de Radio Placeres

en Valparaíso

“Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de

comunicación conspiran contra la democracia...al restringir la pluralidad y

diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los

ciudadanos” Declaración Interamericana de Principios sobre la Libertad de Expresión, octubre 2000

Actualmente la emisora es la más antigua transmitiendo en directo las 24 horas del día para todo Valparaíso y una gran parte de Viña del Mar a través de su dial 87.7 FM, y también hacia el resto del mundo por su señal on line en el www.radioplaceres.cl.

Al funcionar como un medio de comunicación de carácter ciudadano, sin los rigores de la dependencia económica publicitaria que se observan en las Radios Comerciales, la Placeres ha podido desarrollar un proyecto medial definido por la administración horizontal a través de Asamblea, la autogestión de sus recursos, y por una programación dónde la creatividad, la crítica y una mirada local e independiente han dado lugar al desarrollo de programas y discursos siempre originales y alejados de los estándares que tradicionalmente ofrece el sistema radial.

Al día de hoy, la Radio cuenta con una treintena de programas que abordan diversas temáticas desde la propia comunidad, construyendo así, realidad y debate en torno a las condiciones que construyen barrio, ciudad y país. Coexisten espacios ligados al sindicalismo, educación, sexualidad, salud alternativa, ecología, literatura, política, ciudad, fútbol, cultura, noticias, y variados estilos musicales, entre otros, iniciativas que entregan una parrilla programática que informa, difunda y problematiza situaciones que no son consideradas por los grandes consorcios y empresarios que manejan los medios comunicacionales a los que accede la mayoría de la población.

Se resiste al monopolio comunicacional colocando la difusión al servicio de quienes luchan, y este año, se cumplirán 22 desde que se comenzó a transmitir desde Cerro Los Placeres en la etapa final de la dictadura militar en 1989.

La Asamblea dirige la Radio En la actualidad, cada uno de los

espacios que se transmiten desde el 87.7 FM o la señal on line, tiene como deber el participar en la Asamblea de Radio Placeres, grupo humano que administra el medio de comunicación y que, para operativizar la actividad del mismo, se

divide en diversas comisiones de trabajo que consolidan una estructura de funcionamiento que nunca termina de

aceitarse y perfeccionarse. El funcionamiento a través de Asamblea a lo largo de los últimos años, se ha ido consolidando ante la antigua jerarquización que generaba

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dependencias ante las instancias superiores que existían.

Junto a ello, los espacios de reflexión y debate conjunto que terminan dando vida a la línea editorial de la radio, posibilitan un aumento en los grados de compromiso y responsabilidad de los participantes, incrementando de ese modo, niveles de participación que permiten una Radio comunitaria que se construye, mantiene y proyecta con el esfuerzo de muchas voluntades y acciones.

Ante el informe que en reuniones mensuales realiza cada una de las

comisiones de trabajo al resto del colectivo, de forma horizontal y dialogada se van tomando las decisiones que implican la directriz que tendrá la Radio y la línea editorial que la caracteriza ante los oyentes.

Además, la tarea radial realizada por medio de variados grupos de trabajo que se interrelacionan entre sí, ha ido dando cuenta de una multiplicación de liderazgos que en ocasiones, van rotando de comisiones para ir también estimulando un conocimiento generalizado del funcionamiento del medio de comunicación que se mantiene desde hace casi 2 años, transmitiendo desde la clandestinidadi.

Radio Placeres y su Asamblea dan cuenta de un Capital Social en el que la pertenencia a este grupo humano, está unida por lazos permanentes y útiles, vínculos que en una organización social,

son preponderantes para la sostenibilidad de los objetivos que se cumplen desde la misión radial. La autogestión y la completa independencia

Actualmente Radio Placeres por

medio de su Asamblea, ha definido el camino de la autogestión como la estrategia para generar los recursos necesarios que permitan la mantención del medio de comunicación. Dicho camino, permite desde una construcción social una herramienta de transformación efectiva que muestra una práctica opuesta a las que son planteadas bajo los dogmas y paradigmas del sistema capitalista en su fase neoliberal.

Si bien dentro de sus 21 años de historia la radio ha accedido a fondos concursables del gobierno central, hace un lustro se estableció el camino de independencia ante entes ajenos al quehacer diario del colectivo. Existe hoy en día una gestión colectivizada en la que no hay cabida para relaciones autoritarias, generando ello, un poder popular que releva la cultura solidaria de la ayuda mutua de un medio de comunicación

alternativo que cuenta con una propiedad colectiva de la que todos y todas son parte. Fiesta “Resistiré”, realizada luego del paso a la clandestinidad de la radio

La RP poco a poco ha ido afianzando una forma de financiamiento que le posibilita el contacto con auditores(as) a la vez que se utilizan espacios como Sindicatos o Teatros: Fiestas.

Dichos eventos, junto con los fines mencionados en el párrafo anterior, permite por medio de un trabajo en equipo del colectivo radial, obtener los dineros necesarios que se requieren para el día a día a la vez que permite ser un importante escenario para que artistas locales, nacionales e internacionales, se han parte de jornadas de encuentro y reafirmación de un proyecto radial que desde la izquierda del dial, intenta también poner en práctica el discurso que sale por medio de sus antenas. Transmitiendo desde el 5to Festival Víctor Jara de Placilla Rol comunitario de la Radio, la legitimidad social

“ El que no sabe es un imbécil y el

que sabe y calla es un criminal” Bertolt Brecht

El conocimiento y la información

son importantes instrumentos que incentivan una importante dominación y manipulación social por parte de los grandes grupos económicos. La legislación sobre medios de comunicación radiofónicos, facilita dicha supremacía y restringe el espacio en el dial a las Radios Comunitarias para que éstas se sitúen desde el 105.9 al 107.9 de la frecuencia modulada, es decir, un 5% del espacio radioeléctrico, situación bastante alejada de los 3/3 que se tienen en Uruguay y que hace poco, se votó en Argentina (1/3 Radios Comerciales, 1/3 Públicas y 1/3 Comunitarias). Además, no se contemplan disposiciones para avisaje publicitario, se

condiciona su existencia al visado del Ministerio Secretaria General de Gobierno, y no existe claridad jurídica para participar de las concesiones.

El escenario propuesto por las autoridades, implica que RP decide orientar sus esfuerzos y potenciar su legitimidad social por sobre la legalidad institucional, esto es, afianzarse como un medio de expresión con una fuerte identidad local que es capaz de “Estimular procesos de acercamiento y vinculación social entre las personas… representando una oportunidad para recuperar protagonismos perdidos, de apropiación de los principios de la democracia que conjugue el ser sujeto y ser actor”31

RP apuesta a ser parte de una transformación cualitativa de la realidad y las relaciones que desde diversos niveles, aportan a la eternización de situaciones de marginalidad y exclusión social. Para ello, asume ante la comunidad, -especialmente la porteña-variados roles que permitirían efectivamente junto a muchos otros esfuerzos, el cambio de sociedad planteado en discursos, cuñas radiales, programación, y todo cuanto se relacione con la radio que inició sus transmisiones con equipos que el MIR utilizaba para interferir señales televisivas en los momentos finales de la dictadura cívico –militar de Pinochet.

31 “Trabajo comunitario y construcción de

ciudadanía: realidades, sueños y posibilidades”, Oskar González y Antonio Favreau (textos finales), 2002, Ediciones Caleta Sur, Santiago, Chile, pág 36

“La Placeres hoy está conformada por

un de grupo que continúa con la

labor comunicativa y que se fortalece

ante contextos negativos para el

respeto de los derechos básicos de

cada una de las personas.”

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Puente de comunicación de diversos actores sociales.

Control y seguimiento de las políticas públicas evaluando los efectos que tienen las mismas en la población

Propiciar instancias de formación no formales alentando el proceso reflexivo motivador de conciencia y movilizador de acciones.

Difundir acciones e ideas que construyen desde espacios comunitarios poder popular.

Problematizar el entramado político, social, económico, histórico, ambiental y cultural, que origina y mantiene los niveles de desigualdades que en el día de hoy presenta el país.

La Placeres hoy está conformada

por un de grupo que continúa con la labor comunicativa y que se fortalece ante contextos negativos para el respeto de los derechos básicos de cada una de las personas.

RP cumple en pocos meses más 22 años transmitiendo desde la izquierda del dial para el puerto de Valparaíso y alrededores, se diversifican los formatos que nos permiten estar junto a la comunidad en sus propios espacios de encuentro, y se sigue sin vacilar las firmas que son comunes en las promociones placerinas, es decir, “Contra el Monopolio Comunicacional”, “Al servicio de los que luchan”, y “El sonido de otro Valparaíso”.

“En la actualidad los derechos de las personas aparecen fundamentados y

respaldados por medio de garantías constitucionales e institucionales, lo que

tiene una expresión clara en la Declaración Universal de los Derechos

Humanos. El problema no está por tanto en fundamentar los derechos de las

personas, como lo fue hace dos siglos, sino en garantizarlos para que se

traduzcan efectivamente en prácticas ciudadanas”

Participación Social y Ciudadanía. Claudia Serrano

Bibliografía consultada - Christopher Holloway,

Marilyn Lizama y Romina Reyes, (2010), Artículo “Al margen del dial” de los estudiantes de Periodismo

- Oskar González y Antonio Favreau compiladores,( 2002), “Trabajo comunitario y construcción de ciudadanía: realidades, sueños y posibilidades”, Ediciones Caleta Sur, Santiago, Chile

- Fátima Cruz Souza, (2000), “Psicología Comunitaria”, Editorial Lumen, Buenos Aires, Argenmtina

- Mercedes Caracciolo & María del Pilar Foti, (2003), “Economía Solidaria y Capital Social, contribuciones al desarrollo local”, Editorial Paidós, Buenos Aires, Argentina

EL ORIGEN HISTÓRICO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO*

Gabriel Salazar

ay muchos que se niegan a reconocer que el marxismo clásico tradicional ortodoxo

(variante stalinista, variante althuseriana, leninista) colapsó. Duele, pero una cosa es Marx y la dialéctica con la que él operó y otra cosa es el marxismo como fenómeno sociológico posterior; una cosa es Marx con su método y su lucidez dialéctica, otra cosa es el fenómeno masificado del “marxismo”, vulgarizado, convertido en dogmas; la dogmatización del marxismo implicó el ponernos anteojeras para no leer la realidad tal como es. Duele decirlo, pero es cierto, la dogmatización cristiana ha producido el mismo problema: la dogmatización del cristianismo. La sistematización teórica de un pensamiento crítico vivo, implica rigidización, objetivación, petrificación y eso es la muerte del pensamiento crítico. Duele decirlo, pero el marxismo se petrificó, ¿murió todo?, no. Por algo han habido brotes, lo que se ha llamado post marxismo, neo marxismo, tiene diversos nombres, tienen todos la reflexión dialéctica sociológica, de la llamada escuela de Frankfurt, con Habermas a la cabeza, que piensan la historia dialécticamente, pero no tanto ya en función de la Industria, del capital industrial, sino en base a las relaciones sociales directas entre los trabajadores y otros que no son trabajadores, porque tienen igual peso los que trabajan y los que no trabajan, el obrero con contrato y sindicato y la dueña de casa que está en

la casa, el profesional y la prostituta, el gran capitalista como el vendedor ambulante. Entonces la escuela sociológica de Frankfurt, ve el movimiento social articulado no en función de si es obrero industrial o no, sino en función de las relaciones sociales que pueden manifestarse también revolucionariamente. Por eso es muy interesante leer la producción de los intelectuales de esa escuela. En Inglaterra, qué ocurrió? los historiadores franceses con Althusser, que se fueron por un estructuralismo marxista rígido, empezaron a jugar a las definiciones unívocas, definiciones rígidas, incambiables, que llegó en Chile a una Martha Harnnecker, discípula de estos franceses a escribir su famoso catecismo marxista, un verdadero catecismo. En Inglaterra reaccionaron contra eso y se agarraron ya no de la sociología y de la filosofía como en Frankfurt, sino a la historia, pero ya no la historia del capital o de la industria o del movimiento obrero de los sindicatos, del partido, sino la historia social de todos los sujetos de carne y hueso que existen realmente en la clase popular y en otras clases también, del sujeto vivo, real, no del concepto rígido de clase. Por eso la historia social inglesa entra de nuevo, recupera el marxismo por otro lado y se han enfrentado En un debate enorme con los filósofos franceses post marxista que se fueron por un estructuralismo; pasaron del estructuralismo grande a lo chico, a lo milimétrico y se metieron en el lenguaje y ahí están viendo la estructura dentro del lenguaje y se metieron en la post modernidad y se volvieron locos, por esa vía.

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Los ingleses con mucho más sentido pragmático, recuperan el pensamiento dialéctico volviendo a lo social, a las personas vivas. Y en el tercer mundo, América latina en especial, África, justamente a partir de los años 70 y 80, cuando se instala el neoliberalismo en el mundo, ¿qué ocurrió?, ocurrió entonces que los estados se volvieron contra, digámoslo así, los sujetos de carne y hueso, contra los pobladores, tal como en Chile, porque el modelo neoliberal se instaló en Chile en una forma extremista, con terrorismo de Estado, pero en todas partes del mundo lo hizo autoritariamente, con menos sanguinolencia que en Chile, pero igual autoritariamente y el resultado fue que aplastaron en todas partes a los sectores populares y al hacer eso se cortaron los lazos de los partidos revolucionarios, de la ideología revolucionaria, del populismo, etc. y quedó la gente sola, sin partido, sin ideología y después de 1989, sin la Unión Soviética, sin Juan XXIII (el papa bueno) y quedaron solos. Por eso, en el tercer mundo, en América Latina y muchísimo en Chile, la gente que quedó sola, sin sindicato, sin la UP, sin Allende, sin izquierda, sin nada, se buscaron los unos a los otros o los unos a las otras o las otras a las otras, y juntos, re-asociados, reconstruimos el tejido social, retejidos de otra manera. No hacia arriba, hacia el partido, hacia el Estado o hacia la ideología pura, sino en horizontal, de tú a tú. ¿Qué apareció ahí entonces? Bueno, mis recuerdos, “me pasó esto”, “me torturaron así”, “me mataron a mi madre, a mi padre, a mi hermano, a mi amigo”, “estoy sin pega”, “me las he

arreglado así”, “¿y tu memoria?”,”¿ Qué te ha pasado a ti?”,” Cuéntame tú lo tuyo”, y vamos contándonos y vamos vaciando las memorias respectivas en un recipiente común, en una memoria colectiva, eso es lo que pasó, desde más o menos el 75 hasta el 80, en todas partes en Chile, cuando la Vicaría de la Solidaridad con Sergio Valech a la cabeza a amparar grupos que se reunían para encontrarse a sí mismos, en la época de las peñas, cuando nos reuníamos en piezas

chiquititas para cantar con una guitarrita nuestra angustia, en la época que en todas las facultades

universitaria, universidad de Chile, los cabros empezaron a juntarse en grupitos chicos, en talleres para pintar, para

declamar poesías, de teatro, talleres de escultura, talleres de baile, talleres de todo, un renacimiento de identidades grupales y culturales y se fueron hallando a sí mismos y descubren esta gran palabra la identidad, que en las otras democracias no hablábamos de identidad, hablábamos de militancia (¿ tú militas o no militas?, mira te muestro el carnet) con la identidad no tengo que mostrar ningún carnet, muestro el yo, tal como soy y el otro se muestra igual. Producto de esto que en América latina, en Chile y en África, los pueblos como que se miran a sí mismos se reencuentran consigo mismos se vacían el uno frente al otro y aparece una memoria colectiva y en ésta una identidad propia. Como se expresa, cuando uno descubre ahí, a un amigo, a un igual a mí y descubro que no estoy solo sino que somos muchos; es un fenómeno natural. Todos los que hemos trabajado en esto, en terreno lo sabemos, ¿qué pasa

cuando ocurre eso? Nos alegramos, nos reímos como locos, bailamos, fiesta, expresión. La identidad colectiva se expresa, es como (perdonen la comparación) el día pentecostés para los cristianos. Se descubren con una identidad, con una verdad, SU verdad; se reúnen, la celebran y de la alegría, brota la sinergia necesaria para salir afuera a predicar esa verdad. Bueno, esa sinergia que surge al interior cuando las identidades se encuentran en una memoria colectiva en un colectivo, es el origen histórico del pensamiento crítico, es la raíz humana, la raíz viva, la vida que decía Gabriela Mistral la vida, por eso es que los estudiantes universitarios cuando descubrieron, se descubrieron a sí mismos en su identidad rebelde frente a Pinochet, la expresaron hacia afuera como fiesta y se asociaron y formaron la agrupación cultural universitaria (1977) pleno terrorismo de Estado, la famosa y gloriosa … y decidieron celebrarla con una fiesta y la hicieron en el teatro Caupolicán en el año 78 y lo llenaron. Primera manifestación masiva contra Pinochet. Pero era una masa alegre que no respondía ni aun partido ni a una ideología, respondía a su propia identidad que estaba redescubierta y se atrevieron a desafiar a Pinochet, no cara a cara diciéndole que era un dictador sino se lo dijeron indirectamente cantando, usando metáfora, la paloma y la paz somos nosotros, el halcón eres tú, y claro cantaban canciones con metáforas (los pacos no entendían nada por supuesto, de eso se trataba, que no entendieran). Es el arte, el arte expresa, el arte genera sinergia, la sinergia va creando distintas formas, por eso apareció el teatro

callejero. En esos años, el cantautor que canta solito con guitarra tipo Silvio Rodríguez, primero en los años 70, comienzos del 80 aparece la represión colectiva, todos tenemos que hablar, papelógrafos, educación popular, saquemos conclusiones, todos estamos de acuerdo, todos nos sentimos contentos. Por eso, este período de introversión que se hizo en las peñas, que se hizo en los pasajes de las poblaciones, se hizo en las capillas, se hizo en ese “resort” que tiene el arzobispado de Santiago ahí en Punta de Tralca, donde

nos juntábamos todos a pensar en las piezas, de repente nos juntábamos a gritar todos juntos, después hacíamos una fogata e íbamos descubriendo que éramos muchos. Arte, cultura, expresividad, por ahí se agarró la confianza, por ahí se perdió el miedo al terrorismo de Estado, sino

cómo explicamos que aparezcan las protestas nacionales el año 83 y que hayan sido 22 jornadas nacionales de protesta contra Pinochet, pese a que Pinochet siguió matando y la cantidad de muertos subía y perdimos el miedo y seguimos con las jornadas de protesta, a tal punto que el FPMR pensó: “bueno, es tiempo de matar a Pinochet” y lo intentaron, y si no es por la virgen, Pinochet estaría muerto, porque el juró que la virgen lo había protegido (porque la bazooka tiró el cohetazo y no explotó el cohete Por eso toda la etapa del 75 al 80 fue una etapa de introversión, nos escondimos nosotros mismos, nos mostramos solo al otro o a la otra que estaba al lado de uno, nos asociamos, nos descubrimos, agarramos fuerzas, sinergia, cultura, identidad y el 83 salimos a la calle

“Estoy tratando de describir cómo el

pensamiento crítico se origina a veces en los

lugares más impensados, cuando uno cree que no hay

nada, hay y cómo empieza a flotar de abajo hacia arriba,

desde el subterráneo”

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y estando en la calle, repito: 22 jornadas de protesta entre el 83 al 87. Los prisioneros sintieron eso y ya no cantaron con una guitarrita, con una voz y un lenguaje indirecto, cantaron directamente a la fuerza de los 80.

Estoy tratando de describir cómo el pensamiento crítico se origina a veces en los lugares más impensados, cuando uno cree que no hay nada, hay y cómo empieza a flotar de abajo hacia arriba, desde el subterráneo. Por eso hay que seguir leyendo a Marx pero inteligentemente, no como papagayo y por ahí Marx dijo una vez en un libro el pueblo de repente se comporta como un topo, el topo de la historia va por debajo, calladito, no mete bulla, no está en el espacio público, no está enfrentando al Estado, pero se construye a sí mismo y orada y va destruyendo el piso; eso también es revolución. Pero hay en otros textos de Marx, el joven Marx (no el viejo, pues éste se dedicó al Capital y punto) hablo del sujeto, y él dijo la revolución estrictamente hablando tiene su pleno sentido cuando comienza en mí mismo, cuando yo como sujeto alienado empiezo yo mismo a des-alienarme, cuando potencio mi conciencia para darme cuenta que estoy alienado y potencio mi conciencia para buscar caminos de des-alienación. Generalmente eso lo logro no solo, pero si conversando para el lado, por eso busco al otro, o busco a la otra. La revolución comienza conmigo mismo, comienza de a dos, comienza de a tres, comienza subterráneamente; es un topo. Por eso

esta revolución, este topo revolucionario partió el año 77 y vino reptando, el 80 apareció con jornadas de protesta, se manifestó públicamente de muchas maneras: los Prisioneros, Sol y Lluvia, fueron manifestaciones de ese tipo, el FPMR obedece a eso, el Frente Juvenil Lautaro obedece a eso, la renovación del MIR también.

La cuestión es preguntarse en qué estamos hoy día, no está Pinochet, es una pena, porque Pinochet definía el objetivo,

era él el demonio,

encarnó el capitalismo, el

terrorismo, encarnó todo, entonces era

fácil manifestarse

contestataria en resistencia revolucionariamente. Pero ahora que no está él (el tata como le dice la gente del barrio alto), ahora que la Unión Soviética no está, ahora que no hay guerra fría, ahora que el marxismo experimentó esta especia de fragmentación histórica, ahora que Fidel está viejo y el Che es un poco más que un símbolo, ahora que los Prisionero hacen cualquier cosa menos cantar con la fuerza de los 80, ¿qué hacer? ¿cómo construir el pensamiento crítico? Creo que ahí está el gran tema de hoy, porque la palabra clave está hoy día necesitamos hoy día pensamiento crítico como teoría sistemática y un paquete de conceptos unívocamente definidos memorizables como consigna, slogans tal como los años 60. ¿Necesitamos teoría otra vez? ¿ la gente quiere teoría otra vez? ¿los cabros de la población quieren teoría otra vez? ¿quieren doctrina, dogma? ¿adorar a

ciertos intelectuales? ¿o quieren otra cosa?

Si uno observa la clave para ver dónde está el pensamiento crítico, la clave en Chile la dan los actores históricos, como las mujeres de “pobla” (con todo el perdón de la mujeres que no son de pobla) pero fundamental, porque ellas pelearon en los 80 y en los 90 y después se fueron para la casa, porque les quitaron las ollas comunes, los “comprando juntos”, etc., entonces hay que estudiar (utilizando ahora un lenguaje más sofisticado) ¿qué pasó con el capital social que ellas construyeron en los 80? ¿se perdió? Gran pregunta de pensamiento crítico. El capital social que surge a lo largo de una lucha, ¿se pierde cuando se acaba la lucha? El capital social que los pobladores construyeron tomándose sitios, construyendo campamentos, que partió el 57 por La Victoria y se cerró en la última toma importante emblemática: Peñalolén I Esperanza Andina, se acabó el sitio de las tomas, no hay tomas hoy día. Ese capital social que durante treinta y tantos años los pobladores acumularon, desafiando la ley, desafiando la propiedad, tomándose un sitio, defendiendo el sitio, organizando el sitio, organizando las manzanas, construyendo las veredas, construyendo la red de agua potable, etc. todo ese autogobierno, desafío a los “pacos” ¿se perdió o no? Es un gran tema, por eso es importante estudiar la memoria histórica, la memoria social, no la memoria oficial.

Las investigaciones que hemos hecho en ese plano es claro: las mujeres de los 80 han perdido su protagonismo en la calle, pero no su memoria y ellas mismas lo han demostrado. En cualquier coyuntura reconstituyen su red, reconstituyen todo, sacan la palabra otra vez y reaparece la

misma fuerza que tuvieron en los 80.

El otro actor son los jóvenes de hoy, llamo la atención sobre los jóvenes populares de hoy. Es

importante saber qué

están haciendo; yo diría dos cosas para resumir. En primer lugar, están generando cultura, toda su situación identitaria, todos sus recuerdos para atrás, están generando cultura, ¿qué cultura? Toda la expresión imaginable. Pongo un ejemplo, que me es muy cercano, pues yo estoy colaborando; hay un grupo como de 10 ó 12 grupos de hip-hop, de raperos que decidieron hacer una obra maestra, una obra magna tipo La Araucana, [me dijeron] vamos rapear toda la historia de Chile, empezando por los mapuches, las mujeres mapuches, los campesinos, los inquilinos, las chinganeras, los conventilleros, los callamperos, los pobladores de hoy, todos los explotados, vamos a cantar la historia de Chile desde ellos. ¿Y para qué? Para crear conciencia crítica, y la vamos a rapear y la vamos a bailar y vamos a hacer una película y vamos a escribir un libro. Y con qué objetivo (les pregunté yo), porque me pidieron colaboración, ¿con qué fin? Es que debemos politizarnos [dijeron], pero

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no politizarnos a la antigua, sino politizarnos a partir de nuestra memoria, nuestra identidad, nuestra cultura y en nuestra forma social. ¿es un proceso lento?, sí lento, pero seguro.

Eso están haciendo, están generando cultura. Si ustedes observan la letra que ellos cantan, la lírica que llaman ellos, si la leen, vemos que es otro discurso, no es el discurso nuestro ideologizado de los 60, es un discurso enteramente nuevo, igual de combativo, igual de crítico, igual de propositivo, porque, ¿qué proponen ellos? Autogestión, no peticionismo como la vieja clase obrera de los 50 y de los 60, no peticionismo, no demanda, no queja, no protesta, no mendicidad; autogestión, es un buen mensaje, un muy buen mensaje.

Por otro lado, están invadiendo las universidades. Cuando yo estudié en la universidad, componíamos -los estudiantes universitarios - el 0,5% de todos los que entrábamos al sistema educativo, porque de los que entrábamos solo salíamos el 0,5%, eran una élite de las élites – yo estudié a fines de los 50 y los 60 –. Hoy día, los sectores populares copamos o copan el 32 % ó 33%, un tercio, y hay ciertas carreras, que están invadidas de gente de sectores populares: historia, trabajo social, en gran parte sociología, psicología – está bastante invadida- para qué decir pedagogía, y ¿qué están haciendo? Yo los veo, dirijo las tesis, les hago clases. Todas las tesis, es decir, toda la culminación de su desarrollo intelectual, no es para potenciarse ellos mismos, como nosotros mismos hicimos en los años 60, porque estudiábamos para cambiarnos de población, pues estábamos aburridos con

la población que teníamos, queríamos cambiarnos a un barrio de clase media, y lo hicimos, porque en ese tiempo el profesorado podía hacerlo. Pero ellos aunque pudieran, no les interesa. La gran mayoría de estos estudiantes – que conozco muy bien – tienden a hacer su tesis en función de los problemas de su población y quieren volver a la población y quieren potenciar la población y quieren desarrollar todo – más menos en la línea que estaba diciendo de los hip-hoperos- . Hay un potencial ahí, cultural que se desarrolla en cuyo seno aparece un pensamiento crítico nuevo. Por otro lado los pobladores, los hip-hoperos, toda esta variedad de gente, incluso las redes delictuales, las redes de tráfico, también son culturales, también son creativas. Fíjense en cómo ha cambiado la delincuencia en Chile, cómo antes el puro “lanza choro” agarraba vuelo y salía arrancando. Eran la obra maestra de la delincuencia en ese tiempo. Pero ahora no, hay también un desarrollo ahí; empecemos a juntar cosas, los pobres manejan el tráfico, el micro-tráfico y de qué manera, basta ver los que pasa con los CDs. [Por ejemplo] la película

Millenium, en EE.UU. recién se va a estrenar la segunda, aquí en Chile las 3 películas Millenium están circulando, por lo menos hace un año, ¿cómo lo hacen? No sé, pero manejan el tráfico, el micro-tráfico; ¿eso es o no es poder? Basta ver con que hay un acontecimiento, como que van a echar a

Bielsa y te invaden el mercado, de la noche a la mañana produciendo camisetas con Bielsa o banderas con Bielsa. Esa es capacidad productiva, de

reacción rápida. ¿Cuánta capacidad productiva instalada hay en los sectores populares? Inimaginables; eso es poder. ¿Cuánta capacidad de creación cultural hay en los jóvenes de hoy, en las mujeres de los años 80?

La cultura chilena es cultura popular. La clase alta jamás ha producido cultura; copia, importa, no genera cultura. La cultura es privativa del pueblo. Entonces tenemos: poder en micro-tráfico, poderes productivos, poderes culturales, el poder político no tiene por qué ser solamente poder político. El poder tiene muchas variantes y muchas dimensiones. Tiene que ser poder mercantil, poder económico, poder social, poder cultural, antes de ser poder político. Por eso creo que el pensamiento crítico no hay que buscarlo tanto en la teoría pura, ni en las universidades; hay que buscarlo en la cultura popular de hoy, y la cultura popular de hoy es más que nada juvenil y se sigue potenciando y no hay apuro. El poder cultural, el poder socio-cultural o el poder de la cultura popular es un arma política pero de largo alcance, y es un arma que no puede ser fusilada. Entonces, el pensamiento crítico hoy día está por todas partes, pero está como disfrazado, está como oculto, está como un topo, está como detrás de una cancioncita inocente, está de un robo inocente o no tan inocente. Yo creo que, para poder potenciar eso es indispensable mirar esa realidad porque esa es la vida – lo que decía Gabriela Mistral – esa es la vida y hay que potenciar eso, hay que unir la ciencia con eso, la escuela con eso, sacar la escuela a eso y no como hace Lavín,

reducir la entrada de la vida al aula, recortando horas de la historia que describe la vida – porque lo que va a hacer es que el aula y la escuela estén definidas por la ciencia occidental que viene de la OCDE, de Singapur, de Taiwan que son nuestros modelos, o por lo menos los modelos de Lavín - y mientras el aula quede definida por eso verticalmente, la vida, que es la que están potenciando los jóvenes de población, va por otro lado y va a haber un conflicto, y ¿por qué hay ese conflicto? (Que los chiquillos fracasen en el SIMCE) porque entre el aula en que le hablan una cuestión nada que ver y la calle, obvio, se queda en la calle, porque en la calle está la identidad, en el aula no sabemos lo que

hay, salvo las evaluaciones. Y ¿de dónde se sacan las evaluaciones? De Singapur (lo dijo Lavín) y lo mismo los profesores, el rol de los profesores al momento no tiene ningún rol, porque no hay políticas educacionales, porque no hay políticas de desarrollo país, no hay políticas de país, cómo la educación va a tomar un camino definido. Todos los profesores estamos para hacer cualquier cosa, para que los “cabros” saquen puntaje de cualquier cosa y

compitan entre sí. La única posibilidad que tiene el profesorado, creo yo, es que se formen en las universidades para educar, desde la vida y para la vida, desde la realidad para la realidad chilensis, y en la medida que eso ocurra vamos a estar potenciando el pensamiento crítico, porque hoy día el pensamiento crítico no es propiedad de los intelectuales, ni de la universidad, ni siquiera de un libro, es propiedad de la cultura viva, y la cultura

“La cultura chilena es cultura popular. La clase alta jamás

ha producido cultura; copia,

importa, no genera cultura. La cultura

es privativa del pueblo”

“Yo creo que por ahí el pensamiento crítico

tiene todavía, no solo posibilidades de

sobrevivencia, sino que de un desarrollo hegemónico, que

mientras más Chile se identifique con la

globalización, más va a dejar el campo libre

para que esta cultura popular se apodere de lo local y ahí está la

clave: lo local, la comunidad local”

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viva sabemos, en el largo plazo, suele ganar las grandes batallas, porque el pueblo ha sido derrotado político-militarmente, pero nunca culturalmente, y esa estrategia falta por desarrollar. Yo creo que por ahí el pensamiento crítico tiene todavía, no solo posibilidades de sobrevivencia, sino que de un desarrollo hegemónico, que mientras más Chile se identifique con la globalización, más va a dejar el campo libre para que esta cultura popular se apodere de lo local y ahí está la clave: lo local, la comunidad local. Por tanto, podemos cerrar lo que decíamos al comienzo, con doña Gabriela Mistral, la comunidad, lo real, la comunidad educa, la comunidad se auto-educa, la comunidad es vida y se educa para la vida, todo lo demás es supuesto. * Conferencia dictada en el marco del Segundo Encuentro de Pensamiento Crítico, realizado en Valparaíso en noviembre de 2009 Imágenes disponibles en:

1- http://www.diagonalperiodico.net/IMG/j

pg/28diagonal70-

web_Pagina_1_Imagen_0003.jpg

2- http://3.bp.blogspot.com/_McqaNs2wE

kk/StYa2YgxYkI/AAAAAAAAAAk/ONh

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3- http://3.bp.blogspot.com/_McqaNs2wE

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CARENCIAS, MOVILIZACIÓN Y CONSENSO. ENTRE EL REFORMISMO

Y LA REVOLUCIÓN.

Marcelo Sánchez A.

l siguiente artículo busca reflexionar desde la transformación económica

de Chile, iniciada a mediados del siglo XIX, la cual fue permitiendo la expansión de una burguesía financiera, comercial e industrial, junto con un crecimiento económico que comenzará a generar una profunda desigualdad, la cual llevará al inicio de una serie de movilizaciones con dispares resultados.

A partir de aquella problemática desarrollaremos una mirada crítica que permita develar las razones de la movilización, como también las razones de la cooptación que hace de ellas el Estado, proyectando una mirada que nos permite asumir y entender nuestros fracasos y avanzar hacia la configuración de nuevas resistencias.

Para una mejor comprensión estableceremos y definiremos ciertos conceptos claves que se desarrollarán tanto de manera explícita como implícita a lo largo de la lectura.

Cuestión Social: “totalidad de consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la industrialización y urbanización: una nueva forma de trabajo dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención médica y salubridad: la constitución de organizaciones destinadas

Profesor de Historia y Geografía,

Licenciado en Historia UPLACED, Magíster en Historia PUCV. Miembro de la Mancomunal del Pensamiento Crítico.

a defender los intereses de la “nueva clase trabajadora”: huelgas y demostraciones callejeras, tal vez choques armados entre los trabajadores y la policía o los militares, y cierta popularidad de las ideas extremistas, con una consiguiente influencia sobre los dirigentes de los trabajadores”32

Huelga: acción emprendida de forma colectiva por los miembros de la clase obrera por periodos de tiempo que no han sido predeterminados antes de comenzar con la huelga y por razones que no tienen que ver con política.33

Reformismo: proyecto Infra - sistémico de interacción al sistema, de carácter gradual, portador de reivindicaciones esenciales de mayor justicia social, y trato digno destinado a su democratización.34

Revolución: plan antisistémico de ruptura con el orden capitalista, abarcando no solo la caída, sino el montaje de un nuevo régimen35.

32 Morris James O., Las elites, los

intelectuales y el consenso .Estudio de la cuestión social y el sistema de relaciones industriales en Chile, citado por Grez Toso, Sergio, La Cuestión Social en Chile Ideas y Debates precursores (1804 – 1902), Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago de Chile, 1997, p. 9

33DeShazo, Peter, Trabajadores urbanos y sindicatos en Chile: 1902-1927, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago de Chile, 2007, p. 160.

34Véase Grez Toso, Sergio, 1890-1907: De una huelga general a otra. Continuidades y rupturas del movimiento popular en Chile, [en línea] [citado el 5 de septiembre 2008] disponible en <http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/grezs/grezs0015.pdf>.

35 Rojas, Rafael, Entre la revolución y la reforma, en http://www.cubaencuentro.com/revista/revista-encuentro/archivo/4-5-primavera-verano-de-1997/entre-la-revolucion-y-la-reforma-20201

E

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20

Otro concepto importante y que se nos presenta como un desafío su definición es el de Conciencia de Clase, específicamente la Conciencia de Clase Obrera36. Considerando las reflexiones y análisis desarrollados por Antonio Gramsci, entenderemos por conciencia obrera:

Conciencia Obrera: la visión no sólo de los propios intereses sino que además incluye la capacidad para dirigir a otros grupos sociales dominantes. “El primero y más elemental de estos es el nivel económico – corporativo […] El

36 Considerando aquellos momentos

utilizaremos la siguiente clasificación de conciencia,

los cuales no actúan de manera lineal, ni separados

ni escindidos sino que “se entrecruzan, se

interpretan y se expresan, a veces en la misma

coyuntura sociopolítica, de acuerdo al desarrollo

desigual de la conciencia de clase en los diferentes

segmentos de la masa trabajadora”

Conciencia de clase: manifestación

primaria de la lucha contra el patrón y la explotación

económica capitalista. Algunos autores hablan de

una conciencia sindicalista, como una manifestación

de la conciencia primaria de clase. Otros, se refieren

a una conciencia empírica y pragmática.

Conciencia política de clase: significa

un incremento cualitativo de la conciencia primaria

de clase. Es el momento en que los trabajadores, o

un sector importante de ellos, toma conciencia del

papel que juega el Estado y la clase dominante;

aspiran al socialismo pero no ven con claridad la

forma de derrotar al sistema capitalista.

La Conciencia política revolucionaria

de clase: que irrumpe cuando los trabajadores se

proponen la conquista del poder.

La Conciencia socialista

revolucionaria: que en general se desarrolla cuando

importantes sectores de la clase adoptan el

programa del partido o los partidos revolucionarios.

En Gramsci, Antonio, Selections from the “Prison

Notebooks”, pp. 275 –276 en Larraín, Jorge, El

concepto de ideologia. Vol.2, El marxismo posterior a

Marx: Gramsci y Althusser, Ed. LOM , Santiago de

Chile, 2008

segundo momento es aquel en el cual se alcanza la conciencia de la solidaridad de intereses entre todos los miembros de una clase social - pero todavía en el campo puramente económico. El tercer momento en el que uno se hace consciente de los propios intereses corporativos, en su desarrollo presente y futuro, trascienden los límites corporativos, de la pura clase económica y pueden y deben llegar a ser los intereses de otros grupos subordinados también […] que trae consigo no solo una unión de metas políticas y económicas, sino también una unidad moral e intelectual”.37

I Los movimientos huelguísticos son

la expresión de un problema, su exteriorización en Chile comienza a presentarse entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, a efectos del desarrollo industrial que comenzaba a evidenciar nuestra Nación, y que se hará sentir con fuerza en una primera etapa, en lo que se ha denominado la cuestión social, la cual debe ser entendida como la:

“totalidad de consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la industrialización y urbanización: una nueva forma de trabajo dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención médica y salubridad: la constitución de organizaciones destinadas a defender los intereses de la “nueva clase trabajadora”: huelgas y demostraciones callejeras, tal vez choques armados entre los trabajadores y la policía o los militares, y cierta popularidad de las ideas

37 Gramsci, Antonio, Selections from the

“Prison Notebooks”, pp. 275 –276 en Larraín, Jorge, El concepto de ideologia. Vol.2, El marxismo posterior a Marx: Gramsci y Althusser, Ed. LOM , Santiago de Chile, 2008, pp.112

extremistas, con una consiguiente influencia sobre los dirigentes de los trabajadores”38

De acuerdo a esta definición la problemática denominada como “cuestión social” habría estado ya presente para el año 1880, coincidiendo con el primer proceso industrializador que se sitúa en 1860, o por lo menos ya se observaban las características que se agudizarán con el correr del tiempo.

Pero la pregunta que debiésemos hacer es si aquella desigualdad o “tensión social” será producto de aquel proceso de modernización, y por tanto un fenómeno totalmente nuevo que nace al alero de aquel proceso de industrialización y cobijado por la estructura capitalista en torno a la cual se desarrollaba.

II Sin duda, las condiciones de aquel

fenómeno son particulares y se desarrollan a partir de las condiciones materiales que generó el proceso de industrialización, pero ello de modo alguno implica que la desigualdad fuese un fenómeno nuevo, ya que estaba presente desde los tiempos del Antiguo Régimen Político, situación criticada en su momento por figuras como Manuel de Salas y Fray Antonio Orihuela en el que sindicaban como responsable a la proyección de las estructuras económicas coloniales, que prefirieron un desarrollo de la minería y un abandono de la agricultura, dejando a la deriva a la mayor cantidad productiva de la nación. Por supuesto que ante aquellos

38 Morris, James, op. cit., p. 9

análisis surgen disímiles soluciones, desde la caridad por parte de Manuel de Salas a la reorganización global de la sociedad de acuerdo a Fray Antonio Orihuela39.

Es en torno a estas estructuras coloniales, que ya generaban marginación, en que el posterior sistema republicano estableció sus bases. La despreocupación de las autoridades coloniales fue heredada por la nueva clase dirigente, que mediante el instrumento de la disciplina (métodos también aprendidos de la antigua administración española) de los sectores populares acompañada por “el atraso y la

ignorancia secular del pueblo”40 o como lo denominó Diego Portales “el peso de la noche”, permitió resguardar el orden social.

Este orden social se

estableció por tanto, en torno a su convivencia con la desigualdad, generada en esta etapa que podríamos denominar pre – industrial, y que a la luz de las críticas de Francisco Bilbao en su escrito La Sociabilidad Chilena 41en 1844 encontraba su génesis a partir del catolicismo y la tradición feudal española que perduraban a la hora del ejercicio del poder por medio de los instrumentos estatales:

39 Grez Toso, Sergio, La “Cuestión

Social” en Chile Ideas y Debates precursores (1804 – 1902), op. cit., p.11

40 Ibíd. p. 13 41 Bilbao, Francisco, Sociabilidad

Chilena, El Crepúsculo, Santiago: [s.n.] 1843-1844. 2 v., tomo 2, n° 2, (1 jun. 1844), p. 57-90

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21 http://mancomunalvalpo.wordpress.com

III Dentro del contexto de la Cuestión

social, la zona norte y central de Chile comenzara a ser escenario de una serie paralizaciones significativas para el período (Parlamentario), entre ellas podemos mencionar: la huelga de 1890, la huelga portuaria de 1903, la huelga del mono de 1913 entre otras. Aquellas desnudaron por una parte, las falencias de la estructura capitalista para solucionar conflictos laborales y sociales pero también evidenciaran la incapacidad de la clase dirigente de la época para dialogar con los trabajadores y llevar a cabo las reformas que permitiesen flexibilizar la relación entre los tres actores principales: trabajadores - empresarios - Estado. Pero lo más importante, evidenció la dificultad del movimiento obrero porteño de constituirse como un movimiento con conciencia política42.

Si comparamos la constitución

autártica de las salitreras del norte y su control direccionado de forma vertical, en Valparaíso sucedía lo opuesto, a pesar que la relación laboral en torno a las navieras fue significativa y sostenida a partir de la relación familiar o mercantil,

42 Véase Vitale, Luis, Las

Manifestaciones de la Conciencia de clase en el Movimiento Obrero latinoamericano. CUADERNOS MARXISTAS LATINOAMAERICANOS DE EDUCACION POLITICA. Ediciones El Topo Obrero, Venezuela, 1982 ; Gramsci, Antonio, Selections from the “Prison Notebooks”, pp. 275 –276 en Larraín, Jorge, El concepto de ideologia. Vol.2, El marxismo posterior a Marx: Gramsci y Althusser, Ed. LOM , Santiago de Chile, 2008

originada tanto con las autoridades políticas como con “los buenos vecinos” de la ciudad, éstas no fueron suficiente para lograr estructurar una relación laboral homogénea como se dio en el norte. Aquí, en Valparaíso, por la cantidad y heterogeneidad de trabajos y oficios, con aspiraciones y reivindicaciones económicas distintas, las huelgas y el movimiento laboral en general tuvieron la

fuerza necesaria de presionar a los patrones y hacer colapsar las relaciones

comerciales urbanas de las cuales ellos

mismos formaban parte

provocando, a la vez, una preocupación inmediata de la autoridad patronal y del Estado puesto que las paralizaciones, a diferencia de los enclaves nortinos, podían llegar a producir una crisis económica generalizada con costos altísimos para la economía nacional, y ramificarse rápidamente hacia la capital.

IV La lucha por un salario digno y la

reducción de la jornada laboral eran consideradas por los trabajadores aspiraciones justas para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, y a diferencia de la fuerte conciencia sindical y política que el movimiento obrero experimentó décadas después, los trabajadores del puerto de comienzos del siglo XX no pudieron conformarse como un movimiento ideológicamente estructurado y revolucionario puesto que sólo los estimulaba la satisfacción de sus necesidades más urgentes. La solicitud de mejoras salariales se manifestara de

manera recurrente en una infinidad de petitorios, bajo la percepción masiva de lo “bajo” de ellos Se busca sin duda mejorar las condiciones monetarias, ya que ello permitiría enfrentar los embates del mercado con sus fluctuaciones y ciclos de inflación y deflación que una y otra vez son citados como razón de movilización, pero pocas veces utilizados para explicar los reflujos del movimiento43. Para ello la

43 Frente a los a los efectos que la

matanza de la escuela santa María habría significado para el movimiento obrero se nos ha planteado que van a ser desastrosos y del cual van a pasar muchos años para poder recomponerse, se deberá esperar a la siguiente década para poder articular un movimiento compacto, pero de acuerdo a la tesis “Niveles de vida en trabajadores de ferrocarriles 1905 - 1917” de Sergio Garrido en el año 2005 nos plantea”a contrario de lo que señala la mayor parte de la literatura especializada, que durante 1905-1913 se habrían presentado niveles moderados de inflación, que al ser compensados por constantes alzas en los salarios nominales de los trabajadores de FF.CC. habrían permitido una relativa estabilidad –y en ciertos momentos, incluso alzas moderadas de sus salarios reales. De tal modo, las condiciones de vida de estos trabajadores chilenos no habrían sido tan catastróficas como los distintos escritos señalan para este período, por lo menos desde la óptica de los salarios reales” , ello nos ubica en el escenario posible que el letargo del movimiento obrero estaría en concordancia con un periodo de crecimiento y estabilidad material, que se podría criticar bajo la base que no es homologable al resto de mundo del trabajo, concordando con aquello no debemos desestimar que es desde esta base desde cal surgirá la FOCH, en la siguiente década, articulando un nuevo flujo de protestas y reclamos, que coincidentemente con aquella investigación señalan que desde 1913 a 1918, la inflación se elevó a niveles sin precedentes en la Historia de Chile, lo que se corresponde con lo señalado en la mayoría de los escritos. Los efectos que esta inflación habría generado han sido destacados por muchos autores, y sus causas están asociadas al impacto generado por la Primera Guerra Mundial. Paralelamente, los ingresos fiscales decayeron de modo abrupto y los salarios nominales de los ferroviarios no pudieron ser reajustados al mismo nivel de la inflación. El resultado fue una caída brutal de sus salarios reales, que llegaron a situarse al mismo nivel de 1905. De

comprensión del comportamiento y la devaluación de la moneda es un dato prioritario para su comprensión, ya que ello incide no solo en la alza o disminución de salarios sino en la perspectiva real de gasto44

Las condiciones materiales y objetivas en las cuales tiene que desenvolverse el obrero y el mundo popular, entendiéndola desde sus necesidades, son las que lo llevan a articularse en torno a una serie de organizaciones que puedan dar respuestas a sus precarias condiciones de

vida, a su condición de pobreza. En palabras de Bordieu son “las condiciones objetivas las que determinan

tal modo, el costo de la vida habría alcanzado niveles altísimos, afectando fuertemente el poder adquisitivo de estos Trabajadores, al menos en una tercera parte de su consumo

44 En un periodo en la cual la economía nacional poseía una dependencia con el mercado internacional, sostenida en el salitre ello repercutía en una causa frecuente de desequilibrios económicos, pero también existían las internas como razón del desequilibrio, como la supresión del patrón oro y las emisiones de papel moneda, que permitía ajustar los negocios de la elite, favoreciendo la especulación, pero provocando a su vez una creciente inflación, como la Fiebre bursátil acaecida entre 1904 y 1905, a la cual el historiador Julio Cesar Jobet se refiere como causa de la ruina de muchas personas, en las cuales eso si no se encontraban a los grandes magnates, y coincidiendo que es en a alza de precios donde se encuentra uno de los elementos mas importantes para entender el desarrollo de la cuestión social. Aquellos ciclos económicos y su conflicto en torno a la mantención del “aristocrático peso de 48 peniques” base de la plusvalía o acumulación de capital en Chile, y a razón responsable de los procesos inflacionarios ha sido muy bien tratado por Gabriel Salazar en “Historia de la acumulación capitalista en chile”.

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las prácticas sociales, pero estas también establecen los límites de la experiencia que distintos actores pueden tener de sus propias prácticas y las condiciones que la definen “45.

Aquello nos genera una dificultad desde el plano revolucionario, ya que son sus propias necesidades las que en un proceso dialéctico movilizan a los obreros a la búsqueda de mejoras de sus condiciones objetivas, pero ello genera su propia contradicción; ya en el seno mismo de la necesidad se entiende el reformismo o negociación antes que la trasformación revolucionaria, partiendo del supuesto que los hábitos son entendidos:

“como conjunto de esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben al mundo y actúan en él. Rasgo esencial en él es su historicismo, ya que se configura a lo largo de la historia de los distintos sujetos, supone conscientemente la interiorización de la estructura social. Estos hábitos nos permite que las prácticas de los sujetos no pueden emplearse únicamente en referencia a una determinada posición dentro de una estructura social”46,

De aquella manera se van generando una multiplicidad de formas de integración, pero que tienen como eje común la satisfacción de sus necesidades objetivas.

V

En cuanto a los movimientos sociales la llamada condición objetiva de los actores no es un mero reflejo mecánico que traduce una necesidad o

45 Mayorga Enoch, Adames, La crisis de

las ciencias sociales y los retos de la pobreza y la marginalidad, [en línea], [citado el 10 de septiembre] disponible en: <http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/tar117/mayorga.rtf>

46 Loc. cit

deficiencia, sino que es producto de una lectura histórica que el colectivo hace desde sus expectativas culturales, las cuales aluden no sólo a representaciones de la realidad, a una determinada modalidad de reproducción o sobrevivencia material, sino que también se inscriben en una tradición de elementos simbólicos culturales que le permiten al colectivo reproducirse como tal47, lo que se enlaza con la necesidad de entender desde sus propias representaciones culturales, necesidades y aspiraciones. Se hace imperioso entonces, para la comprensión del movimiento obrero realizar un “examen de ideologías y conciencia de clase, las vinculaciones entre religión y socialismo y las imágenes del mundo obrero en aquel mundo del trabajo”.48

Respecto a quienes son los actores de la historia, la modernidad nos ha respondido que son aquellos individuos que tienen conciencia de sí mismo, una conciencia que los lleva a tener la voluntad de influir sobre su yo y su circunstancia, asegurando por medio de sus actos, la protección y extensión de

47 Loc. cit. 48 Cavieres Eduardo Trabajadores del

salitre y el movimiento sindical chileno a comienzos

del siglo XX, pp. 1 [en línea] [citado el 5 de

septiembre 2008] disponible en

http://www.archivochile.com/Historia_de_Chile/stama

2/1/stamadocestop000009.pdf

su libertad49, aquel actor social tiene la vocación de influir en su destino, de transformar la vida social en la cual está inserto50.

Frente al hecho de situar al sujeto social como fijo y definible, este queda inmerso en una estructura socioeconómica, marcada por las relaciones sociales de producción, por tanto quedan determinados con antelación sus intereses de clase, de los cuales derivaban finalmente sus objetivos y estrategias de movilización social, bajo esa perspectiva el sujeto social obrero aparece como una “categoría perfectamente identificable” en cuanto a número, ramas productivas organizaciones e ideologías convocantes, entendiéndose por tanto que todo acto ajeno a esa lógica, se debía a una “falsa conciencia”51

Aquella lógica no admitía contradicciones, el obrero era y debía ser un “ser” destinado a hacer la revolución, lo que proyectaba su identidad en la clase obrera, homogénea y por naturaleza revolucionaria52, aquel análisis estructural permite develar las condiciones objetivas de aquellos individuos dentro de la estructura socioeconómica53. Pero aquel análisis no puede considerarse por sí mismo y de manera absoluta como razón de explicación, comprensión o entendimiento, sin duda debe ser complementado con un “análisis histórico que dé cuenta del mundo cultural que incide sobre los sujetos y que, a su vez , es incidido por estos.”54, única forma de

49 Salazar, Gabriel y Pinto, Julio, Historia

contemporánea de Chile: autores, identidad y movimiento, vol. II, Ed. LOM, Santiago de Chile, 1999, p. 93

50 Loc. cit. 51 Ibidem, pp. 93 - 94 52 Loc. cit 53 Loc. cit. 54 Loc. cit.

acercarnos al por qué de las acciones del mundo obrero y viceversa.

VI La definición de las adversidades

y sus estrategias para enfrentarlas responde a las experiencias particulares de los sujetos en las determinadas áreas donde se constituye, donde se originan culturas e identidades diversas, heterogéneas y en constante reformulación55, ya que el sujeto popular no tiene “identidad fija”56, pero uno puede a pesar de ello entenderla a partir de experiencias que afectan por igual al sujeto “pueblo” insertadas dentro de las tendencias históricas de largo aliento, cohesionadoras de la percepciones y acciones de los sujetos populares.57

La “pobreza” es una de esas experiencias, un elemento de continuidad, aquello ha orientado las movilizaciones populares con un claro objetivo, el encarar las privaciones, “y en la medida de lo posible superarlas”58 Aquello nos enfrenta con la materialidad y sus posibilidades de satisfacción en el mundo popular y obrero, y sus efectos en la movilización de masas. Ninguno de los huelguistas estaba preparado para resistir mucho tiempo la falta de capital, ya que más que capital, la necesidad de vida era, en este caso, el peor enemigo59. Es aquella necesidad sindicada como peor enemigo, la que llevará a adoptar un cariz reformista en la práctica, plasmado en los distintos petitorios, que más que establecer un peligro latente al orden institucional, la muy temida revolución, es más bien la solicitud de incorporarse en las relaciones de capital, bajo condiciones que

55Salazar, Gabriel – Pinto, Julio, op. cit.,

p. 97 56 Ibídem p. 96 57 Ibídem p. 97 - 98 58 Ibídem p. 98 59 Ibídem, p. 53

“Las condiciones materiales y objetivas en

las cuales tiene que desenvolverse el obrero y

el mundo popular, entendiéndola desde sus necesidades, son las que lo llevan a articularse en

torno a una serie de organizaciones que

puedan dar respuestas a sus precarias condiciones de vida, a su condición de

pobreza”

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asegurasen un mejor bienestar, en el que el medio de presión se le muestra como más satisfactorio, generando la solidaridad entre otras ramas de producción, en una clara conciencia de clase, pero que no será suficiente para articularse como una conciencia política de clase, quedando reflejado en las peticiones y demandas reivindicativas. Otra de aquellas experiencias es sin duda la “dominación”, la cual restringe la posibilidad de los individuos de orientar su vida en el sentido que mejor le parezca, hasta la explotación, abierta y brutal.

VII Debemos entender en la

comprensión de los procesos inflacionarios, un eje importante para poder entender la construcción de malestar, ya que el trabajador es a su vez productor y consumidor, siendo su salario, en este periodo en cuestión casi de sobrevivencia, ya que este va en directa relación con el valor que los productos de consumo adquiere en el mercado, los cuales debido a la inflación ven aumentar de forma excesiva su valor, dificultando el acceso a mínimo para satisfacer sus necesidades básicas, entendiéndose por básicas, vivienda, alimentación, vestimenta, ello movilizará a los trabajadores, utilizando los medios que estén a su alcance, recurriendo a las autoridades para solucionar aquellos conflictos de intereses ya que aquello se plasmaba en aumentos que llegaban al doble de su valor.

VIII Se debe profundizar en el caso de

los trabajadores en sus diferencias de labores y sus pagos disímiles, ya que ello lleva a que estos no se presentan como un grupo compacto u homogéneo, junto con dimensionar la incidencia de la

carencias y la necesidad de satisfacción material como obstáculo para alcanzar la “Huelga General” tan pregonada desde el discurso obrero desde fines del siglo XIX, sumada a ello debe llevarse a cabo una profundización (o de acuerdo a algunos re-profundización) del estudio de la Elite, para poder entender los fracasos y aciertos del movimientos obreros pero en su relación con su “otro opresor” y avanzar en la configuración de un nuevo proyecto que supere aquellas fallidas experiencias, que no han logrado superar la conciencia económica primaria, quedando sujetas a las coyunturas de crisis abiertas por el comportamiento cíclico del capitalismo, al iluminismo partidista de izquierda de carácter vertical en la toma de decisiones, vinculadas a una determinada ideología, y esta casi transvaluada de manera íntegra a la masa obrera y popular, por sobre el trabajo a largo plazo orientado a la concientización y organización popular que pueda orientar desde la convicción, la necesidad de la transformación y la revolución, independiente de la variabilidades de satisfacción económicas momentáneas que el mercado presenta y poder sobrepasar el activismo espontaneo que los reflujos económicos generan, pero que quedan sujetos a la negociación y a la cooptación reformista, que entiende la lógica de origen de aquellas demandas, y la solución de ellas, desde concesiones mínimas, pero asumidas como el máximo posible desde la esperanza - pesimista de aquellos que se mueven, viven y conviven desde y en la precariedad.

Desde abajo y a la izquierda SURGE LA COORDINADORA CONTRA

LA REPRESIÓN EN VALPARAÍSO. * Nelson Agustín Aramburu

omo nos informan diversos autores, para implementar medidas antipopulares sin

gran resistencia ciudadana, los Estados acostumbran configurar un “enemigo”. Desde su lógica, hay que lograr que los ciudadanos comunes y corrientes internalicen un miedo permanente, porque a menos que estén debidamente atemorizados por los posibles peligros que pueden dañarles, pueden empezar a pensar por sí mismos, lo cual es muy peligroso para los intereses hegemónicos. Por ello es importante atemorizarlos, distraerles y manipularles.

En la lógica neoliberal, las masas laboriosas, son esencialmente estúpidas por lo que solo la clase especializada (políticos, administradores, relacionadores públicos al servicio de los dueños del Poder), debe diseñar las estrategias y los cursos de acción institucional. Como estamos en una “democracia”, cada cierto tiempo se nos permite graciosamente entregar nuestra soberanía a un representante (presidente, parlamentario, alcalde o concejal) que asegure la continuidad de la dominación.

La Dictadura Militar, a partir de la Doctrina de Seguridad Nacional, puso en boga el concepto de “enemigo interno” y aplicó sin remordimientos el Terrorismo de Estado para aplastar, desarticular y

someter al movimiento popular. La Concertación, pauteada por el Instituto Libertad y Desarrollo (de Agustín Edwards) implementó el concepto de Seguridad Ciudadana –contra la Delincuencia-, para convertir en verdaderos guettos los barrios populares, reponer en una nueva versión los allanamientos masivos a las poblaciones, y estigmatizar a los pobres, los jóvenes y los mapuches.

El discurso conservador hegemónico, la complicidad de la “clase política” y la concentración de la propiedad de los grandes medios de comunicación, impide que la ciudadanía tome conciencia de que en aras de

generar ganancias para las empresas, se ha establecido por Ley, la violación diaria y masiva, del derecho a un salario digno, a la alimentación, a la educación, a un medio ambiente limpio, a no ser marginado ni excluido; y distorsiona

mediáticamente la realidad social presentando a las víctimas como agresores y a los guardianes que abusan del poder que se les ha otorgado, (golpeando, gaseando, torturando o baleando jóvenes chilenos y mapuche) como “garantes” del Orden Social.

Todo el aparato gubernativo, judicial, militar y policial está desplegado para garantizar el sometimiento de las clases trabajadoras a los intereses del gran capital asociado a las empresas transnacionales. En el marco de este esquema de control y sometimiento social, diseñado en el Consenso de Washington,

C

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las fuerzas políticas con presencia parlamentaria, gradualmente restringiendo las garantías ciudadanas y otorgando cada vez mas atribuciones a los cuerpos policiales, dejando en la indefensión a la ciudadanía -ya que los funcionarios pasan a ser intocables-, estableciendo gradual, pero inexorablemente, las bases institucionales de UN ESTADO POLICIAL

Operadores y sus métodos En el contexto de esta política, los

grandes centros de producción ideológica (Instituto Libertad, Libertad y Desarrollo, Fundación Siglo XXI, Expansiva, etc.), producen los contenidos y pautas que luego serán machacados por canales de TV, cadenas de prensa, radios comerciales y Web, - de propiedad de los grupos económicos- estimulando el miedo a la delincuencia, a la violencia social y a las movilizaciones ciudadanas. Por esta vía, estigmatizan la movilización social, acusando de “terrorismo” a quienes exigen sus derechos o solidarizan con la lucha de otros pueblos.

Los comunicadores populares son perseguidos y silenciados, para que al ejercer –y asegurar a otros- la libertad de expresión, no pongan en cuestión el pensamiento dominante.

En el sur del país, las comunidades mapuche son hostigadas policialmente (allanamientos, golpizas, control de sus desplazamientos, ocupaciones) y sus derechos conculcados como en los peores tiempos de dictadura; sus lonkos son perseguidos y no se respeta su derecho a la organización y a

la libre expresión de sus ideas, a pesar de haber ratificado el Estado chileno el Convenio 169 de la OIT. La militarización de la Araucanía, que incluso utiliza la fuerza policial como “guardias privados” de latifundistas –como Lutzinger- y empresas forestales, sumada a la judicialización de los comuneros en base a montajes policíacos, testigos “sin rostros” pagados por el Estado, para que reciten en tribunales lo que la Fiscalía les ha pauteado, constituye una vergüenza nacional.

La represión y judicialización a los

mapuche está

asociada a los

intereses de las forestales y latifundistas; los apaleos a los pescadores artesanales que en su desesperación salen a tomarse los caminos, es en beneficio del sector pesquero industrial; la persecución policial y judicial hacia las Radios Comunitarias la dirige la ARCHI; la represión hacia los estudiantes es para imponer diseños educacionales que deterioran la educación pública y precarizan a los profesores, para aumentar las ganancias de los sostenedores.

Surge la Coordinadora Es en este contexto, que diversas

organizaciones (estudiantiles, políticas, de derechos humanos, culturales y solidarias) de Valparaíso, se autoconvocaron a mediados del 2010, para oponerse a un proyecto de Ley, que bajo un discurso antidiscriminación pretendía amordazar a la opinión pública, para silenciar la crítica a las autoridades.

En las diversas reuniones y análisis, se fue descubriendo la matriz y las imbricaciones, entre intereses empresariales, medios de comunicación, Gobierno, Ministerio Público y policías. A poco andar, fue quedando claro que la criminalización de la protesta social es funcional al desarrollo capitalista y que el deterioro de las libertades y derechos ciudadanos, irá en aumento en la medida que la ciudadanía observe pasivamente los acontecimientos sin intervenir en ellos.

El viernes 17 de diciembre del 2010, luego de varios meses de funcionamiento en torno a tareas, la Coordinadora se reúne en una Jornada de Reflexión, para definir sus elementos constitutivos, sus objetivos y métodos de trabajo. De esa Jornada, salieron las siguientes definiciones:

La coordinadora define como principios esenciales ser una instancia de coordinación, de organizaciones y personas contrarias al sistema capitalista y solidarios con las luchas de los pueblos por liberarse de la opresión étnica, política y social en el mundo.

Textualmente, los participantes declaran: “Entendemos a la Coordinadora como un espacio de convergencia de carácter propositivo constante. Con una labor educativa interna y externa. Que reconoce a la Asamblea, como instancia máxima de toma de decisiones de forma democrática, como medio para darle sentido aglutinador a las acciones de los equipos. Los planes de trabajo, las campañas, las diversas iniciativas, deben ser sometidas a su aprobación”.

Su ámbito de acción principal, es la defensa y promoción de los Derechos

Humanos, en su dimensión individual y de los Derechos de los Pueblos en su dimensión colectiva, centrados principalmente en la resistencia contra el depredador sistema imperante, que se caracteriza por sus políticas de criminalización, persecución y judicialización de la protesta social, y en la militarización de los territorios en

conflicto (Araucanía, Caimanes, Rapa Nui, Magallanes).

Apuntando por un lado a impedir el establecimiento de un Estado policial y por otro a fortalecer la movilización y la coordinación social, se plantean diversas áreas

de intervención con sus correspondientes equipos de trabajo, entre otros: Equipo Jurídico, Movilización y Redes, Educación, comunicaciones, etc.

Una instancia democrática, solidaria y capaz

En el transcurso del 2011, esta instancia de coordinación ha jugado un papel clave en la organización y movilización del malestar y las aspiraciones ciudadanas porteñas, esencialmente porque interpreta las nuevas formas de hacer política y relacionarse entre pares.

Cada vez se integran nuevos grupos y colectivos que no solo se sienten interpretados por los principios valóricos (soberanía popular, solidaridad efectiva, democracia y acción directa), sino por la coherencia y la capacidad desplegada por organizaciones tan diversas.

Esta Coordinación ha demostrado su capacidad desde, debatir fraternalmente los temas que afectan a los diversos actores sociales, organizar una

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marcha y mantenerla el 11 de marzo, en medio de la psicosis del Tsunami, encabezar la marcha en repudio a Obama, instalarse el 1º de Mayo en la Plaza Victoria (y durante todo el día intervenir con títeres, videos, discursos, propaganda), sumar todas las voluntades a las movilizaciones contra Hidro Aysén y aportar todos sus recursos humanos y logísticos a la gran manifestación ciudadana del 21 de mayo recién pasado.

Los dueños del poder tienen razones para preocuparse; el despertar social empieza a chocar contra los muros institucionales y existen los métodos y las organizaciones capaces de impulsar y canalizar las luchas. La Coordinadora Contra la Represión de la Quinta Región es una expresión concreta de ello.

* En el transcurso del presente año, la

Coordinadora Contra la Represión ha cambiado su nombre por Coordinadora por la Lucha de los Pueblos, buscando superar el marco coyuntural de la Ley Mordaza desde el cual surge en el 2010.

EL RACISMO CHILENO ANTI- MAPUCHE: ALGUNOS

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Jury García ANCAMIL 1. Notas Preliminares

l primer enfrentamiento entre Mapuche y españoles, se produce en octubre de

1536, en el sector de Reinohuelen, en las cercanías del río Toltén, desde ese momento, debido a la lógica del proceso de descubrimiento y posterior conquista desarrollada por el blanco, se inicia una historia de resistencia ante la expoliación del winka sobre el Pueblo Mapuche y sus riquezas. El citado combate fue solo un aviso de los abusos que afectarían a este pueblo originario, primero por parte de los españoles y luego por parte del estado chileno, durante los 474 años transcurridos hasta hoy, cuando cuatro compañeros llevan más de 60 días de huelga de hambre protestando por haber sido condenados mediante la aplicación de la Ley antiterrorista, quedando al descubierto el incumplimiento de los acuerdos y los compromisos del gobierno con los presos políticos Mapuche, alcanzados en octubre del año pasado.

Frente a esta situación cabe preguntarse ¿son estos abusos una expresión de racismo chileno anti mapuche? Para responder esta pregunta desarrollaremos una breve revisión histórica que analizará los distintos momentos de conflictividad y que buscará los hitos fundamentales en el proceso de estructuración de una de nuestras tradiciones más macabras, el racismo “chilensis”.

2. El Pueblo Mapuche frente al

invasor español La instalación de españoles en

tierras chilenas, a partir de 1542, va a significar la implementación del sistema de encomiendas, el que entendido como concepto jurídico, planteaba la protección de la población originaria, reconociéndolos como súbditos del rey y, por lo tanto, depositario de los derechos y deberes de un habitante del imperio. No obstante, en términos prácticos la encomienda se transformó en un sistema de semiesclavitud, utilizado por la oligarquía encomendera para explotar, en muchos casos hasta la muerte, a los encomendados, ya sea en los lavaderos auríferos, en las minas o en el trabajo de la tierra; no cumpliendo así con las obligaciones de protección y evangelización impuestas por las leyes de indias. Se trata por lo tanto de una conquista de personas, las que fueron reducidas a la categoría de mano de obra forzada, e integrados a una lógica de explotación capitalista que les era ajena.

El fundamento de los maltratos impuestos por el español al mapuche, no solo se encuentra en el ansia de riqueza del recién llegado, que en la península no era más que un desposeído, pícaro o mal entretenido, abandonado a sus suerte por la nueva organización monárquica del poder, moderna y centralizada, sino que además, podemos escudriñar y hallar algunas pistas en la conceptualización acuñada por uno de los más avezados, defensores de la conquista, el presbítero Juan Ginés de Sepúlveda, quien en su escrito “De la justa causa de la guerra contra los indios”, plantea: “¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio de aquellos

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cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros, tales que apenas merecían el nombre de seres humanos, en hombres civilizados en cuanto pueden serlo?”. Como se aprecia utiliza el concepto de bárbaro para cuestionar la humanidad del indígena, lo que es aplicado por los invasores a la hora de implementar relaciones de carácter jerarquizado y excluyente respecto de la población originaria.

Esta conceptualización encuentra su expresión de mayor crueldad en los abusos, los castigos, las torturas y las malas condiciones de desempeño y existencia, que generaron una considerable baja en el número de la población originaria del continente y que en el caso mapuche, significó el alzamiento en contra de los invasores españoles, manteniéndose una guerra esporádica con triunfos para ambas partes durante, a lo menos dos siglos. En los primeros 50 años, los ibéricos despreciaron la capacidad de resistencia Mapuche, descuidando el estado de su milicia y arriesgándose en sectores que no conocían bien, hasta que el 23 de diciembre 1598 se vive el heroico episodio del triunfo Mapuche en Curalaba.

La derrota significó la reacción del orden monárquico, el que implementó drásticas medidas en la zona, militarizando el sector de la frontera, profesionalizando el ejército y fortificando

los sectores estratégicos para mantener una guerra en contra del bárbaro. Sin embargo la medida más violenta fue la promulgación de la Real Cédula de 1608 que autorizaba la guerra a muerte y la esclavización del mapuche sorprendido en armas, a nuestro entender, la disposición implica la legalización del racismo español anti mapuche, el que pasando por varias fases y mutaciones se mantiene vigente hasta el día de hoy en el imaginario chileno.

La medida no surtió los efectos esperados por las autoridades y la guerra tomaba ribetes cada vez más dramáticos, hasta que en el siglo XVIII, la nueva dinastía, despótica e ilustrada, promovió

nuevas formas de gobernar, y así, las

relaciones hispano

mapuche dieron un

vuelco caracterizándo

se por la aplicación del sistema de

parlamentos que permitió importantes periodos de paz, durante los cuales se logró un incremento de la producción del reino, dando paso a una serie de acuerdos entre los Mapuche y las autoridades monárquicas instaladas en el reino. El episodio de máxima importancia fue el “Parlamento de Negrete” en marzo de1796, en el que se establece que: el soberano es el Rey Carlos IV y que el territorio pertenece al Pueblo Mapuche, el que mantendría total autonomía territorial, es decir se reconoce la existencia del denominado país mapuche, es más, el documento establece que se realiza comercio “entre las dos naciones”, con lo que se “reconoce

formalmente la independencia del territorio Mapuche”…60. No obstante, la conflictividad bélica en el sector de la frontera del Bio Bio se mantuvo debido a las acciones de los militares españoles que buscaban incrementar sus ganancias por la vía del saqueo, lo que generaba constantes enfrentamientos entre los bandos.

Otro de los fundamentos del racismo chilensis, forjado desde la época colonial, lo encontramos en la estructura social, en la cual la posición del individuo estaba determinada por el color de la piel, a mayor blancura mejor posición social, este sistema definido por Alejandro Lipchutz como pigmentocracia, definía las relaciones sociales de poder entre los integrantes de los distintos grupos sociales y establecía la discriminación hacia la morenidad por parte de los europeos. Este sistema de estratificación social fue heredado por la oligarquía mercantil criolla, que dirige las acciones de independencia y que por la fuerza logra establecer las bases del Estado chileno, hacia 1830.

3. Pueblo Mapuche y Estado

Chileno antes de la “pacificación”. La resistencia histórica del

Mapuche ante el español fue utilizada como una arenga militar por la oligarquía criolla durante la revolución de independencia, sin embargo, los patriotas, no lograron convencer al pueblo mapuche para que este se uniera a la guerra contra España, sino que por el contrario, estos en un momento apoyaron a los realistas. Esta situación enrareció las relaciones entre los Mapuche y el naciente Estado chileno que

60 Bengoa, José: “Historia del Pueblo

Mapuche”, (p. 48).

mantuvo la lógica conceptual española acuñada desde la visión del hombre blanco hacia la población originaria; sin embargo, el 1 de enero de 1825, se realiza el Parlamento de Tapihue, donde el Estado Chileno, desde el punto de vista jurisdiccional, reconoce la autonomía Mapuche; en el artículo 18 se establece: “Los gobernadores o Caciques desde la ratificación de estos tratados no permitirán que ningún chileno exista en los terrenos de su dominio por convenir así al mejor establecimiento de la paz y unión, seguridad general y particular de estos nuevos hermanos.” Es decir, se reafirmaba la separación entre ambas sociedades como garantía de la paz en el mundo fronterizo, correspondiendo la presencia de cualquier chileno en territorio Mapuche a un acto claramente ilegal. Por otra parte, este tratado consideró la importancia económica del Pueblo Mapuche concediéndoles autonomía político-económica al sur del Bio-Bío, para poner fin a la guerra.

La implementación del estado portaleano, autoritario, mercantil y represivo, requería ampliar la base territorial económicamente productiva, debido al desarrollo del primer ciclo de expansión económica, por lo que comenzó a codiciar las únicas tierras que formaban parte de los territorios “nacionales” en las que no se había aplicado la lógica de producción capitalista: las tierras ancestrales del Pueblo Mapuche. Era urgente proveer a los consumidores externos de trigo chileno por la fiebre del oro, por esto durante el gobierno de Manuel Montt se inicia un proceso de desconocimiento de los acuerdos entre el Estado chileno y el Pueblo Mapuche, creándose el 2 de julio de 1852 la provincia de Arauco, respecto de la cual se señalaba en su artículo 1° "Establécese una nueva provincia con el

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nombre de provincia de Arauco, que comprenderá en su demarcación los territorios indígenas situados al sur del río Bio-Bío y al norte de la provincia de Valdivia, y los departamentos o subdelegaciones de las provincias limítrofes, que, a juicio del presidente de la República, conviene agregar por ahora". La gravedad de este hecho radica en la violación consciente de los acuerdos anteriores y en el reconocimiento de que se incorporarán territorios de pertenencia Mapuche, tal como lo establece el artículo citado.

Desde ese momento las relaciones entre los Mapuche y la República de Chile, se ven marcadas por la aplicación de la lógica represiva portaleana, instituida como ideología de funcionamiento de la institucionalidad estatal, administrada por la oligarquía mercantil que vivía un proceso creciente de profesionalización en la política y que se adueñaba firmemente de la institucionalidad republicana, aburguesándola y convirtiéndola en una de sus extensiones de poder.

Fieles a la lógica de la represión como forma de disciplinamiento de las masas sociales, aplicando la estrategia del palo y bizcochuelo implementada por el chinganero Portales, y reaccionando ante la locura de Orelie Antoine de Tounens, se envían tropas, bajo el mando de Cornelio Saavedra las que estarán encargadas de demarcar la frontera en el río Malleco, este hito marca el inicio de una nueva etapa de relaciones con el pueblo Mapuche, caracterizada por la militarización de la zona de frontera,

estrategia armada de ocupación y usurpación progresiva del territorio ancestral, con lo que se esperaba subordinar todo el territorio bajo el mando

del estado nacional administrado por el gobierno de turno, con lo cual triunfaría la civilización contra la barbarie.

La guerra del salitre, o del Pacífico, obligó a desviar los esfuerzos militares hacia el norte, para dedicar todas las fuerzas chilenas disponibles a derrotar a los cholos, lo que se consiguió después de 3

años. En ese momento surge un problema, ¿Qué hacer con el ejército nacional?, obviamente estamos hablando de un ejército madurado en guerra, experimentado y vencedor. Mientras tanto en el sur, aún no se podía reducir a los indígenas y adueñarse de sus tierras.

Hasta ese momento, el Pueblo Mapuche mantenía su espacio vital y este les permitía resignificar de manera continua sus identidades territoriales, las que se estructuraban en la cosmovisión, la justicia, la organización socio-política y todas sus expresiones de culturales.

4. La consolidación del racismo en

el discurso hegemónico oficial: la justificación para la guerra.

El racismo se ha convertido en una característica constante del discurso oficialista y hegemónico, transformándose en una de las deformaciones propuestas y perpetuada por la historiografía tradicional. Revisemos algunos antecedentes.

La necesidad de ampliación territorial de lógica capitalista, encontró en los intelectuales positivistas de la segunda mitad del siglo XIX, a sus más leales aliados, quienes, según Jorge Pinto Rodríguez, descubren que los Mapuche constituyen un grupo distinto al chileno y que ese grupo está constituido por una horda de salvajes y animales de rapiña que acosan al país, que la supuesta valentía que se les atribuyó en los años de independencia era solo un mito, y con estas convicciones se propone una puesta en acción: hacerlos desaparecer de la faz de la tierra. Una editorial de El Mercurio de Valparaíso de 1859, decía lo siguiente: “los hombres no nacieron para vivir inútilmente como los animales selváticos y una asociación de bárbaros, tan bárbaros como los pampas o los araucanos, no es más que un horda de fieras que es urgente encadenar o destruir en interés de la humanidad y en bien de la civilización”.61

Benjamín Vicuña Mackenna planteaba respecto del Mapuche, que estos no eran confiables, dado que nunca habían cumplido los acuerdos pactados con ellos, concluía: “con pueblos dedicados a la rapiña nada se puede lograr”, esto debido a que el Mapuche no podía superar su estado de barbarie y esto hacía urgente conquistarlos.62 Por su

61 Pinto Rodríguez, Jorge: “El estado y la

Nación y el Pueblo Mapuche. De la inclusión a la exclusión”, (p. 327).

62 Op. Cit. (p. 167).

parte Crescente Errázuriz, dudaba de que el valor asignado a Lautaro, pudiese generalizarse al resto del pueblo Mapuche, quien planteaba: “Nosotros descendemos de los conquistadores y ninguno de los padres de la patria y los que lucharon por nuestra libertad tienen

entre sus ascendientes a un indígena, al indio hay que exterminarlo y ocupar sus tierras”, es decir los

conceptualizó como una raza distinta e inferior a la

chilena, por lo tanto enemigos y bárbaros.63 Barros Arana por su parte planteo que: “se trataba de indios malos en tierras buenas”, considerándolos holgazanes, salvajes, sin posibilidades de explotar sus tierras, sin capacidad de industria, razones que explicaban su calidad de vida miserable.64

Los tres personajes citados son importantes exponentes de la denominada historiografía tradicional, como podemos apreciar, nuestros intelectuales rescatan las expresiones racistas aparecidas en la época de la conquista española y hacen especial énfasis en las características negativas, asignadas arbitrariamente al Mapuche, las que permiten justificar un exterminio sistemático de este pueblo. Desde ese momento, se integra al ADN intelectual de la clase tradicional, una mirada que menosprecia y, actualmente, criminaliza al Mapuche, al Rapa Nui, al bárbaro, al que no tiene capacidad de

63 Ibidem, (p. 176). 64 Ibidem, (p. 174).

“El racismo se ha convertido en una

característica constante del discurso oficialista y

hegemónico, transformándose en

una de las deformaciones propuestas y

perpetuada por la historiografía tradicional.”

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industria y que por lo tanto es un estorbo para el progreso nacional. Con esto se inicia la instalación de una lógica anti Mapuche, que significará, por esos años, la realización de la campaña militar, difundida por esta corriente historiográfica, como la “Pacificación de la Araucanía”. En la actualidad encontramos resabios de esta óptica intelectual en la mayoría de los textos de enseñanza media, en los que se insiste en el concepto de pacificación y se desvirtúa a una de las autoridades tradicionales mapuche, La Machi, a quien se presenta como bruja, integrando en el subconsciente del adolescente chileno que el Mapuche es un peligro por lo que no merece ser respetado, sino, solo temido y sus luchas deben ser consideradas como una forma de subversión del orden nacional.

Pero volvamos al relato histórico, el estado oligárquico necesitaba retomar el proceso de usurpación de los territorios ancestrales Mapuche, en nombre del progreso nacional; las justificaciones ya se habían elaborado y se contaba con el contingente armado para realizar la acción, por lo tanto se procedió al desarrollo de la eufemísticamente llamada Pacificación de la Araucanía, que no fue otra cosa que una masacre perpetrada por las armas de la Patria, en contra de un pueblo desarmado, de un enemigo interno que era necesario doblegar para robarles sus tierras, lotearlas y rematarlas al mejor postor, después de dejar esparcida por la

región una estela de destrucción, sufrimiento y muerte.

En 1881 los Mapuche debieron enfrentar al glorioso ejército chileno, el que armado de tecnología, irrumpió en sus tierras y comenzó una guerra fratricida y a muerte, para evitar que posteriormente este pueblo se volviera a levantar en contra de la República y la modernidad. Esta es la guerra sucia del Estado en contra del pueblo Mapuche, que tiñó los ríos de sangre, que marchitó al canelo, que quemó los rehue y que intentó hacer desaparecer una cultura de gran riqueza, negándoles el derecho a desarrollarse de manera libre y de acuerdo a sus costumbres tradicionales, justificando esta acción criminal en un discurso civilizatorio, ocultando los intereses económicos, la violencia65 y el racismo. La barbarie de la ocupación intenta civilizar a punta de

fuego y bayoneta, por lo tanto el salvajismo era de los chilenos supuestamente civilizados.

5. El pueblo

mapuche en la era reduccional.

Una vez conseguido el cobarde triunfo de nuestro glorioso ejército, la oligarquía gobernante comenzó a idear formas de solución al “problema” Mapuche, ¿qué hacer con los sobrevivientes?, ¿integración o asimilacionismo? No

obstante la lógica interpretativa del pueblo mapuche se opone a la mirada civilizatoria, colonialista y capitalista de los chilenos, planteándose una

65 Salazar, Gabriel y Pinto, Julio:

“Historia Contemporánea de Chile”, tomo II, (p. 151).

interrogante diferente: ¿sumisión o resistencia?

La victoria de las armas de la patria significó para el Mapuche ser condenado al arreduccionamiento territorial, el que se vio acompañado de una serie de pestes y hambrunas que mermaron drásticamente el número de su población, cálculos aproximativos del descenso demográfico acaecido entre 1881 y 1907, estiman en 30.000 los mapuche muertos por enfermedad o hambre. Mientras tanto el ejército mantenía una estrategia determinada por el utilitarismo reconociendo, en nombre del Estado, a caciques y loncos locales como autoridad66, para instaurar un orden que preparaba el escenario a la llegada de la población chilena y los colonos, quienes se adjudicaron fraudulentamente las tierras. La repercusión de este proceso se relaciona con la pérdida de las identidades territoriales, ya que el desplazamiento forzado fue arbitrario y sin criterios de pertenencia previa, dando vida a las reducciones. Otra consecuencia de esto fue la usurpación de sus tierras, con lo que se les privaba de sus territorios ancestrales y se les encerraba en los sectores de menor productividad, rodeados por hijuelas y fundos particulares que se amparaban en el concepto de propiedad privada no conocido por la sociedad mapuche, situación que los condenó a la

66 Bengoa, Op. Cit. (p. 338 hasta 342).

pauperización de sus condiciones de vida, y que en ocasiones generó verdaderas guerras internas por terrenos67.

Por otra parte, instalando desde la óptica chilena la justificación racista del intento de etnocidio, se les conceptualizaba como “mapuche ladrón”, lo que dio como resultado que los nuevos propietarios de las tierras acusaran a los supuestos invasores de sus terrenos, si aceptaban eran encarcelados si se alzaban eran heridos y en el peor de los casos muertos.68 El Estado chileno poco a poco fue instalando sus instituciones y aplicando la lógica de convivencia

nacional, obligando a las

familias Mapuche a luchar por la subsistencia. Las

tierras desocupadas por

el desplazamiento

forzoso eran loteadas en fajas de colonización, teniendo especial cuidado en arrinconar a los conflictivos, para mantener una cautela militar y hacer desaparecer la transhumancia. Los lotes de tierra se remataban al mejor postor permitiendo concentraciones de hasta unas 2000 hectáreas por persona, reproduciendo el latifundismo existente en el valle central. Todo esto se tradujo en la pérdida de la territorialidad y, por lo tanto, en el desconocimiento de sus derechos sobre la tierra, usurpando los suelos de mayor riqueza69. Este sistema de nueva propiedad fue arbitrario y oprobioso, convirtiéndose en un atropello a los

67 Ibidem, (p. 350 hasta 364). 68 Ibidem, (p. 373). 69

Bengoa, Op. Cit. (p. 350

hasta 355).

“Pero el racismo de la sociedad chilena fue

disimulada mediante un proceso de integración de los

Mapuche como chilenos, convertidos en ciudadanos con derecho de ingreso a la

educación y al servicio militar, para así finalizar el proceso de exterminio del pueblo y transformar a los

sobrevivientes en dignos hijos de la patria, obligándolos a la

adaptación y a la sobrevivencia cultural.”

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derechos Mapuche consentido por las autoridades estatales que eran parte del negocio. Por otra parte, el arreduccionamiento y la asimilación forzosa convirtieron los nombres en apellidos, rompiendo las estructuras ancestrales básicas, desapareciendo las jerarquías y perdiéndose el poder de los caciques.

La pauperización de la vida obligó a las mujeres a vender sus joyas para obtener algún dinero que les permitiera comprar semillas a los usureros, para iniciar una vida minifundista que se encontraba gravada por el pago de contribuciones, otro sistema que no entendían, sobre todo por su concepción no mercantilizada de la propiedad. Otra consecuencia fue la dispersión de la sociedad Mapuche, ya que se intentaba evitar el contacto entre las comunidades. Los Mapuche fueron convertidos en campesinos pobres70, obligados a adoptar nuevas formas de socialización, producción y orden jurídico, con lo cual se buscó el blanqueamiento71 de este pueblo originario.

6. La cultura de la resistencia

Mapuche. Todo lo anterior dio paso a una

nueva forma de socialización Mapuche: la comunidad transformada en el nuevo espacio de la cultura, que permitía el establecimiento de nuevas formas de relaciones sociales, en las que se recuperan las ceremonias tradicionales, en definitiva, la cultura.

70 Ibidem, (p. 367- 368). 71 Salazar, Gabriel- Pinto, Julio, Op. Cit.

(p. 156).

La sociedad Mapuche se verá marcada por la derrota, por la violación de sus derechos, por la usurpación de sus

tierras, se verán recluidos en reducciones, espacios de segregación y marginalidad, compuesta por campesinos pobres al límite de la

autosubsistencia, agrupadas en comunidades al interior de las cuales resiginificaron sus tradiciones y desarrollaron una cultura de la resistencia que

encontró en la mantención de la lengua, las tradiciones, cultos y costumbres, y la forma de sobrevivencia, un espacio para la preservación de las tradiciones ancestrales y la proyección de la identidad del Pueblo Mapuche.

La cultura se convierte en una coraza y la comunidad en el espacio de soberanía, el límite con la sociedad huinca, donde se establecen nuevas formas de intercambio con las comunidades más cercanas y se constituye un sistema ceremonial, en torno a la celebración del nguillatung.72

Los principales ejes explicativos de la aparición de una cultura de resistencia mapuche son la usurpación del territorio y la violencia a la que fueron sometidas las comunidades en las primeras tres décadas del siglo XX, y que dieron paso a la marginalidad, la pobreza y la discriminación, sobre los cuales se construye un nuevo discurso de

72 Salazar, Gabriel- Pinto, Julio, Op. Cit.

(p. 143-144), véase también: Bengoa, Op. Cit. (p. 370).

recuperación de la memoria histórica del pueblo.

Pero el racismo de la sociedad chilena fue disimulada mediante un proceso de integración de los Mapuche como chilenos, convertidos en ciudadanos con derecho de ingreso a la educación y al servicio militar, para así finalizar el proceso de exterminio del pueblo y transformar a los sobrevivientes en dignos hijos de la patria, obligándolos a la adaptación y a la sobrevivencia cultural.

7. Notas para la discusión La estrategia estatal buscaba

aniquilar las costumbres y tradiciones de los Mapuche, aplicando la violencia represiva del Estado policíaco chileno y justificando la barbarie en los elementos discursivos elaborados desde la intelectualidad cercana al poder, la que se interesaba en la capitalización económica que este proceso podía significarles.

Los principales elementos del racismo oficialista se fundamentaban en la imagen de salvajismo Mapuche, entendida como negación del otro, difundida por los gobiernos que necesitaban de manera urgente integrar las tierras mapuches a la producción capitalista nacional.

Finalmente, a pesar de las violaciones de sus derechos ancestrales y la reducción territorial de la que fueran víctimas, nuestro pueblo ha demostrado una gran capacidad de adaptación, incluso bajo peligro vital, logrando resignificar su cosmovisión y manteniendo una resistencia heroica que ha significado sobrevivir al intento del etnocidio y genocidio estatal, por lo que no podemos considerarnos como vencidos.

Imágenes disponibles en: 1- http://sp2.fotolog.com/photo/50/2

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2- http://upload.wikimedia.org/wikip

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3- http://2.bp.blogspot.com/_ZnPV-

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4- http://3.bp.blogspot.com/_sK1P2

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DECLARACION DE PRINCIPIOS DE LA MANCOMUNAL DEL PENSAMIENTO CRÍTICO QUINTA REGIÓN

La mancomunal del pensamiento crítico ha sido pensada como un espacio de encuentro, reflexión y construcción de propuestas para levantar alternativas de “rearme ideológico del mundo popular”, frente a la implementación de un proyecto generalizante y totalizador, que ha logrado la deslegitimación de las alternativas populares de construcción de poder soberano y constituyente¨´(…) Como reacción a esta realidad es urgente convocar a los ciudadanos con sensibilidad social y conciencia histórica, para desarrollar un ejercicio que signifique reanimar el pensamiento crítico y propositivo del movimiento popular.

Se hace urgente la convergencia de intelectuales y trabajadores, unidos por gestación comunitaria y con ética colectiva responsable, para la elaboración de una proyección política que permita la construcción de pilares para un discurso alternativo, que cuente con la legitimidad proporcionada desde y por la base social.(...).Por esta razón pensamos que es primordial recuperar los espacios de convergencia social en los que se construyan propuestas desde la legítima sociabilidad de los excluidos, que nos permitan recuperar la memoria social y la riqueza del mundo popular que se expresa, a falta de espacios de convergencia, mediante los denominados reventones sociales, en los que se constata la existencia de las frustraciones de los no escuchados. Entendiendo por otra parte que las asociaciones ciudadanas generan, en su formación y en su quehacer, memoria colectiva y la memoria colectiva, identidad comunitaria. Y esta se expresa dialogando, interactuando, celebrando, participando, convirtiéndose en saber social que fomenta la unidad, la amistad, la camaradería, la solidaridad, el amor, el diálogo, la participación y la deliberación que genera sinergia social, animando proyectos de vida y procesos de autoconstrucción soberana.

La misma que nos lleva a hablar de la existencia de un saber social que se convierte en una ciencia del nosotros la que

transita hacia la construcción de una nueva sociedad, autoeducada, que nos permita establecer el fundamento de la construcción soberana de la ciudadanía, para esto se necesitan intelectuales leales, bien ilustrados, comprometidos con el proyecto como propio, orientándolo al bien general sin traicionarlo, sin caer en caudillismos y que sean capaces de no imponer el saber superestructural por sobre el conocimiento social.(…) Junto con ello debemos ser capaces de reestructurar y redefinir las prácticas históricas de educación popular, que nos permitirán analizar críticamente las estructuras disciplinantes que regulan y restringen la autonomía y libertad de acción popular, que se ha visto arrinconada por la dominación unilateral que ha logrado extender como un manto siniestro la desregulación mercantil sobre nuestras vidas, obligándonos a subjetivar la conflictividad social y lo que es peor, nuestra propia afectividad más íntima.

Por eso el llamado es hacernos parte del desafío de trabajar por la emancipación intelectual y la recuperación ideológica del mundo popular, entendido esto como una demostración de que intelectualidad no puede ser si no mas que sinónimo de compromiso civil y conciencia para la superación de las desigualdades económicas, políticas y sociales, para así establecer las bases para la recuperación de una democracia participativa constructora de poder constituyente. Por tanto hacemos un llamado a trabajar y organizarnos por un país para todos, libre de las ataduras impuestas por el sistema binominal de partidos existentes y excluyentes de Chile