Revista Eltopo. No.7. 2016 : (pp.68 - 95) ISSN:0719-3335
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Revista Eltopo. No.7. 2016ISSN:0719-3335
Resumen
En este artículo, realizamos una lectura al Valparaíso entre los años 2000-2016, con-siderando para ello dos periodos significativos en el desarrollo cultural reciente: un primer periodo de transición cultural entre los años 2000-2008 y un periodo que tra-tamos de caracterizar como de reconversión de la economía cultural entre los años 2009-2016. El primer periodo es analizado a partir de los datos publicados en un tra-bajo el año 2010, mientras que para el segundo periodo, se busca actualizar la discu-sión a partir de diversos estudios que surgieron en la región acerca del desarrollo de las industrias culturales y la política cultural regional 2011-2016. El análisis al caso de estudio del Centro Cultural Excárcel -actualmente Parque Cultural de Valparaíso-, que acompañó todo este proceso, permiten reconocer algunas de las disputas al interior de este sector. Los resultados indican dos tendencias para los próximos años: la primera enfocada en una política cultural para las industrias creativas, entendidas como crea-tividad, innovación y tecnología, mientras que la segunda rescata el locus creativo de la ciudad, que ha tendido a expandirse y resignificarse en un circuito más amplio en la región de Valparaíso. Las conclusiones indican un desajuste en los diagnósticos al sector cultural, una bifurcación que complejizará el desarrollo de este sector.
Palabras Claves: Industrias culturales, Valparaíso, Excárcel, espacios culturales, desarrollo cultural.
Abstract
In this article, we perform a reading at Valparaiso between the years 2000-2016, con-sidering for this two significant periods in the recent cultural development: a first period of cultural transition between the years 2000-2008 and a period that we try to charac-terize as conversion of the cultural economy in the years 2009-2016. The first period is analyzed from the data published in a paper in 2010, while for the second period, we seek to update the discussion from various studies that emerged in the region about the development of cultural industries and the Regional Cultural Policy for 2011-2016. By analysingthe Excárcel Cultural Center, currently Cultural Park of Valparaiso, as a case styudy who accompanied this process, we can recognize some of the disputes within this sector. The results indicate two trends for the coming years: the first focused on a cultural policy for the creative industries, understood as creativity, innovation and technology, while the second rescues the creative locus of the city, which has tended to expand and resignifiy in a circuit in the wider region of Valparaíso. The findings indicate a mismatch in the cultural sector diagnoses a bifurcation that will increase complexity in the development of this sector.
Keywords: Cultural industries, Valparaíso, Excárcel, cultural spaces, cultural development.
Felipe Espinosa Parra
(1) |Felipe Espinosa Parra.Sociólogo de la Universidad de Valparaíso, MA en Comunicación Social de la Universi-dad de Chile.
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INTRODUCCIÓN
El presente artículo tiene como propósito reflexionar acerca del desarrollo
cultural de Valparaíso en las últimas décadas desde la perspectiva de los es-
pacios culturales. Dividimos este desarrollo en dos periodos: un periodo de
transición entre los años 2000-2008 y otro periodo que trataremos de caracte-
rizar en este artículo y que corresponde a los años 2009-2016. Estas reflexio-
nes iniciadas el año 2010 en un artículo publicado en el libro “Valparaíso en
Tránsito”(Espinosa, 2010) editado por esta revista, buscaba describir el núme-
ro de cultores y las actividades culturales que se desarrollaban en la región de
Valparaíso a partir de información secundaria, especialmente de la Cartografía
Cultural (CNCA, 2000), que sentó un precedente en el registro censal de cul-
tores y actividades con una desagregación a nivel comunal, lo que permitía
hacer debatir las características de la región de Valparaíso frente a su área
metropolitana (AMGV).
El AMGV considera cinco comunas especialmente interconectadas, que co-
menzaron a desarrollarse desde finales de la década de 1970, pero con mayor
fuerza en los años posteriores.Actualmente estas comunas concentran el 53%
de la población regional y gran parte de la actividad cultural sucede en la ca-
pital regional y provincial que es la ciudad de Valparaíso. Consideramos que
esta ciudad puerto y patrimonial ha vivido procesos de transformación urba-
na característicos y el seguimiento de estos procesos de manera longitudinal,
permite evidenciar nuevos procesos o procesos emergentes que complejizan
el entramado social y cultural de la región.Para este trabajo nos preguntamos
acerca de los cambios, transformaciones y continuidades en el desarrollo cul-
tural de esta región, ¿existe un crecimiento y un desarrollo de lo que se diag-
nosticaba en los primeros años de este milenio?, ¿qué importancia tiene hoy
para la cultura el desarrollo de sectores en la ciudad como el universitario y
turístico?, ¿qué procesos emergentes pueden ser observados en la región y
que representa una innovación al desarrollo cultural?
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El enfoque hacia los espacios culturales, permite relacionar tres conceptos que
consideramos especialmente relevantes en la interrelación entre cultura y ciu-
dad: La cultura como comunicación, como producción y como espacios de sig-
nificación. Para observar este desarrollo, se analizan diversas fuentes secun-
darias como las encuestas de cultura y tiempo libre, informes de instituciones
y la política cultural regional de Valparaíso (2011-2016). La primera parte de
este artículo reflexiona brevemente sobre el concepto de cultura en la ciudad
y el modo en que la gestión urbana ha ido incorporando estas nociones. Aquí
también se discute sobre los diagnósticos realizados para el primer periodo. La
segunda parte indica brevemente las fuentes de información y la metodología
utilizadas para este artículo. La tercera parte presenta los principales resul-
tados para este segundo periodo, mientras que la última sección aborda las
principales conclusiones y definiciones que podrían caracterizar este periodo
del desarrollo cultural entre losaños 2009-2016.
Marco teórico
El espacio cultural está íntimamente relacionado al concepto sociológico de
lugar,entendido como espacio de identidad, relacional e histórico(Augé, 2004).
La cultura cumple un rol esencial al permitir la comunicación entre los indivi-
duos que pertenecen a ella y en una época en que la cercanía –en términos de
tiempo y espacio- se ha convertido en el principio constitutivo de la sociedad,
las fronteras culturales han perdido las características que la definían respecto
a las culturas antropológicas. Para Marc Augé la “superabundancia de acon-
tecimientos del mundo contemporáneo” no sería comprensible sin el “exceso
de espacio” que es a su vez el “achicamiento del planeta” (Augé, M., 2004, p.
41). El cambio en la escala de las ciudades y la “aglomeración de imágenes
cambiantes” (Simmel,1988), van dando forma a un paisaje urbano, que en la
actualidad conforma un caleidoscopio de signos, sonidos y olores (Macionis
& Parrillo, 2013).
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La transformación de la sociedad contemporánea está dada por la industria-
lización moderna de las ciudades, que supone la transformación del entorno
físico: Multiplicación de fábricas; vías terrestres, marítimas y aéreas, espacios
destinados a la circulación acelerada, vías rápidas, empalmes de rutas; pun-
tos de conexión como puertos, aeropuertos y estaciones; grandes centros co-
merciales y de consumo; espacios de recreación públicos y privados; nuevos
edificios en altura para habitación o trabajo y campos de tránsito prolongado
“donde se estacionan los refugiados del planeta” (Augé, 2004). En contrapo-
sición, el espacio cultural se relaciona a su entorno físico como lugar de repre-
sentación, permitiendo la vinculación y el sentido del arraigo. En este sentido,
el estudio de los espacios culturales nos permite conocer aspecto relacionados
a la subjetividad de una ciudad. El modo en que se relaciona a su historia, la
vinculación entre sus habitantes y sus modos de expresión.
Con espacio cultural, nos referimos a edificios tradicionales como bibliotecas,
museos y teatros, pero también a los centros culturales, galerías de arte, uni-
versidades, salas de concierto, radios, canales de TV y un sinnúmero de otros
lugares que relacionamos generalmente a un espacio cultural. Tradicional-
mente se han definido las prácticas y actividades propias de la cultura, como
aquellas relacionadas a los dominios culturales promovidos por la UNESCO
(2009), que incluye actividades relacionadas al patrimonio cultural, arqueoló-
gico y natural, las presentaciones artísticas y celebraciones, las artes visuales
y artesanías, libros, prensa, medios audiovisuales, diseño, turismo, deportes
y recreación, entre otros dominios. Estas definiciones pueden ser demasiado
amplias para fines de percibir una cierta morfología cultural en una ciudad,
por lo que planteamos que los espacios culturales en las ciudades pueden ser
comprendidos a partir de tres nociones que relacionan el espacio de la cultura
y el territorio:
- Espacios de comunicación: Entendido como aquellos aspectos sociales de la
cultura, el espacio público y los sistemas de comunicación locales.
- Espacios de producción: Se refiere a los aspectos económicos de la cultura,
las industrias culturales y creativas, clusters y distritos culturales.
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- Espacios de significación: A modo general son espacios que refuerzan los
aspectos narrativos de un territorio, la identidad y cultura popular, el patrimonio
y los espacios simbólicos.
La propuesta de observación de los espacios culturales en base a estos tres
ejes, permite simplificar y reducir la complejidad frente a otros modelos y mar-
cos de referencia para el estudio de la cultura, como el modelo de dominios
culturales de UNESCO (2009), el marco de referencia para estadísticas cultu-
rales impulsado por ESSnet-CULTURE de la Unión Europea (2012) y el modelo
de campos culturales del Observatorio de la cultura y las comunicaciones de
Québec (2004). Estos marcos conceptuales entregan una mayor especificidad
para la catalogación de las actividades y espacios culturales, pero complejizan
el modo en que -de forma exploratoria- podemos observar procesos emergen-
tes. En general, estos marcos conceptuales están diseñados para ser aplicados
a nivel de país o de región, por lo que se hace necesario construir marcos de
referencia acotados, que sean simples de incorporar para estudios delimitados
al nivel de ciudades o zonas metropolitanas.
El primer concepto, el espacio cultural como espacio de comunicación, se refie-
re a el entorno o lugar en el que se desarrollan actividades principalmente de
encuentro y sociabilidad. Son espacios donde predomina la interacción cara-a-
cara, cuya naturaleza no es del todo puramente funcional, como un espacio ex-
clusivamente de comercio o consumo. Se trata de espacios como plazas o par-
ques, entornos abiertos donde se produce el encuentro entre los habitantes. Si
consideramos las autopistas como ríos de la ciudad, estos espacios represen-
tan islas en la trama urbana. También se trata de espacios semi-públicos como
cafés, pubs, lugares de entretención y recreacionales.
El segundo concepto asocia los espacios culturales a espacios donde se genera
y se disemina la cultura. Se trata de aquellos lugares donde se desarrolle una
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actividad asociada a la cadena de valor o al ciclo cultural (UNESCO, 2009),
como espacios de creación, producción, difusión, exhibición, transmisión, con-
sumo o participación en los dominios más relacionados al mercado del arte y
las industrias culturales. Las salas de cine, escenarios para espectáculos en
vivo, espacios de grabación y transmisión de música y TV, salas de ensayo,
agencias de artistas y lugares de exhibición para fotografía y artes visuales,
entre otros.
El tercer aspecto se refiere a los espacios que contienen un valor intrínseco que
se relaciona al relato o narrativa de la ciudad. Son espacios patrimoniales que
refuerzan la identidad de sus habitantes y son un reflejo del paso de la historia
en una determinada localidad. También se trata de espacios que refuerzan
estas ideas, como archivos, museos y bibliotecas incluidas las de carácter uni-
versitario, municipal o semi-públicas. También se trata de espacios que por
diversos motivos son significados y puestos en valor por los habitantes, como
cementerios, hoteles antiguos, espacios baldíos o residuales, espacios que
pueden encontrarse en una frontera difusa entre el espacio formal e informal,
público y privado.
En el artículo publicado en el año 2010 sobre el desarrollo cultural, la creativi-
dad y la innovación en el Gran Valparaíso, se observaron diversas estadísticas
sobre actividades y espacios culturales, lo que permitió realizar el diagnóstico
de un proceso en tránsito, en desarrollo. Recién el año 2003 la ciudad de Val-
paraíso fue nominada como Patrimonio de la Humanidad por parte de UNESCO,
por lo que el periodo 2000-2008, reflejan los cambios que se comenzaron a
producir a partir de esa definición. Muchas carreras universitarias relacionadas
a la práctica cultural como cine, teatro, música, incluso carreras relacionadas
a las ciencias sociales y humanidades como sociología, abrieron recién en el
año 2003 en la región, por lo que la masa crítica relacionada al campo cultural,
estaba recién egresando de las universidades entre los años 2008 y 2009. Por
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esto los resultados del análisis de este periodo, consideraron estos fenómenos
como emergentes. Lo mismo el turismo y la inclusión de la ciudad de Valparaíso
como destino turístico cambió a partir de la nominación como ciudad patrimo-
nial, por lo que también estos fenómenos al momento del análisis eran aun
emergentes. Creemos que la realidad cultural de la región de Valparaíso y en
particular de su área metropolitana ha cambiado desde esa fecha, pero no está
aun claro que tipo dedefiniciones podrían marcar este periodo que está pronto
a concluir (2009-2016).
En los años posteriores a la nominación patrimonial de la ciudad, comenzó una
serie de impulsos a la actividad creativa. Entre ellos, la instalación del Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes (alrededor del mismo periodo), pero también
la creación de programas de fomento productivo a la cultura como el programa
de industrias creativas de Corfo, que funcionó durante 5 años y culminó el año
2013.También se produjeron algunos cambios de definiciones en los principa-
les nstrumentos de apoyo y financiamiento a la cultura y las artes, incluyendo
de manera transversal el apoyo a las industruias creativas locales, de modo
que estos programas también reforzaron –a nivel nacional- la permanencia y
continuidad de diversos proyectos culturales.
Varias cosas sucedieron en Valparaíso tras el primer quinquenio del siglo XXI,
que han transformado la matriz cultural de la región. Los recursos inyectados
por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la ciudad de Valparaíso tras
su nominación patrimonial, permitieron recuperar especialmente infraestruc-
tura de valor patrimonial –transformados en museos o casas patrimoniales-
en los sectores específicos que conforman el casco histórico, concentrando de
esta manera una mayor cantidad de actividades con una fuerte carga cultural
en este sector.
Para el año 2000, el registro de cultores de la Cartografía Cultural indicaban
que a nivel nacional, se contabilizaban 21.195 cultores, de los cuales 2.383
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residían en la región de Valparaíso y 846 en el área metropolitana (las cinco
comunas). No tenemos registros actualizados de personas realizando o dedi-
cadas profesionalmente a las actividades culturales como las de este censo, lo
cual es una deficiencia para una discusión actual.
Los datos de esta cartografía nos permitían desagregar información a nivel de
comunas para una serie de indicadores, como las actividades relacionadas a la
cultura clasificables en subsectores como música; artes visuales y audiovisua-
les; artes escénicas y coreográficas; literatura oral y escrita; manifestaciones
colectivas; patrimonio natural y humano; instancias de apoyo y gestión vincu-
ladas a la cultura y; medios de comunicación de masas. En la región de Val-
paraíso, el mayor número de actividades estaban relacionadas a la música,
artes visuales y audiovisuales, literatura oral y escrita e instancias de apoyo y
gestión vinculadas a la cultura. Si bien el modo de concebir estas categorías
para registrar estas actividades puede no ser muy útil en la actualidad dado
los nuevos marcos de referencia, no han existido intentos por actualizar esta
información bajo una metodología similar. Aunque hoy en día contamos con
mayor información sobre las actividades que conforman el campo de la cultura
y las comunicaciones, ésta se encuentra desagregada de acuerdo a sectores
o dominios culturales y pocas veces es posible encontrar información a nivel
comunal o de ciudades, que permita hacer comparaciones en los modos de
desarrollo de la cultura. Es lógico que así suceda, puesto que los estudios fo-
calizados de este modo, permiten establecer marcos lógicos para propuestas
de políticas culturales que decantan desde una política nacional para cada
dominio cultural (cine, música, literatura, etc.), que luego se va expresando y
vinculando a las necesidades de cada región, ya sea creando nuevas líneas
de apoyo específicas para una realidad territorial, especificando las bases de
fondos concursables o bien estableciendo criterios más bien cualitativos que
permiten a los evaluadores de propuestas culturales determinar los proyectos
más adecuados para apoyar. Esto es congruente para el caso de traducir políti-
cas públicas para el apoyo de la cultura.
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Sin embargo, en términos investigativos, existe un déficit en el tipo de informa-
ción disponible para estudiar procesos de desarrollo cultural. Es en parte por
este déficit, que hoy en día los diagnósticos sobre el sector cultural en el país
se miden escasamente por medios cuantitativos y más bien se ha tratado en
los últimos años de una serie de interpretaciones y reflexiones acompañadas
de datos cuantitativos, que provienen más bien de registros administrativos.
Los anuarios de cultura y tiempo libre elaborados por el Instituto Nacional de
Estadísticas, si bien son una importante fuente de información, corresponde
exclusivamente a registros, que aunque exhaustivos, pueden ser limitados para
efectos de evaluar el éxito de políticas culturales y la inversión que hace el país
en este tipo de instancias. Otros estudios elaborados por el Consejo Nacional
de la Cultura y las Artes como la Encuesta de Participación y Consumo Cultural
(2004-2005, 2011,2012), permite un nivel de desagregación mayor, pero su
enfoque como indica su título está en lo que las personas realizan respecto a
la cultura (en su tiempo) y noespecíficamente lo que pasa con los cultores, la
oferta y los espacios culturales.
El problema en el uso de los datos administrativos, recae en que no necesa-
riamente todo lo que administrativamente se registra es lo que corresponde a
la totalidad del fenómeno. En sociología esto nos plantea un problema mayor,
puesto que el método de los residuos nos permite establecer las categorías de
fenómenos emergentes que se producen en un determinado sistema social.
Sin el registro de los residuos no sería posible observar estos fenómenos. En
este sentido, la aproximación hacia los espacios culturales, permite observar
los cambios en las tendencias y los procesos emergentes que comienzan a
producirse en las ciudades. Para el año 2010, indicamos que el espacio social
estaba arraigado principalmente en el espacio público, en las universidades
y en un incipiente circuito de producción cultural en la música, la fotografía,
literatura y el cine. A partir de este periodo, el espacio público comenzó a trans-
formarse en un espacio virtual y abstracto. Durante ese periodo surgen los pri-
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meros movimientos sociales organizados de manera masiva a través de redes
sociales, que involucraron sobre todo a jovenes y estudiantes en torno al debate
sobre la educación. El estudio Valparaíso Ciudad Creativa realizado el año 2011
y publicado al año siguiente, nos permitió registrar parte de las tendencias en el
campo cultural en Valparaíso durante este momento y actualizar lo observado
algunos años antes. Ahí notamos que la percepción general de los ciudadanos
acerca del sector cultural no era muy favorable, que reflejaban una creciente
disputa en el modelo de desarrollo cultural.
Todo este periodo de 16 años, que hemos dividido en dos partes, refleja un
modo de desarrollo cultural en Valparaíso. 14 de estos años han pasado como
ciudad Patrimonio de la Humanidad. Si bien esto es aun un tiempo corto como
para realizar algún tipo de evaluación, pareciera ser importante realizar una ac-
tualización de esta discusión y observar qué caminos va tomando el desarrollo
cultural en la región.
Material y métodos
Para analizar el desarrollo cultural en la ciudad de Valparaíso, se revisarán es-
tadísticas e información relativa a los espacios culturales en la región de Valpa-
raíso y en particular para el Gran Valparaíso. Se analizarán las cifras del Anuario
de Cultura y Tiempo Libre (2009-2014) del Instituto Nacional de Estadísticas,
que presenta una diversidad de registros e indicadores sobre actividades y es-
pacios culturales, que en algunos casos se encuentran desagregados a nivel de
región. Se revisarán además los estudios Caracterización y Análisis Regional de
las Industrias Creativas Región de Valparaíso (2013) y la Política Cultural Regio-
nal de Valparaíso (2011-2016) del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Además se analiza de manera cualitativa el caso de estudio Centro Cultural
Excárcel, actualmente Parque Cultural de Valparaíso, con el fin de entender las
disputas del campo cultural a lo largo de este periodo.
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Se trata por lo tanto de una investigación bibliográfica, que busca interpretar
una serie de diagnósticos y datos secundarios con el propósito de contribuir a
los análisis pormenorizados sobre el desarrollo cultural en la región de Valpa-
raíso, que es a su vez una propuesta de análisis cultural para ciudades inter-
medias. El análisis mixto de fuentes de información cuantitativa y la observa-
ción más cualitativa a partir de notas de prensa, discusiones con profesionales
relacionados a estas actividades y el estudio de caso, permiten entregar una
mirada mucho más rica en interpretaciones.
Resultados
En el mes de julio del año 2005, se publicaba en un diario local, la noticia de la
recuperación de la “construcción más antigua de Valparaíso”(La Estrella de Val-
paraíso, 2005). El artículo indica que “El Polvorín” una construcción de 24,9
mts de largo, 6,5 mts de alto y 5,8 mts de ancho, con más de 200 años, estuvo
en uso hasta 1820-1830 hasta que en ese lugar se construyó una cárcel para
Valparaíso.El ahora llamado Parque Cultural de Valparaíso (PCV), es el lugar-
donde antes se emplazaba la penintenciaría de la ciudad y antes de eso era un
fuerte, donde se alojaba el mencionado polvorín, hoy convertido en Museo de
Sitio. En 1994 hubo un montín en la cárcel, donde se produjo un incendio ade-
más de la toma de rehénes. Ahí se dio cuenta de las inhumanas condiciones de
vida en que se encontraban los presos, que más tarde fueron trasladado a un
nuevo y más moderno complejo. Hoy casi no quedan vestigios de este pasado
reciente, pero durante la primera década del 2000, el espacio fue ocupado por
organizaciones culturales, que comenzaron a resignificar este lugar. Durante
algún tiempo se mantuvieron las galerías y las celdas de los presos, perma-
neciendo el lugar relativamente intacto. Se realizaban conciertos al aire libre,
talleres y durante un tiempo el lugar casi fue vendido para la construcción de
un complejo habitacional.
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La historia de este recinto permite retratar de alguna forma la historia cultural
reciente de esta ciudad. El ex recinto penitenciario fue adquirido en 1998 por el
Ministerio de Bienes Nacionales, administrándolo hasta el año 2004 cuando
fue traspasado a la Intendencia Regional. Sin embargo el desalojo de los pre-
sos no se realizaría hasta el año 1999. Para esa época, el recinto de casi 22
mil mts2 fue objeto degran interés por el rápido modo en que fue resignificado
y ocupado. Se denominó a esta iniciativa estatal y ciudadana “Proyecto Cárcel:
un cerro para la cultura”, que reforzó la idea del uso patrimonial ciudadano y
cultural. La idea de desarrollar en el lugar un gran centro cultural para la ciu-
dad, se pensó desde la adquisición del inmueble. Sin embargo, tres grupos con
interesescontrapuestos(Rojo Salazar, 2004) dificultaron la concreción inicial de
este proyecto:
1) La empresa privada con objetivos inmobiliarios; 2) el gobierno con objetivos
más integradores pero de corto plazo y; 3) las diferentes organizaciones cultu-
rales que se habían instalado en el lugar con objetivos puramente ciudadanos
y artísticos.
Para los años 2002-2003, se presentó el primer proyecto de recuperación de
este inmueble, con una ubicación y un tamaño estratégico, que consideraba
la venta de la mitad de los terrenos para desarrollo inmobiliario y la otra mitad
para su uso cultural, denominado “Campus Cultural de 2ª Generación”. Las
críticas a este proyecto fueron inmediatas, una nota del periódico El Mercurio
de Valparaíso del año 2003 indica que “31 agrupaciones de la sociedad civil
de Valparaíso” manifestaron su oposición a esta iniciativa (Álvarez, 2003).Es-
tas críticas apuntaban también a una cuestión importante para los porteños,
esto es, que se tomaran las decisiones sobre el plan de Valparaíso en la misma
ciudad, evidenciando unadisputa entre una visión centralista desde la capital y
una visión de ciudad local (Rojas, 2005).
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“La Corporación de Amigos de la Ex Cárcel y el Movimiento por el Mejor Destino
de la Ex Cárcel fueron las agrupaciones que lideraron las protestas de los gru-
pos artísticos-culturales que ya habitaban en el lugar y que consideraron a
este plan como "centralista" y que no contemplaba la participación
ciudadana.”(Salazar, 2005)
Las críticas a esa primera propuesta detuvieron el proyecto y continuó el uso
ciudadano del espacio, se realizaron visitas guiadas por las celdas, se pintaron
algunos muros con graffitis que buscaban resignificar el lugar y continuaron los
talleres y espectáculos especialmente de artes performativas o escénicas,
transformándose en un espacio público de una innegable “riqueza estética” (…)
“tanto por su valor como fuente de memoria e identidad, como por su importan-
cia como agente cultural de la ciudad” (Jordán, 2006).
Entre los años 2007-2008 se presentó una nueva alternativa para la excárcel,
que consistía en la donación de un proyecto de arquitectura del reconocido ar-
quitecto Óscar Niemeyer, pero nuevamente esta propuesta –porno tratarse de
un proyecto consensuado y ciudadano-, fue rechazada. Finalmente, entre los
años 2009-2011 se realizó el concurso público que culminó con la aprobación
del proyecto actual, un concurso cargado de suspicacias, debido a la dificultad
de lograr consensos para su destino final(García, 2011). El proyecto de los ar-
quitectos Holmes, Labbé, Portugueis y Spichiger, consideraba una superficie
construida de 8.350 m2 e incluía plazas y áreas verdes, así como salas de
concierto y para talleres, galerías, oficinas, manteniendo la configuración de la
galería principal de reos, además delrescate del antiguo polvorín al centro del
recinto (Holmes, Labbé, Portugueis, &Spichiger, 2009).
El nombre Parque Cultural de Valparaíso fue uno de los hitos que marcó este
proceso. Se determinó este nombre que también utilizaron los antiguos ocu-
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pantes/artistas del lugar y de esta manera se delimitó un carácter especial que
debía mantener este recinto. El concepto de resignificación, fue también rele-
vante para entender el proceso de reconversión de este lugar. Si durante el peri-
do de post-dictadura, en la década de 1990, el desarrollo cultural se concentró
principalmente en Santiago, la capital del país, el hito que fundó el desarrollo
cultural de la época siguiente, es el Parque Cultural de la Ex Cárcel de Valparaí-
so. Cargado con una historia particular, vivió durante estos años una conversión
marcada por las disputas, que atrajo la mirada de artistas de todo el país que
comenzaron a emigrar hacia la ciudad puerto. En los diagnósticos realizados
durante este periodo, la cantidad de cultores y artistas era aun baja al comienzo
de estos años, sin embargo fue creciendo con el tiempo. Solo alrededor del
parque cultural, se calculaban más de 30 agrupaciones con al menos 10 inte-
grantes, es decir cerca de 300 artistas. Un espacio que actuó como un polo de
atracción, primero para los artistas más desamparados en regiones alejadas
del centro del país, para quienes históricamente el puerto ha representado un
atractivo artístico, pero también y quizás más importante aún, una gran canti-
dad de artistas de las zonas aledañasa la ciudad, es decir del Área Metropo-
litana del Gran Valparaíso y de ciudades colindantes como el puerto de San
Antonio, la ciudad de Quillota y Limache. La entrega final de la obra fue esti-
mada para agosto de 2011 y ese proceso dio inicio a una nueva disputa sobre
la administración del lugar. Actualmente el parque acoge diversas actividades
culturales, talleres artísticos y se presentan obras de arte, danza, además de
exhibiciones de arte. El parque se ha transformado también en un centro de
atracción de visitantes que recurren a celebrar cumpleaños, jugar fútbol o en-
sayar instrumentos. Se trata de un espacio reconvertido y probablemente los
pequeños que asisten los fines de semana, no son conscientes de la carga
simbólica del lugar donde juegan y se entretienen. Se trata de un espacio que
marcó la disputa ya no de un periodo de dictadura a una democracia, sino de
un tipo de democracia a un modo particular de ocupar los espacios públicos.
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Figura 1: Parque cultural de Valparaíso.
Fuente: Elaboración propia, abril de 2016.
El año 2012 se publicó la Política Cultural Regional de Valparaíso (2011-2016),
que realizaba un diagnóstico donde rescata la necesidad de obtener una mira-
da a los espacios y la infraestructura cultural. En el documento se reconocen
para junio del año 2011 un total de 142 espacios o infraestructura cultural en
la región de Valparaíso, la mayoría concentrados en las comunas de Valparaíso
y Viña del Mar.
Hoy en día, el mismo registro indica que en la región existen 153 infraestruc-
turas culturales,es decir 11.617 habitantes por infraestructura cultural (CNCA).
De esta infraestructura 75 están registradas en la Provincia de Valparaíso y 43
en la comuna de Valparaíso entre ellas archivos, bibliotecas, centros culturales,
centro de documentación, salas de cine, galerías de arte, museos, teatros, en-
tre otros. En el informe de política cultural regional se identifican además 29
carreras de pregrado relacionadas a la cultura en Institutos Profesionales, 39
carreras en Universidades y 4 carreras de postgrado en esta área. Además se
indica que entre los años 1992 y 2010 se han asignado a la región de Valparaí-
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so un total de 9 mil 600 millones de pesos entre los fondos Fondart Nacional,
Fondart Regional, Fondo Audiovisual, Fondo de la Música y Fondo del Libro, ad-
ministrados por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Además se desta-
ca los aportes a construcción de centros comunales de cultura en las comunas
de Los Andes, Calera, Quillota, Quilpué, Villa Alemana y San Antonio entre los
años 2008-2010 por un total de 3 mil millones de pesos.
Diversos encuentros, festivales y otras instancias culturales que se crearon du-
rante el primer periodo de transición 2000-2008, continúan hasta el día de hoy
como el Festival Rockódromo (2004), Festival de Arte Sonoro Tsonami (2007),
el Festival Mil Tambores o el Festival Teatro Container (2008). En tanto el tra-
dicional Carnaval Cultural de Valparaíso realizado desde principios del periodo,
cambió su nombre en 2010 a Festival de las Artes. Desde el año 2011 también
se realiza el Festival Puerto de Ideas, que congrega a diversos conferencistas,
académicos, artistas, ingenieros, entre otras personalidades, además de com-
plementar con actividades culturales. El crecimiento de la oferta académica
permitió profesionalizar la actividad cultural en la ciudad un poco alicaída al
comienzo de este periodo e incentivó también la llegada de artistas, gestores e
innovadores culturales de Santiago y otras partes del mundo.
De acuerdo a registros de la oficina de turismo SERNATUR, el número de llega-
das de turistas a Chile era de 1.7 millones en 2001. Al año 2014, estas cifras se
multiplican a 3.6 millones. El crecimiento de la actividad turística en todo el país
ha sido importante y la región de Valparaíso no está ajena a este fenómeno. En
la región se ofrece más del 15% de las unidades de alojamiento del país y se
destaca el turismo interno y de intereses especiales, como el turismo cultural.
De acuerdo a información del Consejo de Monumentos Nacionales existen 180
monumentos nacionales en la región, 104 de los cuales se encuentran en la
Provincia de Valparaíso. Al observar esta distribución por comuna, se observa
la concentración de este tipo de instalaciones en la ciudad de Valparaíso (85), y
en mucha menor cantidad en Los Andes (16).
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Figura 2: Infraestructura cultural de la región de Valparaíso.
Fuente: (CNCA, 2012, p. 46).
El año 2014 se registraron 822 funciones de espectáculos de artes escénicas.
En el periodo anterior, las cifras indicaban que en promedio (2001-2007) se de-
sarrollaron 470 actividades. La Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) in-
forma además que la región de Valparaíso cuenta con 569 asociados (personas
naturales) al año 2014, lo que representa casi un 7% del total de registrados a
nivel nacional (concentrados en un 74% en Santiago). El registro de espectácu-
los musicales no muestra una diferencia importante de las cifras al comienzo
del periodo. En el año 2000 se registran un total de 571 actividades musicales
en la región de Valparaíso y para el año 2014 esta cifra es de 473. Entre los
años 2000 y 2008 se registraron 1.162 títulos (libros) en el registro ISBN para
Desarrollo y espacios culturales en Valparaíso: Tendencias en las últimas décadas (2000-2016) 86
Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN, 2016).
la región, que corresponde al 3,99% del total nacional. Entre los años 2009 y
2014 último año para el cual se tiene registro, se acumula un total de 1.522
libros, que corresponde al 4,61% del total de títulos registrados a nivel nacional
en este periodo, lo que corresponde a un aumento importante en la producción
escrita local. Además, en la región se concentra un total de 47 bibliotecas pú-
blicas, representando el 10,5% del total en la red de bibliotecas públicas a nivel
nacional. Así mismo, al año 2014 la región cuenta con 19 salas de exhibición de
cine, con una capacidad de 4.060 butacas, representando solo apenas un 6%
del total de capacidad del país.
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Desarrollo y espacios culturales en Valparaíso: Tendencias en las últimas décadas (2000-2016) 88
Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (CMN, 2016).
Han existido avances desde el primer periodo de transición a este segundo pe-
riodo, que podría ser caracterizado como un periodo de consolidación y estabili-
zación de la actividad cultural tradicional, además de la profesionalización y ac-
tivación de un circuito cultural interregional. La región de Valparaíso es además
la segunda región en exportación de servicios culturales, alcanzando un monto
total de 3.7 millones de U$ en 2014, aunque esto solo representa el 1,7% del
total de exportaciones, las que se concentran en la capital en un 97%. ¿Qué nos
aportan estas cifras? ¿Cómo podemos interpretar el desarrollo cultural en la
región en estos últimos años?
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El desarrollo de la cultura y las comunicaciones ha sido vertiginoso en las ciu-
dades del siglo XXI. Conceptos como ciudad creativa, que hace 5 o 10 años no
se escuchaban por estas latitudes, ahora se han ido incorporando en la política
pública y en los planes de desarrollo urbano productivo. Un informe publicado
en octubre del 2015, preparado como antecedentes para el plan “Valparaíso
Ciudad Innovadora, Sustentable y Creativa” (Codesser, 2015) del CNCA y la Cor-
poración de Fomento Productivo (CORFO), plantea estas definiciones. En este
documento, se destaca como activos singulares la calidad patrimonial, la marca
global de la ciudad, la ciudad como destino turístico cultural y creativo, la nueva
infraestructura cultural, la calidad de vida, capital humano creativo, locaciones,
festivales, universidades, capacidades en TIC y diversidad de industrias cultu-
rales y creativas. El informe presenta una serie de indicadores que podrían apli-
carse para medir la creatividad en la ciudad y rescata como índice pertinente
para medir la creatividad en Valparaíso el Creative Cities Index, elaborado por
el urbanista Charles Landry. Se trata de un diagnóstico similar al que llega-
mos el año 2011 cuando presentamos el Observatorio de Ciudad Creativa, que
culminó con la investigación Valparaíso Ciudad Creativa, donde efectivamente
se aplicó el modelo y metodología elaborado por Landry. Esto a partir de una
comunicación con la oficina del consultor, quien nos facilitó sus apuntes meto-
dológicos que en ese momento aún no habían sido publicados.
El desarrollo de la investigación “Valparaíso Ciudad Creativa”, nos permitió en
su momento enfocarnos en variables transversales de la creatividad, que van
más allá de las industrias culturales y actividades relacionadas al arte. En este
sentido, se apela a un locus creativo intrínseco a los habitantes y organizaciones
de la ciudad. El diagnóstico a partir de ese modelo, nos permitió discutir acerca
del tipo de articulación que debiera producirse en la ciudad, entre las organiza-
ciones sociales, de educación, de la administración pública, de la industria y los
negocios y de las organizaciones culturales y patrimoniales. Esta metodología
aunque no compleja en términos de las herramientas que utiliza, si supone una
Desarrollo y espacios culturales en Valparaíso: Tendencias en las últimas décadas (2000-2016) 90
logística compleja que en nuestra experiencia se logró desarrollar de manera
efectiva, pero enmarcada en un equipo de investigación pequeño y muy diverso.
Los resultados de esa investigación y una reflexión metodológica acerca de este
proceso, se publicó en el primer número de esta revista (Espinosa, 2013).
El informe de 2015 al que nos hemos referido, presenta dos subsectores con
mayor potencial para el desarrollo de la ciudad creativa en Valparaíso: el sec-
tor audiovisual-cine, y el subsector denominado CreaTIC, creatividad funcional
con incorporación del factor digital. Estos sectores se reconocen con un mayor
potencial de escalamiento y que provee de servicios especializados y globales
de mayor valor agregado, con posibilidades de internacionalización. En nuestro
diagnóstico del primer periodo, los conceptos de innovación y nuevas tecno-
logías eran aún muy incipientes y limítrofes, aunque se realizó un intento por
cuantificar la “clase creativa” en la región. En ese ejercicio se contabilizaron
el número de cultores, más relacionados a las actividades del arte y la cultura,
pero también la planta docente de las instituciones de educación superior, in-
cluyendo profesionales de ingeniería y carreras tecnológicas, así como el total
de matriculados en estas instituciones, considerando que se transformarían en
una masa crítica que se inyectaría prontamente al sistema creativo. En esa esti-
mación y considerando las deficiencias metodológicas de las fuentes de datos,
se calculaba que las “clases creativas” en la región correspondían a un 8% de
la población mayor de 14 años. Es esperable que esta relación haya aumentado
en este segundo periodo.
CONCLUSIONES
Todos estos impulsos al sector creativo en la ciudad y en la región, han reconver-
tido y reconvertirán en los próximos años el locus creativo de sus ciudadanos.
La revisión del caso de la excárcel, nos permite distinguir por ejemplo el modo
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en que ya se han transformado las formas de organización del sector cultural.
Existe hoy en día un mayor impulso a la transformación productiva de la cultura,
lo cual era esperable por una tendencia general a la profesionalización de estas
actividades. En esta breve revisión y actualización de la discusión sobre el caso
de Valparaíso, nos hemos enfocado en los espacios culturales más relaciona-
dos a la concepción tradicional de la cultura, como los espacios patrimoniales,
bibliotecas y centros culturales. También en las actividades culturales y sus cul-
tores con residencia en la región, es decir aquellos aspectos que se ocupan del
espacio cultural en la ciudad. Las tendencias actuales indican una inclinación
hacia la creatividad como innovación, quedando relegadas como prioridad otras
actividades relevantes para el campo de la producción cultural en la ciudad.
En el primer periodo predominaban los cultores de artes escénicas, música y
literatura, que en el modelo de anillos de las industrias culturales, se encuen-
tran al centro. Muchas de las organizaciones que ocuparon el espacio de la
excárcel se relacionaban al dominio de estas artes. En el periodo posterior, la
nominación patrimonial inclinó el sector creativo hacia el desarrollo urbano y
patrimonial. El rescate, salvaguardia y recuperación del patrimonio material e
inmaterial, tangible e intangible, fueron predominantes durante el segundo pe-
riodo. En este momento la discusión se enfoca en la administración del sector
creativo, pero al mismo tiempo, éste crece y se diversifica, por lo que amplia su
radio de acción y comienza a interactuar con otras actividades. Al mismo tiem-
po, la centralidad que provocó en un momento el centro excárcel, comenzó a
declinar en su periodo de reconstrucción, lo que provocó que surgieran diversos
centros intermedios, casas de estudio, salas de ensayo y grabación, así como
escenarios y lugares para la presentación y exhibición de espectáculos y otras
actividades artísticas. El número de galerías de arte creció especialmente en el
sector del Cerro Alegre y Concepción, donde con más fuerza se llevó a cabo una
reconversión patrimonial y turística, que impulsó actividades como el diseño.
Desarrollo y espacios culturales en Valparaíso: Tendencias en las últimas décadas (2000-2016) 92
El espacio de las industrias culturales y creativas, fue ocupado mayormente
alrededor de las instituciones de educación superior, que en sus actividades
de extensión, incorporan apoyo y difusión de eventos culturales, así como man-
tienen actividades de producción editorial y radios especialmente.El cambio de
enfoque hacia las industrias como el videojuego, el cine y el desarrollo de tecno-
logías, tienen como objetivo impulsar polos económicos, pero esta bifurcación
puede plantear dos vías de desarrollo paralelas para el sector creativo, con poca
articulación si es que no se observa el modo en que estas nuevas tendencias
se integran a un tejido existente y persistente en la ciudad. Creemos que existe
un desajuste en los diagnósticos sobre el desarrollo cultural en Valparaíso, que
se debe al breve análisis sobre el espacio público cultural en la ciudad y la re-
gión. Este generalmente es observado desde la perspectiva de las identidades
culturales, las cuales son diversas, pero estas observaciones no se integran
realmente en las estrategias de impulso al sector cultural. Una revisión al espa-
cio público de la cultura, nos permitiría comprender, que el tejido cultural en la
actualidad, se encuentra en el potenciamiento de los circuitos culturales a nivel
regional. Las grandes inversiones en infraestructura cultural que se han realiza-
do en los últimos años, no se corresponden directamente con las estrategias y
planes de articulación del sector creativo propuestas para la región.
Algunos fenómenos emergentes que rescatamos en este segundo periodo, es
el reconocimiento de este espacio público cultural, que también está lleno de
contenido, en una historia más reciente. Las ciudades que rodean a Valparaíso,
han sido protagonistas de un nuevo impulso a la actividad cultural. El registro y
estudio de las tendencias culturales en décadas recientes ha llevado a redescu-
brir la diversidad y riqueza de contenidos culturales como las particularidades
del rock en Villa Alemana, los escritores del Litoral, nuevos polos de atracción
de artistas como Quillota, además de circuitos relativamente más estables de
artes escénicas y mercado del arte en toda el área metropolitana. Nuevas ferias,
festivales, fiestas tradicionales y actividades anuales han surgido y se han po-
|Revista Eltopo Junio - Julio 2016.93
tenciado en estas ciudades, por lo que creemos que el impulso para el próximo
periodo vendrá no solo de los aspectos de innovación en las industrias creati-
vas, sino también en una expansión de los circuitos culturales en las ciudades
intermedias de la región.
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