Revista Blanca La FORA y Las Luchas Sociales de Argentina y América, Federico Barreda 22 Giu 1934
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8/16/2019 Revista Blanca La FORA y Las Luchas Sociales de Argentina y América, Federico Barreda 22 Giu 1934
1/3
O X
BARCELONA 22 DE JUNIO DE 1934
NUM.
283
LA REVISTA BLANCA
S O C I O L O G Í A , C I E N C I A , A R T E
•
SEMANARIO ILUSTRADO
C O L A B O R A D O RES
CIENCIA SOCIAL: M»
N . i i l . . , l „ i , i
Fabbrl, Analol Gor«lll
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8/16/2019 Revista Blanca La FORA y Las Luchas Sociales de Argentina y América, Federico Barreda 22 Giu 1934
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SUPLEMENTO DE «L REVIST BL NC »
ül
Lo que la F O . R. A . representa en las lu-
chas sociales de la Argentina y América
LA F . O. R . A.
II
Desde los albores del movimiento social en la Ar
gentina, se perfi laron las dos corrientes que hoy cons
t i tuyen los dos polos opuestos de la acción prole
tar ia . Tanto en la Argent ina como en América
exist ían las condiciones necesarias para dirigir la re
beldía obrera. Porque si bien no eran los campos
exh austo s com o en la vieja Europa los factores de
terminantes del descontento, ni la aglomeración
art i ficiosa de centros industriales , inexistentes enton
ces , lo cons t i tu ían , en cambio , e l rudo cont ras te de
campos inmensos sin cul t ivar y sujetos no obstan
te al cri terio usura rio de sus propietarios , m ientra s
enormes cantidades de famil ias proletarias padtecíai i
las angust ias del hambre y sus hi jos crecían en la
indigencia, caren tes de al ime ntos y de toda confor
tación moral .
América ofrecía, pues, campo propicio al f loreci
miento de una rebeldía que, s i al principio podía
ofrecer los caracteres de lo indefinido y puramente
ins t in t ivo , debía necesar iamente ar r ibar a polar i
zaciones en de term inad as ideologías reivindicacionis-
tas que ya iniciaban su actuación mil i tante en el
seno de las masas laboriosas de Europa.
Eludiendo de historiar la iniciación del movi
miento obrero revolucionar io en la Argent ina , po
demos af i rmar que desde la cons t i tución de la
F . O. A. (Federación Obrera Argent ina) , a conse
cuencia del Congreso obrero que iniciara sus sesio
nes el 25 de mayo de 1901 en B uenos A ires, la his
tor ia del pro le tar iado argent ino comenzó una dé sus
páginas más bri l lantes, l lena de los mejores augurios.
Huelgas por mejoras económicas y en pro de ob
jet ivos de sent ido moral , de sol idaridad, l lenan sus
años de actuación ha sta qu e en el Con greso del 30 de
jul io al 2 de agosto de 1904 se resuelve t i tularla Fe
deración Obrer a Regional A rgent ina (F . O . R . A. ) ,
nombre con que l l egar ía has ta nues t ros d ías n im
bada de g lor ia y marcando para l as paupérr imas po
b laciones de la Argent ina y América toda una epo
peya de gestos y hechos val ientes, cuya trascen
dencia habla de una misión reivindicat iva cumpli
da con toda energía y decisión l ibcratriz.
La F. O. R. A. viene a ser así «. . . el intento más
serio de la organización continental de los t rabaja
dores . ¿Por qué ha s ido la F . O. R . A. una organi
zación de tan al ta representación proletaria y l iber
taria regional y supcrnacional? Por su doctrina y
por su práct ica. Aceptó como eje de su ideología el
comunismo en el orden económico y la l ibertad en
el orden polí t ico.
«Se sigue de aquí que una de las bases fundamen
tales de la labor histórica de la F. O. R. A. ha des
cansado en el estudio y solución del fundamento
económico de los pueblos.
«Su ideal es ant iestat is ta; rechazó el Estado como
forma histórica de la autoridad, como cris tal ización
de la violencia organizada, como instrumento de
clase y s is tema de opresión.
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IV
SUPLEMENTO DE «L A REVISTA BLANCA»
que no comprendía que las corrientes emigratorias,
que ellos favorecían con el fin de aumentar y reno-
var la carne de explotación, traía también la simien-
te de rebeldías fecundas prendidas en el espíritu y
el cerebro de los parias que venían a América traí-
dos por la esperanza de mejorar su suerte y se en-
frentaban con una dolorosa realidad. Y también
debió lidiar la F. O. R. A. contra aquellas organiza-
ciones que por sugestión de la misma educación au-
toritaria reducían su actividad a menguadas peti-
ciones de mejora sin trascendencia, y a condicionar-
se a las necesidades demagógicas de las múltiples
banderías políticas que buscaron constantemente uti-
lizar los anhelos mejorativistas del proletariado como
trampoUn para satisfacer sus ansias de Poder. In-
terpretación de un espíritu renovador de condiciones
económicas y morales, la F. O. R. A. actuó en todos
los terrenos de la actividad reivindicacionista y
orientó la defensa de los explotados hacia objetivos
mejorativistas bien concretos. En el orden indus-
trial del trabajo, organizó Sindicatos por oficio para
mejor corresponder a las exigencias de los tiempos.
Ciudades y pueblos de la Argentina conocieron lo
que vale la conciencia y la solidaridad obrera en
su histórica porfía con el capitalismo, porque los
Sindicatos de la F. O. R. A. señalaron su presencia
mediante exigencias indeclinables, de mejoras en las
condiciones del trabajo, hechas a los explotadores
que, cegados por la idea primitiva de que en la Ar-
gentina y América no levantaría su vuelo la noble
idea de la emancipación y la equidad, apretaban de
m is en tnás el cinturón de hierro de la exacción de
energías humanas laboriosas y feraces, en provecho
de una minoría engreída por las fastuosidades de
una vida regalada.
Y si en el terreno de lis luchas económicas indus-
triales, la F. O. R. A. supo mantener una clara y
firme posición que consultó caM siempre los anhelos
de los asalariados de las ciudades y centros de pro-
ducción, el problema campesino tuvo su actuación
descollante y acertada en más de una ocasión. La
Federación Agraria Argentina (F. A. A.), institución
agraria que cobija a los chacareros ricos y explota a
los pobres, y especialmente sirve de tamiz a las exi-
gencias del campesino para que lleguen menguadas
y descoloridas hasta los grandes terratenientes, fué
un obtíáculo constante opuesto a las iniciativas y lu-
chas que en favor de los trabajadores agrarios em-
prendiera la F. O. R. A. en múltiples ocasiones.
Mantuvo la F. O. R. A., ante el asunto agrario,
el concepto de la organización de los braceros para
conseguir mejoras de salarios y condiciones de tra-
bajo arrancándolas a los colonos que son los que
directamente explotan a los parias que concurren a
las cosechas aSo tras año en busca del sustento.
De orden inmediato este concepto, para la solución
integral piropició la toma de posesión de la tierra y
herramientas necesarias por parte de los que la culti-
van y riegan con su sudor. Su actuación, extendida
as í todos los medios productores, llevó modalida-
des y tácticas de íccióo eficaces y cüiKotdantes, .al-
gunas veces, con las exigencias mismas de la con-
tienda y las medidas de defensa del capitalismo y
U evolución de las formas de la producción y su
conexión con los progresos científicos y mecánicos
de la época.
A este respecto es oportuno reproducir párrafos
de la declaración hecha por el IV Coivgreso de la
F. O. R. A. en el año 1904 (30 de julio al a de
agosto): «El IV Congreso de la Federación Obrera
Argentina declara que ésta debe dirigir todos sus
esfuerzos a conseguir la completa emancipación del
proletariado, creando sociedades de resistencia, fede-
raciones de ofidos afines...K
«5 .
— Que las sociedades de u n mismo oficio d e
distintas localidades constituyan la Federación de
oficio, y que las sociedades afines de una o varias
localidades constituyan la Federación de oficios sí-
miles.»
Esto es indudablemente diferente a lo que signi-
fica o representa una Federación de Sindicatos por
Industria, pero tan importante declaración evidencia
un criterio bastante claro con respecto al problema
de las industrias, y aunque anulada más tarde por
otros Congresos, influenciados por circumtancias de
discurible seriedad doctrinaria, constituye ella una
de las más notables y que definen mejor el carác-
ter revolucionario de la F. O. R. A.
Demarcada con meridiana claridad la línea de ac-
tuación de la F. O. R. A., más o menos seguida sin
variaciones esendales durante sus cerca de cuarenta
ños de existencia, en la actualidad representa una
verdadera esperanza para el proletariado del país,
precisamente porque contiene en esencia las condi-
ciones necesarias para constituir una gran potencia
material, efectiva, orgánicamente capaz por «1 es-
tructuración varia, en Sindicatos de oficio y los de
industria que habrán de imponerse por el imperio de
la necesidad y su propio espíritu renovador y com-
bativo.
Y doblemente esperanzada por la sustanda moral,
el ideal libertario y justidero que mueve sus nú-
cleos,
anima a sus militantes y da a sus acciones pof
pulares una sana virtualidad revo lucionaria, tras-
cendente y social.
FEDERICO BARREDA
dvertencia a ios lectores
A consecuencia de un baldeo que estamos
efectuando en esta Adm inistración con el
mismo propósito con que el barco lanza lastre
para salvar la vida d e los que e n él navegan
algunos pueblos quedarán o han quedado sin
vendedores de nuestras publicaciones. Lo que
advertimos para que sepan que si no se recibe
LA REVISTA BLANCA La Novela Ideal ni La
Novela Libre será porque habremos retirado
los envíos al corresponsai por falta de pago.