RESEÑA - Infiernos Mínimos

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ALUMNO:Huali Acho, Jos AlfredoCDIGO:13030008Jorge VALENZUELA.Infiernos mnimos. Cuentos, Lima, Campo Letrado Editores, 2014, 90 p.(ISBN: 978-612-46734-1-2)DecaJean-Paul Sartre, reconfigurando unos versos de Charles Baudelaire, que: El infierno son los otros. Esta tajante frase no solo le serva a Sartre para estructurar la composicin dialctica de su teora existencialista, sino que tambin trataba de certificar la apariencia de los objetos, afirmar que la maldad se oculta en lo cotidiano, en lo comn. Lo terrible se inscribe tras la seguridad de lo familiar. En sultimo libro, Jorge Valenzuela asume esa idea como la mdula sea que concatenar la totalidad de sus relatos.Evidenciando claras influencias dela lnea cuentstica ms clsica y tradicional (aquella que va desde Clemente Palma y Abraham Valdelomar hasta Julio Ramn Ribeyro y Guillermo Nio de Guzmn),JorgeValenzuela (prominente miembro de la generacin de escritores urbanos de los ochenta) utiliza caracteres de lo gtico y lo decadente, esforzndose en demostrar que no hay esperanza posible en un mundo plagado de imgenes engaosas, llenas de traicin latente, pero enmarcadas en un escenario citadino que trae consigo las tpicas dificultades existenciales como el tedio, la insignificancia y la frustracin, elementos propios de la narrativa urbanista de la segunda mitad del siglo XX. Estas dos vertientes se conjugan enInfiernos mnimos, formando pequeas crnicas sobre la destruccin implacable del sujeto.Son seis los relatos que componen este libro, pero que se agrupan en dos lneas temticas definidas, conectadas por un elemento aglutinante. La primera tendencia habla del otro como un elemento inaprensible que oculta la perdicin del sujeto, del yo protagonista del relato. Ser esa otra presencia la que quiebre la cotidianeidad mediante un hecho incomprensible. Esa relacin entre lo propio y lo ajeno, lo aceptado y lo prohibido, en suma, el yo/otro, supone una alteridad contraria distinta al sujeto cultural que se constituye como centro. As, en El recuentro, dos amigas distanciadas por muchos aos vuelven a citarse en un cine, pero la presencia de una mujer extraa har que las compaeras se separennuevamente, quebrndose los lazos que intentaban reconstituirse. Ese otro que es la mujer exgena al entorno de las muchachas corta, fragmenta las apariencias pacficas de la vida, pues la mujer se presenta como alguienmuyafable y bondadosa, pero que oculta razones oscuras, traiciones y miedos. Similar historia pasa en La corbata, donde un hombre necesitado de dinero alquila su departamento a una pareja, que oculta su adiccin a la herona. Y en Juntos, una pareja igualmente se da cuenta que, a pesarde vivir dcadasunidos, no ha logrado conocer totalmente al otro, descubriendo al final ciertas actitudes impropias que no conjugan con la imagen que el personaje central tena de esa otra persona.El sujeto central (el yo) trata de ubicarse en un tiempo,definirse en un cierto espacio montono y controlado, que facilita el desarrollo de una identidad autnoma. El dilema radica en la estructura de esa realidad, la cual no se halla exenta de otras presencias, que no necesariamente se hallan bajo el controldel sujeto, que no pertenecen al conglomerado de su situacin presente. Ese descontrol asfixia,el elemento exgenoinvade el espacio del yo, trata de desplazarlo y desarticular su constitucin. No importa si es que es un amigo, una pareja o alguien que inspire confianza, siempre ese sujeto (con sus hbitos, modos de vida, valores dismiles) afectaen distintos sentidosal personaje central: las jovencillas son separadas, el marido ve nuevas actitudes en su esposa (convirtindose, al final del relato, en un personaje irreconocible por el hombre) o el sujeto que deja entrar a drogadictos a su hogar, a su espacio de control, sin notar sus verdades costumbres. El otro aliena, afecta al sujeto, lo despotrica de su zona de confort para insertar en ella la duda, el desconocimiento y laangustia; as volviendo a los relatos,al separarse, una de las chicas entra en pnico al no hallar a su amiga, el marido queda en desconcierto al no reconocer a su mujer y el arrendador aprecia en los caracteres del drogadicto, ciertaspeculiaridadescomunes con su modo de vida, desmantelando su seguridad.El otro enfoque de los relatos apunta al ya clsico tedio de la vida moderna, elspleenque transforma al ser en un Ssifo que solo debe moverse, a pesar de no tener ninguna conciencia de si ese desplazamiento ocurre o no. Lacondena de estar en el mundo, la prdida de la fe y la indeterminacin del tiempo, son los principios que acoplan este segundo grupo de relatos. En este conjunto se ubican las microficciones Perros y El beso; la primera describe la languidez de un hombre cansado que se mueve por necesidad, ya no por algn inters propio, asemejndose a sus perros a quienes no les importa la conciencia de sus compaeros canes(ni la suyapropia), pues solo quieren cumplir con sus necesidades bsicas, carecen de un propsito, han llegado a laabulia total, al cabal aislamiento, solo avanzan ala desintegracin paulatina. Por otra parte, enEl beso, una hijos reciben la noticia de que su padre fallecido tuvo una hija extramatrimonial, si bien al inicio sienten indignacin ante el hecho ofensivo de suprogenitor,terminan aceptando al nuevo familiar, pues no tienen otra opcin, nise encuentran razonessuficientespara excluir aldesconocido pariente, gana el desgano, la conformidad, la necesidad de incluir sobre el deseo de quejarse. Un caso ms claro que los anteriores es el de El enemigo inslito, donde emulando a las novelas de corte policial Valenzuela nos adentra al momento culminante de la vida de un hombre, a losinstantesprevios a su suicidio y las conflictivas ideas que cruzan su mente. La ansiedad y la paranoia, la inutilidad de la lucha contra la muerte, contra cualquier idea o situacin, y la resignacin ante laruinason algunos de los pensamientos del prximo suicida. En general, esta serie de relatosevidenciala desesperanza frente a cualquier situacin, el hombrese deja oprimir porla muerte, extravatoda movilidad yse asla, se ahoga en la inclemencia del tiempo, prefiere morir antes de rebelarse y actuar.Ahora bien, a pesar de que tenemos dos directrices en los cuentos deInfiernos mnimos, estas no son paralelas, pues logran unirse, fundamentndose mutuamente. Y esa pieza que funcionacomoeslabn ensamblador es la angustia (entendida como algo diferente del miedo, pues este ltimo siempre se orienta hacia lo determinado, mientras que la angustia no tiene un objeto fijo, es solo un malestar repentino que frustra y es de difcil explicacin).Se haba mencionado que la realidad resulta inaprensible para el sujeto, pues esta enmascara las turbaciones msprofundas mediante las apariencias dciles y triviales. En ese sentido, al confrontarnos con el otro sufrimos de ansiedad, no sabemos cmo reaccionar ante un ser tan opuesto y de intenciones tan infames; los sujetosencaranla angustia de no tener una respuesta, de no poder controlar una situacin llena de posibilidades, de ah que gane la desesperanza, pues segn la tesis de Valenzuela el hombre no tiene otra opcin, no hay un rebelarse en contra (como dira Albert Camus), no sirve de nada ese actuar, todo conduce al mismo maldito devenir: la muerte, el dolor y la soledad. La condena de estar en esa realidad plagada de otras entidades (de vilespropsitos) genera la angustia existencial, la inconformidad con el todo y con uno mismo.Son temas potentes los quemovilizan la accin:el miedo ylatraicin de la apariencia trabajan como artilugios cinticos que dan una fuerzasentimental a los textos.Y estostpicosresaltan sobre la propia constitucin formal de los relatos, pues los mismos tienen estructuras predecibles,la anticipacin a lo que ocurrir es evidente: perspicacias, dudas sobre ciertos personajes, el misterio y los hechos ajenos a la cotidianeidad actan como marcas textuales que el propio autor instaura para atrapar la atencin del lector. Al atender a los relatos dichas suspicacias y corazonadas despiertan el inters por los sucesos. Los finales de los textos pueden ser pronosticados (las muchachas terminarn separndose por esa mujer singular, el marido encontrar a su esposa en el lugar a donde l va, o lo que ocultan los nuevos inquilinos es lo mismo que el arrendador oculta: la adiccin a la herona), pero esto no reduce el efecto de los cuentos,Valenzuelano se concentra solamente en rematar los relatos con un final sorpresivo, el impacto se sita de manera ascendente, es el recorrido por cada situacin, el traspasar escenarios y personajes en disputas, los anlisispsicolgicomediante metforas,la abundancia de adjetivosy las apostillas dubitativas (quizs, probablemente),sonlos que constituyen el eje de los textos, rematados por un final que se va presintiendo pero que encaja con el ritmo y los tpicos del libro. Al autor le interesa de sobremanera la creacin del cosmos, el ter que retiene al lector, su terror se basa en las atmsferas, en la construccin depiezas del conjunto, las partes acoplndose en un orden cerrado, en una cadena especfica que seduce por el misterio, por ese elemento oculto que el otro encierra, el descubrir la rareza que se presupone que existe es lo que hace que los relatos funcionen.Como las jovencillas del primer relato, quienes asisten a la proyeccin de una tpica pelcula de comedia norteamericana, la cual divierte con sus clichs pero que culmina en una suma de malentendidos ya no tan graciosos; la familia de relatos de Valenzuela emplea situaciones vislumbradas en otras tradiciones, los vaticinios que el lector supone estn ah, pero el punto es el conflicto de intereses entre el yo y el otro, el malentendido que quiebra lo normal, la fascinacin con ese tema se internaliza mediante la habilidad narrativa, mediante la creacin de un espacio que necesita develarse para revelar los miedos internos de todo ser humano.