Reseña 1 - Arqueologia

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Arqueología, folklore y comunidades locales: los castros en el medio rural asturiano El artículo de David González Álvarez nos acerca al mundo castrense asturiano, el cual es un paisaje que presenta una enorme cantidad de oportunidades para la arqueología. Este autor, nos muestra como muchas veces, los relatos orales del folklore son tan importantes como un manual de historia. Los relatos orales forman parte de nuestro pasado y de nuestro presente, mostrándonos el pensamiento de épocas pasadas y en muchas ocasiones sirviendo de punto de apoyo para entender las culturas y su evolución a los largo del tiempo. Además, de estos relatos podemos obtener valiosa información acerca de diversos emplazamientos que, aunque se han perdido en la memoria escrita, permanecen en la mente de las sociedades gracias a los relatos orales. En muchas ocasiones, estos relatos han sido rechazados por su aparente falta de realismo y la imaginación que parece tener quien nos los cuenta. Ya que en buen número de ellos aparecen claramente aparecen lugares, personajes y épocas fantasiosas. Pero, nos cuenta el autor, que debemos tener en cuenta que esos relatos, son los que permiten a las gentes del lugar identificarse primero ellos mismos, definir su identidad como cultura y como pueblo. Y también identificarse con el lugar que habitan, ya que crean un lazo con este y con sus ancestros.

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Arqueologa, folklore y comunidades locales: los castros en el medio rural asturianoEl artculo de David Gonzlez lvarez nos acerca al mundo castrense asturiano, el cual es un paisaje que presenta una enorme cantidad de oportunidades para la arqueologa.Este autor, nos muestra como muchas veces, los relatos orales del folklore son tan importantes como un manual de historia. Los relatos orales forman parte de nuestro pasado y de nuestro presente, mostrndonos el pensamiento de pocas pasadas y en muchas ocasiones sirviendo de punto de apoyo para entender las culturas y su evolucin a los largo del tiempo. Adems, de estos relatos podemos obtener valiosa informacin acerca de diversos emplazamientos que, aunque se han perdido en la memoria escrita, permanecen en la mente de las sociedades gracias a los relatos orales.En muchas ocasiones, estos relatos han sido rechazados por su aparente falta de realismo y la imaginacin que parece tener quien nos los cuenta. Ya que en buen nmero de ellos aparecen claramente aparecen lugares, personajes y pocas fantasiosas. Pero, nos cuenta el autor, que debemos tener en cuenta que esos relatos, son los que permiten a las gentes del lugar identificarse primero ellos mismos, definir su identidad como cultura y como pueblo. Y tambin identificarse con el lugar que habitan, ya que crean un lazo con este y con sus ancestros. Por tanto, estos relatos orales de las zonas rurales, seran el equivalente a los mitos griegos, en la Pennsula Ibrica, y que se conservan gracias a su transmisin en los entornos ms aislados.Los moros, son utilizados frecuentemente en las historias para identificar un lugar que se encuentra deshabitado en este momento, pero que antao, fue un enclave importante para ese entorno rural por cualquier razn. Permiten introducir un personaje forneo y extico, por lo tanto desconocido para las gentes del lugar. De este modo logran aadir pobladores a un lugar del que no se conoce de modo fiable la procedencia de sus habitantes. Es por ello que el autor enfatiza en que muchas veces, el trmino moro es utilizado para referirse a los habitantes anteriores a ellos, sin importar si realmente eran los musulmanes que vivan en la Pennsula Ibrica durante la Edad Media.Gran parte de los relatos, han sido modificados a lo largo de su historia, y han acabado sirviendo a la Iglesia Catlica para incluir a santos y sucesos que le interesan que sean difundidos. En este caso, nos recuerda el autor, que muchos de los vestigios arqueolgicos que nos quedan se encuentran bajo ermitas, iglesias y dems edificios religiosos que utilizaron estos enclaves (rocas, rboles, cuevas, etc donde se realizaban cultos y fiestas paganas) para hacer olvidar su pasado a las gentes del lugar. Por ello es fundamental conocer la historia de la iglesia, independientemente de nuestras creencias religiosas, ya que fueron quienes dominaron estos ambientes rurales durante siglos y modificaron todos los aspectos que consideraron oportunos de estas comunidades, moldendolas a placer. Por tanto es necesario, conocer dichos cambios y la razn por la que se realizaron.El autor tambin relata la importancia que debemos dar a estos relatos orales, ya que son el nico vestigio que nos queda de la historia de un elevado nmero de enclaves que, por su antigedad o por cualquier otra cosa no aparecen relatados en los documentos histricos. Y que por ello la labor de un buen arquelogo es tratar de reunirlos, y atenderlos. Aunque obviamente no seguirlos al pie de la letra.Afirma que los investigadores deben respetar a las gentes del lugar, porque pese a que en ocasiones tratemos con gente grafa, no se les debe ofender. Ellos son la piedra fundamental de nuestra investigacin en este sentido, y deben sentirse como lo que son, miembros importantes de nuestra sociedad. Pese a que muchas veces los relatos de estas gentes nos puedan parecer autnticos disparates, no debemos hacerles sentir infravalorados, ni creer que somos superiores porque venimos del mundo acadmico. La relacin entre el mundo acadmico y el folklore, debe fundamentarse en el respeto mucho. De ese modo ambas partes pueden salir beneficiadas. El mundo acadmico puede avanzar y desarrollarse continuamente con nuevos hallazgos, nuevas investigaciones y nuevas publicaciones. El mundo rural puede beneficiarse de modo que vea revitalizado su modo de vida mediante el turismo o el reconocimiento que merecen. Si las gentes del lugar observan que nos estamos aprovechando de ellos en nuestro propio beneficio, y que despreciamos sus indicaciones, nos encontraremos con el problema de que se sentirn atacados, y consecuentemente boicotearan nuestra investigacin. Es muy importante que comprendan que su papel es fundamental y que sin ellos realmente estaramos perdidos.Por ltimo enfatiza en la necesidad de que los arquelogos y los etnlogos investiguen y documenten cuanto antes esos relatos orales. Debido a que la despoblacin paulatina de los pueblos y el envejecimiento de la poblacin, se corre serio peligro de sufrir la prdida irreparable de estos relatos. Conforman nuestra historia, no desde un punto de vista estricto, pero s con un valor incalculable, y por ello debemos evitar menospreciarlos e incluso destruirlos.