Regresa Mamá

Es fin de semana, y ya faltan pocos minutos para que el cursor de las horas, de

en las 12:45, pero eso no es lo que nos inquieta tanto a mí y mis compañeros

aunque bueno por lo general un viernes normal si lo seria.

El pasado miércoles fue el cumpleaños de Dallan, ella es una de las amigas

más fiesteras del curso o bueno al menos de las que más he visto que le gusta

disfrutar de la fiesta en las pocas veces que nos hemos podido reunir, tomando

en cuenta que contar con el permiso de nuestros padres a nuestra edad aún es

muy difícil.

Sus padres no le hicieron ninguna fiesta de cumpleaños pero nosotros sus

mejores amigos no podemos dejar pasar esa fecha ¡son sus 15 años!

Una de nuestras compañeras ha dicho que sus padres no estarán en casa toda

la noche y estará bajo el cuidado de su hermano y él se porta muy chévere, así

que ya tenemos el lugar donde será la ¡súper farra!

Todo está listo música, amigos.

-Seguro la pasaremos muy bien.

-Además Jordi que es unos los alumnos de mayor edad en el curso me

comento que conseguiría cerveza o cualquier otra bebida alcohólica, nosotros

apenas adolecentes la curiosidad por probar a que sabe nos intriga mucho,

definitivamente por nada nos podemos perder esa fiesta.

¡Vaya! que mientras pensaba todo lo bien que la pasaremos hoy se fueron muy

rápido los minutos.

Mis compañeros se ponen sus mochilas por ir presurosos a sus casas, y yo no

soy la excepción.

De salida por el pasillo todos gritan:

-¡Muchachos pilas más tarde en casa de Karla!

-¡No faltaran!

Como todos los días camino hacia la casa con Diego, él vive por mí mismo

sector, es uno de mis compañeros y buen amigo.

-Diego y ¿cómo hacemos? te paso viendo o tu iras a mi casa.

-MMM… Creo que no iré

- ¡No iras! ¿Pero cómo?

-Pues así es Luis, ayer le comentaba a mi madre y ella piensa que no

tenemos la edad para estar saliendo a fiestas nocturnas.

-Uuu.. Pero que mala suerte la tuya loco. Respondí.

Contesto:

-Ya pues para la próxima será.

Nos íbamos acercando a la casa de Diego, ambos callados.

Después de oír esa noticia comencé a temer que mi mamá piense lo mismo y

ahí si la que se armaría.

Diego ya se quedaba en su casa, así que dije:

-Adiós diego.

El respondió:

-Que te la pases bien en los quince, farrearas bastante.

Sonreí diciendo mientras me alejaba:

-Listo, Listo te conectas mañana y te cuento que tal estuvo.

Continuaba unos pasos más y entre mí decía:

¡Y ahora como hare!

Pues no había pensado lo que dijo la mama de Diego que de paso tenía un

poco de cierto pero ¡Ya! , hay que ver también, la señora se trae una forma de

pensar muy anticuada y aunque entre mi madre y ella no sea mucha la

diferencia, unas cuantas palabras y rostro enojadizo de mi parte y sé que le

ablando el corazón.

Me planteaba una y otra idea, mi madre es muy estricta, pero yo ya tengo más

de 14 años y debería de comenzar a entenderme, estoy en mi adolescencia y

no me viene mal salir a distraerme de vez en cuando.

Cada vez me iba acercando más a casa.

Como siempre daba mi saludo afectuoso a cual vecino encontraba en el

camino, pues todos los conocidos del sector dicen que soy un joven muy

tranquilo.

Y por lo general si suelo ser, aunque cuando me enojo en casa pierdo el control

un poco por ahí más de una vez, pero eso es a veces.

Y bueno llegue a casa, mi pequeño cachorrito recibía meneando su cola como

todos los días, ya dentro de casa estaba mamá le dije:

-Hola mamá

-Dijo: y ¿Qué tal tu día hijo?

-Muy bien respondí, de forma apresurada mientras seguía hasta mi cuarto a

dejar mi mochila y cambiarme de ropa, como todo los días a la llegada mi

habitación con un brillo impecable y todo en su sitio pues siempre mi madre

detallista en las cuestiones del hogar.

Dejando mi uniforme a un lado y mientras buscaba ropa para pasar en casa, de

pronto recordé la fiesta a la que según iría en la noche mire mi ropa y mi closet

se prestaba para la ocasión tenia ropa nueva y eso me entusiasmaba más a la

salida en la noche.

En eso mi madre grito:

-¡Hijo ya te sirvo!

Con el hambre que traía inmediato respondí:

-¡Si mamá ya salgo!

Fui a la sala como siempre ella con la comida caliente en la mesa, con olor

que hipnotiza apenas se percibe a una corta o larga distancia mi plato en el

espacio de la silla de centro y mí el plato de mi madre a un costado del mío.

Mi padre casi no pasa en casa, su trabajo le impide compartir demasiado

tiempo juntos o en familia por lo cual la responsable de cuanto pase dentro de

casa por lo general es mi madre.

sus atenciones como siempre sobresalientes como solo el amor de una madre

lo puede hacer, pocas veces destaco en su presencia , como agrado de sus

cuidados, bueno casi nunca, podríamos decir que es de las madres que trata

de que sus hijos siempre estén bien atendidos preocupada atenta, sin esperar

nada a cambio o desinteresadamente.

Sentado en mi lugar de la mesa de comedor comencé a degustar la sabrosa

comida, hoy tocaría ser un poco adulador o tal vez mucho, en vista de que son

tan mínimas las veces que salgo por motivo de una fiesta o circunstancias así

tratare de ser lo más dulce y sutil con mamá a ver si facilito el sacar permiso

para la fiesta de la noche.

¡Que deliciosa esta la comida! –Dije

Mamá sonriendo respondió con un

-¡Ah sí! tu sabes lo aprendí de la abuela

Y comenzó realizar una descripción de ingredientes y procedimientos de cocina

creo se trataba de cómo hacer lo que estaba comiendo.

Seguido comencé por comentarle del cumpleaños de mi compañera y lo que se

había quedado hacer entre los compañeros y la fiesta de la noche a la que yo

quería asistir.

Como quien no quiere la cosa me dio una respuesta poco agradable o se

podría decir casi respuesta con un.

-¡Ah sí!

La corta frase entre dientes avecinaba una respuesta negativa, continuando

dispuesto a obtener ese permiso para poder salir de casa.

Dije:

-¡Mamá entonces será que me das permiso para ir a la fiesta en la noche!

Moviendo la cabeza de lado a lado pronuncio:

-Hijo no parece que salgas a esas horas todo será a su tiempo.

Inmediato mi semblante iría cambiando insistiendo le diría:

-¡Pero mamá ya tengo más de 14 años ya no soy un niño!

Respondería:

-Dije que no y punto así será, soy tu madre y debes obedecer.

Es que como nunca desencadene en tal enojo repitiendo:

-¡Ya no soy un niño! Los tiempos en los que tus cuidados eran indispensables

ya pasaron ¡Porque me ha tocado una madre así! ¡Quisiera otra madre!

Corriendo deje la mesa, bajo la mirada poco triste poco enojada de ella, salí

hasta mi cuarto dejando todo ahí a medio comer, furioso en mi habitación, mi

madre ella no volvió a sonar ni trato de decir más nada solo escucho seguro

continuaría por ahí en sus qué aceres.

Mañana del sábado y mi rostro aun no desdibuja su enojo aun con sus

intenciones por hablarme mi rencor es más grande, durante las demás horas

del día transcurrían al igual encerrado en mi cuarto yo y mi computador mis

amigos comentaban lo bien que se la avían pasado indudablemente me crecía

más el coraje por no haber salido a esa fiesta.

Es domingo y ya se me hace raro que sea todo un día, de no hablar con mi

madre, ah pero ella se lo busco imponiéndose contra mi sin comprender que ya

necesito un poco de espacio para mi sin tanto control o sobreprotección.

Saque mi desayuno de manera callado tratando de esquivarle y no pasar

palabra.

Este fin de semana y no tuve tareas hubiera sido perfecto, casi con mi madre

no he hablado para nada, como nunca estos dos días han sido de pasar

encerrado en mi cuarto desconsolado y enojado por no haber salido y

eludiendo a mi madre por motivo de mi enojo.

El aburrimiento y el estar encerrado en mi habitación me hizo perder el control

del tiempo tal vez sería de noche pues el sueño me llamaba mucho llevándome

a tomar una siesta.

Después de haber salido a dar una vuelta a los alrededores de la casa, me

quede entretenido en el parque, se estaba dando un campeonato de futbol y a

mí me agrada ese deporte, pero se hacía tarde y me dirigía hacia mi casa.

A la lejanía de mi hogar se podía distinguir que mi padre había llegado

temprano ,cosa rara en un día normal mientras apresuraba mi paso , más raro

se hacía ver mucha de mi familia que muy pocas veces van de vista y además

el hecho de que estén varios vecinos amontonados.

Mientras más me acercaba hacia mi casa podía sentir una mirada de tristeza

por parte de los vecinos que se encontraban por pequeños montones en las

aceras.

Llegando a casa varios de los familiares se me abalanzaron abrazarme entrado

en desesperación pregunte.

-¿Pero qué pasa?

Con los ojos en lágrimas papa respondió:

-Hijo esto será difícil para ti pero por favor tenemos que ser muy fuertes,

recordaras que hace algún tiempo tu mami estaba un poco enferma, el

momento en que tu saliste ella tuvo una recaída.

Al oír eso corrió una heleadles recorría todo mi cuerpo.

Volví a pregunta -¿Esta bien?

Papá solo movió su cabeza y con el rostro más triste que en mi vida podría ver

solo supo decirme: ¡Lo siento!

Entonces era un hecho mamá se había marchado y no de este lugar sino de

este mundo, mi mente se trastorno absolutamente estaba perdiendo todo en mi

vida.

Es cuando vienen de inmediato aquellos últimos recuerdos, pero lo últimos

momentos que pude verle brindado no serían momentos agradables.

Definitivamente mi vida se hacía pedazos. Mirar hacia los alrededores y eran

familiares desconsolados ellos avían perdido a un familiar pero desconsolante

era para ellos verme a mi pues lo había perdido todo.

El día y tarde se pasarían más que fugaz más el sentimiento de pena que me

traía junto al remordimiento, serían eternos.

Mis pensamientos y voz entre dientes no hacían más que pronunciar:

¡Regresa Mamá!

Cuando junto a mi dolor, me levante de donde estaba sentado, paso a paso

con dirección hacia donde se encontraba ataúd que tenía con mi madre dentro,

paso a paso parecía desmoronarse mi ser y no era para menos.

Afirmado sobre al ataúd y cuando me disponía abrir mis ojos lluviosos para ver

por primera su cuerpo en aquella caja

De pronto, Me despierta el golpear de la puerta de mi habitación con el tono

hermoso de mamá gritando

- ¡Hijo levántate que se te hace tarde para el colegio!

Fin.