Quién soy yo

9
¿QUIÉN SOY YO? (Extraído del libro “Parábolas como dardos” de M. Sánchez Monge)

Transcript of Quién soy yo

Page 1: Quién soy yo

¿QUIÉN SOY YO?(Extraído del libro “Parábolas como dardos” de M. Sánchez Monge)

Page 2: Quién soy yo

“Por qué me invocáis: ´Señor, Señor´ y no hacéis lo que digo? Todo el que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a indicar a quién se parece. Se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondo y asentó los cimientos sobre roca; vino una crecida, rompió el río contra aquella casa y no se tambaleó porque estaba bien construida. El que las escucha y no las pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; rompió contra ella el río, y en seguida se derrumbó; y ¡hay que ver qué ruina la de aquella casa!” (Lc 6, 46-49)

Page 3: Quién soy yo

“Llevad a la práctica el mensaje y no os inventéis razones para escucharle y nada más, pues quien escucha el mensaje y no lo pone en práctica se parece a aquel que se miraba en el espejo la cara que Dios le dio y, apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era. En cambio, el que se concentra en la ley perfecta, la de los hombres libres, y es constante, no en oírla y en olvidarse, sino en ponerla por obra, ése encontrará su felicidad en practicarla” (Sant 1, 22-25)

Page 4: Quién soy yo

Llegar a adquirir una personalidad fuerte y consolidada sería algo equivalente a lo que el evangelio llama “construir sobre roca”, pienso yo.Sólo puede llegar a ser verdaderamente libre quien se mira periódicamente a sí mismo, y, lejos de olvidarse de sus defectos e imperfecciones, trabaja con tesón por superarse, entiendo que eso es lo que nos dice el apóstol Santiago.

Page 5: Quién soy yo

Conocernos a nosotros mismos es una tarea para toda la vida. Nunca nos conocemos del todo. Porque conocerse bien es valorarse correcta-mente.

Lo fácil es despreciarse, creerse incapaz de todo para refugiarse en la pasividad. Cada uno tenemos unos dones, unas capacidades, unas habilidades.

Page 6: Quién soy yo

No nos conocemos bien cuando empezamos por compararnos con los demás. Así no ganamos más que inquietudes y tristezas. Empezamos a rivalizar con los demás, a sentir hacia ellos envidia u orgullo y ya nos incapacitamos para ver en ellos hermanos con los que hemos de compartir cuanto somos y tenemos.Para conocernos a fondo no podemos mirarnos exclusivamente en nuestro propio espejo. Tenemos que mirarnos también en el espejo de los demás. Porque no conocemos del todo nuestras posibilidades mientras otros no nos las reconocen. Si nadie nos llamara no conoceríamos ni nuestro propio nombre.

Page 7: Quién soy yo

Sólo desde el conocimiento de uno mismo se puede llegar a una necesaria aceptación de sí mismo. No lo somos todo ni valemos para todos. Las circunstancia, a veces mediocres y en ocasiones difíciles, han dejado su huella en nuestro propio cuerpo. Amémonos a nosotros mismos. No es pecado. El

pecado es siempre no amar o amarse sólo a sí mismos. Este amor, esta aceptación de nosotros mismos no está reñida con el sano esfuerzo de superación. Y es la condición indispensable para que podamos aceptar a los demás, empezando por los que tenemos más cerca.

Page 8: Quién soy yo

No es fácil descubrir nuestro propio rostro.Frecuentemente, usamos “máscaras” para agradar a otros, ser considerados importantes, esconder nuestros defectos o debilidades.En otras ocasiones lo que creemos que son nuestras cualidades las desarrollamos tan exageradamente, las ponemos de cara al público, que terminamos por convertirlas en defectos.Siempre que nos relacionamos con los demás desde nuestras máscaras, representando –inconscientemente a veces- nuestro personaje nos estamos condenando, aún sin saberlo, a unas relaciones superficiales.

Page 9: Quién soy yo

Nuestro valor es tan grande que valemos la sangre del Hijo de Dios

Recordar siempre que hemos sido hechos a imagen y semejanza del Creador. Somos su obra maestra.