Que Es Lo Virtual

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QES LO VIRTUAL DIEGO CLARES COSTA Introducción Comencé a informarme sobre los problemas de lo virtual, supongo que como muchos, pensando en lo digital, en las nuevas tecnologías. De hecho, ésta es la parte de lo virtual que más he querido tratar, pese a dejar claro en todo momento que no es la única ni, por supuesto, la más relevante. En este ensayo pretendo subrayar dos cuestiones: que la virtualidad no se limita a lo digital, y que no podemos hacer que nuestra vida actual se reduzca a lo virtual. Tengo claro que algunas definiciones (y quizá algunos ejemplos) que expongo pueden generar críticas. Igualmente hay cuestiones que he dejado abiertas, o que he nombrado pero en las que no he querido entrar; creo que necesitan un análisis separado, problemas como el de la corporeidad de los datos (aunque he concluido mayormente mi visión al respecto), el lugar que ocupa la narración oral (y la relación que ocupa con el receptor), o en qué consiste aquello que llamamos “mente”. En cualquier caso, he pretendido hacer una explicación conceptualmente precisa, y al mismo tiempo comprensible para el lector más lejano a algunos conceptos propios de la filosofía. Cuestiones conceptuales Cuando hablamos coloquialmente de lo virtual ni siquiera pensamos a qué nos referimos, creemos estar hablando de algo no-real, o simplemente inmaterial, o de un tipo de experiencia extraña que se encuentra en el limbo entre lo que existe y lo que no. En la historia del pensamiento occidental, el término “virtual” se ha utilizado como opuesto a lo efectivamente real, o a lo in re (en la realidad, corporalmente), como una potencialidad. Pero cuando hablamos hoy día de la red virtual, de las máquinas virtuales, de las bibliotecas virtuales, de la comunidad virtual, del sexo virtual, no parece que estemos hablando de algo irreal, y, ciertamente, el concepto “virtual” ha quedado en un ámbito que ayuda poco o nada a su comprensión. Han surgido en las últimas décadas una serie de tecnologías que, si bien siguen teniendo corporeidad, consisten en representar virtualmente la realidad actual; no se trata de tecnologías que nos proporcionen servicios específicos (luz, agua, calor, movimiento, etc.), sino que recrean elementos reales en espacios virtuales. ¿Qué quiero decir con esto? ¿Cómo puede ser que los espacios sean virtuales? Estaremos de acuerdo en que para escribir en un papel necesitamos dicho papel y un objeto que escriba, por ejemplo un lápiz; si queremos escribir necesitamos que existan estos elementos, y esto implica que ocupen efectivamente un lugar propio in re, o en una palabra, que sean actuales. Puedo utilizar una máquina de escribir; esta máquina utiliza papel y tinta, y el producto que me da (el papel escrito) ocupa un lugar propio in re, del mismo modo que lo ocupa la máquina misma. Ahora bien, si utilizo

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Ensayo breve sobre la definición de lo virtual y lo que esto implica en nuestra vida cotidiana. Lo virtual es lo opuesto a lo actual, pero no se limita a lo digital, ni a la tecnología, sino que interviene en muchos otros aspectos.

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  • QU ES LO VIRTUALDIEGO CLARES COSTA

    Introduccin

    Comenc a informarme sobre los problemas de lo virtual, supongo que como muchos,

    pensando en lo digital, en las nuevas tecnologas. De hecho, sta es la parte de lo virtual que ms he

    querido tratar, pese a dejar claro en todo momento que no es la nica ni, por supuesto, la ms

    relevante. En este ensayo pretendo subrayar dos cuestiones: que la virtualidad no se limita a lo

    digital, y que no podemos hacer que nuestra vida actual se reduzca a lo virtual.

    Tengo claro que algunas definiciones (y quiz algunos ejemplos) que expongo pueden generar

    crticas. Igualmente hay cuestiones que he dejado abiertas, o que he nombrado pero en las que no he

    querido entrar; creo que necesitan un anlisis separado, problemas como el de la corporeidad de los

    datos (aunque he concluido mayormente mi visin al respecto), el lugar que ocupa la narracin oral

    (y la relacin que ocupa con el receptor), o en qu consiste aquello que llamamos mente. En

    cualquier caso, he pretendido hacer una explicacin conceptualmente precisa, y al mismo tiempo

    comprensible para el lector ms lejano a algunos conceptos propios de la filosofa.

    Cuestiones conceptuales

    Cuando hablamos coloquialmente de lo virtual ni siquiera pensamos a qu nos referimos,

    creemos estar hablando de algo no-real, o simplemente inmaterial, o de un tipo de experiencia

    extraa que se encuentra en el limbo entre lo que existe y lo que no. En la historia del pensamiento

    occidental, el trmino virtual se ha utilizado como opuesto a lo efectivamente real, o a lo in re (en

    la realidad, corporalmente), como una potencialidad. Pero cuando hablamos hoy da de la red

    virtual, de las mquinas virtuales, de las bibliotecas virtuales, de la comunidad virtual, del sexo

    virtual, no parece que estemos hablando de algo irreal, y, ciertamente, el concepto virtual ha

    quedado en un mbito que ayuda poco o nada a su comprensin. Han surgido en las ltimas dcadas

    una serie de tecnologas que, si bien siguen teniendo corporeidad, consisten en representar

    virtualmente la realidad actual; no se trata de tecnologas que nos proporcionen servicios

    especficos (luz, agua, calor, movimiento, etc.), sino que recrean elementos reales en espacios

    virtuales. Qu quiero decir con esto? Cmo puede ser que los espacios sean virtuales? Estaremos

    de acuerdo en que para escribir en un papel necesitamos dicho papel y un objeto que escriba, por

    ejemplo un lpiz; si queremos escribir necesitamos que existan estos elementos, y esto implica que

    ocupen efectivamente un lugar propio in re, o en una palabra, que sean actuales. Puedo utilizar una

    mquina de escribir; esta mquina utiliza papel y tinta, y el producto que me da (el papel escrito)

    ocupa un lugar propio in re, del mismo modo que lo ocupa la mquina misma. Ahora bien, si utilizo

  • un ordenador, con un programa de escritura y un teclado, no estoy realizando el mismo tipo de

    tarea; cierto es que el ordenador ocupa un lugar propio in re, como herramienta tiene la misma

    corporeidad que la mquina de escribir y que el bolgrafo, pero el producto que me proporciona,

    aunque simula un papel escrito, no lo es; el producto que me da, de hecho, no ocupa siquiera un

    espacio propio, no se encuentra como elemento separado in re, sino que ocupa un lugar virtual;

    ocupa un lugar virtual porque su espacio real es el mismo que el del ordenador. El ordenador,

    fsicamente, no me proporciona un producto, no me da algo que manejar fuera de l, sino que el

    trabajo realizado repercute en aquello que el mismo ordenador me muestra. La pgina escrita es

    real, pero es virtual en cuanto que no es, in re, una pgina escrita, sino un conjunto de pxeles cuya

    corporeidad no cambia por ms que yo escriba en el ordenador.

    Pongamos otro ejemplo. Digamos que voy a un concierto de un cuarteto de cuerda; el cuarteto

    de cuerda interpreta una msica cuyo sonido explicamos por la vibracin de las cuerdas; los

    instrumentos con sus cuerdas y los msicos que interpretan la msica se encuentran in re, existen

    realmente en todo momento, de forma separada. Supongamos que yo entro al concierto con una

    grabadora de casete, y grabo todo el concierto; si despus lo reproduzco para escucharlo,

    igualmente tengo una mquina real que, con un elemento que ocupa un lugar propio in re (el casete)

    y que se reproduce; el sonido se explica por la interaccin de elementos que ocupan un lugar propio

    in re, y no un espacio virtual. Cuando yo uso una grabadora digital, que almacena internamente un

    archivo, no obtengo un producto separado, ni el objeto resultante ocupa un lugar propio in re, sino

    que se encuentra interno a mi grabadora; aunque yo pase mi archivo de audio de la grabadora a un

    reproductor de mp3, o a un ordenador, dicho archivo no adquiere ninguna corporeidad, no ocupa un

    lugar separado in re, sino que se trata de una agrupacin de datos internos a la mquina que se

    modifican o no, sirviendo igualmente para almacenar una cancin que un texto. Es decir, el

    producto se caracteriza por no ser independiente in re, por no ser actual. La facilidad del acceso a la

    informacin, por supuesto, es infinitamente superior. Esto es as porque, al margen del tiempo que

    tarde la mquina en procesar o del tiempo que tardemos nosotros en buscar, lo virtual es inmediato;

    esto es as porque, como digo, no tiene espacio propio, no ocupa un lugar separado, y por lo tanto,

    al no estar in re, no est sujeto a las limitaciones del espacio. Si atendemos a un ordenador,

    podemos decir que su hardware permite mayor velocidad, o que un usuario tiene facilidad para

    encontrar archivos velozmente, pero decir del software, de la parte virtual, que es veloz, resulta un

    absurdo. Por supuesto que la parte de la mquina que se encuentra in re, que tiene corporeidad, que

    ocupa un lugar, que tiene actualidad, se mueve con velocidad (o lentitud), pero no lo virtual.

    Debemos entender de lo virtual que no tiene actualidad, que es esttico, y que por eso se puede

    acceder a ello inmediatamente. Las limitaciones que podamos encontrar en lo virtual se deben

    siempre a la limitacin de lo actual.

  • Ahora bien, anteriormente he utilizado el trmino digital, que quiz en algunos casos pueda

    confundirse con lo virtual. Que algo sea digital no es lo mismo que ser virtual; digital se refiere a

    dgitos, es decir, a que est formado por cifras, mientras que lo virtual es algo ms abstracto. Que

    algo sea virtual no significa que est formado por aparatos digitales, pese a que lo digital produce

    virtualidad. Cuando nos referimos a lo digital, hablamos de las cosas reales, de los aparatos, pero

    cuando decimos de algo que es virtual, no se trata de algo con corporeidad, tal como el aparato. Lo

    virtual, realmente, no existira si no fuera interpretado; las pantallas funcionan, adems de por la

    tecnologa, porque somos capaces de interpretar un puado de luces como si se tratara de un texto,

    de un paisaje, o de un lugar interactivo por el que nos desplazamos; cuando jugamos a un

    videojuego y nos movemos por la pantalla, in re solo estn sucedindose cambios de luz; lo que

    hace que algo sea virtual es que somos capaces de imaginar, a partir de ello, una realidad que no

    existe como tal. S que en este sentido queda abierto a lo virtual todo aquello que confunda nuestros

    sentidos en determinado momento, tanto como el casete si creemos que estamos escuchando al

    cuarteto de cuerda en directo, o una imagen de una persona en un cartel que creamos por un instante

    que es actual, pero quiero matizar estos casos como confusiones, por un motivo: somos capaces de

    darnos cuenta de que en estos casos nos confundimos, al igual que nos confundira, en vez del

    casete o el cartel, un reproductor de mp3 o una pantalla; sin embargo, la confusin de lo virtual no

    es de este tipo, sino intencionada, pues es necesaria para entender lo que estamos sintiendo a cada

    momento; no podramos escribir en un ordenador si no creemos que realmente estamos escribiendo

    en un sitio separado de la misma forma que con el lpiz y la mquina de escribir, nos volveramos

    locos, no tendra sentido hacerlo. Sin embargo, los casetes y los textos escritos a mano s tienen

    cierta virtualidad, en cuanto que son medios que transmiten un mensaje; hay que tener claro, y esto

    es lo importante, que lo virtual es todo aquello que, siendo real, no tiene corporeidad; si yo narro

    una historia, la historia, que no ocupa un lugar como tal, sino que es el producto de mi emisin

    sonora [y, vamos a suponer, la interpretacin de sta por parte de un auditorio], es un elemento

    virtual; si escribo una nota, lo que comunico no se encuentra fsicamente en el papel, sino que se

    interpreta por la persona que encuentra la nota; si escucho una cancin de un casete, as como si la

    escucho de un CD, o de un archivo en una memoria digital, la ordenacin de los sonidos como

    msica, la identificacin de las notas y de los instrumentos, incluso la relacin con el compositor, es

    algo que no ocupa lugar corpreo alguno, es un elemento virtual.

    Para terminar con estas cuestiones terminolgicas, quiero sealar, sin entrar demasiado en el

    tema, que hay otra confusin de lo virtual, esta vez con lo ciber, o ciberntico. En este caso es ms

    interesante, porque muchas veces sustituimos virtual por el prefijo ciber- (ciberrealidad,

    ciberactivismo, cibercultura, cibersexo, etc.), al parecer en el mismo sentido. Sin embargo, vemos

    rpidamente que no se trata de lo mismo cuando lo utilizamos tambin para cibercaf, o

  • ciberntica (como ciencia). El cibercaf no es un caf virtual, sino un local en el que se puede

    acceder a la red virtual y a otras tecnologas; de igual modo, la ciberntica no es el estudio de las

    cosas virtuales, sino de las tecnologas y la comunicacin. Por tanto, no hablamos de lo mismo

    cuando nos referimos a lo virtual y a lo ciber. Adems, el mismo trmino ciber, derivado de

    ciberntica, nos da una pista sobre ello: ste proviene del griego , el arte de gobernar

    un navo (ciber significa gobernar o dirigir); en un sentido actual, nos referimos a la invencin y

    control de las nuevas tecnologas, de modo que no hablamos propiamente ni de lo virtual, y

    tampoco de lo digital en cuanto tal, sino a las nuevas tecnologas en general.

    Falsedad y realidad en lo virtual

    Muchas veces se critica de lo virtual que no es real, que es falso, que engaa, que produce

    ilusiones y que es nada, que est vaco, por no tener corporeidad; que lo virtual es fro e impersonal.

    Creo que este tipo de acusaciones son fruto una equivocacin fundada en la confusin entre lo real

    y lo verdadero. No voy a negar que lo virtual es falso; de hecho, he defendido esta misma idea

    anteriormente: lo virtual se basa en imaginar lo que no existe, y por tanto lo que creemos estar

    haciendo cuando escribimos un texto a ordenador o jugamos a un juego es falso, no lo estamos

    haciendo; pero esto no significa que no sea en algn sentido real. En la realidad estamos haciendo

    algo, aunque no estemos haciendo lo que debemos creer que hacemos para poder hacerlo.

    Lo virtual no nos miente, no nos engaa; culpar a una mquina de mentirnos resulta absurdo;

    en lo virtual participan nuestros sentidos y nuestra imaginacin, de modo que no es ese malvado

    artilugio el que nos engaa, sino que somos nosotros los que interpretamos lo que nos muestra.

    Tampoco nos engaa nuestra mente; aqu no hay mentira, no hay traicin alguna a la realidad: solo

    se trata de un juego, de intentar crear algo que podamos interpretar como lenguaje, msica, paisaje

    o movimiento. Esa interpretacin es en un sentido falsa, por supuesto, pero casi todas nuestras

    interpretaciones lo son, sin necesidad de que sean virtuales; la diferencia est en que lo virtual no

    tiene una corporeidad propia en la que apoyarnos. Yo puedo decir que tengo en mi mano un texto

    sobre la tecnologa, y se me replicar que eso es falso, pues en realidad es una masa compuesta de

    papel y tinta, y que la interpretacin de que aquello es un texto sobre la tecnologa es solo ma; pero

    en este caso hay que aceptar que, al menos, mi interpretacin se basa en una cosa corprea, que

    existe de por s, que se puede identificar separadamente, y, por lo tanto, tengo un fundamento para

    la misma. Del mismo modo, si digo que tengo en mi ordenador un texto sobre la tecnologa, alguien

    me puede recriminar que es falso porque, en realidad, el ordenador est compuesto de un conjunto

    de datos y maquinaria que funciona de cierta forma para producir una luz, y que la interpretacin de

    dicha luz es solo ma; yo puedo decir que, al menos, me baso en esos datos o en esa luz, que los

    puedo identificar y que son algo real, pero no podr decir que tengan una corporeidad propia,

  • porque el mismo cuerpo al que me refiero participa de infinitas posibilidades. Lo explicar de otra

    forma, quiz ms sencilla: el papel tiene corporeidad, ocupa un lugar propio in re, que no puede ser

    invadido por ninguna otra cosa; no ocurre as con los datos del ordenador, que pueden almacenar

    igual un texto, un sonido o una imagen, de modo que el hecho de que existan no determina lo que el

    ordenador va a mostrar ni lo que voy a interpretar. Sin embargo, no puedo poner el odo en un papel

    escrito, aunque lleve escrita una partitura, y pretender escuchar msica. El archivo digital, al estar

    formado por datos, puede albergar cualquier cosa que la mquina con la que trabajamos est

    capacitada para mostrar; que est capacitada implica que tiene un software, que analiza los datos y

    los transforma de modo que los podamos comprender, y que puede modificarlos. Todo ello forma

    parte de la mquina, el software no ocupa ningn lugar propio, sino que tambin est formado por

    datos, que son del mismo tipo que los archivos. Todo este sistema no deja de ser real, y tiene la

    corporeidad de la mquina, sin ninguna duda, pero no podemos dejar de darnos cuenta de que

    interpretar una parte de esta mquina, de estos datos, como software, o como archivo, ya es una

    interpretacin que no se corresponde con la actualidad de la mquina y que, por lo tanto, es virtual.

    Podramos entrar mucho ms en la problemtica de los datos, pero ahora quiero centrarme en

    la realidad y falsedad de stos. Mi conclusin al respecto es que, intentando precisar lo mximo

    posible, el texto en el papel y el texto en datos son igualmente reales, y la interpretacin de los

    mismos es falsa; esto no es lo que diferencia a lo virtual de lo in re, sino su actualidad. Cosa distinta

    es hablar de la informacin virtual que recibimos, que s puede ser falsa (es decir, errnea) o

    engaosa, al mismo tiempo que hablar de algo que no es real (por ejemplo, hablar de un suceso que

    nunca ha ocurrido, o manipular unas declaraciones); en este caso estamos hablando de los peligros

    de los contenidos virtuales, pues todos, por existir virtualmente, tienen por s mismos (es decir, sin

    contrastar) igual veracidad.

    La veracidad de lo virtual

    Me estoy aproximando a un caso concreto de lo virtual, el de la informacin que podemos

    encontrar en Internet, pero lo hago para ejemplificar que el hecho de que algo sea virtual y no in re

    supone, en muchos casos, una diferencia importante en nuestra experiencia sobre ello. Mi primera

    consideracin al respecto, que nos avisa de que puede existir un problema, es la siguiente: la

    informacin virtual versa sobre lo actual, pero no se actualiza por s misma, es decir, est aislada de

    lo que ocurre in re si no media un tercero actual (una persona). Esto es muy obvio en los casos de

    los fake (sucesos falsos), y a menudo parece que se trata de asuntos sin demasiada importancia, que

    se pueden comprobar rpidamente en la misma red y confirmar; pero tengamos en cuenta que slo

    podemos hacer esto si alguien actualiza la red con la informacin correcta. Los casos de fake son

    fcilmente comprobables mediante testimonios, informndose a travs de las personas [actuales]

  • que han tenido experiencia del asunto en cuestin, y pueden asegurar si es un fake o no. Insisto,

    puede parecer que no tiene mayor importancia, que, a fin de cuentas, lo virtual es un medio, que no

    hay que creerlo a rajatabla, y as queda zanjado el asunto (con afirmaciones que se sumergen en los

    tpicos), pero hay que fijarse en la formalizacin del problema para entenderlo: un suceso actual no

    puede ser un fake; podemos imaginar asistir a un parto en que el nio nazca con algn problema, y

    el mdico nos diga que estemos tranquilos, pues seguramente es un fake? Nunca algo actual va a

    resultar un fake, no lo permite por definicin. Sin embargo, en lo virtual podemos encontrar casos

    de fake con la misma facilidad y con la misma apariencia que una informacin verdadera. Aqu est

    el problema de la veracidad: una informacin virtual verdadera y otra falsa son indiscernibles de por

    s, no podemos conocer, por medio de la misma informacin, si se corresponde con algo actual. No

    podemos ser indiferentes a ello, porque siempre nos movemos en un mundo de actualidad, y por lo

    tanto tener una informacin errnea acerca de ello nos acarrea continuamente mltiples problemas.

    Quiero aadir un caso de algo que, a mi parecer, aunque muchos pensarn que se da in re,

    resulta ms bien una interaccin virtual: la narracin. Cuando yo cuento una historia, aunque sea

    oralmente, aunque sea frente a un auditorio, lo que yo estoy contando no se da in re, es decir, no es

    actual; la narracin por s misma, la historia que yo cuento, no ocupa ningn lugar, no est

    sucediendo en el mundo, solo mi transmisin de cierta informacin, y la comprensin de la misma;

    por lo tanto, si yo miento, si cuento algo falso, no podemos considerar que se trate de un fake in re;

    como ya he dicho, eso no puede darse. Lo nico actual, o in re, en mi discurso, es que yo lo est

    pronunciando, y esto nunca va a ser un fake; lo falso corresponde a la informacin que estoy dando,

    pero dicha informacin, aunque se transmita actualmente, es del mismo tipo que la informacin que

    podemos encontrar por Internet: es virtual. Como ya he dicho anteriormente, lo virtual no es

    siempre digital, no hay que confundir estos trminos. Cuando narro, los sucesos que estoy

    transmitiendo son virtuales; por lo tanto, lo veraz y lo falso, lo cierto y lo ficticio, son indiscernibles

    de por s. Y remarco el de por s. Obviamente podemos contrastar, o podemos, por experiencia,

    suponer que ciertos sucesos no son habituales, o, si hemos experimentado el suceso en cuestin,

    identificar que algo se ha falseado o modificado, es decir, que dista de la actualidad; pero en ningn

    caso podemos discernir lo veraz y lo falso disponiendo solamente de la informacin virtual.

    Mi conclusin respecto a este tema es que lo virtual, por s mismo, no tiene ningn estatus de

    verdad, si no se compara con los sucesos actuales a los que remite. Y si no remite a ningn suceso

    actual (por ejemplo, una historia inventada) queda en el limbo de la ficcin. Cuando decimos de una

    historia que es real o que es verdadera, o de una pelcula que est basada en hechos reales,

    nos referimos a que remite a un suceso que se dio in re, con mayor o menor acierto. Cuando

    hablamos de que, en Internet, en una red social, dos personas han discutido sobre la situacin

    poltica de Senegal, lo decimos sin ninguna constancia de veracidad, aunque lo creamos;

  • aparentemente, as ha sido, pero podra tratarse de un fake, si esas dos personas fueran actualmente

    solo una intentando generar controversia. En definitiva, podemos imaginar miles de casos, y todos

    conocemos alguno, en los que se refleja esta neutralidad de lo virtual de por s. No es una

    neutralidad como la de lo actual, y eso hay que tenerlo en cuenta: en lo actual no tiene sentido

    preguntarse si hay veracidad o no, mientras que en lo virtual es obligatorio hacerlo, porque de por s

    no nos da ninguna garanta.

    Conclusiones

    Ha quedado claro que no es lo mismo hablar de lo virtual que de lo digital o lo ciberntico, y

    que no podemos reducir la virtualidad a las nuevas tecnologas; la realidad virtual es un problema

    propiamente humano, o, mejor dicho, de la racionalidad. Ser existentes racionales, o lo que es lo

    mismo, pensantes, implica que generamos conceptos abstractos, que no existen en la actualidad,

    sino que son virtuales. Todo nuestro pensamiento, desde el momento que es autoconsciente, es

    virtual, porque estamos percibiendo ideas, conceptos, historias, reflexiones, etc., cosas que no

    ocupan un lugar propio in re. Obviamente, no funciona igual un ordenador que una persona, de

    hecho su funcionamiento no tiene nada que ver; sin embargo, ambos son elementos que generan

    virtualidad. Pero para los humanos todo puede generar virtualidad, porque la llevamos con nosotros

    all donde vamos; nuestra percepcin est infectada de virtualidad, y al conjunto ms importante de

    la misma lo llamamos mente. Somos incapaces de quedarnos solo con lo que est in re.

    La conclusin ms directa es acusar de ignorancia a todos aquellos que pretendan condenar lo

    virtual en la tecnologa, pues no se dan cuenta de que ellos mismos necesitan de virtualidad. Pero

    que sea la ms directa no significa que sea acertada; tambin he querido dejar claro que, pese a que

    toda nuestra interpretacin que no sea puramente in re [lo cual es muy difcil] es en parte falsa,

    aunque se remita a algo actual, no todo lo virtual tiene la misma veracidad. Tanto lo virtual como lo

    actual es real, pero mientras que en lo actual (considerando las interpretaciones ms cercanas a la

    actualidad, es decir, la experiencia directa de lo actual) no cabe cuestionar veracidad, en lo virtual

    nos debemos obligar a ello, puesto que hay indiscirnibilidad entre lo veraz y lo falso (el fake). No

    podemos ser indiferentes a esta problemtica, y por lo tanto entrar en el mbito de lo virtual exige

    primeramente, si queremos comenzar a elaborar una tica de la virtualidad, una actitud crtica

    constante. Lo virtual tiene que ser una herramienta til, pero siempre una herramienta para llegar a

    lo actual; conformarse, por tanto, con la virtualidad es no usarla, sino aceptarla equivocadamente

    como nico fin, un fin que nos es totalmente ajeno, puesto que no somos existentes virtuales (pese a

    generar virtualidad), sino actuales. Pensar de forma positiva (es decir, sin crtica) en lo virtual, es

    vivir ajenos a nuestra actualidad. Lo virtual no est, como algunos dicen, vaco, pero una vida actual

    que se sustenta en la virtualidad s que lo est.