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ética, psicología moral

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOFACULTAD DE FILOSOFA Y LETRASINSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSFICAS

PROGRAMA: MAESTRA EN FILOSOFAPERIODO: 2016-1CAMPO DE CONOCIMIENTO: TICA

PROYECTO DE INVESTIGACINEGOSMO, ALTRUISMO Y EVOLUCIN

PRESENTA: JESS ERNESTO MACAS GILTUTOR: DR. GUSTAVO ORTIZ MILLN

ANTECEDENTES

Mi propuesta de investigacin se encuentra dentro del rea de la psicologa moral, especficamente en el tema sobre la motivacin de las acciones morales. La pregunta principal que gua la investigacin es: Cuando actuamos moralmente lo hacemos por el propio beneficio o lo hacemos pensando en al bien de los dems?La discusin en torno a esta pregunta parte de los argumentos a favor de la teora descriptiva conocida como egosmo psicolgico. El egosmo psicolgico, a grandes rasgos, plantea que toda accin moral es motivada, siempre y sin excepcin, por el inters propio (Tiberius 2015, Rachels 2006). Ms detalladamente, el egosmo psicolgico es una teora descriptiva pues trata de explicar cmo de hecho actuamos, y no cmo deberamos actuar, lo que lo diferencia del egosmo tico que es una teora normativa. En cuando a los motivos para actuar, el egosmo psicolgico se refiere a la motivacin de los deseos ltimos (ultimate dedires), que se distinguen de los deseos instrumentales en tanto que los primeros no son motivados por la creencia de que satisfacerlos es un medio para satisfacer deseos posteriores, es decir, los deseos ltimos buscan ser satisfechos como un fin en s mismos (ver Stich et al 2010; 151).Para el egosmo psicolgico, estos deseos ltimos siempre se darn por el inters propio. En contraste con esta teora se encuentra el altruismo psicolgico, el cual no es del todo una anttesis del egosmo, pues sostiene que es verdad que puede haber deseos ltimos egostas, pero que esto no es en todos los casos y sin excepcin. El altruismo psicolgico sostiene que no todas las acciones morales estn motivadas por deseos ltimos por inters propio (ver Tiberius 2015; 36), por lo que existen acciones motivadas por deseos ltimos que buscan promover los intereses de los dems (o el bien ajeno).El problema es que estas dos perspectivas entran en conflicto en la vida prctica, donde de hecho encontramos acciones que son, en apariencia, altruistas, pero tienen de fondo una motivacin egosta. Esto suele poner en duda la base de nuestras motivaciones y teoras morales, ya que si de hecho nuestras acciones morales siempre son motivadas por nuestro propio inters, muchas de nuestras teoras morales deberan ser reformuladas.Con base en estos antecedentes, mi objetivo en esta investigacin es argumentar a favor del altruismo psicolgico, apelando a que existen mejores argumentos y una cantidad mayor de evidencia emprica (dada por las ciencias, en especfico la psicologa evolucionista) que lo respaldan.

PLANTEAMIENTO

El debate entre el egosmo y el altruismo psicolgico se puede plantear mediante un ejemplo: John Doe presenci un accidente automovilstico en el que una mujer qued atrapada en la parte trasera de un auto. Dadas las condiciones del accidente, la mujer morir aplastada si no sale de ah lo antes posible, pero si alguien trata de ayudarla, este podra morir aplastado tambin. John Doe es consciente de esto, aun as corre hacia donde est la mujer para ayudarla a salir. La mujer se salva y John Doe no sufre ningn dao por atreverse a ayudarla.El accidente fue presenciado por una persona, que representa al egosmo psicolgico. Ahora, diramos que los motivos de John Doe para ayudar a la mujer fueron motivos realmente altruistas; John Doe arriesgo su vida por salvar a la mujer, esto porque es un buen hombre, dispuesto a ayudar a un indefenso. Pero si le preguntramos al egosta psicolgico que vio el accidente, cules fueron los motivos de John Doe? Este apelara a que John Doe ayud a la mujer porque no quera sentir culpa por verla morir habiendo podido salvarla. O podra decir que la ayud porque saba que era una mujer rica y esperaba una recompensa, o incluso que la ayud porque esperaba recibir a cambio favores romnticos por parte de la mujer como sea de gratitud.Cualquiera que fuese la explicacin del egosta psicolgico la caracterstica principal sera que apelara a que los deseos ltimos de John Doe para ayudar a la mujer siempre buscaban su propio beneficio. Incluso podra encontrar una nueva interpretacin egosta a explicaciones que plantearan motivos altruistas. La tencin del debate se da cuando se intenta determinar cul de las dos teoras es correcta. Por un lado el egosmo psicolgico tiene a su favor varias intuiciones que nos hacen pensar que es una explicacin ms plausible.Joel Feinberg (2004/2013), en su caracterizacin del egosmo psicolgico, encuentra cuatro intuiciones muy poderosas por las cuales se podra aceptar esta teora prima facie: en primer lugar es ampliamente aceptado que las acciones son motivadas por los deseos del agente, por tanto, el fin de las acciones viene a ser la satisfaccin de los deseos que las motivan. Si esto es aceptado, y la idea de egosmo que se tiene apunta a que un agente egosta es el que acta para satisfacer sus deseos, se sigue entonces que todas nuestras acciones pueden ser caracterizadas como motivadas por el egosmo.En segundo lugar, resulta obvio que al satisfacer nuestros deseos obtenemos placer. Si todas nuestras acciones tienen como fin satisfacer los deseos que las motivan, entonces de cierta forma actuamos por el placer de satisfacer nuestros deseos. Una tercera intuicin refiere al conocimiento que tenemos de nuestros propios motivos. Podemos reconocer que cuando actuamos de forma altruista, nuestras motivaciones son a veces egostas, por ejemplo, al donar dinero para alguna causa, podemos hacerlo realmente por quedar bien o por recibir un beneficio material por ello. Si nosotros podemos actuar as, los dems tambin pueden, por lo tanto hay razones para sospechar de que sus acciones altruistas no lo sean.Finalmente est una intuicin relacionada con la educacin moral. La idea tiene que ver con la supuesta forma en que aprendemos sobre la moral, basada en la filosofa de Bentham, en la cual la enseanza moral se da mediante la aplicacin de recompensas y castigos. Esto es, aprendemos a actuar de forma desinteresada en la medida en que nuestra educacin moral nos ense que esos actos se vean recompensados. El egosta psicolgico argumenta entonces que los actos altruistas tienen en realidad la motivacin egosta de buscar la recompensa y evitar el castigo segn lo que hemos aprendido con la enseanza moral.Estas intuiciones, aunque poderosas en principio, tienen tambin fuertes argumentos en contra. Por ejemplo, en el primer caso, podramos pensar en ejemplos como los propuestos por James Rachels, en los que actuamos no por satisfacer nuestros decesos, sino por obligaciones del tipo cumplir una promesa, en los que nuestras acciones seran contrarias a los deseos que buscamos satisfacer (ver 2006; 115-16). De igual forma en el segundo caso se podra pensar en que no siempre actuamos para obtener placer, como cuando acudimos a una cita mdica para una intervencin, la cual nos provocar dolor. En este caso nuestro deseo instrumental, ir a consulta para mejorar, no implica placer, pero tampoco nuestro deseo ltimo, mejorar nuestra salud.Por otro lado, actuar por placer sera ms una forma de hedonismo, lo cual no necesariamente implica egosmo (ver Sober & Wilson 1998; 224). Finalmente los dos ltimos casos muestran lo que Rachels considera el error ms profundo del egosmo, el cual es que al ser una teora explicativa, termina siendo poco aceptable al no poder ser probada (ver 2006; 122). Es verdad que el egosmo es difcil de refutar cuando se piensa en la intuicin de interpretar motivos como egostas, ya que bsicamente cualquier motivo altruista puede ser reconstruido como egosta, sin embargo este es su gran defecto, ya que como una teora descriptiva debe, en principio, segn lineamientos de metodologa cientfica, ser revisable y estar sujeta a la posibilidad de ser falsada.Es en este punto donde de igual forma se pueden introducir nuevos argumentos de teoras igualmente descriptivas de mayor calidad a favor del altruismo, por ejemplo, si pensamos en el altruismo psicolgico como un mecanismo necesario para asegurar nuestra convivencia social, entonces debemos poder pensarlo como una condicin necesaria y previa para las acciones morales (ver Kitcher 2011; 35). Esto significa que es necesario aceptar que, por lo menos, algunas de nuestras acciones son altruistas en su motivacin, o corremos el riesgo de perder el fundamento de toda teora moral, lo cual es indeseable ya que aceptamos que de alguna u otra forma necesitamos de cierto grado de moralidad.A pesar de los contraargumentos presentados, las intuiciones a favor del egosmo psicolgico persisten, tanto en la psicologa popular y en teoras pre cientficas, como en teoras explicativas ya desarrolladas y en vas de comprobacin. Sin embargo el riesgo que supone el egosmo psicolgico a las teoras morales plantea la necesidad de buscar mejores razones a favor de una teora explicativa que lo refute. Es bajo esta preocupacin que se ha buscado fundamentar la respuesta al egosmo psicolgico en la evidencia dada por las ciencias, desde la psicologa social hasta la biologa evolutiva. Esta ltima ha desarrollado una gran cantidad de argumentos y experimentos para probar la falsedad del egosmo psicolgico.Desde sus inicios la psicologa evolucionista plantea que los seres humanos por naturaleza ostentaban motivaciones altruistas en sus acciones. Darwin ya haba observado que humanos de distintas edades mostraban conductas en las que se arriesgaban por salvar a sus compaeros, al igual que algunos monos americanos que se enfrentaban a animales ms grandes para proteger a los dems monos de su grupo. Tales conductas, observ Darwin, son el simple resultado de la mayor fortaleza que tienen los instintos sociales o maternales en comparacin con cualquier otro instinto o motivo; porque son realizados muy instantneamente como para reflexionarlos, o para generar una sensacin de placer o dolor; aunque si son frustrados podran causar angustia (1897/2009; 87).A pesar de que este tipo de argumentos y evidencia se ha presentado desde hace ms de un siglo, otras ciencias como la economa y la psicologa social han propuesto modelos de racionalidad donde de hecho se presupone que las motivaciones de los agentes racionales son meramente egostas. La psicologa evolucionista actual ha buscado refutar esta nueva oleada de egosmo psicolgico. Investigaciones como las de Frans de Waal (2007, 2011, 2014) han partido de la idea de que la moral es una cualidad natural, y que el fundamento principal de esta es la tendencia al altruismo. Los argumentos de este tipo van respaldados por una buena cantidad de evidencia cientfica, por ejemplo, de Waal observa que se presentan conductas altruistas en especies de primates muy cercanos al ser humano, pero de igual forma en otras especies ms lejanas e incluso en otros mamferos (ver 2007; 15).El argumento culmina apelando a esta evidencia, ya que si tanto especies cercanas al ser humano, como las ms lejanas, e incluso especies distintas presentan conductas morales motivadas por el altruismo, por principios metodolgicos, es lcito suponer que el ser humano presenta estas mismas conductas y motivaciones, con lo cual se estara refutando al egosmo psicolgico apelando a una mejor teora explicativa. De igual forma, si se prueba que las motivaciones principales de actos como enfrentar a un animal ms grande, a pesar de la desventaja, para salvar a un compaero son resultado de un instinto bsico, pre reflexivo y anterior a toda consideracin sobre el placer o la recompensa, se estara refutando incluso al egosmo ms fuerte, ya que no habra lugar a reinterpretaciones egostas de los motivos que apelaran al placer, la culpa o la bsqueda de beneficio propio.La discusin que nace del problema del egosmo psicolgico, as como su posible solucin a la luz de la evidencia dada por la psicologa evolucionista, es lo que pretendo analizar en esta investigacin, partiendo de la postura crtica de que existen mejores argumentos y evidencia para rechazar el egosmo psicolgico.

RELEVANCIA

El problema de si las acciones morales se dan siempre por motivos egostas supone un desafo para las teoras ticas, tanto descriptivas como normativas. Para las primeras resulta un reto en la medida de que se trata de un teora descriptiva que pretende explicar nuestras motivaciones apelando al egosmo como verdad conceptual (ver Tiberius 2015; 37). Las consecuencias de esta descripcin egosta suponen, en primer lugar, un escepticismo moral (ver Stich et al 2010; 148), ya que si nuestros motivos son netamente egostas, se entiende que siempre actuamos para nuestro propio inters, lo que anula posibilidades como la motivacin por sentimientos morales, por el deber, entre otros. Adems de que tambin niega la posibilidad de una moral objetiva, y da pie al relativismo, ya que niega la posibilidad de que los actos morales sean realizados de forma natural, y por tanto, permite que se argumente a favor de normas morales artificiales para cada caso, o que se pueda decir incluso que es imposible hablar de normas morales.Por esto mismo resulta un reto para las teoras normativas. De forma adyacente, si slo actuamos por nuestros propios intereses, ya sea para maximizar nuestro placer o por evitar el castigo y motivar una recompensa, esto significa que toda tica normativa que apele a que nuestros actos morales deben ser motivados por razones diferentes (el deber, un carcter virtuoso, etc.) resultara vacua. En este sentido la nica teora normativa aceptable sera alguna forma de egosmo tico, ya que si se acepta que el deber se sigue del poder hacer, y si el egosmo psicolgico es verdadero, slo podramos hacer acciones egostas, por lo que deberamos ser egostas en nuestras prcticas morales normativas (ver Stich et al 2010; 149). De este punto se desprende tambin la necesidad de usar las mejores teoras descriptivas de las que disponemos, lo que requiere de un trabajo interdisciplinario con las ciencias naturales. La importancia de esto radica en que ciencias como la psicologa evolucionista nos hablan acerca de lo que somos: animales dependientes de una relacin con sus semejantes, y que necesitan de los dems para asegurar la supervivencia y la mayor calidad de vida posible (ver de Waal 2011; 39). Como tales, ciencias como la psicologa evolucionista no nos dicen nada sobre cmo debemos vivir, pero s nos dicen cmo de hecho vivimos, y nos dan una teora descriptiva de por qu nos preocupan los dems y por qu esta preocupacin promueve una convivencia social que asegura nuestra supervivencia (de Waal 2014; 198). Esto es importante en la medida en que si pretendemos formular teoras ticas robustas que regulen nuestra forma de vida, en palabras de Anthony Appiah, lo que somos no puede ser irrelevante para lo que debemos ser (2010; 39).La relevancia de mi propuesta de argumentar en contra del egosmo psicolgico desde este enfoque es que se podran encontrar mejores razones para rechazarlo. Quiz argumentar con el apoyo de la evidencia de la psicologa evolucionista nos d una mejor visin de nuestras motivaciones y nuestra forma de vida que nos demuestre que somos capaces de actuar moralmente pensando en el bien de los dems. Esto a la larga podra ser til para ayudarnos a formular teoras normativas ms completas.

OBJETIVO

El principal objetivo de la investigacin es dar argumentos a favor de que por lo menos algunos de nuestros actos morales tienen motivos altruistas. Para esto ser necesario argumentar a favor de la idea de que existe evidencia dada por las ciencias naturales de que podemos actuar por el bien de los dems y, adems, que esto respalda los argumentos filosficos en contra del egosmo psicolgico. Argumentar de esta forma ayuda tambin a apoyar la idea de la importancia de un trabajo interdisciplinar entre ciencias naturales y filosofa. Finalmente mis intereses en esta investigacin son analizar el problema del egosmo psicolgico y descubrir el papel que juegan los argumentos y evidencia de la psicologa evolucionista para refutarlo.

BIBLIOGRAFA

Appiah, K. A. (2010). Experimentos de tica, L. Mosconi (trad.). Buenos Aires: Katz.

Darwin, C. (1871/2009). The descent of man and selection in relation to sex Vol.1. New York: Cambridge University Press.

De Waal, F. (2007). Primates y filsofos: la evolucin de la moral del simio al hombre, V. Casanova Fernndez (trad.). Barcelona: Paids.

De Waal, F. (2011). La edad de la empata: somos altruistas por naturaleza?, A. Garcia Leal (trad.). Mxico: Tusquets.

De Waal, F. (2014). El bonobo y los diez mandamientos: en busca de la tica entre los primates, A. Garcia Leal (trad.). Mxico: Tusquets.

Feinberg, J. (2004/2013). Psychological egoism. En Ethical theory: an antology, R. Shafter-Landau (ed.). [2nd ed]. Oxford: Blackwell, pp. 167-77.

Kitcher, P. (2011). The ethical project. Cambridge, MA: Harvard University Press.

Rachels, J. (2006). Introduccin a la filosofa moral, G. Ortiz Milln (trad.). Mxico: fce.

Sober, E. & Wilson, D. S. (1998). Unto others: the evolution and psychology of unselfish behavior. Cambridge, MA: Harvard University Press.

Stich, S. et al. (2010). Altruism. En The moral psychology handbook vol. 1, J. Doris (ed.). New York: Oxford University Press, pp. 147-206.

Tiberius, V. (2015). Moral psychology: a contemporary introduction. New York: Routledge.