Primeras experiencias misioneras en México · pesadísima de salvar… buen tino tuvieron los...
Transcript of Primeras experiencias misioneras en México · pesadísima de salvar… buen tino tuvieron los...
Primeras experiencias misioneras en México
1
Antecedentes históricos
Precursores de la evangelización
Antes de la llegada del célebre grupo de los 12 apóstoles franciscanos, ya habían puesto pie en éstas tierras otros sacerdotes y misioneros, los cuales, más que evangelizadores vinieron como capellanes militares o acompañantes de tripulación:
a) En 1517, Alonso de González, clérigo secular vino con
la expedición de Francisco Fernández de Córdoba.
b) En 1518, el clérigo Juan Díaz, llegó a México como
capellán y cronista de la expedición de Juan de
Grijalva.
c) En 1519 vinieron con la expedición de Hernán Cortés,
Fr. Bartolomé de Olmedo, mercedario y Juan Díaz
clérigo secular. Posteriormente se unió al grupo de
conquistadores (1521) Fr. Pedro Melgarejo,
franciscano 2
Los primeros evangelizadores
Consumada la conquista de México-Tonochtitlan, el capitán Hernán Cortés solicitó al emperador Carlos V, rey de España, que enviase lo antes posible misioneros a estas tierras, y que fueran de preferencia mendicantes:
“Todas la veces que ha vuestra majestad he
escrito, he dicho a vuestra alteza el aparejo que hay en algunos de los naturales destas partes para se convertir a nuestra santa fe católica, y he enviado a suplicar a vuestra cesárea majestad, para ello mandase proveer de personas religiosas de buena vida y ejemplo. Y porque hasta agora han venido muy pocos, o cuasi ningunos, y es cierto que hay grandísimo fruto, ruego a vuestra alteza y suplico mande proveer (misioneros) con toda brevedad”
(H. Cortés, IV carta a Carlos V)
3
Siendo originario de los Países Bajos y común residencia de Carlos V, el emperador envió como misioneros a tres de sus paisanos:
• Fr. Juan de Tecto • Fr. Juan de Agora y •Fr. Pedro de Gante
Llegaron a México el año de 1523, procedentes, como lo mencionamos, de los Países Bajos Españoles (Bélgica). Los dos primeros no vivieron mucho tiempo, en cambió fr. Pedro de Gante tuvo una larga vida ( ) dedicada al ministerio de la evangelización a través de educación.
4
“Mis compañeros se fueron con el gobernador a otra tierra, donde murieron agobiados de trabajos por amor de Dios. Quedé yo solo y permanecí en estas regiones con algunos frailes venidos de España. Estamos repartidos en nueve conventos, viviendo en las casas que nos hicieron los naturales , separados unos de otros siete leguas o diez, y aún cincuenta (…). Mi oficio es predicar y enseñar día y noche; en el día enseño a leer, escribir y cantar; en la noche leo doctrina cristiana y predico. Por ser la tierra grandísima, poblada de infinita gente, y los frailes que predican pocos para enseñar a tanta multitud, recogimos en nuestras casas a los hijos de los señores principales para instruirlos en la fe católica, y que después enseñen a sus padres…”.
Así narra Fr. Pedro de Gante su experiencia apostólica en México:
5
El grupo de “Los Doce”
Al año siguiente de la llegada de los belgas, es decir 1524, arribaron a México el grupo de los “doce apóstoles franciscanos”, enviados con la encomienda de establecer canónicamente la Iglesia en nuestro país.
Apenas llegaron a la ciudad de México, los franciscanos se reunieron en Capítulo y se distribuyeron en los núcleos urbanos más importantes de centro de México:
• Bautizar solo a los neófitos ya catequizados. •Confesión de enfermos. • Dar el sacramento del matrimonio solo a los catequizados. • Sagrada Comunión a discreción
Sus principales actividades apostólicas fueron:
TEXCOCO HUEJOTZINGO
TLAXCALA MEXICO
6
Cristianismo e idolatría
La idolatría fue uno de los principales obstáculos que encontraron los primeros misioneros para que los naturales aceptaran el cristianismo.
Al respecto, según la opinión personal de cada misionero:
El culto a los ídolos era algo abominable. Era comprensible la resistencia de los naturales para cambiar sus costumbres religiosas. Pensaban, que los indígenas eran buenos por naturaleza y que lo idolátrico era algo accidental, no substancial.
Siguiendo estos principios y según la conciencia de cada misionero y su preparación, cada uno de obraba a discreción personal.
7
Con el tiempo, los misioneros cayeron en la cuenta que tal idolatría no era tan superficial como se lo habían imaginado. Si querían eliminarla, deberían hacerlo con más astucia y talento que lo que habían planeado:
Necesario fue destruir todas las cosas idolátricas, y todos los edificios idolátricos y aún las costumbres de la república que estaban mezcladas con ritos de idolatría y acompañadas con ceremonia idolátrica, lo cual había en casi todas las costumbres que tenía la república con que se regía… (Y ahora) es gran vergüenza nuestra que los indios naturales, cuerdos y sabios antiguos, supieron dar remedio a los daños que esta tierra imprimen los que en ella viven obviando a las cosas naturales con contrarios ejercicios; y nosotros nos vamos al agua debajo de nuestras malas inclinaciones; y cierto se cría una gente, así española como india, que es intolerable de regir y pesadísima de salvar… buen tino tuvieron los habitantes de esta tierra, antiguos, en que criaban a sus hijos e hijas con la potencia de la república, y no los dejan criar a sus padres…
Fr. Bernardino de Sahagún, Historia de las cosas, Lib. X.
8
SOLUCIÓN
Reconocer “su régimen antiguo”, ser más tolerantes y aprovechar los valores de su cultura, sobre todo aquellos que fueran más compatibles con el cristianismo.
En el Capítulo custodial de 1533, los franciscanos acordaron pedir al rey de España dos cosas
• Que apoyara la defensa de los indígenas • Que respetara la evolución histórica, dado que la idolatría ha sido parte de la historia de la humanidad .
Fr. Juan de Tecto se expresa así “aprendemos una teología que de todo punto ignoró San Agustín”. Así que la estrategia sería: Aceptar algunos de los elementos de la religión de los naturales, dándoles un significado cristiano
9
o Incorporar a la liturgia cristiana algunas de las prácticas religiosas de los naturales, como la danza y el canto y aceptar algunas de sus insignias. Fue así como los frailes se convirtieron en maestros de
PIPILCUICATL o canto de los indígenas:
Variadas flores resplandecientes por todas partes se esparcen; la flor del elote, la flor del cacao. Aleluya. La flor del cacao, la flor roja reverberan, abren sus corolas, Aleluya, Aleluya. Fr. Bernardino de Sahagún. Himno para la fiesta de la Impresión de las llagas de S. Francisco
Elementos que se aceptarían desde el principio:
o Espacios religiosos. Aceptación del culto al aire libre (atrios) como lo acostumbraban los indígenas.
10
o Aceptación de la política u observancia moral de los naturales compatible con la ética cristiana
“Mi hijita, tortolita, si vives aquí en la tierra, que no te conozcan los hombres. Y esto guárdalo muy bien , consérvalo todo el tiempo que vivieres. Pero si ya estás bajo el poder de alguien, no hables en tu interior, no dejes que tu corazón quiera irse en vano por otro lado. No te atrevas contra tu marido. No pases en vano por encima de él, o como se dice, no le seas adúltera. Porque mi hijita, mi muchachita, si esto se consuma, si esto se realiza ya no hay remedio, ya no hay regreso. Si eres vista, si se sabe esto, iras a dar por los caminos, serás arrastrada por ellos, te quebrarán la cabeza con piedras, te la harán papilla”.
11
o Entablar un diálogo entre los misioneros (teología cristiana) y los sacerdotes y sabios indígenas.
Este diálogo, entre misioneros y sabios indígenas se conoce como “Los Coloquios de los doce”, obra recopilada por Fr. Bernardino de Sahagún.
La mayor parte de esta obra se perdió, tal vez debido al decreto de 1577, en el que el rey Felipe II, ordenó la desaparición de cualquier documento que estuviera relacionado con las antiguas culturas indígenas, con la finalidad de hacer crecer la hispanización de las colonias
12
• A convertirlos al verdadero Dios
• No a buscar alguna ganancia temporal, sino la
salvación espiritual de ellos.
• A enseñar la revelación divina, y no palabras
humanas.
• A dar razón del Dios omnipotente y su Vicario,
el Papa
• A buscar el progreso cultural de los naturales,
valorando su cultura, arte y sentido de moral.
• A enseñar la doctrina cristiana y el catecismo.
• A ofrecerse como administradores de los
sacramentos.
• A enseñar los conceptos básicos de la
civilización: lectura, escritura, aritmética y
canto.
• A ayudarles a que se alejen de la idolatría.
• A construir Iglesias y hospitales.
Algo de lo que conocemos sobre este diálogo es lo siguiente:
Que los misioneros cristianos vinieron:
13
No se sabe mucho sobre la respuesta de los sabios aztecas. Se cree que ellos pidieron que los misioneros les tuvieran paciencia, pues les era muy difícil cambiar la religión y la cultura de sus padres y ancestros, sin provocar confusión y escándalo entre los naturales.
Entonces los frailes comenzaron a buscar nuevas formas y estrategias para implantar sin violencia el evangelio, cuidando no faltar el respeto ante la cultura de los indígenas:
“ El médico no puede acertadamente aplicar las medicinas al enfermo, sin que primero conozca de que humor, o de qué causa proceda la enfermedad; de manera que el buen médico conviene sea docto en el conocimiento de las medicinas y en el de las enfermedades, para aplicar conveniente mente a cada enfermedad la medicina contraria. Los predicadores y confesores, médicos son de las ánimas: para curar las enfermedades conviene que tengan experiencia de las medicinas y enfermedades espirituales; el predicador de los vicios de la república; el confesor, para saber preguntar lo que conviene y entender lo que dijesen tocante a su oficio, conviene mucho que sepan lo necesario para ejercitar sus oficios…
Historia General de las cosas de la N. España
14
Conclusión:
Los primeros religiosos que llegaron a nuestro país tenían una experiencia mínima como misioneros, pero eran humanos. Su humanismo y aprecio del prójimo, por amor a Dios, fue poniendo las bases para una evangelización más sistematizada y progresiva. Por ahora, se dedicaron más a observar que actuar. Creo que hicieron bien, pues ello les llevó a identificarse con los naturales y poner en práctica aquella regla de oro de la evangelización: “lo que no se asume, no se redime”.
15