Prehistoria Sismica en Chile

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=30003302 Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Sistema de Información Científica Marco Cisternas Suelos enterrados revelan la prehistoria sísmica del centro-sur de Chile durante los últimos dos milenios Revista de Geografía Norte Grande, núm. 33, julio, 2005, pp. 19-31, Pontificia Universidad Católica de Chile Chile ¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista Revista de Geografía Norte Grande, ISSN (Versión impresa): 0379-8682 [email protected] Pontificia Universidad Católica de Chile Chile www.redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Suelos enterrados revelan la prehistoria sísmica del centro-sur de Chile durante los últimos dos milenios

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Sistema de Información Científica

Marco Cisternas

Suelos enterrados revelan la prehistoria sísmica del centro-sur de Chile durante los últimos dos milenios

Revista de Geografía Norte Grande, núm. 33, julio, 2005, pp. 19-31,

Pontificia Universidad Católica de Chile

Chile

¿Cómo citar? Fascículo completo Más información del artículo Página de la revista

Revista de Geografía Norte Grande,

ISSN (Versión impresa): 0379-8682

[email protected]

Pontificia Universidad Católica de Chile

Chile

www.redalyc.orgProyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Suelos enterrados revelan laprehistoria sísmica del centro-sur de

Chile durante los últimos dosmilenios1

MARCO CISTERNAS2

RESUMENSe presentan las principales lecciones obtenidas durante tres años deinvestigación paleosismológica en el centro sur de Chile. Gracias aestas claves, un equipo conformado por investigadores nacionales, nor-teamericanos y japoneses, en el marco del proyecto Fondecyt Nº1020224 “Evidencias sedimentarias de eventos catastróficos naturalespara la determinación de su periodicidad y riesgo”, reconstruyeron laprehistoria de grandes terremotos y tsunamis ocurridos durante los últi-mos 2.000 años en esta parte de Chile. Sobre la base de los resultados,se propone una nueva tasa de recurrencia para dichos eventos. Parale-lamente, se plantea una explicación a la enormidad del terremoto Chi-leno de 1960.

ABSTRACTThe main lessons achieved through three years of paleosismological re-search in central-South Chile are offered. Thank to these clues, a teamcomposed by Chilean, north American and Japanese researchers, withinthe framework of the Fondecyt Nº 1020224 project “Sedimentary eviden-ces of natural catastrophic events to determine its recurrence and ha-zard”, rebuilt the prehistory of giant earthquakes and tsunamis occurredduring the last 2,000 years in this part of Chile. On the basis of theseresults, a new recurrence rate for such events is proposed. In the sameway, an explanation of the enormity of the 1960 Chile earthquake is alsoproposed.

Palabras clave: Paleosismología, terremoto, tsunami, suelos enterrados

Key words: Paleoseismology, earthquake, tsunami, buried soils

Revista de Geografía Norte Grande, 33: 19-31 (2005)

1 La presente investigación fue financiada por Fondecyt (1020224). A continuación se agradece, en ordenalfabético, a todos los participantes de la investigación, quienes desde sus diferentes nacionalidades, discipli-nas y posiciones académicas, colaboraron con el éxito de esta investigación: Brian Atwater, Fabiola Chamo-rro, Annaliese Eipert, Muhammad Husni, Takanobu Kamataki, Marcelo Lagos, Gonzalo Machuca, Javed Ma-lik, María Mardones, Patricia Martínez, C.P. Rajendran, Yan Rizal, Mauricio Rondanelli, Ignacio Salgado,Kenji Satake, Yuki Sawai, Masanobu Shishikura, Fernando Torrejón y Cristián Youlton.

2 Facultad de Agronomía, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.E-mail: [email protected]

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Chile se localiza sobre una zona de sub-ducción de placas tectónicas (figura Nº 1),donde la placa de Nazca desciende bajo laplaca Sudamericana (figura Nº 2a). Cuandoambas placas están adheridas (trabadas), sumovimiento convergente genera una ten-sión que deforma el borde occidental deSudamérica. Este fenómeno se traduce enun levantamiento de la costa sur de Chile(figura 2b).

Cuando la tensión acumulada es dema-siado alta, las placas se liberan abrupta-mente, se produce un terremoto de altamagnitud (usualmente sobre 9; también lla-mados “eventos gigantes”) y un consecuen-te hundimiento del sector costero. El extre-mo occidental de la placa continental,localizado bajo el mar, se desplaza y gol-pea enérgicamente a la columna de aguagenerándose un tsunami (figura Nº 2c). Las

FIGURA Nº 1LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

a) conjunto de placas involucradas en la tectónica chilena. b) centro-sur de Chile, línea segmentadadelimita área de subducción del evento de 1960, línea continua con púas muestra el límite occidental dela zona de subducción. c) escenario geomorfológico del río Maullín. d) delimitación de las marismas ypraderas bajas del estuario del río Maullín. e) vista aérea del estuario.

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ondas se trasladan, a la velocidad de un jetcomercial, en direcciones opuestas hacia lacosta de Chile y a las costas asiáticas (figu-ra Nº 2d).

Considerando que las placas han esta-do, y estarán, en continuo movimiento,este permanente proceso de trabamiento yliberación de placas ha sometido periódi-camente a la costa del sur de Chile a hun-dimientos repentinos (cosísmicos) y a le-vantamientos graduales (intersísmicos). Deeste modo, es posible suponer que cono-ciendo la velocidad a la que se desplazan

las placas podría estimarse el periodo derecurrencia de estos fenómenos.

Sobre la base de eventos registrados his-tóricamente (i.e. 1575, 1737, 1837 y 1960;Lomnitz, 1970), se considera que el periodopromedio de recurrencia de los grandes te-rremotos en el sur de Chile es de aproxima-damente 128 años. Sin embargo, el terremo-to de 1960, magnitud 9,5, genera un enigmadifícil de explicar entre los especialistas.Durante dicho evento, el área de ruptura delas placas (zona previamente adherida) tuvoun desplazamiento (slip) de entre 20 y 30 m

a) la placa en subducción (Nazca) desciende sobre la placa Sudamericana. Su extremo occidental estáadherido a la placa en subducción; sin embargo el movimiento convergente continúa. b) acumulación deenergía. Al estar ambas placas trabadas se genera una deformación lenta de la placa Sudamericana. Estoproduce un levantamiento del sector costero de Chile. c) terremoto. Debido a la alta tensión acumuladalas placas se liberan abruptamente. Se genera un terremoto de alta magnitud (> 9). El extremo de la placacontinental golpea al fondo del mar y la costa se hunde. d) Tsunami. Las ondas generadas por el golpe sedesplazan en direcciones opuestas, alcanzando en unos minutos a las costas de Chile y horas después alas costas de Asia (Modificado de Atwater et al., 1999).

FIGURA Nº 2ZONA DE SUBDUCCIÓN

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(Plafker & Savage, 1970; Kanamori & Cipar,1974; Cifuentes, 1989), llegando a alcanzarlos 40 m localmente (Barrientos & Ward,1990). Considerando que las placas se des-plazan a una velocidad de 8,4 cm por año(De Mets et al., 1990), se requieren más de300 años de convergencia para explicar eldesplazamiento mencionado. Sin embargo,la zona de ruptura había sufrido un despla-zamiento solo 123 años antes, en 1837, y aintervalos anteriores de 100 y 162 años, en1737 y 1575 respectivamente.

Formación de suelosenterrados

El terremoto gigante de 1960, y sus secue-las naturales, ha sido utilizado por nuestroequipo de trabajo como un análogo modernopara estudiar las marcas dejadas por anterio-res eventos de características similares.

El terremoto de 1960 hundió un cuartode la costa chilena entre 1 y 2 m (figura Nº1b; Plafker & Savage, 1970). De este modo,las tierras bajas que estaban por sobre lasmareas más altas repentinamente se vieronsometidas a inundaciones periódicas. Estogeneró que los suelos de marismas y prade-ras bajas comenzaran a ser sepultados porla sedimentación mareal (figura Nº 3a).Otros sectores fueron afectados por lainundación del tsunami y quedaron cubier-tos por una capa de arena (Wright & Mella,1963; figura Nº 3b). En ambos casos, porseparado o en un proceso compuesto, dé-cadas más tarde se comenzó a desarrollarun nuevo suelo sobre la capa de sedimen-tos. Sea debido a la propia tasa de sedi-mentación del lugar o gracias a un even-tual proceso de levantamiento intersísmicode la costa, este nuevo sustrato comienza aser colonizado por la vegetación estuarina

FIGURA Nº 3FORMACIÓN DE SUELOS ENTERRADOS

a) Durante el terremoto la subsidencia hunde a las marismas, dejándolas bajo el nivel de las altas mareas.Posteriormente, la sedimentación mareal sepulta al suelo. Décadas más tarde, sea por sedimentación o porlevantamiento intersísmico, comienza a desarrollarse, y ser colonizado por plantas, un nuevo suelo. b) Elmismo proceso anterior, solo que los sedimentos que sepultan al suelo son dejados por el tsunami.

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a medida que se “aleja” de la influencia delas mareas.

El proceso descrito generó que en diver-sas localidades afectadas por el evento de1960 se encuentre, a poca profundidad, elsuelo enterrado de 1960 (Cisternas et al.,2000). Como es lógico suponer, dado elconstante movimiento convergente de lasplacas, este proceso se ha repetido a travésdel tiempo en muchas ocasiones. En lugaresdonde la erosión costera no supera a losmontos de sedimentación, se debería encon-trar la secuencia de suelos enterrados genera-dos por eventos pasados de subsidencia.

Lecciones obtenidas

a) Suelos enterrados en las marismas delos estuarios del centro-sur de Chile han

registrado eventos pasados de subsiden-cia sísmica y tsunamis

Aunque nuestros estudios se focalizaronen el estuario del río Maullín (figura Nº 1),reconocimos la existencia de suelos enterra-dos y depósitos de tsunamis en otros estua-rios y sectores costeros. Reconocimientospreliminares se hicieron en la bahía Cocotuéy laguna Quetalmahue (figura Nº 1c), ambosal oeste de Ancud, en playa Chocoi (figuraNº 1d), al oeste de Carelmapu, y en el estua-rio del río Lingue, en Mehuín (figura Nº 1b).

Nuestra evidencia más completa provie-ne del estuario del río Maullín. Ahí, me-diante medio centenar de perforacionescon retroexcavadora (figura Nº 4), obtuvi-mos el registro más claro y extenso de sue-los enterrados y depósitos de tsunami (figu-

FIGURA Nº 4UTILIZACIÓN DE RETROEXCAVADORA PARA LA PERFORACIÓN DE FOSAS

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FIGURA Nº 5PARED DE FOSA

Las bandas de color oscuro corresponden a suelosenterrados, mientras que las más claras son arenasdepositadas por tsunamis pasados. Es posible ob-servar que el suelo actual (arriba), está a la esperade la siguiente capa de arena. Cada barra de laregla equivale a 10 cm.

ra Nº 5). Al menos ocho eventos han gene-rado un verdadero código de barras queabarca 2.000 años de historia sísmica delcentro-sur de Chile.

Es necesario destacar que parte de la va-lidación del registro se logra a través deuna serie de perforaciones que puedenabarcar hasta un kilómetro de longitud.Posteriormente, la serie lograda en cadafosa se correlaciona con las restantes fosas,lográndose perfiles estratigráficos que co-nectan cada suelo entre sí (figura Nº 6). Deeste modo, los resultados se validan alcomprobarse que cada señal (suelo) repre-senta a un evento que dejó un rasgo real-

mente distintivo en el sistema natural y noresponde a un fenómeno de expresión pun-tual. En la práctica, este es el problema demuchos estudios que solo cuentan con unaperforación o barrenado (coring). En otraspalabras, para que un suelo realmente re-presente un evento de subsidencia sísmicadebe tener una expresión a mediana escalaespacial. Si un determinado suelo es soloencontrado en un punto de perforaciónpuede responder más bien a un fenómenolocal del punto de muestreo.

b) Es posible reconstruir la prehistoriade terremotos gigantes mediante la data-ción de elementos orgánicos contenidos enlos suelos sepultados

Mediante el análisis con radiocarbonode restos de plantas sepultadas, encontra-das en posición de crecimiento en la partesuperior de cada suelo, fue posible datarsiete de los ocho eventos reconocidos. Setrata de plantas que probablemente estabanviviendo al momento del terremoto. Se ca-racterizan por estar enraizadas en el suelosepultado, mientras que sus partes aéreasestán inyectadas en la arena suprayacente.

Uno de los resultados más trascenden-tales de la serie temporal obtenida deesta forma (figura Nº 7) es que se com-prueba, contrariamente a lo supuesto ini-cialmente, que el verdadero predecesordel evento de 1960 no fue el terremotode 1837 ni tampoco el de 1737. El paleo-suelo que se encuentra inmediatamentedebajo del de 1960, es el de 1575. Con-siderando que utilizamos como análogomoderno el evento de 1960, es posibleesperar que un terremoto anterior, de si-milares características, produjera regis-tros similares. De este modo, al inicio dela investigación esperábamos que el sue-lo inmediatamente subyacente al de 1960fuese el evento de 1837. Lógicamenteeste evento no fue registrado instrumen-talmente, por lo que su magnitud ha sidoestimada sobre la base de informaciónhistórica. Lo sorprendente fue descubrir,mediante la datación, que el suelo prece-dente a 1960 correspondía a 1575. Sobre

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la base de estos hallazgos proponemosque los eventos de 1737 y 1837 no tuvie-ron la magnitud de los terremotos de1575 y 1960. Aquí es necesario volver alplanteamiento inicial, respecto a la dife-renciación entre eventos “grandes” y “gi-gantes”. Debido a que la escala de mag-ni tud t iene base logar í tmica y noaritmética, un evento de magnitud 9 libe-ra 30 veces más energía que uno de mag-nitud 8.

Este hallazgo también podría explicarel tamaño del evento de 1960. La energíaliberada el 22 de mayo de 1960 estuvosiendo acumulada durante casi cuatro si-glos, específicamente 385 años desde1575. Energía que no fueron capaces deconsumir los eventos intermedios de1837 y 1737. Este planteamiento fue tam-bién verificado a través del estudio histó-rico y estudios dendrológicos.

Es interesante también destacar quelos registros sedimentarios del evento de1575 rivalizan en todos los aspectos conlos de 1960, mostrando incluso depósitostsunámicos más potentes y extensos. Esdifícil imaginar, desde nuestra perspecti-va moderna, el pánico que debieron sen-

FIGURA Nº 6EJEMPLO DE PERFIL ESTRATIGRÁFICO LOGRADO MEDIANTE LA CORRELACIÓN DE SUELOS

ENTRE LAS DIFERENTES FOSAS

tir los primeros conquistadores españolesde nuestro territorio ante un evento deesas características, especialmente consi-derando que provenían, en su mayoría,de una región de calma sísmica. Parte deese sentimiento ha quedado reflejado enlas crónicas que han sobrevivido.

Respecto a la secuencia prehistórica(figura Nº 7), el evento más antiguo regis-trado (H) corresponde a un terremoto gi-gante que aconteció alrededor de losaños de Jesús o durantes los siglos inicia-les del primer milenio. Nuestros hallaz-gos no pudieron comprobar o rechazar laposibilidad de que este terremoto causaraun tsunami. Unos tres siglos después ocu-rrió un nuevo evento (G) generador de unimportante tsunami. Posteriormente, ha-cia la segunda mitad del primer milenio,ocurre un nuevo evento (F), del cual nohemos encontrado aún pruebas, a favor oen contra, de haber generado un tsunami.Probablemente unos siglos antes del año1000 DC ocurrió otro evento (E), del quehasta ahora tenemos muy poca informa-ción.

El segundo milenio es el mejor datadode nuestra secuencia. En plena Edad Me-

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dia, alrededor del año 1100 DC, ocurreun terremoto gigante en el centro-sur deChile (D), seguido por un tsunami. Poste-riormente, entre 1250 y 1350 DC ocurre elevento mejor datado (C), el que tambiénpresenta evidencias de haber sido seguidopor un tsunami. La secuencia termina conlos eventos de 1575 (B) y posteriormente elde 1960 (A).

Esta secuencia temporal permite pos-tular que el periodo de recurrencia deterremotos gigantes en el centro-sur deChile es más largo del pensado hastaahora. Utilizando solo la informacióndel último milenio (aun cuando el mile-

nio precedente también concuerda connuestras estimaciones, pero no cuentacon la completa validación de las fe-chas), es posible proponer que el perio-do de recurrencia de terremotos giganteses de al menos 285 años, más del doblede los 128 años estimados hasta ahora.Aparentemente, se trata de buenas noti-cias para los habitantes de esta parte deChile.

c) Es posible diferenciar los depósitos detsunamis de los depósitos mareales

Uno de los grandes problemas que sedebe enfrentar para la interpretación de

FIGURA Nº 7SECUENCIA TEMPORAL DE RANGOS DE EDAD E INTERVALOS PROMEDIO DE RECURRENCIA

DE TERREMOTOS GIGANTES Y TSUNAMIS DEL CENTRO-SUR DE CHILE

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los procesos que habían sepultado a lossuelos fue la diferenciación entre las ca-pas de arena suprayacentes. Aquí es ne-cesario destacar el hecho de que las are-nas de l es tuar io son sumamentehomogéneas en los diferentes ambientes(i.e. playas, dunas, planicies mareales,etc.). Tanto su textura como mineralogíaindican que se trata de sedimentos secun-darios. En ocasiones encontrábamos ca-pas de arena de 50 cm de espesor, lo queresultaba difícil de asociar a un depósitotsunámico. De hecho, en un primer mo-mento de la investigación suponíamosque todas las capas de arena respondíana tsunamis. Finalmente, pudimos definirlos criterios que diferencian los depósitosgenerados por tsunamis y de los produci-dos por el accionar de las olas y corrien-tes fluvio-mareales.

Antes de 1960 el sector de estudio es-taba conformado por praderas que seubicaban por arriba de las pleamares.Estos ambientes fueron hundidos en másde un metro durante el terremoto (figuraNº 8).

Cuatro décadas después, las partesmás bajas están convertidas en planiciesintermareales (sin vegetación). El suelosepultado está siendo erosionado en suborde expuesto al accionar de las olas(criterio 1). Un análisis más detallado delsuelo exhumado muestra que se encuen-tra completamente perforado por madri-gueras de cangrejos y gusanos del inter-mareal (c r i te r io 2 ) . Para que es toocurriera, necesariamente el suelo debióquedar expuesto al accionar del interma-real. En sectores más protegidos, la arenamareal actual nuevamente sepulta el sue-lo exhumado y agujereado. El resultadode este proceso se muestra en la estrati-grafía como un contacto muy irregularentre el paleosuelo y la arena mareal (cri-terio 3). Este sería el caso de suelos quequedaron expuestos a la acción interma-real, debido a que no fueron cubiertospor las arenas del tsunami; o bien, quedicha arena fue posteriormente erosiona-

da. Estos tres criterios definen un depósi-to de arena intermareal.

Por el contrario, después de la subsi-dencia, los sectores más altos se convir-tieron en marismas mareales (con vege-tación). En ellas, el accionar de las olasmareales y corrientes fluviales es muchomenor. Allí es posible reconocer cómolas huellas dejadas por mamíferos sobreel suelo fueron colmadas por las arenasdel tsunami (criterio 4). No se observa elaccionar de cangrejos ni gusanos inter-mareales. El depósito tsunámico cubrerápida y efectivamente al suelo, conser-vándolo y produciendo un contacto es-tratigráfico bien definido. Del mismomodo, las capas de arena presentan unaguzamiento estratigráfico determinadopor la topografía en dirección contrariaa la costa (criterio 5). Finalmente, tam-bién es posible distinguir un depósitotsunámico al reconocer plantas, en posi-ción de crecimiento, inyectadas en laarena desde el suelo subyacente (criterio6). Sin embargo, es necesario consideraren este último criterio que la conserva-ción de los restos vegetales requiere decondiciones geoquímicas que no siem-pre se cumplen, por lo que su ausenciano es excluyente. En estos tres casos laarena de tsunami preserva las caracterís-ticas que presentaba originalmente elsuelo subyacente. En cambio, en el casode las arenas mareales, la bioperturba-ción generada por la actividad biológicaintermareal no permite que dichas carac-terísticas perduren.

Otra variable a considerar es el espe-sor de la capa de arena. Sobre la base deobservaciones de análogos modernos, es-pecíficamente el paleosuelo exhumadode 1960, se reconoció que capas de are-na muy potentes (> ~30 cm) son produci-das por megaondulitas activadas por lascorrientes intermareales. En cambio, losdepósitos tsunámicos presentan en gene-ral espesores menores (< ~20 cm).

d) Tanto la información entregada por so-brevivientes como la registrada en do-

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FIGURA Nº 8CRITERIOS UTILIZADOS PARA DIFERENCIAR ENTRE DEPÓSITOS GENERADOS POR TSUNAMIS

DE LOS PRODUCIDOS POR LA SEDIMENTACIÓN ESTUARINA FLUVIO-MAREAL

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cumentos históricos es trascendentalpara verificar la información de los re-gistros sedimentarios

La información recopilada desde unos80 sobrevivientes del terremoto y tsunamide 1960 fue muy importante para nues-tro proceso de “calibración” medianteanalogía. Las experiencias de los sobre-vivientes, respecto a lo ocurrido durantey después del evento, sirvió para enten-der el proceso de enterramiento de lossuelos y para diferenciar los depósitosmareales de los producidos por el tsuna-mi.

Del mismo modo se realizó una ex-haustiva búsqueda bibliográfica de do-cumentación inédita, colonial y republi-cana, que aportó nueva informaciónrespecto a los eventos catastróficos (te-rremotos y tsunamis) que afectaron elcentro sur de Chile entre los siglos XVI yXIX. El resultado de este trabajo fue fun-damental para corroborar los resultadosestratigráficos. Mediante esta informa-ción se comprueba que los terremotosde 1737 y 1837 fueron muy inferiores enmagnitud respecto a los eventos gigantesde 1575 y 1960.

En la misma línea de trabajo, otro re-sultado importante fue la recopilaciónde mapas antiguos del área, comenzan-do con el primer mapa hecho del ríoMaullín por Francisco Hudson en 1857,el acabado trabajo realizado por Francis-co Vidal Gormaz en 1874, la serie decartas que encargó la marina de Chile anavegantes ingleses a fines del s. XIX ycomienzos del s. XX, siguiendo con lasecuencia cartográfica de 1937 a 1960,realizada por el Departamento de Nave-gación de la Armada de Chile y final-mente la serie de cartas de navegacióndel Instituto Hidrográfico de la Armadade Chile hasta 1998. Esta cartografía, aligual que la documentación histórica,sirvió como información cruzada inde-pendiente para probar lo reconocido enla estratigrafía. Específicamente, se estu-

diaron los cambios de la línea de costacomo un indicador de subsidencia.

e) La información ecológica estuarina seconvierte en el tercer vértice de apo-yo de la información almacenada enlos suelos enterrados

E l te r remoto de 1960 hundió enaproximadamente 1,5 m el sector bajode Misquihué, localizado unos 20 km ríoarriba de Maullín. De acuerdo a sobrevi-vientes, el área estaba cubierta por unbosque de unos 10 km2 compuesto porarrayanes, tepúes, olivillos y temus. Elhundimiento dejó a estos árboles someti-dos al accionar de las mareas, y en ellapso de un año la totalidad murió; pro-bablemente debido a asfixia radicular oexceso de sales.

Utilizando el principio de analogíapropuesto, muestreamos estos árbolesmuertos para contar sus anillos de creci-miento. Se localizaron ejemplares conmás de 300 años de edad, lo que pruebaque el sector falló en hundirse en 1737 y1837 tanto como lo hizo en 1960 (figuraNº 9). Considerando que el grado dehundimiento es una de las variables paradeterminar la magnitud de los terremo-tos, podemos afirmar que probablementelos eventos de 1737 y 1837 no tuvieronla intensidad del evento de 1960.

Los resultados dendrológicos fueronconfirmados por el análisis de la carto-grafía antigua, específicamente la cartadel río Maullín, hecha por Vidal Gormazen 1874 (figura Nº 9a). En ella se obser-va que 37 años después del terremoto de1837, Misquihué contenía árboles enbuenas condiciones (de hecho Vidal Gor-maz permaneció allí trabajando por cua-tro días, junto al botánico Carlos Julliet).Sin embargo, 43 años después del terre-moto de 1960, todos los árboles del sec-tor permanecen muertos. Esto tambiéndemuestra que el terremoto de 1837 nofue capaz de hundir el sector en la mag-nitud que lo hizo el evento de 1960.

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Comentarios y conclusiones

Es necesario reconocer que al inicio de lainvestigación no esperábamos conseguir elnivel de logro finalmente alcanzado. Tanto lapotenciación del grupo de trabajo, debido enparte al apoyo internacional, como la calidadde los registros sedimentarios del estuario delrío Maullín posibilitaron determinar 2.000años de recurrencia de terremotos gigantes ytsunamis en el centro sur de Chile.

Esta información inédita permitió solu-cionar dos importantes incógnitas científi-

cas de interés nacional e internacional: i)entender la secuencia temporal de libera-ción de energía en zonas de placas con-vergentes, y ii) solucionar el enigma quesignificaba, para los geofísicos y sismólo-gos, el gigantesco tamaño del terremotochileno de 1960. Considerando la veloci-dad de convergencia de las placas Sud-americana y de Nazca, y que ellas habíancedido solo 123 años antes (1837), loscientíficos no podían entender cómo el te-rremoto de 1960 había alcanzado unamagnitud 9,5; la mayor registrada hastaahora por instrumento alguno. Los resulta-

a) El bosque de Misquihué representado por cartografía de 1874, 37 años después de 1837, y fotografia-do en el 2003, 43 años después de 1960. B) El conteo de anillos de árboles muertos por la subsidenciade 1960, revela que los árboles sobrevivieron los terremotos de 1737 y 1837.

FIGURA Nº 9ANÁLISIS DENDROLÓGICOS Y ESTUDIO DE CARTOGRAFÍA ANTIGUA CONFIRMAN LOS

HALLAZGOS REALIZADOS MEDIANTE EL ESTUDIO DE SUELOS ENTERRADOS

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dos de esta investigación proponen unasolución al enigma.

En este contexto, consideramos la posi-bilidad de que los resultados pudieran serpublicados en la revista Nature. Para cum-plir con los requerimientos de esta publica-ción fue necesario desarrollar una estrate-gia asentada en reforzar las pruebas y losargumentos utilizados a través de informa-ción ecléctica cruzada independiente (sue-los enterrados, información histórica y desobrevivientes y dendrología).

Las lecciones sucintamente presentadasen el presente artículo muestran que lascostas del centro-sur de Chile almacenanvaliosa información para entender másacerca de la recurrencia de eventos catas-tróficos de alta magnitud.

Sin embargo, es necesario reconocerque teniendo Chile más de 5.000 km decosta, este trabajo requiere ser realizadopor más que solo un equipo de trabajo. Poresto, queremos estimular a otros investiga-dores nacionales, interesados en los am-bientes costeros, que se nos unan en esteobjetivo. Solo desarrollando diversos equi-pos de investigación independientes seráposible algún día llegar a predecir la ocu-rrencia de estas catástrofes en nuestro país.La validez de este postulado fue trágica-mente demostrada por los recientes aconte-cimientos del sudeste asiático, donde loscientíficos no esperaban la ocurrencia deun evento de tales características debido alcompleto desconocimiento de su recurren-cia.

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