POSTONE_LOS LÍMITES DEL MARXISMO TRADICIONAL Y EL GIRO PESIMISTA DE LA TEORÍA CRÍTICA

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3. LOS LÍMITES DEL MARXISMO TRADICIONAL Y EL GIRO PESIMISTA DE LA TEORÍA CRÍTICA. En los capítulos anteriores he examinado algunos de los presupuestos fundamentales que subyacen en la interpretación que el marxismo tradicional hace de la contradicción básica del capitalismo como una contradicción entre el mercado y la propiedad privada, por un lado, y la producción industrial, por otro. Los límites y dilemas de esta interpretación se han puesto cada vez más de manifiesto en el curso del desarrollo histórico del capitalismo post-liberal. En este capítulo examinaré más minuciosamente estos límites analizando críticamente algunos aspectos básicos de una de las respuestas teóricas más ricas y potentes a ese desarrollo histórico: el enfoque conocido como el de “la Escuela de Frankfurt” o la “Teoría Crítica” 82 . Quienes formularon el marco general de la Teoría Crítica —Theodor W. Adorno, Max Horkheimer, Leo Lowenthal, Herbert Marcuse, Friedrich Pollock y otros vinculados al Institut für Sozialforschung de Frankfurt o a su revista, la Zeitschrift für Sozialforschung— buscaban desarrollar una crítica social fundamental adecuada a las transformadas condiciones del capitalismo post-liberal. Influidos en parte por Historia y conciencia de clase de Georg Lukács (aunque sin adoptar su identificación del proletariado como el sujeto-objeto idéntico de la historia), partieron de una comprensión sofisticada de la teoría de Marx en tanto que análisis crítico y autorreflexivo de la interrelación intrínseca de las dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales de la vida en el capitalismo. En el curso de esta confrontación y concepción de las transformaciones significativas del capitalismo en el siglo XX, desarrollaron y situaron en el centro de su interés la crítica de la razón instrumental y de la dominación de la naturaleza, la crítica de la cultura y la ideología, así como la crítica de la dominación política. Estos intentos ampliaron y profundizaron considerablemente el alcance de la crítica social y pusieron en cuestión la pertinencia del marxismo tradicional como crítica de la sociedad moderna post-liberal. Aún así, en su búsqueda de una formulación crítica más adecuada, la Teoría Crítica se encontró con serios dilemas y dificultades teóricas. Estos se hicieron evidentes en el giro teórico dado a finales de los años treinta, cuando el capitalismo post-liberal pasó a concebirse como una sociedad unidimensional completamente administrada e integrada, una sociedad que no daba pie a ninguna posibilidad inmanente de emancipación social. Aclararé aquí los problemas que conlleva este giro pesimista y demostraré que indican que, aunque la Teoría Crítica estaba fundada en una percepción de los límites de la crítica 82 Algunos de los argumentos que se presentan en este capítulo tuvieron su primer desarrollo en Barbara Brick y Moishe Postone, “Critical Pessimism and the Limits of Tradicional Marxism”, Theory and Society , 11, 1982.

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Postone Marxismo

Transcript of POSTONE_LOS LÍMITES DEL MARXISMO TRADICIONAL Y EL GIRO PESIMISTA DE LA TEORÍA CRÍTICA

  • 3. LOS LMITES DEL MARXISMO TRADICIONAL Y EL GIRO PESIMISTA DE LA TEORA CRTICA.

    En los captulos anteriores he examinado algunos de los presupuestos fundamentales que

    subyacen en la interpretacin que el marxismo tradicional hace de la contradiccin bsica del

    capitalismo como una contradiccin entre el mercado y la propiedad privada, por un lado, y la

    produccin industrial, por otro. Los lmites y dilemas de esta interpretacin se han puesto

    cada vez ms de manifiesto en el curso del desarrollo histrico del capitalismo post-liberal.

    En este captulo examinar ms minuciosamente estos lmites analizando crticamente

    algunos aspectos bsicos de una de las respuestas tericas ms ricas y potentes a ese

    desarrollo histrico: el enfoque conocido como el de la Escuela de Frankfurt o la Teora

    Crtica82.

    Quienes formularon el marco general de la Teora Crtica Theodor W. Adorno, Max

    Horkheimer, Leo Lowenthal, Herbert Marcuse, Friedrich Pollock y otros vinculados al Institut

    fr Sozialforschung de Frankfurt o a su revista, la Zeitschrift fr Sozialforschung buscaban desarrollar una crtica social fundamental adecuada a las transformadas condiciones del

    capitalismo post-liberal. Influidos en parte por Historia y conciencia de clase de Georg Lukcs (aunque sin adoptar su identificacin del proletariado como el sujeto-objeto idntico

    de la historia), partieron de una comprensin sofisticada de la teora de Marx en tanto que

    anlisis crtico y autorreflexivo de la interrelacin intrnseca de las dimensiones sociales,

    econmicas, polticas y culturales de la vida en el capitalismo. En el curso de esta

    confrontacin y concepcin de las transformaciones significativas del capitalismo en el siglo

    XX, desarrollaron y situaron en el centro de su inters la crtica de la razn instrumental y de la

    dominacin de la naturaleza, la crtica de la cultura y la ideologa, as como la crtica de la

    dominacin poltica. Estos intentos ampliaron y profundizaron considerablemente el alcance

    de la crtica social y pusieron en cuestin la pertinencia del marxismo tradicional como crtica

    de la sociedad moderna post-liberal. An as, en su bsqueda de una formulacin crtica ms

    adecuada, la Teora Crtica se encontr con serios dilemas y dificultades tericas. Estos se

    hicieron evidentes en el giro terico dado a finales de los aos treinta, cuando el capitalismo

    post-liberal pas a concebirse como una sociedad unidimensional completamente

    administrada e integrada, una sociedad que no daba pie a ninguna posibilidad inmanente de

    emancipacin social.

    Aclarar aqu los problemas que conlleva este giro pesimista y demostrar que indican

    que, aunque la Teora Crtica estaba fundada en una percepcin de los lmites de la crtica

    82 Algunos de los argumentos que se presentan en este captulo tuvieron su primer desarrollo en Barbara Brick y Moishe Postone, Critical Pessimism and the Limits of Tradicional Marxism, Theory and Society, 11, 1982.

  • marxista tradicional del capitalismo, fue incapaz de superar los presupuestos fundamentales

    de dicha crtica. As pues, un anlisis de este giro terico, por tanto, servira tanto para

    clarificar los lmites del marxismo tradicional como para insinuar las condiciones necesarias

    para una teora crtica ms adecuada de la sociedad moderna.

    En mi examen de la visin pesimista que la Teora Crtica guarda del capitalismo post-

    liberal intentar clarificar su base terica a partir de la distincin, anteriormente discutida,

    entre una crtica social realizada desde el punto de vista del trabajo y una crtica de la

    naturaleza histricamente especfica del trabajo en el capitalismo. Esta aproximacin, pues,

    no tomar en consideracin el pesimismo de la Teora Crtica nicamente en referencia directa

    a su contexto histrico ampliado. Este contexto el fracaso de la revolucin en Occidente, el

    desarrollo del estalinismo, la victoria del nacional-socialismo y, ms tarde, el carcter del

    capitalismo de posguerra hace sin duda comprensible una reaccin pesimista. Sin embargo,

    el carcter especfico del anlisis pesimista de la Teora Crtica no puede entenderse por

    completo nicamente en funcin de los acontecimientos histricos, ni siquiera aunque estos

    sean la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Pese a que estos acontecimientos tuvieron

    un enorme efecto en dicha teora, comprender este anlisis exige tambin que entendamos los

    supuestos tericos fundamentales en funcin de los cuales fueron interpretados estos

    importantes desarrollos83. Aqu me limitar a sealar cmo la respuesta terica pesimista de la

    Teora Crtica a estos sucesos y estallidos histricos se encontraba firmemente arraigada en

    numerosas premisas tradicionales respecto a la naturaleza y el curso del desarrollo capitalista.

    Quienes formularon la Teora Crtica reconocieron muy temprano el significado de la

    morfologa transformada del capitalismo post-liberal y analizaron de manera incisiva algunas

    de sus dimensiones. Interpretaron este cambio, sin embargo, en funcin de la constitucin de

    un nuevo tipo de totalidad social, carente de contradiccin estructural intrnseca y, por tanto,

    carente de una dinmica histrica propia desde la que pudiera surgir una nueva formacin

    social84. Consecuentemente, el pesimismo al que me refiero no era contingente, no expresaba

    simplemente una duda acerca de la probabilidad de un cambio poltico y social significativo.

    83 Para una interpretacin que enfatice ms profundamente los efectos directos de las transformaciones histricas en el desarrollo de la Teora Crtica vase Helmut Dubiel, Theory and Politics: Studies in the Development of Critical Theory, traduccin de Benjamin Gregg (Cambrideg, Mass., y Londres, 1985). Para una aproximacin ms general vanse el trabajo pionero de Martin Jay, The Dialectical Imagination (Boston y Toronto, 1973) y Andrew Arato y Eike Gebhardt (eds.), The Essential Frankfurt School Reader (New York, 1978); Seyla Benhabib, Critique, Norm, and Utopia: On the Foundations of Critical Social Theory (New York, 1986); David Held, Introduction to Critical Theory, (London, Melbourne, Sydney, Auckland, Johannesburg, 1980); Douglas Kellner, Critical Theory, Marxism and Modernity (Baltimore, 1989); y Rolf Wiggershaus, Die Frankfurter Schule (Munich y Viena, 1986).84 Al tratar el problema de la contradiccin me centrar en la cuestin de la forma y dinmica del capitalismo como totalidad en lugar de abordar ms directamente el tema de la lucha de clases y el problema del proletariado como Sujeto revolucionario. La dialctica histrica del capitalismo, en el anlisis de Marx, abarca la lucha de clases, pero no puede ser reducida a ella. Una posicin que mantiene que la totalidad social ha dejado de poseer una contradiccin intrnseca, va en la direccin de la afirmacin de que la clase obrera ha sido integrada.

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  • Constituyen ms bien un momento intrnseco del anlisis de la Teora Crtica de los cambios

    de largo alcance de la sociedad capitalista del siglo XX. Es decir, era un pesimismo necesario, concerna a la posibilidad histrica inmanente de que el capitalismo pudiera ser superado y no slo a la probabilidad de que esto pudiera ocurrir85. Este anlisis pesimista problematizaba la base misma de la Teora Crtica.

    Analizar los presupuestos bsicos de este pesimismo necesario examinando varios

    artculos escritos por Friedrich Pollock y Max Horkheimer en las dcadas de 1930 y 1940 que

    resultaron de especial importancia para el desarrollo de la Teora Crtica. En particular,

    investigar la relacin entre el anlisis de la relacin transformada del Estado y la sociedad

    civil en el capitalismo post-liberal de Pollock y los cambios ocurridos entre 1937 y 1941 en el

    concepto de la teora social crtica de Horkheimer. Centrndome en el tema de la

    contradiccin social, mostrar cmo en la dcada de 1930 la obra de Pollock proporciona los

    presupuestos polticos y econmicos implcitos en el giro pesimista de la teora de

    Horkheimer y en los cambios de su concepcin de la crtica social. Sobre la base de un

    examen de las investigaciones de Pollock discutir, en trminos generales, la relacin

    intrnseca de la dimensin poltico-econmica de la Teora Crtica con sus dimensiones

    sociales, polticas y epistemolgicas86. Como veremos, la interpretacin de Pollock del

    capitalismo post-liberal puso en tela de juicio la pertinencia del marxismo tradicional como

    teora crtica y mostr sus lmites como teora de la emancipacin. Sin embargo, este enfoque

    no supona una reconsideracin de largo alcance de las premisas bsicas de aquella teora y,

    por tanto, se mantuvo ligada a algunas de sus premisas. Sealar, pues, que cuando

    Horkheimer adopta un anlisis del capitalismo post-liberal esencialmente similar al de

    Pollock, el carcter de su teora crtica se transforma de un modo que socava la posibilidad de

    su autorreflexin epistemolgica, dando como resultado su pesimismo radical. En el anlisis

    pesimista de Horkheimer podemos hallar, terica e histricamente hablando, los lmites de los

    enfoques basados en presupuestos marxistas tradicionales.

    Al examinar los lmites de la concepcin marxista tradicional del capitalismo y la

    85 A este respecto Marcuse representa una excepcin parcial. Marcuse continu intentando establecer una posibilidad inmanente de emancipacin incluso cuando consideraba el capitalismo post-liberal como una totalidad unidimensional. As, por ejemplo, en Eros and Civilazation (New York, 1962), busc establecer esta posibilidad mediante la transposicin del locus de la contradiccin al nivel de la formacin psquica (vanse pgs. 85-95, 137-43).86 Basndose en un anlisis similar de la importancia de los supuestos poltico-econmicos de Pollock en el desarrollo de la teora crtica social de Horkheimer, Jeremy Gaines ha emprendido una investigacin iluminadora sobre la relacin entre estos presupuestos, en tanto que mediados por aquella teora, y las teoras estticas de Adorno, Lowenthal y Marcuse. Vase Critical Aesthetic Theory (disertacin de tesis doctoral, Universidad de Warwick, 1985). Para la relacin de los anlisis poltico-econmicos de Pollock y otras dimensiones de la Teora crtica vanse tambin Andrew Arato, Introduccin, en A. Arato y E. Gebhardt (eds.), The Essential Frankfurt School Reader, pg. 3; Helmut Dubiel, Einleitung, Friedrich Pollock: Stadien des Kapitalismus (Munich, 1975), pgs. 7, 17, 18; Giacomo Marramao, G., Political Economy and Critical Theory, Telos 24 (verano de 1975), pgs. 74-80; Martin Jay, The Dialectical Imagination, pgs. 152-158.

  • medida en la cual la Teora Crtica se mantiene ligada a l, pretendo poner en cuestin el

    pesimismo que acompaa a esta ltima87. Mi anlisis de los dilemas tericos de la Teora

    Crtica apunta en la direccin de una teora social crtica reconstituida que se apropie de

    aspectos importantes de los enfoques de Lukcs y de la Escuela de Frankfurt en el marco de

    un tipo radicalmente diferente de crtica social. En la medida en que se basa en un concepto

    diferente del marxismo tradicional y de las limitaciones de la Teora Crtica, difiere del

    reciente intento de Jrgen Habermas de resucitar tericamente la posibilidad de una teora

    social crtica con intencin emancipadora formulada tambin contra los dilemas tericos de la

    Teora Crtica como trasfondo88. De hecho, sobre la base de ese anlisis y las primeras etapas

    de mi reconstruccin de la teora de Marx, afirmar que el mismo Habermas adopta varios de

    los presupuestos tradicionales de la Teora Crtica, debilitndose as su esfuerzo por

    reconstituir una teora crtica de la sociedad moderna.

    Crtica y contradiccin

    Antes de examinar este pesimismo fundamental, debo detenerme brevemente en la idea de

    contradiccin y su importancia para una crtica social inmanente. Si una teora como la de

    Marx, crtica con la sociedad y que asume que las personas estn socialmente constituidas, ha

    de ser consistente, no puede proceder desde un punto de vista que, implcita o explcitamente,

    pretenda mantenerse fuera de su propio universo social; por el contrario, debe interpretarse a

    s misma como imbuida en dicho contexto. Esta teora es una crtica social inmanente, no

    puede adoptar una posicin normativa extrnseca a lo que ella misma investiga (que es el

    contexto de la crtica misma) de hecho, debe considerar como espuria la propia idea de la

    existencia de un punto de vista descontextualizado, arquimdico. Los conceptos utilizados por

    esta teora social, deben estar, entonces, en relacin con su contexto. Cuando ese mismo

    contexto es el objeto de investigacin, la naturaleza de estos conceptos est intrnsecamente

    ligada a la naturaleza de su objeto. Esto significa que una crtica inmanente no juzga

    crticamente lo que es desde una posicin conceptual fuera de su objeto por ejemplo, un

    deber ser trascendente. En lugar de ello debe ser capaz de localizar ese deber ser como

    una dimensin de su propio contexto, como una posibilidad inmanente para la sociedad

    existente. Esta crtica debe ser inmanente tambin en el sentido de que debe ser capaz de dar

    cuenta reflexivamente de s misma y fundamentar la posibilidad de su propia existencia en la 87 Mi crtica del pesimismo radical de la Teora Crtica se plantea como una investigacin de los lmites de la interpretacin tradicional del anlisis del capital. Esto no debe entenderse como si significara que una teora social ms adecuada supondra necesariamente una evaluacin optimista de la probabilidad de la realizacin de una sociedad post-capitalista.88 Jrgen Habermas, The Theory of Communicative Action, vol. 1, Reason and the Rationalization of Society, traduccin de Thomas McCarthy (Boston, 1984), pgs. 339-399.

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  • naturaleza de su contexto social. Es decir, si ha de ser internamente consistente, debe ser

    capaz de asentar su propio punto de vista en las categoras sociales con las que aprehende a su

    objeto, y no simplemente establecer o asumir ese punto de vista. En otras palabras, lo

    existente debe ser aprehendido en sus propios trminos de un modo que incluya la posibilidad

    de su crtica: la crtica debe ser capaz de mostrar que la naturaleza de su contexto social es tal

    que este contexto genera la posibilidad de una mirada crtica hacia s mismo. De aqu se sigue,

    pues, que una crtica social inmanente debe mostrar que su objeto, el todo social del que es

    una parte, no es un todo unitario. Ms an, si esta crtica ha de fundamentar socialmente el

    desarrollo histrico y evitar la hipstasis de la historia planteando un desarrollo evolutivo

    transhistrico, debe sealar que las estructuras relacionales fundamentales de la sociedad

    hacen surgir una dinmica direccional continua.

    La idea de que las estructuras, las relaciones sociales subyacentes, de la sociedad

    moderna son contradictorias ofrece la base terica de esta crtica histrica inmanente. Le

    permite clarificar una dinmica histrica intrnseca a la formacin social, una dinmica

    dialctica que apunta ms all de ella misma a ese poder ser realizable que es inmanente

    al es y sirve como punto de partida de su crtica. La contradiccin social, segn esta

    aproximacin, es la precondicin tanto de una dinmica histrica intrnseca como de la

    existencia de la propia crtica social. La posibilidad de esta ltima est intrnsecamente

    relacionada con la posibilidad socialmente generada de otros tipos de distanciamiento y

    oposicin crtica incluido en el mbito popular. Es decir, la nocin de contradiccin social

    posibilita igualmente una teora de la constitucin histrica de las clases de oposicin

    populares que apuntan ms all del orden existente. As, la importancia del concepto de

    contradiccin social supera su interpretacin econmica ms restringida como base de las

    crisis econmicas del capitalismo. Como he afirmado con anterioridad, la contradiccin social

    no debera entenderse simplemente como el antagonismo social entre las clases obreras y

    expropiadoras; sino que hace referencia al propio tejido de una sociedad, a una no identidad

    autogenerada, intrnseca a sus estructuras de relaciones sociales las cuales no constituyen,

    por tanto, un todo estable y unitario.

    La de Marx es una teora social crtica clsica fundada en la idea de que una

    contradiccin social intrnseca caracteriza su universo social. Ms adelante comentar cmo

    intenta Marx analizar la sociedad capitalista como intrnsecamente contradictoria y

    direccionalmente dinmica, fundamentando estas caractersticas bsicas en el carcter

    histricamente especfico del trabajo en el capitalismo. Al hacerlo, Marx establece la

    posibilidad de su crtica de una manera autorreflexiva, epistemolgicamente consistente y

    rompe con las nociones de la lgica desarrollista intrnseca de la historia humana como un

  • todo.

    La crtica inmanente del capitalismo de Marx, como a veces se ha sealado, no consiste

    simplemente en oponer sus ideales a la realidad de esta sociedad. Esta interpretacin de la

    crtica inmanente da por supuesto que el propsito esencial de la crtica es desenmascarar

    ideologas burguesas tales como la del intercambio igualitario, y revelar la srdida realidad

    que disfrazan por ejemplo, la explotacin. Obviamente, esto est relacionado con la crtica

    del capitalismo desde el punto de vista del trabajo que hemos comentado antes1. La crtica

    fundada en el anlisis de la especificidad del trabajo en el capitalismo, sin embargo, tiene un

    carcter diferente: no busca simplemente escudriar tras el nivel de las apariencias de la

    sociedad burguesa para oponer crticamente esta superficie (en tanto que capitalista) a la

    totalidad social subyacente constituida por el trabajo. La crtica inmanente que Marx

    despliega en El Capital analiza esa misma totalidad subyacente no nicamente el nivel superficial de las apariencias como algo caracterstico del capitalismo. La teora intenta

    abarcar tanto la superficie como la realidad subyacente, de modo que apunte a la posible

    superacin histrica del conjunto lo que significa, a otro nivel, que intenta explicar tanto la

    realidad como los ideales de la sociedad capitalista, indicando el carcter histricamente

    determinado de ambos. Definir histricamente de este modo el objeto de la teora supone

    hacer histricamente especfica la propia teora.

    La crtica social inmanente tiene tambin un momento prctico: puede comprenderse a

    s misma como contribuyendo a una transformacin social y poltica. Dicha crtica rechaza las

    posiciones que afirman el orden establecido el es tanto como las crticas utpicas de este

    orden. Debido a que el punto de vista de la crtica no resulta extrao a su objeto sino, ms

    bien, una posibilidad inmanente a l, el carcter de la crtica no es exhortativo, ni terica ni

    prcticamente. Las consecuencias reales de las acciones sociales y polticas estn siempre

    codeterminadas por el contexto en el que tienen lugar, a pesar de las justificaciones y logros

    de tales acciones. La crtica inmanente, al analizar su contexto, revela sus posibilidades

    inmanentes y contribuye a su realizacin. Revelar el potencial real ayuda a que la accin sea

    socialmente transformadora de un modo consciente.

    Lo adecuado de una crtica social inmanente depende de lo adecuado de sus categoras.

    Si las categoras fundamentales de la crtica (por ejemplo, el valor) han de ser consideradas

    1 La idea de que una crtica inmanente revela el vaco entre los ideales y la realidad de la sociedad capitalista moderna la presenta, por ejemplo, Theodor Adorno en On the Logic of the Social Sciences, The Positivist Dispute in German Sociology, traduccin de Glyn Adey y David Frisby, Londres, 1976, pg. 115. En general, la Teora Crtica y sus crticos allegados insisten en hacer hincapi en el carcter inmanente de la crtica social de Marx; sin embargo, entienden la naturaleza de esta crtica inmanente como un juez de la realidad de la sociedad capitalista que se basa en los ideales liberales y burgueses de sta. Vase, por ejemplo, Steven Seidman, Introduccin, en Seidman (ed.), Jrgen Habermas on Society and Politics, Boston, 1989, pgs. 4-5. Esta ltima percepcin revela hasta qu punto la Teora Crtica permanece ligada a algunos supuestos bsicos de la crtica tradicional desde el punto de vista del trabajo.

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  • categoras crticas adecuadas para la sociedad capitalista, stas deban expresar la especificidad

    de dicha sociedad. Ms an, como categoras de una crtica histrica deben mostrarse capaces

    de abarcar el espacio de la dinmica intrnseca de esta sociedad, conduciendo a la posibilidad

    de su negacin histrica al deber ser que emerge como una posibilidad histrica

    inmanente al es. Correlativamente, si se supone que la sociedad es contradictoria, las

    categoras que se utilicen para expresar sus tipos bsicos de relacin social deben expresar

    esta contradiccin. Como vimos en el captulo anterior, esta contradiccin debe apuntar ms

    all de la totalidad existente. La crtica slo puede evitar ser positiva en otras palabras, ser

    una crtica de lo que es sobre la base de lo que tambin es, crtica que, por tanto, no apunta

    realmente ms all de la totalidad existente nicamente si las propias categoras expresan

    esta contradiccin. La crtica negativa adecuada no es la que se emprende en base a lo que es

    sino a lo que podra ser como potencial inmanente a la sociedad existente. Finalmente, para

    que la abolicin histrica de lo que expresan implicara la posibilidad de libertad social e

    histrica, las categoras de una crtica social inmanente de intencin emancipadora debera dar

    cuenta adecuadamente de los territorios determinados de la falta de libertad en el capitalismo.

    La crtica social desde el punto de vista del trabajo no completa estas condiciones

    propias de una crtica inmanente adecuada. Los intentos de Pollock y Horkheimer de analizar

    el carcter transformado del capitalismo post-liberal revelan que las categoras de la crtica

    tradicional no resultan expresiones adecuadas del ncleo del capitalismo, ni de los espacios de

    falta de libertad en esta sociedad, as como que la contradiccin que expresan dichas

    categoras no apunta ms all de la totalidad presente hacia una sociedad emancipada. Sin

    embargo, habiendo demostrado que estas categoras resultan inadecuadas, Pollock y

    Horkheimer no pusieron en cuestin sus presupuestos tradicionales. Como resultado de ello,

    fueron incapaces de reconstituir una crtica social que resultase ms adecuada. Fue la

    combinacin de estos dos elementos lo que dio como resultado el pesimismo de la Teora

    Crtica.

    Friedrich Pollock y la primaca de lo poltico

    Comenzar mi examen del giro pesimista de la Teora Crtica analizando las premisas

    poltico-econmicas del anlisis que Friedrich Pollock desarrolla de la transformacin del

    capitalismo vinculada al surgimiento del Estado intervencionista. En primer lugar, Pollock

    desarrolla este anlisis junto a Gerhard Meyer y Kurt Mandelbaum a principios de 1930 y lo

    va ampliando en el curso de la siguiente dcada. Confrontado tanto a la Gran Depresin y al

    consiguiente papel crecientemente activo del Estado en el mbito socioeconmico como a la

  • experiencia de planificacin sovitica, Pollock concluye que el mbito poltico ha suplantado

    al mbito econmico como locus tanto de la regulacin econmica como de la articulacin de los problemas sociales. Caracteriza este desplazamiento como la primaca de lo poltico sobre

    lo econmico1. Esta idea, extendida desde entonces2, implica que la crtica marxiana de la

    economa fue vlida para el perodo del capitalismo laissez-faire pero que, desde entonces, se ha vuelto anacrnica para la sociedad repolitizada del capitalismo post-liberal. Tal posicin

    puede parecer una consecuencia autoevidente de la transformacin del capitalismo en el siglo

    XX. Sin embargo, como demostrar, est fundada en un conjunto de supuestos cuestionables

    que dan pie al surgimiento de serios problemas para el anlisis del capitalismo post-liberal. Mi

    crtica no cuestiona la premisa bsica de Pollock que el desarrollo del Estado

    intervencionista ha tenido consecuencias polticas, econmicas y sociales de largo alcance

    pero revela, en cambio, las implicaciones problemticas del marco terico de Pollock para el

    anlisis de estos cambios, es decir, para su concepcin del mbito econmico y de la

    contradiccin bsica entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin.

    Pollock desarrolla su concepto del orden social que emerge a partir de la Gran

    Depresin en dos fases de pesimismo creciente. Su punto de partida para el anlisis tanto de

    las causas fundamentales de la Gran Depresin como de sus posibles resultados histricos es

    la interpretacin tradicional de las contradicciones del capitalismo. En dos ensayos escritos en

    1932-1933 Die gegenwrtige Lage des Kapitalismus und die Aussichten einer

    planwirtschaftlichen Neuordung3 y Bemerkungen zur Wirtschafskrise4 Pollock

    caracteriza el curso del desarrollo capitalista en los trminos tradicionales de una

    contradiccin creciente entre las fuerzas productivas (interpretadas como el modo industrial

    de produccin) y la apropiacin privada mediada socialmente por el mercado

    autorregulado5. Esta creciente contradiccin subyace tras las crisis econmicas que, al

    reducir violentamente las fuerzas productivas (por ejemplo, mediante el uso de la maquinaria

    por debajo de su capacidad total, la destruccin de materias primas y el desempleo de miles

    de trabajadores), constituyen el medio por el cual el capitalismo intenta resolver

    automticamente dicha contradiccin6. En este sentido, la depresin mundial no representa

    nada nuevo. An as, la intensidad de la depresin y lo extremo del vaco entre la riqueza

    1 Friedrich Pollock, Is National-Socialism a New Order?, Studies in Philosophy and Social Science 9, 1941, pg. 453.2 Jrgen Habermas, por ejemplo, presenta una versin de esta postura en Technology and Science as Ideology, en Towards a Rational Society, traduccin de Jeremy J. Shapiro, Boston, 1970, y la desarrolla con ms amplitud en Legitimation Crisis, traduccin de Thomas McCarthy, Boston, 1975.3 Pollock, F., Die gegenwrtige des Kapitalismus und die Aussichten einer planwirtschaftlichen Neuordnung, Zeitschrift fr Sozialforschung, 1, 1932.4 Pollock, F., Bemerkungen zur Wirtschaftskrise, Zeitschrift fr Sozialforschung, 2, 1933.5 Pollock, F., Die gegenwrtige... , pg. 21.6 Ibd., pg. 15

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  • social producida, que potencialmente podra satisfacer las necesidades humanas generales, y

    el empobrecimiento de enormes segmentos de la poblacin, sealan el final de la era del libre

    mercado del capitalismo liberal7. Indican que la forma econmica actual es incapaz de

    utilizar las fuerzas que ella misma ha desarrollado para beneficio de todos los miembros de la

    sociedad8. Debido a que este desarrollo no es histricamente contingente sino el resultado de

    las propias dinmicas del capitalismo liberal, cualquier intento de reconstituir una

    organizacin social basada en mecanismos econmicos liberales estara histricamente

    condenada al fracaso: segn todas las indicaciones, intentar restablecer las condiciones

    tcnicas, econmicas y socio-psicolgicas para una economa de libre mercado sera un

    esfuerzo intil9.

    Aunque, segn Pollock, el capitalismo liberal no puede ser reconstituido, ha hecho

    surgir la posibilidad de un nuevo orden social que puede resolver las dificultades del anterior:

    la dialctica entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin que subyace al

    desarrollo del capitalismo de libre mercado ha dado pie a la posibilidad de una economa de

    planificacin central10. An as y este es el punto de inflexin decisivo esta economa no

    ha de ser necesariamente socialista. Pollock sostiene que el laissez- faire y el capitalismo no son necesariamente idnticos y que la situacin econmica puede estabilizarse, en el marco

    del propio capitalismo a travs de una intervencin masiva y continua del Estado en la

    economa11. En lugar de identificar el socialismo con la planificacin, Pollock distingue dos

    tipos de sistemas econmicos planificados: una economa de planificacin capitalista

    fundada en la propiedad privada de los medios de produccin y, por tanto, en el marco social

    de una sociedad de clases; y una economa de planificacin socialista, caracterizada por la

    propiedad social de los medios de produccin en el marco social de una sociedad sin clases12.

    Pollock rechaza cualquier teora de la quiebra automtica del capitalismo y enfatiza el

    hecho de que el socialismo no ha de seguir necesariamente al capitalismo. Su realizacin

    histrica depende no slo de factores econmicos y tcnicos, sino del poder de resistencia de

    aquellos que soportan el peso del orden existente. Y, para Pollock, no es probable que en un

    futuro cercano, como resultado del peso decreciente de la clase obrera en el proceso

    econmico, los cambios en la tecnologa del armamento y los medios de dominacin psquica

    y cultural de masas de nuevo cuo, se produzca una resistencia masiva por parte del

    proletariado13.

    7 Ibd., pg. 10.8 Pollock, F., Bemerkungen..., pg. 337.9 Ibd., pg. 332.10 Pollock, F., Die gegenwrtige Lage..., pg. 19-2011 Ibd., pg. 16.12 Ibd., pg. 18.13Pollock, F., Bemerkungen..., pg. 350.

  • Pollock considera que el resultado ms probable de la Gran Depresin sera, ms que el

    socialismo, una economa capitalista planificada: Lo que est llegando a su fin no es el

    capitalismo sino su fase liberal14. En este estadio del pensamiento de Pollock, en una era de

    planificacin, la diferencia entre capitalismo y socialismo se ha reducido a una diferencia

    entre la propiedad privada y social de los medios de produccin. En ambos casos, la economa

    de libre mercado sera reemplazada por la regulacin del Estado.

    Sin embargo, incluso la distincin basada en las clases de propiedad se ha vuelto

    problemtica. Al describir la reaccin del capitalismo a la crisis, Pollock hace referencia a la

    violenta reduccin de las fuerzas productivas y a una relajacin de las ataduras una

    modificacin de las relaciones de produccin a travs de la intervencin del Estado15.

    Afirma, por un lado, que es posible que ambas se produzcan sin que la base del sistema

    capitalista la propiedad privada y su valorizacin haya de ser alterada16. Por otro lado,

    seala que la continua intervencin del Estado conlleva una limitacin ms o menos drstica

    del poder de disposicin del propietario individual sobre su propio capital, y esto lo asocia

    con la tendencia, ya presente en fechas anteriores a la I Guerra Mundial, a la separacin de la

    propiedad de su gestin efectiva17. As, la definicin del capitalismo en funcin de la

    propiedad privada se ha vuelto algo ambiguo. Efectivamente, Pollock prescinde de ella en sus

    ensayos de 1941, en los que la teora de la primaca de lo poltico llega a su pleno desarrollo.

    En estos ensayos El Capitalismo de Estado y Es el nacional-socialismo un nuevo

    orden?18 Pollock analiza el orden social emergente como capitalismo de Estado. Su

    mtodo aqu consiste en la construccin de tipos ideales: si en 1932 opone una economa

    planificada socialista a una capitalista, en 1941 opone el capitalismo de Estado totalitario y el

    democrtico como los dos principales tipos ideales del nuevo orden19. (En 1941 Pollock

    describe la Unin Sovitica como una sociedad de capitalismo de Estado.20) En la modalidad

    totalitaria, el Estado est en manos de un nuevo estrato dirigente, una amalgamada vanguardia

    burocrtica de los negocios, el Estado y el Partido21; en la modalidad democrtica est

    controlado por el pueblo. El anlisis tpico-ideal de Pollock se concentra en la modalidad

    capitalista totalitaria de Estado. Al despojarse de aquellos aspectos especficos del

    totalitarismo, su examen del cambio fundamental en la relacin del Estado con la sociedad

    civil puede considerarse constituyente de la dimensin poltico-econmica de una teora

    14 Ibd.15 Ibd., pg. 33816 Ibd., pg. 349.17 Ibd., pgs. 345-246.18 Pollock, F., State Capitalism, Studies in Philosophy and Social Science, 9, 1941; Is National Socialism. 19 Pollock, F., State Capitalism, pg. 200.20 Ibd., pg. 211n121 Ibd., pg. 201

    106

  • crtica general del capitalismo post-liberal que Horkheimer, Marcuse y Adorno desarrollarn

    ms profundamente.

    La caracterstica central del orden capitalista de Estado, segn Pollock, es la sustitucin

    de la esfera econmica por la esfera de lo poltico. El equilibrio entre produccin y

    distribucin se ha convertido en una funcin del Estado ms que del mercado22. Aunque

    pueden continuar existiendo un mercado y un sistema de precios y salarios, estos abandonan

    su funcin de reguladores del proceso econmico23. Ms an, aunque se mantenga la

    institucin legal de la propiedad privada, en la medida en que el derecho a disponer del capital

    individual ha sido transferido, en gran medida, del capitalista individual al Estado, sus

    funciones econmicas habran sido efectivamente abolidas24. El capitalista ha sido

    transformado en un mero rentista25. El Estado formula un plan general e impone su

    cumplimiento. Como resultado, la propiedad privada, la ley del mercado y otras leyes

    econmicas como la perecuacin de la tasa de ganancia o su tendencia a la cada no

    mantienen las funciones esenciales que anteriormente les eran propias26. En el capitalismo de

    Estado no existe ningn mbito econmico autnomo y automotriz. Los problemas de

    administracin, por tanto, han sustituido a los del proceso de intercambio27.

    Segn Pollock, esta transicin muestra unas implicaciones sociales de largo alcance.

    Pollock mantiene que todas las relaciones sociales que se dan en el capitalismo liberal estn

    determinadas por el mercado, mientras que el pueblo y las clases se enfrentaran mutuamente

    en la esfera pblica como agentes cuasi-autnomos. A pesar de la ineficacia e injusticia del

    sistema, la relacin de mercado implica que las reglas que gobiernan la esfera pblica son

    mutuamente vinculantes. La ley es la racionalidad duplicada, se aplica a los gobernantes al

    igual que a los gobernados. Este terreno legal impersonal contribuye a la separacin de los

    mbitos pblico y privado y, consecuentemente, a la formacin del individuo burgus. La

    determinacin de la posicin social est en funcin del mercado y los ingresos. Los

    empleados se ven obligados a trabajar por su miedo al hambre y su deseo de una vida mejor28.

    En el capitalismo de Estado, el Estado se convierte en el elemento determinante de

    todos los mbitos de la vida social29, la jerarqua de las estructuras polticas burocrticas

    ocupa el centro de la existencia social. Las relaciones de mercado son reemplazadas por las de

    una jerarqua de mando en la que en lugar de la ley reina una racionalidad tcnica unilateral.

    22 Ibd.23 Ibd., pgs. 204-205; Is National Socialism, pg. 444.24 Pollock, F., Is National Socialism, pg. 442.25 Pollock, F., State Capitalism, pgs. 208-209.26 Ibd.27 Ibd., pg. 217.28 Ibd., pg. 207; Is National Socialism, pgs. 443, 447.29 Pollock, F., State Capitalism, pg. 206.

  • La mayora de la poblacin se convierte, en efecto, en empleados remunerados del aparato

    poltico, sin derechos polticos, sin poder de autoorganizacin, ni derecho a la huelga. El

    impulso al trabajo se encuentra espoleado por el terror poltico, por un lado, y por la

    manipulacin psquica, por otro. Los grupos y los individuos dejan de ser autnomos y

    quedan subordinados al conjunto. A causa de su productividad las personas son tratadas como

    medios ms que como fines en s mismos. Sin embargo, todo esto queda oculto, puesto que su

    prdida de independencia se compensa con la trasgresin, socialmente sancionada, de algunas

    normas sociales anteriores, en especial las normas sexuales. Al derrumbar el muro que separa

    la esfera ntima de la sociedad y el Estado, esta compensacin permite una manipulacin

    social de mayor alcance30.

    Segn Pollock, tanto el mercado como la propiedad privada es decir, las relaciones

    sociales capitalistas bsicas (entendidas de modo tradicional) han quedado efectivamente

    abolidas en el capitalismo de Estado. Las consecuencias sociales, polticas y culturales, sin

    embargo, no han sido necesariamente emancipadoras. Por expresar este enfoque en categoras

    marxianas: Pollock afirma que la produccin en el capitalismo de Estado ha dejado de

    implicar la produccin de mercancas y se ha orientado hacia el uso. Esta ltima

    determinacin, sin embargo, no garantiza que la produccin sirva a las necesidades de seres

    humanos libres en una sociedad armnica31.

    Dado el anlisis del carcter no emancipador del capitalismo de Estado de Pollock y su

    afirmacin de que una vuelta al capitalismo liberal resulta imposible, el problema ahora es si

    el capitalismo de Estado puede ser desbancado por el socialismo32. Esta posibilidad no puede

    seguir considerndose inmanente a la sociedad presente es decir, emergiendo del despliegue

    de una contradiccin intrnseca subyacente a una economa automotriz porque, segn

    Pollock, la economa se ha vuelto totalmente gestionable. Afirma que la economa dirigida,

    opuesta al capitalismo de libre mercado, tiene a su disposicin los medios para comprobar las

    causas econmicas de las depresiones33. Pollock enfatiza repetidamente que no existen leyes

    econmicas o funciones que pudieran impedir o poner un lmite al funcionamiento del

    capitalismo de Estado34.

    Si tal fuera el caso, no existe posibilidad de que el capitalismo de Estado pueda ser

    superado? En su respuesta provisional, Pollock esboza el comienzo de una teora de la crisis

    poltica: la crisis de legitimacin poltica. El capitalismo de Estado, segn Pollock, surgi

    30 Pollock, F., Is National Socialism, pgs. 448-449. En muchos aspectos, los breves comentarios de Pollock acerca de este asunto adelantan lo que despus Marcuse desarroll ms ampliamente con su concepto de des-sublimacin represiva.31 Pollock, F., Is national Socialism, pg. 446.32 Ibd., pgs. 452-455.33 Ibd., pg. 454.34 Pollock, F., State Capitalism, pg. 217.

    108

  • histricamente como la solucin de los males econmicos del capitalismo liberal. Por tanto, la

    principal tarea del nuevo orden social sera mantener el pleno empleo y posibilitar que las

    fuerzas productivas se desarrollaran sin trabas, mientras mantienen la base de la antigua

    estructura social35. La sustitucin del mercado por el Estado significa que un desempleo

    masivo conllevara inmediatamente una crisis poltica que pondra en cuestin el sistema. El

    capitalismo de Estado requiere necesariamente el pleno empleo para legitimarse.

    La variante totalitaria del capitalismo de Estado se enfrenta a problemas adicionales.

    Este orden representa el peor tipo de sociedad antagnica en la que los intereses de poder de las clases dirigentes impiden al pueblo tanto la utilizacin completa de las fuerzas productivas

    para su propio bienestar, como el control de la organizacin y las actividades de la

    sociedad36. A causa de la intensidad de este antagonismo, el capitalismo totalitario de Estado

    no puede permitir que el nivel general de vida se eleve de manera apreciable puesto que tal

    elevacin liberara a las personas posibilitando la reflexin crtica sobre su situacin, lo que

    podra llevar a la emergencia de un espritu revolucionario, con exigencias de justicia y

    libertad37.

    El capitalismo totalitario de Estado, por tanto, se enfrenta al problema de mantener el

    pleno empleo, promover un mayor progreso tcnico y, an as, no permitir que el nivel de vida se eleve de manera apreciable. Segn Pollock, tan slo una economa de guerra permanente

    podra cumplir estos requisitos simultneamente. La mayor amenaza para las formas

    totalitarias es la paz. En una economa de paz, el sistema no podra mantenerse a s mismo, a

    pesar de la manipulacin psicolgica de las masas y del terror38. No podra tolerar un elevado

    nivel de vida y no podra sobrevivir al desempleo masivo. El capitalismo democrtico de

    Estado podra mantener un elevado nivel de vida, pero Pollock describe ste como inestable y

    transitoria: las diferencias de clase podran afirmarse, en cuyo caso el capitalismo democrtico

    de Estado se desarrollara en la direccin de una modalidad totalitaria, o del control

    democrtico del Estado resultara la abolicin de los ltimos remanentes de la sociedad de

    clases, llevando por tanto al socialismo39. Esta ltima posibilidad, sin embargo, parece

    improbable en el marco del enfoque de Pollock es decir, su tesis de la gobernabilidad de la

    35 Ibd., pg. 203.36 Ibd., pg. 223.37 Ibd., pg. 220. Pollock parece considerar la conciencia de masas en una fase de la primaca de lo poltico nicamente en trminos de manipulacin externa y de una vaga nocin de los posibles efectos revolucionarios de una cada de los niveles de vida. Parece que, conforme a una sociedad determinada por el Estado, Pollock no concibe la conciencia social como un aspecto inmanente a dicha clase de sociedad (aunque ese no sea quiz el caso en su consideracin de una sociedad determinada por el mercado). Podra argumentarse que Pollock no ha sido capaz de perfilar adecuadamente la relacin existente entre subjetividad social y objetividad. As pues, especifica nicamente las ms externas de las condiciones materiales que posibilitaran un pensamiento crtico, pero no es capaz de indicar por qu ese pensamiento sera crtico en una direccin particular.38 Ibd.39 Ibd., pgs. 219, 225.

  • economa y su afirmacin de que la poltica de alerta militar, que permite mantener una

    permanente economa de guerra sin guerra, es el sello caracterstico de la poca del Estado

    capitalista40. El anlisis de Pollock del capitalismo de Estado no llega a consolidar su

    esperanza de que el capitalismo democrtico de Estado pueda ser establecido y ms

    ampliamente desarrollado en direccin al socialismo. Su posicin es fundamentalmente

    pesimista: la superacin del nuevo orden no puede derivarse, de modo inmanente, del propio

    sistema sino que, por el contrario, se ha vuelto dependiente de una improbable circunstancia

    extrnseca: la paz mundial.

    Supuestos y dilemas de la tesis de Pollock

    En el anlisis de Pollock encontramos algunos aspectos problemticos. Su examen del

    capitalismo liberal incide en su desarrollo dinmico y su historicidad. Muestra cmo la

    contradiccin inmanente entre sus fuerzas productivas y sus relaciones de produccin ha dado

    pie al surgimiento de la posibilidad de una sociedad econmicamente planificada como su

    negacin histrica. Sin embargo, al anlisis del capitalismo de Estado de Pollock le falta esta

    dimensin histrica, es ms bien un anlisis esttico y casi nicamente una descripcin de

    varios tipos ideales. Con toda seguridad, la formulacin inicial de Pollock de una teora de la

    crisis poltica buscaba desvelar los momentos de inestabilidad y conflicto, aunque no

    estuvieran relacionados con ninguna clase de dinmica histrica inmanente de la que pudieran

    emerger los perfiles y la posibilidad de otra formacin social. As, debemos preguntarnos por

    qu, para Pollock, el escenario capitalista caracterizado por la primaca de lo econmico es

    contradictorio y dinmico mientras el caracterizado por la primaca de lo poltico no lo es.

    Esta cuestin puede aclararse tomando en consideracin el concepto de lo econmico de

    Pollock. Al postular la primaca de la poltica sobre la economa, est concibiendo a esta

    ltima en trminos de una coordinacin cuasi-automtica, por medio del mercado, de las

    necesidades y los recursos, por medio de la cual el mecanismo de los precios dirige la

    produccin y la distribucin1. En el capitalismo liberal, las ganancias y los salarios dirigen el

    flujo del capital y la distribucin de la fuerza de trabajo en el proceso econmico2. El mercado

    resulta central para la comprensin de Pollock de lo econmico. Su afirmacin de que las

    leyes econmicas pierden su funcin esencial cuando el Estado suplanta al mercado indica

    que, segn su punto de vista, estas leyes est fundadas tan slo en el modo de regulacin

    social mercantil. La centralidad que el mercado adquiere en el concepto de lo econmico de

    40 Ibd., pg. 220.1 Ibd., pg. 203.2 Pollock, F., Is National Socialism..., pg. 445 y ss.

    110

  • Pollock tambin se advierte a nivel categorial dada su interpretacin de la mercanca: un bien

    se convierte en mercanca slo cuando es puesto en circulacin por el mercado, de otro modo

    es un valor de uso. Este enfoque, por supuesto, implica una interpretacin de la categora

    marxiana del valor supuestamente la categora fundamental de las relaciones de produccin

    en el capitalismo nicamente en trminos de mercado. En otras palabras, Pollock entiende

    el mbito econmico e, implcitamente, las categoras marxianas, nicamente desde el punto

    de vista del modo de distribucin.

    Segn esto, Pollock interpreta la contradiccin entre las fuerzas productivas y las

    relaciones de produccin como una contradiccin entre la produccin industrial y el modo de

    distribucin burgus (el mercado, la propiedad privada). As, sostiene que la creciente

    concentracin y centralizacin de la produccin convierte la propiedad privada en algo

    crecientemente disfuncional y anacrnico3, mientras que las crisis peridicas indican que el

    modo de regulacin automtico no es armnico y que las anrquicas operaciones de las

    leyes econmicas se han vuelto ms y ms destructivas4. Por consiguiente, esta contradiccin

    da pie a una dinmica que, a la par, requiere y posibilita la suplantacin del modo de

    distribucin burgus por uno caracterizado por la planificacin y la ausencia efectiva de la

    propiedad privada.

    De esta interpretacin se sigue que cuando el Estado suplanta al mercado como agencia

    de distribucin, el mbito econmico queda bsicamente suspendido. Por tanto, segn

    Pollock, la economa como ciencia social pierde el objeto de su investigacin: si bien el

    economista anteriormente se devanaba los sesos para resolver el puzzle del proceso de

    intercambio, en el capitalismo de Estado se enfrenta a meros problemas de administracin5.

    En otras palabras, con la planificacin estatal, un modo consciente de regulacin y

    distribucin social ha sustituido al modelo econmico no consciente. Tras la idea de Pollock

    de la primaca de lo poltico subyace una concepcin que presupone la primaca del modo de

    distribucin.

    Segn esta interpretacin, debera estar claro ahora por qu el capitalismo de Estado no

    posee una dinmica inmanente. Una dinmica inmanente implica una lgica de desarrollo por

    encima y ms all del control consciente, fundada en una contradiccin intrnseca al sistema.

    En el anlisis de Pollock, el mercado es la fuente de todas las estructuras sociales no

    conscientes de necesidad y regulacin; como resultado, constituye la base de las leyes de

    movimiento de la formacin social capitalista. An ms, Pollock sostiene que la

    planificacin por s sola implica un control consciente y completo y que, por tanto, no est

    3 Pollock, F., Bemerkungen..., pg. 345 y ss.4 Pollock, F., Die gegenwrtige Lage, pg 15.5 Pollock, F., State Capitalism, pg 217.

  • limitada por ninguna ley econmica. De aqu se sigue, pues, que la suplantacin del mercado

    por la planificacin estatal debe significar el fin de cualquier lgica de desarrollo ciega: el

    desarrollo histrico queda ahora conscientemente regulado. Ms an, una concepcin de la

    contradiccin entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin como una

    contradiccin entre distribucin y produccin expresada por la creciente inadecuacin del

    mercado y la propiedad privada a las condiciones de la produccin industrial desarrollada

    implica que lo adecuado en esas condiciones es una forma fundada en la planificacin y la abolicin efectiva de la propiedad privada. En el marco de una teora que parte de la

    interpretacin tradicional, orientada a la distribucin, de las relaciones de produccin, ya no

    existe contradiccin social intrnseca entre estas nuevas relaciones de produccin y el modo

    industrial de produccin. Por tanto, la nocin marxiana del carcter contradictorio del

    capitalismo es implcitamente relegada al perodo del capitalismo liberal. La idea de Pollock

    de la primaca de lo poltico hace referencia, pues, a una sociedad antagnica, carente de

    dinmica inmanente que apunte hacia la posibilidad del socialismo como su negacin. El

    pesimismo de su teora se basa en su anlisis del capitalismo post-liberal como una sociedad

    sin libertad pero no contradictoria.

    El anlisis de Pollock seala los problemas de una crtica de la formacin social que

    asume la primaca del modo de distribucin. Segn el anlisis tpico-ideal de Pollock, con el

    desarrollo del capitalismo de Estado el valor ha sido superado y la propiedad privada

    efectivamente abolida. An as, la abolicin de estas relaciones sociales no asienta

    necesariamente los cimientos de la buena sociedad, por el contrario, puede y de hecho lo

    hace conducir a formas de mayor opresin y tirana, formas que ya no pueden ser criticadas

    adecuadamente por medio de la categora de valor. Ms an, segn esta interpretacin, la

    superacin del mercado significa que el sistema de produccin de mercancas ha sido

    sustituido por el de la produccin del valor de uso. An as, Pollock demuestra que sta es una

    definicin insuficiente de la emancipacin; y no significa necesariamente que las

    necesidades de los seres humanos libres en una sociedad armnica se estn satisfaciendo. El

    valor y la mercanca, sin embargo, pueden ser considerados categoras crticas adecuadas a la

    formacin social capitalista slo cuando fundamentan una dinmica inmanente a aquella

    forma social que conduce a la posibilidad de su negacin histrica. Deben abordar el ncleo

    de esta sociedad contradictoria lo suficiente como para que su abolicin suponga la base

    social de la libertad. El anlisis de Pollock indica que las categoras marxianas, entendidas

    desde el punto de vista del modo de distribucin, no dan cuenta adecuadamente de los

    espacios de falta de libertad en el capitalismo. Sin embargo, no reconsidera la fuente de las

    limitaciones de estas categoras, a saber, el nfasis unilateral en el modo de distribucin; en

    112

  • lugar de ello, mantiene ese nfasis a la vez que limita implcitamente la validez de las

    categoras de Marx para el capitalismo liberal.

    Sin embargo, la asuncin tradicional de Pollock de la primaca de la distribucin da pie

    a serias dificultades tericas en su tratamiento del capitalismo de Estado. Como hemos visto,

    el capitalismo como capitalismo de Estado puede existir, segn Pollock, en ausencia del

    mercado y de la propiedad privada. Sin embargo, tal y como lo define la teora marxista

    tradicional, stas son sus dos caractersticas esenciales. Qu es lo que permite caracterizar la

    nueva fase, en ausencia de esas relaciones de produccin, como capitalista? Pollock

    enumera las siguientes caractersticas: El capitalismo de Estado es el sucesor del capitalismo

    privado (...), el Estado asume funciones importantes del capitalista privado (...), los intereses

    del beneficio juegan an un papel significativo (...), no es el socialismo6. A primera vista,

    parece que la clave para la descripcin de Pollock de la sociedad de clases post-liberal como

    capitalista es su afirmacin de que los intereses del beneficio continan jugando un papel

    importante. Aunque, de acuerdo con Pollock, estos intereses quedan subordinados a un plan

    general, ningn gobierno de Estado capitalista puede, o podr, prescindir de la motivacin

    del beneficio7: su abolicin destruira el carcter del sistema entero8. Parece que el carcter

    especfico del sistema entero podra clarificarse mediante un examen del beneficio.

    Esta clarificacin, sin embargo, no nos la proporciona Pollock. En lugar de emprender

    un anlisis del beneficio que ayudara a determinar el carcter capitalista de la nueva forma

    social, Pollock trata a esa categora de un modo indeterminado:

    Otro aspecto de la situacin transformada en el capitalismo de Estado es que la motivacin del beneficio ha sido superada por la motivacin del poder. Obviamente, la motivacin del beneficio es una forma especfica de la motivacin del poder (...). La diferencia, sin embargo, es (...) que esta ltima est esencialmente ligada a la posicin de poder del grupo dirigente mientras que la anterior pertenece nicamente al individuo.9

    Dejando aparte la consideracin de la debilidad de posiciones que hacen derivar

    implcitamente las relaciones de poder de una motivacin por el poder, queda claro que esta

    aproximacin nicamente resalta el carcter poltico del capitalismo de Estado sin aclarar ms

    en profundidad su dimensin capitalista. Segn Pollock, que el mbito econmico ya no

    desempee un papel esencial se refleja en su tratamiento, bsicamente vaco, del beneficio.

    Las categoras econmicas (beneficio) se han convertido en subespecies de las categoras

    polticas (el poder).

    El fundamento ltimo de la caracterizacin de Pollock de la sociedad post-liberal como

    6 Ibd., pg. 201.7 Ibd., pg. 205.8 Ibd.9 Ibd., pg. 207.

  • sociedad capitalista de Estado es que sigue siendo antagnica, es decir, una sociedad de

    clases10. El trmino capitalismo, sin embargo, requiere una definicin especfica mayor que

    la de antagonismo social, puesto que todas las modalidades histricas de sociedades

    desarrolladas han sido antagnicas, en el sentido de que el excedente social es expropiado de

    las manos de sus productores inmediatos y no utilizado para beneficio de todos. Ms an, el

    trmino clase requiere tambin una descripcin ms especfica, no refirindose simplemente

    a los grupos sociales que existen en tales relaciones antagnicas. Como mostrar ms

    adelante, las nociones marxianas de clase y lucha de clases adquieren su significado completo

    tan slo como categoras de un sistema inherentemente contradictorio y dinmico. El

    antagonismo y la contradiccin sociales, en otras palabras, no son idnticos.

    El concepto de capitalismo de Estado implica necesariamente que lo que est siendo

    polticamente regulado es el capitalismo, por tanto, requiere una definicin del capital. Sin

    embargo, no encontraremos estas consideraciones en el tratamiento de Pollock. Su intencin

    estratgica al utilizar el trmino capitalismo de Estado parece clara: enfatizar que la

    abolicin del mercado y de la propiedad privada no es suficiente para la transformacin del

    capitalismo en socialismo. An as, Pollock no puede asentar adecuadamente su

    caracterizacin de la sociedad antagnica post-liberal como capitalista.

    Ms an, la posicin de Pollock no puede explicar la fuente de la continuidad del

    antagonismo de clase en el capitalismo post-liberal. Su comprensin del mbito econmico

    oscurece las condiciones materiales que subyacen tras las diferencias entre el capitalismo de

    Estado y el socialismo. En el anlisis marxista tradicional, el sistema fundado en el mercado y

    en la propiedad privada implica necesariamente un sistema especfico de clase, entendindose

    que la superacin de estas relaciones de produccin es el presupuesto econmico de una

    sociedad sin clases. Una organizacin social radicalmente diferente est vinculada a una

    organizacin econmica profundamente diferente. Si bien Pollock parte de las mismas

    premisas acerca de la estructura del capitalismo liberal, en su consideracin de las sociedades

    post-liberales la conexin intrnseca de la organizacin econmica y la estructura social es

    extrema. Aunque caracteriza al capitalismo de Estado como un sistema de clases, considera su

    organizacin econmica bsica (en el sentido ms amplio) como idntica a la del socialismo:

    la planificacin central y la abolicin efectiva de la propiedad privada bajo las condiciones de

    la produccin industrial desarrollada. Sin embargo, esto implica que la diferencia entre un

    sistema de clases y una sociedad sin clases no tiene que ver con diferencias fundamentales en

    su organizacin econmica, sino que depende simplemente de los modos y los objetivos de su

    administracin. As, la estructura bsica de la sociedad se ha vuelto presumiblemente

    10 Ibd., pg. 219.

    114

  • independiente de su forma econmica. El enfoque de Pollock implica que la relacin entre la

    estructura social y la organizacin econmica ha dejado de existir.

    Este paradjico resultado se encuentra latente en el punto de partida terico de Pollock.

    Si las categoras marxianas y la nocin de relaciones de produccin son entendidas en

    trminos del modo de distribucin, la conclusin es inevitable: cuando el mercado y la

    propiedad privada han sido superados, la dialctica del desarrollo econmico ha seguido su

    curso. As, la organizacin econmica, polticamente mediada, que emerge, representa el

    punto final histrico del modo de distribucin. Por tanto, la existencia adicional de la sociedad

    de clases en tal situacin, no puede fundamentarse en este modo de distribucin que,

    presumiblemente, sera tambin subyacente a una sociedad sin clases. Por el mismo motivo,

    tampoco puede hacerse recaer el antagonismo de clase en el mbito de la produccin. Como

    hemos visto, en la interpretacin tradicional de las categoras marxianas, la transformacin de

    las relaciones de produccin no conlleva una transformacin del modo industrial de

    produccin, sino un ajuste adecuado a ese modo de produccin que, supuestamente, ha

    adquirido ya su forma histrica final. As pues, en este marco, la existencia continuada de una

    sociedad de clases no puede hacerse recaer ni en la produccin, ni en la distribucin.

    En otras palabras, en el anlisis de Pollock, la organizacin econmica se ha convertido

    en una invariable histrica que subraya diversas formas polticas posibles y que ha dejado de

    estar relacionada con la estructura social. Ante la ausencia de cualquier relacin entre las

    estructuras sociales y la organizacin econmica en su anlisis de la sociedad post-liberal,

    Pollock ha de establecer una esfera poltica que no slo mantenga y refuerce las diferencias de

    clase, sino que sea su origen. Las relaciones de clase se han reducido a relaciones de poder

    cuyo origen sigue siendo oscuro. Dado su punto de partida, sin embargo, parece que a Pollock

    le quedan escasas opciones para evitar analizar de manera tan reductora la repolitizacin de la

    vida social en la sociedad post-liberal.

    Finalmente, los lmites de las premisas implcitas en el anlisis de Pollock a la hora de

    abordar adecuadamente la morfologa transformada del capitalismo post-liberal quedan

    patentes en su tratamiento de las relaciones capitalistas de produccin. La nocin misma hace

    referencia a lo que caracteriza al capitalismo como capitalismo, es decir, a la esencia de la

    formacin social. La lgica de la interpretacin de Pollock debera haber introducido una

    reconsideracin fundamental: si el mercado y la propiedad privada han de ser, de hecho,

    consideradas como relaciones capitalistas de produccin, su modalidad post-liberal ideal-

    tpica no debera considerarse como capitalista. Por otro lado, caracterizar la nueva modalidad

    como capitalista, a pesar de la (supuesta) abolicin de estas estructuras relacionales, demanda

    implcitamente una definicin distinta de las relaciones de produccin esenciales para el

  • capitalismo. En otras palabras, este enfoque debera poner en cuestin la identificacin del

    mercado y de la propiedad privada con las relaciones esenciales de produccin de una

    sociedad capitalista incluso para la fase liberal del capitalismo.

    Sin embargo, Pollock no lleva a cabo tal reconsideracin. En lugar de ello modifica la

    definicin tradicional de las relaciones de produccin limitando su validez a la fase liberal del

    capitalismo, postulando su sustitucin por un modo poltico de distribucin. El resultado es un

    nuevo conjunto de problemas y debilidades tericas que apunta a la necesidad de una revisin

    radical de la teora tradicional. Si, como hace Pollock, se mantiene que la formacin social

    capitalista posee diferentes conjuntos sucesivos de relaciones de produccin,

    necesariamente se estar estableciendo un ncleo de dicha transformacin que ninguno de

    esos conjuntos de relaciones abarca por completo. La separacin entre la esencia de esa

    formacin, de todas las relaciones de produccin descritas, indica, sin embargo, que estas

    ltimas no han sido adecuadamente definidas. Ms an, lo que en el anlisis de Pollock se

    mantiene como la esencia el antagonismo de clase resulta demasiado indeterminado

    histricamente como para ser til a la definicin especfica de la formacin social capitalista.

    Ambas debilidades indican la inadecuacin, los lmites, del punto de partida de Pollock, es

    decir, de la localizacin de las relaciones de produccin tan slo en el mbito de la

    distribucin.

    El anlisis de las transformaciones significativas de la vida social y la estructura de

    dominacin asociada al desarrollo del capitalismo post-liberal que desarrolla Pollock, ofrece

    algunas observaciones importantes: sin embargo, debe aposentarse en una base terica ms

    firme. Como sealar, tal base tambin pondra en cuestin el carcter necesario del

    pesimismo de Pollock.

    De todos modos, debera estar claro que considero inadecuada una crtica a Pollock que

    parta de las premisas del marxismo tradicional. Tal enfoque podra reintroducir una dinmica

    al anlisis, sealando que la competencia del mercado y la propiedad privada de ningn modo

    ha desaparecido o perdido sus funciones en un capitalismo intervencionista de Estado. (Esto,

    por supuesto, no concernira a las variantes socialistas reales de capitalismo de Estado,

    siendo una debilidad del marxismo tradicional el no poder proporcionar las bases para una

    crtica adecuada de estas sociedades.) De hecho, en un nivel emprico menos inmediato, uno

    podra preguntarse si hubiera sido posible para el capitalismo burgus alcanzar un nivel en el

    que todos los elementos del capitalismo de mercado hubieran sido superados. No obstante,

    reintroducir en el anlisis del capitalismo intervencionista de Estado una dinmica basada en

    la continuidad de la significacin del mercado y la propiedad privada, no nos conduce al

    pesimismo de Pollock, simplemente evita los problemas fundamentales que surgen cuando se

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  • lleva este desarrollo hasta su lmite: la abolicin de esas relaciones de produccin. La

    cuestin que debe abordarse entonces es si dicha abolicin es en realidad una condicin

    suficiente para el socialismo. Como he intentado demostrar, la aproximacin de Pollock, a

    pesar de su carcter esttico y sus cuestionables fundamentos tericos, indica que una

    interpretacin de las relaciones de produccin y, por tanto, del valor desde el punto de vista

    del mbito de la distribucin, no aprehende suficientemente el origen de la falta de libertad en

    el capitalismo. Criticarlo desde el punto de vista de esta interpretacin sera, por tanto, dar un

    paso atrs desde el nivel del problema tal y como haba emergido en la consideracin del

    anlisis de Pollock11.

    A pesar de las dificultades que conlleva, la aproximacin tpica ideal de Pollock tiene el

    valor heurstico no intencionado de posibilitar la percepcin del carcter problemtico de las

    asunciones del marxismo tradicional. En el marco de una crtica unilateral del modo de

    distribucin desde el punto de vista del trabajo, las categoras marxianas no pueden abarcar

    crticamente la totalidad social. Esto, sin embargo, slo se hace histricamente evidente

    cuando el mercado pierde su papel central como agente de la distribucin. El anlisis de

    Pollock muestra que cualquier intento anclado en la interpretacin tradicional de caracterizar

    el resultante orden social polticamente regulado como capitalista seguir siendo

    necesariamente indeterminado. Hace, tambin, patente que la abolicin del mercado y de la

    propiedad privada por s sola y, de aqu, la autorrealizacin de la produccin industrial

    es una condicin insuficiente para la emancipacin humana. El tratamiento de Pollock del

    capitalismo post-liberal indica, por tanto, inadvertidamente, que el mercado y la propiedad

    privada no son definiciones adecuadas de las categoras sociales ms bsicas del capitalismo

    y, por tanto, que las categoras marxistas tradicionales resultan inadecuadas como categoras

    crticas de la totalidad social capitalista. La abolicin de lo que ellas expresan no constituye la

    condicin de la libertad general.

    El anlisis de Pollock destaca, precisamente, las limitaciones de la interpretacin

    marxista tradicional y muestra a su vez que la nocin marxiana de contradiccin como

    caracterstica de la formacin social capitalista no es idntica a la nocin de antagonismo

    social. Si bien una forma social antagnica puede ser esttica, la idea de contradiccin implica

    11 Vase, por ejemplo, Giacomo Marramao, Political Economy and Critical Theory. Estoy de acuerdo tanto con la tesis general de Marramao que pone en relacin el trabajo de Pollock con el de Horkheimer, Marcuse y Adorno, como con su conclusin general de que Pollock no es capaz de situar los elementos dialcticos en el nuevo escenario capitalista. Sin embargo, aunque Marramao presenta semejanzas con algunos aspectos de los anlisis de Henryk Grosmann, en tanto que interpretacin de Marx bien diferente de la dominante en la tradicin marxista (pg. 59 y ss.), no desarrolla del todo sus implicaciones. Por el contrario, al identificar la interpretacin que Pollock hace del conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de produccin con la de Marx, est implcitamente aceptndola (pg. 67). Esto no le permite consolidar su acusacin que Pollock se equivoca al tomar por esencia un nivel ilusorio de apariencia (pg. 74) desde un punto de vista que fuera ms all de los lmites del marxismo tradicional.

  • necesariamente una dinmica intrnseca. Al considerar al capitalismo de Estado como una

    forma antagnica que no posee tal dinmica, el enfoque de Pollock dirige la atencin a la

    cuestin de la contradiccin social como un problema que debe estar estructuralmente

    ubicado, de modo que se extienda por encima de la consideracin de la clase y de la

    propiedad. Finalmente, el rechazo de Pollock a considerar la nueva forma, en sus contornos

    ms abstractos, simplemente como una forma que an no es plenamente socialista, le permite

    desvelar los nuevos modos ms negativos de dominacin poltica, social y cultural.

    Pollock y los dems miembros de la Escuela de Frankfurt rompen con este marxismo

    tradicional en un aspecto decisivo. Una de las perspectivas bsicas de Pollock es que un

    sistema de planificacin central, en ausencia efectiva de propiedad privada, no es, en y por s

    mismo, emancipador, aunque tal modo de distribucin se adecue a la produccin industrial.

    Esto pone implcitamente en cuestin la idea de que el trabajo por ejemplo, en tanto que

    modo industrial de produccin o, a otro nivel, en tanto que totalidad social constituida por el

    trabajo sea la base de la libertad general humana. An as, el anlisis de Pollock se

    mantiene demasiado ligado a algunas premisas fundamentales del marxismo tradicional como

    para constituir su crtica adecuada. Puesto que adopta su nfasis unilateral en el modo de

    distribucin, la ruptura de Pollock con la teora tradicional no supone realmente una

    superacin de sus presupuestos bsicos acerca de la naturaleza del trabajo en el capitalismo.

    En lugar de ello, conserva la idea de trabajo pero invierte implcitamente la consideracin

    del papel que ste juega. De acuerdo con Pollock, la dialctica histrica ha seguido su curso:

    el trabajo ha llegado a su pleno desarrollo. La totalidad se ha realizado, pero el resultado ha

    sido cualquier cosa menos emancipador. Su anlisis sugiere que ese resultado debe, por tanto,

    basarse en el carcter del trabajo. Si bien el trabajo se ha considerado el locus de la libertad, ahora empieza implcitamente a verse como una fuente de falta de libertad. Esta

    inversin, como demostrar, se expresa ms explcitamente en los trabajos de Horkheimer.

    Las posiciones, tanto pesimistas como optimistas, que he estado examinando comparten una

    concepcin del trabajo en el capitalismo como trabajo, una concepcin que se queda muy

    atrs respecto al nivel de la crtica madura que Marx hace de Ricardo y Hegel. Pollock

    sostiene esta idea y contina imaginando la contradiccin del capitalismo como una

    contradiccin entre produccin y distribucin. Por tanto, concluye que no existe contradiccin

    inmanente en el capitalismo de Estado. Su anlisis da como resultado una concepcin de una

    totalidad social antagnica y represiva que se ha vuelto esencialmente no contradictoria y ha

    dejado de poseer una dinmica inmanente. Es una concepcin que siembra la duda acerca del

    papel emancipador atribuido al trabajo y a la realizacin de la totalidad pero que, en ltimo

    trmino, no va ms all de los horizontes de la crtica marxista tradicional del capitalismo.

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