PITÁGORAS Y SU CORRIENTE FILOSÓFICA
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“El pensamiento griego desde Pitágoras
hasta Sócrates”.
…………………………………………………………………………………………………………
HISTORIA UNIVERSAL
ESTUDIANTE:
DELGADO DIAZ, DANIA NOELI.
PROFESOR:
FERNANDEZ ALVARADO; JULIO CESAR
ESCUELA PROFESIONAL:
DERECHO-II
CHICLAYO – PERU
2008
INTRODUCCION.
Como sabemos, fue Grecia un pueblo excepcionalmente dotado para el pensar filosófico, pues es importante para quien por primera vez se acerca al estudio de la filosofía; permitiendo así, conocer su origen; sus principales representantes y sus tesis fundamentales. Dando aquí un orden cronológico de cómo es, que fue el pensamiento griego desde Pitágoras hasta Sócrates.
Para empezar hablamos, sobre la escuela pitagórica, quienes por su parte sostendrían que el número es esencia y principio de todas las cosas. Luego, Heráclito y Parmenides, filósofos igualmente importantes en este periodo, porque nos acercan a nociones como el devenir y el ser. Seguidamente de los atomistas, quienes sostendrían que el átomo, es principio explicativo y no solamente entendido como partícula mas pequeña de la materia.
Finalmente, los sofistas, que conducirían la filosofía por el camino del pensamiento, esto es por la vía de la recta razón, a la cual, ellos llamaban “logos”, como el único medio de conocer el hombre y la naturaleza; siguiendo a esta, la filosofía de Sócrates; que aborda el estudio del hombre; refiriéndose también a temas fundamentales como la moral socrática, el método y el problema del conocimiento, junto con ello sus escuelas menores socráticas.
I. PITÁGORAS Y SU CORRIENTE FILOSÓFICA
1.1. PITÁGORAS DE SAMOS:
Pitágoras, nació en la isla de Samos hacia el año 570 a.C., se dice, que probablemente, tras
una revuelta en su ciudad natal, tuvo que trasladarse a Crotona, en la Magna Grecia, donde
fundó una escuela. (Ver MPP N°1)
Pitágoras, fue el primero en llamarse “Filósofo”; amante de la sabiduría (1) (Ver fig. N°2)
1.2. DOCTRINAS PITAGÓRICAS:
1.2.1.Física:
a) Los números; esencia de las cosas
Los número es lo que da forma, lo que hace a lo indeterminado algo determinado” (2) es
decir; los pitagóricos afirmaban que el numero expresa orden, racionalidad y verdad; es
así como el pensamiento humano ha dejado de estar dominado por potencias obscuras e
indescifrables. Aristóteles quien se ocupó mucho y con profundidad de estos filosóficos
dice lo siguiente acerca de los pitagóricos:
“Los pitagóricos fueron los primeros que se dedicaron a las matemáticas y que las
hicieron avanzar, y nutridos por ellas creyeron que los principios de estas serían los
principios de todas las cosas que son” 1 (3).
Entonces, decir que, todas las cosas son números les llevó a mantener que los números
tienen un sentido no solo cuantitativo, sino también cualitativo; con un simbolismo
determinado (4); para ellos; el 1 era creador e increado y representaba la divinidad; el 2
representaba la feminidad, la pasividad y la opinión; el 3 al tiempo y al varón, era el
número triangular; el 4, era un número sagrado, número cuadrado, el 5, era la unión del
primer par (2) y el primer impar (3), pues simbolizaban el matrimonio; el 6, simbolizaba
1 (1) cfr: GOÑI Zubrieta, Carlos. Historia de la Filosofía I, Filosofía antigua. 1 Edición. Ediciones Palabras. S.A.España. 2002,35 (2) HIRSCHBERGER, Johannes. Historia de la Filosofía I. Duodécima edición. Editorial Hender, España 2002,52 (3) Reale, Giovanni y ASTISERI, Darío. Historia del pensamiento Filosófico y científico. 2°Edición. Edit. Hender. Barcelona. 1991,47 (4) cfr. (49) COPLESTON, Frederick. Historia de la filosofía: Grecia y Roma; 7ma edición; editorial Ariel. S. A. Barcelona 2004,49
la fecundidad, decían que era producto de lo femenino y lo masculino; el 7, señalaba los
periodos de la vida (7,14,21,38,35,42,…) representaba la salud, inteligencia y la luz; el
8, era el símbolo del amor y la amistad. El 9, por ser producto de iguales (3x3);
significaba la justicia, y el 10, era el número sagrado y perfecto por excelencia, pues
incluye; la suma de los cuatro primeros números (1+2+3+4) y las de las 4 primeras
figuras (Punto (1); línea (2); superficie (3) y volumen (4)) (5), así pues, simbolizaba el
10 la figura perfecta representada en un triangulo de cuatro puntos de lado; llamada
también TETRAKT’YS, por la cual juraban. (6) 2 (Ver fig. N°3). De igual manera;
decían que: “Las cosas son iguales a números extensos y materiales: que a la vez dan
origen a las distintas figuras geométricas, con su distinta posición en el espacio” (7), es
así pues, que consideraban a los números impares cuadrados y a los pares, rectángulos,
en efecto, si se coloca alrededor del numero uno de las unidades que constituyen los
números impares, se obtendrán cuadrados; mientras que si colocas de modo análogo las
unidades que forman los números pares, se obtendrán rectángulo. (Ver fig. N°4)
b) Las oposiciones
Fue muy importante para la cosmología jónica. Aquí a Pitágoras se remonta, sin duda, la
idea fundamental de la oposiciones entre los contrarios; es3 entonces “cuando se origina
la antítesis fundamental entre SER y NO SER; entre Limitado e ilimitado, entre lleno y
vacío, entre Par e impar; uno y múltiple; diestro y siniestro; macho y hembra; quieto y
móvil; bueno y malo; recto y curva; entre otros” (8)
De igual manera, de esta oposición primaria; provienen todos los demás números; las
figuras geométrica por todas cosas. Decían que de los puntos, se deriva la línea. De las
líneas, las superficies. De las superficies, loa sólidos. De los sólidos, los elementos; de
tal manera, las cinco figuras “cósmicas” de los sólidos eran: 1°, el cubo, que con sus
2
(5) cfr.: Ídem (4); (47); REALE, Giovanni y ASTISERI, Darío (6) cfr.: REALE, Giovanni y ASTISERI, Darío
3 (7) URDANOZ; Teófilo; historia de la filosofía Grecia y Roma; 5ta edición; biblioteca de autores cristianos, Madrid 1976.(8) Reale, Giovanni y ASTISERI, Darío. Historia del pensamiento Filosófico y científico. 2°Edición. Edit. Hender. Barcelona. 1991(9) Cfr( 151) URDANOZ; Teofilo; historia de la filosofía Grecia y Roma; 5ta edición; biblioteca de autores cristianos, Madrid 1976. Y Reale, Giovanni y ASTISERI, Darío. Historia del pensamiento Filosófico y científico. 2°Edición. Edit.
doce ángulos representaban la armonía geométrica; 2°, la pirámide; 3° el octoedro; 4°, el
icosaedro; el 5°, el dodecaedro, que figuraba la representación total del universal. (9)
c) El cosmos:
Hay dos conceptos claves en el pitagorismo; ya mencionamos al número y ahora al
cosmos; Pitágoras decía que ambos son indisociables; pues no podríamos hablar de
cosmos; es decir, orden y armonía en la naturaleza; sin una arkhi que produjera ese
orden y armonía. (10) Según Platón, Pitágoras fue el primero en utilizar el nombre de
cosmos para referirse al orden y belleza del movimiento de las esferas celestes, y que tal
orden y belleza manifestaban la presencia de almas inteligibles que dirigían a todos los
vivientes; y que ese “cosmos era una esfera viviente, dotada de respiración; y al respirar
inhaló el preuma ilimitado y el vacio, los cuales prenetaron en su interior, disgregando
su unidad”. (11)
Al parecer, Filolao acerca de esto, hizo coincidir los cuatro elementos con los primeros
sólidos geométricos; así: a la tierra la llamó: cubo; al fuego, pirámide; al aire, octoedro y
al agua, icosaedro. (Ver fig. N° 5); en tal identificación, además, desempeño una función
notable el hecho de determinadas analogías sensibles: el cubo, evoca la solidez de la
tierra; la pirámide recuerda a las lenguas de fuego, etc. 4 (12). Todo lo mencionado,
conduce a una posterior conquista fundamental: “Si el número es orden (concordancia
de elementos ilimitados y limitados”) y si todo está determinado por el numero, todo es
orden. Y puesto que en griego “orden” se dice Kosmos; los pitagóricos llamaron
“cosmos” al universo, es decir, “orden”. (13) De esta manera; los pitagóricos llevaron el
pensamiento humano a un avance decisivo, mencionaron de esto que el mundo ha
dejado de estar dominado por potencias obscuras e indescifrables y se ha convertido en
número; pues como se dijo; el numero expresa orden, racionalidad y verdad; como
afirmaba Filolao: “Todas las cosas que se conocen poseen número; sin este no sería
4(10) cfr. Idem: (6); (30)(11) (154) URDANOZ; Teofilo; historia de la filosofía Grecia y Roma; 5ta edición; biblioteca de autores cristianos, Madrid 1976.(12) cfr: Idem (1); 38(13) Reale, Giovanni y ASTISERI, Darío. Historia del pensamiento Filosófico y científico. 2°Edición. Edit. Hender. Barcelona. 1991(14) cfr. Idem 13.
posible pensar ni conocer nada”; “La mentira jamás inspira un número”. (14) De esta
manera; gracias a los pitagóricos el hombre ha aprendido a ver el mundo con otros ojos,
es decir como un orden perfectamente penetrable por la razón
1.2.2. ANTROPOLOGÍA:
a) El alma y el cuerpo:
Los pitagóricos distinguían dos tipos de vida: la del vulgo; que no se preocupa de otra
cosa que de los intereses corporales, y la vida teorética, propia de los filósofos, que se
consagran a la purificación del alma.
Así, el hombre consta de dos partes distintas: el cuerpo, compuesto de elementos
materiales, y el alma; de procedencia celeste. “El alma; es la parte noble y santa, mientras
que el cuerpo se presenta como un obstáculo para alcanzar la felicidad” 5 (15). Entonces;
las almas son partículas desprendidas en el aire, hasta que se encarnan en los cuerpos por
la respiración. (16)
Según Aristóteles, los pitagóricos creían que eran almas las motas de polvo que aparecían
moviéndose en el aire cuando lo ilumina un rayo de sol. Así, el alma era también un
número, como todas las demás cosas; al parecer Pitágoras le había atribuido la forma de
un cuadrado. Esto, se remonta al pitagorismo primitivo, la cual se remontaba a la creencia,
y acerca del alma, mencionaron que “Las almas, de procedencia celeste, si viven bien y
alcanzan su purificación, se reintegraran después de la muerte a su estado primitivo. Pero,
si han vivido mal, volverán a reencarnarse indefinidamente en cuerpos de animales o
plantas hasta conseguir su purificación” (17)
Cuentan que Pitágoras recrimino a uno que estaba maltratando a un perro porque creyó
reconocer en sus ladridos la voz de un amigo ya muerto (18) y de esta manera, los
pitagóricos ya estaban convencidos de la existencia y de la inmortalidad del alma; sin
5(15) cfr.: GOÑI Zubrieta, Carlos. Historia de la Filosofía I, Filosofía antigua. 1 Edición. Ediciones Palabras. S.A.España. 2002(16) 160 cfr.: URDANOZ; Teófilo; historia de la filosofía Grecia y Roma; 5ta edición; biblioteca de autores cristianos, Madrid 1976.(17) 161 URDANOZ; Teófilo
embargo, no adujeron ningún argumento demostrando, como lo hace posteriormente
Platón. 6
1.2.3. ASTROLOGÍA:
a) La armonía del universo y la “música celestial”
Acerca de esto, Aristóteles nos dice que, mientras la mayoría cree que la tierra se halla en
el centro del universo, “Los de Italia”, es decir, los pitagóricos, “mantenían que en el
centro hay fuego y que la tierra es una estrella más que se mueve a su alrededor
produciendo el día y la noche; además se imaginaron la existencia de una anti tierra,
opuesta a la tierra”. (19)
Los números y la armonía son los principios constitutivos de las cosas. Pues, todo es
número y armonía; de esta manera, la armonía es la causa y el fundamento del cosmos.
(20)
Estas relaciones de distancia producen, según ellos, la “armonía de las esferas”, que, al
girar estas, emiten la “música celestial” que solo los iniciados podían escuchar. La razón
de que no la escuchemos los demás se debe a que nos hemos habituado desde que
nacimos a esa música celestial y no la podemos comparar con el silencio.
La relación entre la longitud de la cuerda, de un instrumento musical la altura del tono que
produce puede ser trasladado a la distancia entre los astros y sus fricciones. De esta forma,
matemática, música y cosmología estaban para los pitagóricos, íntimamente relacionados.
(21)
La hipótesis de la “música celestial” ha sido quizá la doctrina pitagórica que más éxito ha
tenido en la posteridad. Es admirada por Cicerón y San Agustín, entre otros. Nuestro Fray
Luis de León glosa la teoría pitagórica entre versos: “La música sagrada por vuestra sabia
mano gobernada…traspasa el aire todo hasta llegar a la más alta esfera y oye allí otro
modo de no perecedera música que es la fuente y la primera. Y como está compuesta de
números concordes, luego envía consonante respuesta y entre ambos a porfía se mezcla
6(18) cfr: Idem (4); 47.
una dulcísima armonía” (22), es así, como se dio un concepto de creer poseer una clave
para la interpretación del universo, regido por el número y el orden.
(19) GOÑI Zubieta, Carlos. Historia de la Filosofía I, Filosofía antigua. 1 Edición. Ediciones Palabras. S.A.España. 2002,41(20) cfr.: ídem (4),49.(21) cfr.gramba ciudad, Rafael.(22) cfr.: ídem (1),40.
1.2.4.LA ÉTICA:
Aquí, la creencia en la pre-existencia de las almas y en la trasmigración imprime al
pitagorismo un marcado carácter ético, aspirado a la purificación para librarse de las
reencarnaciones. La purificación debía abarcar los dos elementos de que se compone el
hombre: el cuerpo, mediante la dieta vegetariana, la abstención de ciertos manjares
(carnes, habas) (23); y el alma, por medio de la ciencia, que era un medio para llegar a
conocer la armonía universal y para el propio conocimiento (examen de conciencia);
también a través del trabajo espiritual, principalmente la filosofía y la matemática, por
medio de las cuales el se astral de lo sensible y se espiritualiza; el cultivo de la música,
que tiene como fin, más que agradar con un son placentero, forman al hombre con su
armonía y su regularidad; y la gimnasia, que ofrece una buena ocasión de disciplinar el
cuerpo en beneficio del espíritu. (24) Es así como, a los pitagóricos se remota la distinción
entre clases de vida: lo utilitario, propia del vulgo, que no se preocupa más por los
intereses materiales; la ética y la teorética, propias de los filósofos; consagrados a la
purificación y salvación de su alma.
1.3. LA ESCUELA PITAGÓRICA:
La escuela había nacido como una especie de confraternidad o de orden religiosa y estaba
organizada mediante reglas específicas de convivencia y de conducta. Su finalidad
consistía en la realización de determinado tipo de vida y, con respecto a dicha meta, la
ciencia y la doctrina actuaban como un medio: un medio que era un bien común, que
todos compartían y al cual todos procuraban incrementar. (25) Tenían unas normas muy
estrictas y unas creencias accesibles únicamente a los iniciados. Próximos a la religión
órfica, según la cual los hombres habían nacido de las cenizas de los titanes y el alma
(prisionera del cuerpo) llevaba el peso de un crimen original (el de los 7titanes) y no salía
de esta prisión hasta después varias trasmigraciones que la purificaban y así pues,
introdujeron una serie de creencias de
origen oriental como la reencarnación. (26).
Dentro de la escuela habían dos tipos de discípulos: los acusmáticos y los matemáticos.
Solo estos últimos tenían acceso a conocimientos científicos profundos y secretos. “Llama
la atención la gran autoridad que tenia Pitágoras entre sus discípulos, dando lugar a la
expresión “él lo ha dicho”, precedente de la latina magister dixiti” (27), que servía para
zanjar cualquier discusión con un inapelable argumento de autoridad. Esta forma de vida
estaba, además controlada por un conjunto de normas muy estrictas que debían respetar
los prosélitos de Pitágoras.
De la misma manera, Filalao, contemporáneo de Sócrates; fue el primer pitagórico que
publicó obras por escrito. Una fuente antigua nos narra lo siguiente: “Causa asombro el
vigor del secreto de los pitagóricos, a lo largo de muchos años nadie parece haberse
encontrado con escritos de pitagóricos antes de la época de Filolao; éste hallándose en
una pobreza agrande y amarga; divulgo tres libros celebres; de los cuales se afirman que
fueron comprados por Dion Siracusa, por encargo de Platón” (28); así fue, los pitagóricos
no fueron solo contemplativos, dedicados a las matemáticas y a la filosofía; no se
consagraron exclusivamente a la teoría, sino que tenían también una decidida vocación
política. Según parece, uno de sus propósitos era hacerse con el gobierno de las ciudades
principales de la Magna Grecia; lo que explicaría que, había 350 a. c.; fuera disuelta la
escuela y expulsados de esta manera muchos pitagóricos. El pitagorismo volvería a
renacer entonces durante el siglo I de nuestra era.
1.4. IMPORTANCIA DEL PITAGORISMO:
El pitagorismo ejerce una profunda influencia en el desarrollo de la filosofía
griega. Influye posteriormente por los muchos elementos que de él pasan a
7(24) cfr: Idem (4); 89.(25) cfr: Idem (6); 46
los filósofos posteriores.
(26) cfr.: ídem (6) ,46
(27) goñi Zubieta, carlós,
(28) cfr.: ídem (6) ,46.
Con su matematismo eleva el estudio de la ciencia por enuncio de las aplicaciones
puramente practicas o utilitarias; remontándose sobre el materialismo y el empirismo de
los milenios.
En el problema del ser trata de resolver la antítesis entre unidad y pluralidad, salvando
ambas cosas, además de la realidad del movimiento atestiguado por los sentidos. Su
solución de la respiración cósmica, en que el ser lleno es penetrado por el vacio; es
ciertamente infantil y hasta extravagante, dejando la flama abierto a las objeciones de los
eleatas; pero será utilizada por los atomistas. Su concepto de la oposición entre los
contrarios y de su conciliación en una armonía pasará a Heráclito y Empédocles. En
ambos va implícita la idea de un cosmos (orden) presidido por una ley universal.
Su ideal ético-filosófico, de una vida teorética consagrada a la purificación del alma por la
ciencia y la música y dominio por la idea de la inmortalidad del alma y de las sanciones
futuras; ejercerá un influjo profundo en la filosofía de Platón.
II. HERÁCLITO Y LOS ELEATAS:
2.1. HERÁCLITO DE EFESO:
Nació en el seno de una familia aristocrática en la ciudad Jonia de Efeso hacia el 544 a.c.
(Ver fig. N° 6), vivió con gran intensidad el debacle de las colonias jonias ante la
dominación Persa; lo que le hizo un hombre muy crítico, tanto respecto a los gobernantes
como al populacho. (29). Dicen que renuncio a su primogetura a favor a su hermano. Fue
llamado “El oscuro” y lo representaban siempre llorando (ver fig. N°7), porque presentaba
sus opiniones de forma enigmática a la manera como lo hacía pitonisa. No tuvo maestro,
escribió en dialecto jónico un libro en prosa; en forma tan concisa que le valió el
calificativo del “oscuro”.
La obra, escrita en prosa, llevaba por título “De la naturaleza” y estaba dividida en
(29) 52 cfr: HIRSCHBERGER, Johannes. Historia de la Filosofía I. Duodécima edición. Editorial Hender, España 2002
tres partes: sobre el universo, sobre política y sobre teología. De ella conservamos
130 fragmentos cortos que, por su forma enigmática y simbólica, podemos considerar como
una autentica “Lirica filosófica”. Para significar que nadie o muy pocos eran capaces de
entenderlo lo deposito en el templo de Artemis. (30)
Aburrido de los hombres, retiro a dicho templo, donde se entretenía jugando a las tabas con
los niños. Finalmente, cuentan que huyó a los montes, donde vivió manteniéndose de
hierbas. Y así pues, contrajo una Hidropesía y murió lastimosamente a los sesenta años
Debió ser un hombre celebre en la antigüedad, pues existen monedas del imperio romano
que representan a Heráclito con la meza de Hércules (Heracles). Probablemente, mereció
tal distinción no solo por el parecido con el nombre del héroe, sino porque el filósofo fue
considerado como un héroe, sino porque el filósofo fue considerado como un héroe del
espíritu que, con el poder del “logos” libera a la humanidad de sus errores y la conduce a la
compresión del mundo. (31)
2.1.1. PENSAMIENTO DE HERÁCLITO
a) El cambio y el fuego:
“Todo fluye”; como idea fundamental de la filosofía de Heráclito nos he trasmitido
Aristóteles. “Nadie cuanto existe es; al momento siguiente, igual a sí mismo”. Ni en el
mundo si en nosotros mismos hay nada que pueda considerarse permanente; sino sólo un
continuo fluir. La existencia –dice- es ll corriente de un río; en el cual no podemos
bañarnos dos veces en las mismas aguas”. (32) Este constante fluir explicaría la autentica
esencia de las cosas; y es como si Heráclito estuviese admitiendo un movilisimo total que
haría imposible cualquier interpretación racional del mundo.
Heráclito observa el mundo y se da cuenta de que en él nada hay móvil, sino que todo está
en continua trasformación: “El sol es nuevo cada día”…”A quienes penetran en los mismos
ríos, aguas diferentes las corren por encima” (33). 8
Ese fluir de lo real conforme su esencia, pues su physis consiste en ir haciéndose, cuando
deja de hacerse; simplemente muere. Decía, que los sentidos captan esta movilidad, pero el
logos descubre que la unidad, el orden y la armonía de la naturaleza se esconden tras el
cambio continuo. Pero la analogía más utilizada por Heráclito para exponer, siempre
enigmáticamente, su pensamiento es la de Fuego (34). Bien pudo comprobarlo en muchas
ciudades jónicas distribuidas por los persas. El fuego tiene más poder que los gobiernos, las
murallas, las leyes y los ejércitos. Pero, sobre todo, el fuego se trasforma en todas las cosas
y todas las cosas, en fuego. “Este orden del mundo, el mismo para todos, no lo hizo Dios ni
hombre alguno, sino que fue siempre; apagado según medida” 9(35); como se ve, el fuego
no es propiamente una entidad, sino destrucción, representa la naturaleza cambiante de las
cosas, su tránsito vertiginoso, imparable, hacia la nada. Es por ello que se representa
siempre a Heráclito llorando, es decir, como al hombre que llora su fracaso por la
imposibilidad a sus afanes.
b) El Logos:
Heráclito introduce un concepto importante en la historia de la filosofía, se trata del logos;
que procede cual verbo (lego); que significa “decir”; explicar”, “mostrar”; “formular”; y
tiene el sentido de “mostrar lo que es” y gracias a él, podemos alcanzar la inteligibilidad de
lo real. 10(36) El cosmos, por tanto, tiene una explicación racional; pero que nos es difícil
conocer, porque nos apartamos del uno; en el cual habita el logos, es decir, el concepto, la
palabra; la inteligibilidad de ese uno. Los que hacen el esfuerzo, por comprender la
8(31) cfr; Idem (23); 36 (32) 46 GRAMBA CUIDAD; Rafael; Historia sencilla de la filosofía; vigésimo sexta edición; ediciones Rialp; Madrid; 2005(33) cfr; Idem (1); 479(34) El Fuego todo lo destruye, todo lo trasforma. Cfr. Idem (4); 95(35) Cfr: Idem (1); 4810(36) cfr: ALBARRAN Vásquez, Mario. Introducción a la filosofía I; 1era Edición; litográficos Utrasol; México; 1998(37). ALBARRAN Vásquez, Mario. Introducción a la filosofía I; 1era Edición; litográficos Utrasol; México; 1998,90
naturaleza de las cosas (ontólogos) podrían pensar con virtud, con razón (logos = razón) y
poder decir la verdad en todo momento, porque: “El pensar es la virtud máxima, la
sabiduría decir la verdad y obrar como los que comprenden la naturaleza de las cosas” (37).
En otras palabras, sólo el logo es la ley y en ella se finca la felicidad según Heráclito, pues
podemos decir que el hombre vive una doble condición humana; una que se inclina a los
placeres del cuerpo y la otra; al honor y a la justicia. Y en el sentido la mayoría se queda
con lo sensible y los menos con lo espiritual. En fin, porque “Sí la felicidad consistierlos
placeres del cuerpo, llamaríamos felices a los bueyes cuando encuentren algarrobas para
comer” (38).
c) El hombre
Heráclito nos dice que el hombre, merece ser llamado infantil con respecto a la divinidad,
del mismo modo se dice del niño con relación al hombre maduro. A pesar de que su
concepción del alma es radicalmente materialista 11(39); admite su inmortalidad y su
destino eterno aunque desconocido. De esta manera, decían que el hombre está compuesto
de cuerpo y alma. Los cuerpos se forman en la vía descendente de las exhalaciones
oscuras y opacas de la tierra y las almas, en la vía ascendiente; de exhalaciones puras y
trasparentes del aire al desecarse el agua; pues el alma, que es de naturaleza aeriforme
depende de su sequedad y de su mayor o menor proximidad al fuego, de cuyo contacto se
mantiene como los carbones; porque las almas más secas son las mejores y las más sabias.
2.2. LOS ELEÁTAS:
Al otro lado del mundo, en la Magna Grecia, en la ciudad de Elea, seguirá un grupo de
filósofos que, para evitar las lágrimas de Heráclito, ya no confiarán en los sentidos, sino
exclusivamente en la razón. No hay que fiarse de cómo se nos presenta el mundo, sino de
cómo lo entiende la razón. Los pensadores eleatas son; Jenófanes de Colofón, Parménides
de Elea; Zenón de Elea y Meliso de Samos.
2.2.1. JENÓFANES DE COLOFÓN:
11(38) ALBARRAN Vásquez, Mario. Introducción a la filosofía I; 1era Edición; litográficos Utrasol; México; 1998,91 (39) “Para las almas es muerte tornarse agua; para el agua es muerte tornarse tierra, más de la tierra nace el agua y del agua; el alma”. Cfr. Idem (1); 49.
Nació hacia el 570 a.c. en la ciudad Jonia de Colofón, que pertenecía a Lidia. (Ver fig. 7).
Tras la invasión persa vagó como rapsoda, interpretando elegías y sátiras, hasta que se
instaló en Elea, al sur de la península itálica. Allí fundó una escuela filosófica cuyos
miembros se interesaban por el conocimiento de la divinidad. Por su longetividad pudo ser
contemporáneo de Pitágoras, Heráclito y Parménidas. Murió a los 90 años de edad, hacia el
480 a.C. 12(40)
Lo primero que advierte con su agudo sentido crítico es que los dioses de la mitología están
cortados por el patrón de los hombres. “Los etíopes dicen que sus dioses son negros y
chatos; los tracios, que son de ojos azules y de rubio cabello”. Es ésta la más antigua
filosofía crítica de la religión. (41).
Estos textos nos pueden llevar a pensar que Jenófanes reprueba la religión, pero no es así.
Esta censurando el antromorfismo de la mitología griega, con el ánimo mas de depurarla y
llega a una comprensión más adecuada de la divinidad que de descalificarla. Dios no pude
ser como se lo imaginan los hombres, sino un ser trascendente, uno e inmutable, y gobierna
todas las cosas sin dificultad por la fuerza de su espíritu.
No hay hombre, afirma, que pueda lograr un saber perfecto y si lo lograse no sería capaz de
percatarse de ello; por tanto, lo que a todos se nos alcanza es conjetura. Pero no estamos
seguros de que Jenófanes mantuviera un relativismo cognoscitivo radical, parece que
simplemente pretendía manifestar las dificultades que entraña el saber.
Después de las críticas de Jenófanes, el hombre occidental ya no podrá seguir concibiendo
lo divino de acuerdo con formas y medidas humanas.
Sin embargo, las categorías de que disponía Jenófanes para criticar el antropomorfismo y
denunciar la falacia de la religión tradicional eran las que provenían de la filosofía de la
physis y de la cosmología jónica. Por consiguiente se comprende que después de haber
negado con argumentos perfectamente correctos que pueda concebirse a Dios con formas
humanas, Jenófanes afirme que Dios es el cosmos. Y al mismo tiempo se comprenden otras
afirmaciones suyas, que a muchos han resultado enigmáticos y que en cambio son algo
evidente desde la perspectiva del primer pensamiento griego. “Extendiendo su
consideración a la totalidad del universo” nos dice Aristóteles, Jenófanes “afirmó que el
12(40) cfr: Idem (16); 176(41) cfr: Idem (1); 47
uno es Dios”. El uno de Jenófanes es pues el universo que, como dice él mismo, “es uno,
Dios, el supremo entre los dioses y los hombres, y que ni por figura ni por pensamiento se
asemeja a los hombres”.
Y si el Dios de Jenófanes es el Dios-cosmos, se vuelven comprensibles las demás
afirmaciones del filósofo:
“Todo entero él ve, todo entero él piensa, todo entero él oye. Pero sin esfuerzo, con la
fuerza de su mente hace que todo vibra”.
Permanece siempre en el mismo lugar, sin moverse para nada, no es digno de él trasladarse
de un sitio a otro. 13(42)
En resumen: a Dios se le atribuye el ver, el oír, el pensar, así como la fuerza omnipotente
que hace vibrar todas las cosas, pero no en dimensión humana, sino en dimensión
cosmológica.
No se contradicen con esta visión las informaciones que nos llegan de los antiguos, que nos
narran que Jenófanes consideró como principio la tierra, y tampoco sus precisas
afirmaciones:
“Todo nace de la tierra y todo acaba en la tierra.
Tierra y agua son todas las cosas que nacen y crecen”. (43)
2.2.2. PARMÉNIDES DE ELEA
Parmenides nació en Elea (cuidad de la península italiana, cuyo nombre actual es Velia,
entre la punta Licosa y el cabo Palinuro) en la segunda mitad del siglo VI a.C. (Ver fig.
N°8) y murió a medidados del siglo V, a.C. Fundó en Elea la escuela filosófica llamada
precisamente eleática, que tendría un influjo muy notable sobre el pensamiento griego.
a) Épica filosófica:
Si, en filosofía, Heráclito representa la lírica, Parménides inaugura una autentica épica
filosófica. Se trata de su célebre poema Sobre la Naturaleza, escrito en hexámetros a la
manera de Homero y Hesíodo, del cual conservamos 170 versos.
13(42) 69. GOÑI Zubrieta, Carlos. Historia de la Filosofía I, Filosofía antigua. 1 Edición. Ediciones Palabras. S.A.España. 2002(43) 54. Reale, Giovanni y ASTISERI, Darío. Historia del pensamiento Filosófico y científico. 2°Edición. Edit. Hender.
El poema puede dividirse en 2 partes; en la primera diosa expone el camino que conduce a
la verdad; y la segunda que conduce a la opinión. 14(44).
En su poema, describe Parménides la existencia de dos caminos: el de la verdad y el de la
opinión. El filosófico debe escoger uno. Pero, como ocurría con los grandes viajeros (no
hay más que pensar en el bravo Ulises), el filosófico cuenta con la ayuda de los dioses. En
este caso es la diosa Diké la que guía el carro conducido por las aurigas inmortales, las
helíades, las hijas del Sol.
La diosa le descubre que existen dos caminos: uno que lleva a la verdad y otro que acaba en
la mera opinión. El primero solo lo recorre quien es capaz de prescindir de los sentidos y
mirar solo con los ojos de la razón. El segundo, en cambio, puede ser andado por cualquiera
y está tan transitado que en él reina la confusión.
El camino de la verdad a descubrir que el ser es y el no ser no es, que solo existe el ser y
que lo que vemos gracias a la información de los sentidos es pura apariencia: nos parece
que las cosas se mueven y que hay una pluralidad de seres, pero la razón nos dice lo
contrario. 15(45)
b) Realismo de Parménides:
Parménides se ha colocado de un modo consciente en el pensamiento como vía única hacia
la verdad. En su poema, enfáticamente nos hace prevenir por la diosa para que no caigamos
en las vías de la experiencia sensible. “Guarda tu mente muy lejos de esta vía de
investigación y no dejarás así llevar por la inconstante costumbre que todo lo experimenta y
pone en el trono al ojo que no discierne y al aturdido oído y a la lengua; no, con tu
pensamiento lleva la decisión a la enredosa contienda”. Esta distinción entre el
conocimiento sensible y el conocimiento intelectual habrá de gozar de la máxima
aceptación en todo el decurso de la historia de la filosofía.
2.2.3. ZENÓN DE ELEA:
Discípulo de Parménides y su más acérrimo defensor. Nació en el 490 a.c, en Elea (Ver fig.
N° 9). Se dedicó a divulgar el pensamiento de su maestro, pues los argumentos de
Parménides no resultaban asequibles a todos y sus conclusiones parecían contradictorias.
14(44) cfr: Idem; (29); 58
15(45) cfr: Idem (6); 51
Es el primero de una serie no despreciable de filósofos que en la lucha por la libertad del
espíritu fueron víctimas de tiranos. Su escrito llevó el usual titulo “Sobre la Naturaleza”.
Gracias a él la filosofía eleática recibió aquella forma típica con que ha sido conocida en la
historia de la filosofía y que se suele denominar dialéctica o erística.
El intento filosófico característico de Zenón es fundamental la doctrina de su maestro
Parménides de que no se da la pluralidad ni el movimiento, sino sólo un ser en reposo. Lo
lleva a cabo con sus célebres cuatro argumentos contra el movimiento. 1° No puede haber
movimiento, porque en él habría que recorrer un determinado trayecto. Pero cada trayecto
por ser extenso puede ser dividido en un número infinito de partes es querer llegar al
termino de algo que no lo tiene. 16 (46).
2° Aquiles no podría alcanzar en su carrera a una tortuga. En efecto, para ganar la distancia
que inicialmente los separa necesita un determinado tiempo; pero en este tiempo intermedio
la tortuga ha avanzado un poco más; para ganar esta nueva pequeña distancia necesita
Aquiles un nuevo tiempo, en el que otra vez se ha adelantado un poquito la tortuga, y así
indefinidamente. 3° La saeta volante está en reposo. Sólo aparentemente se mueve, en
realidad empero en cada momento está quieta en un determinado lugar, en cada uno de los
puntos de la trayectoria.
Pero estar momentáneamente en un lugar es propiamente estar y estar quieto, y el camino
recorrido en el vuelo se compone de infinito número de estos momentos; luego la saeta no
se mueve.
4° Todo movimiento es un engaño; pues si dos cuerpos que se mueven con igual velocidad
en sentido contrario atraviesan en su carrera una serie de cuerpos en reposo, resultará que
cruzan a éstos con velocidad distinta de aquella con que se cruzan los móviles entre sí. 17
(47).
Las aporías de Zenón de Elea impresionaron a sus contemporáneos, y aun nos impresionan
ahora. Cuentan que, una vez y que, exponía una de ellas, estaba presente Diógenes el
Cínico y que, no sabiendo nadie cómo refutar a Zenón, él se levantó y comenzó a caminar
mientras decía: “el movimiento se demuestra andando”. La “Trampa” del discípulo de
Parménides consiste en partir de un espacio y tiempo divisible infinitamente; si se asume
dicha premisa, el movimiento resulta absurdo.
16(46) cfr: Idem (4); 6917(47) cfr: Idem (21); 49
Otro argumento interesante negaba la multiplicidad basándose sobre la contradictoria
conducta que manifiestan muchas cosas en conjunto, con respecto a cada una de ellas (o de
sus partes). Por ejemplo: al caer muchos granos hacen ruido, pero no solo un trozo de
grano-no lo hace. Sin embargo, si el testimonio de la experiencia fuese verídico, no podrían
darse tales contradicciones: un grano debería hace ruido-en la medida proporción – al igual
que lo hacen muchos granos.
2.2.4. MELISSO DE SAMOS:
Contemporáneo de Zenón, pero procedente de Samos (Ver fig. 10). Al mando de la armada
efesia, derrotó a los atenienses en el año 441 a.C. Pero no solo fue estratega y político, sino
también filósofo. Debió d conocer a Heráclito y fue discípulo de Parménides. Nos han
llegado algunos fragmentos de su única obra, titulada: Acerca de la naturaleza o acerca del
ser.
Defendió a su maestro, pero no lo hizo como Zenón, de manera negativa, sino sintetizando
su pensamiento. Esta labor de síntesis le llevó a realizar algunas variaciones sobre la teoría
del ser. El ser para Parménides era temporalmente eterno y espacialmente finito, sin
embargo, para Meliso el ser ha tenido un comienzo, aunque es infinito. Si fuese limitado,
fuera de él no habría nada, pero ser limitado por la nada es ser limitado, por lo que deduce
que debe ser infinito. Además, siendo el ser uno, ha de ser infinito, pues “si fueran dos, no
podrían ser ilimitados, sino que tendrían límites entre ambos”.
III. LOS PLURALISTAS:
3.1. EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO:
Nació en la culta y próspera ciudad de Agrigento, en Sicilia, al pie del volcán Etna (Ver fig.
11), hacia 409 a.C. Conoció el pensamiento de los jonios, de los pitagóricos, de Heráclito y
de los eleátas. Su persona está cubierta de múltiples elementos legendarios. Fue médico,
constructor, músico y profeta. Tras un largo viaje, no fue admitido en su ciudad, por lo que
tuvo que exiliarse.
Según Empédocles, al igual que según Parménides, son imposibles el nacer y el perecer,
entendidos como un provenir de la nada y un ir hacia la nada, porque el ser es, y el no-ser
no es. No existen pues nacimiento y muerte, y lo que los hombres han calificado con esos
nombres no son más que mezclas y disoluciones de determinadas substancias, que
permanecen eternamente iguales e indestructibles. Tales substancias son el agua, el aire, la
tierra y el fuego, que Empédocles llamó “raíces de todas las cosas” (48), de esta forma
sintetizó los planteamientos milesios y eleátas, y sluciono el problema de la pluralidad: si la
(48) cfr: Idem (16); 184
raíz de todo es plural, habrá también pluralidad en la naturaleza. Solo queda explicar cómo
a partir de esos cuatro elementos se forma el mundo. Para ello, recurre Empédocles a la
“Lucha de contrarios”, simplificándola en dos fuerzas antagónicas: el amor, que une y el
odio, que separa. Lo que llamamos el hacerse y el desaparecer de las cosas no es sino el
mezclarse y separarse de los cuatro elementos, es decir, nada nace ni muere en sentido
estricto, sino que se une o separan el agua, el aire, el fuego y la tierra.
Estas uniones y separaciones son causadas por el amor y el odio. Empédocles nos explica
las fases del desarrollo cíclico de uniones y separaciones. Al principio reina el amor y los
cuatro elementos están completamente unidos (primer periodo del mundo), sin embargo, el
odio va penetrando poco a poco y hace saltar en pedazos la unidad (segundo periodo, en el
que nos encontramos actualmente) hasta que los separa totalmente (tercer periodo). 18
Pero este triunfo del odio no durará mucho, porque el amor los volverá a unir y, de esta
manera, el cosmos retornará a la primitiva unidad y armonía (cuarto periodo). A partir de
aquí, el proceso se repite eternamente. (49)
a) El poema de las purificaciones:
El hombre es un microcosmos: está compuesto por los cuatro elementos. La tierra y el agua
forman su cuerpo y el fuego y el aire, su alma. Cómo médico, Empédocles, pensó que la
salud procedía de la correcta proporción de los elementos. Pero fue más allá. El hombre,
caído en este mundo, ha perdido el equilibrio, se ha contaminado y debe purificarse,
mediante sucesivas reencarnaciones, para alcanzar la salvación. La primera fase
purificadora consiste en convertirse en “augures, poetas, médicos y dirigentes entre los
hombres terrenales”; la segunda, en llegar al estado de los héroes; y la ultima, en alcanzar la
divinización, a la que él, como ya hemos dicho, creía haber llegado.
En el poema Empédocles mencionaba las reglas de vida que permitían purificarse y
liberarse del ciclo de reencarnaciones, y volver a estar entre los dioses, “liberados,
indemnes, inviolados por las aflicciones humanas”.
18(48) cfr: Idem (16); 184
Física, mística y teología forman en el pensamiento de Empédocles una compacta unidad. 19
Para él las cuatro raíces – agua, aire, tierra y fuego – son divinas; también son divinas las
fuerzas de amistad y discordia; Dios es la esfera; las almas son demonios que, como el resto
de las cosas, está constituidas por los elementos y las fuerzas cósmicas. A diferencia de lo
que muchos han afirmado, entre los dos poemas de Empédocles existe unidad de
inspiración y no hay ninguna antítesis entre la dimensión física y la dimensión mistica. En
todo caso la dificultad consiste en lo contrario: en este universo en el cual todo es divino,
incluso la misma discordia, no se ve qué es lo que no lo sería y cómo habría una diferencia
entre alma y cuerpo, dado que ambos provienen de las mismas raíces.
3.2. LEUCIPO Y DEMÓCRITO (ATOMISTAS)
El último intento de solucionar los problemas planteados por el eleatismo, permaneciendo
en el ámbito de la filosofía de la physis, fue llevado a cabo por Leucipo y Demócrito, al
descubrir el concepto de átomo.
Leucipo, nacido en Mileto, llegó a la Italia, a Elea (donde conoció la doctrina eleática), a
mediados del siglo V a.C. y de Elea pasó a Abdera, donde fundó la escuela que llego a su
culminación con Demócrito, que había nacido en esta ultima cuidad. (Ver fig. 12).
Demócrito era algo más joven que su maestro. Nació quizás hacia el 460 a.C. y murió muy
anciano, algunos años después de Sócrates. Le fueron atribuidas numerosísimas obras; es
probable, sin embargo, que el conjunto de estos escritos constituya el corpus de la escuela,
en el que confluían las obras del maestro y de algunos ámbitos muy variados, la mayor que
quizá haya reunido un filósofo hasta aquel momento.
También los atomistas reiteran la imposibilidad del no-ser y reafirman que el nacer no es
más que un “agregarse de cosas que son”, y el morir, un “disgregarse”, o, mejor dicho un
“separarse” de las cosas. La concepción de estas realidades originarias, es muy nueva. Se
trata de un “infinito número de cuerpos, invisibles por su pequeñez y su volumen”. Estos
cuerpos son indivisibles y, por tanto, son á-tomos (en griego, átomos significa “no-
divisible”) y, como es natural, no engendrables, indestructibles, inmutables. En cierto
sentido, estos átomos se hallan más próximos al ser eleático que a las cuatro raíces, los
19(49) cfr: Idem (4); 85
elementos de Empédocles, o a las semillas u homeomerías de Anaxágoras; porque se hallan
cualitativamente indiferenciados.
Fundamental en su filosofía es la teoría de los átomos. También para Demócrito existe un
ser uniforme, sin ninguna diferenciación cualitativa. Pero no es ya un todo compacto.
Demócrito desmenuza el ser de Parménides en ultimas partículas pequeñísimas, que no son
descomponibles en otras, y que por se llaman “átomos” (indivisible). Así como Empédocles
estructuras el concepto de elemento, Demócrito estructura el de átomo. El átomo llena una
determinada porción de espacio, es impenetrable, pesado, eterno, e indestructible. “Los
átomos son infinitos en número. No tienen cualidades de ninguna clase; son todos de la
misma naturaleza; pero hay en ellos gancho, redondos; y asimismo de diversa magnitud”
(50)
a) Escuela atomista:
La escuela atomista tendrá muchos seguidores y gran repercusión en el periodo helenístico:
epicureísmo, estoicismo. Para los atomistas (Leucipo y Demócrito) sólo sería posible
encontrar una explicación racional del universo a partir del movimiento que implica el
átomo negando al vacío en su unidad dialéctica indisoluble es principio explicativo en sí y
para sí de todo aquello que deviene. Sin duda alguna, Leucipo y Demócrito quisieron decir
que las cosas son lo que son por la combinación, atracción y repulsión de infinitud de
átomos y porque en ellos funge como causa de su propio devenir la identidad y no identidad
de los contrarios.
De este modo, lo verdadero en la filosofía de Leucipo y Demócrito se encuentra más allá de
la mera opinión. La razón es por eso el principio verdadero de la realidad contradictoria.
Por ello, los conceptos de átomos y vacío son principios de la razón y no tienen nada que
ver con la física, aunque estos principios sean una abstracción de los sensible.
IV. LOS SOFISTAS Y SÓCRATES:
Entramos en una etapa de humanismo. Los primeros filósofos se maravillaron de lo que les
rodeaba, del cielo estrellado, del paso de las estaciones, del nacimiento y de la muerte, en
una palabra, de la naturaleza. Apenas prestaron atención al hombre, a lo sumo, les interesó
en cuando ser que pertenece al cosmos. Es hora de volver la mirada hacia el ser “más
admirable entre las cosas”.
4.1. La sofistica:
“Nuevas palabras y nuevos valores; comparado con la sabiduría de los jonios, el espíritu de
la sofistica se ofrece a la mirada del historiador como algo eternamente nuevo. No solo
porque se ha aplicado a nuevos objetos; sino porque en todo su mismo ser presenta una
muy distinta modalidad. Es la época anterior como el retorico para el erudito; el artista para
el artesano, el abogado para el juez.
4.1.1. Origen y características:
Pericles reorganizó, impulsó y fortaleció la democracia ateniense. Esto supuso que
cualquier ciudadano tenía el derecho (y el deber) de participar en la vida política. El
gobierno de una ciudad no debe recaer en los más ricos o poderosos, sino que debe estar en
manos de los ciudadanos libres capaces de convencer a los demás mediante razonamiento
convincentes. Este cambio político, esta nueva mentalidad democrática ocasiono una fuerte
demanda, por parte de los que pretendían acceder al poder, de preceptores que enseñaran el
arte de convencer a la gente y de gobernar. Además, la democracia trajo consigo un orden
jurídico en el que a todos asiste el derecho a la defensa ante un tribunal legítimamente
constituido. De esta forma surgió un nutrido grupo de profesionales de la enseñanza que
deambulaban por toda Grecia, sobre todo, por las polis aliadas de Atenas adiestrando a sus
alumnos en el arte de la retórica, del derecho y de la política, oficio por el cual cobraban
elevadas sumas de dinero. Estos personajes eran conocidos con el nombre de sofistas. La
palabra “sofistas” procede de Sophos y significa sabio. Los sofistas eran, por tanto, tenidos
por sabios que enseñaban. Al principio, estaban muy bien considerados y se les trataba
como a auténticas personalidades: se les respetaba, se les pagaba muy bien y se les rendía
honores. En una sociedad que demanda profesionales para educar a los que van a ser sus
gobernantes o a los que van a litigar ante los tribunales, no debe extrañarse que haya
sofistas.
Pero pronto fueron criticados por sus contemporáneos. Es imposible enseñar sin dar
criterios, sin trasmitir unos valores, sin infundir una cierta visión del mundo. Aunque no
constituyeron propiamente una escuela filosófica, la sofistica fue un verdadero movimiento
sociocultural. Los sofistas crearon un ambiente que penetró por todos los rincones de la
sociedad griega. Este ambiente tiene un fondo filosófico que se puede resumir en estas
características:
- Abandonaron definitivamente el estudio de la physis y se dedicaron al estudio del
hombre, sus costumbres, su organización social y sus leyes. La renuncia a seguir
indagando el principio de la naturaleza vino motivada por un cierto desencanto
producido por la diversidad de interpretaciones ofrecidas hasta entonces.
- Utilizaron magistralmente el método dialéctico. Su método todo consistía en largos
discursos encaminados, no a buscar la verdad, sino a mostrar las incoherencias del
adversario. En principio, nada es verdad ni es mentira depende de la habilidad que se
tenga para convertir el argumento más débil en el más fuerte, y el aparentemente más
fuerte, en el más débil. El buen sofista es capaz de convencer de una cosa.
- Por último, a los sofistas se les reprochaba que cobraban fuertes sumas por sus
enseñanzas. Esta práctica chocaba con la concepción del filósofo como amante de la
sabiduría; y despreocupado por los bienes materiales. Tal es la grandeza de la verdad
que no puede haber mayor recompensa que dedicarse a su búsqueda. Pero los sofistas
vendían la sabiduría por dinero, lo cual no cuadraba con una mentalidad, como la
ateniense, que desprendía el trabajo retribuido.
A pesar de haber sido duramente criticados por sus temporáneos, debemos reconocer, en
pro de la justicia ----- algunos logros que obtuvieron los sofistas, en primer lugar, gracias a
ellos, la reflexión filosófica se fijo en el ser humano, en su condición moral y política: a
partir de ahora el estudio del hombre será uno de los centros de atención de la filosofía. En
segundo lugar, vieron la importancia que tiene la ley y las convenciones para la
convivencia. Por último, se pueden considerar los fundadores de la pedagogía, convencidos
de que la naturaleza puede ser educada y perfeccionada para alcanzar la virtud política.
4.1.2. PROTÁGORAS Y GEORGIAS
Protágoras y Georgias, destacados representantes de la escuela sofista, pronto se dieron de
esa única posibilidad y son ellos los que abren a la historia la posibilidad real de totalizar
racionalmente el mundo y asimismo al hombre en aquello que han llamado espíritu y
cultura.
Son los sofistas quienes aplican el concepto simple, como pensamiento (que ya en la
escuela de los eleátas, con Zenón, empieza a volverse contra su reverso puro, el
movimiento), a los objetos del mundo y quienes penetran con él en todos los asuntos
humanos, al adquirir el pensamiento conciencia de sí mismo como la esencia absoluta y
única, empleando celosamente su poder y su fuerza contra cuanto, no siendo pensamiento,
pretende hacerse valer como algo determinado.
La filosofía de este periodo se cifra fundamentalmente en la idea de que el pensamiento
adquiere su forma absoluta y totalizante en la conciencia de ser, la única posibilidad
explicativa de los objetos del mundo y en general de los fenómenos, cuando los filósofos de
aquel momento histórico ponen por sobre todas las cosas el poder explicativo de la razón
como la única vía que conduce al conocer. El pensamiento formal que introducen los
sofistas en Grecia se esfuerza por buscar los principios o fundamentos generales que den
luz al devenir de los fenómenos que en apariencia trascurren sin orden y sin sentido. A
estos principios, producto del pensamiento reflexivo, se ha convenido en llamarles también,
“determinaciones generales o leyes”, las cuales determinan la regularidad (unidad) de aquel
fluir constante de los fenómenos.
Para Protágoras, la virtud – y así se demuestra en el dialogo que lleva su nombre – es
susceptible de ser enseñada puesto que es la finalidad que en tanto universal y general
orienta las conductas de los individuos. El individuo, a quien se eduque en los principios de
la justicia, la prudencia, y la santidad será un ciudadano que vive conforme al espíritu de su
época. Así, para Protágoras no es el sentimiento, la pasión ni la costumbre lo que hace a los
individuos virtuosos, sino la enseñanza de lo general (como la música, la matemática o el
derecho) lo que haría que los hombres obraran de acuerdo con lo que es bueno y justo. En
fin, las dos ideas que se discuten en el Protágoras de Platón, es saber si la virtud es un don
natural o por el contrario se enseña y si esta virtud es una o múltiple.
PARA GORGIAS:“Nada existe” esto es en otros conceptos, que nada existe fuera de
nuestras sensaciones puesto que son éstas la única vía por la cual, la cosa se hace presente
al hombre. Fuera de la esfera de mis sensaciones no hay nada.
Afirma después: “si algo existiera no podríamos conocerlo”, es decir, puesto que las
sensaciones nos engañan, sería imposible conocer la esencia de las cosas.
Pero dice que si la sensación nos proporciona algún conocimiento: Si pudiéramos conocerlo
no podríamos comunicarlo.
Esto se explica porque, en primer lugar, el ver, el oír, el palpar son sensaciones que se
reducen al experimentar de un sujeto particular y, en segundo, son las cosas perceptibles las
que determinan el lenguaje. Así, lo expresado por la palabra se reduce al conocimiento que
el sujeto tiene de sus sensaciones. Cada individuo puede tener conocimiento de sus
sensaciones como individuo particular, pero las sensaciones son tan inconexas entre un
individuo y otro que es imposible comunicarlas. Cabe señalar que el logos en su doble
acepción (razón o palabra) no es expresión de lo universal en el caso de Gorgias sino que se
reduce a lo individual, lo particular y múltiple.
En efecto, los sofistas eran maestros en el razonamiento a base de argumentos y se
mantienen dentro de los marcos del pensamiento reflexivo: partiendo de lo particular para
remontarse a lo general, tratan de llamar la atención, por medio de ideas y de ejemplos,
hacia lo que el hombre considera como lo justo con arreglo a su experiencia, su ánimo, etc.
(51)
4.2. SÓCRATES:
Sócrates nació en Atenas hacia el 470 a.C. Hijo de un picapedrero llamado Sofronisco y de
una comadrona llamada Fenaretres. (Ver fig. 13) Fue discípulo de Arqueleo, el sucesor de
Anaxágoras. Probablemente comenzó enseñando filosofía natural como un sofista más.
Pero pronto se dio cuenta que el estudio de la physis poco podía ayudar a resolver los
problemas de los hombres, sus conciudadanos, que veían con escepticismo de los retóricos
ambulantes había conducido a la ruina política de Atenas.
Salvo para participar en las batallas mencionadas, Sócrates no abandono nunca su querida
Atenas. Decían que el campo y los arboles no le enseñan nada, pero si los hombres de la
ciudad. Por eso, se dedicaba a hablar con todos, no a remeter con largos discursos, al estilo
de los sofistas, sino a preguntar y a dialogar. Pronto se rodeo de un grupo de jóvenes
discípulos que le tenían verdadera devoción, entre los que destacaban: Alcibíades, Critias,
Entísatenos, Euclites, Fedón, en un primero momento, y Jenofonte y Platón, después. 20
20(51) cfr: Idem (4); 100
Sócrates fue un maestro del dialogo y la ironía; eran sus armas para mantener despierta a
una ciudad que se estaba durmiendo. Él mismo se compara a un tábano que ha sido enviado
por la divinidad para despertar a sus conciudadanos.
Sócrates se mantuvo durante toda su vida firme en sus convicciones morales. Esta entereza
le llevó a ser el objeto de viejas rencillas por parte de los que estaban en el poder y a tener
que pagar su dignidad con la vida. Este hecho demuestra que muchas veces, la categoría
moral de una persona se paga con la muerte.
Se ha dicho que la forma de tratar el tema de la muerte es la medida del valor y la
profundidad de una filosofía. De la misma manera, se podría decir de cualquier persona que
su actitud ante la muerte es signo de grandeza. Pues bien, la forma con que Sócrates afronta
la muerte es ejemplar. La espera con una tranquilidad que llama poderosamente la atención
de su discípulo Critón. Esta paz, que ni tan siquiera la proximidad de la muerte osa
perturbar, es signo de una convicción profunda: la muerte no es el final, sino un pasaje a
otro estado mejor que el actual. Además, piensa Sócrates, no se ha de temer este final, ya
que es algo natural para cualquier ser vivo. Esta paz y tranquilidad no solo muestran la
creencia socrática en la inmortalidad del alma, sino también la convicción de que la
condena había sido injusta.
Por último, Sócrates sabe que, después de la muerte, habrá una felicidad plena. En las
conversaciones de los últimos días de su vida, quiere demostrar aquella convicción que
aparece al final de la Apología: “Y no digo más, porque es hora de partir; yo he de marchar
a morir, y vosotros a vivir.
¿Sois vosotros soy o yo quien va a una situación mejor? Esto es oscuro para cualquiera,
salvo para la divinidad”. (52)
4.2.1. EL MÉTODO Y PENSAMIENTO SOCRÁTICO:
Sócrates no escribió nada. Hay muchas razones para explicar este hecho. En el Fredo dice
Sócrates que la escritura es como la pintura, si la interroga calla majestuosamente. La
doctrina escrita pierde la viveza que tiene la enseñanza oral. Lo escrito se acartona, es como
una estatua rígida, muerta. Sócrates opta por el dialogo vivo, espontáneo, en el que se tiene
al discípulo adelante y se puede observar sus reacciones y escuchar sus puntos de vista. La
palabra oral es irónica, destructiva, por tanto, y sirve para desmontar posiciones
preconcebidas; en cambio, la palabra escrita es constructiva. Sócrates no quiere formar un
sistema filosófico, por eso no escribe; lo único que busca es crear una crisis entre sus
contemporáneos. Una vez conseguido su objetivo, queda la labor de construir, de escribir,
para sus discípulos, por ejemplo: Platón.
Sócrates dedico su vida a combatir a los sofistas. Les reprochaba el hecho de cobrar por sus
enseñanzas, pero ante todo, la filosofía relativista y escéptica que latía en el fondo de sus
doctrinas. La figura de Sócrates es el antagonismo de la manera de ser y pensar de los
sofistas. Nunca cobró dinero por sus enseñanzas, vivía sin ostentaciones de ningún tipo, era
sobrio, humilde y prudente. 21
Cuenta Platón en la Apología que Querefonte, amigo de Sócrates, peguntó al Oráculo de
Delfos quién era el hombre más sabio, a lo cual el dios respondió que era Sócrates. Después
de haber meditado sobre el asunto y de haber llevado a cabo una encuesta entre diversos
profesionales (Comerciantes, políticos, poetas), el maestro concluyo que, si el dios había
dicho eso, era porque él era el único hombre que reconocía su propia ignorancia. De ahí el
famoso dicho socrático: “solo sé que no sé nada”. En esta breve frase se encierra casi todo
el pensamiento de Sócrates, pues creía que la única manera de acceder a la sabiduría y a la
verdad era empezar por confesarse ignorante: el que sabe que no sabe, el que se da cuenta
de que nada sabe, está en óptimas disposiciones para comenzar a buscar la verdad.
Sócrates decía que en las personas no hay verdadera ciencia porque no la han adquirido
mediante el ejercicio de la razón, sino por autoridad o memoria. Por ello, Sócrates utiliza su
método mayéutica que tiene 3 momentos.
- La ironía: Sócrates comienza elogiando el saber de su contertuliano, que generalmente
es un sofismo o alguien con la misma mentalidad, y le pide que defina lo que es el objeto de
su interés, porque, sencillamente, él no lo sabe. Este primer momento tiene la función de
desconcertar al interlocutor hasta que admita su ignorancia. Solo entonces, estarán en
disposición de adquirir el saber y podrá intentarse el dialogo mayéutica.
- La mayéutica: Mediante el dialogo, Sócrates intenta dar a luz las ideas que se
encuentran en el alma. Él mismo confiesa que aprendió este arte de su madre, que era
comadrona, pero que, a diferencia de ella, lo aplica, no a los cuerpos, sino a las almas de los
hombres. Se trata, pues, de “dar a luz” las ideas, de descubrir la verdad que está en el
21(52) 48. GOÑI Zubrieta, Carlos. Historia de la Filosofía I, Filosofía antigua. 1 Edición. Ediciones Palabras. S.A.España. 2002
interior del hombre, por medio de preguntas y respuestas. Esto supone que Sócrates creía,
como ya se ha dicho, en la existencia de ideas innatas que es preciso despertar con ayuda
de sus interrogatorios.
- El descubrimiento. Mediante el dialogo mayéutica se ha logrado se ha logrado discernir
lo variable de lo permanente, lo confuso de lo claro, lo accidental de lo esencial; el
resultado es el descubrimiento del concepto universal que supera e implica las diferencias
particulares y que puede ser expresado en la definición.
En el dialogo socrático, el maestro conduce al discípulo hasta la verdad, le deja ante ella,
pero el último esfuerzo lo tiene que realizar él. El maestro es solo la ocasión para que el
discípulo descubra la verdad que habita en su interior. La ironía no fuerza, sino que prepara,
y la mayéutica no impone, sino que conduce y despierta. Este es el sentido del tan valorado
método socrático de enseñanza. (53)
4.2.2. DOCTRINAS SOCRÁTICAS:
a) El alma:
El punto nuclear de la filosofía de Sócrates radica en haber descubierto que el ser humano
es, fundamentalmente, su alma.
El alma, el espíritu, es el centro de la personalidad tanto intelectual como moral del
hombre. El alma es la parte noble, que se distingue del cuerpo por ser de naturaleza divina,
invisible e inmortal. Por este motivo, importa sobre todo tener cuidado del alma. Y es
justamente este hito el que mueve toda la vida del maestro de Atenas. Sócrates, por tanto,
no pertenece a los llamados sofistas, que se dedican solamente a enseñar, no a educar, sino
que tienen vocación de educador. Su único interés es enseñar a los hombres a conocerse
mejor a sí mismos, ayudarles a descubrir que tienen un espíritu que es necesario que
cultiven y cuiden.
b) La reflexión moral:
Uno de los grandes descubrimientos que Occidente debe a Sócrates es haber puesto de
manifiesto el poder de la razón. El maestro distinguía entre la razón particular de cada uno
y la razón universal a la que podemos llegar mediante el dialogo. Lo propio del sabio sabe
usar bien los bienes, en cambio, el necio los usa mal, y no logra ser feliz.
4.3. LAS ESCUELAS SOCRÁTICAS MENORES:
Tras la muerte de Sócrates (399 a.C.), sus discípulos se dispersaron por Grecia fundando
escuelas que, en mayor o menor grado, intentan reflejar las enseñanzas del maestro. Quizá
el genuino pensamiento de Sócrates haya que buscarlo en su discípulo Platón, pero no dejan
de tener interés las diversas formas de vivir, más que de pensar intelectualmente, el
socratismo. Estas escuelas son: los cínicos, los cirenaicos, los margáricos y las escuelas de
Elis y Eretria. (Ver fig. 14).
4.3.1LOS CÍNICOS:
Su fundador fue Antistenes de Atenas (445-365 a.C.)Que enseñaban en el gimnasio
llamado kinosarjes (sepulcro del perro), por lo que él y a sus discípulos comenzaron a
llamarles “los perros”, cínicos. Antístenes llevo su imitación del maestro hasta extremos
ridículos, por lo que se le conocía como “Sócrates demente”.
La tarea llevada a cabo por los cínicos fue, fundamentalmente, destructiva. Predicaban el
abandono de la teoría y el retorno a un estado de naturaleza, sin deberes ni instituciones.
El hombre virtuoso es el que menos necesita, autosuficiente, independiente, cosmopolita y
capaz de dominarse a sí mismo.
El cínico más famoso fue Diógenes de Sinope (muerte hacia el 324 a.C.)(Ver fig. 15) que
vivía en un tonel, sucio y mal vestido, sin patria y sin obligaciones… y deambulaba de acá
para allá buscando con su linterna al “hombre”.
Otro cínico fue Crates de Tebas, uno de los hombres más ricos de su ciudad, que,
estimando, mas la virtud que las riquezas, arrojó todo lo que tenia al mar y llevo a partir de
entonces una vida de vagabundo.
1. LOS CIRENAICOS:
Su fundador fue Aristipo de Cirene (435-355 a.C.)(Ver fig. 17). Viajó a Atenas para
escuchar a Protágoras. Posteriormente ejerció como sofista y conoció a Sócrates, a quien
siguió hasta su muerte, tras la cual volvió a su patria y fundó una escuela. Fue enemigo de
Antístenes y de Platón.
Los Cirenaicos mantuvieron un relativismo materialista muy próximos a los sofistas. Para
el conocimiento solo cuentan los sentidos. Su ideal era un hedonismo radical controlado por
la prudencia que nos hace buscar los placeres más útiles y evitar los que nos pueden causar
daño. Pero no todos los megáricos buscaban el placer inmediato, sino que algunos, como
Hegesías, se sintieron defraudados por el hedonismo y evolucionaron hacia el pesimismo.
Hegesías era conocido como “el predicador de la muerte”, pues en sus discursos exhortaba
al suicidio. Tal fue su insistencia predicadora que las autoridades se vieron obligadas a
encerrarlo en la cárcel.
2. LOS MEGÁRICOS:
Seguidores de Euclides de Megara (ver fig. 18) – no hay que confundirlo con el matemático
-, que se instalaron en la isla de Megara. Euclides intentó la síntesis entre Parménides y
Sócrates, y propuso como ser uno e inmutable al Bien del que hablaba el maestro.
Famoso megarico fue Eubulides (ver fig. 19), que se dedicó, sobre todo, a inventar
argumentos basados en una lógico rígida que negaba la potencialidad. Las cosas son o no
son, no cabe un poder ser. Fue el creador del sofisma del mentiroso: Epiménides afirma que
todos los cretenses son mentirosos; pero Epiménides es cretense; por tanto Epiménides
dice a la vez verdad y mentira.
Otro megárico, Estilpón (370-290 a.C.), siguió a Socrates en su ideal ético, afirmando que
para alcanzar la felicidad basta solo la sabiduría y la virtud.
3. LAS ESCUELAS DE ELIS Y ERETRIA:
La primera fue fundada por Fedón, antes esclavo, pero que alcanzó la libertad gracias a
Sócrates y, tras la muerte del maestro, se retiró a su patria, Elis. Sus adeptos mantenían que
la filosofía era la salud del alma y el camino hacia la autentica libertad. Menedemo de
Eretria trasladó la escuela a su ciudad natal a finales del siglo IV a.C.
Que el pensamiento de Sócrates haya tenido tan diversas interpretaciones en su círculo más
inmediato indica que fue una persona abierta y profunda, que no quiso imponer unas
doctrinas determinadas, sino impulsar la búsqueda libre de la virtud y la sabiduría. Esta
primera resonancia del pensamiento socrático no logra estar a la altura que merece la
filosofía de Sócrates. Ni unos ni otros han sabido captar el meollo del pensamiento
socrático. Habrá que esperar a Platón.