¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

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  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

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    0S atraen

    porque

    son

    las

    construc-

    ciones

    humanas

    más

    antiguas

    y

    sin

    duda,

    las más

    enig-

    máticas.

    De

    dos

    a

    tres mil años

    tienen

    estos

    monumentos

    formados

    por

    gran-

    des

    piedras,

    megalitos,

    que

    en la actua-

    lidad no

    son

    a

    menudo más

    que

    las

    rui-

    nas

    de

    complejas estructuras.

    Europa

    occidental

    acoge la

    mayor

    concentración

    de

    megalitos

    -desde

    Suecia,

    Dinamarca

    y

    el norte

    de

    Alema-

    nia,

    salta a las lslas Británicas,

    y

    a través

    de

    Francia

    corre

    por

    Ia fachada atlántica

    de la

    Península

    lbérica-,

    pero

    la

    llama-

    da

    corriente megalítica

    se

    extiende de

    lr-

    landa

    a Corea

    por

    todo

    el

    continente

    eu-

    rpasiático,

    Oriente

    Medio

    y

    el

    norte

    de

    Africa

    hasta Dakar lncluso

    el

    Nuevo

    Continente recibió

    su

    influencia

    como

    muestra

    el

    emplazamiento monolítico

    de

    El Mollar,

    en Argentina,

    o el triple crom-

    lech

    de

    Queneto,

    al extremo norte

    de

    Perú.

    óPor

    qué

    los

    megalitos?

    Una de las

    singularidades

    de estos

    peculiares

    monumentos

    consiste en

    de-

    terminar qué finalidad

    se

    esconde

    detrás

    de tan

    amplia distribución

    geográfica.

    cPor

    qué

    se

    levantaron?

    LPara

    qué

    ser-

    vían?

    Aprendimos

    en los libros

    de

    texto

    que

    fueron

    erigidos en la

    prehistoria,

    no

    se sabe

    exactamente

    por

    quien,

    y

    que,

    indudablemente,

    tenían un motivo religio-

    so

    y

    funerario.

    El abate A. Millon

    ponía

    en duda tal certidumbre,

    ya

    en

    1911,

    cuando escribió:

    "los

    megalitos

    no

    pue-

    den responder

    a

    las cuestiones

    que

    se

    les

    plantean,

    pero

    los

    sabios responden

    por

    ellos".

    Mientras

    que

    entre

    la

    comunidad

    cien-

    tífica los megalitos quedan reducidos

    al

    papel

    de

    rendir

    culto al Sol

    o confinados

    a

    la

    exclusiva

    tarea

    de enterrar

    a

    los

    muertos,

    entre

    esa

    "academia

    paralela"

    formada

    por

    arqueólogos,

    disidentes

    e

    investigadores

    aficionados

    a los

    miste-

    rios

    de

    la

    Tierra,

    comienza

    a

    surgir

    lenta-

    mente

    la

    certidumbre

    de

    que

    los

    comple-

    jos

    megaliticos

    fueron

    pensados

    y

    levan-

    tados

    para

    servir

    a

    los

    vivos.

    No

    se

    trata de

    negar

    su significado

    re-

    ligioso

    o

    ritual,

    que

    ha

    dado frutos

    tan sa-

    brosos

    como el

    desvelamiento

    de un

    temprano

    culto

    a

    la

    fertilidad,

    sugerido

    por la

    indudable apariencia fálica

    de

    los

    menhires,

    o

    la

    idehtificación

    de

    círculos

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    cEno

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    MEGALITOS

    Y

    TR.EDICIÓN

    POPUI"AR

    UALQUIERA

    que

    se

    encuente

    delante de

    un dolmen

    presiente

    que

    tal

    conjunto

    no

    es obra

    de

    la

    naturaleza.

    Se

    comprende

    que

    los

    monumentos

    megalíti-

    cos hayan

    sido aüibuidos

    a

    se

    res misteriosos,

    invisibles o

    do

    tados de

    poderes

    sobrenatu¡a-

    Ies:

    hadas, enanos, magos o

    gi

    gantes.

    Lógicamente, el

    pueblo

    relaciona a los

    grandes

    megali-

    tos

    prehistóricos

    con estos tita-

    nes. Es asf

    como

    en

    el

    Pafs

    Vas-

    co, donde se conoce

    a

    estos

    personajes

    descomunales

    como

    gerüles,

    se

    denominefen-

    t¡Ilan a los dólmenes

    y

    jentiJba-

    ratza a los

    cfrculos

    de

    piedra

    o

    cromlechs. También

    en

    Francia

    numerosos

    megalitos llevan

    el

    nombre

    de

    Garganhia,

    el

    mftico

    gigante

    del

    que

    se apropió el

    sin

    par

    Rabelais.

    Los

    monumentos megalÍticos

    han

    sido objeto

    de dete¡mina-

    das costumbres:

    en

    su entomo

    se reparla

    justicia;

    incluso

    los

    pueblos

    escandinavos

    procla-

    maban

    a

    sus

    soberanos sobre

    Ios

    dóImenes. Pero

    una

    de

    las

    [adiciones más

    arralgadas

    en

    torno

    a

    los

    menhires

    se relacie

    na

    con

    los

    ancestales ¡itos de

    fertilidad.

    El

    menhir

    simboliza

    el doble

    aspecto

    de la

    sexuali-

    dad: es macho

    por

    su erección

    hacia

    el cielo

    y

    hembra

    por

    su

    hundimiento en Ia

    tier¡a.

    y

    alineamientos con

    templos

    ofiolátricos,

    que

    reproducían,

    extendiéndose

    por

    el

    paisaje,

    la

    imagen

    sagrada de

    la

    serpien-

    te.

    Lo

    que

    se busca encontrar

    en

    los me-

    galitos

    es su rnterés

    utilitario.

    No

    basta

    pensar que

    sólo

    las

    creen-

    cias religiosas

    obligaron a

    los

    pueblos

    prehistóricos

    a transportar

    piedras

    in-

    transportables,

    para

    erigirlas

    en

    medio

    de los

    páramos

    o a

    lo largo

    de las cos-

    tas

    desrertas. Por

    eso

    se

    busca una

    idea

    directriz,

    predeterminada,

    que presida

    la

    implantación"de

    megalitos. En una

    pala-

    bra, se

    tiene

    el convencimiento de

    que

    sus constructores sabían lo

    que

    querían

    y

    cómo

    conseguirlo.

    A

    partir

    de esa

    imagen

    generada

    por

    nuestra mentalidad

    de hombres del siglo

    xx los

    megalitos

    pasan

    a ser

    mapas

    ce-

    lestes,

    calendarios, observatorios

    astro-

    nómicos,

    centrales

    de energía o

    indica-

    dores de

    yacimientos

    mineros.

    Hipótesis

    coherentes

    o extravagantes,

    pero

    todas

    ellas marcadas

    por

    la búsqueda

    de

    una

    utilidad práctica.

    Las rutas

    secretas

    del

    uranio

    Así

    pues,

    no

    es de

    extrañar

    que

    en el

    mismo

    Bolefin de

    la

    Sociedad

    Prehistóri-

    ca

    Francesa

    el

    doctor

    Baudoin

    escr¡bie-

    ra:

    "El

    principio

    de

    que

    todo

    menhir,

    por

    aislado

    que parezca,

    se

    encuentra

    en

    re-

    lación visual

    con

    otro

    situado más ade-

    lante...

    abona

    la

    noción

    de

    que

    las

    pie-

    dras

    plantadas

    sirvan

    de

    hitos

    para

    indi-

    car el camino".

    iQué

    camino?

    Esta plausible idea

    de

    itinerarios

    me-

    galíticos

    encadenados,

    defendida

    por

    un

    buen número

    de autores,

    ha

    dado

    pie

    a

    algunas

    de

    las más

    jugosas

    y

    osadas

    teorías

    sobre

    la misteriosa

    función

    de

    los

    megalitos.

    Un armador de Brest,

    Pierre

    George-

    lin,

    publicó

    en

    1968

    un curioso

    libro,

    Bé-

    flexions

    sur

    les

    menh¡rs

    bretons,

    que

    contenía

    sus

    observaciones

    y

    meditacio-

    nes sobre

    los

    monumentos

    megalÍticos

    de

    su

    Bretaña natal.

    Para

    Georgelin,

    los

    menhires, dólmenes,

    túmulos

    y

    galerías

    cubiertas

    formaban

    las mallas

    de una

    ur-

    dimbre

    que

    atravesaba su país

    de

    norte

    a

    sur.

    Eran

    las

    señales destinadas

    a

    gurar

    a

    viajeros

    en sus desplazamientos

    y,

    al

    mismo

    tiempo, abrigos

    protectores

    dispuestos a lo largo

    de

    itinerarios

    secre-

    tos utilizados en una época de

    clima

    ri-

    gur0so.

    Pero,

    aquiénes eran esos

    misteriosos

    viajeros?

    y

    Lcuál

    la

    razón de un

    movi-

    mrento

    tan

    intenso

    como

    para

    hacer

    ne-

    cesar¡a una

    gran

    cantidad de

    señales?

    Para

    el bretón,

    defensor

    de

    las

    tesis

    orientalistas

    en

    la

    difusión

    de

    la

    cultura

    megalÍtica,

    los

    diseñadores

    de

    este en-

    tramado

    no

    fueron otros que

    los fenicios.

    Este

    pueblo

    de

    navegantes

    mandó le-

    36/ArlO CERO

    o

    o

    F

    o

    F

    o

    U

    g

    El

    Íamoso

    conjunto

    de

    Men-an-tol,

    asociado

    a

    ritos

    de

    fertilidad, arriba.

    Junto

    a estas líneas,

    el

    ganado

    pasta

    junto

    al

    tmprcsionante

    coniunto

    de Avebury,

    lnglaterra.

    o

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    vantar

    las

    piedras

    para

    señalar

    las

    rutas

    ocultas

    que

    conducían

    a

    los

    yacimientos

    de

    plomo,

    cobre

    y

    estaño

    de

    las

    costas

    atlánticas,

    así

    como

    a

    los centros

    bálti-

    cos

    del

    ámbar.

    La

    idea de

    unos

    itinerarios

    megaliticos

    secretos

    volvió a

    la

    carga

    en

    1977, de

    la

    mano

    de

    Marc

    Dem.

    Y si

    Ya

    la teoría

    de

    Georgelin

    era

    francamente

    audaz,

    no se

    quedó

    atrás

    la expuesta

    por

    este

    perio-

    dista y escritor

    francés,

    para

    quien

    los ali-

    neamientos

    son

    los

    signos

    de

    rastros

    que

    se encaminan

    no a

    los

    yacimientos

    de casiterita,

    sino

    hacia

    las capas

    de

    uranio.

    La

    prueba:

    "las

    piedras

    grises

    conducen

    al

    oro

    gris".

    El

    mapa de

    la dis-

    tribución

    megalitica,

    desde

    Argentina a

    Corea

    y

    desde

    Dakar

    a

    las islas

    Orca-

    das,

    sesuperpone

    al

    mapa de

    los depó-

    sitos

    de

    uranio.

    Pero,

    iquién

    imagina

    a

    prospectores

    prehistóricos

    interesándose

    por

    uranio?

    Suponerles

    incluso

    conocimientos

    su-

    perficiales

    sobre

    radiactividad

    le

    parece

    a

    Dem

    "una

    aberración, una suposición

    absurda".

    Prefiere

    identificar

    a esos

    mi-

    ,.:,..4.1:a;-

    neros

    atómicos

    con

    seres

    extraños

    a

    nuestro

    planeta.

    Así declara

    QUe

    "ñues-

    tra

    idea es

    que

    los extraterrestres

    juga-

    ron un

    papel

    estelar

    en

    el asunto

    de

    los

    megalitos"

    e

    integra

    a

    estos

    monumen-

    tos en

    un

    paisaje

    futurista

    en

    el

    que

    los

    grandes

    menhires,

    los

    círculos

    de

    piedra

    y

    los alineamientos

    complejos

    se

    identi-

    fican con

    señales

    ópticas

    destinadas

    a

    guiar

    las naves espaciales

    y

    los

    dólme-

    nes

    y

    túmulos cubiertos

    se

    transmutan

    en

    refugros

    antiatómicos

    Sus

    trabajos

    le llevan

    incluso

    a

    vatici-

    nar

    "el

    nacimiento

    de un

    nuevo

    método

    de

    prospección

    que

    nuestros

    ingenieros

    ni siquiera

    habían

    pensado".

    Los

    círculos

    del

    tiempo:

    Stonehenge

    descifrado

    También

    el

    espacio

    exterior

    es

    la

    ra-

    zón

    última

    de una

    serie

    de

    observacio-

    nes oue

    fundamentan

    las

    tesis

    astronó-

    micad,

    el

    cuerpo

    de teorías

    sobre

    la

    fina-

    lidad de

    los

    megalitos

    que

    mayor

    acep-

    tación

    ha

    alcanzado

    entre

    los

    medios

    científ

    icos

    convencionales.

    Todo empezó

    en

    1901

    ,

    cuando

    el

    emi-

    nente

    astrónomo

    británico

    sir

    J.

    Norman

    Lockver,

    que

    había

    establecicjo

    la

    orien-

    tacióh

    solar

    de

    la Gran

    Pirámide

    de

    Gi-

    zeh,

    se

    interesó

    por

    los

    restos

    megalíti-

    cos

    de su

    país.

    Cinco

    años

    después

    pu-

    blicó

    Sfonehenge

    and

    Other

    British Sto'

    ne

    Monuments

    Astronomically

    Conside-

    red, donde

    afirmaba

    que los

    Pueblos

    prehistóricos

    del segundo

    y

    tercer

    mile-

    nio antes

    de

    nuestra

    era,

    no sólo

    eran

    los

    constructores

    de

    estas

    misteriosas

    es-

    tructuras,

    sino

    que

    concibieron

    sus

    mo-

    numentos

    como

    una

    especie

    de calen-

    darios,

    en

    los

    que

    las

    piedras

    estaban

    alineadas

    tanto

    en

    la

    dirección

    del

    sol

    como

    en

    la de

    numerosas

    estrellas.

    A

    pesar

    del

    prestigio

    de

    Loc§er

    como

    astrónomo,

    su

    postura

    fue

    ampliamente

    contestada

    por

    la mayoría

    de

    los arqueó-

    logos

    y

    hubo

    de transcurrir

    más

    de me-

    dió

    siglo

    para

    que

    sus

    tesis

    fuesen

    recu-

    oeradas.

    En

    la

    década de los

    sesenta su

    i'ehabilitación

    estaba

    en

    marcha,

    Hasta

    1917,

    los

    recién

    casa'

    dos

    se

    acercaban

    al

    menhir

    de

    Saint-Renan,

    en Ploua¡zel,

    el

    más

    grande

    de

    los

    menhires

    tanceses

    aún

    en

    pie,

    Y

    desPo

    jados

    en

    parte

    de

    sus

    vesüdos,

    la

    mujer

    a

    un lado

    y

    el

    hombre

    a otro,

    ftotaban

    su

    vienEe

    con'

    fia

    una

    de

    las

    protuberancias

    de la

    piedra.

    EI

    hombre

    esPera-

    ba

    asl engendrar

    más

    hijos

    que

    hijas

    y

    la mujer

    gobernar a

    su

    antojo

    al

    marido.

    TaI

    costumbre

    se

    practicaba también

    en

    el

    menhir de

    Kerloaz,

    en

    el Finis-

    ter¡e

    b¡etón

    y,

    en

    la

    actualidad,

    parece mantenerse

    en

    las

    tri-

    bus

    de

    Etiopfa meridional

    Y

    en

    Tondida¡o,

    Mall,

    donde

    aún

    se

    elaboran

    y

    erigen

    las

    úütimas

    piedras

    fálicas

    del

    mundo.

    Rito¡

    de

    fetlu¡üdad

    tas

    creencias

    PoPulares

    ati-

    buyen

    asimismo

    a

    los

    megalitos

    propiedades cu¡ativas

    Y

    fecun-

    dadoras.

    En

    F¡a¡cia

    se

    asocian

    a Ios

    menhires.

    En Galicia

    a

    los

    dólmenes,

    como

    el del

    finis-

    ter¡ano monte

    de

    San

    Guillermo

    gue

    el

    padre

    Sa¡miento

    descri-

    bió

    como

    «una

    cama

    de

    Pieüa

    en

    la

    que

    se

    echaban

    a

    dormir

    marido

    y

    mujer

    estériles,

    Y

    allf

    mismo

    engendraban».

    En G¡an

    B¡etaña

    son

    las

    rocas

    agujerea-

    das

    las

    que

    resPonden a

    estas

    propiedades teraPéuticas.

    Has-

    ta hace

    poco

    se

    Pasaba

    a

    los ni-

    ños

    por

    eI

    hueco

    de

    la roca

    Crick

    o

    Men-antol,

    cerca

    de

    Mowah,

    en

    Cornualles,

    Para

    cu-

    ra¡les

    del

    raguitismo.

    .n.S

    -:'r¡':

    . ti

    +.-r1l,1 .

    -i

    tii¿'l

    ,f +'. :-'

    ¡¡lo

    ctno/sz

  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

    5/9

    Los trabajos

    de

    Gerald

    Hawkins,

    pro-

    fesor

    de astronomía

    en

    la

    Universidad

    de

    Boston,

    fueron la

    primera

    piedra

    de esta

    rehabilitación.

    Para

    verificar

    las relacio-

    nes entre los

    movimientos

    de

    los

    cuer-

    pos

    celestes

    y

    la

    posición

    de

    los mega-

    litos

    de Stonehenge

    utilizó

    un

    ordenador,

    con el

    que

    obtuvo

    conelaciones

    con

    si-

    tuaciones

    estacionales

    extremas del le-

    vantamiento

    y

    ocaso

    del

    Soly

    de

    la

    Luna.

    En 1963,

    la

    revista

    Nalure exponía sus te-

    sis

    que

    presentaban

    a

    Stonehenge

    como

    una computadora

    de

    la

    edad

    de

    piedra,

    planificada

    para

    determinar

    con exacti-

    tud

    los

    eclipses lunares.

    Dos

    años

    más

    tarde, Hawkins

    publicó

    una versión

    am-

    pliada

    de sus

    observaciones

    en un

    libro

    que

    tÍtulo,

    sin

    vacilar,

    Stonehenge Deco-

    ded

    (,Stonehenge

    descif

    rado,).

    La

    publicación

    causó

    un

    alboroto

    con-

    siderable en el mundillo

    cientÍfico

    y

    el

    prehistoriador

    Richard

    J.

    C. Atkinson,

    de

    la

    Universidad

    de

    Cardiff,

    Gales,

    que ya

    en

    '1956

    se

    había

    opuesto

    a

    las

    teorías

    de Loc§er,

    calificó

    la

    obra

    de

    Hawkins

    de

    .tendenciosa,

    pretenciosa,

    chapuce-

    ra

    y

    de nulo

    convencimiento".

    Sin

    embar-

    go,

    Fred Hoyle,

    reputado

    astrónomo

    de

    Cambridge,

    se mostró receptivo

    a su

    ex-

    posición

    y

    confirmó

    que

    los hoyos

    de Au-

    brey,

    en

    Stonehenge,

    podían

    haber

    ser-

    vido

    a

    un

    propósito

    astronómico

    de altos

    vuelos. Más

    aún,

    estimaba

    que

    otros

    cír-

    culos

    de

    piedra

    de

    Connvall,

    Dartmoor

    y

    Escocia fueron

    erigidos

    para

    obtener

    una

    observación

    precrsa

    de

    los

    complicados

    ciclos lunares,

    determinados

    por

    vez

    pri-

    mera

    por

    Tycho

    Brahe

    en

    el siglo xvrr,

    y

    que,

    sin

    qmbargo, podían haber sido

    mi-

    nuciosamente

    anotados

    en

    piedra

    hace

    cuatro

    mil

    años. Los

    círculos

    megaliticos

    eran

    para

    Hoyle

    "el

    trabajo

    de

    un autén-

    tico

    Newton

    o

    un Einstein.

    aPor

    qué

    no?"

    Cataclismo

    arqueológ¡Go

    Los

    ckculos

    cientÍficos

    permanecían

    aún

    conmocionados

    cuando,

    en

    '1g67,

    un

    profesor

    de

    ingeniería

    de

    Oxford,

    Alexander

    Thom,

    presentó

    sus

    increíbles

    hallazgos

    basados

    en el

    estudio

    de

    más

    de

    seiscientos

    emplazamientos

    megalÍti-

    cos desde las islas Orcadas y las

    Hébri-

    das

    hasta

    el sur

    de

    la

    Bretaña

    francesa.

    Estos

    increíbles

    hallazgos

    figuran

    en

    dos libros,

    de

    difícil

    acceéo

    a lós

    profa-

    nos,

    Megalithic

    S[es in Britdn

    y

    Megali-

    thic

    Lunar

    Obseruatories,

    en los

    que pre-

    tende descubrir

    una

    compleja red

    mega-

    lítica

    "diseñada

    geométricamente

    y

    orientada

    astronómicamente

    con

    un

    gra-

    do

    de exactitud

    y perfección

    verdadera-

    mente

    asombroso".

    Pero lo

    más

    impactante

    es la hipóte-

    sis

    de

    Thom

    de

    que

    los

    constructores

    megalÍticos

    habían

    obedecido

    unas

    es-

    trictas reglas comunes,

    al

    menos

    en

    la

    Europa

    occidental.

    Habian

    desarrollado

    3S/Á¡lO

    CERO

    a

    I,¡I

    GAPTURA

    TETURICA

    Paul

    Devereux,

    dircctor

    del

    Proyecto

    Dragón.

    PROYECTO

    DR.trGÓN:

    fi,

    DE

    ENERGÍA

    A noción

    de

    que

    los

    m+

    galitos

    sirven

    de con-

    ductores

    a una

    cor¡ien-

    te inexplicable,

    Ilamada

    ener-

    gla

    tehÍrica,

    era una idea

    teóri-

    Uno

    de los

    imp¡es¡onantes

    menhires

    del

    conjunto

    negalítico de El

    Mollar, en

    Argentina.

    ca

    prácticamente

    sin

    experi-

    menta¡

    hasta la

    creación,

    en

    1971,

    del Ptoyecto

    Dragón,

    sfm-

    bolo

    con el

    que

    los

    antignros

    chi-

    nos

    desigmaban

    las

    corrientes

    energéticas

    terrestes.

    Dirigido

    por

    Paul

    Devereux

    y

    coordinado por

    John

    Steele,

    au-

    naba

    métodos

    cientificos

    e ins-

    tumentos

    de

    alta

    tecnolog.Ía,

    con

    arqueologia

    psíquic4

    n-

    cluidos mediums

    y

    zahorÍes.

    [enónenos

    pataromales

    El

    equipo

    estableció

    su

    base

    en

    el lugar megaütico

    de

    Roll-

    right,

    a

    üeinta

    kilómetos

    de

    Oxford, asociado

    a

    fenómenos

    sobrenaturales.

    Sus componen-

    tes

    no

    ta¡daron

    en

    percibir

    ul-

    tasonidos que

    procedian

    de

    las

    pieüas,

    fenómenos

    lumfni-

    cos

    suaves

    o

    mal

    funcionamien-

    to

    de los

    relojes

    de

    pulsera.

    T¡es

    miembros

    fuvieron,

    de for-

    ma

    independiente,

    visiones

    inexplicables

    junto

    a las

    pie

    d¡as:

    un

    coche

    de caballos,

    un

    gan

    animal

    peludo

    y

    una

    cara-

    vana

    de

    gitanos

    se

    ¡¡¿fsrializ¿-

    ron

    ante

    sus ojos,

    para

    desap+

    recer insta¡táneamente

    sin de

    -

    jar

    rastro.

    E

    Pe¡o

    eI

    estudio

    más

    intere

    H

    sante

    del Proyecto

    Dragón

    sefi

    refie¡e

    aI

    magnetismo y

    a Ia ra- I

    u

    z

    o

    :

    N

    i

    4f*

    #

    tr*E

    SsÉ

    ts#

    ffi

    fl§

    fuE

    ffi

    --

    -

    una

    unidad

    básica

    de medida, que

    de-

    nominó

    yarda

    megalítica (81,25

    centíme-

    tros),

    con

    la

    que

    erigieron

    círculos

    de

    pie-

    dra

    que

    son en realidad

    elegantes

    elip-

    ses

    y

    formas

    ovoidales,

    cuya

    geometría

    interna revela

    el empleo

    de

    üiángulos

    equiláteros

    atribuidos

    a

    la

    escuela-pita-

    górica,

    más

    de un milenio

    después,

    así

    como

    evidencias

    que

    implican

    el

    conoci-

    miento

    del

    valor

    de r

    (pi),

    cuyo

    primer

    testimonio

    escrito

    conocido

    es el

    del-sa-

    bio

    hindú

    Arya-Bhata,

    en

    el siglo

    vr

    Los

    constructores

    megalíticos

    de

    grandes

    estructuras

    como

    Stonehenge,

    Avebury

    o Carnac

    aparecían

    a

    los

    ojos

    de

    Thom

    no

    sólo como

    grandes

    ingenie-

    ros, sino

    también como delicados

    geó-

    metras

    y

    avanzados astrónomos.

    Se esperaba

    que quienes

    se

    habían

    opuesto a

    las

    propuestas

    de Loc§er

    y

    de Hawkins, lapidaran

    también

    a Thom.

    Pero,

    cuando

    el

    Journal

    for

    the

    History of

    Astronomy

    publicó

    sus descubrimientos,

    en

    1975,

    incluso

    el

    propio

    Atkinson

    mo-

    dificó

    sus

    ideas

    y

    defendió

    públicamen-

    te

    el

    valor

    de

    los

    trabajo.

    6.

    T¡s¡

    «que

    destrozan el

    modelo

    conceptual de la

    prehistoria

    de

    Europa,

    tan coherente

    du-

    rante

    todo el

    presente

    siglo,.,

    En

    térmi-

    nos

    de este

    modelo,

    es casi

    inconcebi-

  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

    6/9

    diación

    naturales.

    Las

    diversas

    observaciones

    tienden

    a

    esta-

    blecer

    que

    los constuclores

    de

    megalitos

    percibfan

    las

    va¡ia-

    ciones del

    campo

    maginético

    teEesEe

    y

    levantaron

    las

    gran'

    des

    piedras en

    función

    de

    este

    fenómeno, ta]

    vez de

    una

    mane

    ra

    intuitiva.

    Pero,

    en

    palabras

    de

    Devereux,

    «prescindiendo

    de los

    términos

    en

    que

    las

    üe

    ran, Ias

    piedras magnéücas lla-

    marfan su atención

    y

    las usa-

    rfan,

    probablemente como

    auxi-

    lia¡es

    de la

    curación

    y

    de

    Ia

    Pro

    ducción

    de estados

    alterados,

    casi

    seguro

    que

    en

    conjunción

    con

    actividades

    rituales

    Y

    Ia

    in-

    gestión de

    hie¡bas,

    plantas u

    hongos

    psicoactivos».

    Canpos

    de

    enugía

    En 1988,

    el

    proyecto

    se

    con-

    virtió en eI

    ambicioso

    Dragón

    fuoject

    Ttust

    que

    extendió

    las

    investigaciones

    a

    otos

    lugares

    megalfticos

    de

    las Islas

    Británi

    cas

    para

    estudiar

    posibles int+

    racciones

    de

    los seres

    huma-

    nos

    y

    los

    megalitos,

    asf

    como

    para

    averiguar

    si

    existe

    alguna

    manera

    de

    poder

    utiliza¡

    de

    nuevo

    estos

    instumentos

    de

    piedra para

    conectar

    nuesta

    ciencia

    con

    los

    camPos

    de

    energfa

    del

    planeta.

    Durante

    los años

    sesenta

    creció

    el

    inte-

    rés

    por

    los

    lugares

    santos,

    se

    resucitó

    la

    teoriá

    de

    Alfred

    Watkins

    referente

    a

    las

    neas

    ley

    (ver

    Año Cero,

    10),

    se especuló

    sobre

    cómo

    en

    torno

    a

    los

    megalitos

    po-

    dían

    concentrarse

    energías

    extrañas

    o

    cómo

    fueron

    tal

    vez erigidos

    por

    "anti-

    guos

    astronautas,.

    Por erróneas

    que

    fue-

    ran algunas

    de

    estas

    ideas, expresaban

    una

    nueva concienc¡a.

    Los

    arqueÓlogos

    empezaron

    a

    aceptar

    que

    los descono-

    cidos

    constructores

    de

    los

    complejos

    megaliticos

    eran

    más

    antiguos

    y

    sabios

    de [o

    que

    hasta entonces

    se

    pensaba.

    En

    este

    ambiente

    se

    desarrolla

    la

    teo-

    ría de

    que

    toda

    la

    superficie

    de

    la

    Tierra

    está

    bañada

    por

    un

    flujo de

    energía,

    la

    corriente

    magnética.

    Poco

    se sabe

    acer

    ca

    de

    su

    naturaleza

    y

    sus

    efectos.

    No

    obstante,

    crece

    la

    idea de

    que

    las cons-

    trucciones

    megalíticas

    eran

    verdaderos

    centros

    de

    esa

    energía

    tenestre

    natural.

    Centros

    astronómicos

    y

    de

    culto,

    sí,

    pero

    no relacionados

    con

    la

    superstición

    o

    los

    rituales ineficaces,

    sino

    con

    la

    práctica

    de una

    magia

    natural. Evidentemente,

    los

    círculos

    de

    piedras

    fueron

    levantados

    de

    acuerdo

    con

    un

    principio

    que

    todavía

    no

    hemos

    logrado

    averiguar,

    pero

    hay

    sobrados

    indrcios

    de

    que

    nuestros

    ante-

    pasados

    prehistóricos encontraron

    los

    verdaderos

    centros

    sagrados

    mediante

    la invocación

    de

    una

    fuerza desconoci-

    da

    y

    poderosa.

    Para ello

    desarrollaron

    una

    clencia

    de

    acupuntura

    terrestre,

    con

    objeto

    de

    ase

    gurar

    el

    flujo armonioso

    de

    ese

    fluido

    vi-

    ialde

    nuestro

    planeta.

    Los

    menhires

    y

    los

    dólmenes

    serían parte

    importante

    de una

    extensa

    red

    de

    antenas

    captadoras

    de

    las

    ondas

    magnéticas,

    agujas

    punzantes

    sobre

    las

    líneas

    de

    la coniente

    del

    dra-

    gón,

    esa

    fuerza

    natural

    relacionada

    con

    el

    campo

    magnético

    terrestre.

    lngeniería

    espiritual

    iPuede

    identificarse

    esa

    fuerza

    con

    la

    energía

    orgónica

    descubierta

    en

    nuestro

    siglo

    por

    Wilhem

    Reich?

    Sus

    descripcio-

    nes del

    orgón

    y

    de

    los métodos

    Para

    captarlo

    y

    acumularlo llevan

    a

    pensar

    que

    se

    trata

    de

    una

    energía

    similar

    a

    la

    utilizada

    por

    la cultura

    megalÍtica.

    Reich

    describe

    cómo

    se

    puede

    captu-

    rar

    y

    almacenar

    dicha

    enagía

    en una

    cá-

    mara

    forrada

    de

    material

    inorgánico,

    cu-

    bierta

    en su

    exterior

    por

    capas

    alternas

    de

    materia

    orgánica

    e

    inorgánica.

    ¿No

    si-

    guen

    este

    mismo

    proceso

    las construc-

    óiones

    megalÍticas

    que

    incluyen una

    cá-

    mara

    profundamente

    oculta

    bajo

    tierra

    o

    en

    el

    centro

    de

    una

    gran

    edificación

    ar-

    tificial?

    Cámaras

    como

    la de

    New

    Gran-

    ge,

    en

    lrlanda,

    la más

    conocida

    pero

    no

    la

    única,

    cuyo propósito es

    sumamente

    oscuro,

    que

    se

    han

    intentado

    explicar

    >

    Otro

    símbolo

    de

    fertilidad

    en

    Dartmoor, lnglaterra,

    conocido

    como

    la

    Piedra

    larga.

    ble

    que

    simples

    bárbaros

    en

    el

    lejano

    no-

    roeste

    fueran capaces

    de tal

    despliegue

    de

    conocimientos

    matemáticos

    y

    sus

    aplicaciones.

    lncluso

    esto

    no es

    más

    que

    una

    pequeña

    pista

    de

    lo

    que

    puede

    lle-

    gar

    a descubrirse".

    La

    arqueoastronomia

    ñabía

    ganado

    la

    Primera

    batalla.

    Esencia

    de

    un

    saber

    Perdido

    Al

    mismo

    tiemPo

    que

    se

    efectuaban

    estas

    investigaciones

    renovadoras,

    co-

    menzaba a

    fáguarse

    una manera

    holÍs-

    tica de

    estudiailos

    lugares

    prehistóricos.

    ¡¡lo

    ctno/sg

  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

    7/9

    TOS

    DRUIDAS NO

    CONSTRIIY'ERON

    STONEHENGE

    ONSTII'I

    lA

    un

    lugar

    común enüe

    los

    a¡ü-

    cuanos

    de

    los

    siglos

    xvur

    y

    xx

    afribuir

    a

    los druidas,

    la

    casta

    sacerdotal de los

    pue

    blos

    celtas,

    la

    creación

    y

    Ia

    uti

    lüación de

    los

    cenEos

    megalfti

    cos

    como centos

    sagrados de

    una insondable

    reügión

    de sa-

    crificios

    humanos.

    P¡oducto

    de un

    auténüco ata-

    que

    de

    ceJfoma¡fa caló hondo

    en

    la

    tadición

    popular,

    que

    pasó

    a

    denominu

    pie&as

    dnl-

    d¡cas a los megalitos,

    e

    incluso

    penetó

    en el

    pensamiento

    cien-

    tifista,

    por

    lo

    que

    no

    es

    de

    ex-

    fiañar

    que

    en España,

    Mitjama

    habla¡a

    de

    «el

    Templo Druida

    de

    Antequera» o

    bautiza¡a

    al

    dolmen

    de

    Ronda

    como

    «la

    PÍe

    d¡a

    de los Sacrilicios>r. Los

    mo

    numentos

    megalíticos,

    por

    la

    singularidad de

    su

    antigüedad,

    fueron

    asimilados

    a

    cenEos

    ce

    remoniales

    donde se desar¡o

    llaban las ce¡emonias más

    os-

    tensibles

    del

    culto

    d¡ufdico:

    «eran

    verdaderos

    altares,

    des-

    de cuya

    altura

    los

    druidas a¡en-

    gaban

    a

    la multitud, y

    sobre los

    que

    tenÍan

    lugar cruentos sacri-

    ficios

    con

    vfctimas

    tecuente

    mente

    humanas».

    La celtomanfa

    mu¡ió de

    dul-

    ce

    muerte

    y

    hoy

    sabemos

    que

    los celtas,

    y

    con ellos sus d¡ui-

    das,

    enconta¡on

    los complejos

    megalfticos

    ya

    abandonados.

    Lo

    gue

    es

    eüdente

    es

    gue

    los

    conocie¡on

    y

    no

    hay

    duda

    de

    que

    se

    sirvieron de ellos.

    Tal

    vez

    consideraron determinados

    tumulos

    como mo¡ada

    de los

    dioses

    y

    los

    reconvirtie¡on

    en,

    santuarios,

    pero

    ignoramos

    lo

    O

    que

    realmente

    tomaron

    presta-

    subte¡ráneas

    ausculta¡do

    ia

    do de

    los

    predecesores

    de

    su

    üerra

    para

    registar mapas

    de

    civilización.

    No

    deja

    de ser la

    intensidad

    y

    el

    curso de

    los

    atráctivo

    imaginar,

    como Paul

    movimientos

    telu¡icos.

    Tal-vez

    Bouchet,

    a

    los

    druidas

    encera- sea

    algo

    más

    gue

    una visión

    ro

    dos en

    las

    cáma¡as

    megalticas

    mántica,

    como almacenes, tumbas, refugios, cen-

    tros iniciáticos

    o habitáculos tribales.

    Cá-

    maras

    construidas en

    piedra y

    cubiertas,

    con

    sumo cuidado,

    en

    primer

    lugar

    por

    una

    capa

    de turba

    y,

    luego,

    por

    suces¡-

    vas

    capas

    de

    arcilla de

    tipos

    y

    coiores

    di-

    ferentes,

    enterrado

    todo

    ello bajo

    un

    gran

    montículo

    de

    tierra.

    Como

    en

    el caso

    de los

    círculos

    de

    piedra,

    los

    materiales

    eran

    escrupulosa-

    mente

    seleccionados,

    a

    pesar

    de

    tener

    que

    transportarlos

    desde distancias

    con-

    siderables.

    óPor

    qué

    tomarse

    tantas mo-

    lestias

    y

    someterse

    a

    esfuerzos

    agotado-

    res?

    ¿Tiene

    razón John Mitchell cuando

    lo

    atribuye

    a una razón

    práctica

    relacio-

    nada

    con una

    ciencia

    de

    los

    elementos,

    con

    un inmenso

    instrumento

    científico

    que

    ocupa

    toda la

    superficie

    de

    nuestro

    planeta?

    Si

    bien

    el

    propósito

    que

    condujo

    a

    los

    constructores

    megaliticos

    permanece

    en

    el misterio

    comienza

    a relacionarse

    con

    un

    cód¡go

    ancestral

    de ciencia

    mística

    conocedora

    de

    las

    corrientes

    de

    energía

    que

    recorren

    la tiena.

    El

    poeta

    irlandés

    W.

    B.

    Yeats

    aseguraba

    que

    esta

    única

    energía,

    y

    la naturaleza

    misma,

    podía

    evocarse mediante símbolos y

    los

    princi-

    pales

    símbolos

    de la

    antigua

    tradición,

    de

    la

    magia

    y

    la religión

    en

    la

    Europa

    oc-

    cidental

    son los

    enigmáticos

    monumen-

    tos megalÍticos,

    una forma

    de

    ingeniería

    espiritual

    que

    apenas

    comenzamos

    a

    percibir.

    Y

    aquíestamos.

    Después

    de largas

    in-

    vestigaciones,

    los

    megalitos

    han

    levanta-

    do

    pasiones

    durante

    los

    dos

    últimos

    si-

    glos;

    parece

    que

    nos

    encontramos

    en el

    punto

    de

    partida.

    Todas

    las

    hipótesis

    plantean

    nuevos

    interrogantes.

    Los

    me-

    galitos

    están

    ahí, impasibles,

    pero

    hay

    quien sugiere

    QUO

    «para la ciencia

    sería

    preferible

    que

    no

    estuvieran,.

    O

    liÉl

    ¡¡-

    -

    Los

    constructores

    de

    megalitos

    tenían

    conoci-

    mientos

    so-

    bre

    la energía

    telúrica, hoy

    perdidos.

    o

    4O/ÁÑO

    CERO

  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

    8/9

    Ar,r0cEng

    Illrcctm

    Eurque

    de

    Vicente. Dl

    Ectd

    trdh¡tq

    Salvador Hernáez.

    RrdrctG

    J.f.r José

    l€ón

    Cano

    (Seccio¡es),

    Vicente F. de Bobadi-

    Ua

    (Edición)

    R.dacdóE Yolilda

    Bejüano

    §Eatrria

    dc

    nadrc

    clóE Inés

    Ce¡ezo. Dl¡cctor

    do

    trrtr:

    Tito

    Cddo.

    Dlrctq

    dc

    ts

    bltddeü

    José

    Luis

    Ca.]vo.

    hbli*

    d.d

    Mrdrld: Montse

    Cmia. Eot6

    grafo¡:

    Enrique

    Balarl, Oscar

    Buriel, Diliel

    Font, Paco

    Higuera

    Kim

    Pedrós,

    Dlb¡rutc

    Freciso

    L.

    Frontán,

    Raúl Martfn,

    Angel

    N&

    Yas. Cohborrdotat:

    A]ela:Crc

    AgostinelL,

    Rafael

    A]dcón

    NtgJe.

    Blilco, Meuel

    Caba-a 5ure.

    Cuión,

    RaJael Caees.

    lse

    Ca *

    lán,

    Michel Coquel.

    Se:as::a:

    D'tubó,

    Hr]a.y Evdj

    yjg-:e-

    3.

    fuacrl,

    Argeies G

    Es:aayc

    Jsu

    Cücfa

    Frecscc GaviáI,

    Marysol

    Gonzá]ez

    Sterlxg. Miguel

    OuaLla,

    Josep

    Guijuo, Abelddo

    Hernán

    dez, Isabela

    Heraro, Gui]]ermo

    He¡¡e¡a

    Thamua

    Hormaechea,

    Antonio

    Hwreu, Sta¡ley

    (IiPP

    ner,

    RaJael

    Laulla,

    Frocisco

    pez§elme,

    Lus Maggi,

    José

    An-

    tonro

    Mayo, A¡tonio

    Medrilo,

    Piotl

    Mel¡ikov,

    Vicente Mo¡os,

    Cristiil

    Paqe,

    Rmos

    Perera,

    Lüs Racione

    ro. A¡tonro

    Rilcera, Cilmeio

    fuos,

    Ariel Rosales,

    JaYier

    Ruiz,

    Alejan-

    dro

    Sacristán,

    Miguel

    Segn¡f,

    Javier

    Sie[a,

    Lilissa

    vüenskaia, Foiq

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    C/Sm

    Romua]do,

    26. 28037

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    Foto

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    42, 4'

    plilta.

    2803? Madrid,

    IE¡ElDc

    RiYadenelaa, Cuesta

    de

    Sil

    Vicente,28.

    Madrid.

    R.d.e

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    y

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    lrc¡+

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    Javier

    Mañas Rueda.

    DltG

    lor CrrcEtar

    Cillos Gonzaez

    Ga-

    lán.

    Dlreton

    Eülql¡l:

    Sanüa

    del

    Rfo

    de Ortrizd.

    ¡,lr.ctor

    d

    d¡¡Elbac¡óE

    Alfonso

    Esta.lrrich.

    IrlrEtd

    d.

    Mulctlngl:

    AJfonso

    Acebal.

    Dü.ctotr

    ProdEccióE

    Guadalupe

    Gisbert,

    Rosa Milla

    Miltlnez

    (Ayudante).

    Dl¡.ctc

    dr

    nslpdoDff

    RaJae-]

    Cabal]ero,

    D¡rtrlDüclóu

    ESPANA: Gesdisa.

    C/

    Miguel

    Yuste, 26.

    Madrid.

    Tel.

    (9I)

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    Im-

    po¡tador:

    Ed.

    Vanidades, C.4.,

    Perú,2693."

    Buenos Aúes.

    Distd-

    bución

    capital:

    Vaccdo

    Sánchez

    Cfa.,

    Moreno,

    ?949." Buenos

    Ates.

    Distribución

    intedori

    Dist¡ibuido

    rai

    Beltrán,

    SA.C. Santa

    Magdale

    na,54l.

    Buenos

    Aües.

    Depósito

    Legal:

    M-27522-1991.

    Pre

    cio

    325

    Pta., Canilias

    350

    Pta.

    ülÍ

    t¡io

    fir.-Ñ:

    27

    AÑo

    CERO

    es mienüro de

    la

    Asociación

    de Revi§as

    de

    Injomació¡

    (ARI).

    As@ia-

    da

    a Ia Federacióü Inlemacional

    de

    hen

    sa

    Peli&ica

    (PIPP).

    (Reseryados

    todos los derechos.

    De con-

    fo@idad

    co¡

    10 dispuesto

    en el d

    53+bis

    del Código

    Pena.l

    ügente,

    po&á¡

    er cdigados

    con

    penas

    de

    multa

    y

    Pri'

    €oón de

    bt€nad

    quenes

    reprodujere

    a

    piaq[den,

    en todo o en

    püe,

    ua obra

    :*ilia-

    arddica

    o

    cie¡tffica

    fijada

    :¿r,Je bpo

    de sopoñe sü Ia

    Pr*eP

    : :::a%ción.)

    4

    Creencias

    El regreso

    de

    los vampiros

    l6

    Enigmas

    Los extraños círculos

    en

    los

    lngales ingleses

    24

    Claves del Año Cero

    La cultura

    sagada

    azteea

    deia de ser

    ehndestina

    OVI¡ls en

    Ia

    Uniüersidad

    Agua

    milagosa

    en uñ

    barrio

    de

    ñueYaYo*

    ,l:

    34.,

    .,'

    CiYil¡lactoqé§:,

    :r

    :

    d¿saFafrüid¡§l:'...:

    i

    Megatitos,

    un conqc.irtie$a

    OCTUBRE

    I

    OS

    vampiros

    que

    mueven el

    mundo

    desde

    las

    I .

    sombras, alimentándose

    de

    Ia

    misena

    y

    el

    su-

    fI

    rrmrenro

    alenos,

    parecen

    empeñacios

    en

    Impe

    dir

    Ia transfo¡mación del

    planeta

    y de la

    humanidad,

    La

    maltrecha economÍa occidental

    es un castillo

    de

    nai

    pes

    al

    que

    sólo

    Ie falta el

    soplido mortal

    del

    petrÓleo

    (que

    era,

    significativamente,

    conocido

    por

    los antiguos

    como

    agua

    infernalis)

    para

    derrumbarse

    de forma

    es-

    trepitosa,

    Y hay sÍntomas

    que

    apuntan a

    que

    Ios hechos

    que

    se

    desaten en

    octubre

    de 1992

    poüÍan

    superar

    en

    trascendencia

    histórica

    y

    macroeconómica

    a aquel

    otro octubre

    de

    1917

    Las tradiciones

    profétlcas de

    ciertas

    antÍguas

    culturas

    sitúan

    en torno

    al dfa

    20 de

    este mes

    lo

    que

    algunos interpretan

    como

    el

    «fÍn de

    un cicio»

    y

    otros como

    un

    hito crucial

    en el

    proceso

    de

    transformación

    gue

    vrve nuestro

    planeta,

    Para

    que

    naz-

    ca

    un

    nuevo mundo

    es

    necesario

    que

    el

    viejo desfallez-

    ca, Lo

    que

    podemos

    evitar

    es

    que,

    en su

    agonÍa,

    nos

    arrastre,

    a

    nosotros,

    a los

    pueblos

    que

    están

    siendo

    diezmados

    pol

    las

    gmerras

    y

    el

    hambre,

    y

    a

    un

    planeta

    cada vez más maltrecho;

    ese

    planeta

    con cuyas

    pode

    rosas

    energías

    parecen

    relacionarse

    las antiguas

    cons-

    trucciones

    megalÍtrcas

    y

    de cuya

    acelerada

    transfor-

    mación

    serÍan un

    avtso

    los

    enigmáticos cÍrculos

    ingle

    ses,

    en

    opinión

    de

    algunos

    investigadores,

    La

    mejor

    herramienta

    gue

    tenemos

    a

    nuestro alcance

    para

    evi-

    tar

    la

    creciente

    destnteEación

    de

    Ia

    vida

    y

    de

    nuestro

    propio psiquismo,

    además

    de

    nuestras

    acciones

    coti-

    dianas

    constructivas,

    pequeñas

    pero

    eficaces,

    es

    el

    pensamiento y

    el

    sentimiento

    positivos,

    A.l

    mal

    tiempo,

    buena cara,

    Si

    somos

    capaces

    de cabalgar

    las

    olas

    del

    cambio

    gozosamente,

    como

    si

    fuesen las olas

    de un

    mar

    embravecido, con

    depoltividad

    y

    buen humor, ha-

    bremos

    ganado

    la

    partida.

    É

    E

    U

    a

    E

    u

    r6

    90

    ENRIOUEIDE

    VICENTE

    34

    MEGALITOS:

    UNA

    TEGNOTOGÍA

    PREHISTÓNTCX

    ¿De

    dónde

    procedÍan

    los

    insólitos

    conocimientos

    astronómicos,

    geológicos

    y

    tecnológicos

    que

    parecen

    poseer

    los

    constructores

    de

    megalitos?

    cóMo

    MANEI.ER

    Et

    PODER

    DE I,E

    INTÜICIÓN

    En nuestro

    interio¡

    se

    encuentra

    Ia

    fuerza creativa

    del

    Universo

    que

    todo

    lo inunda,

    pero

    para

    acceder

    a

    ella

    necesitamos

    maneju una

    poderosa

    llave:

    la

    intuición.

    eÑo ctno/e

    ET

    ENIGMA

    DE TOS

    cÍRcuros

    INGTESES

    CONTINÚA

    Desca¡tado

    el fiaude

    Eacias

    a los

    controles,

    el

    ultimo

    pictograma

    aparecido culmina

    la

    temporada del

    92,

    pletórica

    en formaciones.

    perdidoi

    i

  • 8/20/2019 ¿Para Que Servian Estas Piedra R-007 Nº027 - Año Cero - Vicufo2

    9/9