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Enclaves pampeanos de nuestro patrimonio industrial. Los mataderos municipales de Francisco Salamone Pampeanos milestones of our industrial heritage. The
slaughterhouses of Francisco Salamone
RominaMarielFiorentino Beca de Investigación obtenidas: CIC / CONICET / FAUD-UNMDP. Docente e investigadora de la
Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Mar del Plata. Tesista de la
Maestria en Gestión Intervención del Patrimonio Arquitectónico y Urbano de la FAUD y del Doctorado de
Arquitectura de la Universidad de Mendoza.
Recibido: 22/10/2015
Aprobado: 16/10/2015
Resumen: este estudio se desprende de un proyecto mayor de la FAUD-UNMDP perteneciente
una beca de investigación y apunta a contribuir al conocimiento de los valores de nuestro
patrimonio Industrial en la Provincia de Buenos Aires a partir de la investigación de los
mataderos del Ing/Arq Francisco Salamone entre 1936-1940. Estos edificios pertenecen a un
amplio repertorio de obras realizadas por Salamone entre municipalidades, mataderos,
cementerios, plazas, entre otros, materializando 72 obras en la provincia. La relevancia y
elección de los mataderos dentro de este repertorio se fundamenta, por un lado, en la singular
respuesta funcional y lenguaje formal utilizados en estas obras, dotando de valor artístico y
simbólico a un programa de carácter industrial. Por otro lado, la función por la cual fueron
concebidos quedó obsoleta en relación a los nuevos requerimientos normativos y de
salubridad, lo cual ocasionó el deterioro material en un gran porcentaje de estos edificios de
la producción, siendo imperante la necesidad de su difusión para su reconocimiento y
valoración. El desarrollo se realiza a partir de tres variables de análisis comprendidas por su
contexto histórico, su contexto disciplinar y sus aspectos tipológicos. El contexto histórico
(aspectos políticos/sociales/económicos) nos permite develar por qué y para qué se
generaron, y qué influencia tuvo en la región. El contexto disciplinar (campo arquitectónico),
nos permite comprender tanto los avances tecnológicos y los lenguajes estilísticos adoptados,
como el grado de influencia de los aspectos políticos-sociales-económicos en el campo
arquitectónico. El objeto arquitectónico (estudios-tipológicos: funcionales /estructurales
/formales) que permiten la comprensión del objeto en diferentes capas de análisis,
identificándose a través de ellas lo principios ordenadores y estructuras de generación. A
través de la relación de estos tres ítems se puede obtener una lectura más amplia y profunda
de estos enclaves pampeanos, y reconocer las innovaciones y valores presentes en estos
referentes culturales.
Palabras clave: patrimonio, mataderos, arquitectura industrial, Art Decó, Francisco Salamone.
Abstract: this study shows a larger project belonging FAUD-UNMDP a research grant and aims
to contribute to the knowledge of the values of our industrial heritage in the province of
Buenos Aires from research slaughterhouses Eng./Architect . Francisco Salamone between
1936-1940. These buildings belong to a wide repertoire of works by Salamone between
municipalities, slaughterhouses, cemeteries, parks, among others; materializing 72 works in
the province. The relevance and choice of slaughterhouses within this repertoire is based, on
the one hand, the unique functional response and formal language used in these works,
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providing artistic and symbolic value to a program of industrial character. Furthermore, the
function for which they were conceived became obsolete in relation to new regulatory and
health requirements, which resulted in material impairment in a large percentage of these
production buildings, still prevailing the need for dissemination to Recognition and
Measurement. The development is carried out from three variables analysis including its
historical context, the context discipline and typological aspects. The historical context
(political / social / economic aspects) allows us to uncover why and what it is generated, and
had influence in the region. The disciplinary context (architectural field), allows us to
understand both technological advances and adopted stylistic languages, as the degree of
influence of economic-social-political aspects in the architectural field. The architectural object
(-typological studies: functional / structural / formal) that allow the understanding of the object
in different layers of analysis, identifying them through the principles and structures
generation computers. Through the relationship of these three items you can get a broader
and deeper reading of these pampeanos milestones, and recognize innovations and values in
these cultural references.
Keywords: heritage, slaughterhouses, industrial architecture, Art Decó, Francisco Salamone.
Contexto histórico: los mataderos municipales de Francisco
Salamone en la provincia de Buenos Aires
Los antiguos mataderos en la Provincia de Buenos Aires, que abastecían al consumo local,
carecían de normas de seguridad para la salud pública. Eran edificios precarios, que contaban
con un espacio único de trabajo o realizaban la matanza al aire libre, desprovistos
completamente de elementos necesarios para una faena aséptica y de una inspección para
determinar la salubridad de los animales. Debido a esta deficiencia el diseño y el
establecimiento de mataderos pequeños en las zonas rurales fue una prioridad de la que se
ocupó el gobierno de Fresco en la década del 30 en el territorio bonaerense, la cual
conformaba una de las directrices de su plan de gobierno y respondía a la prestación de
asistencia técnica destinada a los ganaderos de la zona. Este impulso oficialista tenía como
objetivo la defensa y fomento en todos sus aspectos de las industrias básicas nacionales
como era la agricultura y la ganadería.
Las funciones concretas de estos mataderos municipales están determinadas por la
necesidad de control y sanidad de la carne. Así, su finalidad es producir carne preparada de
manera aséptica mediante la manipulación humana de los animales y empleando técnicas
higiénicas para el sacrificio de los animales y la preparación de canales mediante una división
estricta de operaciones “limpias” y “sucias”. Al mismo tiempo, facilitar la inspección adecuada
de la carne y el manejo apropiado de los desechos resultantes, para eliminar todo peligro
potencial de que carne infestada pueda llegar al público o contaminar el medio ambiente.
Permite aprovechar además al máximo los recursos de personal veterinario, al poner a
disposición (en este tipo de servicios concentrados) una instalación central que se ocupa
además del asesoramiento y control de las haciendas de la zona.
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Fig. 1. Derecha: Matadero de Vedia y Alem (“Cuatro Años de Gobierno”, vol.2,).
Izquierda: Localización de la obra de F. Salamone en la provincia de Buenos Aires).
Los mataderos proceden, por un precio fijo, al sacrificio de los animales, la preparación de
canales y otros servicios prestados a los carniceros en relación con la elaboración de la carne.
Dentro de toda la obra pública, los mataderos representan un volumen edilicio de gran
significación en la provincia, el cual se enuncia y pone en evidencia en el segundo libro de la
colección “Cuatro Años de Gobierno” del gobernador Manuel Fresco:
“Otra de las obras realizadas es la de los nuevos mataderos municipales. La época en
que vivimos exige cada día más higiene en los productos que se consumen, y la carne
principal artículo de alimentación requiere que su manipuleo se efectúe en las mejores
condiciones de higiene, para que llegue al público consumidor en el mejor estado de
conservación y limpieza. Los mataderos, por su construcción y falta de comodidad no
llenaban las condiciones exigidas que si bien pudo prestar servicios y llenar su función
en otras épocas no lo hacían en la actualidad, dado que la exigencia del público
consumidor es cada día mayor y que el faenamiento de las reses obliga adoptar un
mecanismo moderno que haga más fácil la tarea del sacrificio de los animales. Por ello
dentro del plan se incluyó la construcción de los nuevos mataderos municipales.”
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El Ing/Arq Francisco Salamone fue unos de los profesionales de mayor actuación en este plan
de gobierno desarrollando más de setenta obra, en diversos partidos en la Provincia de
Buenos Aires. Su obra incluye los mencionados mataderos municipales, municipalidades y
delegaciones, cementerios, plazas y su equipamiento, entre otros (ver figura 1).
El contexto disciplinar (campo arquitectónico)
La diversidad estilístico-formal en los mataderos municipales en la provincia de Buenos Aires
Si bien la totalidad de los nuevos edificios matarifes realizados en la provincia persiguen y
formalizan las nuevas directrices de sanidad pública y control estricto de los procesos de
faena; muchos fueron los profesionales contratados en la provincia, como así también las
respuestas arquitectónicas, estilísticas y de disposición funcional. La expresión arquitectónica
de estos mataderos municipales fue variada, y dependió fundamentalmente de la propuesta y
experimentación individual de cada arquitecto y/o ingeniero actuante. La diferencia de cada
profesional radica básicamente en la concepción que cada uno adoptó en estas obras
industriales, encuadrándolos como simples edificios utilitarios o como edificios que además
poseían cualidades artísticas-arquitectónicas e innovadoras tipológicamente. Es indudable
que Francisco Salamone se encuadra dentro de este último grupo, siendo además el
profesional de mayor producción edilicia en este ramo.
Las primeras décadas del siglo XX se caracterizaban por la diversidad de las propuestas
estilísticas a nivel nacional como internacional; siendo un momento de inflexión en el campo
arquitectónico como en otras disciplinas, herederos de los nuevos cambios políticos-sociales y
económicos de la época. La década del 20 y 30 es escenario de revolucionarios avances
técnicos-constructivos y múltiples manifestaciones culturales. Conviven numerosas corrientes
de Vanguardia (futurismo, Art Déco, racionalismo, entre otras) que se entremezclan con las
nuevas ideologías políticas, las cuales se ven expresadas en la arquitectura de la época. Las
manifestaciones arquitectónicas en la Argentina, al igual que internacionalmente, van dejando
atrás el academicismo y el eclecticismo historicista, hasta convertirse en expresiones del
movimiento moderno. Este proceso fue gradual y lleno de matices, considerando en un
principio “lo moderno” como un estilo más del eclecticismo, lo cual facilitaría su acceso al
repertorio arquitectónico imperante en ese entonces. Respecto a esta conducta disciplinar se
puede afirmar que se creó un ambiente de gran experimentación tanto en las formas como en
la tecnología.
Algunos se inclinaron por expresiones que se mimetizaban con la arquitectura de su entorno
utilizando materiales y técnicas tradicionales, que no se alejaban demasiado de las
construcciones compactas pampeanas de galpones y graneros o de las viviendas de su
entorno. El único elemento que identifica a estos edificios como matadero, desde su
percepción exterior, son los rieles o el brete que se asoma por alguna de sus fachadas como
en el caso de los mataderos de Médanos y Tornquist. Otros adoptaron una estilística purista,
de volúmenes prismáticos, elementos estandarizados y la incorporación de nuevos materiales
como el hormigón armado. Su expresión es netamente industrial, importando, sin una
traducción local, los lineamientos y la estética propia de exponentes racionalistas del
Movimiento Moderno como Le Corbusier.
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En el caso de Francisco Salamone, su experimentación formal en respuesta a estos edificios
es de gran compromiso. Si bien esta actitud experimental es propia de la corriente estilística
del Art Déco en la cual se encuadran sus proyectos, su accionar es de gran particularidad,
encontrando una estética propia. Su arquitectura además posee un gran simbolismo
industrial específico, poseyendo figuras y metáforas alegóricas a la actividad matarife. Sus
juegos geométricos son de gran originalidad, los cuales son diferentes en cada uno de los
mataderos que realizó en la provincia. Si bien utiliza la tecnología del hormigón armado,
material que le permite la maleabilidad de las formas propuestas, incorpora materiales
locales en sus fachadas como el uso de la piedra en los mataderos de Laprida y Balcarce.
A lo largo de la evolución de los referentes arquitectónicos dentro de la industria de la carne
de nuestra historia nacional, no se han encontrado edificios con las cualidades estilísticas y
simbólicas de los mataderos en estudio. No olvidemos que eran edificios posicionados dentro
de un entorno rural, que podrían haber tenido una respuesta funcional y utilitaria únicamente,
acorde a los requerimientos higienistas y técnicos del momento, como lo tuvieron de hecho
otros mataderos encargados a diversos profesionales, en los mismos años, y bajo el Plan
Modernizador de Fresco. Tal es el caso del matadero de Marseillan-Martín en la ciudad de
Bolívar el cual era un conjunto de galpones, o el de Mar de Plata (hoy desaparecido) que era
un edificio compacto con una estética simplista e industrial (ver figura 2).
Fig. 2. Mataderos municipales.
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El objeto arquitectónico: el matadero municipal
En el marco de la producción de Francisco Salamone, hay registro de mataderos en 17
ciudades de la provincia; pero a los efectos de este trabajo, se analizaron los casos que
verifiquen documentación archivística y planimétrica dimensional. Estos son los
pertenecientes a las localidades de Azul, Balcarce, Cacharí, Chillar, Coronel Pringles, Guaminí,
Laprida, Saldungaray, Salliqueló y Tres Lomas. Estos conformarán la muestra o universo de
análisis para los estudios tipológicos. Se toma como base para estos estudios el concepto de
“tipo arquitectónico” formulado por Carlos Martí Aris (1993:23), quien considera a este como
un,
“[…] principio ordenador según el cual una serie de elementos, gobernados por unas
precisas relaciones adquieren una determinada estructura”
El establecimiento de tipos depende del criterio de clasificación aplicado a los objetos de
estudio y sus diferentes niveles de análisis, hallándose más allá de la singularidad de los
objetos, ciertos rasgos comunes que lo identifican. Para este estudio se establecieron tres
niveles: el funcional, el formal y el estructural.
Aspectos funcionales
De acuerdo a lo expresado la implantación de los mataderos en la pampa bonaerense tenía
como principal premisa el control sanitario estatal a partir de introducir nuevas normas de
saneamiento y control en los procesos de industrialización de productos agropecuarios, para
garantizar tanto la calidad de estos últimos como la salud de sus pobladores y el
mejoramiento de la condiciones de los trabajadores rurales de la industria de la carne. Esta
actitud está influenciada por corrientes ideológicas de índole higienista, movimiento que surge
a principios del siglo XIX en Europa y que en la Argentina atraviesa varias etapas, las cuales
responden a la evolución de este campo. En la última etapa, que corresponde a las primeras
décadas del siglo XX, se puede constatar la paulatina nacionalización de las normas
higiénicas, volcándose al interior de las provincias y un importante cuerpo legislativo
relacionado con la salud y control de epidemias, tanto de la población como de los animales,
como así también de los procesos de producción e industria de la carne y de las condiciones
de sus obreros.
Por ello es fundamental el análisis de la secuencia funcional desarrollada en estos mataderos
para poder detectar rasgos de modernidad, representados por la materialización de normas
de salubridad y de innovaciones en las etapas del proceso productivo. Esta secuencia está
compuesta básicamente de espacios destinados a la recepción, circulación, matanza de las
reses, y a espacios de servicio (lavado, control, vestuarios, seguridad) y despacho de
productos. La disposición, escala y organización varía entre ellos, pero la presencia primordial
de esos espacios es constante.
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Los espacios funcionales principales se dividen en (ver figura 3):
1. Corrales: estas son instalaciones de recepción del ganado y tienen con fin principal reducir
la tensión que sufre este a causa de su manipuleo hasta llegar al matadero; ya que ello podría
deteriorar la calidad de la carne. Sus funciones básicas se resumen en retener, alimentar,
suministrar agua y dejar descansar al ganado antes de la matanza. Estos están cubiertos con
chapas de hierro galvanizado y armadura de madera. Los vacunos se ubican, en todos los
casos, del lado izquierdo de los corrales, ocupando los ovinos y porcinos el otro extremo. Ello
determinará también la disposición de las rampas y salas de matanza en el edificio, de
acuerdo al tipo de ganado.
2. Mangas, ducha y baño en pié, y escaleras rampantes: las mangas y escaleras son
elementos circulatorios de transición entre los corrales y el establecimiento donde se realiza
la matanza del animal. Tienen como fin conducir al animal hacia su atronamiento. También
existen otras instalaciones intermedias, antes de llegar a la playa de faena. Estas son la
ducha y baño de pies para bovinos y porcinos, las cuales reducen la contaminación en la
faena y disminuye la tensión provocada por el calor en los animales. Las mangas como las
escalaras rampantes poseen una anchura que no permita al animal dar la vuelta. Esa anchura
varía entre 0,90 y 1,10 metros en los diferentes mataderos. Las escaleras constituyen unos
de los elementos singulares de estos mataderos. Su construcción es en hormigón armado y
tienen como objetivo introducir al animal en la sala de matanza. Algunas de estas piezas
están ligeramente curvadas para evitar que los animales puedan ver largas distancias delante
de ellos, por lo cual este recurso lo utiliza generalmente en los mataderos en que los corrales
se encuentran más distanciados del edificio.
3. Playa de faena: se entiende por faena el trabajo ejecutado desde el sacrificio de los
animales, hasta su expendio con destino al consumo o industrialización de las reses, medias
reses o cuartos. La playa de faena estará dividida en tres zonas definidas:
La zona sucia (sala o espacio de matanza) se concentra generalmente en un local
independiente. Las operaciones que se efectúan en ella son: atronamiento, volteo,
suspensión de la res, degüello y sangría.
En la zona intermedia (sala de faena), se realizan todas las operaciones comprendidas
desde la sangría hasta el eviscerado inclusive.
En la zona limpia se efectúan las operaciones comprendidas desde el eviscerado hasta la
salida de las reses de la playa de faena.
La comunicación entre la zona sucia y la intermedia, se establece través de un vano por el que
pasan las reses, colgadas del riel de servicio respectivo;
4. Servicios y otras dependencias: está constituido por un paquete de locales en donde se
encuentran los vestuarios, la administración, el laboratorio veterinario y las dependencias del
casero. Estas últimas se encuentran en los mataderos de mayor envergadura.
5. Playa de despacho y embarque: es un espacio generalmente semicubierto, donde se
reciben los insumos necesarios para el funcionamiento del matadero y se despachan las
reses que abastecen los mercados o carnicerías locales.
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Fig. 3. Derecha: Sala de matanza y sala de faena. Matadero de Laprida (“Cuatro Años de Gobierno, vol. 2). Centro:
Instalaciones de ducha y baño en pie. Matadero de Guamini. Izquierda: Corrales. Matadero de Salliqueló.
Aspectos estructurales
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, el avance de los materiales y técnicas
constructivas en materia estructural empezó a desplazar a los tradicionales. Pero el
revolucionario descubrimiento técnico-estructural del siglo fue la incorporación del acero al
hormigón, formando el hormigón armado. El hormigón aporta la resistencia a los esfuerzos de
compresión y las varillas de acero su resistencia a la tracción. Esta época se caracterizó por el
ensayo de nuevas formas estructurales y Francisco Salamone no fue ajeno a esta
experimentación. De toda su producción bonaerense, es en los mataderos donde enfatiza
este espíritu osado. Utiliza entre otras:
las estructuras de losas sin vigas con columna fungiforme, la cual está constituido por la
losa de espesor constante armada en 2 direcciones que se apoya sobre una columna con
capitel en forma de hongo, por cuyo motivo se la puede denominar losa fungiforme. El capitel
de la columna posee una inclinación de 45º con el objeto de favorecer la absorción del
momento en la zona de mayo rigidez de la columna. (como en el matadero de Tres Lomas).
Las estructuras con vigas acarteladas y columna central, como en el caso de Balcarce (ver
figura 4).
Fig. 4. Derecha: Estructura con Vigas acarteladas y columna central. Matadero de balcarce. Tensores tipo paraguas.
Izquierda: Estructura de losas sin vigas con columna fungiforme. Matadero de Tres Lomas. Columna fungiforme.
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Aspectos formales
La riqueza formal de estos edificios es indudable. El sistema compositivo de los espacios y
volúmenes es de tipo aditivo en todos los casos, pero su morfología es variable en todos ellos.
En general se adosan volúmenes pequeños a un espacio protagónico y de mayores
dimensiones. La composición puede ser, en términos generales, de tipo central
(circular/octogonal), en trama, semicircular y radial (ver figura 5).
Fig. 5. Tipo de plantas circulares/octogonales.
Sus propuestas tienen características originales dentro de esta línea estilística, conformando
una estética particular dentro de la Provincia de Buenos Aires, a la cual se la puede reconocer
como estilo “Salamonico”. Las relaciones compositivas de sus proyectos se basan en el juego
de equilibrios estáticos y dinámicos. Si bien el uso de las simetrías es frecuente, la
composición no es estática; otorgándole movimiento la relación que poseen sus elementos en
la estructura de su composición. En el “todo” del conjunto, y no en la parte, se expresa la
sensación de movilidad. Su obra materializa los principios sintácticos de jerarquía, orden,
coordinación y tectonicidad. Jerarquiza las partes de acuerdo a su importancia a través de las
dimensiones de los elementos y su posición. La torre toma el lugar protagónico de la
composición, centrándose en el conjunto o colocándose sobre el lateral derecho del edificio, el
cual posee más peso visual que el izquierdo. El orden y la coordinación se manifiestan en las
proporciones generales del edificio y en la exactitud y repetición de módulos dimensionales.
Su tectonicidad se expresa en la solidez de los objetos, resolviéndose a través del equilibro de
fuerzas horizontales y verticales. Las sintaxis más frecuentes en los mataderos son la adición
(sintaxis operacional), la simetría axial y las composiciones radiales y centrales (sintaxis
geométrica) y la fusión (sintaxis topológica).
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El simbolismo de poder y los recursos arquitectónicos
“La obra pública será el símbolo de los estados fuertes. Ella expresa tanto la respuesta
a los problemas sociales de las masas cuanto al papel emblemático que tienen los
edificios que testimonian potencian y albergan el poder”
GUTIÉRREZ, 2001:36
En esta expresión, Ramón Gutiérrez enuncia tanto la capacidad simbólica que tiene en sí
mismo todo el volumen de obra pública estimulado por el gobierno conservador, como su fin
especifico y a quien está dirigido el mensaje.
Desde el punto de vista semiológico el símbolo-mensaje es arbitrario si se crea desde una
decisión unilateral. Este puede ser creado desde los grupos de decisión1 o de la masa de los
de los usuarios-lectores. En este caso será arbitrario y estará enunciado por los grupos de
decisión, indudablemente. El arquitecto representará a este grupo y dará forma al mensaje de
su comitente, representado por el sector político de poder. La forma de ese mensaje
constituirá el significante, mientras que su significado será el mensaje o “idea” propiamente
dicho.
“El significante es la representación de una idea o pensamiento que constituye el
significado. En el lenguaje, el sonido seria el significante y la idea el significado,
mientras que en la arquitectura, la forma seria el significante y el contenido el
significado”
JENCKS, 1975:1
Así, los mataderos (significante) representarán los nuevos ideales del gobierno (significado).
Este significante o producto arquitectónico surgirá del atravesamiento de aspectos políticos,
sociales y económicos sobre el campo arquitectónico-ingenieril nacional donde se posiciona
Francisco Salamone. El significante podría haberse materializado de múltiples maneras, y de
hecho fue así. Si observamos los realizados por Francisco Salamone, y los efectuados por sus
colegas contemporáneos en otras ciudades de la provincia, podemos visualizar que el
significado o idea que se quiere trasmitir es más fuerte o débil en su representación de
acuerdo al profesional actuante.
Francisco Salamone estudia cual es el código de las actividades matarifes básicas,
introduciendo mejoras en las condiciones higiénicas de los establecimientos, las cuales se
articulan con las nuevas necesidades imperantes en la sociedad. Estas nuevas propuestas en
el orden tecnológico y sanitario, replantean las existentes de características precarias.
Promueve los nuevos sistemas productivos a través de los mismos edificios, denotando un
nuevo sistema de funciones productivas y simbólicas.
1 Barthes dice que “la lengua no es elaborada por la masa hablante sino por un grupo de decisión”. Este es el proceso: el grupo de decisión construye actos de habla y ejerce así una influencia sobre la lengua; podríamos decir que la elabora en la medida en que su influencia es particularmente acentuada, aunque no se diga que predomina sobre la influencia que ejerce la masa de usuarios-lectores.
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“En lo que se refiere a la arquitectura, en la colectividad se desarrollan constantemente
nuevas necesidades, que determinan a su vez nuevas funciones: si se ven en estas
funciones los significados del signo arquitectónico, tal fenómeno da lugar a un
enriquecimiento del repertorio de los significados de la lengua”
RODRÍGUEZ, 1984:12)
De acuerdo a esta expresión, podríamos decir que las nuevas necesidades funcionales
ligadas a la industria matarife, se vieron reflejadas en los significados del nuevo símbolo
arquitectónico promovido por los mataderos; relacionados con revalorización de la industria
nacional agropecuaria y la mejoras de sanidad de la población, generando como enuncia un
enriquecimiento del repertorio de los significados en el lenguaje arquitectónico. Así Francisco
Salamone establece un nuevo código2, que si bien tendrá características innovadoras para
sus usuarios, estas podrán ser reconocidas por ellos.
Para la ejecución de sus símbolos arquitectónicos se valdrá de recursos expresivos como las
figuras retóricas. Las figuras retóricas son los elementos más usados en las estrategias
publicitarias y no es casual que Francisco Salamone las aplicara en sus estructuras
compositivas. Siendo esta una arquitectura que tiene entre unas de sus principales premisas
la “propaganda política”, el juego expresivo de las figuras retóricas será apropiado para tal fin.
La figura retórica por excelencia utilizada en su repertorio arquitectónico es la metáfora, la
cual era un recurso muy frecuente del estilo Art Déco.
“Desde el punto de vista semiótico, la metáfora es una figura retórica3 que, al ser
usada de una manera creativa, permite delinear un nuevo contenido y no sólo está
destinada a embellecerlo”
BRAGA, 1999:193
Así el cuchillo (Matadero de Azul), las figuras alegóricas a la máquina (como los engranajes y
las ruedas del Matadero de Guaminí), las expresiones futuristas de antenas y redes de
comunicación (Matadero de Tres lomas y Laprida), son unas de las tantas metáforas utilizadas
por Francisco Salamone. Estas evocan el poder económico, el estado fuerte, la industria
nacional, la autosuficiencia, el control y estabilidad económica (ver figura 6).
La escala, su monumentalidad, sus valores espaciales, sucesores de lo académico, conjugado
a su vez con lo innovador y lo moderno, serían la fórmula apropiada para representar el poder
político de los gobiernos de entonces. Esta fórmula fue utilizada por Francisco Salamone para
representar la obra pública del gobierno conservador conformando y dando carácter a
muchísimas ciudades del interior. Se valdrá de una expresión monumentalista para
desarrollar una “arquitectura de propaganda” estatal, utilizando la corriente estilística del Art
Déco para la mayoría de sus manifestaciones y las nuevas tecnologías del hormigón armado.
El hecho de dotar Francisco Salamone a sus edificios no sólo de un equipamiento funcional,
sino aportarles además valores artístico-arquitectónicos y de fuerte simbolismo es un punto a
destacar en su obra, lo cual lo diferencia marcadamente de otros edificios matarifes.
2 Se puede definir al código como un sistema constituido por un repertorio de símbolos, sus reglas de combinación, y la correspondencia entre cada símbolo y un significado dado. 3 Recurso utilizado para moldear los discursos.
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Fig. 6. De derecha a izquierda: Espresiones artísticas de antenas y redes de comunicación, Matadero de Tres Lomas y
Laproda; Ruedas de engranaje, Matadero de Guaminí; y Cuchilla, Matadero de Azul.
Los tipos arquitectónicos
En función de la investigación efectuada se ha construido una grilla de análisis y cruzamiento
de datos. Esta matriz concentra la información de todos los objetos de estudio, permitiendo
distinta lecturas tendientes a construir los tipos arquitectónicos y sus relaciones. Se han
volcado en ella las variables arquitectónicas de análisis referidas a la función, tecnología y
estética formal, y se ha realizado, de acuerdo a los relevamientos efectuados, maquetas
virtuales representativas de cada tipo, tendientes a documentar cada uno de ellos. (ver figura
7)
De acuerdo a estas variables y a su interrelación se pudieron detectar tres tipos
arquitectónicos en los mataderos, haciendo referencia a su capacidad funcional para
denominarlos:
Los de alta complejidad.
Los de media complejidad.
Los de baja complejidad.
Cabe aclarar que estos tipos son totalmente innovadores en sus propuestas, no
encontrándose antecedentes similares.
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Fig. 7. Grilla de entrecruzamiento de datos.
LOS DE ALTA COMPLEJIDAD: Entre ellos encontramos los mataderos de Azul, Coronel Pringles
y Salliqueló, que presentan características comunes en las siguientes variables:
Funcional: Poseen claramente diferenciados los espacios de producción, diferenciándose
las zonas limpias, intermedias y sucias.
Estructural: La disposición de las columnas es perimetral y las vigas se disponen en arco.
Formal: La sala de faena es de forma alargada y curvada, y en sus extremos se posicionan
dos volúmenes (las salas de matanza) que contienen y cierran el bloque productivo. La torre-
tanque se posiciona en el eje central del edificio, posee un alto simbolismo y calidad artística.
Podemos decir que el de Azul es el más complejo de todos los mataderos, debido a su fuerte
simbolismo y a la mejor resolución en las actividades de carga, descarga y dinamismo
vehicular. Le sigue el edificio de Coronel Pringles de gran simbolismo y capacidad productiva
también. El edificio de Salliqueló posee las variables enunciadas, pero es el de menor
superficie y el que carece, a diferencia de los anteriores, de sala de incineración y chimenea. A
este se lo puede considerar el ejemplo de transición hacia la siguiente categoría.
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Fig. 8. Clasificación de mataderos. Proyecto de investigación. Modernidad y arquitectura industrial.
Los mataderos del Arq/Ing. Francisco Salamone en la provincia de Buenos Aires entre 1936 y 1940.
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LOS DE MEDIA COMPLEJIDAD: Entre ellos encontramos los mataderos de Guaminí, Balcarce,
Tres Lomas y Laprida, que presentan las siguientes características:
Funcional: Poseen claramente diferenciados los espacios de producción.
Estructural: De gran experimentación técnica (losas fungiformes, columnas tipo hongo)
Formal: La sala de faena es un espacio de carácter central (circular, semicircular y
octogonal), disponiéndose los locales de apoyo y sala matanza en forma de bloque o
concéntrica. La torre se ubica sobre uno de sus laterales y posen un grado de simbolismo
entre medio y alto.
Su capacidad de abastecimiento es intermedia y el de mayor complejidad de la serie es el de
Guaminí.
LOS DE BAJA COMPLEJIDAD: Entre ellos encontramos los mataderos Saldungaray, Chillar y
Cacharí; con las siguientes características:
Funcional: las actividades de matanza y faena se encuentran concentrados en un mismo
espacio, no habiendo una clara diferenciación de las zonas sucias y limpias.
Estructural: De gran simplicidad.
Formal: Poseen escasa ornamentación. La torre se posiciona sobre el lateral derecho, con
un tratamiento simbólico y artístico bajo o casi nulo (como el de Saldungaray)
Son los ejemplos más simples, los cuales coincide con las ciudades que poseen menor
cantidad de habitantes (ver figuras 8 y 9).
Estos tipos arquitectónicos hallados se exponen en la lámina de clasificación de los
mataderos, los cuales representan en el orden establecido una “serie tipológica”, desde los
edificios de mayor a menor complejidad.
Fig. 9. Maquetas virtuales de tipos de mataderos según su complejidad: Derecha: Matadero de
Saldunqaray, de baja complejidad. Centro: Matadero de Guaminí, de media complejidad.
Izquierda: Matadero de Salliqueló, de alta complejidad.
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Conclusiones
Dentro de su obra, los mataderos son los objetos más experimentales a nivel funcional,
técnico-constructivo, y simbólico-industrial, concediéndolo un valor artístico-arquitectónico a
edificios de carácter industrial. Si bien los mataderos de F. S. se enmarcan dentro del estilo
Art déco, las piezas ornamentales y escultóricas, y los juegos de volúmenes y planos que
aplica derivan de una personal interpretación de esta corriente.
Se puede afirmar entonces que Francisco Salamone supo codificar y expresar los principios
del gobierno conservador en sus obras, y dotar de valor artístico e importancia a estas
construcciones industriales, introduciendo una nueva visión sobre estos edificios funcionales,
ya que eran relacionados -por la historia matarife que los antecede- a espacios netamente
utilitarios de condiciones y aspectos desagradables, poco higiénicos y carente de valor
arquitectónico y artístico. En la combinación de estos tres puntos, que conforman las variables
analizadas, “función-tecnología-estética” se encuentran los aspectos innovadores de los
mataderos de Salamone.
Dentro del campo patrimonial la reciente inclusión de arquitecturas rurales, industriales o de
nuestro pasado moderno junto con el deterioro de las economías regionales y el progresivo
abandono por parte del Estado de su equipamiento edilicio ha determinado débiles acciones
tendientes a la puesta valor de este tipo de obras. Es importante destacar que estas obras no
sólo forman parte de procesos profundos dentro de la historia bonaerense, sino que
conforman actualmente el paisaje de numerosas localidades de la provincia, y como tales
contribuyen a la identidad de sus habitantes.
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