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PAPERCLIP Por Angel Rodriguez Alvarez.
Al finalizar la 2ª Guerra Mundial, las potencias aliadas emprendieron una endiablada
carrera para llegar los primeros, no sólo a Berlín, sino a aquellos lugares donde el III
REICH tenía sus instalaciones, tanto militares como científicas e industriales. Todos
ellos eran conscientes de que un tesoro de conocimientos podía escapárseles de las
manos si no eran diligentes y se adelantaban a los demás.
Comenzó entonces un proceso de locos. Si los nazis habían instaurado un régimen
criminal y terrorífico, los aliados no se quedaron cortos. Se llevaron a cabo una serie
de saqueos, crímenes y violaciones que hacen sentir vergüenza a cualquier ser
medianamente civilizado.
Los muertos civiles alemanes, fusilados, estrangulados, quemados, aplastados,
acuchillados y ahogados se contaron por millares y las mujeres fueron salvajemente
ultrajadas, hasta el punto de que algunas niñas, violadas por varios soldados a la vez,
perdieron la razón. No se respetaron niñas ni ancianas, (desde trece a ochenta años),
sobre todo por parte de las tropas rusas. Todas las mujeres alemanas fueron violadas.
Los ejércitos, en aquellos días, no se comportaron como humanos, sino como bestias
inhumanas.
En aquellas horrorosas jornadas se demostró una vez más que muy pocas personas en
el mundo son dignas de lucir un uniforme militar. Ninguna nación aliada se comportó
con honor ni dignidad. Se pusieron al mismo nivel que los criminales nazis a quienes
acababan de vencer. El juicio de Nuremberg no fue más que un paripé vergonzoso,
pues los criminales nazis que eran útiles para trabajar para las potencias aliadas,
(como Werner Von Braum), no fueron juzgados ni condenados.
Este juicio, que se celebró entre el 20 de noviembre al 1 de octubre de 1946, en el
Palacio de Justicia de esta ciudad, contra los criminales contra la paz, criminales de
guerra y criminales contra la Humanidad, sólo juzgó a muy pocos acusados. La
mayoría logró fugarse y muchos otros fueron “reutilizados”, como hemos dicho, por
los aliados. Pero una vez que todo esto iba pasando, descubrimos cosas realmente
sorprendentes en el panorama de post-guerra, en cuanto se refiere al botín de guerra
que los aliados se repartieron, sacando la mayor tajada, como era de esperar, los
estadounidenses y los rusos.
Como ocurre siempre que finaliza una guerra, se desmantela todo el aparato social,
económico, industrial y militar del enemigo. En este caso podemos ver a cuánto
ascendió este botín, si bien es una estimación que está muy por debajo de la realidad,
(pues no se tiene en cuenta el saqueo personal de los militares) pero que es
oficialmente la que se tiene en cuenta, pues procede de los tribunales de
“desnazificación” de la época.
Hablamos en millones de marcos.
Botín de las tropas de ocupación: 18.500 (insisto: millones).
Confiscaciones indirectas tales como la expropiación de la Marina Mercante.
138.100.
Pérdidas provocadas por la reforma monetaria de los aliados: 46.000.
Desmantelamiento de fábricas: 10.000.
Pérdidas por la limitación del precio de carbón: 84.000.
Confiscación de valores alemanes extranjeros: 18.000.
TOTAL: 617.600.000 de marcos.
Pero lo que a nosotros nos interesa, en realidad, es el botín que los aliados
encontraron en avances técnicos, militares y científicos.
Por poner un ejemplo: los Estados Unidos avanzaron 100 años de golpe, en su
evolución normal, gracias a Paperclip. ¿Qué fue lo que encontraron?.
En los documentos públicos de la época, incluyendo como tales a los diarios, se
hacían ciertos comentarios que hoy nos llaman poderosamente la atención, y que
entonces, debido a los acontecimientos que se sucedían y al estado convulso de la
sociedad en general, pasaron prácticamente desapercibidos, o no se les dio su
importancia real.
Es muy importante para quienes defendemos, (con poca fortuna, la verdad sea dicha)
el origen terrestre de todo cuanto se relaciona con la fenomenología OVNI, siglas
que, no debemos olvidar, significan OBJETO VOLANTE NO IDENTIFICADO, y
no aeronave extraterrestre, como generalmente se presenta, rebuscar e indagar en
todo cuanto haga referencia a la técnica desarrollada por el III REICH en esa época, y
en las aeronaves actuales de diseño revolucionario o poco convencional..
Los partidarios de la Hipótesis Terrestre tenemos muchos factores en contra, lo cual
dificulta nuestra investigación, y que, entre otros, son:
--La oposición beligerante de muchos partidarios de la Hipótesis Extra-Terrestre, que
niegan toda relación de la manifestación de este fenómeno con aeronaves militares
terrestres.
—La oposición de los grupos y organizaciones de “escépticos”, que niegan, (no está
muy claro por qué), el desarrollo sorprendente de la técnica alemana para la
construcción de prototipos que no “encajan” con el desarrollo de la ciencia y la
técnica “convencional” de la época, ni admiten el desarrollo de tecnología fuera de lo
que se entiende por “normal”.
—La estupidez de quienes creen que hablar sobre los conocimientos de los científicos
del III REICH es hacer apología del nazismo, lo cual es una imbecilidad como la
copa de un pino.
—Y evidentemente el secreto que, en la actualidad, se lleva sobre toda
experimentación militar, que comenzó en 1947 y que dificulta el hallazgo de
información sobre este tema tan controvertido.
Sólo mentalidades muy simples pueden aceptar como “normal” la evolución de los
avances científicos en nuestra sociedad en un período de tiempo tan pequeño como el
que abarca de 1945 hasta 2009.
En cuanto a los partidarios de la Hipótesis Extraterrestre decirles que no es cierto que
en este planeta nuestro no exista la capacidad para desarrollar aparatos con las
características que ellos consideran imposibles para nosotros y sólo posibles para
supuestos seres de otros mundos. No hay límites para el desarrollo científico del ser
humano.
Si revisamos las declaraciones de antaño a las que aludimos, Prensa sobre todo,
encontramos cosas tan curiosas y sorprendentes como ésta: “El Office of Technical
Services” de Washignton, anunció que, además, (además de las confiscaciones que
hemos mencionado antes) se habían encontrado cerca de un millón de inventos,
(¡UN MILLON DE INVENTOS!) y “perfeccionamientos técnicos” en la Alemania
Nacional Socialista. Tanto es así que rápidamente fue necesario confeccionar un
nuevo diccionario alemán-inglés (¡¡¡¡¡) con 40.000 palabras técnicas y científicas
nuevas, relativas a los inventos en cuestión”.
Dos días después:
”Fuentes oficiales anglo-americanas han admitido que una sorprendente y valiosísima
colección de secretos militares, científicos e industriales de incalculable valor ha
pasado a manos de los aliados.
Agencias del Estado Mayor combinado anglo-americano han registrado toda
Alemania y han encontrado una enorme cantidad de información sobre armas de
guerra, incluyendo una bomba atómica y nuevos datos en los campos de producción
de petróleo, materias primas, productos sintéticos, procedimientos químicos y de
ingeniería aerodinámica y construcciones de buques, así como de aviones y cohetes
teledirigidos. Los rápidos progresos de los ejércitos aliados (se refiere al avance
militar contra el enemigo) les impidieron poner en práctica la mayor parte de esos
proyectos tecnológicos. Los alemanes no sólo habían progresado significativamente
en el perfeccionamiento de una bomba atómica y en la producción de agua pesada,
sino que además estaban planeando un proyectil con piloto, con alcance de 4.800
kms., que podía llevar pasajeros a través del Atlántico en 17 minutos.
Camuflaje contra rádar. Motores ultramodernos de propulsión a chorro. Motores
diesel de enfriamiento por aire.
Mantequilla, alcohol, lubricantes para motores de aviación, jabón y gasolina extraídos
del carbón.
Torpedos eléctricos propulsados por agua salada. Los resultados de más de dos mil
investigaciones ya se han enviado a Washington”.
(Harry Reynolds. Periodista). Sorprendente, ¿verdad?. Hubo noticias sobre esto en distintos diarios de la época,
pero, ¿quién se acuerda de todo eso?. Además, son muchos los intereses que obligan
a negar y a censurar ciertas cosas.
Pero hay más. Mucho más, como veremos y mal que les pese a algunos.
Frecuentemente me encuentro con declaraciones de alguien que comenta las
“batallitas” de su abuelo durante la 2ª Guerra Mundial.
A esto no le solemos dar importancia alguna, considerándolo como anécdotas de
familia, sin más. Pero debemos sacar datos de todo cuanto se nos presente y
contrastarlo posteriormente con otras informaciones, viendo si hay coincidencias con
otros relatos o con documentación existente.
Ese abuelo que cuenta sus batallitas está contando sus experiencias de guerra y en el
caso de uno de ellos que pilotaba un Spitfire hablaba de haberse encontrado en alguna
ocasión con unos aviones de tamaño muy reducido, pero capaces de alcanzar grandes
velocidades, escoltados por cazas de la Lutwaffe alemana, pues esos prototipos no
portaban armas. Les llamaban “Hummingbird”, (colibri).
También comentan estos viejos pilotos haber observado a los discos que conocemos
como HAENEBU, escoltados por cazas convencionales. ¿Existieron entonces?. ¿Son
fantasías?. ¿Mentiras deliberadas?.
Los voluntarios españoles de la División Azul, que combatieron en esa guerra,
comentan haber visto algún disco evolucionando en esos años.
Muchas y muy coincidentes mentiras me parecen ésas en los relatos de los antiguos
combatientes.
Generalmente estos prototipos no llevaban armas, y en eso coinciden todos los
relatos. Tal vez las elevadas velocidades que alcanzaban hiciesen poco o nada
efectiva la artillería convencional. Sin embargo, los discos fueron dotados, más
adelante, con armas más o menos sorprendentes.
Así pues, nos encontramos con informaciones a las que hay que prestar atención,
aprendiendo a separar lo que es útil de lo que no lo es.
Entre los documentos que se han hecho públicos en la época o a lo largo de los años
circulan algunos de carácter oficial, que hacen referencia más o menos clara a esos
proyectos que tenían los nazis en preparación, y algunos en pruebas, (más sobre el
tablero como proyectos que en fase de construcción y pruebas), pero entre toda la
documentación auténtica no faltan, como en todo, falsificaciones, creadas estas
últimas por muy diferentes fuentes y con objetivos variados, desde los que persiguen
la desinformación y ocultamiento, cuando no destrucción de la realidad, y la de
aquellos que por motivos ideológicos introducen elementos falsos y exageran esa
realidad, buscando el proselitismo para grupos neonazis, tal vez.
En el medio está la verdad, pero es muy difícil llegar a ella, y se llegará cometiendo
muchos errores, y dando por bueno lo que en ocasiones no lo es.
Pero siguiendo con las declaraciones que en la época se hacían, existen algunas que
son muy curiosas, como las del Teniente Coronel John A. Keck, que era por entonces
el Jefe del Departamento Técnico de Inteligencia del Ejército de los Estados Unidos,
cuando dijo:
“...los técnicos alemanes llevaban muy avanzados sus planes para montar plataformas
del espacio a 7.500 Kms. de la Tierra, (?).
Hemos planeado llevar un gran grupo de sabios e investigadores alemanes a los
Estados Unidos.
Los sabios alemanes hacían planes con alcance para 50 y 100 años. Esos
investigadores tenían como metas lejanas las exploraciones de otros planetas
mediante estaciones del espacio fuera del campo de gravedad. Los investigadores
aliados han quedado profundamente impresionados por la solidez de las teorías
germanas”.
O era un humorista con ganas de tomarle el pelo a todo el mundo, o se había vuelto
loco, o decía la verdad.. Creo que sus palabras no necesitan interpretaciones de
ningún tipo, ni fue el único que hizo esas o parecidas declaraciones. Sobre que los
científicos alemanes hacían planes para 50 ó 100 años, se refería a que algunos
proyectos se desarrollarían a lo largo del tiempo, o se esperarían resultados con el
tiempo, como se hace hoy día en la exploración espacial, donde se van poniendo las
bases para esa futura exploración, que se va haciendo por fases. Otros proyectos
estaban calculados para desarrollarse en la época en que nos encontramos y de hecho
todavía hay proyectos que aún no se han desarrollado, tal vez porque nuestra
sociedad no está todavía en la fase en que puedan ver la luz sin problemas, por ser
demasiado avanzados o revolucionarios científica y técnicamente hablando, o afecten
a los proveedores de los combustibles basados en el petróleo que aún usamos.
Forman parte de lo que se llamaba en aquella época “Armas Maravillosas”, o
“Wunderwaffen”, en alemán.
En cuanto a que se llevarían a un gran grupo de científicos a los Estados Unidos,
todos sabemos que efectivamente se llegó a hacer bajo el nombre de Operación
PAPERCLIP, originalmente llamada Operación OVERCAST.
Pero ¿qué avances extraordinarios habían conseguido los científicos del III REICH?.
Los más llamativos son, evidentemente, todos aquellos relacionados con objetos
volantes de forma discoidal, los denominados Vril y Haunebu, aunque no sean los
más efectivos, a menos en lo que se conoce de ellos.
Pero funcionaron. Unos mejor que otros, pero funcionaron. Y no sólo eso, sino que
posteriormente han sido desarrollados y perfeccionados y hoy día algunos de estos
discos nos están sobrevolando, confundidos con supuestas aeronaves extraterrestres.
Parece que los que han centrado más el interés de los militares aliados,
particularmente estadounidenses, han sido los de la forma de ala delta, las Alas
Volantes Horten, así como las desarrolladas por la Northrop, y el desarrollo conjunto
posterior de ambas, que dieron nacimiento a la generación de los “invisibles” que,
todavía hoy, están en activo.
No era pues la forma, sino la tecnología lo que más atraía a las potencias aliadas,
como ya hemos dicho.
De la serie de discos se dice que uno de ellos, el modelo de HAENEBU, denominado
HAENEBU III llegó a ser utilizado como nave espacial, y se afirma que protagonizó
un vuelo sin retorno, es decir, un vuelo suicida con pilotos alemanes y japoneses
hacia el planeta Marte.
Esta información es muy imprecisa, y mientras hay quien afirma que no
sobrevivieron una vez que amartizaron, se habla también de misiones en vuelos
efectuados con toda normalidad, así como la creación de colonias tanto en la Luna
como en el planeta Marte, y que serían la causa de los problemas sufridos en las
sucesivas misiones de la NASA.
Todo ésto es preciso tomarlo con mucha prevención, pues no existen pruebas
determinantes que aseguren la realidad de tales colonizaciones, y todo queda dentro
del campo de la especulación. Debemos tenerlo presente, sí, pero en el cajón de los
relatos sin comprobación real.
La presencia de aeronaves circulares en los tiempos actuales se achaca a los
supervivientes del III REICH, que periódicamente visitarían la Tierra a la que
supuestamente tienen sometida a una exhaustiva vigilancia, a la espera, tal vez, de
intervenir en un futuro más o menos lejano.
Sin embargo, dentro de esta corriente de partidarios de atribuir un origen al fenómeno
OVNI como perteneciente a los supervivientes nazis, existen quienes no creen que a
estos supervivientes les interesase interferir en la vida de nuestro planeta en la
actualidad, una vez que ellos ya han conseguido construir su presente y su futuro en
otro lugar.
No faltan quienes niegan vehementemente que todo cuanto se dice sobre los
prototipos alemanes de discos volantes tengan otro lugar que el de la Ciencia Ficción,
o la Fantasía, sin ninguna posibilidad de confirmarse su realidad histórica, pero las
cosas en este tema no son tan simples.
No sólo fueron aprovechables estos conocimientos sobre discos volantes, sino todos
los que se relacionaban con el avance en cohetería y misiles, en la creación de nuevas
formas de energía, en el desarrollo de nuevos materiales, algunos con propiedades
verdaderamente asombrosas, el avance en telefonía, en visores nocturnos, en
alimentación, en comunicaciones y un largo etc. hasta componer ese más de un
millón de inventos que se decía habían caído en manos aliadas.
Muchos proyectos, miles de documentos, aparatos y equipos, multitud de tesoros de
la técnica y de la ciencia, y grupos de científicos y técnicos alemanes y sus familias
fueron a parar a los Estados Unidos, a la Unión Soviética y algunos a Sudamérica,
donde se dice que los propios nazis se refugiaron y prosiguieron con sus
experimentaciones. Se habla incluso de haber sido evacuado hacia Argentina el
propio Adolf Hitler, quien no habría muerto en su búnker, como se quiso hacer creer,
sino que murió de viejo en esta tierra sudamericana.
El quid de la cuestión ya no se plantea sobre la realidad de los conocimientos técnicos
y científicos del III REICH, sino de dónde consiguieron esos conocimientos, pues el
origen esotérico que se les atribuye a mi, personalmente, no me convence.
Nombres como el de Tesla, así como Víctor Schauberger y otros aparecen
frecuentemente relacionados con estos descubrimientos sobre nuevas formas de
energía y la creación de aparatos a partir de esas nuevas energías.
Se dice que cuando se proyectó la Operación Paperclip, se hizo a espaldas del
Departamento de Estado. Hubo información restringida, y todo fue llevado muy
sigilosamente, pero no hasta el punto de ser hecho completamente de espaldas al
Departamento de Estado. Simplemente había que “arreglar” ciertas cosas.
Hubo sus más y sus menos, pues se trataba de hacer pasar a los Estados Unidos a un
gran número de científicos que no podían legalmente ser admitidos, pues habían sido
colaboradores convencidos del nazismo.
Así que tuvieron que “modificar” muchos documentos, (tantos que debían ser usados
muchos clips. De ahí el nombre de “Operación Paperclip”), para limpiar el nombre de
estas personas, pues eran criminales hurtados a los tribunales europeos ante quienes
debían haber sido llevados, pero ya hemos dicho que eran útiles e insustituibles para
el servicio a los Estados Unidos. No hay amigos ni enemigos. Sólo hay intereses.
Sólo quedaba el problema de su lealtad, que no era segura, por lo que estuvieron bajo
vigilancia durante mucho tiempo.
La relación de científicos alemanes y austriacos a incluir en esa operación la realizó
E.W. Gruhn, uno de los directores de la JIOA, (Agencia de Objetivos de Inteligencia
y Guerra). Este hombre presentó un expediente informativo sobre estos científicos al
Departamento de Estado y Justicia, pero fueron rechazados por ser nazis fervientes y
convencidos.
El Presidente Truman accedió a que se trajesen a aquellos científicos que no fuesen
nazis, pero casi no había, por lo que había que burlar estas condiciones, pues era más
peligroso que estos científicos nazis cayesen en manos de la U.R.S.S. y trabajasen
para esa potencia que traerlos a Estados Unidos, donde estarían controlados y
trabajando para los americanos.
Al frente de este equipo de científicos alemanes tenemos a un criminal muy conocido
popularmente: Werner von Braun.
Hubo otra operación, ésta más secreta, pues se trataba de conseguir secretos nucleares
equipo y personal relacionado, e impedir que la U.R.S.S. se hiciese con esa
tecnología, la documentación, el material y el personal y que llevó el nombre de
“Operación Alsos”. Había que reconducir esos proyectos y fabricar la bomba
atómica, lo que se llevó a cabo a través del Proyecto Manhattan.
El grupo de científicos llegó a la Base Aérea de New Castle, (Delaware).
De allí fueron enviados a Boston, donde permanecieron en el puesto del Servicio de
Inteligencia del Ejército de Fort Strong.
Desde allí fueron a parar al Centro de Pruebas de Aberdeen, en Maryland, donde
debían ordenar los papeles procedentes de la requisa en Peenemunde, para ser
utilizados y poder así proseguir con sus proyectos y experimentos.
A von Braun se le pidió que convenciese a sus antiguos compañeros para continuar
sus trabajos con él.
Von Braun y su equipo de científicos de Peenemunde fueron llevados a Fort Bliss,
(Texas), donde entrenaron a personal militar y civil en la técnica de los cohetes.
Ayudaron a ensamblar las temibles V-2 que habían sido transportadas a White Sands.
El primer cohete lanzado desde White Sands fue a parar a México, cayendo a cinco
kilómetros de Ciudad Juárez. Hubo que pedir disculpas y alejar la creencia de que se
estaba iniciando un ataque.
Por fin, en 1950, von Braun y su equipo crearon el complejo de misiles “Júpiter”.
Lo curioso es que a todos estos especialistas se les colocó siempre en puestos
dirigentes de cada programa, en lugar de estar en puestos subalternos, pienso porque
se trataba de conocimientos que escapaban a ls mentes de los americanos, por lo que
se facilitaba grandemente las cosas si se les confiaba la dirección a los propios
alemanes.
Como ejemplo tenemos nuevamente a von Braun, que llegó a ser el Director del
Centro Espacial Marshall de la NASA y el Arquitecto Jefe del “Proyecto Saturno”,
que fue el que llevaría al ser humano a la Luna.
Mientras tanto, en otros lugares se experimentaba con nuevos y extraños aviones.
Particularmente se consiguieron grandes avances a través del vuelo de las Alas
Volantes que darían nacimiento, con su forma y su tecnología, a la generación de
aviones furtivos, los “invisibles”, que revolucionaron la aviación militar
convencional. Una nueva era tecnológica entraba con fuerza en la vida de este
planeta.
Pero, ¿qué se decía de los discos volantes del III REICH?. ¿Cómo eran estas
aeronaves, si es que existieron realmente?.
De los avances que consiguieron o no los nazis en el campo de la aeronáutica se ha
hablado mucho, pero sin llegar a nada claro, aunque no en todo lo referente a su
aeronáutica, sino solamente a los prototipos de aviones discoidales, los RFZ, los
Haunebu y los Vril, pues sobre el resto de lo aparatos desarrollados por ellos no
existe ninguna duda y existe abundante documentación, tanto en libros históricos
como en publicaciones aeronáuticas.
Sin embargo, en lo que se refiere a estos discos volantes, todo son especulaciones, sin
que pueda asegurarse su historicidad. Unos suponen que se debe al férreo secreto que
sobre estas armas ha existido y existe, mientras que otros dicen que todo el asunto
entra de lleno en el campo de la ciencia ficción, y que las fotografías y
documentación existentes son un fraude generado por diferentes intereses.
Sin embargo, aunque sea poco y muy diluida, esa información existe, los discos
volantes fueron una realidad, y sin entrar en las posibilidades que ofrecían, es decir, si
sus características responderían a lo que se buscaba y esperaba de ellos, el caso es
que sí hubo, al parecer con éxito, pruebas de esos artefactos discoidales.
Hay informaciones en documentación de la época, listados y registros de pruebas y
alusiones a los discos, aunque sean muy de pasada y sin entrar en muchos detalles.
Sabemos que destacaron entre otros los de la serie Vril y los Haunebu.
Entre los especialistas aeronáuticos, existen encontradas opiniones y no faltan
quienes rechazan la forma discoidal como una forma especialmente útil en
aeronáutica.
Los prototipos que inauguran esta forma de aviones circulares, (existían no obstante
otros prototipos con formas cercanas a la circular), fueron los RFZ.
Responsables de los RFZ, es decir, de su diseño y construcción fueron el profesor
Schuman y un ingeniero aeronáutico. Emplearon como propulsión energía
antigravitatoria.
En su vuelo inicial el RFZ-1 alcanzó los 60 mts. de altura, pero a partir de esa cota
comenzó a fallar, entrando en barrena. Su piloto, Lothar Waiz intentó recurperar el
control, pero no lo consiguió, así que acercó el aparato lo más posible al suelo y saltó
de él. El RFZ se estrelló y se destruyó totalmente.
El RFZ-2, variación sensible sobre el anterior, y el RFZ-3, ambos con motor levitador
SSM-L, desaparecían de la vista a causa de su aceleración, así como de su potencia,
que les hacían modificar su coloración (rojo, amarillo, verde, azul, blanco o violeta).
Estas características son observadas en los avistamientos OVNIS actuales, que se
“volatilizan” en pleno vuelo.
Hubo una RFZ-4, muy reducida de tamaño y propulsada por hélices. Era en realidad
un helicóptero con forma de disco volante.
Por último, la RFZ-5, era ya una nave espacial en toda regla. Tenía 26 metros, motor
levitador SSM-L y su nombre fue cambiado a HAUNEBU I.
En su primer vuelo alcanzó 23.800 mts. de altitud sobre el suelo, y en su segunda
prueba llegó a los 24.200. Hablamos del año 1939.
Tenemos 7 tipos de discos de la Clase VRIL y al menos tres de la clase Haunebu.
El nombre de Haunebu procede de un pueblo del Haunetal, en el valle de Haune, que
se encuentra localizado al norte de la provincia alemana de Hessen.
Para abreviar el nombre en los casilleros de los formularios, pues no había sitio
suficiente, en lugar de Hauneburg se escribía Haunebu.
La serie de los Haunebu se considera como aeronaves cuya propulsión era generada
por un sistema antigravitacional, y el uso de motores de implosión. Este sistema de
propulsión muy controvertido y contestado se atribuye al científico Viktor
Schauberger.
Existió una nave nodriza llamada Andrómeda-Gerat, o Aparato Andrómeda. No está
claro si se construyó durante o después de la conflagración mundial. Tenía forma de
cigarro puro y una eslora de 140 mts. El Haunebu III también fue, al parecer, una
nave nodriza.
Todos los discos eran muy veloces, pero los entendidos creen que no eran aptos para
ser utilizados como cazas, por su falta de estabilidad.
Haunebu I, (H-1). Primer disco volante diseñado para vuelos espaciales. Tenía 3
generadores antigravitacionales.
Haunebu II, (H-2). Construído para atacar a tierra e interceptar a gran altura. Similar
en sus características técnicas al Haunebu I.
Haunebu III, (H-3). De 26 metros de diámetro, estaba diseñado para misiones fuera
de la atmósfera terrestre, particularmente Luna y Marte.
La coordinación aeronáutica estaba a cargo de las SS.
La tecnología de los discos nazis fue recogida y desarrollada en la post-guerra por los
rusos y americanos dentro de un secreto máximo.
Pero donde los aliados encontraron un gran tesoro fue en lo concerniente a las
llamadas Alas Volantes, (Flying Wings).
Al finalizar la 1ª Guerra Mundial las condiciones para Alemania, que fue quien
perdió ese conflicto, fueron muy duras, establecidas en el Tratado de Versalles, de
1919.
Una de esas condiciones impuestas era que los jóvenes alemanes no pudieran acceder
a pilotar otro tipo de aeronaves que no fuesen planeadores, pues se restringía
sobremanera todo tipo de rearme.
Así fue cómo aprendieron a volar y ese fue el motivo por el que este tipo de artilugios
estuviese muy extendido.
En el desarrollo de los planeadores con forma de Ala Volante, es decir, sin fuselaje ni
timones, tuvieron un papel fundamental los hermanos Walter, Wolfram y Reimar
Horten y este último, con tan sólo 16 años, construyó su propia ala.
¿Qué es un Ala Volante?. Su definición más cercana a la realidad es la que considera
que es aquella aeronave que contiene la carga, la tripulación, motores y combustible
contenidos en lo que entendemos como “ala”, es decir, sin fuselaje y sin cola. Las
Alas Volantes eran un diseño nacido mucho antes de la 2ª Guerra Mundial. Uno de
sus “experimentadores” fue un ruso llamado Ivanovich Cherakosvky, que estuvo
realizando sus vuelos entre 1911 y 1940, pero ya en 1900 un tal Libertal había creado
planeadores sin cola.
Una de las creaciones de Ivanovich fue el planeador BICh-2, que realizó 27 vuelos en
1924.
Hizo una versión motorizada, el BICh-3, (pero como ocurría frecuentemente con los
prototipos aéreos, tenía problemas de inestabilidad), así como otros modelos.
Los Horten comenzaron sus trabajos con Alas Volantes a finales de los años 20, (los
felices años 20), recibiendo su inspiración de un Ala Volante en delta que fue
diseñada por Alexander Lippisch.
Su primer planeador recibió la designación de HO-I.
Los hermanos Horten lo que hicieron fue poner énfasis en ese tipo de aparatos,
perfeccionarlos y desarrollarlos cuanto se pudiera, y así lo hicieron, (desarrollaron
desde el HO-I hasta el HO-XIII), buscando en ello la perfección. Tuvieron la ventaja
de contar con unos padres que les permitieron utilizar la sala de su casa como taller
de diseño y construcción, lo cual es algo que no todo el mundo se lo puede permitir.
Estando en el ejército, (Lutwaffe), Reimar Horten construyó un planeador para cada
oficial de la Base donde estuvo destinado.
Su hermano Wolfram murió en la guerra, a bordo de un bombardero Heinkel HE-111.
Walter y Reimar pilotaron en esa contienda un Messerschmit Bf-109 cada uno, (estos
aviones habían sido probados durante la Guerra Civil Española en diciembre de 1936
y posteriormente en la Legión Cóndor que participó en el bombardeo de Guernica).
Durante las batallas aéreas, Reimar observó que los Bf-109 eran muy lentos a su
juicio y caían abatidos fácilmente por los Spittfire de los británicos, más rápidos y
maniobrables. Pensó entonces que colocando motores a su Ala Volante haría un
avión más veloz y que superaría en mucho a cualquier avión de la época.
Y así lo hizo, colocando dos turbojets, sistema de propulsión recién desarrollado, con
la designación JUMO 109-004C de la Gothaer Waggonfabrik, que aplicó a uno de
sus prototipos, el Ho IX convirtiéndolo en una aeronave insuperable.
Se ordenaron 20 aviones de producción. El armamento del HO-IX V2 era 4 cañones
MK 103 de 30 milímetros. El piloto disponía de un asiento eyectable.
Cuando finalizó la guerra, ya sabemos que todo cuanto podían confiscar los aliados
pasó rápidamente a sus manos, incluyendo las alas volantes y la documentación
relativa.
Los hermanos Horten salieron de Alemania y durante un tiempo se les estuvo
buscando.
Al otro lado del Atlántico, Jack K. Northrop experimentaba a su vez con sus propias
Alas Volantes, predecesoras de muchos aviones actuales.
Yo no estoy de acuerdo con convertir a Jack Northrop en el padre de las Alas
Volantes, tal y como hacen algunos historiadores, pues ya hemos dicho que existían
desde hace mucho tiempo. En todo caso es el padre de las Alas Volantes
estadounidenses.Tampoco coincido en que los hermanos Horten hubiesen aprendido
y copiado de Northtrop. No. Ni mucho menos.
Jack desarrolló sus propias Alas Volantes, como lo hicieron otras personas, pues fue
uno de los que consideraban que la forma ideal, la más eficaz de un aparato volador
es la de Ala Volante. Construyó su primer prototipo llamado “El Ala”, que confirmó
la viabilidad de esos modelos. Ese aparato efectuó su primer vuelo en 1929.
Sin embargo y dado que “El Ala” poseía dos pequeñas colas no puede ser
considerado realmente como una verdadera Ala Volante, pero sí lo fueron los
desarrollos siguientes, como el N-1M, lo más cercano a lo que se entiende por ala
pura, y cuyo desarrollo posterior condujo hasta el YB-49, pasando por el XB-35.
Se dice que el interés fue decayendo con el paso de los años hacia estas Alas
Volantes, pero retomó su importancia al ver los resultados obtenidos con el B-2.
Esta es otra de las afirmaciones que se hacen con las que yo no estoy de acuerdo. El
interés se mostró desde el principio y se fue manteniendo y aumentando a lo largo del
tiempo. Se buscaba un avión furtivo que fuera eficaz, y todos los de esa calificación
mostraron su excepcionalidad.
Sólo se comenzó a plantearse su sustitución en la actualidad con la aparición de los
UAVS, aviones por control remoto, capaces de efectuar las mismas misiones con un
costo sensiblemente inferior.
Cuando finalizó la 2ª Guerra Mundial, los hermanos Horten cruzaron el Atlántico y lo
mismo que hicieron muchos científicos alemanes, se afincaron en Argentina, (la
Argentina de Perón), que los llamó y los recibió con los brazos abiertos.
Argentina aspiraba a convertirse en una potencia aérea de primer orden, y no se le
presentarían problemas importantes con los científicos alemanes, pues al haber sido
un país neutral durante la guerra no existía una predisposición negativa hacia esos
científicos, ni tampoco por parte de ellos hacia esa nación que los acogía.
Muchos alemanes se refugiaron en países sudamericanos, y a la casi totalidad se les
pierde la pista hasta el día de hoy, dando nacimiento a muchas elucubraciones y
leyendas. Otros acabaron siendo capturados.
Mientras, los Estados Unidos seguían los pasos de los Horten muy de cerca.
Walter regresó a Alemania, donde acabó sus días falleciendo en Baden Baden, el 9 de
diciembre de 1998, pero Reimar fue extraditado a los Estados Unidos, bajo la
acusación de crímenes de guerra, acusación que en el caso de los Horten era
totalmente injustificada, (al menos en lo que se refiere a Reimar, pues de Walter se
dice que fue un nazi convencido), pero que les sirvió a los norteamericanos para
hacerse con el científico e incorporarlo a la Operación Paperclip, yendo a parar a Fort
Bliss. Los experimentos y proyectos de los Horten fueron a agregarse a los
experimentos realizados por la compañía Northrop, uniéndose las dos formas de
concepción de Alas Volantes. Hubo que adecuar todo al sistema Horten, mucho más
avanzado que el de Northrop en cuanto a sistemas de estabilidad, guiado y los
motores a reacción. Podemos decir, sin temor a exagerar, que Horten se “adueñó” del
proyecto de las Alas Volantes.
Los experimentos se realizaron en Nuevo México, y se incidió mucho en las
cuestiones relacionadas con la estabilidad, maniobrabilidad, propulsión e
invisibilidad de estas nuevas aeronaves, nacidas con un adelanto de muchos años para
la época en que se construyeron.
Paralelamente a estas experimentaciones, o unidas a ellas, se llevaron a cabo,
prosiguiendo con los trabajos comenzados por los nazis, investigaciones nucleares,
médicas y biológicas, utilizando para ello a seres humanos, vivos o muertos, adultos
o niños, como cobayas. Estos experimentos eran particularmente útiles para el
desarrollo de las Alas Volantes. Es necesario tener esto bien presente, pues en ello
puede estar la clave de lo que ocurrió en Roswell en esa época.
En Nuevo México existían una serie de bases, destinadas a las diversas
experimentaciones de los proyectos nazis, (White Sands, con sus V-2 y misiles de
largo alcance, etc., Trinity, donde se ensayó la bomba atómica fabricada en Los
Alamos, que se lanzó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945, desde el B-29 “Enola
Gay”, basado este avión en el 509 Escuadrón de Bombarderos de Roswell, cerca de
esta ciudad).
Como hemos dicho, esta zona era un lugar de muchas y secretas experimentaciones
de los proyectos requisados a los nazis en el año de 1947. Y entonces ocurrió un
hecho que habría de marcar para siempre un lugar prácticamente desconocido hasta
entonces y que hoy ocupa un lugar importantísimo en el mundo de la Ufología
Internacional.
Este lugar se llama Roswell, y algo pasó allí, que ha pasado a la historia como el
suceso que inició la Ufología moderna.
Ese año de 1947 supone el inicio de una serie de acontecimientos que han llegado
hasta nuestros días, y en el que se utilizó la supuesta presencia de extraterrestres en
nuestro mundo para ocultar el desarrollo intensivo de los proyectos que se
construyeron o estuvieron a punto de construirse por los nazis durante la 2ª Guerra
Mundial.
Se produce una coincidencia en el tiempo, pues es en esa época precisamente cuando
comienzan a verse aparatos voladores cuya forma y demás características técnicas no
coinciden con los aparatos convencionales conocidos por todo el mundo. Y se
producen multitud de informes (llegando a establecerse “oleadas”) con una
característica común: la gente cree estar observando la presencia de aeronaves de
otros mundos, llamados genéricamente OVNIS, (Objetos Volantes No Identificados),
siglas que engloban muchas más cosas, como fenómenos atmosféricos poco o nada
conocidos, alucinaciones, etc. que conocemos muy bien todos los que nos dedicamos
al estudio e investigación de esta fenomenología.
Todos coinciden en colocar el inicio de la historia de la Ufología en el avistamiento
realizado por Kenneth Arnold, quien vio una formación de aeronaves que por su
descripción parecen haber sido Alas Volantes. Kenneth, piloto privado de Boise,
Idaho, observó el 24 de junio de 1947 aviones sin cola ni timones. Su descripción
coincide con lo que entendemos como Alas Volantes. Posiblemente se trataba del
modelo YB-49, bombardero de la Northtrop, que él observó sorprendido de su forma
y de su elevada velocidad.
Una vez Kenneth aterrizó elevó el correspondiente informe a las autoridades,
pensando que había visto, (y así fue, realmente), un grupo de nuevos aviones, de los
que debía notificar como buen patriota, sobre todo porque el final de la 2ª Guerra
Mundial todavía estaba reciente. Dado que explicó sus evoluciones diciendo que
“volaban erráticamente, como un plato lanzado al agua”, los periodistas de entonces
acuñaron el término “platos voladores” para designar los objetos vistos por Arnold.
El, en realidad se refería al movimiento, no a la forma de los citados objetos. Estos
volaban, según el piloto, a unos 10.000 pies de altura y a 1.200 millas por hora,
estimaciones aproximadas.
Este informe vino a desprestigiar injustamente a Kenneth Arnold, a quien se le acusó
de visionario, cuando él siempre creyó que eran aviones. Todo esto vino muy bien
para utilizar esos OVNIS como cortina de humo para ocultar todo tipo de
experimentación militar. Aunque oficialmente se rechazaba la presencia de supuestos
extraterrestres en nuestros cielos, fomentaron secretamente esa creencia entre las
gentes, e incluso facilitaron a algunos ufólogos material informativo fraudulento,
como el conocido “Majestic-12” y otros similares.
Cuanta mayor desinformación, mejor. Había que dar la impresión de que sí había
extraterrestres, pero que los militares lo ocultaban.
Pero lo que ocultaban eran sus propios experimentos aéreos.
En esos experimentos hubo caídas de aparatos y destrucción de los mismos, pero
nada igual a lo que sucedió en las inmediaciones de Roswell, en Corona, Nuevo
México, cuando un objeto explosionó en el aire y cayó a tierra.
A partir de ahí comenzó una historia que ha llegado hasta nuestros días sin haber sido
resuelta satisfactoriamente. Es el “buque-insignia” de la Ufología. Es el ejemplo claro
de lo que ocurre cuando, por guardar un secreto, se miente una y otra vez, pero con
tan poca inteligencia que las mentiras, viniendo de la misma fuente, son sin embargo
diferentes.
La explicación de este asunto tan polémico puede estar, a juicio de muchos
investigadores, en los cadáveres hallados, asociados a este objeto, como supuestos
tripulantes, y que fueron enviados al Hospital Militar de Roswell, posteriormente a la
base de Forth Worth y finalmente a Dayton, Ohío.
¿Qué ocurrió, realmente, en Corona, Nuevo México, en las cercanías de Roswell, el 3
de julio de 1947?.
Según decía nuestro recordado amigo Antonio Ribera: “La importancia de Roswell
estriba en que supuso el inicio histórico de una serie de observaciones con
humanoides de una tipología que no había sido tratada hasta entonces”.
Hemos hablado anteriormente que los aliados fueron los continuadores de la labor de
los nazis en todos los campos, y en ello se incluye la experimentación con seres
humanos.
Entre los científicos y técnicos que fueron llevados a Estados Unidos, estaban
aquéllos que habían experimentado en campos como la tortura, el control mental y la
manipulación genética.
No hubo reparos en los países aliados, en utilizar adultos o niños para cualquier tipo
de experimentación.
Y en el campo de la aeronáutica se llevaron a cabo pruebas con pilotos que por su
pequeño tamaño fuesen los más indicados para tripular los nuevos prototipos de
aeronaves.
Con las Alas Volantes se utilizaron niños. Lo que no está claro es si se utilizaron
vivos o los estudios se realizaron con cadáveres, para comprobar los efectos de las
grandes aceleraciones y desaceleraciones, maniobras bruscas, etc. Casi todos
coinciden en que se experimentaba tanto con cadáveres como con niños vivos.
Indistintamente.
Muchos son los que creen que el OVNI estrellado en las cercanías de Roswell era un
Ala Volante Northtrop y que los cadáveres asociados a ese OVNI eran cadetes de
entre 10 y 14 años.
Las descripciones de los testigos y personal encargado de la recogida de los restos así
lo indican.
Sobre el OVNI se dice que era como “el avión Furtivo”.
Los ingleses han admitido haber experimentado con adultos y con niños, pero los
estadounidenses se niegan a admitirlo, (de ahí ese secreto tan férreo sobre el incidente
Roswell, y sus dispares explicaciones) sin embargo varios testigos que vieron los
cadáveres de Roswell dijeron que se trataba de niños.
A uno de estos niños, el que sobrevivió al accidente, se le vio caminando entre el
personal del Hangar 18 de Wrigth Field, (hoy Wrigth Patterson). ¿Qué habrá sido de
él?.
A los que se preguntan si vive todavía y es hoy un señor mayor, les aseguro que
conociendo la forma de actuar de los militares estadounidenses, en relación a sus
“secretos militares”, y a la forma de entender ellos lo que afecta a la “Seguridad del
Estado”, lo más seguro es que le hayan pegado un tiro para evitar que hablase.
En cuanto al OVNI estrellado, era un Ala Volante, derribada al activar un rádar en
combinación con un inductor Tesla, (Tesla´s bootee inducer) que se utilizó en el
rastreo del Ala Volante, activado desde Alamo Gordo, a 100 millas al SO de Roswell,
donde se encontraban los radares de apoyo al 509º batallón del Roswell Army Air
Field, que como sabemos era el único en el mundo equipado con bombas atómicas.
Este inductor, para incrementar la eficacia de rastreo de los radares era un aparato
experimental. ¿Se sabe de quién?. ¿Se sabe quién está involucrado en la caída del Ala
Volante de Roswell?.
Efectivamente, ese aparato experimental inductor, basado en los trabajos de Tesla era
una creación de nuestros viejos conocidos hermanos Walter y Reiman Horten.
Sí, los de las Alas Volantes. Y Reimar estaba jugando con una de éllas. La que se
estrelló y se dice que era un OVNI. Venía realizando experimentos desde el 1 de
julio.
Alas Volantes, experimentos secretos, niños como tripulación. ¡Con razón tanto
secreto sobre el incidente Roswell!.
¿Por qué se llevaron los restos de la aeronave al Hangar nº 18 de Wrigth Patterson?.
Pues porque ese hangar era el reservado para almacenar todo lo relacionado con los
experimentos de la Operación Paperclip.
Todas las piezas del rompecabezas van encajando.
Primero fue un platillo volante, después un globo meteorológico, y posteriormente la
explicación que se dio fue que se trataba de un globo del Proyecto Mogul,
relacionado con escuchas desde la atmósfera, a través de unos micrófonos muy
sensibles de las supuestas pruebas nucleares realizadas por las Fuerzas Armadas de la
Unión Soviética.
Ninguna de las explicaciones merece credibilidad. ¿Por qué?. Porque un organismo
oficial, cuando dice la verdad, (e incluso cuando no la dice, que es casi siempre)
sobre un asunto, siempre mantiene la misma versión, y no cambia varias veces, para
explicar qué fue lo que cayó en el desierto de Nuevo México.
Se dice que se coge antes a un mentiroso que a un cojo, y en este caso tenemos un
claro ejemplo de lo que decimos.
A la opinión pública no se le dice la verdad, se le “crea” una verdad que le vaya bien,
para que deje de dar la lata y no moleste.
Roswell ha pasado a la historia como una gran manipulación sobre lo que allí ocurrió,
y nunca se dirá la verdad, para no tener que reconocer la naturaleza de los
experimentos que allí se hacían con seres humanos, y particularmente niños.
También se comenta que los experimentos de este caso en concreto se realizaron con
prisioneros de guerra japoneses, dado su pequeño tamaño. En fin, hay versiones para
todos los gustos, pero la hipótesis que tiene más fuerza es la de que allí se estrelló un
Ala Volante Northtrop.
De esos primeros aviones furtivos se derivaron todos los de la saga de los invisibles,
los de la tecnología Stealth, algunos de los cuales están todavía en activo, como el B-
2, (el F-117 Stealth fue retirado en el 2008).
En esa época entre lo que se guarda en el Hangar 18 se hallan descubrimientos sobre
fibra óptica, visores nocturnos, transistores, sistemas de comunicaciones,
superconductores, fibras de super-tenacidad, materiales “inteligentes”, super-
aleaciones, proyectos de control del clima, sistemas antigravedad, circuitos
integrados de silicio, (chips), proyectos de desplazamiento en el tiempo, proyectos
aeronáuticos revolucionarios, etc.
Es natural que los militares estadounidenses intentaran por todos los medios
salvaguardar el secreto de todos esos avances científicos, capturados a los nazis al
finalizar la 2ª Guerra Mundial y que han hecho que hayamos avanzado
vertiginosamente en tan pocos años.
Particularmente famosa se ha hecho la llamada Area 51, donde se halla la Base de la
Fuerza Aérea de Nellis, a 170 kms. de Las Vegas, (Nevada), lugar de peregrinaje de
muchos ufólogos que creen que allí se hallan varias naves alienígenas capturadas, en
unión de sus pilotos.
Recientemente trabajadores del Area 51 han confirmado que lo que se hace en esa
zona es la prueba de prototipos aéreos muy avanzados, que lógicamente se mantienen
en secreto, producto de los presupuestos “negros” del Gobierno, y que cuanto se dice
sobre la custodia de discos volantes extraterrestres son intenciones de crear
desinformación para tapar lo que allí se hace.
Y ya que hablamos de “platillos volantes”, ¿qué fue de los prototipos de los nazis?.
¿Se produjo un desarrollo posterior o se abandonó la idea definitivamente?.
Las declaraciones de los testigos en numerosos avistamientos registrados por los
ufólogos, nos hablan de aeronaves con forma discoidal, realizando todo tipo de
evoluciones. Hay relatos, incluso de aterrizajes. Esto nos hace pensar que todavía se
siguen desarrollando aeronaves con esa forma.
Entendidos en aeronáutica nos dicen que esta forma no es muy útil para el desarrollo
de aeronaves, por lo que no creen que tuvieran un desarrollo posterior por parte de los
militares aliados.
Otros sin embargo creen que esa es la forma ideal para el uso de aparatos aéreos,
sobre todo si la propulsión no es la convencional. Esa forma discoidal podría ser la
más común en las aeronaves de un futuro muy próximo.
Un día como otro cualquiera, (el 7 de octubre de 1959) un convoy militar da escolta a
un camión plataforma de los utilizados para transportes especiales. Cruza las calles de
Malton, en Toronto, Canadá y se dirige hasta el muelle de Toronto.
Allí, un remolcador de la NAVY estadounidense, entre fuertes medidas de seguridad
se hace cargo del misterioso cargamento. A bordo de este buque se transporta el
cargamento hasta las instalaciones de la NASA, en donde es depositado en el más
riguroso secreto. Se trata de una aeronave con forma de platillo volante.
Escenas como la del transporte secreto de una aeronave discoidal hacia instalaciones
donde se guardan bajo siete llaves lejos de miradas indiscretas se dieron y se siguen
dando con mucha frecuencia desde aquellos heroicos años cuarenta.
Algunos se utilizaron como señuelos, como éste que hemos comentado de Canadá, un
AVRO VZ-9V, que ocultaba o servía de tapadera a un proyecto realmente poderoso,
con una gran maniobrabilidad, que alcanzaba un techo de unos 60.000 pies, y con
velocidades por encima de MATCH 2, (más de 1.500 millas por hora. Milla náutica=
1.852 mts.), y que algunos llamaron “El insecto de Plata”.
Al AVRO se le dio bastante publicidad, para que la opinión pública creyese que no se
avanzaba mucho en ese tipo de diseños, pues ese modelo sólo se utilizaba para
estudios de elevación, (pocos metros del suelo) y descenso, pero nada más.
Formas discoidales y ovoides hubo muchas, como el llamado “The Sadow”, (”La
sombra”), y todos eran con capacidad VTOL, (Vertical Takeoff and Landing), es
decir de despegue y aterrizaje en vertical. Muchas de estas aeronaves tienen también
la capacidad de sumergirse en el mar, y serían lo que se conoce como OSNIS en el
ámbito ufológico.
Existe un aparato con capacidad de entrar en órbita alrededor de la Tierra, llamado
“Triley”, aunque éste es del tipo Ala Volante, capaz de alcanzar los 25 MATCH, o
sea 8 veces más rápido que un F-18.
Los boomerang serían una forma entre circular y triangular, muy parecidos al
“Parábola” de los Horten. Todos éllos tienen en común sus nada comunes
características técnicas.
El 1 de noviembre de 1993 la revista “Newsweek” daba la noticia de que en Groom
Lake, en el Area 51 se estaban probando desde hacía mucho tiempo aeronaves
circulares o discoidales y de otras formas geométricas, de carácter ultrasecreto, (en
esa Base siempre todo cuanto se hizo y se hace es bajo absoluto secreto) y con una
maniobrabilidad extraordinaria.
Estas formas “raras” y estas grandes capacidades dispararon las sospechas,
alimentadas por determinadas declaraciones de algunas personas que habían
trabajado en esa Base, y que seguían consignas de las propias Fuerzas Armadas para
añadir elementos de confusión sobre lo que se viene haciendo ahí y en lugares
similares.
Una de estas personas que realizaron declaraciones en ese sentido fue Bob Lazar, un
físico, quien en 1989 declaró en una emisora de radio de Las Vegas que en esa Area
se mantienen ocultas nueve naves capturadas a los extraterrestres, y también se hallan
allí varios de estos alienígenas vivitos y coleando. Se estaría procediendo, según él, a
realizar lo que se conoce como ingeniería inversa, es decir, desentrañar los secretos
de la tecnología de esas naves y de sus equipos para la construcción de aeronaves
terrestres, pero con esa nueva tecnología alien.
Para algunos ufólogos, entre los que me cuento, este hombre forma parte de las
labores de desinformación dirigidas por los militares, aunque aparentemente se trate
de un disidente que se va de la lengua. Si lo fuera realmente, iba a durar muy poco.
Además, según dice, llevaba una tarjeta de identificación donde podía verse “MJ12”.
Sabemos que “Majestic-12” es una seria manipulación, una labor de desinformación
realizada por los militares estadounidenses. Por tanto, Bob Lazar tiene credibilidad
cero, es decir, la misma que “Majestic-12”.
Como este hombre hay varios, entre éllos el Coronel Philip Corso, que hizo
declaraciones parecidas sobre lo que ocurrió en Roswell y lo que se derivó de ese
accidente, presentándolo como el estrellamiento de una aeronave alien.
En 1994 se patentó un VTOL que es exactamente lo que se conoce vulgarmente
como “platillo volante”.Todo esto fue creando una bola de nieve, que ha creado uno
de los mayores mitos que se han montado sobre todo lo relacionado con la
fenomenología OVNI.
Los testigos que desde el exterior veían despegar formas discoidales, y que por las
noches podían asistir a verdaderos espectáculos de luces, de colores y de maniobras
de todo tipo, pensaban que ahí dentro había gato encerrado, espoleados por esas
declaraciones a las que acabamos de aludir. Y lo había, o para ser más exactos, lo
hay, pero de naturaleza diferente a lo que se cree. Las aeronaves no tienen que ver
con artefactos extraterrestres, sino que proceden de los antiguos proyectos nazis, y
otros de diseño más o menos actual.
El Area 51 es una zona para testar las aeronaves de última generación, y las que se
están probando son de una tecnología muy elevada, desconocida fuera del ámbito
militar de potencias como la estadounidense, la británica, la rusa y muy pocas más.
Aunque hablo de que los nazis podrían ocultarse detrás de los Grandes Lagos, esa
afirmación la hago para indicar que todo cuanto se realizó en Alemania durante la
contienda, tiene ahora su continuidad en los Estados Unidos.
Parece ser que al finalizar la 2ª Guerra Mundial, miles de nazis realmente
desaparecieron sin dejar rastro. Nadie sabe qué ha sido de ellos.
En la lista también faltan muchos submarinos que no fueron hundidos, ni se
rindieron, ni fueron capturados.
En los últimos tiempos de la contienda hubo extraños movimientos, una actividad
frenética en algunas zonas portuarias de los países escandinavos.
Un gran número de submarinos estaban siendo cargados con material de todo tipo
para poder establecer alguna forma de colonias o bases en algún lugar desconocido.
Entre el material que se embarcó figuraban tuneladoras, pìezas desmontadas de
prototipos y gran cantidad de documentos, alimentos, ropas y equipamientos
diversos.
Se habla que en uno de los submarinos se embarcó el propio Adolf Hitler. ¿Verdad o
leyenda?.
Hay afirmaciones a favor de ambas posibilidades.
Paralelamente, cientos de miles de personas de nacionalidad alemana desaparecieron
sin dejar rastro. Eran personas carentes de lazos familiares, y entre ellas gran número
de huérfanos. Se elaboraron listas con gran cantidad de accidentes de tráfico con
resultado de muerte, pero que fueron accidentes que jamás ocurrieron. Y militares.
Por poner un ejemplo, (existen otros), nada menos que cincuenta mil soldados
alemanes estacionados en Noruega “desaparecieron” sin dejar rastro.
Nadie sabe qué ocurrió con ellos. Simplemente desaparecieron de la noche a la
mañana.
Se formó un convoy con los submarinos y estos tomaron una derrota que les llevaría
hacia el Sur. ¿Hacia dónde?.
Los interesados en estos temas dicen que hacia la Antártida, hacia un lugar
previamente preparado para albergar a todos los “desaparecidos”, que formarían un
hábitat subterráneo en esa zona.
Los detractores de estos temas rechazan esta idea y niegan que haya existido nunca
ese éxodo y que en la Antártida se refugiaran los nazis al finalizar la contienda.
También se baraja como otro destino de los nazis desaparecidos las tierras de los
países sudamericanos.
El escritor O. Bergman, relata en su libro “Platillos y submarinos alemanes vigilan
los mares del mundo” las declaraciones de un antiguo soldado alemán, (austríaco).
Este hombre estuvo entre 1939 y 1945 en servicio en países escandinavos.
Y comentaba esto:
”En abril de 1945 en Noruega se dirigieron mi, a solas y de forma premeditada.
Se me dijo que podía ir a Kristiansand, que allí estarían submarinos preparados para
la evacuación.Yo rechacé la propuesta argumentando que como soldado no había
cometido ninguna falta, y que por tanto no tenía por qué huir. Iría a prisión. Sólo
cuando leí sus escritos de la editorial Hugin caí en la cuenta respecto de qué se
trataba realmente esa evacuación con submarinos”.
Efectivamente, los militares que no tenían culpabilidad alguna en crímenes de guerra,
fueron confinados durante un tiempo en campos de concentración, como paso previo
a su libertad definitiva.
Sobre qué pasó en la Antártida en esas lejanas fechas de los años 40 tal vez sepamos
algo en un futuro más o menos próximo, cuando se desclasifiquen los documentos
que aún quedan sobre ese supuesto refugio nazi. De momento se sabe que el convoy
de submarinos salió de Kiel el 13 de abril, el 22 de Oslo, (Noruega) y el 2 de mayo de
Kristiansand, navegando en inmersión por la zona vigilada del Atlántico, pasando
entre las islas Faroe e Islandia, poniendo proa hacia el Sur, hacia las Islas Canarias.
Pero previamente se hizo desembarcar a todos los marineros que estaban casados.
A partir de aquí se entra de lleno en la leyenda. Una leyenda que ha llegado hasta
nuestros días, posiblemente engordada más de la cuenta. O tal vez no.
En el momento en que cesaron las hostilidades y el III REICH fue obligado a
rendirse, se tiene la impresión de que existen dos bandos vencidos diferenciados: uno
que se entrega, en las condiciones impuestas por los vencedores y otro que se niega a
entregarse y destruye cuanto tiene en sus manos y huye, desapareciendo para
siempre, o hasta que alguno es capturado a lo largo el tiempo.
Pero esto ocurre también con el material. Innumerables documentos son destruidos,
así como aparatos y prototipos que se evita desesperadamente que lleguen a manos de
los aliados.
De esa forma, algunos investigadores suponen que cuanto cayó en manos de los
aliados era tan sólo lo que tenía una importancia secundaria, y que los proyectos más
asombrosos realizados por los nazis desaparecieron sin dejar rastro.
Todo queda pues, en el plano de la leyenda. Podemos suponer muchas cosas, pero no
debemos dar nada por seguro si no disponemos de pruebas para demostrarlo.
Las leyendas, tan despreciadas por los historiadores e investigadores, deben tenerse,
en mi opinión muy a mano. Sobre todo cuando quienes han elaborado nuestra
Historia lo han hecho a su antojo y manipulando hechos con gran frecuencia.
Con los submarinos sucedió esto precisamente. A medida que se iban enterando de la
derrota, muchos se entregaron pero muchos otros hundieron o destruyeron
deliberadamente sus submarinos y sus equipamientos, así como toda la
documentación clasificada, tal y como debían hacer según lo que se indicaba en la
“Operación Arco Iris”.
Esto es norma en cualquier Armada, pero el mando Aliado comunicó al Almirante de
la Kriegsmarine Karl Doenitz que ordenase inmediatamente a los comandantes de
todos los submarinos que no destruyesen sus naves, que emergiesen y navegasen en
superficie, izando una bandera negra, dando su situación y que se entregasen en los
puertos indicados.
Esta orden de rendición y ese inmediato cese del fuego se hizo mediante la
Comunicación nº 0953/4, y se advirtió por radio a los comandantes que no acatasen la
orden que quedarían fuera de la Ley, con las consecuencias que ello aparejase.
Pasado algún tiempo, y dado que se rumoreaba en la Prensa que faltaban muchos
submarinos que no aparecían por ninguna parte, y que Adolf Hitler se había fugado
en uno de ellos, el mando Aliado comunicó que los submarinos desaparecidos lo
estaban porque habían sido hundidos por sus tripulaciones. Y yo, evidentemente, no
me creo nada.
Se habían entregado 150 submarinos en diferentes puertos europeos, 5 en Estados
Unidos, 1 en Canadá, 1 en Portugal, varios en España, (que pasaron a formar parte de
su Arma Submarina).
Se habló mucho de la entrega de dos submarinos a la República Argentina, que se
sospecha que formaban parte del convoy que se dirigía a la Antártida, y cuya entrega
se atribuye a muy diferentes pero no aclaradas causas. Llevaban una carga “rara”,
como miles de cigarrillos, (ellos no fumaban, evidentemente), equipos y aeronaves
desmontadas y multitud de planos y documentación.
Todos eran muy jóvenes, y había más tripulantes de los que deberían tener. La edad
media era de 23 años, y entre los miembros de la tripulación había muchos
adolescentes. Los casados habían sido desembarcados.
Las tripulaciones fueron entregadas a los Estados Unidos, e interrogadas, pero nos
quedaremos con las ganas de saber los resultados de esos interrogatorios.
Pero existe un detalle a tener en cuenta: muchos submarinos, y estos dos son clara
muestra de lo que digo, llevaban una numeración de serie que no les correspondía.
Les ponían una numeración correspondiente a submarinos antiguos, y en el caso de
estos dos constaban “en reparaciones”. Su numeración: U-530 y U-977 no les
correspondían.
Está claro que se trataba de ocultar, (y se consiguió) el número real de submarinos
construidos de nueva generación.
¿Cuántos han desaparecido, misteriosamente?. Se calcula en unos 120, como mínimo.
Estos dos submarinos se entregaron posiblemente por extraviarse del convoy formado
para “ir al Sur”, y como seguían la ruta marcada por un líder, el resto desconocían el
destino final. Si por cualquier causa, una tormenta por ejemplo, los apartaba del
grupo, ya no sabrían a dónde dirigirse y se veían forzados a entregarse.
Hay algo que llama poderosamente mi atención: yo siempre he creído, y creo, que
Hitler murió al suicidarse junto con Eva Braun. Sin embargo, los comandantes de los
submarinos entregados en la Argentina, fueron interrogados sobre:
a). Si habían trasladado a jerarcas nazis.
b). Si habían transportado o no a Adolf Hitler.
Ambos comandantes lo negaron.
Sin embargo quedaron dudas de que jerarcas nazis, e incluso Hitler hubiesen
desembarcado en Argentina, amparados por las autoridades de esta nación. Desde
luego, para quienes nos gustan los misterios, aquí tenemos una buena colección de
ellos.
Pero, ¿por qué les preguntaban eso?. ¿No tenían, por tanto, claro que Hitler era el
cadáver hallado junto a Eva, en el búnker?. ¿Sabían que existía un “convoy fantasma”
rumbo a Dios sabe dónde?. ¿Es todo real, entonces?.
Los investigadores e historiadores de estos temas creen que sobrevivieron 50 jerarcas
nazis, y que su destino fue Sudamérica, no la Antártida.
Hitler y Eva Braun llegaron a Barcelona, junto a 13 hombres de confianza, a bordo de
un Junker 290, nº de serie 0163, código PIPQ.
En Barcelona subieron a bordo de un submarino y tomaron rumbo a Argentina. Y allí
murieron, apaciblemente, cuando alcanzaron una elevada edad.
Stalin admitió no creer en la muerte de Hitler, y los rusos sólo poseen un trozo de
cráneo, con un balazo. Se niegan a realizar una prueba de ADN, que despejaría las
dudas, pues se podría comparar con el ADN de Paula Hitler, hermana del Furer,
enterrada en Alemania.
Mientras no se haga, la muerte de Hitler se convierte en una “leyenda urbana”. Un
invento ruso.
Y por último, ¿Qué demonios fueron a hacer los estadounidenses a la Antártida, bajo
el nombre de Operación Higth Jump?.
Como uno de los temas estrella dentro del campo de lo que se entiende como Teoría
de la Conspiración figuran las actividades llevadas a cabo por el Programa de
Desarrollos Antárticos de la Armada de los Estados Unidos, conocida con el nombre
de Operación Hight Jump, realizada por el grupo aeronaval denominado Task Force
68.
Comenzó esta expedición el 26 de agosto del año de 1946 y duró hasta principios de
1947.
Llama la atención el número de efectivos empleados, pues se considera la mayor
fuerza utilizada en una expedición hacia esas frías latitudes desde entonces hasta la
actualidad.
La Task Force 68 estaba compuesta por 13 buques de superficie y un submarino, con
la participación de un número muy elevado de aeronaves y 4.700 hombres militares y
un reducido grupo de civiles estadounidenses. Se prohibió la presencia de
observadores extranjeros.
Teóricamente, la Operación Hight Jump tenía como objetivo el adiestramiento de
personal y la prueba de equipos en condiciones tan extremas como la Antártida.
Paralelamente se realizarían trabajos de cartografía, pues la zona estaba mal
representada en las cartas de la época, así como de hidrografía, geografía, geología,
meteorología y estudios sobre electromagnetismo.
También se pretendía extender el mayor área posible de soberanía estadounidense y
determinar si era viable y en qué grado lo era el establecer bases en la Antártida. Y se
rumorea que también se buscaba un yacimiento importante de uranio.
Al mando de la Task Force 68 estaba el Almirante Richard H. Cruzen, y como
responsable de la Operación Hight Jump estaba el Almirante Richard E. Byrd, que ha
pasado a la Historia del mundo de la Ufología, en su vertiente conspiranoica, como
un personaje sumamente curioso, misterioso, realmente enigmático, de quien se dice
que llegó a sobrevolar el Polo y llegar a un lugar correspondiente a una tierra
desconocida, de clima tropical, y que algunos consideran que pertenece al “interior de
la Tierra”, entrando de lleno en la teoría de la Tierra Hueca.
De su Diario creo conveniente entresacar lo siguiente, respecto a lo que vio en su
vuelo sobre el Polo:
“...¡Además de las montañas hay algo que parece ser un valle con un pequeño río o
riachuelo que discurre hacia la parte central. ¡No debería haber ningún valle verde
aquí abajo!. ¡Hay algo decididamente extraño y anormal aquí!. ¡Deberíamos
sobrevolar sólo hielo y nieve!. A la izquierda hay grandes bosques en las laderas de
los montes. Nuestros instrumentos de navegación todavía giran como enloquecidos”.
Más adelante añade:
"El paisaje circundante parece nivelado y normal. Delante de nosotros avistamos
aquello que parece ser ¡¡¡una ciudad!!!. ¡Es imposible!.
También dice:
"...¡Nuestra radio grazna y llega una voz que habla en inglés con acento que parece
decididamente nórdico o alemán!”. (¿Alemán?).
Hay un verdadero rompecabezas en los relatos que hacen referencia a esta
expedición.
Los conspiranoicos dicen que el verdadero objetivo de esta expedición era la
investigación de la posible ubicación de un establecimiento o base secreta nazi en esa
zona, y procurar su destrucción militarmente.
No se sabe muy bien lo que pasó, a menos que aceptemos como real la versión oficial
de los hechos, pero existen indicios que nos hacen sospechar un poco de que no todo
es como nos cuenta esa versión oficial.
En primer lugar, nos parece muy extraño el enorme despliegue de fuerzas para
conseguir los objetivos que se dicen de esa expedición.
En segundo lugar hubo muchas víctimas, pero ¿víctimas de qué?.
¿Causadas por qué o por quién?.
Y por último tenemos las extrañas declaraciones a los periodistas del Almirante
Richard E. Byrd, que sólo se entenderían si el citado Almirante hubiese perdido la
razón, o fuese cierto lo que afirmaba.
En febrero de 1947, Byrd regresa a los Estados Unidos y declara a la Prensa:
“Es necesario para los Estados Unidos tomar acciones defensivas contra aviones de
combate enemigos que vienen de las regiones polares”. (?).
“En caso de una nueva guerra, los Estados Unidos serían atacados por aviones que
pueden volar de un polo a otro con increíble velocidad”.
Tanto él, como otros militares hicieron varias referencias a aviones de altas
capacidades, impensables en las aeronaves convencionales conocidas hasta el
momento. ¿Estaba bromeando el Almirante?.
Los organismos oficiales declararon a la opinión pública que los muertos habidos en
la citada expedición se debían a causas fortuitas, a accidentes, y que en esa zona sólo
se veían pingüinos.
De ahí nació la denominación de “Guerra de los Pingüinos”, (Pengüin War).
En 1956 se realiza otra expedición, ésta con peores resultados, debiendo retirarse los
estadounidenses en mayo de 1958. Y entonces ocurre algo misterioso: el 27 de agosto
y el 9 de septiembre, el gobierno de Sudáfrica declara haber detectado dos emisiones
fuertes de electromagnetismo, correspondientes a lo que parecían ser explosiones
nucleares, una subterránea y otra en superficie.
¿Quién y para qué explosionó esas bombas?. ¿A quién se eliminó con esas
explosiones?.
Las explosiones atómicas se detectaron justamente en la zona donde se ubicaba
Neuschwabenland, (o Nueva Suavia), la zona nazi donde se crearon supuestamente
bases del III REICH, entre ellas Neusberlin, (Nuevo Berlín), establecidas allí desde
antes de la 2ª Guerra Mundial, (en 1936), en la anteriormente llamada Tierra de la
Reina Maud. ¿Por qué justamente en esa zona?.
Y ya entrando en terrenos más resbaladizos, no faltan quienes afirman que en los
Polos, o al menos en el Polo Sur existe algo como una puerta o Paso Dimensional,
hacia dimensiones paralelas, y que a través de esa puerta los nazis pasaron a otra zona
dimensional. ¿Fue por esa “Puerta” por donde entró Byrd en su avión a una
dimensión paralela?.
Muchas preguntas y pocas respuestas. Como guión para una película de ficción sería
muy entretenido, la verdad, pero ¿cuál es la verdad?. ¿Es todo una leyenda para
alimentar el morbo de estos temas misteriosos?.
Mientras todo esto de las expediciones antárticas ocurría, se estaban dando en los
Estados Unidos los primeros pasos para comenzar la Conquista Espacial, de manos
de un grupo de científicos alemanes de la Operación Paper Clip, liderados por
Werner von Brown, el hombre de Peenemunde, partiendo de la cohetería nazi,
particularmente de las famosas y terribles V-2.
Los primeros en la Historia en utilizar cohetes parece que fueron los chinos, y no sólo
como fuegos artificiales, sino como una especie de misiles en algunos
enfrentamientos como el ocurrido en la batalla de Bianjing, en el año de 1232, contra
los mongoles.
Pero lo que nos interesa en el tema que estamos tratando es el papel que tuvieron los
nazis y sus avances en cohetería y misiles durante la 2ª Guerra Mundial, y el posterior
desarrollo de esos cohetes en la post-guerra.
Todo comenzó al finalizar la 1ª Guerra Mundial, en los felices años 20. Y tuvo como
protagonista a un americano estadounidense que un día tuvo una idea cuando se
encontraba subido en un árbol, en un cerezo que estaba podando.
Tenía 17 años y observaba embelesado el paisaje que tenía ante sus ojos.
Un año antes había estado leyendo “La Guerra de los Mundos”, de H.G.Wells y se
sentía atraído por todo lo que significase el espacio y las posibilidades de viajar por
él.
Había ido a pasar unos días a casa de una tía suya, llamada Czarina, pues él padecía
de dolores crónicos de estómago y estaba allí para recuperarse.
Era el día 19 de octubre de 1899, un día otoñal muy hermoso y él estaba relajado y
con la mente llena de multitud de pensamientos. Fue asaltado por uno que
últimamente le venía resultando casi obsesivo: debía existir una forma de realizar un
viaje al planeta Marte.
Y fue en aquel momento cuando decidió dedicar el resto de su vida a construir ese
“algo” que permitiese llevar a la realidad esa idea.
Comprendió entonces que su vida tenía por fin un sentido y cuando bajó del cerezo
tenía ya la firme determinación de lograr ese objetivo.
Y bautizó ese día con el nombre de “Día del aniversario”, que todos los años
conmemoró hasta el día de su muerte.
Había nacido el día 5 de octubre del año de 1882, en la localidad de Worcester, en el
Estado de Massachusetts, y le fue puesto el nombre de Robert Hutching Goddard.
Siempre se sintió muy atraído por la Física y de todo tipo de experimentación.
Llegó a obtener el doctorado en Física en la Universidad de Clark, lugar donde
comenzó a dar clases como profesor eventual y donde inició una serie de
experimentos.
Un día se le vio caminar por un descampado, acompañado por su asistente, en la
granja de la tía Effie y portando un pequeño cohete.
Era el 26 de marzo de 1926. Goddard le indicó a su asistente que aplicara un soplete
que llevaba al dicho cohete, y tras unos breves instantes sin que pasara nada, el
artilugio salió disparado hacia el cielo, a una velocidad de unos 100 kilómetros por
hora, aproximadamente.
El cohete alcanzó una altura de 12 metros y después trazó una curva, iniciando el
descenso a tierra a toda velocidad, yendo a estrellarse en un sembrado de coles.
Todo el proceso duró tan sólo unos segundos, pero supuso el primer lanzamiento de
un cohete de combustible líquido.
Goddard fue ridiculizado en varias ocasiones por el New York Times, primero
burlándose de un trabajo publicado por él bajo el título: “Un método para alcanzar
altitudes extremas”, donde explicaba los viajes al espacio, en concreto a la Luna. Los
periodistas le llamaron ignorante por no saber, según ellos, que “donde no hay aire no
se puede utilizar ningún tipo de cohete, pues no se puede producir el efecto de acción
y reacción”.
Cuando Goddard lanzó su segundo cohete había muchos espectadores y periodistas,
cosa que no le agradó nada.
Al día siguiente, el New York Times volvía a la carga contra este hombre y publicaba
un titular burlón que decía: “Cohete lunar falla por 238.799 millas y media”.
Muy enfadado, Goddard decide irse a un lugar lo bastante aislado para seguir sus
trabajos sin ser molestado. ¿A dónde fue?. Pues a Roswell, en Nuevo México, lugar
muy conocido por los ufólogos de todo el mundo en la actualidad.
Goddard ofreció sus cohetes a los militares estadounidenses, a punto de iniciarse la 2ª
Guerra Mundial, pero estos no se sintieron interesados.
Pero hubo otros que sí se interesaron. Y mucho. Y estos interesados no hablaban
inglés, sino alemán, precisamente. Y los alemanes tomaron muy buena nota de todos
estos experimentos.
Tanto es así que, cuando finalizó la contienda, al llegar a manos de Goddard una de
las temibles V-2 que tanta muerte y destrucción habían provocado sobre la ciudad de
Londres, el asistente de Goddard le preguntó: “Profesor, ¿no es éste su cohete?”.
Goddard, hundido, muy apesadumbrado, contestó con un lacónico:
“Eso parece”.
Los alemanes habían logrado infiltrar espías en el entorno de Goddard, pese a la
desconfianza que éste tenía de los seres humanos, sobre todo después de las burlas y
descalificaciones recibidas, particularmente de la Prensa, después de sus primeros
lanzamientos.
Todo lo relativo a sus cohetes, diseño, motores, combustible, eficacia, etc. fueron
minuciosamente registrados y enviados en informes secretos a un lugar en Alemania,
donde otro hombre, que también se había interesado por la lectura de la obra “La
Guerra de los Mundos” de H.G.Wells, tomaba buena nota de todo y se disponía a
desarrollar todos esos conocimientos. Este hombre se llamaba Werner von Brown.
A Goddard sin embargo, los militares estadounidenses sólo le prestaron atención para
encargarle diseños de las catapultas para aviones en los portaaviones.
Se le concedieron 214 patentes, aunque la mayoría se le dieron cuando ya había
fallecido. Después de muerto el burro, la cebada al rabo.
Cuando el hombre llegó a la Luna, el New York Times publicó una nota de disculpa
por el desprecio y la burla mostrados contra Goddard, reconociendo que,
efectivamente un cohete podía desplazarse en el espacio.
¡A buena hora!. Porque las disculpas llegaban cuando este hombre, poco reconocido
durante su vida, ya había muerto.
La NASA, como reparando la injusticia cometida contra Goddard, puso el nombre de
este científico a uno de sus centros espaciales: Centro Espacial Goddard.
Cuando finalizó la 2ª Guerra Mundial, los estadounidenses se interesaron por la
tecnología de los cohetes, sobre todo las V-2 y les preguntaron sobre ello a los
alemanes.
Estos se quedaron vivamente sorprendidos y les contestaron que por qué no le
preguntaban a Goddard.
Pero ya era demasiado tarde. Goddard había fallecido el día 10 de agosto de 1945.
Este hombre había puesto en práctica la idea de los cohetes de fase múltiple, idea que
está en uso aún en la actualidad, y mejoró las cámaras de combustión.
En Peenemunde, von Brown y 500 científicos a sus órdenes estuvieron desarrollando
todo lo relativo a los cohetes alemanes, buscando el arma definitiva, estando a punto
de conseguirlo.
En los tiempos actuales, los ICBM, los misiles intercontinentales siguen siendo la
principal arma de disuasión, y durante la llamada Guerra Fría supusieron un freno
para los dos bandos enfrentados.
Pero von Brown, al igual que Goddard, buscaba otra cosa: viajar al espacio, y llegar a
la Luna y a otros cuerpos espaciales.
De lo que los cohetes V-2 hicieron durante la 2ª Guerra Mundial, tenemos detallada
información en los libros y documentales de Historia, aunque de manera simple
podemos decir que fue el primer misil balístico usado por Alemania cuando ya la
guerra se encontraba muy avanzada. Fue precedida por el misil de crucero V-1.
Utilizaba como combustible alcohol etílico y oxígeno líquido.
Tenía una furza de empuje de 28.000 kgs., una capacidad de carga de 1.100 kgs. que
transportaba hasta una distancia de 140 kms. a una velocidad de 1.750 mph.
Esta V-2 sembró muerte y destrucción, y producía una explosión monstruosa cuando
caía sobre su objetivo.
La primera V-2 se lanzó el 13 de junio de 1942, aunque no llegó a volar porque se
cayó sobre su costado y explotó.
La segunda V-2 se lanzó el 16 de agosto de 1942. Durante unos 45 segundos voló,
pero comenzó a oscilar y se partió en el aire.
La tercera V-2 se lanzó con pleno éxito el día 3 de octubre de 1942, llegando a una
altura de 5 kilómetros y cayendo a 190 kms. de distancia.
Cuando finalizó la 2ª Guerra Mundial, varias V-2 fueron llevadas a White Sands, en
los Estados Unidos, y a la Unión Soviética y serían las que marcarían el inicio de la
Carrera Espacial.
Werner von Brown escapó con 14 tonelaas de documentación técnica de la V-2 a
Haus Idemborg, en las inmediaciones de la frontera austríaca. Ocultó la
documentación en una mina de hierro abandonada en el pueblo de Dorten, y
posteriormente esa documentación técnica fue a parar a las manos de los militares
estadounidenses, que consiguieron así un estupendo regalo.