Palabra de Vida Marzo 2011 «Yo soy la esclava del Señor. Que Él haga conmigo como dices» (Lc...

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Palabra de Vida Marzo 2011

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Palabra de Vida

Marzo 2011

«Yo soyla esclavadel Señor.

Que Él haga conmigo como

dices» (Lc 1,38)

También a nosotros, como a María, Dios quiere desvelarnos

lo que ha pensado sobre cada uno de nosotros,quiere darnos a conocer nuestra verdadera identidad.

Parece decirnos: «¿Quieres que haga de ti y de tu vida

una obra de arte? Sigue el camino que te indicoy serás quien siempre has sido en mi corazón.

Pues he pensado en ti y te he amadodesde toda la eternidad, he pronunciado tu

nombre.Al decirte mi voluntad, revelo tu verdadero yo».

Por consiguiente, su voluntad no es una imposición que nos coarta,

sino el modo de desvelar su amor por nosotros,su proyecto sobre nosotros; y es sublime como Dios mismo,

fascinante y cautivador como su rostro: es Él mismo quien se da.

La voluntad de Dios es un hilo de oro, una trama divina

que teje toda nuestra vida terrena y la del más allá;va de la eternidad a la eternidad: primero en la mente

de Dios, luego en esta tierra y por último, en el Paraíso.

Pero para que el designio de Dios se cumpla plenamente,Dios pide mi consentimiento y el tuyo, como se lo pidió a

María.Sólo así se realiza la Palabra que pronunció sobre mí y sobre

ti.De modo que también nosotros, como María, estamos

llamados a decir:

«Yo soyla esclavadel Señor.

Que Él haga conmigo como

dices» (Lc 1,38)

Sin duda, su voluntad no siempre nos resulta clara.

Como María, nosotros también tendremos que pedir la luz para comprender lo que Dios quiere.

Es necesario escuchar bien su voz dentro de nosotros,con absoluta sinceridad, y si es necesario,

pedirle consejo a quien nos pueda ayudar. Pero una vez que hayamos comprendido su voluntad, digámosle sí de

inmediato.

Pues si hemos comprendido que su voluntad es lo más grande

y hermoso que pueda existir en nuestra vida,no nos resignaremos a «tener que» hacer la voluntad de

Dios

sino que nos alegraremos de «poder» hacer la voluntad de Dios,

de poder llevar a cabo su proyecto,de modo que acontezca lo que Él ha pensado para

nosotros.Es lo mejor que podemos hacer, lo más inteligente.

Sin embargo, a veces lo que Él nos pide puede parecernos absurdo. Nos parecería mejor hacer las cosas de otro modo; quisiéramos llevar nosotros las

riendas de nuestra vida.

Incluso nos pueden dar ganas de aconsejar a Dios,

de decirle qué hacer y qué no.

Pero si creo que Dios es amor y me fío de Él,sé que todo lo que predispone para mi vida

y la de los que me rodean es por mi bien, por su bien.

Entoncesme entrego a Él,

me abandonocon plena confianzaa su voluntad y la quiero con todo mi

ser,hasta identificarme

con ella, pues séque acoger su

voluntad es acogerlo a Él, abrazarlo a Él,

nutrirse de Él.

Debemos creer que nada sucede por casualidad.Ningún acontecimiento alegre, indiferente o doloroso,ningún encuentro, ninguna situación familiar, laboral o

escolar,ningún estado de salud física o moral carece de sentido

sino que todo –hechos, situaciones y personas–nos trae un mensaje de parte de Dios, todo contribuye a que se

cumplael designio de Dios, el cual iremos descubriendo poco a

poco,día a día, si hacemos, como María, la voluntad de Dios.

Las palabras de María –«Yo soy la esclava del Señor»– son, pues, nuestra respuesta de amor al

amor de Dios.Esas palabras nos mantienen siempre orientados

hacia Él,a la escucha, en actitud de obediencia, con el

único deseode hacer su voluntad para ser como Él quiere que

seamos.

«Yo soyla esclavadel Señor.

Que Él haga conmigo como

dices» (Lc 1,38)

¿Cómo vivir, pues, esta Palabra?Nuestro sí a la Palabra de Dios significa

concretamente hacer bien, por completo, en cada momento,

esa acción que la voluntad de Dios nos pide.

Estar plenamente concentrados en esa labor,eliminando todo lo demás, descartando pensamientos,

deseos, recuerdos y acciones que se refieran a otra cosa.

Digámoslo antesde cada acción:

«Así sea», «hágase». Y

completaremos momento a

momento, tesela a tesela,

el maravilloso, único

e irrepetible mosaico de nuestra vida, que el Señor

ha concebido desde siempre

para cada uno de nosotros.

Ante cualquier voluntad de Dios–dolorosa, alegre o indiferente– podemos repetir:

«haz conmigo como dices»,o bien, como nos enseñóJesús en el Padrenuestro: «hágase tu voluntad».

““Palabra de Vida”,Palabra de Vida”, publicación mensual del Movimiento de los Focolares.Texto de: Chiara Lubich, publicado en Diciembre 2002. Imágenes: Anna Lollo en colaboración con don Placido D’Omina (Sicilia, Italia)

Este comentario a la Palabra de Vida se traduce en 96 idiomas, y llega a varios millones de personas en todo el mundo a través de prensa, radio, TV e Internet.

Para más información www.focolares.es Este PPS, en varias lenguas, se publica en www.santuariosancalogero.org

““Palabra de Vida”,Palabra de Vida”, publicación mensual del Movimiento de los Focolares.Texto de: Chiara Lubich, publicado en Diciembre 2002. Imágenes: Anna Lollo en colaboración con don Placido D’Omina (Sicilia, Italia)

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Para más información www.focolares.es Este PPS, en varias lenguas, se publica en www.santuariosancalogero.org

«Yo soyla esclavadel Señor.

Que Él haga conmigo como

dices» (Lc 1,38)