Origen Del Universo
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Origen del universo
Todos nos preguntamos…(Como se originó el Universo? Es Infinito? Es
Eterno? Cuando y como empezó a existir? Cuando y como surgió la
vida humana? Solo hay vida en el planeta Tierra?
Los Filósofos Griegos Brindaron las primeras respuestas hace 2,500
años. Pensaban que el Universo era esférico, eterno y muy reducido.•
Creían que los individuos morían.• Creían que las especies habían
existido siempre.
En la cosmología moderna, el origen del Universo es el instante en
que apareció toda la materia y la energía que existe actualmente en
el Universo como consecuencia de una gran explosión. La postulación
denominada Teoría del Big Bang es abiertamente aceptada por la
ciencia en nuestros días y conlleva que el Universo podría haberse
originado hace unos 13.700 millones de años, en un instante
definido.1 2 En la década de 1930, el astrónomo estadounidense
Edwin Hubble confirmó que el Universo se estaba expandiendo,
fenómeno que Albert Einstein, con la teoría de la relatividad general,
había predicho anteriormente. Sin embargo, el propio Einstein no
creyó en sus resultados, pues le parecía absurdo que el Universo se
encontrara en infinita expansión, por lo que agregó a sus ecuaciones
la famosa "constante cosmológica" (dicha constante resolvía el
problema de la expansión infinita), a la cual posteriormente
denominaría él mismo como el mayor error de su vida. Por esto
Hubble fue reconocido como el científico que descubrió la expansión
del Universo.
Existen diversas teorías científicas acerca del origen del Universo. Las
más aceptadas son la del Big Bang y la teoría inflacionaria, que se
complementan.
La teoría del Big Bang consiste en que el universo que antes era una
singularidad infinitamente densa, matemáticamente paradójica, con
una temperatura muy elevada, en un momento dado explotó
comenzando a expandirse, una gran cantidad de energía y materia
separando todo, hasta ahora.
El universo después del Big Bang, comenzó a enfriarse y al
expandirse, este enfriamiento produjo que tanta energía comenzara a
estabilizarse. Los protones y los neutrones se "crearon" y se
estabilizaron cuando el universo tenía una temperatura de 100.000
millones de grados, aproximadamente una centésima de segundo
después del inicio. Los electrones tenían una gran energía e
interactuaban con los neutrones, que inicialmente tenían la misma
proporción que los protones, pero debido a esos choques los
neutrones se convirtieron más en protones que viceversa. La
proporción continuó bajando mientras el universo se seguía
enfriando, así cuando el universo tenía 30.000 millones de grados
(una décima de segundo) había treinta y ocho neutrones por cada
sesenta y dos protones, y veinticuatro por setenta y seis cuando tenía
10.000 millones de grados (un segundo).
Lo primero en aparecer fue el núcleo del deuterio, casi catorce
segundos después, cuando la temperatura de 3.000 millones de
grados permitía a los neutrones y protones permanecer juntos. Para
cuando estos núcleos podían ser estables, el universo necesitó de
algo más de tres minutos, cuando esa bola incandescente se había
enfriado a unos 1.000 millones de grados.
En cosmología física, la teoría del Big Bang o teoría de la gran
explosión es un modelo científico que trata de explicar el origen del
Universo y su desarrollo posterior a partir de una singularidad
espaciotemporal. Técnicamente, este modelo se basa en una
colección de soluciones de las ecuaciones de la relatividad general,
llamados modelos de Friedmann- Lemaître - Robertson - Walker. El
término "Big Bang" se utiliza tanto para referirse específicamente al
momento en el que se inició la expansión observable del Universo
(cuantificada en la ley de Hubble), como en un sentido más general
para referirse al paradigma cosmológico que explica el origen y la
evolución del mismo.
El 17 de marzo de 2014, astrónomos en el Harvard-Smithsonian
Center for Astrophysics anunciaron la detección de ondas
gravitacionales primordiales, proporcionando una fuerte evidencia
para la inflación cósmica y el Big Bang.
Sin embargo posteriormente, se comprobó que los datos obtenidos
fueron debidos a polvo galáctico en la Via Láctea, que tienen el
mismo patrón que el atribuido a las ondas gravitacionales
desmintiendo este descubrimiento.
Descripción del Big Bang
El Universo ilustrado en tres dimensiones espaciales y una dimensión
temporal.
Michio Kaku ha señalado cierta paradoja en la denominación big bang
(gran explosión): en cierto modo no puede haber sido grande ya que
se produjo exactamente antes del surgimiento del espacio-tiempo,
habría sido el mismo big bang lo que habría generado las
dimensiones desde una singularidad; tampoco es exactamente una
explosión en el sentido propio del término ya que no se propagó fuera
de sí mismo.
Basándose en medidas de la expansión del Universo utilizando
observaciones de las supernovas tipo 1a, en función de la variación
de la temperatura en diferentes escalas en la radiación de fondo de
microondas y en función de la correlación de las galaxias, la edad del
Universo es de aproximadamente 13,7 ± 0,2 miles de millones de
años. Es notable el hecho de que tres mediciones independientes
sean consistentes, por lo que se consideran una fuerte evidencia del
llamado modelo de concordancia que describe la naturaleza detallada
del Universo.
El universo en sus primeros momentos estaba lleno homogénea e
isótropamente de una energía muy densa y tenía una temperatura y
presión concomitantes. Se expandió y se enfrió, experimentando
cambios de fase análogos a la condensación del vapor o a la
congelación del agua, pero relacionados con las partículas
elementales.
Aproximadamente 10-35 segundos después del tiempo de Planck un
cambio de fase causó que el Universo se expandiese de forma
exponencial durante un período llamado inflación cósmica. Al
terminar la inflación, los componentes materiales del Universo
quedaron en la forma de un plasma de quarks-gluones, en donde
todas las partes que lo formaban estaban en movimiento en forma
relativista. Con el crecimiento en tamaño del Universo, la temperatura
descendió, y debido a un cambio aún desconocido denominado
bariogénesis, los quarks y los gluones se combinaron en bariones
tales como el protón y el neutrón, produciendo de alguna manera la
asimetría observada actualmente entre la materia y la antimateria.
Las temperaturas aún más bajas condujeron a nuevos cambios de
fase, que rompieron la simetría, así que les dieron su forma actual a
las fuerzas fundamentales de la física y a las partículas elementales.
Más tarde, protones y neutrones se combinaron para formar los
núcleos de deuterio y de helio, en un proceso llamado nucleosíntesis
primordial. Al enfriarse el Universo, la materia gradualmente dejó de
moverse de forma relativista y su densidad de energía comenzó a
dominar gravitacionalmente sobre la radiación. Pasados 300.000
años, los electrones y los núcleos se combinaron para formar los
átomos (mayoritariamente de hidrógeno). Por eso, la radiación se
desacopló de los átomos y continuó por el espacio prácticamente sin
obstáculos. Ésta es la radiación de fondo de microondas.
Al pasar el tiempo, algunas regiones ligeramente más densas de la
materia casi uniformemente distribuida crecieron gravitacionalmente,
haciéndose más densas, formando nubes, estrellas, galaxias y el
resto de las estructuras astronómicas que actualmente se observan.
Los detalles de este proceso dependen de la cantidad y tipo de
materia que hay en el Universo. Los tres tipos posibles se denominan
materia oscura fría, materia oscura caliente y materia bariónica. Las
mejores medidas disponibles (provenientes del WMAP) muestran que
la forma más común de materia en el universo es la materia oscura
fría. Los otros dos tipos de materia sólo representarían el 20 por
ciento de la materia del Universo.
El Universo actual parece estar dominado por una forma misteriosa
de energía conocida como energía oscura. Aproximadamente el 70
por ciento de la densidad de energía del universo actual está en esa
forma. Una de las propiedades características de este componente
del universo es el hecho de que provoca que la expansión del
universo varíe de una relación lineal entre velocidad y distancia,
haciendo que el espacio-tiempo se expanda más rápidamente que lo
esperado a grandes distancias. La energía oscura toma la forma de
una constante cosmológica en las ecuaciones de campo de Einstein
de la relatividad general, pero los detalles de esta ecuación de estado
y su relación con el modelo estándar de la física de partículas
continúan siendo investigados tanto en el ámbito de la física teórica
como por medio de observaciones.
Más misterios aparecen cuando se investiga más cerca del principio,
cuando las energías de las partículas eran más altas de lo que ahora
se puede estudiar mediante experimentos. No hay ningún modelo
físico convincente para el primer 10-33 segundo del universo, antes
del cambio de fase que forma parte de la teoría de la gran unificación.
En el "primer instante", la teoría gravitacional de Einstein predice una
singularidad gravitacional en donde las densidades son infinitas. Para
resolver esta paradoja física, hace falta una teoría de la gravedad
cuántica. La comprensión de este período de la historia del universo
figura entre los mayores problemas no resueltos de la física.
Base teórica
En su forma actual, la teoría del Big Bang depende de tres
suposiciones:
La universalidad de las leyes de la física, en particular de la teoría de
la relatividad general
El principio cosmológico
El principio de Copérnico
Inicialmente, estas tres ideas fueron tomadas como postulados, pero
actualmente se intenta verificar cada una de ellas. La universalidad
de las leyes de la física ha sido verificada al nivel de las más grandes
constantes físicas, llevando su margen de error hasta el orden de 10-
5. La isotropía del universo que define el principio cosmológico ha
sido verificada hasta un orden de 10-5. Actualmente se intenta
verificar el principio de Copérnico observando la interacción entre
grupos de galaxias y el CMB por medio del efecto Sunyaev-Zeldovich
con un nivel de exactitud del 1 por ciento.
La teoría del Big Bang utiliza el postulado de Weyl para medir sin
ambigüedad el tiempo en cualquier momento en el pasado a partir
del la época de Planck. Las medidas en este sistema dependen de
coordenadas conformales, en las cuales las llamadas distancias
codesplazantes y los tiempos conformales permiten no considerar la
expansión del universo para las medidas de espacio-tiempo. En ese
sistema de coordenadas, los objetos que se mueven con el flujo
cosmológico mantienen siempre la misma distancia codesplazante, y
el horizonte o límite del universo se fija por el tiempo codesplazante.
Visto así, el Big Bang no es una explosión de materia que se aleja
para llenar un universo vacío; es el espacio-tiempo el que se
extiende.Y es su expansión la que causa el incremento de la distancia
física entre dos puntos fijos en nuestro universo.Cuando los objetos
están ligados entre ellos (por ejemplo, por una galaxia), no se alejan
con la expansión del espacio-tiempo, debido a que se asume que las
leyes de la física que los gobiernan son uniformes e independientes
del espacio métrico. Más aún, la expansión del universo en las escalas
actuales locales es tan pequeña que cualquier dependencia de las
leyes de la física en la expansión no sería medible con las técnicas
actuales.
En la comunidad científica tiene una gran aceptación la teoría
inflacionaria, propuesta por Alan Guth y Andrei Linde en los años
ochenta, que intenta explicar los primeros instantes del universo. Se
basa en estudios sobre campos gravitatorios demasiado fuertes,
como los que hay cerca de un agujero negro. Supuestamente nada
existía antes del instante en que nuestro universo era de la dimensión
de un punto con densidad infinita, conocida como una singularidad
espacio-temporal. En este punto se concentraba toda la materia, la
energía, el espacio y el tiempo. Según esta teoría, lo que
desencadenó el primer impulso del Big Bang es una "fuerza
inflacionaria" ejercida en una cantidad de tiempo prácticamente
inapreciable. Se supone que de esta fuerza inflacionaria se dividieron
las actuales fuerzas fundamentales.
Este impulso, en un tiempo tan inimaginablemente pequeño, fue tan
violento que el universo continúa expandiéndose en la actualidad.
Hecho que fue corroborado por Edwin Hubble. Se estima que en solo
15 x 10-33 segundos ese universo primigenio multiplicó sus medidas.
Teoría Geocéntrica• Elaborada en el siglo II d.C. por el astrónomo
griego Claudio Tolomeo.• Tolomeo mantenía que la Tierra está
inmóvil y se encuentra en el centro del Universo; el astro más
cercano a la Tierra es la Luna y según nos vamos alejando, están
Mercurio, Venus y el Sol casi en línea recta, seguidos sucesivamente
por Marte, Júpiter, Saturno y las llamadas estrellas inmóviles.
Teoría Heliocéntrica• Teoría elaborada por el astrónomo Nicolás
Copérnico en 1543 d. C..• Esta determinaba que el sol estaba
colocado en el centro y todos los planetas se ubicaban a su alrededor.
También afirmaba que los planetas tenían movimientos circulares
uniformes.
Teoría Creacionista
El obispo anglicano de Armagh, Usher, a finales del siglo XVII postulo
esta teoría basándose en textos bíblicos.• El origen de la especie
humana, se hallaba en el contenido de la Biblia, concretamente en el
capítulo del Génesis. Estas ideas, aunque hoy pueden parecer
ingenuas, se mantuvieron vigentes hasta bien entrado el siglo XIX, y
cualquier opinión en contra era tachada de herejía y ridiculizada por
inmediato por la Ciencia Oficial, vigente en aquella época; que
defendía las leyes bíblicas.• Afirmar que el hombre había sido creado
en el año 4.004 a.C., según los cálculos que el realizara sumando las
edades de Adán y los profetas de Israel que se contenían en la Biblia.
Ideas de este estilo no satisfacían plenamente a una serie de
investigadores, pues si todos los seres vivientes habían sido creados
por Dios al principio de los tiempos con aspectos a los actuales, como
existían restos con aspectos diferentes.• La Iglesia respondió que
aquellos restos fosilificados de animales eran de los seres ahogados
en el diluvio universal y que no tuvieron cabida en el Arca de Noé.• La
Tierra había sufrido una serie de catástrofes geológicas que hicieron
desaparecer y sepultaron a los seres vivos, seguidas de sucesivas
creaciones, la última que está escrita en el Antiguo Testamento.
Se denomina creacionismo al conjunto de creencias, inspiradas en
doctrinas religiosas, según las cuales el Universo y los seres vivos
provienen de actos específicos de creación divina.1 Por extensión, el
adjetivo «creacionista» se ha aplicado a cualquier opinión o doctrina
filosófica o religiosa que defienda una explicación del origen del
mundo basada en uno o más actos de creación por un Dios personal,
como lo hacen, por ejemplo, las religiones abrahámicas. Por ello,
igualmente se denomina creacionismo a los movimientos
seudocientíficos y religiosos que militan en contra del hecho
evolutivo.
El creacionismo se destaca principalmente por los «movimientos
antievolucionistas», tales como el diseño inteligente, cuyos
partidarios buscan sustituir o al menos contrarrestar la enseñanza de
la evolución biológica en las escuelas y universidades por una «causa
inteligente», arguyendo que existe un debate científico sobre la
cuestión. En contraste con esta posición, la comunidad científica
sostiene la conveniencia de diferenciar entre lo natural y lo
sobrenatural, de forma que no se obstaculice el desarrollo de aquellos
elementos que hacen al bienestar de los seres humanos.
Las cosmogonías y mitos de carácter creacionista han estado y
permanecen presentes en muy distintos sistemas de creencias, tanto
monoteístas, como politeístas o animistas. El movimiento creacionista
políticamente más activo y conocido es de origen cristiano
protestante y está implantado, principalmente, en los Estados Unidos.
Los creacionistas clásicos niegan la teoría de la evolución biológica y,
especialmente, lo referido a la evolución humana, además de las
explicaciones científicas sobre el origen de la vida. Por esto rechazan
todas las pruebas científicas (fósiles, geológicas, genéticas, etc.). En
el creacionismo clásico de origen cristiano se hace una interpretación
literal de la Biblia y se sostiene la creación del mundo, los seres vivos
y el cataclismo del Diluvio Universal tal como está descrito en el
Génesis, sin pretender concretar de manera científica el origen de las
especies.
A diferencia del creacionismo clásico, en el creacionismo más reciente
se trata de utilizar igualmente fundamentos de carácter no religioso a
partir de descubrimientos o conocimientos de disciplinas
pertenecientes a las ciencias naturales, que se tratan de presentar
como si fueran pruebas científicas contra la teoría de la evolución. Se
habla así de creacionismo «científico», nombre que le dan sus
partidarios. Sin embargo, a diferencia de las ciencias naturales, en
este tipo de creacionismo no se sigue el método científico y no se
producen hipótesis falsables. Debido a estos hechos, el creacionismo
científico no logra reunir totalmente en ninguna de sus formas las
características de una teoría científica, y por ello la comunidad
científica relacionada con el tema lo describe sólo como una
proposición pseudocientífica.
Por otra parte, este tipo de creacionismo contemporáneo trata de
desdibujar la distinción entre hecho evolutivo (parentesco y
transformación de las especies a lo largo del tiempo) y teoría de la
evolución (síntesis evolutiva moderna o «neodarwinismo»),
englobándolo todo con el término «evolución», «evolucionismo» o
«darwinismo», y descalificándolo como «una simple teoría» (jugando
con el doble significado de la palabra teoría en el habla común y en
las ciencias naturales).
Así intenta negar el hecho de que la teoría de la evolución es
considerada una de las más grandes y sólidas teorías científicas
actuales, que describe un hecho sobre el que no existen pruebas o
evidencias científicas que lo refuten.
Otra forma más sutil de este tipo de creacionismo es el diseño
inteligente, movimiento que no suele hacer explícita su motivación
religiosa. Su principal actividad consiste en negar en mayor o menor
medida la validez e importancia de las explicaciones evolutivas sobre
el origen de las estructuras biológicas, para concluir que es necesaria
su creación por intervención directa de un ser inteligente. El diseño
inteligente es presentado por sus seguidores como una alternativa al
neodarwinismo pero, al no formular hipótesis contrastables, no
cumple los requisitos del método científico y es considerado una
forma de pseudociencia.
Las formas de creacionismo nombradas anteriormente son
consideradas formas de «creacionismos anti-evolución» porque
requieren la intervención directa de un creador. Además de este tipo
de creacionismo, existe el «creacionismo pro-evolución» expresado
en el creacionismo evolutivo y en una postura filosófica llamada
evolución teísta; el creacionismo pro-evolución cree en la existencia
de un creador y un propósito, pero sí acepta que los seres vivos se
han formado a través de un proceso de evolución natural. Esta forma
de creacionismo no interfiere con la práctica de la ciencia, ni es
presentada como una alternativa al neodarwinismo, sino como un
complemento filosófico o religioso a la teoría de la evolución.
Algunos creacionistas creen que la Tierra es joven, indicando que el
planeta tiene menos de 10.000 años, y generalmente creen que fue
creada por Dios hace 6.000 años, tal como lo describe el Calendario
de Ussher-Lightfoot. Así, las teorías científicas del Universo y la
astronomía no están incluidas en esa ideología.
Esta visión es apoyada por múltiples iglesias protestantes en Estados
Unidos. Se estima en un 47% el número de estadounidenses que
comparten esta opinión, y casi el 10% de universidades cristianas
imparten esta teoría en sus clases.19 Las organizaciones cristianas
estadounidenses ICR (Institute for Creation Research: instituto de
investigación sobre la creación), en El Cajón (California), y la CRS
(Creation Research Society: sociedad de investigación sobre la
creación), en Saint Joseph (Misuri), promueven el «creacionismo de la
Tierra joven». Otra organización estadounidense con similares puntos
de vista, AIG (Answers in Genesis: Respuestas en el Génesis), ubicada
en el área del Gran Cincinnati, ha abierto el Creation Museum (museo
de la creación) para hacer campaña en favor del «creacionismo de la
Tierra joven». Entre los católicos estadounidenses, el Kolbe Center for
the Study of Creation estaría en la misma órbita.20
Como el creacionismo es una «ideología independiente», según esta
ideología, la Tierra es joven y no tiene más de 6000 años de
antigüedad; esto a través del cálculo y deducción mediante
regresiones realizadas sobre las edades de los personajes bíblicos
mencionados en el Génesis y otras partes de la Biblia.
Dentro de este creacionismo existen tres formas:
Creacionismo de la Tierra joven: rechaza absolutamente la evolución
de las especies y las teorías geológicas sobre la evolución de la Tierra
en todas sus formas; siendo la forma más común de creacionismo
clásico.
Creacionismo de la Tierra joven ambiguo: acepta en una Tierra joven
la evolución de todos los seres vivientes, excepto la evolución de los
seres humanos. Rechaza la teoría de la evolución de las especies de
Darwin así como el origen del hombre y el evolucionismo científico.
Creacionismo de la Tierra joven de una evolución rápida: asegura que
Dios dirigió un tipo de evolución singular de corto período hasta el
sexto día de la creación, en la que después se sumó a la creación o al
nacimiento de las primeras especies, a esa respuesta por el
nombramiento joven.
En oposición al creacionismo de la Tierra joven, otros creacionistas
admiten que la Tierra puede ser antigua, es decir, que podría tener
millones o incluso miles de millones de años. Existen diferentes tipos
de creacionismo de la Tierra antigua:
Creacionismo de la restitución: sostiene que la vida (con o sin
cambios) fue creada de inmediato en una Tierra antigua preexistente.
Creacionismo del día-era: sostiene que la Tierra fue creada por Dios
en seis días cósmicos, que serían mucho más largos que los días
terrestres (por ejemplo, cada día podría durar varios cientos de
millones de años).
Creacionismo del diseño inteligente: sostiene que la Tierra fue creada
tal como lo explica la geología, pero describe la evolución de la Tierra
y la vida a través de la intervención directa de Dios.
Creacionismo de la evolución teísta y creacionismo evolutivo:
sostiene el proceso de formación del universo y los seres vivos como
es descrito por la ciencia (pro-evolución natural) pero postula que,
además, existe un propósito y un origen divino en ello; también
sostiene la no incompatibilidad entre la ciencia y la creencia en un
Dios creador.
Dentro de la mayoría de las doctrinas mencionadas anteriormente,
igualmente se plantea que hace unos miles de años sucedió un
cataclismo (diluvio universal), en el que muchas especies animales
desaparecieron al ascender el nivel del mar varios cientos de metros.
Sin embargo, al referirse los creacionistas a la evolución y extinción
de los animales y otros seres vivos, tampoco presentan un consenso
sobre estos temas. De esta forma se presentan las siguientes
subclases de ideologías creacionistas:
Creacionismo que niega la evolución y extinción: sostiene que Dios no
crearía grupos de seres que necesitaran cambios o adaptaciones para
lograr la supervivencia de sus descendientes, ni permitiría que seres
creados por Dios se extinguieran. Este creacionismo cree que todos
los grupos animales fueron salvados en el Arca de Noé. Para explicar
los fósiles que descartan sus creencias, un subgrupo cree que estos
fósiles son falsos, mientras otro subgrupo cree que todos los animales
o algún espécimen de cada grupo animal que se creen extintos,
realmente no lo están y vivirían en lugares aislados o desconocidos,
realizando algunos grupos incluso expediciones para encontrarlos.21
22 23 Este tipo de creacionismo busca apoyo igualmente en
pseudociencias, como en la criptozoología popular.
Creacionismo creyente en la extinción divina: cree sólo en el proceso
de extinción y no en la evolución, pero la extinción se produciría sólo
por una intervención y voluntad divina. Dentro de esta categoría
resaltan los grupos que creen que los dinosaurios y otros animales
extintos antiguos, se extinguieron durante el Diluvio Universal. Así,
estos grupos creen que los fósiles serían sólo evidencia de un suceso
catastrófico de inundación producido por el diluvio descrito en la
Biblia, y rechazan las explicaciones científicas de estos fósiles.
Creacionismo creyente en la evolución y extinción divina: cree en
estos procesos, aunque ellos se producen por intervención y voluntad
divina; ejemplo de ello es la ideología del diseño inteligente.
Origen del universo según Platón
Platón afirmo que la forma de
los astros tenía que ser
esférica, porque esta es la
forma perfecta, y que los
movimientos tenían que ser
circulares uniformes porque
era el tipo de movimientos
que representa la perfección.
Admite el alma cósmica y
consideraba que las estrellas
y planetas tenían almas
inteligentes que son los
dioses celestiales. Respecto al
espacio, lo identifica con el
material preexistente y lo
califica de eterno e inmutable,
mientras que asociaba el
tiempo con el movimiento de rotación con la esfera celeste.
Con los Presocráticos encontramos a Tales de Mileto el cual predijo un
eclipse de sol en el año 585 a.C, también se plantea una pregunta
sobre la materia de la cual está compuesta el mundo y asegura sobre
la misma que es de agua. Afirmo que el mundo era un disco plano en
un mar infinito; por encima también había agua de lo contrario no se
podría explicar la lluvia; el sol, la lluvia y las estrellas eran vapor
incandescente y navegaban alrededor de la tierra. Pasando a
Anaximandro nos muestra que todo parte de un “apeiron”
indeterminado (dice que es de lo que viene todo, algo ilimitado), del
cual en un proceso gradual se separaron las dos parejas de
contrarios, el caliente y el frio, junto al húmedo y seco. En el proceso
de esta disociación es donde se originan diferentes mundos y sus
contenidos; imaginaba la tierra como un cilindro el cual su diámetro
era tres veces más grande que la altura, se lo imaginaba flotando en
el aire y por primera vez imaginaba el cielo como una esfera.
Consideraba que el cosmos no era solo agua, sino que estaba
formado por los cuatros elementos. Finalmente vemos a Anaximenes
el cual propuso que la materia que formaba el mundo era el vapor
(aire), en donde por rarefacción daba lugar al fuego, por
condensación al agua y después a la tierra. También se presenta la
existencia de los cuatro elementos fundamentales; fue el primer
griego que hizo una clara distinción entre el sol, la luna, los planetas y
las estrellas.
Para Platón la inteligencia ordenadora era el Demiurgo que actuaba
sobre el caos, ordenándola y dándole forma conforme a un plan. Ese
modelo que sigue el Demiurgo, se basa en el mundo de las ideas,
pues las ideas son reales y perfectas. Si nuestro mundo es
imperfecto, ello se debe, no a que las ideas, sino a que la materia
sobre la que actúa el Demiurgo, no es pura. La mayoría de las teorías
eran geocéntricas, como la que apuntaba Anaxímenes, pero Platón ya
consideró como posible que fuese el Sol el centro y no la Tierra.
El Demiurgo platónico: es un mito para explicar el origen del mundo
sensible. Es una especie de Dios que consrtuye el mundo a partir de
las ideas. Es una especie de sabio que conoce las ideas y por eso
decide dotar al mundo sensible de armonia, belleza..
Según el mito de Platón, expuesto en el Timeo, obra en la que
describe la disposión, a partir de razonamientos fundados en la teoría
de las ideas, del cosmos, al principio en el universo sólo había:
* materia, informe y caótica,
* ideas, que son perfectas,
* el demiurgo, una divinidad,
* espacio.
Platón nos cuenta que el demiurgo se compadece de la materia y
copia en ella las ideas, obteniendo con ello los objetos que conforman
nuestra realidad. De esta forma explicaba la separación entre el
mundo de las ideas que son perfectas y el mundo real (material) que
siendo imperfecto participa como una copia de la perfección. Esta
copia responde a la anterior forma de revisar la esencia en el ser la
cual es indicada como fallida e insostenible.
El Demiurgo produce las cosas naturales: contemplando las Ideas y
utilizándolas como modelos intenta plasmarlas o realizarlas en la
materia, del mismo modo que un artesano intenta fabricar una mesa
viendo el dibujo de una mesa. La materia informe y las Ideas son, por
tanto, anteriores a la acción del Demiurgo, lo que muestra la distancia
de esta concepción respecto del punto de vista cristiano para el cual
Dios crea el mundo de la nada. A pesar de todo, el Demiurgo, igual
que el Dios cristiano, tiene una dimensión providencial pues produce
las cosas naturales introduciendo en éstas una finalidad, aspiración o
apetito que les lleva a buscar siempre su propia perfección o bien.
La palabra Demiurgo significa “Constructor, Artífice” y es
habitualmente referida, en términos cosmogónicos, en relación con el
surgimiento y formación de los Universos: Fue usada por los antiguos
y más notables filósofos griegos, como por ejemplo Platón
Origen del universo según Aristóteles
Aristóteles, a quién no le gustaba la idea
que el universo tuviese un principio. Sentía
que ello implicaba una intervención divina.
Prefirió sostener que el universo, había
existido, y existiría siempre. Algo que era
eterno y, mucho más perfecto que si
hubiese tenido una creación. Sobre la
evolución humana, sostenía que la aparición
de la raza se retardó debido a las
catástrofes periódicas que padecía la Tierra.
La física aristotélica es cualitativa y no cuantitativa. Lo que sucede en
el mundo no puede ser matematizado porque es absolutamente
heterogéneo: es el mundo de los cambios, del movimiento, de la
diversidad, de los fines. La naturaleza se manifiesta como diversa y
esto no es una apariencia, sino su intrínseca realidad.
Sin embargo, hay una región del cosmos que presenta tal armonía
que no puede ser explicada de manera similar a como se hizo con la
naturaleza: el cielo. Es ésta una región del orden, donde suceden
también cambios pero absolutamente predecibles, regulares,
estables. El sol sale todos los días y los ciclos lunares se repiten
incansablemente sin variación.
La cosmología Aristotélica va a diferenciar, por lo tanto, entre dos
regiones del cosmos que no son reductibles la una a la otra: el mundo
sublunar y el mundo supralunar. Veámoslo:
Es la región del cosmos que abarca aquella parte situada por debajo
de la luna (sin incluir esta última): la región terrestre, nuestro mundo.
Ya vimos en la Física que lo que caracteriza a esta región es el
cambio, tanto substancial como accidental. Continuamente nacen y
perecen seres; otros modifican su tamaño, su peso, sus colores, su
posición o alguna otra cualidad. No hay quietud. Es nuestro mundo
móvil y heterogéno.
Los movimientos característicos de los seres del mundo sublunar son
finitos, es decir, tienen un principio y un fin, y rectilíneos,
(ascendentes o descendentes). (Empíricamente, en la experiencia no
se observan líneas rectas infinitas). Todos los cuerpos que componen
esta región están compuestos de cuatro elementos últimos que
poseen distintas naturalezas y distintos lugares naturales a los que
tienden para encontrar el reposo: La tierra es el elemento más
pesado y tiende a ocupar su lugar natural, que es el centro de la
tierra. A ésta le sigue el agua, que se sitúa inmediatamente por
encima . Después se halla el aire y, por último, el fuego, que es el
elemento más ligero y tiende una tendencia intrínseca a dirigirse
hacia la periferia del mundo. Así, los movimientos que observamos en
los distintos seres se deben a la tendencia de cada elemento que lo
compone a ocupar su lugar natural: si tiramos una piedra, ésta cae
porque busca recuperar su lugar propio, el centro del mundo,
restaurando así el orden perdido.
Los movimientos naturales de los cuerpos terrestres son rectilíneos,
ascendentes (fuego, aire) y descendentes (tierra, agua).
Los movimientos no rectilíneos son siempre violentos o forzados por
algo exterior al cuerpo que se mueve así. Es decir, suponen una
violación del orden natural.
Además, todos los movimientos se realizan de acuerdo a un fin: el
mantenimiento del orden del conjunto. Si el orden se altera, la
naturaleza tiene los mecanismos adecuados para restablecer el orden
necesario y justo.
La cosmología aristotélica es teleológica. El fin, telos, es inmanente a
los cuerpos e intrínseco a la materia, ya que es la forma (morphé), la
esencia o naturaleza de los compuestos hilemórficos, la que
determina, como su causa, su comportamiento y desarrollo; su
destino.
Dentro del conjunto total del cosmos, la tierra (que no es un planeta
para Aristóteles) ocupa el centro necesariamente. Al estar compuesta
del elemento tierra en su mayor parte, tiene forzosamente que
ocupar el centro del cosmos, su lugar natural. Por lo tanto estamos en
una concepción geocéntrica del universo.
Parece lógico pensar que si el universo se está expandiendo, si cada
vez es más grande es porque antes fue más pequeño, y por tanto si
retrocedemos en el tiempo llegará un momento en que podríamos
llegar a un inicio o punto cero que es el llamado átomo primigenio.
Por eso, como el universo no es estático y sigue una trayectoria de
expansión se piensa que debe haber tenido un origen.
Dentro del mundo de la ciencia, cuando se anunció esta idea había
otra teoría en boga para no tener que asumir un origen del universo,
la Teoría del Estado Estacionario, que decía que a la vez que el
universo se estaba expandiendo se estaba creando materia de la
nada de modo que no era necesario que el universo hubiese
cambiado sus propiedades generales tanto en el espacio como en el
tiempo.
Uno de los defensores de esta teoría, Fred Hoyle, dijo en plan de burla
durante una entrevista radiofónica que la teoría de un origen para el
universo era como pensar en un gran pistoletazo de salida, un Big
Bang. Sin embargo, fue una expresión tan gráfica, que a partir de
entonces todo el mundo acuñó este término.
En 1514 Copérnico propuso un modelo más simple (al principio,
quizás por miedo a ser tildado de hereje por su propia iglesia,
Copérnico hizo circular su modelo de forma anónima). Su idea era que
el sol estaba estacionario en el centro y que la tierra y los planetas se
movían en órbitas circulares a su alrededor. Pasó casi más de un siglo
antes de que su idea fuese tomada en serio. Dos astrónomos, el
alemán Johannes Kepler y el italiano Galileo Galilei, apoyaron
públicamente la idea de Copérnico (sin embargo más tarde el propio
Galileo al observar al planeta Júpiter con un telescopio que acababa
de inventar, descubrió que éste estaba acompañado por varios
pequeños satélites, que giraban a su alrededor, esto implicaba que no
todo tenía que girar alrededor de la tierra como Aristóteles y
Ptolomeo habían supuesto). Al mismo tiempo Kepler había modificado
la teoría de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en
círculos, sino en elipses. Esta sería una de las raíces del big bang.
En lo que respecta a los estudios en Astronomía, Aristóteles hizo
varias observaciones acerca del universo. Instituyó un sistema
geocéntrico, en el cual la Tierra se encontraba inmóvil en el centro
mientras a su alrededor giraba el Sol con otros planetas. Aristóteles
planteaba la diferencia entre el mundo sublunar, en el cual existía la
corrupción y la degeneración; y el mundo supralunar, portador de la
perfección. Esta visión geocéntrica, donde la Tierra era considerada
como el centro del universo -a su vez considerado finito- perduró
durante varios siglos hasta que Copérnico en el siglo XVI cambiaría el
concepto, introduciendo una serie de paradigmas, concibiendo el Sol
como centro del universo. Para Aristóteles el universo era eterno, sin
principio ni fin.
Aristóteles afirmó que la forma está íntimamente unida a la materia,
de tal forma que la materia es potencia y la forma es acto. Decía que
la sustancia de las cosas era la unión de la materia y la forma,
mientras que el movimiento es el paso de la potencia al acto.
Aristóteles distinguió entre el mundo celeste y el mundo sublunar.
Este anterior estaba formado, según él, por los cuatro elementos,
mientras que en el celeste había un quinto elemento, el éter. Otra
diferencia existente entre los dos mundos era que en el celeste los
movimientos solo podían ser circulares uniformes, mientras que en el
sublunar eso no tenía por qué ser así. La tierra se encuentra en el
centro del Universo, por descontado; los cuerpos celestes están
arrastrados por esferas, y la última es la esfera de las estrellas fijas,
la cual es movida por el motor inmóvil, por Dios.
La idea primitiva de la tierra era muy simple, una superficie plana,
rodeada de mares. Ya en el año 340 a.C. el filosofo griego Aristóteles,
en su libro "De los cielos", fue capaz de establecer dos buenos
argumentos para creer que la tierra era redonda. En primer lugar, se
dio cuenta de que los eclipses lunares eran debido a que la tierra se
situaba entre el sol y la luna. La sombra de la tierra sobre la luna era
siempre redonda. Si la tierra hubiera sido un disco plano, su sombra
habría sido alargada y elíptica, a menos que el eclipse siempre
ocurriera en el momento en que el Sol estuviera directamente debajo
del centro del disco. En segundo lugar, los griegos sabían debido a
sus viajes, que la estrella Polar aparecía más baja en el cielo cuando
se observaba desde el sur que cuando se hacía desde regiones más al
norte (como la estrella Polar está sobre el Polo Norte, parecería estar
justo encima de un objeto situado en dicho polo, mientras que para
alguien que mirara desde el ecuador parecería estar justo en el
horizonte.) A partir de la diferencia en la posición aparente de la
estrella Polar entre Egipto y Grecia, Aristóteles incluso estimó que la
distancia alrededor de la tierra era de 400.000 estadios.
No se conoce con exactitud cuál era la longitud de un estadio, pero
puede que fuese de unos 200 metros, lo que supondría que la
estimación de Aristóteles era aproximadamente el doble de la
longitud hoy día aceptada. Los griegos tenían un tercer argumento en
favor de que la tierra era redonda, ¿por qué, si no, ve uno primero las
velas de un barco que se acerca en el horizonte, y solo después ve el
casco?
Aristóteles creía que la tierra era estacionaria y que el Sol, la Luna,
los planetas y las estrellas se movían en órbitas circulares alrededor
de ella. Creía eso porque estaba convencido, por razones místicas, de
que la tierra era el centro del universo, y que el movimiento circular
era el más perfecto. Esta idea fue ampliada por Ptolomeo en el siglo II
d.C. hasta constituir un modelo cosmológico completo. La tierra
permaneció en el centro, rodeada por ocho esferas que transportaban
a la Luna, el Sol, las estrellas y los cinco planetas conocidos en aquel
tiempo, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno.
La esfera más externa transportaba a las llamadas estrellas fijas, las
cuales siempre permanecían en las mismas posiciones relativas, las
unas con respecto de las otras, girando juntas a través del cielo. Lo
que había detrás de la última esfera nunca fue descrito con claridad.
El modelo de Ptolomeo fue ampliamente, aunque no totalmente,
aceptado. Fue adoptado por la iglesia cristiana como la imagen del
universo que estaba de acuerdo con las escrituras.
Las investigaciones científicas nos presentan un universo del que
cada vez sabemos más cosas, pero que al mismo tiempo nos arrojan
nuevas interrogantes. Difícil es decir si el universo es finito o infinito,
si fue creado o no, y si tal vez desaparecerá en el llamado colapso
térmico. Lo que sí podemos afirmar es que su inmensidad es
sobrecogedora y bella, y que nuestra inquietud y afán por
desentrañar sus misterios sigue intacta.
La teoría del Big Bang o gran explosión, supone que, hace entre
12.000 y 15.000 millones de años, toda la materia del Universo
estaba concentrada en una zona extraordinariamente pequeña del
espacio, y explotó. La materia salió impulsada con gran energía en
todas direcciones.• Los choques y un cierto desorden hicieron que la
materia se agrupara y se concentrase más en algunos lugares del
espacio, y se formaron las primeras estrellas y las primeras galaxias.
Desde entonces, el Universo continúa en constante movimiento y
evolución.
Estas teorías han ayudado al desarrollo de posteriores teorías hasta
llegar a la que actualmente se encuentra en vigencia, por lo que
creemos que, si bien no son las acertadas sobre el origen del cosmos,
han contribuido de alguna manera a llegar hasta la que hoy
consideramos cierta.• Por último, podemos decir que la teoría del big-
bang, considerada como verdadera en nuestros días, no ha sido obra
de una persona, sino de todos los científicos, físicos, astrónomos,
matemáticos, químicos y sabios que han ido aportando sus ideas y
descubrimientos a lo largo de la historia de la humanidad.