nuevos paradigmas regionales
Transcript of nuevos paradigmas regionales
NUEVASTENDENClASEN EL
ANÁLISIS REGIONAL
BLANCA R. RAMIREZ VELAZQUEZCompiladora
BERNARDO NAVARRO B.Presentación
DOREEN MASSEYDANIEL HIERNAUX
EMILIO PRADILLAJAVIER DELGADILLOBLANCA R. RAMIREZ
GUSTAVO GARZA YJAIME SOBRINO
DENISSE PINHEIROENRIQUE CONTRERAS
HECfOR TEJERAALAIN LIPIETZ yGEORGE BENKO
DEPARTAMENTO DE TEORIA y ANAuSIS
1m. UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA-XOCHIMILCOt._~_:o
daniel hiernaux nícolas'
DIRECTORIORector GeneralDr. Gustavo Chapela Castañare.Srio. Genera lDr. Enrique Fernández F...nach1Rector de la UnidadDr. Avedl. Aznayurlan ApeJlan
Sría. de la UnidadM. en C. Magdalen a Fresán Orozco
Directora de CyADArq. Concepción Vargaz SánchezJefe del Oepto. de Teor fa y AnálisisDr. Bernardo Nayarro Benftez
Coord . Edit . del Depto. de Teoría y AnálisisD.C.G. OIello Martínez Ordz '
Diserto de la Colección , Diseño de Portada ,Respon sable de la Edición y Diserto Editorial:D.C.G. 010110 Martinez Ortiz
Colaboraron:Edtth Hernández V.letlcla Rivera M.Sergio Garera C.
Ricardo Rendón M.
©Derechos Reservadosla . Edición , 1991Universidad Autónoma Metropol itana Unidad XochimilcoCalz. del Hueso 1100, Col. Villa Quietud, México , D.F.ISBN - 968-840-961-8
In dicePresen tación .5La zona metropolitana y su región 8Los retos de l desarrollo regional.. 9Reflexión regional y universidad llIntroducción 13Las Regiones y la Geografia 23Las etapas inicia les en el debate regional.. 24La nueva etapa 26La situación actual 27Conclusiones 30En la Búsqueda de un Nueva Paradigma Regional... 33Los conceptos tradicionales de región 342. El pensamiento marxi sta y la región 36Factores contextuales de un nuevo paradigma regional.. 38Posibilidades de un nuevo paradigma regional .41Referencias 46Notas so bre la Cuestlé n Regiona l en América Latina 49Disolución y reconst rucción de las sociedades regionales 50Fo rma ción de Estados Na cionales, acumulación originaria de capital yHo moge neización territorial. 51Industrialización , nueva homogen eizaci ón y fragmentaci ón .52La reestructuración capitalista y las nuevas te ndencias de estructura-ción te rritorial 55La dialéctica, homogeneiza ci ón-fragmen taci ón territorial 57Refere ncias 60Terr itorio, Estado y Trasnacionalización 62Algunos conceptos: el espacio regional y el des arrollo 63Pro cesos eco nóm icos y el desarrollo regional... 65Desarrollo regional, Estad o y descen tralización 67Internacionalización del capita l y efectos territoriales 70Lo In ternac ional y lo Regiona l 78Planteamien to del problema 79Algunas reflexiones teóricas 86A manera de conclusión 90Evolución Económica y Urbanización en Sinaloa 93Participación decreciente de Sinaloa en la economía nac ional 96Es tructura y dinámica sinaloense 98
Estructura y dinámica sinaloense 98La cuestión agraria 99Cuadro 1 100Desarrollo regional insuficiente: nivel y estructura industrial 102a) Concentración industrial 102Cuadro 2 103b) Es tru ctura interna 105Cuadro 3 106Cuadro 4 107Dis tribución espacial de la industria 1OBCo nclusiones 111Referencias 113La Implantación de la In dustria Petroquimica en Brasil 115El establecimiento de la industria petroqu ímica en Brasil... 117El polo petroquímico de Bahia 120El polo de Río Grande del Sur 124Consideraciones finales 128Cultura y Espacio Regional 132La naturaleza del poder, del Estado y la Cultura 134La desagregaci ón sistémica del tema 141Una revisión de los estudios soc ioculturales regionales 141a) La base productiva 143b) El iodigenismo 146e) La sociabilidad y so lidaridad 147d) La centralización de l poder 149e) Los movimientos sociales urbanos 151Co nclusiones 153Notas 154Regiones de Identidad y Análisis Cultural 161Posiciones en el Nuevo Debate Regio nal... 175¿El fin de las industrias en el campo? 176Primera ortodoxia: Jerarquía urbana 1SO¿Retrazo o dependencia? Las ortodoxias de la post-guer ra 183El Desarrollo Regi onal "Endógeno" 187Referencias 190
EN LA BUSQUEDA DE UN NUEVOPARADIGMA REGIONAL
Daniel Hiernaux Nicolás *
• Docente invest igador Titular "C', del Depa rta mento de Teo ría y Anális is, División deCiencias y Artes para el Diseño de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.
Las tendencias a la intemacionalización creciente de la economía, en e!marco de la fonnación de un "sistema mundial jerarquizado" (Beaud,l987),han inducido a no pocos estudiosos de lascuestiones territorialesa anunciar ladesaparición de la región, como unidad de referencia para el análisisterritorial.
No cabe duda que e! establecimíento de relaciones intercontinentales ent re ciuda des en e! marco de la flexibilización de la producción, debido, entre otros factores, al extraordinario desarrollo de los medios de comunicación en la última década, propicia e! desinterés por la región, quesería, en este contexto, un remanente en vía de desaparici6n, de formasprecapitalistas de producción, o, en e! mejor de los casos, e! reflejo deciertas modalidades de articulación entre el capital y e! territorio .
La hipó tesis de este trabajo, es que nada es menos cierto que loanterior. Proponemos, al co ntrario, que la region es la unidad territorialde base que articula los diversos espacios del capital mundial, y que, porlo tanto, el análisis regional debe estar en el centro de las preocupaciones de los estudios territoriales.
Para ello, es po r lo demás evide nte que los conceptos tradicionales de regió n, origin ados en los pos tulados funcional istas así como en e!pensamient o marxista sobre la región, han perdido aplicabilidad en e!contexto actual.
En este ensayo, se tratará de presentar brevemente los postuladosy las limitaciones de los conceptos tradicionales de región, sean funcio nalistas o marxistas, y de demostr ar qu e las nuevas tendencias de la economía capitalista, encuentran su base territorial en la recomposición dela esfera regional, qu e, art iculada con la creación de espacios urbanosnodales de alta integración mundial, constituye el nuevo fundamento dela diná mica territorial en esta nueva etapa de acumulació n capitalista.
Los conceptos tradicionales de regi ón
1. Los pa radígma s func íonallstas-cl áslcosLa for mación histórica de los paradigmas sobre la región, se en
cuentra profundamente determinada por el contexto científico e ideológico de cada época, a su turn o re flejo de! estado de las fue rzas productivas y de la ar ticulación - peculiar a cada período histórico - , entre laformación económica y social, y el territorio.
La "región-paisaje" de Vidal de la Blache, respondía a la visiónclásica de fines del siglo XIX, cuando e! capitalismo profundizaba e!control de la economía de los países desarrollados, produciendo trans-
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formaciones radicales en la economía y el territorio, en el marco de laprimera fase de "globalización" de la historia mundial, la que fue calificada justamente de "imperialismo". Debido a los embates del capitalismo sobre los espacios tradicionales, los geógrafos consideraban : .....que frente a esta nueva situación deban corresponder nuevas divisionesregionales, no es paradójico afirmarlo... vemos por todas partes, subsistir formas recesivas al lado de formas progresivas" (Vidal de la Blache,1911 en Pinchemel, 1984:80-81). Al respecto de la aportación de Vidal a la formación de un paradigma region al, Pinchemel afirma que:.....desde antes del cambio de siglo, P. Vidal de la Blache ha test ificadode una concien cia aguda de los trastornos espaciales producidos por larevolución industrial" (1984:82).
Posteriormente, si bien los herederos de Vidal mantuvieron a lageografía regional en el marco estrecho de las descripciones academizantes, el pensamiento geográfico tuvo la capacidad de desarrollar unageografía regional de fuerte arraigo.
Si bien el principio de unidad había conducido a la construccióndel concepto de región natural a partir del siglo XVIII, desde inicios delsiglo XX, será el principio de homogeneidad interna el que guiará losestudios regionales (Dauphiné, 1979:9). La región gracias a las aportaciones de Vidal y de Gallois, será identificada a partir de algunos elementos claves, que constituyen las variables de identificación de un estado dominante de homogeneidad. Aunque se admitan las limitacionesde este paradigma regional, aún desde la voz funcionalista (Dauphiné,1979), continuará siendo uno de los conceptos claves en los estudios regionales, incluso en fechas recientes (Palacios: 1983).
Los años cincuenta constituyeron el viraje más importante delpensamiento regional, con la consolidación del concepto de espacio nodal, cuyo fundamento, con toda justicia, se encuentra en las aportaciones de economistas de inicios del presente siglo.
El vocero más conocido de esta corriente, es sin lugar a dudas,Francois Perroux, que, desde la economía, revolucionó el paradigma regiona l tradicional. Cabe señalar, que la teoría del cre cimiento polarizado de este autor (Perro ux,1950 y 1955), se engarzaba perfectamente conlas nuevas tendencias del capitalismo triunfante de la posguerra. Enefecto, el autor concebía, desde una visión económica, la nueva artic ulación entre el capit al de los graudes conglome rad os de la economía, y elterritorio de los llamados primer y tercer mundo.
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La génesis de la teoría del espacio polarizado y de las regiones art iculadas en tomo a un polo de crecimiento, fue el resultado de la interacción ent re la posición de los economistas, asumida por Perro ux, y la delos geógrafos, representada por Boudeville. Para inicios de los sesentas,había quedado determinada la tipología de regiones que aún atrae a losfuncionalistas: la región homogénea, la región nodal y la región plan,siendo ésta el simple reflejo - pobremente conceptualizado-, de la creciente participación del Estado capitalista como regulador económico,societal y territorial (Boudeville:1965).
La época del auge capitalista en la posguerra, se constituyó así, siguiendo nuestra hipótesis, en el enm arcamiento y la justificación de laapar ición de un paradigma regio nal que tendrá una amplia difusión enlos países capitalistas (véase al respecto las intervenciones en materiade ordenamiento territorial en países como Francia, buscando el fortalecimiento de "metrópolis de equilibrio", para contrarrestar la centralización parisina); asimismo, los países periféricos a este proceso de acumulación acelerada, conocerán un auge de grandes proyectos de inversión en regiones consideradas como "atrasadas", proyectos cuyo fundamento conceptual fue sin lugar a dudas la teoría mencionada.
2. El pensamiento marxista y la regiónDentro del pensamiento marxista (y por cierto también del fun
cionalista), el estudio explicíto de la cuest ión regional, se encuentraprofundamente fragmentado.
La ruptura más evidente, se encuentra entre los que nicgan la existenciade la región,y losque asumen su existencia real, los menos. Varios geógrafosyestudiosos de lacuestión territorial, han asumido laposició n de no reconocer ala región un derecho de existencia (salvo como medionatural homogéneo).
Su argumentación puede resumir se en los siguientes puntos:- El capitalismo en su fase expansiva (q ue inició en la posguer ra),
manifestó la tendencia a superar las fronteras nacionales. En otros tér minos, son las grandes corporaciones multinacionales las que organizanel espacio a esca la planeta ria. Su proposición fue admitida por los funcionali stas que conside ran inclusive que se debía planificar la expansióncapitalista por encima de las fronteras nacionales, previendo así la integración de grand es bloques económicos y la desaparición progresiva delas fronteras económicas, e inclusive polít icas .
- El espacio de referencia del capitalismo era por una parte, launid ad de producción donde se desarrollan los pr ocesos de generación
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de la plusvalía, y por otra, la ciudad donde se realiza la circulación y lareproducción del capital y la fuerza de trabajo. Al respecto, es indudable que la sociología marxista aplicada al territorio, privilegió la dimensión urbana a expensas de la referencia regional (Amiot,1986).
. Los estudiosos de los conflictos sociales consideraban que lascontradicciones centrales del cap italismo, se ubicaban en los dos nivelesde referencia antes citad os: la unidad de producción y la unidad de reproducción (Castells, 1972, ent re otros).
Si bien el nivel urbano y el internacional son los más relevantes , elpensamiento marxista reconoce la importancia de la pa rticipación delEstado en los procesos económicos, sociales y territoriales, por lo que launidad "espacio-naci ón" es una referencia obligarla; representa el nivelintermedio de análisis entre la esfera local y el ámbito internacional . Al
- respecto, Millon Santos, afirma que "...el hecho de ser el único intermediario posible entre el modo de producción a escala internacional y la sociedad nacional renueva la funci ón del Estado en el período actua!.....(Santos 1990:197). Debe recordarse que lo anterior fue escrito inicialmente a fines de los setentas, en pleno auge del Estado-interventor,
Por lo anterior, Santos y un número considerable de geógrafos yestudiosos de las cuestiones regionales, consideran, a la par de economistas netamente funcionalistas como Walter Isard, que la región es unadivisión 'oportuna' del espacio-nación, una necesaria unidad referencialde análisis, pero, bajo ningún concepto, una referencia idónea para el es tudio de los procesos de producción, acumulación y reproducción en elcapitalismo, central o periférico. lsard, desde la perspectiva pragmáticade la mal llamada 'ciencia regional ', adopta un concepto totalmente flexible de región, para fines estrictamente operativos (Isard, 1975).
A su turno, la geografía académica de los países del socialismo realmente existente, redescubrió la región en su forma más clásica posible,aunque su discurso se tiñó del consabido vocabulario marxista. La regiónpara esta perspectiva, es antes que todo la región natural, analizada porlos geógrafos físicos y sobretodo por los geomorf ólogos, disciplina en lacual excelan los académicos socialistas, mientras la región geoecon ómicaes la unidad territorial creada por el Estado en vista a satisfacer las neceosidades de la indispensable planificación de la economía para el fortalecimiento del desarrollo por la vía socialista.
Sin embargo, aún en el seno de la corriente marxista, no todos losestudiosos consideran que la región sea sólo un concepto; ello es partícu -
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1armente cierto entre los geógrafos del Tercer Mundo, entre otros los bra sileños y los mexicanos, que a partir de la economía política y de las herramientas del materialismo histórico, consideran a la región como una dimensión esencial del análisis territorial (Bassols, 1982,entre otros). A esterespecto, el concepto de formación social y económica regional, ha cobrado bastante vigor en la geografía regional brasileña de orientación marxista (véase una buena síntesis en Santos , 1990, cap. XVII) .
Finalmente, es de señalar que salvo honrosas excepciones, losanalistas marxist as de la región, tienden a valorizar como esenciales losfactores económicos, siguiendo la línea más tradicional de la economíapolítica, y prestando escasa atención a las dimensiones sociales, culturales, y étnicas de la región, fenómenos que han sido abordados con bastan te perspicacia por otras disciplinas, y que , como se argumentará después, const ituyen piezas claves para la redefmición del paradigma regional (De la Peña, en Padua y Vanneph: 1986).
Factores contextuales de un nuevo paradigma regional
Si bien el debate anterior sobre la región como simple unidad pertinente de análisis del espacio-nación o la región como realidad, estámuy lejos de proporcionar una respuesta cerrada, la evolución del sistema capitalista en los últimos quince años, ofrece factores nuevos quehacen obsoleto el debate en los términos en que se planteaba hace diezaños, e invitan a considerar la posibilidad de constru ir un nuevo paradigma regional. A continuación abordaremos en forma suscinta, algunos de los elementos -claves de la evolución reciente del capitalismo (ydel socialismo) que apuntalan nuestra afirmación.
En primer lugar, la evolución tecnológica, o mejor dicho la 'revolución tecnológica', ha puesto en tela de juicio muchos de los factoresque fueron tomados en cuenta para la formación de los paradigmas tradicionales del análisis territorial. Es evidente que la por ejemplo distancia, elemento clave para la comprensión de las diferenciaciones territoriales, desempeña un papel muy diferente en la época actual. La distancia, freno a la homogeneización del espacio económico capitalista y limitación evidente a la igualdad en el socialismo, ha sido consideradapor los estudiosos territoriales funcionalistas, como una variable centraldel análisis espacial. En el pensamiento neoclásico, la distancia llega aser tan importante que el espacio sufre una castración conceptual significativa, que lo reduce a una simple distancia-costo.
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El cambio tecnológico ha resuelto parcialmente el freno de la distancia, permitiendo, mediante inversiones, relativamente restringidas, laaccesibilidad instantánea entre puntos del espacio. A este respecto,nunca se insistirá lo suficiente, sobre la importancia de la informáticaen la nueva estructuración del territorio. Lo anterior, lleva a observar,entre otros, que la valorización de diversas localizaciones para ciertasfracciones del capital, se relaciona cada vez menos con la distancia geográfica, y considera como factor central la inserción diferencial en lasredes de comunicación. Claro es, que existen fuertes diferencias entreramas económicas para aprovechar las facilidades brindadas por lasnuevas tecnologías: las ramas de punta tienen sin lugar a duda muchaspotencialidades para aprovechar las ventajas comparativas de la tecnología de comunicaci ón, mientras las ramas tradicionales siguen atadas alos tradicionales factores de localización, en el marco del consabidoanálisis weheriano y sus derivaciones posteriores (Federwish, Zoller,1986). No cabe duda que la revolución tecnológica es además esencialpor sus impactos sobre la organización del trabajo, y la sustitución deltrabajador por la máquina (robotización, etc.).
Otro factor sustancial en el cambio de paradigma regional, es lacuestión de la flexibilidad del trabajo, en el marco de las nuevas formasde organización del trabajo. Es notorio que varios 'regionalistas' (Lipietz, Massey) hayan contemplado con interés este proceso, al mismotiempo que se realizaban análisis similares desde otras disciplinas . Lanueva reorganización del trabajo en el capitalismo recurre a modelosque han sido calificados de posfordistas, y que se caracterizan esencialmente por la flexibilidad de cada puesto de trabajo (permitida entreotros por la microelectrónica), y también entre los puestos de trabajo.Este proceso se acompaña de un ajuste en las relaciones salariales y enla mediación de los sindicatos, lo que implica la ruptura del modelocorporativista-sindical. Los cambios en las formas de. organización territorial son evidentes: Lipietz distingue nuevas formas, correspondiendoa diversas maneras según las cuales las distintas fracciones del capitalhan respondido a la potencialidad de la flexibilidad (Lipietz,1989). La'vía neo-tayloriana', consiste en la desintegración territorial de los procesos de trabajo, que distribuye territorialmente los niveles de calificación y aprovecha diferencialmente las ventajas comparativas de los espacios de integración. Es el caso de la maquiladora (México, Suresteasiático...). Las áreas productivas especializadas, según su modalidad
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territorial en la proposición de Lipietz, son "...aglomeraciones de formación reci ente , estableciendo una débil relación con la farmacian social regional preexi stente. Ellas son monosectoriales, orientadas hacia laexportación, con débiles vínculos inter-firrnas en su territorio (a no serlos de la competencia)". (Lipietz,1989:35) .
La 'vía californiana" siguiendo al mismo autor, impulsa un 'sistema produ ctivo loca l', del tipo de la 'Silicon Valley', basad o en la aglomera ción de capacidades individuales ('know-how') presentadas en unmercado especializado. Otros casos con orientación similar, lo constituyen las zonas del Sureste asiático, en las cuales la participación del Estado como regulador de la difusión del 'savoir-faire,' ha permitido unaadecuada transición de un modelo neotaylorista a un model o californiano. "La vía californiana está asociada con una fuerte integración territorial, favoreciendo a los sistemas productivos locales" (Lipietz,1989:38).
Finalmente, la 'vía saturniana', busca la calificación y la cooperación en las relaciones profesionales en la unidad de producción y propicia, adem ás, la aparición de acuerdos entre firmas. El modelo territorialcorrespondiente sería el de 'área-sistema' con fuerte integración interna(Lipietz 1989: 37).
Las tres vías propuestas por Lipietz, sintetizan adecuadamente,. - aunque en forma exploratoria - , algunas tendencias muy recientes nosólo de la organización del trabajo, sino también de la organización territorial, lo que había sido insuficientemente trabajado por algunos teóricos de la 'nueva división internacional y espacial del trabajo', que sóloconsideraban el modelo neotayloriano que preva leció hasta inicios delos ochentas.
La formación de bloques económicos es otro de los factores demayor relevancia para la propuesta de un nuevo paradigma regional. Enefecto, la homogeneización progresiva de las condiciones entre países,en mate ria de aranceles entre otros, borra la primacía del espacio-na ción como unidad de refe rencia para el estudio ter ritorial. Ello no significa que los planteamientos de geógrafos como Santos sean erróneos, sino más bien que requieren ser adecuados a las nuevas tendencias delcap italismo. Los formación de graudes bloques en el capitalismo actual,significa la eliminación de las fronteras económicas y a veces políticas,contra las cuales luchaban mentes precursoras como Perroux desde losaños cincuenta. De esta forma, hoy, la unidad referencial del capita lismo es otra. Argumentaremos posteriomente que esta nueva unidad de
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referencia territorial, que demanda la evolución de la economía y de lapolítica, es justam en te la región .
La formación de bloques es parte de una embestida sin precedentes de la ideología liberal o neo liberal, y debe ser entendida en conjuntocon la desintegraci ón de l bloque socialista. Aunque parezca paradójico,para la cuesti ón territorial, los dos fenómenos son complementarios:hacen desaparecer las dimensiones intermedias, el Estado-Naci ón y suespacio político administrativo, remplazándolo por una mult iplicidadde subespacios integrados en un espacio económico, casi único a nivelplanetario, aquel del capitalismo triunfante, qu e es el marco de referencia en primera instancia para el estudio del territorio.
Esta parte de la discusión no se pued e cerrar sin contemplar lacuestión del Estado. Nos guste o no, las tendencias recientes apuntan aun retroceso sin precedente en cuanto la participacion del Estado en laorganización territorial. Al respecto, Bellon (1986) man ifiesta acertadamente que se está en presencia de dos tipos de Estado: el qu e sigue manifestando preocupaciones por la racionalidad de la eco nomía, y porello despliega tácticas planificadoras y persigue controlar el caráctersalvaje de l nuevo modelo capitalista (el caso de Francia, por eje mplo, apesar de sus incontables concesiones al neoliber alismo), y el caso de lospaíses con una cond ucción francamente neoliberal, donde el papel delEstado es esencialmente el de propiciar el desarrollo del capital a cualquier costo. Es particularmente interesante notar que un economistacomo Bellon, privilegia algunos procesos espaci ales, como el hecho deque en los enfoques neoliberales, el Estado ju ega un papel determinante en la creación de los soportes materiales para la acumulación, seapor medio de su intervención directa, sea por la vía del apoyo indirecto ,desde el respaldo juríd ico hasta el soporte financ iero y el aval. crediticio, en algunos casos.
Pos ibilidades de un nuevo paradigma regional
La posición que defendemos, ha podido ser evidencia da en losplanteamientos anteriores: conside ramos que en la actualidad, la regiónno es sólo una unidad pertinente de análisis para los estudios territoriales, sino y sobretodo, que representa la nueva dimensión en la que sedespl iega, produce y reprodu ce el capita lismo a escala planetari a.
En otros términos, afirmamos que estamos asistiendo en este finde siglo y de milenario, a una recomposicion de la esfera regional y por
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ende de la necesidad de los estudios regionales. Esta posici ón, aún en sufase exploratoria, puede ser sintetizada en los siguientes términos, y queconstituyen nuestras muy preliminares conclusiones:
Por una parte, se reconoce la pérdida de relevanciade los análisisy de las tipologias tradicionales de regiones. No cabe duda que la regiónnatur al es ya un mito de los ecologistas y una quimera que no se pod ráreco nstituir. Asimismo, la región homogénea, si bien pudo ser comprobada su existencia en épocas anteriores del desarrollo del capitalismo,resulta difícilment e identificable en los albores del siglo XXI, salvo porla pe rmanencia - a pesar de más de doscientos años de revolución industrial - , de regiones culturales, particularmente las étnicas, que hanlogrado sostener a costa de su marginación del progreso evidente queha aportado el desarrollo de las fuerzas productivas, una homogeneidadparcial en la esfera supe rest ructural y a veces econ ómica (a través de lapersistencia de formas precapitalistas de producción) (Gutierrez Haces; Hie rna ux: 1981).
Los procesos decisivos para el reconocimiento de la existenciade la región como unidad real y tambi én como ámbito central de análisis, lo constituyen los cambios acelerados que co noce la economía mundial, part icularmente en lo referent e a la recomposición de los procesosde trabajo en el seno de las unidades de producción, a la organizaci ónrenovada de las relaciones capit al-trabajo y capital-capital. Los nuevosmndelos de organización del trabajo y del capital son múltiples: sus repercusiones sobre la organización territorial no pueden, en consecuencia, ser unidireccionales, sino que se está gestando una variedad de formas territoriales complementarias de gran transcen dencia y valor parael estudio de los procesos regionales.
En la actualidad, pueden distinguirse tres ámbitos esenciales para el análisis territorial: el nivel internacional, el ámbito regional y la es fera local. Cada uno de los tres ámbitos cumple un papel decisivo en laorganización de l capital en la actualidad, y el funcionamie nto adecuadode cada uno como ámbito específico, constituye, además, una condi ciónsine qua non de la recomposición del crecimiento capitalista.
La esfera internacional desempeña un papel esencial en el proce so anteriormente señalado. La formación de un mercado mundial, con laexpansion de los mercados tradicionales al reducir los efectos de diferenciación espacial impuestos por los sistemas de fronteras, propicia larevigorización del proceso de acumulación, limitado por una crisis de es-
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tancamiento de los mercados nacionales y un exceso de capital por unidad de producto (Lip ietz,1989). Es en este sen tido, es que deben entenderse los esfuerzos de formación de bloques, entre los cuales la Comunidad Económica Europea y el bloque continental de América del Norte(G utiérrez Haces, Deblock y Brunelle, 1989), constituyen los esfuerzosmás adelantados. Los bloq ues geoeconómicos y políticos, representanuna victoria indudable sobre las limitaciones que las diferenciaciones espacio -nacionales generan sobre la expansión de los mercados. Por lo anterior, los estudios territoriales deben orientarse, en primera instancia,hacia el estudio de la dinámica temporal y espacial de estos mismos bloques. En nuestra opinión, son los procesos en curso a escala internacional, los que rigen el futuro de las estructuras territoriale s de l mañana.
- La esfera nacional pierde su relevancia a partir del momento enque la diferenciación entre los espacios-naciones, no constituye un elemento relevante para la acumulación capitalista. Si bien la desapa ricióncompleta del Estado propugnada por los anarcocapitalistas o Iibertarianos, no es inminente, es evidente que el Estado 'moderno', renuncia aejercer una política regional, en el sentido de lucha r contra las desigualdades regionales, para dedicarse, preferentemente, a impulsar la aparición de condiciones diferenciales y competitivas entre las diversas regiones que conforman aún el estado pol ítico-administrativo, aún no to· ·talmente desaparecido (el bloque continent al de América del Norte) oen vía de proxima fusión en la globalidad (C.E.E.).
La región se ubica así en el centro de los proces os de acumulación; el desarrollo regional, ent endido por los neoliberales como desarrollo de condiciones idóneas para la acumulación, se encuentra en elepicentro de las preocupaciones de los grupos económicos dominantesy del Estado neoliberal. No tememos afirmar que la separación -por lodemás esquizofrénica- entre la teoría económica y las consideracionesespacia les prop ias del pensamiento decimonónico, puede llegar a resolverse en las próximas décadas, en la medida en que las cuestiones territoriales se encuentren en la base del crecimiento económico del futuro.
Por otra parte, es evidente que las regiones tradicionales están envías de desaparición. En el marco del desarr ollo económ ico actual, lasregiones polarizadas tradicionales constituyen una reminiscencia de laépoca durant e la cual el objet ivo central del crecimienlo y la organización regional, era el abastecimie nto del mercado regional y nacional,consolida ndo, para ello, la esfera regional. A la fecha, pueden identifi-
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carse nuevas regiones nodales, es decir, fuertemente articuladas por unnúcleo central, pero lo dominante es la aparición de actividades motrices ("a la Perroux") qu e artic ulan preferentemente la región con la esfera internacional sin pasar por la refere ncia , antes obligada, del espacio-nación. Sería pertinente al respecto, rescatar algunos conceptos como los de enclave de Cardoso y Faletto, para apuntalar reconceptualizaci ónde dichos procesos.
Cabe notar qu e la obediencia de la región a postulados de la economía mundializada, transforma la cuestión de los balances interregionales y de las desigualdades entre regiones, en asuntos del pasado: yano existe el sistema regional-nacional, y cada región compite, en el marco de sus ventajas comparativas, con las posibilidades de insertarseoportunamente en el mercado mundial.
En la misma medida que las nuevas formas de organizar las relaciones capital-trabajo y capit al-cap ital son múltiples, - como lo señalábamos anteriomente siguiendo a Lipietz- , las 'formas territoriales' regionales resultantes de estos procesos son, y serán, variadas. Con elriesgo de cae r en una tipología prematura, nos atrevemos a plantearque son tres los modelos ese nciales de región que pueden presentarse,a la luz de las cons ideraciones anteriores:
-La región subsidiaria, producto de la integración a un territoriodeterminado de procesos neotayloristas (como el caso del Norte maquilador mexicano).
-La region-competencia, con referencia al modelo californiano, yprobablemente la que más obedece a los post ulados de mercado de losneoliberales; y
- La región-sistema en la cual dominan los procesos saturnianos.La posibilidad de encontrar nuevas formas regionales, pasa, con
toda evidencia, por la relación que deberá establecerse entre las antiguas formaciones regionales y las nuevas necesidades. En otros t érrninos, el nuevo modelo de acumulación capitalista exige una reconversiónregional, para que los antiguos espacios regionales, se inserten plenamente en las nuevas necesidades. Dicha reconversión regional debe rárealizarse cuenta hech a de lo que Santos ha llamado las ' rugosidades' ylas 'inercias dinámicas' (Santos, l 990) de la formación territorial anterior. Todo ello, no elude - al contrario - la formación social y económica, que coactúa con la formació n territorial, la explica, la dinarniza, ypotencializa o restringe su nueva inserción en la dinámica mundial.
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Finalmente, la dimensión local es ineludible. Se tiende a asimilarésta con la dimens ión urbana por dos motivos: por una parte, la urbanización creciente del planeta demuestra la primacía de la esfera urbana,pero además, porque las ciudades juegan ahora un papel centr al en lanueva articulación entre la dimensión internacio nal y la dimensión regional de la acumulación capit alista. A este respecto, hemos arguído enotro trabajo (Hiernaux,1989) que se está produciendo un espac io reticular, formado por núcleos centrales, con intensa comunicación entresí. Estos nodos son justamente las ciudades y particularmente las 'ciudades flexibles' a las cuales se refieren Leborgne y Lipietz, en otro trabajo reciente (Leborgne y Lipietz,1988).
Las ciudades flexibles son las que son capaces de acoger la localización de alguna parte sustancial del proceso de acumulación a nivel internacional, y al mismo tiempo de integrarse con el resto de las ciudades flexibles en una ' red' internacional. La división internacional deltrabajo y las potencialidades del espacio local, son los factores decisivosque determin an el posicionamiento de una ciudad esp ecífica en el sistema urbano de relevancia mundial, articulado en red. Por lo tanto, esevide nte que, por ejem plo, una ciudad turística de renombre mundial,podrá jugar un papel importante en la reproducción de cierto tipo decapital y en la reproducción diferida de la fuerza de trabajo de los agentes sociales claves de la nueva acumulación, mientras que otras ciudades cumplirán papeles diferentes como articuladoras de espacios demercado, centros financieros, etc. Las desigualdades no desaparecen,sino que se transforman y cobran nuevo sentido po r el contexto de la inserción mundial; es lo que señalaba ya Doreen Massey en un artículomuy precursor de fines de los setentas (Massey,1979).
- Finalmente queremos llamar la atenci ón sobre la formación de doscircuitos en la economía y el territor io, rebasa ndo el ámbito urbano queSantos le asignó al concepto de 'circu itos' (Santos,1975). A este respecto, Milton Santos se refiere a un circuito superior, el que se engarza conla 'modernización', y un circuito inferior que se relaciona con la'informalidad', en el ente ndido de que los dos circuitos son complementarios, asociados e interdependientes. En el marco de nuestro intentode esbozar algunos lineamientos que tienda n a un nuevo paradigmaregional, conviene recalcar la utilidad del concepto de circuitos. En laesfera urbana, el circuito inferior cobra un sentido cada vez mayor en laformación de los espacios periféricos, al mismo tiempo que explica lalucha por el espacio central; en la esfera regional, se presenta un circuito inferior que relacionamos tentativamente con las ramas de abasto
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al mercado nacional y con la supervivencia de relaciones precapitalistas,tanto en la base económica como en la superestructura. El circuitoregional superior, es el que permite la integración de la región en el siste ma-mundo, y se compone de las actividades de intensa acumulación,de gran dinamismo y de fuerte capacidad de inovación,
No puede existir una conclusión tajante a este tipo de planteamientos, sino más bien son la expresión de la convicción personal y profundade que la cuestión regional es una de las tres esferas territoriales más significativas para las próximas décadas, junto con el 'sistema-mundo' y conlas 'c iuda des flexibles' . De tal suerte, sí admitimos la existencia de la región - aunque asistamos a la emergencia de nuevos patrones O 'formasregionales' -, y el carácter decisivo de su intervención en los nuevos procesos de acumulación, el anális is regional deberá ser una de las tareasfundamentales para los estudiosos del territorio en los próximos años.
De est a suerte habremos reencontrado la unidad indisoluble entre'el hombre y la tierra' (Reclus).
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