Nubes ministeriales

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Miércoles 16 de Abril de 2014 11:10 Apóstol Gerardo Santiago 1 Reyes 18:43-45 LBLA Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el1 mar. Y él subió, miró y dijo: No hay nada. Y Elías dijo siete veces: Vuelve a mirar. (44) Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: He aquí, una nube tan pequeña como la mano1 de un hombre sube del mar. Y dijo: Sube, y di a Acab: "Prepara2 tu carro y desciende, para que la fuerte lluvia no te detenga." (45) Y sucedió que al poco tiempo, el cielo se oscureció con nubes y viento, y hubo gran lluvia. Y Acab montó en su carro y fue a Jezreel. El profeta Elías pidió al criado que volviera a mirar porque al primer intento no había visto nada. Como ministros, muchas veces es lo que nos sucede, no percibimos nada aunque lo haya, lo que ocurre es que no nos detenemos a observar. Los ministros somos una pequeña mano del Señor, frágil, débil y con un cuerpo de bajeza, porque nos cansamos y nos enfermamos, sin embargo, esa mano puede provocar avivamiento y visitación de parte de Dios. Estamos esperando que El Señor aparezca de nuevo, pero antes de eso vendrá una gran indiferencia de Su pueblo, pero la mano de Dios provocará un gran avivamiento par la iglesia que se casa. Nos ha tocado vivir en un tiempo maravilloso en la que tendremos la oportunidad de no ver muerte, sino partir vivos, pero antes tendremos que enfrentarnos a grandes corrientes adversas, por eso necesitamos ser ministros con equipamiento especial, de una élite con preparación extrema para llevar a la novia hasta El Señor, y muchas veces, enfrentarnos ante las fauces del oso para arrebatarla. Se nos ha dado un periodo de reinicio, pero debemos comprender que éste reinicio se dará con dolores de parto para el alumbramiento de algo nuevo.

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Miércoles 16 de Abril de 2014 11:10

Apóstol Gerardo Santiago

1 Reyes 18:43-45 LBLA Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el1 mar. Y él

subió, miró y dijo: No hay nada. Y Elías dijo siete veces: Vuelve a mirar. (44) Y

sucedió que a la séptima vez, él dijo: He aquí, una nube tan pequeña como la

mano1 de un hombre sube del mar. Y dijo: Sube, y di a Acab: "Prepara2 tu carro y

desciende, para que la fuerte lluvia no te detenga." (45) Y sucedió que al poco

tiempo, el cielo se oscureció con nubes y viento, y hubo gran lluvia. Y Acab montó

en su carro y fue a Jezreel.

El profeta Elías pidió al criado que volviera a mirar porque al primer intento no

había visto nada. Como ministros, muchas veces es lo que nos sucede, no

percibimos nada aunque lo haya, lo que ocurre es que no nos detenemos a

observar. Los ministros somos una pequeña mano del Señor, frágil, débil y con un

cuerpo de bajeza, porque nos cansamos y nos enfermamos, sin embargo, esa

mano puede provocar avivamiento y visitación de parte de Dios. Estamos

esperando que El Señor aparezca de nuevo, pero antes de eso vendrá una gran

indiferencia de Su pueblo, pero la mano de Dios provocará un gran avivamiento

par la iglesia que se casa.

Nos ha tocado vivir en un tiempo maravilloso en la que tendremos la oportunidad

de no ver muerte, sino partir vivos, pero antes tendremos que enfrentarnos a

grandes corrientes adversas, por eso necesitamos ser ministros con equipamiento

especial, de una élite con preparación extrema para llevar a la novia hasta El

Señor, y muchas veces, enfrentarnos ante las fauces del oso para arrebatarla.

Se nos ha dado un periodo de reinicio, pero debemos comprender que éste

reinicio se dará con dolores de parto para el alumbramiento de algo nuevo.

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Dios tiene un trato con sus siervos, porque el trabajo que haremos es llevar a Su

iglesia hasta la recta final. Cuando seamos capaces de tocar el manto como lo

hizo la mujer con flujo de sangre, y de entender que hay una mano poderosa que

nos levanta y sustenta, Él Señor hará grandes cosas en nosotros.

Jairo es un caso especial que va con Jesús con la esperanza de lograr que su hija

no muera, en el camino lo abordan para decirle que no molestara más al Maestro

porque su hija ya había muerto. El Señor se conmovió de Jairo al verlo y le dijo:

"no temas" y eso bastó para que tuviera paz en su corazón mientras El Señor

resolvía su problema.

Estamos en el reinicio y con dolores de parto, esperando los dolores de

alumbramiento. El Señor hace las cosas que Él quiere y a la manera que Él

quiere, teniendo la plena convicción de que en Él no hay despropósito para

nosotros, y los que le amamos las cosas vienen para bien. Algunas de las cosas

que nos toca vivir como ministros son para que El Señor se manifieste, otras son

para blanquearnos, y otras para promocionarnos a otros niveles de santidad,

sabiduría y entendimiento.

Éxodo 13:21 LBLA El Señor iba delante de ellos, de día en una columna de nube

para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para

alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.

En este pasaje del Libro de Éxodo, El Señor iba delante de Su pueblo en una

nube, y la nube representa los ministros y los cinco ministerios. Es importante que

sepamos que hay enemigos que enfrentamos de día y otros de noche, por eso es

que en la noche El Señor levanta columnas de fuego. Existen enemigos en la

mañana, en la tarde y en la noche que atacan a la iglesia, y los ministros estamos

para proteger, guiar, cubrir y dar la vida a la iglesia que nos fue encomendada por

El Señor. Somos los encargados de guiarla hasta el encuentro del Señor, y

aunque estamos habilitados, tenemos que hacerle frente a las dificultades como

guerreros. Tenemos que avanzar con el pueblo del Señor de día y de noche para

llegar hasta Canaán, y sabemos que nuestra lucha no es contra sangre ni contra

carne, es de orden espiritual, contra huestes, gobernadores y entidades de

maldad.

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Isaías 4:5 LBLA entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sion y

sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de

llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel;

Existe una columna de nube que trae agua, pero también hay una que trae llama

de fuego, y La Palabra dice que El Señor hace a Sus ministros llamas de fuego, Él

ha creado sobre Sión una cobertura que son llamas de fuego. Los ministros somos

llamas de fuego habilitadas sobrenaturalmente por Dios, y podemos hacer

grandes cosas en Su nombre, porque no somos personas comunes, sino estamos

predestinados con un propósito de parte de Dios para Su pueblo, y en este

caminar no vamos solos, vamos con El Señor.

Apocalipsis 14:16 DHH El que estaba sentado en la nube pasó entonces su hoz

sobre la tierra, y recogió la cosecha de la tierra. [7]

Notemos en este pasaje que El Señor estaba sobre la nube. En el Libro de Judas

encontramos a los 5 anti-ministerios, falsos apóstoles, evangelistas, pastores,

maestros, y pastores; sin embargo entendemos que los apóstoles, profetas

evangelistas, pastores y maestros pertenecemos a una sola mano y en todos El

Señor ha puesto agua, abriendo la veta para que saquemos toda el agua que

necesitemos. En este pasaje dice que El Señor está sentado sobre la nube, es

decir, sobre nuestra vida, por eso podemos enfrentar grandes peligros porque Él

levanta Su espada para defendernos. Si fuera por habilidad, seguramente muchos

de nosotros no estuviéramos.

Deuteronomio 33:26 DHH "Nada es comparable al Dios de Jesurún, que cabalga

con majestad sobre las nubes del cielo para venir en tu ayuda.

La palabra Jesurún es una expresión para referirse a Israel, pero también significa

recto y vertical, es decir, El Señor es Dios de los rectos y verticales que cabalga

con majestad en las nubes. Dirige nuestra nube para que vayamos a donde Él

decida, y si tenemos que librar batallas, estaremos preparados para enfrentarnos

a los adversarios que se nos presenten, porque Él va con nosotros. Vemos que en

éste pasaje El Señor Cabalga, entonces debemos comprender que como Él nos

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dirige, nuestra voluntad no importa, sino la de Él, por lo que tendremos que

rendirnos ante Él para que nos conduzca hacia donde así lo decida.

Vemos que cuando El Señor se fue lo hizo en una nube; en Su segunda venida

también lo hará en una nube, nos lleva en parusía en una nube y regresará en una

nube después de la gran tribulación.

Salmos 104:3 LBLA El es el que pone las vigas de sus altos aposentos en las

aguas; el que hace de las nubes su carroza; el que anda sobre las alas del viento;

Somos sólo los vehículos, el poder es de Dios, Él es quien hace la obra, entonces

necesitamos reconocer la necesidad imperante que tenemos de depender de Dios

y descubrir qué es lo que quiere hacer de nosotros, porque no podemos hacer la

obra con humanismo ni la religiosidad, así no funciona.

Génesis 9:13-14 LBLA pongo mi arco en las nubes1 y será por señal del2 pacto

entre yo y la tierra. (14) Y acontecerá que cuando haga venir nubes1 sobre la

tierra, se verá el arco en las nubes1,

El Señor levantó ministros porque está estableciendo Su pacto en nosotros, y nos

ha encomendado que hablemos sobre el nuevo pacto de misericordia y perdón

que hay sobre nosotros.

Isaías 45:8 LBLA Destilad, oh cielos, desde lo alto, y derramen justicia las nubes;

ábrase la tierra y dé fruto la salvación, y brote la justicia con ella. Yo, el SEÑOR,

todo lo he creado.

Los ministros debemos derramar justicia.

Hechos 1:9 LBLA Después de haber dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos

miraban, y una nube le recibió y le ocultó de sus ojos.

En este pasaje, se describe la nube como una entidad espiritual, donde El Señor

Jesucristo está ascendiendo y recibido por la nube. Podemos entender entonces

que la nube que vendrá con El Señor son los ministros que se nos adelantaron en

la partida y que acompañarán a Jesús en Su venida

1 Tesalonicenses 4:17 LBLA (17) Entonces nosotros, los que estemos vivos y que

permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al

encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.

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La iglesia gloriosa y sin mancha será participe del arrebatamiento. Entonces,

hemos visto que hay nubes en el cielo, pero también aquí en la tierra, que será la

que suba a la amada ante El Señor; y luego, viene de nuevo junto a Su esposa

después de la gran tribulación donde todo ojo le verá. Dios ha dispuesto que

seamos una nube con agua en la que Él cabalgue sobre nosotros, a los ministros

nos ha dado participación, pero también se nos ha encomendado cubrir y proteger

a Su amada de día y de noche, y para que lo podamos hacer Él nos ha metido en

un proceso de parto para lograr nuestro reinicio y algo nuevo para nuestra casa

ministerial.