Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

32
Número 93 de julio de 2011 Notas del mes Avanzar sobre dos pies (material para un debate) Por Juan-Ramón Capella ¿Hacia adónde orientar la indignación? Por Joaquim Sempere La mejor juventud Por Agustín Moreno Manos muertas Por Miguel Ángel Lorente y Juan Ramón Capella Las grandes preguntas tras el crack Por Armando Fernández Steinko La histeria va con el precio Por Rafael Poch Palabras rotas sin discurso político Por Manuel Reyes Mate Cajón Desastre Por El Lobo Feroz El extremista discreto Esperando al Barça Iannis Basilikos La Biblioteca de Babel Para entender la crisis y salir de ella de otra forma A. Glyn; J. Stiglitz; S. George Foro de webs Aproximación al golpe de estado del 23F en internet Coronel Diego Camacho 1

Transcript of Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Page 1: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Número 93 de julio de 2011

Notas del mes

Avanzar sobre dos pies (material para un debate)

Por Juan-Ramón Capella

¿Hacia adónde orientar la indignación?

Por Joaquim Sempere

La mejor juventud

Por Agustín Moreno

Manos muertas

Por Miguel Ángel Lorente y Juan Ramón Capella

Las grandes preguntas tras el crack

Por Armando Fernández Steinko

La histeria va con el precio

Por Rafael Poch

Palabras rotas sin discurso político

Por Manuel Reyes Mate

Cajón Desastre

Por El Lobo Feroz

El extremista discreto

Esperando al Barça

Iannis Basilikos

La Biblioteca de Babel

Para entender la crisis y salir de ella de otra forma

A. Glyn; J. Stiglitz; S. George

Foro de webs

Aproximación al golpe de estado del 23F en internet

Coronel Diego Camacho

1

Page 2: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Avanzar sobre dos pies (material para un debate)

Juan-Ramón Capella

El movimiento Democracia real ya, ¿es un movimiento apolítico?

Evidentemente, no: el conjunto de sus reivindicaciones y de sus acciones, y

las modalidades y características de éstas, muestran que se trata de un

movimiento eminentemente político.

Pero no es "político" en un sentido convencional, institucional. Es un

movimiento horizontal, en el seno de la sociedad. A contracorriente de la

despolitización y domesticación de ésta impulsada por las políticas

neoliberales que buscan liberar de toda atadura al capital. Un movimiento

complejo, susceptible de extenderse a otros países, y en cuyo interior se

dirimirán sin duda controversias políticas. Una de las cuales, más o menos

precisado un horizonte programático abierto, tendrá por objeto dilucidar si el

movimiento se mantiene enteramente al margen de las instituciones públicas

o ha de buscar alguna inserción en éstas, por supuesto sin dejar de pretender

modificarlas.

Ésta es una vieja controversia sobre la que es preciso reflexionar, y hacerlo en

diferentes planos. El presente material de trabajo trata de aportar elementos

para esta reflexión, tanto desde el punto de vista práctico, como teorético,

como desde la experiencia histórica.

Tratar de insertarse en las instituciones y convertir esta inserción en una

prioridad política es lo que ha intentado Izquierda Unida —y antes el PCE— en

el período de libertades, pese a contar inicialmente con una considerable

masa de activistas. La consecuencia de priorizar la inserción en las

instituciones está en la base de la tremenda crisis de este agrupamiento

político. La máxima prioridad de sus activistas —con excepciones de gran

honestidad— ha acabado convirtiéndose en ocupar cargos electos, de los más

importantes a los más modestos, esto es, en asegurar su profesionalización

política. Eso ha llenado a esta organización de cuadros que acababan

sacrificando sus principios al pragmatismo y los debates programáticos a la

carrera por ocupar un lugar viable en las listas electorales. Eso ha dividido

repetidamente a sus gentes, ha desanimado a muchos, la propia organización

centrifuga hacia el Psoe a los cuadros más pragmáticos, y, lo peor de todo, se

ha abandonado casi por completo la movilización de las personas de la

sociedad civil y el esfuerzo por convertirse en un intelectual popular colectivo.

Esta lógica perversa, que no es la única —hoy la comprensión de esa lógica

institucional puede ganar mucho con la lectura de los Propos sur le champ

2

Page 3: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

politique de Pierre Bourdieu—, está estudiada desde hace muchísimos años.

La obra de Robert Michels Los partidos políticos señala algunos de sus

aspectos. Uno de los cuales es la tendencia de los grupos parlamentarios a

hacerse con la dirección de los partidos correspondientes, esto es, la

tendencia a que la dirección del partido y sus más destacados representantes

sean una y la misma cosa. Para tratar de soslayar esta tendencia la

socialdemocracia anterior a la primera guerra mundial (también otros

partidos) separaba estrictamente la dirección del partido y el grupo

parlamentario, que quedaba sometido a ella. En España sólo sigue haciendo

eso el PNV. También cabe mencionar otras consecuencias de esa lógica de la

inserción en las instituciones: las tendencias a la burocratización cuando se

trata de grandes partidos, al estrangulamiento de la democracia interna, al

liderismo y a la despolitización de la afiliación. Al surgir los Verdes en

Alemania en la década de los noventa como un partido importante, a partir de

notables aspectos movimentales —sociales—, también trataron de protegerse

contra esta lógica perversa de la inserción en las instituciones (por ejemplo, al

limitar el tiempo de permanencia de los activistas en cargos electos, al

asegurar y facilitar su posterior retorno al trabajo previo, etc.); pero ese

sistema de protección, por decirlo todo, no ha funcionado demasiado bien, y,

al no funcionar bien, ha dividido por dentro al movimiento de los verdes.

En conclusión: la desconfianza hacia la inserción en las instituciones de la

punta más política de un movimiento está sobradamente justificada. Se

inscribe en una lógica paralizante del movimiento. Esta lógica, sin embargo,

no es ahistórica ni metafísica. No está dicho que no pueda ser superada.

Veamos ahora lo que significa el rechazo de esa inserción: el rechazo a la

participación en las instituciones.

El movimiento de mayo de 1968 nos suministra un buen ejemplo histórico. Su

principal portavoz en Francia, Daniel Cohn-Bendit, enfrentado a este

problema, afirmaba que precisamente la no inserción en las instituciones era

el principal impulsor de la extensión del movimiento mismo. De modo que,

aparte de su inmenso impulso de cambio cultural, el movimiento fue

contundentemente derrotado en el plano político: el general De Gaulle,

presidente de la república francesa, dejó que el fuego se apagara solo, y luego

hubo en Francia gobiernos de derecha durante trece años, hasta 1981.

Otro ejemplo paradigmático nos lo da el movimiento anarquista español, que

decidió no votar en las elecciones de 1932 por entender que los cambios

sociales debían ser previos a la participación en las elecciones. Pero las

elecciones las ganó la derecha, que desmanteló todos los avances

republicanos, y encarceló y torturó. Por eso en 1936, en cambio, el conjunto

del movimiento antes abstencionista decidió participar en las elecciones, lo

3

Page 4: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

que dio un gran triunfo al Frente Popular.

Estos apuntes bastan para mostrar que tanto la participación en la política

institucional como la no participación en ella y el mantenimiento en un plano

extrainstitucional tienen grandes problemas graves. Una opción tiene el riesgo

de la integración; la otra, el de la desmovilización y la derrota política.

¿Que camino seguir?

Aquí se sostiene que es necesario pensar dos cosas a la vez. Y caminar sobre

dos patas: de un lado, el movimiento debe tener una punta política que trate

de adentrarse en las instituciones públicas, de Estado; de otro, debe fortalecer

y extender su lado movimiental, crear un sector común de actividades

voluntarias. Entrar en la política sin permitir que la lógica interna de ésta

afecte a la actividad movimental.

Ésta fue la opción de los Verdes en Alemania. Que por lo menos perduran y

constituyen una fuerza importante en esa sociedad.

Hay un motivo para creer que la posibilidad de avanzar sobre las dos

patas, la movimental y la política, se hace ahora más fácil. Todas las cosas

son históricas, todo cambia, y ahora tenemos una tecnología que facilita y

refuerza la comunicación horizontal, esto es, movimental. La capacidad de

confluir movimentalmente en muy poco tiempo se ha acrecentado de un

modo impensable hace pocos años. La comunicación del movimiento ya no

precisa viajar primero desde la base a una cúpula y desde allí de nuevo a la

base: ahora es la interconexión de la base social del movimiento la que lo

hace —con algunas deficiencias ligadas a las inevitables franjas lunáticas—

profundamente democrático.

No es fácil que hoy, en un momento crítico, se equivoque todo un movimiento.

La reacción popular con ocasión de los atentados de Madrid (el 11M) muestra

que la comunicación horizontal sólo se convierte en activa cuando cada

persona comprende por sí misma, sin dirigismos, lo que hay que hacer, y se

pone a hacerlo. Lo mismo ocurre con el movimiento centrado en Democracia

real ya. La comunicación movimental horizontal es por otra parte muy rápida,

mucho más que la comunicación política tradicional. Esa facilidad de la

comunicación ha impulsado además compartir valores, una moral esencial

que se contrapone al pragmatismo de los oportunistas de siempre.

Internet proporciona además unos espacios que (polución de mensajes

descerebrados aparte) facilitan el debate de ideas, el crecimiento y la

concreción del pensamiento colectivo. Eso vuelve menos peligroso el riesgo

de la participación en la política institucional.

4

Page 5: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Y, al llegar aquí, nos encontramos con dos problemas distintos.

Uno consiste en la consolidación del esfuerzo movimental. En no delegar en

otros, sino en el afianzamiento del activismo del movimiento y en su

aprendizaje de una tarea ambiciosa en este terreno, que es central para

neutralizar a los sectores sociales más retardatarios y a los antipopulares: la

tarea de crear una nueva cultura cívica, democrática e igualitarista

hegemónica en la sociedad, con sus propios valores y principios,

contrapuestos a los que nos han llevado al mundo de desastres actuales.

El otro problema está en la inserción en la política. Complicado por la

naturaleza de las instituciones legadas por la transición, y por las

circunstancias concretas de hoy.

Las instituciones de la transición han favorecido la creación de dos grandes

partidos y de partidos menores cuyas políticas muchas veces resultan difíciles

de aceptar. El escritor Juan José Millás apuntaba la curiosa paradoja en que se

encuentran quienes desean votar en conciencia: oscilan entre el voto en

blanco —lo que favorece objetiva y precisamente, sistema electoral mediante,

a los dos grandes partidos— o abstenerse de votar (que no les favorece): la

paradoja de que en la política española el mejor voto sea para muchos el no

voto. Pues los dos grandes partidos en los que se sobredimensiona

artificialmente el resultado del sufragio materializan, ambos, políticas

neoliberales, sacrificando a los mercados —a los especuladores— el bienestar

de la población, aunque con distintas coloraciones culturales.

Las circunstancias concretas de España, con una gran crisis para la que tanto

el empresariado como los dos grandes partidos materializan más

neoliberalismo, esto es, más individualismo, más insolidaridad, más cargas

sobre la mayoría, y menos bienes y servicios públicos, colectivos, vuelve

urgente la maduración del movimiento, lo que no es posible sin un gran

debate interior.

Esa maduración debe correr —se propone aquí— en una doble dirección: la

búsqueda de aliados, por una parte, y probablemente la aparición política

autónoma, en forma de asambleas que propongan listas cívicas, abiertas unas

y otras a todo el que quiera sumarse sobre la base de un programa que el

propio movimiento debe determinar.

Sin eso, sin un contrapoder importante y que goce de amplias adhesiones

sociales, lo que se dibujaría en un horizonte próximo sería el poder de un

gobierno de derechas, un gobierno de "los de arriba" una vez más, lleno de

corruptos y de complicidades con los poderes económicos, inevitablemente

represor del movimiento que acaba de cristalizar, y servidor, justamente, de lo

5

Page 6: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

contrario de lo que son los objetivos de este movimiento formulados ya.

7/2011

6

Page 7: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

¿Hacia adónde orientar la indignación?

Joaquim Sempere

Cuando el movimiento del 15-M se pregunta ¿qué hacer de ahora en

adelante?, es oportuno que se aplique a sí mismo un precepto aplicable a toda

persona civilmente activa: la acción civil no se hace para uno mismo, sino

para la ciudadanía en general. Así, nadie posee en exclusiva el derecho a

reclamar la renovación democrática de la política, y hay que convocar a

quienes tengan algo que decir al respecto.

A mi parecer es preciso formular los objetivos del movimiento de la mejor

manera posible. Los indignados —que tienen el mérito indiscutible de haber

sacudido la opinión pública y de haber revelado los enormes agujeros de

nuestra vida civil— tienen la autoridad moral necesaria para convocar a

quienes tengan algo que decir. Los indignados tienen esa autoridad moral,

pero no han aparecido desde la nada. Han emergido de una sociedad donde

cientos y miles de activistas variopintos llevaban años denunciado injusticias y

abusos, a veces desde el mero voluntarismo ciudadano y a veces, también,

desde una formación técnica, jurídica, política, económica, histórica, etc. Estos

activistas aprovecharon o crearon estructuras varias con las cuales y desde

las cuales han mantenido un tejido sociopolítico más o menos denso que ha

venido resistiendo a las embestidas de los poderes, denunciándolas y a veces

luchando activamente contra ellas.

Me refiero a sectores del movimiento vecinal y el movimiento obrero, de las

organizaciones ecologistas y pacifistas, de los observatorios (de la deuda

externa, de los derechos humanos, de la sostenibilidad, etc.), a grupos

múltiples movilizados por múltiples causas justas, a ciudadanas y ciudadanos

que actúan por su cuenta efectuando una labor capilar de educación política,

social e ideológica, como profesores, abogados y profesionales o simples

activistas, publicando artículos, organizando actividades culturales y políticas

en ateneos y centros de barrio. Éste es un activo esencial de personas que ni

por activa ni por pasiva pueden ser consideradas cómplices de un orden

injusto que, en general, se han dedicado a combatir.

Habría que juntar a “indignados” del 15-M con gente de esta galaxia social y

política para que, juntos, elaboren una plataforma común y compartida de

ideas alternativas que den respuesta a los problemas denunciados,

plataforma que no tiene por qué aspirar a ser definitiva. La indignación, vieja

y nueva, versa sobre muchos temas, y se necesitará encontrar respuestas

para empezar a avanzar. Sólo avanzando, aunque sea fragmentariamente y

con soluciones parciales o provisionales, se podrá incidir sobre una realidad a

7

Page 8: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

la que es difícil hincar el diente. En esta línea, propongo la celebración de una

Convención para la Renovación Democrática, en la línea de lo que en Francia

llaman “Estados generales”: un encuentro en el que poner en común

soluciones y propuestas que puedan ser compartidas por amplios sectores de

la población, esos sectores que en las encuestas muestran por el movimiento

del 15-M niveles de simpatía que oscilan entre el 60 y el 80% de la población

total. Esta simpatía tan amplia es una riqueza del movimiento que éste no

debería dilapidar. La enorme responsabilidad que esto implica exige estar a la

altura de las circunstancias.

El movimiento altermundialista, cuya dinámica se ha comparado con la

movilización de los indignados, muestra un modelo organizativo en el que

inspirarse. Y, de paso, una experiencia de la cual sacar lecciones prácticas

para mejorar resultados y evitar errores. Inmediatamente habría que dotarse

de un núcleo coordinador que marcara ámbitos de trabajo, fijara fechas,

buscara espacios físicos donde reunirse la Convención y estableciera normas

de funcionamiento. Las webs y publicaciones digitales de que el movimiento

se ha dotado serían de una ayuda inestimable para coordinarse, trabajar en

red y difundir ideas. Un encuentro de estas características contribuiría a

precisar ideas, a definir modos de trabajo, a resolver interrogantes sobre las

posibles maneras de influir en una realidad que no nos gusta.

Entiendo que es importante la afirmación de principios generales, como

algunos que ya se han formulado, del tipo: “La economía ha de estar al

servicio de las personas y no al revés”; “Los derechos sociales deben

preservarse porque son el patrimonio de la inmensa mayoría de la sociedad

(frente a los derechos minoritarios asociados a la gran propiedad)”; etc. Son el

fundamento filosófico de la movida, y deben ser proclamados con el mayor

énfasis posible.

A la vez, no obstante, hay que identificar, discutir, elaborar y calificar

técnicamente las propuestas concretas de acción. Ahí entrarían temas como

la dación en pago de las hipotecas, el endurecimiento de las penas contra el

fraude fiscal, la reforma de las leyes electorales (incluida la regulación del

referéndum), la exclusión de los corruptos de la vida política (empezando por

las listas electorales), el sufragio revocatorio de los cargos electos y una

multitud de propuestas posibles que se abren camino, o pueden hacerlo, si se

crea un marco de debate adecuado. Cabría pensar en un trabajo de lobby

sobre los representantes electos para hacerles llegar propuestas y presiones

morales desde el movimiento, para evitar que las únicas presiones que

reciban sean las del poder económico. En temas que exigen una acción

internacional (como la prohibición de los paraísos fiscales, la homologación

fiscal en todos los países de la UE o la tasa Tobin), habría que pensar en

coordinarse con movimientos de otros países para ejercer presión sobre los

8

Page 9: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

europarlamentarios.

El camino es largo, las posibilidades muchas y las fuerzas dispersas. Por eso

hay que encontrar vías de trabajo que resulten eficaces.

7/2011

9

Page 10: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

La mejor juventud

Agustín Moreno

Les han catalogado con mil etiquetas sin preguntarles: generación X,

jóvenes aunque suficientemente preparados o, últimamente, generación nini,

para definir a los jóvenes que ni estudiaban ni querían trabajar. Pero era

evidente que había muchos más que sí estudiaban y sí trabajaban o aspiraban

a ello, aunque explotados y con bajos salarios (mileuristas).

Ahora existe una amplia generación que son universitarios, están

debidamente formados, saben idiomas, informática, pero forman parte de ese

43,5% de tasa de paro juvenil; están de becarios, son precarios de diverso

tipo que no llegan a mil euros, no se pueden emancipar, se ven sin pensión,

renuncian a los hijos. Ninguneados, despreciados, aunque sepan más que sus

jefes, muchos están pensando en irse al extranjero.

Pero por fin, ha cuajado un movimiento. Se definen como jóvenes sin trabajo,

sin casa, sin futuro (según el sistema). También como juventud sin miedo. Por

eso, el pasado 15 de mayo se manifestaron, autoconvocados por una miríada

de pequeñas organizaciones y redes sociales, junto con personas de

diferentes edades y condición, padres e hijos. Y llenaron las calles, desde

abajo y sin permiso de las grandes formaciones políticas y sociales, que no

tomarán nota, ensimismados en su irrealidad y esperando que sean una

tormenta en un vaso de agua. He estado allí y he visto a esos ciudadanos

críticos que siempre hemos querido educar y sentí que no todo está perdido,

sino por ganar, y que es posible.

Es un movimiento complejo, que se inspira en las revueltas árabes, en la

contestación griega, francesa y sobre todo en su propia desesperación. Son

los indignados que se han echado a las plazas a pedir Democracia Real Ya.

Protestan por la crisis, los ajustes sociales, el saqueo de los mercados

legitimado por una democracia que se reduce a votar cada cuatro años a

opciones para ellos análogas. Cuando muchos lamentaban la pérdida de las

utopías, de pronto reaparecen: quieren cambiar un mundo hecho a la medida

de los poderosos. Con la expectativa de vivir peor que sus padres, la

generación más preparada de la historia de este país no se resigna y es una

esperanza de futuro si lucha y se organiza. Que se les oiga.

7/2011

10

Page 11: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Manos muertas

Miguel Ángel Lorente y Juan Ramón Capella

La crisis va para largo. Procede de un crecimiento ciego alimentado por un

crédito desmesurado y artificiosas ingenierías financieras. Pero no hablaremos

hoy de eso, sino del divorcio entre la economía financiera, especulativa, y la

producción real. Hoy, en la crisis, son posibles enormes ganancias

especulativas, puramente financieras, sin impulsar la actividad productiva, en

contra de la economía real. Ganancias en detrimento de los patrimonios

públicos y a costa de la mayoría de la población.

Nos limitaremos aquí a algo muy elemental, incluso desde un punto de vista

interno al capitalismo. Se trata de imponer límites al distanciamiento de lo

especulativo respecto de la actividad productiva real; de conseguir que la

colosal masa de liquidez dineraria internacional y nacional, hoy básicamente

especulativa, vuelva a encaminarse a la financiación de la producción de

bienes.

Pues una gran masa de dinero mundial está en manos muertas. En manos

dedicadas a especular con las deudas públicas, con los precios de mercancías

futuras, con títulos bursátiles cuya sustancia no les importa. Cuando no a

jugarse billones en la evolución de los precios de entes reales o jurídicos sin

poseer ningún título de propiedad, siquiera transitorio, sobre ellos. No se

trata, en puridad, de mercados financieros, sino de juegos de apuestas que

generan inestabilidad económica y sobre todo pobreza. Esa especulación

enriquece a las manos muertas al tiempo que empobrece los bienes públicos

creados por el trabajo de generaciones, incrementa las deudas públicas y

destruye no sólo los empleos sino las posibilidades de crearlos.

Es necesario desamortizar, acabar con las manos muertas de la especulación.

Imponer los diques y los cauces que canalicen el dinero hacia inversiones

productivas.

Regular, imponer normas, está más que justificado. Quienes han especulado y

especulan no se juegan su dinero. Ahí están los rescates bancarios para

hacerlo evidente: esos rescates han salido de las manos de quienes no

especulaban y han ido a parar a quienes sí lo hacen. Dinero público que pasa

a manos privadas para que especulen con lo público: no puede ser.

Señalemos algunas medidas que pueden contribuir a la necesaria

desamortización del siglo XXI.

Es preciso limitar la especulación en el mercado de capitales. Para ello hay

11

Page 12: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

que determinar que se compre y se venda en ese mercado con plazos

determinados.

No se debe permitir que en un mismo día se realicen varias operaciones sobre

títulos que representan el capital de una empresa, o sus deudas a medio y

largo plazo, o se vendan y se recompren varias veces en el mismo día títulos

de deuda pública con vencimiento aplazado. Esas operaciones especulativas

generan movimientos bursátiles que pagan incluso quienes no operan en

bolsa. Porque los altibajos de las expectativas económicas se traducen en

empleos y ajustes y en el alza de las primas de riesgo de la deuda pública.

Una nueva regulación debe gravar fortísimamente los beneficios de ese tipo

de operaciones intradía o simplemente prohibirlas.

A un capitalismo menos destemplado le convendría que los mercados fueran

mercados de capitales, no agrupaciones especulativas. La invención de las

sociedades anónimas y de las bolsas le facilitó a este sistema el crecimiento

económico: pequeños capitales, incapaces por sí solos de emprender nada, de

instrumentar ninguna empresa, se unían en proporciones alícuotas; y la Bolsa

moderna nació para crear grandes capitales a partir de aportaciones

pequeñas.

Se trata de adoptar medidas para que los mercados dejen de ser

agrupaciones especulativas que se imponen a los poderes políticos y vuelvan

a ser mercados de capitales que se invierten productivamente. Ciertamente,

los problemas no terminan aquí, pero ésta es una condición esencial.

Para ello se debe gravar fiscalmente los beneficios de los bancos en sus

actividades no crediticias. El dinero que se deposita en los bancos se puede

dedicar, básicamente, a dos cosas: a crédito o a inversiones en los

denominados mercados. Pues bien: los beneficios de lo primero no pueden

equivaler a los de lo segundo. Si se gana en inventos especulativos se debe

tributar mucho más que si se hace en crédito. Porque el riesgo del crédito lo

corre el prestador, pero el de la especulación lo corremos todos.

La especulación es peligrosísima: lo fue en el crac del 29 y lo es en la crisis

actual. Los grandes bancos norteamericanos, británicos, alemanes, irlandeses

e islandeses que quebraron en 2008 no cayeron por el impago de sus

créditos, sino por sus inversiones en "instrumentos financieros"

("titulizaciones", "derivados", fondos especulativos). Los estados soberanos

que asumieron sus pérdidas —en vez de dejarles quebrar— las trasladaron a

sus servicios sociales, recortando de ahí. Y además exigieron y exigen que

todos los países, especialmente los más débiles, paguen sus deudas con los

bancos de los países centrales. Eso, en un contexto de crisis —descenso de la

actividad productiva y de ingresos fiscales—, ha implicado e implica reajustes

12

Page 13: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

económico-sociales brutales.

También hay que limitar los objetos de inversión de los llamados fondos de

inversión y regular fiscalmente sus beneficios.

Los fondos de inversión se han convertido en la forma moderna del ahorro

neoliberal. En sus versiones más extendidas agrupan ahorros muy pequeños,

incluidos planes de pensiones modestos, y consiguen reunir así capitales

importantes. No serían un problema sistémico si esos capitales se invirtieran

en actividades productivas o en deuda pública. Pero la inversión especulativa

los convierte en problemáticos. Los fondos suelen invertir en lo que se llama

futuros, esto es, en apuestas sobre los precios futuros de ciertos bienes

físicos. De la producción física de esos bienes —por ejemplo, cacao, café,

materias primas— vive —o sobrevive— mucha gente. Las apuestas sobre los

precios tienen un efecto devastador al influir en la cotización de las divisas y

tienen otras consecuencias económicas que se manifiestan al cambiar el signo

de la tendencia especulativa. Los fondos desregulados son los reyes del daño

colateral: muchísimas personas ajenas a su existencia resultan damnificadas

cuando las burbujas explotan, pero no se benefician de ellos cuando sus

negocios van bien.

La fiscalidad sobre los beneficios de los fondos es mucho más suave que la

que grava las rentas del trabajo: en España el PP y el Psoe han estado de

acuerdo en que la cotización máxima de aquellos sea el 20%, muy por debajo

de la cotización media de las rentas del trabajo. Esta fiscalidad carece de

equidad.

La vigilancia pública sobre el crédito es también esencial. La del Banco de

España sobre los bancos, resultado de la experiencia pasada, no se ha

extendido a las cajas de ahorros: los agujeros de algunas de éstas, resultado

de disparatados créditos a la construcción, hubieran debido ser frenados a

tiempo. Tal vez entonces el país no tendría además de un bajón productivo

general un gran problema de paro en una rama industrial desmesurada, ni

tampoco la expectativa de cubrir con dinero público el fracaso de esas cajas

de ahorros.

Dos cuestiones más: cualquier gobierno de países como el nuestro debe

abogar por el establecimiento de la tasa Tobin sobre las operaciones

financieras internacionales. Intervenir sobre la mala gestión del FMI y del

Banco Mundial en esta crisis, y regular las agencias de calificación, de rating,

que tan fantasiosamente funcionaron antes del estallido mundial de la crisis y

que ahora son poco más que lobbies de los especuladores.

Lo que está ocurriendo no es complicado de descifrar. Y tampoco es

13

Page 14: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

imparable. Si hay voluntad política para ello se puede reconducir.

7/2011

14

Page 15: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Las grandes preguntas tras el crack

Armando Fernández Steinko

La “gran depresión” que arranca con el crack de 2008 marca el fin de un

sueño/pesadilla de un cuarto de siglo. El modelo neoliberal, que consiguió

dividir a clases populares y clases medias enriqueciendo a grandes

propietarios y rentistas, pilotó alrededor de la creación de una demanda

ficticia. Ficticia porque no estuvo alimentada por las rentas del trabajo sino

por la renta financiera e inmobiliaria, no por el pago del esfuerzo individual y

colectivo, sino por el endeudamiento y la apuesta bursátil. El proyecto fue

restaurador en lo social y lo ideológico porque trató de generar crecimiento

hundiendo salarios y precarizando empleo. Pero sólo pudo durar casi tres

décadas porque se ganó a una parte de las clases medias, e incluso a una

fracción de las clases populares: aquellos con salarios regulares y capacidad

adquisitiva suficiente para adquirir productos financieros e invertir en bienes

inmuebles. Además, creó un sistema en el que la subjetividad y la inventiva

ya no debía ser anulada por las cadenas de montaje y los directivos

controladores, sino todo lo contrario. Surgió un segmento de asalariados

cualificados que se identificaban con lo que hacían distanciándose de las

reivindicaciones laborales clásicas. Son hombres y mujeres que se

autoexplotan hasta romperse la salud porque han convertido las necesidades

de la empresa en sus propias necesidades fisiológicas y a pesar de que la

dinámica del máximo beneficio succiona su subjetividad, no por ello se

identifican sin más con el resto del cuerpo laboral. El endeudamiento

combinado con un trabajar sin fin —gratificante o repetitivo— ha terminado y

con ello todo un sistema de reproducción cultural. El capitalismo feo español

ha sufrido este cambio de forma más radical pues su sociedad del trabajo fue

liquidada por la gran coalición monetarista que triunfó en la transición

instalándose en fechas tempranas una economía de rentas, de rentas de todo

menos de trabajo ¿qué va a pasar ahora?

Los bancos, que son los grandes ganadores del neoliberalismo, estuvieron a

punto de perder el inmenso poder acumulado a lo largo de un cuarto de siglo.

La única razón por la que “los expropiadores no fueron expropiados” en esos

meses críticos de 2008/2009 no es ni económica ni técnica. La razón es

política pues los gobiernos siguen siendo hoy los máximos representantes de

los intereses financieros. Es comprensible que la salida fuera la restitución de

la la lógica del funcionamiento privado haciéndoles pagar a los ciudadanos

dicho rescate con sus impuestos. Ahora los bancos hacen lo que siempre han

hecho con el ahorro recibido: negocios para sus clientes, preferentemente

para sus grandes clientes. Como en los años treinta el problema no es de

escasez de dinero sino de exceso de dinero en manos equivocadas y ese

15

Page 16: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

exceso de liquidez seguirá ahí hasta que se produzca una reforma fiscal

progresiva y un control de los flujos de capital. El capital sobreacumulado sin

control ahora pasa a la ofensiva. Hace lo que tiene que hacer y lo que siempre

ha hecho: buscar su máxima rentabilidad sin preocuparse del interés general.

Ayer fue la apuesta sobre el precio del petróleo o las materias primas, hoy es

la deuda soberana de un gobierno tras otro, mañana será otra cosa mientras

persista la monumental liquidez. Hacia 1970 hubo una oleada de economistas

y sociólogos neoliberales —Friedman, Bell, Huntington— que dijeron con

claridad que democracia y desregulación financiera eran incompatibles, una

verdad que no se han cansado de repetir los gobernadores de los bancos

centrales desde entonces. El centro-izquierda español, que creó un Estado del

Bienestar con financiarización, parecía demostrar lo contrario. Hoy las aguas

retornan al cauce de la lógica y las finanzas fuera de control se meriendan

uno a uno los contratos políticos de la postguerra.

La pregunta hoy es: ¿hasta cuándo, hasta cuándo los gobiernos, custodios de

enormes maquinarias estatales, podrán cortar su principal fuente de

legitimidad?, ¿hasta cuándo permitirán que los mercados les pongan al borde

del abismo o incluso les empujen a él? La respuesta principal es otra vez

política pero ahora lo es también técnica y económica pues es imposible que

se recupere la economía por estas vías. Antes o después habría que

domesticar al sector financiero y los primeros pasos ya se están dando,

aunque darán sus frutos más adelante y la tasa de beneficios del sector

financiero tenderá a caer. Puede ser que haga falta una réplica del crack del

2008, otro vislumbramiento del abismo para provocar los cambios, pero los

bancos saben que la cosa no va a seguir como hasta ahora. Por eso se

abalanzan sobre las universidades aprovechando el Plan Bolonia, por eso se

abalanzan sobre las Cajas de Ahorros para deglutirlas, por eso acumulan

provisiones antes que conceder créditos nuevos. La deuda de los bancos que

ahora avalan los gobiernos es impagable y todos los coquetean con la idea de

provocar inflación para devaluarla. También esto les hará a los bancos tragar

aguas amargas, muy distintas a la horchata gratis de la que se venían

hartando hasta ahora. Los fiscalistas irán ganando poder frente a los

monetaristas y también esto les irá arrinconando ideológicamente. La

sociedad se ha quedado sin dinero para financiar las infraestructuras que

necesita para su reproducción: la sanidad, la educación, la reconversión

energética, el cambio climático, el envejecimiento de la población, la

planificación de unas ciudades cada vez más grandes. No va a haber dinero

para nada al menos durante media o tal vez incluso una generación entera y

esto en medio de una civilización derrochadora de recursos. Los gobiernos

seguirán bombeando recursos públicos hacia el sector privado en espera de

que éste cree empleo. Se intentará hundir aún más los salarios para ser

competitivos hacia fuera, se forzarán aún más las exportaciones para

sanearse a costa del vecino y habrá escaramuzas proteccionistas para

16

Page 17: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

intentar evitarlo sin que se note, incluidas las devaluaciones directas e

indirectas. Pero no será posible continuar mucho tiempo con esta

transferencia de recursos colectivos, de salarios e impuestos a las empresas

privadas que no van a solucionar nunca por sí mismas el problema del

desempleo. Será un juego de suma cero incapaz de sacar a la economía

mundial de lo que se antoja como un largo período de “crecimiento

estacionario”, de cuasi estancamiento. Al no contemplarse la reforma fiscal, la

liquidez seguirá tiranizando a las poblaciones pero ya no se las podrá

compensar con una demanda ficticia basada en el endeudamiento. Esto

cuarteará las alianzas entre neoliberalismo y sociedad, algo que aquél

intentará evitar por todos los medios, por ejemplo recurriendo al populismo, a

un shock externo (efecto Pearl Harbour) o a cualquier otra forma

extraeconómica que permite una movilización rápida y masiva de las

poblaciones. Pero antes o después la economía tendrá que dejar de ser la

suma de rentabilidades individuales, antes o después habrá que hablar de

una economía-de-toda-la-casa. Esta no tiene que ser necesariamente

progresista: es posible una economía-de-toda-la-casa reaccionaria,

conservadora de las actuales estructuras de poder y de propiedad basada en

la coerción hacia dentro y hacia fuera.

¿Cómo van a responder las poblaciones? Las dos últimas veces que se dio una

situación similar, en el último cuarto del siglo XIX y en el período de

entreguerras, el nacionalismo le abrió el campo ideológico a la reacción. En

los años 1930 toda Europa, con la excepción de Escandinavia y las dos breves

primaveras de España y Francia, se decantó hacia la derecha mientras

América prácticamente entera lo hizo hacia la izquierda. Pequeños autónomos

y grandes propietarios consiguieron desmontar el sufragio con ayuda del

ejército. Puede parecer que el patrón se repite, pero no así la historia. Ecos

reaccionarios nos llegan de algunos países del Este destrozados por las curas

neoliberales de los noventa y músicas similares cuajan en los intersticios de

los partidos del centro-derecha occidental. La primera reacción al crack de

2008 por parte de los gobiernos de Francia y de Rusia fue duplicar el gasto

militar: una medida que apunta a la versión reaccionaria de la

economía-de-toda-la-casa. Alemania empieza a despertar susceptibilidades en

Francia y Gran Bretaña, lo cual explica el reciente pacto de colaboración

nuclear. ¿Son sólo escaramuzas? Las rupturas históricas son siempre el

resultado de una acumulación de escaramuzas. No es tan fácil que este

patrón se pueda generalizar por mucho que se siga invocando el peligro

terrorista para asustar a las clases medias o el problema migratorio para

narcotizar a las clases populares. No hay dinero y no lo habrá si no se

trastocan los actuales poderes de clase. El rechazo del autoritarismo está

fuertemente implantado entre amplios sectores de las clases asalariadas

occidentales aunque esto no impide el desarrollo de nuevas formas de

movilización en torno a una versión reaccionaria de una economía-de-toda-la

17

Page 18: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

casa. Ahí donde los autónomos tipo “Joe el fontanero” de MacCain alcanzan

porcentajes muy elevados, como en la Italia de Berlusconi, en la costa

mediterránea del Partido Popular o en las profundidades de los Estados

Unidos, hay ya materia prima para algo parecido. La llave la tiene el sector

profesional, ese trabajador que se ha desvinculado de las reivindicaciones

clásicas y que sigue distanciado de las clases populares buscando salidas

individuales.

¿Cómo van a responder las poblaciones? En un primer momento la distancia

entre clases medias y clases populares, la clave del futuro político del mundo

occidental, aumentará con la privatización de servicios públicos que no se van

a poder financiar por falta de recursos. La esperanza de vida entre ricos y

pobres aumentará, las ciudades se degradarán junto a las universidades

públicas, los espacios comunes que hoy comparten clases medias y populares

—barrios, plazas, colegios— irán borrándose poco a poco. Pero esto sólo podrá

ir un poco lejos en las zonas más lindas del capitalismo, aquellas con una alta

concentración de profesionales autónomos cualificados y un alto poder

adquisitivo: las grandes ciudades, el eje que atraviesa Europa desde el sur de

Inglaterra hasta el norte de Italia pasando por el Benelux y el valle del Rin. En

el resto del territorio la clase media no tendrá recursos para pagarse los

servicios que necesita y caerá en una espiral de empobrecimiento. En los

parques abandonados a su suerte se encontrará con las clases populares aún

más empobrecidas que ellas ¿Para hacer el qué? Tal vez para formar un

bloque social con capacidad de forzar una versión no autoritaria de una nueva

economía-de-toda-la-casa, de-todo-el-planeta.

7/2011

18

Page 19: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

La histeria va con el precio

Rafael Poch

Recapitulando. En septiembre se cumplirán tres años de la quiebra

financiera de 2008. El motivo de la crisis fue el hundimiento del gran festival

especulativo que eliminó las fronteras entre la actividad financiera y la simple

y pura delincuencia. El dinero público se utilizó para cubrir las pérdidas y

proteger las fortunas de los agentes del gran casino, en lo que fue la mayor

transferencia de capital de la historia desde la gente común hacia los ricos.

Ninguno de los problemas que entonces se pusieron de manifiesto se han

solucionado, pero se han creado otros encadenados. Por ejemplo: el brusco

aumento de deuda pública que el rescate bancario provocó, empeoró, a su

vez, la solvencia general, incluida la de los propios bancos, pues el valor de la

deuda pública se desplomó y en gran parte está en manos de bancos e

inversores en forma de bonos del tesoro. Ahí está la génesis de la actual

"euro-crisis".

La alternativa a la contestación . Las peculiaridades de la Unión Europea

—una unión monetaria sin fiscalidad ni gobernanza común, con grandes

desequilibrios entre sus miembros— pusieron en el centro esa "crisis de

endeudamiento", que, torpemente gobernada por Alemania, lastra ahora el

viejo continente y despierta sus ancestrales taras culturales de tan mortífero

recuerdo. La solución anticrisis propuesta es una contrarrevolución social:

desmontar derechos sociales y garantías económicas, lo que arrasa el

consenso social, fomenta ideologías antidemocráticas, racistas o xenófobas,

que ofrecen fáciles chivos expiatorios —como ocurrió en el pasado con el

antisemitismo— y favorecen la guerra, tal como pasó en la última gran crisis

del capitalismo en 1929. Europa ya estaba metida de pleno en una guerra

antes de Lehman Brothers, Afganistán, algunas de sus naciones apoyaban

otra, Irak, y en plena crisis se ha metido en una tercera, Libia, un mal signo.

Cada semana la OTAN y las potencias europeas son responsables de lo

equivalente a atentados terroristas con decenas de víctimas civiles inocentes

en Libia y Afganistán, aunque se llamen "errores" y "daños colaterales". La

guerra como telón de fondo de la eurocrisis es un dato crucial de la actual

situación. Avisa de cual es la alternativa a la contestación ciudadana.

El nexo de todo el asunto . El programa de regreso al siglo XIX andaba más

o menos como la seda, hasta que apareció la ciudadanía. Primero en Grecia,

luego en Wisconsin (Estados Unidos, un movimiento informativamente

ignorado, tanto en Alemania como en España), en el norte de África, y ahora

en Europa, pues el referéndum italiano, la jornada sindical contra el pacto del

euro y la próxima huelga británica forman parte de un mismo paquete. Hasta

19

Page 20: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

de China llegan noticias de la preocupación oficial y de las medidas

preventivas ante un eventual contagio. Pero, ¿de qué se trata?, ¿cual es el

nexo de unión entre todas estas contestaciones? Se trata de la revuelta contra

las oligarquías.

El diccionario define las oligarquías con tres brochazos; "Gobierno de pocos",

"Forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido

grupo de personas que pertenecen a una misma clase social", y "Conjunto de

algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios

dependan de su arbitrio". Sea como fuera, podemos acordar que el mundo

actual está gobernado por oligarquías.

En Europa, Estados Unidos y Japón, la tríada central del sistema mundial, las

oligarquías financieras dominan la economía e incluso la política. En la

mayoría de los países árabes se trata de oligarquías, petroleras o no, que son

subsidiarias de las anteriores. En Rusia hay una nueva oligarquía privada que

se inspira en las occidentales y que mantiene cierta tensión con el Estado

ruso, heredero de la Estadocracia soviética, que fue la modalidad de

oligarquía en la que degeneró el llamado socialismo real. Ese Estado compite

y a la vez se imbrica con la nueva oligarquía rusa. En China la relación es

inversa: allí es la Estadocracia la que domina sobre las oligarquías privadas,

que, aunque poderosas, están sometidas e integradas en la constelación

estatal.

Globalización ciudadana. La diferencia última no es entre "democracia" y

"no democracia", como insiste el discurso oficial, sino entre el gobierno de

diversos tipos de oligarquía. No es la divisoria, sino la similitud lo que retrata

mejor la situación. Algunas oligarquías, en sociedades más opulentas, dan

lugar a sistemas mucho más holgados y permisivos desde el punto de vista de

los derechos y las libertades. Otras sólo dan para "democracias de baja

intensidad", o pseudodemocracias, como la rusa, en la que el partido del

poder ni siquiera practica la rotación con una oposición, sino que nombra a un

sucesor de su propio partido que luego es refrendado en las urnas. Otras se

permiten elecciones bastante libres a nivel local, como en China, pero no en el

nivel general, y otras, en fin, no permiten ningún tipo de elección…. Es decir,

hay distintos tipos de oligarquías, pero todas ellas tienen poco que ver con el

"poder del pueblo", la democracia. En condiciones normales, el voto no decide

gran cosa porque no cambia nada esencial.

Lo que está ocurriendo ahora en el mundo, en todas esas zonas señaladas, es

un despertar ciudadano contra la administración de la globalización que llevan

a cabo todas esas oligarquías. Un impulso en favor de una globalización en

clave ciudadana, no empresarial. Cuando la población toma la palabra y se

convierte en sociedad, las cosas no pueden seguir igual. Así se escribe la

20

Page 21: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

historia.

Sobre camellos y barretinas. Hacía muchos años que algo así no ocurría y

el establishment ya se había olvidado de ese factor. De ahí el desconcierto y

el nerviosismo con que la clase política acoge el fenómeno por todas partes. El

apaleamiento de ciudadanos en la Plaza de Catalunya fue la versión local de

la entrada de los camellos de Mubarak en la Plaza Tahrir el 2 de febrero. Fruto

de la misma miopía, luego profundizada por prensa e instituciones entre

histerias guerracivilistas, con listas de "culpables" y "responsables

intelectuales" casi en la periferia del terrorismo ("kale borroka"), que

conducen a la típica pregunta rusa sobre este tipo de situaciones: "¿se trata

de una provocación, o de una estupidez?". La respuesta es que parece una

mezcla de ambas cosas… Pero aquí no hay ninguna novedad. Estamos ante

un clásico.

Cuando en Alemania arrancaba en los setenta el movimiento antinuclear, el

establishment hacía afirmaciones y acusaciones disparatadas del mismo

tenor. El Presidente de Baden-Württemberg, Hans Filbinger, decía que sin la

contestada central nuclear de Wyhl, "las luces de nuestra región comenzarán

a apagarse a finales de la década". Antes de esa fecha, en 1978, Filbinger, un

antiguo juez nazi, tuvo que dimitir al conocerse su participación en sentencias

de muerte del régimen anterior. El movimiento ciudadano era criminalizado

sin complejos. "Su núcleo lo forman puros terroristas, meros delincuentes",

decía el democristiano Gerhard Stoltenberg, presidente de Schleswig-Holstein.

"Hay que hablar no tanto de alborotadores como de terroristas", decía el

ministro de justicia, el socialdemócrata Hans-Jochen Vogel. Más tarde, en

enero de 1980, cuando se fundó el Partido Verde, el ideólogo del SPD, Egon

Bahr, anunciaba el nacimiento de un "peligro para la democracia", mientras su

colega Erhard Eppler comparaba la presión de las manifestaciones

antinucleares con las marchas callejeras de las escuadras nazis de la S.A.

Todo esto debe ser recordado hoy, cuando, después de Chernobyl y

Fukushima, Alemania pone fecha al fin de la energía nuclear. Se ofrece así un

poco de perspectiva sobre lo que le espera a una ciudadanía que ahora toma

la palabra. Cualquiera que hoy hable en Europa de propuestas de cambio tan

razonables como nacionalizar la banca, o prohibir el uso de las fuerzas

armadas fuera de las fronteras sin expreso referendo popular, merece ese tipo

de histeria. Que a lomos del camello haya un truhán cairota con turbante o un

conseller inepto con barretina, cambia poco el asunto: la histeria va incluida

en el precio de cuestionar la oligarquía.

26/6/2011

21

Page 22: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Palabras rotas sin discurso político

Manuel Reyes Mate

Las soluciones podrán venir cuando entendamos el problema, pero estamos

lejos de ese momento.

La edición francesa del libro ¡Indignaos!, de Stéphane Hessel, abre con una

reproducción del célebre cuadro de Paul Klee, Angelus novus, al que Walter

Benjamin dedica, tal y como recuerda el propio Hessel, la novena de sus

célebres Tesis sobre el concepto de historia. Lo que Benjamin dice es que hay

dos maneras totalmente diferentes de entender los tiempos que vivimos: lo

que para unos es progreso, para otros es catástrofe.

Hay quien vive el presente como un proyecto de vida, dotado, eso sí, de los

medios materiales suficientes como para vivir de acuerdo a sus deseos. Y hay

otros que saben el precio del progreso o, más exactamente, el precio del

bienestar de otros. Son, de acuerdo con el cuadro de Paul Klee, las ruinas y

cadáveres sobre los que camina el ángel de la historia pintado por el artista

suizo.

Al colocar Hessel ese cuadro como pórtico a su alegato está dando a entender

que los caídos se niegan a ser el precio de la historia y reclaman para sí el

derecho a tener un proyecto de vida propio.

El famoso cuadro ha llamado la atención de muchos eruditos, atraídos por la

poderosa interpretación política que hace Walter Benjamin, pero es la primera

vez que sirve para expresar la indignación de quienes han sido degradados a

inevitable coste social del progreso.

Dos posiciones, pues, enfrentadas ante la misma realidad histórica. No

deberíamos perderlo de vista sobre todo a la hora de preguntarnos por su

futuro. Escuchaba en una emisora de radio un debate entre un portavoz de

Democracia Real y sesudos académicos que le acosaban dialécticamente

preguntándole por las soluciones: qué soluciones proponían ellos, los

indignados, a los graves problemas que denunciaban. Ante el balbuceo del

joven indignado, el oyente podía llegar a la errónea conclusión de que lo que

está ocurriendo tiene poco recorrido.

Las soluciones, sin embargo, solo pueden venir cuando entendamos el

problema y hay razones para pensar que aún estamos lejos de ese momento.

Esta generación expresa su malestar a través de palabras minúsculas, tales

como futuro, casa, trabajo, salud, corrupción o participación. Son palabras

22

Page 23: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

sueltas que las encontramos en los programas políticos de los partidos

existentes. La diferencia es que en esos programas esas palabras no

significan nada y colgadas de las tiendas de los acampados, sí. Cuando un

joven te dice futuro te está interpelando desde una existencia sin futuro. La

palabra es entonces creíble porque está encarnada en un cuerpo frustrado

que habla sin abrir la boca. Esas palabras tienen sentido en existencias

vulneradas. En los programas políticos, empero, carecen de sentido. Dicen

que van a luchar contra la corrupción y premian a los corruptos. Prometen

empleo y lo supeditan a la competitividad. Les elegimos para que hagan

política y se convierten en mascotas del mercado y así sucesivamente.

De lo que se trata entonces es de construir un discurso político —o de

encontrar soluciones— partiendo de esas palabras verdaderas. En El mayor

monstruo, los celos, de Calderón de la Barca, el perverso protagonista ha

decretado que si él muere, sus fieles tienen que matar a su esposa, por honor.

Para evitar que el documento llegue a manos de ésta, lo hace pedazos

oportunamente. Pero la mujer llega a tiempo de ver por los suelos el texto

hecho añicos y de leer en un trozo muerte, en otro su nombre, en aquel de

allá honor y en este de acá secreto. Entiende que está condenada a muerte.

Las palabras aisladas adquieren una fuerza muy superior a la que tenían en el

documento. Para que las palabras iniciales cuajen en respuestas, el político

tiene que dejarse imantar por la tragedia existencial que hay detrás de cada

una de ellas. No nos precipitemos en convertirlas en problemas, es decir, en

accidentes desgraciados del sistema. Antes que problemas son vidas

frustradas, familias humilladas, que interpelan a la conciencia política. Si

fueran escuchadas, podríamos llegar a la conclusión de que la respuesta no se

encuentra en un retoque del sistema —a eso apuntan las famosas “reformas

estructurales” que dicen los empresarios—, sino en una revisión del modo de

vida o de valores sin cuestionar incluso por los propios indignados.

El noble arte de la política no nació para reproducir sistemas, sino para

organizar la convivencia y mejorar las condiciones de vida de los individuos.

Hemos llegado a un punto en el que los valores rectores más indiscutibles se

cobijan bajo el paraguas progreso. Lo que el nonagenario autor del exitoso

panfleto defiende es que el progreso esconde demasiados cadáveres. Han

salido a la calle para decir basta. Con su presencia están invitando a la

sociedad en su conjunto a pensar unas respuestas.

Marraríamos la oportunidad que se nos brinda si redujéramos la importancia

del gesto a los discursos que puedan ofrecer. Pueden caer en simplezas o

pedir lo imposible. Está claro que para algunos el progreso es catastrófico. A

los que de momento están a salvo les toca decidir si hay algo que hacer.

Artículo publicado en El Periódico, 27 de junio de 2011

23

Page 24: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

7/2011

24

Page 25: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Cajón Desastre

El Lobo Feroz

La orejita empresarial

Los grandes empresarios quieren vincular los salarios a la productividad.

Saben que la productividad no depende de los trabajadores, sino de la

renovación tecnológica. En la práctica, jibarización de las masas salariales.

Eso frena la actividad económica, pero a ellos les afecta poco pues consumen

bienes de lujo, preferiblemente de importación, que la gente corriente no

consume. Una latita de caviar beluga cuesta 169 euros; un amarre para algo

que flote, unos 50.000.

Qué producir

La economía española estaba asentada sobre dos pilares básicos: el ladrillo y

el turismo. El primero está hundido, aunque las grandes constructoras, gracias

a las contratas públicas, han conseguido ganar tamaño, diversificar sus

negocios e internacionalizarse; se han beneficiado mucho y bien del dinero

público.

El futuro ¿es el turismo?

Eso no da mucho más de sí, y según las circunstancias incluso puede dar

menos. El futuro está en la industria de las energías renovables, en la

desconcentración energética, en el ahorro energético para sustituir al

petróleo.

El futuro está en las tecnologías biomédicas, a partir del capital social

acumulado en la sanidad pública, en las clínicas universitarias, en los centros

de investigación. Sus productos no deben ser privatizados, sino beneficiar a

las personas y originar patentes para las instituciones públicas.

Recortar la sanidad pública es matar la gallina de los huevos de oro, no sólo

precarizar nuestra salud.

En una república bien ordenada el futuro estaría también en los servicios de

ayuda y asistencia, pero los dirigentes económicos y políticos de esta Cacaña

no están por una república bien ordenada. Van a lo suyo.

Donde no se ahorra

25

Page 26: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Grandes recortes sociales, pero hay tropas españolas chaconeando en

Afganistán, en Libia, en el Líbano, en el Índico. Los parados sin subsidio

pueden preguntarse, etc.

Sacrificios humanos

Otros dos soldados muertos en Afganistán. Ya casi un centenar. Más vidas

segadas de conciudadanos en una expedición que sólo se fundamenta en la

voluntad de los Estados Unidos. Vergüenza ajena, esos sacrificios humanos. Y

dolor. Demasiado dolor en la pura estupidez de esas gentes irresponsables

impertérritas frente a la voluntad de la mayoría.

La española según el PP

Para echarse a temblar

Rajoy le ha encargado un proyecto de reforma de la sanidad pública a José Mª

Aznar.

junio 2011

7/2011

26

Page 27: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

El extremista discreto

Iannis Basilikos

Esperando al Barça

para M.M.

¿Qué hace ese gentío en el estadio?

Es que hoy juega el Barça

¿Por qué amontonáis cerveza y palomitas,

congregados en torno a las pantallas?

Es que hoy juega el Barça

¿Por qué tantos, niños y mayores, visten

camisolas iguales, de colores?

Los colores del Barça. Es que hoy jugarán

¿Por qué los tertulianos no tertulian,

como siempre, ni nos doran la píldora?

27

Page 28: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Porque hoy es el Barça el que la ha de dorar

¿Y por qué el Rey, el Príncipe e incluso el Presidente

están en ese palco con horteras

en vez de gobernar?

Es por el Barça (mejor que no gobiernen)

y quieren prestigiarse con su seguro triunfo

¿Y por qué tantos nervios, tanto apresuramiento,

tanta noticia deportiva, tanto grito en la radio?

Es porque hoy juega el Barça. No hay otro pensamiento.

¿Por qué de pronto esa inquietud

y silencio (Cuánta gravedad en los rostros.)

¿Por qué la multitud vacía el estadio

y sombría regresa a sus moradas?

Porque la noche cae y no empieza el partido.

Rumores primero, y luego noticiarios, dicen que se acabó,

que ya no hay Barça.

28

Page 29: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

¿Y qué será ahora de nosotros sin Barça?

Esos futbolistas, después de todo,

nos consolaban de nuestra esclavitud.

7/2011

29

Page 30: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

La Biblioteca de Babel

A. Glyn; J. Stiglitz; S. George

Para entender la crisis y salir de ella de otra forma

En esta reseña hablaremos de tres libros interesantes para entender las

causas de la actual crisis, la manera como se ha abordado y las soluciones

alternativas para salir de ella. Se trata del libro que escribió Andrew Glyn,

titulado Capitalismo desatado. Finanzas, globalización y bienestar

(CIP-Ecosocial y La Catarata, 2010), el de Joseph Stiglitz: Caída libre. El libre

mercado y el hundimiento de la economía mundial (Madrid, Taurus, 2010) y el

de Susan George: Sus crisis, nuestras soluciones (Icaria, 2010). Los tres

salieron el año 2010. El de Stiglitz lo reimprimió en edición de bolsillo

Santillana en 2011.

El libro de Glyn arranca desde mucho antes del crack de 2008. De hecho, el

texto se publicó en inglés en 2006. Y su autor murió dos años después. A toro

pasado, uno puede encontrar en él todos los factores desencadenantes de la

crisis. De los tres trabajos, es el estudio de más largo alcance histórico.

Empieza en los años sesenta del siglo pasado y analiza todas las fases y

aspectos de la contrarrevolución neoliberal: desde la desregulación a la

financiarización de la economía; desde las privatizaciones a la globalización. El

autor presta especial atención a los efectos de estos procesos sobre los más

débiles. Dedica un capítulo a analizar las transformaciones acaecidas en el

mundo del trabajo. Es un libro panorámico, claro, riguroso, crítico y

extraordinariamente útil.

El texto de Stiglitz tiene el interés de contar "por dentro" el manejo de la crisis

en Estados Unidos. El Premio Nobel de Economía pone de manifiesto la

estricta continuidad de las políticas de Obama respecto de las de Bush.

También señala las fuentes del poder político de las entidades financieras y su

capacidad para paralizar los intentos de regulación en Estados Unidos. El

poder político del sistema financiero queda también claramente puesto de

manifiesto, en lo referente a Gran Bretaña, en un documento escrito por un

grupo de economistas de la Universidad de Manchester (“An Alternative

Report on UK Banking Reform”, en

http://www.cresc.ac.uk/publications/an-alternative-report-on-uk-banking-refor

m). Wall Street y la City han conseguido frenar e incluso dar marcha atrás a

todos los planes de reforma del sistema financiero que han sido formulados.

Tanto el libro de Stiglitz como el de Susan George son ricos en propuestas

alternativas para salir de la actual crisis. Su perspectiva no se limita a la

vertiente financiera. El antiguo economista jefe del Banco Mundial y la

30

Page 31: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

presidenta de honor de ATTAC tienen un horizonte mucho más amplio. Sus

planteamientos son, obviamente, distintos, pero ambos ponen de manifiesto

la posibilidad de adoptar políticas económicas radicalmente diferentes de las

actuales. El documento de los economistas británicos citado más arriba, así

como el manifiesto de los economistas franceses "aterrorizados" (“Manifeste

d’économistes atterrés”, en http://atterres.org), amplían el catálogo de

medidas alternativas para superar la crisis y reorientar la economía en una

dirección social y ecológica. Otra política económica es, por consiguiente,

posible.

José Antonio Estévez Araujo

7/2011

31

Page 32: Número 93 de julio de 2011 Por Joaquim Sempere Por Agustín ...

Foro de webs

Coronel Diego Camacho

Aproximación al golpe de estado del 23F en internet

Pocas aproximaciones tan ajustadas y veraces al golpe de estado del 23F

como esta conferencia dada por un antiguo y destacado analista del CESID,

del servicio de inteligencia militar. Con independencia de que no sea

necesario compartir algunas opiniones del conferenciante, el núcleo de su

explicación histórico-política parece impecable. Escucharla desvelará además

la fantasía de los bellos cuentos que se han divulgado a propósito de aquel

golpe.

El desarrollo, aproximadamente de una hora de duración, es recomendado

vivamente por El Lobo Feroz.

No ha sido posible incluir aquí un enlace directo con la página web

correspondiente. En Google, buscar por 'Coronel Diego Camacho' o por

'Vimeo' para hallar la conferencia íntegra. También aparece por partes.

Archivo web de Vimeo

http://www.youtube.com/watch?v=lbnEQgugmBE

7/2011

Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)

32