Museos y Parques Naturales Comunidades Locales, Administraciones Publicas y Patrimonializacion de La...

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  • ISBN: 978-84-9860-448-1

    MUSEOS Y PARQUES NATURALES:COMUNIDADES LOCALES, ADMINISTRACIONES

    PBLICAS Y PATRIMONIALIZACIN DE LACULTURA Y LA NATURALEZA

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  • MUSEOS Y PARQUES NATURALES:

    COMUNIDADES LOCALES, ADMINISTRACIONES PBLICAS

    Y PATRIMONIALIZACIN DE LA CULTURA Y LA NATURALEZA

  • MUSEOS Y PARQUES NATURALES:

    COMUNIDADES LOCALES, ADMINISTRACIONES PBLICAS

    Y PATRIMONIALIZACIN DE LA CULTURA Y LA NATURALEZA

    Iaki Arrieta Urtizberea (ed.)

  • Euskal Herriko Unibertsitateko Argitalpen Zerbitzua Servicio Editorial de la Universidad del Pas Vasco

    ISBN: 978-84-9860-448-1

    Lege gordailua / Depsito legal: BI-2905-2010

    Fotokonposizioa / Fotocomposicin: Rali, S.A. Particular de Costa, 8-10 - 48010 Bilbao

    Inprimatzea / Impresin: Grficas Berriz, S.A. Murueta, 23 - 48220 Abadio

  • Agradecimientos

    Esta publicacin ha sido posible gracias, en primer lugar, a la colabora-cin del Museo Romano Oiasso, de la Facult dAnthropologie et de Socio-logie de lUniversit Lumire Lyon 2, de ICOM-Espaa y del grupo de in-vestigacin del proyecto CSO2008-05065/SOCI del Ministerio de Ciencia e Innovacin, y, en segundo lugar, a los apoyos econmicos de las siguientes instituciones: el Vicerrectorado del Campus de Gipuzkoa de la UPV/EHU; la Obra Social de la Kutxa; el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco; el Departamento de Educacin, Universidades e Investigacin del Gobierno Vasco; el Departamento de Cultura y Euskara de la Diputacin Foral de Gipuzkoa; el Museo San Telmo de Donostia-San Sebastin y el Ecomuseu de les Valls dneu.

  • ndice

    Patrimonializacin cultural y natural: un proceso, mltiples aproxi-maciones. Iaki Arrieta Urtizberea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    PARTE I

    MUSEOS, COMUNIDADES LOCALES, TURISMO Y REDES

    Comment tre un muse de ville au service des citoyens? Un parcours et quelques pistes daction. Jean-Franois Leclerc . . . . . . . . . . . . 21

    Los museos comunitarios de Kuna Yala y la memoria histrica. Ane-lio Merry Lpez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

    Turismo y museos en la ciudad de Valencia. Javier Mart . . . . . . . . . 63

    La Red de Museos Etnogrficos de Asturias: proyecto y realidad. Juaco Lpez lvarez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

    PARTE II

    PARQUES NATURALES, COMUNIDADES LOCALES Y ADMINISTRACIONES PBLICAS

    Culturas campesinas y conservacin del patrimonio natur-rural. Jai-me Izquierdo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

    Faire et savoir faire un territoire patrimonial : Parc naturel r-gional du Haut-Jura (France). Olivier Givre . . . . . . . . . . . . . . . . 135

    Espacios naturales y especies salvajes. La construccin de la natura-leza como patrimonio en el Pallars Sobir, Pirineo cataln. Oriol Beltran e Ismael Vaccaro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159

  • PARTE III

    MUSEOS Y UNIVERSIDADES

    Lhistoire au cur de la cit : lexemple du laboratoire dhistoire et de patrimoine de Montral. Joanne Burgess . . . . . . . . . . . . . . . . . 191

    10 NDICE

  • En esta introduccin no pretendemos retomar aquellas cuestiones que han originado grandes debates acerca de las especificidades de lo cultural y lo natural y sus interrelaciones. Simplemente quisiramos aqu hacer hinca-pi en algunas de las reflexiones que se vienen dando en el campo patrimo-nial como consecuencia de esas especificidades y que se abordan en los ar-tculos que constituyen la segunda parte de esta publicacin. Esas reflexiones se centran en las limitaciones conceptuales, metodolgicas, prcticas y so-ciales que la dicotoma cultura/naturaleza y la de su secuela patrimonio cultural/patrimonio natural originan. Nos centraremos en aquellas que abor-dan los procesos de legitimacin y consolidacin de la primera dicotoma y que condujeron a la divisin del campo patrimonial en dos grandes esferas, prcticamente independientes. A este respecto abogamos para que lo cultu-ral y lo natural no se consideren elementos independientes, sino unidades interrelacionadas, partcipes de un sistema biocultural complejo.1

    En cuanto a su origen, podemos decir que la separacin entre lo natural y lo cultural comenz a consolidarse en el XVIII, cuando los pensadores del Siglo de las Luces concibieron la cultura como lo especfico del ser humano, considerndola aunque no solamente sinnimo de progreso, evolucin, educacin o razn (Cuche, 2002: 11). Concebida de esa manera, en la Fran-cia de aquel siglo el trmino de cultura se equipar, en lneas generales, al de civilizacin, entendiendo como civilizacin el proceso de mejora de las instituciones sociales, o lo que es lo mismo, el progreso. Partiendo de esa premisa, los pases occidentales se consideraban ubicados en el estadio ms

    1 Este trabajo se enmarca en el proyecto investigacin Procesos de patrimonializacin de la naturaleza y la cultura. Posicionamientos locales y articulaciones globales del Minis-terio de Educacin y Ciencia (CSO2008-05065/SOCI).

    Patrimonializacin cultural y natural: un proceso, mltiples aproximaciones1

    Iaki Arrieta UrtizbereaUniversidad del Pas Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

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    avanzado de dicho progreso y los pueblos salvajes, primitivos o naturales en los albores del mismo. Aunque algunos filsofos ilustrados mostraron su rechazo a esas definiciones de cultura y civilizacin, stas echaron races en el territorio galo, difundindose posteriormente entre las lites polticas y cientficas europeas, salvo en Alemania. A este respecto debemos destacar la distincin que entre los conceptos de cultura y de civilizacin mane-jaban burgueses y aristcratas en Alemania mientras rivalizaban por hacerse con el poder poltico. El trmino de cultura lo manejaron los burgueses; el de civilizacin, los aristcratas. En el mbito de la burguesa lo cultural se equipar a lo autntico, lo idiosincrsico o lo local alemn, estableciendo, por tanto, unas diferencias conceptuales con el de civilizacin. No obstan-te, el significado de ambos conceptos tal y como se definieron en Francia se afianz entre la lite poltica y cientfica de la poca, especialmente cuando se trataba de abordar la cuestin de las naciones, pueblos o comuni-dades no occidentales.

    As los pases civilizados occidentales se diferenciaban de las comuni-dades primitivas, salvajes o sin escritura en el respeto por la naturaleza (Velasco y Daz de Rada, 2003: 86) que los primeros haban perdido: adap-tar la naturaleza a los fines propios del hombre, son, en conjunto, muy bajos entre los salvajes, medianos entre los brbaros, y muy altos entre las moder-nas naciones ilustradas (Tylor, 1977: 42, la primera edicin en ingls de esta obra del fundador de la Antropologa social y cultural es de 1871). La civilizacin y la cultura considerada como sinnimo de la civilizacin marcaban una diferencia con lo natural, resumindolo Friedrich Ratzel cuando afirmaba que hablamos de grados de cultura, de cultura baja y ele-vada, de semi-civilizacin y sobre todo ponemos frente a frente a los pueblos naturales y a los civilizados; de todo lo cual se desprende que, al estudiar las distintas civilizaciones de los pueblos que cubren la tierra, partimos de una medida determinada, y que esta medida no es otra que el grado de civiliza-cin alcanzado por nosotros (1888: 11). Como se puede advertir, no era solamente una cuestin conceptual de un mayor o menor distanciamiento entre lo cultural y lo natural, sino tambin de la existencia de un mayor o menor progreso en todos los rdenes sociales y culturales, partiendo de un patrn bsico o modelo del progreso: el del grupo social constituido por varones, blancos, catlicos o protestantes y burgueses o aristcratas.

    En el mbito de la ciencia la dicotoma cultura/naturaleza condujo a una gran divisin: a un lado se colocaron la fsica y las ciencias naturales, las llamadas ciencias duras; al otro, las ciencias sociales y las humanidades, a saber, las blandas. De este modo la realidad biocultural, compleja y

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    sistmica, se compartiment, el conocimiento se fragment, legitimndose en los pases occidentales la dualidad cultura/naturaleza como nico mode-lo interpretativo (Santamarina Campos, 2009: 310).

    No obstante, para concluir con estas breves ideas acerca de esa divisin, debemos destacar que la dualidad cultura/naturaleza y su pertinencia cient-fica comenzaron a cuestionarse a partir de la dcada de los 80 del pasado siglo. Nuevas propuestas han venido emergiendo desde entonces en el cam-po cientfico, defendiendo el vnculo intrnseco entre lo cultural y lo natural, proponiendo nuevos planteamientos tericos, metodolgicos y de interven-cin (Maffi, 2007: 57), que las podramos englobar dentro del pensamiento eco-bio-antroposocial, tal como lo propone Morin (1993: 117-118).

    Aunque en la actualidad nuevas propuestas tratan de superar aquella polarizacin de la realidad y del conocimiento, no podemos dejar de lado las consecuencias que tuvo aquella dicotoma en el campo patrimonial: por un lado, el cultural; por otro, el natural. En un anlisis histrico ya se aprecia que sus orgenes fueron diferentes, aunque algunas de las causas fueran las mismas (Ario Villarroya, 2002: 138). El sentimiento de preservacin de lo que entonces se denominaban antigedades, que posteriormente se ampli al concepto de patrimonio cultural, comenz a aflorar a partir de 1790 como consecuencia de los cambios polticos, socioculturales y econmicos que la Revolucin francesa, las guerras napolenicas, la Revolucin indus-trial y el auge de los nacionalismos trajeron a las sociedades europeas (Lowenthal, 2005: 83). La idea de que el patrimonio natural deba ser prote-gido emergi algo ms tarde, a mediados del siglo XIX, principalmente en los Estados Unidos de Norteamrica. Ante la falta de una historia nacional y antigedades y frente a los impactos de la industrializacin, urbanizacin y modernidad, los colonizadores blancos americanos recurrieron a la natura-leza, en la cual ubicaron lo autntico, lo prstino o lo bello, al igual que lo hicieron los europeos con las antigedades (Lowenthal, 2005: 84). Toda huella humana la de los pueblos indios, en ese caso, signo de decadencia, fue borrada de los primeros parques naturales norteamericanos (Santamari-na Campos, 2009: 39). De este modo, la dicotoma entre lo cultural y lo natural se afianz en el campo del patrimonio, cuya consecuencia inmediata fue que historiadores y especialistas en las bellas artes se encargaron del primero y naturalistas del segundo. Sin embargo, como ya hemos afirmado, aquella polarizacin comenz a cuestionarse hace unas pocas dcadas, afianzndose progresivamente una nueva manera de abordar el patrimonio, en la que la cultura y la naturaleza son consideradas como partes de una to-talidad. As, por citar unos pocos ejemplos, todos ellos de 1992, tenemos las

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    resoluciones o conclusiones de la Cumbre de Ro o del IV Congreso Mun-dial de Parques Nacionales y reas protegidas o la creacin por parte de la UNESCO del Centro de Patrimonio Mundial en el que se unificaron los sectores de la cultura y la naturaleza. Adems conceptos tan en boga en la actualidad como los de sostenibilidad o diversidad conducen a realizar intervenciones en los bienes culturales y naturales desde unas aproximacio-nes relacionales, sistmicas y complejas.

    Sin embargo, consideramos que, si bien los pasos dados en los planos terico y discursivo en la definicin y defensa de unas aproximaciones rela-cionales, sistmicas y complejas al patrimonio han sido significativos, la prctica sigue siendo deudora en gran medida de los planteamientos decimo-nnicos. Como afirman Beltran Costa, Pascual Fernndez y Vaccaro el mito de la naturaleza prstina permanece vigoroso (2008: 12).

    De cuestiones discursivas y prcticas y de las interrelaciones entre la cultura y la naturaleza trata la segunda parte de esta publicacin. Jaime Iz-quierdo, en su artculo, aboga por el establecimiento de mecanismos de ac-cin efectivos que favorezcan la participacin de las culturas campesinas en la gestin del patrimonio natural. Olivier Givre, por su parte, revela los efec-tos de los procesos colectivos e institucionales, es decir, culturales, y de la participacin de los agentes o actores implicados o involucrados en la ges-tin del Parque natural de Haut-Jura (Francia). Orio Beltrn e Ismael Va-ccaro, por ltimo, nos trasladan al Parque Natural del Alt Pirineu en Pallars Sobir (Catalua), sosteniendo que los espacios naturales protegidos son, ms all de sus valores naturales naturalizados, instancias polticas y de gestin a saber, culturales, en las que entran en juego los intereses de los diferentes actores vinculados, directa o indirectamente, con dichos espacios.

    Adems de sas cuestiones relativas a la cultura y la naturaleza y a sus procesos de patrimonializacin, esta publicacin aborda otras dos cuestiones en la primera y tercera parte. En la primera, se diserta acerca de las funciones que cumplen los museos, ms all de las vinculadas con el conocimiento y la conservacin de los bienes culturales. As, Jean-Franois Leclerc y Anelio Merry Lpez exponen el potencial que tienen los museos como instrumentos favorecedores del desarrollo local y fortalecedores de la identidad local. Por un lado, en una sociedad tan diversa como la de Montreal, el Centre dhistoire se presenta como una institucin que busca transcender sus muros para ponerse al servicio de la comunidad con el objetivo, entre otros, de ser un catalizador social y cultural. Por otro, los museos comunitarios de Kuna Yala (Panam) se muestran como instrumentos encaminados a favorecer el

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    reencuentro de las comunidades indgenas con su pasado, para proyectarse al futuro en un contexto de tendencias globalizadoras econmicas, sociales y culturales, amenazadoras de su identidad cultural. Por su parte, ofreciendo otra aproximacin a la funcin de los museos, Javier Mart aborda la influen-cia del turismo en el devenir de los museos, una de las principales causas, sino la nica, del boom musestico de los ltimos aos. Sin embargo, des-lumbrados por los reflejos del titanio del Guggenheim-Bilbao, podemos afirmar que pocos gestores, tcnicos o polticos, se han preocupado por de-sarrollar museos integrales. Construyamos museos que la afluencia de tu-ristas est garantizada ha sido un eslogan ampliamente difundido y acepta-do por muchos agentes polticos y culturales. La razn econmica, puramente instrumental, se ha impuesto en amplios sectores vinculados con los museos, obvindose o, ms bien, desconociendo las funciones sociales, culturales y cientficas que deben legitimar la construccin de dichas infra-estructuras culturales. Si en tiempos de bonanza econmica ese fin y ese eslogan presentaban amplias lagunas, qu decir en tiempos de crisis. Qu hacemos con los museos?, se preguntan ahora no pocos gestores y polticos ante la ausencia de turistas y la indiferencia de la poblacin local. Por ltimo, para concluir esta primera parte de libro, Juaco Lpez lvarez aborda la cuestin de las redes musesticas en Asturias, una potente herramienta enca-minada a economizar recursos materiales y a maximizar el capital social, fortaleciendo sinergias, las cuales garantizaran la sostenibilidad de no pocos museos. Sin redes, la viabilidad de no pocos museos quedara en entredicho, ms si cabe en estos tiempos de crisis y recortes presupuestarios. Lamenta-blemente, nuestras investigaciones nos muestran que las redes musesticas y patrimoniales muchas veces no van ms all de una declaracin de intencio-nes, de la bsqueda de unos recursos econmicos muy concretos o de la in-tervencin en una cuestin puntual.

    Para concluir, en la parte tercera de la publicacin se aborda la cuestin de la transmisin del conocimiento de la universidad a los agentes locales, as como de la implicacin universitaria en las acciones patrimoniales o musesticas emprendidas por dichos agentes. No creemos caer en el error si afirmamos que en nuestro contexto territorial ms prximo los trabajos uni-versitarios relativos al patrimonio cultural y a los museos, en sus dimensio-nes sociales y culturales, apenas tienen eco entre los agentes locales. En-claustrados en nuestro mundo acadmico, elaboramos discursos que tratan ms del deber ser que del ser del campo patrimonial y musestico. Nuestra distancia respecto al objeto de estudio puede favorecer la elaboracin de unos discursos, planteamientos y propuestas diferentes y complementarios

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    a priori ni mejores ni peores que los formulados por aquellos otros agentes cuya distancia es menor o no existe con respecto al objeto. Sin embargo, muchas veces el objetivo de la literatura universitaria es el propio mundo acadmico, no buscando ninguna vinculacin con aquello que es, o debiera ser su leimotif: los agentes que activan o ponen en valor el patrimonio. No obstante, quisiramos afirmar tambin que alcanzar la complementariedad entre universitarios y agentes patrimoniales y musesticos no es fcil. Mu-chos de los agentes tienen todava una concepcin decimonnica de los museos y de los bienes culturales: as, de las nuevas aportaciones tericas que se han venido realizado desde la dcada de los 60 del pasado siglo, la nica que han incorporado, y solamente de una manera acrtica, ha sido la cuestin del turismo. Para superar todas esas contrariedades Joanne Burgess, directora del Laboratoire dhistoire et de patrimoine de Montral, presenta en su artculo, entre otras cuestiones, diversas modalidades de colaboracin entre los universitarios y los agentes locales.

    BIBLIOGRAFA

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    CUCHE, D. (2002) La nocin de cultura en las ciencias sociales, Buenos Aires, Nueva Visin

    BELTRAN COSTA, O., PASCUAL FERNNDEZ, J.J. y VACCARO, I. (2008) Introduccin. Espacios naturales protegidos, poltica y cultura, en Patrimonializacin de la naturaleza. El marco social de las polticas ambientales, Donostia-San Sebastin, Ankulegi.

    LOWENTHAL, D. (2005) Natural and cultural heritage, International Journal of Heritage Studies, n. 11-1, p. 81-92.

    MAFFI, L. (2007) Bio-cultural diversity for endogenous development: Lessons from research, policy and on-the-ground experiences, en En-dogenous Development and Biocultural Diversity, Leusden, Compas & Centre for Development and Environment, p. 56-66.

    MORIN, E. (1993) El mtodo: la vida de la vida, Madrid, Ctedra.

    RATZEL, F. (1888) Las razas humanas, Barcelona, Montaner y Simn Editores, t. 1.

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    SANTAMARINA CAMPOS, B. (2009) De parques y naturalezas. Enun-ciados, cimientos y dispositivos, Revista de Dialectologa y Tradicio-nes Populares, n. LXIV-1, p. 297-324.

    TYLOR, E. B. (1977) Cultura primitiva I: los orgenes de la cultura, Ma-drid, Ayuso.

    VELASCO, H. y DAZ DE RADA, . (2003) La lgica de la investigacin etnogrfica, Madrid, Trotta.

  • PARTE I

    MUSEOS, COMUNIDADES LOCALES, TURISMO Y REDES

  • Comment tre un muse de ville au service des citoyens? Un parcours et quelques pistes daction

    Jean-Franois Leclerc1

    Centre dhistoire de Montral

    Par del les milliers de kilomtres qui nous sparent et nos diffrences culturelles, la question de limpact du muse sur le dveloppement local rejoint divers degrs toutes nos institutions, de mme que nos tentatives dy rpondre. Au cours des dernires dcennies, la mondialisation des stan-dards musologiques contemporains a en effet considrablement rduit nos diffrences. Les proccupations musologiques autrefois rserves cer-taines rgions du monde ou certains types de muses, tels les comuses, se sont mondialises. Il faut cependant admettre que les enjeux du dvelop-pement local varient considrablement dune rgion lautre selon la taille du muse, sa localisation, ltat de lconomie et de la socit de sa rgion, de mme que les traditions musales du lieu.1

    La question du dveloppement local sest donc pose de manire spci-fique au Centre dhistoire de Montral, centre dinterprtation et muse dhistoire cr il y a 27 ans dans le quartier historique et touristique de la mtropole francophone du Qubec. Le paysage culturel, ethnique, linguis-tique et musal montralais est en effet foisonnant, diversifi et changeant comme celui de toute grande ville. Et comme cette ville quil a pour mission de faire comprendre et connatre2, le Centre dhistoire a d sadapter. Cest en tentant de mieux sarrimer aux besoins de son milieu quil a fait voluer sa mission et ses modes daction.

    1 Directeur du Centre dhistoire de Montral.2 La mission du Centre dhistoire de Montral, mise jour en 2008 est la suivante :

    Faire connatre et apprcier de lensemble des Montralais et des visiteurs lhistoire de Montral et le patrimoine matriel et immatriel prsent sur son territoire par son exposition permanente et ses expositions thmatiques itinrantes et la mise en valeur du patrimoine immatriel montralais.

  • 22 JEAN-FRANOIS LECLERC

    1. EN QUTE DUNE NOUVELLE LGITIMIT

    La jeune histoire du Centre sest droule sous tutelle administrative publique, celle de la Ville de Montral, chose plus frquente en Europe quau Canada et au Qubec. Tout en tant intgr un service municipal3, le Centre jouit depuis ses dbuts dune grande autonomie de gestion et de programma-tion qui se compare celle dune association prive. On le doit probablement la taille modeste de linstitution, tant en personnel, en budget quen super-ficie et son caractre assez unique dans le rseau municipal, de mme qu labsence dune vision intgre de la gestion et du dveloppement des insti-tutions musales municipales4. Si cette libert dcoula pendant longtemps dune certaine indiffrence et de faibles ressources pour le dveloppement de linstitution, elle lui a permis dexplorer de manire crative diverses facettes de son identit hors de commandes et de dictats administratifs, avec la com-plicit distante mais sympathique de la fonction publique culturelle.

    Lhistoire des muses tout comme notre exprience de gestionnaire nous apprennent que le destin des muses est intimement li lvolution de la socit et de ses valeurs. Il dpend tout autant dalas politiques et cono-miques que de la capacit de linstitution lgitimer son action auprs des pouvoirs publics, des partenaires privs et associatifs et du public. Le Centre dhistoire de Montral ny chappe pas. Sa cration en 1983 sinscrit dans la foule de la rvolution sociale, politique et culturelle pacifique, ou tran-quille comme on la dsigne, qui transforma la socit qubcoise partir des annes 1950 et 1960 comme cela sest produit dans dautres pays de tradition latine et catholique par la suite. Cette effervescence a stimul la musologie qubcoise, donnant naissance notamment au rput Muse de la civilisation du Qubec en 1988, dont les propositions ont inspir par la suite de nombreux muses ltranger5.

    3 Le Centre dhistoire relve du Service de dveloppement culturel, de la qualit du milieu de vie et de la diversit sociale de la Ville de Montral.

    4 Le Centre compte 9 employs lanne, dont un seul permanent et trois ou quatre employs saisonniers. Son budget annuel est denviron 700,000$, dont 500,000$ sont assu-ms par la Ville pour les oprations courantes, ladministration, les projets et expositions et les ressources humaines; le reste provient de diverses subventions et de commandites ddies des projets. (Ce montant ninclut pas les frais dentretien du btiment). Le Centre reoit 60,000 visiteurs par anne.

    5 Lexposition universelle de 1967 Montral fut un moment dclencheur de cette trans-formation en musographie. Pour un bref survol de lhistoire des muses au Qubec, voir Yves Bergeron, Louise Dussault-Letocha et Jacques Grimard (2006) Regard historique sur

  • COMMENT TRE UN MUSE DE VILLE AU SERVICE DES CITOYENS? ... 23

    Au moment de sa cration, le Centre fut une des rares institutions musales montralaise adopter les nouvelles formes de prsentation et dinterprtation ayant merg au cours des dcennies prcdentes. Au cours des annes 1990, au moment o la ville ftait son 350e anniversaire de fondation, son environne-ment musal se modifia rapidement avec la modernisation des muses existants et la cration de plusieurs institutions parapubliques et prives mettant en va-leur divers aspects de lhistoire et du patrimoine montralais. Larrive de nouveaux joueurs sur notre territoire thmatique nous incita au cours des an-nes 2000 actualiser notre mission et renouveler notre lgitimit auprs de la municipalit. Non pas que lexistence du Centre ait jamais t menace ou que les autorits municipales ne reconnaissent lintrt des muses pour le d-veloppement urbain6. Mais dans une agglomration importante comme Mon-tral, branche sur le monde, riche en productions culturelles et mdiatiques de haute qualit, la difficult de la Ville percevoir le caractre distinct de notre mission par rapport celles de la dizaine de muses dhistoire de la ville repr-sentait un pril pour notre dveloppement moyen et long terme.

    Deux aspects constitutifs de notre identit nous ont particulirement gui-ds dans cette qute: dune part, notre mission fonde sur une relation troite entre lhistoire de la ville, son territoire et le patrimoine encore visible qui t-moigne de son volution; dautre part, notre statut mtropolitain, municipal et public. Notre vritable collection tant la ville dans son ensemble, et non un ensemble dobjets ou un site comme la plupart des muses, nous nous sentions autoriss trouver des moyens dtendre notre action au-del du btiment du muse. Quant notre statut public, au dpart une simple caractristique admi-nistrative, il nous incitait voir comment notre institution pouvait se mettre plus activement au service de la collectivit montralaise comme on sy attend des services municipaux. Comme boussole dans cette aventure, nous ne pou-vions compter sur une stratgie bien arrte, ni sur un plan de dveloppement

    lunivers du patrimoine, des institutions musales et des archives . Ce document prsente aussi un portrait statistique remarquable des institutions musales, des archives et des orga-nismes en patrimoine qubcois. Il est disponible sur le net : http://206.167.148.80/obser-vatoire/publicat_obs/etat_patrimoine.htm#pdf

    6 On peut lire dans le Plan durbanisme de la Ville de Montral (2005: 77), cette phrase que bien des muses de ville dans le monde seraient heureux de pouvoir citer : Au-del de leur apport conomique considrable et de la frquentation touristique quelles gnrent, les institutions culturelles, notamment les muses, jouent un rle ducatif fondamental qui contribue, entre autres, au dveloppement du sens civique. Lieux de rappel et dexpression de lidentit collective, elles offrent galement lensemble des Montralais la possibilit de contacts avec les autres cultures .

  • 24 JEAN-FRANOIS LECLERC

    valid par ladministration. Nos seuls instruments de navigation furent des questions dont les rponses se rvlrent peu peu, au gr de nos activits. En quoi le statut dinstitution publique municipale peut-il ou doit-il orienter la mission et laction du Centre? Comment ce statut doit-il influencer notre rela-tion avec le public et avec les citoyens? Comment le Centre dhistoire peut-il avec ses outils musaux, aider les citoyens, o quils soient, leurs associations, la Ville et ses organes administratifs, mettre en valeur leur histoire et leur patrimoine sur lensemble du territoire montralais?

    Lentement mais srement, cest dans laction que nous avons donc en-trepris de crer de nouvelles alliances internes et externes. Ce cheminement ne fut pas exempt dimprovisation cratrice, de hasards heureux et dexplo-rations parfois risques. Il est loin dtre termin.

    2. UNE GNALOGIE INSTITUTIONNELLE MARQUE PAR LINTERPRTATION

    La gnalogie institutionnelle du Centre dhistoire remonte la mise en place dans les parcs naturels amricains, au dbut du 20e sicle, de circuits pdestres comments, de confrences et dexpositions rvlant aux visiteurs la richesse de ces lieux la fois sauvages et protgs. la faveur de la d-mocratisation de lautomobile et des loisirs, les parcs se dotrent de lieux daccueil - les visitors centers, pour sensibiliser les hordes de vacanciers et de touristes limportance de respecter ce patrimoine.

    Moins analytique que sensible, linterprtation nouait avec le public et lenvironnement matriel une relation alors inhabituelle dans le monde des muses. En effet, linterprtation ne vise pas seulement transmettre des connaissances mais faire apprhender par une exprience multi-sensorielle la complexit de lenvironnement naturel et culturel dans lequel se trouve le visiteur. Pour y arriver, linterprtation cherche rejoindre le visiteur dans ce quil connat et ce quil vit, afin ce lui permettre de sidentifier plus faci-lement cet environnement. Divers moyens sont utiliss pour que lexp-rience soit forte, objets, images, audio-visuels, dmonstrations, guides ani-mateurs et mdiateurs7. Selon Freeman Tilden, qui a formalis cette approche au cours des annes 1950, le principal objectif de linterprtation

    7 An educational activity which aims to reveal meanings and relationships through the use of original objects, by firsthand experience, and by illustrative media, rather than simply to communicate factual information (Tilden, 1957: 8).

  • COMMENT TRE UN MUSE DE VILLE AU SERVICE DES CITOYENS? ... 25

    est moins dinstruire que de provoquer, en dautres mots, de surprendre, de dfaire des certitudes, de faire impression pour mieux faire voir et com-prendre les relations qui se tissent entre monde et les tres humains8.

    Cette approche fut adopte par de nombreux parcs naturels et historiques en Amrique du Nord, notamment au Qubec dans les annes 1970 la fa-veur du dveloppement dun rseau fdral de lieux historiques9. Comme le signalait Patrice Groulx, un des seuls chercheurs qubcois stant pench sur linterprtation, ce mouvement marqua une vritable rupture avec la tradition du muse o la mise en vitrine de lobjet et de cartels constituait lessentiel de la communication. Dans les muses, lexistence prsume dune culture gnrale commune rendait le texte et lexplication superflus. Lapproche analytique de linterprtation rompait avec ces prsentations peu loquaces en situant les objets dans le contexte des ides et des valeurs de leur poque et en donnant une plus grande place au visiteur dans la d-couverte et la recherche de sens. Pour Groulx, le centre dinterprtation fut laboutissement dun mouvement de dmocratisation commenc au 19e sicle avec les muses en plein air et les expositions universelles alors quune classe moyenne instruite accdait la culture avec cette soif inal-trable du grand public pour le spectacle de lhistoire (Groulx, 1990: 81). Il rpondait aux attentes populaires envers une histoire concrte, empi-rique, lchelle de lindividu et optimiste, ce qui facilite dautant plus sa diffusion et ouvre de nouveaux marchs (Groulx, 1990: 26).

    Cette approche innovatrice ntait pas exempte de dfauts. Comme le note Groulx, la plupart des centres dinterprtation taient crs et grs par les pouvoirs publics do un certain contrle des thmatiques et du message. De plus, ils prsentaient une histoire trop souvent concrte, empirique et surtout optimiste, une histoire en miettes qui passait sous silence la com-plexit de lhistoire et les dbats qui animent les historiens (Groulx, 1990: 95). Leurs techniques de persuasion efficaces et directes diminuaient la dis-tance critique ncessaire la comprhension des phnomnes historiques10.

    8 The chief aim of Interpretation is not instruction, but provocation (Tilden, 1957: 32).9 Grce lagence fdrale de Parcs Canada. Celle-ci gre au Qubec un rseau de 27

    lieux historiques.10 Si, pour linterprte-vulgarisateur, qui opre dans les coulisses du spectacle de lhis- Si, pour linterprte-vulgarisateur, qui opre dans les coulisses du spectacle de lhis-

    toire, lartificialit et larbitraire de cette reconstitution vont de soi, elles nont pas la mme transparence pour le spectateur ou la spectatrice (Groulx, 1990: 25). En vulgarisation, quelle soit scientifique ou historique, cest finalement le pouvoir de persuasion de la vrai-semblance qui permet aux communicateurs de sauver la mise. (Groulx, 1990: 84).

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    Enfin, linterprtation donnait souvent limpression dun fort ancrage social par sa prfrence pour des objets ou des images du quotidien et par lint-gration de rcits de vie, alors que souvent, il sagissait dun emprunt super-ficiel au patrimoine local et familial, coup de la mmoire populaire.

    Au moment o il rdigeait son mmoire la fin des annes 1980, Groulx croyait que lapproche plus populaire des centres dinterprtation les desti-nait jouer un rle majeur dans le modelage de la mmoire collective.

    Il estimait cependant que linterprtation tait un point tournant, non par manque de popularit, mais en raison des problmes de financement de la plupart des centres dinterprtation soutenus par les pouvoirs publics. Ses pronostics se confirmrent partiellement.

    En effet, de nombreux centres mis sur pied depuis les annes 1970 et 1980 souffrirent de sous-financement public. Par contre, loin de dcliner, linterprtation comme mode de communication acquit un second souffle en participant la rvolution des muses qubcois. Ce mouvement fut amorc par louverture du Muse de la civilisation en 1988, que certains qualifirent alors de super centre dinterprtation . Au cours des vingt annes sui-vantes, lapproche interprtative obtint la partie belle : parmi les quelque 420 institutions musales que compte aujourdhui le Qubec, les lieux dinter-prtation en histoire, en ethnologie, en archologie et en sciences reprsen-tent 55,7% de lensemble11.

    Ce succs fut communicatif. Les muses introduisirent peu peu le texte et dautres procds de mdiation dans leurs expositions - audio-visuel, ani-mation, jeux interactifs etc. Lexposition, le design et la musographie prirent la vedette, donnant aux spcialistes de la communication et aux musologues une importance dterminante, parfois au dtriment du conservateur et du sa-voir disciplinaire. Une tension sinstalla peu peu entre la musologie tradi-tionnelle, fonde sur la conservation, la recherche et la communication sa-vante, et une musologie nouvelle o le mdium prenait le pas sur le message12. Au mme moment, le centre dinterprtation commena intgrer

    11 Sur 420 institutions musales, 55,7% sont des lieux dinterprtation en histoire, en ethnologie, en archologie et en sciences et 14,8% des centres dexposition. Les muses de collection dart, dhistoire et dethnologie forment 29,5% de lensemble. Institut de la statis-tique du Qubec, Gouvernement du Qubec, (2006) tat des lieux du patrimoine, des institu-tions musales et des archives, Cahier 1. Premier regard.

    12 Dans un des rares articles qubcois rcents jetant un regard critique sur la relation entre les historiens et les muses dhistoire montralais, lhistorienne Joanne Burgess

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    des objets authentiques ses modes de communication avec le public. Cette fusion des genres saccentuant, elle fit perdre au centre dinterprtation ce quil avait lorigine de distinct et dinnovateur dans lesprit du public.

    3. LA MUSOLOGIE MUNICIPALE MONTRALAISE

    Cr en 1983 sous le parrainage de la Ville de Montral et du Ministre de la culture et des communications du Qubec, le centre dinterprtation de lhistoire de Montral, connu sous le nom de Centre dhistoire de Montral fut par la suite intgr au rseau municipal des maisons de la culture. Situ dans une ancienne caserne de pompiers la limite ouest du quartier historique, le Centre devait jouer le rle dun visitors center non seulement pour le Vieux-Montral mais aussi pour un parc historique gigantesque englobant un patrimoine dissmin sur quelques 400 kilomtres carrs, cest--dire la ville elle-mme! Cette belle mission dtre la porte dentre de la collection urbaine et de donner ses visiteurs des cls pour la mettre en contexte dpassait large-ment ses ressources et la capacit daccueil de son lieu musal.

    La cration du Centre dhistoire sinscrivait dans lhistoire du dvelop-pement dinstitutions musales municipales. Comme bien des villes nord-amricaines, Montral avait peu peu pris en charge des responsabilits auparavant confies au secteur priv. La vision municipale du bien commun tait passe des seuls services de base comme la distribution de leau, la voirie et lenlvement des dchets aux services sociaux, piscines publiques, parcs et terrains de jeu, jusqu inclure les bibliothques, lart public, les maisons de la culture et les muses13.

    confirme que larrive en force du mdiateur, quil soit interprte ou musologue, dans la relation entre le savoir historien et le public, na pas eu que des effets bnfiques. Confirmant les craintes voques par Groulx vingt ans plus tt, il semble selon lhistorienne que la mu-sologie nouvelle se construise en opposition aux savoirs traditionnels, dont elle conteste lautorit . Avec pour rsultat, dans le contexte de la marchandisation de la culture, des ex-positions qui proposent trop souvent aux visiteurs des lectures simplistes, rconfortantes et parfois dpasses de lhistoire du Qubec . Notons que depuis quelques annes, un rappro-chement sest opr entre les historiens et les muses dhistoire, grce notamment au pro-gramme de matrise en histoire applique ( public history ) et quelques historiens tels Joanne Burgess et Paul-Andr Linteau, pour ne nommer que ceux l. Voir Burgess, J. (t 2003), Lhistorien, le muse et la diffusion de lhistoire , Revue dhistoire de lAmrique franaise, 57, 1, p. 3344.

    13 La Ville gre un rseau de 44 bibliothques, de 24 salles de spectacle et de 60 lieux de diffusion dissmins sur le territoire de la Ville, dont 12 maisons de la culture destines la

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    La cration de ces institutions musales municipales fut gnralement circonstancielle, pousse par les initiatives dentrepreneurs culturels pu-blics ou privs. Le dveloppement du rseau des muses municipaux fut donc cumulatif et non coordonn. Il donna naissance des institutions aux ressources, standards et modes de fonctionnement trs diversifis. Jusqu rcemment, ce rseau ne fut pas encadr par des politiques ni une vision cohrente de gestion et de dveloppement14. Lincursion de Montral dans le monde musal commena par la cration dun important jardin botanique en 1931. ce jardin, on associa au cours des annes diverses entits - des jardins ethnoculturels, lInsectarium, la Maison de larbre et un imposant parc intrieur co-zoologique, le Biodme. Ils forment aujourdhui le com-plexe musal des Musums nature15. En 1948, un muse dart et dhistoire, le Muse de Lachine, fut cr linitiative du maire de la banlieue du mme nom, laquelle fut intgre par la suite Montral pour former un arrondis-sement. En 1966, une importante brasserie industrielle donna un Planta-rium la Ville.

    En 1983, apparaissait le Centre dhistoire de Montral dans le cadre dune entente de dveloppement culturel partag entre la Ville et le Minis-tre de la culture du gouvernement du Qubec. Le Centre fut ensuite intgr la fonction publique municipale. Quelques annes plus tard, en 1992, la Ville, le Gouvernement du Qubec et ltat fdral craient le muse dar-chologie et dhistoire de Montral. Ce muse connu sous le nom de Pointe--Callire combinait un muse de site et un centre dinterprtation mettant en valeur des thmatiques historiques autour du site archologique du pre-mier tablissement missionnaire de la ville (1642) et des vestiges de diverses poques sy trouvant. La gestion de cette proprit municipale, en bonne partie finance par la Ville, fut confie une association prive. Sa program-

    diffusion et la sensibilisation aux arts et la culture, et marginalement, au patrimoine. Trois muses sont intgrs son administration, soit le Centre dhistoire, le Muse de Lachine et les Museums nature. Un autre muse, indirectement municipal, est le Muse darchologie et dhistoire de Montral, une proprit de la Ville en partie finance par ses fonds, mais dont la gestion est confie une association prive sans but lucratif.

    14 Montral fut une des premires villes nord-amricaines se doter dune politique du patrimoine en 2005. Pour la premire fois, la Ville prsente un portrait plus global de ses institutions musales publiques dans une section qui leur est consacre, sans toutefois propo-ser de structure commune ni de plan de dveloppement intgr, comme cela se voit en Eu-rope (Ville de Montral, 2005).

    15 Cest le plus important complexe vou aux sciences de la nature au Canada avec 1,7 millions de visiteurs par an, un budget de 57 M$ et de 430 650 employs.

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    mation dexpositions temporaires sorienta vers la mise en valeur de trsors archologiques mondiaux mais aussi de thmes relis lhistoire de la ville, comme le faisait dj depuis prs de dix ans le Centre dhistoire quelques 500 mtres de l.

    La Ville prta galement ses proprits historiques des conditions avantageuses pour loger des muses privs: le Muse du Chteau Dufresne dans une rsidence bourgeoise opulente des annes 1900, la Cit historia dans le pressoir cidre bicentenaire dun ancien village rural, le Moulin Fleming dans un moulin farine du 19e sicle et le Muse Stewart de lle Sainte-Hlne dans un ancien fort militaire britannique.

    Mentionnons quaprs lan 2000, une rforme administrative transfra aux administrations locales (les arrondissements), la gestion de la plupart des lieux de diffusion et des institutions musales municipales. Seuls le Centre dhistoire et les Musums nature demeurrent sous ladministration centrale, en raison de leur vocation mtropolitaine.

    4. UN MILIEU MUSAL PLUS COMPTITIF

    sa cration, les bureaux et lexposition permanente du Centre dhis-toire furent logs dans une ancienne caserne de pompiers dsaffecte depuis 1972. Ce charmant btiment de briques rouges de trois tages aux allures flamandes, un temps convoit par une association de pompiers volontaires, prsentait plusieurs dfauts. Il tait situ dans un secteur du quartier histo-rique loign des lieux frquents par les touristes et les Montralais. Il tournait le dos lesplanade portuaire devenue une promenade trs frquen-te depuis lamnagement du Vieux-Port. Le principal atout du Centre tait dtre le seul dans le paysage montralais raconter lhistoire de Montral et le seul employer des moyens de communication multimdias innova-teurs. part le vnrable muse de collection qutait le Chteau Ramezay, lcomuse du fier monde, comuse dun quartier ouvrier, et quelques maisons historiques, bien peu dinstitutions musales sintressaient en effet au pass de la ville. Le Centre amora nanmoins son histoire sans les res-sources qui lui auraient permis de profiter pleinement de son concept origi-nal et de rejoindre son public.

    Le premier mode dinterprtation utilis au Centre dhistoire fut un spec-tacle sons et lumires qui proposait aux visiteurs un parcours dune di-zaine de salles reprsentant divers lieux de la ville travers le temps. Sur un

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    dcor neutre voquant larchitecture de btiments emblmatiques de la vieille ville et des quartiers (glises, banques, quais, maison ouvrire etc.) taient projetes des images accompagnes dune narration. Lexposition offrait une vision historiographique consensuelle racontant la transforma-tion conomique dune ville coloniale franaise, fonde par des mission-naires catholiques lacs en 1642 sur un territoire autochtone inhabit, en une mtropole intgre lempire britannique puis mtropole rgionale, celle du Qubec. Sur cette trame, sinsraient des rfrences aux changements archi-tecturaux qui avaient graduellement modifi le paysage urbain sous les in-fluences conomiques et culturelles europennes et nord-amricaines. la fin des annes 1980, le spectacle fut abandonn et le muse ferm pour en-treprendre sa premire rnovation. On ajouta aux dcors existants une patine raliste et thtrale, on y intgrant des objets, des moyens audio-visuels et des modules interactifs pour permettre une visite autonome. Grce un bud-get plus gnreux, le Centre se dota de moyens de mdiation communs la plupart des muses, soit une programmation dexpositions temporaires et surtout, une quipe de guides animateurs qui contribua mettre sur pied des programmes ducatifs et des activits de diffusion en relation avec la mis-sion16. Les tches des employs du Centre dhistoire furent graduellement structures autour des champs daction typiques des muses pour faciliter sa gestion - exposition et collection, communications, marketing, ducation et administration. Cependant, le statut du personnel demeura celui demploys non permanents et cette rorganisation interne ne fut pas formellement re-connue par ladministration municipale.

    Le 350e anniversaire de Montral en 1992, dynamisa le secteur musal montralais jusque l bien sage. Alors que le muse darchologie et dhis-toire de Montral sinstallait quelques mtres du Centre dhistoire, le Mu-se McCord dhistoire canadienne rorientait sa programmation permanente et temporaire autour de lhistoire de Montral. Au mme moment, plusieurs des communauts religieuses ayant jou un rle important dans lhistoire de la ville se dotaient despaces musaux et de centres dinterprtation. Le per-sonnel des muses se professionnalisait grce aux programmes universi-taires de musologie tablis la fin des annes 1980 et aux ateliers de for-mation continue de la Socit des muses qubcois. Au total, la fin de la dcennie 1990, une dizaine dinstitutions abordaient dsormais leur ma-

    16 Le Centre dhistoire offre aujourdhui une dizaine de programmes scolaires, un concours de photographies du patrimoine, un bulletin de vulgarisation historique, un site in-ternet et une collection dinterprtation servant illustrer ses expositions et ses activits.

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    nire divers aspects de lhistoire montralaise, cherchant prendre leur place sur la scne culturelle et dans le cur des Montralais17.

    5. LA DCENNIE 2000 : UNE NOUVELLE EXPOSITION PERMANENTE EN GUISE DE PROGRAMME ET DES PISTES DACTION

    mon arrive la direction du Centre dhistoire en 1996, aprs avoir t un de ses guide-animateurs, japportais dans ma mallette professionnelle une formation en histoire et en musologie mais aussi mes valeurs et mes aspirations, comme le fait tout directeur dinstitution. Dune part, venant du monde des historiens, jtais peu sensible aux collections dont le spectacle plthorique quen donnaient certaines institutions mavait, tudiant, rebut. Ma dcouverte de la musologie ayant concid avec mon emploi de guide animateur au Centre dhistoire, le muse dhistoire contemporain me sem-blait devoir tre un mdia de communication plus quun reposoir dobjets, ceux-ci tant un moyen plutt quune fin. Intress depuis longtemps par la vulgarisation scientifique, je croyais aussi que le muse dhistoire devait jouer un rle plus actif pour changer les prjugs historiques sur lesquels se fondaient ici comme ailleurs, pour le meilleur et pour le pire, les identits communautaires et nationales. Le muse ne pouvait se contenter dtre un lieu de contemplation ou de loisirs, il devait tre un outil critique de compr-hension du monde. Initi aux nouvelles musologies pendant mes tudes, notamment par le musologue Pierre Mayrand, je souhaitais en outre que mon engagement professionnel ait un impact direct sur la vie de mes conci-toyens.

    Le programme du Centre dhistoire de Montral pour la dcennie 2000 fut esquiss de manire informelle autour des intuitions suivantes. Dans un univers musal o le muse est peru comme un gardien du patrimoine et un produit de loisir, il y a place pour un muse municipal qui jouerait un rle de catalyseur social et culturel, dans une perspective de musologie sociale. Si la relation classique du muse avec un visiteur-consommateur culturel ou

    17 Mentionnons aussi la cration dassociations telles le Regroupement des muses dhistoire de Montral et la Socit des directeurs de muses montralais, cette dernire ayant mis sur pied des activits concertes russies, comme la Journe des muses montralais (100,000 visiteurs), le Centre des collections musales, la carte Muse Montral et la revue du mme nom.

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    touristique demeure importante, un muse municipal doit aussi dvelopper un lien particulier avec le citoyen autour de la notion de service la collec-tivit et damlioration du milieu de vie. Alors que le muse priv value sa russite et assure en partie son financement par le nombre de visiteurs quil attire vers lui, le Centre peut en plus se permettre de se dplacer vers ce public, de travailler avec lui l o il vit.

    Ce programme tait cependant ambitieux, compte tenu de nos ressources et de la localisation du Centre dans ce quartier historique du Vieux-Montral relativement loign de la majorit de la population vivant sur la vaste le de Montral. Il tait donc vident que le Centre devait miser sur la collaboration de partenaires, que ce soient des organismes enracins localement et dots de rseaux locaux, ou le rseau de services municipaux, des bibliothques et des lieux de diffusion culturels municipaux distribus sur le territoire. Ses dimensions modestes, son appartenance une administration publique, son autonomie et sa polyvalence lui permettaient de croire que certains obstacles qui avaient limit son dveloppement pouvaient devenir des atouts que ne possdaient pas les autres institutions.

    La nouvelle exposition permanente de 2001 et lexposition temporaire inaugurale portaient en filigrane le programme musologique de la pro-chaine dcennie. Si la nouvelle exposition permanente conservait sa mission fondamentale de donner des cls de comprhension pour dcoder le paysage patrimonial urbain, elle rompait radicalement avec latmosphre thtrale de la prcdente (au regret de plusieurs habitus, avouons-le), tout en conser-vant des lments qui fonctionnaient bien : un parcours selon une trame chronologique (cinq poques, incluant la fin du 20e sicle, sous le titre Montral en cinq temps ), des objets significatifs de lenvironnement ur-bain et de la vie quotidienne, en vitrine ou offerts la manipulation, la re-constitution dun tramway et de period rooms voquant des lieux fami-liers du 20e sicle. Lemploi dartefacts, dimages et de documents darchives authentiques pour illustrer son propos, au lieu de vagues vocations gra-phiques, devenait la norme. La bote noire de lancienne exposition dispa-raissait pour dvoiler les dimensions intrieures imposantes du btiment historique et, par ses fentres dgages, le quartier historique environnant.

    Lexposition rompait avec loptimisme interprtatif dnonc par Grou-lx, en introduisant dans son rcit socio-conomique les conflits sociaux et la vie politique inhrents lhistoire urbaine, que ce soit en voquant lincen-die du Parlement en 1849 par des manifestants pro-britanniques, certaines grves ouvrires ou la loi 101 imposant partir de 1977 laffichage en fran-

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    ais dans une ville encore domine par une lite anglo-saxonne. Des person-nages historiques connus ou anonymes retrouvaient une place plus impor-tante quauparavant, notre manire dire aux visiteurs que lhistoire nest pas seulement le produit de grands phnomnes incontrlables, mais gale-ment celui de gestes et dengagements individuels et collectifs. De plus, la diversit historique ethnoculturelle de la ville sexposait pour la premire fois de manire plus visible que dans la plupart muses dhistoire montra-lais. Enfin, le patrimoine immatriel entrait pour de bon au Centre dhistoire sous la forme des tmoignages de Montralais sur leur histoire de migration ou de vie dans un des quartiers de Montral.

    Lexposition temporaire inaugurale de 2001, Plus-que-parfaites. Chro-niques du travail en maison prive, dessina encore plus nettement la vision de ce que pouvait tre et devenir le Centre dhistoire. LAssociation des aide-familiales du Qubec ftait un anniversaire et nous avait contacts au moment o elle entreprenait une campagne de sensibilisation aux droits des domestiques sous le thme. Toujours serviables, jamais servantes. Javais confi la prparation de lexposition une artiste, Raphaelle de Groot, avec qui nous avions collabor pour un vnement commmoratif18. Ce projet innovait par rapport nos manires de faire: un travail en collaboration avec une association communautaire de dfense des droits de domestiques, une dmarche artistique et la mise en valeur dun patrimoine jusque l peu tou-ch par les muses, le patrimoine immatriel.

    Lartiste choisit daborder ce thme en travaillant troitement avec les membres de lassociation. Elle ralisa plusieurs entrevues avec des femmes francophones et des anglophones ayant exerc ce mtier autrefois et celles qui lexercent aujourdhui, pour la plupart des immigrantes. Il apparut que ce qui les reliait les unes et les autres, historiquement, tait cette relation trs particulire quune aide-familiale tablit avec ses patrons, entre la dpen-dance et laffection, surtout lorsque quelle prend soin denfants ou de per-sonnes ges. Tout en linscrivant dans un contexte historique, lartiste mit en scne cette relation par des figurines miniatures ralises par des artisanes. Lexposition donna lieu une activit danimation hors muse prise en charge par lassociation. Sous la supervision de la commissaire, les membres

    18 Le site de lancien march public qui avait abrit le Parlement canadien dans les an-Le site de lancien march public qui avait abrit le Parlement canadien dans les an-nes 1840, en face du muse, est aujourdhui recouvert dun banal stationnement. Lartiste sen servit comme dun manuscrit o en lettres gantes, rapparaissaient pendant quelques jours des extraits darchives sur lmeute et lincendie. Pour connatre le travail de cette ar-tiste multidisciplinaire, voir http://www.raphaelledegroot.net/

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    de lassociation se rendirent dans plusieurs quartiers pour attacher des pou-pes les reprsentant aux portes de maisons o avaient travaill des rfugies de guerre, la fin des annes 1940, provoquant des rencontres impromptues et une interprtation sur le vif de cette histoire professionnelle mconnue.

    Cette exposition ouvrit la voie un autre projet en collaboration, M-moire vive, coproduit avec le collectif Dare-Dare. Le projet proposait une dizaine dartistes de sinspirer des thmes de lexposition permanente pour crer leurs projets au muse et dans la ville, avec le souci de communiquer avec le grand public. Ils devinrent pendant quelques mois mdiateurs et interprtes de lhistoire et du patrimoine dans autant de lieux. pidmies, incendies, dveloppement urbain, immigration, mmoire et autres thmes sintgrrent leur dmarche artistique. Certains explorrent les lgendes urbaines colportes par les conducteurs de calches, devinrent crivains publics la porte dune glise pour recueillir les souvenirs mme rcents des rsidants, firent creuser une tranche prs dun changeur routier controvers pour retrouver les traces doccupation anciennes et en faire un lieu de performances, installrent sur une des artres majeures de Mon-tral, le boulevard Saint-Laurent, de fausses botes dalarme contenant des capsules historiques sur les incendies accidentels ou criminels qui avaient model le paysage de cette rue. La salle dexposition du CHM servit de quartier gnral o le visiteur pouvait suivre lvolution des projets. Une rencontre multidisciplinaire couronna cette aventure, regroupant des pro-fessionnels, artistes et citoyens autour dun dfi fictif, celui de redonner la mmoire de leur pass aux Montralais devenus soudain amnsiques. Les ides inspirantes furent nombreuses, comme ce projet dune escouade de mmoire qui dessinait sur le sol, au petit matin, les ombres portes de b-timents disparus. Le projet Mmoire vive fut considr comme lun des trois meilleurs en art contemporain de cette anne-l. Il drouta une partie de nos habitus, mais nous dmontra lintrt des formes danimation in-novantes et limportance de sappuyer sur des partenaires pour se dployer dans la ville.

    Une autre piste daction mergea au cours des annes 2000, lhistoire des communauts immigrantes dont est issu le tiers de la population de la ville. Ce thme ne nous tait pas tranger, car il fait partie de lhistoire mon-tralaise depuis ses origines. En plus de lvoquer dans la premire exposi-tion permanente, nous avions cr en 1992 une visite anime pionnire dans le cadre du programme gouvernemental de francisation des immigrants. En 1999, la modeste et magnifique exposition Si loinsi proches. Mmoire dun sicle, du photographe Karim Rholem nous avait rvl la puissance

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    motive de la mmoire immigrante19. En 2002, lexposition intitule Min Zaaman. Depuis longtemps. La prsence syrienne-libanaise Montral entre 1882 et 1940, nous engagea plus fermement dans cette direction. Le commissaire de lexposition, Brian Aboud, issu de cette vieille communaut immigrante, nous donna accs la fois une connaissance plus fine de cette migration encore peu connue et la mmoire familiale encore vivante de lintgration de ses membres la socit qubcoise20. Un groupe de Portu-gais montralais nous contacta par la suite pour participer la clbration du 50e anniversaire de larrive de cette communaut au Canada et Montral. Lexposition Encontros. 50 ans de voisinage fut prsente en 2003 en trois volets, au Centre dhistoire, dans une glise portugaise et dans un centre culturel de cette communaut. En 2004, ce fut le tour dun groupe de la communaut hatienne de demander notre collaboration, avec lexposition Tt ansanm. Tous ensemble - Prsences hatiennes dici, pour souligner le 200e anniversaire de lindpendance de ce pays.

    Il nous apparut par la suite quune approche monographique de limmi-gration, si elle permettait dtablir une relation plus solide avec une commu-naut, risquait de laisser indiffrente une partie des citoyens que nous vou-lions sensibiliser cette dimension de la socit urbaine. Il tait en outre difficile de dterminer laquelle parmi la centaine de communauts immi-grantes que compte Montral, devait faire lobjet dune exposition. Nous avions aussi constat la difficult didentifier au sein des groupes ethnocul-turels un ou quelques interlocuteurs associatifs aptes crer un consensus communautaire autour du projet et transcender la diversit des opinions politiques, des lieux dorigines et des groupes dinfluence au sein des popu-lations immigrantes. De plus, la similitude des histoires dimmigration et dintgration et le souhait des communauts de valoriser leurs russites lo-cales et la culture du pays dorigine, risquaient de rendre ces expositions rptitives. Sans exclure lexposition monographique, le Centre dhistoire sorienta vers des thmes qui mettaient en valeur la prsence immigrante tout en tant plus rassembleurs. Ainsi, les expositions Jazz. Les folles nuits de Montral en 2005 et Qui a mis le feu Montral. 1734. Le procs dAn-glique en 2006, rappelaient la prsence ancienne de la communaut noire

    19 Voir le site internet du Centre dhistoire de Montral, la rubrique Muse virtuel, ville.montreal.qc.ca/chm

    20 Ces immigrants venus des territoires actuels dIsral, du Liban et de la Syrie stabli-Ces immigrants venus des territoires actuels dIsral, du Liban et de la Syrie stabli-rent partout au Qubec partir des annes 1880 comme colporteurs et propritaires de com-merces dobjets utilitaires bas prix.

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    Montral. Quand lexposition Bb sen vient.100 ans de naissances Montral soulignant le centenaire dun hpital francophone pour enfants, elle voquait les croyances et lvolution des attitudes envers la maternit chez les Qubcoises francophones et dans diverses communauts. Les pro-chaines expositions monographiques porteront probablement sur la commu-naut chinoise et les communauts arabes et maghrbines. Elles seront pro-bablement conues pour circuler dans le rseau culturel municipal.

    6. LA MMOIRE POUR REJOINDRE LES MONTRALAIS

    En cherchant imaginer des activits favorisant la rencontre et lchange entre Montralais de souche et Portugais dorigine, le comit de suivi de lexposition Encontros sinspira de linventivit des artistes de Mmoire vive pour mettre sur pied les cliniques de mmoire . Leur objectif tait de clbrer la mmoire de la communaut portugaise, son plus prcieux hri-tage, tout en contribuant la prserver. Lactivit se droulait dans des lieux communautaires et se parait des atours de la collecte de sang (dsigne sous le nom de clinique de sang dans le langage familier des Qubcois.), avec ses cloisons, ses sarraus et sa collation. Une quipe de jeunes interviewers issus de familles portugaises, la plupart universitaires, recueillait et enregis-trait les tmoignages, les objets, photographies et les souvenirs les plus si-gnificatifs apports par les participants. Eux-mmes dcouvraient dans toute leur force motive des rcits que leurs familles leur avaient cachs ou quils ncoutaient plus force de les entendre. Quatre cliniques de mmoire se sont tenues dans divers lieux communautaires et sur une place publique avec la collaboration dorganismes portugais (Leclerc et Pires, 2003).

    Notre incursion dans le domaine de lhistoire orale stait faite avec laudace et la tmrit dun apprenti-sorcier. Que faire des tmoignages re-cueillis, comment les traiter, les analyser et les diffuser? Nous savons que la mmoire est une matire sensible prendre avec beaucoup de prcautions. Elle renvoie la fois la mmoire collective, que lhistorien Jean-Claude Robert a dcrit comme le rsultat dun processus de construction sociale auquel participent un grand nombre de personnes, provenant dhorizons in-tellectuels diffrents, et qui mle tmoignages, souvenirs et analyses rtros-pectives et la mmoire individuelle qui, pour reprendre les mots un peu svres de Pierre Nora, cits par Robert, se nourrit de souvenirs flous, t-lescopants, globaux ou flottants, particuliers ou symboliques, sensible tous les transferts, crans, censure ou projections (Robert, 2003: 58). Pour

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    mieux matriser nos outils de collecte et de diffusion, nous nous sommes appuys sur lexprience du Museu da pessao, de Sao Paulo au Brsil, un muse virtuel vocation sociale spcialis dans la collecte de rcits de vie. Avec laide dun diplm en histoire parlant le portugais, Marc-Andr De-lorme, une vritable relation dchange se noua avec cette institution. Des visites rciproques, des formations au Brsil, des changes dinformation nous amenrent crer en 2004 un Muse de la personne Montral, dot dun statut dassociation. Son site internet fut ouvert en 2006 pour recueillir et diffuser le rsultat de nos collectes. Dautres cliniques de mmoire furent organises au cours des annes suivantes la demande de partenaires pu-blics et privs, pour la communaut hatienne, les rsidents dun complexe rsidentiel pour les familles des vtrans de la Seconde guerre mondiale, larrondissement Rosemont-Petite-Patrie, le Centre de radaptation Marie-Enfant, la communaut chinoise et enfin, rcemment, les Habitations Jeanne-Mance de Montral, premier ensemble dhabitations loyer mo-dique Montral21. Le travail de collecte fut aussi utilis comme outil din-tgration et de francisation dadolescents immigrants avec lactivit Vous faites partie de lhistoire soutenue par le Ministre de limmigration et des communauts culturelles. Lors de cette activit, les lves dune dizaine de classes daccueil en francisation, gs de 13 18 ans et peine dbarqus au pays, sont invits enquter sur leur patrimoine pendant plusieurs semaines. Initis au patrimoine dans leur ville daccueil, ils vont ensuite la rencontre de leurs parents et de leur famille largie pour dnicher leurs trsors de fa-mille. Au cours de cette aventure, la mmoire familiale retrouve et valori-se devient un pont entre la famille immigrante et la socit daccueil qui en prservera la trace. Au cours dateliers en classe et au muse, les lves prsentent leurs objets et leurs histoires, puis choisissent par un vote ceux qui les reprsenteront dans une exposition lhtel de ville ou au muse. Les prsentations en classe sont captes sur vido et diffuses sur internet.

    Au gr de ces expriences de collecte, le Centre dhistoire a acquis une expertise exceptionnelle en patrimoine immatriel. Des partenaires universi-taires accompagnent dsormais ce travail, que ce soit le Centre dhistoire orale et des rcits numriss de luniversit Concordia, le programme de matrise en histoire applique ou le Laboratoire dhistoire et de patrimoine de lUniversit

    21 Cette rcente collecte amorait le travail de prparation de lexposition Quartiers dispa-rus portant sur quatre secteurs de la ville dmolis entre les annes 1950 et 1980 pour faire place des infrastructures routires ou des btiments publics. Lexposition sera prsente compter davril 2011, en collaboration avec les lieux de diffusion des arrondissements concerns.

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    du Qubec Montral. Le travail de consolidation de lexpertise sest pour-suivi par lembauche en 2009 dune charge de projet Mmoire et histoire orale afin de mieux structurer nos actions et notre mthodologie en ce domaine. En tmoigne le droulement impeccable de notre plus rcente clinique de mmoire en septembre 2009, loccasion du 50e anniversaire du premier complexe dha-bitations loyer modique, les Habitations Jeanne-Mance, qui nous a permis de recueillir une quarantaine de tmoignages et den diffuser une partie sur le net22.

    7. UNE EXPERTISE AU SERVICE DE LA VILLE ET DES ORGANISMES EN PATRIMOINE

    Pendant des annes, le Centre dhistoire ne fut pour la Ville quun qui-pement culturel parmi dautres. Notre principal dfi tait de dmontrer que notre expertise en mdiation et en musologie pouvait aider dautres services municipaux, des arrondissements et des organismes en patrimoine raliser leurs propres activits de commmoration et de sensibilisation leur histoire et au patrimoine. Une premire alliance fut noue avec les archives munici-pales qui relvent du Service du greffe de la Ville. Les archives municipales avaient commenc depuis quelques annes diffuser leurs collections histo-riques sur le net et par quelques expositions lhtel de ville. Une exposition du Centre dhistoire abordant avec humour lhistoire des maires de Montral nous donna loccasion de mettre en commun nos forces et de planifier dautres projets conjoints. Les archivistes apportaient leur connaissance in-time de la collection darchives municipales, une expertise en histoire ainsi que des sources de financement destines aux dpts darchives. Cette al-liance leur donnait accs en retour notre lieu dexposition, notre capacit de communiquer lhistoire en trois dimensions et de mettre en valeur des collections pour un large public, comme dlaborer des activits ducatives.

    Cette collaboration cordiale sest dabord noue dans llaboration de lactivit scolaire Apprenti-citoyen-citoyenne23 et sa version sur internet. Dun commun accord, nous avons identifi trois collections photogra-

    22 Voir lexposition virtuelle http://www2.ville.montreal.qc.ca/pls/portal/docs/page/chm_hjm/ et le reportage sur son lancement : http://cibl1015.com/radiomontreal/50-ans-pour-les-habitations-jeanne-mance

    23 Apprenti citoyen et citoyenne propose aux lves du niveau primaire une visite com-binant une campagne lectorale en classe autour de 5 candidats et de leurs ralisations, tous maires de Montral entre 1832 et 1986, une visite aux archives, et une visite au muse suivie dun vote solennel pour lire le candidat de leur choix.

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    phiques et trois thmes que nous souhaitions aborder au cours de la dcennie suivante, soit des photographies de rues du dbut du 20e sicle prises pour documenter les travaux denfouissement des fils lectriques, celles des acti-vits de loisir estivales dans les parcs municipaux des annes 1950, et enfin, celles de milliers de btiments et maisons dmolies lors des grands chantiers de rnovation urbaine des annes 1950 1980. De ces projets sont ns deux expositions, Le fil conducteur. La vie montralaise et la Commission des services lectriques de Montral, 1914-1933 et Jeannot et les parcs.- Les parcs de Montral en photos 1953-1963, cette dernire ayant aussi donn lieu une activit ducative sur le net. La troisime exposition en prpara-tion, Quartiers disparus, questionnera les projets de rnovation urbaine de la deuxime moiti du 20e sicle partir de cette collection et de la mmoire de rsidants dplacs ou relocaliss.

    Vers 2006, la dcision doffrir certaines de nos expositions au rseau des lieux de diffusion municipaux a t dterminante. Plusieurs de ces lieux nont ni le temps ni les ressources, sauf exception, pour remplir leur mandat en patrimoine et en histoire locale. Plusieurs demandes demprunt ont immdia-tement suivi, accroissant certes notre tche, mais assurant notre rayonnement autant administratif, municipal que public sur lensemble du territoire. Cest dailleurs la prsentation de notre exposition Le fil conducteur lHtel de ville qui rvla de nombreux fonctionnaires et lus que nous faisions partie de la Ville, ce qui ne doit pas tonner dans une administration qui compte 30,000 employs et des dizaines de services relativement cloisonns! Cette rvlation nous valut des commandes pour des expositions anniversaires sur les Jeux olympiques de 1976 et lExposition universelle de 1967, et enfin, deux expositions sur la vie de lexcentrique Dr Norman Bethune, Montralais dadoption et communiste clbr en Chine pour avoir particip aux prludes de la Rvolution chinoise. Ces expositions furent montes lhtel de ville, au Centre dhistoire, sur un des sites dExpo 67 et, dans le cas de Bethune, dans un pavillon construit par Montral Shanghai comme gage de lamiti entre les deux villes. mesure que le mot se passait, des services municipaux nous ont demand dagir titre de conseillers que ce soit pour le centenaire des ateliers mcaniques de la Ville ou pour la prsentation du projet de tram-ways contemporains lors dun vnement soulignant le 50e anniversaire de la fin de ce mode de transport Montral.

    Cette notorit nouvelle attira lattention dorganismes en patrimoine. Avec un groupe de sauvegarde des curies de Montral, nous avons mont une exposition et un programme de dmonstration sous le thme La majest du cheval urbain. Une association damateurs dhistoire et du patrimoine de

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    limprimerie, le Petit Muse de limpression, nous proposa de prsenter conjointement un vnement autour de cette thmatique. Depuis 2007, cette collaboration fut gagnante pour les deux partenaires, le Petit muse mettant profit ses partenaires financiers, son rseau et sa connaissance de ce patri-moine, et le Centre dhistoire contribuant par son expertise et son lieu mu-sal donner une certaine envergure lactivit. Mentionnons enfin que depuis 2007, nous offrons au rseau des bibliothques publiques des ate-liers-confrences dont les thmes et le matriel sont puiss dans nos exposi-tions temporaires, une autre manire de faire rayonner notre mission hors du muse24. Mentionnons enfin que rcemment, un arrondissement multieth-nique nous a confi le mandat dorganiser localement une collecte de tmoi-gnages et une exposition soulignant le 100e anniversaire de la cration dun de ses quartiers, celui de Parc-Extension.

    8. UNE RECONNAISSANCE SOUS LA FORME DUN PLAN STRATGIQUE DE DVELOPPEMENT

    Au cours des annes 2000, le Centre dhistoire de Montral a russi saffirmer comme un acteur musal de premier plan pour lintgration et la valorisation de lapport des immigrants, pour la prservation et la mise en valeur du patrimoine immatriel et comme expert au service de la Ville, de ses arrondissements, de son rseau de lieux de diffusion et des organismes en patrimoine. Lentement mais srement, au gr des projets et des collabo-rations, il est sorti de son isolement relatif et de la confusion thmatique touchant les muses dhistoire montralais. Il la fait en demeurant fidle sa fonction fondatrice dinterprter lhistoire de la ville et son patrimoine. La notion municipale de service la collectivit, applique notre institution, nous donna accs un rseau dallis et de partenaires bien enracins dans leurs milieux respectifs. Ce positionnement interne et externe nentrana pas de changement spectaculaire dans nos ressources et notre reconnaissance officielle. Les changements furent trs graduels mais nanmoins bien rels. Le soutien prit la forme dajouts ponctuels de personnel, dquipement, de subventions spciales pour certains projets, de fonds pour la ralisation dexpositions corporatives et damliorations aux conditions de travail des

    24 Moyennant un montant forfaitaire, une vingtaine de bibliothques par anne ont r-serv ce jour nos confrences sur Expo 67, sur le centenaire du populaire club de hockey Canadiens, sur le procs de lesclave Anglique en 1734 et sur dautres thmes.

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    employs (bureaux administratifs, dfinitions de tches, salaires, etc.). Tout ceci, sans limiter notre autonomie, au contraire, dautant plus que laffirma-tion de notre expertise et son rayonnement au cours des annes augment-rent le respect quon accordait notre travail. Cette volution confirma notre stratgie intuitive initiale, selon laquelle notre statut municipal offrait un potentiel de dveloppement en autant que nous soyons capables de se pr-senter le Centre dhistoire de Montral comme un outil musal contribuant au dveloppement de la ville et de ses citoyens.

    Signe que cette mise jour a trouv cho auprs de ladministration montralaise, en 2008, une commission forme dlus invita trois muses municipaux, le Centre dhistoire de Montral, Pointe--Callire et le Muse de Lachine prsenter leur mission et projets respectifs. Les recommanda-tions de cette commission furent pour la plupart entrines par le comit excutif, groupe dlus incluant le maire qui statue sur les dcisions admi-nistratives. Le Centre dhistoire de Montral fut en effet reconnu comme centre dexposition et dexpertise travaillant avec des partenaires sur len-semble du territoire, notamment pour la mise en valeur du patrimoine imma-triel. La commission reconnut aussi le Centre comme acteur culturel muni-cipal privilgi dans laccueil et lintgration des nouveaux arrivants, ceci tant un enjeu majeur pour lavenir de Montral. La Ville accepta en outre que le projet de dveloppement esquiss par le Centre dhistoire en 2008 soit examin avec attention. Ce projet faisait de linstitution cre en 1983 un centre danimation et de diffusion en histoire et en patrimoine, cur dun rseau de lieux de mmoire et de patrimoine montralais. Cet organisme serait dot de divers outils dintervention et danimation incluant un lieu musal, une exposition permanente offrant exploration et une vision indite de lidentit et de lhistoire des Montralais et des units mobiles dexpertise et danimation. Des consultations internes et externes mneront llabora-tion dun plan stratgique de dveloppement et lvaluation des ressources ncessaires la consolidation du Centre dhistoire et dun ventuel rseau25.

    Le contexte de restrictions conomiques et de dsengagement des pou-voirs publics que nous connaissons tous prsentement ne nous garantit pas un avenir radieux. Quoiquil en soit des dcisions administratives et poli-tiques qui suivront, notre cheminement au cours des annes prcdentes

    25 Cet exercice fait suite un travail de dfinition de notre identit et nos valeurs, ralise en 2008/2009 avec laide du spcialiste en marketing Pierre Cardinal. Le plan de dveloppe-ment sera labor avec laide des musologues Raymond Montpetit et Yves Bergeron, pro-des musologues Raymond Montpetit et Yves Bergeron, pro-fesseurs et chercheurs de lUniversit du Qubec Montral.

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    nous a permis de mettre jour notre mission la lumire de nouveaux en-jeux. Quant au travail de rflexion des prochains mois, il permettra notre quipe, avec lappui de nos partenaires les plus fidles, de bien cibler son action et dvaluer les moyens qui lui seront ncessaires pour sengager mieux encore au cours des prochaines annes, au service de la collectivit montralaise.

    9. BIBLIOGRAPHIE

    BERGERON, Y.; DUSSAULT-LETOCHA, L. et GRIMARD, J. (2006) Regard historique sur lunivers du patrimoine, des institutions musales et des archives , tat des lieux du patrimoine, des institutions musales et des archives, Qubec, Gouvernement du Qubec, Observatoire de la culture et des communications du Qubec, Cahier 1, pp. 21-27.

    BURGESS, J. (2003) Lhistorien, le muse et la diffusion de lhistoire , Revue dhistoire de lAmrique franaise, n. 57(1), p. 3344.

    GROULX, P. (1990) Une mmoire momifie? Problmes et perspectives de linterprtation de lhistoire dans les centres dinterprtation, Univer-sit du Qubec Montral, Mmoire de matrise en histoire, manuscrit.

    LECLERC, J.-F. and PIRES, J. (2003) La mmoire et lidentit de Mon-tral; des repres territoriaux pour une mmoire sans frontires , Mon-tral Cultures, Cultures et quartiers, n. 3, http://www.culturemontreal.ca/mtl_cultures/030612mc_index.htm

    ROBERT, J.-C. (2003) Lhistorien et les mdias , Revue dhistoire de lAmrique franaise, n. 57(1), p. 57-69.

    TILDEN, F. (1957) Interpreting Our Heritage, North Carolina, University of North Carolina Press.

    VILLE DE MONTRAL (2005) Politique du patrimoine, http://patrimoine.ville.montreal.qc.ca/politique.htm

  • Los museos comunitarios de Kuna Yala y la memoria histrica

    Anelio Merry Lpez1

    Museos Comunitarios de Kuna Yala

    1. INTRODUCCIN1

    Hablar de museo para el pueblo Kuna no es un tema totalmente nuevo y sin duda, difiere en su visin y metodologa de trabajo tan particular que tiene con el resto de los museos que tradicionalmente han existido en dife-rentes partes del mundo y por mucho tiempo.

    En el presente artculo queremos compartir la experiencia de la Comarca Kuna Yala2 acerca de sus iniciativas y motivaciones y el empeo que ha puesto en los ltimos aos para impulsar los museos comunitarios como una herramienta viable y prctica en la defensa de su patrimonio cultural.

    En la regin existieron esfuerzos y experiencias aisladas para operar museos que sirvieron de antecedentes a los museos comunitarios que hoy existen. Los primeros museos que aparecieron en la regin no tenan objeti-vos similares como los que se plantean ahora, es decir, los nuevos conceptos que actualmente se impulsa, especialmente, en el continente de Abia Yala3 (Amrica).

    En las ltimas dcadas a nivel mundial el concepto de los museos viene cobrando una nueva forma de concebirlos, donde la participacin de los mismos pueblos toma fuerza, jugando un papel trascendental en su desarro-llo. Se habla de museos integrales, donde los museos, ms all de las simples

    1 Promotor e investigador de los Museos Comunitarios de Kuna Yala.2 Una de las seis regiones de la cultura Kuna. La Kuna Yala est localizada al noreste de

    Panam, en el Mar Caribe con una poblacin de 34 mil personas, en su mayora viven en pequeas islas.

    3 Es la denominacin en el idioma Kuna al continente americano, nombre que actual-mente se ha extendido por el continente, especialmente en los pueblos indgenas.

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    exposiciones de objetos, piezas del pasado, constituyen espacios de fortale-cimiento y desarrollo de las culturas de los pueblos, siendo las mismas co-munidades sujetos de su historia. Existe diversidad de museos en el mundo y funcionan de acuerdo a su contexto. As, los museos comunitarios buscan reencontrarse con su pasado para construir su futuro y responden a la nece-sidad de reafirmar la posesin de su patrimonio (Teresa, Camarena y Vale-riano, 1986: 8) ante la amenaza de perderlo.

    A lo largo de la historia del pueblo Kuna, ste se ha valido de diferentes estrategias para garantizar su supervivencia, no obstante, en la medida que transcurre el tiempo se adoptan nuevas formas y estrategias para enfrentar las grandes amenazas de la era globalizada, entre las que estn los museos comunitarios.

    El tema de los museos comunitarios y su dinmica, prcticamente es nuevo en toda la repblica de Panam, no existen experiencias similares en el resto de la repblica. Es un tema novedoso e inexplorado e incluso para el pueblo Kuna sigue siendo un proceso de aprendizaje y de evolucin. La llegada del museo comunitario y de su forma de trabajar impuls al pueblo Kuna a desarrollar sus propias iniciativas musesticas que por su condicin y naturaleza les ha dotado de su propia particularidad.

    Desde la aparicin del primer museo en 2004 la comarca marc un hito en la historia de la museografa panamea. Ningn otro pueblo indgena registra en su territorio un proyecto de esta naturaleza, un proyecto diseado y montado lejos de la intervencin de los llamados especialistas. La comu-nidad a travs de los distintos sectores de la sociedad Kuna, presidida por su mximo organismo cultural como lo es el Congreso General de la Cultura Kuna4, busca definir esta nueva estrategia para su consolidacin en la lucha por mantener y fortalecer la identidad del pueblo Kuna.

    2. MEMORIA HISTRICA Y LOS MUSEOS

    Cuando se empez hablar acerca de los museos en la Comarca Kuna Yala, especialmente en las asambleas generales donde se renen los guas espirituales, lderes comunitarios y voceros tradicionales, la referencia in-mediata fueron los pasajes de la memoria histrica que estn recogidas en

    4 Es el mximo organismo de expresin, de proteccin, conservacin y divulgacin del patrimonio cultural-histrico del pueblo Kuna.

  • LOS MUSEOS COMUNITARIOS DE KUNA YALA Y LA MEMORIA HISTRICA 45

    Babigala5, tratado en el que se fundamenta y se sustenta la vida cultural del pueblo Kuna. Con respecto al tema uno de los estudiosos de la cultura Kuna, Aiban Wagua seala: Se trata de ubicar los acontecimientos pasados en el contexto de la actualidad, redescubrir el sentido de los hechos para una renovada identidad en el autodescubrimiento6. Para el pueblo Kuna el Ba-bigala es su fundamento que consiste en un sistema complejo y amplio de tratados que se expresa mediante un lenguaje y una lgica muy suyos. El tema de los museos estuvo ligado a estas referencias. El argar7 Rafael Harris en sus primeras consideraciones sobre el tema de los museos dijo: we ibmar-gi anmar babgan bad arbasa (ya nuestros padres han trabajo sobre el tema). Su primera referencia para este tema fue el relato de Olodualigipiler y Ga-bayai que forma parte de Babigala. Ese relato contina siendo una ensean-za y fuente de inspiracin para las generaciones actuales y base del desarro-llo de los museos comunitarios de Kuna Yala.

    Ese relato cuenta que los hermanos Olodualigipiler y Gabayai, despus de la muerte de sus padres, se haban quedado bajo el cuidado de su abuelo Dad Uuakua. Con el tiempo ambos demostraron sus habilidades y la capaci-dad de dirigir sus propios destinos. Y un da Dad Uuakua les dijo: All detrs de esas montaas, sus padres construyeron una gran choza, una gran-dsima choza. Vayan a vivir all, miren y retomen todo lo que han dejado sus padres (Wagua, 2000: 26). Gabayai encontr all las cosas que su madre haba usado y Olodualigipiler, por su lado, encontr flechas y arcos listos para su uso e hicieron suyo. Sintieron que por ah iba el camino que deban seguir.

    Cuenta la historia que los hermanos recuperaron y le dieron vida a los objetos e implementos que usaron sus padres y as siguieron usando para su beneficio, los cuales, sin duda, tambin fueron heredados por las generacio-nes posteriores. El relato de Olodualigipiler y Gabayai deja una enseanza para el pueblo Kuna, habla sobre la importancia de preservar, fortalecer y

    5 Camino, va, senda, trayecto, itinerario de Baba y Nana (Creadores). Es un sistema complejo de tratados que abarcan la creacin de universo, hasta la definicin de hombre y su papel en el camino y en el desarrollo de la Madre Tierra.

    6 Retos, cultura e Identidad. Artculo presentado por Aiban Wagua durante el Foro Retos y Perspectivas de la Cultura Kuna en el Marco de la Interculturalidad, celebrado en la Universidad de Panam en el mes de junio de 1999. http://onmaked.nativeweb.org/aiban.htm [Consulta: 15-01-2010].

    7 El argar es una figura importante en la cultura kuna que se especializa en la interpreta-cin de los cantos tradicionales

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    recuperar los conocimientos de los ancestros, la cosmovisin y la forma de concebir el mundo que le rodea.

    En ese sentido, hablar de museos entre los kunas es hacer referencia al pasaje de la memoria histrica que habla de la gran choza, llena de objetos que Olodualigipiler y Gabayai les dieron vida. El proceso de la creacin de los museos entre la poblacin Kuna estuvo ligado a la necesidad de rescatar, preservar y valorar la cultura y la idiosincrasia, entre otros valores y princi-pios que forman parte de la riqueza del pueblo Kuna. Se crea con ello un proceso alternativo de transmisin de conocimientos que no es lo que tradi-cionalmente han usado de generacin en generacin y en el que los recursos museogrficos complementan e integran los procesos formadoras en el con-texto de los museos de hoy.

    Ninguna cultura del mundo es esttica, las culturas estn en constante evolucin y la cultura Kuna no es la excepcin. Tradicionalmente el canto ha sido el medio usado por los kunas para transmitir o contar historias, el canto se ha usado para orientar a la poblacin, hablar sobre las tradiciones, contar historias, reflexionar sobre la realidad. El proceso de formacin se inicia desde que el nio o la nia estn en el vientre materno a travs del canto de arrullo donde no slo la madre interviene, sino que tambin invo-lucran a las abuelas, las hermanas y las tas, e incluso vecinas que se sientan complacidas con el o la beb. Son cantos llenos de esperanzas dirigidos ha-cia la criatura y sus contenidos se relacionan con lo que esperan que sea en el futuro y su relacin con la familia y la sociedad. La familia constituye un espacio fundamental en el crecimiento del nio que posteriormente pasar a la etapa de la integracin con su entorno social.

    Los guas espirituales, que los kunas los denominan sailagan8, inter-vienen tambin en esta parte del proceso de la formacin del nio. Desde pequeo participa en las ceremonias de cantos que son interpretados por los guas espirituales que cuentan historias, relatos llenos de enseanzas que son transmitidos en onmakednega9: el centro de conocimiento por excelencia. Su forma lingstica original est impregnada de figuras y simbolismos que

    8 Gua religioso y administrador socio-poltico de una comunidad Kuna. Su funcin principal es ensear a la comunidad el Babigala. Cada comunidad cuenta como primera au-toridad.

    9 La casa que simboliza el corazn de la comunidad, es la casa donde se celebran cantos tradicionales dirigidos por los guas espirituales locales dirigidos a la poblacin. Se discuten temas relacionados con la comunidad, se reflexionan sobre temas culturales e histricos.

  • LOS MUSEOS COMUNITARIOS DE KUNA YALA Y LA MEMORIA HISTRICA 47

    ofrecen al mensaje una corteza casi impenetrable, usual en el tratamiento de documentos vitales y sagrados (Wagua, 2000: 9). El canto se intercala con las interpretaciones de un argar, el vocero o el intrprete de la comunidad, que es un especialista y conocedor de estas figuras o simbolismos.

    3. HISTORIA DE LOS MUSEOS EN KUNA YALA

    La concepcin del museo en la Comarca Kuna Yala no est alejada de su realidad y necesidades. El museo no se considera nicamente como un espacio para dar a conocer su cultura, sino tambin para mantenerla, pre-servarla y garantizarla para sus futuras generaciones, como parte de su herencia.

    La iniciativa de establecer un museo en la Comarca Kuna Yala naci a mediados del ao 90 como consecuencia del inters que mostr el Congreso General de la Cultura Kuna, integrado por 49 comunidades, en una reunin tradicional celebrada en la comunidad de Urgandi cuando la dirigencia pro-puso comenzar a trabajar en futuro proyecto de museo, en la isla Werwerdup.

    As, la isla Werwerdup, de cinco mil metros cuadrados ubicada al sures-te de las comunidades de Wichubwala y