MOTIVADOS A LA VIDA CRUZANDO EL UMBRAL …...No tengo tiempo para dar el currículo de mi vida, pero...
Transcript of MOTIVADOS A LA VIDA CRUZANDO EL UMBRAL …...No tengo tiempo para dar el currículo de mi vida, pero...
MOTIVADOS A LA VIDA
CRUZANDO EL UMBRAL DEL DOLOR
Prólogo
Escribo estas líneas, porque al recorrer cada uno de los capítulos de este
libro, sentí que mi testimonio podría servir a todas las personas que se
dispusieran a abrir su corazón para que las palabras en él sembradas dieran el
fruto para el cual, fueron escritas.
Desde la primera a la última página, aunque los títulos sean diferentes,
usted podrá advertir que el eslabón que los une es una pequeña palabra, que
aunque pequeña es la más poderosa que he conocido en toda mi vida: FE.
Por eso, estas palabras van dirigidas a todas esas personas que habiendo
cursado distintas carreras – terciarias o universitarias – realizaron una
importante trayectoria laboral, accediendo luego a estudios superiores
buscando la “especialización” en alguna disciplina. Si usted es experto en
contabilidad, impuestos, derecho de familia, civil o comercial, o es médico,
psicólogo, filósofo o como yo, “especialista” en recursos humanos, estas líneas
están dirigidas a usted.
Quizás al avanzar en la lectura de este libro, comenzará a preguntarse si
esto es para usted que tiene una formación académica excelente, que está
habituado a dialogar con profesionales reconocidos, que se mueve en un
mundo donde dos más dos siempre son cuatro, porque no existen otras
respuestas correctas, y si para usted existen, puede ser porque quizás es un
creativo publicitario, pero sin FE.
A mí, las ciencias económicas me enseñaron a razonar y a racionalizar
todos mis pasos y las decisiones de mi vida. Me he jactado de no ser impulsiva,
y tratando de “no perder la espontaneidad,” siempre que daba un paso trataba
de meditarlo convenientemente para no darlo en falso. Sin embargo, a pesar de
todo el cuidado, me equivocaba.
Después de tantos errores y tantas pérdidas - en el año 2001 - conocí al
Dr. Juan Ballistreri y lo primero que admiré en él fue su inteligencia, su
erudición en el conocimiento de la Biblia, su racionalidad y capacidad para
evaluar situaciones y seudo-verdades y desmenuzarlas hasta encontrarles el
sentido correcto. Hasta ahí parecía que la elaboración que llevaba a cabo en su
forma de pensar y razonar era igual a la mía, sin embargo, había algo en él que
lo hacía diferente a todos los hombres que había conocido anteriormente:
empresarios, políticos, profesionales destacados, hombres y mujeres cuyo éxito
visto de afuera no nos permitiría imaginar que en sus almas hubiera angustia,
soledad y dolor. Y todas esas personas, como yo, decíamos “creer en Dios”.
Fue entonces que descubrí una importante diferencia entre estas dos
expresiones: no es lo mismo “creer en Dios” que “creerle a Dios.”
El Dr. Ballistreri, a través de estos años en que he seguido su camino, me
ha demostrado que no hay que matar la razón, ni anular la inteligencia para
caminar con FE. La inteligencia, los talentos, los dones que tenemos los
hombres y mujeres que pisamos este suelo, en cualquier lugar del planeta
Tierra, nos fueron dados por Dios. Él quiere que los pongamos al servicio de
una buena causa. Si usted hace buenas obras, le voy a revelar algo que para mí
fue impactante: todas sus buenas obras, sin Fe, no tienen ningún valor, es decir,
por más grande que sea su obra no obtendrá ninguna recompensa si no va a
acompañada por la cuota de fe necesaria.
Pronto va a saber que los especialistas y los expertos sin fe, caminan por
este mundo, solos, amargados, escépticos y cansados porque están en una cima
a la cual ansiaron llegar, pero en el camino para lograrlo perdieron muchas
cosas, o casi todo.
Cuando llegue a la última página de este libro y lo cierre, viéndose
sentado en una cúspide, de la que no importa la altura, porque cada persona
tiene la propia, pensará: ¿cómo si he hecho tantas cosas para llegar, ahora me
quiero bajar? También puede ser que ya se haya caído, como a mí me pasó.
Pues bien, si ha leído cada línea con suma atención, si le ha abierto el corazón
a Dios, su creador, tienes dos opciones: quedarse ahí donde está, SOLO y
lamentándose por todo lo mal que hizo las cosas o mirar a su lado y descubrir
que ÉL siempre estuvo ahí, esperando este momento en que – finalmente –
descubre que sólo podrá recuperar la paz interior y el gozo, si Dios está con
usted.
Yo soy el mejor testimonio de que es posible, de que se puede, porque
he encontrado el camino correcto; finalmente sé por qué y para qué he nacido,
y quiero que usted también cumpla, en esta tierra, con el propósito de Dios
para su vida.
Suya es la decisión: “si quiere, puede hacerlo”, y en las próximas
páginas encontrará casi todas las respuestas a sus preguntas; y si no quiere…
también.
A mi Pastor Juan, ¡muchas gracias!
Lic. María del Carmen Pórpora
MOTIVADOS A LA VIDA
Introducción
Fue para mí un inmenso placer cuando inicié el ciclo de conferencias,
denominado “MOTIVADOS A LA VIDA”, dirigido específicamente a una
nueva generación que se está levantando en la tierra. Fue de vital importancia
ya que en medio de toda esta oscuridad social, política y económica en la que
vivimos, sabemos y creemos que hay una nueva esperanza entre los hombres y
debemos proclamarla.
Manantial de Vida es una asociación civil constituida por un grupo de
personas que hemos creído que es posible generar cambios en nosotros con el
propósito de alcanzar una mejor vida de la que hemos obtenido hasta el
presente. Estamos convencidos de que hay una salida y porque sabemos que al
final de tanta oscuridad hay una luz, no nos conformamos a los caprichos de
los corruptos y de todos aquellos que conducen, para mal, las vidas de las
personas y de las naciones.
Nuestra intención y propósito es traer la verdad que conocemos para
proclamarla desde este histórico lugar que tanto tiene que ver con esta ciudad
de Córdoba, cuna de personalidades destacadas que no sólo poblaron nuestro
país, Argentina, sino que fueron sembradas en distintos lugares del mundo. Por
ello, desde este lugar, hoy convertido en un paseo de compras, queremos
motivar a esta nueva generación haciéndole saber que es posible vivir una vida
conforme a los planes que Dios tiene para con el Hombre.
No tengo tiempo para dar el currículo de mi vida, pero creo que es
suficiente si – para comenzar- digo que como tantos de ustedes, he pasado y
estado del lado en el que las cosas no funcionan y hoy puedo (yo y muchísimos
más) ver cómo esas cosas que no funcionaban, están funcionando.
En mi caso personal, hace veinticinco años que hago esto y durante todo
ese tiempo he disfrutado recorriendo ciudades, provincias, estados y muchas
naciones de la tierra proclamando “el diseño de Dios para los hombres y
mujeres que pisan este suelo” con la intención divina de que vivan realmente
como se dice ahora “con una real calidad de vida” en todos los aspectos y en
todos los órdenes.
Seguramente, alguno se pregunte por qué lo hacemos, pues bien, porque
estamos convencidos que “vivir bien” es el mejor negocio que existe para el
Hombre, porque fuimos creados para vivir en esta tierra al máximo de nuestra
creación. En realidad, creemos que es demasiado maravilloso lo que vivimos
para que quede guardado adentro nuestro, o adentro de las páginas de un libro.
Además, es bastante común que los escritores siempre ponen en los libros lo
que saben que funciona, pero pocas veces hablan de lo que no funciona.
Yo soy uno de esos hombres a quienes las cosas no le funcionaron, pero
en lugar de quedarme en mi casa llorando o quejándome porque todo a mi
alrededor se desmoronaba, encontré un camino en el cual aprendí que se puede
salir adelante, y se pueden lograr esas cosas que generalmente llamamos
“sueños”, que muchos han creído que son imposibles, pero ahora les voy a
demostrar que no lo son.
Otra razón por cual hacemos esto es porque la Biblia dice que “el
hombre sabio gana almas,” es decir, alcanza a otras personas y voy a dar un
ejemplo: hay estadísticas que reflejan que una persona del común de la gente,
pasando en silencio, sin decir una palabra, al final de su vida afectará a ochenta
personas. Es decir que ya estamos afectando personas a nuestro alrededor, el
tema es que debemos determinar si las vamos a afectar para bien o para mal. Y
-en nuestro caso- porque nos hemos determinado a afectar personas para el
bien, es que estamos haciendo esto, ya que soñamos con una vida mejor, con
una nación mejor y creemos que el mundo es para gente honesta y honrada.
Dr. Juan Ballistreri
Capítulo 1
Aprendiendo A Vivir Entusiasmado
Antes de abordar el tema en profundidad, me gustaría definir
primeramente la palabra entusiasmo. Muchos creen que el entusiasmo es una
exaltación momentánea por un suceso determinado, pero el entusiasmo tiene
una connotación mucho más profunda. Entusiasmo es tener a Dios dentro de
nosotros.
Conectándose Con Dios
Vamos a empezar hablando de lo importante que es vivir esta vida con
la motivación correcta. Cuando decimos que alguien está “motivado”
decimos que “un motivo lo inspira a vivir en esta tierra.”
Leamos un poema bíblico escrito por el Rey David. Es el Salmo 149 y
dice así:
“Cantad a Dios cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de
los santos. Alégrese su pueblo en su Hacedor; Los hijos de Dios se gocen en su
Rey. Alaben su nombre con danza; Con pandero y arpa, a él canten. Porque
Dios tiene contentamiento en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la
salvación. Regocíjense sus hijos por su gloria, Y canten aun sobre sus camas.
Exalten a Dios con sus gargantas.”
Leyendo este relato, vemos que si un hombre que atraviesa una situación
difícil, se conecta con Dios, se llena de entusiasmo; y cuando el entusiasmo lo
inunda, puede llegar a hacer cosas increíbles. Pero también sucede que la falta
del mismo puede causar daño. Es decir, en palabras más simples, uno puede ir
desde los desastres más grandes hasta las cosas más heroicas, con esta especie
de acción interna llamada “entusiasmo.”
Hay una frase de Henry Ford - el creador de la afamada marca de
automóviles - que me parece ideal para aplicar en esta instancia y dice:
“Si tú dices que puedes, puedes;
Si dices que no puedes, no puedes;
De todas maneras tienes razón.”
Porque la razón no está en lo que alguien dice que es correcto, la razón -
para ti, por ejemplo- está adonde tú crees que está.
Ahora bien, no es mi intención a través de estas líneas hacer prosélito de
una idea, de un hombre o de una doctrina. Lo que me motiva es que he sentido
que siempre habrá gente que querrá saber el motivo de su existencia en la
tierra, es más, estoy convencido de ello.
Volviendo al Salmo del rey David, podemos ver que ha sido escrito por
una persona que se conectó con algo correcto en su vida. Este poema revela
que su autor es una persona “entusiasmada”. Se nota la motivación cuando
exhorta al regocijo y dice que ¡canten aunque estén en cama!
Muchos se conectan a cosas incorrectas en sus vidas y por eso terminan
siendo “víctimas del ambiente que los rodea,” expresión que me desagrada
pero que describe bastante bien lo que quiero decirte. A veces, no nos gusta
pensar demasiado y terminamos pensando como piensa la mayoría, que no
porque sea el pensamiento de muchos, es el correcto.
Cuando un ser humano tiene comportamientos de masa, es porque no se
ha conectado correctamente en su vida. Por cierto, el rey David, no era del
común de la gente, él era un hombre entusiasmado, motivado por lo correcto, y
que llegó a motivar a una nación.
Es importante que entiendas que tu futuro lo diseñas tú. Ni tú ni yo
somos responsables por la forma en la que vinimos a este mundo, pero si
somos responsables de la manera en la que nos iremos de él.
Tú diseñas tu futuro. Es decir, tu vida es como un barco a velas con
viento a favor, el cual no sirve si nunca las elevas. Porque aunque tengas a
Dios a tu favor y tengas a tu lado gente que te ame, todo dependerá de la
manera en que te conectes y te motives, para vivirla plena y correctamente.
Cuando una persona está entusiasmada y con la motivación correcta
puede hacer las mejores cosas de su vida. Y esto es posible para ti también,
porque en tu interior está ese poder inmensurable. Tú decides hacia donde lo
vas a encauzar.
El Rey David tuvo en sus manos la motivación correcta, se entusiasmó
con el asunto correcto y logró conectarse con el Dios que lo había creado. Así
David entendió la razón de su vida.
Cuando un hombre se conecta correctamente, le puede pasar lo que a él:
llegó a ser rey de una nación, la cual nunca más, hasta el presente, llegó a tener
las riquezas que tuvo durante su reinado.
Por eso quiero y deseo que te entusiasmes. Una persona entusiasta puede
explotar dentro de sí misma y lograr en su vida cosas que nunca imaginó. Les
doy un ejemplo: para un joven enamorado, caminar diez kilómetros para ver a
su novia puede ser un chiste o una anécdota. ¡Y no hay obstáculos ni suegra
que lo detengan! Es decir, que cuando logras inyectarte una cuota de
entusiasmo, se rompen todas las barreras de las dificultades.
Recuerdo mi paso por el servicio militar. Y también recuerdo a un
cuñado que me contaba, cuando yo era niño, que a él lo habían destinado a la
Marina. Siempre se quejaba porque durante dos años no había podido ver a su
madre, a su novia ni a sus amigos. Y yo pensaba para mis adentros: ¡lo único
que me falta es que a mí también me manden a la Marina! Pues bien, pasó el
tiempo y cuando me sortearon me tocó el número 898 y los sorteados hasta el
número 896 inclusive, eran destinados a la Fuerza Aérea. Así que ¡fui a la
Marina! Y yo por ese paradigma que me vendió y le compré a mi cuñado
pensé: ¡dos años sin ver a mi mamá, dos años sin ver a mi novia ni a mi
familia!
Me incorporaron el 6 de Junio de 1978 y el 17 de Junio del mismo año,
once días más tarde, estaba golpeando la puerta de la casa de mi novia.
En esos pocos días bajé como quince kilos, vivíamos a medio metro del
piso (haciendo permanentemente ejercicios de brazos) Nos dijeron que íbamos
a tener un franco y que no podíamos alejarnos del cuartel, más de treinta Kms.
Estaba en el batallón de Infantería Nº 3 ubicado en La Plata – capital de la
provincia de Buenos Aires- y la distancia a Córdoba era algo más de 30 Kms.
Pues bien, cuando salí para gozar de ese franco, tomé el primer tren y llegué a
la estación de Constitución, en la zona sur de la Capital Federal; fui a la
estación Retiro y allí tomé el primer tren a Córdoba. Era sábado, recuerdo que
hasta pude ver en mi casa, un partido de la final del mundial de fútbol -
Argentina y Holanda - y cuando finalizó el partido emprendí el regreso. Dormí
en los trenes, debajo de los asientos, porque cuando estás motivado y
entusiasmado no hay límites que te impidan lograr lo que te propones.
Claro que, en contrapartida, existen esos novios que durante esa etapa
van arrastrando las piernas, quejándose porque ven todo difícil e inalcanzable.
Si ya durante el noviazgo estás cansado o cansada, olvídate de los grandes
logros, pues tu vida va al fracaso total.
Como ves, ¡tienes que conectarte con el entusiasmo!
Y si lees la Biblia, verás que desde la primera a la última hoja te está
dando un mensaje:
El mundo pertenece a los entusiasmados
Y cuando una persona está entusiasmada con las cosas correctas no tiene
límites. En la Biblia, Dios le dijo a Sara, una mujer de noventa años, ¡que iba a
darle de amamantar a un hijo! Estaba arrugada, como puede estarlo cualquier
mujer de esa edad, pero creyó a una palabra de entusiasmo y motivación de
parte de Dios, ¡y tuvo ese hijo a los noventa años!
Dios le dijo a Josué, un guerrero bíblico: -¡Sopla y se caerán los muros
de la ciudad! Y el guerrero creyó ¡y los muros cayeron!
Por eso, cuando las personas que reciben este flujo de entusiasmo, son
personas con propósito, con objetivos y ambas cosas se combinan, pueden ser
transformadas en personas productivas y de alto rendimiento, en las cuales
hasta su vocabulario cambia, por esa cuota espiritual que da la palabra
“entusiasmo”. Y si esto te sucede a ti, nadie a tu alrededor te va a reconocer.
¿Quieres Saber Si Eres Un Entusiasta?
Entonces, para responderte a esta pregunta, primero tendremos que
averiguar qué cosas te entusiasman, porque lo que a ti te entusiasme, será lo
que marque tu destino.
Hay personas en la vida que no se entusiasman por nada, desde la forma
de hablar, hasta el comportamiento que asumen diariamente, con otras
personas, expresan constantemente lo mal que viven, lo mal que están con su
familia, o en su trabajo. ¡Ni qué decir lo mal - que para ellos -está el país en el
cual residen!
Sin embargo, el Salmo que leímos está lleno de gente entusiasmada, que
puede llegar a cualquier lado, sin importar cuán lejos está ese lugar, y sin
pensar de qué manera o con qué medios emprenderán el camino para llegar a la
meta. Porque los entusiasmados siempre encuentran el camino.
Una persona que está transitando por serios problemas emocionales es
improductiva. La depresión te roba la energía, es como una pared invisible que
no puedes traspasar.
Por eso, cuando Dios le habla al Hombre, en la Biblia, no le pregunta si
tiene casa, si su trabajo es bueno o mediocre, o si necesita un auto nuevo;
cuando Dios se aparece en tu vida lo que quiere es solucionar y sanar tu mundo emocional. Dios tiene que solucionar el problema de motivación de tu
vida, porque sabe que si tú encuentras la motivación correcta, tu destino será
maravilloso. Nada te podrá detener hasta que llegues al final de tus días
haciendo aquello para lo que has nacido.
Cuando Dios se aparece en tu vida lo que quiere es solucionar y
sanar tu mundo emocional
Cuando ves la vida de Jesús en la tierra, ya sea que hasta ahora sólo la
hayas visto en una película, te darás cuenta por qué Jesús sanaba a los
enfermos, por qué se acercaba a la gente con dolores, porque Jesús sabía y
sabe que cuando una persona camina sin horizonte en la vida, no está
buscando una religión ni un dogma, la gente con necesidades busca aliviar
su dolor. Y yo viviré los próximos años de mi vida para aliviar esos dolores en
la gente, porque se cómo se sanan y cómo se sale de ese túnel a la luz.
Cambiando El Dolor
Conozco a un conferencista llamado Claudio Chali que da charlas que
enseñan al público asistente sobre la manera correcta de actuar en el momento
en que una persona entra en un paro cardiorrespiratorio. Durante el transcurso
de la exposición él usa una muñeca que sirve para mostrar de qué manera
proceder en la práctica, para salvar al enfermo; y allí comenta que esa muñeca
fue creada por un hombre que perdió a su hija porque cuando ella se
descompuso no había quien supiera ayudarla. Si la niña hubiera recibido esos
primeros auxilios, seguramente viviría.
Esto nos muestra que este hombre tenía dos caminos a emprender por la
muerte de su hija:
Vivir resentido toda la vida por esa lamentable pérdida.
encontrar la manera de abrir caminos para que otros, aprovechando su
tragedia y su dolor, aprendan a aliviar a las personas que pasen por
idéntica situación.
Su hija se llamaba “Annie” y por eso esas muñecas llevan ese nombre,
en todo el mundo.
Es decir, que cuando tú pasas por una crisis, puedes usarla como un
trampolín para bendecir a otros, o quedarte en tu casa esperando que tu familia
se destruya y tu casa se desmorone. ¡No más de estas actitudes!
Nos vamos a levantar, porque se puede vivir una vida mejor, y si hasta
acá hemos vivido momentos difíciles, hay una luz al final de túnel y ¡ahora esa
luz, va a comenzar a brillar para ti!
Por eso, si tú le permites a Dios que te hable, si se lo permites, sea cual
fuere tu fe, tu religión o tu dogma, si Dios puede desarrollar su plan en tu vida,
si puedes conectarte correctamente con una palabra de Dios, entonces oirás que
Dios te está diciendo: “-¡Voy a llenar tu boca de risa, tu lengua de alabanza y
tu lamento se transformará en baile!”
Dios no te dice que te va a meter en una religión, o que va a venir para
castigarte. Vas a entender que no es el Dios que te “vendieron” los religiosos.
No es el Dios de las religiones sino que es el Dios que te ha creado y que - por
lo tanto - sabe cómo funcionas, y si le permites entrar a tu corazón, Él activará
el interruptor de tu entusiasmo. Porque lo que a ti te entusiasme determinará el
lugar en el cual dejarás a tus hijos.
Si te entusiasma el fútbol, disfrútalo, pero allí se quedarán tus hijos
insultando a otros que se hacen ricos.
Si te entusiasma comer asado y emborracharte,…está bien, porque de
cualquier manera tienes razón; pero allí quedarán tus generaciones.
Pero yo no vine a esta tierra para dejar allí a mis generaciones. Mis
generaciones han nacido y nacerán en esta tierra. El mundo sabrá que a esta
tierra la pisa gente que ha decidido creer en un Creador y ese creador es Dios y
ese Dios está aquí para darnos a ti a y mí, una vida mejor.
Por eso, cuando entras a un lugar en el cual hay gente que ya ha
experimentado esto, verás y sentirás que hay gozo y alegría. Porque esas
personas, así como tú y como yo, han estado en el túnel del dolor y de la
desesperación, pero también como nosotros, han aprendido y ya saben cómo se
sale de allí. ¡Y porque se puede, queremos que otros también salgan!
Porque Dios ha sanado nuestro mundo interior, y también está a tu lado
para sanar el tuyo.
Si le permites entrar a tu corazón, Él activará el interruptor de tu
entusiasmo.
Entheos: Con Dios
Hace algunos años, después de leer sus libros, tuve la oportunidad de
conocer personalmente a uno de los escritores que impactaron mi vida en la
juventud, llamado Kitim Silva. En uno de sus escritos hablaba acerca de la
palabra “entusiasmo”, lo cual me ayudó a romper algunos mitos.
Yo creía que un entusiasta era una persona liviana, alguien epidérmico,
que tiene reacciones a flor de piel, superficiales, que nunca se compromete con
nada o con nadie, que hace algo hoy pero quién sabe si mañana lo continúa.
Hasta que me encontré con la raíz, con la etimología de esa palabra. Y eso
trastornó mi vida hasta el presente, a tal punto que tuve que aclarar en todo mi
entorno que yo estaba equivocado, y hasta tuve que cambiar mi discurso.
En realidad, no hay peor cosa en la vida que tratar de perpetuar algo que
ya no funciona. Alguien dijo que las cosas que te funcionaron bien en los
últimos tres años, pueden ser tus peores enemigos en los próximos tres.
Además, no hay peor cosa que decirle a alguien que está “más o menos
bien” que ¡cambie! Muy distinto es ir a ver a una persona que tiene una
enfermedad terminal, y le dices que aún tiene una alternativa para probar,
seguramente accederá, pues no tiene nada para perder. En realidad, cuando no
tienes ninguna esperanza el cambio no es una opción para ti; pero es muy
diferente cuando en tu vida hay cosas que te funcionan más o menos y alguien
te quiere imponer un cambio.
De todos modos, no se puede perpetuar algo que ya Dios no quiere que
tú perpetúes porque no te funciona. Ni la vida te lo va a permitir.
Pues bien, volviendo a la palabra que nos ocupa, descubrí que
entusiasmo es la palabra griega “ENTHEOS” que significa “con DIOS o estar
con DIOS”.
“Theos” es Dios, de ahí viene la palabra Teología. Entonces, si “vivir
con entusiasmo es vivir con Dios” es correcto decir que el “mundo
pertenece a los entusiastas, ¡el mundo es de la gente que vive con Dios en
su vida!”
Luego el entusiasmo no es epidérmico, es profundo, y cuando veo a una
persona con cierta dosis de entusiasmo, no me hace falta preguntarle qué
religión profesa, porque seguramente esa persona tiene algo de Dios dentro de
sí, es decir que el principio funciona y tiene que ver con su naturaleza.
Cuando a la mañana, un hombre - o una mujer - se levanta y dice que va
a salir sabiendo que en ese día le van a pasar cosas buenas, y que pondrá lo
mejor de sí mismo para lograrlas, viviendo una vida honorable, seguramente lo
logrará porque lleva una medida de Dios en su vida.
Por supuesto, que el desafío de ir mejorando, perfeccionando o
afianzando día a día esa actitud es responsabilidad de cada uno de nosotros. En
realidad, hagas lo que hagas - parafraseando a Henry Ford – “…tienes razón.”
Cuando tú estás en Dios, “entheos”, entusiasmado descubrirás en ti una
nueva habilidad y es que “con Dios, tú crees que puedes hacerlo TODO.”
Al respecto dice la Biblia en el original: “todo lo puedo ENTHEOS que
me fortalece,” y en español dice “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Conectados Con Dios, No A Una Religión
Cuando tú estás entusiasmado, con la motivación correcta en tu vida,
tienes el apoyo del Dios de los Cielos. Pablo, el escritor de muchísimos libros
de la Biblia no era un hombre conectado con una religión, sino que era un
hombre entusiasmado con Dios.
El que está conectado con una religión puede cometer distintos tipos de
actos porque una religión puede llevarte a matar por ella, pero el que está
conectado con Dios puede estar dispuesto a morir por esa convicción y es muy
diferente.
¿Quieres saber adónde hay religiosidad? La religión te hace pelear, te
lleva al conflicto, divide a la familia. Además puedo asegurarte que en nombre
de Dios se han matado más personas que en cualquier otra guerra. Una persona
puede usar el nombre de Dios y matar porque se conectó con una religión, en
vez de conectarse con la vida de Dios.
Por ello, tu motivación de vida debe estar conectada a la vida de Dios.
Para un entusiasta no hay montaña que no pueda subir. Y cuando estás
realmente entusiasmado, adquieres nuevas habilidades: sagacidad, astucia
arrojo y eso, solamente, te pasa porque estás entusiasmado. No estás pensando
si te va a dar resultado o no, estás entusiasmado.
Un famoso escritor y pensador llamado Mark Twain dijo: “Si todo el
mundo estuviese conforme consigo mismo, no habría héroes.”
Y hay héroes, porque hay muchos que creen – y creemos - que todavía
hay mucho por hacer. No todo el mundo cree que todo está perdido, que NO
hay más esperanzas, que está todo mal… ¡NO! Si todos pensaran así no habría
héroes. Y creo que Dios, en estos días, está llamando al Hombre sin importarle
raza o religión para que se convierta en héroe.
Tú no puedes dejar a tus hijos perdidos en la droga, en la delincuencia o
en la prostitución, no puedes dejar que se pierdan en este sistema corrupto; por
eso, tienes que creer que con DIOS sí se puede.
Quiero decirte que a partir de ahora te va a ir bien. Que podrás cambiar
tu casa, el auto y que podrás recuperar esa familia que se está cayendo a
pedazos. Pasarás de estar casado a estar “felizmente casado”. Te invito a esta
travesía de fe, ¡porque con Dios sí se puede!
La Diferencia Entre Los Expertos Y Los Entusiastas
Cuando Dios quiere hacer algo humanamente imposible buscará hacerlo
con un entusiasta pero nunca con un experto. Elegirá a alguien que ignore que
eso es “imposible,” convocará al que nunca se enteró de que eso no se puede
hacer, el que nunca leyó sobre la imposibilidad de ese proyecto y si lo leyó, se
puso en el bolsillo la opinión de los expertos y avanzó. Como el abejorro.
El abejorro es un animalito llamado así porque es primo lejano de la
abeja. La particularidad que lo destaca, es que tiene alitas muy pequeñas y muy
cortas, tan cortas que los expertos dicen que no hay razón para que pueda
volar, ¡pero vuela! Otros expertos dicen que la única razón por la que vuela, es
porque nunca se enteró, nunca le dijeron o leyó que no puede volar.
Entonces…, tú puedes o no puedes, y en ambos casos tienes razón.
Por eso nunca escuches demasiado a los expertos.
Este mundo no es de los expertos o de los especialistas, es de los
entusiastas, de los que viven con entusiasmo.
Robert Schuller, un hombre que vive en Los Ángeles, Estados Unidos,
dijo estas palabras: “la arquitectura es tan hermosa que no hay que dejarla en
manos de arquitectos” (con perdón de los arquitectos, pues sólo es un ejemplo).
Sucede que cuando te encuentras en la vida, con los expertos o los
especialistas, te das cuenta que saben tanto de todo que toda su experiencia
sólo les sirve para estar desmotivados. Y no es sólo con arquitectos, pongamos
por ejemplo un médico, que sea un excelente especialista pero que no esté
motivado, ¿tienes idea de qué manera te va a atender?
No permitas que nadie ponga una mano sobre tu vida si no está
correctamente motivado porque no contagiamos lo que hablamos, contagiamos
lo que somos.
Dios, en las mañanas, te mira cómo te levantas y escucha lo que dices: -
“¡Ay!, ¿será posible, por qué estoy cansado? ¡Y encima para hacer lo mismo de
siempre!”
¡Olvídate!, de esa forma no estarás nunca en los planes para vivir bien
esta vida.
Levántate a la mañana y di: “¡Señor, yo he oído que el mundo es de los
entusiastas, y aunque veo esta pared con humedad, ya no la tendré a fin de año.
Veo el auto que es un desastre y se cae a pedazos, pero pronto en su lugar
pondré uno nuevo, porque a mí me han dicho que el mundo es de gente con
Dios y yo he decidido caminar contigo!” Y si he decidido caminar con Dios el
mundo es para mí y ¡con DIOS – dice la Biblia – haremos proezas!
Si te entusiasmas, tendrás que cambiar esa cara que tienes -con
expresión de teléfono desenchufado- por otra más entusiasta. Y digo “teléfono
desenchufado” porque quiero expresar que se trata de algo que uno espera que
suene, que haga algún ruido, pero no lo hace. Tú puedes decirle a una persona
que cambie la cara, pero su problema no es la cara sino adónde está enchufada.
Características De Las Personas Entusiasmadas
Son personas que tienen una especie de imán para atraer o captar a otros
entusiastas. La gente con Dios atrae a la gente correcta.
Si andas por el mundo con mala onda, serás como el radiador de un
automóvil, porque se pegarán a ti todos los bichos que hay en el camino.
Si encuentras a alguien que vive al son de la queja “¡ay, uy, uf, aaaah!”,
pues ése busca - y seguro que lo encuentra - a otro que se queje en la misma
sintonía. Fíjate que generalmente se juntan los que tienen el mismo problema.
La gente no quiere oír a perdedores sino a ganadores.
De todas maneras, puedes prestarle el hombro a alguien para que llore,
una, dos o tres veces pero a la cuarta, si no “se enchufa” correctamente, le
recomendarás una terapia. Aquel que vive con su fiesta de lástima nunca verá
el bien a su alrededor.
Por cierto, que cuando tú permites que Cristo – “entheos”- venga a tu
vida, eso produce que todo a tu alrededor cambie.
Si alguien te dice: -“¡Pero no sé, por qué todos los problemas vienen a
mí!”
¿Quieres que los buenos negocios vengan a ti? Levántate con Dios.
¿Quieres que la mejor gente se conecte contigo? Levántate con Dios.
¿Quieres vivir lejos de la estafa? Camina con Dios.
Si tú caminas con Dios, a ti se acercará la gente correcta. Por eso ¡no
puedes darte el lujo de vivir la vida sin motivación! Aunque de todas maneras,
tienes razón… para vivir como vives.
El entusiasmo no viene ni aparece automáticamente. Nadie se levanta a
la mañana gritando: “¡qué entusiasmado estoy hoy!”, porque no es una ficha
que te cae y te hace funcionar el entusiasmo.
El entusiasmo no es algo que puedas ponerte como un traje, no puedes
decir: “mañana, me levantaré y estaré entusiasmado porque me pondré tal
ropa.” ¡No! El entusiasmo es algo que se edifica, es algo que pasa por un
proceso, el entusiasmo crece cuando puedes pensar, cuando usas tu
inteligencia, capacidades y sagacidad. Por eso digo que cuando dos personas
piensan igual, una no está pensando; porque una de ellas bajó la llave de la
otra, para que no piense.
Cuando tú descubres para qué naciste, tu entusiasmo se apoya en un
buen proyecto. Cuando Dios te llama, marca tu destino y como dice John
Maxwell: “descubres tu don predominante.”
Todos nosotros tenemos una capacidad especial envasada interiormente
y cuando la descubrimos se convierte en la plataforma para un nuevo estilo de
vida.
Alguna vez habrás escuchado expresiones como éstas:
Esto es lo que me enseñó mi papá.
Esto me lo enseñó mi mamá.
Esto me lo enseñó la historia.
Uno de los libros más vendidos –últimamente – en la Argentina, se titula
“Los mitos de la historia Argentina” de Felipe Pigna, porque esto se está dando
en todos los órdenes de la vida: hemos creído a demasiados mitos. Y de golpe
nos damos cuenta de que lo que nos enseñaron no nos sirve. Sabes, aunque nos
hayan calificado con diez puntos, por haber contestado de acuerdo ha lo
aprendido, eso no significa que lo asimilado haya sido una verdad. Si tú en
todo has sacado siempre diez, pero te va pésimo en la vida, alguien te calificó
mal. En realidad el que te califica y aprueba tu vida, es el que determina tu
futuro.
Hay personas que hablando de otros dicen: “Pensar que ese joven
siempre sacaba diez en la escuela, siempre era el abanderado y finalmente se
suicidó, ¡…tan bueno que parecía!” Pues, realmente, no era malo, simplemente
tenía la motivación incorrecta.
La desgracia de mucha gente es que no sabe hacia dónde va, entonces no
le puedes pedir que tenga entusiasmo sobre una base vacía, sin propósito y sin
valores. Nadie puede dedicarse apasionadamente a algo, si no tiene en claro
para qué le sirve.
En cambio, Dios viene a ti y te dice: “Te escogí para esto” Y cuando
estás en el centro del propósito, te vuelves invencible.
Trabajando Para Construir Una Nueva Generación
Todos nosotros trabajamos para que haya una nueva generación sobre
esta tierra, con un nuevo pensamiento fuera del legalismo de la religión.
A nosotros nos enseñaron o nos hablaron de un Dios que castiga y
disciplina como un general odioso que da órdenes para mandarte al infierno.
Nunca estaremos entusiasmados con un Dios así, además Dios nunca ha
hablado de esa forma. Dios está aquí para levantarte y ponerte en lugares de
victoria. Dios es tu creador, y tú eres su hijo y Él está esperando que vuelvas a
casa. La religión es la que te condena, pero no Dios.
Claro que si tú confundes esto con religión… está bien, “de todas
maneras tienes razón”. Pero tampoco podrás decir que en tu vida, nunca Dios
te tendió una mano, porque en este momento hay una mano extendida hacia ti
para decirte: “¡conéctate conmigo, porque te estoy invitando a que pienses y
cuando tú eres mi invitado a pensar, estás muy cerca de encontrar el
camino correcto en la vida! Pero piensa, y hazlo libremente.”
Ya te he dicho que he pasado por largas noches, por oscuridades y malos
momentos, pero nunca me tiré en una cama a preguntarle a Dios: - “¿por qué
me pasa esto a mí?” En primer lugar, porque no nos conviene asumir el rol de
víctimas, y en segundo lugar porque en la vida debemos aprender a levantarnos
y a creer lo que Dios nos dice: -“Tengo pensamientos de bien y no de mal
para ti.”
Nadie puede explicarle a un bebé de seis meses por qué no puede poner
sus dedos en un enchufe, sencillamente, lo apartas del enchufe, porque algún
día entenderá. Lo mismo hace Dios contigo y conmigo.
Quédate tranquilo, porque todo está bajo control. Aquí estamos creyendo
que habrá una nueva generación que será mejor y de ella tú también eres
responsable.
Quiero expresar algo, con todo respeto hacia los ancianos y jubilados
porque seguramente todos conocemos alguno. Pues bien, cuando veo una cola
de jubilados frente a una entidad bancaria - con frío, calor o lluvia - para cobrar
unos magros pesos, tengo sentimientos encontrados:
Por un lado mi corazón humano se parte en dos y siento ganas de
insultar con las palabras más bajas e inmundas a los tipos que permiten que un
anciano espere largas horas para cobrar una miseria.
Pero por otra parte, está el hombre que quiere ayudar, y me surge esta
pregunta: ¿Qué hicieron estos hombres y mujeres hace treinta años atrás para
prevenir esta situación?
Es cierto, que por un lado son víctimas de un sistema perverso, pero
también es cierto que alguna vez callaron cuando debieron hablar.
Pues bien, yo estoy convencido que no voy a llegar al final de mis días
creyendo que este mundo va a terminar siendo de esta misma manera. Yo no
estoy dispuesto a que siga sucediendo ni que yo sea parte de esto, ¡no! Porque
como yo tengo a Dios, al menos puedo determinar que mi destino no lo
determinen los corruptos sino que lo determine Dios, porque en Dios siempre
se termina en un puerto seguro.
Por eso cuando Dios quiere hacer algo no va a llamar a expertos. Si tú
sólo hablas con gente experta en todo, serás un desahuciado de la vida, pero
empieza a conectarte con el mensaje correcto y serás un abridor de caminos.
Si tú quieres que tu vida cambie rotundamente para bien, no te vuelvas
un experto en fracasos, piensa que hay una mejor puerta para ti que se va a
abrir. Conozco personas que han llenado tanto su cabeza de información que
ésta se ha vuelto tan grande que no tienen pies para que la soporten. Oye a los
expertos, pero a los que tengan fe. No estoy en contra de la excelencia, estoy
en contra de los expertos con el entusiasmo equivocado, porque puedes hacer
del átomo un alivio para el dolor o una bomba para matar y destruir a una
ciudad.
El Entusiasmo Y Las “Nuevas” Acciones
El entusiasmo tiene apoyo en nuevas acciones. Si te quedas sentado
esperando que las cosas ocurran te pondrás “obeso” emocionalmente.
Recuerda esta palabra: “Hay personas que siempre están esperando
que las cosas suceden, pero hay otras que salen – o salimos- todas las
mañanas para que las cosas sucedan.”
¡Levántate porque va a suceder algo y va a ser bueno!
En la vida, siempre, hay que tener una “visión”. En mi caso estoy
entusiasmado porque la gente que me acompaña en Manantial de Vida y yo,
tenemos una visión y para eso hemos conjugado todos nuestros esfuerzos
porque queremos aliviar el dolor de mucha gente.
Es como el entusiasmo de la mamá embarazada que sólo vio a su hijo en
la ecografía, y ya está preparando la ropa que le va a poner, y ahora aún más,
porque algunas, mucho antes, saben hasta el sexo. No lo tienen en sus brazos,
no lo han escuchado llorar, pero tiene una visión de la vida de su bebé.
Me gusta mucho la expresión que los brasileños usan para decir cuándo
una mujer va a dar a luz un bebé. No dicen: “va a parir” sino que dicen: “se
alivia en tal mes”.
Por eso te digo: “tu alivio viene, sólo míralo porque tu alivio ya viene, y
lo que tú creas hoy, lo darás a luz en el futuro. Comienza a coser, comienza a
tejer palabras de fe, porque lo que has creído en tu corazón lo vas a ver en tus
ojos. ”
En Buenos Aires, una persona estaba diciendo en su corazón: “Señor,
quiero tener una casa, necesito y quiero tener una casa. De pronto oyó en su
interior una voz que le decía: “…dibuja la casa que quieres”. Y ella
obedeció.
No era una experta, preguntándose de donde había venido esa palabra,
ella sólo creyó en esa voz y la dibujó. Luego empezó a declarar sobre ese
dibujo: “Señor, gracias porque yo creo que tú me hablaste y sé que voy a tener
esta casa”. Pasaron unos meses y se le liberaron finanzas de una manera
sobrenatural y el día que compró la casa, se acordó del dibujo. Buscó en su
cartera y al ver el dibujo comprobó que la casa comprada era exactamente igual
a la que había dibujado.
Mira hacia delante, porque cuando estás entusiasmado tienes una nueva
visión de la vida. Comienza a declarar que lo mejor está delante de ti.
El Entusiasmo Te Aleja De Algunas Personas
Tengo que ser honesto contigo, todo en la vida tiene un precio. Por eso
te advierto que el entusiasmo va a separarte de toda la gente negativa,
pesimista, la que siempre nivela hacia abajo, la que siempre ve el vaso medio
vacío, la que le busca las cinco patas al gato, encuentra defectos de todo tipo y
en todas partes y tienen un discurso negativo.
Son personas que han perdido la habilidad de ver las cosas buenas y no
pueden tener entusiasmo.
De todos modos, la idea no es que tú te separes de personas sino que
lleves a otros a “entheos”, a estar con Dios, esa es la idea.
No puedes estar toda la vida nutriéndote de personas sin desafíos. No
puedes estar cerca de personas que no ven los problemas como su próxima
medalla. Porque los problemas en la vida no vienen para hundirte, sino que
vienen para levantarte a un nuevo nivel de vida, pero “entheos,” con Dios. Si tú
te llenas de entusiasmo, no te sorprendas, pues la gente negativa se apartará de
tu vida. Pero Dios va a estar a tu lado, porque si hay un socio entusiasta en esta
vida, ése es Dios, ¡ÉL VIVE ENTUSIASMADO!
Por eso, cuando vives con Dios, ves que todos los problemas ocultan del
otro lado una oportunidad. O te quedas mirando el problema o logras descubrir
que atrás del problema que hoy abrazas, hay una oportunidad para ti. Y si los
problemas que tienes, te hicieron llegar al punto de querer ser parte de esta
nueva generación que estamos construyendo, entonces cumplieron su
cometido. Ya has empezado a ver por encima de los problemas, y te aseguro
que es necesaria una cuota especial de entusiasmo para ver las oportunidades
por encima de los problemas.
Los problemas ocultan del otro lado una oportunidad.
Paso a hacer contigo una reflexión, el oro no tiene valor en las minas,
sólo lo adquiere cuando lo extraes. ¡Tú eres una mina de oro!
No sé qué te habrán dicho tus padres o tus maestros, no importa ni te
hagas más problemas, no eres ni serás el único; para los especialistas de la
época L. Van Beethoven no calificaba para músico.
Ahora lo importante es que sepas qué hacer con todo lo que has leído
hasta este momento.
Puedes tomar ese diagnóstico que te dio el médico y darle la razón, pero
también puedes creer que el Dios del cielo puede permitir que sigas viviendo
en esta tierra.
De cualquier manera… tienes razón. Tú determinas qué quieres.
Entusiasmo No Es Posición Es “Disposición”
El nivel de entusiasmo genético es muy relativo, el verdadero
entusiasmo se adquiere. Nada expone más a una persona que las crisis, porque
en esos momentos sabe lo que tiene adentro.
Los problemas no te hunden, ni te levantan sólo revelan lo que hay
dentro de ti. Un mismo problema hace que una persona se engrandezca y
muestre su madurez, en cambio, en otra, hace que vocifere y hasta niegue a
Dios; de todos modos, quedas expuesto al escrutinio público por la forma en
que resuelves los problemas.
Winston Churchill, el primer ministro británico durante la segunda
guerra mundial, dijo: “el éxito es fracaso tras fracaso, sin perder el
entusiasmo”.
Éxito es prueba-error, prueba-error, por eso las estadísticas dicen que por
cada éxito tiene que haber al menos nueve veces en que no ha funcionado. El
problema es que no hemos sido preparados para equivocarnos, o para tener
errores. Y puede verse en la práctica. En el fútbol, hay muchos jugadores, a
quienes se los llama “goleadores” pero en algunos partidos los vemos más de
diez veces llegar, sin logra hacer un gol. Eso no los descalifica como
goleadores, porque la idea no es llegar y hacer todos los goles, sino que no
deben dejar de llegar, porque se han preparado para eso.
Es decir, que al final con Dios se llega, y tú también llegarás.
Después de la segunda guerra mundial, cuando cayó la bomba en
Hiroshima y Nagasaki, Japón se levantó y resurgió como una flor. Su
renacimiento dio origen a la calidad total. Aparecieron consignas tales como:
“Tú puedes hacerlo mejor de cómo está.” Y se habló del milagro de Japón,
convirtiéndose en potencia mundial. Pero - actualmente - cuando un japonés no
puede entrar a la universidad cae en depresión, intenta suicidarse o
directamente se suicida, y esto sucede porque no le enseñaron a fracasar, no
fueron preparados para lo que no funciona.
Y eso no es bueno. El fracaso no es el fin, es sólo parte del camino al
éxito en tu vida y en la mía.
En la vida hay que aprender que hay cosas que no funcionan, pero eso no
significa que nunca van a funcionar. Y esa cuota te la da la Fe en Dios.
El entusiasmo es catalizador del nuevo potencial, de los nuevos
proyectos y de los nuevos recursos.
Cuando estás entusiasmado, la edad es sólo un número más en tu vida, y
si no recuerda a Sara que tuvo un hijo a los noventa años.
Es bien cierto que la canción latina ha sido: “no sé, no puedo, no tengo,”
y si quieres comprobarlo propone una idea a uno de tus amigos que no tiene
entusiasmo y te dirá que “él no puede”.
Pero la canción de un entusiasta es: “Sí sé; Sí puedo y Sí tengo.”
Dios Quiere Romper Esta Maldición
Tú no puedes alcanzar logros si tu corazón es más pesado que tus cargas.
La vida de éxito no es para los que tienen un corazón negativo. Los problemas
son parte del proceso, calientan tu vida para que Dios forje un nuevo ser en ti.
Como sucede con el hierro que no puede ser golpeado en frío.
No olvides que los entusiastas son la luz del mundo, pero la luz sólo
aparece cuando pulsas el interruptor, entonces necesitamos ser encendidos para
que la luz se manifieste. Las fobias están en todos lados, pero cuando venga a ti
un problema, Dios te habrá facultado para saber salir de él.
Por eso no temas a los riesgos. Todo tiene riesgos en la vida, no trates de
evitarlos:
Si ríes, corres el riesgo de que se burlen de ti.
Si lloras, corres el riesgo de que te tilden de “emotivo”,
Si te pones nervioso, corres el riesgo de ser rechazado.
Si ayudas a alguien, corres el riesgo de que te involucren.
Si estás vivo, corres el riego de morirte,
La seguridad es un mito
Riesgo puede haber cuando, lo que más amas está expuesto a un peligro
o amenaza, pero no puedes quedarte quieto porque Dios se mueve con lo que
se mueve. Es mejor fracasar intentando hacer algo que tener éxito sin hacer
nada. Pedro - en la barca - fue el único que se arriesgó.
Por último: nada debe cambiar a tu alrededor, todo debe cambiar adentro
tuyo. ¡Saca ese espíritu pesimista!
Los sueños que tienes adentro tuyo no te los puso ningún maestro, los ha
sembrado Dios y si Él los puso son viables, son factibles.
Atrévete a creer y también a creerle… porque si dices que puedes,
puedes; si dice que no puedes, no puedes. En ambos casos, tienes razón.
&&&&&&&
Capítulo 2
Tu Enemigo Está Donde Tú Lo Percibes
Seguramente, ya estás un poco más entusiasmado para seguir
recorriendo junto conmigo este camino que te conduce, indefectiblemente, de
las tinieblas a la luz.
Y como estamos en la etapa de vivir la vida de una manera diferente,
quiero comenzar diciéndote que hay dos formas de enfrentarnos a nuestro
pasado. Una, es volver al pasado para llenar tu corazón de dolor y de tristeza, y
otra muy distinta, es volver al pasado cuando ya has comenzado a vivir con
Dios en tu vida, porque en este último caso, tu regreso al pasado será para no
repetir los mismo errores. Cuando lo logras puedes cambiar tu vida, entonces
verás que también podrás cambiar la de tu familia. Y te digo aún más:
Un hombre cambiado puede cambiar una familia.
Una familia cambiada, puede cambiar un barrio.
Un barrio cambiado puede cambiar una ciudad.
Una ciudad cambiada puede cambiar una provincia.
Una provincia cambiada puede cambiar una nación.
Una nación cambiada puede cambiar el rumbo de un continente.
Esa es la razón por la que estamos tan comprometidos con esta visión. Si
algo puede suceder en nosotros, va a suceder a nuestro alrededor.
Nos hemos propuesto sembrar semillas que nos hagan creer y tener la fe
y la esperanza en el lugar correcto.
Por La Fe
En la Biblia hay un libro, en el Nuevo Testamento, cuyo título es
“Hebreos”. Se lo conoce también como el capítulo de la fe, porque todos los
hombres y mujeres que ahí se mencionan, pudieron - a través de la fe -
traspasar umbrales de desilusión, de dolor, de enfermedades y de muerte, es
decir, pudieron vencer todos los enemigos con los que todo ser humano se
enfrenta alguna vez en su vida.
Leemos en Hebreos, capítulo 11:23 al 27.
“Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por
tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del
rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que
gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios: porque
tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no
temiendo la ira del rey: porque se sostuvo como viendo al Invisible.”
Seguramente tú, como tantos otros, habrás visto esa película titulada
“Los Diez Mandamientos” que relata la vida de Moisés, ese hombre a quien
Dios usó de manera sobrenatural para que sacara a todo el pueblo de Israel,
sometido a la esclavitud por una nación poderosa de la época, como lo era
Egipto.
No voy a detenerme en la historia de estos pueblos, porque lo que quiero
es extraer o rescatar principios que nos motiven a la vida.
Si vuelvo al párrafo consignado al inicio, destaco en él tres palabras: “fe,
temiendo e invisible”, y también una expresión clave que deberás grabar en tu
mente a través de las próximas páginas, cuando dice que ese hombre “se
sostuvo como viendo lo Invisible”.
El Manual Del Fabricante
Erróneamente, para mucha gente, la Biblia es un libro religioso. Se trata
de uno de los tantos paradigmas “comprados” por muchas personas en el
mundo.
En realidad, no es así, porque, la Biblia, en ningún momento trata de
venderte una religión, sólo te muestra experiencias de hombres y de mujeres
que a través de mil quinientos años – tiempo en el que fue escrita – pudieron
entender que “no todo estaba perdido”.
Si tuviera que darte mi definición de la Biblia, usaría este ejemplo:
Supongamos que has comprado un automóvil cero kilómetro y cuando te lo
entregan, entre todas las cosas que te harán falta para conducirlo y para su
mantenimiento, te dan el “manual del fabricante”. Es decir, que cuando llegas a
tu casa a través de su lectura podrás saber cómo se usa cada cosa y para qué
sirven cada una de las partes o accesorios que tiene tu auto nuevo. Tan
importante es este manual que cuando compras un auto usado si el dueño lo
tiene, te lo entrega como un bien preciado, porque ese libro te sacará de
muchos apuros en el caso de que algo se descomponga o se rompa. Pues bien,
cuando un niño nace, además del pan debajo de un brazo, debería traer una
Biblia debajo del otro.
Verás que en la misma Biblia dice que en los tiempos antiguos Dios
recomendaba que a los niños se les enseñara Su palabra de día y de noche.
¿Quieres vivir en una nación próspera? ¿Quieres tener una familia
próspera en todos los aspectos que te imagines? Pues bien, dice la Biblia al
respecto, que deberíamos escribir los versículos en las paredes para que cuando
nuestros hijos se levanten a la mañana, una y otra vez recuerden las consignas
que escribió Dios para cada día.
La Biblia no es un libro de religión. Le han puesto tapas negras y/o rojas,
algunos le agregaron dibujos y mapas, pero no tiene nada que ver con ninguna
religión, porque la Biblia es el manual que fue escrito para que tú y yo
funcionemos al mejor y al máximo nivel; para que sepas que cada cosa que hay
en tu vida tiene una razón de ser: tu boca, tus manos, tus ojos, tus orejas, tu
cerebro; cada célula de tu cuerpo fue puesta conforme a un diseño divino y si
aprendes a conectarte correctamente con ella, sabrás que todas y cada una de
las cosas escritas están ahí para que tu vida funcione mejor.
Así que, ya deberías estar pensando en conseguirte un ejemplar, que
puede ser nuevo o usado, no importa, porque su texto, como te dije, tiene mil
quinientos años y así como le funcionó a Moisés y a mí, también te servirá a ti.
Es un libro clave, y deberías hacer que él conduzca, de ahora en más, tus pasos
por la vida. Debemos usarlo permanentemente.
Durante muchos años, he entendido y me he dado cuenta a través de sus
páginas, que la situación por la que estaba atravesando no era la única, porque
ya - antes - otros la habían padecido. Tampoco hay diferencias con otros
tiempos en los que el Hombre, también, determinaba su futuro según decidiera
vivir con o sin Dios.
El Miedo Está Donde Tú Lo Percibes
Voy a compartirte una experiencia personal para ser más ilustrativo.
Por razones laborales, paso mucho tiempo viajando en avión. Esto, a
veces, hace que haga largas esperas (de ocho a más horas) en distintos
aeropuertos y como he aprendido a aprovechar cada minuto de mi vida, me
dedico a observar el comportamiento de las personas que están a mí alrededor.
En realidad, como nadie informa por qué un vuelo no sale, durante ese
tiempo me entretengo mirando qué hacen los otros. Fue la forma de sacarle un
rédito a un tiempo que no estaba dispuesto a perder. Y como aún falta mucho
para tener mi avión privado, me dedico a “aprender” del comportamiento de
otras personas. Así que paso a relatarte algunas de mis observaciones.
Hay personas que están contentas porque van a viajar, pero la alegría se
les pasa cuando llegan al aeropuerto, porque en ese momento comienzan a
ponerse nerviosas por distintos motivos:
porque tienen que esperar en fila,
porque la fila es muy larga y no quieren estar parados,
porque aunque cada uno tenga su lugar asignado al momento de
ingresar al avión, todos están apurados por sentarse, sin pensar que el
avión no va a despegar hasta que todo el pasaje esté perfectamente
acomodado.
Mientras observas la fila descubres al que viaja por primera vez y al que
ya “tiene varias millas” en su haber. Ya adentro el panorama se hace más
interesante, y voy a dar varios ejemplos, para los que próximamente se vayan
de vacaciones en avión:
Puedes ver a una mujer ingresando con un sin fin de bolsas, y aquí uno
se pregunta: ¿tendrá solamente cinco dedos en cada mano? Y cuando va por el
pasillo, buscando su asiento, me corro un poco hacia adentro para evitar que
me despeinen, que me enganchen la ropa o que la ensucien…algo que a veces,
también sucede cuando las azafatas sirven los refrigerios.
Cuando ingresa la tripulación del avión, los ves a todos muy tranquilos y
sonrientes, pues para ellos es un viaje más y parte de un día de trabajo.
A veces sube un contingente de adolescentes que se van de vacaciones,
ellos gritan, cantan, se tiran cosas, juegan y se divierten.
Y cuando la azafata, finalmente, anuncia el inicio del vuelo aparecen
otros personajes de la vida real. El que no viajó nunca, que no falta en ningún
vuelo, y se toma de los apoyabrazos, como si creyera que puede sostener al
avión en caso de emergencias. Hay otra clase de novato, y es el que se dirige a
la azafata diciéndole que se siente mal, y en ese caso ella muy gentilmente le
da una píldora con agua, que lo calma.
También puede haber una pareja de novios o recién casados, que -
generalmente - no se enteran cuando despega o aterriza el avión, o si hay
turbulencia o el refrigerio tarda demasiado. Están los que llevan una radio, el
diario, una revista de crucigramas o cualquier otro entretenimiento.
Y por último están los que – como yo – se duermen. Después de haber
hecho mis habituales observaciones, y cuando el avión ya llegó a su altura
crucero, reclino el asiento, me abrocho el cinturón de seguridad y si mi destino
es Lima, digo: “Señor, nos vemos en Lima o en tu presencia”… y me duermo.
Sucede que cuando vas a diez mil metros de altura y volando a
novecientos kilómetros por hora, no puedes ir nervioso, pues si el avión se
cayera, ¡no habría tiempo ni para contarlo!
Entonces, ahora volvemos a nuestro tema central: si todos van en el
mismo avión, y unos duermen, otros sufren, otros toman café, otros leen, otros
juegan y otros se besan… ¿Por qué unos disfrutan y otros no?
Porque depende de qué manera, unos y otros perciben el peligro.
Cada persona le asigna al peligro un valor diferente.
Por lo tanto, todo depende hacia donde fuiste orientado para enfrentar las
distintas situaciones de la vida.
Hay un caso periodístico que relata que había dos hermanos cuya mamá
se había dedicado a ejercer la profesión más antigua del mundo, la prostitución.
El padre era un delincuente. Así fue, como estos niños se criaron entre
albergues y reformatorios. A los doce años fueron asignados a distintas
familias. Lo curioso es que uno de ellos se hizo delincuente, y a los veinticinco
años, la mitad de su vida había transcurrido en la cárcel. Además, ya estaba
condenado a cadena perpetua por todos los delitos cometidos. El otro – a la
misma edad – era un empresario en la industria de la construcción. Esto llamó
la atención de un periodista y decidió entrevistar a los hermanos. Primero fue a
ver al que estaba en la cárcel y le preguntó por qué había decidido tomar ese
camino. Y el joven le respondió: “Con el padre y la madre que tuve, ¿qué otra
cosa podía ser yo?” Fue a ver al otro hermano, quien estaba sentado en una
oficina, manejando su empresa y le hizo la misma pregunta: - “¿Qué fue lo que
te llevó a dedicarte a esto y a prosperar…?”- Y el joven empresario, le
respondió: - “Con la mamá y el papá que tuve, ¿qué quería que hiciera?”-
Por eso “tus enemigos están donde tú los percibes.”
¿Por qué crees que Moisés salió de Egipto sin tenerle miedo al rey?
Porque cuando ¡tú no sabes que el miedo existe, no tienes miedo! Y es por
eso que Moisés caminó y “se sostuvo como viendo lo Invisible”. Es decir que
si tú nunca te enteras de que hay un decreto en tu contra, seguramente no
tendrás miedo. Vas a comenzar a huir de la ley, cuando sepas que te están
persiguiendo. Por eso, cuando digo que tú diseñas tu futuro, estoy queriendo
significar que eso tiene que ver con la manera en la que tú has sido instruido en
tu vida.
El pasaje del libro de “Hebreos” que leímos, dice también que “Moisés
por la fe dejó Egipto, no temiendo…” Y ahora te voy a dar una cualidad de la
fe:
La fe nunca te hace ver el problema, la fe siempre te hace ver la
solución.
La fe nunca nos deja viendo el problema, sino que nos hace ver la salida.
Cuando Dios te imparte fe y tú crees - verdaderamente - que Dios está en el
control, nunca vas a quedar atrapado en las circunstancias difíciles.
Por eso el Hombre debe conectarse con su Creador, con quien es el
verdadero autor de su vida.
Y por si no lo sabes, quiero que te enteres que tú no eres fruto de la
ocurrencia de tu papá y de tu mamá, ellos sólo hicieron un aporte que les llevó
minutos. Tú eres demasiado perfecto y demasiado complejo para que te hayan
fabricado en unos pocos minutos, en realidad, en ti hubo una intervención
extraordinaria y divina.
Y ahora, seguramente, me dirías: - “…pero si yo no tuve una buena vida,
no tuve un buen pasado, nací en un hogar en el que todo faltaba, tuve que
luchar y luchar para conseguir lo poco que he logrado…-”
Voy a decirte algo que te va a ayudar mucho, voy a darte una buena
noticia, pues más allá de las circunstancias por las cuales llegaste hasta acá:
¡arribaste a esta tierra, y Dios te tiene con vida porque tiene para ti algo
maravilloso! Por eso Dios quiere que te conectes con la fe.
Por ejemplo, estoy absolutamente seguro de que cuando llegues a la
última página de este libro estarás ¡real y totalmente motivado! Eso se llama fe.
La fe me hace ver todo lo glorioso que hay en ti.
Dios puede darle a una persona el don de la música, y sin embargo esa
persona es sorda. Es el caso de Ludwig Van Beethoven, el gran músico
alemán. Y de esto que parece un chiste, puedes sacar dos conclusiones: Dios se
está riendo de nosotros, o Dios nos quiere dar una enseñanza.
Tú puedes estar demasiado limitado en la vida, mirando tu circunstancia
presente y buscando una excusa para no ser lo que Dios quiere que seas. O
bien, a partir de este preciso momento, puedes darte cuenta de que puedes
conectarte con la fe, y si puedes conectarte con ella entonces podrás hacerlo
con todo lo que Dios tiene para ti. Es decir, que el viaje es el mismo, todos
vamos en el mismo vuelo y adentro del mismo avión, pero…
Unos están disfrutando.
Otros festejan porque están vivos.
Habrá algunos que ni se dan cuenta por dónde andan.
Y habrá alguno pensando que, como el avión se puede caer en
cualquier momento, está muy próximo a morir.
Ya ves, tu enemigo siempre está donde tú lo percibes. Pero si lo
ignoras, la amenaza ya no existe
Entonces, a aquel que, por miedo, se toma del asiento del avión
pensando que de esa manera lo “sostiene”, le diría que no trate de sostenerlo,
porque el avión es mucho más grande que él.
A ti te digo: - “No luches con la vida, sólo identifica adónde están tus
enemigos y camina tranquilo, porque la vida es el regalo de Dios para ti.”
Un avión puede fallar, pero la vida que Dios te ha dado no falla porque
Dios, es el Dios de la Vida, y quiere que la vivas como ÉL lo ha dispuesto.
En este mundo, hay miles de personas que no quieren ser ladrones, ni
traficantes de drogas, ni mercenarios. La tierra está poblada de gente como tú,
gente que estudia, que trabaja, que tiene planes para ganarle a la vida, para que
sus hijos sean hombres y mujeres de bien, y con esta clase de gente quiero
conectarme.
Cuando subo a un avión, sé que voy a llegar a un lugar en el que también
voy a encontrar a gente que quiere vivir bien, que no le apuesta al temor ni al
terror, y eso me motiva y alienta a continuar trabajando en esta visión. Por eso
voy a decirte algo muy importante para que nunca lo olvides y lo compartas
con otros:
Este mundo NO es así porque los malos se manifiestan; es así
porque los buenos están desmotivados.
Los desmotivados son los que salen por la mañana pensando que todo
está mal y estará peor, y que ya no vale la pena esforzarse porque nada se
puede cambiar, que está todo perdido ¡¡¡NO!!!
Y si tú estás leyendo este libro, entonces no eres de esa clase de
personas. Por eso, si alguna vez te escuchas a ti mismo decir esas expresiones,
¡cancela esas palabras!
¿Has visto que cuando cancelas un crédito, lo festejas? Pues bien, de la
misma manera di: “Cancelo de mi vida el temor, la desesperanza, y todo lo
negativo que hay sobre mi vida.”
Si te han dicho que porque todos tus antepasados se han muerto de
cáncer, tú también lo padecerás: ¡cancela esa palabra! Si le dices a tu hijo.
“¡ten cuidado al cruzar la calle! Eso está bien, pero si agregas: “no sea cosa que
te atropelle un auto…” Eso está mal, porque ya es temor. Y como no puedes
vivir así, tienes que decir: Cancelo todos los temores en mi vida, porque si
cancelo temores, desaparecen todos mis enemigos.
Porque los enemigos estás adonde tú TEMES que están
La Enfermedad Del Siglo
La enfermedad del siglo es el estrés, y nos pega a todos sin excepción.
Eso sí, cuando no sabíamos que existía nadie la tenía, pero como ahora
sabemos que existe, todos la padecemos. Es igual que con la estima.
Si le dices a alguien: “¡ten autoestima!”
Y te responde: “no tengo”
Seguramente le dirás: “¡entonces la tienes baja!”
Hay muchas personas que dicen: - “¡Hoy ando un tanto deprimido!”
Pues bien, la depresión empezó cuando alguien le puso un nombre a su
enemigo.
Hace un tiempo atrás, los argentinos decíamos: “¡ando loco, estoy
pasado de vueltas!” Ahora como tenemos más estatus, decimos: -“¡Estoy
estresado!”Y así elevamos el desempleo, el dólar, el riesgo país y el estatus de
todos nuestros enemigos.
El stress es una enfermedad psicológica, que destruye el cuerpo, la
capacidad creativa, la energía; por su causa hay muchísima gente enferma,
cantidades de licencias médicas, y gastos enormes para la atención de esa
dolencia.
El estrés viene por causa de los sistemas de trabajo imperantes (como los
de los supermercados, los paseos de compras, los centros de atención
telefónica, por dar algunos pocos ejemplos). Cuando llegas a tu empleo, a
nadie le importa si tienes un problema en tu casa, o con tu familia, porque
tienes que producir. La vida no se detiene porque tú tienes un problema. No
puedes caerte como un león herido, porque si te caes, alguien viene por detrás
y te devora.
El estrés te hace sentir que los problemas superaron tu capacidad para
solucionarlos. Comienzas a estresarte cuando declaras que “a ese problema, no
lo puedes solucionar.”
El estrés no tiene que ver con cansancio. El problema del cansancio lo
puedes solucionar con vacaciones. Después de un día de arduo trabajo,
durmiendo las horas necesarias, puedes reponerte.
En cambio, el estrés es esa enfermedad espiritual que aparece cuando te
dices a ti mismo y a quien quiera oírte, que has perdido la capacidad para
solucionar tal o cual problema en tu vida. Más aún, cuando a la primera
persona que encuentras le dices: -“Tengo algo y no sé que hacer con esto…”
Desde ese instante, pusiste en marcha un reloj que empieza a activar en ti, en
mí y en todos nosotros, algo que no debería suceder. Pero deseo que sepas que
en esta vida, hay personas que ya han aprendido a vivir, que ya han aprendido
de qué manera solucionar sus problemas, entonces, no puedes decir que porque
te pasó tal o cual cosa en el pasado no tienes remedio, o que para ti ya no hay
ninguna solución… ¡NO! Nunca digas eso, hay mucha gente que ha
experimentado lo mismo que tú y ha salido e incluso de algunas mucho peores.
Simplemente, tienes que dedicarle tiempo a esto que te estoy diciendo a través
de estas líneas, porque todo lo que hagas para tener una mejor calidad de vida,
te va a llevar un tiempo, tienes que leer esto una y otra vez, internalizando este
mensaje hasta que se grabe dentro tuyo y entonces, en poco tiempo más, podrás
decirle a otros:
“¡Realmente con el manual del fabricante, de mi Creador, todo cambió,
porque ¡ÉL sí sabe cómo debo funcionar!”
En la vida - algunas veces- nos sentimos como un ratón en las garras de
un gato; pero Dios nos dice que “de esas garras, también vamos a salir.”
Fuimos Creados Para Vivir Bien
¿Por qué, a veces, nos parece que la vida nos supera?
Y así empezamos a creer que Dios es injusto. Porque nos pasan cosas
que no entendemos, y miramos para todos lados buscando las respuestas, la
persona, la manera, o cualquier cosa que nos saque de esa situación. Pues bien,
esta es la motivación que nos lleva a luchar por una nueva generación de la que
tú formas parte. Quédate tranquilo, ninguno es mejor que tú o que yo,
simplemente sucede que algunas personas pasaron por la misma situación antes
que tú o yo, y pueden indicarte adónde está el camino, para que tu vida sea
diferente. Presta atención a las próximas palabras:
1.- La amenaza está donde tú la percibes.
El temor ingresa por los sentidos, por algo que viste o algo que oíste, por
eso cuando estás pasando por una circunstancia difícil, el Creador te dice: -
“¡Enfócate en mí!”
Tú buscaste un camino y una filosofía de vida. No te enfoques en lo que
te enseñaron tus padres, abuelos o maestros, porque todos los hombres somos
limitados. Hay cosas que vivieron nuestros abuelos que a nosotros ya no nos
funcionan, por eso Dios te dice: -“¡céntrate en mí!”-
Es cierto, que a veces nos parece que todo el mundo se nos escapa de las
manos: ya no puedes controlar lo que te dijo el médico, no puedes controlar tu
economía, a tus hijos, o tu empleo. Por lo tanto, cuando tu mundo se sale de
control, el Cielo escribe una frase para ti: -“¡Quiero recuperarte!” No
importa cuántos años tengas, ¿veinte, cincuenta, ochenta? No importa, porque
Dios te dice: -¡”Ya es hora, quiero recuperarte!”
2.- Lo que produce el desgaste, o el estrés, no son los sucesos que te
acontecen sino cómo tú miras y percibes esos sucesos.
Atesora esta palabra en tu mente y en lo más profundo de tu corazón, tu
problema no es el problema en sí mismo, sino cómo tú miras ese problema, y
la importancia que le asignas. Por eso cuando vienes al Señor, más que un
cambio de vida es un “cambio de percepción de la vida.”
Tu problema no es el problema en sí mismo, sino cómo tú miras a
ese problema, y la importancia que le das.
Y para ser más ilustrativo, paso a relatar un testimonio familiar. Hace
años atrás a mi madre le entregaron a una de mis hermanas, muerta; pero
muerta con certificado de defunción y todo, porque hacía cinco horas que había
fallecido. Y cuando esto sucede, mi madre podía optar por cualquiera de estos
dos caminos:
Prepararse para ir al cementerio, o
ver el problema desde otra óptica.
Entonces, mi mamá se acordó de uno de mis tíos. Un hombre que
siempre caminó en su vida por fe, él creía que Dios podía cambiarlo todo. Así
fue que mi tío tomó a mi hermana de las manos y dijo: -“¡Señor, tú eres el
Dios de la vida, tú puedes darle vida!”- ¡Y mi hermana después de estar cinco
horas muerta, resucitó!
El libro de “Hebreos” dice en el capítulo 11:35:“Las mujeres recibieron
sus muertos mediante resurrección;” lo que significa que esas mujeres cuando
recibían a sus maridos muertos expresaban: “mi marido está muerto pero yo he
creído en un Dios que algún día lo va a resucitar…” Por eso, lo importante no
es el problema, sino el valor que tú le asignas al problema. Hay personas que
tienen un problema y le asignan tanto valor que caen en estrés y en depresión,
y eso les pasa porque su problema tiene un valor asignado incorrecto.
Hubo un congreso de mujeres que se denominó “Mujeres en Acción”, al
que concurrieron alrededor de cincuenta, todas con ansias de demostrar su
valentía y su peso específico. Se hizo en un salón importante pero en la planta
baja había una panadería. Lo gracioso fue que - de pronto- ingresó el
organizador para avisarles que un ratón pasó de la panadería al salón donde
ellas estaban reunidas. ¿Te imaginas el cuadro? Porque ante la visita del ratón
terminaron todas gritando y paradas encima de las sillas. ¡Bravísimas las
mujeres en acción!
Sinceramente, si huyes de un ratón ¿cómo vas a poder cambiar el
mundo? ¿Qué les podía hacer el ratón? Si era uno contra todas. Además, si el
pobre ratón se topaba con uno de esos tacos que tienen los zapatos femeninos,
seguramente él hubiera tenido un ataque de estrés.
Es decir, que las mujeres se asustaron del ratón por el valor asignado que
tenía.
3. Lo que nos desgasta es el valor asignado al problema, no son los
acontecimientos ni las experiencias de la vida.
Tenemos que entender por qué cuando Dios le habla al Hombre, le dice:
-“¡Céntrate en mí, yo manejo el avión, yo soy tu piloto en la vida!” Y tú
estarás pensando ¡qué fácil es decirlo!, pero si lo oyes una vez, y dos, y tres o
más, entonces verás que tu problema no es el problema, sino que el verdadero
problema, es la forma en la que a ti y a mí, nos enseñaron a enfrentar los
problemas.
4.- Centrarse en Él.
En toda la Biblia dice que cuando te encuentras con el Señor, lo primero
que te dice es que te centres en ÉL, que medites en su palabra, que hables la
palabra, que no dejes que nada te distraiga de la palabra. Incluso en el Antiguo
Testamento dice que debes escribirlo en las paredes, en los dinteles de la casa
y meditar en ella de día y de noche. Y esto significa que, debemos inclinar
nuestro oído a las razones del Señor, y guardarlas en el corazón, repetirlas
permanentemente y meditarlas.
5.- ¡Si pudieras desenfocarte del problema y centrarte en Dios!
Si pudieras centrarte en la solución, y en la fe, tu estrés y tu angustia
desaparecerían rápidamente. Deberías empezar a declarar con tu propia boca
estas palabras: - “Si el problema no es el problema, entonces yo quiero saber
más de esto y sé que Dios podrá sacarme de esta situación, porque yo camino
sin ver la solución, pero camino como viendo al Invisible y aunque yo no
pueda ver a Dios, sé que si yo creo, ÉL intervendrá en mi vida.” -
Todos, libramos alguna batalla diariamente, y de pronto nos
escuchamos, diciendo:
El diagnóstico médico es malo…
Creo me voy a enfermar, y a lo mejor es grave…
Voy a perder el juicio y mi casa…
Estoy cansado de buscar trabajo y no encontrarlo…
Y como comienzas a percibir una amenaza, eso te hace daño. Pero Dios
te da un mecanismo, puesto a través del Espíritu Santo, con el cual puedes
cancelar esas palabras, esos temores, esos miedos y comienzas a decir: -“¡No!
Dios es poderoso, Dios tiene una hermosa familia para mí, tengo muchas
razones para vivir.”- Y en esa batalla interior comienzas a vencer a la amenaza
y ésta desaparece, es entonces cuando sientes un alivio.
La palabra “estrés” no aparece en la Biblia pero encontramos otra que
muy bien puede compararse con ella y es “ansiedad”. Los síntomas y las
consecuencias son casi los mismos. Por eso, comienza a practicar esto desde
ahora, cancela toda palabra de miedo o temor en tu vida porque te va a ir bien
si aprendes a oír a tu Creador.
Cualquier circunstancia en tu vida que parezca que no tiene solución,
debes cancelarla. El Apóstol Pablo, quien escribiera gran parte de los libros
que componen el Nuevo Testamento, estuvo en cárceles, enfermo, solo en una
isla, picado por serpientes venenosas, perseguido y, sin embargo, él dijo:
“¡Todo lo puedo en Dios que me da las fuerzas!”
Testimonio De Un Misionero
David Livington fue uno de los grandes misioneros que fueron a
evangelizar el África, durante el siglo pasado, y su misión era decirles a los
habitantes de ese continente tan castigado, que el mundo tenía una esperanza si
el Hombre volvía a su Creador.
Livington escribió un libro en el que cuenta una experiencia que tuvo
con la fe, y dice que un día en la selva, un león le salió al paso, se abalanzó
sobre él y lo tenía agarrado de tal manera que no podía moverse. Sentía el
rugido de la fiera en su oído, y el pánico lo paralizaba, pero al darse cuenta de
que nada podía hacer, dijo: -“Señor, si éste es mi fin todo está bien.” Y un
momento después, el león – milagrosamente - lo soltó y huyó despavorido, con
lo cual, después que reaccionó, se acomodó la ropa y pudo continuar su
camino. A raíz de esta experiencia de vida, escribe un libro y dice: “descubrí
que en el umbral de la muerte, cuando estás frente a algo que no puedes controlar, Dios te provee de fuerzas para soportarlo.” Y así fue que escribió
esta frase que me parece oportuno consignar acá: “Señor, dame fuerzas para
soportar lo que no puedo cambiar y dame sabiduría para vencer todo aquello
que puedo vencer.”
Esta es la oración que todo hombre y toda mujer deben hacer si quieren
estar en esta vida motivados y si están dispuestos a cambiar lo que sí pueden
cambiar.
La Biblia dice “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Los seres humanos le tenemos miedo a todo, a la enfermedad, a la vejez,
a la familia, a la soledad, a los desastres climáticos, a los ratones… hasta
tenemos miedo del miedo. Por eso, lo más sabio que podemos hacer es
centrarnos en Dios, centrarnos en su palabra y es allí donde el temor
desaparece.
Lo que te destruye o minan tu existencia NO son los problemas, no son
las experiencias ni los eventos de la vida, es el valor que le estás dando a cada
problema y cómo los ves. Además, ¡con fe todo es posible!
Pero la fe no la puedes comprar como una pastilla, tampoco te la puede
transmitir otra persona. La fe es intransferible, es una decisión que tomas. Y
sólo así podrás ver, que hay una vida mejor. Por eso es necesario que te
conectes con esta palabra, que la leas, la oigas y la guardes en tu corazón,
porque ¡quiero que te funcione! Y luego que te funcione, podrás caminar a
otro nivel de vida, porque esto ¡realmente funciona!
Historias De La Biblia
Cuando ya tengas tu ejemplar y la leas, verás que está llena de historias
de hombres como José, Gedeón, Josué y el mismo Moisés, que cuando salía de
Egipto con el pueblo judío, rumbo a la tierra prometida, Dios lo vio y le
preguntó:
- ¿Moisés por qué estás tan nervioso?
Y éste respondió: - “…es que ahí está el mar”.
Y Dios le dijo: - “lo vamos abrir… ¿cuál es tu problema? Y como
Moisés no respondió, Dios agregó: - “Moisés, tu problema no es el mar, tu
problema es que le asignas demasiada importancia al mar.”
¿Qué te parece caminar, todos los días de tu vida, con un Dios así a tu
lado?
Siempre digo que podría escribir una enciclopedia con las expresiones
que escucho de la gente que asiste a algunas de las conferencias que damos. Y
paso a darte, sólo unos pocos ejemplos:
Lo voy a tener en cuenta en alguna otra oportunidad.
Lo estoy pensando, quizás un día de éstos lo haga.
Estuvo bien, pero gracias, yo ya tengo mi religión.
No me parece mal, pero he probado tantas cosas…
Son todas expresiones con derechos, porque en todos los casos…“tienen
razón.”
Recuerdo que cuando era chico compraba unas carpetas que se llamaban
“Atlas” y en ellas podía verse a un hombre con el mundo a cuestas. Iba
encorvado con el globo a sus espaldas. Pues así veo a la gente cuando dice
que… “lo va a pensar.” Y siento deseos de decirle: “baja el mundo de tus
hombros, porque no fuiste creado para llevar el peso de religiones o doctrinas,
sino que lo fuiste para mirar a Dios, para vivir con Él. Por eso, no creas que
quiero dejarte otro peso, lo que te estoy proponiendo es un desafío.
Tu problema puede convertirse en tu camino a la tumba o en una
medalla que colgarás en tu cuello, y eso sólo depende de la manera en que tú
mires el problema.
Si alguna vez has dicho que “tienes un mar de cosas para hacer”. El
Señor te dice, que tienes dos opciones: - “¡O te ahogas o te lo abro!
Le pasó a Moisés, que cuando dio el primer paso, las aguas se abrieron.
Tu problema puede convertirse en tu camino a la tumba o en una
medalla que colgarás en tu cuello
Un Experimento Ilustrativo
Supongamos que estuviera rodeado de un grupo de personas en cuyas
manos hubiera entrelazado cables eléctricos conectados a una central. Si les
advirtiera que mientras les hablo, podrían – sin previo aviso – recibir una
pequeña carga que los haría temblar por un momento. ¿Me escucharían?
Seguramente no. Porque toda su atención estaría centrada en esperar el
momento de la descarga. Sería diferente, si yo les avisara dos segundos antes
que sucediera, porque el desgaste y el sufrimiento serían menores.
A veces debemos enfrentarnos a algo que se viene, y la espera es lo que
más desgasta. También puede suceder que la crisis pase de largo, sin embargo,
aunque pasó, estamos mal por ese período previo de incertidumbre y temores.
Con Dios es diferente, porque ÉL te dice: -“¡Tranquilo, descansa
porque yo voy a estar contigo, no te voy a dejar solo…!”
Moisés se sostuvo porque no se enfocó en el problema, sino en la
solución. Porque cuando tú te mueves en la dirección correcta y comienzas a
dar los pasos correctos, a medida que avanzas, tu camino se va allanando para
que termines siendo la persona que Dios quiere que seas.
Quiero que sepas, porque yo también lo aprendí, que cuando tú te
conectas con la fe, te haces acreedor de esta palabra para tu vida:
Nada va a pasar en tu vida que no esté bajo el control de Dios.
En ese manual del fabricante, llamado la Biblia, Dios te dice: -“¡Nunca
podrás pasar por algo para lo que yo no te haya preparado previamente.
Porque sólo así podrás pasarlo!”
Y si bien hubo gente que por sus problemas terminaron en suicidio,
destruyendo sus vidas y las de su familia - observando sus vidas - vemos que
esos sucesos ocurrieron porque tenían puestos sus ojos en el punto incorrecto.
Porque tu enemigo está adonde tú miras y percibes que él está.
Céntrate En Tu Próxima Conquista
Céntrate en tu próxima conquista o puedes continuar esperando la
próxima derrota, tú eliges, pero no importa cuál de ellas esperes, pues toda
conquista o derrota en tu vida, comienza en la mente. Todas las batallas se
ganan o se pierden, primero en el corazón y luego en los campos de batalla.
En la vida puedes hacer un buen o un mal negocio, y como todo
comienza en la cabeza, primero ganas o pierdes adentro tuyo y luego en el
escenario.
Primero pierdes o ganas en el espíritu, y luego será en la vida, en el
trabajo, en tu profesión. Eres vencedor o perdedor dentro de ti
¿Quieres saber adónde está tu próxima victoria en la vida? ¿Quieres que
te diga cual será tu próxima derrota?
No importan las circunstancias de la vida que te quieran abrumar, sólo
oye lo que hablas. Dile a alguien que esté cerca de ti, que grabe durante unas
horas lo que dices y luego oye cómo hablas. Y verás que no necesitas de
ningún mal horóscopo. Tú te lo fabricas solo.
Cuando hablas con una persona, inmediatamente, te das cuenta si le va
bien o mal en la vida, porque sólo con escucharlo hablar te das cuenta de que
tiene una mentalidad perdedora, no importa lo que haga, ya perdió.
En cambio, cuando te enfrentas a una persona con mentalidad ganadora,
aunque no tenga un peso en el bolsillo y las circunstancias a su alrededor no
parezcan muy favorables, seguramente le va a ir bien, porque la primera batalla
la ganó dentro de sí mismo.
Ya te lo dije anteriormente, parafraseando a Henry Ford: “tú podrás o no
podrás, depende de ti, pero siempre tendrás razón.”
Hay un pasaje en la Biblia - en el libro de Romanos 8:28 - que dice:
“todas las cosas ayudan para bien a los que aman a Dios” y en esto tiene
mucho que ver tu actitud.
Siempre, las situaciones de la vida se ganan o se pierden dos a uno:
Por un lado lo tienes a Dios que te dice: -“Tú puedes porque para
eso he creado todo lo que tienes a tu alrededor”. Y así vas a poder
caminar hoy y todos los días de tu vida.
Por el otro, tienes el mal, las tinieblas, los que manejan las
circunstancias de la vida – las noticias en los diarios, la radio o la
televisión – que te dicen que no puedes, que cada vez estamos peor,
que eres hijo de las circunstancias, que estás signado por la mala
suerte, etc.
Hasta aquí vas uno a uno.
La diferencia estará adónde tú pongas esa palabra que Dios te da y ahí es
donde ganas, porque lo que determina tu vida es tu nivel de fe. Por eso Dios te
dice: -“¡Céntrate en mí!”
“Cuando una puerta se te cierra, es porque una más grande se te va
a abrir” y acuñé esta expresión a través de una experiencia propia. Una vez
golpeé una puerta, me atendió una mujer y cuando yo empecé a decirle el
motivo de mi visita dijo: - “¡Ah, sí!” Y sin más, me cerró la puerta. Pero para
mi sorpresa, la mujer me abrió el portón. En realidad, me invitó a ingresar con
mi auto. A partir de ese momento, pensé: “de ahora en más creeré, en la fe,
que cuando se cierra la puerta chica es porque entonces, se abrirá una más
grande.”
Nadie puede cerrarte las puertas. Pero esto no es magia, es un camino
que hay que recorrer y cuando comiences a transitarlo verás los resultados.
¿Sabes por qué te sientes mal cuando algo no te funciona? Porque no
fuiste creado para que te vaya mal, sino que fuiste creado a la imagen de Dios.
Comienza A Ver Los Problemas Como Un Desafío
Para algunos la crisis es una oportunidad para escalar a un nivel más
alto, para otros es una desgracia. Este último grupo lo forman aquellos que
siempre se preguntan por qué les tocó a ellos bailar con la más fea, y como
siempre se quejan, son personas que no tienen amigos, que están solos. Pero se
han quedado solos, simplemente, por hablar lo incorrecto.
Por eso, nunca confieses los problemas, no los hables. Eso debilita tu fe,
en cambio, cuando hablas de victoria, tu fe crece y se activa, te hace sentir
como un gigante invencible, porque Dios está contigo, y con ÉL no hay batalla
ni guerra que se pierda.
Hay muchas cosas que debemos corregir en nuestras vidas, tenemos que
cambiar algunas y superar otras, pero si no hacemos esos cambios entonces
todo seguirá igual.
No es bueno encerrarse cuando estás frente a una situación dificultosa,
porque encerrarte en el dolor y alejarte de los demás no es la solución. Los
tímidos, para tapar su timidez, se muestran agresivos y a veces les funciona,
pero al hacerlo continuamente, van determinando su carácter y se convierten en
algo que no son. Porque se puede manipular con el llanto, asumiendo el rol de
víctimas, tratando de que te compadezcan, pero nada de esto sirve.
Es cierto que hay personas que se burlan de los tímidos, de los apocados,
de los acomplejados, y se ríen de todos los que pueden, pero convirtiéndote
en agresivo no te liberas de esa situación de escarnio.
¿Por qué una persona tímida se convierte en agresiva? Simplemente
porque en un momento de su vida le sirvió como mecanismo de defensa; sin
embargo, desvirtuó su naturaleza y terminó siendo lo que no es.
También hay personas que tienen un concepto de autoridad dañado. Al
respecto dice la Biblia: “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”
Como consecuencia del sufrimiento hemos atado a nuestras vidas hábitos,
posturas frente a la adversidad, conductas equivocadas, formas de hablar que
sólo contribuyen a aumentar la desazón y la amargura. Por eso,
Dios tiene que procesarnos por su palabra, porque ésa es la única manera
de producir cambios y mejorar los resultados.
Y por último, un párrafo sobre los padres “golpeadores” que están tan de
moda. Cuando yo era niño, y todos los de mi generación también lo saben, era
muy común escuchar la siguiente frase en boca de nuestros progenitores:
“¡Ah, la letra con sangre entra!” Por eso, un chirlo en el momento justo
y apropiado, formaba parte de la disciplina. De todos modos, parece que les
dolía más a los padres que a los chicos. Muchos agradecieron a sus padres la
forma de corregir sus travesuras y andanzas, otros no tanto. Algunos, como yo,
estamos convencidos que nuestros padres no conocían psicólogos ni pedagogos
pero, reconocemos, que a pesar de la paliza, la corrección fue oportuna.
Es decir, tu problema no son ni fueron tus padres, tampoco tu marido o
tus hijos, ni siquiera tu país; tu problema es cuánto has creído de todo lo que te
han dicho y a lo que le has prestado atención.
Es posible que te hayan dicho: ¡eres un inútil! De ti depende si lo has
creído o no. Mi mamá siempre decía que yo sería un hombre de bien, pero
cuando me hacía el loco…mejor ni hablar. Y mi papá me dio con el cinturón
un par de veces y fue suficiente.
Hoy tenemos más madurez, sabemos que a nuestros hijos no los vamos a
guiar a golpes sino por las palabras que hablamos. Por eso, nunca le digas a tu
hijo: ¡maleducado! Porque tu hijo te dirá – y con toda razón – ¡“mal-
educador”!
Si me preguntas por qué tu hijo te ha salido fumador, es porque tú fumas
y tu hijo te cree todo. Porque todo lo que tú hablas, crea conceptos y también tú
eres hijo de un concepto. Los conceptos no son inocentes, crecen y de ahí
surgen los mecanismos de defensa que mencionamos.
Hay personas que ahuyentan a todos los que se acercan. Son los que se
quejan, los que se auto compadecen, los que dicen que no pueden invitar a
nadie porque el presupuesto no les alcanza… para tantos. Si creyeras, te
alcanzaría y aún te sobraría para recibir a esos y muchos más.
En mi casa siempre hay invitados, y algunos comen y toman más de lo
que tú te imaginas, pero nunca falta ni faltará porque en “mi casa hay un
ambiente de fe.”
Y no creas que existen hombres y mujeres perfectos, somos perfectibles,
porque aunque no podamos vivir todo lo que quisiéramos, sabemos que algún
día viviremos mejor que en el presente. Dios tiene una respuesta para todas las
situaciones que se nos presentan en la vida.
Con Dios es más fácil tener éxitos que fracasos, porque en la Biblia dice
que Dios trazará un camino delante de ti y hasta el más torpe caminará por él, es decir que, en la fe, esto sirve para todos. ¡Porque es imposible que
las cosas no cambien, cuando ves una luz de fe en tu vida!
Por eso he llegado hasta ti. Por eso hay gente que cree en esto, porque
esas personas también estuvieron sumergidas en el dolor y hoy apuestan para
que otros puedan ver esa misma Luz. ¿Puedes entender lo que es el amor?
El amor es haber pasado por el túnel de las tinieblas y, habiendo
aprendido, ayudar a otros para que nunca entren ni pasen por él; pero si están
transitándolo, entonces van a mostrarles la salida.
¡Es posible vivir en fe!
Durante estos veintiséis años de trayectoria, he visto hogares
restaurados; a personas con diagnósticos médicos irreversibles, rebosantes de
salud; a hombres y mujeres que pasaron por el túnel del dolor con grandes
tragedias en sus vidas, y en todos los casos se han levantado, haciendo de sus
paños de dolores, una plataforma para decir - desde ahí - que:
NO todo está dicho, si no le has permitido a Dios que hable en tu
vida.
&&&&&&&
Capítulo 3
La Costumbre:
Tu Gran Obstáculo Para El Cambio
En todos los seres humanos existe un gran poder. Potencialmente está
alojado en todas las personas, pero no todos hacen uso de él. La mayoría muere
sin haberse enterado que lo poseían desde su nacimiento. Esto se debe a que las
circunstancias de la vida los fueron habituando a mantener una forma de
existencia limitada a lo que sus ojos y mente pudieron percibir, ignorando que
en su interior existían todos los recursos para alcanzar todo lo imaginable.
Esta situación me viene a la mente, cada vez que viajo a Lima, la capital
de Perú porque ella está edificada sobre mucha riqueza, dado que a diez mil
metros de profundidad hay grandes minas de oro. Pero todo ello se contradice
con la forma de vida de sus habitantes.
Algo similar sucede con nosotros. Fuimos creados con un tesoro adentro,
pero muy pocos lo explotan y sacan fuera lo mejor de sí. Por eso, cuando
alguien dice de un tercero: “… en el fondo es una buena persona,” siempre
pienso que lo que a mí me importa es que sea bueno en la superficie, y no en el
fondo.
Esta forma de ver las cosas es la que tiene que tener la nueva generación,
poderosa y firme en su amor a Dios, para desarrollar el potencial depositado
desde la eternidad en su interior. Al oír la palabra de su Creador darán el
mismo valor a las riquezas que se acuñan en su corazón que a ese oro
desenterrado de las entrañas de una nación.
Hoy yo te traigo esta palabra para sembrarla en ti, para que luego tú la
siembres en otros y así en el intercambio, la riqueza se multiplique.
Al igual que el oro sólo tiene valor cuando lo extraes de la mina; la
palabra de Dios se hace poderosa cuando la extraes y la practicas para luego
compartirla con otros.
Características De La Naturaleza Humana
“La resignación” es de todos los sentimientos que pueden habitar en el
interior de un ser humano, uno de los más dañinos.
Cuando nos acostumbramos a vivir en adversidad y nos resignamos
frente a situaciones que nos parecen imposibles de modificar, o que por
distintos motivos preferimos soportar antes que acabar con ellas, es porque
hemos aceptado vivir bajo circunstancias que dañan nuestra vida y nuestro
futuro.
Por eso, en el transcurso de este capítulo, desearía ser tan claro como
preciso, tan realista y tan gráfico, para lograr hacerte sentir realmente
enojado. Sí, este es mi objetivo: Hacerte enojar. ¿Por qué? Porque nadie puede
cambiar lo que tolera. Y el enojo es como poner primera en un auto para
arrancar en otra dirección. El enojo es el disparador de todo cambio.
Yo sé que algunos estarán diciendo: ¡el enojo no es de Dios! Pero esto se
debe a que hay algo que quizás no sabes. Fuiste creado con la capacidad de
enojo; porque nadie puede hacer algo para lo que no fue creado ni capacitado.
¿Alguna vez te has subido a la cima de un edificio, y sólo (sin ningún
mecanismo adicional) te fuiste volando a la cima de otro? No, ¿por qué?
Porque no fuiste creado para volar por tus propios medios.
Entonces, si te puedes enojar es porque Dios te dio a ti un arma que,
posiblemente, hasta ahora creíste que era mala y perversa. Y aunque, alguna o
varias veces, te hayan dicho: “no se enoje señor, no se enoje señora…” te digo
que no es malo enojarse de vez en cuando. Pero... ¡tienes que aprender a
enojarte! Porque si te enojas, tienes que hacerlo con las cosas correctas.
Dice la Biblia: “¡Airáos!” que traducido significa ¡enójense!”
Cómo Liberarte De La “Costumbre”
Veamos qué es esto de la “costumbre” y la “resignación”. Cuando tú te
acostumbras a algo pierdes la capacidad de cambiar ese “algo”.
Si te acostumbraste a esa enfermedad que cargas desde hace tiempo, lo
más probable es que el médico no pueda hacer mucho más por ti. Porque te
acostumbraste a vivir de esa manera y encima lo declaras: -“Esto me pasó antes
y me volverá a pasar”.
Es así como nos convencemos de que somos incapaces de cambiar
aquellas situaciones, las cuales aceptamos sólo “por la costumbre.”
Toda persona que se acostumbra a algo queda descalificada para
cambiarlo
Todos, en nuestras vidas, arrastramos historias y aunque somos
diferentes porque somos individuos, transitamos los mismos caminos.
Luchamos contra la depresión, la tristeza, el fracaso, la amargura. Situaciones
que en el pasado significaron noches de insomnio, de llanto y de dolor.
Problemas de familia, matrimoniales, económicos, de enfermedades, de trabajo
y de todos los tipos y colores que se nos puedan ocurrir. Todas circunstancias
que nos convirtieron en víctimas, nos hicieron perder años, y nos retrasaron en
casi todas las áreas de nuestras vidas.
El tema, en este momento, no es saber cuál es tu historia, lo importante
es saber si - por casualidad - ya no te has acostumbrado a vivir de esa manera.
¿Acaso la historia de tu vida es únicamente la historia de tus fracasos?
¿No será que ya te has acostumbrado a aceptar tus fracasos y a aplaudir
los éxitos de los otros?
De todos modos, no toda la gente está dispuesta a cambiar y mejorar su
calidad de vida. Todos tenemos el deseo de hacerlo, pero “desear” no siempre
es “lograr”.
¿A qué padre no le gustaría dejarle a sus hijos, una mejor vida que la que
él mismo tuvo? Cualquier padre, medianamente normal, seguramente querrá
que sus hijos vivan mejor de lo que él ha vivido.
Te hago otra pregunta: ese “vacío” que sientes adentro tuyo cuando
debes enfrentarte a las situaciones difíciles de la vida, ¿no te gustaría que se
llene?
Pedro Calderón de la Barca, poeta y escritor español del siglo XVII,
dijo: “El hombre tiene adentro un vacío que tiene forma de Dios y sólo
Dios lo puede llenar.” Y si este hombre escribió esta frase, es porque él
también sintió ese vacío del que te hablo.
La costumbre nos lleva a aceptar situaciones que no deberíamos aceptar
y esa costumbre es la que hace que ¡nunca! las puedas cambiar. Y aunque veas
que te repito esto una y otra vez, lo hago porque de esta forma nunca podrás
decir que no te lo han dicho.
Debe existir un instante en la vida, en el cual deberíamos “rebelarnos”
contra ese presente que queremos cambiar. Los cambios no suceden, si tú o yo,
no nos determinamos a ponerle un punto final a esa situación.
Aprende a decir estas palabras: ¡Basta ya! ¡Se terminó! Serían las
expresiones correctas que deberías incorporar a tu vocabulario. Pero no te las
enseño para que comiences a pelearte con todo el mundo, sino para que
aprendas a sacar de tu vida la costumbre de vivir mal, de estar resignado a esa
manera de vivir. Además, es mejor morir por algo que vivir por nada.
Cuando, finalmente te rebelas es porque ha llegado el momento de la
revelación. Una luz se enciende dentro de ti y ahí oyes a Dios decirte: -“Te
estoy oyendo, finalmente te has enojado con tu problema, es bueno porque he
esperado muchos años tu enojo, y si tú y yo nos ponemos de acuerdo, las cosas
van a ser diferentes en tu vida.”
Me ha sucedido, varias veces, que al finalizar una de mis conferencias,
se me acerca alguien que pregunta: - “Lo que usted dice, ¿no es peligroso? Y
yo le contesto: - “Todo en la vida es peligroso.” Hay personas que nunca viajan
en avión porque temen que el avión se caiga y resulta que luego son
atropelladas por una bicicleta.
En la vida, no puedes vivir resignado. La resignación no es una buena
palabra para las personas que han pasado por el túnel del dolor a raíz de una
circunstancia difícil.
No fuiste creado para vivir resignado, fuiste creado para ser consolado,
restaurado y bien equipado, para seguir viviendo como Dios quiere que vivas.
Si tienes una situación en tu vida que quieres solucionar, pero la solución
escapa a tus posibilidades, y te has enojado por eso, entonces… ¡tienes
posibilidades!
Pero esto no te sirve si eres de los que dicen: -“…Y bueno, qué vamos a
hacer, es así y ya no podemos volver atrás.” Si piensas así, nunca estarás en el
podio de los ganadores.
¿Has visto que, cuando finalizan las carreras de Fórmula Uno, los tres
primeros suben al podio? Al primero se lo ve feliz y disfruta mojando con
champaña a su equipo, al público, al segundo y al tercero. Si miras bien al
segundo, verás que su rostro no irradia felicidad, en realidad, está enojado y lo
está porque él no se preparó para ser segundo, ¡se preparó para ganar! Y alguno
puede pensar: ¿Y por qué tiene esa cara, si después de todo salió segundo?
¡Porque él quería salir “primero”!
Otro piensa: “a mí me gustaría estar ahí arriba…” ¿Y sabes por qué no
está? Porque “solamente le gusta” nada más. Porque para estar en ese podio, el
deseo solo no alcanza, tienes que tener la determinación de llevarlo a cabo.
Todo lo que realmente te gusta, te va a costar algo y también depende del
precio que quieras pagar por ello.
El punto de partida para que Dios se involucre en tu vida, es el momento
en que te enojas, porque cuando ÉL escucha que gritas: ¡¡¡No soporto más!!!
Dios llama a los ángeles y les dice: -“¡Vamos, que tenemos trabajo en la
tierra, alguien ha comenzado a entenderme!”
En el capítulo anterior, dijimos que la Biblia era el manual del
fabricante, que para nosotros es el libro de instrucciones; por eso, sería bueno
que pudieras leerlo para saber cómo estás hecho y para qué te sirve todo el
equipamiento que portas.
Tú eres un aparato complejo, todo lo que está puesto en ti tiene una
razón de ser, y la Biblia dice al respecto que: “ni un cabello se caerá de tu
cabeza, sin que Dios no lo tenga en cuenta.”
Tan complejos somos, que para la ciencia, el ser humano es un misterio.
Si vas al médico más afamado y capacitado que exista en el mundo, es posible,
que como respuesta a tu consulta, te diga: -“Hasta acá puedo llegar, porque la
ciencia no ha avanzado más, o aún no se ha descubierto.”
En cambio, Dios te dice: -“Si tú me crees a mí, si tú me oyes a mí,
sabrás que cada cosa y cada situación, tiene una razón en tu vida. Y todo está
diseñado para que tú termines funcionando bien.”
Si Lo Aceptas, Se Queda
Quiero que me acompañes a leer un pasaje de la Biblia, en el libro de
Jueces, capítulo 6:1-40.
La historia en sí misma no es importante, pero sí lo son los principios
que luego te mostraré. En ella verás cómo Dios usa y trabaja con el enojo.
“1Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová
los entregó en mano de Madián por siete años. 2Y la mano de Madián
prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se
hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. 3Pues sucedía
que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los
hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. 4Y acampando contra
ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué
comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. 5Porque subían ellos y sus
ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y
sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla. 6De
este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos
de Israel clamaron a Jehová.
7Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los
madianitas, 8Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les
dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo os hice salir de Egipto, y os saqué
de la casa de servidumbre. 9Os libré de mano de los egipcios, y de mano de
todos los que os afligieron, a los cuales eché de delante de vosotros, y os di su
tierra; 10y os dije: Yo soy Jehová vuestro Dios; no temáis a los dioses de los
amorreos, en cuya tierra habitáis; pero no habéis obedecido a mi voz.
11Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en
Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el
trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12Y el ángel de Jehová se
le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. 13Y
Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos
ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros
padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora
Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.
14Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la
mano de los madianitas. ¿No te envío yo? 15Entonces le respondió: Ah, señor
mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en
Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. 16Jehová le dijo: Ciertamente
yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. 17Y él
respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de
que tú has hablado conmigo. 18Te ruego que no te vayas de aquí hasta que
vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo
esperaré hasta que vuelvas.”
Es una pincelada de la historia de una nación, que puede sonar parecido
a algo que quizás conoces, como que te invadan y que no te dejen nada para
comer. Cualquier similitud con nuestra historia es sólo “una coincidencia”.
Pues bien, esta nación soportó esa situación durante siete años, y se
acostumbraron a que cuando llegaba el momento de la cosecha de lo que
habían sembrado, los vecinos venían y robaban todo.
¿Cómo puede alguien acostumbrarse a eso?
Y aunque para mí es difícil de entender, he aprendido que el Hombre se
acostumbra a todo. No hay situación, aunque sea denigrante y vergonzosa, a la
que un ser humano no se acostumbre. ¿No has visto un linyera, o un
pordiosero?
El ser humano tiene una capacidad especial de adaptación a todo tipo de
situaciones. Y la explicación, en muchos casos, es: “…me pasó, se quedó, no
lo pude sacar y seguí adelante con esta carga.”
La historia del pueblo de Israel tiene tres mil años. Por eso, no te hagas
problemas si te has acostumbrado a una situación en tu vida; desde aquella
época hay gente que se ha acostumbrado a vivir mal.
Hoy en día, la gente se ha acostumbrado a que le roben sus ahorros, a
que le quiten la casa, a quedarse sin trabajo, a los problemas matrimoniales, a
las enfermedades, a la miseria, a la pobreza, a los conflictos, y a todo lo que se
te ocurra. Es como si tuvieran una capacidad de resistencia negativa que se
crea adentro de su ser.
Pero volvamos a nuestra historia, porque quiero resaltar algunos
principios.
El pueblo de Israel -étnicamente- había tenido el favor de Dios sobre su
vida, ¡pero terminaron viviendo en cuevas! Y esas cuevas existen hoy en el
corazón de muchos de nosotros, lugares a donde nos escondemos y nos
quedamos callados hasta que las cosas pasen, y nos decimos: “…Ya va a
pasar.”
Otros pronuncian esta horrible expresión: -“No hay mal que dure cien
años…” y yo siempre agrego: “ni cuerpo que lo resista”. Y no es un chiste,
porque esto forma parte de nuestra cultura, forma parte de nuestro
pensamiento.
Ahora bien, ¿por qué soportaron siete años? Porque cuando te
acostumbras y lo aceptas, eso se queda, y permanece. Pero después de siete
años, un día clamaron a Dios.
Normalmente, en esa época, las naciones no clamaban a Dios; sino que
buscaban un líder guerrero, político, religioso, y con él abrazaban una causa
para cambiar el curso de los acontecimientos.
También esto pasa en nuestros días, cuando hay una crisis nacional o
mundial, lo primero que hace la gente es buscar un liderazgo que lo conduzca a
liberarse de ese yugo. Porque el Hombre ¡tiene el deseo de ser libre!, pero la
clave de la libertad no está en que busques el liderazgo de un hombre, porque
los hombres sólo te llevan a otro tipo de esclavitud.
La clave la encuentras cuando aprendes a enojarte, y a decir: ¡Basta! A
gritar que no naciste para vivir en una cueva, que no fuiste creado para cobrar
por tu trabajo un salario que se te acaba en diez días. Sólo entonces, puedes
aspirar a hacer cambios en tu vida.
Volviendo al relato, la expresión “clamaron a Dios” significa
“levantaron sus ojos a Dios y le dijeron: “Señor, ¡esto no va más! Algo puedes
hacer por nosotros.”
Cuenta la historia que Dios llamó a una persona de nombre Gedeón, que
- lamentablemente - estaba igual que el resto. Sin embargo, verás que con Dios
es posible salir del pozo en el que te has hundido.
La razón de haber leído esta historia es porque quería apoyarme en
principios bíblicos, para lo cual veremos algunos ejemplos.
¿Por Qué Esperamos Tanto Tiempo Para Clamar A Dios?
Voy a darte unos ejemplos domésticos, de los cuales he sido testigo, y
que tienen que ver con el momento en que tú permites que una situación se
entrone en tu vida.
a) El marido golpea a la mujer porque vino ebrio. La mujer se enoja y le
tira un plato. Él se va y a los dos días reaparece pidiendo perdón, y diciendo
que no volverá a hacerlo. Ella lo perdona. Le dura quince días y al siguiente,
vuelve a pegarle. A la quinta vez, la mujer se acostumbró. Y cuando sabe que -
seguramente- no volverá sobrio, prepara todos los utensilios necesarios: gasas,
desinfectante, tela adhesiva… porque se acostumbró. Y a partir de ese
momento, ya no califica para producir el cambio que la libere de esa situación.
b) He oído a muchos decir: - “¡Veinte años fui esclavo de esa empresa!”
¿Y quién lo mandó a aguantar veinte años? La culpa no la tiene el que lo
esclavizó, sino él que se acostumbró. ¿Cuál fue el “chip”que no le funcionó y
le impidió reaccionar? Porque su expresión me está diciendo que no se dio
cuenta que fue creado para vivir en libertad.
c) Conocí el caso de una mujer a quien el marido le pegó, y no lo dejó
entrar más a la casa. Le dijo: -“Conmigo, es la primera y la última vez”. Ocho
meses más tarde el hombre volvió arrastrándose, mordiendo el polvo y el
matrimonio se restauró. Porque la mujer le dio una enseñanza a su marido: “Yo
no me acostumbraré a tus golpes.”
d) Hay matrimonios que vienen a mi oficina porque tienen problemas.
Cuando se van, al cerrar la puerta después de hablar conmigo, ya sé si el
problema que me plantearon, se va solucionar o no. Sencillamente, por la
actitud que tienen y cómo se expresan: -“Y bueno, ya vamos a ver qué
hacemos…” Seguramente, seguirán igual porque ya se resignaron a esa
situación.
Resignarnos y echarnos la culpa uno a otro, es lo más común entre
nosotros, es parte de nuestra naturaleza, pero debemos cambiarla. Sucede desde
la época del huerto, en el Edén, hasta nuestros días.
Dios le preguntó al varón: - “¿Qué hiciste?”
Adán, le respondió: - “…fue la mujer que me diste”.
Entonces, Dios se dirigió a la mujer y ella dijo: - “… fue la serpiente.”
Y ésta, como no tenía espalda, ni siquiera pudo alzar sus hombros para
contestarle a Dios con un gesto. En realidad, la serpiente no tuvo a quien
echarle la culpa.
“Alienarse” Un Síndrome De Estos Tiempos
Hace algunos años comenzó a usarse el término “alienar.” Se aplica
cuando las personas pierden sus derechos y caen bajo el yugo de otros. Se
“alienaron,” se acostumbraron a vivir bajo circunstancias difíciles que no
pueden cambiar. Es el caso del obrero que trabaja y su patrón se hace rico,
mientras el obrero nunca disfruta del fruto de sus manos. El obrero es ultrajado,
abusado, explotado porque el sistema lo separó de sus derechos.
El Apóstol Pablo dice, en su Carta a los Efesios (2:12) que nosotros
estábamos en este mundo lejos de Dios sin esperanza, sin Cristo, en un mundo
alejado de la ciudadanía de Dios.
Sucede que el sistema imperante en el mundo nos secuestró, nos capturó
y al apartarnos de Dios, nos apartó de la esencia. Nos quedamos sin la fuente
de la vida, igual que al árbol que arrancas de la tierra.
Sin embargo, quiero darte una palabra de aliento. Ahora, tú puedes
conectarte con Dios y cambiar cualquier circunstancia en tu vida. Por eso,
cuando conocemos a Dios, nos encontramos con la fuente. Sólo con Dios se
puede comenzar de nuevo, porque Dios no maneja el mundo de las excusas,
Dios maneja el mundo de las posibilidades.
En este momento, Dios te habla porque hay esperanza. Todos los
problemas de tu vida pueden ser resueltos por Dios, porque Dios te dice: -“¡No
te acostumbres a ellos, tú puedes cambiar!
La historia de Israel se repitió varias veces, no sólo a lo largo de los siete
años, como leímos; sino que en otra oportunidad, esta misma nación vivió en
esclavitud durante cuatrocientos treinta años. ¿Cómo una nación puede vivir
tanto tiempo bajo un sistema abusivo? Pero finalmente, ¡clamaron a Dios!
Si algo tienes que saber es que a Dios no lo conmueve tu necesidad, a
Dios lo conmueve cómo tú reaccionas en tu área de necesidad.
Los que vieron alguna película de la vida de Jesús, habrán visto la
escena de Jesús en la cruz y los dos ladrones, uno a cada lado. El Señor no los
perdonó a los dos. Sólo a uno le dijo: -“Hoy estarás conmigo.” Y fue al que
reaccionó.
Dios no siente ni tiene lástima por nosotros, tiene amor y el amor no se
manifiesta por la necesidad, se manifiesta cuando hay reacciones que hacen
que su amor se active para nosotros.
Cuando vas con tu auto, y en una esquina te detienes porque el semáforo
no te permite avanzar, puede suceder que aparezca un chico que quiera
limpiarte el parabrisas. Tú enseguida buscas una moneda para darle, pero no lo
haces por amor, lo haces por lástima, o porque temes que dañe tu automóvil.
Hay muchas personas que no entienden, por qué si Dios es amor, están
sufriendo. Porque Dios no se activa por lástima, se activa cuando te enojas
correctamente y le dices: - “Señor, a partir de ahora, puedes terminar con mi
dolor y con esta situación, porque yo creo en ti, creo que tú existes y ya puedes
comenzar a hacer algo conmigo.”
Ese es el momento que Dios pone en marcha los ejércitos del cielo a
favor tuyo. Y no viene a preguntarte qué religión profesas, ni cuántas veces has
leído la Biblia, o cuántos errores has cometido. Porque si te enojas
correctamente, todo el favor de Dios caerá sobre tu vida y vivirás para ver los
resultados.
Te aseguro que mientras estés dispuesto a oír una palabra de Dios,
siempre tendrás posibilidades de cambiar. Es como en el matrimonio, mientras
hay diálogo hay posibilidades, y cuando Dios te hable, creerás. Es importante
que oigas, que escuches la palabra de Dios, porque cuando Él habla, siempre
hay esperanza.
Cuando Dios llamó a Gedeón o a Moisés para decirles, a cada uno en su
tiempo, que el pueblo estaba listo para su liberación, fue porque, finalmente, se
habían enojado.
En Egipto, los hijos de Israel trabajaban de sol a sol, nadie decía que sus
hijos habían nacido para ser ladrilleros. Sus abuelos habían nacido en las
ladrilleras, y también sus padres; habían agotado sus fuerzas, pasaron hambre,
enfermedades que se propagaban y terminaban con generaciones enteras, pero
un día dijeron: ¡BASTA!
Acaso, tú, ¿no quieres decirle también “basta” a esa situación que ya no
soportas, para terminar con ella de una vez por todas? Esta es una buena
oportunidad para que te determines a cambiar.
¡Ellos clamaron y lloraron a Dios!
He visto a muchas personas, en todos estos años, que llorando gritaban
¡basta!
Pero también he visto una gran diversidad de reacciones en la gente,
cuando oyen hablar de Dios:
al que le parece interesante,
el que aprueba pero sin convicción porque se lo impide su
escepticismo,
el que siempre desconfía,
el que se enoja por lo que estoy diciendo,
y el que descubre que nunca antes se había enterado que debía
enojarse para activar el amor de Dios sobre su vida.
Jesús, cuando estuvo en la tierra, dijo que de cada cuatro personas que lo
oían, una sola le entendía.
Los riesgos de que cuando tú o yo hablemos, quienes nos oyen no nos
entiendan, son altos; pero el beneficio es que siempre hay alguien que OYE, se
enoja correctamente, y dice ¡basta!, porque cree que su vida, realmente, puede
cambiar. Por amor a esa única persona, que quizás eres tú que recorres con tus
ojos estas líneas, que tienes situaciones por resolver y ya te has cansado y
decidiste rebelarte, a ti te digo:
¡Tú vivirás para ver que tu vida tiene posibilidad con Dios!
La expresión clave es ¡se terminó! Y debe estar acompañada de una
actitud genuina que te determina a finiquitar con esas situaciones.
Por eso en las ciencias, a esto se lo llama el “umbral del dolor.” Debes
cruzarlo pero debes hacerlo con convicción y determinación.
Puedes permanecer toda la vida parado en ese umbral y quedar fuera de
foco de todo lo que está a tu alrededor. O bien puedes levantarte para gritar que
no vas a vivir más con ese dolor, con esa tortura, o con esa agonía.
No se trata de soluciones mágicas, porque la lámpara de Aladino no
existe, es parte de un cuento de ficción. No obstante, hay gente que cree que si
frota la Biblia, va a salir Dios y le va a decir que le concederá los tres primeros
deseos que le pida. Nada más alejado de la realidad, porque Dios no es mágico,
es milagroso. La magia es ocultismo, es de las tinieblas. En cambio, lo que sí
existe es esta palabra, que si la recibes, la crees, y la sigues alimentando en tu
vida, te aseguro que te va a funcionar.
De Víctimas A Protagonistas
Hay dolores que nos ayudan a cambiar la manera de ver la vida. No
todos los dolores son un atentado contra ti, algunos vienen para ayudarte, por
eso a veces Dios los permite. Como permitió que esa nación caiga en las manos
de sus enemigos, para enseñarles que con Dios no puedes acostumbrarte a una
religión.
Algunos dicen: “Yo tengo mi religión, o tengo la religión de mis
abuelos…,” pues para tu asombro te digo que “yo también la tengo”. Lo que
quiero expresar en verdad es que no puedes “acostumbrarte” a Dios porque no
es una cosa inerte. Dios está vivo y no puedes tenerlo como “algo” a lo que te
has acostumbrado. Cuando Israel se acostumbró se le vinieron encima los
problemas. Con esto, no te estoy diciendo que cambies tu Dios o que cambies
de religión. Nada de eso. ¡Clámale a Dios, clama a ese Dios en el que tú crees!
Pero entiende que DIOS no está –únicamente- para cuando quieres usarlo, sino
que es Dios para serlo todos los días de tu vida, porque cuando te descuidas, ni
la religión de tu abuelo te funcionará.
Hay gente que tomó de sus abuelos una religión bárbara, pero después
no quieren ni pueden creer en nadie. Aquí el problema no es Dios, el problema
es como nos hemos acostumbrado a Él.
No nos olvidemos que Israel era una nación bendecida, había príncipes
entre sus habitantes, pero que vivían como esclavos.
Para muchos, Argentina también es una nación bendecida, pero el
problema es que los argentinos tampoco clamamos a Dios. Nos quejamos,
queremos cambiar de presidente, protestamos, pero ni siquiera sabemos ejercer
nuestros derechos más básicos. Y mientras que nos comportemos como masa y
gritemos todos lo mismo, nada va a funcionar.
Yo creo que Dios a mí me oye y, cada mañana, declaro que nosotros,
como nación, vamos a prosperar, que como personas, también vamos a
prosperar, que nuestras vidas, más allá de las situaciones a las que nos
acostumbramos como el dólar o la inflación que suben o bajan, si creemos en
Dios, Dios va a tener todo bajo control y nada malo va a venir a nuestras vidas
para quedarse. Sólo en mi vida se quedará lo que es de Dios, lo demás tiene un
principio y un final; el único que no tiene principio ni final es Dios y todo lo
que él quiera hacer en tu vida. Tienes que declararlo, tienes que hacerlo.
Ninguna acción es inocente, ninguna palabra es inocente, porque cada una de
ellas causa un impacto a tu alrededor.
Por eso, si eres un príncipe, no puedes vivir como un mendigo. No
puedes tener en la vida el papel de víctima sino el de protagonista.
No uses las expresiones de Adán o de Eva, sácalas de tu vocabulario y
de tu vida. Ten la expresión de quien va a cambiar su manera de vivir. Di: “No
soy una víctima, voy a protagonizar los cambios en mi vida, porque voy a
enojarme contra esta actitud que he tenido de acostumbrarme a vivir mal.”
No te acostumbres a vivir en la casa de tu suegra, porque si te
acostumbras a vivir en casa prestada no calificas para esa casa nueva que
Dios quiere darte. Para empezar está bien… pero no te acostumbres.
No te acostumbres a vivir con el auto roto, de esos que sólo “los hace
arrancar el dueño.” Si te acostumbras a vivir con un auto en mal estado,
sin seguro, sin cumplir con las normas mínimas exigidas, no calificas
para un auto nuevo.
Y además ten cuidado, porque tus hijos te están mirando y están viendo
cómo vives, y van creciendo, también, con esa mente esclava. Si te
quejas, ellos se quejarán, porque todo se reproduce. Pero Dios no quiere
nada de eso para ti. Hay un nuevo tiempo para tu vida y para la de tu
familia.
Enójate con la situación y dile a Dios: “¡Señor, tiene que haber algo
mejor para mí, yo no voy a ser esclavo de esta circunstancia!”
Cuando te quedas en un entorno que te denigra, no calificas para algo
mejor, pero si te enojas por una situación que no es correcta, ya cumpliste con
el primer requisito necesario para calificar y recién ahí puedes empezar a hacer
el cambio que Dios tiene para tu vida. ¡Tenemos que hacer algo!
Principios Para Recordar Y Aplicar
1. Tenemos un gran Dios, pero Dios se mueve con los que se
mueven.
2. No esperes que Dios haga lo que tú tienes que hacer. Dios hará su
parte y tú la que te corresponde.
3. En muchos pasajes de la Biblia se habla de la ira de Dios, y si no
lo sabías entérate ahora que ¡Dios también se enoja!
4. No podemos cambiar aquello cuya existencia no reconocemos. Si
quieres cruzar el umbral del dolor, debes reconocer la existencia de esa
situación que tanto daño te provoca. Si aceptas que existe es un punto para
empezar a solucionarla. El que va a una reunión de Alcohólicos Anónimos
debe estar dispuesto a reconocer, públicamente, que él no puede dominar el
consumo de alcohol. Sólo así puede integrarse y pertenecer al grupo al que fue
en busca de ayuda para rehabilitarse.
5. Si adentro tuyo hay un vacío que no puedes llenar con nada, y
crees que existe, has dado el primer paso para que ese vacío se llene.
6. Si crees que hay una situación que se salió de tu control y lo
reconoces, Dios te dice que puedes contar con él en los próximos meses de tu
vida.
7. Dios nos ayuda a reconocer nuestros problemas pero tenemos que
sacarnos la máscara social que nos construimos, para salir al escenario de la
vida. Vivimos en un mundo en el que nos enseñan a vender una imagen, pero
¡cuidado!, una cosa es usar la palabra correcta y otra muy distinta es “vender la
imagen.” ¿Por qué dices que está todo bien, cuando está todo mal?
8. Si tú no sabes adonde estás, no vas a saber adónde ir. Es como esa
persona que te llama por teléfono y te pregunta si puede ir a tu casa, y al rato
vuelve a llamar para preguntarte la dirección. Le das las instrucciones para
llegar, porque entre el lugar en el que él está y tu casa, “hay un camino.”
Siempre entre el punto A y el punto B, hay un camino; pero si estuvieras en el
C, existiría otro camino. El camino será diferente según tú reconozcas adonde
estás, porque no podrás cambiar de rumbo si no sabes adonde te encuentras.
Pero si sabes adonde estás, Dios te dirá adonde tienes que ir y cómo transitar
ese camino. Al saber en el lugar en el que te encuentras, encontrarás el lugar
que Dios quiere para ti. Muchos se preguntan, viéndose en esas situaciones,
¿qué he hecho para vivir así…? Sin embargo, por alguna razón están allí.
9. No te sientas culpable de la situación que estás viviendo.
Responsabilidad no es culpabilidad. Nunca dejes que la culpa golpee tu vida.
Algunos se resignan al dolor porque creen que así están pagando los errores
cometidos. Es probable que te hayas equivocado, pero Dios no quiere que te
sientas culpable, sino ¡que te sientas responsable! Todas tus culpas
desaparecieron en la cruz, a través de su Hijo y sólo te pide que te hagas
responsable porque de esa manera te va a sacar del problema. Si tomas un arma
y matas a alguien, cuando te juzguen dirán que eres “culpable,” pero si tomas
el auto y atropellas a una persona, entonces te juzgarán por “homicidio
culposo.” Se mide tu responsabilidad y no tu culpabilidad. Es cierto que
cometiste errores, pero si te has arrepentido, Dios te perdona y se lleva todas
tus culpas. A Dios le place moverse con amor hacia todos los que son
responsables.
Las Dimensiones De Un Problema
“Clamar a Dios” significa decir: -“Señor, yo soy responsable de esto.”
Al hacerlo, te ubicas en el escenario correcto, adonde los ojos de Dios se ponen
sobre tu vida. Dios no quiere que te resignes a lo que estás viviendo, por lo que
si tú haces tu parte, ÉL hará la suya.
Solamente con Dios saldremos de ese camino que nos tocó vivir, porque
solo con ÉL se puede.
Hay un libro titulado “Más allá del dolor” que cuenta la vida de un
matrimonio que tiene un hijo de dieciséis años con síndrome de Down. Los
padres, como es de suponer, estaban desconsolados, y fue un pastor a orar por
ellos. En un momento, mientras el pastor los alentaba, ellos le dijeron: “Usted
habla de esa manera porque nunca vivió lo que nosotros estamos viviendo”.
Ellos creían que era un castigo de Dios. A lo que el pastor respondió: -“Yo
tengo un hijo de veinte años, que también tiene síndrome de Down, por
supuesto que sé de que se trata, pero ¡con Dios se puede!”
No bajes la cortina de tu negocio, no te declares en bancarrota, no
renuncies a tus sueños. ¡Levántate!, ponte de pie y pelea tu batalla, porque
nadie lo hará por ti. Dios es fiel, te ama y con ÉL puedes salir de allí.
Ahora quiero poner en tu mente estas reflexiones finales. Todo
problema, en el ser humano, tiene dos dimensiones: una es espiritual y otra es
física o material.
La “espiritual” la maneja Dios. La Biblia dice que los seres humanos
tenemos lucha contra huestes espirituales. La gente no sabe que hay una
dimensión que no se ve con nuestros ojos pero que existe, esa dimensión está
en las manos de Dios. Tiene que ver con principados y potestades,
gobernadores de las tinieblas de este siglo, crisis, ataduras y tormentos
demoníacos. Hay una realidad espiritual, el diablo y los demonios son reales.
Hay hombres y mujeres que por las noches están agobiados por demonios. Los
problemas en sus vidas superaron sus fuerzas, mataron su capacidad resolutiva
y sienten que esos problemas son más grandes que ellos. Pero ahí, a su lado,
está Dios.
Con respecto a la dimensión “física” te cuento que está en tus manos y
es -únicamente- tu determinación para producir el cambio.
Dios no te permite ver todo el mundo espiritual porque ése es Su
problema, en cambio, te permite ver todo lo físico porque ése es el tuyo.
Si tú quieres tener un hijo, Dios te dice que te busques una mujer, que te
cases y te acuestes con ella, porque así lo tendrás. Tú engendras un hijo pero
luego depende de Dios, porque Él va a hacer que el bebé crezca en el vientre de
la mujer, le asignará un sexo, una personalidad y crecerá… Pero eso ya no
depende de ti; tú puedes sembrar una semilla, pero es Dios quien da el
crecimiento. La Biblia dice que: “Pablo sembró, Apolo regó y el crecimiento lo
da el Señor.”
Dios no te permite ver todo el mundo espiritual porque ése es Su
problema, en cambio, te permite ver todo lo físico porque ése es el tuyo.
Las desilusiones y el desgaste vienen a nuestro espíritu cuando queremos
hacer algo sobre lo cual no tenemos el control. Ese proyecto y las
circunstancias que puedes y debes superar son las plantas que Dios va a hacer
crecer. Tú siembra y riega, que Dios dará el crecimiento. Traza tus metas, actúa
con disciplina y pídele al Señor que te ayude. Dile que quieres sanarte, que vas
a comenzar a cambiar, que vas a rendir más para ÉL y esa actitud servirá para
mejorar cualquier área de tu vida.
Sé que hay personas que necesitan un milagro de Dios, que necesitan
una intervención sobrenatural sobre sus vidas para que se opere un cambio,
pero todos tenemos el favor de Dios. Debes saber que tú, también, tienes el
favor de Dios. Pero, ¿qué es un favor? Es algo que alguien hace por ti, porque
tú no puedes hacerlo por ti mismo. En este caso es Dios quien te hará el favor,
porque ÉL está siempre dispuesto a irrumpir en tu vida con un favor
sobrenatural. Ese favor que tanto necesitas para que, finalmente, porque te has
enojado correctamente, inicies el camino de las tinieblas a la luz.
&&&&&&&
Capítulo 4
Capacitados Para Enfrentar La Adversidad
Es bueno destacar que todos los principios que estamos usando fueron
extraídos de la Biblia, un libro inagotable y maravilloso que en el mundo
entero ha superado barreras como las del tiempo, las de distintas culturas e
idiomas, y también las de las diferentes clases sociales.
La puedes encontrar en las oficinas de los presidentes de las naciones, y
no creas que se trata de naciones del mal llamado tercer mundo, también está
en las oficinas presidenciales de los países del primer mundo. Podrás hallarla
en casas de personas de alto nivel socioeconómico y también en las de los más
pobres. Y eso sucede, fundamentalmente, porque siempre hubo alguien a través
de los años, que se encargó de hacer que la Biblia, sea un libro que esté al
alcance de todo el mundo.
El ser humano siempre ha creído, erróneamente, que la Biblia es un libro
religioso. Quien asocia la Biblia con religión no ha comprendido la razón por
la cual este libro fue escrito. Y si, por una causalidad, tú no lo sabes voy a
decírtelo: la Biblia no se escribió para que el Hombre buscara códigos y los
amoldara a una filosofía de vida, sino que fue escrita con la única intención de
guiar al Hombre hacia el conocimiento de su Creador. Tampoco es importante
que estés o no de acuerdo con esto, pero paulatinamente te irás dando cuenta de
que la Biblia no tiene nada que ver con ninguna religión.
Conozco y trato con muchas personas vinculadas al ámbito empresarial,
y sé que todos los conceptos que hoy se manejan en empresas de alto
rendimiento y productividad, son principios extraídos de la Biblia. Sin ir más
lejos, los estudiantes de economía habrán visto o verán que uno de los libros
escritos para esa disciplina comienza con un capítulo referido a “Jetro.” Los
estudiantes universitarios ni siquiera imaginan de dónde salió este personaje;
pero quienes estamos habituados a su lectura, sabemos que fue el suegro de
Moisés, el hombre conocido como el libertador que sacó al pueblo de Israel de
Egipto después de haber vivido más de cuatrocientos años en la esclavitud.
La gente, muchas veces, por falta de información asocia la Biblia con
una iglesia o con un templo, y no está mal, porque efectivamente se usa en esos
ámbitos; el problema se produce cuando al mencionarlo, muchas personas, por
tener un conocimiento muy acotado de su contenido, levantan preconceptos y
se resisten a su lectura, cuando en realidad, en ella sólo encontrarán las mejores
soluciones para todos los problemas de la vida.
Recuerdo que alguien una vez se me acercó y me dijo con un tono
especial, entre irónico y desafiante:
-“Yo tengo una Biblia católica”.
Y yo le respondí: - “¡Qué bueno, entonces léala!”
- “Ah, bueno” fue su lacónica respuesta.
En realidad, su problema no era la Biblia sino quién le estaba diciendo
que la leyera. Lo que quiero significar es que no importa qué clase de Biblia
tengas o leas, lo importante es que conozcas los tesoros que hay en sus páginas
y los acuñes en tu corazón para vivir mejor.
Principios De Vida
En la vida te puedes guiar por reglas o por principios de vida. Sin ir más
lejos, la Biblia es un “libro de principios” que está al alcance de cualquier ser
humano.
Para comprender mejor, sería importante comenzar por ver las
diferencias que existen entre un principio y una regla de vida.
Una regla de vida es algo que aprendes en una determinada época y que,
para ese período de tiempo, puede llegar a funcionarte. Supongamos que tú
ingresas a trabajar en una empresa, generalmente hay una especie de
reglamento interno que se compone por reglas de vida dictadas en un tiempo
específico, que han sido adoptadas por la cultura imperante en esa organización
y que deben ser acatadas por toda persona que se incorpore a ella. Pero estas
reglas no soportan el paso del tiempo, se vuelven obsoletas, y entonces hay
que cambiarlas para adaptarlas a otros tiempos.
Un ejemplo muy elocuente puede ser la constitución de una nación.
Cuando fue sancionada, el hombre andaba en carretas, las calles y los medios
de comunicación eran diferentes, en muchos aspectos se produjeron cambios,
razón por la cual tuvo vigencia durante una época, pero por los cambios
habidos, podemos darnos cuenta que esa constitución ya no tiene mucha
aplicación en nuestros días. Es obvio que esas reglas no son aplicables a la
nueva realidad que vivimos.
Lo que quiero significar es que las reglas deben ser modificadas,
reformadas y actualizadas, porque surgen de un concepto humano.
Si tú quieres criar a tu hijo como te criaron a ti tus padres, puedes
hacerlo. Pero luego, quizás compruebes que con esas reglas, tú saliste más o
menos bueno y tu hijo, con las mismas, no tanto. Y eso pasó porque las reglas
de vida funcionan bien en “un” tiempo, pero “no en todos” los tiempos. Lo
más probable es que lo que aprendimos hace veinte años atrás, ya no sirva. Y
los seres humanos somos muy proclives a vivir “por reglas”. Además, si
quieres perpetuar una regla, lo más probable es que el resultado sea un caos.
En cambio, los principios de vida “no son producto de la mente
humana, por el contrario, son eternos porque salen de la mente de Dios.”
Por lo tanto, la Biblia no es un libro de reglas, sino que está lleno de
principios, tales como algunos que ya he mencionado en capítulos anteriores.
Esos principios pueden ser aplicados en cualquier época de tu vida y te
van a funcionar siempre. Como les funcionaron a nuestros antepasados y como
le funcionarán a las generaciones venideras. Porque la clave de la vida no es
caminar encontrando reglas sino encontrando principios.
Las reglas dañan la conducta del ser humano. Cuando le gritas a un niño:
“¡no hagas eso!”, puede funcionar como si le dijeras: “¡hazlo!” Porque la regla
es como una imposición, pero cuando te manejas con un principio eterno,
verás que te funciona en todas las épocas y en todas las áreas de tu vida. Por lo
tanto, si quieres mejorar tu nivel de vida, debes renunciar a todas las reglas que
has usado hasta el presente y reemplazarlas por principios. También esa es la
razón por la que decimos:
Si quieres cambiar tu manera de vivir, tendrás que cambiar tu
manera de pensar.
Y paso a leer dos principios establecidos en la Biblia.
Leemos el primero en la segunda Carta a los Corintios 4:7-18, escrita por
San Pablo:
“7Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia
del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8que estamos atribulados en todo, mas
no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9perseguidos, mas no
desamparados; derribados, pero no destruidos; 10llevando en el cuerpo
siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús
se manifieste en nuestros cuerpos. 11Porque nosotros que vivimos, siempre
estamos entregados a muerte por causa de Jesús, para que también la vida de
Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. 12De manera que la muerte actúa
en nosotros, y en vosotros la vida.
13Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito:
Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también
hablamos, 14sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también
nos resucitará con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros. 15Porque
todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la
gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para gloria de
Dios.
16Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior
se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 17Porque
esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria; 18no mirando nosotros las cosas que se ven,
sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que
no se ven son eternas.”
Y el segundo principio, también escrito por el Apóstol San Pablo, lo
leemos en su Carta a los Romanos 8: 28
“28Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Como puede verse en la Biblia, hace dos mil años atrás, ya había gente
desesperada y en apuros. Yo me encuentro con esto, en mi propia vida y en las
de mis semejantes todos los días. En la vida algunas veces, estarás en apuros,
otras te encontrarás atribulado. ¿Y qué es estar atribulado? Para entenderlo
tenemos que saber qué es un atribulador. No es alguien que anda por todos
lados, con un traje rojo y un palo para pegarte en la cabeza, sino que un
atribulador es un elemento que se usa en el campo para arar la tierra,
específicamente para abrirla. En definitiva, la prepara para la siembra.
Entonces, diríamos que la tribulación tiene que ver con circunstancias de la
vida que comienzan a prepararte porque más adelante, en ti va a sembrarse
algo mejor.
No Es Casualidad
El mundo está como está, porque los hombres y mujeres que lo habitan,
más de seis mil millones, no saben ni se enteraron para qué fueron creados. El
ser humano no tiene conciencia de su creación.
Me he encontrado con hombres y mujeres que me han dicho que
nacieron y crecieron con la idea de que sus padres ni siquiera los esperaban,
porque además se los habían dicho. No es mi caso, porque soy el menor de
ocho hermanos y estoy convencido que el octavo hijo nunca se espera, sino que
se asume, o en el mejor de los casos se lo acepta porque Dios lo envió.
No es así con el primero, porque todo el mundo lo espera, su nacimiento
es un festejo y es el único del cual, en toda familia, hay un sinnúmero de
fotografías, pero cuando llegan al cuarto, con un poco de suerte, la primera foto
se la sacan para el documento de identidad.
El ser humano debe encontrarse con su Creador. La gente ha oído muy
poco acerca de Dios. Algunos creen que es un anciano sentado en algún lugar,
inventando religiones y que por cualquier camino que tomen van a llegar a él,
porque les han dicho que todos los caminos conducen a Dios.
Este es un concepto vago, ineficaz, ineficiente, mediocre, propio del ser
humano terco que sólo busca satisfacer “libremente” sus propias necesidades.
Esto es lo que nos ha mantenido lejos de los verdaderos principios de vida.
Fuimos creados por Dios, con un sentido de propósito eterno, éste es un
principio que te va a servir ahora y para siempre. Todo lo que te digan a partir
de este principio, es mentira. No viniste a esta tierra porque tus padres se
equivocaron y no hicieron bien los cálculos, sino que viniste porque el Dios
eterno y creador te tenía en una agenda y se cumplió en el día de tu nacimiento.
Y te voy a aclarar aún más el concepto o mejor dicho te lo voy cambiar: para
las leyes humanas esa es tu fecha nacimiento. Para Dios es la fecha del
cumplimiento del inicio de un sueño que tiene nombre, apellido, documento y
toda una vida para disfrutar. No eres el fruto de la ocurrencia de un hombre,
sino que naciste con un propósito eterno de parte de Dios. No te pregunto cuál
es tu religión, sólo te informo para que te des por enterado, que:
Naciste porque el Dios eterno tenía un plan contigo y viniste a esta
tierra a cumplirlo.
La Adversidad Puede Ser “Otra” Oportunidad
Dentro de ese plan, Dios ha establecido que tú seas un experto para
enfrentar la adversidad.
Me he encontrado con ancianos de alrededor de ochenta años que creían
que su destino en la tierra era nacer, crecer, trabajar, tener hijos, jubilarse y
esperar la muerte. La mayoría de la gente, cuando no tiene una razón profunda
de vida, termina sus días sin pena ni gloria, algunos buscando una causa
equivocada por la cual vivir o por la cual morir. Pero cuando te conectas con
este pensamiento, todo cambia.
Yo soy muy parecido a mi papá, es decir que por fuera tengo un
envoltorio, o en otras palabras, la carrocería es “made in Argentina,” pero lo
que tengo adentro es “made in Cielo.” Es algo diseñado en el cielo pero
carrozado en la República Argentina, bajo licencia celestial. Y tú, también por
fuera te pareces a tu padre o tu madre pero por dentro tienes la imagen del Dios
Eterno, creador de todas las cosas.
Y todo lo que Dios crea, lo crea con propósito. Dios hizo el sol y nadie
podrá desconectarlo o apagarlo, porque Dios lo puso y ahí permanecerá. Todo
lo que hace lo crea con una razón. Cuando creó al ser humano, lo creó con
múltiples actitudes, entre ellas, capacitados para enfrentar las adversidades. Ya
en la segunda hoja de la Biblia, nos encontramos con el primer problema.
Ahora bien:
¿Por qué la adversidad me deprime?
¿Por qué me lleva a llorar durante las noches?
¿Por qué me lleva a decir que no puedo ni quiero creer más en nada ni
en nadie?
¿Por qué me lleva a sentir y a decir que no tengo más esperanzas?
¿Por qué un diagnóstico médico me hace llamar a la muerte, y no a la
vida?
La única respuesta a estas preguntas, es:
Porque nunca hemos sido instruidos con principios de vida
Esto es como capacitar a un hombre como bombero y no decirle que su
destino es apagar el fuego. La razón de esa preparación es que la adversidad lo
active para lograr tal propósito.
¿Por qué el hombre se debate en guerras, o en crisis?
¿Por qué los jóvenes buscan droga?
¿Por qué hay familias y hogares destruidos, niños abandonados, y
naciones en manos corruptas?
Porque los hombres y mujeres que llegan a los lugares de poder ignoran
que todo es de Dios. Ignoran que fuimos creados para administrar las cosas que
ÉL ha creado. Nada es tuyo o mío, todo lo que tienes y tengo es de Dios y nos
lo ha dado para que seamos administradores, teniendo en cuenta que algún día
tendremos que rendir cuentas de esa buena o mala administración.
A través de La Biblia podrás ir encontrando la verdadera razón de tu
vida, de la mía y de todos los hombres y mujeres del planeta.
Quiero activar en ti una palabra que si la crees, te va a funcionar todos
los días y para siempre. Hoy escribo estas líneas para decirte que Dios te
capacitó para que tú enfrentes la adversidad.
Dios nos creó para que reinemos sobre las adversidades de la vida.
El que no sabe enfrentar adversidades, no puede existir; porque si no
sabe cómo hacerlo se deprime, se angustia, se enferma psíquica y físicamente.
Simplemente, si no usas algo para lo que fuiste creado, te irás deteriorando;
pero cuando lo usas, entonces te irás fortaleciendo.
Fuiste creado para la adversidad, como el ave para volar. Somos
producto de un diseño divino.
Si los problemas nos esclavizan, es porque no hemos recibido la
instrucción adecuada para enfrentarlos. Nos enseñaron a leer y escribir, a
sumar y restar, y hasta nos dieron algún oficio o profesión, somos
profesionales en alguna disciplina porque nos dieron un certificado que
acredita que rendimos todas las materias, y podemos tener las paredes llenas de
cuadros y trofeos pero de nada te sirven si no sabes cómo resolver los
problemas que te han puesto en el umbral del dolor y la desesperación.
Porque las situaciones adversas no vienen a tu vida para destruirte sino
para revelarte tu verdadero potencial.
Las adversidades te pueden afectar emocionalmente, porque podrás ser
confrontado con una mala noticia, con un diagnóstico médico irreversible, con
cosas que nunca hubieras imaginado, pero si tú estás en conocimiento de tus
posibilidades, te aseguro que en pocos minutos podrás sujetar tus pensamientos
y creer que te estás enfrentando con algo para lo que fuiste creado. Dios le dio
ese poder al hombre, es decir, que Él nos ha capacitado a ti a mí para ser un
enemigo molesto de todas las adversidades y no para ser “hijo de la
adversidad.” A esto en la Biblia se le llama “FE.”
El Apóstol Pablo dice que “…a Dios le agradó poner ese poder en vasos
de barro.” Algo así como poner un perfume de ochocientos dólares en una lata
de gaseosa. Es cierto que el envase no se condice con el producto, pero a Dios
le plació y así lo hizo.
Cuando tú liberes y soluciones tu adversidad, te darás cuenta que todas
tus victorias le pertenecen a Dios, porque un vaso de barro por sí sólo, no
podría tener todo el éxito que obtiene si adentro no tuviera algo precioso.
Hay diferentes vasos de barro, unos más arrugados que otros, más altos,
más bajos, más anchos, y también hay copas de barro. Pero si eres una copa de
barro, en el sentido simbólico, en cada cosa que tú tengas victoria a partir de
hoy y por los próximos años, conforme tú guardes esta palabra, te convencerás
de que con tus fuerzas nunca hubieras podido salir vencedor.
Hay muchísima gente que odia a Dios. Es como si el martillo odiara al
carpintero, cuando éste es el único que tiene la habilidad para usarlo
correctamente. Son personas que tienen problemas con Dios porque nunca
nadie les comunicó que cuando se enfrentaran a las adversidades de la vida, la
gran posibilidad para salir adelante y vencerlas estaba en su Creador. Es fácil
darse cuenta que un simple vaso de barro no cuenta con las fuerzas ni el poder
para hacerlo.
Debes saber que cuando Jesús entró a Jerusalén lo hizo encima de un
burro. El problema fue que el burro creyó que lo aplaudían y le ponían palmas
a él, lo que no supo es que hacían eso porque él llevaba al Rey de Reyes y al
Señor de Señores, a Jesús.
Somos “reyes y señores” de problemas que nos han convertido en
esclavos y no en amos. Fuimos constituidos reyes y sacerdotes y estamos
ungidos y capacitados para caminar sobre esos problemas.
La Biblia dice que: “El que está en Cristo nueva criatura es, las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.”
Pero no pasarás mucho tiempo sin descubrir que para enfrentar la
adversidad tus fuerzas son limitadas, y que lo único que te sustenta son las
infinitas fuerzas del Señor. Por eso, debemos animarnos, dado que no estamos
solos en esta pelea.
Además, debes saber que fuimos creados para recibir recompensas y no
subsidios de gobierno. Toda mentalidad de subsidio, jornal o salario es un
atentado en contra de tu creación. Fue el sistema, en el que todos vivimos, que
estableció que debes recibir un sueldo por ocho horas de trabajo, cuando en
realidad has sido creado para recibir recompensas.
Comenzarás a darte cuenta de que todo lo bueno que irás obteniendo en
tu vida - familia, casa, auto, oficio, profesión, trabajo, prosperidad etc.,- no lo
habrás logrado sólo con tus fuerzas.
Yo podría preguntarme, en este momento, ¿qué es lo que hace que tú
inviertas tiempo en leer estas líneas que he escrito con tanto amor? Pues,
seguramente, es porque sabes que encontrarás esa palabra que hace tiempo
buscas y que es la que te va a impulsar a un nuevo y mejor nivel de vida.
¿Quieres recibir una palabra de ánimo en tu espíritu? Tú no estás solo.
Hay millones de personas en esta tierra que están descubriendo para qué
nacieron. Sólo hay que darles tiempo, cuando toda esa gente se entere y
procese este pensamiento todos podremos ver que las naciones de la tierra van
a tomar un rumbo diferente y nuevo. Llegará el día en el que nuestros
gobernantes no serán hombres impulsados por un partido. Llegará el día en que
los gobernantes serán hombres y mujeres que van a llegar a los lugares de
autoridad porque esa es la misión que se les encomendó y cuando lleguen, no
lo harán para saciar su sed humana y perversa de riquezas, sino que lo harán
para cumplir con lo que Dios les ha mandado administrar. Entonces así
podemos soñar con un mundo mejor.
Por eso, a partir de ahora, cuando hables con tu hijo, habla lo correcto.
Cada mañana dile que lo único que hiciste fue darle la “carrocería” pero todo
lo demás lo hizo Dios. Si vive es porque Dios lo mantiene vivo y porque
adentro suyo hay demasiadas cosas extraordinarias para extraer y sacar a la luz.
Ésa es la razón por la cual un ser humano debe enderezar su camino,
porque ha descubierto que es un regalo de Dios, y no porque lo diga una
religión, con un montón de reglas. Dios no pudo haberse equivocado contigo,
por eso debes disfrutar la vida, porque con Dios tu vida va a ser diferente.
Las Batallas Que Debemos Pelear
Cuando leímos los pasajes escritos por el Apóstol Pablo vimos que él
deja implícita una pregunta: ¿cuán bueno es el luchador sin un buen
adversario?
Los luchadores siempre buscan un rival de su nivel para poder validar su
capacidad y su corona. Lo que hace más legítimo su triunfo es el tamaño de su
adversario.
No puedo saber exactamente cuál es tu adversidad en este tiempo, pero
debes saber que el tamaño de tu adversidad te muestra el tamaño de la copa de
la recompensa de la cual disfrutarás, si te atreves, en Dios, a salir adelante.
Entonces, tu adversidad te está diciendo de antemano cuál va a ser tu
recompensa.
¿Qué tan buena es una solución sin un problema?
¿Qué tan bueno es un remedio sin una enfermedad?
¿Qué tan bueno es Dios sin adversidad y sin lucha?
Es decir que si pisas a una hormiga, no tendrás ninguna recompensa,
pero si volteas a Goliat, saldrás en los diarios, se escribirán libros y hasta en
Hollywood harán una película.
Tu adversidad es el pronóstico de las lluvias favorables que vendrán
sobre ti, si tú te atreves a creer que - con Dios - puedes vivir mejor.
Cuando le pidieron a un hombre que definiera su camino al éxito,
respondió: -“Sé que estoy caminando hacia el éxito porque es todo cuesta
arriba.”
Todos peleamos batallas, que ya han sido peleadas por personas que
vivieron en la antigüedad. El Antiguo Testamento habla de ellas, como la caída
de la muralla de Jericó, el Faraón muriendo en el océano abierto, y David, con
quince años, matando a un gigante de cuatro metros.
En la Biblia hay un principio usado por los grandes luchadores que dice:
“no somos de los que retrocedemos.” No somos de los que nos arrugamos
como frenada de gusano, y por eso estamos llevando adelante esta visión.
Todas las batallas que están en las Escrituras, son iguales a las que
libramos nosotros, en nuestro interior, y con los mismos enemigos. Porque
libramos la batalla más cruel de todos los tiempos, somos bombardeados por
gigantes del pensamiento, luchamos la batalla de las ideas, sin contar las
múltiples crisis personales que nos acosan.
Pero cuando ganas o pierdes una batalla, nadie publica tus victorias o tus
derrotas. Tú eres el único testigo de ellas. Nadie sabe que, constantemente, te
enfrentas a pensamientos, temores y tentaciones que no has podido vencer o
que luchas contra crisis, complejos o sueños que no has podido lograr.
Y… los años pasan y parece que el éxito está cada vez más lejos, tanto
que te parece que no lo puedes alcanzar.
Por eso, conecta tu vida, de alguna manera, con una palabra que salga de
la boca de Dios. Busca un lugar adonde puedas hacerlo y verás los resultados.
Esto no es algo que debas probar, como un conejillo de indias, porque te
garantizo que sí funciona. El Evangelio no es una religión, es la buena noticia
que debes recibir para enterarte que fuiste creado a la imagen de Dios y no
tienes otro destino que oírle y caminar como ÉL te dice.
Dice el Apóstol Pablo que: “…debemos ponernos toda la armadura del
Señor para resistir el día malo y habiendo acabado este día malo, estar
firmes.”
El “día malo” no siempre dura veinticuatro horas, puede durar una
semana, un mes o un año. Ese día puede durar todo el tiempo que no te fue
bien, en el que todo salió al revés y cuando transcurre, sientes una gran
sensación de fracaso.
Pero… vuelve a leer, porque dice que cuando “… se acabe ¡estarás
firme!” Porque si has podido permanecer de pie después de que todas las
fuerzas del infierno se lanzaron en tu contra, es porque ¡has vencido! Eres un
sobreviviente del “día malo.” Has vencido en la batalla y debes celebrar que
aún estás vivo, entonces pregunta: -“Señor, ¿qué viene ahora?”
Recuerda que aunque las cosas no te salgan bien, o sientas que fracasaste
o que no lograste todo lo que querías, debes celebrar que estás vivo, en pie y
que sigues creyendo en Dios. Sigue afirmando que Dios es tu respuesta y que
has vencido el “día malo” porque ÉL estuvo siempre contigo.
Habilidades Que Te Da La Adversidad
La Biblia dice que los hijos de Dios nos hacemos fuertes en las batallas.
No conoces tus posibilidades hasta que el viento te golpea, o hasta que viene la
prueba. En realidad, te conoces en la adversidad. Los problemas no te hunden
ni te levantan, sólo muestran lo que hay dentro de ti y la forma que tienes para
describirlos es la manera en que tú mismo te describes.
Si por las mañanas, al levantarte, tu primera expresión es: ¡qué día
horrible!, te estás describiendo por dentro.
Hace muchos años atrás un maestro me enseñó que no existen los días
malos, sino que “son diferentes buenos tiempos”.
1.- La adversidad te crea resistencias y te hace más fuerte
Tienes que cambiar tu manera de ver la vida. Cuando una adversidad se
levanta en tu vida, tienes que declarar que “harás músculos en esa adversidad”.
Aprende que en la adversidad no te sirven las reglas.
El gran problema de los libros de dietas es que nunca los tienes a mano
cuando te invitan con un sandwich, un helado o una porción de torta. El
problema de tener la Biblia como una regla, es que nunca está a mano cuando
transitas por la adversidad, porque ni siquiera te acuerdas de que existe. Lo que
siempre tienes a mano es lo que está sembrado en tu corazón.
El miedo a volar se vence volando, nunca vencerás el miedo sentado
enfrente del televisor. No puedes pedirle al Señor que te quite el miedo, porque
estamos capacitados para enfrentarnos al problema, no para evitarlo. Dios no
viene a sacarte del problema, viene a darte fuerzas para que lo resuelvas.
Estamos ungidos para trabajar en ambientes hostiles, podemos vivir con
situaciones que a otros los harían suicidarse, podemos cantar en circunstancias
en las que otros llorarían, podemos caminar con optimismo por lugares donde
otros se hundirían y eso nos pasa porque estamos dotados y capacitados para
ser diferentes.
El Apóstol Pablo, después de haber sido golpeado, podía cantar en la
cárcel. Él cantó y sobrevino un terremoto. La sobrenaturalidad de Dios actuó y
así fue como se convirtió en el líder de la cárcel, porque podía cantar en medio
de la adversidad.
Es justamente, durante los momentos adversos, en los que nos damos
cuenta que nuestras fuerzas son mayores de lo que imaginamos, ellos nos
permiten desarrollar músculos.
Cuenta una historia que había un jovencito que se orinaba en la cama, y
lo hizo hasta los dieciséis años. Los padres, después de haber visto arruinados
un montón de colchones y haber usado todos los métodos terapéuticos
conocidos, trataron de buscar una última solución. Fue así que decidieron
colgar las sábanas mojadas en el balcón que daba a la calle para que, a la salida
de la escuela, todos sus compañeros supieran lo que estaba sucediendo. Así fue
que el muchacho, para evitar la burla y el ridículo, todos los días salía
corriendo desesperado de la escuela hacia su casa para quitar las sábanas de la
ventana e impedir que sus compañeros las vieran. Durante un año luchó con
ese problema. Desarrolló tanta velocidad que unos años más tarde, participó en
una competencia de atletismo y ganó la medalla de oro. Cuando le preguntaron
cómo había logrado esa velocidad, contó que para evitar la vergüenza que le
daban esas sábanas, todos los días corría. Así desarrolló su habilidad y los
músculos que lo convirtieron en un campeón.
2.- La adversidad desarrolla tu madurez
Es probable que la adversidad te haga buscar más de Dios. La adversidad
puede generar actitudes positivas y éstas van a generar un nuevo nivel de
madurez. La adversidad te lleva a pensar con madurez. Cuando la vida te ha
golpeado y azotado duramente, no te importa lo que hablen de ti, porque tu
manera objetiva de ver la vida cambia, porque la adversidad te prepara como el
hierro caliente en el yunque.
El Apóstol Pablo dice en la Carta a los Hebreos 5:14 “que el alimento
sólido es para los que han alcanzado la madurez”.
¿Cuándo una persona es madura? Cuando hablan de ella y no se enoja,
cuando la critican y no se altera. Es una persona segura de sí misma, que puede
vivir rodeada de personas que no se le parecen y celebra la diversidad.
Hay hombres y mujeres que quieren hacer que sus cónyuges se les
parezcan y que actúen a su imagen y semejanza, pero si no lo consiguen a
pesar de las peleas y los años, terminan celebrando la diversidad.
Madurez no es uniformidad, sino que es celebrar la diversidad.
3.- La adversidad mejora tu rendimiento, más allá de lo aceptable
Puede ser que te hayas convencido de que tienes una buena manera de
hacer las cosas, pero cuando viene la adversidad, te das cuenta que has
mejorado y superado tu rendimiento, porque las puedes hacer aún mejor.
La adversidad no viene para frustrarte, viene para mostrarte que, aunque
eres un vaso de barro, Dios puede hacer contigo cosas que nunca te has
imaginado.
Para participar en los Juegos Olímpicos los chinos, obligaban a sus
nadadores a practicar en una piscina con cocodrilos. Ahora esa práctica está
prohibida, pero seguramente en ese momento, esos muchachos lograban
excelentes resultados, o morían.
Los países que desarrollaron las artes marciales, lo hicieron en respuesta
a una adversidad. Ellos eran campesinos y las únicas armas que poseían eran
sus herramientas de trabajo, y cuando fueron invadidos se defendieron de esa
manera.
Dios sabe que necesitas de la adversidad, porque eres un luchador y un
guerrero.
4.- La adversidad te provee mayores oportunidades
Las dos guerras mundiales fueron devastadoras. En la segunda, murieron
cuarenta y ocho millones de civiles, entre ellos seis millones de judíos. Pero
fue entre tanta adversidad que se inventaron medicamentos, el teléfono, la
radio, etc. Todos los adelantos ocurridos en el mundo moderno fueron producto
de las guerras. Por lo tanto, es en la adversidad cuando se te presentan más y
mejores oportunidades.
5.- La adversidad te hace innovador
La adversidad no sólo te hace ver nuevas oportunidades, sino que
mientras transcurre te atreves a crear cosas nuevas.
Cuando pierdes el empleo, primero te preguntas en qué fallaste. Y
cuando pasan los días y los meses y no encuentras otro empleo, comienzas a
generar ideas y proyectos que de otra manera ni se te hubieran ocurrido.
He visto desarrollar y emprender los mejores negocios en los peores
momentos de las vidas de algunas personas. La adversidad les despertó el
espíritu innovador, simplemente porque renunciaron a tener un Dios religioso y
aceptaron tener un Dios activo y vivo dentro de sí.
6- La adversidad te hace descubrir beneficios inesperados
En ese momento, Dios irrumpe en tu vida. Cuando a José lo vendieron
sus hermanos, Dios provocó que lo comprara un general egipcio y él fue el
instrumento correcto para que José se hiciera conocido en esa nación. Así pasó
de estar en la cárcel a ser el ministro de economía de ese país. José tenía
conectada su mente con Dios, porque aunque estaba preso sabía que su destino
no era la cárcel. Fue el que inventó el sistema impositivo que hasta el presente
se usa en todo el mundo.
Tu destino final no es lo que estás viviendo, porque en la próxima
estación verás lo que Dios ha creado para ti.
La adversidad siempre trae recursos inesperados. En medio de la crisis
que estás viviendo debes estar expectante, porque en cualquier momento Dios
va a sorprenderte con algo que no tenías en tu agenda. De algún lado aparecerá
algo sobrenatural, es el favor de Dios que te mencioné y por el cual verás
resuelto ese problema que te agobia.
Probablemente no puedas entender esto con tus oídos naturales, pero
“Evangelio significa buenas noticias.” Una buena noticia sería que alguien te
llamara por teléfono para comunicarte que ganaste el primer premio de un
concurso, que recibirás el dinero que necesitabas, justamente, para pagar esa
deuda que no te dejaba dormir. Esas son ¡buenas noticias! Eso es el Evangelio,
porque Dios sólo tiene para ti buenas noticias.
7.- La adversidad activa tu motivación
Las buenas noticias, siempre hacen que cambie la expresión en el rostro
de las personas. Cambia la cara de “indio de madera” por otra “linda, sonriente
y esperanzada.”
Las buenas noticias son motivadoras. La buena noticia motiva, tiene un
poder especial y a la persona motivada nadie puede pararla.
El Apóstol Pablo dice que pasamos situaciones difíciles, que estamos
abatidos pero no destruidos, que son sólo tribulaciones momentáneas.
Pablo sabía y tenía bien en claro su meta, cuál era el final del camino y
nunca se desmotivó porque había escuchado “la buena noticia”.
Para ti la mejor noticia es el Evangelio, ¿puedes creerlo? Porque el
Evangelio motiva. No tiene nada que ver con religión, y aprovecho para
enseñarte que la palabra “religión” viene de “religar” que significa “intentar
atar”. Entonces la “religión sería el intento del Hombre de atarse a Dios.” Y la
religión no funciona porque el Hombre nunca se podrá atar a Dios, es Dios el
que busca al Hombre.
Pablo escribió en la Carta a los Efesios 1:3:“Bendito sea el Dios y Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo.”
La palabra “bendecir” significa “decir bien.” Dios es la persona que
mejor habla de ti. Muchas personas hablaron de ti. Desde que nacemos,
familiares, vecinos, amigos, compañeros han marcado nuestras vidas con
apodos, frases, sentencias que nos tiran por el suelo, pero la Biblia dice que
Dios siempre habla bien de ti y eso es una buena noticia. Dios te bendice, dice
que eres hechura de Sus manos, que eres Su obra maestra, que eres Su príncipe
y Su maravilla. ¡Y debes creerle! Porque tú le importas a Dios, porque aunque
tu padre y tu madre te hayan abandonado, dice la Biblia que Dios te va a
recoger.
Entonces dile: - “¡Gracias, Señor, porque una vez más puedo corroborar
que yo te importo, que no estoy solo en esta batalla; que cuando siento que no
tengo más fuerzas tú me das más; que cuando estoy triste, tú me consuelas y
me das alegría y gozo; y cuando siento que todo se termina tú me abres la
puerta de otra oportunidad!”
Dios sabe cómo encontrarte, conoce tu nombre, tu casa, tu número de
teléfono, dónde trabajas y qué haces.
No te quejes de la adversidad, aprende a través de ella. Nunca estás solo
en las batallas de la vida, Dios va delante de ti como un poderoso gigante, Dios
siempre está contigo.
Es importante que si alguna vez le has atribuido todos tus problemas a
Dios, ahora reconozcas que ÉL sólo quiere lo mejor para ti. Con Dios puedes
comenzar un tiempo nuevo. Dios, como si fueras un náufrago, te está tirando
un salvavidas, ¡recíbelo! Y empieza a ver que Dios no es parte de tu problema
sino que es parte de la solución.
Y aquí estamos todos para orar, pero no oramos para fracasar, oramos
para triunfar. Quiero que creas en esta palabra porque seremos más los que
caminaremos en esta tierra mostrando que la mejor vida es caminar con Dios,
conociendo la razón por la que fuimos creados, y porque también aprendimos
que ¡sólo Dios puede cambiar nuestro lamento en baile!
&&&&&&&
Capítulo 5
El Poder De Tus Palabras
“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo
afrontarán aflicciones pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.”
San Juan 16:33
“Ciertamente les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a
mí, y el que me recibe a mí recibe al que me envió.”
San Juan 13:20
Para quienes aún no lo han percibido, los seres humanos nos
diferenciamos del resto de los animales, porque hablamos. Teniendo en cuenta
que hay algunos loros que también parlotean.
Hay personas que hablan de día, otras que hablan de noche, otras que
hablan mientras duermen, pero en general, los seres humanos nos pasamos la
vida hablando. Por eso decimos que el Hombre tiene el “poder de las palabras”.
Todo lo que nosotros somos, es porque hemos sido creados a la imagen
de Dios, y cuando alguien crea a otro a su imagen, lo hace para que esa
creación funcione conforme a sus principios. Entonces, si Dios nos creó a su
imagen y semejanza, significa que tanto tú como yo funcionamos casi igual a
Dios.
Cuando compras un auto de una marca determinada, aprendes a
manejarlo. Luego, cuando lo cambias por uno más grande o más chico, más
nuevo o más antiguo, verás que todos se manejan de la misma manera, porque,
salvando los detalles, todos responden a un mismo patrón. La mayoría de los
autos reflejan la imagen de un modelo original, sobre el cual se crearon los
demás.
De la misma forma fueron creados todos los hombres y mujeres que
habitan este planeta. Todos respondemos a un mismo patrón. Y todos se
manejan de la misma manera, y con el mismo manual de instrucciones.
La Fe Comienza Frente A Una Imposibilidad
En la Biblia - Nueva Versión Internacional - leemos en sus comienzos,
en el Libro de Génesis 1:1 que “Dios, en el principio, creó los cielos y la
tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu
de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: Que exista la
luz. Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena, y la separó de
las tinieblas. A la luz llamó “día”, y a las tinieblas “noche”. Y vino la noche, y
llegó la mañana: ése fue el primer día.”
Lo notable de este texto es que el comienzo, justamente, está referido a
un “caos.” Sin embargo, yo que he escrito algún libro, sé que lo ideal es
comenzar con algo impactante e importante que atrape la atención del lector y
lo lleve a continuar leyendo, si es posible hasta el final. Eso es lo que
recomiendan todas las editoriales.
Pero aquí vemos que Dios puede darse ciertos lujos que nosotros no
podríamos imitar, porque Él comienza su libro con una tierra desordenada y
vacía. Es que el desorden y el caos, no deprimieron a Dios en la eternidad, sino
que los tomó como una oportunidad para demostrar cuán poderoso es. El
profeta Isaías expresa, respecto de este pasaje, que “Dios no hizo la tierra en
vano, sino que la hizo y la compuso.”
Por lo tanto, tengo una muy buena noticia para darle a tu corazón: si en
este momento estás atravesando una situación crítica y caótica, tú calificas para
que Dios haga algo con sus manos, sobre tu vida, porque Dios siempre empieza
sus tratamientos en el caos.
Cuando Dios dice que “la tierra estaba desordenada y vacía” significa
que era improductiva y no tenía forma. Así te sientes tú cuando te levantas por
las mañanas y tienes que enfrentar el sistema que te rodea, agobiante y opresor.
Sientes que nada te conforma ni te calma, y no encuentras la paz. Aquí no
importa la edad que tengas, sé que hay ancianos, adultos y jóvenes de veinte
años que ya se sienten de la misma forma en la que estaba la tierra en el
comienzo.
Pero a partir de ahora, verás cómo Dios puede hacer ese milagro que
esperas. Dios siempre comienza con una imposibilidad porque quiere
demostrarte que fuiste creado a su imagen.
Hoy yo estoy escribiendo estas líneas para ti. Sé que puedo cambiar las
cosas imposibles de tu vida, porque aun cuando te parezca que todo se va a
destruir, tengo un regalo otorgado por Dios para cambiar todas las
circunstancias a tu favor.
Yo puedo hacer que tú seas una persona diferente, si me permites
enseñarte a usar las armas poderosas que tienes, por ser alguien creado a la
imagen y semejanza de Dios.
Dios, en medio del caos: ¡habló! Tú también puedes hacerlo, porque lo
que tú dices es lo que tú produces.
Si Dios hubiese dicho: “¡Aaay!, ¿y ahora qué hago?” Seguramente, el
universo hubiera explotado.
Afortunadamente, ni tú ni yo tuvimos que enfrentarnos a esa situación,
porque nuestras expresiones, ante el caos, nunca son desafiantes sino todo lo
contrario. Menos mal que algunas cosas que decimos, Dios no las oye. Porque
realmente hay un “poder” en las palabras. Y si ahora tuviera que darte una
rápida definición de tu vida diría que:
Tu vida es la suma de todas las palabras que salieron de tu boca
Tú no puedes esperar otra vida “que la vida que tú hablas”. Dios ante el
caos y la crisis, habló. Por lo tanto, cuando estés ante una circunstancia difícil,
según las palabras que pronuncies así será la próxima estación de tu vida. Con
lo cual verás que las palabras que tú pronuncias tienen un gran “poder” sobre
tu existencia.
Hay un principio extraordinario que todos deberíamos recordar cada día
y cada instante:
No existen palabras inocentes en la boca de una persona.
Muchas veces escucho que alguien, refiriéndose a lo que ha dicho,
expresa: -“Bueno, en realidad, no era eso lo que quise decir.” Pero ¡lo dijo!
Es que el ser humano no tiene conciencia del poder atómico que tiene en
su boca. Hay personas que creen que trabajar mucho, tener dinero, o un buen
empleo les da poder. Pero nada hay tan poderoso como las palabras que salen
de sus bocas.
Es decir, que tu motivación y tu transformación van a depender de la
forma en que tú hables de aquí en más. Cuando un problema supera tu
capacidad resolutiva, todo a tu alrededor tiene oídos, hasta las paredes de tu
casa te oyen. No existe nada sordo en este mundo, por eso Dios habló. Y
porque habló, de la tierra salieron animales, árboles, luz, tinieblas.
TODO lo que te rodea, TE OYE. Todo lo que tú hablas, se oye. Por eso,
Dios irrumpe en medio del dolor de las personas. En la Biblia, verás que Dios
actúa entre las personas cuando parece que ya nada funciona.
A Moisés, Dios le dijo que no importaba que tuviera el mar por delante,
que sólo debía hablar y lo podría cruzar caminando. Esto te demuestra, una vez
más, que en la religión no hay poder, el poder está en tus palabras, no en lo que
tocas con tus manos.
En las grandes empresas, la primera capacitación que reciben los
vendedores es una técnica llamada “programación neurolingüística” (PNL) que
les permite hablar correctamente frente a los clientes reales y potenciales.
Porque si no saben “hablar” como corresponde, no sirven a los fines de la
organización.
Entonces, para que algo grande suceda en tu vida, primero ¡tendrás que
aprender a hablar bien!
Hemos sido programados para hablar mal, lo hemos aprendido del
mismo sistema de vida que nos rodea.
¡Si hay algo que nos encanta, es hablar cuando estamos mal!
Es muy común escuchar que entre amigos se dicen: -“¡No dejes de
llamarme cuando estés mal! ¿Y por qué no pueden hablarse cuando están bien?
Porque parece que cuando están mal, tienen más para contar.
Pero si ahora sabes que existe el poder en las palabras, ¿por qué hablar
tanto de todo lo malo que te sucede?
Cuando Dios habló, todo lo que era caos se convirtió en una belleza.
Desde este momento debes empezar a programarte para cambiar tu manera de
hablar. Hablando las cosas correctas, tu vida puede dar un giro de ciento
ochenta grados.
Un médico le dijo a una mujer: - “Señora, su enfermedad es incurable,
los análisis no dejan lugar a dudas.”
Y ella, que había oído en una conferencia una palabra como ésta,
respondió: - “Gracias, doctor. Valoro y creo en su diagnóstico porque estoy
viendo los análisis; además entiendo algo de esto y sé que mi cáncer es
irreversible pero quiero decirle que no me quedaré con este resultado, porque
creo que si yo hablo una palabra correcta que Dios me ha dado, este
diagnóstico puede ser revertido.” Y a los dos meses su cáncer había
desaparecido.
Tú siempre vas a creer en la palabra de alguien, pero tienes que definir a
quién le vas a creer, porque lo que tú creas es lo que vas a hablar y lo que tú
hables es lo que vendrá sobre ti. La mujer había decidido creerle a Dios y no al
médico, y la elección fue excelente para su vida.
Cuando La Confesión Antecede A La Posesión
Fuimos creados para que primero “hablemos” y luego “poseamos”.
Primero “hablo,” luego “vivo lo que hablo.”
Primero “digo,” luego “tengo.”
Primero cambio mi manera de hablar y luego “lo que yo hablo” va
a cambiar “lo que yo tengo.”
Lo que estás viviendo, es el mundo que creaste con tus palabras, en el
silencio. Jesús dijo que “todo lo que digas en lo secreto será conocido en la
azotea”.
Porque no hay palabras inocentes, aunque las hayas dicho estando
solo y en el baño.
Porque tus palabras tienen poder creativo.
Porque con tus palabras construyes victorias o derrotas.
Tú fuiste creado – te guste o no – para que con tu boca puedas crear
cosas a tu alrededor. Fuimos diseñados para decirlo primero, y luego
obtenerlo.
Si entras a una confitería y no hablas, nunca te servirán un café. Si vas a
una zapatería deberás pedir los zapatos para poder comprarlos y llevártelos
contigo.
Dios habló a la imposibilidad. Todo lo que tú hables con tu boca genera
un poder extraordinario en tu vida. Entonces, desde este mismo momento,
debes convertirte en una persona cuyo modo de hablar sea totalmente diferente.
Para mí es muy fácil darme cuenta cuando una persona va a tener o no éxito en
la vida, sólo necesito escucharla hablar cinco minutos y a partir de esas pocas
palabras sé hacia dónde va su vida.
Cuando le pregunto: - “¿cómo estás?” y responde: - “Ahí ando, cada día
estoy peor. Todo está mal, no tengo esperanzas, no tengo salida, no tengo…,
no tengo.” Todo eso que habla y declara, empieza a crear el mundo a su
alrededor. No tiene, no puede.
Lamentablemente, estos principios son usados hoy en muchos lugares en
que se dictan “recetas” para vivir mejor. Muchos son los que aconsejan a la
gente: ¡hable positivamente! Pero no siempre funciona.
En cambio, verás que esto es “algo más que hablar positivamente”. Hay
algo mucho más profundo que irás viéndolo a medida que recorras las
próximas líneas.
Jesús dijo: “… ninguna palabra corrompida salga de tu boca”. Esto te
lo puedo traducir así: “que no salgan palabras inoperantes de tu boca”. Es
decir, que si abres tu boca, todo lo que digas deberá ser operativo y positivo
para tu vida.
Hay gente a la que le encanta decir que se siente mal o que está mal. Hay
muchas personas que están mal, simplemente, porque no aprendieron a hablar
con las palabras correctas, sólo usan palabras “corruptas” y con ellas sus vidas
nunca cambiarán.
Entonces, voy a darte unos consejos:
Ten cuidado con quien te sientas a hablar de tus depresiones, porque
hay gente a la que le gusta hablar de sus desgracias y escuchar las de
su interlocutor. Y puedo ser más claro aún, usando una expresión del
idioma español en su más alto nivel, hay gente especialista en “dar y
darse manija” cuando están frente a situaciones difíciles.
Si te reúnes con gente que está pasando lo mismo que tú, nunca vas a
salir. Tienes que nivelar para arriba y hacerlo en fe. Hablando con
gente que puede llevarte hacia un mejor estándar de vida. Porque
cuando tú cambies tu manera de comunicarte, y específicamente tus
palabras al hablar, también tu forma de vivir cambiará.
El don de la palabra que Dios nos ha dado es una herramienta a nuestro
favor, pero si la usamos mal, es nuestro peor enemigo. He escuchado a
personas que dicen: -“tengo miedo que el diablo se me aparezca durante las
noches.” Y yo les respondo que hay algo más poderoso que el diablo: sus
palabras incorrectas.
¿Sabes qué hacía Jesús con el diablo? Lo reprendía.
Tengo un amigo a quien, durante la noche, se le apareció un diablo en la
habitación (porque los diablos y los demonios existen) y él lo miró, y le dijo: -
“Ya te he dicho que de noche no vengas a molestarme”. Se dio vuelta y siguió
durmiendo.
Enseñanza: cuando tú sabes el poder que tienes en las palabras, y te
paras delante de una situación con autoridad, puedes revertirla.
A partir de ahora, cuando estés frente a una imposibilidad, párate y dile:
-¡“Imposibilidad” has hecho bien en venir a mi casa porque voy a
demostrarte que yo, en el nombre de Dios, puedo cambiarte en una
posibilidad!”
Entonces, ¿qué significa, “que no debes hablar palabra corrompida”?
Pues que no debes pronunciar palabra que no hable a tu favor. Las soluciones
de la vida, se curan o se revierten con el mismo método que la obesidad:
¡cerrando la boca!
Hay una escritura en la Biblia que dice: “en el tiempo de la adversidad,
considera.” Todo lo contrario de lo que hacemos, porque frente a una situación
o circunstancia adversa, no sólo hablamos por demás sino que a veces lo
compartimos con personas que nos sentencian:
-“¡Esto que te pasa a ti le pasó primero a tu abuelo, y luego a tu papá”!
Y tú no tienes mejor idea que agregar: “¡Entonces, por eso me pasa a mí
también!” Así, seguramente, no podrá cambiar lo que él mismo está
declarando.
Hay mucha gente que tiene un lenguaje negativo:
No sé qué hacer…
Todo me sale mal…
¿Dónde está Dios?
Nadie me ama.
Estoy viejo y arruinado…
Cada vez me siento peor…
Y lo más terrible de todo esto, es que con tus palabras les vas creando
“un mundo” a tus hijos. Tanto a los que ya tienes, como a ese que aún está en
el vientre de su madre y que aún no ha nacido, porque el ser humano oye
desde el día de la gestación, y está demostrado incluso por la “teoría del
análisis transaccional” (AT) que también está relacionada a nuestra forma de
hablar. Tu hijo, desde el primer instante de su gestación, empieza a alimentarse
de las palabras que tú hablas. Cuando María quedó embarazada por la obra y la
gracia del Espíritu Santo, fue porque María oyó y lo que el Ángel habló, eso se
le reprodujo en el vientre, y un día salió a la luz.
Quiero que recuerdes este concepto:
Todo lo que oigas, sea bueno o malo, te embaraza. Dale tiempo y
algún día lo verás con tus ojos.
Por lo tanto, dime a quién oyes, dime con quién has hablado durante la
última semana y te diré hacia adonde va tu vida. Y no necesito ser vidente para
acertar, porque conozco cómo funcionan las personas. Porque los seres
humanos son la suma de las palabras que oyen y luego pronuncian.
Hoy te hablo a ti para que oigas una palabra que viene del corazón de
Dios. No puedes cambiar tus imposibilidades en una posibilidad si no cambias
de interlocutores, ésos con los que te reúnes para compartir penas, carencias y
miserias.
¿Sabes por qué las malas noticias corren más rápido que las buenas?
Porque hay un trasfondo espiritual. El mal tiene más convocatoria que el bien.
Hablamos más de lo malo que de lo bueno. Muchas veces nos juntamos con
otras personas únicamente en un hospital, en un velatorio, o por una situación
crítica. Así hablamos de todas las cosas malas que nos suceden; pues nos
parece que es mejor compartirlas y de paso nos enteramos, también, de los
males de los otros.
Eso tiene que cambiar en nosotros, ¡nuestras bocas deben convertirse
en trompetas de buenas noticias!
Recuerda que las palabras tienen un poder creativo, crean el ámbito de tu
vida. La Biblia dice que todas las cosas que hoy vemos, fueron creadas por la
palabra de Dios. Y también dice en la versión castellana que tú “eres hechura
de Dios”, pero en su versión original dice que “eres un poema de Dios”.
Es decir, que cuando Dios creó todos los elementos de la naturaleza, lo
hizo con una sola palabra, pero cuando te creo a ti, lo hizo con un poema. Dios
habló desde tu cabeza hasta la planta de tus pies y por eso tu destino es el bien
sobre tu vida.
Es tiempo que aprendas que si cambias tu manera de hablar, cambiará tu
manera de vivir.
La Fe Y La Confesión Abren Puertas A Las Posibilidades
La Biblia, dice en el libro del profeta Joel: “…diga el débil, fuerte soy”
Parece ilógico, porque si alguien está débil, no debería decir lo contrario;
sin embargo, Dios sabe cómo funcionas y te está diciendo que “leas tu manual
de instrucciones, que vuelvas al servicio oficial autorizado” porque eres una
idea divina de Dios. Si declaras, en el momento de la crisis, que “estás fuerte”
es porque funcionas por el poder de la fe.
No dice: ¡diga el débil, pobre de mí! Además, cuando dices “fuerte soy”
no significa que estés mintiendo o que estés diciendo que está todo bien cuando
no lo está. Estás confesando tu fe.
Es lo mismo que si estuvieras enfermo, y proclamas que tienes
posibilidad de recuperar la salud. O si estás mal económicamente, y buscas una
palabra para declarar tu prosperidad, entonces comienzas a llenar el ambiente
con palabras creativas. Porque si tú hablas esas palabras, consciente del poder
que ellas tienen, estarás creando un mundo diferente a tu alrededor. ¡Ahí es
donde verás el poder de tus palabras!
¡Diga el débil, fuerte soy!
No es mi intención decirte que eres un pobrecito. Yo sé lo que es
transitar por el túnel del dolor, pero no quiero identificarme con tus penas y
pesares, porque a ti no te conviene. Por el contrario, haz de cuenta que estoy
parado enfrente de ti exhortándote para que cambies tu vocabulario y digas que
¡lo mejor de tu vida estás adelante tuyo y que vivirás para verlo!
Ahora bien, ¿cómo es posible que Dios te diga que eres fuerte cuando
estás en debilidad?
¡Porque Dios sabe cómo funcionas!
Y si, por las dudas, te estás preguntando si yo tengo todas las respuestas,
te digo que ¡NO! Porque el Hombre sigue siendo un misterio aún para las
ciencias. Quizás yo no tenga todos los detalles para darte las mejores
explicaciones y decirte exactamente cómo funciona, pero ¡funciona!
Por lo tanto, debes aprender a hablar, a confesar y a declarar palabras en
fe para tu vida. Porque todo lo que tú declaras es el umbral que te pone frente a
la nueva puerta de “posibilidades.”
Tengo una agenda para los próximos años de mi vida y esa agenda está
en el poder de mis palabras y cada situación que me toque vivir sé que la puedo
convertir en una posibilidad más. Porque puedo crear a mi alrededor, un
mundo diferente cuando soy inspirado por lo que Dios dice en su palabra:
“¡Diga el débil, fuerte soy!”
Durante los primeros años de casado, comencé a caminar por fe. Aún no
manejaba estos principios pero aprendí a orar, hasta ¡por una garrafa sin gas!
Una vez, un amigo que rebosaba de fe, me dijo que tenía que orar por todo.
Un día venía en el auto y me quedé sin combustible. Me puse a orar y a
pedirle al Señor que multiplicara lo poco que hubiera para llegar a mi destino.
Realmente, eso era imposible desde el punto de vista natural, pero yo llegué. Y
no es para hacerlo en todo momento, pero hay algunas circunstancias
especiales en las que funciona.
No sé por qué intuyo o presiento que estas palabras producen una guerra
a tu alrededor que, posiblemente, no te van a dejar reconocer los grandes
cambios que debes operar en tu vida. Y eso te sucede porque hay una fuerza
espiritual muy fuerte que te impide romper la forma equivocada de hablar.
Si tú hablas como Dios dice que debes hablar, a ti se te abrirán todas las
puertas de posibilidades y así podrás revertir todas las circunstancias difíciles
que hay en tu vida.
Las religiones han llevado al mundo a estar como está, porque en todas
ellas te dicen lo que tienes que decir, y terminas repitiendo una oración armada,
pero de esa manera ¡te abortan el poder de las palabras!
Y no es sólo en las religiones, también en los hospitales hay que hacer
silencio, pues no se puede hablar “salud” porque si no los enfermos sanarían.
Habla en una reunión donde todo el mundo ve una imposibilidad, y
declara tú una posibilidad, entonces, ¡dominarás ese lugar!
El gran problema es:
que hablamos lo que no tenemos que hablar,
delante de la audiencia equivocada,
y con los términos incorrectos.
Luego el mundo está como está, porque es producto de esas palabras.
Hay mucha gente que sabe que Dios existe, pero no sabe cómo habla.
Más importante que creas que Dios existe, es que sepas lo que ÉL dice, porque
existencia no está en discusión, lo que se discute es que no estás conectado con
tu Creador. Si crees en Dios pero desconoces su palabra es como NO creer,
porque has creído en un supuesto religioso.
El Apóstol San Pablo, estando encadenado en una cárcel, escribió una
hermosa frase que deberían guardar en sus corazones, pues distinto hubiera
sido si la hubiera escrito estando alojado en un confortable hotel de cinco
estrellas:
“Todo lo puedo en Dios que me fortalece”
Él dice que a Dios no le interesaba que él estuviera con o sin cadenas,
porque su vida no era de Herodes, ni de Nerón, ni del Imperio Romano, su vida
era de Dios, y desde la cárcel le escribió una carta a unos familiares,
diciéndoles: -“…sé que ustedes saben que estoy en prisiones pero no se hagan
problemas, no se duelan por mí, porque aún en mis prisiones todo lo que yo
pase va a ser para el bien de alguien.”
Porque lo importante no es lo que a ti te pasa, sino cómo reaccionas
frente a las cosas que te pasan. Y si hablas las palabras correctas entonces tu
mundo va a cambiar, ya no será un mundo que se cae a pedazos sino que todo
volverá al orden, porque tus palabras como en la creación, traerán tu mundo al
orden.
Dios Nos Ha Dado “Autoridad”
Las palabras tienen la repercusión de la autoridad de quien las dice.
Si a ti se acerca una persona y te dice que le parece que debes ir preso,
seguramente, no le harás caso. Pero si el que se te acerca es un juez de la
Suprema Corte, que tú conoces, y te dice esas mismas palabras, habrá una gran
diferencia, porque tú reconoces la autoridad que él tiene.
Como ves, no te estoy diciendo que yo voy a cambiar tu vida, sino que te
digo que si tú le crees a la palabra de Dios, su autoridad va a funcionar en ti,
pero tienes que darle a Dios esa autoridad, tienes que creer que es Dios el que
dice que tu mundo va a cambiar, porque ÉL es el que tiene autoridad sobre tu
vida.
Si yo vaticinara que el dólar va a subir, nadie se inmutaría, pero si lo
dijera algún representante de los organismos pertinentes de los Estados Unidos,
inmediatamente, todas las entidades financieras del mundo estarían alertas
esperando el cambio de moneda. Porque cuando alguien de autoridad
reconocida lo dice, hace que sus palabras tengan un peso de poder indiscutible.
Si crees que has sido creado a la imagen y semejanza de Dios, eso te da
autoridad. Pero si dices que no eres nadie, te equivocas, porque eres mucho
más de lo que piensas dado que llevas el sello de tu Creador. Eso te califica
para que hables las cosas correctas. Ese es el primer nivel de autoridad que
tienes. Un nivel de autoridad que nunca te dará la religión que profesas.
Cualquier persona que hable lo correcto se va a conectar con la vida y
con el bien de Dios. Dice el Señor: -“… inclina tu oído a mis razones, guarda
la palabra, atesórala en ti porque es medicina a tus huesos.”
Así es como hizo la mujer que estaba enferma de cáncer, pues ningún
hombre tiene la última palabra, la última palabra la tiene Dios, y cuando es así,
es la palabra de Dios la que actúa en autoridad sobre nuestras vidas.
Seis Áreas De Tu Vida En Las Que Debes Confesar
1- Declara Salvación
Dice el Apóstol San Pablo, en Romanos 10:9-10 “Que si confiesas con
tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de
entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación.”
Si confieso que Jesús es mi salvador, poseo salvación. La salvación no
es un tema relativo sólo al infierno, sino que tiene que ver con todo lo que nos
sucede cada día: accidentes, crisis económicas, divorcios, y/o cualquiera de los
ataques que podemos recibir de las tinieblas.
Este es el primer nivel de autoridad en tu vida. Pero no es una cuestión
de repetición sino que debes hablarlo con convicción, como yo lo he hecho una
vez y lo han hecho millones de personas en toda la tierra, porque se trata de la
primera confesión que cambiará el rumbo de tu vida.
Veamos que dice en el libro de Génesis 1:3 “Y dijo Dios: Sea la luz; y
fue la luz.” Y más adelante la Biblia dice que “la luz de los hombres es
Cristo.” Es decir, que Dios para llevar al mundo del caos al orden, creó la luz.
Ahora bien, ¿quieres tú que tu mundo pase del caos al orden? Entonces,
permite que la luz de Dios entre en tu vida. Y eso se logra confesando con tu
boca que Jesucristo es el Hijo de Dios.
Pero hay un problema y es que la gente cree esto, religiosamente, pero
no lo cree vitalmente. Lo que la Biblia te está diciendo es que si tú realmente
crees que Cristo resucitó, el tamaño de tu problema dejó de tener relevancia. Si
alguien después de tres días puede resucitar, entonces tiene el poder más que
suficiente para producir todos los cambios que tú necesitas en tu vida. Pero
tienes que confesarlo…
Yo no me ruborizo, ni me avergüenzo, desde hace muchos años vengo
proclamando y confesando esta palabra. Lo hago en conferencias, por radio,
por televisión; y les digo a todos los seres humanos de esta tierra que si
pudieran volver a sus bocas las palabras correctas, todo cambiaría.
Algunos me cuentan que creen que amigos, vecinos o parientes les han
hecho mal, hablan de “brujerías y trabajos.” Pero mi respuesta es siempre la
misma: eso no tiene relevancia alguna porque si confiesan que Jesucristo es el
Señor, el ambiente que rodea sus vidas es el más poderoso de la tierra y nadie
puede hacerles daño, porque están en las manos de Dios. Por eso es muy
importante que tengas tu Biblia y que la leas.
Si confieso a Cristo, puedo recibir la salida a todas las circunstancias de
mi vida. Dios se involucra en ellas. Y si lo que necesitas es sanidad, haz esta
declaración, pues Jesús compró la sanidad, para todos nosotros, en la cruz del
calvario.
Cuando alineas tu forma de hablar, no a una religión, sino a confesar lo
que tu Creador dice de ti, todo cambia. Atrévete a creer y a cambiar tu manera
de hablar.
2- Declarar libertad
La palabra declara que “si el Hijo nos libertare, seremos
verdaderamente libres”, libres de todo lo que nos ha esclavizado por años, del
temor, de las fobias, de los miedos: a la soledad, a la vejez, a la enfermedad, a
la oscuridad, a la pérdida del empleo, a la suegra, etc.
Sé que hay personas acorraladas por las circunstancias de la vida, pero
sólo deben hablar y confesar su libertad. Levántate y escribe papeles y notas y
pégalos en las paredes de tu casa, usa tu computadora para edificar un mundo
de palabras y confesiones. ¡Haz los primeros palotes de la fe!
Y cuando tengas una circunstancia difícil, declara que “vas a cambiar
eso porque tienes en tu boca el poder que te ha dado el Dios creador”. De eso
se trata la vida, de que comiences a hablar de un mundo diferente para ti y tu
familia.
3- Declara amor
Jesús decía que si nosotros amamos a nuestros amigos, en eso no hay
nada de extraordinario, porque es muy fácil amar a quien te ama. Lo
extraordinario es amar a tus enemigos. Entonces, si hago esta confesión recibo
el poder y la habilidad para amar a todos los hombres de la tierra, aún a los que
me aborrecen, a los que me dañaron, a los que me hicieron sufrir y a los que
todavía no he conocido.
4- Declara valentía
Dice en Proverbios 28:1 “El malvado huye auque nadie lo persiga,
pero el justo vive confiado como un león.”
Aprende a confesar que eres un valiente en Cristo, que tienes todas las
habilidades de un león. No andes escondiéndote ni huyendo, porque estás
habilitado ara adquirir una valentía especial y sobrenatural para enfrentarte a
cualquier situación que se te cruce en el camino.
Quizás, muchos te conocen como una persona tímida, callada, de esas
que cuando hablan, siempre dicen que todo les sale mal. Yo cambio esa
sentencia sobre tu vida y te digo que, por la palabra de Dios, tu vida será
diferente de aquí en más.
5- Declara que Él vive en ti
Confesar que tú vives en Él y Él en ti permitirá que dondequiera que
vayas, y en cualquier circunstancia, Dios estará contigo. Tendrás la presencia y
la protección de Dios.
Dile: - Señor, te permito entrar a mi vida. Porque Dios no puede invadir
tu vida, ÉL sólo lo hará si tú se lo permites, confesando esta palabra.
6-Declara que todo lo puedes en Él
Dice en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
No importa cuán fuerte sea la tormenta que se avecine, porque por la palabra
de Dios podrás derribar todas las situaciones que vengan a tu vida.
¡Tú con Dios, eres indestructible!
Dice la Biblia en San Marcos 16:17-18: “Y estas señales seguirán a los
que creen: En mi nombre echarán fuera demonios,… sobre los enfermos
pondrá sus manos, y sanarán.”
Fuimos creados a la imagen de Dios, y si Dios pudo poner en orden el
caos, tú puedes –por su palabra- traer el orden a ese mundo tuyo tan
desordenado.
La clave está en que cuanto más sepas de la palabra de Dios, más
vocabulario tendrás para hablar y confesar. Cuanto más oigas esta palabra,
más verás el poder que hay en tus palabras. Y también sentirás toda la
motivación que va a venir de Dios sobre tu vida, y eso sólo sucederá porque
has cambiado tu forma de hablar.
Fuiste creado por Dios y por lo tanto, funcionas como Dios. Haz que tu
boca sea transformadora del mundo que te rodea.
Verás que cuando hables lo correcto todo a tu alrededor cambiará,
porque el caos tiene un fin con tu confesión.
La Vida Es Una Larga Carrera Hacia La Victoria
Efectivamente, lo es. Y dijo Jesús que el “que persevere hasta el fin, ése
será salvo.” Es decir que no se trata del que comience bien, sino del que
termine bien, porque puedes haber comenzado bien y terminar mal.
Mucha gente ha comenzado cosas, y antes de lograrlas abdicó, renunció
a continuarlas, las abortó a mitad de camino y así fueron gastando muchas
energías, ya que nunca concretaron nada. Y ésta es una manera cierta y segura
de desarrollar frustración y desesperanza.
Pero todavía puedes comenzar a construir tu victoria, declarando que:
Cada problema que enfrentes, te facultará para ver la solución.
Cada problema que enfrentes, será la puerta para una bendición
mayor.
Cada problema que enfrentes no te debilitará sino que te hará más
fuerte en la batalla.
No olvides que en el mundo siempre habrá problemas, pero recuerda las
palabras de Jesús: “confía, pues yo he vencido al mundo.”
&&&&&&&
Capítulo 6
Con La Actitud Correcta Frente A La Vida
Este es uno de los temas más importantes que puedes aprender para
vivir la vida como Jesús quiere que la vivas. Por ello, me gustaría que me
acompañes a analizarlo profundamente.
Para comenzar he tomado de la Biblia, la historia de Esaú y Jacob. Y la
he elegido por una razón muy simple, porque Jacob cambió sus circunstancias,
cambiando su actitud.
Vamos a la Biblia en la Nueva Versión Internacional y leemos en
Génesis 27:41: “A partir de ese momento, Esaú guardó un profundo rencor
hacia su hermano por causa de la bendición que le había dado su padre, y
pensaba: “Ya falta poco para que hagamos duelo por mi padre; después de
eso, mataré a mi hermano Jacob.”
Jacob y Esaú eran hermanos gemelos y según la cultura de la época,
había una bendición muy preciada que los padres le concedían al hijo mayor:
esa bendición era la de la primogenitura. Según esta historia, Jacob – siendo el
menor – se las ingenió para tomar para sí, la bendición que le hubiera
correspondido a Esaú. Cuando lo hizo y Esaú se enteró, juró matar a Jacob.
Jacob huyó. Y así transcurrieron los años hasta que llegó el momento en que se
encontraron nuevamente. Continuemos leyendo en el capítulo 33: 1-13 que
dice lo siguiente: “Cuando Jacob alzó la vista y vio que Esaú se acercaba con
cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lea, Raquel y las dos
esclavas. Al frente de todos colocó a las criadas con sus hijos, luego a Lea con
sus hijos, y por último a Raquel con José. Jacob, por su parte, se adelantó a
ellos, inclinándose hasta el suelo siete veces mientras se iba acercando a su
hermano. Pero, Esaú corrió a su encuentro y, echándole los brazos al cuello,
lo abrazó y lo besó. Entonces los dos se pusieron a llorar. Luego Esaú alzó la
vista y al ver a las mujeres y a los niños, preguntó: ¿Quiénes son éstos que te
acompañan? Son los hijos que Dios le ha concedido a tu siervo – respondió
Jacob. Las esclavas y sus hijos se acercaron y se inclinaron ante Esaú. Luego
Lea y sus hijos hicieron lo mismo y por último, también se inclinaron José y
Raquel. ¿Qué significan todas estas manadas que han salido a mi encuentro?-
preguntó Esaú. Intentaba con ellas ganarme tu confianza – contestó Jacob.
Hermano mío – repuso Esaú -, ya tengo más que suficiente. Quédate con lo
que te pertenece. No, por favor – insistió Jacob -, si me he ganado tu
confianza acepta este presente que te ofrezco. Ya que me has recibido tan bien,
¡ver tu rostro es como ver a Dios mismo! Acéptame el regalo que te he traído.
Dios ha sido muy bueno conmigo, y tengo más de lo que necesito. Fue tanta la
insistencia de Jacob que, finalmente, Esaú aceptó. Más tarde, Esaú le dijo:
Sigamos nuestro viaje; yo te acompañaré. Pero Jacob se disculpó: Mi
hermano y señor debe saber que los niños son todavía muy débiles, y que las
ovejas y las vacas acaban de tener cría, y debo cuidarlas. Si les exijo
demasiado, en un solo día se me puede morir todo el rebaño.”
Esaú había jurado matar a Jacob, porque éste le usurpó la primogenitura,
pero como Jacob le trajo regalos y le pidió perdón, entonces, Esaú lo perdonó y
restauró la relación. Esto tiene que ver con el tema que estamos tratando: “la
actitud.” Su actitud de arrepentimiento, su actitud de sumisión y respeto,
cambió un designio de muerte que pesaba sobre su cabeza por un abrazo que
les trajo la bendición de Dios sobre sus vidas.
La Vida Es Una Cuestión De Actitud
Esaú perdonó a Jacob tan sólo por su actitud, ¡Ése es el poder de la
actitud que nadie, nunca en la vida, puede dimensionar! Cuando Jacob se
enteró de que su hermano lo quería matar, trabajó y se enriqueció pensando
que de esa forma podría cambiar el odio de su hermano en algo diferente.
Cuando al fin tuvo lo necesario, tomó regalos, se inclinó ante su hermano y el
corazón de Esaú cambió, tanto que lo que seguramente pudo haber sido un
asesinato terminó en la reconciliación, fundamentalmente, por el poder que
existe en las buenas actitudes.
Si tú quieres vivir correctamente motivado y además quieres vivir una
vida próspera en todos los sentidos, verás que la vida es el fruto de la actitud
que siembras todos los días, desde el momento en que te despiertas y te
levantas de la cama.
Con la actitud puedes cambiar tu vida. Si es mala la convertirás en
buena, si es buena, puedes hacerla mejor y si es excelente podrás
optimizarla.
Dios me ha regalado junto a mi esposa Alicia, cinco hijos y la vida me
regaló una sexta, que es mi nuera. Y en mí mismo he podido comprobar que la
actitud frente a esas circunstancias - que a todos nos llegan - nos puede
convertir en un perdedor o en un ganador, depende de la actitud que escojamos.
Cuando veo la vida de mis hijos, la de amigos o conocidos a través de
los años, observo que - ante algunas circunstancias - unas personas se deprimen
y se tiran a llorar en el rincón del dolor y otras hacen de los problemas una
oportunidad más para colgar una nueva medalla en la vitrina de los éxitos de su
vida. Y esto es solo una cuestión de actitud.
Leemos en Mateo 7:12 lo que Jesús dice: “Así que en todo traten ustedes
a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es
la ley y los profetas.”
En otras palabras, todo lo que tú quieres que la gente haga contigo,
haz tú con ellos. Porque así como yo hoy estoy sembrando en ti una palabra
motivadora, eso es lo que yo -algún día- quisiera cosechar cuando la necesite.
Y a pesar de ser ésta una frase asombrosamente simple, tiene una
implicancia muy grande en el destino de nuestras vidas. Esto es un principio de
la vida, no se altera por más que los tiempos cambien. Sin embargo, es muy
bajo el porcentaje de los -alrededor de seis mil quinientos- millones de
habitantes de este plantea que lo tienen en claro.
Dios creó esta ley para que funcione para todos los seres humanos y
Jesús lo dijo como queriendo expresar que ése era todo el secreto de la vida.
Esta es una ley como la ley de la gravedad, profeses la religión que
profeses, seas ateo o no, esta ley funciona para todos. Nunca podrás demandar
que el mundo haga contigo algo que nunca has hecho por otros porque esta es
una ley establecida por Dios.
Sólo Jesús pudo superar la ley de la gravedad porque pudo caminar
sobre las aguas, pero ÉL es Dios sobre todas las cosas y lo podría hacer
cualquiera que ÉL comisione para hacerlo. Pero nunca un hombre por sus
propios medios podrá superar una ley que Dios estableció y si lo hiciera
violentaría un principio y por ello debería afrontar gravísimas consecuencias.
El Éxito O El Fracaso Dependen De Tu Elección
Es cierto, el éxito o el fracaso dependen de tu elección. Cada día
debemos elegir ser exitosos o fracasados. Seremos personas llenas de alegría y
triunfos o frustraciones y derrotas permanentes. Esto es una elección personal.
De esa decisión dependerá tu éxito profesional, tu felicidad, la de tu
matrimonio, la de tus hijos y la de toda tu vida.
Sólo con actitudes puedes cambiar una vida de odios en una vida de
amor. Con la actitud correcta puedes cambiar una vida de escasez en una vida
de provisión. Si ves a gente que vive amargada porque todo le sale mal, eso es
una cuestión de actitud. Algunos sueñan con algo y a pesar de que lo
consiguen, aún así no quieren seguir viviendo ¿por qué? Porque en la vida,
TODO es una cuestión de actitud.
La Biblia dice que no son las circunstancias las que determinan tu
calidad de vida sino la decisión que tengas frente a ellas. No son las cosas
que te suceden las que determinan tu vida, sino la actitud que tomas frente a
esas circunstancias por las que casi todos pasamos, en alguna oportunidad. Voy
a darte un ejemplo mucho más gráfico:
Tú no eres culpable de la cara que tienes, pero sí eres culpable de la
cara que pones.
La cara que tienes la heredaste de tus padres, pero la que pones a diario
tiene que ver con tu actitud. Cuando Jesús te dice que todo lo que tú quieres
que la gente haga contigo, debes hacerlo con ellos, te está dando una llave
milagrosa para que aprendas a sembrar actitudes, y la vida te devolverá a ti,
actitudes.
Son principios rebotes, como ése que dice que “el que a hierro mata, a
hierro muere”. La vida tiene un efecto rebote o efecto “frontón,” cuanto más
fuerte pegues una pelota contra una pared, con mayor velocidad volverá hacia
ti. Esto no tiene demasiada ciencia.
Levántate a la mañana y con tu actitud estarás sembrando tu futuro.
La vida se rige por una ley de siembra y de cosecha. Si eres de los que al
levantarte te quejas diciendo que no sabes por qué a ti la gente no te quiere…
será porque tu cara no se ha dado cuenta de que estás vivo.
Hay personas que se han muerto y no se han dado por enteradas porque
no recibieron ninguna notificación formal. Tampoco quiero significar con esto
que te pases todo el día riendo, y sin saber de qué o por qué. ¡NO! Esto tiene
que ver con actitudes.
Rey Y Soberano En Tu Vida
Si quieres que en los próximos años de tu vida, sobreabunde la
producción de riquezas de todo tipo, en todas las áreas de tu vida, entonces voy
a regalarte un pensamiento muy fuerte: “¡Tú eres rey y soberano en tu vida!”
Nadie más que tú puede determinar la vida que quieres. Dios te creó a su
imagen y semejanza, y Dios es ¡rey y soberano! Dios le dio al ser humano un
poder sin igual, y es que nadie podrá manipular su actitud. Porque tu actitud es
la decisión soberana que está dentro de ti y nadie la puede violentar.
Esto es más poderoso de lo que tú crees, pero es probable que no te
quieras dar por enterado porque esto significa ser responsable, y hay mucha
gente que no quiere serlo en esta vida.
Quiero poner como ejemplo a Víctor Emile Frank, un psicólogo judío
austriaco, nacido en Viena, el 26 de Marzo de 1905. Durante la segunda guerra
mundial fue hecho prisionero. Permaneció seis años en Auswicht, uno de los
campos de concentración tristemente célebre de la época de Hitler, y aunque
sus padres murieron, él pudo sobrevivir. Ha escrito más de treinta y seis libros,
su obra puede ser hallada en Internet, y si la buscas, descubrirás que este
hombre escribió acerca de la “ley de la actitud”. Dice, por ejemplo, que cuando
en esas cuevas de dolor, muchos pensaban en el día de su muerte, él decidió no
hablar ni pensar en la suya. Por el contrario, se propuso hablar de las empresas
que iba a tener cuando saliera de ese lugar, proclamando que iba triunfar en la
vida. Y realmente si alguien puede salir de un campo de concentración nazi y
no alberga en su corazón odio hacia quienes tanto le hicieron sufrir, sino que es
capaz de ayudar a otra gente que sufre, entonces eso hace de este hombre un
ser humano excepcional. No sólo sobrevivió a esa terrible experiencia, sino que
hasta el año 1998 fue de inspiración para muchísimas generaciones. Se
desempeñó como profesor estable en las universidades más importantes del
mundo; obtuvo veintiséis doctorados, “honoris causa,” por su ayuda a la
humanidad. Fue el inventor de la “logoterapia”, porque extrajo de la Biblia el
vocablo “logo” que significa “palabra”, y a través de ella se hizo famoso, no
sólo porque cambió su actitud; sino porque también pudo sembrar “actitud”.
Frank dijo que los nazis habían podido pegarles, pudieron privarlos de la
comida, ultrajarlos y hasta violarlos, pero hubo algo que nunca pudieron hacer
y eso era robarles el poder soberano de la actitud.
Alguien puede estar torturándote y puedes pensar en dos alternativas:
“…algún día te podré devolver lo mismo que me estás haciendo”;
O puedes decir lo mismo que dijo Jesús en la cruz: “Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen.”
Por eso, si tienes una palabra de Dios en tu boca todos los días y una
actitud positiva, tienes el cien por cien de la vida, y puedes salir adelante frente
a cualquier circunstancia.
Es tiempo de que te enteres, que todo en ti y en tu vida tiene solución, si
puedes caminar con la actitud correcta.
Lo que digas y hagas durante una crisis va a determinar si tú serás uno
más en las tumbas de los muertos o al tercer día vas a resucitar.
Todo depende de cómo reacciones frente a tus circunstancias, todo
depende de lo que hables o digas.
Listo Para La Victoria
Puedo asegurarles que los judíos han sabido sacarle muy bien el jugo al
turismo. En Israel, todavía existen los alfareros, esos que hacen vasijas de barro
con sus manos. Y así como algunos turistas extranjeros siempre sacan fotos,
hay otros que además hacen preguntas. Una vez uno de esos visitantes le
preguntó a un alfarero:
Dígame, ¿cómo sabe cuando la pieza que ha hecho con sus manos,
ya está lista en el horno? El hombre le respondió:
La golpeo y escucho su canto y, precisamente, en su canto sé que
está lista para ser vendida.
El principio que debemos extraer es el siguiente:
Si cuando estás en el horno de las circunstancias y la vida te pega, tú
puedes cantar, eso demuestra que tendrás victoria y podrás alcanzar una mejor
calidad de vida.
Si por el contrario, frente a las circunstancias te desesperas, te
preguntas ¿por qué a ti? Y empiezas a renegar de todo, entonces, quiere decir
que no estás listo para vivir de lo que yo te estoy hablando.
Aspectos Relativos A La Actitud
1.- Una actitud es un sentimiento interior que se expresa en una
conducta exterior
Las personas ponen “caras” o hacen gestos para manifestarse. Por
ejemplo, cuando alguien está permanentemente molesto por todo y lo expresa,
es una mala actitud, porque infecta el ambiente, usa frases desubicadas, es el
tipo de persona a la que quisiéramos tener bien lejos por sus actitudes
negativas.
Lo peor es que generan rechazo hacia quienes lo rodean y esto los hace
sentir más molestos. ¡Es un círculo!
Esto puede no caerle bien si se lo dices, porque no hay nada más
violento que decirle a una persona: ¡tú vives la vida que tú has querido vivir!
Porque seguramente, esa persona esperaba que te compadecieras de su
situación. Pero esto no ayudaría.
Por eso, yo te digo en estas líneas lo que te estoy diciendo. No es mi
intención hacer que te sientas bien sólo un momento, mi intención es que
reacciones positivamente y que estos principios comiencen a funcionar en tu
vida desde este preciso instante, y eso es independiente de que te gusten o no.
Me he encontrado con personas que prefieren donar un millón de pesos
antes que escuchar a alguien que les diga la verdad sobre sus vidas, sin darse
cuenta que la solución de sus problemas no es una cuestión de dinero sino una
cuestión de actitud.
Hay gente que va al psicólogo esperando que éste se haga “cómplice” de
sus desaciertos y le diga cuánto se compadece de sus desgracias, pero cuando
el profesional trata de ubicarlo en el plano correcto, prefiere ir a probar con
otro psicólogo antes que cambiar su actitud frente a la vida.
ay mucha gente que viene a hablar conmigo buscando que yo lo palmee
y le diga ¡pobrecito, no se preocupe ya va a ver que todo cambiará! Cuando en
realidad, lo que yo debo hacer es darle una llave para que aprenda a lograr
victorias y triunfos en su vida.
Todos nosotros debemos entender que somos responsables de cambiar
nuestra actitud. Por eso, una buena manera de empezar es “cambiando” la
expresión de nuestra cara.
Entiendo que a una persona que ha pasado por el valle del dolor y el
sufrimiento y que ha perdido todo, le puedo decir una vez ¡pobrecita!, la puedo
consolar y hasta prestarle mi hombro tres o cuatro veces, pero a la quinta le
diré: - ¡cambia tu actitud! Porque si dejas que las circunstancias te ahoguen,
entonces toda la vida serás un gusano, cuando Dios tiene reservada para ti una
mariposa, para que puedas volar por encima de todas las dificultades de la vida,
y sólo con un cambio de actitud.
Hay personas que son capaces de hacer cualquier cosa, antes que asumir
responsabilidades, hasta quieren comprar a Dios. Pero cuando te acercas a
Dios, tu creador, ÉL te dice que no necesita tu dinero, porque suya es la plata y
suyo el oro, entonces a Dios no lo puedes comprar con dinero, además ÉL te
conoce desde antes que nacieras. Luego lo único que te queda si quieres vivir
una vida por encima de todas las cosas, es creerle a tu Creador cuando te dice
que para que se reprograme tú forma de pensar, tienes que:
Asumir responsabilidades,
Cambiar tu actitud,
Comenzar a ser una persona que vive en fe, y
Aprender a oír las cosas correctas.
Seguramente, en poco tiempo, estarás viviendo otra vida, y verás que
todo a tu alrededor habrá cambiado. Esto no es tarea de un solo día, es una
tarea diaria, constante, permanente.
2.- La actitud es la línea de combate
Conocemos a las personas por sus actitudes frente a circunstancias y
frente a otras personas.
Si observamos a dos personas que están viviendo el mismo problema,
veremos que una de ellas se deprime, se queja, se lamenta y – poco a poco – se
va convirtiendo en un ser amargado, frustrado, resentido y rencoroso. En tanto
que el otro, frente a un problema idéntico, lo siente como un reto que debe
superar porque es una oportunidad para colgarse la medalla de vencedor en su
pecho. Esto sucede porque la formación, la impartición de enseñanzas que han
tenido los hacen reaccionar de una manera muy diferente.
Por eso tú, también, tienes que encontrarle un sentido a tu vida.
Entonces, ahora te voy a hacer una pregunta:
- ¿Sabes de qué material estás hecho? Pues mira, una pulidora hace que
un diamante se vuelva precioso y de más valor, pero en cambio, a la roca la
muele haciéndola desaparecer. ¡Sólo con tu actitud podrás ser un diamante o
una piedra!
La vida es la pulidora, y cuando tienes la actitud correcta, las
circunstancias pueden hacerte una persona más valiosa, porque los problemas
agregan grandeza a tu vida. Por el contrario, si eres una piedra que siempre
andas echándole la culpa a todo el mundo de lo que te sucede, estarás en un
proceso constante de devaluación.
La vida es la pulidora ¡Sólo con tu actitud podrás ser un diamante o
una piedra!
Nosotros nos manifestamos de acuerdo a cómo somos y a nuestras
actitudes frente a los problemas de la vida.
Como he dicho en capítulos anteriores, la expresión conocida: -“Ése, en
el fondo es bueno…” la podría comparar con esas casas que tienen una pieza o
un cuarto en el fondo, lugar adonde se guardan cosas que alguna vez pueden
servir para algo, pero que nunca se usan para nada, porque -en realidad- está
todo tan desordenado que es imposible encontrarlas cuando se las necesita.
Yo he atravesado tormentas junto a mis hijos y he comprobado que no
hay nada que manifieste mejor el corazón de la gente que su actitud frente a los
problemas.
Tengo un amigo llamado David Márquez, a quien nunca olvidaré. En el
año 1980 estábamos aquí, en pleno centro de la ciudad de Córdoba, en la
esquina de la calle Entre Ríos y la avenida Chacabuco, parados sobre la vereda
y su hijito de tres años se le suelta de la mano, baja la vereda y en ese preciso
instante, pasa un ómnibus y lo atropella pegando su cabeza contra el cordón. El
niño ya no tenía cara y mi amigo, con sus manos recogió todo eso y arrodillado
miró al cielo y dijo suave y pausadamente: - “Vamos al hospital”. Yo los
trasladé en mi automóvil. Nunca olvidaré la expresión de su rostro y su actitud,
que fue lo que demostró de qué materia estaba hecho.
Otro hubiera gritado, insultado, preguntando adónde estaba Dios. Pero
en este caso no fue así. Hoy al muchacho sólo le queda una cicatriz en su cara
y lo he visto crecer, porque fue compañero de escuela de uno de mis hijos.
Debemos tener en cuenta que aunque tú seas la persona más buena del
mundo, nadie puede impedir que tengas dificultades en tu vida, porque la
seguridad es un mito, ya que la única seguridad es que tú estés en el centro del
propósito de Dios para que en el momento en que las cosas te sucedan, tu
corazón sea guardado, para que nos seas “piedra” y desaparezcas de la escena
de la vida.
Frente a un problema aparece el quejoso, el criticón. Puedes ser la
“piedra” que se olvida de todo lo que tiene a su alrededor, tirando todo por la
borda o puedes ser como mi amigo.
He conocido a personas, que se dicen cristianas y ante una dificultad, en
primer lugar, empiezan a dudar de todo aquello en lo que creían. Y no es la
situación la que las hace dudar, sino que – en realidad – siempre han sido
“piedras.” Así nunca calificarán para ser “diamantes”.
Pero también pueden aparecer el hombre y la mujer de fe que en ese
preciso momento en que atraviesan la tormenta, te dicen: -“… estamos
tranquilos, estamos orando, vamos a salir de esto con gloria, con un valor
agregado.” Y en vez de caer abatidos, sus alas se hacen más fuertes para volar
por encima de las adversidades. Porque como dijo el Apóstol Pablo “…a los
que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme
a su propósito son llamados.” (Romanos 8:28)
De todos modos, tú puedes cambiar tu actitud, a partir de este mismo
momento, y verás los éxitos en los próximos años de tu vida.
3.- Tu actitud frente a la vida será “tu mejor aliado o tu peor
enemigo”
Cuando hablo de tu actitud frente a la vida, también me refiero a la
actitud que tienes frente a los problemas y a las personas.
Según tu actitud, la gente se acercará a ti o se alejará espantada. Y quiero
decirte que todo lo bueno y lo malo que pase a tu lado, así como toda la ayuda
que Dios ha pensado darte, siempre viene encapsulada en personas.
Si tienes una buena actitud, las buenas personas llegarán a ti.
Cada vez que alguien se te acerque verás que en él o en ella viene
envasada una ayuda para ti, ya sea económica o de palabra, encapsulan una
revelación de Dios para ti, y aunque a veces, el envase no te parezca muy
bonito, comprobarás que ese envase trae una solución divina para tu vida.
Pero… si tu actitud es mala, te chocarás con las malas personas.
Hay personas que se la pasan diciendo, que hay que tener cuidado, que
es mejor desconfiar, porque la gente está mala, etc., etc. Sin embargo, puedo
demostrarte que hasta el presente, tengo amigos y conocidos que podrían dar y
prestar dinero, comprar y vender sin firmar un papel porque hay muchos que
seguimos creyendo en el valor de las personas. Seguramente, querrás
preguntarme si así pienso de todo el mundo, mi respuesta es “no”, pero
tampoco puedo estar viendo, a mi alrededor, fantasmas que conspiren
constantemente en contra de mi vida, porque ésa es una mala actitud. Tienes
que aprender a sembrar en la gente, porque las buenas actitudes se siembran y
traen buenas cosechas.
Comienza desde ahora, revisa tu agenda y llama a ese amigo o a ese
familiar con el que hace tiempo no te hablas, seguramente ya ni siquiera te
acuerdas el por qué de ese alejamiento o de ese enojo. Porque esas semillas de
amargura hacen que tú coseches lo mismo, en otra área de tu vida.
Mira, y relee la historia de Jacob, él no tenía teléfono para llamar a su
hermano pero preparó lo mejor para ir a su encuentro, aún habiendo un motivo
importante para el odio y el deseo de matarlo de Esaú. Y es probable, que lo
que ha sido causa de enojo y separación entre ese familiar o ese amigo y tú, no
es tan relevante como lo que separó a estos hermanos.
Nunca olvides, que la vida es un campo del cual cosechas lo que has
sembrado.
4.- La actitud determinará la calidad de las relaciones que
tengas
Tu actitud hará que esas relaciones se enriquezcan o se contaminen e
infecten. Quizás, eres de esas personas a las que todo le molesta, y te voy a dar
varios ejemplos a ver con cuál de ellos te identificas:
Porque el canario de tu vecino canta y lo hace justo cerca de la
ventana de tu dormitorio.
Porque los niños, juegan, se ríen y hablan en voz muy alta.
Porque el cajero del banco se demora.
Porque la secuencia del semáforo es muy larga y estás apurado.
Porque otro automóvil se te adelantó.
Puedes identificarte con uno, con alguno o con todos, sea como fuere, te
aseguro que tienes un serio problema de actitud y eso justifica el por qué estás
como estás, analiza tu primera línea de ataque. Sólo piensa que tu actitud hará
que el cielo se abra o se cierre para ti.
Siempre digo que he determinado hacer lo que hago, por tres razones:
1. Porque es para lo yo he nacido.
2. Porque me he preparado y me sigo formando para hacerlo, y
3. Porque yo también, alguna vez, lo hice todo al revés, entonces sé
de lo que te estoy hablando, lo he vivido en carne propia.
A veces, yo también cuando voy por la calle y pasa un auto y me salpica
la ropa, siento que me cuesta reaccionar bien… ¡no sabes cuánto me cuesta!
Veo al angelito negro de un lado y al blanco del otro que me dice: ¡bendice al
“buen conductor”! Te digo esto, para que sepas que sé muy bien que no es una
teoría fácil de llevar a cabo, pero si hay determinación en tu vida, ¡podrás! Las
actitudes son poderosas y pueden producir cambios poderosos en tu accionar.
Siete “Secretos” Para Tener Una Buena Actitud
Con Dios esto es muy, pero muy sencillo. Hay unos versículos hermosos
escritos en el Libro de los Salmos por el rey David, el mismo que
mencionamos al principio de este libro, que dicen: “si de mañana buscas a
Dios, alabas al omnipotente y te deleitas en él, Dios vendrá sobre ti y te
concederá todas las peticiones de tu corazón”.
¿Cómo es tu actitud con Dios? ¿Qué es lo primero que haces a la
mañana cuando te despiertas?
Algunos “desayunan” empezando su día con la lectura del diario,
acompañada del mate, el té o el cafecito.
A mí me enseñaron desde edad temprana a nutrir mi vida con las cosas
correctas, por eso, cuando te levantes, comienza a dar gracias a Dios por la
vida que te ha dado, agenda buenas acciones para ese día:
En lugar de pensar únicamente que tienes ir a cobrar, agenda adónde
debes ir a pagar. Habrás escuchado a los que se quejan por el alquiler que
abonan, porque lo consideran una pérdida de dinero, sin tener en cuenta que
ése es su hogar. Pero, si en lugar de quejarse pensaran en la cara de felicidad
del dueño de la casa que alquilan, la actitud sería diferente.
Cuando veo una persona conduciendo un Mercedes Benz,
inmediatamente la miro y mi primer pensamiento es que lo disfrute y no se me
ocurre ni se cruza por la imaginación pensar:
¿De dónde lo habrá sacado?
¿En qué asuntos andará para tener y mantener ese auto?
¿Será de él o será de otro?
Yo tengo un automóvil con vidrios polarizados y alguien me dijo con un
tono acorde: - “Pastor, ¡que lindo el autito de “mafiosos” que se ha comprado,
eh!”
En realidad, los tengo para que no me castigue el sol cuando viajo, y los
demás, pueden pensar lo que quieran. De todos modos su actitud y la mía son
las que van a determinar que el otro siga viajando en un transporte público y yo
en mi vehículo.
Sabes, Dios en esto también te dice: “¡Cambia tu actitud! Alégrate con
los que tienen, no es tu problema si son traficantes o trabajadores, eso lo juzgo
yo”
Tú sólo juzga tu actitud. El resto disfrútalo. Porque la Biblia dice que “la
bendición de Dios enriquece y no añade con ella tristeza.”
Vamos a comenzar con los “secretos” que te harán encontrar esa actitud
que buscas, para que tu vida cambie.
1.- Tu actitud es tu elección y de nadie más
Éste es un punto clave, porque nuestra actitud es soberana. Entonces
analicemos, en primer lugar, tu actitud con Dios.
El Salmo 128 habla de las bendiciones de los que aman al Señor. David
se levantaba por las mañanas, y antes de poner sus pies en el piso, decía esto: -
“¡Este es el día que Dios ha creado! ¡Nos gozaremos en él!”
Y Dios dijo: “Me hallan los que desde temprano me buscan.”
Pues bien “temprano” no significa que debes levantarte a las cuatro o
cinco de la mañana, “temprano” significa “cuando tú te levantas”, cuando tú
abres los ojos y tu primera intuición de vida es:
¡Señor, Dios mío, qué bueno que me diste la vida, enséñame a que en
este día pueda caminar con la actitud correcta para que, durante su
transcurso, yo pueda ser el reflejo de tu creación!
Te aseguro que tus días estarán colmados de satisfacciones y de éxitos.
Recuerda que si esa mañana lees el diario, y tu nombre no está escrito en
la sección de avisos fúnebres, entonces debes darle gracias a Dios.
Simplemente el hecho de que estés vivo, ya es una buena razón para dar
gracias al Señor.
Humildemente, podría decirte que si aceptara todas las invitaciones que
recibo para dar conferencias, podría tener mi agenda completa con
compromisos hasta dentro de tres años, y ¿sabes por qué?, porque cada vez
que me paro delante de un auditorio, siembro lo mejor que hay en mí, en la
vida de otros.
Con buenas actitudes la gente que se acerque a ti lo hará con buenas
propuestas, porque verán que en ti está la bendición de Dios. Por eso tenemos
que cambiar de actitud.
Quiero poner como ejemplo la vida de Christopher Reeve, el actor que
personificó a Superman en la década de los años setenta; él tuvo un accidente,
quedó cuadripléjico al caerse de un caballo, su cuerpo estaba totalmente
muerto desde el cuello hacia abajo. Así paso el resto de sus días en una silla de
ruedas hasta hace un tiempo atrás, que falleció.
Una periodista, de una renombrada cadena de noticias de Estados
Unidos, lo entrevistó. La imagen corrió por las pantallas de todo el mundo. Él
estaba sentado en su silla de ruedas, con todo un equipo a su alrededor y su
esposa, Dana, a sus espaldas, quien poco tiempo después también falleció
víctima de un cáncer.
La periodista preguntó: “- Christopher, veo que tú ya no eres el mismo,
¿en qué cambió tu vida?”
Él respondió, pero como tenía un catéter en el esófago y un pulmón
artificial proveyéndole aire, no era fácilmente comprensible lo que hablaba.
Entonces Dana repitió en voz alta lo que su esposo había dicho:
“- No soy lo que ves. Tú eres lo que piensas, lo que sigues siendo como
persona, eres según lo que hay dentro de ti y no lo que tu cuerpo es capaz de
hacer o no hacer”.
Y así tomó una causa y todo lo ganado en su carrera fue puesto en una
fundación para mejorar la calidad de vida a todas las personas que sufrieran
males parecidos.
Es la actitud lo que hace que tú seas uno más en las estadísticas de los
que lloran masticando venganza para convertir a tus hijos en los delincuentes
del futuro; o puedes hacer de tu circunstancia un trofeo para caminar de esa
manera, en la vida que Dios tiene para ti.
Por eso, dice el Apóstol Pablo en la Carta a los Filipenses 3:13
“…olvidando ciertamente lo que queda atrás,…” A esto se le llama “amnesia
selectiva”, y es un mecanismo interno que Dios nos ha dado para olvidar las
cosas dolorosas del pasado que nos están inhabilitando para el futuro.
Esto fue lo que le pasó a Esaú. A esa amnesia selectiva, Dios la llama
“perdón.” Es la decisión de borrar ciertas cosas de tu vida que te impiden llegar
a lo que tienes adelante. Por eso Pablo, agrega a continuación: “… y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
Uno de los más grandes pianistas de Polonia fue Ignacy Jan Paderewski.
Cuando ingresó al conservatorio para estudiar piano el profesor le dijo:-
“Muchacho, no sirves para pianista. Tus manos son muy pequeñas y tus dedos,
muy cortos.”
Pero dentro del muchacho ardía una pasión y decía: -“yo sé que nací
para esto.” Y persistió con su actitud. A pesar de las palabras del profesor,
llegó a ser el pianista más sobresaliente de su país y uno de los más
reconocidos en el mundo de la música. Como ves, siempre es una cuestión de
actitud.
Como Pablo que vio lo que estaba delante, y esto justificaba que borrara
lo que estaba atrás, eso mismo debes hacer tú. Debes determinarte a perdonar y
restaurar lo que haga falta, permitiendo que el amor Dios te haga calificar para
el mejor negocio de tu vida. Si el año pasado fue el mejor para tu empresa,
olvídalo, éste es otro año. Si en el año que pasó se rompió tu matrimonio y
pareció ser el peor año de tu vida, olvídalo, éste es “otro” año.
Porque con Dios, siempre todas las cosas pueden andar cada vez mejor.
El camino de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando
constantemente… Y recuerda que ¡tú eres el único que determina la actitud
que vas a tener!
Hay una oración de San Francisco de Asís que sigue vigente a través de
los siglos; ¡Señor dame fuerzas para soportar lo que no puedo cambiar y las
mismas fuerzas para cambiar lo que sí puedo cambiar!
Muchos de nosotros, a veces, caemos presos de un espíritu amargado y
crítico, tenemos malas actitudes con la gente, con la vida y con Dios. Y aunque
hay cosas que quisiéramos cambiar, con esa actitud nunca cambiarán y en ese
caso, no quedará más remedio que conformarse y aceptar lo que tenemos.
Sin embargo, hay cosas que sí se pueden cambiar, como un diagnóstico
médico que dé cuenta de una enfermedad incurable; la mala decisión de una
hija de unirse en matrimonio con un joven sin futuro porque no trabaja, ni
estudia; el pedido de divorcio por parte de su cónyuge.
Todos tenemos un pasado de aciertos y errores, pero debes tener en
cuenta que Dios jamás consulta tu pasado para determinar tu futuro.
Vamos a ver algunos ejemplos de personas que están en la Biblia y que
ya te he ido presentando.
Moisés: imagínatelo ingresando en el lujoso palacio de mármol y
gritándole en la cara a Faraón: - “¡Deja salir a mi pueblo!
Era el mismo Moisés que cuarenta años atrás había matado a un egipcio
y había huido cobardemente para ocultarse en el desierto. Dios lo levantó y lo
hizo presentarse en las mismas narices de Faraón para que llevara a cabo la
misión que le había asignado. Pero su actitud había cambiado.
El Rey David: fue un hombre que había mandado asesinar a sangre fría a
Urías Heteo, uno de sus oficiales más fieles y el esposo de Betsabé,
simplemente porque se había enamorado de ella y quería hacerla su mujer.
Nadie hubiera creído que sería el mismo que escribiría el Salmo 23 o el que
llevó a Israel a la cúspide, porque según los teólogos, la era de oro de Israel fue
durante su reinado. Pero Dios lo usó a pesar de su pasado, a pesar de ese
capítulo oscuro, que él y todos tenemos y que nos mantiene cautivos de la
vergüenza. Pero si a él su pasado no le impidió que Dios determinara su futuro
de gloria, contigo va a suceder lo mismo, sólo tienes que cambiar de actitud.
Antes cuando te enfrentabas a problemas había una frase muy
terapéutica que decía: ¡tienes que sobreponerte! Ahora parece que la que se usa
es: ¡Escapa, corre, huye! Así nunca podrás cambiar nada en tu vida.
Si has sido herido, humillado, traicionado; si todo lo que has emprendido
te ha salido mal, si te sientes fracasado: ¡Tienes que sobreponerte! Y será tu
actitud la que revertirá lo que parecía irreversible.
Cuando miras al cielo en un día gris, puedes ver el borde plateado de las
nubes o la negrura de la tormenta que se avecina, es tu elección mirar al lugar
correcto.
De todos modos, todo lo que hagamos en la vida siempre tiene riesgos
como dije antes y lo vuelvo a decir:
Contraer matrimonio es un riesgo.
Si siempre te ríes corres el riesgo de parecer tonto o ridículo.
Si lloras corres el riesgo de parecer un sentimental.
Si te enamoras corres el riesgo de no ser correspondido.
Si expones tus ideas, corres el riesgo de ser rechazado.
Si has determinado vivir, corres el riesgo de morir
Si ayudas a otros corres el riesgo de quedar involucrado.
Yo quería ayudar, quería motivar a otros a vivir mejor y aquí estoy
haciendo lo que tanto quería y asumiendo los riesgos.
Por eso la seguridad absoluta es un mito. Nadie que salga a la calle
puede estar seguro de que aún tomando todos los recaudos, nada le sucederá.
Aun estando en la iglesia, pueden estar robando tu casa o tu automóvil
estacionado en la puerta. Pero sí hay un lugar seguro, ¡el único lugar seguro es
estar en el centro del propósito de Dios!
2.- Tu actitud determinará tus logros
Sé positivo al hablar. No digas que estás viejo, que eres un inútil, que no
tienes contactos, que no tienes conocimientos ni experiencia, que nadie te
conoce, etc.
Dios es tu mejor contacto, Dios sabe adonde vives, conoce tu número de
teléfono y tu dirección de correo electrónico.
Si te falta sabiduría se la pides a Dios y te la dará en abundancia.
Si no tienes recursos, tu Dios te suplirá todo lo que te haga falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Dios sabe todo acerca de ti y te va a conectar con la persona
correcta.
Dice en la Biblia que el Profeta Elías estaba en un lugar y la viuda con la
que tenía que encontrarse estaba en otro llamado Sarepta. Para que ambos se
conectaran Dios hizo de las suyas. Siempre hay una necesidad y un necesitado
pero también siempre hay alguien que está provisto y que desea proveer.
Cuando tú tienes la actitud correcta, Dios se encarga de ponerte en
contacto con la persona adecuada: unas veces serás el proveedor y otras el
necesitado, pero siempre habrá personas que te ayudaran a transitar el camino
de la provisión y esto sólo lo determina “tu actitud”.
Ahora vamos analizar otros casos y otras actitudes:
Tomás, quien estuvo tres años al lado del Señor, debía poner su dedo en
las llagas de Jesús para creer que había resucitado. ¡Tenía dudas! Su actitud
hizo que ése fuera el único pasaje en que se menciona su nombre. ¿Conoces
algún libro de la Biblia escrito por Tomás? ¿Hay cartas o epístolas de Tomás?
Revisa tu Biblia y verás que no hay nada escrito por él, porque Dios lo sacó de
la Biblia.
Tomás vio al Señor cuando caminó sobre las aguas, lo vio cuando
multiplicó los panes y los peces, lo vio resucitar a un amigo que había muerto
cuatro días atrás y el cuerpo ya estaba en descomposición, él siempre estuvo
cerca… y sin embargo, después ¡no vio nada! Y tuvo que poner sus dedos para
creer. Es asombroso como puede alguien estar lleno de gloria en un lugar y en
otro, por una mala actitud, no ver nada.
Ahora se dice que han hallado el evangelio de Judas, pero aunque él
como Tomás, dijeron estar siempre con Jesús: uno dudó, y el otro terminó
suicidándose. Como ves, ambos tuvieron la actitud equivocada e incorrecta.
En cambio Pablo, que lo despreció por años, lo terminó amando. Otra es
la historia de este Apóstol. Antes de tener un encuentro con Dios, cuando aún
se llamaba Saulo de Tarso, estaba convencido de que Jesús era un fraude, un
estafador y embaucador. Incluso se dedicó a exterminar a los integrantes de “la
secta de los cristianos”. Consiguió cartas y documentos de gente muy poderosa
para llevar a cabo esos asesinatos. Pero un día Jesús se le aparece camino a
Damasco y Pablo cambia su actitud y su cambio fue tan grande que cambió el
curso de su vida. Pablo no estuvo en la resurrección de Lázaro, no lo vio
caminar sobre las aguas, él nunca vio a Jesús en la carne, sin embargo, pudo
edificar una vida basada en el amor y así terminó sus días entregando su vida
por lo mismo que antes perseguía, y eso sólo se consigue con un cambio de
actitud, cuya fuerza no viene de nosotros mismos, sino que viene de Dios.
¿Quieres tener la actitud de Tomás, un religioso que camina tres años
con el Señor, creyendo en algo que no le sirve para nada o sólo le sirve para
vivir en una eterna duda?
¿O quieres tener la experiencia que tuvo Pablo? Que si bien por mucho
tiempo fue un escéptico, cuando se encontró con Dios, cambió su actitud y toda
su vida cambió.
Algo similar sucedió con un monje franciscano llamado Martín Lutero
(1483-1546) quien leyendo un versículo escrito por Pablo, dio origen a una
reforma mundial que cambió la historia, revolucionó a la iglesia produciendo a
través de la expresión de la palabra de Dios, un cambio trascendente a nivel
social y político.
Como ves, no depende de los problemas que tengas, no será la gente, ni
tu familia, ni los gobernantes de tu país, ni tu pastor los que van a producir
cambios en tu vida, únicamente lo hará ¡tu cambio de actitud!
3.- Tu actitud determinará tu salud mental
Conozco la historia de un hombre que fue a un banco para hablar con un
ejecutivo de cuentas. Ingresó a la oficina y sobre el escritorio vio un cartelito
que decía: “¡El hombre que pueda provocarme a ira, podrá matarme!”
El cliente, antes de comenzar a hacer la consulta que lo había llevado al
banco, preguntó:- “Señor, disculpe, ¿qué significa este cartelito?”
El ejecutivo le respondió: - “Detrás de esa frase hay una historia, si
desea se la relato.” El cliente asintió y escuchó atentamente.
“Yo tenía un cuñado que tenía una actitud muy mala, se enojaba por
todo, por los pajaritos que cantaban por su ventana, por el semáforo que
tardaba en cambiar de color, por el perro del vecino que ladraba, por la cajera
del supermercado que se demoraba, nada lo complacía y por todo se quejaba o
se exaltaba. Ni él mismo se soportaba. Un día se compró un Cadillac. Salió de
la concesionaria con su automóvil nuevo y tan sólo a diez cuadras otro
automovilista lo chocó y le rompió la puerta. Mi cuñado bajó del automóvil
absolutamente indignado, tanta ira sentía que apretó sus manos y clavó las uñas
en sus palmas… totalmente fuera de sí y envenenado de ira, murió de un
infarto ahí mismo… Entonces, yo escribí esta frase como recordatorio”. Es
muy bueno que podamos aprender de otras experiencias para tener la actitud
correcta en circunstancias parecidas
Las malas actitudes harán que nuestro cuerpo se enferme y que nuestras
vidas se acorten. La gente que se ríe vive más años. Y Dios dice que “cambia
tu lamento en baile”.
¿Has visto a esas personas que transitan por la vida con el ceño fruncido
y una actitud gruñona? Si, por casualidad, te encuentras con una de ellas por la
calle, cuando la abrazas, parece que fuera un puerco espín. Y aunque a la
pregunta de “¿cómo estás?” Te responda: “Bien, para la gloria de Dios”. Notas,
sin lugar a dudas, que la respuesta es un simple formulismo, parece un bloque
de hielo, su espíritu está amargado, su alma infectada. Es uno más de los que
sólo viven para criticar todo lo que ven.
Afortunadamente y gracias a Dios, están los otros, ésos que son como
pulmones para nuestras vidas, porque nos refrescan, nos alegran, nos
incentivan, siempre están con un espíritu positivo, para ellos todos los días son
¡un gran día! Y dicen cosas como éstas:
Hay problemas, pero todo es para que Dios se glorifique…
Estamos esperando, confiados en el Señor…
Alabado sea el nombre de Dios, porque la solución viene en camino…
Necesitamos aprender a vivir de esta manera, porque así iremos por la
vida inyectando en otros una actitud serena, confiada, optimista y positiva y
seremos “transformadores de ambiente.”
4.- Tu actitud puede vencer toda adversidad
Así como te he dicho que todo lo que hacemos implica riesgos, aquí va
otro principio de vida: “Todo lo que hagas generará una fuerza contraria”.
Si te levantas a la mañana, ya tienes que vencer la ley de la gravedad. Si
te has dispuesto a hacer un negocio probablemente antes de cerrarlo debas
enfrentarte a una fuerza contraria.
Si lo que haces no genera ninguna resistencia es porque no vale la pena
hacerlo. Algunos llevan una vida tan tranquila que cuando se mueren deberían
escribir en sus lápidas: “Aquí sigue descansando Fulano de Tal”.
Es decir, que una vida tranquila, que no cambia nada, en la que nada se
altera y te convierte en un bulto que respira, porque nada de lo que haces
genera resistencia, indica que no estás viviendo como Dios quiere que vivas.
Los barcos flotan, porque el agua produce resistencia y si no me crees,
toma una pelota y trata de hundirla en un tambor con agua.
Los aviones vuelan porque el aire ofrece resistencia. Un científico dijo
que “era imposible que algo más pesado que el aire, pudiese volar.”
Y todos le creyeron, menos los hermanos Orville y Wilbur Wright,
porque ellos demostraron que como el aire ofrecía resistencia, algo más
pesado, sí podía volar.
Si no existiera la ley de gravedad, tú y yo no podríamos caminar sobre la
tierra, andaríamos flotando, por lo tanto, demos gracias a Dios porque esa ley
existe.
Por eso, cuando emprendas algo en la vida, acepta que vas a tener
resistencias, parafraseando al Don Quijote de Cervantes empieza a decir: “si
los perros ladran es porque avanzamos”.
Recuerda, ¿qué hacía Pablo cuando estuvo en la cárcel de Filipos?
¡Cantaba!
¿Qué haces tú cuando tienes problemas? Insultas, maldices, por esa
actitud es que estás como estás.
Dicen que había un creyente clavando un clavo en la pared con la
intención de colgar un cuadro. Un niño lo miraba atentamente, hasta que
alguien le preguntó por qué miraba al hombre de esa manera. El niño
respondió: -“¡Es que quiero saber qué dice un creyente cuando se pega un
martillazo en el dedo!”
Todo En La Vida Es Una Cuestión De Actitud.
Dice la Biblia en Filipenses 2:14: “Háganlo todo sin quejas ni
contiendas…” Dos millones de personas quedaron en el desierto y no entraron
a la tierra prometida, simplemente, por causa de la murmuración.
Si caes en la trampa de la murmuración, abrirás la puerta de la amargura
que afectará tu espíritu. Tampoco pases por esta vida con la mala actitud de
buscar culpables.
Cuando encontramos la respuesta a la pregunta de “quién tiene la culpa
de lo que nos pasa” parece que nos tranquilizamos y sin embargo encontrar al
culpable no es lo más importante.
Ahora piensa, ¿Qué hubiera pasado si Jesús no hubiese ido a la
cruz?
Para responder a esta pregunta, voy a darte siete razones que pudieron
hacer que Jesús no llegara a redimir a la humanidad.
Jesús tenía razones - o podrían haber sido excusas - para no morir en la
cruz por los pecados del Hombre. Y luego, podría haber dicho que “habría
podido hacerlo”, pero “algunos problemas en su vida” se lo impidieron.
Veamos.
Jesús pudo NO haber ido a la cruz y habernos dicho que:
a) ÉL fue - para la sociedad - un hijo ilegítimo.
A Jesús le gritaban en las calles “¡Hijo de ramera!” No era fácil en esa
época explicar su nacimiento y mucho menos que María dijera que era Hijo de
Dios y todos la creyeran. Él podría haberse quejado de su origen pero no dejó
que esa circunstancia fuera una excusa y afectara su amor por la humanidad.
Lo mismo te pasaría a ti si nadie conociera a tu padre y supieran que el
que tienes, te ha adoptado. En realidad, tú también puedes tener mil razones
para justificar por qué eres así y tu vida es como es. Pero no es ésa la actitud
correcta. Nunca inviertas mucho tiempo en justificar por qué vives de la
manera que vives; invierte más tiempo en cambiar tu manera de vivir y Dios te
va a ayudar y verás que esto, realmente, funciona.
b) ÉL era parte de una minoría odiada, los judíos.
Ser judío en los días de Jesús era causa de una discriminación total. Y
no es fácil vivir en una sociedad que te rechaza.
c) La iglesia oficial del judaísmo lo calificó de “hereje”.
Dijeron de Jesús ¡éste es del diablo!
d) El estado romano lo llamó “insurrecto”.
Porque era demasiado peligroso para estar vivo. Sin embargo, no huyó;
por el contrario, enfrentó al sistema que lo condenó, y aunque lo clavaron en
una cruz, su actitud correcta hizo que resucitara al tercer día para que tú y yo
tengamos el derecho de acceder a una mejor calidad de vida.
e) Uno de sus mejores amigos lo traicionó.
La traición de Judas lo llevó a la muerte, pero sólo tuvo amor y perdón
para ese amigo. A ti te traicionaron pero aún vives, entonces, perdona y cambia
tu actitud.
f) Lo enjuiciaron injustamente, todo fue una confabulación
en su contra.
Tú, en su lugar, hubieras gritado y protestado. Pero, seguramente, ante
esas circunstancias ni te habrías acordado del resto de la humanidad. Sin
embargo, ÉL fue callado, y dicen las escrituras que fue “como oveja al
matadero”. ¡Eso es actitud! Porque como habrás visto en la última versión de
“La Pasión de Cristo”, lo azotaron hasta abrirle las carnes, clavaron sus manos
y sus pies, y podía morirse aún de una infección. Frente a todo ese sufrimiento
podrán decir lo que quieran, pero nadie - nunca jamás - podrá dudar de la
soberanía de Su actitud. Por eso, lo que cuenta es la “actitud” y no todo lo que
te hacen.
g) Aunque era el creador del Universo, lo trataron como a un
asesino.
¡Hay que tener poder en la actitud! Jesús dijo que podía mandar a que
bajaran ángeles y mataran a todos los romanos, pero no lo hizo. Solamente
cuando puedes ser el dueño absoluto de tus actitudes, estás listo para salvar a
otros, si no serás uno más del montón y parte de las estadísticas.
Estas son las siete razones por las cuales Jesús podría haber abortado
todo el plan de redención, y sin embargo, aquí estamos tú y yo, redimidos por
la sangre de Cristo. Por lo tanto, no deberíamos olvidar sus palabras: “En el
mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo.” (Juan 6:33)
Mira a cuántas personas Jesús podría haberles echado la culpa de lo que
le pasaba, pero no lo hizo. Por lo tanto, voy a darte tres reflexiones que te
servirán para cambiar tu actitud, respecto de aquellos que tú consideras
culpables de tus problemas actuales:
a) Cuando culpas a otros, estás envenenando todas tus relaciones
Hay esposos que se culpan el uno al otro porque no les va bien, porque
los hijos les traen problemas, porque no le hicieron caso a aquel que les
advirtió que ése no era el mejor candidato para casarse, y en esa cadena de
culpas, lo único que logran es infectar las relaciones con los que deberían ser
sus seres más queridos.
b) Cuando te culpas a ti mismo…
Estás aumentando y multiplicando la culpa y con ella, la condenación a
tu persona. Erradica de tu vocabulario expresiones como éstas:
¡Soy un fracasado!
¡Lo mejor sería morirme!
¡No hay ninguna solución posible para mi vida!
c) Cuando culpas a Dios, es la peor actitud de las tres.
Cuando culpas a Dios, cortas tu fuente de poder.
La culpa hiere, nunca sana, nunca resuelve nada, complica las cosas,
separa, destruye, no perdona, te hace fruncir el ceño y te impide disfrutar del
hermoso regalo que es la vida.
Dios no quiere que vivas como vives, y está esperando que, de una vez
por todas, te des cuenta.
5.- Nuestra actitud es la que determina la actitud de los demás.
A mí me gustan mucho las estadísticas y en un libro encontré estos datos
que pueden servirte.
Hay seis razones por las cuales la gente deja de ir a las grandes tiendas:
1. El 1% porque se muere.
2. El 3% porque se muda.
3. El 5% porque cambia de amistades y concurre a otro lugar.
4. El 9% porque encuentra mejores precios en otros comercios.
5. El 14% porque no está satisfecho con el producto.
6. El 68% deja de ir a causa de la indiferencia demostrada por algún
empleado.
Esto me recuerda una frase de John Rockefeller, uno de los grandes
millonarios de Estados Unidos, que dice: “La capacidad de tratar con la gente,
se compra igual que una mercancía”.
Si vas a comprar zapatos, puedes visitar veinte locales, pero uno solo
está lleno y los otros vacíos. ¿Cuál es la diferencia? El trato y la actitud del
personal.
Si te sientas en un lugar y varios quieren sentarse a tu lado, es un buen
indicio, pero si todos te evitan, piensa y analiza tu actitud.
Voy a contarte una historia que puede servirte de ayuda. Había un niño
de doce años que contrajo cáncer. Su padre lo llevaba a las sesiones de
quimioterapia, fue así que con el tiempo, el niño perdió todo el cabello,
quedando completamente calvo y empezó a deprimirse. Un día el papá decidió
raparse él también la cabeza y así fue con su hijo al hospital. El niño estaba tan
contento que cuando llegó al hospital le decía a todos: ¡Ahora mi papá se ve
igual que yo!
El padre no tenía cáncer, pero sabía que su actitud ayudaría a su hijo, al
menos, afectivamente. Y no se equivocó.
Mira y detente a pensar en estas actitudes, porque éstas son las que
hacen de nuestras familias y de nuestros amigos un pedazo de cielo aquí en la
tierra. A veces peleamos o discutimos, por el botón de una camisa, por una
comida, por dinero, si eres de ésos: ¡Urgente, necesitas un cambio!
Tu Actitud Hacia Dios Determina Su Actitud Hacia Ti.
Siempre me pregunto ¿qué responsabilidad puede tener Dios con
nosotros si nosotros no tenemos una clara responsabilidad con ÉL?
¿Por qué Dios debería escucharme a mí, si yo a ÉL no le presto
atención?
Si tú no vas a la casa de Dios, ¿por qué tendría que ir ÉL a la tuya?
Muchos se rebelan en contra de la Iglesia y dejan de ir, de a poco
empiezan a ver cómo el ambiente de su casa se enrarece y parece que todo se
transforma, simplemente porque Dios ya no está allí.
Si tú no le das nada a Dios, no hay razón, para que Dios te dé a ti.
Muchos, a veces, aplicamos en el trabajo un criterio de seriedad, confiabilidad,
que no aplicamos con Dios ni con la Iglesia.
Si la empresa que te brinda el servicio de recolección de la basura, una
semana pasa por tu domicilio y otra no lo hace o lo hiciera una vez al mes,
¿sería para ti una empresa confiable?
Si a tu empleo faltaras tres días al mes ¿crees que el dueño o tu jefe
pensarían que eres una persona confiable?
Si un mes diezmas y otro no; u ofrendas cuando estás bien pero dejas de
ofrendar cuando te enojas: ¿crees que serías una persona confiable para Dios?
La actitud que tengas para Dios determinará la actitud que Dios tenga
para ti. Dice el Señor que: “Sus ojos están entre los fieles de la tierra y a
ellos dará a conocer Su pacto.”
¡No vivas culpando a Dios!
Dice la Biblia en Filipenses 4: 6: “No se inquieten por nada; más bien,
en toda ocasión, con oración y ruego presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias.”
¿Viste qué dice? Dice “con acción de gracias”.
Sabes, Dios y yo nos conocemos hace cuarenta y seis años y
mantenemos un romance; en ese contexto, puedo decirte que hay algo que
verdaderamente va a provocar que ÉL te bendiga. ¡Dale gracias, ten un corazón
agradecido y verás sus maravillas! Nada desata tanto y tan rápidamente el
deseo de Dios de bendecir tu vida, que escucharte darle las gracias.
ÉL es Padre y como tal, todos sus pensamientos son de bien para tu vida,
entonces, cuando parezca que tu horizonte se nubla y oscurece, puedes decirle:
- “¿Señor, qué sucede, no le veo propósito a esto? Pero si es Tu voluntad, doy
gracias a ti por ello.” Y al dar ¡gracias!, desatarás el milagro sobre tu vida.
Una de las historias de la Biblia que más me cautivaba cuando era niño
es la de Jonás.
Jonás, desde el punto de vista profético, era un tipo amargado, con una
mala actitud, que no sabía perdonar, que no quería predicarles a los ninivitas y
que le quiso quebrar el brazo a Dios. Por eso Dios envió un gran pez que se lo
tragó, y estuvo adentro de él tres días y tres noches.
Espero que nunca estés adentro de un pez, porque ahí no se puede pensar
con coherencia, pues el pez traga agua y la historia dice que Jonás nadaba en el
vientre del pez, las algas se enredaban en su cabeza, el olor reinante era fétido
debido a los jugos gástricos y él mismo dice que descendió a los cimientos de
los montes hasta que finalmente invocó a Dios y fue escuchado, entonces Dios
hizo que el pez lo vomitara en la playa de Nínive, porque en esa circunstancia
tan crítica Jonás decidió alabar a Dios y presentar su ofrenda de gratitud.
Ya ves, es muy cierto, cuando tú tienes una actitud agradecida, y
expresas tu gratitud en forma genuina, mueves la mano del Señor en tu favor.
Cuando Jesús tuvo que dar de comer a los cinco mil con cinco panes y
dos peces, el Señor dijo: -“¡Padre, te doy gracias!” Y el milagro se produjo.
Cuando levantó a Lázaro, muerto hacía cuatro días atrás, Jesús se paró
frente a la tumba y dijo: -“¡Padre te doy gracias porque siempre me has oído!”
Y Lázaro salió de su tumba.
¿Tú necesitas un milagro en tu vida?
Cambia tu actitud con Dios, deja de culparlo, no estés enojado con ÉL.
En cambio, levanta tus manos al cielo y comienza a darle gracias y el milagro
que ansías, se producirá más rápido de lo que esperas.
Dice el Salmo 37:4 “Deléitate asimismo en Dios y él te concederá las
peticiones de tu corazón.” ¡Dale gracias por todo!
6.- Tu actitud es contagiosa
De la misma forma que contagias con quejas, odio, y desesperanzas,
contagias con fe, gozo y alegría. El Apóstol Pablo era muy contagioso; dicen
las escrituras que después de un naufragio, un montón de hombres que viajaban
con él en el barco, llegaron a una isla y él los contagió con su fe: recogió leña,
hizo un fuego y dijo: ¡somos más que vencedores!
Recuerda siempre estas citas:
“Sin embargo en todo esto somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)
“Pelea la buena batalla de la fe, haz tuya la vida eterna, a la que fuiste
llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de
muchos testigos.” (1Timoteo 6:12)
“Comparte nuestros sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.”
(Timoteo 2:3)
“Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos
producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.” (2
Corintios 4:17)
Si tienes oportunidad de verla, te recomiendo una película que se titula
“La vida es bella” y relata la historia de un hombre que estuvo prisionero en un
campo de concentración con su hijo. Este hombre hace cosas innumerables e
inimaginables para demostrarle al niño que a pesar de todo, la vida es bella.
Debería ser “obligatorio” verla porque tiene un mensaje profundo e
impresionante, es maravilloso ver cómo ese hombre contagia con su actitud.
Siempre habrá personas con las cuales disfrutarás su compañía, por su
actitud y otras de las que te alejarás, también, por su actitud.
¿Cuál de ellas eres tú?
Un día, cuando te levantes por la mañana, mírate al espejo y piensa lo
siguiente: - “Con esa persona que esta allí tendré que convivir el resto de mi
vida”.
Y no sé si te gustas, pero si no te agradas, tienes que hacer correcciones
profundas de actitud. Recuerda que la actitud que adoptes, es contagiosa.
7.- Tu actitud puede vencer cualquier discapacidad
Me encanta ver a personas con capacidades diferentes, que están
limitadas por problemas genéticos, por enfermedades o por accidentes, que aún
así juegan al tenis o al básquet sentadas en sillas de ruedas. Hasta he escuchado
que hay cursos de baile para esas personas. Y siguen adelante porque alguien
logró activar sus actitudes.
He visto a ancianos volver a la universidad, unos para cumplir con un
sueño, otros para terminar una carrera que no terminaron, pero se disponen a
estudiar como si tuvieran toda la vida por delante. ¡Esto también es actitud!
Cuando Estados Unidos estaba en guerra con Vietnam, enviaba
periódicamente artistas, humoristas, cantantes para entretener a las tropas. Y
recuerdo una escena que de niño vi en el cine o en la televisión: Un humorista
estaba haciendo reír a los soldados con su rutina, y en la primera fila estaban
todos aquellos que andaban en silla de ruedas y aplaudían al artista, pero había
dos a quienes les habían amputado un brazo, pues se habían puesto de acuerdo
y cada uno usaba la mano que tenía golpeándola con la del otro para ¡poder
aplaudir juntos! ¡Esto es actitud! y viendo esas cosas, deberíamos sentir que
nuestra vida se hace mejor.
Yo he determinado ser un motivador, un transmisor de fe en la medida
de lo que pueda, no es fácil pero no dejaré de hacerlo. Como dijo Mark Twain:
“todos los hombres somos como la luna, durante el día tenemos una cara que resplandece y otra que está en la oscuridad”.
Si tu actitud ante la vida ha sido buena, fortalécela.
Si no lo ha sido, ésta es tu oportunidad para cambiarla, pero no
desde el pensamiento, sino desde el plano del espíritu.
Tal vez tu vida ha sido desgraciada y desdichada y por ello no ves la
salida, porque siempre has esperado la ayuda de otros, pero Dios hoy te dice:
“Todo lo que necesitas está dentro de ti, busca la ayuda dentro de ti, busca
el éxito dentro de ti, porque allí en tu espíritu yo habito.”
No son los hechos los que configuran tu vida, sino tus actitudes
frente a esos hechos
&&&&&&&
Conclusión
A través de estas líneas seguramente el Espíritu Santo te estuvo
hablando. Más allá de cual sea tu situación actual, salir de ella es posible. No
cierres este libro quedándote sólo con una lectura reconfortante, reléelo y deja
que cada línea penetre en ti para hacer los cambios que sean necesarios.
Dios tiene grandes cosas contigo pero si permaneces en el umbral del
dolor, encerrado en la conmiseración y la lástima propia, Él nada puede hacer
por ti. Él necesita tu decisión, necesita tu voluntad dispuesta. Dios te dará las
fuerzas necesarias para el cambio si te conectas a su palabra, si dejas que ella
se convierta en tu paradigma de vida. Recuerda, no es una religión lo que debes
adoptar es una conexión con tu creador y salvador la que tienes que establecer.
Hoy te invito: traspasa el umbral. Deja que Dios te muestre que hay luz
para tu vida, que hay otra forma de vivir. No seas como el elefante
domesticado. ¿Conoces la historia? Desde pequeño, al elefante de circo le atan
una pata a una estaca para que no se escape, al principio lucha para liberarse de
esa situación pero con el tiempo se cansa y se adapta a estar encadenado. Lo
único que hace es balancearse de un lado hacia otro, él se convence de que no
puede mover esa estaca después de haber probado y haberse lastimado por ello.
Luego el domador suelta la amarra de esa estaca, y el elefante no se escapa. Ya
su actitud ha sido vencida y por más que las circunstancias cambiaron, él
permanece cautivo, permanece en el umbral del dolor.
Eso es lo que tú no debes hacer, permanecer en una situación para la que
no fuiste creado. Por eso te digo: Vive “entusiasmado”. El entusiasmo es el
motor para toda vida plena, sana, libre y bendecida a la cual toda persona
puede acceder. El entusiasmo es tener a Dios dentro de nuestro ser. Una
conexión permanente con el creador del universo hará que ese umbral de pena
y tristeza, de derrota y fracasos quede atrás para que puedas extenderte hacía
delante en gloria y poder.
Vence el temor. Es un obstáculo en esta carrera. Donde tú reconozcas
que tienes temor en algún área específica, allí encontrarás un enemigo. Y el
grado de peligrosidad de ese enemigo lo determinará tu propio miedo. Así que
es necesario que te conectes con Dios y con su palabra para llenarte de fe,
mediante la cual echarás fuera el temor como citan las escrituras. El miedo es
uno de los obstáculos para no poder dejar atrás ese umbral de dolor que
sumado a la resignación y a la costumbre forman una gran barrera para
producir un cambio.
Cruzar el umbral del dolor es cambiar y cambiar es necesario. Pero el
problema está en que el que se acostumbra no cambia y una de las grandes
excusas de los hombres para no cambiar es – según ellos –su pasado. El
problema no es tu pasado, el problema es que te has acostumbrado a vivir en él.
La clave para poder romper con esta atadura es el enojo, es decir: “basta”,
“punto final” “Se terminó.” Hasta que no te enojas con las circunstancias nada
cambiará en tu vida. Dios se moverá cuando tú te enojes con el problema.
Asimismo, descubrimos que estamos capacitados para enfrentarlos, que una
adversidad en nuestras vidas puede ser una oportunidad. No hay que temerle.
Fuimos creados para la adversidad. En ella debemos desplegar nuestra arma
más poderosa que son nuestras palabras. Ellas tienen el poder de dar vida o
muerte. Ellas traen a la existencia lo que todavía no se ve. Tu vida es la suma
de todas las palabras que salieron de tu boca y en ellas, Dios nos ha dado
autoridad para revertir cualquier situación a pesar de nuestra condición –“Diga
el débil, fuerte soy.” Y por último, debes sumarle una actitud correcta frente al
cambio. Ella hará que gente correcta se acerque a ti.
Si quieres realmente vivir la vida bendecida debes determinarte a
cambiar de actitud, dejar los miedos, las excusas y volver a soñar. Recurre al
manual del fabricante y encontrarás en él todas las respuestas. Llénate de fe, de
la fe que mueve montañas y alinea tus palabras a ella.
Empieza a levantar tu mirada porque hay un nuevo camino que recorrer
y este es sólo el comienzo.