Modulo Unidad 1 Modalidad a Distancia
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UUNNIIDDAADD NNºº 0011
COMPONENTE ESPECIALIDAD ACADËMICA: Historia, Geografía
y Economía CURSO A DISTANCIA
INTRODUCCIÖN
Les damos la bienvenida al CURSO A DISTANCIA del componente de DCN Aspectos
Específicos para el Área de Historia, Geografía y Economía de los docentes participantes del
PRONAFCAP Nasca y Palpa, nivel secundaria. El ISPP “Agustín Bocanegra y Prada” los recibe
a ustedes con la seguridad de brindarle un servicio de calidad en el presente curso, y para eso
se ha elaborado el presente módulo.
Este módulo apoya y refuerza el trabajo académico desarrollado en los Talleres presénciales,
llevándolo al uso de la Tecnología de información y Comunicación por medio de la Plataforma
Virtual que tiene el Pronafcap Nasca. La información que presentamos en este módulo necesita
que sea leída por cada uno de los participantes, para luego desarrollar las actividades
queseamos proponiendo en la Guía didáctica.
En este primer módulo desarrollaremos información relacionada a: Patrimonio Cultural Mundial
y del Perú, Aportes culturales de las sociedades andinas, amazónicas y de centro América,
Empresas expedicionarias: Las Antillas y México y el descubrimiento de América.
Además se han incluido imágenes de las principales Zonas y Patrimonio Cultural del Perú y
del mundo, así como la ruta que siguieron los primeros españoles en tierras americanas.
ADELANTE y SUERTE
“Año de la Unión Nacional Frente a la Crisis Externa”
PRONAFCAP 2009
ENTIDAD CAPACITADORA
INSTITUTO SUPERIOR PEDAGÓGICO
PÚBLICO
“AGUSTÍN BOCANEGRA Y PRADA”
JEFE DE PROYECTO:
Lic. Cirilo E. GODOY HUMANÍ
COORDINADOR ACADÉMICO:
Lic. Isidro Gil CHAMANA CHIPANA
AUTORÍA DEL MÓDULO
CANCHARI QUISPE, Jhony Ángel
DIAGRAMACIÓN:
Tco. Gudber P. DELGADO GUILLEN
ÍNDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN 2 Patrimonio Cultural de la Humanidad 1. Patrimonio Cultural……..….…………....….4 2. Concepto……………….…………………….5 3. La UNESCO…………...………..……..…..…5 4. Gráficos ………………………………………6 Patrimonio Cultural del Perú 1. Machu Pichu….…….……………………… 7 2. Lanzón de Chavin de Huantar……….…. 8 3. Fortaleza de Sacsahuaman..………….… 9 4. Aportes de las sociedades Andinas, Amazónicas y de Mesoamérica ………. 10 Empresas de Expedición: Las Antillas y México. La Conquista del Tahuantinsuyo 1. Antecedentes ..………………………….. 13 2. España y Portugal.…………….…………. 13 3. Exploraciones Francesas….……………. 14 4. Comercio en el nuevo mundo………..... 15 5. Resistencia a la Conquista……………….. 16
PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD
Patrimonio de la Humanidad, conjunto de parajes naturales y culturales a los cuales la
Humanidad da un valor especial y, por lo tanto, los hace objeto de una protección específica.
La noción de
Patrimonio de la
Humanidad
extiende al conjunto
del planeta una
noción del Derecho
romano que define
el patrimonium
como “bien
heredado, que se
transmite de padres
y madres a hijos”.
Esta mundialización
de la noción es una
aplicación a escala
planetaria y de la humanidad de los principios de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
CONCEPTO
El concepto de Patrimonio de la Humanidad fue reconocido oficialmente por la Organización
para la Educación, la Ciencia y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO) de París en 1972
y entró en vigor en 1975. Una convención internacional fija el marco administrativo y financiero
para la protección del “Patrimonio de la Humanidad Cultural y Natural” que está formado por
“los monumentos, conjuntos y parajes que poseen un valor universal excepcional desde el
punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, y por monumentos naturales, formaciones
geológicas, parajes naturales que poseen un valor excepcional desde un punto de vista
estético o científico”.
LA UNESCO
La inscripción como Patrimonio de la Humanidad se decide por un comité de la UNESCO
compuesto por representantes de los Estados firmantes de la Convención. Se establecen dos
listas, la primera censa “los bienes del Patrimonio de la Humanidad”, la segunda la de “los
bienes en peligro”. La apreciación de “valor universal excepcional” viene determinada para los
bienes culturales por seis dictámenes más un juicio de autenticidad, y para los bienes naturales
por cuatro dictámenes más un juicio de integridad. Este dispositivo, que muestra la voluntad de
realizar un juicio de clasificación ecuánime, es, de hecho, bastante delicado. Las primeras listas
se establecieron en 1979, y se completan sin cesar.
Los nombres que parezcan en estas
listas deben ser representativos de la
diversidad cultural y natural del
mundo, de las religiones y de los
parajes. Y al hacerlos también tienen
que tener en cuenta las veces que se
han inventariado y la evolución de los
valores sobre la cultura y la
naturaleza. La lista en cuestión agrupa
cerca de 500 bienes, el 80% de los
cuales son culturales. Entre ellos
figura Venecia, el centro de Florencia
y San Gimignano en Italia; el palacio de Diocleciano en Split; los conjuntos de Delfos, de
Epidauro y de Olimpia en Grecia; la Cueva de Altamira, la arquitectura mudéjar de Teruel, el
Camino de Santiago, Catedral, Alcázar y Archivo General de Indias de Sevilla, la Alhambra, el
Generalife y el Albaicín de Granada, Monasterio y Real Sitio de El Escorial, Palacio y Parque
Güell y Casa Milá de Barcelona en España; la ciudad de Edimburgo y el paraje de Stonehenge
en Gran Bretaña; el templo de Angkor en Camboya; el palacio imperial de Pekín, la Gran
Muralla de China; el templo de Borobudur en Indonesia; el palacio de Taj Mahal en la India;
Mohenjo-Daro en Pakistán; la ciudad de Petra en Jordania; Baalbek en Líbano; Palmira en
Siria; El Cairo Antiguo islámico, Abu Simbel y los templos de Nubia en Egipto; la ciudad romana
de Timgad en Argelia; los acantilados del país Dogon y Tombuctú en Malí; los palacios de
Ghana; el paraje arqueológico de Zimbabue; la Estatua de la Libertad en Nueva York; la ciudad
vieja de La Habana, México y la ciudad de Palenque en México; la antigua ciudad minera de
Ouro Preto en Brasil; el Machu Picchu en Perú, el centro histórico de Aviñón, la abadía del
Mont-Saint-Michel, las orillas del Sena en París, el Palacio de Versalles, en Francia; la ciudad
vieja de Berna, en Suiza.
Se encuentran entre los principales parajes
naturales catalogados por la UNESCO el Gran
Cañón, el bosque de Bialowieza en Polonia, la
calzada de los Gigantes en Irlanda, Ayers Rock
en Australia, las cataratas Victoria, los parques
nacionales españoles de Doñana, Garajonay o
el Rapa-Nui de Chile.
Aparte de su simbolismo, estos lugares protegidos poseen también un valor de mercado:
atraen visitantes (hasta el punto de poner a veces en peligro su valor patrimonial) y se han
convertido en lugares privilegiados del sistema turístico internacional
PATRIMONIO CULTURAL DEL PERU
Machu Picchu, bastión inca en los Andes, situado a unos 130 km al noroeste de Cuzco, en
Perú. Está emplazado a gran altitud en una cima entre dos picos, a 600 m aproximadamente
sobre el río Urubamba, a unos 2.045 m de altitud. Los restos de la ciudad cubren unos 13 km2
de terrazas construidas en torno a una plaza central y conectadas entre sí mediante numerosas
escaleras. La mayoría de los edificios, se calcula un total de más de 150 viviendas, son casas
de una sola habitación (en la actualidad sin su correspondiente techo), dispuestas en torno a
patios interiores. Algunas de las estructuras más grandes fueron utilizadas para ceremonias
religiosas. Dos de los edificios más destacados son la Casa de la Ñusta, que pudo ser una
zona de baños y de la que se conservan varias puertas trapezoidales con enormes dinteles;
por otro lado, es famoso el intihuatana, u observatorio astronómico que se levantó en uno de
los lugares más estratégicos, desde donde los incas pudieron estudiar los movimientos del Sol.
Todas esas estructuras se caracterizan por una gran habilidad constructiva y una hermosa
artesanía. Construida seguramente después de 1450, la ciudad fue descubierta en 1911 por el
explorador estadounidense Hiram Bingham. Machu Picchu no aparece mencionada por las
crónicas de los conquistadores españoles del Perú y la época de su ocupación es incierta.
Bingham creyó, erróneamente, que podría haber sido Vilcabamba, el último refugio de los altos
dignatarios incas de Cuzco que huían de los invasores españoles, pero no se conoce
realmente nada de su historia. El santuario histórico de Machu Picchu, símbolo de la cultura
andina, está rodeado de impresionantes montañas, con abundante flora y fauna; considerado
uno de los monumentos arqueológicos más importantes del mundo, fue declarado, en 1983,
Patrimonio de la Humanidad.
Lanzón de Chavín de Huantar El antiguo centro ceremonial
precolombino de Chavín de Huantar se
encuentra al norte de los Andes
peruanos. Distintas habitaciones y
pasadizos subterráneos de estructura
laberíntica forman un complejo templo,
en cuyo interior se encuentra clavado al
suelo la escultura de más de dos
metros de altura que reproduce esta
fotografía, llamada El Lanzón o 'felino
sonriente'. Chavín de Huantar es en la actualidad un municipio de la provincia peruana de
Huari, perteneciente al departamento de Ancash.
FORTALEZA DE SACSAHUAMAN
Sacsahuamán, fortaleza inca de carácter ciclópeo, enclavada sobre un cerro de más de
3.500 m de altitud situado al norte de la ciudad de Cuzco, a la cual dominaba. Proyectada por
Pachacutec Inca Yupanqui hacia 1440, se avanzó notablemente en su construcción a finales
del siglo XV, durante el mandato de Túpac Inca Yupanqui, resultando acabada, años después,
siendo soberano Huayna Cápac. Elevada unos 200 m sobre Cuzco, capital de los incas, sirvió
no sólo como defensa de la ciudad, sino incluso como posible refugio ante el asalto de la
misma. Así, en 1536, Manco Cápac II se encerró en ella con sus hombres, aunque no pudo
evitar la derrota frente a los conquistadores españoles, los cuales tomaron la fortaleza tras la
huida del inca y usaron sus enormes piedras calizas para la construcción de nuevos edificios
en Cuzco. No obstante, en la actualidad existen numerosos vestigios que muestran claramente
la disposición de sus tres murallas paralelas, de hasta 8 m de altura y casi 5 de ancho, así
como las terrazas escalonadas situadas entre dichos bastiones, en las cuales se pueden
observar restos de edificios, entre los que destaca el basamento de la torre circular que sirvió
como depósito de agua.
APORTES DE LA SOCIEDADES ANDINAS AMAZÓNICAS Y MESOAMERICANAS
Tradicionalmente se ha establecido una división cronológica de tres periodos u horizontes que
comprenden las fases más importantes: el preclásico o de formación, (c. 1500 a.C.-c. 300 d.C.);
el clásico o de florecimiento, (c. 300-c. 900); y el posclásico (c. 900-1540). Aunque el término
clásico da a entender que en ese periodo se alcanzó el punto máximo del desarrollo cultural,
los expertos actuales niegan el supuesto, antaño vigente, de que lo mejor del arte y la
arquitectura precolombinas se produjera en el periodo clásico. El arte y la arquitectura de
cuatro civilizaciones posclásicas, la mixteca y la azteca en México, así como la chimú y la inca
en Perú, son igual de relevantes que las de sus predecesoras clásicas, y difieren únicamente
en gusto y propósito.
En el periodo preclásico pueden apreciarse ya algunos de
los rasgos del desarrollo pleno de la civilización
precolombina. En ese periodo temprano América estaba
conformada por jefaturas tribales aisladas y reinos
pequeños cuyas respectivas culturas se desarrollaron, en
su mayor parte, independientes unas de otras. Sin
embargo, existen pruebas de la amplia difusión de
algunas ideas religiosas y motivos visuales. Tanto la
civilización olmeca de México, como la cultura de San
Agustín en Colombia y la cultura chavín en Perú adoraban a una deidad felina, y todas
compartían una iconografía artística similar.
Durante el periodo clásico se desarrollaron
imperios muy complejos. Sus dirigentes
eran generalmente sacerdotes, en lugar
de los sacerdotes-guerreros que
gobernaron las civilizaciones posclásicas,
y las culturas se difundían o asimilaban
más rápidamente. Aunque suele
considerarse un periodo pacífico, los
estudios arqueológicos más recientes han
demostrado que la mayoría de las
civilizaciones del periodo clásico eran
guerreras. Las conquistas y el comercio
extensivo produjeron una riqueza que se
utilizó para la construcción de centros
ceremoniales o ciudades, así como para la
creación de efectos personales cada vez
más lujosos y objetos funerarios o rituales
de gran calidad.
El periodo posclásico se caracteriza por las frecuentes guerras provocadas por presiones
socioeconómicas como el aumento de la población y el desarrollo técnico. Las culturas y
civilizaciones de este periodo son las mejor documentadas, debido a que los cronistas
españoles recogieron sus impresiones personales o recopilaron historias de los conquistados.
RASGOS CULTURALES
Las civilizaciones precolo
mbinas eran
principalmente agrícolas.
El cultivo del maíz se
convirtió en el alimento
principal en Mesoamérica,
como lo fue la papa o
patata en la zona andina
de Perú y Bolivia. Hasta
la relativa secularización
que se dio en el periodo
posclásico, la religión fue
primordial en la configuración y el desarrollo de la cultura precolombina. Sin embargo, las
creencias y ritos religiosos estaban muy condicionados por preocupaciones relacionadas con la
fertilidad de la tierra y la productividad de las cosechas que suelen dominar las sociedades
agrícolas. Por lo tanto, gran parte del arte y la arquitectura precolombinas está relacionada con
la astronomía, a través de la cual los indígenas americanos establecían las épocas más
apropiadas para plantar y recoger la cosecha.
Se desarrollaron dos tipologías
urbanas. Una era el centro ceremonial,
de estructura compleja constituida
principalmente por edificios religiosos
y administrativos que se construían
alrededor de plazas y que carecía de
viviendas y calles. Se cree que en
estos centros solamente vivían los
gobernantes seglares y religiosos con
sus cortes, mientras que la mayoría de
la población residía en granjas
pequeñas en una zona suburbana
circundante. La otra tipología, similar a
lo que conocemos actualmente como
ciudades, tenía calles que separaban
las residencias de las diferentes
clases sociales, así como templos y
edificios administrativos orientados hacia la plaza central. Los proyectos arqueológicos
recientes que estudian los trazados en emplazamientos mesoamericanos ponen de manifiesto
que lo que se creían centros ceremoniales
albergaban poblaciones de plebeyos,
semejándose a verdaderas ciudades. Tanto
los complejos ceremoniales como las
verdaderas ciudades servían como centros
religiosos, gubernamentales y comerciales. El
comercio no sólo era importante para el
suministro de bienes necesarios y superfluos,
sino también como medio de transmisión de
ideas y técnicas, así como de formas y
motivos artísticos.
EMPRESAS DE EXPEDICIÓN: ANTILLAS Y MÉXICO Y CONQUISTA DEL TAHUANTINSUYO. RESISTENCIA A LA CONQUISTA
ANTECEDENTES
Durante la edad media los cristianos de Europa pensaban que Jerusalén era el centro del
Universo, por lo que destruyeron los hallazgos de los antiguos geógrafos. Aunque los marinos y
navegantes europeos siguieron cartografiando el Mediterráneo y los mares adyacentes, fueron
los chinos y los comerciantes árabes de mercancías de lujo, con sus extraordinarias
habilidades cartográficas, los que hicieron la contribución más importante de su tiempo. El gran
viajero veneciano del siglo XIII, Marco Polo, utilizó las rutas comerciales chinas y árabes, tanto
terrestres como marítimas, en su visita al gran emperador mongol Kublai Kan, mientras que Ibn
Batuta, un siglo después, utilizó barcos mercantiles para visitar la India y otros lugares del
océano Índico. Zheng He, para hacer alarde del poderío del imperio chino, realizó un total de
siete viajes a la mayoría de los puertos del mar de China y del océano Índico. Los viajes
tuvieron lugar entre los años 1405 y 1434 y en ellos participaron un total de 317 barcos y
37.000 hombres.
ESPAÑA Y PORTUGAL
En Europa, por lo general, se admite que la llamada era de los grandes descubrimientos tuvo
su comienzo en el renacimiento, época en la que los estudiosos de entonces estaban
redescubriendo las obras de los geógrafos griegos y latinos. El cristianismo fue ganando
terreno en España, y los moros fueron expulsados de sus últimos baluartes en 1492, el mismo
año en que Cristóbal Colón hizo su primer viaje al mar de las Antillas. Los conquistadores
españoles y portugueses descubrieron tierras remotas. Los portugueses navegaron a lo largo
de la costa atlántica africana; después de varios intentos, consiguieron bordear el cabo de
Buena Esperanza cuando buscaban una ruta marítima para el comercio de especias con la
India. Cuando cuatro de las naves que capitaneaba Vasco da Gama volvieron de la India en el
año 1499, la carga que traían se componía de pimienta, jenjibre, canela y clavos y valía una
auténtica fortuna.
Animado por tales ganancias, otro explorador, Pedro Álvares Cabral, con una flota de 13
barcos y 1.200 hombres, zarpó de Lisboa en 1500 y llegó, sin proponérselo, a las costas de
Brasil, cuando en realidad se dirigía a la India. Lo mismo le pasó a Colón, que había partido
rumbo al oeste, a través del Atlántico, hacia China y Japón, y acabó en Cuba. Colón fue el
fundador de la primera colonia europea en América y prometió a los reyes españoles, que
costeaban sus viajes, traerles fantásticas riquezas. Durante las siguientes décadas, Hernán
Cortés en México, Francisco Pizarro en Perú y otros muchos conquistadores se sintieron
atraídos por la esperanza de encontrar oro y plata en América. Fernando de Magallanes
buscaba una ruta al Oriente cuando bordeó el extremo meridional de América del Sur, en el
que fue su épico viaje de circunnavegación del mundo.
EXPLORACIONES FRANCESAS
Jacques Cartier, el primero de los grandes exploradores franceses de América del Norte, murió
desacreditado al volver de los tres viajes que realizó entre los años 1534 y 1542 con una carga
de cuarzo en lugar de diamantes. Sin embargo, en los siguientes 80 años, sus sucesores, con
la ayuda de guías indígenas, consiguieron cartografiar la mayoría de las vías navegables de la
costa este de Canadá y los afluentes del río más importante de la región, el San Lorenzo.
Samuel de Champlain fundó Quebec en la ribera de este río. Henry Hudson, trabajando para la
Compañía Holandesa de las Indias Orientales, estableció el primer puesto comercial de pieles
en Manhattan, y durante su último viaje, trabajando para Inglaterra, navegó por la inmensa
bahía que lleva su nombre. Le siguieron los misioneros y los comerciantes de pieles. La
Compañía de la Bahía de Hudson, que se fundó en 1670, tuvo una importante rival en la
Compañía del Noroeste, lo que provocó que a finales del siglo XVIII la competencia entre
ambas compañías diera lugar a numerosas exploraciones de las vías fluviales de las vastas
tierras interiores de Canadá. Alexander Mackenzie navegó hasta el Ártico por el río que hoy se
conoce como Mackenzie, en su honor, que es uno de los más importantes de América del
Norte. Cuatro años después, en 1793, hizo la primera travesía por tierra del continente,
encontrando una ruta a través de las montañas Rocosas hasta el océano Pacífico. En tierras
más al sur, La Salle había descendido el río Mississippi hasta su desembocadura en el golfo de
México, tomando posesión en nombre de Francia de las tierras bañadas por la cuenca del río,
en 1682, a las que llamó Luisiana. Cuando en 1803 las tierras fueron vendidas a los Estados
Unidos, el presidente Thomas Jefferson envió la expedición de Lewis y Clark a explorar el
nuevo territorio. Con esta expedición por tierra, que consiguió llegar al Pacífico, se abrió todo el
inmenso territorio a la imaginación de la joven nación.
COMERCIO EN EL NUEVO MUNDO
Muy pronto, la actividad comercial generada requirió de puestos comerciales permanentes, lo
que llevó a su vez a una ocupación colonial creciente. Los escasos lujos de los primeros
exploradores se vieron pronto superados por la necesidad de un mayor número de productos
que, para ser rentables, requerían una abundante mano de obra barata. Se trataba de
productos como el azúcar, el algodón, el oro, la plata, los diamantes y las esmeraldas, que
había que extraer de las minas; las perlas, que eran recolectadas por buceadores nativos; y,
posteriormente, productos como el café, el cacao, el té y el tabaco. De esta forma empezó la
trágica historia de la esclavitud de la mano de la colonización europea. Primero se utilizó a los
indígenas de América como mano de obra. Luego, debido a las enfermedades traídas por los
conquistadores que causaron una merma importante en la población aborigen, se inició el
inhumano tráfico de esclavos procedentes de África a través del Atlántico. Los exploradores
jugaron un papel activo en estas actividades, quienes muchas veces olvidaban el propósito
colonizador y se lanzaban a la búsqueda de oro, plata, pieles o esclavos.
En el siglo XVII las cosas empezaron a cambiar y fueron motivos más nobles los que guiaron a
los exploradores. Algunos de ellos se lanzaron a la aventura por el simple placer de viajar.
Otros, como los misioneros, tenían como meta convertir a la fe cristiana a los pueblos que
habitaban las lejanas tierras. Entre ellos destacaron el jesuita san Francisco Javier, que
desarrolló su labor en Japón durante el siglo XVI; los franciscanos que en el siglo XIII llegaron a
Mongolia; o Matteo Ricci, que impresionó al mismo emperador de China. Todos ellos fueron
auténticos exploradores, ya que se adentraron en lugares remotos y dieron más tarde noticias
de sus hallazgos.
Otros simplemente viajaron para satisfacer su curiosidad científica, como el capitán James
Cook, que volvió en 1771 de realizar su primer viaje de circunnavegación en el que observó un
eclipse de sol en Tahití, trazó los mapas de las dos principales islas de Nueva Zelanda y de la
costa este de Australia, y trajo, además, un cargamento de desconocidas especies botánicas y
zoológicas. En su segundo viaje navegó por la gran masa de hielo antártica hasta un punto tan
meridional que no había sido alcanzado anteriormente por ningún otro explorador, y abrió la
posibilidad de que existiera un continente habitado al sur.
RESISTENCIA A LA CONQUISTA
La conquista española de México comenzó en 1519 y concluyó con el asedio y la captura de
Tenochtitlan en 1521 y Yucatán en 1527. Los conquistadores españoles marcharon entonces a
Centroamérica, donde subyugaron a los pueblos indígenas locales. Grandes contingentes de
población murieron en combate y a causa de las enfermedades que los conquistadores trajeron
consigo. Muchos de los supervivientes de la conquista padecieron después la esclavitud, el
trabajo forzado y la aculturación.
La conquista europea puso el punto final a las civilizaciones indígenas mesoamericanas. Los
españoles reemplazaron a las elites locales, el cristianismo sustituyó a las religiones nativas y
se introdujeron nuevos alimentos y animales. No obstante, muchos elementos de la cultura
mesoamericana sobrevivieron y se mezclaron con las tradiciones europeas, alumbrando una
nueva civilización.
El proceso de transformación de la sociedad andina a partir del asentamiento de los españoles
y el establecimiento del virreinato del Perú, se interpreta como una adaptación a las formas
impuestas por el modelo colonial, como medio de supervivencia, sin abandonar los elementos
fundamentales de la cultura indígena. Es la fórmula que la moderna historiografía peruana
denomina ‘aculturación y resistencia’.
Entre las primeras noticias que recibió Pizarro
sobre la existencia del Estado inca estaban las
relacionadas con la muerte del emperador
Huayna Cápac, y la lucha que por la sucesión
mantenían sus hijos Atahualpa y Huáscar,
apoyados cada uno de ellos por los diferentes
grupos de poder que reflejaban el complejo
sistema de relaciones de parentesco por el que
se regía aquella sociedad. Los partidarios de
Atahualpa habían conseguido apoderarse de la
capital del Imperio, Cuzco, y apresar a
Huáscar, muerto por orden de su hermano,
antes de ser ejecutado él mismo por los
españoles en julio de 1533. A partir de ese momento se sucedieron los nombramientos de
nuevos incas por parte de los españoles, quienes intentaron con ello utilizar el prestigio de su
autoridad ante los indígenas. Pero el primero, Túpac Hualpa, fue envenenado antes de entrar
en Cuzco, y el segundo, Manco Inca (Manco Cápac II), acabó levantándose contra los
españoles estableciendo en Vilcabamba un reducto de enfrentamiento permanente, hasta que
fue asesinado en 1544 por los seguidores de Almagro.
La resistencia i
ndígena se
mantuvo viva
tanto en la
elite cuzqueña
de Vilcabamba
(hasta 1572)
como en las
numerosas
acciones que
se produjeron a lo largo de todo el periodo colonial, en las que está presente la idea mesiánica
del inca, que cristalizó de forma especial en los levantamientos del siglo XVIII, protagonizados
por Juan Santos (Atahualpa), en 1742, y, en 1780, por José Gabriel Condorcanqui (Túpac
Amaru).
Al mismo tiempo, la incorporación
de la nobleza inca a la colonia era
utilizada como una fórmula de
legitimación, que se expresó
incluso con la publicación de
grabados en los que aparecían los
reyes de España como
continuadores de la dinastía inca.
Las reclamaciones para que se
reconociesen los derechos
nobiliarios de los curacas
(destacadas figuras de la
estructura social inca) fueron muy
numerosas y entre ellas no
faltaron las falsificaciones de
quienes se fabricaban a la medida
una ascendencia inca, que les
aseguraba una posición de
prestigio ante las autoridades coloniales. Cuando los nombramientos de autoridades indígenas
coincidían con los esquemas andinos, la relación entre la comunidad y el curaca era fluida, ya
que respondía a una idea muy precisa de la procedencia de las fuentes de poder. En el caso
contrario, se producían numerosos problemas derivados de la presencia de una autoridad no
aceptada por la tradición indígena.
En el terreno religios
o, el sincretismo
facilitó el
mantenimiento de
una actitud de
aceptación del
cristianismo junto a
la pervivencia del
culto a las
divinidades andinas.
La persecución de
la idolatría, en la
que destacaron
jesuitas como el
padre Pablo José de
Arriaga, no impidió que otros miembros de esta misma orden favorecieran la identificación de la
Virgen María con la Pachamama inca y la superposición de símbolos cristianos a las
divinidades andinas.
BIBLIOGRAFÍA
José Aparcana Pisconte Historia del Perú y del Mundo I
ESPINOZA, Waldemar. Los Incas: economía, sociedad y estado en la era del Tahuantinsuyo. Amaru Editores. Lima 1997 KAUFFMANN, Doig. Historia y Arte del Perú Antiguo. Edit. PEISA –La República. 2002
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