Misal Romano Propio Barnabitas
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Transcript of Misal Romano Propio Barnabitas
MISAL
ROMANO
CON LOS TEXTOS
PROPIOS DE LAS
FESTIVIDADES
BARNABITAS
2
SACRA CONGREGATIO PRO SACRAMENTIS ET CULTU DIVINO
SECTIO PRO CULTU DIVINO
Prot. CD 707/81
CONGREGATIONIS
CLERICORUM REGULARIUM S. PAULI
Textus Proprii Missarum, lingua italica exaratus.
Probatum seu confirmatum.
Ex aedibu Sacrae Congregationis pro Sacramentis et Cultu Divino, die 20 iunii 1981.
Vergilius Noé. a. Secretis a.
SACRA CONGREGATIO PRO SACRAMENTIS ET CULTU DIVINO
Prot. CD 707/81
CONGREGATIONIS
CLERICORUM REGULARIUM S. PAULI
Instante Reverendo Padre Andrea M. Erba, Procuratore Generali Congregationis Clericorum
Regularium S. Pauli litteris die 26 maii 1981 datis, vigore facultatum huic sacrae congregationi a
Summo Pontifice Ioanne Paulo II tributatum, interpretationem italicam Proprii Missarum, prout
exstat in exemplari huic Decreto adnexo, libenter probamus seu confirmamus.
In textu imprimendo mentio fiat de confirmatione ab Apostolica Sede concessa. Eiusdem in
super textus impressi duo exemplaria ad hanc Sacram Congregationem transmittantur.
Contrariis quibuslibet minime obstantibus.
Ex aedibus Sacrae Congregationis pro Sacramentis et Cultu Divino, die 20 iunii 1981.
Iacobus R. Card Knox
Praefectus
Vergilius Noé a Secretis a.
3
CALENDARIO LITÚRGICO
DE LA CONGREGACIÓN
DE LOS CLÉRIGOS REGULARES
DE SAN PABLO –BARNABITAS-
──────────────────────
Tal como en el Calendario de la Iglesia Universal, menos los días que aquí se señalan.
ENERO
24 San Francisco de Sales, Obispo y Doctor de la Iglesia. MEMORIA OBLIGATORIA. p.23
25 Conversión de San Pablo Apóstol. FIESTA. p.27
30 San Francisco Javier María Bianchi, Sacerdote. MEMORIA OBLIGATORIA. p.31
ABRIL
30 San Pío V, Papa. MEMORIA FACULTATIVA. p.35
MAYO 24 María Auxiliadora. MEMORIA FACULTATIVA. p.37
26 San Felipe Neri, Sacerdote. MEMORIA OBLIGATORIA. p.37
JUNIO
11 San Bernabé, Apóstol. Titular de la Primera Iglesia de la Congregación. MEMORIA
OBLIGATORIA. p.39
30 Conmemoración de San Pablo Apóstol. Titular y Patrono principal de la Congregación. FIESTA.
p.43
JULIO 5 San Antonio María Zaccaria, Sacerdote. Padre y Fundador de la Congregación. SOLEMNIDAD.
p.49
OCTUBRE
11 San Alejandro Sauli, Obispo. MEMORIA OBLIGATORIA. p.53
NOVIEMBRE
4 San Carlos Borromeo, Obispo. Patrono secundario de la Congregación. MEMORIA
OBLIGATORIA. p.57
Sábado anterior al tercer domingo de noviembre: María Madre de la Divina Providencia SOLEMNIDAD. p.63
4
Impresión a cargo de la Provincia Chilena de la Orden de los Clérigos Regulares de
San Pablo -Barnabitas-
Año: 2013
5
ORDINARIO DE LA MISA
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RITOS INICIALES
Reunido el pueblo, el sacerdote con los ministros va al altar, mientras se entona el canto de entrada. Cuando llega al altar, el sacerdote con los ministros hace la debida reverencia, besa el altar y, si se juzga oportuno, lo inciensa. Después se dirige con los ministros a la sede. Terminado el canto de entrada, el sacerdote y los fieles, de pie, se santiguan, mientras el sacerdote dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El pueblo responde:
Amén.
Saludo
El sacerdote, extendiendo las manos, saluda al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
1 El Señor esté con ustedes.
2 La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos ustedes.
3 La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre,
y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos ustedes.
4 El Señor, que dirige nuestros corazones
para que amemos a Dios,
esté con todos ustedes.
5 La paz, la caridad y la fe,
de parte de Dios Padre,
y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos ustedes.
6 El Dios de la esperanza,
que por la acción del Espíritu Santo
nos colma con su alegría y con su paz,
permanezca siempre con todos ustedes.
También pueden usarse las fórmulas de saludo propias de cada tiempo, que se encuentran en esta misma página.
El Obispo, en vez de las anteriores fórmulas, en este primer saludo, puede decir:
La paz esté con ustedes.
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Respuesta El pueblo responde con una de las siguientes fórmulas:
1 Y con tu espíritu. 2 Bendito seas por siempre, Señor.
3 Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo.
OTRAS FORMULAS DE SALUDO PROPIAS PARA LOS DIVERSOS TIEMPOS LITURGICOS Tiempo de Adviento:
El Señor, que viene a salvarnos, esté con ustedes. Tiempo de Navidad:
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre,
que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación,
estén con ustedes.
Tiempo de Cuaresma:
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión,
estén con todos ustedes.
Cincuentena pascual:
El Dios de la vida,
que ha resucitado a Jesucristo,
rompiendo las ataduras de la muerte,
esté con todos ustedes.
El sacerdote, el diácono, u otro ministro idóneo, puede hacer una monición muy breve para introducir la misa del día.
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Acto penitencial
A continuación se hace el Acto penitencial con alguno de los siguientes formularios: El sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento:
ACTO PENITENCIAL, FORMULARIO 1
Hermanos:
para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros
pecados.
O bien:
El Señor Jesús,
que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
O bien, pero sólo en los domingos, y durante la octava de Pascua:
En el día en que celebramos
la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte, reconozcamos que estamos necesitados
de la misericordia del Padre
para morir al pecado y resucitar a la vida nueva.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión. Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor.
10
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna. El pueblo responde:
Amén. ACTO PENITENCIAL, FORMULARIO 2
El sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento:
Al comenzar esta celebración eucarística,
pidamos a Dios que nos conceda
la conversión de nuestros corazones;
así obtendremos la reconciliación
y se acrecentará nuestra comunión
con Dios y con nuestros hermanos.
O bien:
Humildes y penitentes, como el publicano en el templo,
acerquémonos al Dios justo, y pidámosle que tenga piedad de nosotros,
que también nos reconocemos pecadores.
Se hace una breve pausa en silencio. Después el sacerdote, dice:
Señor, ten misericordia de nosotros. El pueblo responde:
Porque hemos pecado contra ti. El sacerdote prosigue:
Muéstranos, Señor, tu misericordia. El pueblo responde:
Y danos tu salvación. El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna. El pueblo responde:
Amén.
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ACTO PENITENCIAL, FORMULARIO 3 El sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento:
Jesucristo, el justo, intercede por nosotros
y nos reconcilia con el Padre.
Abramos, nuestro espíritu al arrepentimiento,
para acercarnos a la mesa del Señor.
O bien:
El Señor ha dicho:
El que esté sin pecado, que tire la primera piedra.
Reconozcámonos, pecadores
y perdonémonos los unos a los otros
desde lo más íntimo de nuestro corazón.
Se hace una breve pausa en silencio. Después el sacerdote, u otro ministro idóneo, dice las siguientes invocaciones u otras semejantes:
Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad. (o bien: Kýrie, eléison). El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (o bien: Kýrie, eléison). Sacerdote o ministro:
Tú que has venido a llamar a los pecadores:
Cristo ten piedad. (O bien: Christe, eléison).
El pueblo responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eléison).
Sacerdote o ministro:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre
para interceder por nosotros:
Señor, ten piedad. (o bien: Kýrie, eléison). El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (o bien: Kýrie, eléison).
El sacerdote concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna. El pueblo responde:
Amén.
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A continuación, si la Liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el himno:
+Gloria a Dios en el cielo, +
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
+Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, +
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias,
+Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso. +
Señor, Hijo único, Jesucristo.
+Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre; +
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
+tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; +
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
+porque sólo tú eres Santo, +
sólo tú Señor,
+sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo +
en la gloria de Dios Padre.
Amen. Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante un breve espacio de tiempo.
Entonces el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta, al final de la cual, el pueblo aclama:
Amén.
13
LITURGIA DE LA PALABRA El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios. Todos aclaman:
Te alabamos, Señor. El salmista o el cantor proclama el salmo, y el pueblo intercala la respuesta, a no ser que el salmo se diga seguido sin estribillo del pueblo.
Si hay segunda lectura, se lee en el ambón, como la primera. Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, el canto antes del evangelio. Mientras tanto, si se usa incienso, el sacerdote lo pone
en el incensario.
Después el diácono (o el concelebrante que ha de proclamar el evangelio en la misa presidida por el Obispo), inclinado ante el sacerdote, pide la bendición, diciendo en voz baja: Padre, dame tu bendición. El sacerdote en voz baja, dice:
El Señor esté en tu corazón y en tus labios,
para que anuncies dignamente su Evangelio;
en el nombre del Padre y del Hijo +,
y del Espíritu Santo. El diácono o el concelebrante responde: Amén. Si el mismo sacerdote debe proclamar el evangelio, inclinado ante el altar, dice en secreto:
Purifica mi corazón y mis labios,
Dios todopoderoso,
para que anuncie dignamente tu Evangelio.
Después el diácono (o el sacerdote) va al ambón, acompañado eventualmente por los ministros que llevan el incienso y los cirios; ya en el ambón dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El diácono (o el sacerdote):
Lectura del santo Evangelio según san N. Y mientras tanto hace la señal de la cruz sobre el libro y sobre su frente, labios y pecho.
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El pueblo aclama:
Gloria a ti, Señor. El diácono (o el sacerdote), si se usa incienso, inciensa el libro. Luego proclama el evangelio.
Acabado el evangelio el diácono (o el sacerdote) dice:
Palabra del Señor. Todos aclaman: Gloria a ti, Señor Jesús. Si la aclamación es cantada pueden usarse otras respuestas de alabanza a Jesucristo, por ejemplo:
Tu palabra, Señor, es la verdad,
y tu ley nuestra libertad. O bien:
Tu palabra, Señor,
es lámpara que alumbra nuestros pasos. O bien:
Tu palabra, Señor, permanece por los siglos.
Después el diácono lleva el libro al celebrante, y éste lo besa, diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados. O bien el mismo diácono besa el libro, diciendo en secreto las mismas palabras. Luego tiene lugar la homilía; ésta es obligatoria todos los domingos y fiestas de precepto y se recomienda en los restantes días.
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Acabada la homilía, si la liturgia del día lo prescribe, se hace la profesión de fe: Creo en un Solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
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Para utilidad de los fieles, en lugar del símbolo niceno-constantinopolitano, la profesión de fe se puede hacer, especialmente en el
tiempo de Cuaresma y en la Cincuentena pascual, con el siguiente símbolo llamado "de los apóstoles":
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan.
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna. Amén.
Plegaria universal Después se hace la plegaria universal u oración de los fieles, que se desarrolla de la siguiente forma:
Invitatorio
El sacerdote invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por un diácono o, en su defecto, por un lector o otra persona idónea.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación u orando en silencio. La sucesión de intenciones ordinariamente
debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia; b) por los gobernantes y por la salvación del mundo entero; c) por aquellos que se encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El sacerdote termina la plegaria común con una oración conclusiva.
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LITURGIA EUCARÍSTICA Acabada la Liturgia de la Palabra, los ministros colocan en el altar el corporal, el purificador, el cáliz y el misal; mientras tanto
puede ejecutarse un canto adecuado. Conviene que los fieles expresen su participación en la ofrenda, bien sea llevando el pan y el vino para la celebración de la eucaristía, bien aportando otros dones para las necesidades de la Iglesia o de los pobres. El sacerdote se acerca al altar, toma la patena con el pan y, manteniéndola un poco elevada sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan
de vida.
Después deja la patena con el pan sobre el corporal. Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor.
El diácono, o el sacerdote, echa vino y un poco de agua en el cáliz, diciendo en secreto:
Por el misterio de esta agua y este vino, haz que compartamos la divinidad de quien se ha
dignado participar de nuestra humanidad.
Después el sacerdote toma el cáliz y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice en secreto:
Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del
hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros
bebida de salvación. Después deja el cáliz sobre el corporal. Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras; al final el pueblo puede aclamar:
Bendito seas por siempre, Señor. A continuación, el sacerdote, inclinado, dice en secreto:
Acepta, Señor, nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde;
que éste sea hoy nuestro sacrificio
y que sea agradable en tu presencia,
Señor, Dios nuestro. Y, si se juzga oportuno, inciensa las ofrendas y el altar. A continuación el diácono o un ministro inciensa al sacerdote y al pueblo.
Luego el sacerdote, de pie a un lado del altar, se lava las manos, diciendo en secreto:
Lava del todo mi delito, Señor,
limpia mi pecado.
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Después, de pie en el centro del altar y de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, dice una de las siguientes fórmulas:
Orad, hermanos,
para que este sacrificio, mío y de ustedes,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
O bien:
En el momento de ofrecer
el sacrificio de toda la Iglesia,
oremos a Dios, Padre todopoderoso. O bien:
Orad, hermanos,
para que, llevando al altar
los gozos y las fatigas de cada día,
nos dispongamos a ofrecer el sacrificio
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
El pueblo responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien
y el de toda su santa Iglesia.
Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas. La oración sobre las ofrendas termina siempre con la conclusión breve. Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
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PLEGARIA EUCARÍSTICA
En las plegarias eucarísticas se pueden nombrar junto al Obispo diocesano a los Obispos coadjutores o auxiliares y al
Obispo que eventualmente preside una concelebración. Si el celebrante es Obispo, siempre se nombra a si mismo; el
Obispo diocesano se nombra después del Papa; los otros Obispos se nombran a sí mismos después del Obispo diocesano.
En la plegaria eucarística primera o Canon romano pueden omitirse aquellas partes que están incluidas dentro de
corchetes.
El sacerdote comienza la plegaria eucarística con el prefacio. Con las manos extendidas dice:
El Señor esté con ustedes. El pueblo responde:
Y con tu espíritu. El sacerdote, elevando las manos, prosigue:
Levantemos el corazón. El pueblo responde:
Lo tenemos levantado hacia el Señor. El sacerdote, con las manos extendidas, añade:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. El pueblo responde:
Es justo y necesario. El sacerdote prosigue el prefacio con las manos extendidas.
Al final del prefacio junta las manos y, en unión del pueblo, concluye el prefacio, cantando o diciendo en voz alta:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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TEXTOS PROPIOS DE LAS
FESTIVIDADES BARNABITAS
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24 ENERO
SAN FRANCISCO DE SALES
Obispo y Doctor de la Iglesia
(1567 - 1622)
MEMORIA OBLIGATORIA
Es considerado el santo de la dulzura, la misericordia, el humanismo cristiano y el amor de Dios. Obispo de Ginebra, quiso que los Barnabitas fueran sus colaboradores en el ministerio pastoral y la enseñanza
escolar en Saboya y Francia. Por afinidad de espíritu llegó a ser su gran amigo; hablando o escribiendo
los elogiaba por su celo y afabilidad; a menudo dialogaba con ellos cordialmente. Por su benevolencia fue afiliado a la Orden en 1617. Los Barnabitas lo amaron y sirvieron con dedicación filial en vida; trabajaron
después por su glorificación y lo declararon patrono "secundario" de la Congregación (1716).
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor lo colmó del espíritu de sabiduría y de inteligencia y lo revistió de su
gloria, para que anunciara su Palabra en medio de la Iglesia.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que quisiste que el Obispo San Francisco de Sales se hiciera
todo para todos por su caridad apostólica; haz que también nosotros sepamos
manifestar la dulzura de tu amor de Padre en el servicio a nuestros hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre, este sacrificio, supremo testimonio del amor de tu Hijo, nos comunique el
fuego de tu santo Espíritu, que inflamó el corazón paciente y humilde de San
Francisco de Sales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la memoria de
San Francisco de Sales
para animarnos con el ejemplo de su vida,
instruirnos con su palabra
y protegernos con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos,
te cantamos el himno de alabanza,
diciendo sin cesar:
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
25
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Me he hecho todo a todos, para salvar a toda costa a algunos.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos diste el gozo de celebrar tus sacramentos en la memoria del Santo
Obispo Francisco de Sales, permite que en toda circunstancia de la vida imitemos su
caridad paciente y benigna, para que podamos compartir su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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27
25 ENERO
CONVERSIÓN DE SAN PABLO APÓSTOL FIESTA
La Congregación de los Barnabitas fue instituida bajo el nombre y la protección de S. Pablo; todos sus miembros fueron llamados por el Santo Fundador "hijos de San Pablo", "plantas de Pablo". Después
recibieron de los Papas el nombre oficial de Clérigos Regulares de San Pablo Degollado por su destacada
devoción hacia el Apóstol, por el estudio y la explicación de sus cartas a las comunidades y, sobre todo, por
la imitación de sus virtudes, de sus sufrimientos y de su celo por los hermanos. "Y porque hemos elegido como padre y guía a un apóstol tan grande, y nos gloriamos de ser sus seguidores, esforcémonos en
manifestar en nosotros sus doctrinas y sus ejemplos. En efecto, no sería conveniente que en las filas de un
tan valiente conductor seamos soldados cobardes y desertores, ni que fuéramos hijos degenerados de un padre tan glorioso" (S. Antonio M. Zaccaria, 4 de octubre de 1534).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es para mí un instrumento elegido para que lleve mi nombre ante lo gentiles, a
los reyes y a los hijos de Israel.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios, que instruiste a todos los pueblos mediante la predicación del apóstol Pablo,
concede a quienes hoy celebramos su conversión, acercarnos a Ti y ser testigos de tu
verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre, nuestro sacrificio y permite que el Espíritu Santo ilumine tu Iglesia
con la misma fe que impulsó a san Pablo transformándolo en misionero y apóstol de
los pueblos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LOS APOSTOLES
Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque, revelando el maravilloso poder de tu gracia,
separaste en tu providencial designio
al apóstol Pablo para proclamar
entre los paganos la redención de tu Hijo.
Aquél, que un tiempo perseguía
el nombre cristiano atacando a la Iglesia,
se convirtió después en apóstol tan fuerte y fiel que Cristo Jesús,
para salvación de los creyentes,
manifestó en él la consumación de su pasión.
Por eso, unidos a éste tu siervo y a los coros celestiales,
te alabamos, proclamando con alegría:
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
29
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Sé en quién he puesto mi confianza y estoy convencido de que el Señor es capaz de
conservar el depósito de mi fe.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, la cena del Señor que hemos celebrado recordando la conversión de San
Pablo, fortalezca nuestros corazones con la virtud de tu gracia y nos permita obrar
dignamente como testigos de Cristo, que es Dios y vive y Reina contigo, en la unidad
del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
30
31
30 ENERO
SAN FRANCISCO JAVIER MARIA BIANCHI Sacerdote (1743-1815)
MEMORIA OBLIGATORIA
Nacido en Arpino en 1743, abrazó la vida religiosa de los Barnabitas, sus educadores. Después de la
ordenación sacerdotal, enseñó letras y teología en la universidad de Nápoles; se dedicó posteriormente al ministerio de la predicación y reconciliación, a las obras de penitencia y misericordia, a la dirección
espiritual del clero, las religiosas y los laicos. Por su celo apostólico fue llamado "otro Felipe Neri" y
"Apóstol de Nápoles". Entre los carismas recibidos se destacan la predicción de la derrota del ejército
napoleónico en Rusia y del retorno de Pío VII a Roma; la detención de la lava del Vesubio; el heroico sufrimiento de "fuego y espinas" en las piernas; la espiritual paternidad que lo hizo querido de todos.
Murió en Nápoles el 31 de enero de 1815. Su memoria es anticipada de un día para que no coincida con la
de S. Juan Bosco.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Con sumo gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de
Cristo.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que a través de san Francisco Javier María Bianchi, impregnado de la
dulzura de tu amor, has querido atraer a los fieles a tu amor, concédenos, te rogamos,
por su ejemplo e intercesión, que podamos encontrarte y amarte en los hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al presentarte, Señor, estos dones, te pedimos que nuestros corazones ardan en el
fuego de aquél amor por el cual otorgaste a San Francisco Javier María Bianchi, el
maravilloso poder de ofrecer tu sacrifico.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
32
PREFACIO DE SANTOS RELIGIOSOS
La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque al celebrar a los santos
que por amor al Reino de los cielos
se consagraron a Cristo,
reconocemos tu Providencia admirable,
que no cesa de llamar al hombre
a la santidad primera,
para hacerlo participar ya desde ahora
de la vida que gozará en el cielo,
por Cristo Señor nuestro.
Por eso, con todos los ángeles y santos,
te alabamos, proclamando sin cesar:
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
33
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Completó en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su
cuerpo, que es la Iglesia.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tu mesa, Dios, nos permita celebrar dignamente las virtudes de San
Francisco Javier María Bianchi y poder gozar de tu inefable amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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35
30 ABRIL
SAN PÍO V Papa (1504 - 1572)
MEMORIA FACULTATIVA.
Todo como en el Misal Romano. Este gran pontífice del Postconcilio tridentino, fray Michele Ghislieri, domínico como fray Bautista de
Crema, encontró a los primeros Barnabitas en el Oratorio de la Eterna Sabiduría en Milán. Siguió desde
Roma, con aprecio y benevolencia, el desarrollo de nuestra Congregación como "fidelísimo y utilísimo
amigo" en toda circunstancia. En 1570 nombró a Alejandro Sauli obispo de Aleria. El P. Gabuzio publicó su vida en latín clásico, la que fue inserta por los Bolandistas en las Acta Sanctorum.
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37
24 MAYO
MARÍA AUXILIADORA
MEMORIA FACULTATIVA
Todo como en el Misal Romano.
26 MAYO
SAN FELIPE NERI Sacerdote (1515-1595)
MEMORIA OBLIGATORIA.
Todo como en el Misal Romano. "Aquél tan querido amigo nuestro, el Reverendo Don Felipe Neri" acogió con amor en 1574 a los primeros Barnabitas que fueron a Roma; los ayudó eficazmente "como si fuéramos cosas suyas", al establecerse
ellos en la ciudad eterna y al enviar vocaciones a nuestra familia religiosa.
Después de su muerte el santo fue considerado y venerado como celestial patrono de la Congregación.
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39
11 JUNIO
SAN BERNABÉ Apóstol
Titular de la Primera Iglesia de la Congregación
MEMORIA OBLIGATORIA
ANTIFONA DE ENTRADA
Dijo el Espíritu Santo: "Sepárenme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he
llamado".
ORACIÓN COLECTA
Padre, que elegiste a San Bernabé hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, para
extender tu reino entre las naciones; concede que el Evangelio de Cristo, predicado
por él con tanta valentía sea siempre anunciado fielmente, de palabra y de obra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, con tu bendición los dones que te ofrecemos, de manera que
enciendan en nosotros aquél amor que impulsó a San Bernabé a llevar a las naciones
la luz del Evangelio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
40
PREFACIO DE LOS APOSTOLES
Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque de la asamblea de los
creyentes en Cristo la voz arcana de tu Espíritu
eligió a San Bernabé,
lo asoció a Pablo y al colegio de los Apóstoles
y le mandó a anunciar la verdad del Evangelio
para que fueran predicadas a todas las naciones
la redención y la vida.
Esto es, Padre, milagro de tu gracia y don de tu amor.
Por eso también nosotros,
en unión con los ángeles y todos los santos,
te cantamos con gozo el himno de alabanza.
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Ya no les diré servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; les digo:
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Hemos recibido, Señor, el pan de vida eterna; te pedimos que este sacramento
celebrado en memoria de tu apóstol San Bernabé nos permita participar plenamente
de tu Reino eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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43
30 JUNIO
CONMEMORACION DE SAN PABLO APÓSTOL Titular y Patrono Principal de la Congregación.
FIESTA
La Congregación de los Barnabitas fue instituida bajo el nombre y la protección de S. Pablo; todos sus
miembros fueron llamados por el Santo Fundador "hijos de San Pablo", "plantas de Pablo". Después recibieron de los Papas el nombre oficial de Clérigos Regulares de San Pablo Degollado por su destacada
devoción hacia el Apóstol, por el estudio y la explicación de sus cartas a las comunidades y, sobre todo, por
la imitación de sus virtudes, de sus sufrimientos y de su celo por los hermanos. "Y porque hemos elegido
como Padre y Guía a un Apóstol tan grande, y nos gloriamos de ser sus seguidores, esforcémonos en manifestar en nosotros su doctrina y ejemplo. Sería inadecuado que en las filas de un tan valiente
conductor se encontraran soldados cobardes o desertores, o que fuéramos hijos degenerados de un Padre
tan glorioso" (S. Antonio M. Zaccaria, 4 de octubre de 1534).
ANTÍFONA DE ENTRADA
He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor: despierta en tu Congregación el espíritu del apóstol San Pablo,
para que también nosotros, llenos del mismo espíritu, te amemos a ti sobre todas las
cosas y podamos dar testimonio de tu Hijo Unigénito delante de los hombres.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que nos das la alegría de ofrecerte este sacrificio, haz resplandecer sobre
nosotros la luz de tu Espíritu que iluminó al Apóstol Pablo en el camino de Damasco
y lo hizo instrumento de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LOS APOSTOLES
Los apóstoles, cimientos de la Iglesia y testigos de Cristo
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
alabarte, Señor, de todo corazón en el
glorioso triunfo del Apóstol Pablo:
Él se regocijó como valiente,
recorriendo los caminos del mundo,
para anunciar a Cristo crucificado a todos los pueblos;
y el que decía:
"No soy yo el que vive, sino que es Cristo el que vive en mí"
completó su vida con el esparcimiento de su sangre,
llevando a plenitud en sí mismo
lo que faltaba a los padecimientos de Cristo.
Por él los ángeles adoran tu majestad
y se alegran eternamente contemplando tu rostro.
Permítenos Señor,
unirnos a sus voces cantando con alegría.
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Para mí, Cristo es mi vida y morir es una ventaja.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos has alimentado con el cuerpo y la sangre de tu Hijo, haz que Cristo
sea nuestra vida, para que nada nos separe de su amor y, fieles a la doctrina del
Apóstol Pablo, caminemos siempre en la caridad hacia nuestros hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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SOLEMNIDAD DE
SAN ANTONIO MARIA ZACCARIA
PADRE Y FUNDADOR DE LA CONGREGACIÓN
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5 JULIO
SAN ANTONIO MARIA ZACCARIA Sacerdote
Padre y Fundador de la Congregación
SOLEMNIDAD
Nace en Cremona (Italia) a fines de 1502; se destacó desde la niñez por sus ejemplos de piedad, pureza y
castidad. Después de los estudios de medicina en la Universidad de Padua, regresó a Cremona pero, en
lugar de dedicarse a curar las enfermedades, "se entregó a la vida espiritual". Consagrado sacerdote en 1528, continuó a predicar la Palabra de Dios y a promover la "renovación del
fervor cristiano". Llamado en Guastalla por la condesa Ludovica Torelli, es enseguida su capellán. En
1530 está en Milán, donde frecuenta la "Compañía de la Eterna Sabiduría" y encuentra a Bartolomé Ferrari y Juan Antonio Morigia. Guiado por su maestro, fray Bautista de Crema, funda con ellos la
Congregación de los Clérigos Regulares de S. Pablo, que el Papa Clemente VII aprobó el 18 de febrero de
1533 y Pablo III confirma el 24 de julio de 1535. En los mismos años funda el Instituto de las Hermanas
Angélicas y la sociedad de los matrimonios. Espíritu paulino y ardiente de amor hacia Dios, predica incansablemente el misterio de Cristo Crucificado y de la Eucaristía, prodigándose también en la reforma
de las costumbres del Clero y del pueblo. Agotado por los trabajos apostólicos, muere en Cremona el 5 de
julio de 1539, en los brazos de su madre. Después de siglos de espera, fue canonizado por León XIII el 27 de mayo de 1897. Sus reliquias se veneran en la Iglesia de San Bernabé en Milán.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Mi palabra y mi mensaje no se basan en discursos conquistadores de humana
sabiduría, sino en la manifestación y fuerza del Espíritu.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que aprendamos del apóstol Pablo el conocimiento
extraordinario de Jesucristo que tuvo San Antonio María Zaccaria, quien predicó
siempre en tu Iglesia la palabra de la salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concede, Señor, que llevemos a la mesa del banquete del cielo la misma santidad de
mente y de cuerpo que san Antonio María tuvo en modo admirable, especialmente al
ofrecer este santo sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
50
PREFACIO DE SANTOS RELIGIOSOS
La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario
darte gracias y cantar un permanente
himno de bendición y alabanza,
Dios omnipotente y eterno.
Tú llamaste a trabajar en tu viña
a nuestro Padre Antonio María,
con tal entrega que en breve tiempo
recorrió mucho en el sendero de la santidad.
Reunió en tu Iglesia nuevas familias religiosas
y a los fieles atraídos por las banalidades de este mundo
presentó como objeto de amor
sobre todas las cosas a Jesucristo nuestro Señor,
exaltado en la cruz y escondido en las especies eucarísticas.
Por él adoran tu majestad los ángeles
que cantan eternamente en tu presencia,
con ellos también nosotros
te alabamos con alegría, cantando
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Sean imitadores de Dios, como hijos amadísimos, y sigan el camino del amor como
Cristo los amó a ustedes.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comida divina que nos alimentó, Señor, confirme en la fe a nosotros y a nuestros
hermanos y, a ejemplo de San Antonio María, nos haga testigos, de palabra y obra,
de la misma fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios, nuestro Padre,
que nos ha congregado para celebrar hoy
la Solemnidad de San Antonio María Zaccaria,
los bendiga, proteja y confirme en su paz.
R. Amén.
Cristo, el Señor,
que ha manifestado en San Antonio María Zaccaria
la fuerza renovadora del misterio pascual,
los haga auténticos testigos de su Evangelio.
R. Amén.
El Espíritu Santo, que en San Antonio María Zaccaria
nos ha ofrecido un ejemplo de caridad evangélica,
les conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia
la verdadera comunión de fe y amor.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para
siempre.
R. Amén.
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11 OCTUBRE
SAN ALEJANDRO SAULI Obispo
MEMORIA OBLIGATORIA
Hijo de una noble familia de origen genovesa, nace en Milán el año 1534. A los 17 años es aceptado entre
los Barnabitas, después de una demostración de religiosa valentía, que lo movió a llevar la cruz por las calles de la ciudad. Consagrándose exclusivamente a Dios, a los 22 años fue ordenado sacerdote; completó
los estudios de teología en la Universidad de Pavía, de la cual fue también profesor. A los 33 años es
elegido Superior General y a los 36, obispo de Aleria en Córcega. Pastor del pueblo de Dios de compro-metió en la reforma del clero y del pueblo, a través de la predicación, la catequesis, los sínodos, las visitas
pastorales, trabajando casi sólo en una región muy amplia y llena de dificultades. Sus opciones fueron por
los pobres y los enfermos; aplacó odios y venganzas, extirpó abusos y supersticiones. Por su caridad
heroica, sobre todo en ocasión de la peste y la carestía, justamente mereció llamarse "ángel tutelar y apóstol de Córcega". En 1591 Gregorio XIV lo promovió obispo de Pavía, pero murió santa-mente en
Calosso d'Asti menos de un año después, el 11 de octubre de 1592. Benedicto XIV lo beatificó en el año
1741, fue canonizado en 1904 por San Pío X. Es protector de los jóvenes barnabitas dedicados al estudio.
ANTÍFONA DE ENTRADA
He aquí el sumo sacerdote que durante su vida reparó el templo y en sus días
fortificó el lugar santo.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que a través de San Alejandro Sauli, Obispo, te has dignado proponer en tu
Iglesia ejemplos de regular disciplina y pastoral solicitud, concede a tu pueblo tener
siempre pastores según el corazón de Cristo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te ofrecemos en la memoria de San Alejandro Sauli;
concede que lo que ofrece nuestra fragilidad, quede consagrado por el poder de tu
Espíritu.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo nuestro Señor.
Porque permites que tu Iglesia se alegre hoy con la memoria de
San Alejandro Sauli
para animarnos con el ejemplo de su vida,
instruirnos con su palabra
y protegernos con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y los santos,
te cantamos el himno de alabanza,
diciendo sin cesar:
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN.
El buen pastor da su vida por sus ovejas.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Señor y Dios nuestro, los dones que hemos recibido alimenten en nosotros el ardor
de tu caridad, para que, a imitación de san Alejandro Sauli, que se entregó totalmente
a ti, vivamos plenamente nuestra consagración a tu servicio.
Por Jesucristo, nuestro Señor
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4 NOVIEMBRE
SAN CARLOS BORROMEO Obispo (1538-1584)
Patrono Secundario de la Congregación
MEMORIA OBLIGATORIA
El gran arzobispo de Milán debe considerarse casi como un segundo padre fundador de los Barnabitas por la amistad, el aprecio y la ayuda que siempre manifestó hacia esta familia religiosa, sobre todo por su
intervención calificada en la redacción y aprobación de las Constituciones en 1579. A su vez, los
Barnabitas se destacaron como valiosos colaboradores y fieles discípulos en su actividad pastoral.
También después de su muerte quisieron seguir sus huellas y honrar sus virtudes, proclamándolo en 1614 patrono "secundario" de la Congregación.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Lo eligió el señor para la plenitud del sacerdocio y lo constituyó pastor para guiar a
su pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Mira bondadoso, Señor, a tu familia congregada en la memoria de San Carlos
Borromeo, Obispo, que sabiamente la formó en santidad y doctrina; concédele verse
confirmada por su intercesión.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acoge, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la fiesta de San Carlos
Borromeo, y por la eficacia de este sacrificio, concede que, así como él sobresalió
por sus virtudes y cualidades pastorales, también nosotros demos frutos de buenas
obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
Los santos pastores siguen presentes en la Iglesia
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
E n verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
alabarte y glorificarte, Señor,
en la memoria de San Carlos Borromeo, Obispo,
porque benignamente lo diste cual
otro padre a nuestra naciente familia,
para guiarnos en el camino de la vocación
a la que fuimos llamados por Jesucristo nuestro Señor.
Por él, la multitud de los ángeles celebra
tu majestad y nosotros, llenos de alegría,
nos asociamos para adorarte, cantando tu alabanza.
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
59
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Yo soy el buen pastor, conozco mis ovejas, y las mías me conocen a mí.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacramento recibido, Señor, nos obtenga aquella fortaleza de espíritu, que
hizo de San Carlos Borromeo, un ministro fiel a tu servicio y un apóstol de la
caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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SOLEMNIDAD DE
MARIA MADRE DE LA
DIVINA PROVIDENCIA
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Sábado anterior al tercer domingo de noviembre
MARÍA MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA
SOLEMNIDAD
Nuestra Congregación empezó en 1732 la devoción a la Virgen Madre de la Divina Providencia, cuando el pueblo romano comenzó a venerar la bonita imagen en la Iglesia de San Carlo ai Catinari. El papa
Benedicto XIV, algunos años después, aprobó su culto litúrgico y la institución de una cofradía. Desde Pío
VII a Juan Pablo II, numerosos Pontífices han querido manifestar personalmente su devoción. Es sabido,
además que el párroco P. Manini fundó un Instituto religioso femenino dedicado a su nombre y que el P. Semeria puso bajo su protección la Obra para los huérfanos de la guerra. Aun en nuestros días, el amor a
María, Madre de la Divina Providencia, es una característica de la familia barnabítica, que en todas partes
del mundo ha construido templos, capillas, altares y casas en su honor.
ANTÍFONA DE ENTRADA
¿Puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus
entrañas? Aunque se encontrara alguna que lo olvidase, ¡yo nunca me olvidaría de
ti!
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, cuyos proyectos de amor nunca fracasan, humildemente te pedimos: por
intercesión de la Bienaventurada siempre Virgen María, Madre de tu Hijo, aleja de
nosotros todo mal y entréganos tus beneficios.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Se dice Credo
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia; por intercesión de María Madre de
la Divina Providencia, la Madre de tu Hijo, otórganos tu misericordia y tu ayuda en
la necesidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PREFACIO DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA
La Iglesia alaba a Dios con las palabras de María
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
alabarte, agradecerte y glorificarte
en la Solemnidad de la bienaventurada siempre
Virgen María Madre de la Divina Providencia
Por obra del Espíritu Santo
dio al mundo el Salvador
que, por su oración, empezó
sus signos milagroso en Caná de Galilea;
como reina, a la derecha del Hijo,
acoge las necesidades de la Iglesia
y es madre providentísima de todos
ayudando a los que Jesucristo Nuestro Señor
le entregó desde la cruz.
Por él, con los ángeles y los santos,
cantamos el himno de alabanza
proclamando sin cesar.
santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
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ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Se dicen maravillas de ti, Virgen María; el Todopoderoso ha hecho en ti grandes
cosas.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de misericordia, permanezca en tus fieles la fuerza recibida en la mesa del cielo
para que, por intercesión de la Madre de la Divina Providencia, al buscar tu Reino y
su justicia, no les falten las ayudas temporales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Que Dios, cuya providencia amorosa
quiso redimir al género humano
por medio del Hijo santísimo de la Virgen María,
los colme de sus bendiciones.
R. Amén.
Que experimenten siempre y en todas partes
la protección de la Virgen,
por quien recibieron al autor de la vida.
R. Amén.
Y todos ustedes,
reunidos para celebrar con devoción
la Solemnidad de María Madre de la Divina Providencia,
reciban los dones de la alegría espiritual
y los premios eternos.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén.
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PLEGARIAS EUCARISTICAS
68
69
PLEGARIA EUCARISTICA I
o Canon romano El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Padre misericordioso,
te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
Junta las manos y dice:
que aceptes Traza, una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el vino conjuntamente, diciendo:
y bendigas + estos dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
Con las manos extendidas, prosigue:
ante todo, por tu Iglesia santa y católica,
para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa N.,
con nuestro Obispo N.*,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad,
promueven la fe católica y apostólica.
*El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
conmigo, indigno siervo tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el ordinario diocesano, dice:
con mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de N.,
conmigo, indigno siervo tuyo,
70
CONMEMORACION DE LOS VIVOS
C1
Acuérdate, Señor, de tus hijos N. y N. Puede decir los nombres de aquellos por quienes tiene intención de orar, o bien junta las manos y ora por ellos unos momentos. Después, con las manos extendidas, prosigue:
y de todos los aquí reunidos,
cuya fe y entrega bien conoces;
por ellos y todos los suyos,
por el perdón de sus pecados
y la salvación que esperan,
te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen,
este sacrificio de alabanza,
a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
CONMEMORACION DE LOS SANTOS
C2
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
veneramos la memoria
ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;
la de su esposo, san José;
la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
[Santiago y Juan,
Tomás, Santiago, Felipe,
Bartolomé, Mateo, Simón y Tadeo;
Lino, Cleto, Clemente,
Sixto, Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo,
Cosme y Damián,]
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones
concédenos en todo tu protección. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
71
En los domingos, cuando no hay otro Reunidos en comunión propio, puede decirse:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia, para celebrar el domingo, día en que Cristo ha
vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal, veneramos la memoria, ante
todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; *
REUNIDOS EN COMUNION
PROPIOS DE ALGUNAS SOLEMNIDADES
En la Natividad del Señor y durante su octava:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar (la noche santa) el día santo en
que la Virgen María, conservando intacta su virginidad, dio a luz al Salvador del mundo,
veneramos la memoria, ante todo, de esta gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo,
nuestro Dios y Señor; *
En la Epifanía del Señor:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar el día santo en que tu único Hijo,
eterno como tú en la gloria, se manifestó en la verdad de nuestra carne, hecho hombre como
nosotros, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de
Jesucristo, nuestro Dios y Señor; *
En el Jueves santo:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar el día santo en que nuestro Señor
Jesucristo fue entregado por nosotros, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre
Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; *
Desde la misa de la vigilia pascual hasta el segundo domingo de Pascua:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar (la noche santa) el día santo de la
resurrección de nuestro Señor Jesucristo según la carne, veneramos la memoria, ante todo, de la
gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor; *
En la Ascensión del Señor:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar el día santo en que tu único Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, habiendo tomado nuestra débil condición humana, la exaltó a la
derecha de tu gloria, veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;*
72
En el domingo de Pentecostés:
► Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar el día de Pentecostés, en que el
Espíritu Santo se manifestó a los apóstoles en lenguas de fuego, veneramos la memoria, ante
todo, de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;*
* la de su esposo, san José;
la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
[Santiago y Juan,
Tomás, Santiago, Felipe,
Bartolomé; Mateo, Simón y Tadeo;
Lino, Cleto, Clemente,
Sixto, Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo,
Cosme y Damián,]
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones
concédenos en todo tu protección.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Con las manos extendidas, prosigue:
CP
►Acepta, Señor, en tu bondad,
esta ofrenda de tus siervos
y de toda tu familia santa;
ordena en tu paz nuestros días,
líbranos de la condenación eterna
y cuéntanos entre tus elegidos. Junta las manos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén].
73
En la misa del Jueves santo:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que te
presentamos en el día mismo en que nuestro Señor Jesucristo encomendó a sus discípulos la
celebración del sacramento de su Cuerpo y de su Sangre; ordena en tu paz nuestros días, líbranos
de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
Desde la misa de la Vigilia pascual hasta el segundo domingo de Pascua:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que
hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos) que has hecho renacer del agua y del
Espíritu Santo, perdonándoles todos sus pecados; ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la
condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
En la misa del bautismo:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que
hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos) que has hecho renacer del agua y del
Espíritu Santo, perdonándoles todos sus pecados, para incorporarlos a Cristo Jesús, Señor
nuestro, e inscribe sus nombres en el libro de la vida.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
En la misa de confirmación:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que hoy
te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos) que, renacidos en el bautismo, han sido
confirmados hoy por el don del Espíritu Santo; recíbela en tu bondad y conserva en tus hijos el
don que les has dado.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
En la misa de primera comunión:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa, que
hoy te ofrecemos especialmente por N. y N. (aquellos) que por vez primera invitas en este día a
participar del pan de vida y del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia; concédeles crecer
siempre en tu amistad y en la comunión con tu Iglesia.
74
En la misa del matrimonio:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos, de los nuevos esposos N. y N. y
de toda tu familia santa, que hoy intercede por ellos; y ya que les has concedido llegar al día de
los desposorios, otórgales también (el gozo de una ansiada descendencia y de) una larga vida.
En la misa exequial:
► Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos, que hoy te ofrecemos
especialmente por el descanso eterno de nuestro hermano N., pidiéndote que le concedas que,
libre ya de las ataduras de la carne, tenga su parte entre tus santos.
Extendiendo las manos sobre las ofrendas, dice:
CC
Bendice y santifica esta ofrenda, Padre,
haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti;
de manera que se convierta para nosotros en el
Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado,
Jesucristo, nuestro Señor. Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.
Él mismo, la víspera de su pasión,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
En la misa vespertina del Jueves Santo:
Él mismo, hoy,
la víspera de padecer por nuestra salvación y la de todos los hombres
tomó pan en sus santas y venerables manos,
Eleva los ojos,
y, elevando los ojos al cielo,
hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso,
dando gracias te bendijo,
lo partió,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
75
Se inclina un poco.
«Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros».
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, dice:
tomó este cáliz glorioso
en sus santas y venerables manos,
dando gracias te bendijo,
y lo dio a sus discípulos, diciendo: Se inclina un poco.
«Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
I CP Éste es el Sacramento de nuestra fe. O bien:
Éste es el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
II Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.
76
III Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC
Por eso, Padre,
nosotros, tus servidores, y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna
y cáliz de eterna salvación.
Y prosigue:
Mira con ojos de bondad esta ofrenda
y acéptala,
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura
de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Inclinado, con las manos juntas, prosigue:
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso,
que esta ofrenda sea llevada a tu presencia
hasta el altar del cielo,
por manos de tu ángel,
para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
al participar aquí de este altar,
Se endereza y se signa, diciendo:
seamos colmados
de gracia y bendición. [Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
77
CONMEMORACION DE LOS DIFUNTOS
C3
Acuérdate también, Señor,
de tus hijos N. y N.,
que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueño de la paz. Junta las manos y ora unos momentos por los difuntos por quienes tiene intención de orar.
Después, con las manos extendidas, prosigue:
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo,
concédeles el lugar del consuelo,
de la luz y de la paz. Junta las manos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
C4 Con la mano derecha se golpea el pecho, diciendo:
Y a nosotros, pecadores, servidores tuyos,
Con las manos extendidas prosigue:
que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea
de los santos apóstoles y mártires
Juan el Bautista, Esteban,
Matías y Bernabé,
[Ignacio, Alejandro,
Marcelino y Pedro,
Felicidad y Perpetua,
Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia,]
y de todos los santos;
y acéptanos en su compañía,
no por nuestros méritos,
sino conforme a tu bondad.
78
Junta las manos y prosigue:
CP
Por Cristo, Señor nuestro,
Y continúa:
por quien sigues creando todos los bienes,
los santificas, los llenas de vida,
los bendices y los repartes entre nosotros. Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
CP
o
CC Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. El pueblo aclama:
Amén. Después sigue el rito de la comunión, p 99.
79
PLEGARIA EUCARÍSTICA II
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad;
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC
por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros
en el Cuerpo y + la Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor. Junta las manos.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.
Él mismo,
En la misa vespertina del Jueves santo:
en esta misma noche,
cuando iba a ser entregado a su pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, dándote gracias, lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo: Se inclina un poco.
«Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros».
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
80
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo: Se inclina un poco.
«Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de la siguientes fórmulas:
I CP Éste es el Sacramento de nuestra fe. O bien:
Éste es el Misterio de la fe. Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
II Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.
III Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
81
CC
Así, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
C1
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra; _____________________________________________________________________________________________
En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el domingo, día en
que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal;
ACUÉRDATE, SEÑOR
PROPIO DE ALGUNAS SOLEMNIDADES
En la Natividad del Señor y durante su octava:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí (en la noche santa) en el día santo en que la Virgen María dio a luz al Salvador del mundo; En la Epifanía del Señor:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el día santo
en que tu único Hijo, eterno como tú en la gloria, se manifestó en la' realidad de nuestra propia
carne;
Desde la misa de Vigilia pascual hasta el segundo domingo de Pascua:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí (en la noche
santísima) en el día santísimo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo;
En la Ascensión del Señor:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el día
glorioso en que Cristo ha sido constituido Señor del cielo y de la tierra;
82
En el domingo de Pentecostés:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra y reunida aquí en el día en
que la efusión de tu Espíritu ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los pueblos;
_____________________________________________________________________________________________
y con el Papa N.,
con nuestro Obispo N.
____________________________________________________________________________________________
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
conmigo, indigno servidor tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario diocesano, dice:
con mi hermano N., Obispo de esta Iglesia de N., conmigo, indigno servidor tuyo,
_____________________________________________________________________________________________
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad. ►
_____________________________________________________________________________________________
INTERCESIONES PARTICULARES que pueden añadirse en diversas ocasiones:
INTERCESIONES PARTICULARES
En las misas de Pascua, de su octava y en la del bautismo de adultos:
►Acuérdate también de nuestros hermanos (N. y N.)
que hoy, por medio del bautismo (y de la confirmación), han entrado a formar parte de tu
familia; ayúdales a seguir a Cristo, tu Hijo, con ánimo generoso y ferviente.
En la misa del bautismo de niños:
►Acuérdate también de nuestros hermanos N. y N. (de aquellos hermanos nuestros)
que hoy has hecho renacer del agua y del Espíritu Santo, librándolos del pecado;
tú que los has incorporado, como miembros vivos, al cuerpo de Cristo, inscribe también sus
nombres en el libro de la vida.
En la misa de confirmación:
►Acuérdate también de tus hijos (N. y N.) que, regenerados en el bautismo, hoy has
confirmado, marcándolos con el sello del Espíritu Santo:
custodia en ellos el don de tu amor.
83
En la misa de primera comunión:
►Acuérdate de tus hijos (N. y N.) que por vez primera
invitas en este día a participar del pan de vida y del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia;
concédeles crecer siempre en tu amistad y en la comunión con tu Iglesia.
En la misa del matrimonio:
►Acuérdate de tus hijos N. y N.
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia, iglesia doméstica y sacramento de tu amor, y
concédeles que la gracia de este día
se prolongue a lo largo de toda su vida.
En la misa por los difuntos:
►Recuerda a tu hijo (hija) N., a quien llamaste (hoy)
de este mundo a tu presencia; concédele que, así como ha compartido ya la muerte de Jesucristo,
comparta también con él la gloria de la resurrección.
_____________________________________________________________________________________________
C2
Acuérdate también de nuestros hermanos
que se durmieron en la esperanza de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de la Divina Providencia,
los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Junta las manos.
84
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
CP
o
CC Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. El pueblo aclama:
Amén. Después sigue el rito de la comunión, p 99.
85
PLEGARIA EUCARÍSTICA III El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC
Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que conviertan
en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
En la misa vespertina del Jueves Santo:
habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo
y, mientras cenaba con sus discípulos,
86
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, posigue:
tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
«Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros».
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue.
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo: Se inclina un poco.
«Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
CP Éste es el Sacramento de nuestra fe. O bien:
Éste es el Misterio de la fe. Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
87
II Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.
III Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros. Y el pueblo prosigue, aclamando:
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC Así, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella a la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
C1
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de la Divina Providencia,
los apóstoles y los mártires,
(san N.:)
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
88
C2
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N.,
a nuestro Obispo N.,
El Obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
a mí, indigno servidor tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario, dice:
a mi hermano N., Obispo de esta iglesia de N.,
a mi, indigno servidor tuyo,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.►
INTERCESIONES PARTICULARES
En las misas de Pascua, de su octava y en la del bautismo de adultos:
► Confirma en la fidelidad cristiana a tus hijos (N. y N.), que hoy, por medio del Bautismo
[y del don del Espíritu] has llamado a formar parte de tu pueblo y concédeles andar siempre en
una vida nueva.
En la misa del bautismo de niños:
► Ayuda a nuestros hermanos (N. y N.), que hoy has hecho renacer del agua y del Espíritu
Santo librándolos del pecado; tú que los has incorporado, como miembros vivos, al Cuerpo de
Cristo, inscribe también sus nombres en el libro de la vida.
En la misa de confirmación:
► Ayuda a tus hijos (N. y N.),
que hoy has confirmado marcándolos con el sello del Espíritu Santo; custodia en ellos el don de
tu amor.
89
En la misa de primera comunión:
► Ayuda a tus hijos (N. y N.),
que por vez primera invitas en este día
a participar del pan de vida y del cáliz de salvación,
en la mesa de tu familia;
concédeles crecer siempre en tu amistad
y en la comunión con tu Iglesia.
En la misa del matrimonio:
► Ayuda a tus hijos (N. y N.),
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,
iglesia doméstica y sacramento de tu amor,
y concédeles que la gracia de este día
se prolongue a lo largo de toda su vida.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia. ► En los domingos, cuando no hay otro recuerdo más propio, puede decirse:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo, ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. En la Natividad del Señor y durante su octava:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, (en la noche
santa) en el día santo en que la Virgen María dio a luz al Salvador del mundo. En la Epifanía del Señor:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia en el día
santo, en que tu único Hijo, eterno como tú en la gloria, se manifestó en la verdad de nuestra
carne hecho hombre.
Desde la misa de la Vigilia pascual hasta el segundo domingo de Pascua:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia (en la noche
gloriosa) en el día glorioso de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo según la carne.
En la Ascensión del Señor:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia en el día
glorioso de la Ascensión, en el que Cristo ha sido constituido Señor del cielo y de la tierra. En el domingo de Pentecostés:
► Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia en el día en
que la efusión de tu Espíritu ha hecho de ella sacramento de unidad para todos los pueblos.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
90
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
+ A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Cuando esta Plegaria se utiliza en las misas de difuntos, puede decirse
+ Recuerda a tu hijo (hija) N.,
a quien llamaste (hoy)
de este mundo a tu presencia:
concédele que, así como ha compartido ya
la muerte de Jesucristo,
comparta también con él
la gloria de la resurrección,
cuando Cristo haga resurgir de la tierra a los muertos,
y transforme nuestro cuerpo frágil
en cuerpo glorioso como el suyo.
Y a todos nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria;
allí enjugarás las lágrimas de nuestros ojos,
porque, al contemplarte como tú eres, Dios nuestro;
seremos para siempre semejantes a ti
y cantaremos eternamente tus alabanzas.
Junta las manos.
Por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
91
CP
o
CC Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. El pueblo aclama:
Amén. Después sigue el rito de la comunión, p 99.
92
93
PLEGARIA EUCARÍSTICA IV
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Te alabamos, Padre santo,
porque eres grande
y porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre
y le encomendaste el universo entero,
para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador,
dominara todo lo creado.
Y cuando por desobediencia perdió tu amistad,
no lo abandonaste al poder de la muerte,
sino que, compadecido, tendiste la mano a todos,
para que te encuentre el que te busca.
Reiteraste, además, tu alianza a los hombres;
por los profetas los fuiste llevando con la esperanza de salvación.
Y tanto amaste al mundo, Padre santo,
que, al cumplirse la plenitud de los tiempos,
nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
Él se encarnó por obra del Espíritu Santo,
nació de María, la Virgen,
y así compartió en todo nuestra condición humana
menos en el pecado;
anunció la salvación a los pobres,
la liberación a los oprimidos
y a los afligidos el consuelo.
Para cumplir tus designios,
él mismo se entregó a la muerte,
y, resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida.
Y a fin de que no vivamos ya para nosotros mismos,
sino para él, que por nosotros murió y resucitó,
envió, Padre, al Espíritu Santo
como primicia para los creyentes,
94
y así santificar todas las cosas,
llevando a plenitud su obra en el mundo.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC
Por eso, Padre, te rogamos
que este mismo Espíritu
santifique estas ofrendas, Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
para que conviertan en el Cuerpo y + la Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor,
Junta las manos.
y así celebremos el gran misterio
que nos dejó como alianza eterna.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con clan dad, como lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo,
llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo,
habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo.
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, te bendijo, lo partió
y se lo dio, diciendo:
Se inclina un poco.
«Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros».
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión:
95
Después prosigue:
Del mismo modo,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz lleno del fruto de la vid,
te dio gracias y lo pasó a sus discípulos, diciendo: Se inclina un poco.
«Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros y por muchos
para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía».
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice una de las siguientes fórmulas:
I CP Éste es el Sacramento de nuestra fe. O bien:
Éste es el Misterio de la fe. Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
II Éste es el Misterio de la fe, Cristo nos redimió. Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan
y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor,
hasta que vuelvas.
III Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Salvador del mundo, sálvanos,
que nos has liberado por tu cruz y resurrección
96
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC
Por eso, Padre,
al celebrar ahora el memorial de nuestra redención,
recordamos la muerte de Cristo
y su descenso al lugar de los muertos,
proclamamos su resurrección y ascensión a tu derecha;
y, mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre,
sacrificio agradable a ti
y salvación para todo el mundo.
Dirige tu mirada sobre esta Víctima
que tú mismo has preparado a tu Iglesia,
y concede a cuantos compartimos
este pan y este cáliz,
que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo,
seamos en Cristo
víctima viva para alabanza de tu gloria.
Cl
Y ahora, Señor, acuérdate
de todos aquellos por quienes te ofrecemos este sacrificio:
de tu servidor el Papa N.,
de nuestro Obispo N.,
__________________________________________________________________ El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice:
de mí, indigno servidor tuyo,
Cuando celebra un Obispo que no es el Ordinario diocesano, dice:
de mi hermano N., Obispo de esta iglesia de N.,
de mí, indigno servidor tuyo,
__________________________________________________________________
del orden episcopal y de los presbíteros y diáconos,
de los oferentes y de los que aquí reunidos, ►
97
___________________________________________________________
INTERCESIONES PARTICULARES
En las misas de Pascua, de su octava y en la del bautismo:
► de nuestros hermanos [N., y N.],
que hoy has hecho renacer
del agua y del Espíritu Santo,
En la misa de confirmación:
► de tus hijos [N., y N.],
que hoy has confirmado
marcándolos con el sello del Espíritu Santo,
En la misa de primera comunión:
► de tus hijos [N., y N.],
que por vez primera
invitas en este día a participar del pan de vida
y del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia,
En la misa del matrimonio:
► de tus hijos N. y N.,
que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,
__________________________________________________________________
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan con sincero corazón.
98
C2
Acuérdate también
de los que murieron en la paz de Cristo
y de todos los difuntos,
cuya fe sólo tú conociste.
Padre de bondad,
que todos tus hijos nos reunamos en tu reino,
con María, la Virgen Madre de la Divina Providencia,
con los apóstoles y los santos;
y allí, junto con toda la creación
libre ya del pecado y de la muerte,
te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
Junta las manos.
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
CP
o
CC Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. El pueblo aclama:
Amén. Después sigue el rito de la comunión, p 99.
99
RITO DE LA COMUNION
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó: O bien:
El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza: O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación
y vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:
O bien:
Recemos con humildad y confianza diciendo:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padrenuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
100
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libre de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo. Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad. Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. El pueblo responde:
Amén. El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes. El pueblo responde:
Y con tu espíritu. Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:
Démonos fraternalmente la paz. O bien:
Como hijos de Dios, intercambiemos ahora
un signo de comunión fraterna. O bien:
En Cristo, que nos ha hecho hermanos con su cruz,
démonos la paz como signo de reconciliación. O bien:
En el Espíritu de Cristo resucitado,
démonos fraternalmente la paz.
101
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz. El sacerdote da la paz al diácono o al ministro. Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz. Si la fracción del pan se prolonga, el canto precedente puede repetirse varias veces. La última vez se dice: danos la paz. A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
que por voluntad del Padre,
cooperando el Espíritu Santo,
diste con tu muerte la vida al mundo,
líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre,
de todas mis culpas y de todo mal.
Concédeme cumplir siempre tus mandamientos
y jamás permitas que me separe de ti. O bien:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre
no sea para mí un motivo de juicio y condenación,
sino que, por tu piedad,
me aproveche para defensa de alma y cuerpo
y como remedio saludable. El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo muestra al pueblo,
diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
102
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
El sacerdote dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna. Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después toma el cáliz y dice en secreto:
La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna. Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo. Después toma la patena o la píxide, se acerca a los que quieren comulgar y les presenta el pan consagrado, que sostiene un poco elevado, diciendo a cada uno de ellos:
El Cuerpo de Cristo.
El que va a comulgar responde:
Amén. Y comulga.
El diácono y los ministros que distribuyen la Eucaristía observan los mismos ritos. Si se comulga bajo las dos especies, se observa el rito descrito en su lugar. (Instr. Gen. n. 240-252). Cuando el sacerdote comulga el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión. Acabada la comunión, el diácono, el acólito, o el mismo sacerdote, purifica la patena sobre el cáliz y también el mismo cáliz, a
no ser que se prefiera purificarlo en la credencia después de la misa. Si el sacerdote hace la purificación, dice en secreto:
Haz, Señor,
que recibamos con un corazón limpio
el alimento que acabamos de tomar,
y que el don que nos haces en esta vida
nos aproveche para la eterna.
Después el sacerdote puede ir a la sede. Si se juzga oportuno, se pueden guardar unos momentos de silencio o cantar un salmo o cántico de alabanza. Luego, de pie en la sede o en el altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos, a no ser que este silencio ya se haya hecho antes. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.
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_______________________________________________________________________________________________________ La oración después de la comunión termina con la conclusión breve. Si la oración se dirige al Padre:
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Si la oración se dirige al Padre, pero al final de la misma se menciona al Hijo:
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Si la oración se dirige al Hijo:
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. _______________________________________________________________________________________________________
El pueblo aclama:
Amén.
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RITO DE CONCLUSION
En este momento se hacen, si es necesario y con brevedad, los oportunos anuncios o advertencias al pueblo. Después tiene lugar la despedida. El sacerdote extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con ustedes. El pueblo responde:
Y con tu espíritu. El sacerdote bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes. El pueblo responde:
Amén. En algunas ocasiones y en determinadas misas rituales puede usarse una de las bendiciones solemnes o de las oraciones sobre el
pueblo.
El Obispo, para bendecir al pueblo, usa el siguiente formulario, a no ser que prefiera utilizar una de las bendiciones solemnes o una de las oraciones sobre el pueblo.
V. Bendito sea el nombre del Señor.
R. Ahora y por todos los siglos.
V. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
V. La bendición de Dios todopoderoso,
Padre+, Hijo, +
y Espíritu + Santo
descienda sobre ustedes.
R. Amén. Luego el diácono, o el mismo sacerdote, con las manos juntas, despide al pueblo con una de las fórmulas siguientes:
I Pueden ir en paz.
II La alegría del Señor sea nuestra fuerza. Pueden ir en paz.
III Glorifiquen al Señor con su vida. Pueden ir en paz.
IV En el nombre del Señor, Pueden ir en paz. V Especialmente en los domingos de Pascua:
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. El pueblo responde:
Demos gracias a Dios. Después el sacerdote besa con veneración el altar, como al comienzo, y, hecha la debida reverencia con los ministros, se retira a la sacristía. Si sigue inmediatamente otra acción litúrgica, se omite el rito de despedida.