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texto por ITX ASO ELORDUY • Fotografía por JUAN CABANILLAS

Allí pasé los años más bonitos de mi vida”. Once intensas temporadas durante las que dirigió la estación por excelencia de los Piri-neos españoles. “Al dejar el valle vi que había un hueco impor-tante para montar una agencia especializada en viajes de montaña, Ski Arias”. La represen-tación para España de CMH, heliesquí en una

exclusiva área canadiense, donde se encuentra la mejor nieve del mundo, fue su aventura más arriesgada. “De aquello hace ya treinta y cinco años”. ¿Recuerda cómo nos conocimos? Durante la presentación de CMH en Bil-bao me dijeron que una persona quería entrevistarme y al día siguiente viniste al Hotel Dómine y Rocco, el guía de montaña y yo, nos pusimos en tus manos.

HELI-

Miguel AriAs es un señor. un señor de la hostelería que lidera siete emblemáticos restaurantes repartidos entre Palma de Mallorca y Madrid; con “Flanigan” y “Aspen” como flagship del grupo. Pero también un señor de la nieve que busca “la felicidad colectiva”. “Algo así como surfear la ola junto a tus amigos”. “su último sueño”, un libro que firma servidora sobre la verdadera historia de Baqueira Beret.

Usted iba vestido de austriaco, creo recordar... tengo una bonita colección de chaquetas austriacas, que me dicen mucho más que las americanas y en invierno siempre suelo llevar una en las ocasiones especiales.¿Y qué impresión tuvo en aquel momento? Buena, me impresionaron mu-cho los artículos que escribías.A mí me sorprendió Rocco. Rocco es genial y de los pocos que queda de la vieja escuela de CMH. Le encanta su profesión, por encima de todo es guía de montaña y capaz de sacrificar su vida por alguien. Este año murió su padre y en el entierro hubo una manifestación increíble de toda la gente a la que había rescatado. ¿Cómo surgió la idea de CMH? Hace treinta y cinco años fui a Canadá, como cliente y allí tuve la ocasión de conocer a Hans Gmosser, el fundador de CMH, una noche que hubo un accidente en Cariboos y pasamos la noche entera ha-

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“Lo importante es que la gente sepa la verdadera historia de Baqueira Beret”

blando. Cuando me fui de Baqueira, me dijo, -ya que dejas Baqueira, ¿por qué no coges CMH para España?-. El nacimiento de Baqueira estuvo marcado por el paso de una economía de subsistencia a una ‘montaña de oro’. ¿Estuvo su familia implicada en ello? Mi tío, Luis Arias, fundó la estación en 1962. Poco después falleció en un desgraciado accidente y tomé las riendas de la estación. Los fundadores fueron puerta por puerta recaudando dinero entre la gente del valle. Fueron los años más felices de mi vida, once en total.¿Pero el capital y las ideas que llegaron de fuera también fueron decisivas? El padre de Iñaki Cuñat tenía una consultoría, tea Cegos. Alguien muy reco-nocido que se movía muy bien en todos los ámbitos y él, con mi padre y mis tíos, montaron el telesilla de Navacerrada, tAGSA y la primera empresa que fundaron en el valle se llamaba tEVASA.¿Cuándo empezó a esquiar Miguel Arias? Después de empezar a andar, en el puerto de Navacerrada, nací en un hotel en medio de la nieve, la Venta Arias. Allí cogías unos esquís, con los que empezabas a jugar y luego ibas a las cuestas de la estación. Era más un juego que un deporte. A mis hijos, cuando les preguntaban qué deportes les gustaban, decían que el esquí no era un deporte porque formaba parte de la familia.¿Qué recuerdos tiene? He tenido la suerte de nacer en una de las familias que desarrolló el esquí en España. Mi tío Luis fue tres veces olímpico, mi tío Pepe, dos veces y yo, con catorce años, siendo campeón de España juvenil, me rompí una pierna y estuve tres años escayolado. Después de seis operaciones y una terrible amenaza de amputación, salvaron mi pierna y superé todo aquello. ¿Y qué pasó después? Me dediqué a la enseñanza empezando de cero, lo que me ayudó a ponerme en la piel de los demás, quería que la gente disfrutara igual que yo. Mi gran batalla en Baqueira fue la preparación de las pistas por la noche para que la nieve estuviera perfecta. Mis maestros, Emile Alais y Jean Cattelin así me lo enseñaron. ¿El libro que está en camino revelará cómo se vivió el cambio hacia “EL PROGRESO”, en el valle de Arán? La idea del libro surgió un día mientras subía en una silla en Beret. Llamé a Antonio Vidal, responsable de administración, para preguntarle cuánta gente había en pistas y él me dijo que había unos 14.000 esquiadores. Entonces pensé, -hay que explicar a todas estas personas cómo una región absolutamente deprimida llega a la situación actual-. Lo importante es que la gente sepa la verdadera historia de Baqueira Beret.¿Las amistades que ha hecho son sus mayores tesoros? Una conocida perio-dista japonesa me entrevistó en el valle y le dije que trabajar en la naturaleza, haciendo lo que me apasiona, es lo que más me gusta. Buscar la felicidad colec-tiva es algo que se me ha dado bien. Dar bien, como dicen en tu tierra y que la gente repita. Algo que he hecho en todos mis negocios.

“El tiempo es finito y cada día que pierdes dejas de aprender miles de cosas”

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S.M el Rey D. Juan Carlos llegó a Baqueira, algo muy importante para la estación... Su abuelo construyó el túnel de Vielha para romper el aislamiento y él llevó el empujón definitivo a la estación en el 74. Le conocí mientras an-dábamos en moto de montaña en Navacerrada y le pregunté, -¿esquiáis?- y él me contestó, -el día que decida esquiar te llamo-. Empezó en Navacerrada y en Semana Santa vino al valle con toda su familia. ¿Cómo llegó al mundo de la hostelería? Mi pasión era el esquí y cuando no pude seguir con él a nivel profesional, me dediqué a la restauración. terminé mi formación en la escuela de hostelería en su momento, pero sigo haciendo seminarios en Zurich. Hay que seguir aprendiendo porque cuando dejas de hacerlo, ya no te interesa nada. ¿Qué ha aprendido por el camino? A valorar lo que tengo y eso se aprende durante un buen día de esquí. No puedes estar siempre pensando en otras esta-ciones u otros días, con mejor nieve, sino disfrutar de lo que tienes por delante, con la nieve que te toca y los amigos que te rodean. Esta es la primera regla para ser feliz. Además procuro tocar un solo palo y sacarle el mayor jugo posible, si no te pierdes en tener ilusiones, aunque éstas también son importantes para hacer locuras maravillosas como lo que sucedió en Baqueira, cuando dirigí la estación. He sido un romántico respecto al dinero, no me he aferrado a él, lo más importante era trabajar en lo que me gustaba. No recuerdo nada que no me haya divertido, salvo algún negocio fallido como el hotel que intenté mon-tar en Sierra Nevada.¿Qué le queda por hacer? Ver a mis hijos trabajando en lo que les haga felices y dar el paso para que mis empresas necesiten menos de mí y pueda dedicar más tiempo a otros menesteres. Me gustaría hacer aún más felices a las personas que tengo a mi alrededor. Cuando ves que se te acaba el reloj piensas más en el corto plazo. El tiempo es finito y cada día que pierdes dejas de aprender miles de cosas.

“Hay que seguir aprendiendo, porque cuando dejas de hacerlo ya no te interesa nada”

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