Mascotas diabeticas
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Dra. Oneida O. Calderón M.Medica Veterinaria, M.Sci.
Dra. Oneida O. Calderon M. 2
La diabetes no es monopolio de los humanos.
Aproximadamente 1 de cada 500 perros y 1 de cada 200 gatos tiene diabetes y, tal y como sucede con las
personas, estas cifras se hallan en aumento.
Hoy en día, las mascotas viven más tiempo que antes debido a que reciben mejores cuidados y gracias a los avances en la medicina veterinaria. La diabetes es más común en mascotas viejas, pero también puede presentarse en mascotas jóvenes o preñadas. La enfermedad es mucho más manejable si se detecta a tiempo y es tratada con la ayuda de su veterinario. La buena noticia es que con monitoreo, tratamiento, dieta y ejercicio adecuados, las mascotas diabéticas pueden disfrutar de una vida más larga y feliz.
Los cambios del estilo de vida no sólo afectan a
las personas, sino también a sus animales de
compañía. En estos últimos, la obesidad se está
haciendo cada vez más común y aumenta el
riesgo de desarrollar diabetes entre 3 y 5 veces
más.
Diabetes mellitus, o simplemente diabetes, es una
condición que se presenta cuando el cuerpo no puede
hacer uso de la glucosa (un tipo de azúcar) de manera
normal. La glucosa es la fuente principal de energía de
las células del cuerpo. Los niveles de glucosa en la sangre
son controlados principalmente por una hormona llamada
insulina, la cual es producida por el páncreas.
Durante la digestión, al pasar los alimentos a través de los
intestinos, son absorbidos los nutrientes, entre ellos, los
azúcares. Los azúcares son transportados hacia las
células que cubren los intestinos y son convertidos en
azúcares simples, (incluyendo) glucosa. Posteriormente,
los azúcares simples son absorbidos y llevados al flujo
sanguíneo para su circulación y distribución a los tejidos y
células de todo el cuerpo.
La insulina es necesaria para transportar la glucosa
desde el flujo sanguíneo hacia las células. Si no existe
suficiente insulina o el cuerpo es incapaz de utilizarla, la
glucosa se acumula en altos niveles en la sangre (una
condición llamada hiperglicemia). Cuando la glucosa de la
sangre alcanza cierto nivel, ésta se excreta a través de la
orina (a esto se le conoce como glucosuria) y provoca la
eliminación de grandes cantidades de agua. Es por eso
que los diabéticos beben y orinan con más frecuencia y
en mayores cantidades.
En los diabéticos, sin importar el origen o la cantidad de azúcar
en la sangre, no existe la cantidad de glucosa necesaria que
pueda ser transportada a las células del cuerpo. Como
resultado, las células no obtienen la suficiente energía para
funcionar de manera normal, y por ello, los tejidos carecen de
energía. Este estado de “carencia” metabólica provoca que el
cuerpo descomponga grasa y tejido muscular, los cuales
posteriormente son convertidos en azúcares por el hígado. (Esta
descomposición de tejidos corporales provoca la pérdida de peso que a
menudo se puede apreciar en pacientes diabéticos.)
En pacientes humanos, la diabetes se clasifica como Tipo
I y Tipo II. El Tipo I se presenta cuando el páncreas no
produce suficiente insulina, y el Tipo II se presenta cuando
el cuerpo no puede responder de manera normal a la
cantidad de insulina producida por el páncreas. Aunque
algunas veces la diabetes en las mascotas es clasificada
como Tipo I o II, las diferencias entre ambos tipos es
menos evidente que en los humanos.
La diabetes en perros y gatos puede presentarse a
cualquier edad. Sin embargo, los perros diabéticos
cuentan con una edad entre 4 y 14 años de edad, y la
mayoría son diagnosticados al tener de 7 a 10 años. La
mayoría de los gatos diabéticos son mayores de 6 años de
edad. La diabetes se presenta con el doble de frecuencia
en perras que en perros.
Perros: 67 - 125 mg/dL
Gatos: 70 -160 mg/dL
Existen determinadas razas de perros que pueden estar más
predispuestos a la diabetes, como los Terrier Australianos, los
Schnauzers, los perros Salchicha, los Poodles, los Keeshonds
y los Samoyedos. La diabetes se presenta con mayor frecuencia
en gatos esterilizados que en gatas.
Entre los gatos, la raza burmesa parece desarrollar diabetes con
más frecuencia, al igual que los gatos castrados de todas las
razas.
Terrier Australiano
Schnauzer
Dachshund
French Poodle
Keeshonds
Samoyedo
Conforme los perros y los gatos envejecen, también pueden desarrollar
otras enfermedades que pueden resultar en diabetes o que podrían
afectar significativamente su respuesta al tratamiento para la diabetes,
incluyendo hiperactividad de la glándula suprarrenal en los perros
(hiperadrenocorticismo) o hiperactividad de la glándula tiroides en los
gatos (hipertiroidismo), pancreatitis, insuficiencia cardiaca, insuficiencia
renal, infecciones en el tracto urinario e infecciones en la piel. El uso
prolongado de medicamentos que incluyen corticosteroides también es
un factor de riesgo para desarrollar diabetes.
El paso más importante en el cuidado de su mascota es notar los primeros signos de
la diabetes. Si usted ve cualquiera de los siguientes signos, su mascota debería ser
examinada por un veterinario. Mientras más pronto se realice el tratamiento, más
posibilidades tendrá su mascota de tener una vida más larga y saludable.
beber demasiada agua y mayor cantidad de orina
pérdida de peso, aunque se haya incrementado el apetito
apetito disminuido
ojos empañados (sobre todo en los perros)
infecciones crónicas o recurrentes (incluyendo infecciones urinarias y en la piel)
Muchos animales diabéticos tienen hígados grasos y
aproximadamente un tercio de todos los gatos diabéticos
muestran una decoloración amarilla de las membranas
mucosas (ictericia). El pelaje podría tener un aspecto
descuidado. Un síntoma de diabetes en los gatos es una
actitud poco común, el gato camina agachando los
corvejones, tocando el suelo.
Los signos de diabetes en los gatos son sutiles y se
pueden presentar en un plazo de meses a años. Es
posible que el gato no presente los síntomas clásicos de
diabetes hasta que sus niveles de glucosa en la sangre
son altos de forma crónica y el azúcar se presente en la
orina. Para entonces, el gato está siempre sediento y
orina grandes cantidades de líquido, que se ve como
grandes terrones en la caja de arena.
El gato puede actuar triste y torpe. Porque su cuerpo está
utilizando las grasas y las proteínas del músculo como fuente
la energía, el gato puede perder peso rápidamente a pesar
de que puede tener un apetito voraz.
Un gato con diabetes a menudo se desarrolla debilidad
muscular debido a daños en los nervios (neuropatía). Puede
tener dificultad para subir escaleras, saltar, entrar y salir de la
caja de arena. Esto podría causar que el gato orine en
lugares distintos de la caja de arena.
El veterinario realiza un análisis de sangre y orina con el fin de
medir el azúcar y las cetonas.Ya que a veces el estrés puede
provocar un alto nivel de azúcar en sangre e incluso en la orina,
especialmente en gatos, el veterinario mide también las
concentraciones de hemoglobina glucosilada o de fructosamina
que no se ven influidas por el estrés a corto plazo. Tampoco se
ven alteradas por la ingestión reciente de comida y el animal por
lo tanto no necesita estar en ayunas para efectuar dichos análisis.
Ya que el cerebro es particularmente sensible a las
deficiencias de glucosa, se pueden observar disfunciones
del sistema nervioso. Podría darse confusión, nerviosismo,
temblores o hiperexcitabilidad y podrían producir
convulsiones si no se tratan. Algunos animales puede que
se queden muy tranquilos cuando tienen niveles de
glucosa en sangre incluso gravemente bajos; algunos
podrían volverse agresivos.
La Cetoácidosis Diabética (CD) es una condición que ocurre
cuando hay una grave falta de insulina que provoca que su
mascota utilice la grasa como fuente de energía. El
metabolismo de la grasa crea productos químicos llamados
cetonas, que se acumulan en la sangre y la orina. La
Cetoácidosis es una emergencia médica. Si tu mascota
muestra varios síntomas de la CD, debes apresurarte a llevarlo
al un veterinario para que le de tratamiento. La cetoacidosis si
no se trata a tiempo puede conducir al coma y la muerte.
La Cetoácidosis diabética puede ocurrir si aún no ha sido diagnosticado o tratado por su diabetes, o si no responde al tratamiento. La CD también puede ocurrir en un gato que tiene una condición médica grave, además de la diabetes, tales como una infección. Los síntomas más comunes de la cetoacidosis diabética son:
Letargia extremaDebilidadDisminución del apetito o completa negación a comerDiarreaVomitoAliento afrutadoRespiración rápida
Varios preparados de insulina de
acción intermedia o prolongada
podrían utilizarse para tratar al animal
diabético, entre los cuales se
encuentra la insulina humana y las
insulinas de origen animal.
Las inyecciones deben administrarse
dos veces al día en la mayoría de los
casos para obtener un buen control.
Éste no es un tratamiento que se aplica a todas las
mascotas por igual, y no existe una dosis precisa de
insulina, ni existe un tipo de insulina que sea perfecta
para una mascota en base a su peso, género, raza, edad,
etc. Las recomendaciones en cuanto a su dieta son una
parte importante del tratamiento.
Un tratamiento exitoso para la diabetes requiere
exámenes regulares, pruebas de sangre y orina, y
llevar un monitoreo del peso, apetito, sed y orina de
su mascota.
El objetivo terapéutico práctico
en animales diabéticos es más
conservador que el objetivo en
una persona con diabetes, en
donde la norma es aproximarse
a los niveles normales de
azúcar en sangre. En el animal
diabético, la preocupación es
evitar los peligros de un nivel de
azúcar demasiado bajo.
Inyectar insulina humana, dos veces al día con los
tiempos de comida. Por ejemplo, puedes inyectar y
alimentar tu mascota cuando tomes tu desayuno y de
nuevo a la hora de la cena. Si estos tiempos varían un
poco de día a día, está bien. Los veterinarios suelen
preferir iniciar con dosis pequeñas de insulina y hacer
ajustes a la alza poco a poco, si es necesario.
Tratamiento con Insulina Inyectable
Es mejor inyectar a tu mascota inmediatamente después de que
ha comido. Sólo si no comió todos sus alimentos, puedes
reducir la dosis de insulina a la mitad. Además, si vomitó la
comida, sólo debes aplicar la mitad de la dosis de insulina. Si el
animal tiene la tendencia a vomitar, espera 15-30 minutos
después de que comió antes de aplicarle la insulina.
Sólo puedes dejar de aplicar las inyecciones de insulina si el
veterinario te lo indica. Si tu mascota se niega a comer dos
comidas llama al veterinario para que te asesore.
Los perros y gatos con diabetes generalmente requieren
un tratamiento de por vida con una dieta especial, un
régimen para mantener un buen estado físico y, sobre
todo, inyecciones diarias de insulina. La clave para tratar
a las mascotas diabéticas es mantener normales los
niveles de azúcar en la sangre de su mascota y evitar que
se presenten niveles demasiado altos o bajos que puedan
poner en riesgo la vida de su mascota.
Un tratamiento que funcione para una mascota podría no
funcionar para otra, y la paciencia es muy importante
conforme usted y su mascota se ajustan a la nueva dieta y
a los medicamentos.
El manejo de su mascota diabética puede incluir algunos
de los siguientes elementos:
Por lo general, se recomienda una dieta alta en fibra.
Se recomienda mucho el ejercicio diario.
Su veterinario le hará un programa apropiado de ejercicio para su mascota que tome en cuenta ciertos factores como su peso, salud general y edad.
Los dueños deberían considerar la esterilización en perras diagnosticadas con diabetes.
Por lo general, se recomienda una dieta alta en
proteínas y baja en carbohidratos.
Se recomienda mucho el ejercicio diario, aunque
puede ser muy difícil practicar un régimen de ejercicio
diario con los gatos. Su veterinario podrá ayudarle a
desarrollar un plan.
Que monitorearFrecuencia de
monitoreo Que buscar Que puede significar
Cambio de apetito
DiarioDisminución o
ausencia
Aumento
Enfermedad crónica o cetoácidosis
Alto nivel de glucosa
Actividad Diario Letárgico, enojónCetoácidosis, bajo o alto nivel de glucosa, o neuropatía diabética
Hábitos de toma de agua
Diario Bebe mucho Glucosa alta
Hábitos para orinar
Diario Orina demasiadoAlto nivel de glucosa (dosis de insulina baja). Algunas veces puede indicar sobredosis de insulina
Glucosa en orinaDiario o cada
semanaMás de 2Negativo
Alto nivel de glucosaGlucosa en sangre baja
Cetonas en orina Diario Resultado Positivo Cetoacidosis, consulta a tu veterinario
Condición corporal
Cada MesMuy delgado
Muy Gordo
Alto nivel de glucosa en sangre
Bajo nivel de glucosa; dosis de insulina muy alta
Es muy importante mantener los programas apropiados
de insulina y alimentación que fueron recomendados para
su mascota. También es muy importante que su mascota
mantenga un apetito normal durante su terapia de insulina,
o correrá el riesgo de sufrir hipoglucemia (bajos niveles de
azúcar en la sangre) si su mascota no come y no absorbe las
cantidades suficientes de azúcares para nivelar el efecto
de la insulina de eliminar los azúcares del flujo sanguíneo.
También necesitará que se revisen regularmente los
niveles de azúcar en la sangre y en la orina de su
mascota. La mayor parte del monitoreo de la glucosa en
la sangre y la orina se realiza en la clínica del veterinario,
pero algunos dueños lo llevan a cabo en casa.
Posteriormente, estos resultados obtenidos en casa se
discuten con el veterinario, quien tomará la decisión final
de realizar algún cambio en la terapia de insulina.
Los dueños también pueden monitorizar las concentraciones de azúcar y de cetonas de la orina. Esto suele resultar fácil de hacer en perros, pero bastante difícil en gatos.
Recientemente, se ha introducido un nuevo método para medir la glucosa de la orina en gatos. Se mezclan unos trozos de material que mide la glucosa en la orina en la arena limpia del gato. Si hay glucosa en la orina del gato, esto causará cambios visibles de color.
Esté pendiente si aparecen signos de una sobredosis de
insulina, los cuales pueden incluir debilidad, temblores o
ataques, y pérdida de apetito. Contacte a su veterinario o
a una clínica de emergencias inmediatamente si usted
observa cualquiera de estos signos, y consulte a su
veterinario para saber qué hacer mientras tanto para
ayudar a su mascota hasta que pueda ser examinada.
Ya que en ocasiones los signos de una sobredosis de insulina
pueden ser muy similares a los signos que se presentan al
aplicar una dosis inferior a la indicada, es muy importante que
los cambios en las dosis y las frecuencias de las inyecciones de
insulina se realicen bajo supervisión del veterinario.
La insulina fría duele. No saques la insulina de la nevera e
inyectes la insulina de inmediato a tu mascota. Deja a la insulina
a temperatura ambiente. Esto puede tomar alrededor de una
hora.
Ya que existe más posibilidad de que los perros y gatos
viejos desarrollen enfermedades o condiciones
relacionadas con la edad, de las cuales algunas pueden
confundirse con diabetes, una rutina de exámenes hechos
por el veterinario puede mantener a su mascota saludable
y detectar cualquier problema antes de que éste empeore.
Además, las mascotas diabéticas deberían ser vigiladas
por si se presentan complicaciones a largo plazo, como
cataratas, que es muy común que se desarrollen en perros
y gatos diabéticos. Otros problemas que pudieran
presentarse incluyen debilidad en las patas traseras debido
a un bajo nivel de potasio en la sangre (hipocalcemia), alta
presión sanguínea (hipertensión) o infecciones en el tracto
urinario inferior.
Los perros y gatos diabéticos pueden tener vidas largas
y saludables con un manejo apropiado y cuidados con el
veterinario. Si nota algún cambio en la conducta o peso de
su mascota, consulte a su veterinario.
La dieta deberá ser equilibrada, completa y atractiva para
el animal. No hay nada más frustrante y peligroso que
tratar a un animal diabético que no quiere comer. Es
importante que el animal reciba la misma dieta y la misma
cantidad todos los días, de otro modo será difícil conseguir
un buen control.No se le permitirá comer nada fuera de su dieta.
En una situación de emergencia, los propietarios podrían
administrar soluciones de glucosa por vía oral. En los
casos graves de sobredosis de insulina, el veterinario
podría tener que administrar una fuerte dosis de dextrosa
por vía intravenosa o tratar al animal con una infusión
intravenosa continua de dextrosa.
TECNICA DE APLICACIÓN DE INSULINA
Mezcle suavemente la insulina invirtiendo la botella unas diez veces.
Llene la jeringa sobrepasando ligeramente la dosis recomendada.
Elimine cualquier pequeña burbuja de aire golpeando la jeringa con el dedo.
Empuje del émbolo hasta obtener la dosis correcta de insulina para su perro.
Estire suavemente hacia arriba la piel de su perro y forme un pequeño hueco con el índice.
Coloque la aguja en el hueco y presione para atravesar la piel.
La inyección de insulina también puede administarse en otros puntos (p. ej. en el flanco). La elección depende de las preferencias de su veterinario y de lo que mejor le vaya a su mascota.
Tras insertar la aguja suelte la piel y presione el émbolo suavemente.
Durante la monitorización en casa suele tomarse sangre de la oreja (pabellón auditivo) del perro. En gatos también se utiliza el labio.
Asegúrese de que la oreja de su mascota esté caliente. Si no es así, sujétela entre sus manos alrededor de un minuto. El calentamiento de la oreja hará que la recogida de una gota de sangre sea más fácil.
Pinche, rápidamente, una parte limpia y sin pelo de la oreja con una aguja hipodérmica o una lanceta estéril.
Aparecerá una pequeña gota de sangre. Disponga esta gota de sangre sobre la tira reactiva para medir la concentración de glucosa.
Presione, suave aunque firmemente, un poco de algodón contra la oreja de su perro hasta que deje de sangrar.
Use la tira reactiva o inserte la muestra en el glucómetro tal y como se le indique.
Las tiras reactivas para medir los niveles de glucosa en sangre se usan para medir la concentración de glucosa. Se coloca una gota de sangre en el extremo almohadillado de la tira reactiva. Tras el periodo de tiempo especificado, la almohadilla se limpia y se comprueba el color contrastándolo con la tabla del envase. Lea las instrucciones antes de usar las tiras reactivas.
Se coloca una gota de sangre sobre una de las tiras reactivas, y a continuación se introduce ésta en el glucómetro. Aparece entonces la concentración de glucosa en sangre. Lea las instrucciones antes de usar el glucómetro.
La diabetes en los animales de compañía es una afección que representa un desafío y que necesita de un amo con dedicación.
Un animal diabético puede vivir una vida feliz y normal si tanto su dueño como el veterinario trabajan en colaboración para ofrecerle los mejores cuidados posibles.