Los Secretos de las Presentaciones de Steve Jobs - Pedro Pérez en el Club 567
-
Upload
slidepedro -
Category
Documents
-
view
107 -
download
1
description
Transcript of Los Secretos de las Presentaciones de Steve Jobs - Pedro Pérez en el Club 567
Los Secretos de las Presentaciones de Steve Jobs
Pedro Pérez
Sede del Club 567 - Madrid 2 de febrero de 2012
www.curandote.com - Licencia Copyleft
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Comunicar adecuadamente
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
¿Cual es el secreto?
lunes 6 de febrero de 12
“Una presentación de Jobs libera un chute de dopamina en el cerebro de su público”
Carmine Gallo
lunes 6 de febrero de 12
“Una presentación de Jobs libera un chute de dopamina en el cerebro de su público”
Carmine Gallo
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
¿Necesitamos realmente un Power Point?
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Mejor probarla
Miel
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
Típica presentación Power Point
¿Necesitamos realmente un Power Point?
lunes 6 de febrero de 12
“La gente que sabe de lo que está hablando no necesita Power Point”
;-)) Steve Jobs, 1997
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
¿Cual es la Idea Principal?
lunes 6 de febrero de 12
Presentaciones más eficaces
lunes 6 de febrero de 12
Presentaciones más eficaces
lunes 6 de febrero de 12
¿Cual es el interés?
lunes 6 de febrero de 12
¿Cual es el interés?
¿Para qué están aquí?
lunes 6 de febrero de 12
¿Cual es el interés?
¿Para qué están aquí?
¿Qué conseguirán?
lunes 6 de febrero de 12
Presentaciones más eficaces
lunes 6 de febrero de 12
Presentaciones más eficaces
lunes 6 de febrero de 12
¿Qué vas a decir?
lunes 6 de febrero de 12
¿Qué vas a decir?
¿Cuando lo vas a decir?
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Contar
una historia
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
El Villano
lunes 6 de febrero de 12
El Héroe
lunes 6 de febrero de 12
El Héroe
lunes 6 de febrero de 12
El VillanoEl Héroe
El problema
La Solución
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
El Villano
El problema
lunes 6 de febrero de 12
Debido a sus componentes, la miel está clasificada en el grupo de los alimentos hidrocarbonados, es decir, los que están formados por hidrógeno, carbono y oxígeno, elementos que proporcionan calorías al organismo, lo cual se traduce en energía.
Pero la cosa no es tan sencilla como parece. En la composición de la miel participan más de 70 sustancias diferentes, de acuerdo a la variedad, que depende del tipo y la cantidad de flores libadas por las abejas, el tipo de colmena y las condiciones climáticas y regionales. Un 60 a 80 por ciento de la miel está compuesto por monosacáridos, azúcares simples que el organismo asimila directamente; 1,7% de sacarosa; 4,8% de dextrina; 0,2% de gomas naturales, las cuales, junto a la dextrina, impiden que la miel cristalice; 0,8% de materias nitrogenadas -proteínas y aminoácidos, entre otras-; 2,8% de materias no azucaradas; 20% de agua -si es mayor esta proporción, se acelera el proceso de deterioro de vitaminas y enzimas-, y 0,3% de ácidos orgánicos, entre otros, ácido cítrico, láctico, fórmico y fosfórico.
No conforme con esto, la miel contiene minerales como el potasio (especialmente las oscuras, provenientes de bosques) y el fósforo, este último elemento importante para la metabolización de los hidratos de carbono; oligoelementos, como aluminio, cadmio, silicio, boro, titanio, plomo, níquel, cinc, litio, estaño, cromo y radio; pequeñas cantidades de vitaminas del grupo B, vitamina C y ácido pantoténico; enzimas tanto vegetales como animales (provenientes del polen de las flores y de las mismas abejas), que son las encargadas de facilitar que el organismo asimile fácilmente los azúcares sin causar problemas digestivos, e inhibinas, las cuales aportan su acción antibiótica y, actuando conjuntamente con los monosacáridos y la acetilcolina -la cual, además, favorece la irrigación sanguínea- aportan a la miel una acción curativa sobre heridas. Una de las razones por las que se debe evitar someter a la miel a altas temperaturas es que las inhibinas se destruyen por acción de la luz y el calor.
El Villano
El problema
lunes 6 de febrero de 12
La Solución
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
En cada diapositiva
lunes 6 de febrero de 12
En cada diapositiva
Una idea clave y sólo una idea
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
José Mª Lázaro
Responsable de Desarrollo Red de Distribución
Andreas STIHL
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Manuel Pérez Promoción de Ventas STIHL
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Un mal producto puede parecer bueno con una buena presentación.
Una mala presentación puede hacer que un buen producto parezca malo.
lunes 6 de febrero de 12
Manuel Pérez Promoción de Ventas STIHL
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Ensayar, ensayar,ensayar
lunes 6 de febrero de 12
Informar
lunes 6 de febrero de 12
Informar
Entretener
Inspirar
Emocionar
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12
Muchas Gracias
lunes 6 de febrero de 12
lunes 6 de febrero de 12