Los Saturnianos Han Constituido Una Sociedad Sin Cultur

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Los saturnianos han constituido una sociedad sin cultura, aunque resulta difcil decir si ello se debe a su juventud especfica, ya que la vida en Saturno existe slo desde hace unos mil aos, o a su propia naturaleza. Ciertos investigadores vienen sosteniendo desde hace aos que se debe ms bien a lo primero, y que, de hecho, s que tienen una cultura aunque a nuestros ojos, a nuestros mtodos de investigacin se aparece como una naturaleza. Otros defienden la tesis de la inexistencia de una cultura saturniana y alegan en su favor la ausencia siquiera incipiente de ningn tipo de arte, de filosofa o religin. Yo sospecho que la polmica es banal: acaso s que tienen poesa, filosofa y religin pero se guardan de

manifestarlas, de exteriorizarlas. Podramos decir, en ese caso, que la de los saturnianos es una cultura contenida. Sabemos, gracias a los estudios de Pritchard y Jones, que s se comunican, aunque no pronuncien palabra ni emitan ruidos, aunque ignoramos todava si su comunicacin est basada en el gesto, lo cual limitara el desarrollo de una cultura, o en algn tipo de telepata. En todo caso, y al margen de la polmica entre culturalistas y naturalistas, lo que est perfectamente demostrado es que los saturnianos

gozan de una capacidad innata para producir objetos sumamente sofisticados, es decir, fabrican telescopios y naves espaciales con la misma gracia y ligereza con que las golondrinas construyen sus nidos. De ah la dificultad para dilucidar si otros aspectos menos aparentes de sus vidas estn regidos por pautas culturales o no. Adems, aunque la construccin de objetos es algo natural para los saturnianos, existe la innovacin tecnolgica. Sin embargo, sabemos que la innovacin tecnolgica no es fruto de la acumulacin del saber ni de una actividad crtica basada en el ensayo-error ni, mucho menos, en la reflexin terica. Lo que llamamos

impropiamente innovacin tecnolgica es fruto del azar de las mutaciones genticas, merced a las cuales la evolucin de la vida en Saturno se produce a una velocidad inslita. Y lo ms intrigante no es tanto la velocidad a la que se produce la evolucin de los saturnianos sino el hecho sorprendente, aunque lgico, de que la evolucin se hace evidente tan slo en el resultado de sus capacidades productivas. Es decir, la apariencia fsica de los saturnianos y su comportamiento cotidiano permanecen inmutables y lo que evoluciona son los

objetos que producen. Todo esto, tan llamativo para nosotros humanos, que hemos tardado miles de siglos en pasar del slex al automvil, despierta en m un par de dudas: qu posibilidades hay de que como consecuencia de un salto evolutivo una generacin de saturnianos filsofos o poetas vea la luz? de qu modo afectara ello a la evolucin de la especie? Y estas preguntas me remiten a otra ms inquietante: ha entrado el gnero humano en una lnea de evolucin que prima la capacidad tecnolgica sobre la capacidad para producir y apreciar la belleza? Pero estos son temas que se desvan del objeto de mi ensayo, que se propone dar cuenta de la investigacin que un grupo de saturnianos desarrollaron sobre nuestra forma vida hace unos pocos aos.

Lo que podemos afirmar casi rotundamente es que, al menos hace cien aos, cuando se desarrollaron las investigaciones de Colomer y Puigcerd, los saturnianos carecan de memoria y, por tanto, desconocan la nocin de tiempo; vivan instalados en un instante perpetuo; en un instante sumamente productivo y sofisticado

tecnolgicamente; en un tiempo perdido precisamente

por la imposibilidad de perderlo. Esta caracterstica de la civilizacin o, mejor, de la sociedad saturniana es la que nos permite afirmar, al menos para la poca en que las citadas investigaciones fueron desarrolladas, que los saturnianos no podan concebir ni el futuro ni ningn tipo de proyecto. Cmo se explica que, segn consta en documentos de la National Security Agency (NSA) recientemente desclasificados, los saturnianos lanzaran un equipo de investigacin de nuestro medio hace entre 40 y 50 aos? Se han propuesto varias teoras al respecto y la polmica entre naturalistas y culturalistas se ha reavivado con motivo de este descubrimiento. Los naturalistas entienden que se ha producido el inevitable salto evolutivo del que hablaba antes; los culturalistas consideran que ello viene a confirmar su tesis de una cultura en sus primeros estadios de evolucin o bien lo interpretan como la manifestacin abrupta de una criptocultura. Una vez ms, yo, que no quiero entrar en la espinosa entre cuestin y de la distincin propongo categrica una teora tenan

cultura

natura, los

alternativa:

simplemente,

saturnianos

capacidades tecnolgicas para lanzar sondas y naves

espaciales: por qu no desplegarlas? Ignoramos si los saturnianos conocan el alcance de sus naves, sus capacidades reales. Probablemente, slo ahora que han llegado a la atmsfera saben que pueden. Probablemente, cuando despegaron de Saturno no tenan ni la ms remota idea de adnde iban ni para qu. Simplemente, partieron. Dudo por que dichas o naves poetas estuvieran y, muchos tripuladas menos,

filsofos

por cientficos: las investigaciones recientes de Morodo y De Juana no parecen abonar esta hiptesis. Pero entonces, cmo se explica que acabaran estudiando nuestro medio? No tengo ninguna duda de la respuesta a esta pregunta.

En mi opinin, la respuesta es relativamente sencilla aunque difcil de probar: el viaje espacial transform radicalmente las condiciones de vida de ese grupo de pioneros. De entrada, dada la limitacin de espacio, los saturnianos que se embarcaron en la aventura, no podan producir nada. Se ignora, de momento, si sus miembros fueron inutilizados de algn modo antes de partir o, ms probablemente, fue su sentido comn el que les llev a

permanecer inactivos durante todo el viaje. Es probable, que ese pequeo grupo de saturnianos (podramos decir privilegiados?) descubriera el aburrimiento, y, probablemente, algunos murieron como consecuencia de ese mal desconocido para ellos. A la vista de lo que suceda con sus compaeros, los ms resistentes al tedio, los ms audaces, los ms aptos para la adaptacin, descubrieron formas, primero privadas y luego colectivas, de distraccin: contar los tornillos del fuselaje; poner nombres a las estrellas, todas fugaces; jugar al escondite; dibujar caricaturas; comunicarse ideas triviales; inventar normas As, llegaron a la atmsfera transformados: sin necesidad de producir ni de construir, necesitndose mutuamente para sobrevivir al tedio; asombrados de sus nuevas facultades que, propiamente no servan para nada, al menos en Saturno. Haban descubierto tambin el sueo y los sueos, que ellos vivan como continuacin de la realidad y que los transformaban de la noche a la maana hasta el punto de no reconocerse entre s. Haban desarrollado la curiosidad, primero la curiosidad por s mismos, luego la curiosidad por cada uno de sus compaeros de viaje, finalmente, la curiosidad por el

mundo

exterior.

As

considero

yo

que

empez,

aproximadamente, la misin saturniana de investigacin de nuestro medio. Y escribo misin porque no era tal: no haban sido enviados por nadie ni tenan ningn encargo ni objetivo. Simplemente, haban partido, haban contrado la enfermedad mortal del aburrimiento y, estimulados por la muerte de algunos de ellos, descubrieron remedios aparentemente eficaces. Sospecho que a estas alturas ya empezaban a intuir la nocin de tiempo, aunque el estado de las ms recientes investigaciones impide corroborarlo.

Por qu se detuvieron los saturnianos al llegar a nuestra atmsfera? Esta pregunta es la que tiene prcticamente paralizada a la comunidad cientfica desde hace ms de quince aos. Sera por prudencia, al sentir los efectos del calor producido por el rozamiento de la atmsfera? Sera por el color azul de nuestro planeta? Sera por casualidad? Probablemente sea una combinacin de estas y otras causas. Pero lo importante, al menos para nosotros humanos, es conocer el resultado o, mejor, el desarrollo de las investigaciones saturnianas de aquellos aos.

Ignoramos si aquella experiencia del ocio y la belleza habr dado lugar al desarrollo de nuevos campos de investigacin a la vuelta de la expedicin a Saturno. Slo sabemos que todas las evidencias y la informacin recopilada y parcialmente procesada por ese pintoresco grupo de saturnianos fue entregada al insigne astronauta asturiano Philip Van Rotten, enviado de la Agencia Espacial Mundial. Van Rotten lleg hasta la nave saturniana, se present como representante de la Humanidad, pidi a la misin que entregara toda la informacin recabada sobre nuestro medio y solicit amablemente que la nave tomara el camino de vuelta en el plazo de tres horas. No hubo necesidad de recurrir a las amenazas que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas haba estado debatiendo, en forma y contenido, durante los ltimos diez aos.

De todos los materiales decomisados por el Capitn Van Rotten, se calcula que slo el 10% ha sido puesto a disposicin de la comunidad cientfica hasta ahora. Se aducen razones de seguridad as como dificultades para traducir la informacin. No entendemos la segunda razn

ya que la distribucin del material, sin duda, contribuira a acelerar el proceso de traduccin. En cuanto a la primera, nos preguntamos: la seguridad de quin? Pero ms all de estas intrigas a las que nos tienen acostumbrados los burcratas de la ONU, como deca, resulta de inters el anlisis del mtodo seguido por los saturnianos para estudiar nuestra forma de vida e imaginar las posibles consecuencias que ello podra haber tenido sobre la suya. Para ello, es necesario empezar por la descripcin de los instrumentos de observacin que utilizaron. Los

saturnianos disponan inicialmente de unos telescopios de rayos infrarrojos que permitan localizar todo tipo de vida animal, excluyendo reptiles, insectos y peces. Se calcula que durante el primer ao observaron ese caos indistinto de puntos rojos movindose por sus monitores sin orden ni concierto aparentes. Descubrieron algunas pautas como puntos rojos que se coman a otros puntos rojos; puntos rojos que eran dados a luz por otros puntos rojos; puntos rojos que desaparecan repentinamente; puntos rojos que chocaban a gran velocidad y desaparecan; puntos rojos que, por parejas, muy pegados, casi confundidos, alcanzaban temperaturas inusualmente elevadas; y otras.

Durante el segundo ao de observacin, tras haber detectado que cierto tipo de concentraciones masivas de puntos rojos mostraban un comportamiento

particularmente interesante, manipularon el telescopio de infrarrojos a fin de recibir informacin slo de aquel tipo de seres vivos. Todava lo ignoraban, pero haban descubierto al ser humano en sus ciudades. Durante los aos tercero y cuarto, desarrollaron una teora que permita explicar, desde su punto de vista, la existencia de diferentes tipos de concentraciones: alargadas, en crculos concntricos, grandes y pequeas, con movimientos frenticos y desordenados Tambin o ms bien lentos y

armoniosos,

descubrieron

aspectos

elementales sobre el ritmo de las concentraciones de puntos que les permitieron construir conceptos espaciales, es decir, planos, de nuestro tiempo, basados en el movimiento de los puntos, sus configuraciones, la emisin de calor y dems. As, pudieron descubrir la existencia del da y de la noche, de la siesta y de la fiesta, incluso de la pobreza y la riqueza sin llegar a comprender su significado profundo y real (dicho de otro modo: sin atribuirles ningn significado preciso o, en su caso,

atribuyndoles uno diferente al nuestro). De hecho, los saturnianos se limitaron, al menos durante los primeros ocho aos de su misin a poco ms que a construir una geometra de los puntos rojos; una geometra que se fue refinando con el paso de los aos, a medida que encontraban la manera de reducir significativa y consistentemente la cantidad de informacin captada por su telescopio. As llegaron a descubrir configuraciones tan reducidas y paradigmticas como la familia de tres miembros. Investigadores de Universidad del Vaticano han lanzado recientemente una atrevida hiptesis en relacin con el descubrimiento de estas formaciones tridicas: los saturnianos, segn estos autores, habran reparado en este tipo de formaciones porque tenan la idea de Dios. Otros investigadores, principalmente de la Universidad de Tbingen, sostienen que, por el contrario, el descubrimiento de la formacin tridica, su estudio y anlisis, podra, eventualmente, llevarles al

descubrimiento de algn tipo de religin. Ambas hiptesis son sumamente interesantes como motivos de

especulacin: la primera demostrara la existencia de Dios, segn el Vaticano; la segunda, todo lo contrario: que

Dios es una construccin intelectual al alcance de cualquier inteligencia elemental capaz de ordenar tres puntos sobre el espacio. La cuestin de si una inteligencia superior, capaz de descubrir el orden en configuraciones mucho ms complejas est en condiciones de descubrir la idea de Dios sigue siendo una incgnita. Pero esto nos desva de nuestro tema. Durante los aos noveno y dcimo, los saturnianos se centraron en el estudio de las configuraciones de tres puntos. Obviamente, los

saturnianos observaban, sin saberlo, algo ms que familias de tres miembros: grupos de estudiantes universitarios, coristas, monjas y curas viviendo de tres en tres; alas de servicio de ciertas mansiones donde conviven el mayordomo y dos criadas Este largo proceso de observacin guiado por ningn principio ni ningn presupuesto terico, carente de ninguna finalidad que no fuera llenar el tiempo de suspensin en el espacio (ya que no haba ningn motivo, hasta la llegada de Van Rotten, para volver a Saturno) dio lugar a una impresionante acumulacin de informacin aparentemente intil y a un infinito nmero de conversaciones entre los miembros de la misin saturniana que, sin saberlo,

estaban construyendo algo parecido a un proyecto. De momento, dado el secretismo de la ONU y la tendencia de los cientficos sociales a embarcarse en discusiones bizantinas y a desarrollar argumentos especulativos, poco podemos decir sobre los descubrimientos de este grupo de saturnianos salvo que llegaron a la conclusin de que la estabilidad de las formaciones tridicas estaba en funcin de la equidistancia de los puntos rojos: si una formacin de tres puntos empezaba formando una lnea recta, su estabilidad creca exponencialmente a medida que un punto se desalineaba y se situaba en lo que se ha dado en llamar centro perifrico compartido. La virtud de esta posicin es que el centro no viene marcado por un punto ideal que se halla en el centro del tringulo equiltero, sino por la lnea real en forma de circunferencia que une los tres puntos del tringulo. Es el centro una lnea, es el centro la relacin entre los tres puntos, es el centro todo el espacio que encierra la circunferencia? Estas son preguntas que corresponde resolver a los cientficos sociales.