Los Miserables

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LITERATURA

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LOS MISERABLES-- VICTOR HUGOEsta obra tiene como protagonista principal el infinito; despus, como secundario, el hombreEs, de principio a fin, la marcha del mal sobre el bien, de lo injusto a lo justo, de lo falso a lo cierto... Punto de partida: la materia; punto de llegada: el alma. La hidra al principio y el alma al final El genial y ocenico creador del Romanticismo francs estuvo durante dos dcadas planeando lo que habra de ser su obra cumbre y, con el tiempo, uno de los mximos exponentes de las letras universales. Pretenda una epopeya en prosa, una obra total, tan completa y gigantesca que remedara la obra del mismsimo Creador, conseguir incluso un libro religioso que planteara los problemas sociales (la reinsercin del delincuente en una sociedad cerrada, la conciencia atormentada, el combate de la filantropa y la misericordia contra las injusticias, las crticas al sistema judicial y penitenciario, la oposicin a la pena de muerte, la fatalidad por encima de la libertad) a nivel universal. Vctor Hugo, un romntico que en Los miserables pasa a metafsico, logr una inmensa novela que reflejaba sus propios ideales y resuma buena parte de los gneros de su siglo: lo gtico junto con la aventura, el folletn junto a lo histrico, una novela muy alejada y diferente del sentir realista del momento de su publicacin, que recibi en su tiempo grandes elogios y crticas speras. Para semejante creacin se sirvi de los clsicos elementos novelescos elevados a categora:* Un narrador omnisciente, poderossimo, torrente de argumentos y de palabras, que describe, narra y opina; exuberante, con un ansia de totalidad cuya consecuencia es la voluminosidad de la obra.* Un asunto sencillo y grandioso a la vez: la redencin del hombre mediante el sacrificio extremo, un mvil de valor universal explotado hasta su ms imposibles detalles.* Unos personajes arquetpicos, de corte romntico al servicio del mvil temtico:- Jean Valjean: el hilo conductor de la obra, un profeta que llega a mrtir sacrificado entre enormes esfuerzos en beneficio de la humanidad; un hombre de fuerza e inteligencia sobrehumanas que da sentido a la vida y realidad de los dems; pero tambin una vctima de la sociedad que representa el mal-, redimido por las palabras y el ejemplo de un hombre de religin que le ensea y da ejemplo del bien.- Javert: el fantico de la ley, representante del orden de las instituciones y la sociedad, la fuerza y la razn. Un hombre valiente que, sin embargo, se destruye con las primeras dudas de su conciencia.- Monseor Bienvenido: inmenso, todo sentimiento y amor, representa el cristianismo primigenio que invocaba Vctor Hugo, el ejemplo humano e individual de la oracin y la caridad frente a la Iglesia como institucin.- Fantina: la victima propiciatoria, degradada hasta la muerte.- Su hija Cosette: construida con los trazos superficiales de la tristeza que pasa de la miseria al amor y la felicidad.- Enjolras: el utpico profeta del fin de la Historia, augur del futuro de la humanidad.- Thenardier, el egosmo.- Gavroche, el ngel de la cara sucia.- Junto a estos individuos (que salen y desaparecen, cambian de nombre y de aspecto, se someten a encuentros y desencuentros inexplicables, a casualidades que hacen imposibles sus deseos), hay tambin otros personajes de carcter colectivo como los estudiantes revolucionarios, los bandidos parisinos, etc.* Unos lugares excepcionales, cubiertos de luces y de sombras: pequeas y apartadas ciudades de provincias, el laberinto de las calles de Pars, El pequeo Pipus y el convento, la siniestra casa Gorbeau, las barricadas, las cloacas.* Un tiempo convulso que se desarrolla desde los recuerdos de la Revolucin de 1789, los extremos de 1793 y el final de 1815 en Waterloo. Luego, la Restauracin de la monarqua y las insurrecciones parisinas de 1830 y de 1832.* Todo ello mediante una prosa dura y contundente, desmesurada, llena de expresiones brillantsimas, metforas apasionadas, descripciones de la ms pura pica, y abundantes y extensas digresiones que ambientan la narracin y reflejan las opiniones del autor (la inmensidad de la ltima batalla de Napolen, el mundo de las religiosas en el convento de las Bernardas, el Pars en su tomo de los pilluelos, las cloacas del Leviatn). Primera parte. FantinaDesarrolla tres escenas entre los aos 1815 y 1818.En la primera de ellas, situada en 1815, destacan dos figuras: monseor Bienvenido y Jean Valjean. Carlos Francisco Bienvenido Myriel, obispo de la localidad de D, es un anciano, un santo en vida por su merecido ejemplo de oracin, su caridad y comprensin ajena. Vive desprovisto de todo lujo apenas conserva en su casa unos cubiertos de plata que guarda para las ocasiones en que recibe a los pobres-, acompaado y cuidado por su hermana, la seora Baptistina, y una veterana sirvienta, la seora Magloire. Monseor, idolatrado por todos, se preocupa tambin de los condenados y los miserables, atendiendo incluso a peligrosos bandoleros y a un convencional moribundo, un revolucionario de los de 1793, que vive como un apestado.Jean Valjean, por su parte, llega a D. como un caminante msero que intenta ser acogido en las tabernas del lugar pero de todas es expulsado. Slo obtiene cobijo en la casa del buen obispo (el recin llegado se afirma descredo de Dios, de la iglesia y parece aborrecer a los religiosos), quien le acoge aunque desconozca su identidad, condicin y destino. En realidad, Valjean es un expresidiario de Toln que ha pasado los ltimos diecinueve aos en la crcel. Antes de la terrible condena era podador y cuidaba de su hermana y sus sobrinos, hasta que se vio en la necesidad. Su delito?: robar un pedazo de pan. Su castigo?: cinco aos de prisin que aumentaron por repetidos intentos de fuga. La crcel endureci su corazn, ya sin lgrimas. Sali perjurando de todo y de todos hasta que, ahora, por primera vez tras casi cuatro lustros, alguien le da cama y comida... Pero cuando se va por la maana, sin agradecimiento alguno, retoma su condicin delictiva y se lleva unos candelabros de oro de la casa; y por el camino roba a un pequeo, Gervasillo, una moneda. Esta segunda accin se produce un repentino cambio en su corazn, dndose cuenta de la leccin de bondad del obispo, que l acaba de entender: si quiere transformar su vida y tener un mejor futuro, ha de convertirse, ser un buen hombre y hacer el bien a los dems. En el segundo escenario, ao de 1817, nos asomamos al nuevo Pars del rey Luis XVIII. Un grupo de jvenes, chicos y chicas, se divierten de fiesta en fiesta, encabezados por el noble, juerguista y bohemio Tholomyes, tambin un sinvergenza que abandona a su prometida Fantina, embarazada. La joven una preciosa rubia, sola, dar a luz a una nia a la que llamar Cosette (su nombre real es Eufrasia), pero no podr hacerse cargo de ella y la dejar en la localidad de Montfermeil bajo el cuidado de un matrimonio de posaderos, los Thenardier, regentes de la taberna El mesn del sargento de Waterloo, padres a su vez de dos pequeas (Azelma y Eponina). Acogen a Cosette a cambio de una cantidad mensual que Fantina deber enviar para su manutencin. El ltimo escenario nos lleva a la ciudad de M. en 1818. Vive aqu un hombre que en los ltimos aos se ha enriquecido y ha enriquecido al lugar gracias a las industrias de abalorios negros; un misterioso emprendedor conocido como el to Magdalena, hombre bueno con todos que no es otro sino Jean Valjean bajo una nueva identidad con la que forjarse un nuevo porvenir. En M. vivir hasta convertirse en alcalde, sometido, sin embargo, al peligro constante de la vigilancia de un polica, funcionario implacable llamado Javert, que sospecha de sus orgenes pues cree reconocer en l a un viejo preso de Toln (ms an cuando el alcalde demuestra tener una fuerza descomunal salvando la vida a un vecino, Fauchelevent, atrapado bajo un carro; el alcalde compensar generosamente al herido con un trabajo como jardinero en Pars).El azar origina que tambin se encuentre en M. Fantina, trabajando en una fbrica para ganar el sustento que enviar a los Thenardier (cada da ms codiciosos, exigen sumas desproporcionadas por el mantenimiento de Cosette, a la que realmente no cuidan sino maltratan), hasta que su condicin inmoral de madre soltera es descubierta por la capataz de la fbrica y Fantina es despedida. Qu puede hacer ahora, sola, sin empleo?: decide, humillada por las circunstancias funestas, vender su precioso pelo, incluso sus dientes hasta convertirse en una mujer pblica; cualquier cosa con tal de sacar lo necesario que le exigen los Thenardier. Pero un da su mala suerte acaba en ruina: tras enfrentarse con un hombre en la calle, Javert la detiene y la encarcela. El alcalde, enterado de lo ocurrido, acude a liberarla (crea Fantina que el responsable de su despido era el prspero empresario). Magdalena y Javert se enfrentan por la autoridad y jurisdiccin de la decisin; triunfa el alcalde y el polica pone su cargo a disposicin de la autoridad civil, jurndose vengar la afrenta recibida y descubrir la verdadera identidad del alcalde.Magdalena se hace cargo de Fantina: le da casa y comida, atiende los pagos que se deben enviar a los Thenardier y promete a Fantina que algn da lograr reunirla con la pequea.Todo cambia el da en que en una ciudad cercana las autoridades detienen a un tal Champmathieu, acusado de ser Jean Valjean. El alcalde Magdalena se debate entre abandonar a su suerte al acusado o presentarse y descubrir su verdadera identidad. Triunfan la valenta y el ejemplo y el alcalde marcha a Arrs para ver el juicio contra el inocente detenido. El acusado es incapaz de comprender el error, sustentado en declaraciones de otros expresidiarios de Toln. Mientras el alcalde contempla el juicio, en silencio, las palabras que escucha en la sala descubren su pasado y le encanecen repentinamente el pelo. Y Magdalena da la cara y se reconoce como el autntico Jean Valjean ante el estupor de los presentes, que conocen bien la fama del buen alcalde. Javert tambin se halla presente, y su semblante es indescriptible cuando oye la autoinculpacin que confirma sus ms ntimas sospechas.Tras el escndalo, Valjean escapa y regresa a M. para ver fallecer a Fantina (la pobre, escuchaba el ruido de los nios en la calle; tal vez el alcalde haba podido traer a su hija...). Inmediatamente es detenido por su perro de presa, Javert.Segunda parte. CosetteEl poderoso narrador de la novela, desde 1861, remonta sus recuerdos hasta el 18 de junio de 1815 en el paraje de Waterloo, ms concretamente en el sitio de Hougomont, ofreciendo unas pginas de la ms grandiosa pica sobre la batalla que supuso la ruina de Napolen Bonaparte, vencido por el destino. Este largo episodio se cierra con la descripcin de un campo de batalla desolado, lleno de muertos y heridos; sobre l camina un hombre que se dedica a robar entre los cadveres, y que no es otro sino Thenardier, el que se dice sargento y slo fue un ladrn tras la batalla, aunque salv la vida de un oficial herido, el coronel Pontmercy.Tras la recreacin histrica, volvemos a la penosa figura de Jean Valjean en 1823 (tiempos de la represin francesa de las tropas del duque de Angulema contra los liberales espaoles), preso y marcado con un nuevo nmero carcelario. Tras salvar la vida de un marinero en una arboladura, cae al mar y le dan por muerto; incluso publican su defuncin. Valjean corre a Montfermeil para cumplir la promesa que hizo a la difunta Fantina y recuperar a Cosette, hurfana, de las manos de los Thenardier. Aparece en el mesn como un buen hombre que ayuda a la nia a cargar un cubo de agua, le regala una preciosa mueca y paga al miserable mesonero una cantidad de dinero por llevarse a la pequea (Valjean-Magdalena haba guardado buena parte de su fortuna en las arcas de un banquero y luego la escond en un bosque cercano).En 1824 Valjean y Cosette se dirigen a Pars, donde comienzan una oscura, secreta, feliz y esperanzadora vida en la casa del seor Gorbeau. La nia, que nada sabe de su madre, considera a su benefactor como un padre y Valjean la quiere como a la hija que nunca tuvo. Pero la suerte les vuelve a ser esquiva y la desgracia reaparece bajo la figura del implacable Javert, que persigue como un lobo hambriento el rastro del antiguo preso. Hombre y nia escapan entre el laberinto de calles parisinas hasta alcanzar la zona del Picpus, donde se encuentra aquel Fauchelevent a quien Valjean-Magdalena ayud en el pasado. Quien fue socorrido prestar ayuda a los fugitivos. Javert quedar perdido y humillado, pero no vencido.Qu relata el narrador sobre el barrio parisino del Pequeo Picpus? Muy especialmente el convento de las Bernardas de la Adoracin Perpetua, una estricta orden religiosa que sigue las dursimas normas del espaol Martn Vargas. Sus monjas viven una seversima vida conventual (vida reflexionada por el narrador, que admira el poder de la oracin y del servicio, contrastando lo arcaico de la institucin y lo necesario de la existencia de las orantes) en un espacio con tres partes bien definidas: el propio convento de las religiosas, otro espacio para monjas de otras rdenes exclaustradas por culpa de los excesos de la Revolucin y un tercer lugar ocupado por un colegio de nias residentes.Fauchelevent ayudar a su antiguo alcalde benefactor logrando que entre en el convento mediante un medio de lo ms ttrico: Valjean tendr que ser enterrado en un atad bajo la identidad de una anciana monja recin fallecida en loor de santidad; luego se extraer el cuerpo de la tumba y Fauchelevent le presentar a la abadesa mintiendo que es su hermano, adems de un experto jardinero. Mientras, Cosette ingresar con las internas del colegio y, por primera vez en su corta y triste vida, mostrar una sonrisa.Tercera parte. MarioTras una digresin titulada Pars estudiado en su tomo, en torno a la grandiosidad de la capital y al carcter de uno de los protagonistas de la inmensa urbe, el pilluelo callejero, el narrador nos conduce al domicilio del seor Guillenormand, un anciano y fantico realista y legitimista, vido de nobles amistades y blancos salones, que odia la Revolucin y a Bonaparte (ya nadie pronuncia el nombre ni el ttulo del Emperador corso). Vive con una hija y con un nieto, a su vez hijo de aquel coronel Pontmercy salvado por Thenardier tras Waterloo (es el coronel un hombre cosido a cicatrices que combati como soldado imperial en media Europa y obtuvo al final el ttulo de barn. Tras el hundimiento del imperio, fue confinado en la ciudad de Varnon, al igual que muchos otros bonapartistas excluidos en toda Francia; su destierro le impidi estar con su hijo; de hecho su suegro le consideraba un bandido, un apestado. Mario nunca supo nada de l, aunque el coronel iba de cuando en cuando a Pars para ver de lejos, a escondidas, a su siempre recordado hijo).Pero la fortuna sigue girando su fatdica rueda. Mario empieza a recibir noticias difusas sobre su padre: sabr de su pasado y se convertir radicalmente a la fe que comparti el coronel por Napolen, firmando sus tarjetas como barn de Pontmercy y aborreciendo el oscurantismo de su abuelo. Acudir incluso a ver la tumba de su padre (el pobre coronel muri instantes antes del reencuentro con su hijo). Consecuencia: abuelo y nieto se enfrentan violentamente y Mario se va de casa con lo puesto, hasta el Barrio Latino.Aqu se encuentran Los amigos del ABC, un grupo de jvenes idealistas y revolucionarios en los albores de 1830: Enjolras, Combeferre, Prouvaire, Bossuet y otros, militantes hijos de la Revolucin (la fecha de 1789 es siempre sagrada para el narrador, momento de una nueva luz para el mundo, de un nuevo comienzo de la humanidad) y tambin hijos de la grandeza bonapartista que ahora se oculta y se silencia. Se declaran defensores del hombre, de los humildes, de las modernas ideas liberales, socialistas, etc. tan contrarias a las de los retornados aristcratas. Mario les conocer en el Caf Mussain, sede de la sacra libertad, aunque no podr congeniar completamente con ellos por el excesivo fervor bonapartista que el joven Pontmercy proyecta con vehemencia.Mario vive solo, despreciando el dinero que le enva su abuelo que an adora a su nieto-. Comienza a estudiar Derecho y pasa de la indigencia juvenil a convertirse en un hombre . Aprende alemn y trabaja de traductor, malviviendo pero sintindose libre. Llegamos al ao 1831 y nos encontramos al joven que pasea por el Luxemburgo y contempla da tras da a una extraa pareja: l un hombre adulto y de fenomenal aspecto, con el pelo blanco; ella, una joven de unos quince aos, algo feucha y desgarbada, que bien podra ser su hija. Al cabo de seis meses, llegada la primavera, reencontrar a la joven, inmensamente bella. Se trata, cmo no, de Jean Valjean y de Cosette, de la que Mario se queda completamente prendado y a la que intenta acercarse vestido con sus mejores galas para intercambiar una mirada. Esta se produce pero a continuacin la pareja desaparece, dejndose en el banco que frecuentaban en el parque un pauelo con una U bordada (lo que hace imaginar al enamorado que la joven se llama rsula). Mario sigue sus huellas, y encuentra su casa pero la pareja ha desaparecido (quizs le consideraban un polica, un espa).1832. El narrador nos lleva a Las minas, los suburbios, callejuelas y antros parisinos donde se renen los delincuentes, las compaas de criminales bajo el nombre de Patrn Minette, gentes de la peor calaa, producto de la ignorancia y de la ausencia de educacin. Mario sigue viviendo en la pobreza, alojado en el 50-52 de la casa de Gorbeau, la misma que acogi a su amada desaparecida. El piso superior est habitado por un tal seor Jondrette, su esposa y sus dos hijas, que no son otros sino los Thenardier, arruinados en Montfermeil y emigrados a Pars. Jondrette, que esconde su nombre verdadero, se dedica a enviar cartas a gente adinerada pidiendo limosna. Con frecuencia acude a su casa un filntropo de cabellos blancos al que encontr en la iglesia de Santiago y al que considera un hombre rico; no le reconoce, sin embargo, como el hombre que se llev de su mesn a Cosette. El miserable Thenardier-Jondrette slo quiere dinero y prepara un robo ayudado por la banda del Patrn Minette: atraen al seor blanco a su casa, y le amenazan con armas. Mario, que haba reconocido al filntropo como el padre de su amada, avisa a la polica de la zona, dirigida por el omnipresente Javert, del peligro que coacciona al hombre de cabellos blancos. Y cuando regresa a su casa y, escondido, vuelve a verle detenido por Jondrette, el corazn del joven casi se deshace, pues el miserable ladrn vecino se descubre como Thenardier. Thenardier!, el hombre que salv a su padre en Waterloo, aquel a quien el coronel fallecido guard eterno agradecimiento que su hijos habra de recompensar. Qu har Mario?: proteger al padre de su amada un hombre recio que dice ahora llamarse Urbano Fabre, y que aguanta picamente la tortura a la que le someten los criminales- o al salvador de su padre?. Finalmente Mario hace un disparo, seal convenida con Javert para detener a los delincuentes. Pero el hombre de cabellos blancos escapa.Cuarta parte. El idilio de la calle Plumet y la epopeya de la calle de san DionisioEntre 1830 y 1832 se producen en Francia acontecimientos histricos de enorme relevancia: una revolucin depone del trono a Carlos X, la Restauracin es revocada y el derecho se impone. Pero es una revolucin hecha a medias, pues sube al poder Luis Felipe de Orlens, un hombre que se halla entre la aristocracia y el pueblo, un noble burgus apreciado por la mayora, una buena persona que desde el trono ha de afrontar a los liberales, socialistas, realistas, y muchos otros que se dedican a la permanente conspiracin, jvenes idealistas y exaltados.Las calles parisinas comienzan a rebosar de grupos armados que ansan levantarse; la fiebre revolucionaria crea las barricadas, sobre todo en el popular Arrabal de San Antonio, lugar elegido por Enjolras y los suyos para prepararse.Mario, por su parte, sigue enamorado de la joven a la que llama la alondra. Y se entera a travs de Eponina, hija de Thenardier, con un carcter muy diferente al de su padre, que el hombre de cabellos blancos y la joven han trasladado su vivienda a una casa ajardinada de la calle Plumet (Valjean, siempre acosado por Javert, sali del Picpus, adquiri una nueva identidad y entr en la Guardia Nacional; se hizo con los servicios de una criada, Santos, que cuidara a Cosette, siempre temeroso de cuantos peligros pudieran rodearla). Inmediatamente corre hacia all Mario y contempla a su divinizada alondra, una mujer que acaba de descubrir el poder de su belleza: lo que en el Luxemburgo fueron miradas, ahora concluyen en una abierta declaracin de amor sellada con un besoSurge un nuevo y muy original personaje: Gavroche, pilluelo parisino que tambin resulta ser hijo del miserable Thenardier (las casualidades... los mesoneros tenan la despreciable costumbre de deshacerse de sus hijos varones abandonndoles en los hospicios o la calle). El pequeo es alegre y vital, amigo de gentes de toda calaa, un pcaro experto en todas las artes y tretas para la supervivencia. Vive en el interior de una enorme estatua de madera que representa un elefante, monumento de tiempos de Napolen en la Bastilla, rodeado de ratas pero en la ms completa libertad. Encuentra en la calle a otros dos nios abandonados (lo que son las cosas, tambin hijos de Thenardier, aunque ninguno de ellos conoce su parentesco mutuo; de su miserable padre se cuenta que tras recalar en la crcel obtuvo ayuda para fugarse y reunirse de nuevo con delincuentes prximos a la legendaria Corte de los milagros, sede oculta y misteriosa del subsuelo parisino donde se junta lo ms pobre y peligroso de la ciudad. Excusa suficiente para que el narrador abra una nueva y amplia digresin sobre la lengua de la delincuencia, el cal, riqusimo idioma secreto de la chusma, crptica arma en manos de lo ms despreciable de la sociedad).Mario y Cosette, mientras tanto, siguen su relacin amorosa. Valjean teme que nada pueda salir bien, y planea poner tierra de por medio e ir hasta Inglaterra. Pero tal separacin acabara, sin duda, con la alegra de los enamorados. El joven Pontmercy decide entonces regresar a la casa de su abuelo Gillenormand para solicitar su permiso de matrimonio; sin embargo, en el reencuentro del anciano que recuerda y reza diariamente por su dscolo nieto- y del joven no hay dilogo alguno ni resultado prometedor. Mario, desolado otra vez, se va, dispuesto a morir.En junio de 1832 se produce el detonante callejero que faltaba para la rebelin popular: la muerte del idolatrado General Lamarque. El 5 de junio, tras el entierro del militar, parte del pueblo se levanta en armas, apenas unos pocos idealistas que construyen barricadas sin el poyo de la mayora de la poblacin (no son lo mismo ni tendrn la misma gloria las revoluciones, como la de 1789, que las insurrecciones, como la actual). El Arrabal de San Antonio y la Sampetrire son protagonistas de los hechos, junto con Enjolras y sus amigos exaltados, que se renen en la taberna de Corinto. Los amotinados, seguidos del pequeo y valiente Gavroche, van elevando la altura de la barricada, amontonando cuanto encuentran, reclutando a unos pocos y recogiendo armas. Tras el muro inexpugnable, la tensa espera. En el interior de la barricada aparece un hombre sospechoso, quizs un enemigo infiltrado: se trata, ni ms ni menos, que de Javert, al que retienen por la fuerza, maniatan y sentencian a muerte por espa.Enjolras, lder de los amotinados, es ya por entonces un hroe casi divinizado, que castiga los excesos e indisciplinas de su suyos y exhorta a todos a la resistencia. Hasta l acude Mario, desesperado por la posible ausencia de Cosette, debatindose entre la cobarda y la muerte, dispuesto a inmolarse en la barricada de los insurrectos.Poco tiempo pasa hasta que suena el primer caonazo de los soldados realistas. Un anciano muere enarbolando la bandera roja de la barricada. Mario defiende el lugar amenazando a los asaltantes con volar todo por los aires un acto heroico que le vale la consideracin de sus compaeros de armas-. A punto de ser herido el joven Pontmercy, una mano desconocida tapa una boca de fusil y le salva la vida: se trata de Eponina, la pobre y buena hija de Thenardier, que da la vida por el hombre al que ha amado en silencio desde que le conoci en la casa Gorbeau, y que slo pide un beso en el momento de expirar.Sabiendo que el riesgo de muerte es ms que cercano, Mario manda a Gavroche a la nueva casa de Cosette, en la calle del Hombre-Armado, con una carta de despedida; carta que recibe, abre y lee Jean Valjean, comprendiendo de inmediato que su protegida est enamorada, y que el amante est a punto de entregar su vida. Valjean se pone su traje de Guardia Nacional y sale de noche a las calles...Quinta parte. Jean ValjeanLas barricadas de San Antonio y del Temple se han convertido en monstruos gigantescos, como Escila y Caribdis, al mismo tiempo un montn de basura y el Sina, aunque son slo un leve reflejo de las que aparecern en 1848. Adoquines, muebles, ilusin, desesperacin y muerte. Valjean llega a la barricada en la que se encuentra Mario, dispuesto a proteger la vida del enamorado de Cosette. A su alrededor, caonazos cada vez ms certeros, palabras profticas de Enjolras sobre el progreso, el futuro y la utopa de la convivencia humana; y un hombre que sigue preso entre los amotinados, Javert.Valjean, que ha llegado a la barricada de Mario, dispara con precisin inaudita sin malgastar municin, pero los exaltados defensores van cayendo uno a uno. El mismo Gavroche abandona la barricada para recoger las armas de los enemigos cados: sale cantando, como es habitual en el pequeo, y recibe un balazo que termina con su preciosa vida.Cuando apenas quedan cuarenta defensores, Valjean se acerca a Javert. Lo tiene en su mano, podra terminar con su eterna pesadilla en un momento. Sin embargo prevalece su generoso corazn y le deja en libertad... Mario queda herido, inconsciente y sangrando. Valjean le salva la vida y se lo lleva como una cruz a cuestas por el intestino de Leviatn, las cloacas parisinas (extensamente descritas por el narrador), llenas de peligros , un inframundo de kilmetros de lodo y vergenza. Valjean salva al joven Pontmercy pero tiene la mala suerte de toparse con Thenardier, perseguido a su vez por Javert. Cuando Jean Valjean y Javert se reencuentran, el polica duda por primera y ltima vez en su vida: debe castigar a quien siempre persigui o perdonar al mismo que le salv?. Decide lo segundo: sube a Valjean y al herido Mario a su propio carruaje y les conduce a la casa del seor de Gillenormand. Una vez que deja all libre a su eterna presa, tras comprender que ha perdido el sentido de su vida y su profesin, Javert se suicida arrojndose al Sena.Mario quedar convaleciente en el domicilio de su abuelo, el anciano realista que se desvive por la recuperacin de su nieto revolucionario y enamorado. Cuando el joven Pontmercy se recupera fsica y anmicamente, recibe tambin el regalo del regreso de su amada Cosette y el beneplcito para el matrimonio del hombre de cabellos blancos, que se hace llamar an seor Fauchelevent (Valjean, aunque Mario no reconoce en l a su salvador). Para sellar el enlace, Valjean entregar a la pareja seiscientos mil francos, los mismos que escondi cuando era el to Magdalena.En febrero de 1833 se dispone la boda. El cortejo nupcial cruza las calles entre gentes disfrazadas de martes de Carvanal. Uno de los enmascarados es Thenardier, que reconoce a la novia y decide sacar partido de la informacin que posee sobre ella, planeando, como siempre, algn ardid perverso. Durante el enlace de Mario y Cosette, Valjean se ausenta, volviendo a retomar su personal martirio de conciencia pues sabe que an debe decirle a su querida Cosette la verdad de su origen y condicin. Por ello, regresa discretamente a su casa en la calle del Hombre-Armado para no implicar a nadie en sus miserias y penurias. Descubre poco despus a Mario su identidad de expresidiario y que l no es el padre de Cosette. Mario acepta las explicaciones pero mantiene una duda: quin le salv de la barricada?.Cosette se duele de lo que cree que un injustificable distanciamiento de su protector (a quien se empieza a compara con la figura de Cristo: dichoso de la felicidad ajena, dichoso por haber cumplido la promesa que se hizo de hacer el bien).Y surge la ltima tentacin: Thenardier reclamando dinero a cambio de comunicar algunos secretos sobre Cosette y su misterioso protector. Mario, que sabe ya toda la verdad, le da una cantidad al viejo mesonero en cumplimiento de la deuda que le dej su padre el coronel- para que se vaya a Amrica con su esposa y su hija Azelma, donde se dedicarn a algn otro negocio infame tal vez la trata de esclavos-. Pero de algunas palabras de ste comprende la verdad de lo sucedido en las barricadas: fue Valjean quien le sac de all, arriesgando su propia vida.El benfico Valjean se va dejando morir, sin que el pasado le inquiete: Javert ya no est, el matrimonio de Mario y Cosette es feliz, l mismo se siente amado. Dice por fin a su protegida el nombre de su madre, Fantina. Y muere, acompaado de los candelabros que se llev de casa del obispo y junto al cofre que guarda el viejo y pequeo traje negro de Cosette. Ser enterrado en el cementerio del Pre Lachaise bajo una lpida annima sobre la que alguien pondr unos versos que con el tiempo se irn deshaciendo: muri al perder la prenda de su alma... Despus de tan gran historia, cmo no compartir la impresin del escritor peruano Mario Vargas Llosa cuando reflexiona que un lector sensible, inteligente, tambin impresionado, ha de desear un mundo mejor cuando vuelve la ltima pgina de la novela?. Tambin esta es la tentacin de lo imposible.@ Ya en otra ocasin hemos sondeado algn tanto las profundidades de aquella conciencia: volvamos a sondearlas de nuevo. No lo haremos sin emocin, porque no hay nada ms terrible que semejante estudio. La vista del espritu no puede encontrar en ninguna parte ms resplandores y ms tinieblas que en el hombre; no puede fijarse en nada que sea ms espantoso, ms complicado, ms misterioso, ms infinito. Hay un espectculo ms grande que el del mar, y es el del cielo; hay un espectculo ms grande que el del cielo, y es lo interior del alma. Escribir el poema de la conciencia humana, aunque sea a propsito de un solo hombre, a propsito del hombre ms insignificante, sera unir, fundir todas las epopeyas en una sola grandiosa y completa. La conciencia es el caos de las quimeras, de las ambiciones, de las tentativas, el horno de los delirios, el antro de las ideas vergonzosas, el pandemnium de los sofismas, el campo de batalla de las pasiones. Si a ciertas horas penetrramos a travs de la faz lvida de un ser humano que reflexiona; si mirsemos detrs de aquella faz, en aquella alma, en aquella oscuridad, descubriramos bajo el silencio exterior, combates de gigantes como el de Homero, peleas de dragones y de hidras, y nubes de fantasmas como en Milton; espirales visionarias como en Dante. No hay nada ms sombro que este infinito que lleva el hombre dentro de s, y al cual refiere con desesperacin su voluntad y las acciones de su vida. Dante encontr un da una puerta siniestra que le hizo dudar; nosotros estamos ahora tambin en el umbral de una puerta ante la cual dudamos. Pero entremos...- Parte primera, libro sptimo, III- @ El ejrcito se repleg precipitadamente de todas partes a la vez... El grito traicin! fue seguido del grito: Slvese quien pueda! Un ejrcito que se desbanda es como un deshielo general. Todo se rinde, cede, estalla, flota, rueda, cae, choca, empuja, se precipita. Dispersin inaudita. Ney pide un caballo prestado, monta en l, y sin sombrero, sin corbata, sin espada, se lanza por la calzada de Bruselas, deteniendo a la vez a los ingleses y a los franceses. Trata de detener al ejrcito, lo llama, lo insulta, quiere hacerle volver caras, pero en vano; las oleadas de los fugitivos pasan adelante... Napolen corre al galope en pos de los fugitivos, los arenga, los estrecha, amenaza y suplica. Todas las bocas que gritaban por la maana viva el emperador permanecen abiertas, pero apenas le conocen. La caballera prusiana recin venida, se lanza, vuela, acuchilla, raja, hiende, mata, extermina. Los tiros de la artillera ruedan impetuosamente; los caones caen a tierra; los soldados del tren desenganchan los arcones y toman sus caballos para escaparse; furgones derribados boca arriba entorpecen el camino y sirven de ocasin para cometer asesinatos. Los fugitivos se destrozan, se oprimen, andan por encima de los muertos y de los vivos. Una muchedumbre vertiginosa llena los caminos, los senderos, los puentes, las llanuras, las colinas, los valles, los bosques, atestados por esa evasin de cuarenta mil hombres. Gritos, desesperacin, sacos, y fusiles arrojados en los campos de centeno; el paso abierto a sablazos; no se conoce ni a los camaradas, ni a los oficiales, ni a los generales; por doquiera un espanto inexplicable... los leones convertidos en cabritos; tal fue esta fuga...- Parte segunda, libro primero, XIII- @ Pars tiene un hijo, y la selva un pjaro. El pjaro se llama gorrin; el hijo se llama el pilluelo. Asociad estas dos ideas que contienen, la una todo el foco de luz, la otra toda la aurora; haced que se choquen estas dos chispas. Pars y la infancia, y resulta un pequeo ser: Homuncio, como dira Plauto.Este pequeo ser es muy alegre. No come todos los das, y va a los espectculos si le parece bien, todas las noches. No tiene camisa sobre sus carnes, ni zapatos en los pies, ni techo sobre la cabeza; como los pjaros que no tienen nada de esto. Tiene de siete a trece aos, vive en bandadas, baquetea el empedrado, habita al aire libre, lleva un viejo pantaln de su padre que le pasa ms all de los talones, un viejo sombrero de cualquier otro padre, que se le mete hasta las orejas, un solo tirante de orillo amarillo; corre, espa, pregunta, pierde el tiempo, desgasta pipas, jura como un condenado, frecuenta la taberna, conoce a los ladrones, tutea a las mujeres pblicas, habla el cal, canta canciones obscenas y no tiene mal corazn. Esto consiste en que tiene en el alma una perla, la inocencia; y las perlas no se disuelven en el fango. Mientras el hombre es nio, Dios quiere que sea inocente.Si se preguntase a esta gran ciudad: Quin es se? Respondera: Es mi hijo.El pilluelo de Pars es el hijo enano de una giganta.No exageramos; este querubn del arroyo tiene alguna vez camisa, pero no tiene aun entonces ms que una; tiene alguna vez zapatos, pero no suelen tener suela; tiene alguna vez una casa, y la ama, porque en ella encuentra a su madre; pero prefiere la calle; porque en ella encuentra la libertad...-Parte tercera, libro primero, I y II- De qu se compone un motn? De todo y de nada. De una electricidad que se desarrolla poco a poco, de una llama que se forma sbitamente, de una fuerza vaga, de un soplo que pasa. Ese soplo encuentra cabezas que hablan, cerebros que piensan, almas que padecen, pasiones que arden, miserias que se lamentan y las arrastra.Adnde?.Al acaso. Al travs del Estado, al travs de las leyes, al travs de la prosperidad y de la insolencia de los dems. La conviccin irritada, el entusiasmo frustrado, la indignacin conmovida, el instinto de guerra comprimido, el valor de la juventud exaltado, la cuguedad generosa, la curiosidad, el placer de la variacin, la sed de lo inesperado, el sentimiento que hace experimentar placer al leer el cartel de un nuevo espectculo, y al oir en el teatro el silbato del maquinista; los odios vagos, los rencores, las contrariedades, la vanidad que cree que ha fracasado el destino; el malestar, los pensamientos profundos, las ambiciones rodeadas de abismos; todo el que espera de un derrumbamiento un salida; y en fin, en lo ms bajo la turba, ese lodo que se convierte en fuego, tales son los elementos del motn. Lo ms grande y lo ms nfimo; los seres que vagan fuera de todo, esperando una ocasin, gitanos, gente sin profesin, vagabundos de las encrucijadas, los que duermen por la noche en un desierto de casas, sin ms techo que las fras nubes del cielo, los que piden cada da su pan al acaso y no al trabajo, los desconocidos de la miseria y de la nada; los brazos desnudos, los pies descalzos, pertenecen al motn... El motn es una especie de tromba de la atmsfera social que se forma de repente en ciertas condiciones de temperatura, y que en sus remolinos sube, corre, truena, arranca, corta, demuele, desarraiga, arrastrando consigo los nimos grandes y los pequeos, el hombre fuerte y el dbil, el tronco del rbol y la arista de paja.- Parte cuarta, libro dcimo, I- @ Enjolras estaba de pie en la escalera de adoquines, con un codo apoyado en el can de su carabina. Meditaba, y de vez en cuando se estremeca, como si sintiese pasar un hlito misterioso... En los parajes que visita la muerte suelen notarse estos efectos de los antiguos trpodes. De sus pupilas, que reflejaban la mirada interior, salan como especie de llamas comprimidas. De repente levant la cabeza; sus cabellos rubios cayeron hacia atrs como los del ngel sobre el carro sombro de estrellas, y semejantes a la melena de un len, erizada en forma de aureola resplandeciente. Enjolras habl as:- Ciudadanos: os representis el porvenir? Las calles de las ciudades inundadas de luz, ramas verdes en los umbrales, las naciones hermanas, los hombres justos, los ancianos bendiciendo a los nios, lo pasado amando lo presente, los pensadores en completa libertad, los creyentes iguales entre s; por religin el cielo, por sacerdote a Dios; la conciencia humana convertida en altar, extinguido el odio; la fraternidad del taller y de la escuela; por penalidad y por recompensa, la notoriedad; el trabajo, el derecho, la paz para todos; no ms sangre vertida, no ms guerras, las madres dichosas! El primer paso es sojuzgar la materia; el segundo, realizar el ideal. Reflexionad en lo que ha hecho ya el progreso. En otro tiempo las primeras razas humanas vean con terror pasar ante sus ojos la hidra que soplaba sobre las aguas, el dragn que vomitaba fuego, el grifo, monstruo del aire, que volaba con las alas de un guila y las garras de un tigre; espantosas fieras colocadas por cima del hombre. Sin embargo, el hombre ha tendido sus redes, las redes sagradas de la inteligencia y ha acabado por coger en ellas a los monstruos. Hemos domado la hidra, y le hemos dado el nombre de vapor; estamos a punto de domar el grifo, pues ya ha cado en nuestras manos, y hemos cambiado su nombre en el de globo. El da en que esta obra de Prometeo se concluya, unciendo al hombre definitivamente al carro de su voluntad la triple quimera antigua, la hidra, el dragn y el grifo, ese da ser dueo del guila, del fuego, del aire, y vendr a ser para el resto de la creacin animada lo que para l eran en otro tiempo los dioses mitolgicos. Valor y adelante! Adnde vamos, ciudadanos? A la ciencia convertida en gobierno; a la fuerza de las cosas erigida en nica fuerza pblica; a la ley natural con su sancin y su penalidad en s misma, y promulgada por la evidencia; a una alborada de verdad que corresponda al nacer del da. Caminamos a la unin de los pueblos; caminamos a la unidad del hombre. No ms ficciones; no ms parsitos. Lo real gobernado por lo verdadero; tal es el fin.