Los extraterrestres del planeta Apu (versión digital)

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"Los extraterrestres del planeta Apu".Ricardo González.Derechos Reservados.

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    Los extraterrestres del planeta Apu, es propiedad intelectual de su autor, Ricardo Gonzlez Corpancho. Obra protegida de acuerdo a la ley 11.723 Esta es una versin digital del libro impreso, creada para su libre difusin y sin nimos de lucro.

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    Ricardo Gonzlez

    LOS EXTRATERRESTRES DEL PLANETA APU

    SERES DEL FUTURO ENTRE NOSOTROS...

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    LOS EXTRATERRESTRES DEL PLANETA APU Ricardo Gonzlez Primera Edicin, Buenos Aires, junio de 2015 ECIS Publicaciones Diseo de tapa: www.woohustudio.com Ilustraciones de Antarel e Ivika: Ramiro Rossi http://ramirorossi.blogspot.com Sitio web de Ricardo Gonzlez: www.legadocosmico.com Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningn medio sin previa autorizacin del autor. Versin digital del libro impreso.

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    A los habitantes de la Cordillera Blanca en ncash: los primeros contactados con los extraterrestres del planeta Apu.

    A la memoria de Vlado Kapetanovic, el primer difusor de estos

    encuentros cercanos con los apunianos: todo por los dems.

    A Paola Harris, al Dr. Michael E. Salla, y a Giorgio Piacenza, por ayudarme a difundir mi testimonio de contacto en los crculos ms

    importantes de la ufologa de habla inglesa.

    A J.J. Bentez, en reconocimiento a su largo camino como periodista e investigador de los no-identificados. Su importante avistamiento

    ovni en Per, en 1974, fue una invitacin de un apuniano...

    A la memoria de Jos Carlos Paz Garca, fundador del IPRI en Per; y a sus hijos Carlos, Sixto, y Rose Marie Paz Wells mi querida amiga que ya parti, porque fueron piezas fundamentales para

    comprender mis propias experiencias. Gracias

    Y a Sol, mi compaera, mi fuerza, mi ngel...

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    Considero que estos vehculos extraterrestres que visitan la Tierra

    con su tripulacin, proceden de otros planetas que gozan de un nivel tecnolgico superior al alcanzado por nosotros...

    ...deberamos decidir que la mejor manera de tratar con estos visitantes es la amistosa. Cabe la posibilidad de que para ser

    admitidos como miembros de pleno derecho en sta asociacin universal, debemos demostrar que hemos aprendido a resolver

    nuestros conflictos por medios pacficos y no mediante la guerra.

    Astronauta Gordon Cooper Proyecto Mercury

    El viaje en el tiempo plantea problemas de todo tipo, tanto fsicos como sociales... Michio Kaku

    Si el viaje en el tiempo es posible, entonces dnde estn los turistas que vienen del futuro?

    Stephen Hawking

    La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es slo una ilusin persistente.

    Albert Einstein

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    Introduccin a la versin digital

    Ha sido impresionante la repercusin que ha tenido la prime-ra edicin fsica de este libro ya agotada. Muchos me soli-citaban un texto que reuniese las distintas experiencias de con-tacto que he afrontado con los apunianos: los encuentros f-sicos, los avistamientos programados con periodistas y reco-nocidos investigadores, y, lo ms importante, el mensaje. Si bien es cierto buena parte de estos relatos ya los haba di-fundido previamente a travs de conferencias, entrevistas en medios e informes en mi sitio www.legadocosmico.com, Los extraterrestres del planeta Apu es algo ms que un diario per-sonal de contacto. Aborda los orgenes de los encuentros cer-canos en Per que, como ver el lctor a continuacin, se remontan a la dcada de los aos 50, y se adentra en uno de los ms importantes secretos de esa civilizacin extraterres-tre: su vnculo con la humanidad y el futuro... Por la relevancia de todo esto, he decidido publicar una ver-sin digital de mi libro para asegurar su libre lectura a travs de internet. As, el mensaje llegar a un mayor pblico. Ms all de las extraordinarias experiencias de contacto que narro a continuacin, lo gravitante es su enseanza.

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    De este contacto han surgido nuevas y poderosas herramien-tas de trabajo, como lo constituye un modelo mental de vi-sualizacin con el Teseracto para crear realidades, y la re-cepcin de los cristales de Minius, como un elemento que potencia nuestra conexin con el Universo. En futuras publica-ciones profundizar estas informaciones de origen extraterres-tre que ya estamos empleando.

    Espero que el mensaje de los apunianos llegue a todos con fuerza. Estoy seguro que en cada pgina de este libro, sentirn que ustedes tambin se estn reencontrando con ellos... Con nuestra familia csmica...

    Ricardo Gonzlez

    Buenos Aires, 19 de julio de 2015

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    NDICE

    PRLOGO.. 13 Por Paola Harris

    INTRODUCCIN............................................................. 18 CAPTULO I Cmo se inici mi contacto en Per.................................... 22 Un mensaje teleptico.................................................. 25 CAPTULO II Los apunianos.............................. 29 Una visita en la Central Hidroelctrica..................... 31 Los ovnis de Yungay........................................................ 34 Una curacin extraterrestre......................................... 40

    CAPTULO III El plan csmico y las misiones secundarias......................... 47 Una agenda mayor........................................................ 49 Las misiones secundarias................................................. 52

    CAPTULO IV Avistamientos programados................................................. 57 Los no-identificados ante los periodistas................... 58 El legado del IPRI............................................................... 60 Nuestro testimonio en la televisin................................. 63 Avistamientos previa cita............................................. 68

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    CAPTULO V Monte Shasta y bases extraterrestres.................................... 70 La montaa del contacto.................................................... 70 Una ciudad intraterrestre? Base apuniana?................. 73 CAPTULO VI Dentro de una nave............................................................... 78 La experiencias se pueden postergar............................... 79 La invitacin al volcn dormido ...................................... 84 La preparacin.................................................................... 86 El reencuentro con Antarel............................................... 93

    CAPTULO VII Una entrevista con un apuniano.......................................... 114 Los discos solares............................................................... 122 La conexin extraterrestre con la Hermandad Blanca 126 El secreto del Altai.............................................................. 128 De regreso en Sand Flat................................................. 138 CAPTULO VIII Exopoltica: la invitacin a Michael Salla............................. 142 Cuatro ovnis y un mensaje para Salla......................... 148 CAPTULO IX Paola Harris y un contacto grupal con Antarel.................... 152 Antarel y el umbral de luz................................................. 157 CAPTULO X: Huascarn: base de los apunianos......................................... 171 Un sueo del futuro....................................................... 173 Ichic Puna............................................................................. 175 Llanganuco: otro portal de contacto................................. 179

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    CAPTULO XI: El mensaje de Ivika.............................................................. 182 El Minius............................................................................ 185 Volveremos a ser uno................................................... 192

    EPLOGO: El tiempo.......................................................... 197 El doble............................................................................. 203

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    Prlogo Por Paola Harris

    Me uno a Ricardo Gonzlez para darles la bienvenida a un nuevo paradigma de contacto. Ricardo es un maravilloso embajador de esas culturas extra-terrestres y su mensaje positivo para el planeta Tierra. A pesar de su juventud, es un hombre sabio, capaz de articular la an-tigua historia de visitas extraterrestres; probablemente por la visin que ha adquirido al viajar constantemente a diversos puntos clave en todo el mundo. Y es que, adems de ser un contactado, es un investigador que entiende la importancia de tomar todo esto con responsabilidad y accin. Y all es en don-de tenemos algo en comn: como periodista e investigadora ovni, me tom muchos aos llegar a la conclusin que parte de este fenmeno de los encuentros cercanos est orientado espiritualmente. Para m, era ms fcil permanecer en el m-bito concreto, en lo slido, como la recogida de datos, gra-bacin de incidentes, entrevistando a cientficos, militares, as-tronautas, pilotos y otros personajes involucrados directamen-te con el fenmeno ovni. Y debo decir que no hall un elemen-to comn en estas investigaciones, excepto el componente di-mensional. Es decir, que existe un reino no local, otras rea-lidades conectadas con la naturaleza del fenmeno ovni, como si estuvisemos enfrentando un holograma cuntico. El asunto

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    era ms complejo y profundo y yo no estaba escuchando. Los fenmenos en s me estaban hablando, a m como a tantos otros investigadores a lo largo de dcadas de estudio. Pero no escuch los mensajes en aquel entonces. No vi la luz. Pero todo cambi el 20 de septiembre de 2014... Fue cuando acept una invitacin de Ricardo Gonzlez y Antarel para viajar a Monte Shasta. Antarel es un hombre del espacio, un gigante de tres me-tros de alto proveniente de Alfa Centauro. Ese ser, a travs de Ricardo, me haba pedido acudir a Monte Shasta, en donde me sumara a otras 165 personas de varios pases. Ricardo haba recibido la invitacin para este contacto durante una expedicin al Altai (Rusia), el 2 de agosto; y luego la con-firm con un nuevo mensaje recibido en Espaa el da 10. A las 8:30 pm de ese 20 de septiembre, dos ovnis se mostraron volando en paralelo sobre nuestras cabezas, tal y como Anta-rel lo haba anunciado a travs de Ricardo. En ese momento no me di cuenta de que los avistamientos eran un anticipo de lo que vena... Fue as que Ricardo me dijo: Antarel est aqu... Quieres vi-vir este contacto? Puedes manejarlo? Vendras al bosque con nosotros? La experiencia fue una invitacin semejante a la pelcula En-cuentros Cercanos del Tercer Tipo... Acud a ese encuentro... Y luego de ese contacto con Antarel que Ricardo describir ms adelante, puedo decir que sent que todo estaba unido,

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    el bosque de Monte Shasta, la gente, las estrellas. Fue un mo-mento de conciencia expandida en donde todo era unicidad. He comprendido que los latinoamericanos se conectan f-cilmente con estas otras realidades. No estn interesados solo en la nave de los presuntos extraterrestres, o en las tecnologas exticas que poderosas culturas occidentales habran copiado de esas civilizaciones no-humanas a travs de ingeniera inversa para fines blicos. Pienso que estas personas estn ms cerca de darle la bienvenida a seres de otros mundos por tener la mente y el corazn abiertos. Ellos buscan el punto que une, no lo que separa. Ahora es obvio que el contacto, tal como lo experimentamos, es un esfuerzo para despertar a la humanidad, para obligarnos a pensar fuera de la caja, para ampliar nuestra conciencia hacia las estrellas y ms all. Es un nuevo y excitante comien-zo. Y he aqu la bienvenida a ese nuevo paradigma, una manera distinta de pensar, una revolucin de la consciencia que algunas personas llaman tecnologa espiritual: un renaci-miento de lo que realmente somos. Es, en otras palabras, la comprensin de que tenemos orgenes divinos, y que debemos esforzarnos por conseguir, humildemente, estar ms cerca de la Creacin.

    Aqu es donde Ricardo Gonzlez se mueve muy bien. l ve el cuadro completo, en sus 360 grados. En sus viajes, teje un tapiz csmico para mostrar al mundo que todos somos uno. Sus palabras nos hacen sentir en paz y nos deja una sensacin muy similar a aquello de volver a casa...

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    Cuando vivimos la experiencia con l, vemos esa parte de la realidad. No una realidad alternativa, sino un retorno a nues-tros orgenes.

    Recuerdo que cuando conoc al Coronel Philip Corso por pri-mera vez en Roswell (Nuevo Mexico), en 1997, l me dijo que haba tenido contacto con un extraterrestre en el Red Canyon. En esa experiencia el ser le haba pedido que abordara la nave. Entonces el Coronel le pregunt: Qu tienes para ofrecerme? El ser extraterrestre le respondi: Un mundo nuevo, si lo puedes sobrellevar. Y, 17 aos despus, Ricardo Gonzlez me pregunt en Monte Shasta: Puedes afrontar este contacto, esta noche? Esto cierra todo el crculo de la experiencia humana que ha in-volucrado mi investigacin... Y la respuesta es: S! S al contacto y s al cambio de paradig-ma.

    Es un honor poder contribuir con mis observaciones para su nuevo libro; pero, sobre todo, es un honor dar la bienvenida a una nueva forma de ver este maravilloso mundo, este cosmos inmenso... Es maravilloso volver a volar!

    Paola Harris

    En Boulder, Colorado 24 de mayo de 2015

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    Paola Harris es una de las ms importantes referentes del estudio de los ovnis en todo el mundo. Investiga a los no-identificados desde 1979, habiendo trabajado por muchos aos al lado del famoso Dr. J. Allen Hynek el padre de la ufologa, siempre como periodista de campo, adems de reconocida entrevistadora de personajes clave en el fenmeno ovni, desde cientficos, militares y astronautas, a po-lticos o prelados del Vaticano. Es autora de varios libros y conferen-cista en los congresos ms grandes que se celebran sobre el tema.

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    Introduccin a la versin impresa Este libro dio un giro tremendo el 12 de abril de 2015. En esa fecha, afront un nuevo encuentro cercano con ellos... Se trat de una invitacin para entrevistarmos en un lugar especfico en los Andes peruanos de ncash. Ellos seres extraterrestres de aspecto humano deseaban entregar un mensaje y ste fue contundente y revelador. Una informacin que nos ha ayudado a poner las piezas sueltas en el tablero. Una revelacin que cambi completamente el enfo-que de este libro... Hablar hoy en da sobre los no-identificados y la posibilidad de vida extraterrestre inteligente visitando la Tierra no es tan difcil como en los aos 40, dcada en la que se inicia la deno-minada Era Moderna de los Ovnis con el avistamiento que report el piloto estadounidense Kenneth Arnold y el pos-terior y discutido incidente Roswell, en donde un presunto objeto extraterrestre se estrella en un rancho de Nuevo M-xico; sin embargo, hoy el panorama es ms complejo por la gran cantidad de informacin que circula sobre el contacto con esos seres. Es comn, pues, ver documentales de TV que vuel-ven a los tiempos de Roswell, a husmear los secretos de una

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    base militar subterrnea en Nevada la mtica rea 51 , o especiales sobre los grises y sus abducciones y, ms re-cientemente, los reptiloides y su complot contra la humani-dad. Todo este tipo de informaciones que se adentra en el mundo de las conspiraciones ha creado una teora integral sobre los extraterrestres y sus intenciones que, bajo mi punto de vista, es parcial, poco rigurosa, y tendenciosa. Este libro surgi originalmente como una alternativa para compartir una visin distinta sobre el contacto con avanzadas civilizaciones csmicas: su origen, intenciones, su acercamien-to con la humanidad y, lo ms importante, su mensaje. Y, co-mo ya dije, el extraordinario contacto en los Andes peruanos ha sido una pieza fundamental para saber en qu direccin debo orientar este trabajo... Desde hace ms de 20 aos estoy en contacto con un grupo de extraterrestres que, si bien es cierto, son parecidos en su fiso-noma a nosotros o, tal vez, nosotros nos parecemos a esos visitantes son distintos al hombre por su avanzada tec-nologa y comprensin del Universo. Forman parte de un con-glomerado de civilizaciones muy evolucionadas que desde ha-ce miles de aos observan y visitan la Tierra. Soy uno de tan-tos testigos que afirma haberles visto. Incluso, tuve la oportu-nidad de visitar, fsicamente, el interior de sus naves lo na-rrar ms adelante. A lo largo de este tiempo he comproba-do sus intenciones pacficas y ticas, y cun importante es la raza humana para el Universo. Buena parte de las experiencias que hemos afrontado con es-tos seres han contado con testigos y registros fotogrficos.

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    En cinco ocasiones concretas, he anunciado avistamientos pro-gramados previa cita a periodistas y renombrados investi-gadores. Entre esos ltimos contactos podra mencionar el que vivimos en 2013 con el Dr. Michael E. Salla, uno de los pa-dres del movimiento mundial Exopoltica. Salla, al lado de otros 55 testigos entre ellos el uflogo talo-peruano Giorgio Piacenza, actual miembro de la comisin civil de investigacin ovni de la Fuerza Area Peruana participaron de una inte-raccin con cuatro naves de origen no-humano al pie de Mon-te Shasta, en los Estados Unidos. Salla quien tiene un doc-torado en Ciencias Polticas, y fue asesor en resolucin de con-flictos del gobierno de Ronald Reagan qued maravillado. Y no slo por lo que vio, sino por lo que sinti: una energa de fraternidad con aquellas inteligencias de otros mundos. Y, en 2014, ms de 160 testigos de varios pases, con la reconocida investigadora y periodista ovni Paola Harris a la cabeza, con-templamos y vdeograbamos las apariciones de estos objetos sobre los cielos de Monte Shasta en un nuevo encuentro pro-gramado, avistamiento que se dio en la hora exacta que los extraterrestres haban anunciado. Adems, por si ello fuera poco, siete personas vivieron un contacto directo con An-tarel uno de los seres que est en comunicacin con noso-tros. Y, la propia Paola Harris, fue testigo de ello... Ya lle-garemos a ese punto... Todas estas experiencias fueron coordinadas con seres extra-terrestres que afirman provenir de un planeta prximo a la estrella Alfa B en la constelacin de Alfa Centauro. Conoce-mos a esos seres como apunianos. Este libro es parte de su historia.

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    Para que no se pierda ningn detalle de como ha sido el pro-ceso de contacto que he vivido y para poder comprenderlo en su contexto, he decidido incluir algunas experiencias que ya he mencionado en anteriores libros. Ser importante para ver el panorama completo. El contacto form mi vida. Me acerc una visin del Universo que antes no tena. Y esa es la fuerza que me anima a escribir estas lneas: dar a conocer una vez ms un poderoso y urgente mensaje...

    Ricardo Gonzlez

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    CAPTULO I

    Cmo se inici mi contacto en Per

    He contado mi historia muchas veces. Especialmente ante al-guna cmara de televisin que me enfocaba para captar al detalle mis gestos mientras yo afirmaba: S, he tenido en-cuentros cercanos con los extraterrestres. Los periodistas me escuchaban con escepticismo e igual inters; no importaba el medio o el pas en donde estuviese siendo entrevistado. Y cmo empez todo? me preguntaban a boca de jarro. Entonces les explicaba que mi relacin con esos seres haba empezado desde que era nio, en Lima, y que luego de largos aos, en mi adolescencia, el contacto formal se concret... Hoy, mientras escribo estas lneas con mis 41 aos recin cumplidos, recuerdo una vez ms esas tempranas expe-riencias, como si hubiesen sucedido ayer. Mis primeras observaciones de ovnis sucedieron en la locali-dad serrana de Chosica puerta de entrada a los Andes, en el departamento de Lima, una zona de encuentro para excur-siones, da de campo en familia o ruta obligada de viaje hacia

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    las cataratas de Palacala o San Pedro de Casta, mtico pueblo que se emplaza al pie de la misteriosa montaa de Marcahua-si. En los cielos de Chosica vi las primeras luces caminantes. Para un nio que contemplaba la noche estrellada de la sierra un privilegio al que la ciudad de Lima, por la bruma del mar, tiene vetado casi todo el ao eran solo satlites. Pero satlites que se detenan, hacan zig-zags o cambios bruscos en su direccin Pero en 1988, siendo un muchacho de 14 aos, presenci, des-de el patio exterior de la casa, el avistamiento que terminara por hacer pedazos mis esquemas mentales: un objeto, gran-de, y muy luminoso, surcaba el cielo a pleno da, en silencio. En aquel entonces viva con mis padres en el distrito de San Miguel, camino al aeropuerto internacional de Lima. Estaba, pues, acostumbrado a ver los aviones pasar, o cualquier otra aeronave explicable. Pero no eso: una esfera, como una suerte de gota de agua, muy brillante en su centro, pero con bordes tenues de luz, se desplazaba sin emitir ruido alguno hacia el ocano Pacfico. Yo la observaba con una desconcer-tante sensacin de alegra, como si mi ser interior supiese de qu se trataba... A los pocos das, en programas de radio y te-levisin, se hablaba de una oleada ovni en el pas. No haba sido el nico en ver aquello... As aprend que el trmino ovni significaba Objeto Volador No Identificado, siglas acuadas por la Fuerza Area de los Estados Unidos ante los miles de reportes que llegaban a sus oficinas a fines de la dcada de los aos cuarenta. Qu eran esos ovnis? Naves militares secretas? Y en ese caso por qu se estaban viendo en Per? Haba sido testigo de un vehculo

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    extraterrestre? Y si fuese as, por qu yo, un muchacho co-mn de un pas tercermundista? Debo decir que vengo de una familia normal que no tena ma-yor inters en los no-identificados, salvo mi padre que trabaj muchos aos como funcionario en el Departamento de Informtica del Seguro Social del Per. Ms que inters, creo que l tena una poderosa curiosidad por todo lo que sig-nifique misterio. De all su coleccin de libros sobre el antiguo Egipto, mitologa y esoterismo oriental. Mi madre, que traba-jaba en una de las sucursales del desaparecido banco Ban-coper, no daba mayor atencin a estos temas como s lo haca mi padre. Ella siempre fue muy catlica. Su religiosidad era autntica y se mostraba feliz. Tal vez por ello segu mi edu-cacin primaria en el colegio de los Hermanos Maristas en Barranco. En esos aos nunca fui un estudiante sobresaliente. Me costaba mucho entrar en la dinmica de una educacin r-gida y llena de reglas. Ello empuj a mis padres a cambiarme a otro colegio con un enfoque diferente. As termin en el Walt Whitman School, un centro de estudios mixto, con in-gls intensivo y un poco ms informal. En ese lugar curs la secundaria y conoc la msica: aprend a tocar la guitarra y los teclados. Entonces decid cambiar mi sueo de ser dibujante o pintor por el de msico. Mi desaparecida maestra de msica, la gran pianista Concho Stuffs, crea que iba a ser un buen compositor. Pero se curso de mi historia personal entrara en un inesperado parntesis como si fuese una jugada maestra del destino para dirigirme hacia el contacto con seres extraterrestres. Ms tarde, volvera a la msica con el proyecto Mintaka1. 1 www.mintakaofficial.com

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    Mis hermanos menores, Jos Luis y Mariella, hallaran sin ma-yor dificultad sus profesiones. En mi caso, al terminar el co-legio, segua ilusionado con la msica, pero paralelamente a ello empec a estudiar la carrera de mercadotecnia en el Ins-tituto Peruano de Marketing. Luego trabajara varios aos en la industria farmacetica como visitador mdico. Lo que trato de compartir al detallar estos aspectos personales de mi vida es que ramos y somos una familia normal. Y que mi vida segua tambin un curso normal a pesar de las experiencias ovni que ya haba enfrentado, incluido aquel importante avis-tamiento de 1988. Ese incidente ovni haba quedado aparcado en mi mente como una experiencia extraordinaria sin expli-cacin. Sin embargo, como ya dije, en mi interior saba que haba algo ms Pero lo dej pasar... Hasta que, en octubre de 1993, ellos volveran, y con ms fuerza... Un mensaje teleptico En aquel momento tena 19 aos. Recuerdo que me hallaba es-tudiando para unos parciales de estadstica y contabilidad es decir, mi cabeza no se hallaba pensando en ovnis cuan-do de pronto el cansancio me venci y decid tomarme un break, cerrando mis ojos y dejando que mi cuerpo se acomo-dara como pudiera sobre la silla frente al escritorio de trabajo que tena en mi habitacin. No dejes de seguir buscando. Una extraa y calmada voz haba aparecido en mi cabeza, como si se tratara de un hombre jo-

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    ven, que se perciba amable al comunicarse. Me qued atnito. Y me resist a creerlo... Somos seres extraterrestres, y estamos entrando en contacto conti-go, aadi la extraa voz mental. Seguidamente, en medio de mi gran sorpresa, concluy el mensaje afirmando: Vivirs una preparacin que te llevar a co-nocernos fsicamente. En verdad no lo poda creer Las horas de estudio y el cansancio me haban inducido a imaginar todo esto? Al margen de que intua que no nos ha-llbamos solos en el Universo, aceptar que estaba percibiendo un mensaje teleptico de un supuesto ser extraterrestre, era demasiado Entonces dije, como contestando el mensaje: Necesito una prueba para saber que sto es verdad Y aquella voz, sorprendindome una vez ms, respondi, sugiriendo: Sube a la terraza de tu casa, y all nos vers... Esto es el colmo me deca; y ahora qu hago? Como no tena nada que perder, decid finalmente subir a la terraza de aquel amplio departamento en Orrantia del Mar haca poco nos habamos mudado all, luego que mis padres vendieran la casa de San Miguel. Mi hermano Pepe se ani-m a acompaarme, sin imaginarse lo que iba a ocurrir. l s-lo me sigui por curiosidad.

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    Aquella sera una noche por dems importante. Un ovni! Un ovni! Esa luz se est moviendo! nos deca-mos. Y efectivamente, una luz roja, concentrada, que en un inicio no le dimos mayor importancia pensando que podra tratarse de una antena, se empez a mover, y en nuestra direccin! Al acercarse, pude apreciar que el objeto tena un formato trian-gular; es decir, que mostraba una curvatura en su estructura, como si fuese ms bien un boomerang; ese aparato se qued unos instantes sobre nosotros, estimo a considerable altura, para luego volver por donde vino, en direccin a los Andes. Con la algaraba que Pepe y yo armamos, mis padres y mi her-mana Mariella subieron a lo alto del departamento para ver qu ocurra. Ellos tambin llegaron a observar al extrao ob-jeto marcharse. Se fue lentamente, sin emitir ningn tipo de sonido. Todos lo habamos visto. En medio de ese mgico momento an emocionado, debo decirlo escuch nuevamente la voz mental, que me dijo algo as: Venimos con buenas intenciones. As como hemos procedido hoy contigo, lo hemos hecho antes con otras personas, y lo seguiremos ha-ciendo en el futuro para que vayan tomando conciencia de nuestra presencia. No slo estars en contacto con nosotros. Lo tendrs tambin con otros seres que te estn aguardando...

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    Qu me queran decir con ello? No lo supe en ese momento. Slo un aplastante silencio domin la escena mientras el ovni se perda en los brumosos cielos de Lima. Al igual que 1988, estas apariciones de los no-identificados se multiplicaron, al punto de obligar a la prensa a tocar el tema desde todos los frentes. Este fue el inicio del contacto con ellos... Y, como un efecto domin, con el tiempo, una cadena de si-tuaciones postergaron mis intenciones de ser msico, o de de-dicarme a la administracin. Mi plan de vida que tena en mi cabeza desapareci

    Con tan slo 19 aos, empec a hilar todos los hechos extraos que haban acontecido en mi vida difcil de describir cada uno de ellos aqu, y a comprender que todo sucede por al-go. Luego supe, que esa voz mental que me habl, perteneca a Antarel de Apu, un ser extraterrestre de aspecto nrdico que conocera, ms tarde, fsicamente...

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    CAPTULO II

    Los apunianos Como es de suponer, estas primeras aproximaciones de Anta-rel a travs de mensajes telepticos y avistamientos de co-rroboracin, me sumergieron en un estado de bsqueda impresionante. Fue as, que luego de una serie de hechos sin-crnicos, empec a participar en grupos de contacto extrate-rrestre. All comprend que, desde los aos 50, haba antece-dentes en el Per de estos encuentros cercanos con los via-jeros de Apu: el planeta de donde procede Antarel. El primer caso que investigu para tratar de entender desde una perspectiva ms amplia mi propia experiencia de contac-to, ocurri en ncash, en medio de las hermosas montaas del Callejn de Huaylas, hermoso paisaje que est situado en la parte central y occidental del pas. La historia de ncash es muy rica. Est vinculada a las cul-turas ms tempranas del Antiguo Per, desde el desarrollo de las tradiciones lticas del Arcaico hacia el 13.000 a.C, hasta la influencia de la civilizacin Caral-Supe. Adems, es la cuna de la misteriosa Chavn, que posteriormente influy en las cultu-

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    ras Recuay y Wari, para finalmente pertenecer al Imperio Inca hasta la conquista espaola. En aquellos primeros aos de contacto visit el Parque Na-cional Huascarn, y la Zona Reservada de la Cordillera de Huayhuash, que se emplaza en la sierra departamental. Y, desde luego, el yacimiento arqueolgico de la ya citada Cha-vn de Huntar: un templo de piedra enclavado a 3.177 metros de altura, famoso por su compleja red de caminos y galeras subterrneas que, en lejanos tiempos, eran iluminadas por ha-ces de luz que penetraban estratgicamente sus ductos. En su interior an puede apreciarse el Lanzn Monoltico una gran piedra tallada, de 4.54 m. de altura en el que se observa una extraa divinidad antropomorfa.

    Arriba: el Lanzn Monoltico.

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    Toda esta regin andina tiene muchos reportes de avistamien-tos de ovnis que se remontan, como ya mencion, a la dcada de los aos 50. Pero el caso ms clebre me llev a 1960, cuan-do el tcnico elctrico yugoslavo, Vlado Kapetanovic, traba-jaba en la Central Hidroelctrica de Huallanca. All tuvo su primer contacto con unos seres extraterrestres de aspecto hu-mano que traan un mensaje de paz. Un caso muy similar a lo que me estaba ocurriendo con Antarel... De hecho, se trataba de la misma tripulacin: los apunianos...

    Una visita en la Central Hidroelctrica Kapetanovic naci en Kolasin, Montenegro, aproximadamente en 1918 el propio Vlado no lo poda precisar, y despus de la Segunda Guerra Mundial lleg a Per para trabajar co-mo tcnico de planta. Y, por esas cosas del destino, fue a parar a las instalaciones hidroelctricas de Huallanca, en me-dio de los Andes peruanos. All vivira su primer contacto. Era el jueves 10 de marzo de 1960. La planta que se encuen-tra en un tnel hecho por los maestros de la ingeniera moder-na, metida 114 metros en las escarpadas rocas de la monta-a, a la orilla derecha del ro Santa en el Callejn de Huay-las de pronto, se apag, cerca de la medianoche. Y Kapeta-novic decidi salir del tnel para ver qu suceda. Los trans-formadores de la planta se hallaban afuera del tnel, as que se dirigi hacia ellos para encender el sistema de emergencia basado en corriente continua por medio de bateras; y, en medio de esa tarea, es sorprendido por una intensa luz, que ilumin el lugar como si fuese de da...

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    Esa energa era emanada desde un aparato discoidal, que estaba detenido sobre un trozo de tierra, entre el ro Santa y el Quitaracsa cerca de donde se unen, a unos 400 metros de la Central Hidroelctrica. Vlado afirm que el objeto estaba sostenido por haces de luz slida que hacan contacto con el suelo. Es decir: el objeto se hallaba ingrvido a medio metro del terreno Entonces vio a los tripulantes fuera de esa nave, que lucan muy humanos, aunque altos. Aquellos forasteros se dirigieron hacia l y le hablaron en su propio idioma, el yugoslavo... Algunos de sus compaeros en la planta saban de estas visi-tas, y le pidieron calma a Kapetanovic, que no se alarmara, que esos seres eran amigos y que haban curado de mltiples enfermedades a mucha gente de los pueblos andinos de la zo-na. Los llamaban apunianos Apu luego le diran estos seres a Kapetanovic en futuros en-cuentros, era su mundo de origen. Una palabra que recuer-da a su simil en quechua, y que significa montaa o seor. Era slo una casualidad? Tendr alguna relacin con el mundo de origen de esos seres extraterrestres, que lo descri-ben como un planeta montaoso? Por esta razn sus princi-pales instalaciones en la Tierra estn bajo grandes montaas? Vlado no crey en ese primer encuentro que estaba frente a extraterrestres. Pens, por los horrores que vivi en la Segun-da Guerra Mundial, que se hallaba ante una misin secreta de alemanes nazis de la postguerra...

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    Al principio sola decir Vlado no cre que esos humanos, altos y rubios, fueran extraterrestres. Con mis memorias de la Segunda Guerra Mundial pens que eran espas de alguna na-cin, con prototipos militares avanzados, y que me estaban persiguiendo. De hecho, los denunci en una comisara local. Pero luego, con las demostraciones telepticas, psquicas de toda clase, y tambin tecnolgicas que me dieron, me termin de convencer de que no eran de este mundo... En ese primer contacto, los apunianos le indicaron que no eran alemanes, y le aclararon que ellos no eran los respon-sables del apagn en la planta: haba sido un hecho ajeno a la presencia de su nave y el dato era correcto, pues ms tarde se supo que un incidente en la red de Chimbote haba gene-rado el corte de energa en Huallanca. Luego de esa breve conversacin, los extraterrestres se marcharon de la planta pero volvieron a mostrarse en futuros encuentros con Kapeta-novic. Vlado muri en Per en 2005. Le conoc en persona, ya que ambos fuimos invitados a congresos sobre los ovnis en Lima. Era un hombre de fuerte carcter, pero amable y humilde, que se emocionaba al referirse a sus hermanos de Apu. Sus ex-periencias quedaron registradas en varios libros que public de forma novelada bajo el pesudnimo de Vitko Novi1. Penosamente y esto lo digo a ttulo personal, las reales ex-periencias de contacto de Vlado con los apunianos se mez- 1 Entre los diversos libros que public en Per, en Apu, un

    mundo sin dinero y 170 horas con extraterrestres, describe sus experiencias con los apunianos.

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    claron con sus ideas personales y visin del mundo. Adems, lleg a atribuir controvertidas encarnaciones de los apunianos en clebres personajes humanos de toda la historia Jess in-cluido, entre otros datos que en algunos sectores ufolgicos le quitaron credibilidad. Sin embargo, si vamos directamente al testimonio y a los hechos, la experiencia de Vlado fue ms que importante, pues gracias a l se dio a conocer que desde haca muchos aos esos seres estaban en contacto con los hombres andinos de ncash... Vitko Novi fue el primero en contarlo abiertamente, pero no el primer contactado. En las montaas de Yungay, los habitan-tes de humildes caseros en la Cordillera Blanca ya estaban en comunicacin con los hombres del espacio...

    Los ovnis de Yungay Por si el contacto en la Central Hidroelctrica fuera poco, Ka-petanovic sostuvo que en un nuevo encuentro con los apunia-nos tambin en 1960 se le revel el desastre natural que vivira Yungay diez aos ms tarde... Segn Vlado, fue gracias a una pantalla del tiempo que vio dentro de una nave. Los apunianos, que esgriman un peculiar manejo del tiempo y las dimensiones, le haban mostrado un alud que sepultaba a toda esa poblacin luego de un intenso terremoto. Vlado inform a las autoridades con mucho tiempo de anticipacin incluyendo a un Juez de Paz, pero nadie le crey. Como era de suponer, las autoridades locales estaban al tanto de los relatos sobre extraterrestres de las comunida-

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    des andinas. Esos cholos estn hablando tonteras solan decir, despectivamente, los funcionarios de Yungay. Y la tragedia ocurri el 31 de mayo de 1970: un violento te-rremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, con epicentro en el ocano Pacfico, sacudi ncash y fue sentido en casi todo el Per. Eran las tres de la tarde y nada haca presagiar que ms de 20.000 pobladores de la pequea poblacin de Yungay iban a desaparecer, producto del desprendimiento de un gigantesco bloque de nieve y hielo del pico oriental del nevado Huas-carn, que produjo un violento alud, tal y como los apunianos le haban mostrado a Kapetanovic... El fuerte sismo, que dur 45 segundos, hizo desaparecer no solo Yungay, sino tambin pequeos pueblos vecinos al dis-trito de Ranrahirca. Se calcul que el nmero de muertos lleg a 80.000, y otros 20.000 se dieron por desaparecidos. Los heri-dos hospitalizados se contabilizaron en 143.331 y los afectados en ms de tres millones... Los extraterrestres no podan haberlo evitado? Ellos, ya sea por su tecnologa del tiempo, o por un clculo de probabilidad, trataron de advertir de la tragedia sin pre-cisar el da y el mes exacto del terremoto. Pero s anticiparon el evento ssmico y sus consecuencias. Con el transcurrir de los aos, comprend que estos seres tie-nen muchas limitaciones de accin en nuestros asuntos al menos los que vienen con intenciones amistosas y respetan

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    nuestro libre albedro. Pero, an as, dentro de esas limita-ciones de no intervencin, le comunicaron a Kapetanovic el desastre que se avecinaba para Yungay. Pero no fue escucha-do. Incluso, pocos aos antes de la catstrofe, Yungay fue sacudida por una intensa oleada ovni, como si los extraterres-tres estuviesen intentando llamar la atencin. Hay un registro de ello en 1967. Si no se trata de un fraude, son las mejores fotografas de estos objetos en la historia ufolgica del Per. Lo veremos en breve.

    Arriba: Yungay, antes y despus del alud que la sepult.

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    El periodista espaol, J.J. Bentez, amablemente me ha permi-tido publicar su investigacin de aquel caso:

    Segn mis informaciones, la toma de estas imgenes sucedi de la siguiente forma: Un da del mes de marzo, Arranda visit la pequea localidad de Yungay, en las montaas de ncash. Antes de salir de ex-cursin pidi prestada a su amigo Csar Or vecino de la ci-tada localidad y empleado en la oficina de Turismo una vie-ja cmara Voightlander, propiedad de aqul desde haca 40 aos. Compr un rollo de pelcula y fue su amigo Or quien se encarg de cargar la cmara fotogrfica, puesto que Arran-da no entenda muy bien su funcionamiento. Y Augusto sali de Yungay, dispuesto a recorrer algunas de las impresionantes montaas de los alrededores. En el triste-mente famoso "Callejn de Huaylas" azotado en 1970 por el ms violento terremoto de la historia del Per se levantan cumbres de casi 4.000 metros. Las panormicas resultan es-plndidas. En aquellas montaas, suponemos, Arranda debi ver y foto-grafiar los ovnis. Y as se lo manifest a Or. A su regreso a Lima, y tras revelar el rollo, Arranda envi a Yungay un lbum sellado, con copias de las fotos de las cum-bres y de los ovnis. Estas ltimas como si el hecho careciera de importancia figuraban al final del lbum que recibi Or y que permaneci "olvidado" en su casa durante dos aos. Y todo habra seguido igual o se hubiera perdido definitiva-mente con el terremoto, de no ser por el investigador nor-

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    teamericano J. Richard Greenwell. En 1968, y de forma "indi-recta", una de las copias cay en manos del citado Richard. Y esta nueva casualidad o no fue casualidad? puso en marcha la investigacin y los mecanismos que permitieron dar a conocer a todo el mundo la impresionante secuencia. Greenwell cuenta que, despus de ciertas indagaciones, la fo-tografa fue localizada en el laboratorio de revelado de Kodak Peruana S.A. All, un empleado de la empresa, violando las reglas de la compaa, haba conservado copias de la secuen-cia ovni. Los directivos de la Kodak confiscaron las fotos del empleado antes de que Richard Greenwell pudiera localizarlo. Estos ejecutivos peruanos cuenta el investigador norteame-ricano se negaron a entregarle las copias. Pero en 1969, Greenwell pudo hacerse con ellas a travs de la divisin de Mercados Internacionales de Eastman Kodak, en Rochester (Nueva York). La localizacin de un juego completo de fotografas en Yun-gay fue posible gracias a un oficial del Ministerio de Marina del Per. Greenwell viaj entonces a Yungay y pudo entrevis-tarse con el seor Or, quien le proporcion las tres copias que faltaban y que haban sido retenidas en Lima por la Kodak Pe-ruana S.A. De esta forma, Greenwell fue atando cabos, logran-do las cuatro copias que, al parecer, forman la secuencia to-tal2.

    2 www.planetabentez.com

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    Arriba, un escaneo de dos de las fotografas de los misteriosos ovnis de Yungay (1967).

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    Si esas fotografas son autnticas as lo defendieron los tc-nicos de la APRO que comandaba Greenwell3, estamos viendo naves apunianas en Yungay, tres aos antes del te-rremoto? Kapetanovic, como ya dije, fue el primer contacta-do que habl pblicamente de los seres de Apu: extraterres-tres que eran viajeros espaciales, que perdieron su mundo de origen, y que ms tarde se estableceran en otros puntos del cosmos, como la regin estelar de Alfa Centauro y, ms tarde, en bases subterrneas en la Tierra. Pero hay otros casos de contacto con esos hombres del espa-cio. Otros reportes de su presencia en la misma zona andina de ncash... Una curacin extraterrestre. En 1970, el ao del terrible terremoto y alud en Yungay, otro personaje surgido de las montaas de ncash tambin afir-mara haber entrado en comunicacin con los extraterrestres. Tal vez, los mismos que contactaron a Kapetanovic. Su nom-bre, Donato Cervantes, un hombre humilde de Huaraz que trabajaba como mecnico, chofer y agricultor. De acuerdo a su relato, el 14 de septiembre de ese ao tuvo su primer encuen-tro ovni mientras conduca en la ruta Panamericana Norte, en direccin a Huaraz, exactamente en el Km. 24, en un lugar llamado Monte Grande. En ese momento Donato vio una luz muy fuerte en lo alto de un cerro: un objeto que emita un 3 En 1968, a travs de la APRO, Richard Greenwell publicar

    su libro Un estudio sobre los ovnis, dedicando un captulo en-tero a los reportes de ovnis en el Per.

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    zumbido extrao que se introdujo en su cabeza... As, afir-maba, empezaron sus contactos telepticos con unos seres que ms tarde se le presentaron: hombres altos, arriba de los dos metros de estatura, de aspecto nrdico y gran capacidad ps-quica: como los extraterrestres de Apu que una dcada atrs haba reportado Kapetanovic. Al igual que los apunianos que contactaron al yugoslavo, los extraterrestres que vio Donato Cervantes posean facultades extraordinarias de sanacin. De hecho, los ms asombroso del caso de Cervantes, es que luego de un accidente que sufri en 1983, en donde se cort el brazo con un cristal del auto, los extraterrestres le curaron Donato relata que ante la profunda herida, se hizo un torni-quete y sigui conduciendo por horas su vehculo. Esta irres-ponsable decisin hizo que el brazo se le gangrenara. Los m-dicos le dijeron que tena que haber acudido cuanto antes a un centro especializado y que ya no podan hacer nada para sal-varle el brazo. As, sin ms remedio, se lo amputaran el 17 de junio de ese ao 1983 en el Hospital Central de Huaraz. Hasta que entraron en escena los hermanos mayores del cosmos. El 16 de junio, un da antes de la operacin, estos seres le pi-dieron telepticamente que se hospedara en un hotel de la zona de Chancos y que aguardara all, en un descampado, la aproximacin de ellos para sanarle. Sin pensarlo mucho, Do-nato sigui la recomendacin, y efectivamente, esa noche, la nave de esos seres se hizo presente, arrojando una intensa des-carga que se concentr en su brazo. A partir de ese momento no sinti ms molestias Al ir al hospital, los mdicos, at-nitos, constataron que el humilde chofer andino ya no tena nada Huelga decir que ya no realizaron la operacin Y en los archivos del Hospital Central de Huaraz consta la evi-

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    dencia del estado en el que se encontraba el brazo de Cervan-tes y su posterior y milagrosa recuperacin. Por si ello fuera poco, esta curacin extraterrestre afect el brazo de Donato con un singular efecto colateral: cualquier sonido que se re-produjera cerca de su mano derecha, era retransmitido por la radio As como se lee. De forma aleatoria, la voz de Dona-to, que de pronto estaba platicando con su mujer, o tocando el charango que tanto amaba, se colaba en las radiofrecuen-cias, sorprendiendo a diversas estaciones

    Arriba: Diario Extra, en su edicin del 25 de junio de 1984, rela-tando el incidente ovni de Donato Cervantes y su asombrosa cura-cin. Apunianos? El 28 de agosto de 2013, con 71 aos de edad, Donato Cervan-tes parta, tal vez para reencontrarse con esos seres que nunca le revelaron su procedencia. Solo le dijeron que eran foras-teros, que venan de las estrellas, de una galaxia celeste.

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    Acaso la galaxia X9 que mencionaba Kapetanovic como el lugar nativo de los extraterrestres de Apu?

    Arriba: el fenmeno de las ondas de radio, emitidas por la mano de Cervantes, es publicado por el diario La Crnica (17 de abril de 1984). En 1974 catorce aos despus del caso Kapetanovic, los hermanos peruanos, Carlos y Sixto Paz Wells, tambin entra-rn en contacto con los apunianos. As surge Antarel, Sordaz, Godar y otras entidades que estaban en comunicacin con el hoy disuelto Grupo Rama: un importante movimiento de con-tacto que existi como organizacin hasta 1991 aunque a pesar de la disolucin oficial, Rama se ha mantenido activa en diversos pases de Iberoamrica. Estaba muy claro que el

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    programa de contacto de esos seres a mi entender, inicia-do en Per en los aos 50 en los Andes de ncash, pasaba a una etapa distinta, que involucrara a mltiples testigos. En definitiva, un contacto grupal. Desde fines de 1993 me inte-gr y particip por muchos aos de ese proceso colectivo de contacto. Y all aprend que estos encuentros con los extrate-rrestres seguan un programa o agenda para integrar al ser humano a una comunidad csmica. La misma familia estelar de la que forma parte Antarel y los apunianos. Y as como sucedi con Rama en 1974, hall diversos testimonios de contacto con los apunianos en diversos pases del mundo, como el caso del Grupo Aztln en Espaa, hoy disuelto. Era evidente que los apunianos tenan una agenda diferente, amplia, que no estaba ceida a un solo grupo... Luego entenderamos por qu aquella civilizacin de Alfa Centauro estaba tan interesada en contactar con nosotros. Ellos nos queran advertir de algo...

    En aquellos primeros aos de contacto con los apunianos, fui aprendiendo que no solo haban evolucionado tecnolgica-mente: adems de cientficos, eran sper psquicos, tal y como Kapetanovic lo haba mencionado. De hecho, Antarel y los guas extraterrestres como habitualmente se les llamaba se presentaban como Doctores Mentales, una suerte de an-troplogos telpatas que fueron destinados para el contacto cercano con nosotros. Fueron ellos quienes sugirieron que nuestro entrenamiento para recibir sus mensajes se deba ba-sar en tcnicas de relajacin, concentracin y meditacin. Como el lector podr suponer, me sumerg de lleno en todo esto, y obtuve importantes resultados. Logr repetir los con-

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    tactos telepticos con Antarel y concert avistamientos progra-mados en una playa de Chilca y en la montaa de Marcahuasi. Sin embargo, a pesar de este entrenamiento y las intencio-nes de relacionarnos ms con los extraterrestres, tena muy en claro que ellos decidan a quin contactar, cundo y cmo. Vlado tambin opinaba lo mismo: los hermanos del cosmos deciden. Debo decir que no fue nada fcil sobrellevar todo esto... Era hermoso y revelador, pero no dejaba de ser una realidad bru-talmente distinta a la que viva. Como pude, procur afrontar estas experiencias en balance con mis responsabilidades mate-riales. Haba empezado a trabajar como visitador mdico para una firma internacional y no andaba hablando de extraterres-tres en los pasillos. Sin embargo, las invitaciones para confe-rencias y entrevistas en Per y el extranjero empezaban a mul-tiplicarse y mis compaeros en la oficina se fueron enterando. Todas mis presentaciones eran gratuitas. Tena un trabajo, con un buen sueldo, as que yo cubra los costos necesarios para difundir. Sin embargo, lleg el momento en que no poda sos-tener todo esto... El 30 de agosto de 1997 tuve el primer encuentro fsico con Antarel. Fue en Chilca, pero en la zona del desierto, unos 15 km. en direccin a las montaas el principal escenario de contacto del Grupo Rama, y en donde J.J.Bentez tuvo su bautismo de fuego al ver dos ovnis, en un avistamiento con-vocado en 1974 por Kulba de Apu, a travs de un mensaje recibido por Carlos Paz Wells; es decir, el famoso avistamiento de Bentez, fue coordinado por un apuniano.

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    El encuentro que viv con Antarel fue intenso, pues era la pri-mera vez que vea, materialmente, a mi interlocutor telep-tico. Los apunianos, como ya mencion, tienen una altura media de dos metros. Pero Antarel es uno de los ms altos: mide 2.70 m. de estatura. Un verdadero gigante... Su aspecto es el de un hombre de 35 aos, atltico, de rasgos nrdicos y ojos obli-cuos. Vesta un enterizo metlico color plata pegado al cuerpo, como si fuese una segunda piel. En nuevos contactos, en don-de pude estar ms cerca de l, comprob que sus ojos son de un color miel, que resaltan en su impecable piel blanca; el cabello, muy fino, es un rubio platinado, prcticamente cano, que lleva largo hasta los hombros. Su apariencia es tan bella, que si lo hubiese visto hace 3.000 aos, pensara que estuve frente a un ngel... En ese primer contacto concertado con Antarel en el desierto peruano que narr en mi libro El Legado Csmico4 , fui invitado a subir fsicamente a una de sus naves. Experiencia que no pude afrontar por el manojo de nervios en que me haba convertido ante semejante situacin... Sin embargo, en ese moment, Antarel me tranquiliz con un mensaje mental, y me dijo, fraternalmente, que esperaran a que estuviese listo para acompaarlos dentro de sus veh-culos. Nunca me imagin que estara dentro de sus naves , y en dos ocasiones... 4 El legado csmico, Cecosami, Lima, 2002.

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    CAPTULO III

    El plan csmico y las misiones secundarias

    Recuerdo con emocin aquellos intensos aos. Habamos for-mado un grupo de jvenes, entre 18 y 20 aos, que acudamos casi todos los fines de semana al desierto o a las montaas para entrenarnos en las experiencias de contacto. Otros mu-chachos de nuestra edad nos miraban con recelo, y se pregun-taban si formbamos parte de alguna religin, o si perte-necamos a alguna secta. No podan creer que estuvisemos fuera de la noche limea, perdiendo el tiempo en prcticas de meditacin bajo el manto de estrellas de Chilca o Marca-huasi. Para nosotros, era una experiencia hermosa ms all del contacto extraterrestre. En esas incursiones de campo apren-dimos muchas cosas sobre nosotros mismos, el miedo, las emociones, el silencio, y tambin a saber distinguir todo lo que sucede en la bveda celeste para evitar confusiones. Por ejemplo, hoy en da, con los Iridium una constelacin de 66 satlites de comunicaciones que brillan con el reflejo del Sol en sus paneles y la ISS (Estacin Espacial Internacional) que tiene el tamao de una cancha de ftbol, impresionante cuando es visible hay muchos testigos confundiendo tecno-loga humana con avistamientos genuinos de ovnis. Esas inol-vidables noches en el desierto o en las montaas nos permi-

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    tieron educar nuestra vista y, desde luego, maravillarnos ante la presencia de las naves csmicas. Despus de haber vivido la experiencia de contacto estamos seguros que un importante porcentaje de los objetos no-identificados que han sido reportados o anmalos, como hoy se estila decir, son naves extraterrestres. En Chilca, como ya dije, tuvimos demostraciones increbles. Como ver objetos viajando en formacin triangular, para luego romper filas y dispararse en distintas direcciones y velocidades hasta mezclarse con las estrellas. Hemos visto, tambin, constela-ciones que no conocamos. Pero luego esas presuntas estre-llas estticas se movan: eran entre seis y siete naves estaciona-das que nos hicieron creer que no habamos aprendido bien la leccin de astronoma Tambin hemos visto a esos objetos arrojar resplandores de luz plateada, que llegaron al suelo, impregnando nuestro propio campamento. En esas experiencias, atnitos, compro-bbamos que esa luz era slida, pues la podamos tomar con las manos cuando se produca el fenmeno Vivimos esto como nios, felices, sintiendo una gran atmsfera de her-mandad con ellos durante las demostraciones y pruebas de contacto. Una vez que estbamos seguros de lo que estbamos vivien-do, profundizamos el mensaje que traan los extraterrestres. Y es ese mensaje lo que ms me ha intrigado a lo largo de todos estos aos: desde hace cunto tiempo vienen? Por qu la humanidad es tan importante para ellos? Por qu no se muestran abiertamente? Por qu nosotros, jovenes peruanos,

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    de un pas tan golpeado y sin mayor relevancia en la poltica mundial, estbamos viviendo todo esto? Antarel y otros seres extraterrestres que entraron en contacto con diversos testigos en el Per, fueron narrando, poco a poco, los entretelones de una historia csmica que me ha sido muy difcil de digerir Suena como un relato de Ciencia-Ficcin. Pero tambin lo debo decir, si todo lo que nos contaron es verdad, la visita de estos seres adquiere mayor sentido y profundidad. Una agenda mayor No ser nada fcil sintetizar tan extraordinaria historia1. Pero har el esfuerzo Ellos afirman que el Universo alberga mltiples dimensiones, mundos y civilizaciones inteligentes. Y que cada una de estas realidades involucra distintos niveles de consciencia. En es-te inmenso escenario aseguran, las civilizaciones extrate-rrestres que nos precedieron alcanzaron un altsimo desarrollo tecnolgico. Sin embargo, algunas de ellas, al volverse tan mentales y cientficas, fueron perdiendo contacto con sus emociones, quedando as estancadas en el proceso de evolu-cin. Todo esto les llev a comprender que deban retomar sus orgenes. Aqu entramos nosotros: el ser humano se transfor-

    1 En mi libro, Nuestros Lazos Extraterrestres (Ecis Publicacio-nes, Buenos Aires, 2004), ya hice un repaso de esa historia cs-mica.

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    mara en un espejo para que ellos pudiesen recordar y en-rumbar los pasos. Pero todo esto no fue al azar: la aparicin del ser humano for-maba parte de un proyecto en diversos planetas para sembrar una nueva forma de vida que fuese, al mismo tiempo, una sntesis del Universo existente. As, esa forma de vida, a travs de una experiencia diferente de crecimiento, encontrara el es-labn perdido que necesitaba el Universo para salir del estan-camiento. La Tierra y los seres humanos somos parte de ese proceso que los extraterrestres denominan Plan Csmico.

    De acuerdo a los guas extraterrestres, este Proyecto Maes-tro contiene tres partes bsicas: 1. Dnde llevar a cabo el proyecto. Ello dictaminaba ubicar un planeta muerto, para restituir en l la vida a travs de una dimensin paralela. De acuerdo a estos seres, se era el caso de la Tierra, que originalmente haba sido devastada por el impacto de lluvia meterica. Supuestamente, ello ocurri hace ms de 1.200 millones de aos Cmo rescataron a la Tierra? Segn ellos, un grupo de cientficos extraterrestres, procedente de algn lugar de las estrellas Plyades, realiz un viaje en el tiempo, llegando a nuestro planeta antes de que este muriese, creando a partir de ese momento una rea-lidad paralela de cara al futuro: una especie de paradoja espa-cio-tiempo, en donde nuestro mundo podra sobrevivir y al-bergar, ms tarde, a los seres humanos. Ignoro qu clase de tecnologa puede afectar la realidad de todo un planeta. De hacer viajes en el tiempo y de crear o solo reubicar al planeta en una dimensin paralela. Mientras escribo estas

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    lneas, ese tiempo alternativo, que se activ para que la Tie-rra tuviese un futuro con humanos, se est fundiendo con el real tiempo del Universo. Es decir: estamos pasando a exis-tir en la matriz de donde proceden los extraterrestres. Una matriz de mltiples dimensiones. Nuestra insercin que empez luego del 21 de diciembre de 2012, coincidiendo con el final de la Cuenta Larga de los mayas representa grandes cambios en las civilizaciones extraterrestres. Es un proceso largo y gradual que ya est en marcha y que los seres del cosmos denominan simblicamente tercer tiempo.

    2. Propiciar la forma de vida del proyecto. Ya en una realidad pa-ralela, se sembrar la vida en el planeta rescatado. Ayudan-do a la naturaleza, se establecer el mejor marco para el desa-rrollo de las especies. Ello involucr, inclusive, la modificacin gentica de antiguos antropoides a manos de un grupo de mentes extraterrestres que, segn el relato de los guas, proceden, como ya mencion en el episodio del tiempo alter-nativo, de las estrellas Plyades. De acuerdo a ello, as naci el ser humano u homo sapiens, siendo ste originalmente de ra-za negra. La intervencin se produjo en frica, en un lugar que diversos textos esotricos asocian al mundo perdido de Lemuria.

    3. Asistir la forma de vida del proyecto. Como parte de este enor-me plan de aprendizaje y evolucin, los extraterrestres propi-ciarn en la Tierra la insercin gradual de conocimientos. De esta manera habran germinado las primeras grandes civiliza-ciones de nuestro mundo la mayora de ellas desconocidas por nosotros.

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    No obstante, hubo un detalle en este proceso: al notar los extraterrestres que su presencia estaba generando dependen-cias, decidieron marcharse y dejar solo al ser humano, para que por mrito propio redescubriese su misin. Segn Anta-rel, en esta etapa hubo muchas interferencias de otras civili-zaciones extraterrestres que no vean con buenos ojos la mi-sin del ser humano de ser puente con el Universo. Es-tas disputas extraterrestres se ven bien reflejadas en leyendas y textos antiguos de la cultura egipcia y sumeria. Actualmen-te diversas civilizaciones del espacio csmico nos observan con agudo inters, pues todo lo que logre el ser humano pue-de repercutir en ellos y en sus mundos de origen... Las misiones secundarias La agenda de estos seres distintas civilizaciones organiza-das, que actan en nuestro plano de percepcin material, pero que obedecen a un designio superior emanado por conciencias de universos no-fsicos, requiri de la aplicacin de distintos programas de contacto en la Tierra. La intencin era crear gru-pos de trabajo que pudiesen estar en conexin con los emisa-rios extraterrestres que sirven a ese Plan Csmico. As na-cieron las denominadas misiones secundarias. Esas mi-siones, aunque en sintona con el Plan Mayor, tenan sus ob-jetivos especficos, fases y etapas de ejecucin. Para los extra-terrestres era tambin una suerte de aproximacin antropo-lgica: as conoceran ms al ser humano y podran medir, sobre la marcha, cmo respondamos ante una experiencia de contacto. La experiencia con grupos en Per era una de esas misiones secundarias.

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    Arriba: el desierto de Chilca, en Per, sera el escenario que eligieron los extraterrestres para preparar a grupos de contacto. El programa, segn los extraterrestres, tena cuatro fases de preparacin que, de acuerdo a mi comprensin, se ajusta a cualquier escenario de intercambio con seres de otros mundos: 1. Aurn o El Llamado al contacto. 2. Xendra o Experiencias de confrontacin. 3. Lunar o Recepcin de informacin. 4. Xolar o Irradiacin del conocimiento adquirido.

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    El proceso tena sentido. Luego del llamado una sensa-cin poderosa que te hace sentir que formas parte de algo, como si antes de ello hubieses estado dormido sobre-vienen experiencias concretas de contacto que ponen en re-lieve la visita de estos seres y sus intenciones de conectar con nosotros. Pero una vez establecida esa conexin, surgir una tercera etapa: el intercambio de conocimiento. Ellos aprende-rn del hombre nuestros sentimientos, sueos, acciones y el testigo recibir importantes conocimientos sobre la historia csmica de la humanidad, aunque de forma gradual y paso a paso, todo de acuerdo al nivel de consciencia y avance en el camino. Un camino de comprensin que precipitar la cuarta fase: la irradiacin del conocimiento adquirido. En otras pala-bras, el momento en que nos transformamos en soles que irradian. En estos aspectos bsicos coinciden todas las distintas mi-siones secundarias estimuladas por los extraterrestres. Pero cada una de ellas, como ya dije, persigue objetivos especficos, tareas integradas a ese Plan Mayor que procura la inser-cin de nuestro mundo a una Comunidad Csmica, tal y como la definiera el astronauta norteamericano Edgar Mit-chell2. Como ya mencion, desde fines del ao 2012, coincidiendo no por casualidad con el final de la Cuenta Larga del 2 Edgar Mitchel es un reconocido astronauta, piloto del mdu-

    lo lunar en la misin Apolo 14 y el sexto hombre en caminar en la luna. Mitchell ha denunciado reiteradamente que la NASA y el gobierno de los Estados Unidos han ocultado in-formacin relativa a visitas extraterrestres.

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    calendario maya, las misiones secundarias han empezado a fundirse con el programa matriz; es decir, con ese Plan Csmico. Hemos iniciado, pues, un nuevo ciclo en donde el acercamiento con los seres del espacio se debe vivir de otra forma, y con otra visin. Es importante revisar todo esto porque nos ayudar a entender la misin de los apunianos en medio de un plan general acordado por distintas civiliza-ciones de nuestra galaxia. Desde luego, la experiencia de los extraterrestres con los di-ferentes testigos de contacto y grupos en el mundo ha sido muy importante para estudiar las reacciones humanas. En definitiva, nuestro proceso de adaptacin al interactuar con sociedades csmicas ms avanzadas. Por esa razn, adems de cientficos o militares terrestres, contactaron a testigos prove-nientes del comn de la gente: la muestra que necesitaban para saber si podan confiar en nosotros. Y si nosotros tambien nos atrevamos a confiar en ellos. De hecho, ha sido esa gente comun la que ms se ha atrevido a compartir su testimonio de contacto, a diferencia de otros testigos que, al pertenecer a mbitos religiosos, militares o cientficos, han sido mucho ms mesurados y, a veces, esquivos o silenciosos con el tema. Y en mi caso, a pesar de ser uno de esos tantos testigos co-munes, toda mi vida se vio revolucionada al compartir en los medios mi experiencia de contacto Ya en aquel entonces, a mitad de los aos 90 en Lima, los extraterrestres me haban preguntado si estaba dispuesto a de-dicarme a tiempo completo para difundir el mensaje que nos estaban entregando. Respond, desde el corazn, con un s contundente...

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    Corra 1998 cuando, finalmente, me dijeron que haba llega-do mi momento. Entonces me anunciaron el avistamiento programado de sus naves sobre los cielos del Per para enero de 1999 todo ello fue filmado, situacin que me llev a aparecer en la televisin peruana a nivel nacional para hablar de todo ello con los periodistas y, semanas despus, ser despe-dido de mi trabajo... Haba comenzado otra etapa en mi camino

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    CAPTULO IV

    Avistamientos programados Todo fue mgico. Como si cada paso insisto, no creo en las casualidades, hubiese estado planificado al ms mnimo detalle. Entonces sucedi aquel anuncio de los extraterrestres: una oleada de avistamientos sacudira el Per para sensibilizar a la opinin pblica frente al contacto. El mensaje me lleg a mediados de octubre de 1998, primero a travs de sueos, y luego en comunicaciones psicogrficas una transmisin teleptica que es acompaada por el fen-meno de escritura automtica. El canal, al sentir el im-pulso mental de los extraterrestres que contiene datos e in-formacin, siente el deseo de escribir, y plasma en un cua-derno el mensaje que percibe, en palabras perfectamente arti-culadas que fluyen en el idioma nativo del contactado. Esta tipo de experiencias, cabe aclararlo, son armnicas, pues se desenvuelven en un ambiente lleno de paz, con una profunda sensacin de calma y conexin cuando se produce la comuni-cacin. Y debo remarcar que esta conexin teleptica con los extraterrestres, en donde el canal siente escribir, no tiene nada

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    que ver con otros fenmenos que se asocian al mediumnismo. En los mensajes que me ha tocado recibir por este medio siempre he sido consciente de las transmisiones, que llegaban, como ya dije, acompaadas de una profunda sensacin de paz y bienestar. A travs de ese medio de contacto los extraterrestres me ad-virtieron de la oleada ovni que sacudira el Per. La ms in-tensa y prolongada que se haya dado hasta la fecha en mi pas. Lo ms resaltante de esa oleada programada de avistamien-tos fue el testimonio de la prensa nacional: los periodistas se convirtieron en cronistas clave de la presencia de las naves. Aunque ya he mencionado este incidente en otras publicacio-nes, considero necesario realizar un breve repaso, ya que nos situar en contexto con los contactos que narrar ms adelante con los apunianos en Monte Shasta.

    Los no identificados ante periodistas Entre los mensajes psicogrficos que recib previamente a los avistamientos que se iniciaron el 22 de enero de 1999 en Per, cito estos dos importantes extractos:

    1999 ser el ao de las evidencias, ya que los apoyaremos con mani-festaciones nuestras que sern captadas por ustedes y tambin por medios de comunicacin... 24 noviembre, 1998, (Oxalc). Al igual que en 1993, 1995 y 1996, nuestras naves se vern con insistencia en el Per, as como en diversos lugares clave del mundo. Ello para seguir sensibilizando la mente humana frente a nuestra vi-sita. Es as que hemos previsto otorgarles evidencias de nuestra pre-

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    sencia para que puedan comprender la importancia de lo que estn viviendo; y con ello no nos referimos al contacto en s, sino al men-saje que se desprende del mismo... 17 enero, 1999, (Amaru).

    Todo empez cinco das ms tarde de haber recibido ese lti-mo mensaje de los extraterrestres: el ya citado 22 de enero de 1999. Esa jornada, periodistas y tcnicos del programa Dilogo del Canal 2 de Lima, tuvieron el encuentro de su vida. Alrededor de la medianoche, cuando la furgoneta del canal de TV transitaba por la Av. San Felipe, en la ciudad de Lima, Jai-me Vidal Torres, camargrafo profesional, observ un objeto anmalo sobre los cielos de la capital peruana Nunca antes haba visto algo semejante: una plataforma de luces as describir al aparato una y otra vez en las entrevistas se mo-va en silencio en la tranquila noche limea. Entusiasmados, los periodistas persiguieron a ese objeto, logrando filmarlo en la calle Barcelona, en el distrito de Pueblo Libre en el vdeo se puede observar el claro movimiento pendular del objeto, avanzando y retrocediendo, en medio de un nutrido grupo de testigos que ya haba corrido la voz sobre el fenmeno. Curiosamente, era el barrio donde yo viva Pero en ese momento no me encontraba all; la noticia de este ovni filmado por los periodistas del Canal 2 me tom en un campamento en el desierto de Chilca, en donde unas 130 per-sonas nos habamos congregado para evaluar los 25 aos de la experiencia grupal de contacto con los extraterrestres. Una experiencia que haba empezado, precisamente, en ese desola-do paraje de la costa peruana Y las sincronicidades se se-guan sumando, ya que el primer mensaje de estos seres, re-

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    lativo a la experiencia de contacto Rama que ya mencion p-ginas atrs, se recibi, precisamente, el 22 de enero de 1974. Por ello estabbamos en esa fecha en el desierto, el principal escenario de los encuentros cercanos con los guas. Era, pues, muy sugerente que la oleada ovni estallase en esa coordenada Pero la oleada solo haba comenzado. Al da siguiente, a las 11:10 de la maana, el comerciante Percy Romero contemplar otro ovni, sobre su propia casa en Tumbes, en el extremo norte del Per Segn la descripcin del testigo, se trataba de un objeto de metal bruido y forma oval. As, los reportes de avistamientos en Lima y en el interior del pas se incremen-taban de forma alucinante. Todo el Per estaba siendo sacu-dido por la aparicin de esos objetos. Los principales canales de TV del pas, como Canal 2, Amrica Canal 4, y Panamericana Canal 5, se involucraron en una ver-dadera cacera de ovnis, logrando filmar muchas de las apa-riciones que en prime time eran transmitidas a escala nacional. Por si esto fuera poco, la Fuerza Area Peruana (FAP) emiti un comunicado oficial negando su responsabilidad poltica y militar en cuanto a la trasgresin del espacio areo que estaba sufriendo Colombia por parte de misteriosas naves no identificadas procedentes de nuestro pas...

    El legado del IPRI Los investigadores del IPRI (Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias) el centro de estudio ovni ms importante y antiguo de Latinoamrica, con base en Lima siguieron mi-

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    nuciosamente el desarrollo de esta oleada de observaciones ovni, que ya involucraba diversos puntos del pas, como Arequipa, Cusco donde extraas luces dejaron sendas mar-cas circulares en tierra, en la zona de Chincheros, Moque-gua, Trujillo, Piura, Iquitos, entre otros departamentos. La oleada de observaciones se prolong hasta fines de marzo. El da 7 de aquel mes, realizamos otra salida a terreno al desierto de Chilca, comprobando que la intensa actividad de las naves encontraba su origen en ese sector. Este detalle no nos sor-prendi mucho, ya que estbamos seguros que la procedencia de los objetos avistados en Lima era las instalaciones subma-rinas que poseen los extraterrestres frente a las costas de Chilca, Puerto Viejo y Len Dormido. Adems, el inquietante testimonio de diversos pescadores, que afirmaban haber visto salir discos luminosos de la playa Las Salinas de Chilca durante la oleada de avistamientos, reforzaba ms esta informacin. Dentro de los crculos ufolgicos de Lima se sabe, desde los aos 50, de la frecuente aparicin de ovnis en el mar de Chil-ca. De acuerdo a mensajes recibidos en experiencias de con-tacto, esto se debe a la existencia de esas instalaciones sub-marinas no-permanentes; es decir, a naves madre que por temporadas se alojan en el fondo marino. Desde ellas surgen las pequeas naves exploradoras, discos u otros objetos de 20 a 30 metros de dimetro, que llevan en su interior una tripu-lacin no mayor a siete pasajeros. Los pescadores de Chilca reportaban el avistamiento de esos objetos minutos antes de que fueran vistos y filmados en la ciudad de Lima No ramos los nicos en hallarnos nuevamente en Chilca ese 7 de marzo. En el sector de la playa nosotros, como ya dije,

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    estbamos en el desierto, en direccin al este montaoso se encontraban miembros del IPRI, encabezados por su presiden-te, Don Carlos Paz Garca-Corrochano, un hombre inteligente y de intenso carcter, pionero de la investigacin ovni en Amrica. Garca fund su Instituto en 1955, antes, incluso, de la propia aparicin del Proyecto Blue Book de la Fuerza Area norteamericana proyecto militar que buscaba desentraar la procedencia de los no-identificados. Aquella noche, Don Carlos sufri un infarto, al parecer por la fuerte impresin que le caus una de las observaciones de las naves en Chilca. As lo comentaron quienes estuvieron con l en la playa. Como me dijo ms tarde mi recordada amiga y extraordinaria investigadora, Rose Marie Paz Wells hija menor de Don Carlos, fallecida en Lima en 2004 : Mi Padre muri en su Ley, investigando lo que tanto amaba, el misterio de los ovnis... El legado de Don Carlos como le decamos, es en ver-dad incalculable para el estudio serio del fenmeno ovni. Al lado de Vlado Kapetanovic a quien cit en sus libros1, fue un pionero. Don Carlos sembr las bases de la investigacin ovni en el Per. Lo hizo en los aos 50. Y no en vano, en los aos 70, sus hijos mayores, Carlos y Sixto Paz Wells, iniciarn una de las experiencias de contacto colectivas ms importan-tes de hispanoamrica. La partida de Don Carlos, en medio de la oleada ovni que los extraterrestres nos haban advertido, fue un claro y poderoso

    1 Y conocimos gente de otros mundos, Jos Carlos Paz, 1991, CS Ediciones, Buenos Aires. Con Prlogo de Fabio Zerpa.

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    mensaje: la dedicacin de un hombre que hasta el final de sus das segua observando las estrellas y sus misterios Nuestro testimonio en la televisin La oleada de avistamientos fue tan clara y prolongada, que diversos medios de comunicacin tocaban el tema desde todos los ngulos en especiales de TV. De esta forma fuimos invita-dos a cuanto programa se llevase a cabo, adems de entre-vistas en radio y notas para diarios y revistas. Era la primera vez que tena una oportunidad tan grande para compartir ma-sivamente mi testimonio de contacto y el mensaje que nos ha-ban entregado los extraterrestres. Definitivamente, todo esto fue planeado por ellos: al in-quietar el espacio areo con sus naves, saban que los medios de comunicacin cubriran la noticia, y por ende, se contac-taran con nosotros para debatir las observaciones. No es aventurado afirmar que luego de esta oleada ovni en Per, y la intensa difusin que hicimos a consecuencia de la misma todo tipo de instituciones, desde el Crculo de Astronoma de la Universidad de Lima, la Polica Nacional, logias masni-cas y un sinfn de grupos msticos o filosficos, nos invitaron para ofrecer conferencias, la mentalidad del ciudadano pe-ruano frente a una posible visita extraterrestre se fue abriendo al punto de reflejarse en las ms acuciosas encuestas de son-deo, que afirmaban que ms del 70% de los limeos crea en los ovnis y su relacin con visitas aliengenas. Como ya mencion, mi constante aparicin en los medios pu-so en riesgo mi trabajo como representante mdico. A pesar de

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    que siempre cont con el respeto y apoyo de mis jefes ante el tema ovni apoyndome inclusive con permisos especiales para salir del pas y dar conferencias, las cosas se tornaron distintas luego de mi exposicin meditica, ya que diversos mdicos que visitaba en sus consultorios llamaban al labo-ratorio donde trabajaba para expresar el entusiasmo que te-nan frente al fenmeno ovni. La oleada de 1999 fue el evento lmite para definir mi situacin en el trabajo: sera despedido. An recuerdo lo que me dijeron en la compaa: Sr. Gonz-lez, usted tiene que decidir si ser representante del labora-torio o de los extraterrestres. Aunque siempre he procurado separar las cosas, siendo efi-ciente con mis responsabilidades en el trabajo donde, para-djicamente, estaba bien considerado, para mis superiores no haba duda de que no poda desarrollar dos actividades al mismo tiempo. Mi exposicin ante los medios, y la curiosidad que empezaba a despertar en mis compaeros de trabajo por mis experiencias con los extraterrestres, era algo que molesta-ba a los gerentes del laboratorio. Como fuese, no tuve mayor eleccin, y en una reduccin de personal, de forma encubierta, me echaron. Luego me enterara que la determinacin final de mi despido vino de un gerente comercial extranjero que detestaba el tema de los ovnis y mi posible influencia en el personal del labora-torio. Empero, por alguna razn extraa, me sent bien y en paz cuando firm mi invitacin a renunciar. Fue el gerente de marketing quien tuvo el encargo de comunicarme el des-pido. Sentado desenfadadamente en su escritorio caoba, me dijo en aquel momento: Tmalo as: A lo mejor tus amigos

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    los extraterrestres, desean que te dediques a tiempo completo para hablar de ellos... Cuando escuch esto, record de inmediato distintas expe-riencias de contacto que haba tenido con los guas, en don-de ellos me consultaban si estaba dispuesto a dedicarme a tiempo completo para difundir mi testimonio. Haba llegado la hora? Pero, qu pasara conmigo? De qu iba a vivir? Has-ta ese momento, mis actividades de difusin en Per y el exte-rior eran gratuitas. Como ya mencion, tena un buen sueldo trabajando como visitador mdico y poda costearme mis gastos. Ahora qu sucedera? Lo cierto es que desde que sal de aquel edificio de oficinas, donde marcaba tarjeta cada maana, mis pasos me han llevado ininterrumpidamente a diversos destinos del mundo para compartir mi testimonio de contacto; hecho que asumo con humildad, ya que soy con-ciente que funcionamos slo como herramientas de un desig-nio superior. No hice absolutamente nada: las invitaciones especialmente del extranjero para dar conferencias y en-trevistas, se multiplicaron, sin que moviese un dedo. Yo solo decid asumir esa responsabilidad. Y confieso que fue difcil en un principio cambiar la seguridad que te brinda un sueldo mensual en una compaa internacional por la recaudacin de las conferencias y actividades que eran imposibles de prever ya que haba que deducir una serie de costos, como mi bole-to de avin, hospedaje, alquiler de local para la conferencia, y un largo etctera. Casi sin darme cuenta, me estaba convir-tiendo en un referente internacional sobre el tema de los ovnis. En un contactado que imparta conferencias por todo el mundo...

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    Arriba: Con mi recordada amiga Rose Marie Paz Wells, ambos entre-vistados en Canal 4 de Lima por el astrnomo Abraham Levi, duran-te la oleada ovni de 1999. Aquel programa fue visto a nivel nacional, un verdadero suceso que luego precipitara mi despido en el trabajo. No fue fcil transitar por esa inmensa demanda de la gente. Y mucho menos vivir de esto. Pero todo se fue acomodando, co-mo si estuviese guiado o protegido por una fuerza invisi-ble, permitindome vivir tranquilamente, pero sin llegar a vol-verme rico, como algn despistado podra suponer. A dife-rencia de lo que se imaginan los detractores del fenmeno ov-ni, que sostienen que uno amasa fortuna hablando sobre enigmas y misterios, la realidad es muy distinta... Al menos, en mi caso. De un momento a otro me encontr visitando ms de 14 pases por ao y cerca de 50 ciudades distintas para ofrecer conferen-cias sobre el contacto extraterrestre. Desde 1999, en que tom la decisin de difundir mi testimonio a tiempo completo,

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    hasta el da de hoy, en que escribo estas lneas, no he dejado de viajar y compartir. De hecho, actualmente, mis viajes de di-fusin se han incrementado enormemente. Apenas tres o cua-tro meses al ao me hallo en mi casa... Con el tiempo comprend la importancia de todo cuanto esta-mos haciendo por promover una visin diferente del contacto con seres de otros mundos. El testigo, es solo circunstancial. Lo relevante es el mensaje. Este cambio gravitante en mi vida, que como ya seal, ocu-rri de la mano de la oleada ovni de 1999, fue una verdadera puerta de compromiso y definicin. Los avistamientos de ese ao tambin obligaron a la Fuerza Area Peruana a crear una oficina para investigar el fenmeno ovni. No por casua-lidad estuve en la conferencia de presentacin como invitado, al lado de otros estudiosos de los ovnis como el investigador talo-peruano Giorgio Piacenza quien aos ms tarde jugar un papel importante en el avistamiento programado por los apunianos con Michael E. Salla en Monte Shasta. En esa conferencia de los militares en Lima, tambin estuvo presente el periodista espaol J.J.Bentez. All nos conocimos. Luego de haber recibido de los extraterrestres el anuncio de ese avistamiento programado sobre los cielos del Per, por pedido de los periodistas concert con los guas un segundo avistamiento previa cita, pero para un grupo pequeo en Chilca. As, el propio Giorgio Piacenza, y un periodista de Canal 2, Hugo Cogorno, me acompaaron al desierto para un avistamiento, que se dio, tal cual rezaba el mensaje, a las 9:00 pm de esa fra noche del sbado 13 de marzo. Hugo Cogorno, ms tarde, trabajara para la BBC de Lndres y recordara con

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    entusiasmo la aparicin de aquella luz que cruz el cielo hasta perderse en las montaas Avistamientos previa cita. La tercera ocasin en que tuve una experiencia de avistamien-to programado con periodistas fue en la Argentina: varios ob-jetos luminosos se mostraron en el cielo nublado de Crdoba, cerca de Ongamira, a 8 km. de Capilla del Monte. El equipo del programa Cdigo, que conduca el periodista Rolando Graa, vio y grab la experiencia con nosotros. Era el jueves 5 de mayo de 2005. La aventura de los periodistas re-cin sali a la luz en la emisin del 5 de julio, y debo decir que fue lamentable por la forma como trataron el tema. Fue en extremo amarillista, generando un debate tremendo en distin-tos programas de TV en Buenos Aires. Uno de los periodistas que vino con nosotros, Hernn Di Lorenzi, se disculp, pues afirm haber renunciado a la productora (Endemol) dejando el material sin editar Por ello la demora, segn l, en la sa-lida del reportaje al aire y su tergiversacin. Pero, a pesar de todo esto, el conductor del programa, Rolando Graa en ese momento Director de Noticias del Canal 2 de Buenos Aires reconoci que esas extraas luces haban aparecido, tal y como lo anunciamos, y que no pedimos dinero ni pusimos condiciones para llevar a los periodistas a ese enclave de con-tacto prximo a Capilla del Monte. Confieso que la edicin burlona de ese programa a pesar de que el avistamiento se haba dado, me golpe muy fuerte. Los guas haban cumplido al presentarse en el da y en la

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    hora exactos, y, sin embargo, el canal de TV se haba burlado de esas luces y de nuestro testimonio. Decid entonces no volver a invitar a periodistas o investigadores a un contacto con nosotros. Para qu exponer nuestra experiencia de con-tacto ante periodistas o investigadores que llegan solo para fis-calizar nuestras afirmaciones? pensaba. Solo para de-mostrar que nuestro vnculo con los extraterrestres es real? Para concientizar sobre la visita de estos seres a travs de los medios? Acaso el mundo cambi luego de tantas demostra-ciones de contacto? No tengo pudor en decirlo: estaba enojado e indignado con esta situacin. Pero el destino tiene cosas re-servadas y, ocho aos ms tarde de este suceso en la Argenti-na, un mensaje de Antarel de Apu me hara cambiar de pare-cer

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    CAPTULO V

    Monte Shasta y bases extraterrestres

    El lugar clave para todo lo que vendra sera una misteriosa montaa de los Estados Unidos. Se trata de un antiguo volcn, hoy dormido, que me llam la atencin desde la primera vez que lo visit en California. Cuando acamp en sus faldas, en donde se alza un hechizante bosque de pinos, comprend que ese lugar sera muy importante en mi vida... No en vano lo he visitado ms de quince ocasiones, y en cada una de esas expe-riencias sal renovado. Sent que me un con ese paisaje mgico, escenario comn de avistamientos ovni e historias de presuntas civilizaciones perdidas. Es importante que haga un resumen de lo que significa Shasta, ya que all volvera a ver fsicamente a Antarel y concertara nuevos avistamientos pro-gramados. Shasta esconde una base extraterrestre de los apunianos...

    La montaa del contacto En mi libro Intraterrestres1, le dediqu varias pginas a Monte Shasta y su relacin con una supuesta hermandad de 1 Ediciones Lucirnaga, Grupo Planeta Espaa (2011).

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    maestros subterrneos: un conjunto de seres evolucionados que viviran dentro de la montaa y que, en determinadas ocasiones, se han dejado ver. Este asunto, aparentemente des-ligado al fenmeno de los ovnis y ms cerca de lo esotrico, es una de las llaves para entender lo que Shasta esconde... Shasta es el segundo pico ms alto de los volcanes Cascade Range. Tiene 4.316 metros, con una cumbre que buena parte del ao muestra una blanca capa de nieve. Se sita al norte del Estado de California, a 88 Km. al norte de Redding y 64 Km. al sur de Yreka, dentro de una hermosa reserva natural llamada Monte Shasta Wilderness, que a su vez pertenece al Shasta-Trinity National Forest. Alrededor de seis horas toma el viaje en automvil desde San Francisco hasta el pueblo de Shasta, que se halla en las faldas de la montaa. Un pueblo mstico que me recuerda Capilla del Monte al pie del Cerro Uritorco en la Argentina. Pero, qu significa Shasta? Los historiadores piensan que el nombre Shasta que hoy lleva el pueblo y la propia montaa deriva de diferentes fuentes. Algunos creen que podra provenir de la palabra rusa tshastal, que significa blanco o puro. Curiosamente, el trmino francs chaste tambin signi-fica blanco. Sin embargo, la raz del nombre se encuentra en realidad en un vocablo indgena: Ieka, que significara Mon-taa Blanca. En todos los casos el significado apunta al sim-bolismo del color blanco, con su mensaje intrnseco de pureza y espiritualidad. Adems, Shasta ha sido reportado como el nombre de una tribu india que en el ao 1840 viva en las cercanas de Yreka. Pero lo ms probable es que los indios se hayan llamado a