LOS CAMINOS DE LOS CERROS - Diana Wiesner · Los caminos de los cerros, idea que da nombre a la...
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IMPRESO EN COLOMBIA - PRINTED IN COLOMBIA
BOGOTÁ , CAPITAL MUNDIAL DEL LIBRO - 2007
ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁSECRETARÍA DISTRITAL DE PLANEACIÓ N
AVENIDA 30 CALLE 26, TORRE A, PISO 8BOGOTÁ D.C., COLOMBIA
www.dapd.gov.co
LOS CAMINOS DE LOS CERROSNOVIEMBRE DE 2007
ISBN
ALCALDE MAYOR DE BOGOTÁ , D.C.LUIS EDUARDO GARZÓ N
SECRETARIO DISTRITAL DE PLANEACIÓ N
ARTURO FERNANDO ROJAS ROJAS
ASESOR
ANDRÉS RODRÍGUEZ MARTA
ASESORA PARA EL TEMA DE LOS CERROS
CLAUDIA CARRIZOSA RICAURTE
SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓ N TERRITORIAL
FERNANDO PENAGOS ZAPATA
SUBSECRETARIA JURÍDICA
FABIOLA RAMOS BERMÚ DEZ
SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓ N SOCIECONÓ MICA
JUAN CARLOS ORTEGA BERMÚ DEZ
SUBSECRETARIO DE INFORMACIÓ N Y ESTUDIOS ESTRATÉGICOS
JOSÉ ANTONIO PINZÓ N BERMÚ DEZ
SUBSECRETARIA DE PLANEACIÓ N DE LA INVERSIÓ N
ADRIANA POSADA PELÁ EZ
SUBSECRETARIO DE GESTIÓ N CORPORATIVA
JAIME JAIR MORALES GÓ MEZ
SUBSECRETARIA MUJER GÉNEROS Y DIVERSIDAD SEXUAL
MARTHA SÁ NCHEZ SEGURA
DIRECTOR DE AMBIENTE Y RURALIDAD
ÁLVARO BOUCANUMENT PUERTA
OFICINA ASESORA DE PRENSA Y COMUNICACIONES
JAIRO GONZÁ LEZ BALLESTEROS
ASESOR
OFICINA ASESORA DE PRENSA Y COMUNICACIONES
NORA LUZ CASTRILLÓ N JARAMILLO
EDITORA Y COORDINADORA GENERAL
PROYECTO EDITORIAL
DIRECCIÓ N DE AMBIENTE Y RURALIDAD
INVESTIGACIÓ N Y ESTUDIO
DIANA WIESNER
DIRECTORA DE CONSULTORÍA
EQUIPO TÉCNICO
DIRECTORA
DIANA WIESNER CEBALLOS
COORDINACIÓ N Y CARTOGRAFÍA
JEAN CARLO SÁ NCHEZ SANABRIA
ASESOR
OTTO FRANCISCO QUINTERO
ASESOR SOCIAL
ANDRÉS MESA RAMÍREZ
ASESOR SUELOS GEOTECNIA
VICENTE AMORTEGUI
APOYO
SEBASTIÁ N PUERTA GIRALDO
MONTAJES
FAR ARQUITECTURA:JULIÁ N RESTREPO
PABLO FORERO
DANIEL AZUERO
GAELLE BERGUIN
ILUSTRACIONES Y DIBUJOS
MATEO CELY TOVAR
DIANA WIESNER CEBALLOS
EDICIÓ N, ADAPTACIÓ N DE TEXTOS Y COORDINACIÓ N DE DISEÑ O
CONSTANZA PADILLA RAMOS
REVISIÓ N TÉCNICA
CLAUDIA CARRIZOSA RICAURTE
FOTO CARÁTULA
EDUARDO BELLO
FOTOGRAFÍAS
DIANA WIESNER CEBALLOS
JEAN CARLO SÁ NCHEZ SANABRIA
SEBASTIÁ N PUERTA
JAVIER PRECIADO
EDUARDO AUGUSTO BELLO CABRA
MIGUEL GONZALO ANDRADE CORREA
FERNANDO REMOLINA
ALEJANDRO NARANJO
CARMEN PEÑ A
NORA LUZ CASTRILLÓ N JARAMILLO
ARCHIVO SDPMUSEO DE BOGOTÁ
JARDÍN BOTÁNICO
SECRETARÍA DISTRITAL DE MEDIO AMBIENTE
DISEÑ O Y DIAGRAMACIÓ N
RUBÉN DARÍO ROJAS OLIER
LUZ MARINA CAMACHO TURRIAGO
LOGO SAPIENS LTDA.
CARTOGRAFÍA
DIANA WIESNER CEBALLOS
IMPRESIÓ N
MULTIMPRESOS
AGRADECIMIENTOS
JARDÍN BOTÁ NICO
MUSEO DE BOGOTÁ
SECRETARÍA DISTRITAL DE MEDIO AMBIENTE
UN PACTO AMBIENTAL PARA LA CIUDAD 6
LOS CAMINOS DE LOS CERROS:UN PROYECTO DE IMPACTO METROPOLITANO 8
CORREDOR SOCIAL, ECOLÓ GICO Y RECREATIVO 10
PRIMERA PARTE
NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD 14
LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL 22
LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO 28
LOS CERROS CUENTAN 32
AMENAZAS Y FUTURO DE LOS CERROS 34
SEGUNDA PARTE
CORREDOR ECOLÓ GICO Y RECREATIVO
DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ 38
ESTRATEGIA DE DESARROLLO SOCIO CULTURAL 40
ESTRATEGIA AMBIENTAL Y BIOFÍSICA 42
ESTRATEGIA ESPACIAL Y DE INFRAESTRUCTURA 46
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 58
BIBLIOGRAFÍA 68
CONTENIDO
Un pacto ambiental para la ciudad T res motivaciones llevaron a la Administración distrital a realizar este
libro: la primera, dar a conocer una perspectiva distinta de los cerros
orientales que evidencia el potencial ecológico-ambiental, cultural
y recreativo, más allá de la simple admiración de los cerros, y desarrolla una
propuesta para la consolidación de un corredor ecológico, recreativo y de
conectividad biológica sobre los 52 kilómetros de cerros que bordean de
sur a norte la ciudad; la segunda, sensibilizar a los ciudadanos y a los go-
bernantes, y en general a todos aquellos que tienen que tomar decisiones
sobre lo que significan las 14.116 hectáreas de la Reserva Forestal, para que
este proyecto de vida que hoy visualizamos sea expresión de la voluntad
colectiva y del Pacto por la defensa de los cerros que caracterizarán la ciu-
dad del futuro. La tercera motivación es involucrar a los pobladores y a las
comunidades de borde, garantizando así la construcción y sostenibilidad
de uno de los proyectos de mayor impacto ambiental en la ciudad.
Si bien ha habido controversias, debates, informes y libros que invitan a
pensar en los cerros orientales de la ciudad, aquí señalamos un reto para
los próximos años, una ruta posible que se concreta en un corredor de
propiedad pública, de 52 kilómetros de largo, con un ancho variable en-
tre 12 y 1.250 metros, que garantiza la preservación de la Reserva Forestal
de los cerros orientales y establece definitivamente el ordenamiento del
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Luis Eduardo Garzón
Alcalde Mayor
borde occidental de la reserva y la delimitación de los usos urbanos en el
borde oriental de la ciudad.
Esta nueva mirada que entregamos a la ciudad se enriquece con otras
perspectivas de los cerros. Por eso, en este libro presentamos y resalta-
mos otras miradas, otros caminos; una invitación que concreta su papel
como un oferta ambiental, cultural y recreativa desde su potencial natu-
ral, ecológico y paisajístico:
La ciudad vista desde los cerros.
Los cerros mirando a la ciudad.
Los cerros mirando a otros cerros.
Los cerros desde su interior.
Los caminos de los cerros, idea que da nombre a la publicación.
Detrás de los cerros, la región.
Lo cierto es que la visión que tenemos hoy de los cerros ha cambiado des-
de cuando eran un asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones
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han sido conscientes de estos dinamismos y por ello destacan la impor-
tancia de su conservación y la necesidad de integrarlos al desarrollo urba-
no y al imaginario cultural y paisajístico de la población. Nada mejor que
la apropiación por parte de la gente para que este patrimonio natural ten-
ga un futuro distinto, de cara a la ciudad y a la región.
Los habitantes y vecinos de la reserva, por su parte, han emprendido di-
versas formas de uso y preservación: grupos de caminantes, observado-
res de aves, asociaciones y fundaciones de carácter privado que dan a co-
nocer mediante publicaciones sus vías, los valles, ríos y quebradas que
enriquecen el paisaje de los cerros orientales.
Entonces, Administración y ciudadanía, de cara al siglo XXI, deberán deci-
dir conjuntamente el futuro de los cerros como factor de identidad de la
ciudad, como punto de referencia ineludible y como referente vivo de
una ciudad cambiante.
Bogotá, urbana y rural, regional y global, y todo lo que la integra, debe po-
nerse de acuerdo y trabajar en una propuesta que permita construir este
pacto social y ambiental en beneficio de las generaciones futuras.
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Los caminos de los cerros:un proyecto de impacto metropolitano
L a propuesta que presenta hoy la Secretaría Distrital de Planeación
recoge estudios e iniciativas que durante muchos años han traba-
jado autoridades nacionales y distritales, y es un compromiso deci-
dido por el ordenamiento de los cerros orientales de Bogotá. Plantea una
visión que los acerca e integra como una de las ofertas de competitividad
natural más significativas que tiene la ciudad, reconociéndoles, además
de su papel ambiental, un nuevo rol de esparcimiento, recreación y cultu-
ra. Este estudio se concreta sobre una área libre de 415 hectáreas, ubica-
das en el borde occidental de una parte de la Reserva Forestal de los Ce-
rros Orientales, sobre la cual hay todavía muchas discusiones que hacen
complejo el camino para concretar su futuro.
La propuesta define un corredor que cruza las localidades de Usaquén,
Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal y Usme. Se propone como un proyecto
estratégico y de competitividad para desarrollarse a lo largo de 52 kilóme-
tros que recorren la ciudad desde Usme, en el extremo sur, hasta la calle
193 en el norte.
El proyecto identifica y concreta tres estrategias:
1. La estrategia social que permite a las comunidades de los barrios de
borde la incorporación al proyecto, por cuanto integra programas de
seguridad, convivencia, participación, educación ambiental, activida-
des productivas y el rescate y apropiación del patrimonio cultural.
2. La estrategia biofísica que busca mantener y recuperar el activo am-
biental del corredor, considerando la oferta de aire y recreación que
representa para la ciudad.
3. La estrategia de infraestructura que, mediante la construcción de
52 kilómetros de sendero, busca generar apropiación, incorporación
e incremento de los índices de espacio recreativo para los 6,7 millo-
nes de habitantes.
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Luis Eduardo Garzón
Alcalde Mayor
Este proyecto tiene un impacto metropolitano de magnitudes similares a
la construcción de un metro o un sistema de ciclovías.
A la Secretaría Distrital de Planeación le ha correspondido liderar este pro-
yecto y cuenta hoy no solo con el estudio de la propuesta que aquí se pre-
senta, sino con los diseños completos que hacen posible, en un corto pla-
zo, construir el primer tramo del corredor. Para entender la magnitud del
proyecto y la necesidad de lograr el consenso de todos los actores, pre-
sentamos, a continuación, una breve descripción del camino recorrido
que nos condujo a este proyecto.
La Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, cuenta con
tres autoridades que buscan su preservación. Sin embargo, además de
ellas, existe un sinnúmero de entidades ambientales que trabajan, de for-
ma indirecta, por las 14.116 hectáreas que la constituyen, lo que la convier-
te en uno de los territorios más complejos para la toma de cualquier deci-
sión de planeación, gestión o financiación.
Con la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agricultura, el Gobierno
nacional definió la Reserva Forestal de los bordes orientales pero esta no
se acompañó con un plano en el cual se indicaran sus límites. Esta dificul-
tad, junto con otras razones jurídicas y administrativas, trajo como resulta-
do la falta de control y la consecuente ocupación de una parte importan-
te de la reserva forestal. En consecuencia, en 1998 la Corporación Autóno-
ma Regional (CAR), con el visto bueno del Departamento de Planeación
Nacional y considerando las diferentes ocupaciones que se daban en el
lugar, sustrajo algunas hectáreas de la Reserva y permitió la ocupación y la
legalización de algunos barrios. Simultáneamente, y de manera ilegal, se
ocuparon otras hectáreas llegando a una ocupación total de 557 hectá-
reas correspondientes al 3,94% de esta reserva.
Después de 28 años, en abril de 2005, el Ministerio de Ambiente Vivienda
y Desarrollo Territorial, delimitó la Reserva, propuso dejar 13.143 hectáreas
en reserva forestal y sustraer 973, el equivalente a 6,89%, de las cuales 557
se encuentran construidas y 415 libres, y la denominó franja de adecua-
ción, sobre la cual determinó que se debía hacer un ordenamiento defi-
nitivo. A esta propuesta se interpuso una acción popular que considera
que las áreas ocupadas deben restituirse y sumarse nuevamente a la re-
serva. Las entidades nacionales y distritales reaccionaron frente a este
concepto, razón por la cual no hay todavía ninguna decisión.
Pese a que el tema jurídico aún no se ha definido, y que no es claro si exis-
te o no la franja de adecuación, todos coinciden en la necesidad de tener
un Plan de Ordenamiento Zonal y de Gestión para el borde occidental de
la reserva. Es en este punto donde la Secretaría Distrital de Planeación, con-
trató una investigación sobre el ordenamiento del borde oriental de los ce-
rros y adelantó el Estudio para el ordenamiento del corredor ecológico
y recreativo de los cerros orientales, que se ubica en el área de las 415
hectáreas todavía libres de ocupación, y desarrolló la propuesta que se pre-
senta en esta publicación.
Se requerirá, entonces, de la voluntad política, la precisión y generosidad
del trabajo en equipo y, finalmente, el aval y acompañamiento de gober-
nantes y ciudadanos a quienes está dirigida esta publicación. El objetivo, a
muy corto plazo, es generar acuerdos que garanticen la consolidación de
la protección de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales como patrimo-
nio para las siguientes generaciones. Esperamos que este libro colme sus
expectativas.
Arturo Fernando Rojas Rojas
Secretario Distrital de Planeación
9
Corredor social, ecológicoy recreativo
L a mayoría de los estudios que se han realizado sobre los cerros orien-
tales de Bogotá han reconocido en ellos un conjunto de valores am-
bientales, económicos y estéticos, y han hecho énfasis en el significa-
do que tienen como fuente ambiental y paisajística de la principal ciudad de
la región y del país. Los cerros se han convertido de muchas formas en ele-
mentos centrales del patrimonio ecológico de la región, y son uno de los últi-
mos relictos que le brindan paisaje natural y servicios ambientales. Sin em-
bargo, ninguna de las propuestas de estos estudios se ha podido concretar
en hechos reales y visibles para los ciudadanos.
El área límite o corredor de borde entre la ciudad y la Reserva Forestal de los
cerros orientales, denominada pie de ladera, poseía la mayor diversidad del
bosque altoandino. Sin embargo, en diversos momentos históricos fue alte-
rada y hoy en día es una de las zonas más degradadas de todo el ecosistema,
lo que genera una fragmentación de alto costo ambiental. Actualmente se
observa una transformación por la presencia de plantaciones exóticas, un
deterioro debido a los usos agrícolas, una alteración por fragmentación de la
cobertura vegetal y una degradación por la ocupación urbana y la explota-
ción minera, entre otros procesos.
Esta área intermedia altamente modificada es la que conforma un corredor
de población diversa, con procesos biofísicos y una ocupación con enormes
potenciales, pero también grandes fragilidades.
Adicionalmente, los habitantes de la región y de la ciudad han perdido su me-
moria y no reconocen ni sus quebradas, ni los nombres de los altos o de la ve-
getación que lo componía originalmente. Perdió lo que la sociedad Muisca
tenía en su momento: un sentido sagrado y de respeto por la naturaleza, las
lagunas y los árboles. Esta propuesta pretende concretar un espacio real para
que los ciudadanos sean protagonistas de su transformación. No se trata de
un discurso o de una falsa interpretación de los discursos, es un sueño que
tiene altas posibilidades de concretarse y en el que se recogen muchos de
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los enfoques de propuestas anteriores surgidas en diversas instancias en las
que he participado.
Esta ensoñación busca que todos puedan caminar del lado de la naturaleza.
Es una propuesta sencilla que pretende sobrepasar los límites de la simple
ejecución de infraestructura para aumentar la sensibilidad de la población
hacia su geografía particular.
El sueño tendrá imágenes que se transformarán con el tiempo, con el cam-
bio de las estaciones y de los ciclos naturales; no seguirá procesos lineales si-
no que se desarrollará alternativamente en campos diversos: iniciará con pro-
cesos sociales, alternará con el restablecimiento de las coberturas vegetales,
se irá trazando un sendero que acerque a comunidades ricas y pobres, a pai-
sajes deteriorados con bosques majestuosos de encenillos o parajes de pára-
mos. Un proyecto de vida para que todos caminen por la misma ruta.
Esta propuesta puede ser tan contundente como lo sea su apropiación, o tan
vulnerable con una mala interpretación, ya que requiere intervenciones dife-
renciadas, con alta sensibilidad y delicadeza en cada lugar. Ella pretende que
en un futuro no lejano los cerros se conviertan para los bogotanos en lo que
fueron para los Muiscas: lugares sagrados y ceremoniales. Si alguna de las la-
deras de los cerros orientales se hubiera preservado hasta nuestros días, ve-
ríamos soberbios bosques de cedros con manchones de pinos romerones,
tíbares y nogales con parches de orquídeas y diversas coberturas.
¿Cómo recobrar ese paraíso? Recuperando el afecto de la gente hacia su na-
turaleza, un afecto real que los haga movilizar para recorrerla y defenderla.
Rescatando la memoria: redescubriendo sus quebradas, árboles y pájaros.
Aumentando la cultura: conociendo las historias de sus barrios legales o de
origen informal, con valor patrimonial o popular. Conociendo a todo tipo de
vecinos. Sus habitantes pueden transmitir a los visitantes sus conocimientos
de etno-botánica o las historias de barrios. Los visitantes podrán divertirse
con deportes de riesgo como escalada, pasando por tarabitas y puentes col-
gantes, o en actividades agro ecológicas plantando en cultivos urbanos, re-
cogiendo semillas para crear viveros satélite de especies nativas o plantándo-
las en corredores ecológicos. Algunos vecinos podrán percibir un ingreso adi-
cional participando en la construcción del sendero, o ayudando al Jardín Bo-
tánico en la eliminación del retamo. Podrán igualmente perderse sin correr
peligro, y enamorarse mirando los nevados y otros cerros o los eclipses y las
estrellas. Los estudiantes de universidades y colegios presentes en el corre-
dor también podrán ejercer un patronato para restaurar alguna quebrada o
bosque. Son tantas y tan variadas las actividades que podrían incrementar el
afecto de los ciudadanos hacia sus cerros, que un día la sociedad aprenderá
a exigir su preservación y entonces será posible eliminar las normas restricti-
vas y prohibitivas que constituyen su panorama actual.
Por fin podríamos saber físicamente hasta donde llega la ciudad y empieza
la reserva, porque estaría delimitada por un sendero de 52 kilómetros que irá
restaurando a su paso la diversidad que originalmente existía en el pie de la-
dera y los ciudadanos podríamos vigilar que no se siga deteriorando.
¿Podremos darnos una nueva oportunidad para volver al paraíso? ¿Seremos
capaces como sociedad de hacerlo? El reto es crear un paradigma distinto pa-
ra los habitantes de Bogotá y de la región, con un lenguaje sencillo y a la vez
complejo, como la naturaleza, donde podamos redescubrir senderos posi-
bles y distintos.
Diana Wiesner Ceballos
Arquitecta paisajista - Autora de la propuesta
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LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Fundación de Bogotá
José María Vergara y Vergara a Fernán Caballero
Este sitio ha de perder su nombre de Teusaquillo; y así como doy al territorio el nombre de mi patria, ha de llamarse esta ciudad |Santafé, por la gran semejanza que advierto en estos lugares con los de la vega de Granada. Mirad esa Serrezuela que queda al noroeste, y es el principado de nuestro buen amigo, el cacique de Suba, el primer cristiano que ha habido en esta tierra, y a quien hemos llamado don Alonso de Aguilar. ¿No se os figura Benalcázar, a la sierra de Elvira? ¿Ese pueblecito que nos queda al frente y que los naturales llaman Fontibón, no ocupa exactamente el mismo lugar que nuestra Santafé en la vega del Genil? Esas colinas llamadas de Soacha que nos quedan al sur, ¿no se asemejan a las del |Suspiro del |Moro, donde Boabdil se despidió de su patria con una lágrima? Aquí quedará Santafé al pie de esos dos cerros, como Granada al pie de sus collados; y esos dos cerros los llamaremos al uno Monserrate, y al otro Guadalupe, y edificaremos en esa cumbre dos capillas.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 14
Nuestros cerros… arte y parte en la historia de la ciudad
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Sierras del Chicó
Barrio Las Cruces
calle 3ª al sur, 1940,
Daniel Rodríguez.
Fotografías propiedad de
Museodebogotá
NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD15
1 Cañón entre dos montañas.
L os cerros orientales de Bogotá hacen parte de un sistema montañoso
que atraviesa Latinoamérica desde el sur, en Chile, hasta Venezuela. Loca-
lizados en la cordillera oriental, pertenecen al Sistema de Áreas Protegi-
das de la nación y del distrito capital, y poseen alturas que van de los 2.800 a los 13.600 metros sobre el nivel del mar. Los cerros comienzan en el Boquerón de
Chipaque, al sur de la ciudad, en la localidad de Usme, en el que se sitúan los páramos de Cruz Verde, Choachí y Verjón; si continuamos el recorrido hacia el
norte podemos encontrar boquerones, picos y páramos de menor altura, como
el cerro de La Teta, la cuchilla de El Zuque, al sur de Bogotá, los cerros de Monse-
rrate y Guadalupe, en el centro de la ciudad, el cerro El Cable, a cuyos pies se
encuentra el Parque Nacional, el Alto de los Cazadores, a la altura de la calle 86, el páramo La Cumbrera y los boquerones de San Francisco y San Cristóbal, en
Usaquén, la cuchilla Serrana, a la altura de las Sierras del Chicó, y el cerro Pan de
Azúcar, hasta terminar en la planicie de La Caro, cerca de Chía. Los cerros orien-
tales que bordean la ciudad de Bogotá constituyen 14 mil hectáreas, es decir,
casi el 9% de las 160 mil que tiene nuestro territorio.
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Parque Nacional Cerro Guacamayas
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Parque Entrenubes
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 16
Del mar a la montaña
La geografía se transforma con la historia
Hace al menos cien millones de años la Sabana de Bogotá estaba rodeada de
mar. A medida que su profundidad fue disminuyendo empezaron a surgir for-
maciones montañosas hasta que el mar desapareció definitivamente, hace
unos 65 millones de años, convirtiéndose entonces en una planicie costera
cubierta de pantanos y desembocaduras de ríos, donde se acumularon arenas,
arcillas y restos de vegetación que fueron transformando el entorno y dieronlugar a la formación Guadalupe, un conjunto de montañas que abarca el 53%
de los cerros orientales. Lo que conocemos como los cerros orientales se origi-
naron a raíz de movimientos de la tierra (tectónicos) que ocurrieron alrededor
de hace 10 millones de años.
Contar lo que sucedió entre esa época y la actualidad tomaría mucho tiempo y
sería tema de varios libros. Por ello, vamos a dar un salto en la historia de nuestra
ciudad hasta llegar a los primeros habitantes y vamos a ver qué relación tenían
con los cerros orientales de Bogotá. Sin duda, los cerros han tenido transforma-
ciones importantes, ya que cada grupo humano plantea los usos que cree con-
venientes para su subsistencia. Claro, muchos de ellos favorecen a nuestrasmontañas pero otros no. Veremos porqué.
La ciudad de Bogotá, tal como la conocemos actualmente, guarda alrededor de sus cerros múltiples y entrañables historias. Mucho antes de la Conquista habita-
ban en el altiplano los Muiscas, un grupo social gobernado por caciques, divi-
dido en cacicazgos, separados unos de otros por cerros y montañas, y distribui-
dos en los valles y partes planas de la sabana. Aunque al parecer en los cerros no
había asentamientos de gran importancia, la zona donde se fundó Santa Fe de
Bogotá corresponde a la falda del cerro Guadalupe, lugar en el que se desarro-
llaba el poblado de Teusaquillo, sitio en el que los Zipas tomaban sus baños
rituales. Los indígenas consideraban los cerros como espacios sagrados, y por
eso los cuidaban y celebraban allí sus ceremonias de adoración al sol y extraíanplantas medicinales y sagradas. Toda la naturaleza era sagrada para ellos. Hoy
hemos perdido no sólo esa cultura sino el concepto mismo de lo sagrado, que
debemos tratar de recuperar.
La calma muisca
Cerros tutelares del
centro de Bogotá:
Monserrate
y Guadalupe
NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD
1520! Destrucción del bosque nativo del pie de ladera.
! Primera fragmentación y alteración del ecosistema.
1538! Fundación de Bogotá.
! Construcción de santuarios en los cerros.
1782! Expedición Botánica e inventario de especies.
SIGLO XIX
1855! Primeras reforestaciones de los cerros con árboles foráneos.
1861! Venta de predios de la Iglesia en los cerros.
1882! Construcción de las parroquias de Las Aguas y Egipto.
1890! Construcción de tanques de almacenamiento de agua en las laderas de los cerros.
Cerros y ciudad, 487 años
de historia
2 Arbusto de origen europeo. La especie debe su nombre a que las hojas están modificadas en espinas
de hasta 4 cm de longitud.
Augusto Le Moyne,
registró en sus crónicas
"Viajes y estancias en
América del Sur", en 1834,
el estado de los cerros:
"tienen un aspecto triste lo mismo de lejos que de
cerca, pues sus alrededores están
desprovistos de árboles…"
17
Nuevos territorios, nuevas realidades
Con la llegada de los conquistadores, aparte de que se cambió totalmente el
sentido cultural y religioso de los primeros habitantes de la sabana, comenzó
también la deforestación de las laderas de los cerros: la leña utilizada para coci-
nar se extraía de los partes altas, al igual que la madera que se utilizaba para la
construcción de casas, iglesias, muebles, y curtiembres. Árboles como el cedroy el nogal, que antes se consideraban sagrados, fueron talados, y las quebradas
y ríos recibieron otros nombres.
Posteriormente, en particular durante el siglo pasado, producto del aumento de la población y de la presión del desarrollo urbano, se utilizaron grandes áreas de
los cerros (las que en su momento eran los extremos norte y sur de la ciudad)
para extraer arenas, arcillas y grava con destino a la construcción, lo cual llevó al
exterminio total de la vegetación en estas zonas. Sumado a estos procesos de
extracción está la expansión urbana que poco a poco fue invadiendo toda la
zona del piedemonte de los cerros orientales, fragmentando los ecosistemas
de mayor diversidad biológica.
Ante esta realidad innegable se empezaron a dar los primeros pasos para con-
servar el patrimonio de los cerros. Entendiendo que ellos representan un pul-món imprescindible para la ciudad se llevaron a cabo acciones de reforestación
con especies foráneas como eucaliptos, pinos y acacias, lo que incidió en la
oferta visual pero no solucionó los problemas de fragmentación de los ecosiste-2mas originales; así mismo, la plantación del retamo espinoso generó mayores
problemas, tantos que hoy en día persisten y que agravan la degradación de
dichos ecosistemas. Una acción importante fue la compra de terrenos por parte
de entidades públicas como la Empresa de Acueducto de Bogotá, que adquirió50,3 hectáreas para proteger las fuentes de agua de la degradación que necesa-
riamente produce el desarrollo urbano, y como control y límite para la expansión
de asentamientos informales.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
70
80
Los años setenta
Los años ochenta
Todas las ciudades en el mundo crecen a medida que crece la población, cuando cam-
bian los intereses de sus habitantes o en cuanto suceden fenómenos sociales o políti-
cos que hacen que las personas se desplacen hacia ellas. Sin duda, este ha sido el caso
de Bogotá. Hacia la década de los años setenta, la ciudad comenzó a expandirse hacia
sus cuatro puntos cardinales, lo que por supuesto incluyó a los cerros. Este crecimiento
los impactó e impactó sus ecosistemas, sus fuentes de agua y sus reservas naturales.
La ciudad reaccionó al ver que su mayor patrimonio natural estaba en peligro. Por ello se
inició un proceso formal de protección, a través de decretos y normas dictadas por las
administraciones locales y nacionales. Como primera actuación, mediante Acuerdo 30
del 30 de septiembre de 1976, del Instituto de Recursos Naturales Renovables y del
Ambiente (INDERENA), y aprobado por la Resolución 076 de 1977 del Ministerio de Agri-
cultura, creó lo que todavía hoy en día se conoce como la Reserva Forestal de los
Cerros Orientales, con la que se buscaba proteger las fuentes de agua que abastecen a
la Sabana de Bogotá; allí sólo se permitió la producción de frutos del bosque. Posterior-
mente el Acuerdo 7 de 1979 del Distrito, que regula el ordenamiento del territorio y
define el Perímetro de Servicios como línea que delimita el área dentro de la cual las
empresas distritales suministraban los correspondientes servicios públicos. Esta línea se
asume como perímetro urbano y coincide con el límite occidental de la reserva.
En esta década los ojos de la ciudad se vuelven a los cerros. La dinámica del desarrollo
urbano produjo una valoración distinta de los mismos: en ese momento se volvieron
atractivos, tanto para los estratos altos, que querían tener una vista privilegiada de la ciu-
dad, como para los urbanizadores que vieron la oportunidad de construir ilegalmente y
vender sus proyectos a personas necesitadas.
De esta manera aparecieron nuevos asentamientos de vivienda popular, situados por
fuera del perímetro urbano, los cuales se legalizaron y se integraron al área compren-
dida dentro de este perímetro, sin tener en cuenta la prohibición de desarrollo urbano
en el área de reserva forestal, definida por la Resolución Nacional del 77.
Ante esta arremetida las Administraciones distritales tuvieron que responder con más
planes y programas específicos de protección y reforestación para la recuperación
ambiental de los cerros orientales.
SIGLO XX
1920! Explotación de los cerros y desarrollo de las primeras urbanizaciones obreras.
1922! Inicio de la industria ladrillera en la falda de los cerros.
1929! Construcción del funicular en Monserrate.
1930! La Sociedad de Mejoras y Ornatos contrató la arborización de la ciudad con urapanes.
1933! Inauguración del ParqueNacional, único espacio público que articula los cerros con la estructura urbana.
1938! Construcción del teatro al aire libre La Media Torta.
1940! Revegetalizacionesaisladas de las cuencas del río San Francisco y del cerro Guadalupe.
1944! El Plan de Soto Bateman incluye a los cerros como zonas de reserva.
1949! Le Corbusier propone para Bogotá un plan regional metropolitano.
18
Arriba:
Demolición con maquinaria,
1945, Daniel Rodríguez.
Barrio Los Rosales,
1946, Daniel Rodríguez.
Centro:
Monserrate (aérea),
1966, Saúl Orduz.
Abajo:
Panorámica Parque Nacional
de norte a sur,
1950, Daniel Rodríguez.
Fotografías propiedad de
Museo bogotáde
NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD
90Los años noventa
Puede decirse que en esta década se aceleraron las construcciones sobre los cerros.
Aparecieron urbanizaciones como Montearroyo, Sierras del Moral, y se desarrollaron las
partes altas de Santa Ana, Santa Bárbara y Bosque de Medina, todas de estratos altos, y
numerosas urbanizaciones informales sobre la salida a Villavicencio. También aumentó
la subdivisión de predios y la construcción de viviendas en todo el valle sobre la cuenca
del río Teusacá, que nace en el páramo de El Verjón y corre detrás de los cerros orientales
hasta el valle del Sopó, alimentando el embalse San Rafael, a la altura de la calle 127. Este
desorden es producto de la flexibilidad normativa que el municipio de La Calera ha
tenido sobre el sector, lo que amenaza el equilibrio ambiental y genera una doble pre-
sión de desarrollo sobre esta importante reserva natural.
En el año 1990 se dio un cambio en la legislación para proteger este crecimiento desor-
denado: se crearon las áreas suburbanas, que son zonas que rodean las áreas urbanas
de la ciudad y de los corregimientos y veredas cercanas. También reciben este nombre
las zonas que rodean las vías de acceso a la ciudad y aquellas donde conviven al tiempo
modos de vida rurales y urbanos. Se definió una regla general para que estas áreas fun-
cionaran y es que estas debían tener usos agrícolas mientras no hicieran parte de las
áreas urbanas, es decir, mientras no se integraran a la ciudad. Sin embargo, esta norma-
tiva trajo consecuencias complejas que hoy se encuentran en debate. A finales de la
década de los noventa, y producto de la Constitución de 1991, se sancionó la Ley 388/97
que obligó a las ciudades del país a crear los Planes de Ordenamiento Territorial, POT,
con el fin de aprovechar las potencialidades de la ciudad, identificar sus problemas y pro-
poner alternativas de solución a los mismos.
1950! Inicio de explotación de canteras en el área comprendida entre los barrios Santa Ana y Santa Bárbara. ! Desarrollos como Los Rosales y Calderón Tejada ocurren en terrenos de antiguas canteras, haciendo uso especialmente de las áreas planas. ! Desde los años cincuenta hasta los setenta, por factores socioeconómicos y políticos, poblaciones de origen campesino se asientan en la localidad de San Cristóbal de forma espontánea e informal.
1953-1957! Construcción del Hospital Militar.! Construcción de viviendas en canteras abandonadas. ! Desarrollo de vivienda en los cerros del centro, norte y sur.! Construcción del teleférico de Monserrate.
1961! Ampliación del ParqueNacional hasta el camino de Monserrate.
Años setenta! Inicio de las parcelaciones de la Floresta de la Sabana.! Desarrollo de la avenida de Los Cerros.
Arriba:
Construcción calle 121
Centro:
La Estrellita
Abajo:
Parque Nacional
19
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
XXI
3 Para mayor información consulte la página www.sdp.gov.co
El nuevo siglo
Siguiendo el mandato de la Ley 388, Bogotá adoptó en 2000 el POT, mediante el Decreto
619. En él se ratificó la existencia de la reserva forestal, que ya mencionamos, y su admi-
nistración y manejo por parte de la Corporación Autónoma Regional, CAR; creó los
Corredores Ecológicos de Borde, que son franjas de 50 a 100 metros de ancho en suelo
rural, que integran la ciudad con los cerros y actúan como límites naturales de la ciudad
para facilitar el control del crecimiento urbano ilegal; sin embargo, su manejo no fue
reglamentado. Así mismo, en el año 2003 se adelantó la primera revisión del POT (Decre-
tos 1110 de 2000 y 469 de 2003), cuyas disposiciones fueron compiladas en el Decreto
190 de 2004, que aún se encuentra vigente.
Hoy en día tres entidades: la CAR, el Ministerio del Medio Ambiente, y la Secretaría de Pla-
neación, trabajan conjuntamente para definir las condiciones de ordenamiento de esta3área. (Gráficos página siguiente).
Como podemos observar, la visión de los cerros ha cambiado a lo largo de su historia
desde que fueron asentamiento de los Muiscas. Las Administraciones y los ciudadanos
poco a poco hemos entendido el papel que juegan en el equilibrio ambiental y como
soporte del desarrollo urbano. Muchos habitantes y vecinos de la reserva han empren-
dido varias formas de apropiación, que incluyen grupos de caminantes, observadores
de aves, asociaciones y fundaciones privadas que dan a conocer mediante publicacio-
nes las vías existentes, los valles, ríos y quebradas que enriquecen el paisaje de los
cerros orientales.
De esta manera, entre todos, Administración y ciudadanía, podremos definir frente al
siglo XXI el futuro de los cerros como factor de identidad de Bogotá y como punto de refe-
rencia permanente de una ciudad que cambia.
1979! Definición de los cerros como área de conservación forestal, por parte de la CAR.
Años ochenta y comienzos de los noventa! Aparición de los barrios Juan XXIII y las Acacias.! Sobre la vía a La Calera surgen los barrios San Isidro, San Luis y La Esperanza, en zonas de reserva forestal.
1990-2000! Aparecen en la partenorte de los cerros las urbanizaciones Bosque de Orquídeas, Floresta de la Sabana, Bosque de Torca.! Presencia en el norte de una alta ofertainmobiliaria, que va de los estratos dos a seis, apoyada en la existencia de lotes en desarrollo,antiguas canteras, colegios y comercio. ! Presencia de multifamiliares de estrato seis, en la zona comprendida entre las calles 153 y 127.
2005! Resolución 0463 que redefine los límites de la reserva protectora del bosque oriental de Bogotá y crea la franja de adecuación.
Arriba:
Sierras del Chicó
Centro:
Barrio San Luis
Abajo:
Cerros sector Santa Ana
20
NUESTROS CERROS... ARTE Y PARTE EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA NORMATIVA DEL ÁREA DE ESTUDIO DEL CORREDOR
Suelo urbano
Reservaforestal
Perímetrourbano
Áreasuburbana
Franja deadecuación
Desarrollourbano
Desarrollolegalizadoincorporado
Convenciones
1977
Declaración y alinderamiento de la reserva
forestal.
1990 / Acuerdo 6
Definición de área suburbana; permite
incorporaciones a suelo urbano.
2005 / Resolución 463
Creación de la franja de adecuación:
redelimita y sustrae áreas de la reserva.
2006 / PZFA
No se reglamenta en espera del fallo a la
acción popular impuesta a la franja de
adecuación.
2006 / Resolución 1142
Plan de manejo ambiental de la reserva
forestal.
2007
El área aún se encuentra en zona de reserva.
1990 / Acuerdo 6
Definición de área suburbana, permite
incorporaciones a suelo urbano.
2004 / Acuerdo 190
Rectificación del perímetro urbano y
ratificación del suelo de reserva forestal.
Crea el corredor ecológico de borde.
21
Área detallada
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Los cerros, una reserva natural
Climas especiales
L os cerros de Bogotá son un lugar lleno de sorpresas. En un recorrido por
sus múltiples caminos podríamos encontrarnos con aves, reptiles, anfi-
bios, orquídeas (unas 77 especies), bromelias (47), en fin, un sinnúmero
de especies vivas que enriquecen el paisaje y complementan la presencia de
quebradas, árboles nativos y otras variedades que se desarrollan en un clima
muy particular.
Los cerros de Bogotá no tienen un solo ecosistema, es decir, posee diversos gru-
pos de seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan y se desarrollan en un
mismo ambiente. En los cerros encontramos el ecosistema alto andino, que se
ubica en alturas entre 2.900 y 3.800 metros sobre el nivel del mar; allí hay una mar-
cada presencia de árboles y arbustos que miden de tres a ocho metros de alto.
Los robledales y los bosques de niebla, los raques, encenillos y tibar, son típicos
de estos ecosistemas.
El ecosistema bajo andino se encuentra también en los cerros con una altura
aproximada de 2.600 metros, y se caracteriza por la presencia de alisos y cedros.
Otro ecosistema es el de subpáramo, cuya altura va de 3.000 a 3.200 metros.
Éste se caracteriza por tener una vegetación enana, que resiste muy bien los
vientos fuertes. En ese contexto se desarrollan actividades agropecuarias, fores-
tales y mineras, cuya referencia son las canteras, sitios de los que se extrae de la
montaña la arena y la gravilla necesarias para construir la ciudad. Es común ver-
las cuando se recorren zonas como Usaquén, donde aún se puede observar el
deterioro de las montañas por esta actividad.
Por último, en los cerros orientales encontramos el ecosistema de páramo, que
se encuentra en alturas que van desde los 3.200 metros y más. Este ecosistema,
aunque es el de menor extensión en los cerros, es de suma importancia ya que
allí se produce y almacena el agua que se necesita para su supervivencia.
22
LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL
Las especies
Si hacemos un recorrido por estos ecosistemas
podemos encontrar algunas especies que predo-
minan en los tres ambientes. Aunque no se
encuentran en abundancia es muy probable que
conozcamos algunas de ellas:
Laurel
Helecho
Tuno
CucharoEncenilloRodamontes
Amargoso
Saltón
Uvo de páramo MusgoFrailejón
OrquídeaSietecueros
23
2.6
00
msn
m
entr
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3.8
00
msn
m
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e3
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3.2
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m
3.2
00
ym
ásm
snm
RaqueChusque
Páramo:
Subpáramo:
Alto andino:
Bosque de Lauráceas:
Cedral:
Bosque de Alisos:
Frailejón, Uvito de páramo, Romero de
hoja ancha, Chusque, Musgo saltón, Espino
espuelo, Té de Bogotá, Puyas.
Tagua, Romero blanco, Amargoso,
Canelo, Ají de páramo, Sietecueros de Páramo,
Laurel dorado, Oreja de mula, Mano de oso
bogotano, Helecho, Pegamosco, orquídeas .
Higuerillo, Cucharo, Rodamonte,
Montañero, Encenillo, Arrayán, Raque, Mortiño,
Carbonero, Helecho marranero, quiches.
Aliso, Cedro, Raque, Garrocho,
Tuno, Espino, Arrayán, Mano de Oso, Cucharo.
Laurel, Tibar, Trompeto,
Cucharo.
Cedro, Tibar, Almanegra, Tunos.
Aliso, Raque,
Garrocho.
Bajo andino:
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Una fauna escondidaAl igual que lo que sucede con la flora, en los cerros
orientales de Bogotá es posible encontrar esporádi-
camente una gran variedad de aves, mamíferos, rep-tiles y anfibios. Copetones, lechuzas, búhos, mur-
ciélagos, armadillos, ranas, salamandras y hasta
lagartos hacen parte de la larga lista de especies
que recorren nuestros cerros, ¡y no sabíamos que
estaban allí!
Reptiles: se encuentran principalmente 4 familias,
5 géneros y 5 especies, entre las que se cuentan lagartos de collar negro, iguanas, culebras sabane-
ras y lagartijas.
24
CopetónLechuzaCucarachero común
Rana
Mirla
Lagarto
Mamíferos: existen 14 familias, 17 géneros y 18
especies. La familia que se destaca por poseer más especies y géneros es la Molosidae, a la que perte-
necen los temidos pero inofensivos murciélagos.
También es posible encontrar ardillas, conejos, chu-
chas, guaches, ratas y ratones, curíes y armadillos.
LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL
Anfibios: en este grupo encontramos salaman-
dras, ranas de dardo y ranas arbóreas. En total hay 3
bogotanos, copetones, gorriones, tángaras, lechu-
zas, búhos bogotanos, gallinazos, mirlas sinsontes,
cucaracheros y águilas polleras y de cabeza amarilla.
Especies amenazadas Vale la pena llamar la atención sobre el hecho de que la constante caza de especies, la tala de árboles
y la contaminación de suelos y agua han producido
muchas pérdidas en el hábitat en el que viven, ani-
dan y se alimentan muchas de las especies que
mencionamos. Por eso es importante que todos
nos apropiemos de los cerros y de su riqueza, que la sintamos como nuestra y que la cuidemos como se
cuidan el jardín de la casa o los animales domésti-
cos. Si no lo hacemos, tristemente algunas de estas
especies tendremos que verlas sólo en las fotogra-
fías de los libros.
25
Guache
Leptophobia aripa aripa
Tángara Carbonero Grillo
Dryas iulia
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 26
Arriba:
Quebrada Rosales
Centro:
Quebrada La Vieja
Abajo:
Río San Francisco
Ríos y quebradas
El área de estudio se extiende sobre dos cuencas,
en el norte la del río Juan Amarillo, y en el sur la del
río Fucha. En ellas nacen 2 ríos de los cuales hacen
parte 53 quebradas. Un análisis de los caudales
mínimos para las quebradas de la parte frontal de
los cerros orientales, permite observar que en
periodos de retorno de 5 hasta 100 años, la mayoríapresentan valores de cero, y en general son sólo los
ríos San Cristóbal y San Francisco y las quebradas
Yomasa, Arzobispo y La Chorrera los que transpor-
tan agua permanentemente.
La mayoría de las 53 quebradas que se ubican en
los cerros se encuentran en estado natural pero
algunas están deterioradas debido a la deforesta-ción y a la transformación que causa en el ambiente
la reforestación con especies vegetales foráneas
que, aunque se desarrollan rápidamente, no son
adecuadas para el suelo de nuestros cerros. Las
basuras, la construcción de alcantarillados informa-
les, la invasión y la construcción de canteras, tam-bién contribuyen al deterioro de las aguas. Pero no
todo es negativo. Por ejemplo, la quebrada La Vieja,
de Chapinero, se encuentra en un proceso de recu-
peración emprendida por la Asociación de Vecinos
Amigos de la Vieja. Muy seguramente muchas de
nuestras quebradas pueden ser “adoptadas” o apa-
drinadas por grupos ecológicos que quieran que el agua de los cerros se preserve.
LOS CERROS, UNA RESERVA NATURAL27
Quebrada SoratamaQuebrada ArauquitaQuebrada San CristóbalQuebrada El CedroQuebrada Bosque de Pinos Quebrada Contador Quebrada Bosque MedinaQuebrada TrujilloQuebrada CallejasQuebrada Santa BárbaraQuebrada Chorrera (Molinos)
Quebrada Pozo ClaroQuebrada ChicóQuebrada San JoséQuebrada RosalesQuebrada La ViejaQuebrada Los OlivosQuebrada Las DeliciasQuebrada Pardo Rubio
Río ArzobispoQuebrada ChoachíQuebrada Santo DomingoQuebrada Las BrujasRío San FranciscoQuebrada RooseveltQuebrada Padre de Jesús
Río Fucha (San Cristóbal)Quebrada Aguas ClarasQuebrada La LagunaQuebrada El ChuscalQuebrada RamajalQuebrada Los TochesQuebrada AguamonteQuebrada Chorro SilverioQuebrada ChiguazaQuebrada Seca
Quebrada Mochón del DiabloQuebrada San BrunoQuebrada Santa IsabelQuebrada Manzanares (San Agustín)Quebrada Chorrerón (Canal Laches)Quebrada Mina Vitelma
Quebrada MoralesQuebrada Nueva DelhiQuebrada San CamiloQuebrada VerejonesQuebrada Santa LibradaQuebrada BoloniaQuebrada El Raque Quebrada San PedrinaQuebrada ArrayanalQuebrada Yomasa
SECTOR
NORTE
SECTOR
CENTRO
NORTE
SECTOR
CENTRO
SECTOR
SUR
CU
EN
CA
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LO
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CA
FU
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A
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
D
Las miradas de los cerros
esde tiempos inmemoriales los cerros han tenido diversos puntos de
encuentro con la ciudad y con sus ciudadanos quienes hemos encon-
trado en ellos un sitio clave para representar nuestras creencias religio-
sas, y nuestras tendencias culturales. A lo largo del tiempo hemos convertido a
los cerros en lugares de peregrinación, miradores urbanos, o, incluso, en refe-
rentes de ubicación para orientarnos desde cualquier sitio de la ciudad. ¿Quién
no ha recorrido u observado a otros subir a pie, corriendo, o incluso de rodillas,
los cientos de escalones que separan la falda de la montaña hasta la iglesia de
Monserrate? ¿Quién no ha divisado a lo lejos la majestuosidad de la Virgen que
corona el cerro de Guadalupe? No muchas personas podrían responder positi-
vamente porque estos íconos son tradicionales y ocupan un lugar especial en el
imaginario de la gente.
Los cerros son prácticamente una muralla natural que rodea toda la urbe, y por
eso podemos percibirlos a partir de diversas miradas: desde cualquier punto de
ellos puede divisarse una panorámica de toda la ciudad; en el norte podríamos
destacar la vista sobre la sabana de Bogotá, los cerros de Suba, y, además, Chía y
Cota. A la altura de las localidades de Chapinero y Santa Fe podemos apreciar los
avances del desarrollo urbano, particularmente el que corresponde al centro de
la ciudad. En las localidades de San Cristóbal y Usme se puede ver parte del sur,
especialmente la zona rural de esta última.
Los cerros,
patrimonio cultural y religioso
28
Viajes por el interior de las provincias de ColombiaJohn Potter HamiltonBiblioteca V Centenario, Viajeros por Colombia, Colcultura,
Bogotá, 1995
Divisamos una hermosa vista de Bogotá a distancia
de tres o cuatro leguas. Está situada al pie de una
cadena de montañas que cierran el límite de la
sabana de Bogotá; la hermosa catedral y los
conventos de Guadalupe y Monserrate en la cumbre
de las dos colinas son objetos llamativos y
conspicuos.
LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO29
Pero los cerros no se limitan a ser miradores de la ciudad. Si es la ciudad la que
decide mirarlos, podemos encontrar elementos naturales como sus formacio-
nes montañosas, la vegetación y los recursos hídricos. Entre estos valores, llama-
dos también bióticos por referirse a seres vivos, se encuentran elementos natu-
rales muy atractivos desde el punto de vista paisajístico como los cerros El Zuque
y La Teta, en la localidad de San Cristóbal; Los Frailejonales, en el piedemonte del
cerro El Zuque; los bancos de orquídeas y los bosques de eucalipto en la locali-
dad de Usaquén.
De otra parte, y particularmente en las mañanas despejadas, es posible ver otros
cerros desde los cerros. En efecto, en la falda de Monserrate, a la altura del Par-
que Nacional se pueden visualizar los nevados del Tolima y del Ruiz.
Asimismo, los cerros se dejan recorrer por dentro. Ejemplo de este acerca-
miento poco conocido son las cuevas localizadas en los cerros de Santa Ana, y,
además, atrás de ellos podemos encontrar la región que los circunda. Por últi-
mo, podemos encontrar una sexta perspectiva de los cerros: la de los caminos.
Recorrerlos, de un extremo al otro nos permite apreciarlos y conocer sus poten-
ciales y riquezas.
(1) Los cerros miran la ciudad(2) La ciudad mira los cerros
(3) Los cerros se miran entre sí(4) Los cerros por dentro
(5) Detrás de los cerros(6) Los caminos de los cerros
1
2
3
4
5 6
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
SANTUARIO DE MONSERRATEMonserrate o “Monte en forma de dientes”, con 3.152
metros de altura, acoge el santuario construido en 1640 por
Pedro Solís de Valenzuela en honor de Nuestra Señora de
Monserrate, originaria de un monte de España, muy cercano
a Barcelona. La obra fue terminada en 1657, gracias a la
colaboración de los santafereños, quienes con gran esfuerzo,
y como penitencia, subían materiales para la construcción.
Fue reconstruida a comienzos del siglo XX, y se derrumbó por
una falla en su estructura. El templo actual se terminó en
1925, y es uno de los mayores atractivos turísticos de la
ciudad. La tradición popular cuenta que la imagen del Cristo
Caído llegó por equivocación al santuario, pero que cuando
la iban a bajar se hacía inmensamente pesada y cuando la
subían era muy liviana. Al santuario de Monserrate se llega
por tres caminos: a pie, por teleférico o por funicular.
30
TORRES DEL SILENCIOTótem en la cordillera(…) Allá arriba está el tótem y allá abajo la ciudad, como si
una imagen sagrada, similar a las de las civilizaciones
primitivas, hubiera decidido protegerla y vigilarla. El enclave
especial de Bogotá en un alto páramo entre dos cordilleras,
su clima frío y su cielo grave, le confieren naturalmente un
aire de lugar sagrado (…). (…) De ahí que la coincidencia
entre la inmensa obra escultórica realizada por Eduardo
Ramírez Villamizar en el flanco de la montaña bogotana, y la
naturaleza peculiar de la ciudad, sea tan aguda y reveladora.
(…). Fragmentos del folleto Ramírez Villamizar, escultor,
MAM, Bucaramanga, 1989, texto inédito de Marta Traba.
ORIGEN DEL SANTUARIO DE LA PEÑAEl 10 de agosto de 1625, Bernardino de León, un hombre
humilde de Santa Fe de Bogotá, encontró en los cerros al
oriente de la capital y detrás de la Iglesia de la Peña, las
imágenes de Jesús, María, José y el Arcángel San Miguel
delineadas en la roca viva. Cuando las autoridades
eclesiásticas comprobaron el hecho, sin poder explicar el
origen de tales figuras, autorizaron a los ciudadanos para que
las veneraran públicamente. Desde el año 1716 el Santuario
de la Peña se presenta como una joya en el patrimonio de
Bogotá. Además, la parroquia cuenta con obras de arte de
grandes maestros como Gregorio Vásquez Arce y Ceballos,
Pedro de Laboria, y el pintor colombiano Gonzalo Ariza,
entre otros.
Cultura y religión
Otro de los elementos referenciales de los cerros es el rico patrimonio cultural
que ofrecen, representado en monumentos, obras de arte, objetos históricos,
infraestructuras en desuso y manifestaciones religiosas. Podemos destacar algu-
nos de ellos, los más reconocidos por los ciudadanos, pero no por ello los únicos:
Abajo:La Virgen de Guadalupe es un
referente tradicional de los
cerros orientales
LOS CERROS, PATRIMONIO CULTURAL Y RELIGIOSO
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31
En el barrio Delicias del Carmen, en San Cristóbal Norte, fue
emplazada por la comunidad una virgen sobre el antiguo cauce de
la quebrada que lleva el mismo nombre.
En el Parque Nacional, en el sector de los cerros, está ubicada una
obra del escultor colombiano Eduardo Ramírez Villamizar, llamada
Las Torres del Silencio. La escultura está conformada por 16 torres
de concreto que se encuentran sobre una colina desde donde se
tiene una vista espectacular del centro internacional.
En el cruce de la avenida Circunvalar y el río San Francisco se
encuentran tres elementos patrimoniales: el antiguo puente sobre
el río; el Chorro de Padilla, una pila de agua que servia
antiguamente para surtir del líquido a los habitantes de los barrios
vecinos; y el molino de San Francisco, uno de una serie que se
encontraban sobre el río y que servían antiguamente a la industria
harinera.
En el centro de Bogotá, en una ubicación visible en la mayoría de
la ciudad, se encuentran los santuarios de Monserrate, con su
iglesia y el monumento al Señor Caído, objeto constante de
peregrinación, y el de Guadalupe, con una virgen de 15 metros de
altura construida por el escultor Gustavo Arcila Uribe, en 1946, y
una pequeña ermita consagrada a la Virgen, además de un
mirador desde donde se puede apreciar una imponente vista de la
ciudad.
Sobre la vía a Choachí se encuentra una antigua casona donde
funciona una cárcel de menores, llamada Hogar de la Poesía.
Sobre la misma vía y un poco más al sur se encuentra un puente
sobre el río San Agustín, que era el límite sur de la ciudad. Muy
cerca de allí está ubicado el santuario de la Peña lugar de
peregrinación que rememora la aparición de la Virgen en un lugar
cercano. Desde este punto también hay una excelente vista del
centro de la ciudad.
En el límite entre las localidades de Santa Fe y San Cristóbal se
encuentra la primera planta de tratamiento de aguas del país, la
de Vitelma, construida entre 1933 y 1938 en los cerros orientales
de Bogotá. La puesta en funcionamiento de esta planta y de la
represa de la Regadera que la alimentaba, fue un avance
importante en la cobertura y la calidad del servicio para los
habitantes de la ciudad.
CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ
Los cerros cuentan
Conservación, 4%
Transfomación /Invasión biológica, 1%
Degradación, 39%Alteración, 11%
Invasiónbiológicaalteración, 2%
Transformación, 21%
Paramización, 0%
Deterioro, 20%
Deterioro / Invasión
biológica, 2%
32
Cobertura vegetal en el corredor
Crónicas de BogotáPor Pedro M. Ibáñez
En los cerros del oriente de la ciudad nacen los
siguientes riachuelos, que corren de Este a
Occidente: en Chapinero, barrio de la ciudad, dos
arroyos llamados quebradas;. entre este barrio y el
de Las Nieves, el riachuelo del Arzobispo, que forma
la cascada de La Ninfa; en el páramo de Choachí
nace el río San Francisco, que corta, con escaso
caudal, la ciudad, dejando, antes de entrar en ella,
agua para el servicio del acueducto público; en los
cerros de Guadalupe y La Peña nacen dos arroyuelos
llamados Manzanares y El Chuscal, origen del San
Agustín, más pobre en caudal que el San Francisco, y
que a él se une en la carrera 13. Una milla al sur del
área de población corre el río Fucha, que nace en el
páramo de Cruzverde, y a poco más de 5 kilómetros
al Sur, el Tunjuelo, el más caudaloso de los
nombrados, embellece las inmediaciones de la
capital. Todos estos ríos desembocan en el Bogotá o
Funza, Eunzha de los chibchas, y Patí de los panches,
que corre en el centro de la Sabana de Norte a Sur, y
forma, al separarse de ella, la magnífica cascada del
Tequendama. Es el río Funza la grande arteria del
sistema hidrográfico de Bogotá y de la Sabana.
Mezquinos arroyuelos, llamados quebradas de
Monserrate, San Diego, San Bruno, La Mosca, San
Juanito y La Calera, nacen en las faldas de los cerros
y llevan sus escasas aguas a los mayores ya
nombrados. Las aguas de Bogotá son límpidas y
excelentes para tomar, por lo notablemente finas.
Área total de la reserva forestal de los cerros orientales
n
Área total ocupada con usos urbanos
n
Áreas ocupadas con barrios legales e ilegales
n
n
n
Áreas ocupadas con otros usos
n
Área corredor ecológico y recreativo
n
Estado de conservación del área del corredor
n
n
14.116 hectáreas.
557 hectáreas, parte de las cuales están
construidas.
339 hectáreas con barrios de origen informal.
149 hectáreas corresponden a barrios
legalizados.
190 hectáreas a barrios sin legalizar.
218 hectáreas ocupadas con incorporaciones o
predios con licencia, canteras e infraestructu-
ra de servicios.
415 hectáreas sin ocupar ubicadas entre la Re-
serva Forestal y los usos urbanos; es el área
donde se estudia y propone el Corredor ecoló-
gico y recreativo de los cerros orientales y don-
de se concretan “Los caminos de los cerros”.
96% con algún grado de transformación.
4%, es decir 16,6 hectáreas, se encuentran en
estado de conservación y aún mantienen la
apariencia externa de la vegetación nativa ca-
racterizada por el bosque altoandino.
LOS CERROS CUENTAN
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33
CERROS ORIENTALES: PATRIMONIO ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE BOGOTÁ
Amenazas y futuro de los cerros
Diario de la Independencia.José María Caballero
Biblioteca Banco Popular, Bogotá, 1974. Tomado de Ojos sobre Bogotá, Alfredo Iriarte, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo
Lozano, Bogotá, 1999.
1743. Viernes 18 de octubre sucedió en esta capital
un gran terremoto que duró siete minutos; se
vencieron las más de las iglesias y muchas casas, y se
cayó la ermita de Monserrate y la de Guadalupe lo
mismo, y la campana grande se vino a encontrar más
debajo de la mitad del cerro. Sucedió esto entre 10 y
11 del día. A esta hora sacaron a su majestad de
todas las iglesias en procesión. Por todas las calles y
plazas la gente andaba asustadiza y pasmada.
34
Perdiendo un tesoro natural
La ciudad: principal amenaza de los cerros
Como ya lo vimos en el apartado de las reservas naturales, los ecosistemas de
los cerros son especiales, y podríamos decir que únicos en el mundo. No es fácil
encontrar muchos lugares que combinen en un mismo sitio vegetaciones de
páramo y de bosque alto andino. Infortunadamente, gran parte de la riqueza
biológica de los cerros ha desaparecido a causa del desarrollo urbano. Sólo en el
área de estudio de las 415 hectáreas donde se propone el corredor ecológico y
recreativo de los cerros, es decir en una muestra del 2,93 del total de la reserva
sin ocupar que colinda con usos urbanos, observamos que el 96% del área tiene
algún grado de transformación y sólo el 4%, equivalente a 16,6 hectáreas de la
misma, se encuentra en estado de conservación.
Aunque de muchas y positivas maneras la ciudad y los cerros se integran, tam-
bién es cierto que ellos han sufrido muchos deterioros desde que surgió la ciu-
dad en la Sabana. En un primer momento ellos fueron el sitio ideal para pro-
veerse de madera y de agua, insumos que fueron vitales para el desarrollo urba-
no. Posteriormente, en el siglo XX, con la expansión de la ciudad y con las nue-
vas técnicas de construcción, los cerros volvieron a jugar un papel importante
en el desarrollo urbano, ya que de sus entrañas se extrajeron muchos de los
materiales necesarios para el crecimiento físico de Bogotá. Infortunadamente la
expansión de la ciudad, propiciada por el arribo de más habitantes y visitantes, y
por ser la capital del país, ha generado la necesidad de espacio adicional, lo que
ha presionado aún más la ocupación de los cerros. Este afán de construcción,
muchas veces descontrolada o ilegal, se ha convertido en una nueva amenaza
para su degradación.
AMENAZAS Y FUTURO DE LOS CERROS35
Aunque existen alternativas de solución para estos problemas, como lo vere-
mos más adelante, también es bueno dar un vistazo a algunos de los más repre-
sentativos que aquejan a los cerros. Conocerlos nos puede ayudar a resolverlos.
De las 114.116 hectáreas que tiene la reserva forestal de los cerros orientales 339,
es decir 2,40% del área, se encuentran ocupadas por barrios de origen informal.
Aun cuando el porcentaje es mínimo (2,39 del área total), el impacto sobre el
ecosistema de los cerros ha sido alto. Un gran porcentaje de la cobertura vegetal
nativa ha sido reemplazado por canteras, vías y asentamientos humanos. En la
zona se encuentran 35 barrios legalizados, 29 barrios en trámite y 22 incorpora-
ciones. En la localidad de Usaquén se encuentran la mayoría de barrios (23); le
sigue San Cristóbal con 17, Chapinero donde se localizan 14 barrios, y, finalmen-
te, Usme y Santa Fe que tienen el menor número, 6 y 4 barrios respectivamente,
los cuales se encuentran legalizados. En los barrios localizados en las zonas más
altas de la localidad de Usaquén como Soratama, Cerros del Norte y Santa Ceci-
lia Norte parte alta, hay muchas dificultades para que sus habitantes puedan
movilizarse; aún así, su ingenio se ha convertido en una oportunidad de servi-
cio: se han adecuado carros de tracción 4 x 4, que son los únicos que pueden
subir estas altas pendientes. En esta zona también se encuentra el mayor
número de canteras, que en la actualidad se encuentran cerradas. La totalidad
de barrios no cuentan con espacios públicos recreativos, con excepción de
pequeñas zonas verdes.
Como podemos ver, los cerros enfrentan muchos peligros; algunos son ocasio-
nados por fenómenos naturales y otros por nosotros mismos, ya que no los pro-
tegemos lo suficiente. Una buena manera de contrarrestar estos efectos negati-
vos es actuar en conjunto y propiciar que las autoridades intervengan de
manera articulada para protegerlos. Estos son algunos de los problemas que
enfrentan los cerros en la reserva, y sobre muchos de ellos podemos actuar para
evitarlos:
Presión constante
Factores de riesgo de destrucción de los cerros
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
Incendios forestales en época de verano.
Crecientes y avalanchas.
Inestabilidad de los suelos.
Deforestación.
Presencia de plantaciones forestales no nativas.
Presencia de cultivos y pastizales, incompatibles con la reserva.
Minería.
Viviendas ubicadas en zonas de alto riesgo como zonas de canteras abando-
nadas.
Presencia de 245 torres y antenas de telecomunicación.
Desconocimiento por parte de los propietarios de predios, acerca de las limi-
taciones que impone la reserva forestal y de las medidas de manejo plantea-
das por la CAR.
Falta de un inventario de predios baldíos existentes en la zona.
Falta de recursos financieros, logísticos y humanos para que la autoridad am-
biental controle el uso de los recursos de la reserva.
Falta de claridad sobre la definición de asentamientos humanos que puedan
considerarse como parte de la zona de reserva.
Presencia de usos incompatibles con los objetivos de una reserva forestal
protectora.
Degradación por construcción Invasión por retamo espinoso Degradación por ocupación
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Un proyecto de vida para los cerros
Después de conocer la riqueza de nuestros cerros y sus proble-mas prioritarios, es necesario también plantear propuestas visi-bles que garanticen un futuro en armonía con la ciudad y con to-dos nosotros. Para detener la cadena de impactos negativos sobre los cerros, la ciudad propone la creación de un Corredor ecológi-co y recreativo de los cerros orientales de Bogotá, el cual es fruto de un estudio que recoge, identifica e integra varias alternativas de solución en los temas sociales, de infraestructura y biofísicos de los cerros orientales.
El corredor está contemplado en las áreas sin ocupación dentro de los límites establecidos por la Franja de Adecuación o el área de transición entre la ciudad y la Reserva Forestal de los cerros orientales. Con aproximadamente 415 hectáreas y 52 kilómetros de extensión, de propiedad pública, cruza la ciudad desde el ex-tremo sur en Usme, pasando por las localidades de San Cristóbal, Santa Fe, y Chapinero, hasta llegar a la calle 193, en Usaquén, al norte de la ciudad Este corredor tiene un ancho variable entre 12 y 1.250 metros. En el sur se desarrolla entre las cotas 3.210 y 3.050 metros y en el norte entre las cotas 2.820 y 2.650. Es una propuesta concreta para el ordenamiento del borde de los cerros orientales de la ciudad y el borde occidental de la reserva.
Este corredor es quizás el patrimonio ambiental más significativo de la ciudad y puede convertirse en un elemento de competitivi-dad en el futuro. Su potencial se basa en una gran conciliación de los habitantes y ciudadanos para recuperar el área más deteriora-da de los cerros: su pie de ladera.
El corredor es una propuesta, un modelo de ordenamiento iden-tificado que aún no es realidad, por lo tanto, algunos de los ele-mentos que se describirán se refieren a potenciales que el estudio identificó. Para hacerlo viable las propuestas serán evaluadas pa-ra incorporarse al plan de ordenamiento de la ciudad, previa auto-rización de las autoridades encargadas de este tema.
Las propuestas que se presentan a continuación están detalladas en el Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo, e inclu-yen el manejo del agua, la señalización, los tipos de sendero, entre otros.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 38
Más espacio público y naturaleza para todos
Rol regional
El modelo de Corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales de
Bogotá, que se plantea como una estrategia social, biofísica y de infraestructura
que incluye un recorrido de 52 kilómetros de norte a sur, busca promover todos
esos elementos que los ciudadanos identificamos como valores simbólicos,
ambientales, patrimoniales y paisajísticos de los cerros orientales. Este proyecto
es de tal importancia que si se concreta tendremos ventajas muy importantes
en el mediano plazo: habría una mayor conectividad entre la ciudad y la región,
podríamos disfrutar más fácilmente el paisaje de los cerros, tendríamos más
espacios de recreación y de educación ambiental, podríamos recuperar con
mayor rapidez la biodiversidad de nuestros cerros, habría mayor seguridad,
ampliaríamos las áreas de uso público, permitiría un mayor control sobre el desa-
rrollo urbano en áreas de reserva, crearíamos más lazos afectivos con los cerros,
y nos apropiaríamos de un territorio que siempre ha sido nuestro pero que siem-
pre vemos de lejos. Lograríamos, en suma, una integración entre los cerros, la
ciudad y toda la población de Bogotá. Todos ganaríamos, si todos pusiéramos
de nuestra parte. Así ha sucedido en Río de Janeiro, Caracas y otras ciudades lati-
noamericanas que han protegido y aprovechado turística y recreativamente sus
montañas urbanas de manera sostenible económica y ambientalmente.
Una de las funciones más importantes que cumple el corredor son las relacio-
nes biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de la Estructura Eco-
lógica Regional. La actuación sobre dicho corredor contempla como principio
Corredor ecológico y recreativo
de los cerros orientales de Bogotá
CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ39
Estrategia de desarrollo socio cultural:
el mayor pacto de borde de la ciudad
Esta estrategia busca que todas las personas que vivimos o disfrutamos de los cerros
de Bogotá tengamos más oportunidades en cuanto a desarrollo social, que nos apro-
piemos del territorio, que planeemos conjuntamente con las autoridades su destino,
que tengamos actividades sostenibles para su preservación y que realicemos accio-
nes efectivas para contener la expansión sobre sus espacios. Para lograr estos objeti-
vos esta estrategia integra programas de seguridad, de convivencia y participación
ciudadanas, de educación ambiental, actividades productivas, y el rescate y apropia-
ción del patrimonio cultural.
Estrategia ambiental y biofísica:
restablecer el ecosistema
Esta estrategia fue concebida para aumentar la conectividad ecológica de los cerros
con la ciudad y la región, y para restablecer progresivamente la biodiversidad del eco-
sistema del pie de ladera que se encuentra alterado.
Estrategia espacial y de infraestructura:
Museo urbano y ambiental a cielo abierto
La estrategia espacial busca demarcar físicamente el límite de la ciudad con la reserva
y disponerla para nuestro uso y apropiación, mediante un sendero con miradores y
estaciones de aprendizaje, con todos los ciudadanos como veedores de su protec-
ción. Este corredor tendrá asociados una serie de proyectos de movilidad, recreación,
educación, cultura y turismo. Este sendero podrá ilustrar, a lo largo de su recorrido, la
historia de la ciudad y de las transformaciones de su geografía.
ESTRATEGIA SOCIAL
Desarrollo social
1
ESTRATEGIA
BIOFÍSICA
! Conservación
! Conectividad
biológica
! Revegetalización
2
ESTRATEGIA DE
INFRAESTRUCTURA
! Manejo del agua
! Usos y actividades
! Criterios de manejo
de la infraestructura
3
ordenador los criterios ecológicos y sociales para la propuesta, dada su situación 4
como ecotono y sus condiciones ambientales y sociales.
Con miras a la zonificación y reglamentación, se tuvieron en cuenta las relacio-
nes regionales bajo tres aspectos:
Su papel como elemento estructurante del desarrollo territorial, por su reco-5
nocimiento como barrera geográfica a nivel regional.
Su función y el valor que tienen como fuente de oferta ambiental y escénica
para la ciudad y la región.
Las relaciones biofísicas que los integran como pieza ecológica dentro de una
Estructura Ecológica Regional por lo cual debe garantizar la conectividad de
las relaciones ecológicas verticales (entre las distintas franjas altitudinales y
transversales). Desde los bosques de aliso de las partes bajas hasta el páramo
de las cimas, pasando por los bosques de cedro, los bosques de lauráceas, las
distintas franjas del encenillal, el cordón de ericáceas y el subpáramo.
n
n
n
Las estrategias del modelo
Para abarcar los impactos más importantes que tendría sobre la ciudad y sus
habitantes, el modelo tiene tres estrategias:
El corredor actuará como zona de ecotonía regional con una doble función: consolidar y contener el crecimiento de la ciudad a la reserva y mantener la conectividad ecológica entre la ciudad y la región.
4Trama de transición entre un ecosistema y otro.5Camargo Germán, "Análisis ecológico de la dinámica de transformación de los bordes urbanos en Bogotá D.C.", informe final de investigación, Universidad Piloto de Colombia,2000, Bogotá.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS 40
ESTRATEGIA DE DESARROLLO
SOCIO CULTURAL
Todos participamos en la construccióny sostenibilidad del corredor
El estudio del Plan Director del Corredor Ecológico y Recreativo ha identificado
quiénes son los actores, es decir, los beneficiarios directos del proyecto, el
potencial social y cultural de la zona, los procesos sociales que generan en este
momento sus habitantes y las necesidades más apremiantes del territorio. Una
vez obtuvo esta información determinó la aplicación de programas y proyectos
que tengan un alto impacto social en la ciudad, y que este impacto esté de
acuerdo con el eje social del Plan de Manejo del Borde Occidental y de la Reserva Forestal de los Cerros Orientales de Bogotá D.C. Este plan, elaborado
por la SDP, incluye el diseño de programas, proyectos y acciones para conservar,
preservar, rehabilitar y recuperar los ecosistemas de la reserva forestal, y asume
su ordenamiento, manejo integral y administración.
Se propusieron cuatro programas que agrupan proyectos en cada uno de ellos:
el programa de actividades productivas, el programa de educación ambiental,
el programa de seguridad, convivencia y participación, y el programa de rescate
y apropiación del patrimonio cultural. Los principios que orientan estas pro-
puestas son el desarrollo social, la apropiación territorial, la planeación participa-
tiva, la sostenibilidad y la contención de la expansión.
Programade actividades productivas
El programa desarrolla los siguientes proyectos:
n
n
n
Mano de obra local.
Apropiación territorial y convivencia.
Fortalecimiento de procesos sociales para gru-
pos vulnerables.
Busca que utilicemos los recursos que ofrecen los
entornos natural y artificial para que generemos pro-
cesos, proyectos y actividades que fomenten el de-
sarrollo social, humano y productivo, tanto indivi-
dualmente como en comunidades y grupos. A par-
tir de este programa y utilizando las potencialidades
de la población podremos, entre todos, buscar solu-
ciones a los problemas sociales y de calidad de vida
de las comunidades marginadas para que se cons-
truyan oportunidades de vida digna.
CORREDOR ECOLÓGICO Y RECREATIVO DE LOS CERROS ORIENTALES DE BOGOTÁ41
Programade educación ambiental
Programa de seguridad, convivencia y participación
Programa de rescate y apropiación
del patrimonio cultural
n
n
n
n
Educación para guías ambientales.
Ciudadanos de educación ambiental en la edu-
cación no formal – PROCEDA.
Educación ambiental por medio de aulas am-
bientales.
Proyecto de educación ambiental - PRAE en la
educación formal.
Dentro de este programa se proponen los siguien-
tes proyectos:
Este programa busca que entendamos el tema am-
biental como un todo. No se trata de ver a las plan-
tas, los animales, la vegetación como elementos
individuales sino como un conjunto que se rela-
ciona y genera dependencias, con el que interac-
tuamos diariamente y el que necesita nuestra com-
prensión para emprender una verdadera conserva-
ción. Para ello el programa prevé procesos pedagó-
gicos, de formación, de gestión, de investigación y
de circulación del conocimiento sobre el tema.
El programa contempla los siguientes proyectos:
n
n
n
Reincorporación a la vida civil.
Educación para la convivencia.
Seguridad ciudadana.
Los temas de seguridad y convivencia son un asun-
to de todos. Este programa busca que en los barrios
que quedan cerca de la reserva forestal y en el sen-
dero ecológico los índices de violencia e inseguri-
dad se reduzcan.
Esos proyectos son:
n
n
n
Gestión del patrimonio cultural tangible e intan-
gible.
Investigación y circulación del patrimonio natu-
ral y cultural de los cerros.
Recreación y cultura.
Los proyectos de este programa buscan que todos
valoremos el patrimonio natural y cultural que nos
ofrecen los cerros orientales. No basta con conocer
los monumentos, es necesario cuidarlos, exaltar-
los, utilizarlos y darlos a conocer a los visitantes.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Los caminos de los cerros
La misa de los conquistadoresRafael María CarrasquillaRegistro Municipal, Bogotá, 1938.
Un día el licenciado granadino don Gonzalo Jiménez
de Quesada, a la cabeza de un centenar de
soldados, llegó, después de un viaje de un año
entero, a esta hechicera sabana de Bogotá. El 6 de
agosto de 1538 fundó, en el sitio de Teusaquilllo, la
ciudad que, en el recuerdo de la patria ausente,
apellidó Santafé. Inauguró el Nuevo Reino de
Granada, en nombre de la corona de Castilla, con la
misa primera que celebró en estas alturas el
dominicano Frai domingo de las Casas. Sirvió de altar
un banco de césped, de retablo, los árboles del
bosque; de incienso, las aromas del campo; de
cúpula el dombo azul del firmamento; de órgano, los
murmullos de la selva, el trinar de los pájaros, el
susurrar de la brisa y de los riachuelos, entonces
puros, que se desprendían de los cerros altísimos de
la cordillera oriental.
58
L
Recorramos los cerros
os cerros orientales, junto con todas las riquezas y potenciales que acaba-
mos de conocer, hacen parte de la Estructura Ecológica Principal de la ciu-
dad, un conjunto de áreas naturales esenciales para mantener el equili-
brio entre lo construido y lo natural. Reconocidos como un componente funda-
mental del paisaje, pertenecen a nuestro patrimonio común, son un factor de
integración, de recreación, de desarrollo y de oportunidad para todos.
El valor que tienen su paisaje y sus puntos de referencia como los caminos rea-
les, las haciendas de valor patrimonial y arquitectónico, los cerros de Monserra-
te, Guadalupe, el Alto de la Viga y el Cerro de La Teta, por ejemplo, hacen nece-
sario que todos los consideremos como hitos geográficos y urbanos. La respon-
sabilidad de cuidarlos debe ser compartida entre nosotros, como habitantes de
la ciudad, y las instituciones encargadas de su conservación. Conocer los poten-
ciales paisajísticos de la reserva natural de los cerros orientales puede ser un
paso para empezar a quererlos y a apropiarlos. Lo más importante para noso-
tros, como ciudadanos, es poder recuperar el sentido que tenía la naturaleza
para la sociedad Muisca, es decir, tener afecto por nuestra geografía y recuperar
la cultura del paisaje.
Es probable que libros como este y otros que se han publicado sirvan de “abre-
bocas” para antojarse de conocer la cantidad de secretos que encierran nues-
tras montañas, pero la mejor manera de comprobar todas sus maravillas, de ena-
morarse de sus plantas, de sus caminos naturales, de su vista, de sus aromas, es
recorrerlos, a pie, cuando es posible, conocer sus límites, sus fuentes, la gente
que los tiene cerca para saber qué piensan de ellos, cómo se transforman con el
sol, o cómo sufren con los climas extremos.
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
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59
Les mostraremos a continuación los recorridos identificados en el estudio base
de esta publicación, contratado por la Secretaría de Planeación Distrital, SDP.
Para realizarlo el grupo de consultores, con amplia experiencia en el tema de los 6
cerros, recorrió durante cuatro meses a pie y ubicándose con GPS, sus 52 kiló-
metros, de norte a sur (distancia que corresponde a la longitud del camino con-
siderando las sinuosidades del terreno; si unimos los extremos norte y sur con
una línea recta son 42 kilómetros). A partir de estos recorridos se concretaron las
tres estrategias de la propuesta de Corredor ecológico y recreativo de los cerros
orientales de Bogotá: social, biofísica y de infraestructura.
Los 52 kilómetros se caracterizaron mediante recorridos referenciados en cuatro
unidades territoriales, que a su vez tienen tramos específicos, determinados por
quebradas pertenecientes a las cuencas de los ríos Juan Amarillo y Fucha.
Veremos en cada tramo, el potencial paisajístico y de infraestructura que hay en
la reserva de los cerros orientales. Descubriremos sus bosques, quebradas,
patrimonio arquitectónico, vías y conectores, ciclorrutas, caminos, hitos natura-
les y artificiales y elementos naturales que unen a los cerros con la Estructura Eco-
lógica Principal de la ciudad. Así mismo identificaremos en ellos algunas mues-
tras de las estrategias planteadas en el apartado anterior, “Un proyecto de vida
para los cerros”. Una vez que conozcan el recorrido de las cuatro unidades terri-
toriales propuestas los invitamos a trabajar conjuntamente en un camino que
haga posible la gestión y materialización del corredor ecológico y recreativo de
los cerros orientales de la ciudad, un patrimonio para todos.
UNIDADES TERRITORIALES TRAMOS
Calle 193 La Estrellita
Quebrada Chorrera (Calle 109)
Río Arzobispo (Calle 39)
Río San Cristóbal (Calle 11 sur)
Quebrada Yomasa (Calle 86 sur) 51,57 km
UNIDADNORTE
Estrellita - Molinos
UNIDADCENTRO
Arzobispo - San Cristóbal
UNIDADCENTRO NORTE
Molinos - Arzobispo
UNIDADSUR
San Cristóbal - Yomasa
6Sistema de Posicionamiento Global, que permite determinar en todo el mundo la posición de un obje-to, una persona, un vehículo o una nave.
Cu
enca
Río
Juan
Am
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íoFu
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CAMINO MIRADOR DEL NORTE8 km / 2 horas y 40 minutos
CAMINO BOSQUE DEL NORTE7 km / 2 horas y 30 minutos
CAMINO SIERRAS DEL ORIENTE6,73 km / 2 horas y 15 minutos
CAMINO DEL AGUA (T-1)3,87 km /1 horas y 20 minutos
CAMINO DEL PARQUE (T-2)3,25 km / 1 horas y 5 minutos
CAMINO DE LOS SANTUARIOS (T-3)6,46 km / 2 horas y 10 minutos
CAMINO MIRADOR DEL ZUQUE7,36 km / 2 horas y 30 minutos
CAMINO ARCHIPIÉLAGO DE PÁRAMOS7,31 km / 2 horas y 30 minutos
Quebrada Bosque de Pinos (Calle 150)
Quebrada La Vieja (Calle 70)
Río San Francisco (Calle 13)
Quebrada Chiguaza (Calle 48 sur)
TRAMO PRIORITARIO(13.57 Km)
N
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
15km
Calle 109
Quebrada La Chorrera
Calle 193
Bosque de Pinos
60
Estación
Umbral de cerro
CONVENCIONES DE RECORRIDO POTENCIAL
Mirador de estrellas
Mirador urbano
Estación de cable
Servicios
Altos y cerros
Jardín de orquídeas
Aula ambiental
Tarabitas
Punto de encuentro
Ciclorruta
Sendero ecológico
Cuerpos de agua
El Codito y La Estrellita
N
UNIDAD NORTEEstrellita - MolinosDesde límite norte (Bosque de pinos calle 193)a la subcuenca de la Chorrera
TRAMOS
Camino Mirador del Norte8 kilómetros / 2 horas 40 minutos
Camino Bosque del Norte7 kilómetros / 2 horas 30 minutos
Total 15 kilómetros
N
Cantera La Matuca
Quebrada Aguas Calientes
Bosque de pino y eucalipto
Buenavista
La Estrellita
1
2
3
4
1
23 4
Mirador del Norte
Horizontes
Altos de Serrezuela
El Codito
5
6
7
8
Quebrada Sarauz
Cantera La Roca
Bosques de María
Quebrada La Cita
9
10
11
12
56
7
8
9
10
11
12
1
LOS CAMINOS DE LOS CERROS61
Barrio Santa Cecilia
Virgen en la roca Mirador del Norte Senderos y ecorutas
Potencial escalada Canteras norte
Calle 170
Canteras La Laja y El Milagro
Servitá
Calle 165
13
14
15
16
Cerros Norte
Santa Cecilia y Arauquita
Quebrada Arauquita
Cantera
17
18
19
20
Calle 155
Carrera 7
Quebrada Bosque de Pinos
Calle 147
21
22
23
24
Cedro Alto
Sierras del Moral
Montearroyo
Bosque Medina
25
26
27
28
Unicerros
Las Delicias del Carmen
Quebrada Delicias del Carmen
Quebrada Santa Ana
29
30
31
32
12
13
14
1516
1718 19
20
21
22
23
24
2526 27
28
2930
31
32
Bosques del Marqués y de Medina
Bosque del NorteEstructura Cemento Samper
Conexiones urbanas existentes
U
S
M
E
62
U
S
M
E
10
,6K
m
Quebrada del Arzobispo
Calle 109
Quebrada La Chorrera
Estación
Umbral de cerro
CONVENCIONES DE
RECORRIDO POTENCIAL
Mirador de estrellas
Mirador urbano
Estación de cable
Servicios
Altos y cerros
Jardín de orquídeas
Aula ambiental
Tarabitas
Punto de encuentro
Ciclorruta
Sendero ecológico
Cuerpos de agua
N
N
El Refugio
Quebrada San José
Toscaba
1
2
3
Predio privado Mabruk
Rosales
Quebrada de Rosales
4
5
6
Bellavista
Quebrada La Vieja
Universidad Manuela Beltrán
7
8
9
Quebrada San José Quebrada Rosales
UNIDAD CENTRO NORTE
Molinos - ArzobispoDesde subcuenca La Chorrera a quebrada Arzobispo
TRAMOS
Camino Sierras del Oriente6,73 kilómetros./ 2 horas 15 minutos
Camino del Agua3,87 kilómetros / 1 horas 20 minutos
Total 10,6 kilómetros
2
1
2
3
4
5
6
LOS CAMINOS DE LOS CERROS63
La Estrellita Mirador Bosque Calderón Tejada-Monterrosales
Propuesta de arte ecológico y restauración bosque plantado
Barrio El ParaísoRestauración corredor ecológicode ronda quebrada Las Delicias
Desarrollos Bosque Calderón Tejada
Universidad Politécnico
Grancolombiano
10
11
Barrios Siberia Central,Pardo Rubio,
Villa del Cerro, Villa Anita
y San Martín de Porras
12 Quebrada de Las Delicias
Cerro del Cable
Barrio El Paraíso
13
14
15
Parque Nacional
Quebrada Arzobispo
16
17
Rappel en quebrada ArzobispoVilla del CerroPolitécnico Grancolombiano
7
8
9 10 1112
14
15
16
1713
U
S
M
E
64
9,7
1km
Calle 11 Sur
Río San Cristóbal
Calle 39
Quebrada del Arzobispo
Estación
Umbral de cerro
CONVENCIONES DE
RECORRIDO POTENCIAL
Mirador de estrellas
Mirador urbano
Estación de cable
Servicios
Altos y cerros
Jardín de orquídeas
Aula ambiental
Tarabitas
Punto de encuentro
Ciclorruta
Sendero ecológico
Cuerpos de agua
N
N
Río San FranciscoVisual cerros zona de los santuarios
UNIDAD CENTROArzobispo - San CristóbalDesde subcuenca quebrada Arzobispo a subcuenca río San Cristóbal
TRAMOS
Camino del Parque3,25 kilómetros / 1 hora 5 minutos
Camino de los Santuarios6,46 kilómetros / 2 horas 10 minutos
Total 9,71 kilómetros
3
Circunvalar
El Paraíso
Quebrada del Arzobispo
Tanque del Silencio
1
2
3
La Macarena
Bosque Izquierdo
Parque Nacional
Universidad Distrital
5
6
7
Barrio La Paz
Camino de Monserrate
Germania
Avenida Jiménez
9
10
11
Santuario de Monserrate
Estación del Funicular
Universidad de Los Andes
Río San Francisco
13
15
1
2
3
4
5 6
7
8
9
10
4 8 12 16
14
LOS CAMINOS DE LOS CERROS
Niños bañándose en Canal San Dionisio
65
Río San CristóbalSantuario de La Peña
Planta Vitelma
Camino del Parque
Asentamiento sobre corredor ecológico de piedemonte
Parque Quebrada El Chorrerón
Instituto para ciegos
11
12
15
Hogar de La Poesía
Santuario de Guadalupe
Barrio Egipto
El Guavio
20
21
22
23
San Dionisio
El Consuelo
La Selva
El Dorado
27
28
29
30
Parque del Agua
Planta de tratamiento del
Acueducto de Vitelma
Escuela Logística
31
32
33
Parque de los Sentidos
Montecarlo
Río San Cristóbal
34
35
36
Teatro La Media Torta
Barrio La Candelaria
Universidad
Externado de Colombia
17
18
19
Santuario de La Peña
Los Laches
Tanque del acueducto
de San Dionisio
24
25
26
13
14
16
17
18 19
20
21
22 23
24
25
26
27
28 29
3031
32 33
34 35
36
64
U
S
M
E
66
14
,67
km
Quebrada Yomasa
Calle 11 Sur
Río San Cristóbal
Estación
Umbral de cerro
CONVENCIONES DE
RECORRIDO POTENCIAL
Mirador de estrellas
Mirador urbano
Estación de cable
Servicios
Altos y cerros
Jardín de orquídeas
Aula ambiental
Tarabitas
Punto de encuentro
Ciclorruta
Sendero ecológico
Cuerpos de agua
N
N
Arboledas
UNIDAD SURSan Cristóbal - YomasaDesde subcuenca río San Cristóbal hasta la subcuenca quebrada Yomasa
TRAMOS
Camino Mirador del Zuque7,36 kilómetros / 2 horas 30 minutos
Camino Archipiélago de los Páramos7,31 kilómetros / 2 horas 30 minutos
Total 14,67 kilómetros
4
Frailejón corredor ecológico de ladera Tivaque
1
3
5
6
7
8
9
10
11
1215
13
14
17
2
4
Montecarlo
Gran Colombia
La Cecilia
Aguas Claras
Río San Cristóbal
1
2
3
4
5
Los Alpes
Quebrada Ramajal
Altos del Zipa
Tanque de acueducto
Los Alpes
6
7
8
Quebrada Zuque
Cerro El Zuque
Moralba
Altos del Zuque
Quebrada Aguamonte
9
10
11 Quindío
La Arboleda
Corredor ecológico
de ladera La Arboleda
Las Gaviotas
12
14
15
13
16
17
18
Parque agroproductivo Tihuaque
65 LOS CAMINOS DE LOS CERROS67
Parque ArboledasCamino Mirador del Zuque Cerro El Zuque
Cultivo arvejas parque Las Violetas
21
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
3435
36
37
38
39
Museo Minero Parque El Reciclaje
Quebrada Chiguaza
Corredor ecológico
de ladera La Gloria
San Rafael
Cerro Juan Rey
19
20
21
22
Quebrada Verejones
Alto de las Cruces
Ciudad Londres
Quebrada Bolonia
Cerro de La Teta
23
24
25
26
27
Quebrada Raque
San Pedro
P. Agroproductivo Bolonia
Corredor ecológico de
ladera El Raque
28
29
30
31
P. Agroproductivo Arrayanal
Quebrada Arrayanal
Tihuaque
P. Agroproductivo Barrio
Tihuaque
32
33
35
34
Barrio Las Violetas
Quebrada Yomasa
Antigua vía al Llano
Conexión con Parque
Entrenubes
36
37
39
38
Niños San Ricardo Paupuri Laguna barrio Las VioletasVegetación corredor ecológico de ladera Silverio
39
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
n
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Para mayor información también puede consultar:
www.sdp.gov.co
www.car.gov.co/documentos
www.caminantesyarmonia.com
BIBLIOGRAFÍA
6468