Lo que va La Corona y La Hoz

Historias Bblicas de ayer que se repiten hoy LA CORONA Y LA HOZ

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Lo que va de ayer a hoy

Historias bblicas de ayer que

se repiten hoy

La corona

y la hoz (Meditacin)

Estas dos imgenes en apariencia tan distintas,

como vern ustedes tienen algo en comn. Es un

smbolo de tortura o de gloria, depende cmo se

mire.


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Mirndolas, intento hacer una meditacin sobre el

significado de estos smbolos y lo que para nuestra

vida pueden sugerir.

En estos temas solemos citar pasajes de la biblia.

Djenme que les sugiera algunos:

1. Samuel 8,4)

Los ancianos de Israel se reunieron y fueron a

entrevistarse con Samuel en Ram Le dijeron:

Mira, t ya eres viejo y tus hijos no se comportan

como t. Nmbranos un rey que nos gobierne, como es

costumbre en todas las naciones.

A Samuel le disgust que le pidieran ser gobernados

por un rey, y se puso a orar al Seor. : El Seor le

respondi:

Escucha al pueblo en todo lo que te pidan. No te

rechazan a ti, sino a m; no me quieren por rey: Como

me trataron desde el da que los saqu de Egipto,

abandonndome para servir a otros dioses, as te

tratan a ti. : Por eso, escucha su reclamo; pero

advirteles bien claro, explcales los derechos del rey.

: Samuel comunic la Palabra del Seor a la gente que

le peda un rey:

: stos son los derechos del rey que los regir: l

tomar a los hijos de ustedes y los destinar a sus

carros de guerra y a su caballera y ellos corrern

delante de su carroza; los emplear como jefes y


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oficiales en su ejrcito, como aradores de sus campos

y para recoger su cosecha, como fabricantes de

armamentos y de arneses para sus carros. : A sus hijas

se las llevar como perfumistas, cocineras y

reposteras. : Les quitar sus mejores campos, vias y

olivares para drselos a sus ministros. : Exigir el

diezmo de los sembrados y las vias, para drselos a

sus funcionarios y ministros. 8,16: A sus criados y

criadas, a sus mejores burros y bueyes se los llevar

para usarlos en su hacienda. : De sus rebaos les

exigir diezmos. Y ustedes mismos sern sus

esclavos! Entonces gritarn contra el rey que se han

elegido, pero Dios no les responder.

El pueblo no quiso hacer caso a Samuel, e insisti:

No importa. Queremos un rey! : As nosotros

seremos como los dems pueblos. Que nuestro rey nos

gobierne y salga al frente de nosotros a luchar en la

guerra

El dilogo sigue cuando Dios le dice a Samuel que

bueno que les d un rey y que all ellos. (Las

consecuencias se ven a lo largo de la historia bblica)

Si buscamos algo que refleje la mirada de Dios sobre

los trabajadores, representados en la foto por esas

herramientas de trabajo, podemos encontrar frases

exigentes. Una de las ms suaves:


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(Deuteronomio, 24.14.15)

No explotaris al jornalero pobre y necesitado, sea

hermano tuyo o inmigrante que vive en tu tierra, en tu

ciudad. Cada jornada le dars su jornal antes de que el

sol se ponga porque pasa necesidad y est pendiente

de su salario.

Pero si nos olvidamos de la Biblia y repasamos la

historia nos encontramos con realidades que en la

sociedad han producido diversas reacciones.

El poder estuvo representado desde la antigedad

por los reyes. Primero por reyezuelos que,

guerreando unos contra otros, iban conquistando,

algunos, tierras y personas y eliminando a los

otros. Eran reyes absolutos que mantenan en sus

manos todo el poder: imponer leyes, hacerlas

cumplir, juzgar y castigar a quien les pareciera. La

base de su autoridad era la violencia, la guerra, la

conquista. As era en tiempo de Jess. Los reyes

solan hacer convenio con los sacerdotes de las

distintas religiones. De ese modo, amenazando

desde los templos con el castigo de Dios a los

desobedientes, tenan dominado al pueblo.


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Los profetas empezaron a gritar en contra de esa

injusticia real.

Muchos de ellos slo se callaron cuando les cortaron

la cabeza.

Los reyes y reyezuelos iban siendo dominados por

los llamados emperadores. Si perdonas a ese,

Jess, - decan los sacerdotes a Pilato - no eres

amigo del Cesar. Lo crucificaron.

Los primeros testigos que proclamaron a Jess

resucitado eran por eso mal vistos por los

sacerdotes, reyes y emperadores de entonces.

Sobrevivan como podan en aquella sociedad;

fueron perseguidos y asesinados, pero su vida y


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mensaje hizo crecer el nmero de seguidores de

Jess.

Aqu aparece entonces el emperador Constantino

que se apoder de la cruz como seal publicitaria.

Terminaron las persecuciones. Empezaron las

conversiones en masa en los pases dominados por

el imperio. Y la cruz? con el tiempo apareci en

lo alto de las coronas reales.

Ah la tienen.

Reyes cristianos

ha habido muchos

desde entonces.

todos con su corona

y su cruz.

Reyes tiranos,

despticos, viciosos,

y tambin algunos,

de vez en cuando justos, y hasta declarados santos

por la Iglesia.

A todos esos reyes, lo mismo pacficos que

criminales, se les consideraba personas sagradas.


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En aquellos

tiempos, la

hoz y el

martillo

eran simples

signo de

trabajo, duro

trabajo, cantado y alabado por los poetas pero

sobre todo smbolo de pobreza, hambre, esclavitud.

No vamos a pararnos en cada etapa de la historia,

pero al cabo de los siglos el prestigio de los

monarcas se fue carcomiendo, derrumbando.

Especialmente en Francia, en Inglaterra hasta que

cayeron cabezas de reyes y reinas. De esto hace

slo algo ms de dos siglos. Se acabaron los reyes

en muchos pases y empez la repblica.


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Pero ese nuevo invento, sigui manteniendo otros

nuevos reyezuelos. No tenan corona, tenan

chequera. No tenan trono, tenan bancos y cajas

fuertes.

Quedaron slo en el

mundo unos pocos

reyes.

De mantenerlos

como atraccin se

encarg Walt Disney

con su almacn de

princesas, prncipes,

reyes y reinasCasi

todos con su castillo,

su corona y la

crucecita encima.

Y la hoz y el martillo?

Seguan en manos

de los campesinos

y carpinteros, los

que no se podan

asomar a los

palacios reales ni a

los bancos de las


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repblicas.

Entonces salt la chispa de la revolucin entre los

trabajadores. La hoz y el martillo se convirtieron en

smbolo de otro poder oficialmente popular. (No

hay tiempo de contar detalles).,

Quienes llegaron a ese poder revolucionario vean

a Dios representado en las crucecitas de las coronas

y en los cuellos con cruces de oro y brillantes. As

interpretaron que Dios era un invento de los

poderosos para mantenerlos sometidos y callados.

A ninguno se le ocurri poner una cruz encima de

la hoz y el martillo.

Dijimos que entre los reyes y sus seguidores hubo

algunos buena gente, pero demasiados dictadores

sin corazn para mantener sus privilegios.

Pues tambin entre los dirigentes de la hoz y el

martillo y sus seguidores hubo dictadores fanticos

y sin corazn. Y hubo otros verdaderos servidores

del pueblo, humanistas y honrados.

Los enfrentamientos de la corona y la chequera

contra la hoz y el martillo fueron enormes. Se

dedicaron a anularse y desprestigiarse por medio de

escritos, micrfonos y cmaras de cine, junto con

polica, crceles, torturas y armas de fuego.


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Se manej entre unos y otros la verdad, la

exageracin y la mentira, el soborno, la publicidad y

el insulto. Pero

Pero en ese mundo enfrentado vivan a la sombra

de la cruz personas que descubran algo nuevo,

algo que en realidad era muy antiguo:

Comprendieron que

el campesino

muerto en esa cruz

no quera saber nada

de coronas. l slo

llev una de espinas;

aunque hoy todava

muchos se la ponen

de oro en las imgenes que pintan. Se empean en

llamarlo Cristo rey.

Tambin a la sombra de la hoz y el martillo vivan

personas convencidas de que el carpintero de

Nazaret tena algo que decir a los pobres que

manejaban martillos y hoces (o mquinas y

tractores). Empezaron a reclamar que ese obrero

crucificado tambin era de ellos.

Eso irrit mucho a quienes a la sombra de las pocas

coronas que quedaban y de las muchas chequeras


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que adoraban, intentaban mantenerse exclusivos

dueos del crucificado nazareno.

Jess es nuestro - decan - y no de esos

condenados revolucionarios.

Entonces, empezado el siglo XXI, aparece en la

historia un seguidor de Jess, que adems es papa

y se marcha de visita a un pas donde sus dirigentes

tienen ideas socialistas y pertenecen a un pueblo

indgena rebelde contra la civilizacin llamada

cristiana.

Y, mira por dnde, se encuentran los dos dirigentes,

se abrazan, conversan amigablemente y el dirigente

socialista hace este regalo al dirigente de la Iglesia

de Jess.

Escndalo general en el mundo.


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Escandalo entre los cristianos que no aceptan ver a

su jefe unido con ese smbolo ateo.

Escndalo entre los comunistas que quieren quitar

la imagen de la cruz de las paredes en las escuelas.

Mientras tanto el Vicario de Jess, tan contento

sabiendo adems que esa imagen discutida tena

su origen en el mrtir Luis Espinal, jesuita como l,

torturado y asesinado en Bolivia por los adoradores

de las chequeras.

Corri la voz de que el papa haba dejado el crucifijo

all en un santuario. Estas son las palabras de

Francisco en su vuelo de vuelta a Roma.

Si me lo llevo(los regalos de Evo) al Vaticano irn a

parar al Museo, terminar ah y ninguno jams las

ver. Entonces pens en dejrselo a la Virgen de

Copacabana, la madre de Bolivia, y las dos

condecoraciones que he recibido irn al santuario

de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo

conmigo.

Para terminar esta meditacin podemos

contemplar la foto del cadver torturado de Luis

Espinal, el autor de esa cruz, que nos haga pensar


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Luego podemos volver a mirar las dos fotos del

comienzo y seguir meditando

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