7/18/2019 Lo Bello Segun Heidegger

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LO BELLOHeidegger

“...zapatos de Van Gogh, con los que Heidegger nosbrindó una

imagen maraillosa de qu! es una obra de belleza."Esta cita de Lacan se encuentra en el punto # del

cap$tulo %%&&del seminario de la 'tica. (La demanda de )elicidad * la

promesa anal$tica+.La introduce en un intento de que comencemos a

“...er iir los zapatones de Van Gogh en suinconmensurable cualidad de bello".

La siguiente descripción de Heidegger se encuentra enel ensa*o

titulado er -rsprung des unst/er0es. (primeraedición, 123#+. En la lengua espa4ola ha sido

publicado, ba5o el t$tulo de 6rte * 7oes$a de 8art$nHeidegger. 9ondo de :ultura Económica. Breiarios

(7rimera edición, 123;+. 8!5ico.

Un par de zapatos de labriego y nada más. Y sin embargo... Enla oscura boca del gastado interior bosteza la fatiga de lospasos laboriosos. En la ruda pesandez del zapato estárepresentada la tenacidad de la lenta marcha a través de loslargos y monótonos surcos de la tierra labrada, sobre la uesopla un ronco viento. En el cuero está todo lo ue tiene deh!medo y graso el suelo. "a#o las suelas se desliza la soledaddel camino ue va a través de la tarde ue cae. En el zapatovibra la tácita llamada de la tierra, su reposado ofrendar eltrigo ue madura y su enigmático rehusarse en el yermocampo en bald$o del invierno.%oe este !til cruza el mudo temer por la seguridad del pan, lacallada alegr$a de volver a salir de la miseria, el palpitar antela llegada del hi#o y el temblar ante la inminencia de la muerteen torno. %ropiedad de la tierra es este !til y lo resguarda el

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mundo de la labriega. &e esta resguardada propiedad emergeel !til mismo de su reposar en s$.%ero todo esto uizá lo atribuimos sólo al !til al verlo en elcuadro. 'a labriega en cambio lleva simplemente los zapatos,si este simple llevarlos, fuera realmente tan simple. (uantasveces la labriega se uite los zapatos en medio de un duropero sano cansancio a la ca$da de la tarde, y ya al llegar alcrep!sculo a!n oscuro de la ma)ana, vuelve a echar mano deellos, o al pasar de largo #unto a ellos en los d$as de *esta,sabe todo lo dicho, sin necesidad de hacer observación niconsideración alguna. El ser del !til consiste sin duda en servirpara algo. %ero éste mismo servir para algo descansa en laplenitud de un más esencial ser del !til. +amos a llamarlo elser de con*anza-. En virtud de el hace la labriega caso, por

intermedio de ese !til, a la silenciosa llamada de la tierra envirtud del ser de con*anza del !til, está la labriega segura desu mundo. /undo y tierra sólo e0isten para ella y para los uee0isten con ella de su mismo modo, sólo as$1 en el !til.&ecimos sólo- y erramos pues el ser de con*anza, el !til esue asegura a la tierra la libertad con ue constantementeacosa.

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