Libro q Transforma1

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  • Indce

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    Prefacio

    Parte 1: Podemos ganarlo o perderlo todo

    1. La prdida y el hallazgo del Libro2. Qu requerir?

    3. Se puede invertir la marea4. Avivamiento o transformacin?

    5. Atrvase a imaginar

    Parte 2: Perfiles de transformacin

    6. Un verdadero edificador de naciones: William Carey en la India7. Un hombre al que deberan conocer: Abraham Kuyper, Pases Bajos

    8. Esqu con Biblias: Hans Nielsen Hauge, Noruega9. El xito milagroso de un pas, Corea del Sur

    10. Revolucin en un pas diminuto, Pitcairn11. La mayor revolucin de todos los tiempos: Martn Lutero, Alemania

    12. La clave de la riqueza, Alemania (cont.)13. Juan Calvino y la ciudad ms hedionda de Europa, Ginebra

    14. La colocacin de los cimientos de la libertad, Ginebra (cont.)

    Parte 3: Verdades transformadoras del Libro de Dios

    15. La clave: Quin es Dios?16. Lo que usted cree acerca de Dios importa

    17. Verdades esenciales acerca de nosotros 18. La verdad existe y es posible conocerla

    19. Somos responsables de vivir conforme a la verdad20. Por qu las naciones son ricas o pobres?

  • Parte 4: Hay excepciones a la regla?

    21. Japn: Obediencia parcial, bendicin parcial22. La gran transformacin de Japn

    23. frica: Grandes desafos, grandes esperanzas24. Latinoamrica: Esperanza retrasada

    25. Vientos del Espritu en Latinoamrica

    Parte 5: Llevemos el Libro de Dios a todo el mundo

    26. Ponga su mirada en el mundo 27. La distribucin de Biblias

    28. En el filo cortante29. Evangelicemos al 7 por ciento

    Parte 6: Mantengamos los ojos en el Seor

    30. El Espritu y la Palabra31. Jess, la Palabra viva

    Una parbola para las nacionesLa parbola de Juan

    Notas

  • Prefacio

    Debo admitir que no me considero un erudito. Tengo varios ttulos acadmicos como el de licenciado y diplomado de la

    universidad del Sur de California; por tanto, no soy un hombre ig-norante. Pero conozco algunas personas que se han dedicado a la in-vestigacin y al estudio, a quienes admiro enormemente. Entre esos expertos conozco a hombres y mujeres piadosos que han analizado con profundidad algunos temas concretos o pases, combinando sus conocimientos con una devocin admirable por la palabra de Dios.

    No obstante, disfruto de una perspectiva ventajosa para hablar de las naciones y las cuestiones que stas deben afrontar. Desde mi llamado al ministerio a la edad de trece aos, me he interesado por el mundo entero. De adulto, he viajado continuamente, a veces a treinta o cuarenta pases al ao. He visitado todos los pases de la tierra raro privilegio compartido tal vez con una docena de per-sonas. Viajando, he podido observar los pases y los cambios que en ellos se han producido. Este libro trata de la observacin de los procesos que vive cada nacin de la tierra, percibidos a lo largo de mi vida y de mi vital preocupacin por conocer la palabra de Dios

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  • EL LibrO quE tranSfOrMa naCiOnES16

    para las naciones. Mi ventajoso punto de observacin no ha sido profundo tiene talvez un kilmetro de ancho y un centmetro de profundidad. Si se prefiere, puedo ofrecerles grandes pinceladas como una visin panormica. En muchos captulos del libro slo rozamos cuestiones que requeriran un tratamiento mucho ms de-tenido. Espero que este libro inicie el debate. Confo en que abrir su apetito para iniciar una investigacin ms honda acerca del por qu algunos pases emergen y otros caen en la desesperanza.

    Yo creo, ciertamente, que es posible mejorar la calidad de vida en el mundo. Dios nos ha dado las claves para resolver cada proble-ma que hemos de afrontar en el siglo XXI problemas presentes tanto en los pases desarrollados como en aquellos que estn en vas de desarrollo. Todo, en todas partes, se puede cambiar.

    He dedicado mi vida a este propsito. A lo largo del camino he tenido el honor de trabajar con millones de jvenes que han com-partido el mismo objetivo. Escrib este libro recordando en oracin que usted tambin puede participar en este esfuerzo. El cuerpo de Cristo tiene la respuesta para los problemas ms graves del mundo. Tenemos las respuestas dentro de las tapas de un Libro que muchos hemos conocido desde cuando ramos nios. Podemos vislumbrar un cambio para las naciones. Si sembramos la Biblia en muchas vidas lograremos una nueva cosmovisin para las naciones, una transformacin de su mentalidad, de sus valores y de su conducta.

    Al leer este libro, rebusque usted las ideas bblicas fundamentales para renovar a las naciones. Busque tambin los mtodos, especial-mente la metodologa del relato. Dios mismo comenz con un relato en el libro de Gnesis, y el 70 por ciento de la Biblia es narracin. Estas historias envuelven la verdad en un contexto emocional, y esto es lo que provoca el impacto. Los relatos de Dios son eternos, mien-tras que los nuestros expresan la relevancia de la verdad en el da de hoy. Quiera Dios que las historias de los agentes de cambio, narradas a continuacin, le estimulen a usar la Biblia para transformar a las naciones.

  • Parte 1

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    Podemos ganarlo o perderlo todo

  • Captulo 1

    La prdida y el hallazgodel Libro

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    Hace muchos aos, en un polvoriento mercado de una loca-lidad situada en las faldas del Himalaya oriental, un misione-

    ro predicaba: Este es el Libro de Dios, dijo alzando su Biblia. Des-pus habl del mensaje que contena. Cuando termin su discurso la gente se dispers. Entonces se le acerc un hombre ataviado con una vestimenta tejida a mano, tpica de las alturas del Himalaya, y le pregunt si realmente se trataba del Libro de Dios.

    S, es el Libro de Dios, til para tratar todos los aspectos de la vida respondi el misionero.

    El aldeano le pidi entonces: Me permite que le cuente la historia de nuestra tribu? Y

    acto seguido comenz a relatar la historia que su bisabuelo haba contado a su abuelo, y ste a su padre. Su tribu proceda de un terri-torio situado al oeste de las grandes montaas.

    Siempre nos guibamos por el Libro de Dios. Pero nuestros antepasados fueron expulsados de sus tierras prosigui el aldeano, contando los pormenores de aquel peligroso viaje hacia el este, a travs de las montaas. Cuando avanzbamos a travs de los

  • EL LibrO quE tranSfOrMa naCiOnES20

    desfiladeros nuestra gente fue sorprendida por una tormenta y perdi el Libro.Y como resultado de esta prdida, su tribu no saba cmo vivir en la actualidad. Haban esperado encontrar aquel Libro desde haca muchas generaciones.

    Hace dos semanas una anciana de nuestra tribu tuvo un sue-o aadi. So que un extranjero haba llegado exhibiendo el Libro ante la gente y dijo que si los ancianos enviaban un emisario en este mismo da, podran encontrar al extranjero. Ellos me esco-gieron a m concluy diciendo. Acaso quiere acercar el Libro de Dios a mi tribu para que volvamos a aprender a vivir?

    Un misionero enviado al Himalaya refiri esta notable expe-riencia en la iglesia que mi padre pastoreaba cuando yo era adoles-cente. Han transcurrido muchos aos ya no recuerdo el nom-bre de aquel misionero, pero nunca me olvidar de esta historia. Cuando l hablaba, yo me imaginaba aquella tribu avanzando a du-ras penas, atravesando la cordillera del Himalaya. Los vea fatigosa-mente inclinados contra el punzante viento, cegados por la ventisca de nieve. Me imaginaba su gozo al descubrir un valle de refugio, y a continuacin su frustracin y su dolor al darse cuenta que haban perdido su nica copia de la Escritura. Qu tragedia!

    Tristemente, la tragedia de la prdida del Libro de Dios, y el olvido de sus instrucciones para saber como vivir han ocurrido en muchos pueblos a travs de la historia.

    Por la pendiente de la locura

    La Biblia relata el caso de otro pueblo que perdi el Libro y qued sumido en las tinieblas. Este relato se encuentra en el Anti-guo Testamento. Durante el reinado de Manass, el reino de Jud se apart del Dios viviente.1 El pueblo contamin la tierra con bru-jera y hechicera. Llenaron el pas (y el templo de Dios) de altares paganos, imgenes grabadas y postes de la diosa Asera. Consultaron a hechiceros y espiritistas en vez de buscar a Dios. El rey Manass instaur el culto a los dolos en el templo de Dios2 y puso prostitutas para satisfacer el apetito de sus clientes.3 La gente adoraba al dolo Moloc calentando su imagen de piedra hasta el rojo vivo y colocan-do sobre l a sus recin nacidos para inmolarlos.4 El rey Manass

  • La PrDiDa y EL HaLLazgO DEL LibrO 21

    tambin quem a sus hijos en ofrenda a Moloc.5 De hecho, este rey derram tanta sangre inocente que llen Jerusaln de un extremo a otro.6

    Amn, el hijo de Manass, fue luego entronizado, pero fue tan perverso que sus propios oficiales le asesinaron dos aos despus de subir al poder.7 Entonces el pueblo quiso vengarse y masacr a los que haban conspirado contra Amn. En medio de esta carnicera, un nio de ocho aos, Josas, fue nombrado sucesor de su padre. Puede usted imaginarse una situacin ms difcil que la que tuvo que afrontar ese nio?

    Sorprendentemente, en esa atmsfera de conspiracin, traicin y peligro, el joven infante no se despe por los caminos malvados de su padre.8 En vez de ello, Josas comenz a buscar a Dios.

    El desentierro de un tesoro perdido hace mucho tiempo

    Cuando tena veintisis aos, Josas encarg a unos expertos la reconstruccin del templo de Dios. Cierto da, en medio del polvo y los escombros de tan gran proyecto de restauracin, el sacerdote Jilquas hall algo envuelto en un pellejo. Al desenvolver la cubier-ta protectora descubri unas pginas amarillentas esmeradamente marcadas. El corazn empez a latirle con fuerza al saber lo que te-na entre manos: eran los rollos por largo tiempo olvidados, la pala-bra de Dios abandonada por el pueblo y completamente perdida.

    El sacerdote se dio prisa en acudir al secretario Safn, llevando los antiguos manuscritos en sus brazos.

    He hallado el Libro de la ley! exclam Jilquas.9

    Safn present los deteriorados pergaminos directamente al rey Josas anuncindole el hallazgo del sacerdote Jilquas. A peticin del rey, Safn comenz a leer las Escrituras en voz alta. Mientras Josas escuchaba atentamente, sinti que la culpa por sus pecados y los de su pueblo le traspasaba el corazn. Clam arrepentido y supli-c a Dios perdn por s mismo y por su pueblo. Prometi obedecer al Seor en todo, tal como se especificaba en aquellos rollos. Luego convoc a todo el pueblo, desde el ms grande hasta el ms peque-o y les ley en voz alta toda la palabra de Dios.10

    De esta manera comenz un gran avivamiento y una gran trans-formacin que reform todo el pas. El pueblo volvi a descubrir su

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    pacto de Dios contenido en el Libro y confi en las bendiciones que seguiran si ellos respetaban su contrato con Dios. As compren-dieron cunta desgracia les haba costado su extravo. El dolor de este descubrimiento les conmovi a todos y siguieron al rey Josas en llanto y arrepentimiento, implorando a Dios que los perdonara y que sanara su pas.

    Entonces Josas orden al pueblo apartarse del mal en toda la nacin. Por orden del rey destruyeron los santuarios paganos y abandonaron sus malvadas costumbres, expulsaron a las prostitutas del templo y destruyeron los lugares donde haban sacrificado a sus recin nacidos. Josas orden al pueblo hacer aicos todos los do-los, los postes de Asera y las imgenes grabadas, quemndolos para esparcir las cenizas.11

    En todas las formas posibles Josas convirti su corazn para obe-decer los preceptos de la Sagrada Escritura y gui a su pueblo a hacer lo mismo.12 Desgraciadamente los reyes que le sucedieron volvieron a desviar al pueblo del Libro, con lo que una vez ms sobrevinieron tiempos terribles. Pero, gracias a este suceso, hoy podemos aprender del rey Josas y su pueblo a promover la sanidad y la restauracin que necesitamos en nuestros pases.

    El Libro que transforma naciones

    Ya sea en el antiguo Israel, en el lejano Himalaya, o en nuestra propia nacin, hay muchas maneras de perder el libro que contie-ne la palabra de Dios. Las consecuencias son siempre trgicas. Pero cuando una nacin encuentra de nuevo el Libro de Dios, vuelven bendiciones. El registro de la historia muestra que: siempre que un grupo significativo de personas tiene la Biblia y practica sus enseanzas, su nacin experimenta una transformacin beneficiosa. Este Libro des-pliega esta gran idea, la cual exploraremos con ms detalle en los captulos siguientes.

    Una espada de doble filo

    Es maravilloso saber que hay esperanza para nuestras naciones si abrazan la Biblia y ponen en prctica sus verdades. No obstante, antes de entrar en el tema acerca de cun bueno es tener la Biblia, debemos considerar seriamente la otra cara de esta premisa, la cual

  • es verdad en cualquier pas donde nos encontremos: Siempre que un grupo significativo de personas abandona la Biblia y deja de practicar sus enseanzas, su nacin comienza a destruirse.

    Debemos prever que las bendiciones que disfrutamos gracias a la Biblia no son una herencia permanente. Nuestras elecciones deter-minan el que las retengamos o no. Muchos creyentes son, al menos de alguna manera, conscientes de que la civilizacin occidental tuvo fundamentos bblicos. Pero mucha gente ignora cun cerca estamos hoy de perder las bendiciones que estos fundamentos nos proporcio-naron.

    Es necesario plantearse algunas preguntas difciles al respecto: Hemos llegado a un punto de no-retorno en el proceso de descris-tianizacin en Occidente? Estamos a punto de perder el liderazgo y el estilo de vida que esperbamos alcanzar? Si rechazamos la fuente de nuestras bendiciones, por cunto tiempo podremos disfrutar de libertad, seguridad, creatividad y prosperidad material? Yo creo que hay un motivo serio para la preocupacin y tambin para la esperan-za, las cuales examinaremos en el prximo captulo.

    La PrDiDa y EL HaLLazgO DEL LibrO 23

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